"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

ENSEÑAR FILOSOFÍA CON UN JUEGO DE ROL LLEVA A UN PROFESOR LEONÉS A LA CIMA

SUMARIO DEL LIBRO

Da clase en el Padre Isla y ha sido seleccionado entre los diez más innovadores de España.

Los alumnos no son alumnos. Son hechiceros, guerreros o curanderos, porque cuando se sientan en sus pupitres del Padre Isla para empezar la clase de Filosofía se transforman. Se convierten en su personaje virtual y la motivación es tal que el origen del ser humano, el saber filosófico, la argumentación lógica o la realidad metafísica se vuelve algo sencillo, interesante y atractivo. Todo es gracias a su profesor, Marcos García, quien ha sido seleccionado por este proyecto entre los diez finalistas del Certamen Proyecta D+I que organizan las fundaciones Amancio Ortega y Santiago Rey Fernández-Latorre.

Marcos García defendió este año su tesis Aprendizaje basado en juegos serios como herramienta para la educación de todos. Entre sus argumentos, que el uso de la herramienta del juego es válida para todos los alumnos, pero «mejoran especialmente aquellos que tengan alguna necesidad educativa». A pesar de que comenzó a trabajar en su tesis hace más de cinco años —lo que antes se llamaban juegos serios ahora se denomina gamificación— mientras continuaba con su trabajo, no fue hasta finales del curso pasado cuando apareció el juego que llevaba esperando mucho tiempo: Classcraft, con él pudo hacer realizar el proyecto que rondaba en su cabeza, usar los juegos de rol para impartir Filosofía.

Todas las clases de los alumnos de primero de Bachillerato se basan en el juego. Ganan puntos de vida, que tienen un 50% del peso en la nota final y los estudiantes también dependen del azar. Cada día, al comenzar la clase, con el evento del día, pueden enfrentarse a preguntas sobre el tema que están dando o, simplemente, cantar una canción que ayude a entrar en materia. Otra de las metodologías que aplica este innovador profesor es "la clase invertida". «A los alumnos les doy mucho material para que trabajen en casa y la clase, aunque también vemos contenidos, la dedicamos principalmente a resolver tareas», comenta mientras explica que, al igual que el resto de los profesores e independientemente del método empleado, él tiene que cumplir con el currículo y con la programación marcada para su clase de Filosofía, impartiendo todo el temario. Sin embargo, la temática "se envuelve en la dinámica del juego", en el que los alumnos participan y aprenden individualmente y en grupo.