"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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¿POR QUÉ LOS NIÑOS NECESITAN APRENDER EN LA NATURALEZA?

Motivos por los que el contacto con lo natural es cada vez más importante en el desarrollo de los jóvenes.

El vínculo de los niños (y de los adultos) con la naturaleza, tan antiguo como la existencia del ser humano, lleva largo tiempo desgastado. La hiperconectividad, el tiempo que pasamos frente a una pantalla, la población cada vez más urbanita y una educación ambiental distanciada de su objeto de estudio, son algunas de las causas que han originado el llamado déficit por naturaleza, un concepto acuñado por el periodista estadounidense Richard Louv que habla de afecciones físicas y emocionales causadas por la carencia de interacción con fauna y flora. También de la desaparición de los beneficios que esa conexión conlleva.


Reparar esa relación de una manera práctica y alejada de misticismos es cada vez más necesario en el desarrollo de los jóvenes, sobre todo en un contexto en el que pasan tres de cada cuatro horas encerrados en un cuarto y solo una jugando al aire libre (la mitad del tiempo del que disponen los reclusos estadounidenses para salir al patio), según recientes estudios. Numerosas publicaciones y voces argumentan que este contacto reporta mejoras en la salud, la afectividad, la creatividad y el bienestar. Cuatro expertos en pedagogía señalan los motivos por los que es vital integrar los espacios naturales en el modelo educativo y restaurar el vínculo con lo verde.

Escaparate para los sentidos

"La atención de los niños ante experiencias naturales y reales es máxima", señala Philip Bruchner, impulsor de la iniciativa Bosquescuela, un colegio homologado cuya aula es la Dehesa Boyal de Cerceda (Madrid). Bruchner cuenta que hace poco un grupo de críos vio volar a varios milanos reales muy cerca de sus cabezas. Su cola, en forma de V, les brindó un motivo para trabajar las palabras que empezasen por esa letra. "Son vivencias que tienen un impacto mucho mayor en el aprendizaje de un niño", asegura. "Trabajamos el cerebro con miles de impulsos naturales".




Lo abstracto se vuelve concreto

"Hay muchas cosas que queremos explicar de manera abstracta cuando es mejor hacerlo en la realidad", explica Javier Urra, psicólogo, miembro de la Academia de Psicología de España y ex defensor del menor en la Comunidad de Madrid. "Algo simple como los puntos cardinales: si ves que un árbol tiene musgo es que ahí está el norte. La naturaleza te permite tocar, oler y ver. Esos recuerdos perviven con mayor fortaleza".

La nueva alfabetización

"La tarea de alfabetizar a la población de hace un siglo es hoy nuestra relación con la naturaleza", afirma Heike Freire, psicóloga, pedagoga y autora del libro Educar en verde: ideas para acercar a niños y niñas a la naturaleza, en el que se ahonda en la mutua y sana dependencia de los niños con lo natural. "Relación no en cuanto a contenidos, si no a nivel afectivo y relacional. La misión de la educación es remendar ese vínculo".

Movimiento total

"La naturaleza nutre al cerebro de los más fuertes estímulos para favorecer la psicomotricidad: trepar a un árbol, saltar un río, moldear barro...", señala Bruchner. Un conjunto de estímulos vital para el crecimiento de las criaturas: "El periodo de los cero a los 18 años es fundamental para el desarrollo cognitivo y psicomotriz del ser humano", incide Freire. "No puede estar desposeído de contacto con la naturaleza".




Un futuro sostenible

Reivindicar sin buenismos un modelo educativo que le dé a la naturaleza la trascendencia que merece es, según Freire, un asunto que no se puede reducir a "poner a los niños cerca de un árbol". "El objetivo es un cambio mayor, una transformación de la sociedad desde la educación para vivir en un mundo sostenible", dice la pedagoga, que cree en la escuela como creadora de conciencia para revertir la actual relación de nuestros hijos (y de sus progenitores) con la tierra.

Es salud

La carencia de contacto con lo natural, según los expertos, se relaciona con mayores posibilidades de padecer trastornos como la depresión, el estrés o la ansiedad, y retroalimenta otro fenómeno: el sedentarismo. Un estudio del Foro Económico Mundial apunta a que los jóvenes que pasan más tiempo en casa frente a una pantalla son más propensos a sufrir déficit de atención, obesidad o desórdenes del sueño. También, según un estudio de la Universidad de Cambridge, estos periodos prolongados influyen negativamente en los resultados académicos.

Espiritualidad necesaria

"La espiritualidad es algo esencial en el ser humano. Ojo, que no tiene por qué ser una espiritualidad religiosa", dice Urra. "Es, por ejemplo, estar una noche tumbado viendo las estrellas. Ante una experiencia así un niño se hace preguntas. Esto es muy humano y muy necesario, tanto como comer fruta". El académico señala que eso no quita, ni mucho menos, el uso de las nuevas tecnologías, los libros o las bibliotecas. "Pero no es lo mismo estar todo el día en un pupitre que leer un libro debajo de un árbol. Vas teniendo control horario de cuándo amanece o anochece, de los ciclos de la naturaleza y los ciclos humanos", argumenta.

Experiencia guiada y compartida

Estar en la naturaleza no consiste en soltar a los niños en medio del bosque. "Los adultos que rodean a las criaturas son mediadores de las experiencias que puedan tener", señala Marta Casla, psicóloga de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del grupo de investigación Infancia Contemporánea. "La naturaleza por sí misma no tiene por qué generar los beneficios que se han observado en los modelos de educación al aire libre. Las niñas y los niños van descubriendo sus propios límites y los límites del mundo de manera individual, pero no solos".

Un escenario igualitario

Un bosque o una montaña son escenarios neutros en los que es difícil encontrar condicionantes sexistas. Como se explica en el decálogo del proyecto Bosquescuela, "la naturaleza ofrece materiales no estructurados, siendo los propios niños y niñas los que los dotan de propiedades".

Sana pertenencia

"La naturaleza enseña a compartir, a ponernos en perspectiva, a situarnos, a saber cuál es nuestro lugar en el mundo", ilustra Urra. "A ver qué somos al lado de una tormenta o en medio de un bosque". Según Freire, además, "estrecha los vínculos entre padres e hijos y produce un sentimiento de pertenencia positivo".



Parte intrínseca del ser humano

"El ser humano es un animal natural (con n minúscula) que precisa de la Naturaleza (con N mayúscula)", ejemplifica Urra. "El 'yo soy yo y mis circunstancias', que decía Ortega . No es lo mismo ver la urbe que vivir en el campo, o en la meseta, o la montaña. Esto moldea el carácter de la gente". O, como dice Freire, seguimos siendo iguales a los moradores del paleolítico; necesitamos, por tanto, el contacto con nuestro hábitat primigenio.

Curiosidad y autonomía

"Existen investigaciones que demuestran que los modelos de educación al aire libre se asocian al respeto por los ritmos individuales de cada niña o niño, al aprendizaje cooperativo y a una mayor tolerancia a la frustración", explica Casla. "También se relacionan con altos niveles de autonomía que generan mayor interés y curiosidad por explorar, con mejoras en la autoestima y una mayor capacidad de adaptación".

Mejor en equipo

"Los entornos naturales suelen generar relaciones menos agresivas, menos violentas, más corporativas, más de trabajo en equipo", explica Urra, que en su fundación Urra Infancia de Brea de Tajo trabaja al aire libre con niños con problemas afectivos. "La naturaleza enseña normalidad, y no solo en las relaciones. Tú te tumbas, y si tienes una piña en la espalda, ya te la quitarás. Lo mismo pasa con los conflictos".
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CONOCE LA ESCUELA DE OLMUÉ QUE ES PIONERA EN EDUCACIÓN AMBIENTAL EN CHILE

En el marco de la celebración del Día de la Tierra, visitamos la Escuela Básica Lo Narváez de Olmué, que desde hace ocho años ha implementado un novedoso proyecto educativo medioambiental en sus aulas. Huertos, ladrillos ecológicos, tierra de hoja orgánica y reutilización de las aguas son parte de las actividades en las que participan los alumnos día a día. Revisa aquí su historia.

Para la celebración del Día de la Tierra, los estudiantes de la Escuela Básica Lo Narváez, de la comuna de Olmué, renuevan el compromiso de seguir cuidando el árbol que cada curso ha plantado durante su paso por la escuela. Esta tradición simboliza el proyecto educativo medioambiental que el establecimiento realiza desde hace ocho años, y que los ha llevado a ser reconocidos por diversos organismos nacionales e internacionales.

Hoy, cada curso tiene un Taller Medioambiental obligatorio, que es parte del currículum, donde los estudiantes van aprendiendo el respeto y el cuidado de la tierra a través de diversas actividades a medida que pasan de curso. Además, la escuela cuenta con paneles solares, centros de acopio, sistemas de reutilización de aguas y riego por goteo para sus huertos y jardines, por lo que este año recibieron la certificación ambiental por parte del Ministerio del Medio Ambiente y la Unesco.

En prekínder y kínder, los niños trabajan en un invernadero donde aprenden nociones básicas en un contexto de juego, mientras que en primero y segundo básico se encargan del cuidado de un jardín. Los niños de tercero plantan hortalizas en un pequeño huerto, y los de cuarto hacen lo mismo pero en un invernadero, para así comparar los procesos. En quinto, los alumnos se encargan de la elaboración de papel reciclado que después utilizan en la escuela. En sexto se dedican a crear ladrillos ecológicos, con los que han construido asientos y muros de contención, mientras que en séptimo producen tierra de hoja orgánica que ocupan en sus propios jardines y cultivos. Finalmente, en octavo los alumnos trabajan con lombriceras y abejas.

“El proyecto surgió cuando una profesora, ya jubilada, llegó con la idea de clasificar basura, pero que no fue tomada en cuenta en su minuto. Movido por mi formación de scout, cuando llegué a la escuela, comenzamos a buscar la forma de hacerlo, lo que se sumó al gasto que significaba sacar la basura de la escuela, ya que al estar ubicados en una comuna alejada, sólo el desplazamiento significaba un gran costo. La única solución era botar menos basura, pero la idea hoy es no producirla”, cuenta Guillermo Pimentel, director de la escuela hace 11 años.

CULTURA ECOLÓGICA DENTRO Y FUERA DE LA SALA

Al conversar con los alumnos más pequeños, 190 en total, surgen frases como “me gusta la tierra”, “cuidamos los árboles” o “regamos las plantitas para que crezcan”, que reflejan el respeto por el medio ambiente que les inculcan. Manuel Nilo, de cuarto básico, llegó a la escuela porque sus padres se interesaron por el proyecto educativo ecológico. “Como las industrias contaminan el medio ambiente, me parece bien poder ayudar en algo. Siempre tenemos todas las herramientas para trabajar y es divertido que los profesores participen con nosotros en la tierra”, dice Manuel.

Alexandra Catalán es alumna de octavo básico, la primera generación que cumple el ciclo del proyecto. “Yo me tomó muy en serio el tema del medio ambiente. Cuando llegué no sabía nada y aquí siempre nos han dicho que tenemos que proteger la tierra. Para mí es importante que la escuela esté comprometida con la naturaleza, sobre todo porque no se ve mucho en otras escuelas. Me gustaría ser veterinaria y tener una granja donde pueda hacer lo mismo que hacemos en la escuela”, señala Alexandra.

El proyecto educativo ecológico también ha significado mejoras significativas en la convivencia escolar y pruebas como el Simce. “Nosotros somos la segunda escuela más pobre de la región, e históricamente éramos la peor de la comuna. Tenemos un 96,49% de Índice de Vulnerabilidad Escolar, por lo que la lógica indica que deberíamos tener serios problemas de disciplina, pero el comportamiento de los niños es espectacular. Lo curioso es que este cambio se produce a medida que crecen, por lo que los mejores niños, en términos de disciplina, no son los más chicos, sino los más grandes. A través del respeto al medio ambiente, hemos mejorado el respeto entre ellos y hacia los profesores, por lo que los docentes pueden hacer mejores clases. Eso ha llevado a que en los últimos años seamos la mejor escuela de la comuna en el Simce, sin hacer ningún reforzamiento. No se trata de ser pedante, ni tener reconocimientos, sino de difundir este proyecto, a lo mejor con otras miradas, pero que se replique”, afirma el director.


























































































































































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PERMACULTURA Y EDUCACIÓN, UNA CONEXIÓN NECESARIA

Eduard Comas es un profesor catalán (Barcelona, España) que está viajando por América del Sur en busca de experiencias educativas alternativas y enriquecedoras que luego aporta al Mapeo Colectivo de Reevo.

En mi viaje por el sur de Chile tuve ocasión de conocer de cerca algunos proyectos educativos que, o bien se están gestando, o bien afrontan ya los primeros pasos de su recorrido. Lo hacen con grandes dosis de ilusión y de entusiasmo. En este espacio trataré de poner en diálogo las iniciativas de La Minga Alegre, en Coyhaique; Escuela Newen, en Castro (isla de Chiloé) y el Colegio Aldea el Bosque, cerca de Reñaca.



El objetivo de la crónica no es describirlos uno a uno con detalle, pues esta función ya la cumplen los reportes en el mapa colectivo de Reevo. La intención de este texto es, principalmente, destacar un elemento compartido entre dichas experiencias, un denominador común que, desde mi punto de vista, sostiene buena parte de su planteamiento teórico y práctico: la permacultura.

Empecemos por lo más básico: ¿qué es la permacultura? En los años 70, dos ecologistas australianos, Bill Mollison y David Holmgren, en respuesta al creciente uso de los métodos agroindustriales, postularon una serie de planteamientos para desarrollar sistemas agrícolas estables. Poco a poco, su aportación inicial se fue complementando y mejorando, llegándose a plantear una idea mucho más amplia y ambiciosa de la permacultura. Hoy día la entendemos como un sistema de diseño holístico para crear hábitats humanos sostenibles. Un instrumento excelente en manos de las comunidades en transición para afrontar ciertos aspectos de la crisis global que padecemos, para el conocimiento personal y también grupal, aplicable a todos los ámbitos de la vida.

La permacultura se preocupa de un sinfín de cosas: la producción de alimentos, la autosuficiencia económica y energética, la bioconstrucción, el diseño del paisaje, la resiliencia de los ecosistemas y de la biodiversidad, las energías renovables, la creación de estructuras que representen una alternativa al sistema capitalista y sus problemáticas, etc.

En el país de Gabriela Mistral y de Pablo Neruda podemos encontrar, por ejemplo, la Red de Ecoaldeas Eco Chile, integrada por más de diez emprendimientos biorregionales participantes, todos ellos vinculados al desarrollo de la permacultura y con una importante vocación educativa bajo el amparo de este nuevo paradigma. Fuera de la red, hay muchísimas otras propuestas de gente que simpatiza con esta lectura de la realidad y que comparte las mismas ansias de cambio. En la escuela de permacultura El Manzano (región del Bíobío) y también en la ciudad argentina de El Bolsón (provincia de Río Negro), cerca de la frontera chilena, ya se están ofertando talleres específicos para profesores o de cómo plantear la permacultura a l@s niñ@s.

LA MINGA ALEGRE

Mantengámonos en Chile y en las latitudes patagónicas. Algo apartados del centro de Coyhaique, capital de la región de Aysén, al pie del cerro Mackay, visité a la gente de La Minga Alegre. La minga (minka en quechua) es una antigua tradición de trabajo comunitario con fines de utilidad social; ante la convocatoria de los líderes, parte de la población acudía al llamado, se movilizaba y se organizaba de tal manera que tanto la misión como el esfuerzo físico que la minga representaba se convertían, al final, en una auténtica fiesta.

Pasé allí un par de días, compartiendo techo y paredes de paja con barro, comida excelente, música y, ante todo, largas horas de charla. El lugar, con unas vistas privilegiadas, pretende ser un espacio de experimentación, de aprendizaje compartido. Además, entre los integrantes de esta comunidad había una apuesta importante hacia la educación como pilar de su proyecto, aunque justo se estaban asentando las primeras piedras y fijando la dirección a tomar a través de interesantes debates epistemológicos y filosóficos. Hasta el momento han organizado, básicamente, talleres relativos a cómo llevar una huerta, sobre energías renovables, interpretación, clown o títeres, pero también convocan puntualmente algunas mingas para avanzar en la bioconstrucción de sus espacios comunitarios.

Percibí en aquél grupo de gente amable un deseo de abrirse a todas las edades y todos los públicos, especialmente a los más jóvenes. Recuerdo a Álex comentándome la importancia de priorizar ante l@s niñ@s aquellos conocimientos verdaderamente imprescindibles para poder cubrir las necesidades básicas de la vida (alimentación, ropa, vivienda…), así como de trabajar las diferentes disciplinas del conocimiento -todas conectadas entre sí- desde la chacra, la cocina, conociendo e interpretando el entorno, en contacto permanente con la naturaleza. Qué bonito –¡y qué útil!- sería acumular, a temprana edad, la sabiduría necesaria para levantar una zona habitable íntima y personal con las propias manos. Allí, en aquél entorno excepcional, encontré un colectivo humano reflexionando alrededor de una educación estrechamente ligada a la idea que nos sugiere la permacultura. El tiempo dirá en qué se concreta, qué forma toma y que rumbo elije.

LA ESCUELA NEWEN

Un poco más al norte, en la región de Los Lagos, exactamente en la parte central de la isla de Chiloé, contacté a Venecia. Hospedado en su morada, apodada Refugio Mawenko, pude conocer el interesante trabajo empezado por seis familias desde hace meses, fundadoras de un proyecto que ya tiene nombre y forma: la Escuela Newen. Inspirada en la pedagogía Waldorf, empezó a funcionar a pleno rendimiento este mes de marzo, a las afueras de Castro, en el barrio Nercón. El sitio donde ahora se ubica es provisional; hay un acuerdo con la organización estadounidense EARTHSHIP para, a partir de enero del año 2015, levantar en otra zona el edificio definitivo. Todo a base de materiales reciclados y desechables.

Tratándose de una iniciativa a disposición de quién quiera participar de ella, entre l@s dieciséis alumn@s actuales podemos diferenciar los que llegaron a Escuela Newen en busca de una mayor socialización después de una etapa de homeschooling y los que, decepcionados, optaron por salirse del sistema formal de educación.

El planteamiento educativo que est@s niñ@s se encontrarán bebe principalmente de la antroposofía, pero también de la pedagogía del bienestar, de la matrística de Humberto Maturana y de otras corrientes. En esta combinación de tradición y modernidad, de vivenciar los aprendizajes, de utilizar el arte como herramienta para potenciar tanto la motricidad como la creación y la sensibilidad, la permacultura no queda al margen. Pensándolo bien, en un entorno tan particular como es el paraíso chilota, recuperar nuestra raíz en la naturaleza y sus ciclos parece casi una obligación…

COLEGIO ALDEA EL BOSQUE

Subiendo hasta la quinta región, entre Reñaca y Concón, me encontré con Mariángeles para llegar hasta la comunidad Blowing in the Wind, donde varias personas están dando alas al Colegio Aldea El Bosque. Al igual que la experiencia anterior, se basa en los planteamientos educativos de Rudolf Steiner, pero manteniendo una actitud abierta, ecléctica, ante las aportaciones de otras pedagogias. Por otro lado, también conserva contacto con escuelas Waldorf y recibe asesoramiento, por ejemplo, del Colegio San Francisco de Limache.

Aunque ha pasado por diferentes marchas blancas (es decir, períodos de prueba) podríamos considerar que éste será su tercer curso de vida, contando con 11 alumn@s en la mañana y 5 en horario de tarde. Respecto al año anterior ha tenido un crecimiento destacable y esto se debe, en parte, a la mayor apertura del proyecto para que puedan participar de él niñ@s extern@s a la comunidad. A parte del compromiso de los padres y madres, también destacan las diez personas comprometidas directamente con el colegio. En la programación semanal de l@s participantes se prevé un tiempo destinado a la Permacultura y es Mariángeles, precisamente, quién se encarga de dar contenido y sentido a este espacio. Paseando tranquilamente por Blowing podemos darnos una idea de la harmonía que se consigue cuando se practican los principios de la permacultura por más de tres décadas. Y ya apuntaba Paulo Freire que la educación no puede permanecer desconectada del contexto en qué se encuentra, ¿verdad?.

Muy cerca de allí, Carolina está trabajando duro junto a voluntari@s llegad@s de diferentes partes del mundo para levantar Pio Pio, que pretende ser un punto de encuentro comunitario donde el fomento de la permacultura y la intención educativa vayan, de nuevo, agarrados de la mano. Aunque todo está en una fase muy inicial, las ideas y las intenciones están muy claras en la mente de Carolina. Siendo éste un caso parecido al de la gente de la Minga Alegre, veremos cómo evoluciona y si, a medio/largo plazo existe alguna posibilidad de simbiosis entre Pio Pio y el Colegio Aldea El Bosque.

COMENTARIOS FINALES

Tratando de cerrar esta pequeña investigación por suelo chileno, quisiera citar a Evelyn Marsh, que en su artículo “Using Permaculture Principles to become a better teacher”, nos recuerda la importancia de mantenernos en un estado de aprendizaje permanente para poder empatizar con nuestr@s alumn@s, que el conocimiento no genera solamente respuestas, también despierta nuevas preguntas.

En todo el mundo, pero muy especialmente a lo largo del cono sur de América, está creciendo el número de personas y grupos humanos que trabajan o se preocupan por difundir los principios de la permacultura. Siento que ésta es una herramienta indispensable para quién persigue una actuación local en coherencia con una visión global. Un ejercicio que, por cierto, las escuelas y los proyectos educativos -del tipo que sea- no deberían obviar. Sería positivo que éstos se replantearan, tal y como invita a hacer la permacultura, las estructuras, las jerarquías, la toma de decisiones, la repartición de roles, las relaciones trans e intrapersonales… En la línea de lo que sugiere Marsh. No podemos nunca dejar de cuestionarnos.

En Chile, sortosamente, se están sembrando semillas que no tardaran en dar fruto. Estaremos atentos a su maduración.
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¿PARA QUÉ SIRVE UN EDUCADOR AMBIENTAL?

Un artículo de Beatriz Fernández, licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad de Alcalá y Especialista en Sistemas de Información Geográfica para la Gestión Ambiental.

La necesidad de la Educación Ambiental se puso por primera vez de manifiesto en la Cumbre de Estocolmo de 1972, desde entonces el concepto y la metodología en Educación Ambiental ha ido evolucionando junto con el propio concepto de Medio Ambiente y con ella la figura del Educador Ambiental.


Como decía en mi post Homenaje a los Educadores Ambientales, para ser educador es necesario ser un poco todoterreno y valerse de múltiples destrezas, habilidades sociales y conocimientos para desenvolverse con facilidad en esta profesión. Y como ocurre con todas las profesiones relacionadas con la educación, conlleva un importante factor vocacional.

Si tuviésemos que destacar las principales funciones de la labor del educador ambiental podríamos resumirlas en:

- Concienciar: Sobre la problemática ambiental actual y los efectos de nuestro comportamiento en el Medio Ambiente.

- Sensibilizar: Acerca de la fragilidad de nuestros recursos naturales y la desigualdad de acceso a los mismos en los diferentes países.

- Educar: A través de comportamientos responsables y respetuosos con nuestro entorno que podemos realizar de forma cotidiana. Es importante saber qué podemos hacer nosotros para aportar nuestro grano de arena.

- Formar: Gracias a los conocimientos sobre química, biología, geología, etc que nos ayudan a comprender cómo funciona nuestro planeta, y que además puede despertar vocaciones por el mundo de las ciencias.

- Entretener: El factor lúdico es imprescindible a la hora de atraer la atención de los participantes en una actividad y fomentar su curiosidad, especialmente si son niños. Si es de una manera amena, todo se comprende mejor.

Los profesionales que deciden ejercer esta profesión provienen de distintas disciplinas, no existe un claro perfil curricular. Refiriéndonos al origen de los educadores hay dos perfiles principales, los que provienen del mundo del ocio y el tiempo libre y han completado su perfil con formación en Medio Ambiente, y los que provienen de carreras de ciencias y han desarrollado sus habilidades pedagógicas en este sector.

Podemos encontrar Educadores Ambientales desempeñando diferentes puestos de trabajo, como por ejemplo:

- Educadores ambientales en programas escolares de asociaciones y ayuntamientos y Centros de Educación Ambiental autonómicos.

- Educadores en programas de Educación Ambiental de ONG’s y asociaciones naturalistas.

- Educadores en acciones de voluntariado ambiental y cooperación internacional.

- Educadores en espacios de visita al público en empresas relacionadas con el sector ambiental (plantas de residuos, empresas energéticas, del sector del agua…).

- Guías de naturaleza en espacios naturales y rurales.

- Guías en Centros de Interpretación de la Naturaleza y Museos de Ciencias.

- Guías en Parques de la Naturaleza y Zoológicos.

- Monitores en actividades de ocio y tiempo libre relacionados con el Medio Ambiente (Festivales de música, ferias, eventos deportivos, etc).

- Editores de materiales didácticos y audiovisuales para la educación ambiental.

Cada 26 de Enero se celebra el día de la Educación Ambiental de forma “no oficial” debido a una iniciativa de diferentes ONGs. Además, el día 26 de cada mes se reivindica la importancia de esta disciplina debatiendo sobre temas relacionados con Educación Ambiental a través del hashtag #26EA en Twitter.

Dentro del ámbito de la Educación Ambiental Instituto Superior del Medio Ambiente ofrece dos programas formativos en modalidad online, Educador e Intérprete Ambiental y Guía de Naturaleza: Diseño de itinerarios interpretativos impartidos en colaboración con Persea Consultores.
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Una nueva cosmología entre la ciencia y el espíritu

EDUCAR PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y EL COMERCIO JUSTO

Un artículo de Florentino Sanz Fernández, Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Resumen:


El concepto del desarrollo ha sufrido una evolución positiva a lo largo de estos últimos cincuenta años. Desde el desarrollo como crecimiento exclusivamente económico se ha pasado al desarrollo sostenible desde el punto de vista ambiental y después al desarrollo sostenible desde el punto de vista social. No puede haber desarrollo sin desarrollo de la justicia. Por eso, no es suficiente centrarse en la ayuda al desarrollo sino que hay que pasar a la justicia con el desarrollo. La práctica del comercio es considerada como uno de los elementos básicos que puede favorecer el desarrollo social desde la clave de la justicia. Educar para el desarrollo ha de sobrepasar los modelos que se diseñan desde el marco de la ayuda voluntaria y graciosa para adentrarse en diseños que incluyan la justicia. Igualmente educar para el desarrollo ha de incluir, además de la animación sociocultural y de la educación para la participación ciudadana, un ámbito específico que haga referencia a la educación para la ciudadanía económica. El caso de la educación para el Comercio Justo puede ser un caso ejemplar y extensible a otros ámbitos microeconómicos de actuación ciudadana.
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