"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

+1200 NOTÍCIAS SOBRE EDUCACIÓN

Filtrar por categorías:
Que contenga las palabras:
Mostrar resultados ordenados por:
Fecha de publicación     Número de visitas
conciencia

"NO PUEDE SER QUE EL 'BULLYING' SEA ALGO QUE ESTÉ PASANDO EN EL SIGLO XXI"

La Joven Compañía retrata la montaña rusa emocional que es la adolescencia en 'La edad de la ira', una obra que habla de tú a tú con los jóvenes del acoso escolar y sexual.

"No puede ser que el 'bullying' sea algo que esté pasando en el siglo XXI". Estas contundentes palabras no pertenecen a un político ni se han pronunciado en la barra de un bar o en un vagón de metro sino que las firma un adolescente de un instituto madrileño cualquiera. Serio y categórico, las pronuncia tras asegurar que se ha reconocido a sí mismo en alguno de los episodios de acoso escolar que acaba de ver sobre el escenario. Está sentado en el patio de butacas del Teatro Conde Duque y junto a otro centenar de chavales acaba de ver 'La edad de la ira', de La Joven Compañía.

Otro joven toma la palabra y es igual que crítico. "Los profesores y la sociedad deberían tomar esto como un problema de Estado", dice ante los aplausos de sus compañeros. Unos días antes otro chaval reconoce que es homosexual y que no es nada fácil salir del armario en el instituto. Una chica más alza la voz para decir que ya está bien de que les juzguen como el 'bicho raro' de la clase y que pesan, y de qué manera, las expectativas. Las de los padres, la de los adultos, la de los profesores, las de la sociedad... "No sirves, no vales, no encajas. No soy la basura que veis en mi. La ira es que te juzguen cuando te miran pero sabes que no te ven", son las palabras de una de las actrices que han hecho que reaccione tras la función.

La Joven Compañía prosigue fiel a su espíritu de hacer teatro con jóvenes y para jóvenes, y esta vez toca el tuétano de su existencia. En el Teatro Conde Duque (hasta el 6 de mayo) y en los Teatros del Canal (18 y 19 de mayo), 'La edad de la ira', la adaptación de la novela de Fernando J. López, aborda la compleja y desoladora adolescencia. Ese abismo que se abre en esa época en al que tú estás contra el mundo y el mundo contra ti y ese tiempo de buscar un Edén que ya se empieza a asumir que no existe. Dirigida con tino por José Luis Arellano y levantada por un reparto colosal, esta obra es un retrato de los problemas diarios que sufren los adolescentes, un canto a la diferencia y a la búsqueda de la propia identidad que gana enteros cuando se ve junto a sus verdaderos protagonistas.



"Es una obra necesaria. Necesitábamos hablar de ellos, de ese público que viene a vernos que siempre es un espejo pero nunca tan claro como ahora. Era urgente", asegura Arellano a El Confidencial. "La adolescencia fue un estado maravilloso pero muy complejo. Esta obra representa ese grito de libertad: que alguien me escuche. Todos están pidiendo ayuda constantemente. También queríamos que padres y profesores se pusieran delante de su realidad y pudieran comprender a sus hijos y alumnos. Tendemos a enjuiciarles y pensar que nuestra época era mucho mejor y no es real. También nos sentíamos enjuiciados nosotros y, de repente, somos los que enjuiciamos".

Un supuesto asesinato de un padre a manos de su hijo es el arranque de esta comprometida función, pero realmente es la excusa para introducir al espectador en un thriller en el que está tan presente el deseo como la ira propia de esa edad y el acoso en toda su crudeza. Está el acoso sexual de un profesor a una alumna, está la violencia machista y también el acoso escolar al diferente ya sea al joven homosexual, al repetidor y a la 'bicho raro' o la 'choni' que no cuadran con el esteriotipado canon social. "El asesinato es una excusa para jugar al thriller y enganchar. Lo más importante de la función es que es una excusa, bestia y potente, para hablar de ellos mismos a través de un estado bastante límite para entender qué viven los adolescentes, y ellos se ven reflejados porque viven diariamente eso", explica el director.

Hoy se celebra el Día Internacional contra el Acoso Escolar. Según un estudio del año pasado de Save the Children, uno de cada diez alumnos aseguran haber sufrido un episodio de 'bullying'. El 25% por su apariencia física, otro 25% por su género u orientación sexual y otro tanto por razones de etnia o nacionalidad. Además, el 30% de los jóvenes acosados en las aulas afirma haber recibido golpes físicos y uno de cada tres admite haber agredido a un compañero. La Joven Compañía ya dejó claro su compromiso contra el acoso escolar en 'Punk Rock', pero ahora lo trata de manera más descarnada en esta obra que señala con contundencia a los que miran a otro lado ya sean profesores, padres, compañeros o la sociedad. "Somos una compañía de teatro, pero al tener un público joven era una grandísima preocupación. Nos congratula ser un espejo y un lugar de debate".



"Es muy impresionante verla con los chavales porque están en silencio absoluto y reaccionan contra todo lo que es un estímulo para ellos: el amor, la ternura y el 'bullying'. Esta historia habla de ellos mismos y ver cómo verbalizan el acoso que sufren en el coloquio posterior a la función es impresionante. Es raro el día que no sale un chaval diciendo que es homosexual o hablan del acoso de profesores o compañeros, y lo bonito es que el resto de la gente les aplaude. El teatro tiene siempre que generar una catársis y es la que se produce", afirma Arellano.

El acoso escolar, prosigue el director, es uno de los grandes temas en las aulas ahora. "Siempre lo ha sido. Todos lo hemos sufrido o presenciado, no sé si más o menos que ahora. Supongo que ahora se intentar hablar más. Creo que al identificar el acoso y ponerle nombre ha salido más a la luz, pero también es cierto que sigue habiendo muchos profesores que quizás no tienen armas para afrontarlo. La sociedad debería darle armas al profesor para luchar contra el acoso y también a las familias. ¿Cómo una sociedad educa a nuestra gente joven? Al final les enseñan palabras, leyes y normas pero no hay una enseñanza emocional para enfrentarse a la vida", reflexiona Arellano.

'La edad de la ira' retrata ese repunte de la homofobia, la violencia en las aulas y la asfixia social de un mundo en crisis, pero también busca los puntos de luz de una época de descubrimiento y de unos chavales que son rebeldes por naturaleza y solo buscan sentir, amar, tener amigos y ser felices. Por eso, su valor radica en el retrato fiel y fidedigno de la montaña rusa que impone la adolescencia y el peso que carga la sociedad sobre unos jóvenes sin armas para afrontar "una época dura y muy complicada". "Necesitamos que nos deis la palabra", grita uno de ellos sobre el escenario ante un patio de butacas mudo copado por adolescentes que asienten con la cabeza porque, como añade Marcos, el joven protagonista de la obra, "adolescencia es el incendio en el que la vida grita su comienzo".
Ver más
conciencia

BULLYING Y HOMOFOBIA EN LAS AULAS. DEL SILENCIO A LA VISIBILIDAD

Un artículo de Eduardo Nabal, cinéfilo y escritor freelance.

“La diferencia nunca debe ser simplemente tolerada sino que debe ser el fundamento del que surjan las polaridades que hagan saltar la chispa de nuestra creatividad”

Bullying es un anglicismo, un término importado, que se ha puesto de moda para designar un problema social del que empieza a hablarse en serio y también con cierta ligereza. Su equivalencia en castellano sería el tradicional “matonismo escolar” o el más reciente “ acoso escolar”. Es la verbalización de un sustantivo “Bully”, para explicar o dar forma a su fuerza destructiva, performativa y actuante. Bully puede traducirse por fanfarrón, valentón, lidercillo o macarra. Tanto en la mayor parte de los estudios como en las noticias que aparecen en los medios de comunicación de masas españoles se ha omitido hasta hace bien poco el componente genérico, de género o sexualidad, que tiene el término y que podría suponer un avance sobre el término acoso.


Al decir bullying, en inglés, estamos identificando la conducta de maltratadores en alumnos varones que hacen de su masculinidad, de lo que consideran sus “valores masculinos” un arma. Un arma que se ha empleado, desde siempre-también en la escuela- contra la falta o carencia de masculinidad o feminidad al uso, de los otros/as. Pero sobre todo hemos de hablar ya hoy en día de diversofobia, un término inclusivo que va mas allá de la consabida y algo trillada “igualdad de género”, que en sí no significa nada nuevo.

Es cierto que en la mayoría de los casos, y así lo dicen las noticias, los instigadores o ejecutores suelen ser varones, pero no siempre es ya así y si bien las formas de detectarlo son más eficaces, también las formas de ejercerlo se han refinado. Y el bullyng, a mi entender, no puede hacerse en la mayoría de los casos si el modelo educativo, los profesionales implicados y los profesores/as, directivos etc de los centros-o los propios alumnos/as, el marco social en que se inserta- no consienten en ello y miran hacia otro lado. Así una experta norteamericana en el tema, Mila Narone, entrevistada hace años por el diario “La Vanguardia”, nos recuerda En la escuela no se tolera que se llame negro pero si maricón (podríamos decir lo mismo de muchos centros de trabajo). Y añade algo significativo: el niño/a o el/la adolescente callará seguramente si cree que “el insulto” coincide con la realidad y ni siquiera lo ha reconocido ante sí mismo/a. Y es que, desde mi punto de vista, el bulling homófobo o lesbófobo no sólo afecta al niño/a gay o lesbiana (dentro o fuera del armario) sino a aquél que muestra una inadecuada representación de los roles de género tradicionales y heterosexuales: de los códigos de la masculinidad y la feminidad. Lo que incluye a los y las niñas trans y también a los heteros o bisexuales “con pluma” o que se salen de lo que se espera del lastre sexo/género/deseo.

Un libro, curiosamente venido de Inglaterra, y publicado en castellano mucho antes de la popularización del término por estos lares, llamado “Sexualidades e institución escolar” sí que habla del tema con claridad, de la relación entre ambos fenómenos, pero no es un libro específico sobre el maltrato psicológico o, incluso, físico de los alumnos gays o lesbianas por otros alumnos/as. Es un libro sobre las sexualidades en el contexto escolar de las aulas británicas. Los aspectos que ligan ambos fenómenos, bulling y homo o lesbofobia no han sido recogidos, a mi entender, por muchos sectores sociales, ni siquiera por aquellos que se dicen hoy comprometidos, de un modo u otro, en su erradicación, comprometidos, también, en la erradicación de la romanofobia.

El componente homófobo de este fenómeno ha obviado hasta hace poco casi siempre en las noticias impresas y solo empieza a aparecer en los estudios recientes sobre el bulling. En un reportaje del último número de la revista de la Compañía Mutualista MUFACE se habla de la creciente preocupación por éste fenómeno, pero no se habla de homofobia en las aulas porque la diversidad sexual ha desparecido de la “educación para la ciudadanía”. El primer libro traducido al castellano que lleva propiamente el título de “Bullyng” y que desarrolla esta terminología, no menciona ni una sola vez la palabra homofobia y para colmo introduce profusamente la noción de conductas instigadoras del acoso, cómo la falta de garbo al andar, diciendo cosas como que “el niño (¿no puede ser la niña?) aprenda a caminar erguido, con la espalda recta y los hombros cuadrados”.

En esto, claro, no sólo podemos leer una manifestación de consentimiento de odio al diferente (por ejemplo, el alumno/a con alguna discapacidad) sino una manifestación que, a mi entender, puede esconder altas dosis de plumofobia y/o transfobia. Afortunadamente este hueco va siendo llenado por libros más recientes publicados por editoriales LGTB o de mayor calado intelectual como Bellaterra, Egales o Icaria, con el título de “Como combatir el bullyng homofóbico” de Raquel (Lucas) Platero y otros autores.

También las representaciones fílmicas se han ido ampliando, incluyendo también la transfobia en las aulas (“Ma vie en rose”). Solo a partir de casos tan sonados como el suicidio de Jokin en Euskadi o el mucho más reciente, del adolescente transexual Allan han llamado la atención de un fenómeno que empieza a salir a la luz en filmes de fama internacional como el cortometraje “Indochine” de Xavier Dolan, largometrajes como “Crazy” de Jean-Marc Valle, o “A escondidas” de Mikel Rueda, entre los ejemplos más recientes.

Un fenómeno que ha salido a la luz, se conocen las herramientas para empezar a detectarlo pero necesita un cambio de actitud en los alumnos y los profesores porque también las formas de acoso y vejación se han refinado, haciéndose tan indetectables como algunos retrocesos en materias de derechos humanos ya incluidos en los programas de la LOMCE. Un cambio que puede empezar porque los propios adultos gays o lesbianas sirvan de modelos para sus alumnos, sin tener la necesidad de ocultarse en una escuela realmente pública, diversa y laica.
Ver más
caverna

EL PREOCUPANTE AUMENTO DEL BULLYING EN LAS AULAS

Un artículo de Ruth Toledano.

Una niña murciana de 13 años se suicidó hace pocos días en su cuarto. Puso así fin a una corta vida en la que presuntamente fue víctima de acoso escolar. Puede que porque era una buena estudiante, al parecer la insultaban, le pegaban, la marginaban, la llamaban gorda y fea. He visto en las fotos publicadas que tenía una cara bonita y unos ojos espectaculares, lo cual es irrelevante, pero el cuerpo me pide decirlo. Supongo que quienes la querían (sus padres, sus familiares) se lo dijeron muchas veces, pero nada pudo desactivar la angustia de esas humillaciones públicas y constantes que presuntamente sufrió en el instituto Ingeniero de la Cierva, en Patiño. No habría podido superarlo ni siquiera habiendo sido trasladada de centro. Hay heridas por las que te desangras.


La historia de Lucía no sería sino un suceso dramático si no fuera porque no es hecho aislado. Por el contrario, se inscribe en un contexto educativo en que el bullying es el amargo pan de cada día. Está alcanzando, de hecho, niveles muy preocupantes, pues las cifras no dejan de aumentar y exigen una reacción contundente por parte de las partes implicadas (que son los profesores, las familias y toda la sociedad) y, en particular, del Ministerio de Educación, que debe implantar una estrategia única para todos los centros. Es urgente además la aplicación real de los protocolos existentes para prevenir, detectar y abordar la violencia en las aulas. En el antiguo instituto de Lucía parece que nada de eso funcionó y que llegaron a descartar que la niña sufriera acoso, a pesar de que los propios padres alertaron de la situación por la que pasaba su hija.

Por supuesto, no se puede achacar a mera negligencia, teniendo en cuenta que las políticas de recortes suponen la disminución de la plantilla de docentes, la masificación de las aulas y, como señalan los sindicatos, “la sobrecarga de trabajo burocrático improductivo al que está sometido el profesorado de nuestros colegios e institutos”. En 2011, recuerdan, quedaron interrumpidas las dotaciones de profesorado de orientación educativa y trabajo socio educativo. En tales condiciones, la aplicación de los necesarios protocolos les resulta inevitablemente complicada.

A ello se añade la pérdida de autoridad que tanto padres como alumnos han de conceder a los profesores, que se sienten maniatados y frustrados ante los alumnos conflictivos. No les resulta fácil echar a un alumno violento, ni mucho menos disponen de recursos para ayudar también a los agresores, cuyo comportamiento procede sin duda de carencias emocionales, psicológicas o familiares. Los propios centros, por otra parte, ocultan los casos de bullying para no cargar con un estigma que los desfavorece en los rankings de calidad.

De momento, el ministerio de Íñigo Méndez de Vigo se ha limitado a poner en funcionamiento desde noviembre un teléfono contra el acoso escolar, que ha recibido desde entonces 5.552 llamadas. La Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes la considera una medida insuficiente y ha solicitado una reunión urgente con el ministro orquesta (es además portavoz del Gobierno), que debería tener este asunto como una prioridad absoluta, pues no es admisible una sociedad en la que los niños y adolescentes estén expuestos a la violencia, y uno de cada diez la sufran, en lugares donde pasan gran parte de vida, y precisamente para formarse como ciudadanos.

Una sociedad en la que es creciente este gravísimo problema debe hacerse un replanteamiento esencial, preguntarse por qué está fracasando en el fomento de una convivencia respetuosa y pacífica. De nada sirve un sistema de enseñanza, que es competitivo y curricular, si no se educa en la consideración por los otros, en la empatía y en la idea de que las diferencias son consustanciales a la vida y, en cualquier caso, nos enriquecen como individuos y como comunidad.

Y como sociedad debemos cuestionar también los mensajes que reciben los niños y adolescentes fuera de las aulas. Por ejemplo, los contenidos audiovisuales violentos. No se trata únicamente de los videojuegos que les son suministrados, muchos de los cuales son una representación de violencia extrema, sino también del cine y de casi cualquier canal de televisión en casi cualquier momento en que se encienda: publicidad sexista y que promueve cánones de belleza irreal y roles de dominación; debates presuntamente políticos en prime time en los que los tertulianos, que se supone están en un plató porque son personas destacadas y con criterio, recurren a vergonzosas formas de discusión, en las que los gritos, los desprecios, las descalificaciones y los insultos son habituales; programas que ocupan las mañanas y las tardes en términos semejantes; corridas de toros que no son sino la retransmisión del acoso, la tortura y la muerte públicas.

Tenemos todos una responsabilidad al respecto: por supuesto, los responsables de esa clase de contenidos y de su programación, pero también los espectadores, consumidores y usuarios, que deberíamos reaccionar rechazando de plano sus basuras. Si no se compraran videojuegos violentos, si no se pagara la entrada a una película violenta, si se apagara la tele en cuanto empiezan los gritos o los lances, quienes los producen y los venden buscarían alternativas. Al fin y al cabo, lo suyo es el negocio. Los niños y adolescentes estarían además recibiendo otras consignas y su criterio se iría puliendo como corresponde con alguien que está en pleno proceso de crecimiento personal. Si además en las redes sociales no vieran la mala educación, la grosería, la difamación, la burla que sin pudor exhiben los adultos, estaríamos dando un ejemplo que frenaría el ciberacoso del que ellos pueden llegar a ser víctimas. El acoso virtual es como estar en un callejón sin entrada ni salida. Derribadas las paredes físicas, los niños y adolescentes que lo sufren se encuentran en una intemperie infinita que multiplica su sufrimiento y su vergüenza, y que no ven la manera de parar. Resulta aterrador, pero conviene echar un vistazo a los muros y perfiles de sus mayores, quizá encontráramos la indeseada semilla de ese diablo.

Cierto que en un mundo y una época como los nuestros es muy complicado sustraerse a todas las influencias, y proteger de ellas a los menores, por lo que la tarea por delante es desarrollar una conciencia colectiva que crezca hacia lo que quisiera ser y se haga fuerte en combatir la violencia y el daño, directo e indirecto, que sufrimos todos cada vez que uno de nuestros niños y adolescentes es atacado. No podemos permitir que se suiciden.
Ver más
Ken Wilber

LOLITA BOSCH: “LAS VÍCTIMAS DE BULLYING SOLO TIENEN EN COMÚN LA RABIA”

Una entrevista a Lolita Bosch,escritora, periodista, investigadora y activista por la paz.

Su novela empieza con una contundente frase en la que señala que usted “también” fue víctima del bullying. ¿Es la manera de evidenciar que es una práctica generalizada?


Lo es. Uno de cada cuatro alumnos de este país lo sufrirá, según estudios internacionales, lo que quiere decir que de cada clase de 20 alumnos, 5 serán víctimas. Es una pandemia escolar terrible, un drama social, y no está previsto que se acabe. Cada país del mundo convive y tolera una violencia. Aquí, en España, durante muchos años se toleró la violencia de género bajo frases como “lo que pasa en casa, se queda en casa”, y ahora convivimos con el bullying con toda naturalidad. Afecta, como siempre, a un colectivo que no tiene acceso a la palabra; como durante muchos años no lo tuvieron las mujeres, los homosexuales u otras razas.

¿Cree que actualmente hay más casos de bullying que años atrás o la diferencia radica en la visibilidad mediática?

Creo que hay más. En primer lugar, porque actualmente hay mucha movilidad y los nuevos siempre acostumbran a recibir más. Y, en segundo, el ciberbullying también es un factor a tener muy en cuenta. Y en lo referente a la visibilidad mediática, yo no creo que la tenga. Ojalá hubiera más personas como yo con acceso a la voz pública para poder decir que lo han sufrido, pero esto no pasa. La prueba es que tenemos que esperar a que se suicide un niño que se llama Alan para que la sociedad entienda que le han hecho bullying porque era transexual. Y eso no es así: le hicieron bullying y, además, era transexual. Pero si no hay una razón que la sociedad está dispuesta a entender en dos segundos no tiene ningún tipo de eco mediático.

¿Qué papel cree que tiene la educación en la prevención del bullying?

No tiene ningún papel. El método de prevención de bullying en Cataluña, por ejemplo, es un protocolo que envía la Generalitat que no creo que aporte nada. Yo he trabajado con muchas víctimas de violencia en diferentes contextos y lo único que funciona para tratar a una víctima de violencia es acercarse y decirle: “Hola, me llamo Lolita. ¿Cómo te llamas? ¿Qué necesitas?”. Pero nadie va a los niños de 14 años a preguntarles cómo están, cómo se sienten, qué necesitan.

¿Y la escuela?

En lo referente a los recursos que ofrecen las escuelas, hay que tener en cuenta que éstas normalmente esconden el bullying. Es imposible que si un niño hoy en día está viviendo en la escuela lo que viví yo, no lo sepan. Muchos maestros son cómplices. Pero también es verdad que si hay gente que se ha salvado del bullying es gracias a los profesores.

Como víctima del bullying, ¿qué aspectos le recomendaría a un maestro tener en cuenta para identificar casos de bullying en el contexto de la escuela?

No hay un perfil de las víctimas de bullying. Lo único que he encontrado que tienen en común es la rabia. Pero es importante que el maestro tenga interés en las emociones de los alumnos, no sólo en lo curricular.

¿Y a las familias?

Yo he hablado con muchas familias y la falta de recursos es vergonzosa. Hay familias que han pedido hipotecas sobre la casa para pagar el internamiento de sus hijos para que no se suiciden. Y normalmente esto se arregla con psicólogos privados que tienen que pagar las familias y muchas veces no saben qué hacer. No tienen recursos públicos, no tienen dónde ir. Lo único que pueden hacer es hablar con los maestros y sacar a sus hijos del colegio.

¿Cree que la opción de cambiar de centro educativo es una buena solución?

Es la única. No es buena, pero es la única. No hay otra manera. Una de las condiciones del bullying es que eres víctima de tortura de un grupo y nadie saca a cinco alumnos de un colegio. Es imposible.

¿Qué podemos hacer como sociedad para frenar esta epidemia?

Para empezar, no existe ni un teléfono ni una web ni nada para las víctimas del bullying. Cuando sufres bullying, o tienes que ir a casa y que tus padres vayan al colegio o ir al colegio directamente. Lo que quiere decir que la gente te hace bullying se enterará al día siguiente. Precisamente lo que quieres evitar.

¿Hay más alternativas?

También hay programas piloto como la Tutoría entre iguales, que es un riesgo, porque un niño de 16 años no tiene por qué cuidar a un niño de 12 y acabar convirtiéndose en un policía. Yo creo que gente externa a la escuela tendría que acercarse a los niños y preguntarles uno a uno cómo están y qué necesitan. En este sentido, las encuestas anónimas también son muy importantes. Encuestas mínimas sobre valoración de sus emociones, su estado mental, agresiones a su cuerpo… Es fundamental.

¿Qué papel juegan las TIC en el bullying?

Sólo diré que el vídeo uno de los vídeos más vistos del mundo, con mil millones de visualizaciones, uno de cada siete habitantes del planeta, es un caso de cyberbullying. En el cyberbullying hay una impunidad extra. Pero, a la vez, a veces es la única prueba que sirve para denunciar. Tiene la parte positiva de que la justicia es lo único que considera una prueba. El otro bullying es más anónimo porque no hay huella. De hecho muchos policías que me han contactado me comentan que cuando hacen charlas en los colegios sobre bullying intentan trabajar en la vía de amenazarlos con que si dejan rastro les caerá una multa.

En el caso del cyberbullying, ¿qué papel cree que deben jugar las familias? ¿Considera que deben controlar las interacciones digitales de los niños y adolescentes?

Tiene que existir un control parental. Puede ir contra nuestros derechos, pero nuestro derecho inicial es que nadie nos pegue. De la misma manera que vigilas que tu hijo para que no meta los dedos en el enchufe o si no sabe nadar y le pones manguitos. No puede ser que entren en el instituto con un “a partir de aquí búscate la vida”. Necesitan un poco de ayuda, un poco de guía porque están en el limbo que pasan de ser niños a ser ciudadanos y la imagen que se forman de la sociedad es terrorífica. Necesitan nuestra ayuda en ese momento. Es necesario un acompañamiento.

¿Qué medidas cree que se deben tomar para erradicar el bullying?

Principalmente cuatro: preguntar a los niños como están, hacer encuestas anónimas en las escuelas y a los maestros, tener acceso a ayuda psicológica, legal y emocional de forma gratuita; y facilitar un lugar en el que denunciar fuera del ámbito escolar.

¿La finalidad última de La rabia es dar más visibilidad a los casos de bullying?

La finalidad de La rabia es que yo que tengo acceso a la voz pública y quiero ser altavoz. Si llamarse Lolita Bosch sirve de alguna cosa, yo no lo necesito; que le sirva al otro. Yo soy una privilegiada porque he podido estudiar, he podido viajar, tengo una vida que me gusta mucho y soy feliz y no necesito los privilegios absurdos que te dan por tener acceso a la voz pública. Si me van a escuchar a mí antes, es para lo que me sirve. Y luego, yo siempre había querido escribir esta historia, pero no quise ser la escritora que ha sufrido bullying.

¿Le ha costado escribir el libro?

Ha sido un proceso poder escribir sobre esto. Pero ha sido inesperadamente sanador. Lo que más me llama la atención es que de una cosa tan mala, que vivi tan mal, haya salido algo tan bonito. Del dolor ha nacido algo bonito.

¿Cómo crees que las plataformas educativas como Tiching pueden contribuir a esta situación?

Diciendo la verdad, dejando de hacer ver que somos los que no somos entendiendo donde estamos. Vivimos en un país muy polarizado y tenemos que entender dónde estamos.
Ver más
DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

LA CARTA QUE DEJÓ DANIEL, UN NIÑO DE 13 AÑOS QUE SE SUICIDÓ POR SUFRIR ACOSO ESCOLAR: "ME RINDO"

Daniel Fitzpatrick, un niño de apenas 13 años, se suicidó en Staten Island después de sufrir acoso escolar y no recibir ayuda por parte de ninguno de sus profesores en el colegio católico Holly Angels.

La hermana mayor encontró el cuerpo de Daniel en la azotea de su vivienda y una carta escrita a mano que el pequeño había preparado relatando su sufrimiento: "Me rindo", aseguraba. "Los profesores no han hecho nada, absolutamente nada", denunciaba el niño en una carta que no vio la luz hasta que ya era demasiado tarde.

Los padres de Daniel han querido difundir a través del periódico New York Daily News la misiva. "Daniel ha tenido que morir para ser escuchado, hay algo que no funciona en los adultos con poder para que un niño no pueda acudir a ellos en busca de ayuda", aseguran a través de Facebook.

"Ningún padre debería enterrar a su hijo", asegura su madre, que recuerda cómo el niño les contaba su problema: "Quiero que ellos sepan cómo me han hecho sentir y que escuchen mi historia", le aseguraba el menor, que estaba a punto de cambiar de colegio.
Ver más
DINÁMICA ESPIRAL

ACOSO ESCOLAR: ENSEÑAR ESTRATEGIAS PARA DEFENDERSE DE LOS ABUSONES

Un artículo de Celia Rodríguez Ruiz, psicóloga y pedagoga.

El acoso escolar es una trágica realidad cada vez más frecuente. La lucha contra la violencia en las aulas es una necesidad. Enseñar estrategias a los niños y niñas para defenderse de manera asertiva de los abusones es esencial y puede ser un gran avance para prevenir el acoso escolar.



Las víctimas del acoso escolar

Aunque cualquiera puede ser víctima del bullying, lo cierto es que normalmente las víctimas tienen algunas características comunes. Dichas características no indican necesariamente que vayan a convertirse en víctimas del acoso escolar o que hagan algo para provocar el acoso. Dichas características indican una mayor vulnerabilidad a convertirse en víctimas. Las características de las víctimas:

* Suelen tener baja autoestima.

* Poca confianza en sí mismos.

* Ausencia de estrategias para solucionar conflictos.

* Carencia en habilidades sociales.

¿Cómo podemos prevenir que un niño se convierta en víctima del acoso escolar?

Si conocemos las características que hacen a los niños y niñas vulnerables al acoso, podemos fomentar el desarrollo de estrategias para prevenir y hacer frente al acoso. Es importante desarrollar la autoestima y la confianza en sí mismo para poder enfrentarse sin miedos a los posibles abusones. Pero es fundamental dotarles de estrategias para enfrentarse a las habilidades sociales y para ser capaces de solucionar conflictos.

Si les ayudamos a desarrollar este tipo de estrategias, estaremos ayudándoles a saber defenderse de los posibles abusos, sin atacar al otro, pero de manera efectiva.

Trucos para desarrollar estrategias para enfrentarse a los abusones

* Favorece el desarrollo de la autoestima y de la confianza. Para ello, dales autonomía para que poco a poco comprueben que ellos solos pueden enfrentarse a ciertas cosas.

* Evita la sobreprotección. La sobreprotección es una gran enemiga de la autoestima y de su capacidad para solucionar conflictos. Si no les dejamos que hagan ciertas cosas por sí mismos, no podrán desarrollar estrategias para hacerlo cuando no estemos con ellos.

* Trabaja el desarrollo de la asertividad. Para ello puedes comenzar por sus derechos: tienes derecho a dar tu opinión, tienes derecho a ser escuchado, a equivocarte, a no ser perfecto, a pedir ayuda, pedir perdón, etc. Explícale como puede defenderse de los demás sin atacar a los demás. Para ello puedes usar el modelado (sirve de modelo con algún ejemplo y anímale a que te siga), ensayos, auto instrucciones, etc.

* Favorece el desarrollo de la tolerancia a la frustración, ser capaz de tolerar la frustración en una situación crítica le será de gran ayuda, ya que le permitirá mantener la calma.

* Desarrolla estrategias para solucionar conflictos. Podemos enseñar a los niños y niñas, algunos pasos para solucionar conflictos, muéstrale los pasos: define el problema, identifica a los implicados, busca posibles alternativas, evalúa las alternativas, y escoge la alternativa más adecuada. Después puedes ensayar en casa.

* Enséñale habilidades sociales para una comunicación asertiva, no solo en los aspectos verbales sino también en comunicación no verbal: la mirada (mantener la mirada y mirar a los ojos), una postura abierta, un tono de voz seguro y firme, la sonrisa, etc.
Ver más
DINÁMICA ESPIRAL DINÁMICA ESPIRAL DINÁMICA ESPIRAL

ESTA PROFESORA ENSEÑA A LOS NIÑOS EL DAÑO QUE PROVOCA EL BULLYING USANDO DOS MANZANAS

Aunque los adultos estamos muy concienciados contra el bullying y el acoso escolar, los niños de ciertas edades no son capaces de comprender la gravedad de este problema. Por suerte, Rosie Dutton, monitora infantil del programa contra conductas violentas Relax Kids de Tamworth, Reino Unido, lleva años explicando a los niños el efecto que el tormento físico y psicológico tiene en las personas. Recientemente ha desarrollado una magnífica dinámica, con la que los niños pequeños son capaces de comprender el daño que producen los insultos en la autoestima de sus compañeros de clase. Os contamos cómo:

Dos manzanas

Rossie hace un círculo con los niños de la clase y les enseña dos manzanas idénticas.

Primero entrega una de ellas para que cada niño le haga un cumplido y después la pase al siguiente compañero. Así hasta completar el círculo.

“Guapa”, “qué piel más suave tienes”, “sabrosa”, “bonita”…

Acto seguido entrega la segunda manzana, a la que los niños deben insultar.

Tras completar los círculos, Rossie muestra a los niños que ambas manzanas siguen siendo iguales por fuera, pero cuando las parte por la mitad, los niños comprenden la verdad.

La manzana que ha sido tratada amablemente se ve bien, blanca y firme, pero la manzana que ha sido maltratada se encuentra magullada y débil por dentro.

“Creo que es un momento muy revelador para los niños. Es como si una bombilla se encendiera en su mente. Realmente consiguen entender que las contusiones y el interior hecho trizas, es lo que nos sucede a cada uno de nosotros cuando nos tratan mal, ya sea con palabras o acciones”.

Obviamente no han sido los insultos los que han cambiado la consistencia de la manzana, sino Rossie, que hace trampas. Antes de comenzar el taller, la monitora golpea la manzana en repetidas ocasiones sin dejarle ninguna marca externa, todo ello para lograr transmitir el mensaje.

Tras el ejercicio, reflexiona con los niños acerca del sufrimiento y la apariencia externa.

Cuando las personas somos intimidadas, especialmente los niños, nos sentimos horribles por dentro y, a veces, no se lo decimos a nadie. Por fuera parece que estamos bien, e incluso sonreímos, pero por dentro sentimos mucho daño.

A diferencia de una manzana, nosotros sí tenemos la capacidad de evitar que esto suceda. Podemos enseñar a otros niños que no está bien decir cosas malas a los demás porque hacen daño.

También podemos aprender a parar cualquier forma de intimidación. Y sobre todo, podemos abrirnos y compartir lo que pasa en nuestro interior, para así ayudarnos unos a otros.

La lengua no tiene huesos, pero es lo suficientemente fuerte como para romper un corazón. Así que hay que tener cuidado con nuestras palabras.

Esperamos que la dinámica compartida por Rossie os permita abordar este importante tema con vuestro hijos, para así construir juntos un mundo sin bullying.
Ver más
CUATRO CUADRANTES

GUÍA PARA FAMILIAS SOBRE EL ACOSO ESCOLAR

La CEAPA ha editado esta fantástica guía para familias sobre el acoso escolar. Nos ofrece mucha información y un gran número de recursos para prevenir y combatir situaciones de acoso.
Ver más

DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

BULLYING: CUANDO TU HIJO ES EL AGRESOR

Un artículo de Elisa García, psicóloga.

Un tercio de los estudiantes españoles admite haber sido víctima del bullying. En Salud mental las estadísticas reflejan que un 12% de los niños y familias que acuden a profesionales pidiendo ayuda: psicólogos, pediatras, psiquiatras, orientadores... acuden preocupados ya que saben o sospechan que su hijo o familiar puede estar siendo víctima de algún tipo de agresión en el entorno escolar. Sin embargo, los niños o jóvenes agresores y sus familias no aparecen dentro de las estadísticas ...


Parece que los agresores son los grandes olvidados y que solo son susceptibles de un tratamiento psicológico las víctimas. Sin embargo cuando un niño se expresa mediante la violencia es porque algo no está yendo bien y necesita ayuda de igual modo. Por eso, a continuación damos algunas pistas sobre cómo detectar a estos niños y qué hacer en estos casos:

¿EN QUÉ CIRCUNSTANCIAS APARECEN NIÑOS ACOSADORES Y CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS COMUNES EN ELLOS?

- Son fuertes, impulsivos o agresivos con quienes perciben más débiles.

- En ocasiones consumen drogas o alcohol.

- El bullying es su forma de reafirmar su personalidad y su liderazgo en el grupo.

- Presentan mucha dificultad para ponerse en el lugar del otro, y tienen poca empatía.

- No identifican bien sus emociones.

- Imponen su poder haciendo uso de amenazas, insultos, agresiones, vejaciones, etc.

- La mayor parte de las veces, las agresiones son directas aunque existen ocasiones en las que el agresor principal se mantiene a la sombra utilizando a otros que llevan a cabo sus ideas.

- Mientras que los chicos suelen proceder con violencia física, las chicas recurren más a un tipo de bullying verbal o de exclusión.

¿QUÉ RAZONES EXISTEN PARA QUE UN NIÑO AGREDA A OTRO NIÑO?

Jóvenes que han sido expuestos a eventos importantes en su biografía (p.e. separación de los padres, enfermedad de un familiar, muerte de un ser querido, situación escolar complicada,...) Los niños sufren mucho y no desarrollan un manejo adecuado de sus emociones. Muchas veces este modo de manejo se traduce en violencia.

A vecés también nos encontramos con...
Familias negligentes: Jóvenes con falta de supervisión y control en casa que muchas veces se encuentran desatendidos.
Violencia aprendida en sus hogares: Niños que hayan sido testigos de episodios violentos en sus casas o víctimas de malos tratos en la niñez.

¿QUÉ HACER SI DESCUBRO QUE MI HIJO MALTRATA A OTROS COMPAÑEROS?

- Fomenta la comunicación con tus hijos: escucha sus preocupaciones y responde a sus preguntas. ¿Cómo te ha ido el día?

- Ayuda a tu hijo a identificar que agredir no está bien: puedes hacer ejercicios de empatía, por ejemplo, haciéndoles ponerse en el lugar del otro niño y preguntándole cómo se sentiría, qué pensaría si fuese él, etc... ¿Cómo te sentirías si cada día un chico más alto y más fuerte que tú te empujase?

- Hazle responsable de sus actos poniéndole límites y normas en casa. Prepárale para tolerar la frustración y saber que hay momentos en los que no pueden hacer lo que quiere. Para que no tenga faltas de respeto a sus compañeros lo primero de todo será censurar esas faltas de respeto en casa o a otros adultos.

- Enséñale otras maneras de comunicarse y de acercarse a sus compañeros sin tener que recurrir a la violencia. Practica con él/ella la "comunicación asertiva". La comunicación asertiva consiste en expresar tu punto de vista de forma directa y honesta, sin ofender ni ser ofendido. El primer paso para instaurar este tipo de comunicación con tu hijo será siendo tú su modelo. En lugar de gritar a alguien cuando no te gusta lo que hace, le diremos cómo nos sentimos ante ese comportamiento "eso que has hecho me pone muy triste" para luego tratar de resolverlo sin violencia física ni verbal.

- Ponte en contacto con el colegio para obtener información de cómo se comporta allí. Conoce la evolución de su comportamiento a través de las tutorías. Muchas veces podemos estar ante una llamada de atención. ¡Cuidado! Enséñale a tu hijo que puede obtener tu atención haciendo algo positivo y no sólo cuando agrede a otros niños o saca malas notas. "Hoy te has puesto a hacer los deberes tú solo, y eso ha sido genial".

- El trabajo de toda la familia será esencial: estar implicados y ser partícipes de lo que le ocurre puede mejorar su comportamiento. Buscar todas las noches un tiempo para hablar sobre cómo hemos pasado el día antes de irnos a dormir.

- Enséñale a controlar la ira con técnicas de respiración adaptadas a niños de su edad o bien, con tu propia gestión de la ira. Tú puedes ser un buen modelo para tu hijo/a.

- Si desde casa no es posible manejar la situación, podréis acudir a profesionales con conocimiento en la materia: psicólogos infantiles, psiquiatras infantiles, orientadores escolares, pediatras o pedagogos.

"Antes de asumir conoce la verdad, antes de juzgar descubre el por qué, antes de lastimar ponte en su lugar".
Ver más
Portada y contraportada

ALUMNOS PROPONEN EXPULSAR A LOS ACOSADORES DE LAS REDES SOCIALES PARA LUCHAR CONTRA EL 'CIBERBULLYING'

Estudiantes proponen expulsar a los acosadores de las redes sociales para luchar contra el 'ciberbullying' --acoso escolar a través de Internet--, bloquear y denunciar al usuario que hostiga a otro compañero, guardar todas las pruebas, tener mucho cuidado con lo que se publica y contar a los padres lo que sucede, según una estudio de la Fundación Legálitas basado en los testimonios de un centenar de alumnos de 1º de la ESO (entre 12 y 13 años de edad).

Además de participar en la encuesta, varios de estos adolescentes dan consejos a los compañeros que son víctimas de este 'ciberacoso', que cada vez es más frecuente y dañino porque Internet posibilita que la persecución continúe fuera del centro educativo hasta el dormitorio de la víctima.

"El ciberacoso puede ser incluso más dañino psicológicamente que el acoso físico, ya que la difusión de un contenido humillante o malicioso puede llegar a una gran audiencia y además no conoce horarios, por lo que los testigos son muchos más que si la agresión se produce en el patio del colegio y además puede continuar las 24 horas los siete días de la semana", indican desde la Fundación Legálitas.

Asimismo, los autores de este trabajo apuntan que las nuevas tecnologías pueden además proporcionar una "falsa sensación de anonimato", de manera que quienes no se atreven a meterse con sus compañeros en persona, se convierten en acosadores o alentadores del acoso en la redes.

Entre estas propuestas de los estudiantes, la que más se repite es la de "contarlo a un adulto", sobre todo a los padres y profesores, tanto la víctima como la persona que es testigo del acoso; apoyar al compañero que sufre el hostigamiento de otro para que no sienta que está solo; o "no reenviar las fotos" que les llegan de otras personas para "ridiculizarlas".

También plantean, aunque de forma más aislada, cambiar al alumno acosado de colegio para que "cambie de ambiente" o "empiece de cero" e ignorar las provocaciones; o reunir pruebas. "A palabras necias, oídos sordos. Es una frase que aunque nos pueda parecer una tontería, puede ayudarnos. Porque yo pienso: ¿qué más da lo que piensen los demás de mí?", indica una de las alumnas que participan en este estudio.

Respecto al alumno violento o que protagoniza el acoso, los alumnos encuestados consideran que la familia "tiene que controlar a sus hijos" para que no hagan daño a sus compañeros; que las camapañas de concienciación se dirijan también a los acosadores; o trabajar la empatía para que se pongan en el lugar de las víctimas.

En cuanto a las consecuencias, los estudiantes alertan de que existe el riesgo de depresión, ansiedad e incluso el intento de suicidio por parte de la víctima del acoso. Además, califican la actitud de los acosadores de "cobarde".

La Fundación Legálitas indica que los mayores de 14 años son responsables penalmente y se les puede denunciar ante la Policía Nacional, Guardia Civil o directamente ante el Juzgado de Instrucción del lugar donde ocurren los hechos o Fiscalía de Menores. Respecto a los menores de 14, esta entidad indica que tan solo cabría reclamar una indemnización por daños y perjuicios a los padres por los actos ilícitos cometidos por sus hijos.
Ver más
DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

EN FINLANDIA CREARON UN EFICAZ SISTEMA ANTI-BULLYING QUE YA SE APLICA EN TODO EL MUNDO

Parece imbatible. Generación tras generación se reproduce y el malestar en la cultura se refleja en estos comportamietos excluyentes, gregarios y separatistas en la más tierna (y a veces cruel) infancia. El programa anti-bullying finlandés KiVa, recientemente diseñado, tuvo un éxito en casi el 80% de los casos. Te contamos de qué se trata.

La palabra “bullying” hace referencia al hostigamiento y maltrato verbal o físico, intencional y repetido, que ocurre sin motivación aparente, de parte de uno o más estudiantes contra otros. Se está desarrollando a nivel mundial un programa de origen finlandés llamado KiVa (significa básicamente “contra el acoso escolar”) que tuvo un éxito del casi 80% en los lugares donde se aplicó.

El alumno que ejerce el acoso lo hace principalmente para imponer su poder sobre otro por medio de diferentes conductas amenazantes, insultos, vejaciones, etc. De esta manera, lo tienen bajo su dominio a lo largo del tiempo. La víctima, en la mayoría de los casos, sufre este hostigamiento en forma callada, aislada, produciéndole dolor, angustia y miedo.

PODEMOS DIFERENCIAR VARIOS TIPOS DE FORMAS DE ACOSO ESCOLAR

* Físico: es la agresión directa, principalmente por medio de patadas, empujones, o golpes con objetos. También puede ser indirecto, que es el caso de daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos.

* Verbal: es el tipo de agresión más frecuente. Por medio de insultos, humillaciones, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, burlas, lenguaje sexual indecente, entre otros, se va menoscabando la autoestima de la víctima, dejando una huella difícil de borrar.

* Psicológico: este tipo de acoso es mediante amenazas para provocar miedo o para obtener algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer.

* Social: consiste en la exclusión y en el aislamiento de la víctima. Los acosadores ignoran al niño o joven objeto del hostigamiento, lo desprecian, rechazan, no hablan con él, no lo eligen para formar equipos o juegos, etc.

* Ciber - bullying: es otra variable del acoso escolar a través de medios virtuales como mensajes de texto, correos electrónicos, blogs, sitios webs, teléfonos celulares, redes sociales como facebook o twitter, entre otros.

Según diferentes estudios, en Argentina aproximadamente el 16% de chicos en edad escolar sufrieron bullying. Estos números tienen que servir como alerta tanto para los padres como para las autoridades escolares y políticas, y de esta manera trabajar y hacer de la escuela un ámbito de socialización y contención. Es importante que los adultos se involucren y estén atentos para reconocer estos casos e intervenir con seguridad y firmeza. Hay distintas señales que pueden servir de advertencia. Se recomienda prestar atención a los estados de ánimo el niño: suelen presentar cuadros de ansiedad, decaimiento, como así también aislamiento. Comienzan a no querer ir a la escuela y el rendimiento escolar disminuye en forma repentina.

El diálogo es fundamental, tanto en la casa como en la escuela, para detectar y trabajar esta problemática que deja huellas en la autoestima de los niños y repercute en su desarrollo tanto intelectual como psíquico. Hasta en algunos casos los puede llevar a cometer intentos de suicidio.

LA SOLUCIÓN FINLANDESA: NO NATURALIZAR LA COMPLICIDAD

Se está desarrollando a nivel mundial un programa de origen Finlandés llamado KiVa (que significa básicamente contra el acoso escolar). La clave de este sistema es que no incide únicamente en la víctima, sino en los testigos. Dicen que, como seres en relación que somos, la opinión y los vínculos con terceros es vital. El sistema exhorta a aquellos que presencian un acoso a defender al acosado, a no ver en ello un motivo de risa y a no concebirlo como algo ajeno a ellos mismos.

Así, mediante clases semanales, proyectos y rutinas, estos centros logran disminuir los índices de bullying.

El programa KiVa busca socios colaboradores que deseen poner en marcha el programa anti acoso escolar en sus regiones o países. Ser colaborador garantiza el derecho a comercializar, distribuir los productos y la metodología y usar el conocimiento del programa. Este programa ofrece, mediante una licencia, la orientación y aplicación en escuelas.
Ver más
DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

MEDIO CENTENAR DE IKASTOLAS IMPARTIRÁ UN PLAN FINLANDÉS CONTRA EL "BULLYING"

Enseñar a detectar los casos y a romper la impunidad de los acosadores.

Medio centenar de ikastolas de la CAV y Nafarroa impartirán el próximo curso en Educación Primaria el programa finlandés contra el acoso escolar "KiVa", centrado en enseñar a los alumnos a detectar y reconocer los casos que puedan darse en su entorno y a romper la impunidad de los acosadores.


Cómo identificar un caso de "bullying" y diferenciarlo de una disputa o conflicto puntual, cuáles son los mecanismos anónimos para denunciarlo y poner fin a la impunidad con la que suelen actuar los acosadores y cómo desarrollar la empatía con las víctimas, son otras de las enseñanzas que introduce en las aulas el programa "KiVa", cuya puesta en marcha en un total de 52 centros es fruto de un acuerdo suscrito hoy entre Ikastolen Elkartea y la Universidad de Finlandia.

El presidente de la asociación de ikastolas, Koldo Tellitu, y el vicepresidente de dicha universidad, Pasi Kaskinen, han explicado los detalles de la iniciativa tras firmar, en un acto en Donostia, un convenio para cinco años entre ambas entidades.

Kaskinen ha asegurado que el programa "KiVa", que se desarrolla con éxito en su país desde 2009, es hasta el momento el que se ha mostrado como "el más eficaz" que existe en Europa, ya que ha constatado que a partir de un año de aplicación los casos se reducen a la mitad.

Ha recordado que este plan fue diseñado por un grupo de sociólogos e investigadores de la universidad de Turku, por encargo del Ministerio de Educación de Finlandia con el objetivo de ponerlo en marcha en todo el sistema educativo del país.

A pesar de que la red educativa finlandesa tenía, antes de poner en marcha este plan, "uno de los índices más bajos de Europa de acoso escolar", ha indicado, el Gobierno quiso "hacer frente" a este problema de una forma integral, implicando a toda la comunidad educativa y también a las familias, para prevenir las graves consecuencias que puede acarrear en toda la comunidad un solo caso.

Los autores de "KiVa" concluyeron que para luchar contra el "bullying" no sólo había que centrarse en víctima y acosador, sino " actuar de modo grupal, en el conjunto del centro en el que se produce".

Tras diez años de despliegue en toda la Educación Primaria y de introducir mejoras a partir de evaluaciones anuales en cada colegio, "KiVa" ha empezado a extenderse a los ciclos de Secundaria como proyecto piloto en varios centros del país.

Kaskinen ha indicado que, si bien la mayor parte de episodios de acoso se dan entre adolescentes, resulta fundamental llevar a cabo un trabajo educativo y preventivo desde las etapas más tempranas.

Koldo Tellitu por su parte ha indicado que el convenio con la Universidad de Finlandia responde a la vocación de Ikastolen Elkartea de incorporarse a "los principales avances pedagógicos" que hay en Europa.

Ha explicado que, después de un importante plan de formación en "KiVa" para educadores, tanto en Euskadi como este próximo verano en Finlandia, y la adaptación de los materiales didácticos al euskera, se empezará a impartir en las aulas en enero de 2017.

El programa, que cuenta con libros de texto, audiovisuales, juegos de ordenador y "on line", entre otros muchos soportes, funciona en algunos colegios de Italia, Holanda, Gran Bretaña y otros países europeos, pero en España sólo lo imparten unos pocos centros educativos de enseñanza en inglés.
Ver más
Resumen y objetivos de la obra

“SE LLAMABA ABEL MARTÍNEZ, PERO ESO A CASI NADIE LE INTERESA: ERA UN PROFESOR”

Hace unos días se cumplía un año del asesinato por un alumno de Abel Martínez, profesor de Historia, en un instituto de Barcelona cuando intentaba mediar en un incidente escolar. Días después, otro profesor escribía esta carta abierta como homenaje a la víctima.

“Se llamaba Abel Martínez, pero eso a casi nadie le interesa. Era, según dicen, de Lérida y tenía 35 años. Trabajaba como profesor de Historia en un instituto de Barcelona, y murió en acto de servicio. Cayó abatido a la puerta de su aula, cuando acudía a poner orden en un incidente escolar.


Fue muerto (¿podré decir asesinado?) por un estudiante incontrolado del que lo sabemos casi todo y por el que todo el mundo, desde jueces a periodistas, pasando por psicólogos y políticos, está muy preocupado. Nadie sabe nada (ni importa, al parecer) de Abel y su familia, de su novia o tal vez de sus hijos.

Era un profesor. Si hubiera sido un militar caído en lejanas tierras, habría ido a buscar su cadáver el ministro del ramo, se le habrían hecho honores de Estado y seguramente le habrían condecorado con distintivo rojo o amarillo, vaya usted a saber.

Pero Abel era simplemente un profesor. Un profesor interino para más inri. El primer docente muerto en las aulas de nuestro país no se merece el oprobioso silencio, el incomprensible ninguneo que le han dedicado los medios de comunicación.

Así que solicito desde aquí que el próximo instituto que se inaugure en España lleve el nombre de Abel Martínez, y que se conceda al profesor leridano, a título póstumo, la Cruz de Alfonso X el Sabio”.

Luis Azcárate Iriarte, profesor de instituto
Ver más
SUMARIO DEL LIBRO

NIÑAS MATAN A GOLPES A COMPAÑERO DE SEXTO DE PRIMARIA

El hermano más pequeño de la víctima también fue uno de los testigos del ataque a su hermano, quien comentó que las niñas le pegaron con el puño en el pecho y en la espalda.

Morelia, Michoacán.- El pasado martes 27 de abril, varias niñas de primaria, además de un niño, golpearon reiteradamente a un pequeño de 11 años, que cursaba el sexto grado en la Escuela Primaria Felipe Tzintzun, ubicada en el pueblo de Opopeo, en el municipio de Salvador Escalante, Michoacán.

Lamentablemente, el menor, identificado como Miguel Ángel, murió a causa de los golpes antes de llegar al Hospital Civil de Pátzcuaro, para recibir atención médica.

De acuerdo con reportes de medios locales, la tarde del martes los padres de familia tenían una reunión en el plantel cuando se registró la tragedia, Miguel Ángel A. Regresó a su salón después del recreo, y , sin saber porque, algunas compañeras y otro compañero lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.

“Le andaban pegando las chiquillas, lo aventaron a la pared, lo andaban apachurrando, se desmayó y un niño grandote que le dicen el ‘Gemelo? Lo levantó del pescuezo; saltaban sobre él y le daban de patadas”, narraron algunos compañeros del menor.

El niño fue auxiliado por el director de la escuela, quien a bordo de su vehículo lo trasladó con un médico particular, quien aconsejó ingresarlo al Hospital Civil de Pátzcuaro, pero en ese trayecto Miguel Ángel perdió la vida.

El abuelo del menor José de Jesús, comentó que su nieto era tranquilo y callado, y nunca comentó que sufriera de algún tipo de violencia escolar de parte de sus compañeras, “no sabemos por qué lo golpearon”, dijo.

El hermano más pequeño de la víctima también fue uno de los testigos del ataque a su hermano, quien comentó que las niñas le pegaron con el puño en el pecho y en la espalda.
Ver más
Ciencia, filosofía, espiritualidad

CHAVALES QUE ATAJAN EL ACOSO DE RAÍZ

Alumnos formados como mediadores en los institutos resuelven los conflictos del día a día.

En el instituto Las Musas apenas pasa nada. Y lo poco que pasa, cada vez pasa menos. Esto, que parece más bien una no-noticia, es en realidad fruto de un trabajo que empezó hace tres cursos y que se nota cada día en la convivencia de este centro situado en el madrileño barrio de San Blas. Los responsables son 16 chavales de 1º a 3º de la ESO, elegidos por sus propios compañeros como mediadores, que actúan cuando surge un conflicto. Pero no solo eso. Están atentos a otros problemas, que podrían ser germen de casos de acoso, como alumnos con problemas de adaptación o que se sienten solos, o comentarios dañinos en las redes sociales.

"Por muy bien que funcione el centro, con 1.300 alumnos no lo puedes ver todo y te puede aparecer alguna sorpresa", afirma José Antonio Expósito, director del instituto, que cree que los mediadores hacen un trabajo fundamental para evitar el temido bullying, sufrido por uno de cada 10 alumnos, según un informe de Save the Children. "Cuando hay chicos que están atentos para atajar estos casos, es muy difícil que den el salto a esas tragedias que salen en los medios ".

La idea es implicar a los estudiantes cuando surgen problemas de convivencia, generalmente peleas, discusiones o insultos. "Consideramos que es muy importante que los propios alumnos puedan resolver sus conflictos entre ellos mismos, a través del diálogo y de forma pacífica", explica Marta González, jefa de estudios, que fue quien propuso implantar la mediación cuando llegó a Las Musas, un instituto que funciona desde hace 36 años en el este de Madrid, con un alumnado de clase media. "Estamos muchas horas juntos, en el día a día surgen algunos pequeños conflictos pero no suelen ser mucho, por tonterías principalmente: equipos de fútbol, por un boli, por cosas insignificantes", afirma Paula Gómez, de 14 años, mediadora de 2º de la ESO.

Estos casos se suelen resolver con una mediación no formal, en la que los alumnos elegidos escuchan a los que están en desacuerdo e intentan que ellos mismos acuerden una solución en el momento. Si no logran resolverlo así, cualquiera de las partes puede pedir una mediación formal. En este caso, se fija una reunión, que puede ser con o sin profesor, en la que los mediadores toman notas de las versiones de unos y otros, y finalmente, el acuerdo pactado se firma y se sigue su cumplimiento durante 15 días.

El País Vasco fue la primera comunidad en contar con esta figura, a finales de los años noventa. Después vinieron Cataluña y Madrid, explica Laura García Raga, investigadora principal de un proyecto de la Universidad de Valencia (financiado por la Generalitat) para evaluar la mejora de la convivencia en los centros educativos a partir de la implantación de la mediación. "Creo que en todas las comunidades hay iniciativas, si bien el desarrollo no es el mismo ni tampoco lo ha sido el origen". Al estar las competencias de educación transferidas, el Ministerio carece de datos a nivel nacional. En algunas comunidades, como Cataluña, ha existido un impulso institucional con una formación tipificada, mientras que en otras como Madrid es una figura más que puede incluir cada centro educativo al elaborar su Plan de Convivencia.

El primer año en Las Musas, cuando el proyecto implicaba a 120 alumnos de 1º de la ESO, se hicieron siete mediaciones formales. El segundo año, con 280 alumnos, subieron a 11. Aunque en el centro no tienen una estadística separada de los partes que se abren por problemas de convivencia y los demás, tanto el director como la jefa de estudios perciben que los primeros han bajado sustancialmente. "No se llega al parte de sanción y a la expulsión, porque se consigue atajar con otra serie de acuerdos", dice González. Así, por ejemplo, dos alumnos que se han peleado pueden decidir hacer un trabajo conjunto sobre la violencia y exponerlo en clase, o bajar a recoger juntos basura al patio.

"En el colegio tuve algún problema con otros niños, y a veces sentía que la solución no era buena", recuerda Daniel Cerezo, en 3º de la ESO, que con 14 años es uno de los mediadores más experimentados del centro. "Cuando me contaron sobre este proyecto, pensé que era mejor para solucionar muchos conflictos ya que a veces se ponen sanciones en frío, a veces los profesores no se dan cuenta o castigan a gente que no lo merece. Con la mediación se puede ver mucho más a fondo el problema", explica.

Según los resultados de un estudio entre 1.771 alumnos de la Comunidad Valenciana, "un 90% del alumnado afirma que recomendaría la mediación a un amigo o amiga", dice García Raga. "El dato indica muy claramente su buena acogida, a pesar de lo cual nos atrevemos a afirmar que la mediación todavía no ha desarrollado todo su potencial". También destaca que las valoraciones más positivas son las que hacen los propios mediadores, "quienes adquieren un gran aprendizaje, mejorando sus competencias sociales que pueden transferir a otros ámbitos, más allá del centro".

"Es muy interesante porque empodera al alumnado, lo convierte en protagonista y en futuros ciudadanos comprometidos y responsables", opina Àngels Grado, presidenta de Convives, una asociación que impulsa la convivencia "en positivo" en la escuela a través de una revista con el mismo nombre, materiales y cursos de formación. Grado explica que el trabajo del mediador "no es fácil, porque uno tiende a posicionarse a favor de una de las dos partes". "Tienen que tener capacidad de comunicación, de gestión de conflictos, habilidades sociales, de escucha activa, empatía...".

"Los alumnos valoran que las relaciones entre ellos mismos no dependen de que alguien les diga cómo tienen que comportarse, sino que ellos mismos saben lo que está bien y lo que está mal", asegura Sergio López, uno de los siete profesores que participan en el proyecto en Las Musas y dan apoyo a los mediadores cuando los casos se complican. Pero no solo eso. "Sin existir la mediación, muchas veces no nos llegaría la información de si algún alumno lo está pasando mal por motivos personales o escolares. Por ejemplo, hemos tenido alumnos que sufrieron algún episodio de acoso antes de venir al instituto, eso no lo puedes saber. Gracias a la mediación, nos hemos enterado de casos previos y hemos podido atajarlos".

Grado también destaca el papel de los mediadores como "alumnos radar, que están más sensibilizados para detectar situaciones de conflicto personal, sean o no de acoso, y pueden intervenir". Daniel cuenta que, por ejemplo, actúan si ven "a alguien que está muy solo en clase, que no se consigue adaptar del todo bien, o no se siente tan cómodo. Hablamos con ellos en un tono amigo, intentamos verles en los recreos, preguntarles qué tal les ha ido el día". "Tampoco tenemos que ser cámaras de vigilancia, pero hay cosas que se notan, que se ven a la legua cuando estás conviviendo", asegura Malena Lucas, otra mediadora de 3º de la ESO.

Las redes sociales también son otro de los ámbitos donde la presencia de los mediadores cobra relevancia, ya que el uso generalizado de los smartphones entre los adolescentes extiende las posibilidades de conflicto fuera del centro y del horario escolar. "Si no hablas con los chicos, hay cosas que no puedes percibir, como lo que sucede en los grupos de Whatsapp", asegura Expósito. En Cataluña, explica Grado, los mediadores reciben charlas de la policía sobre el uso seguro de Internet, y se convierten en una suerte de "cibermanagers", que sirven de "referente y ayuda para situaciones de conflicto en redes sociales que si no se paran se pueden convertir en una gran bola y acabar en acoso". Algo parecido hacen en Las Musas: cuando ven que en una conversación salen ciertas palabras o empiezan discusiones, envían el logotipo que representa al equipo de mediadores. "Les recordamos que se pueden solucionar las cosas de otra manera", explica Paula.
Ver más
Razón abierta

EL INSTITUTO DE HÍJAR GANA UN PRIMER PREMIO CON SU CORTOMETRAJE

El instituto Pedro Laín Entralgo de Híjar ha sido premiado en el Certamen de Cortometrajes Cine y Salud, organizado por el Gobierno de Aragón.

El cortometraje realizado por alumnos de este instituto, “Contigo, sí puedo”, que trata sobre el acoso escolar, ha obtenido el primer premio de la categoría A: Aula Aragonesa Modalidad Cortometraje.

Los premios se entregaron el pasado fin de semana en un acto que tuvo lugar en el Patio de la Infanta de Zaragoza y al que asistieron representantes del Gobierno de Aragón.

El objetivo del concurso es tratar desde el cine la promoción de la salud y la prevención de los problemas de salud más relevantes en la adolescencia -alcohol y otras drogas; alimentación; sexualidad; salud emocional- fomentando una mirada crítica y una responsabilidad personal en los estudiantes.

Para esta edición se han presentado 51 trabajos audiovisuales producidos por 25 centros educativos, con la participación de 482 alumnos de Educación Secundaria.
Ver más
DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

REFLEXIONES SOBRE EL BULLYING: LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES

Un artículo de Paula Ponce Lázaro y Ariel Cruz Gaona, Académicos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (México).

Uno de los problemas sociales más preocupantes es la violencia y el maltrato en los centros educativos. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la violencia es lo que afecta el proceso pedagógico en las escuelas, y las consecuencias pueden abarcar desde la deserción escolar hasta graves problemas psicológicos en los niños y adolescentes. Los especialistas en psicología precisan que la forma en que son tratadas las personas en su infancia afecta fuertemente la manera en que se relacionan con los demás cuando crecen.


Varios estudiosos del tema afirman que este problema no es exclusivo de un país, “es un fenómeno tan generalizado que se han realizado diversos foros y conferencias al respecto (Utrech, 1997; Londres, 1998), lo que resulta indicativo de la creciente preocupación que hay en muchos países (incluyendo los desarrollados) por este asunto. Ya desde 1970 había sido creada y patrocinada por algunas personalidades ligadas a la Organización de la Naciones Unidas (ONU), la Academia Internacional de la Paz. Años más tarde, en 1996, surgió el Movimiento de Educadores para la Paz (EDUPAZ). Así, muchos profesionales de la educación o vinculados a ella, investigan y aportan argumentos que permiten asegurar que existe un modo fundamental e imprescindible para alcanzar y preservar la paz: educar para la paz” (Hernández, 2005).

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados por estas organizaciones desde hace más de 15 años, las estadísticas indican que este problema sigue creciendo tanto en países desarrollados como subdesarrollados. Respecto a lo anterior, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) reportó que en el año 2000, 57 mil menores de 15 años fueron asesinados. Las causas más comunes de la muerte fueron lesiones en la cabeza, daños en el abdomen y muerte por asfixia deliberada.

Sabemos que la violencia en las escuelas suele ser un problema multifactorial, relacionado con drogas, violencia intrafamiliar, desintegración familiar, etcétera. Por lo tanto debe reconocerse que el problema de la violencia es complejo y genera polémicas no exentas de fuertes cargas ideológicas y políticas.

Sin pretender polemizar, en este artículo se presentan algunas reflexiones sobre la educación familiar y el contexto sociocultural en el que crecen los niños, y que influye en el desarrollo de conductas violentas, lo anterior porque se ha “comprobado documentalmente que un menor que proviene de un hogar en el que hay violencia tiende a reproducir comportamientos agresivos; por otra parte, las escuelas y las comunidades en las que éstas se hallan también constituyen espacios en los que se producen relaciones violentas. Estudios recientes procuran establecer el vínculo entre el maltrato en el hogar y su expresión en el ámbito escolar. Erling Roland y sus colegas (2004) han demostrado que las víctimas de padres agresivos en cuyos hogares prevalece la desatención, y en los que existe un ambiente de escaso apoyo, son proclives a recurrir a expresiones de violencia reactiva o proactiva, que pueden derivar en la victimización de otros menores con los que están en contacto cotidiano en la escuela. Christina Salmivalli (2004) argumenta que los menores que han sufrido maltrato suelen ser violentos con sus pares”.(1)

Se han creado organizaciones, programas de gobierno y actualmente se está legislando para castigar y prevenir la violencia en las escuelas; a este respecto, se han creado “leyes sobre convivencia, seguridad y violencia escolar recientemente publicadas en las entidades de Tamaulipas, Sonora, Nayarit, Puebla, Veracruz y el Distrito Federal, en México. Estas seis leyes se suman a las que han sido promulgadas en esta materia en otros países de América Latina, tales como Bolivia, Chile, Colombia, Perú y Paraguay. En el caso de México, aunque no tiene una ley general, estas seis normas pretenden generar las condiciones indispensables para la construcción y fortalecimiento de una convivencia escolar sin violencia. Su aplicación en las escuelas aspira a transformar su gestión escolar, sus dinámicas y culturas, así como el papel que se les asigna frente a este desafío”.(2)

Sin duda es un esfuerzo loable, pero más allá de estas leyes, políticas y estrategias gubernamentales, se requiere una estrategia integral en la que participemos todos. Por otra parte, la complejidad de este fenómeno nos lleva a puntualizar algunos aspectos de lo que ocurre actualmente en el contexto sociocultural de nuestro país.

En México, las referencias acerca del tema de novedad que para muchos se ha convertido en objeto de políticas públicas, pueden verse desde dos puntos de vista: el pesimista y optimista.

Primero el pesimista, según el cual el bullying no es otra cosa que la herencia de violencia que nuestro mundo ha generado a través de los años. Sin embargo, no deja de ser motivo de análisis, discusión y reflexión, y nos referimos al término reflexión, porque hoy en día nos damos cuenta de que hasta los niños más pequeños (entre tres y cuatro años) están tomando el concepto “violencia” como parte de la vida diaria. Desafortunadamente, algunos medios influyen en esa actitud, por ejemplo: los medios escritos de comunicación que venden pánico, morbo y hasta tolerancia a los efectos de la violencia están dejando huella en nuestros pequeños, esta herencia social —que ha llegado a los hogares— permite que los actos sangrientos sean tomados como si se tratara de un hecho normal y cotidiano, con esto no queremos decir que sea sólo un problema de los medios escritos de comunicación, o que surja por la falta de ética de éstos, sino que estamos fallando todos, padres, hijos y como autoridad.

Para muchas cosas se utilizaban dos expresiones clave: “por favor” y “gracias”. Hoy es común escuchar en la calle, en las instituciones públicas o en el hogar, que las personas se vuelven más agresivas cada vez, sobre todo los niños y los jóvenes, situación que en otro tiempo no se toleraba y se castigaba.

Esto nos hace pensar que la educación y las condiciones en que se vivía en años anteriores eran mejores. Lo cierto es que los índices de delincuencia juvenil eran menores, y de alguna manera podían controlarse este tipo de conductas desde el hogar. Parece que la autoridad paterna ya no se respeta, da la impresión de que a los niños violentos nada les asusta y se aferran a mantener, sin siquiera saber por qué, una conducta violenta de todos contra todos. Este modelo de conducta es el perfil que está adoptando la sociedad infantil y juvenil como forma de vida, como una moda que impacta y les proporciona poder sobre otros más débiles. El desarrollo de estos modelos de conducta se lo debemos en parte a los medios de comunicación masiva, que trasmiten programas cada vez más violentos; el riesgo de que los jóvenes y los niños estén expuestos a estos programas es que se trivializa la conducta agresiva.

En el actual contexto social, la moral se concibe como un alimento sagrado que está en peligro de extinción y sólo se vela por la satisfacción de los intereses particulares de quienes difunden, con bombo y platillo, la violencia como algo exitoso. La inexistencia de valores como la solidaridad, el respeto, la tolerancia y la lealtad es cada vez más común entre los jóvenes, y los padres sólo decimos: “No me hace caso”. Estos jóvenes han permanecido durante su crecimiento y desarrollo al pie del televisor que les muestra un mundo de facilidades y alcances personales a costa de la vida, la salud o el bienestar de los demás, el televisor les crea una sed de venganza por el daño que otro les ocasiona. Los padres no ponemos atención a esto, creemos que así crecimos y estamos vivos, y no nos hemos dado cuenta de la magnitud de los eventos actuales que pueden generar que hasta en nuestro propio hogar estemos formando a un delincuente en potencia.

En el escenario optimista tenemos que en la actualidad muchos ciudadanos expresan que “es normal”, que “no hay problema” con respecto a los diversos tipos de manifestaciones agresivas en jóvenes y niños, generando con ello la idea de no alarma, y consideran que, al igual que nosotros a esa misma edad, los muchachos tienden a ser un tanto bromistas con sus amigos y a jugar a los empujones; algunos profesores incluso creen tener grandes conocimientos psicológicos y expresan: “Es un niño tranquilo”, “es una niña que siempre está calladita, no molesta a nadie”, lo que no es garantía de que estemos frente a un menor cuya conducta es totalmente opuesta a lo que en apariencia demuestra, y podemos pensar y aceptar que nosotros los adultos cuando vivimos esa edad perpetrábamos acciones más graves que las que hoy hacen jóvenes y niños, cuyos ejercicios parecen lánguidos al compararlos con nuestras acciones del pasado. Otros prefieren creer que el problema desaparecerá cuando los niños maduren, como por arte de magia, o que el que ejerce la violencia sobre otro dejará de molestarlo cuando se canse o se aburra.

CONCLUSIONES

Cualquier forma de emprender el análisis del problema nos permite vislumbrar de un modo similar el fondo del asunto, es decir, propiciamos la aparición de una conducta autocomplaciente para no plantearnos la seriedad del problema social del acoso escolar y el acelerado aumento de la violencia entre niños, jóvenes y adultos tendemos a apreciar más un papel de “tolerancia” o de aceptación, que el del análisis y la promoción de alternativas de solución al grave problema de la violencia escolar.

La postura de “dejar hacer”, nos lleva a creer que sólo es responsabilidad del Estado, quien debe crear programas para prevenir y combatir la violencia en las escuelas y que es trabajo de los docentes vigilar y educar en valores para erradicar la violencia en sus instituciones, pero más allá de estas estrategias, políticas y programas está la tarea que deben asumir los padres en la educación de los hijos y la responsabilidad de proveer un entorno familiar sano y armonioso, libre de violencia sin caer en la excesiva permisibilidad. Debemos, como decía Aristóteles, tener la virtud de encontrar el justo medio entre los dos extremos.

Insistimos que la primera estrategia para erradicar la violencia debe implementarse desde la familia, ya que es uno de los modelos que más influyen en la formación de la conducta, desafortunadamente, en muchos casos el primer encuentro de los niños con conductas violentas ocurre en la familia, de tal forma que se va convirtiendo en una forma de relación que ven como “normal”, y, nos guste o no, las manifestaciones violentas de los padres contribuyen a desarrollar conductas similares en los hijos.

Educar para la Paz o, dicho de otra manera, para la no violencia es una responsabilidad de todos, no sólo de las organizaciones, de la escuela, de la familia o el Estado; hemos visto el fracaso de políticas públicas para evitar la violencia, pues los índices de bullying siguen creciendo. Es necesario asumir nuestra responsabilidad para solucionar el problema como miembros de una familia, pues desde ahí se tiene que dar el primer paso para erradicar el acoso escolar y, como consecuencia, construir una sociedad menos violenta.

Notas

(1) B. Ortega, M.A. Ramírez, A Castelán, "Estrategias para prevenir y atender el maltrato, la violencia y las adicciones en las escuelas públicas de la ciudad de México", Revista Iberoamericana de Educación, 38, 2005, pp 147-169.

(2) Zurita Rivera, Úrsula, "Las escuelas mexicanas y la legislación sobre la convivencia, la seguridad y la violencia escolar", Educación y Territorio, vol.2 (1), 2012, pp. 19-36

Bibliografía

Cobo, Paloma y Romeo, Tello, Bullying en México, Mëxico, Quarzo, 2008.

Matthews, Andrew, Alto al bullying, México, Alamah, 2012.

Román, Marcela y Francisco Javier Murillo, "América Latina: violencia entre estudiantes y desempeño escolar", Revista Cepal, 104, 2011, pp. 37-54.
Ver más
DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

SE AHORCA NIÑO DE 11 AÑOS LUEGO DEL REPROCHE DE SU MAESTRA Y SU ABUELA

Un niño de 11 años de edad, de nombre Luis Alejandro Palma Machado, fue encontrado ahorcado, a las 6 de la tarde de ayer, dentro de su cuarto por sus dos hermanos de 9 y 10 años.

El lamentable suceso ocurrió en una vivienda del sector Santo Domingo de Haticos por abajo, al sur de Maracaibo (Venezuela).

La madre del pequeño, Joelis Machado, dijo que su hijo estudiaba quinto grado en el colegio Cristóbal Colón y que ayer en la tarde la maestra lo regañó por haber dibujado una grosería en el pizarrón.

Seguidamente, la educadora le escribió en el cuaderno una nota para su representante y cuando llegó a su casa, ubicada a unos 300 metros de la unidad educativa, guardó sus útiles. Fueron sus dos pequeños hermanos quienes consiguieron el cuaderno y se lo mostraron a su abuela, quien se encontraba en el patio de la casa.

De inmediato, Cruz Daza, abuela del menor, lo regañó y castigó enviándolo para la habitación, y no fue hasta las 6 de la tarde, una hora después, cuando los dos hermanitos hallaron a Luis Alejandro ahorcado con el rabo de una petaca (cometa) al lado de la litera donde dormía.

Desesperados sus parientes lo llevaron al Centro de Diagnóstico Integral (CDI) de Coritos pero llegó sin vida. Allí se presentaron funcionarios del CICPC para iniciar las investigaciones.
Ver más
DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

UNA MAESTRA INVENTÓ UN MÉTODO PARA EVITAR QUE LOS NIÑOS SE SIENTAN SOLOS

La psicóloga, escritora y bloguera Glennon Doyle Melton escribió un post acerca de una de las maestras de su hijo Chase quien aplica en el trabajo con los niños un inusual método-prueba. Con este test, la educadora determina a cuál de los niños necesita prestarle más atención y ayudarle a formar una mejor relación con sus compañeros. Genial.guru decidió comentarte con más detalle todo acerca de este curioso método.

«La maestra de Chase busca a niños solitarios. A aquellos que no se llevan bien con los demás. Y de inmediato entiende quién de ellos sufre de las burlas de sus compañeros y quién precisamente les hace bullying», dice Glennon Doyle Melton.

Cada viernes la profesora les pide a sus alumnos tomar una hoja de papel y escribir los nombres de cuatro niños al lado de quienes les gustaría sentarse la próxima semana. Los niños se dan cuenta de que no siempre sus peticiones pueden ser cumplidas. También les pide que escriban el nombre de un alumno que se haya destacado por una actitud especial hacia los demás.

Estudia las hojas atentamente y se da cuenta de inmediato cuál de los niños nunca se menciona; a quién se le hizo difícil nombrar al menos a un compañero; quién pasa tan desapercibido que casi nadie lo nota y quién tuvo muchos amigos la semana pasada y esta semana ni uno.

La maestra no intenta elaborar algún plan específico de logros escolares o convertir a los niños en seres super dotados. Simplemente vigila que los niños no dejen de socializarse en el salón, y les ayuda a adaptarse a aquellos que lo necesitan. Esto parece un rayo X: ver lo que está oculto en los corazones de los niños. A veces un niño necesita la ayuda de los adultos para hacerse amigo de otros niños, pedir algo, aprender a regalar y recibir regalos.

Este test con listas de nombres también refleja las conductas negativas de los pequeños. Cada maestro sabe que las burlas y el bullying por lo general suceden fuera de su vista. Y los niños que sufren de esto, están demasiado aterrorizados para hablar al respecto. Pero la verdad se puede reflejar en estas hojas de papel.

La educadora empezó a trabajar con este sistema después de ver las noticias acerca de un asesinato masivo en la escuela «Columbine». Según dice, fue como una revelación para ella, se dio cuenta de dónde se ocultan las raíces de una agresión o violencia manifestados: en la soledad interior de los niños y en su deseo de que alguien les haga caso a costa de todo. Es por ello que la maestra empezó a luchar contra esto en su salón, en una clase de matemáticas. Después de 10 años de esta práctica ha salvado más de una vida. Gracias a estas listas les ayuda a los niños a evitar su aislamiento interno y división y hace que se lleven bien y que la relación entre ellos se base en entendimiento mutuo y amistad.
Ver más
DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

CÓMO DETECTAR EL ACOSO ESCOLAR EN LAS AULAS

Un artículo de Mario Álvarez Lafuente, Psicólogo Experto en Psicología Jurídica, Forense y Penitenciaria y Máster en Criminología y Ciencias Forenses.

Seguramente muchos de los que estáis leyendo esto habéis escuchado alguna vez en los medios o a un profesor de un colegio decir algo parecido a “en este colegio no hay casos de bullying”, así como estoy seguro de que muchos de vosotros habéis presenciado, sido víctima o cometido acoso cuando estabais en el colegio. Entonces, ¿qué pasa realmente con el profesorado? ¿Nos mienten para no manchar la reputación de los centros o no son conscientes de lo que ocurre entre los escolares? Te recomiendo seguir leyendo para saberlo, seas profesor o no.


Con la noticia del suicidio de Diego, y su carta de despedida, el acoso escolar ha vuelto a ser noticia en los medios de comunicación. Incluso parece que el Gobierno va a llevar a cabo un proyecto para instalar un teléfono de asistencia a las víctimas de acoso escolar, similar al 016. Esto puede resultar de gran ayuda, pero lo realmente importante es la detección del problema en las aulas y centros escolares.

El acoso escolar viene siendo objeto de estudio de la Psicología desde los años setenta (Olweus, 1973) del siglo pasado. En España, los primeros estudios se remontan a 1989 (Viera, Fernández y Quevedo, 1989). Desde entonces, se han realizado muchas investigaciones que demuestran que el acoso no ha desaparecido de las aulas, sino todo lo contrario.

Además, las conductas de acoso escolar son cada vez más frecuentes en edades tempranas. Un estudio de 2007 mostró que se dan más conductas de acoso en primaria que en la ESO.

Sabiendo todo esto, ¿cómo puede un profesor detectar casos de acoso escolar entre sus alumnos? Hay bastantes signos que pueden indicarnos que un niño está siendo víctima de acoso por parte de su/s compañero/s y es posible que, pasando tantas horas al día con ellos, hayas notado que algo raro está pasando entre tus alumnos. Aquí van algunos ejemplos de lo que has podido notar.

Es muy posible que un alumno que antes sacaba muy buenas notas comience a bajar el rendimiento académico a causa de la ansiedad y el estrés constante. También puede ser que comience a faltar a clase de forma injustificada o presente síntomas de enfermedades (simulados o no) como: dolor de cabeza, malestar gastrointestinal, mareos, etc. Además, es posible que el chaval o la chavala que se llevaba bien con todos los profesores y alumnos se vuelva más irritable y agresivo. Estos son algunos elementos que el profesor o tutor de los alumnos puede detectar con relativa facilidad. También se podrá observar que el joven se encontrará generalmente solo cuando está en el patio o en Educación Física.

Por otro lado, para encontrar a posibles agresores entre los alumnos hay que buscar estudiantes que tengan un comportamiento agresivo, y no solo refiriéndonos a los posibles insultos o agresiones, sino a faltas de respeto, ignorar a los profesores cuando les hablan, no dejar hablar a los demás; que tengan poco autocontrol respondiendo de forma exagerada cuando se les llama la atención (por ejemplo, gritando) y que suelan dañar la propiedad, partiendo libros, cuadernos o el propio material de la escuela.

Una herramienta al alcance de todos los docentes (y de cualquiera) y que resulta útil para detectar posibles casos es la utilización de un sociograma. Un sociograma es una representación gráfica de las relaciones entre un grupo de personas. Estas relaciones se determinan mediante la elaboración de una serie de preguntas tales como: ¿Con qué tres personas te gusta más estar en clase? ¿Con quién no te sentarías en clase? Estas preguntas pueden elaborarse de forma escrita, aunque yo recomendaría hacerlo como una entrevista o charla con tus alumnos. Hablar un poco con ellos preguntándoles este tipo de cosas también puede ayudarte a acercarte más a tus estudiantes. Con los datos extraídos de estas preguntas, se puede saber si algún niño está excluido, si hay alumnos a los que los demás consideran malos, etc. Para la elaboración de los esquemas hay muchos programas informáticos como Sociomet o Ucinet.

Aparte de los profesores, muchos colegios tienen ya psicólogos trabajando en ellos y, si no son fijos del centro, forman parte de un Equipo de Orientación Educativa, que son grupos de profesionales que trabajan para varios centros escolares de una zona. Los psicólogos cuentan con una gran variedad de pruebas que permiten detectar el acoso escolar en los centros y que pueden ser administradas tanto en grupo como de forma individual.

Para detectar y evaluar el acoso escolar, tenemos el cuestionario Acoso y Violencia Escolar (AVE) (Piñuel y Oñate, 2006). Es una herramienta imprescindible para prevenir, identificar, tratar y diagnosticar el acoso (bullying), el maltrato escolar y los daños psicológicos más frecuentemente asociados a estas conductas. Mediante un cuestionario que rellena el propio alumno de 94 preguntas se obtienen 22 indicadores.

También tenemos una prueba que sirve tanto para evaluar el acoso presencial como el tecnológico. Se llama Cyberbullying: Screening de Acoso entre Iguales (Garaigordobil, 2013) y es un instrumento diseñado para realizar un cribado rápido de la presencia de acoso escolar o violencia entre iguales en sus versiones presencial o tradicional (golpes, insultos, aislamiento) y tecnológica (subir fotos privadas, hacerse pasar por esa persona para humillarla por internet, insultarle en redes sociales…). El adolescente debe indicar si durante el último año ha sufrido violencia por parte de sus compañeros, si la ha ejercido sobre otros o si la ha observado. Ello permite alertar sobre posibles problemas de Victimización (sufren acoso), Agresión (llevan a cabo conductas de acoso), Observación (presencia conductas de acoso) y Victimización agresiva (víctimas que se convierten en agresores de otros) del evaluado, así como conocer sus reacciones subjetivas como consecuencia de los mismos.

Ahora que hemos visto posibles herramientas que puede usar el profesorado para detectar casos de bullying en sus centros, podemos tratar de responder a otra pregunta: ¿qué hacemos cuando sabemos que hay casos de acoso en nuestro colegio?

Por encima de todo debemos tener una máxima: nunca debemos restarle importancia a la situación. Frases como “esos son chiquilladas” o “si luego son tan amigos” deben quedar fuera de nuestro inventario. Que ahora, siendo adultos, consideréis que llamar a alguien tonto (siendo suave) es algo inocuo, pero puede hacer mucho daño a un niño en pleno desarrollo emocional.También debemos respetar la privacidad de quien nos los cuente. Ya sea la víctima o un mero espectador, tenemos que intentar mantener en el anonimato a quien ha denunciado el acoso, para evitar posibles represalias por parte de los agresores o de otros compañeros que dejen de confiar en nosotros, aislándonos por intentar ayudar.

El apoyo hacia la víctima debe de ser continuo y tratar de evitar que se repita la situación, incluso pidiendo a algunos profesores que “le echen un ojo” cuando el tutor no pueda, como en el patio o en excursiones.También debemos mantener una línea continua de comunicación con los padres, ya sea informando de todo lo que va sucediendo, para conocer los efectos de la situación más allá de la escuela o incluso ofreciéndoles información para buscar ayuda psicológica adicional para su hij@, si lo creen necesario.

Con respecto a los agresores, no es suficiente el castigo o la expulsión, ya que esto no suele afectarle porque, por lo general son alumnos que no quieren estar en el centro. La expulsión resulta entonces más un premio que un castigo. Hay que tratar de no incriminarlos, sino de tratarlos como alguien más afectado por la situación, tratando de hacerlo partícipe del cambio de la situación. Muchas veces, los agresores lo son por motivos más allá del mero odio o sentimiento de superioridad, como pueden ser problemas personales ajenos a la escuela, problemas familiares, etc.

La etapa escolar es muy importante en nuestras vidas, y sufrir una situación de acoso durante la misma puede marcarnos para toda la vida. Es responsabilidad de todos los adultos tratar de evitar este tipo de situaciones que pueden llegar a desenlaces tan trágicos como el del joven Diego. Ya seas profesor, padre, madre o el conserje del colegio, debes tratar de ayudar en todo lo posible para frenar esto cuanto antes.
Ver más