"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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SUMARIO DEL LIBRO

MARINA NO ES UN CONSPIRADOR

Un artículo de Patricia Cabreja.

Se habla mucho estos días de José Antonio Marina, el que ha hecho un Libro Blanco él solito -bueno, con su equipo, creemos- y de su libro Despertad al Diplodocus, que, por lo visto, en su subtítulo lleva escrita una llamada a la conspiración por la educación. Marina, que es un experto, además, aboga por un pacto educativo.


Nosotros somos unas cuantas personas que se constituyeron como grupo antes de que Marina escribiera su libro y organizase este recorrido de experto mediático en educación. Somos un movimiento que nace del amor por la escuela pública, por la escuela abierta, construida con la participación de la comunidad, una escuela inclusiva, en la que se cuida la dimensión colectiva, atravesada por el compromiso ético del profesorado y por la defensa de los derechos de niños y niñas. Creemos en la educación como una herramienta de justicia, como un sueño de liberación personal y colectiva. Por eso nos hemos puesto en marcha y no vamos a parar de caminar en ese empeño.

Por eso llamamos a conspirar a toda la sociedad, a conspirar en el sentido de concurrir a ese fin a través del esfuerzo común, solidario y también en el sentido de rebelarnos contra el poder superior que empobrece la educación, que la mercantiliza al tratarla como un producto, que segrega y discrimina a niños y niñas. Por eso queremos también un pacto por la educación.

Por eso tenemos claro que conspirar no puede ser seguir únicamente la senda de un experto que nos alumbra el camino o nos señala lo más eficaz. Eso lo hacen las ovejas tras el pastor. No queremos ser rebaño por mucho que el pastor nos quiera llevar a los mejores pastos.

Por eso mismo también tenemos claro que el pacto por la educación no puede plantearse como una cuestión técnica, como algo "neutral" y decidido por "arriba", por cúpulas políticas o por representantes de intereses corporativos que deciden a partir de propuestas de expertos, que nos dicen que ya hay participación porque nos dejan a toda la comunidad educativa un correo electrónico para que podamos enviar alguna idea y que organizan el pacto en un plis-plas, un par de meses y ya está cocinado. Eso no es un pacto, sino un enjuague. El pacto debe ser fundamentalmente un proceso participado, colectivo y desde abajo y vinculado al proceso de transformación democrática que deseamos para nuestra sociedad. Queremos que la educación esté en el centro de la vida social y ciudadana. Queremos que se haga efectivo el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados. Lo dice la constitución y eso un experto no debería olvidarlo.

Las conspiraciones no se hacen con la hoja de ruta elaborado en un despacho, las conspiraciones se urden.
La conspiración educativa es una conspiración real para poner la escuela en el sitio que debe estar.

Jose Antonio Marina no conspira con el mismo fin que nosotr@s y...afortunadamente cada vez somos más.
Abogamos por un cambio colectivo y Marina no cuenta con la comunidad educativa para su libro.
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Portada y contraportada

NOTA DEL FORO DE SEVILLA COMO RESPUESTA AL SEÑOR MARINA

Estimado y respetado Señor Marina:

En primer lugar, queremos manifestar nuestro agradecimiento por la invitación que nos hace a través de una colaboradora suya para participar en una sesión de trabajo sobre el “pacto educativo”.

El Foro de Sevilla comparte buena parte de las preocupaciones manifestadas por el Sr. Marina sobre los temas que es necesario abordar y poder disponer de una base sólida para concluir “otra nueva reforma”, ésta vez sellada por un pacto, cuyas bases las establecería el documento elaborado por el señor Marina, que con la elaboración de una propuesta que aspira a ser definitiva, haría innecesarias las reformas que con tanta frecuencia se han venido sucediendo en España durante el último medio siglo.

Seguramente que el señor Marina no desconoce que, si bien las reformas de las que se nos dice han fracasado, también han logrado ciertas metas. La amplia bibliografía de que se dispone nos revela que las grandes leyes han sido pensadas e implantadas de arriba hacia abajo, sin un diagnóstico acerca de cuál es la realidad, sin ensayarlas previamente antes de elegir un modelo estable, sin contar con la adhesión del profesorado, sin prepararlos sin detenerse en desvelar por qué las cosas son como son, sin medios suficientes….

En sus propuestas parece faltar un análisis histórico sobre el pasado reciente, no se tiene en cuenta la experiencia acumulada… Nos parece que su propuesta es más clarificadora cuando argumenta desde los lenguajes de la derecha tecnocrática y no se citan las fuentes relativas a los temas y a las experiencias imprescindibles para encuadrar las propuestas. En cambio, la OCDE aparece como el origen de una ortodoxia educativa en la que debemos depositar nuestra fe y la esperanza de mejora del sistema educativo. Lo dice la OCDE… Su propuesta no es la única ni es neutral, señor Marina. Presentándola como lo hace es conceder ventaja a su opción personal, pues quien sienta la tesis se marca el cuadro de propuestas a la antítesis crítica y podrá protagonizar mejor la síntesis.

El proyecto necesita toda la legitimidad de la que sea posible dotarlo porque pasará por muchas dificultades y tendrá que lidiar intereses e ideologías contrapuestos. En su caso se debilita. El que una universidad privada, sin especial significación (que nosotros sepamos), sea la que le encarga a usted realizar el proyecto, como podría hacerlo con la contaminación ambiental –suponemos que bien sea a título personal, por contrato o por el vínculo que sea– puede suscitar reticencias y temores fundados, cuando sabemos que en nuestro país un tercio del sistema de la enseñanza no universitario es privado; una anormalidad respecto de Europa y de la OCDE. El procedimiento elegido representa una especie de externalización hacia el ámbito de lo privado de la función de diseñar el sistema educativo.

Se tiene que provocar la participación y el debate. Podremos apartar lo que no sea compartido, para tratar de acercar significados y valores en ese terreno. Si no se logra compartir los mismos significados no puede existir consenso (sentido compartido) en las políticas educativas ni esperar que se evite el frenesí de las reformas. Los problemas que han de abordarse tienen una dimensión de Estado y del mismo nivel deberían ser los objetivos y el procedimiento a seguir para llegar a una propuesta. Ésta necesita más del par de meses, que es lo que el señor Marina dice necesitar. No basta con manifestar que se consulta a determinadas personas, como ahora podría pasar si se consulta al Foro.

Nos gusta más hablar de consenso que de pactos. En parte porque el término pacto nos llega viciado desde que lo intentó el Ministro Gabilondo con el PP. Además nos trae la significación de renuncia a posiciones previas propias a cambio de que el contrario renuncie a otras suyas. ¿A qué estará dispuesta a acceder la derecha tras las elecciones repetidas? ¿A que puede hacerlo la izquierda sin perder sus señas de identidad?

En fin, le exponemos algunas objeciones de fondo y de forma que nos llevan a declinar su amable invitación, suponemos que habrá tenido oportunidad de conocer nuestras opiniones y propuestas, algo que está meridianamente claro en nuestros documentos.

Atentamente.
(04/05/2016)
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Los cuatro cuadrantes

EXAMINAR AL EXAMINADOR

El Libro Blanco del Docente divide a la comunidad educativa, que admite que profesores y maestros apenas son evaluados a lo largo de su carrera profesional.

UN ESBOZO ABIERTO A "TODO EL MUNDO"

El filósofo y pedagogo José Antonio Marina recibió el encargo del Ministerio de Educación de trazar las líneas maestras del Libro Blanco. El experto, autor del ensayo ‘ Despertad al diplodocus. Una conspiración educativa para transformar la escuela ’, ha esbozado su propuesta «para ser debatida, completada, desechada o aceptada» en su blog , abierto a la colaboración de «todo el mundo». Considerado «el filósofo de cabecera de Zapatero», Marina incluye a diario en su bitácora las aportaciones que la comunidad educativa va sugiriendo al proyecto, que en principio está llamado a ser el germen del Pacto por la Educación, un desenlace que dependerá en cualquier caso del resultado de los pactos para el nuevo Gobierno.


El llamado Libro Blanco de la Función del Docente ya está en el ministerio de Educación. El filósofo y pedagogo José Antonio Marina ha entregado al responsable de la cartera educativa (hoy en funciones), Íñigo Méndez de Vigo, un documento que, si bien aún es sólo un boceto, un esbozo, una idea elaborada, podría cambiar cimientos y establecer nuevas bases del modelo educativo y formativo, especialmente, en relación con el profesorado. Básicamente, el texto que podría afectar a 14.000 docentes en Granada pretende definir la base para una regulación de la función docente. Una guía en la que basarse para un futuro Estatuto docente y que podría dar la vuelta a la profesión en unos cinco años.

El documento no ha dejado indiferente a nadie de comunidad educativa. Marina, entre otras cuestiones, pone en el vértice educativo uno de los aspectos en las que se lleva trabajando mucho tiempo pero que no ha terminado de cuajar: la evaluación docente más allá de la inspección oficial o de determinados planes educativos de calidad. Lo han llamado evaluar al maestro, examinar al que examina, poner nota a los que ponen notas y, en realidad, es un poco así. La posibilidad de que los profesores puedan ‘volver’ a ser evaluados, puntuados y hasta caer en un 'suspenso metafórico' ha encendido la luz roja de muchos sectores.

Que se debe apostar en la mejora de la calidad educativa y de la plantilla docente, sí, ahora, la forma de hacerlo es donde aparecen las diferencias.

El responsable de la delegación de Educación en Granada, Germán González, es contundente a la hora de valorar la propuesta lanzada a Marina desde el Ministerio. «No entro en el contenido porque no se conoce en su profundidad , pero sí en las formas y la filosofía». González deja claro que el sistema educativo tiene que ser evaluado y dentro de él, la labor docente, pero declara que no se puede «demonizar a nadie ni cargar las tintas sobre un sector que, precisamente, ha estado realmente maltratado por el Gobierno actual». Señala que los resultados educativos son el resultado de todo un equipo y un proceso educativo en el que hay que trabajar y apostar «no recortar como se ha hecho hasta ahora». El delegado apunta que, a pesar de que hay casos de todo tipo, en Granada el nivel y la implicación docente en los centros es alta. Desde los centros y desde los servicios de inspección –cada uno con sus competencias– se realizan este tipo de controles de calidad y lo normal que no se abran anualmente más de quince expedientes. «Algunos de ellos por motivos diferentes a los estrictamente educativos y relacionados con el alumnado, por lo que en ese sentido nos sentimos tranquilos».

Coincide en la importante labor y la profesionalidad del profesorado José Ginés, secretario de la Asociación de Orientadores de Granada, Jaén y Almería, Asosgra. «Nuestra defensa al profesorado que es el que está salvando el sistema educativo y está siendo capaz de sobreponerse y adaptarse a siete cambios legislativos en Educación». Encontrando este punto en común con el delegado, desde Asosgra sí creen que el Libro Blanco de Marina pueda ser un primer paso para lograr lo realmente deseado. Un pacto por la educación «que debería hacerse ahora». La asociación de orientadores ha sido una de las que ha aportado propuestas en el documento y la que apuesta por ese pacto basado en la equidad, la inclusión y la calidad. «Acompañar al alumno para aprovechar su talento y crear un sistema basado en valores». En relación a la evaluación docente, el secretario de Asosgra destaca la necesidad de establecer las bases de cómo debe ser la formación, la selección del profesorado y su evolución. Al respecto son conscientes de que «la vocación es la base de todo».

El delegado apunta en relación a esto último que habría que intentar «que a la carrera lleguen personas que quieran ser docentes y no por una salida laboral». Colaborar en su formación, apostilla: «Y eso se hace con financiación y un modelo económico claro, el consenso educativo y el reconocimiento social».

Otra pieza importante son los sindicatos docentes. Manuel Pérez es presidente del Sindicato Independiente ANPE en Granada y considera que el desarrollo del Libro Blanco es, en cierta medida, extemporáneo. «Consideramos que este tipo de documentos no deben responder a ningún momento político y, por el momento, no se puede considerar una norma básica». Pérez piensa que la necesidad de mejorar el sistema educativo es positiva pero siempre de unos criterios objetivos y enmarcado dentro de un estatuto docente.

«Dentro del mundo educativo hay casos en los que sí se pueden advertir ciertas carencias dentro del profesorado pero son los menos, a nivel general, el nivel docente responde a unos parámetros positivos», cuenta. En cualquier caso, desde ANPE se subraya que todo lo que sea mejorar y subir los estándares de calidad es bueno para la profesión. «Buscar una regulación del docente perfeccionándose a través de su carrera, buscando la implicación del centro, desarrollando el currículum y la praxis y posicionando a la educación española cada vez mejor», señala. Y pone el acento en que en este tipo de circunstancias queda al descubierto «lo vocacional» de esta profesión. «Hay profesores que lo son casi desde pequeños. Gente apasionada por su profesión que se pasa toda su carrera formándose y avanzando porque realmente es lo que quieren. Otros, lo hacen más por tener una alternativa y eso se nota a la hora de impartir las materias. Sin olvidar otros factores que también afectan como el alumnado o las familias». El portavoz, que es profesor en un instituto de la provincia, tiene claro también que más que evaluar a los profesores habría que evaluar el antes y el después. «Es decir, la formación que tienen y la realidad que se encuentran».

CONCIENCIA EDUCATIVA

Este aspecto lo tiene muy claro Jéssica Barbera. La joven ha estudiado Magisterio de Educación Primaria en la Universidad de Granada se encuentra haciendo el practica de un colegio de la capital. Sin dudarlo coincide con el portavoz del ANEE en que la facultad es para adquirir los conocimientos y que la realidad para formarte. «En las clases aprendes mucho sobre el currículum, psicología, Organización pero la metodología para trasladar todo eso al aula, no». Ella está siendo testigo en su centro de profesores de diferentes generaciones y de las distintas tácticas que tienen para enseñar. «Se nota quien tiene recursos actualizados y quién saca más rendimiento a las nuevas posibilidades educativas».

Desconoce si será por el Libro Blanco o de otra manera, pero considera que las auditorías docentes son positivas. «Más que reciclar conocimiento, siempre es bueno que se recicle en metodología y en nuevas estrategias». Barbera explica que la Educación, como todas las profesiones, evoluciona con el paso del tiempo y «afortunadamente, ahora no se enseña igual que antes, por eso sería bueno una evaluación de unos cinco años». Apunta, por eso, que estar al día, realizar cursos habitualmente y conocer cómo trabajan otros compañeros, ayudan a los docentes a evolucionar. «Me sorprende las formas y recomendaciones que te dan los libros de teoría para mejorar la caligrafía en los pequeños y, luego realmente, como un ‘simple’ reto de pasar de lápiz a bolígrafo puede ser la mayor motivación para ellos». Tiene claro que «el maestro se hace, no se prepara», pero que no puede abandonarse con el paso del tiempo.

¿Y qué opinan los padres y madres de los alumnos? Se dividen las opiniones en la Federación Provincial de Asociaciones de Madres y Padres (FAMPA-Alhambra), otras de las patas importantes a la hora de analizar este Libro Blanco. Amelia Garrido, la portavoz en Granada, apunta que al margen de la idoneidad y de las formas que se establecen en el libro de Marina, ellos apuestan por un cambio en el modelo educativo. Las comparaciones son odiosas pero Garrido hace referencia a la envidiada Finlandia y su proceso de evaluación continua de todos los miembros de la comunidad educativa. «De todas maneras desde la FAPA se apunta que la cuestión de la evaluación del profesorado es importante pero no es la prioritaria para muchos padres». Garrido expone que en el cambio de modelo educativo se incluyen aspectos que mejorarían todas las patas y redundarían en mejoras para los profesores y los alumnos. «Hablamos de una educación más abierta que va más allá de los libros, trabajar por proyectos, por actividades fundamentales como el comedor escolar», detalla. Desde la FAPA se apuesta por ir más allá para un beneficio común.

En todo este cubo de Rubik de opiniones, José Antonio Ortega, profesor del departamento de Didáctica y Organización Escolar y director del grupo de investigación Tecnologías Educativas e Investigación Social, expone que el documento de Marina plantea una serie de cuestiones importantes en relación a la evaluación docente, pero va más allá y apunta que además de al sector docente habría que evaluar a «una administración que somete a los docentes a reformas y contra-reformas que afectan directamente al profesorado». Ortega considera que las turbulencias que han afectado a la Educación lo últimos años, con siete reformas, han creado cierto hartazgo entre el cuerpo de los maestro que hay que erradicar. Él, como la mayoría de las voces incluidas en este reportaje, reivindican un Modelo de Evaluación Integral de la Educación y un Pacto Educativo que aporte la estabilidad necesaria a todo el colectivo. «Sería la clave para que se revitalice la función docente, se vuelva a crear la ilusión perdida, los equipos directivos recuperen el papel que les corresponde y la Educación adquiera a nivel social el crucial que tiene», concluye.

LAS PROPUESTAS DE MARINA

Revisión de las reformas: Desde hace cuarenta años, la mayor parte de los países han emprendido reformas educativas. ¿Por qué han triunfado unas y fracasado otras?

El docente y los directores en el cambio educativo: Tanto los informes McKinsey como los documentos publicados por la OCDE y por la UE indican que los docentes y los equipos directivos son los protagonistas de la transformación educativa. La calidad del sistema depende de la calidad de los docentes.

La carrera profesional: Cómo hacer atractiva la profesión para captar a los mejores. Necesitamos convertir la profesión docente en una carrera atractiva. Y, en primer lugar, definir la profesión.

Retribución y objetivos: Fomentar la cultura de la evaluación del desempeño docente. Relacionar los resultados de esas evaluaciones con el desarrollo profesional (formación, retribución y promoción).

Los mejores expedientes: Promover en España una campaña parecida a la del 30% de los mejores expedientes a educación. Encuentra un obstáculo en la universidad española, que piensa que los mejores deben dedicarse a la investigación, y no llegan a las aulas.

Selección y formación: Implantación de un sistema parecido al MIR, que habilitará tanto a los futuros profesores de la enseñanza pública como a los de la concertada y la privada.

Criterios de evaluación del profesor: 1. Su portafolio profesional, que es la documentación sobre toda su trayectoria académica y profesional, itinerario profesional, los cursos a los que ha asistido, las actividades que ha hecho, etc. 2. El aprovechamiento pedagógico del alumno. No la nota, sino el modo en que ha progresado el estudiante. 3. La opinión del alumno. 4. La observación del profesor en el aula. El modo en que da clase, cómo se relaciona con el alumno, el clima del aula... 5. La relación que mantiene con los padres de los alumnos. La colaboración con las familias es esencial. 6. El modo de colaborar con el resto de profesores del centro. 7. La calidad del centro educativo donde imparte clase.
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LEER EL MANUSCRITO: DEL ETERNO PROGRESO A LA INCERTIDUMBRE

JOSÉ ANTONIO MARINA: "LA PEOR ESCUELA DE FINLANDIA ESTÁ AL NIVEL DE LAS MEJORES NUESTRAS"

Una carta dirigida al ministro de Educación que decía que cualquier reforma educativa debía basarse en el profesorado, llamó la atención de Íñigo Méndez de Vigo hasta el punto de que al día siguiente contactó con el remitente: el pedagogo, filósofo y escritor, José Antonio Marina. Méndez de Vigo le encargó la tarea de elaborar un libro blanco de la profesión docente, que ha visto la luz hace apenas una semana. Diariocrítico ha charlado con Marina sobre la situación del sistema educativo, el papel de los partidos políticos y la sociedad, y las propuestas electorales en materia de Educación.

- ¿Cuáles han sido las primeras reacciones de la comunidad educativa al ‘Libro blanco de la profesión docente’?

Las reacciones han sido las mismas que antes de que saliera, existe un sentimiento de recelo por parte de sindicatos y profesores ante cosas que a mí me parecen de sentido común como es la necesidad de evaluar a los docentes. Sin embargo, por otra parte, quienes han leído el libro se han dado cuenta de que es una concepción nueva de la escuela que no intenta menospreciar a los profesores sino que reconoce que no sólo tenemos que formar a nuestros alumnos sino ser los defensores de su derecho a la educación. Tenemos que saber mucho para poder exigir a los partidos una serie de medidas necesarias y poder explicar a la sociedad cómo debe ser la escuela.

- ¿Y las reacciones de los partidos políticos?

De los partidos solo sé lo que han dicho a los medios de comunicación. Ciudadanos (C´s) se ha comprometido a poner en práctica casi todas las medidas si llega a gobernar, el PSOE ha incluido algunas en su programa, como la referente al MIR educativo, y Podemos ha dicho a los medios de comunicación que no está de acuerdo con el libro. El Gobierno del PP considera que se trata de un buen primer paso para un pacto educativo.

- Fue el nuevo ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, quien le encargó este proyecto. ¿Ha interferido el Gobierno de alguna manera en el contenido del libro?

Para nada, al contrario. Celebro la elegancia del ministerio al respecto porque no se enteró del contenido del libro blanco hasta el día en que se publicó. Cuando me lo encargó (el ministro), yo le dije la fecha de publicación y ya no volvió a decirme nada. Me han dejado trabajar y no han interferido en nada por lo que elogio la imparcialidad del ministro.

- Hay voces dentro de la comunidad educativa que critican el libro por considerarlo incompleto ya que sólo se refiere a la profesión docente y no a todos los problemas de la Educación en nuestro país.

Un libro blanco no es el final sino el comienzo de un debate, que yo espero que empiece pronto porque no tenemos tiempo. Algunas críticas vienen porque el libro no habla de los recortes, las tasas, las becas o los colegios concertados pero es que ése no era el encargo. Lo que tenía que hacer era ‘diseñar’ un mejor modelo de profesión docente. El libro no sólo habla de los profesores de aula sino de todos los que trabajan en el sistema educativo, al tiempo que propone la creación de centros superiores de formación de profesorado que deben ser independientes a la Universidad.

- ¿Cuáles son las medidas o propuestas más innovadoras que recoge el libro?

La más innovadora es la apertura de la escuela a la sociedad para atraer a las fuerzas sociales, ya que la escuela es el centro de una ‘explosión del aprendizaje. Hemos entrado en la sociedad del aprendizaje y tenemos que formar a nuestros alumnos para un mundo imprevisible. Todos los que trabajamos en el sistema educativo tenemos que subir de nivel, convertirnos en una profesión de élite y aprender a trabajar juntos. La escuela debe ser la protagonista de la Educación.

- Una de las medidas quizás más polémica es la de implantar un MIR educativo, ¿por qué crees que es necesario?

En España, ningún gobierno se ha ocupado de la formación de los profesores, y la forma de conseguirlo es organizarlo de una forma eficiente y ‘copiando’ a quienes lo hacen mejor, y como hemos visto que el MIR ha contribuido a la mejora del sistema sanitario, un MIR educativo hará lo propio en esta área.

- ¿En qué consiste el MIR educativo?

Mediante la implantación del MIR educativo, todos los profesores de todos los niveles tendrán que cursar el grado universitario y a partir de ahí, los que quieran entrar en la carrera docente deberán superar una prueba de carácter nacional mediante la que acceder a una plaza docente. Quienes pasen la prueba entran en el MIR, que consiste en un primer curso de alto nivel con parte una parte práctica al que siguen 2 años de prácticas remuneradas en centros educativos. El problema de la formación era haber sido muy teórica y poco práctica. Además, la administración pública asignará anualmente el número de plazas que se necesitan, de forma que se pueda adecuar el número de profesores a las plazas disponibles. Ahora estamos formando al triple de profesores de los que necesitamos, y con este sistema quien pase la prueba y siga la formación, tendrá su plaza.

- La comunidad educativa ha manifestado en repetidas ocasiones su descontento por la implantación de la Lomce, y ha reclamado su derogación inmediata. Usted, sin embargo, propone mantener esta ley, ¿por qué?

El disparate es pensar que se puede cambiar la escuela con el BOE, o lo que es lo mismo, mediante una sucesión de leyes. Lo que yo le planteé al ministro de Educación es que la implantación de la Lomce por parte del titular anterior de esta cartera, José Antonio Wert, no tiene buena salida. Mantener la Lomce es malo porque nadie la quiere, pero quitarla también es malo porque nos conduciría a una situación de vacío. Lo que yo considero la solución ‘menos mala’ es mantener las cosas como están pero con el compromiso de los partidos de elaborar un pacto por la Educación antes de un año, de forma que se pueda elaborar una nueva ley que nos dure 30 años.

- Tanto PP como PSOE han utilizado la Educación como una pelota que cambiaba continuamente de tejado. ¿Son ellos los únicos responsables de los problemas del sistema educativo o la sociedad también tiene algo de culpa?

En España no ha habido una buena gestión de la Educación, y decir ahora que todo el problema educativo son los recortes es falso. Los recortes han agravado un problema ya existente porque antes se destinaba a Educación un 7,5% del PIB y la escuela estaba mal. Está claro que ahora, con una inversión inferior al 5% del PIB no se puede tener una buena educación, pero con el 5% se podría si se gestiona bien. Está claro que detrás de esta gestión están los políticos, aunque no creo que se haya tratado de una conspiración consciente sino de pasotismo y desidia. Además, la Educación parecía no interesar a nadie salvo a los padres con hijos. Si consiguiéramos que la Educación estuviera en un ‘primer plano’ en las encuestas de opinión del CIS, quizás lograríamos que ni la sociedad ni los políticos hicieran oídos sordos.

- ¿Qué pasos se deben dar para mejorar el sistema educativo?

Una de las cosas que más me interesa es convencer a la ciudadanía y a los partidos políticos del ‘compromiso 555’. El primer 5 corresponde a la promesa de destinar un 5% del PIB a Educación, el segundo establece el compromiso de tener una escuela de alta calidad en 5 años, y el tercero, son 5 objetivos educativos que definen un nivel de calidad: rebajar el abandono escolar al 10%, subir 35 puntos en el informe PISA, aumentar el número de alumnos excelentes y reducir la distancia ente los mejores y los peores, atender adecuadamente a los niños con necesidades educativas especiales e introducir en los currículos destrezas necesarias para el siglo XXI orientadas al empleo. Así podríamos equiparar la calidad de nuestro sistema educativo al de Finlandia, cuya peor escuela está al nivel de las mejores nuestras. Esto se puede llevar a cabo en 5 años por eso tenemos que convencer a la ciudadanía para poder presionar a los políticos.

- ¿Qué le parecen las propuestas electorales de los principales partidos políticos en materia de Educación?

Creo que han trabajado muy poco en sus propuestas de Educación. De lo que más me interesa, la idea del MIR educativo o la evaluación de docentes, la llevan varios partidos en su programa, como el PP, PSOE y Ciudadanos. La iniciativa del PSOE de universalizar la educación de 0 a 18 años me parece bien si se refiere a habilitar plazas pero no si se trata de elevar a los 18 la enseñanza obligatoria. Podemos habla de eliminar la enseñanza concertada, y no estoy de acuerdo con esa idea, y creo que no es buena, entre otras cosas por motivos económicos, ya que el Estado tendría que hacer frente a un gasto mayor. Creo que la mayoría de las propuestas que hacen los partidos son muy pobres. Hay que ver la escuela que necesitamos y analizar lo que hace falta para lograrlo.
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Resumen y aportaciones a LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

10 INTERROGANTES A PROPÓSITO DEL LIBRO BLANCO SOBRE LA PROFESIÓN DOCENTE DE JOSÉ ANTONIO MARINA

Artículo de Jaume Carbonell
Exdirector de la revista Cuadernos de Pedagogía.
Asesor de varios proyectos editoriales relacionados con la educación.


Este es un artículo publicado en El Diari de l'Educació

El encargo del Ministerio de Educación de elaborar un libro blanco sobre la profesión docente ha provocado una gran revuelo mediático. Analizamos algunas de sus propuestas, como la de convertir el profesorado en un cuerpo de élite mediante una formación inicial de hasta 7 años.

El encargo que le ha hecho el Ministerio de Educación al filósofo José Antonio Marina de elaborar un libro blanco sobre la profesión docente ha provocado un gran revuelo mediático. En efecto, pocas veces una cuestión educativa había tenido tanta repercusión en los medios de comunicación y en las redes sociales. El filósofo entregó el documento a principios de mes y ahora se empiezan a conocer sus detalles, en los que se plantea convertir a los maestros en un cuerpo de élite con siete años de formación –cuatro de grado, uno de máster y dos de pacticas siguiendo el modelo médico de los MIR–. Sin entrar a valorar lo que significa este encargo hecho a toda prisa para tratar de maquillar el final de legislatura de una de las gestiones educativas más negras, ofrecemos un decálogo de preguntas que, más allá de lo que dice o deja de decir este libro blanco, están presentes en el debate educativo de los maestros y del conjunto de la comunidad educativa. En este sentido, hay que tener en cuenta, además, la ponencia reciente del PSOE " Hacia un nuevo modelo de Profesionalidad docente ", y el documento " Por otra política educativa " firmado por varias organizaciones políticas, sindicales y educativas, entre otras muchas aportaciones. Tampoco se puede olvidar que desde 2007 hay un borrador de estatuto docente pendiente de negociar con los sindicatos. Y que, por otra parte, la literatura sobre los derechos y deberes y otros aspectos de la profesión es ingente. Vamos, que ni mucho menos se parte de cero. Aunque muchas reflexiones y propuestas hacen referencia a los maestros de Infantil y Primaria, también son aplicables a docentes de otros niveles que reciben también el tratamiento de maestros, que es también una manera de dignificar la profesión.

1. ¿Se puede reformar y cambiar la educación poniendo sólo el foco en la profesión docente?

Qué sentido tiene el encargo de repente de un estatuto de la profesión docente? ¿No tendría más sentido encargar a una comisión de expertos consensuada entre las diferentes fuerzas políticas y organizaciones sociales y educativas la redacción de un libro blanco de la educación a fin de hacer un diagnóstico a fondo de la situación de la enseñanza y la educación en España, al tiempo que se proponen algunas líneas de actuación prioritarias? Este diagnóstico sería de gran ayuda para la elaboración de una nueva reforma educativa. Hay que recordar que esto, desgraciadamente, sólo se hizo en 1970 con motivo de la "Ley General de Educación", la última reforma del franquismo. Y nunca más.

Uno de los problemas más graves de las reformas de enseñanza -mal llamadas educativas- de la democracia es que no han ido acompañadas de una propuesta de cambio en la profesión docente. Ahora, en cambio, parece que se quiere hacer a la inversa. Es una obviedad afirmar que los maestros son una pieza clave para garantizar la calidad de la enseñanza. Pero no la única. Y los cambios que han tenido éxito en nuestra historia (hay que recordar la reforma de la II República) y en la de otros países son aquellas en las que se ha planteado un cambio sistémico que afecta a la totalidad de las piezas que conforman el sistema educativo: objetivos y valores, currículo, organización, autonomía y gestión democrática de los centros, tiempos y espacios, papel de la dirección de los centros y de la inspección, derecho a la educación e igualdad de oportunidades, relación de la escuela con la comunidad y con las diversas políticas sociales y culturales ... Hoy, además, es necesario situar la escuela en los procesos de cambio acelerado en la sociedad del conocimiento y en los contextos de aprendizaje y formación, cada vez más amplios e influyentes, que tienen lugar fuera de la escuela.

2. ¿De qué premisas hay que partir para conseguir un pacto por la educación?

En eso todo el mundo está de acuerdo: ya basta de que cada cambio político suponga una nueva reforma educativa. Basta ya de tanta inestabilidad legislativa, de desconcierto. España es un estado plurinacional muy extraño, pues sorprende con qué facilidad se derogan las leyes educativas y lo que llega a costar modificar la Constitución. Al contrario de lo que sucede en otros países de la Unión Europea. Ahora bien, cabe preguntarse seriamente -más allá de proclamas retóricas y electoralistas- a partir de qué bases se puede construir un gran pacto por la educación. De entrada conviene desterrar los discursos que, desde la ignorancia o la ingenuidad, reivindican la neutralidad ideológica de la educación. No es necesario leer a Freire para entender la naturaleza política de la educación, pues ya Aristóteles y otros pensadores clásicos lo explicaron bien. Lo que sí hay que abandonar son los sectarismos, fundamentalismos y dogmatismos. Una distinción necesaria y que a menudo se confunde.

Un pacto por la educación no puede obviar por qué tipo de ciudadanía democrática queremos educar y para qué sociedad. Si se pone el énfasis en el desarrollo de todas las capacidades e inteligencias y en los valores de la solidaridad y la cooperación, o si, por el contrario, se orienta de manera demasiado unidimensional y economicista en el acceso al mercado de trabajo, con una fuerte carga individualista y competitiva. Estos retos se deben enfocar de manera colectiva y pluralista, fijando mínimos -no máximos- y dejando la puerta abierta a que las reformas evolucionen y se enriquezcan con nuevas medidas.

Por otro lado, hay líneas rojas que no se pueden traspasar: las que tienen que ver con el derecho a la educación para todos -desde la escuela infantil hasta la universidad y la formación a lo largo de toda la vida-, sin ningún tipo de discriminación; en las políticas de igualdad y de equidad; en la libertad de conciencia; en la democratización de la enseñanza; en la participación de la comunidad educativa; en el aumento de la inversión educativa para aproximarse a la media europea; o en la defensa de la escuela pública como modelo prioritario. Y no hace falta decir que la LOMCE traspasa varias líneas rojas. Una reforma que está lejos del consenso, pues el parlamento sólo recibió los votos del PP, y en los centros y en la calle fue ampliamente contestada. Una apreciación muy diferente se puede hacer de la LOE que recibió el apoyo de todos los grupos parlamentarios, salvo el PP. Es evidente que tiene sus carencias, pero al menos es una reforma que puede ser homologable a la de otros países europeos donde la aceptan fuerzas políticas de derechas e izquierdas. Pero es que la LOMCE, como se ha puesto en evidencia reiteradamente, contiene aspectos más retrógrados que la última ley educativa del franquismo.

Este gran pacto educativo no puede ser sólo un pacto de Estado firmado entre los diversos grupos parlamentarios. Para ser sólido y efectivo conviene que el consenso se obtenga también con las diversas organizaciones sociales del ámbito educativo: desde los sindicatos y otros colectivos docentes hasta las AMPA y otras entidades del mundo educativo. Demasiado a menudo las reformas también fracasan porque los maestros y el conjunto de la comunidad educativa no son escuchados y no se implican en el debate y las grandes decisiones de política educativa.

3. ¿Está bien formado el profesorado no universitario?

Sorprende escuchar afirmaciones tan contundentes como esta: "Los profesores no están formados en absoluto". Se podría hacer esta misma afirmación de los jueces, los abogados, los arquitectos o los médicos, para no caer en el tópico de mencionar los políticos. Es evidente que en un colectivo de unas 670.000 personas en toda España hay de todo, como no puede ser de otra manera. Otra cosa bien diferente, como veremos más adelante, es que la formación inicial sea todavía muy deficiente. Pero es que hay un buen número de docentes -aunque no son tantos como sería deseable- que hace tiempo que se desenvuelven y se buscan la vida, formándose individual o colectivamente, buscando recursos en la red o en encuentros de todo tipo, aprendiendo de las innovaciones que salen adelante en el centro y de sus propios compañeros. A veces se forman gracias a las ofertas de las administraciones educativas y de otros a pesar de la ausencia de iniciativas de la Administración en este ámbito.

En cualquier caso hay que distinguir entre el desigual grado de compromiso para formarse de manera cooperativa o de autoformarse por parte del profesorado y las estructuras formativas oficiales que dificultan la calidad formativa, sobretodo en los estudios iniciales.

4. ¿Qué se puede hacer para seleccionar mejor el profesorado?

Cuando se habla de convertir la profesión docente en una carrera atractiva y de seleccionar a los mejores candidatos casi siempre aparece el ejemplo de Finlandia, donde se exige un promedio de excelente para acceder. Es evidente que la nota de corte de ingreso debería subir en todas las Facultades de Educación - algunas ya lo están haciendo - pero no siempre existe una correspondencia entre los expedientes académicos de excelencia y la calidad de la intervención docente. Y es que el magisterio, como sucede con la inteligencia y con tantas otras cosas de la vida, siguiendo el principio vigotskiano de la zona de desarrollo próximo (donde es clave el contexto y los apoyos que recibe), se modula con buenos sistemas formativos, de acompañamiento y apoyo, formando parte de sólidas comunidades profesionales de prácticas innovadoras.

La selección tiene dos momentos importantes: a) El acceso a los estudios, donde habría que introducir pruebas especificas, entrevistas, test y otros mecanismos para medir el poso cultural de los candidatos, algunas competencias relevantes como el hábito y la comprensión lectora o la capacidad de programar e improvisar; y algunas actitudes como el trato con los alumnos o la disponibilidad a trabajar en equipo de forma cooperativa. Es importante ver el resultado que estos procedimientos han dado a otros países y en nuestro Plan Profesional de 1931, una de las reformas más avanzadas en la formación de los maestros. b) El acceso a la profesión. Desde hace un tiempo se habla con insistencia de adaptar a la enseñanza el programa para la formación de médicos interinos residentes (MIR). Se trataría de unas prácticas de dos años con tutores especializados y con una retribución para el estudiante desde el primer momento. El Partido Popular lo ha incorporado en su programa electoral -también Ciudadanos- pero nadie habla del coste que supondría esta iniciativa. Sea esta u otra la solución, lo que es clave es la tutorización y acompañamiento de los maestros en sus primeros años de trabajo. Y, en cualquier caso, sería conveniente que, antes de aplicarse de forma generalizada, se llevasen a cabo diversas modalidades de este tipo de título de ensayo experimental para detectar sus potencialidades y debilidades, y poderlas subsanar antes de su hipotética generalización. También habría que revisar y actualizar los temarios de las oposiciones de acuerdo con los nuevos tiempos y las nuevas aportaciones de la innovación educativa.

5. ¿Qué hay que cambiar de la formación inicial?

La formación del profesorado debe fundamentarse en tres pilares sólidos e interconectados: contenidos culturales, conocimientos pedagógicos-profesionales y prácticas. Esta formación debería permitir ampliar la mirada crítica sobre el entorno cercano y lejano, el dominio de los diversos lenguajes, la atención a la más amplia diversidad de alumnos, la innovación educativa en el centro y en el aula, el trabajo colaborativo y una actitud receptiva ante las nuevas realidades y exigencias sociales, culturales y educativas.

Una de las piedras de toque no es sólo el necesario equilibrio entre estos tres pilares, sino el grado de conexión constante entre ellos. A menudo, por lo que he observado en mi larga trayectoria como formador de futuros maestros, existe una gran dificultad para transferir lo que los estudiantes aprenden en la universidad a las aulas donde hacen las prácticas, y a la inversa. Se visualizan como dos mundos radicalmente diferentes. Por ello, es muy deseable que se alargue el periodo de prácticas -durante los cuatro años del grado y al terminarlo-, pero aún lo es más el hecho de que en estas prácticas puedan pensar y reflexionar de manera continua, y que la teoría educativa no se vea como un cuerpo extraño alejado de la práctica sino como el cemento imprescindible que da consistencia a la vida del centro y del aula.

Por otra parte, conviene evitar la especialización prematura en maestros de Infantil y Primaria, pues es preferible que dentro de un equipo de maestros se puedan compartir visiones globales y que los puestos de trabajo a los diferentes niveles se puedan intercambiar. La especialización debe ser progresiva en los últimas años y sobre todo durante el postgrado. En este sentido, conviene estudiar a fondo el plan experimental que, desde hace tres cursos, el Departament d'Ensenyament está aplicando en varias universidades catalanas, donde los estudiantes cursan el doble grado de Infantil y Primaria, alternan las clases en catalán y inglés, se intensifican las prácticas con estancia en centros del extranjero.

6. ¿Cuáles son las modalidades más innovadoras y eficientes en la formación permanente?

Hay dos premisas que se van instalando en la mayoría de los sistemas formativos. El reciclaje o actualización constante de los conocimientos porque éstos, al igual que ocurre con las medicinas, tienen fecha de caducidad; y la estrecha relación y continuidad entre la formación inicial y la continua.

La literatura y la experiencia acumulada tanto en nuestro país como en el extranjero en torno al desarrollo profesional y los programas de perfeccionamiento es abundante, y merecería un estudio cuidadoso por discriminación de aquellas políticas y modalidades formativas que han contribuido a la mejora de la calidad docente de aquellas otras en las que el impacto ha sido nulo o muy reducido. Tenemos algunas evidencias, pero habría que profundizar, recogiendo la voz del profesorado para disponer de más evidencias. Se ha repetido a menudo, por poner un ejemplo, que la formación en los propios centros es la fórmula más adecuada y exitosa, pero habría que ver con detenimiento cómo se ha aplicado a la práctica y qué cambios se han obtenido tanto a nivel individual como colectivo.

En algo todo el mundo está de acuerdo: la formación permanente es un derecho y un deber. ¿ Ahora bien, hasta donde llega este reconocimiento para que se incluya dentro de la jornada laboral? ¿ O hasta qué punto este deber debe convertirse en obligatoriedad? Posiblemente la mejor solución sea la complementariedad: que una parte de la oferta formativa sea obligatoria y se contemple dentro del horario y que la otra sea voluntaria y tenga lugar fuera de la escuela. En medio se contemplan múltiples variables.

También esta complementariedad se da entre las políticas verticales, que se definen y gestionan desde las administraciones educativas, y las numerosas iniciativas horizontales que surgen de manera autònoma desde los propios colectivos docentes, cada vez más enredados presencialmente y virtualmente. Ahora bien, en los últimos años hemos asistido a un desmantelamiento progresivo de las estructuras de formación y de los Centros de Profesores y Recursos en muchas Comunidades Autónomas. Otros los mantienen, pero con menos intensidad, y en otros lugares los ICE (Institutos de Ciencias de la Educación) se siguen ocupando de esta formación. ¿Hay que recuperar los CPR? Depende. La pregunta previa es: ¿para hacer qué? ¿ Con qué orientación y participación del profesorado? También aquí habría que estudiar las luces más evidentes al principio- y las sombras, cuando los últimos tiempos muchos de estos centros se convirtieron en meras oficinas administrativas de gestión de cursos. Claro que la cosa va por barrios.

7. ¿Quiénes y cómo deberían ser los formadores de maestros?

La exigencia de actualización debe extenderse al profesorado que imparte la formación inicial. El reciclaje debe ser en la materia que imparte pero también es necesario que se conozca la realidad de los centros escolares. ¿Cuando hace que no han pisado una escuela muchos de estos profesores universitarios? Lo tiene que hacer lo que enseña teoría de la educación, didáctica y organización escolar, lengua o matemáticas. Porque, como decimos antes, uno de los grandes retos es la articulación entre la teoría y la práctica: entre el qué y el cómo, entre el texto y el contexto.

Por otra parte, es muy saludable que en la formación inicial intervengan maestros en activo: no sólo como tutores de prácticas durante los estudios o durante la implantación de un hipotético MIR o una fórmula similar, sino como profesores que imparten algunos contenidos regulares del currículo. No me refiero a maestros que han realizado una promoción vertical y terminan en la universidad sino a aquellos otros que siguen enseñando en la escuela y que una o dos tardes a la semana imparten clases en la universidad. La LRU (Ley para la Reforma Universitaria) de 1983 contemplaba esta posibilidad mediante la figura del profesor asociado que ahora se ha pervertido totalmente y se ha convertido en reclutamiento y explotación de mano de obra barata. En algunas Facultades de Educación privadas esta fórmula de contratar maestros en activo ya funciona hace tiempo y no hay que decir que es muy bien recibida. La legislación universitaria oficial debería ser más flexible para facilitar estas contrataciones a tiempo parcial. E incluso sería deseable establecer un porcentaje de puestos de trabajo para estos maestros.

8. Sí, claro que hay que evaluar, pero ¿quién lo hace y qué criterios se siguen?

Nos falta cultura de la evaluación y todos los funcionarios, cargos públicos y otros profesionales deberían rendir cuentas a menudo de su trabajo a la sociedad. Quizás también habría que redactar un libro blanco de la evaluación. Se ha hablado mucho y no se pone remedio. La razón es sencilla: en el caso de los maestros la tarea es compleja porque no queda claro quien los evaluará. ¿Una agencia externa que hoy no existe y que se debería crear y ofrecer muestras de su rigor y credibilidad? ¿La inspección, que para acometer esta función debería renovar radicalmente, con un perfil más pedagógico y no tan burocrático? ¿O la dirección de los centros, que hoy por hoy, en términos generales, no goza de la suficiente profesionalización, reconocimiento y liderazgo para asumir esta tarea tan complicada? Aunque, naturalmente se pueden encontrar formar fórmulas y comisiones mixtas entre estas y otras figuras.

Qué se evalúa: ¿los resultados y progresos de los alumnos? ¿La relación que se establece con estos y sus habilidades de enseñanza y aprendizaje? ¿La implicación en el centro y con las familias? ¿Las innovaciones que promueve individualmente o en equipo? Y todavía una última pregunta más complicada: ¿Es necesario evaluar negativamente y penalizar el maestro tradicional que no innova, aunque puede tener otras cualidades de lo que se considera un buen maestro? ¿Si, por que hay un canon o modelo de maestro o hay varios en función de las diversas visiones y prácticas pedagógicas, o también del proyecto educativo del centro? ¿Qué hay de común y de específicamente diferente, y como se discrimina y se evalúa todo? Insisto, la complejidad de la cuestión no justifica que se aparque como se ha hecho otras veces. Hay que agradecer el valor de las personas que lo plantean de nuevo; ahora bien, esto no es suficiente. Es necesario que se acompañe de conocimiento, extraído de las numerosas investigaciones y del saber acumulado a pie de aula.

En los dos puntos siguientes hablamos de las recompensas de la evaluación que tienen que ver con un incremento de la retribución y con un conjunto de incentivos. También en este caso hay que ver en qué circunstancias la evaluación es mejor que sea voluntaria u obligatoria.

9. ¿Los maestros serán mejores si cobran más?

En mis numerosas visitas a las escuelas nunca he oído decir a un maestro que si le pagaran más se esforzaría para hacer mejor su trabajo. No es de eso que se quejan, sino de los recortes, de las dificultades que se encuentran cuando las ratios de alumnos por aula aumentan, cuando no disponen de suficientes apoyos pedagógicos y terapéuticos de refuerzo para atender a los alumnos con dificultades, de la relación a veces difícil con algunas familias, los niños desvalidos por la pobreza y la falta de atención social, de la formación permanente, del exceso de burocracia en los centros ...

Es cierto que algunos estados de EEUU y en otros países europeos se ha aplicado el llamado PPR: "mérito pay" o "pay per perfomance" (pago o retribución por renent), pero también lo es que en muchos de estos lugares ha fracasado y, en otros que se mantiene, es objeto de una fuerte contestación por parte de la comunidad educativa. No hay que olvidar que se trata de una de las medidas estratégicas de las políticas neoliberales para fomentar entre los docentes el individualismo, la jerarquización y la competitividad, mediante la regulación de numerosas categorías y tablas salariales que no hacen más que provocar un clima enrarecido de recelos y envidias, dificultando extraordinariamente el trabajo en equipo y la cultura de la colaboración-cooperación, uno de los signos de identidad más genuinos de la innovación educativa. Vamos, que es una ingenuidad o una clara manipulación, tratar de vender el "mérito pay" como un procedimiento neutro, apolítico y de sentido común. No señalaremos muchas dificultades derivadas del hecho de que los resultados y progresos de los alumnos tienen que ver a menudo con otros factores ajenos a la intervención del profesor, como es el esfuerzo del alumno, y otras variables personales, familiares y sociales. Por otra parte, no es nada fácil medir la calidad de los maestros en la franja intermedia; y son bastante conocidas las estrategias de los maestros y de algunos centros para mejorar los resultados de los estudiantes sin que mejore el aprendizaje.

Los maestros considerados malos o muy malos -y estamos hablando de casos extremos donde hay bastante consenso en detectarlos y calificarlos así- no es que tengan que cobrar menos sino que no pueden ejercer de maestros y deberían abandonar la profesión. Hablamos de maestros que no consiguen hacer funcionar de ninguna manera la relación con los alumnos y la gestión del aula, que faltan sistemáticamente el respeto a los estudiantes y los maltratan, que incumplen sistemáticamente la normativa en cuanto a la dedicación al centro ya otras responsabilidades... Y en estos casos no se debería permitir, como ocurre demasiadas veces, que la inspección tarde tanto en tomar una decisión que casi siempre consiste en desplazarlo a otro centro educativo, en vez de buscarle un otro puesto de trabajo fuera de la docencia.

Porque, por encima de todo, hay que garantizar los derecho del niño a recibir una buena educación y a tener buen maestro. Este es el objetivo: que todos los maestros sean buenos. Y los que se encuentran en dificultades o muestran deficiencias formativas, hay que acompañarlos, tutorizarlos, cuidarlos -no enviándolos a dar clase a los grupos más conflictivos- y obligarlos a recibir la formación permanente que haga falta. Los maestros, hay que tenerlo en cuenta, sobre todo en estos momentos en que no se dispone todavía de una selección inicial cuidadosa, también pueden mejorar si reciben los apoyos necesarios.

10. La promoción docente no puede basarse en la antigüedad sino en otros estímulos individuales y colectivos.

Los maestros públicos se pueden promocionar de manera horizontal o vertical, asumiendo cargos o funciones: de gestión, asesoramiento, formación de maestros, investigación... que significan, por supuesto, una mejora de la retribución. Para acceder a ella hay que tener en cuenta los proyectos innovadores, las actividades formativas y otras iniciativas en las que han participado; la antigüedad, de una manera menos determinante que hasta ahora; y también habrá que someterlos a algún tipo de evaluación y prueba específica relacionada al nuevo puesto de trabajo. Esto ya se hace en algunos casos, aunque es muy mejorable.

Ahora bien, ¿cuáles son los estímulos o incentivos docentes alternativos al "mérito pay"? La lista es larga pero estos tienen que ver sobre todo con la disponibilidad de tiempo -con la necesaria disminución de carga lectiva en muchos casos- para poder dedicarlo a la formación permanente, a la investigación, a pensar y evaluar proyectos innovadores, a reflexionar sobre la práctica, el trabajo de intercambio y en red con otros centros, las visitas a otras escuelas... Estos son los estímulos que sin duda producen más satisfacción entre los docentes. Por otra parte, sería conveniente que se asignaran ayudas económicas para proyectos colectivos. Capítulo aparte merecen las licencias de estudio o períodos sabáticos donde es posible poner en marcha proyectos que permitan profundizar en las tareas de formación-investigación-innovación antes mencionadas. Habría que priorizar, sobre todo, aquellos proyectos que tienen una incidencia en la mejora del centro o de algún proyecto colectivo.

El nuevo modelo de carrera docente o de promoción profesional debe basarse en todos estos estímulos e incentivos –individuales y colectivos- y en el reconocimiento de los méritos acreditados.

Al nuevo gobierno se le gira trabajo. Sea cual sea la nueva configuración sería bueno que, por razones de higiene democrática y educativa, se suprime de entrada algunos de los puntos más polémicos de la LOMCE. Y también que antes de elaborar una nueva ley de educación se pensara en la redacción de un libro blanco de la educación, donde también se incluyan todos los aspectos relativos a la profesión docente. Quizás con este mayor conocimiento de la realidad escolar y educativa sobre todo si en el diagnóstico se pide la opinión de los maestros a pie de aula y de otros agentes de la comunidad educativa- se podrá llegar a construir una nueva ley de educación más sólida y que resista el paso del tiempo y de los inmediatismos electorales. Casi nada.
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Presentación Pensar en ser rico

¿QUIÉN ESTÁ TRAS EL LIBRO BLANCO DE LA FUNCIÓN DOCENTE?

Un artículo de Jordi Martí, docente.

Hoy se ha publicado el borrador del famoso Libro Blanco de la Función Docente que encargó el Ministerio de Educación al filósofo José Antonio Marina. Sí, han sido numerosas las críticas a dicho encargo y, a su vez, también ha habido el típico grupo de palmeros que han alabado la iniciativa para establecer un sistema de evaluación del profesorado. Creo que ya me he manifestado previamente acerca de lo nefasta que me parecía la idea y, cómo no, acerca de la idoneidad o no del señor Marina para llevar a cabo este encargo.

Pero, lamentablemente, la cosa aún puede ser peor. Se ha destapado el “gran interés empresarial” que subyace tras este tipo de ataque al profesorado. Unos intereses muy relacionados con la Fundación Trilema , cuya presidenta, Carmen Pellicer Iborra, aparece como coautora de dicho Libro Blanco. Una presidenta en cuyo currículum ya destacan a grandes rasgos determinadas facetas ideológicas muy relacionadas con altos cargos religiosos de la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana.

Licenciada en Teología y en Pedagogía. Ha sido profesora en el Fitzharrys School de Oxford en Inglaterra. Durante cinco años fue profesora de la Escuela de Magisterio Edetania de Valencia. Dirigió el Master de ‘Dirección de Entidades sin Ánimo de Lucro’ de la Facultad de Estudios de la Empresa de la Universidad Politécnica de Valencia, donde fue también directora del Departamento de Comunicación. Durante siete años fue profesora de Teología Dogmática, Moral, Pedagogía Religiosa y Catequética del Instituto de Ciencias Religiosas de la Archidiócesis de Valencia y del Instituto de Teología a distancia San Agustin de Madrid. Ha impartido clases en diferentes institutos públicos de Baleares y Valencia. Trabajó diez años en el Arzobispado de Valencia y colabora con los equipos pastorales y pedagógicos de FERE, así como con FECEVAL, en cuyos colegios ha impartido numerosos cursos y conferencias, y participa en la elaboración de sus materiales.

Sí, se destapa el pastel. El Libro Blanco de la Función Pública parece ser sólo una estrategia de algunas organizaciones católicas para hacerse con el control de más centros educativos (sí, la Fundación Trilema está absorbiendo en los últimos tiempos un buen número de centros concertados: noticia) en diferentes partes de nuestro territorio. Algo que, curiosamente, está muy relacionado con el tema del desprestigio de los docentes de la pública y el poner sobre el tapete su “supuesta” falta de profesionalidad. Qué mejor que ir juntos de la mano una organización empresarial, envuelta bajo el paraguas de una Fundación, y disponer del Ministerio para hundir, aún más si cabe, la ya maltrecha Educación Pública.

No, lo siento. Marina es sólo la punta del iceberg de una trama empresarial de proporciones incalculables porque, al final, todo el tema de la Educación en nuestro país se ha convertido para algunos en un modelo de negocio donde sacar dinero. Y, qué mejor que disimularlo bajo el mantra de la mejora educativa.

Lamentablemente hace tiempo que dejé de creer en las casualidades cuando se toman decisiones políticas en el ámbito educativo. Y, ¡sabéis qué!, el tiempo, tristemente, siempre se encarga de darme la razón.
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