4 - LA FILOSOFÍA TRANSPERSONAL
LA FILOSOFÍA TRANSPERSONAL INCURSIONA EN EL SISTEMA EDUCATIVO INTERNACIONAL
Este artículo ha sido publicado en el Magazine número 9 de la ASOCIACIÓN TRANSPERSONAL IBEROAMERICANA (ATI)
Magazine número 9 de la ATI en PDF
En mi libro La educación cuántica argumento que la filosofía transpersonal desarrollada por Ken Wilber, así como la psicología transpersonal como la “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, se constituyen ambas en un nuevo paradigma de conocimiento que, inherentemente, requiere de una renovada cosmovisión de la historia, la ciencia y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa.
Siguiendo la estela de dicha argumentación, voy a citar los trabajos publicados (Tesis Doctorales y de Maestría, artículos científicos y ponencias) que, todos ellos en conjunto, vislumbran no solamente postulados teóricos sino actividades prácticas orientadas a la introducción de la visión transpersonal en la educación con rango de internacionalidad.
En primer lugar, la piscología transpersonal y la educación transracional son postuladas y argumentadas en la Tesis Doctoral de Noemí Siverio, titulada: Psicología del Homo Complexus para una educación desde la comprensión (Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico “Rafael Alberto Escobar Lara”, Venezuela).
En segundo lugar, la Tesis de Maestría de Marely Figueroa, titulada Una visión transpersonal en la educación, se postula como un revulsivo a la educación académica tradicional. En efecto, Marely Figueroa es pionera en el mundo con la impartición de una asignatura de filosofía transpersonal en el Grado Universitario de Educación (Instituto Ateneo de Colima, México).
¿Acaso esas dos Tesis Académicas citadas son las primeras piedras de un gran edificio educativo-espiritual? Que la filosofía transpersonal incursione en el sistema educativo internacional no es un sueño sino una realidad cada vez más extendida internacionalmente, como veremos a continuación.
Cabe citar, en tercer lugar, la Tesis Doctoral de Morelia Valencia Medina (Colombiana pero vinculada profesionalmente a la Universidad de Granada, España), titulada: Una perspectiva transpersonal para la educación. Morelia Valencia en colaboración con el también doctor Gabriel Carmona, han sido los impulsores de la Asociación de Pedagogía Transpersonal en España a través del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (España).
La educación académica tradicional está quedando obsoleta y requiere de una nueva mirada pedagógica acorde a las citadas investigaciones académicas de rango internacional pues, en efecto, es necesaria una renovación moral y espiritual sustentada en el empoderamiento consciente de los alumnos, desde una renovada psicología cognitiva dentro de un nuevo paradigma educativo amparado por la filosofía transpersonal.
Desde 1948, el artículo veintiséis de los Derechos Humanos referente al derecho de la educación, como en otras facetas sociales, económicas y políticas, ha sido ninguneado por los poderes fácticos. Sin embargo, novedosas iniciativas de hacer pedagogía están llegando al estamento educacional. Son tiempos de un revisionismo educacional como se ha visto, pero también de un revisionismo humano en el modo como percibimos nuestro mundo y el universo. En definitiva, son tiempos de repensar la relación entre la racionalidad y la espiritualidad. Son tiempos de integración entre la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable.
Como filósofo transpersonal, dichas cuestiones epistemológicas y hermenéuticas fueron argumentadas en el II Coloquio Internacional sobre las posibilidades de la resignificación del Episteme en las Ciencias de la Educación (Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio IMPM UPEL, Tucupita, Venezuela). Y más recientemente, todo ello tuvo su corolario con la publicación del artículo científico titulado La filosofía transpersonal como una hermenéutica complementaria a la epistemología: fundamentos para una educación transracional (Revista de Investigación Científica Humanística GIRUM de la Universidad Antropológica de Guadalajara, México).
A la vista de todo lo anteriormente argumentado, el reto más importante que tienen actualmente los profesores, los educadores, la educación en general, los científicos en particular y las humanidades es orientar la cultura humana más allá del reduccionismo psicológico y de la filosofía materialista que ha imperado en Occidente. El despertar colectivo es posible, y lo es gracias a la meditación y sus beneficios demostrados científicamente, y aplicados prácticamente en las aulas como demuestran muchas experiencias vanguardistas en el ámbito educativo.
El conocimiento es una riqueza intelectual que debe ser gestionada, auspiciada, educada y transmitida por los profesionales de la epistemología, pues necesitamos aún de genuinos epistemólogos para intentar dar un sentido a la vida y de saber cuál es nuestro lugar en este mundo. La humanidad se halla ante tantos cambios de paradigmas (filosófico, psicológico, sociológico, educativo, científico y espiritual) que son los propios maestros, profesores y la educación en general, quienes deberían coger las riendas del conocimiento para debatir su epistemología y consensuar lo que hay que saber, y lo que hay que enseñar en la transmisión del conocimiento. Ahí queda el reto para nuestra civilización y sus mentes pensantes: integrar la espiritualidad en el sistema educativo.
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En mi libro La educación cuántica argumento que la filosofía transpersonal desarrollada por Ken Wilber, así como la psicología transpersonal como la “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, se constituyen ambas en un nuevo paradigma de conocimiento que, inherentemente, requiere de una renovada cosmovisión de la historia, la ciencia y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa.
Siguiendo la estela de dicha argumentación, voy a citar los trabajos publicados (Tesis Doctorales y de Maestría, artículos científicos y ponencias) que, todos ellos en conjunto, vislumbran no solamente postulados teóricos sino actividades prácticas orientadas a la introducción de la visión transpersonal en la educación con rango de internacionalidad.
En primer lugar, la piscología transpersonal y la educación transracional son postuladas y argumentadas en la Tesis Doctoral de Noemí Siverio, titulada: Psicología del Homo Complexus para una educación desde la comprensión (Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico “Rafael Alberto Escobar Lara”, Venezuela).
En segundo lugar, la Tesis de Maestría de Marely Figueroa, titulada Una visión transpersonal en la educación, se postula como un revulsivo a la educación académica tradicional. En efecto, Marely Figueroa es pionera en el mundo con la impartición de una asignatura de filosofía transpersonal en el Grado Universitario de Educación (Instituto Ateneo de Colima, México).
¿Acaso esas dos Tesis Académicas citadas son las primeras piedras de un gran edificio educativo-espiritual? Que la filosofía transpersonal incursione en el sistema educativo internacional no es un sueño sino una realidad cada vez más extendida internacionalmente, como veremos a continuación.
Cabe citar, en tercer lugar, la Tesis Doctoral de Morelia Valencia Medina (Colombiana pero vinculada profesionalmente a la Universidad de Granada, España), titulada: Una perspectiva transpersonal para la educación. Morelia Valencia en colaboración con el también doctor Gabriel Carmona, han sido los impulsores de la Asociación de Pedagogía Transpersonal en España a través del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (España).
La educación académica tradicional está quedando obsoleta y requiere de una nueva mirada pedagógica acorde a las citadas investigaciones académicas de rango internacional pues, en efecto, es necesaria una renovación moral y espiritual sustentada en el empoderamiento consciente de los alumnos, desde una renovada psicología cognitiva dentro de un nuevo paradigma educativo amparado por la filosofía transpersonal.
Desde 1948, el artículo veintiséis de los Derechos Humanos referente al derecho de la educación, como en otras facetas sociales, económicas y políticas, ha sido ninguneado por los poderes fácticos. Sin embargo, novedosas iniciativas de hacer pedagogía están llegando al estamento educacional. Son tiempos de un revisionismo educacional como se ha visto, pero también de un revisionismo humano en el modo como percibimos nuestro mundo y el universo. En definitiva, son tiempos de repensar la relación entre la racionalidad y la espiritualidad. Son tiempos de integración entre la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable.
Como filósofo transpersonal, dichas cuestiones epistemológicas y hermenéuticas fueron argumentadas en el II Coloquio Internacional sobre las posibilidades de la resignificación del Episteme en las Ciencias de la Educación (Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio IMPM UPEL, Tucupita, Venezuela). Y más recientemente, todo ello tuvo su corolario con la publicación del artículo científico titulado La filosofía transpersonal como una hermenéutica complementaria a la epistemología: fundamentos para una educación transracional (Revista de Investigación Científica Humanística GIRUM de la Universidad Antropológica de Guadalajara, México).
A la vista de todo lo anteriormente argumentado, el reto más importante que tienen actualmente los profesores, los educadores, la educación en general, los científicos en particular y las humanidades es orientar la cultura humana más allá del reduccionismo psicológico y de la filosofía materialista que ha imperado en Occidente. El despertar colectivo es posible, y lo es gracias a la meditación y sus beneficios demostrados científicamente, y aplicados prácticamente en las aulas como demuestran muchas experiencias vanguardistas en el ámbito educativo.
El conocimiento es una riqueza intelectual que debe ser gestionada, auspiciada, educada y transmitida por los profesionales de la epistemología, pues necesitamos aún de genuinos epistemólogos para intentar dar un sentido a la vida y de saber cuál es nuestro lugar en este mundo. La humanidad se halla ante tantos cambios de paradigmas (filosófico, psicológico, sociológico, educativo, científico y espiritual) que son los propios maestros, profesores y la educación en general, quienes deberían coger las riendas del conocimiento para debatir su epistemología y consensuar lo que hay que saber, y lo que hay que enseñar en la transmisión del conocimiento. Ahí queda el reto para nuestra civilización y sus mentes pensantes: integrar la espiritualidad en el sistema educativo.
1 - El camino cognitivo
Cuando uno echa la vista atrás, es mucho más fácil adquirir una perspectiva sobre el camino recorrido. Cada persona tiene su propio camino por recorrer, ya lo decía certeramente Antonio Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. En mi caso, mi camino está marcado por un pensamiento divergente con el sistema establecido, lo cual me ha llevado a investigar las causas del sufrimiento humano, como una terapia personal que bien pudiera ser de utilidad para otras personas.
El camino recorrido se convierte en una psicoterapia espiritual cuando te das cuenta que la locura no está en nuestro interior, sino que existe una locura exterior pérfidamente elaborada para volvernos locos, véase cómo está el mundo actualmente. Algunos pueden llamar a eso “conspiraciones contra la humanidad”, yo prefiero llamarlo “ingeniería social y mental” para fragmentar la conciencia humana y disociarla de la conciencia colectiva, cuyo objetivo es que no encontremos la paz y armonía colectiva, en libertad y con conocimiento de causa.
Cuando la libertad es arrebatada mediante la manipulación de la historia y un adoctrinamiento educativo, es bien difícil para el común de nosotros saber decidir en libertad y con conocimiento de causa, porque el conocimiento mismo ha sido abducido por los mismos poderes fácticos en su propio beneficio plutocrático. Es así como el sistema económico y político se convierte en un servil servidor de obscuros poderes, quienes manejan los hilos del mundo imperceptiblemente para la mayoría.
Es en ese contexto de la historia y la psicología humana como me adentré a intentar saber la causa de tanto sufrimiento en este mundo. Y la tarea, créanme, no ha sido fácil. En primer lugar, había que poner orden en los propios pensamientos, y saber educar al propio pensamiento hasta adquirir destreza con un correcto pensamiento crítico, tarea nada fácil que aprendí de mi maestro Descartes mediante su Discurso del método.
En segundo lugar, hacer oír nuestra voz interior en el mundo exterior no es baladí, porque incursionar en el mundo del conocimiento es una tarea ingente. Tampoco sabía yo que mi camino me llevaría por la senda de la filosofía profunda, ese núcleo duro de la filosofía que intenta responder a las preguntas más trascendentales sobre el sentido de la vida.
Sin embargo, por ahí me llevaba mi camino, a intentar dar respuestas a mis propias inquietudes que, dicho sea de paso, son muy comunes en muchas personas. Y ahora en plena crisis de esta falsa pandemia, es cuando más evidente se hace la crisis de conciencia que padece, no solo la sociedad occidental, sino la humanidad, una crisis de pensamiento convertida en un problema para la filosofía. En definitiva, una crisis de conciencia sin precedentes en la historia.
2 - Pensador como profesión de riesgo
Dicho contexto de ser un estudioso de la conciencia se convierte, aún más si cabe, en un camino tortuoso y solitario. No en vano, todos los sesudos pensadores que fueron en contra del sistema de pensamiento establecido, debieron sacrificar muchos de sus años para elaborar ese pensamiento alternativo que diera un giro copernicano al devenir cultural de la humanidad. Ahí están, por ejemplo, Copérnico, quien no vio publicada su obra hasta después de su muerte. O Descartes, quien tituló a su obra maestra “Discurso” y no “Tradado” para no verse perseguido por la Santa Inquisición, posturas muy similares a las mantenidas por Galileo Galilei y Giordano Bruno, pero este último pagó su osadía con su quema viva en la hoguera, simplemente por decir que hay vida extraterrestre en las estrellas, que no estamos solos en el universo. Kant tardó diez años para escribir su obra maestra Crítica de la razón pura, y seis años más para que tuviera reconocimiento público. Ken Wilber también se enclaustró durante tres años para escribir su obra cumbre Sexo, Ecología, Espiritualidad.
Como se puede apreciar, tener un pensamiento divergente con el sistema establecido no sólo requiere esfuerzo y tiempo, sino que, lo puedes pagar con tu propia vida. No solamente le pasó a Giordano Bruno, sino con otras voces disidentes como Martin Luther King o John F. Kennedy, entre otros muchos ejemplos. Del mismo modo, la ciencia tiene sus mártires por buscar un conocimiento alterno al establecido y que pudiera ser compartido para el bien de la humanidad: tomemos como ejemplos a Nikola Tesla como precursor de la energía libre, o los diversos inventores sacados del escenario público por desarrollar motores que funcionan con agua en contra de los intereses de las petroleras bajo el “ojo que todo lo ve”.
3 - Filosofía Transpersonal y Educación Transracional
En mi caso, todavía no he pagado con mi vida ese esfuerzo de ir a contracorriente del sistema. Pero el camino no ha sido fácil, pues había que trascender pensamientos obsoletos para proponer nuevos neologismos como, por ejemplo, la filosofía transpersonal y la educación transracional.
Como filósofo transpersonal, mi campo de investigación se ha centrado en la convergencia de la epistemología y la hermenéutica: dos disciplinas filosóficas históricamente antagónicas que generan una división dualista entre la ciencia y la espiritualidad. La filosofía transpersonal aborda el estudio de todas las ciencias que van más allá del materialismo científico, hacia la metafísica. La metafísica es, hoy en día, factible de ser estudiada desde los presupuestos de la filosofía cuántica, así como de la demostración científica de los beneficios de la meditación. La meditación es el puente de transición entre la ilusoria realidad por trascender hacia la profundidad de nuestro ser donde se experimenta la conciencia de unidad en la que todos somos Uno. La conclusión de esas investigaciones, de un modo psicológico, permite la elaboración de una “ciencia de la conciencia” sustentada en dos nuevos neologismos para la educación académica: la filosofía transpersonal y la educación transracional.
La perspectiva sobre ese camino recorrido es lo que motiva este artículo.
Como mejor se puede hilvanar mi evolución pensativa, es mediante los resúmenes de los artículos científicos presentados en diversas revistas de ciencia y pensamiento, todas ellas, evidentemente, dentro del academicismo tradicional. Pero es lo que hay: si quieres señalar con el dedo lo que falla en el sistema, no basta con vociferar en los rincones de la internet, sino, hay que demostrar que tienes una alternativa pensativa, aunque dicha alternativa deba ser validada académicamente por el propio sistema. Una ironía de la vida.
Así pues, para todo aquel que tenga interés en conocer las peripecias de la evolución cultural en la que todos estamos envueltos, les invito a realizar un recorrido cognitivo por la historia del pensamiento, su cultura, su ciencia, su psicología y su educación, un recorrido desde viejos a nuevos paradigmas que eran pertinente descifrar para saber en qué momento exacto de la historia se halla esta decrépita humanidad, abocada a una urgente reconversión pensativa desde el “yo” al “nosotros”.
Recorramos ese camino ascendente hacia la sabiduría juntos de la mano, porque solamente juntos será posible enderezar el rumbo de esta crisis epistemológica que requiere, inherentemente, de una reconciliación entre ciencia y espiritualidad, entre la epistemología y la hermenéutica, de una conciencia de unidad donde todos tengamos cabida.
4 - Filosofía Transpersonal: la ciencia de la conciencia
El viaje en ese recorrido cognitivo se inicia con un primer artículo, en el que se plantea la necesidad de trascendencia del “ego” (yo) hacia una espiritualidad como conciencia colectiva (nosotros), cuestiones estudiadas por la filosofía transpersonal. Aquí el resumen:
“La conciencia histórica individual surgida del primer renacimiento humanístico de los siglos XV y XVI, ha devenido en este siglo XXI en un depredador neoliberalismo. Esta última versión del capitalismo, siguiendo las tesis de Marx, está socavando su propio final pues está acabando con el valor del trabajo humano y con los recursos naturales generando, consecuentemente, una profunda crisis humanitaria y ecológica. La filosofía tradicional mediante Kant, produjo la diferenciación del “yo”, el “nosotros” y la naturaleza (“ello”) a través de sus Tres Críticas. La imperiosa integración que los postmodernos llevan buscando sin éxito, puede ser posible mediante la trascendencia de la conciencia personal (ego) hacia una conciencia transpersonal (transcendencia del ego).Esta emergencia holística y epistemológica propugnada por la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal, al aunar la racionalidad con la espiritualidad, invoca hacia un segundo renacimiento humanístico, ahora como conciencia colectiva, socialmente reflejado en el altermundismo.”
La crisis epistemológica de la conciencia entre el “yo” y el “nosotros”, planteada anteriormente, tiene su equivalencia como crisis epistemológica entre ciencia y espiritualidad, tal como expongo en mi segundo artículo:
“La historia del pensamiento, devenida dogmáticamente en una filosofía materialista y en un reduccionismo psicológico, aboca a una crisis epistemológica entre ciencia y espiritualidad desde que la física cuántica irrumpió en el tablero cognitivo. Las diferentes interpretaciones de la mecánica cuántica que aúnan la ciencia y la espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introducen la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Así, la filosofía perenne sumada al movimiento transpersonal como “cuarta fuerza” psicológica, es un nuevo paradigma de conocimiento que puede ser aprehendido mediante un mándala epistemológico, el cual posibilita una interpretación hermenéutica de la historia, la ciencia y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa. Tantos cambios de paradigmas contribuyen a la trascendencia holística de la razón hacia el espíritu a modo de un segundo renacimiento humanístico.”
En dicho artículo se propone a la filosofía perenne como una conciliadora necesaria gracias al surgimiento de la filosofía cuántica. La mecánica cuántica hizo de bisagra entre el viejo paradigma materialista mantenido por la física clásica (“ver para creer”) y la espiritualidad psicológica (“creer para ver”) que se encarnó como psicología transpersonal y psicología transracional. Esas ciencias del “yo” subjetivo junto a la iluminada teoría de los “cuatro cuadrantes” de Ken Wilber, juntas se convierten en una ciencia de la conciencia tal como es estudiado desde la filosofía transpersonal que defiendo. Y en ese recorrido cognitivo, la filosofía transpersonal se presenta como la conciliadora epistemológica entre la ciencia y el espíritu humano. Nótese que iba a escribir “espíritu” solamente, lo cual dejaría abierto el camino ambiguo de la metafísica. Por eso he añadido el término “humano” al “espíritu”, para centrarnos en el “espíritu humano”, en el conocimiento de “nosotros” mismos, al “conócete a ti mismo” de las escuelas clásicas griegas del pensamiento.
En función de lo anterior, la humanidad está volviendo a los pensadores de la filosofía griega, como ya advirtiera el inconmensurable Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo, deberá comenzar por cambiarse a sí mismo”, una cuestión pensativa reconvertida en un proyecto filosófico y pedagógico mediante la filosofía transpersonal: el fracaso epistemológico de Occidente, su ciencia y su filosofía, necesitan de un pensamiento que vaya más del “yo” (transpersonal), más allá de la “razón” (transracional). La tan necesaria “transracionalidad” es la conclusión final de la obra cumbre de Ken Wilber Sexo, Ecología, Espiritualidad.
Dicha “transracionalidad” debe ser argumentada mediante un lenguaje epistemológico, pero, también, mediante la hermenéutica, en una convergencia entre la razón y el espíritu humano, pues solo así se puede lograr la sanación del sujeto cognoscente: poniendo como objetivo una misión espiritual que es propia de la incipiente educación transracional. Todo ello es explicado en este tercero artículo:
“La filosofía tradicional occidental se sustenta en una epistemología de lo conmensurable mediante el dualismo sujeto-objeto hasta la llegada de la física cuántica (“ello”-ciencia-), y requiere de una complementación cognitiva mediante la hermenéutica de lo inconmensurable, cuyos campos de estudio son la profundidad del “yo”-conciencia-, y la intersubjetividad de todos “nosotros”-cultura-. En la modernidad, estas tres esferas platónicas -la Verdad, la Belleza y la Bondad-, fueron diferenciadas por Kant mediante sus Tres Críticas: la naturaleza (ello), la conciencia (yo) y la cultura (nosotros). Y la misión de la postmodernidad mediante las humanidades es integrar los individuos (yo) en una conciencia colectiva (nosotros) gracias a una filosofía transpersonal que incorpora una ética epistémica en el marco de una episteme transracional, lo cual propugna inherentemente una educación transracional como misión espiritual para la sanación trascendental del sujeto cognoscente y, así, trascender también la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad.”
Unir la razón y el espíritu humano, esa es la tarea más urgente ante “nosotros”. ¿Cómo conciliar esos dos modos de saber, entre la ciencia y la espiritualidad humana? Para ello se requiere de una “intuición moral básica” como una cuestión ética necesaria para la integración del “yo” en un “nosotros”, lo cual debe ser objeto de una renovada pedagogía que tenga en cuenta a la educación transracional. Tal sería la cuestión planteada en este cuarto artículo:
“Esta comunicación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no dualidad, lo cual conlleva aprehenderse a uno mismo como conciencia de unidad mediante una auténtica intuición espiritual .
Esos dos modos de saber así aprehendidos mediante la intuición espiritual, posibilitan una síntesis entre la filosofía y la espiritualidad. Para tal finalidad, se recurre a tres inconmensurables pensadores: Platón, Kant y Wilber. Las Tres Grandes categorías platónicas -la Verdad, la Belleza y la Bondad- que fueron respectivamente diferenciadas por Kant mediante sus Tres críticas (“ello”, “yo” y “nosotros”), requieren imperativamente de una integración entre la naturaleza, la conciencia y la cultura. La intuición moral básica argumentada por Ken Wilber se constituye como una necesaria cuestión ética para la integración del “ello”, “yo” y “nosotros” y, consecuentemente, en una ética epistémica dentro del marco de una episteme transracional.
La filosofía transpersonal de Ken Wilber, como disciplina que estudia a la espiritualidad y su relación con la ciencia, permite vislumbrar la sanación trascendental del ser humano mediante una educación transracional que implemente la razón con el corazón.”
Así es cómo, desde la filosofía transpersonal, se argumenta que el “yo” necesita de una educación transracional como ciencia pedagógica del “nosotros”. Ese camino cognitivo se convierte en una compleja psicología humana por descifrar, tal como demuestra Noemí Siverio en su Tesis Doctoral. Además, esa visión transpersonal debería ser llevada al ámbito educativo, una cuestión magníficamente realizada por Marely Figueroa en su Tesis de Maestría y, posteriormente, como pionera de la primera asignatura de filosofía transpersonal en el ámbito del sistema educativo tradicional. Con estas dos pioneras profesoras ya hay una cuña epistemológica transracional en el sistema.
Una vez puesta esa cuña cognitiva en el sistema educativo, quedaba por realizar otra labor importante desde la filosofía transpersonal: argumentar a la metafísica como revulsivo de la sanación trascendental del sujeto cognoscente mediante la meditación, lo cual fue el objetivo del quinto artículo. He aquí un resumen, algo más extenso, pero muy necesario:
1 - Metafísica y transracionalidad
En filosofía, la metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto (“cuando emite un juicio sintético sobre un asunto”) que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado sensiblemente por el ser humano. Sin embargo, la razón a través de la historia del pensamiento, siempre ha indagado sobre las cuestiones metafísicas que han preocupado al ser humano desde tiempos inmemoriales, aunque histórica y psicológicamente, esa genuina actitud de hacer metafísica ha sido obnubilada por el materialismo científico. La filosofía se escindió así en dos senderos cognitivos: la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable, es decir, una divergencia entre ciencia y espiritualidad. Tradicionalmente se ha separado la epistemología y a la hermenéutica, puesto que la primera trata de lo conmensurable y la segunda de lo inconmensurable. Sin embargo, hoy en día es posible unir la epistemología y la hermenéutica, permitiendo justificar lo conmensurable y entender lo inconmensurable. Esos dos modos de saber posibilitan vislumbrar una conexión de la filosofía con la espiritualidad, o la ciencia con la metafísica.
Y para tal tarea, en primer lugar, es preciso un giro copernicano hacia el Idealismo Trascendental propuesto por Kant. En filosofía, el giro copernicano o revolución copernicana hace referencia a la propuesta realizada por Kant para entender cómo es posible el conocimiento sintético a priori que da lugar al Idealismo Trascendental. La filosofía anterior a Kant suponía que en la experiencia de conocimiento el sujeto cognoscente es pasivo, que el objeto conocido influye en el sujeto y provoca en él una representación fidedigna. Con esta explicación podemos entender, en todo caso, el conocimiento empírico, pero no el conocimiento a priori pues lo extraordinario de este último es que con él podemos saber algo de las cosas antes de experimentarlas, es decir, antes de que puedan influir en nuestra mente. Kant propone darle la vuelta a la relación y aceptar que en la experiencia cognoscitiva el sujeto cognoscente es activo, que en el acto de conocimiento el sujeto cognoscente modifica la realidad conocida. Según Kant, podemos entender el conocimiento sintético a priori si negamos que nosotros nos sometemos a las cosas, si aceptamos que son más bien las cosas las que se deben someter a nosotros.
Por otro lado, en segundo lugar, según Ken Wilber, las grandes tradiciones espirituales del mundo caen bajo dos tipos diferentes de espiritualidad que denomina la espiritualidad ascendente y la espiritualidad descendente. Existe dos grandes direcciones posibles: ascender desde la materia hasta el Espíritu o descender desde el Espíritu hasta la materia. La primera es una dirección trascendente o ultramundana, mientras que la segunda es inmanente o intramundana. Uno de los mitos al uso de la tradición occidental es Platón y, aunque la mayor parte de la gente cree que es un filósofo ascendente, en realidad, es un filósofo que reconoce los dos tipos de movimientos: el ascendente (el Bien que nosotros aspiramos a comprender) y el descendente (una manifestación del Bien). Sin embargo, a lo largo de la historia, estas dos facetas se vieron brutalmente separadas y tuvo lugar una violenta ruptura entre los partidarios de lo meramente ascendente y los defensores de lo meramente descendente, pues se consumó la escisión entre ambas. Dicho de otro modo, el materialismo científico y la metafísica se han convertido en una dualidad antagónica aparentemente irreconciliable.
Irremediablemente, hay una contienda ideológica que puede remover los cimientos de nuestra civilización, pues se hallan en disputa dos pesos pesados de la historia: la ciencia y la religión (espiritualidad), el saber empírico y el saber revelado, la razón y el espíritu. Desde el surgimiento de la física cuántica, esa divergencia cognitiva es argumentada epistemológicamente por Ken Wilber en su obra El espectro de la conciencia como dos modos de saber: el conocimiento simbólico (dualidad sujeto-objeto) y el misticismo contemplativo (no-dualidad entre sujeto-objeto). Las experiencias espirituales son, probablemente, el contexto más complejo a desentrañar por nuestra actual civilización. El gran mérito de Wilber es haber puesto en el contexto histórico la reivindicación de la filosofía transpersonal que, al aunar la ciencia y la espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, permite la argumentación de una antropología revisionista de nuestra cultura y la necesidad de una ética epistémica en el marco de una episteme transracional lo cual, como se argumentará seguidamente, propugna una educación transracional como misión espiritual para la sanación trascendental del sujeto cognoscente y, así, transcender también la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad, pues como concluye Ken Wilber en su obra Sexo, Ecología, Espiritualidad (p.617): “ahí estamos, en la racionalidad, situados en el filo de la percepción transracional”.
2 - Meditación y educación
Son los genios y sabios, muchos de ellos científicos y filósofos, quienes abanderan las ideas metafísicas que hacen progresar la cultura humana, ahora en claro declive. ¿Qué lugar ocupa hoy la metafísica en nuestra cultura? He ahí quizá el escollo más difícil por transcender, pues la humanidad se halla ante nuevos paradigmas invisibles aún para la mayoría de mis coetáneos. Sin embargo, la sanación trascendental del ser humano está en su interior mediante la práctica de la meditación. En efecto, como nos recuerda el sabio aforismo griego “conócete a ti mismo”, se precisa de un conocimiento introspectivo para conectar con el Espíritu que vive en nosotros y que puede vislumbrarse mediante la conciencia de unidad .
La sanación trascendental del ser humano mediante la meditación no es una entelequia: un equipo de psiquiatras liderado por el Hospital General de Massachusetts, ha realizado el primer estudio que documenta cómo ejercitar la meditación puede afectar al cerebro. Según sus conclusiones, la práctica de un programa de meditación durante ocho semanas puede provocar considerables cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés. Es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.
La meditación, aplicada prácticamente en los centros escolares, tiene espectaculares resultados: estimula la creatividad de los niños, ayuda en el desarrollo de la inteligencia emocional, reduce la violencia conocida como bullying, mejora los procesos de aprendizaje, aminora la sobre estimulación propia de la era de Internet y mejora la convivencia escolar. La meditación se convierte así en un medio para la sanación trascendental del ser humano desde la infancia, tal como demuestran cada vez más numerosos estudios científicos. Como aseveró el matemático griego Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.
Consecuentemente, las ciencias empíricas pueden dar explicaciones sobre los fenómenos naturales, peros son incapaces de dar una explicación coherente acerca de la conciencia y la espiritualidad y, por tanto, no es de extrañar que los beneficios de la meditación sean objeto de investigación científica, y que haya también una aproximación investigativa a las experiencias cercanas a la muerte, las ciencias noéticas y la psicología transpersonal. Dichos campos de investigación enlazan, obviamente, con la metafísica, es decir, más allá de los sentidos físicos. La metafísica es, por tanto, el reto que tiene la humanidad por delante para hallar un conocimiento más allá de las ciencias naturales, es decir, un conocimiento transracional al que se puede acceder mediante la meditación, y con la posibilidad de que sea impartida educacionalmente mediante la filosofía transpersonal argüida por Ken Wilber.
3 - Filosofía transpersonal y educación transracional
La filosofía tradicional occidental se sustenta en una epistemología de lo conmensurable mediante el dualismo sujeto-objeto hasta la llegada de la física cuántica (“ello”-ciencia-), y requiere de una complementación cognitiva mediante la hermenéutica de lo inconmensurable, cuyos campos de estudio son la profundidad del “yo”-conciencia-, y la intersubjetividad de todos “nosotros”-cultura-. En la modernidad, estas tres esferas platónicas -la Verdad, la Belleza y la Bondad-, fueron diferenciadas por Kant mediante sus Tres Críticas: la naturaleza (ello), la conciencia (yo) y la cultura (nosotros). Y la misión de la postmodernidad mediante las humanidades es integrar los individuos (yo) en una conciencia colectiva (nosotros) gracias a una filosofía transpersonal que incorpora una ética epistémica en el marco de una episteme transracional, lo cual propugna inherentemente una educación transracional como misión espiritual para la sanación trascendental del sujeto cognoscente y, así, trascender también la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad.
Una educación transracional fundamentada en la filosofía transpersonal se convierte, consecuentemente, en una renovada pedagogía para la trascendencia espiritual mediante la meditación, y postula un revisionismo psicológico que incorpore a la espiritualidad con la misión de transcender la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad también a nivel social y cultural: La educación espiritual de los niños es un imperativo para instaurar en el futuro una Vida espiritual en una sociedad digital; consecuentemente, Espiritualidad y educación social es un binomio inseparable para trascender La sociedad de la ignorancia y, por antonomasia, es El desafío ético de la educación.
Dicho repensar humano posibilitaría, entonces, salvar el abismo cultural desde que Kant diferenció la ciencia (ello), la conciencia (yo) y la moralidad (nosotros). La integración y síntesis de estas tres esferas kantianas del saber debe realizarse eminentemente en la conciencia de cada uno de nosotros mediante una genuina intuición espiritual o intuición moral básica como sustrato ético de nuestros actos, pensamientos y sentimientos, pues como dijera Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a sí mismo”. Y para tal finalidad, la filosofía transpersonal y la educación transracional se presentan como un imperativo pedagógico más allá de la mente, hacia la profundidad de la conciencia, pues como dice una cita atribuida al dramaturgo inglés John Gay: “Sin lugar a dudas, es importante desarrollar la mente de los hijos, no obstante, el regalo más valioso que se le puede dar, es desarrollarles la conciencia”. Es indudable que el estudio de la conciencia es un problema epistemológico y hermenéutico aún no resuelto por la cultura occidental en particular y la humanidad en general y, consecuentemente, la conciencia sigue siendo un problema histórico por resolver.
4 - La conciencia como problema histórico
Toda la historia de la filosofía occidental está transitada por la inquietud de encontrar la solución al problema del conocimiento e intentar dar una explicación coherente de la conciencia, y se ha caracterizado por la constante universal de abordar el problema del hombre desde el dualismo: materia y espíritu, cuerpo y alma, cerebro y mente. La historia del pensamiento, devenida dogmáticamente en una filosofía materialista y en un reduccionismo psicológico, aboca a una crisis epistemológica y hermenéutica entre ciencia y espiritualidad desde que la física cuántica irrumpió en el tablero cognitivo. La filosofía transpersonal de Ken Wilber, al aunar ciencia y espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introduce la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Esta comunicación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad.
Esos dos modos de saber así aprehendidos, posibilitan la sanación trascendental del ser humano mediante la filosofía transpersonal de Ken Wilber como nuevo paradigma de conocimiento, y es postulada como asignatura educativa para una educación transracional que implemente la razón con el corazón mediante la meditación. Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental. Con ello, podemos concluir consecuentemente que la filosofía transpersonal de Ken Wilber es un fundamento para una educación transracional de la metafísica y la sanación transcendental del sujeto cognoscente mediante la meditación.
5 - La conciencia como problema histórico
La crisis de conciencia así planteada nos aboca, inexorablemente, a intentar resolver ese misterio de la vida, a intentar comprender a la conciencia como un problema histórico y ello, inherentemente, requiere de una reconciliación entre la ciencia y el espíritu humano, entre la epistemología y la hermenéutica, y todo ello bajo el paragua de la filosofía transpersonal y la educación transracional. Ese fue el objetivo del sexto artículo:
“Toda la historia de la filosofía occidental está transitada por la inquietud de encontrar la solución al problema del conocimiento e intentar dar una explicación coherente de la conciencia, y se ha caracterizado por la constante universal de abordar el problema del hombre desde el dualismo: materia y espíritu, cuerpo y alma, cerebro y mente. La historia del pensamiento, devenida dogmáticamente en una filosofía materialista y en un reduccionismo psicológico, aboca a una crisis epistemológica y hermenéutica entre ciencia y espiritualidad desde que la física cuántica irrumpió en el tablero cognitivo.
La filosofía transpersonal de Ken Wilber, al aunar ciencia y espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introduce la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Esta investigación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad.
Esos dos modos de saber así aprehendidos, posibilitan la sanación trascendental del ser humano mediante la filosofía transpersonal de Ken Wilber como nuevo paradigma de conocimiento, y es postulada como asignatura educativa para una educación transracional que implemente la razón con el corazón mediante la meditación. Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental.”
Evidentemente, ese pensamiento divergente no es asumido aún en el sistema académico tradicional, pero, ya tenemos la cuña epistemológica transracional puesta con los seis artículos anteriores. Ese sexto artículo fue incomprendido por más de 50 académicos tal como se me comunicó desde el Comité Científico de la Revista Humanidades:
"Respetado autor Amador Martos García, reciba un cordial saludo.
Según se le informó en correo pasado, su artículo fue remitido a instancias del Comité Científico de la Revista Ciencia y Humanidades. Dicho Comité está compuesto por más de 50 académicos ubicados en diferentes países de habla hispana, a los cuales se les asignan artículos dependiendo de sus áreas de estudio. Ahora bien, respecto a su artículo en cuestión, a la fecha no se ha podido ubicar un evaluador que posea el conocimiento académico/investigativo necesario para hacer un dictamen justo de dicho texto, por lo que la Revista Ciencia y Humanidades, desde su Comité Editorial en sesión del 5 de junio de 2019, teniendo en cuenta la responsabilidad editorial y científica que atañe a la Revista Ciencia y Humanidades, ha declarado que para el octavo número su artículo no podrá ser teniendo en cuenta debido a los motivos anteriormente expuestos. De antemano pedimos disculpas por cualquier problema causado. Cordialmente."
6 - Una perspectiva cognitiva desde la Filosofía Transpersonal
Es cuestión de tiempo que dicha cuña epistemológica transracional convierta esa fisura en un cráter por donde se van a desangrar los viejos paradigmas de la humanidad. A nivel educativo se ha demostrado que, con dicho “pensamiento divergente”, era necesaria una resignificación del “episteme” en las ciencias de la educación, y aporté mi perspectiva desde la filosofía transpersonal en un II Coloquio Internacional que abordaba dicha cuestión. Sin una base epistemológica sólida, ¿cómo reconstruir un nuevo mundo? El desangramiento social fue inevitable y nos vimos envueltos en consecuencias de proporciones insospechadas entre “Globalistas” y “Patriotas”, entre esa minoría plutocrática contra esa incipiente conciencia social que busca el empoderamiento del “nosotros”, cuestión que argumenté en una ponencia del Webinar UNICEN.
A la vista de lo expuesto hasta aquí, la filosofía transpersonal, como ciencia de la conciencia, debe replantear todos los presupuestos cognitivos de la humanidad y de cada “uno” de “nosotros”: ¿Cómo sabes que lo que sabes es cierto? Tal fue la ponencia que tuve el honor de exponer en la Universidad ITECCE, en un intento que los futuros maestros puedan actuar en libertad y con conocimiento de causa desde los presupuestos hasta aquí argumentados.
En conclusión, como argumento en mi obra Ciencia, Filosofía, Espiritualidad, la trascendencia metafísica mediante la meditación es posible. La meditación como ciencia trascendental se convierte, así, en un camino ascendente hacia la sabiduría, para poner orden en nuestras ideas, para considerar a la sabiduría como ciencia para la sanación espiritual. Ello requiere evidentemente de una filosofía de la mente para la transformación interior. En la medida de que cada “uno” de “nosotros” se empodere y despierte espiritualmente, alcanzará esa transcendencia hasta lograr la conciencia de unidad. Un objetivo psicológico y metafísico nada fácil, pues existe un enemigo invisible de la humanidad que trata de impedir la reconciliación espiritual de la humanidad: estamos inmersos en una lucha ente el bien y el mal, una perenne contienda demostrada por William Criado mediante la hipnosis clínica regresiva. Así es como fue descubierto el “genio maligno” de Descartes. Ahora las cartas están boca arriba, y la contienda es entre las sombras y la luz, entre el “Estado profundo” y las “Semillas Estelares”, una épica batalla sideral por el planeta Tierra y las conciencias que la habitan.
Si ha llegado hasta aquí, estimado lector, puede convenir conmigo que la locura aperspectivista que padecemos, usted y yo, y muchos como “nosotros”, no es una “locura interior”, sino una “locura exterior” procedente de la dualidad. La dualidad de la “realidad” es como un sueño, una ilusión según algunas tradiciones espirituales, una ilusión también reconocida por la neuropsicología y las neurociencias: solo somos vibración en el hiperespacio del universo. Y, el revulsivo propuesto desde la filosofía transpersonal, es meditar para transmutar las bajas vibraciones en vibraciones amorosas, porque el amor también evoluciona. De hecho, el amor siempre ha existido: hemos nacido por una fusión de amor de nuestros padres. Nosotros, como padres, también nos fusionamos en el amor para dar vida a nuestros hijos. El amor es la ley suprema, pero hemos relegado al amor al ostracismo, como si no fuera necesario para la supervivencia del planeta y la humanidad. No obstante, La evolución del amor se presenta como imprescindible para el devenir de nuestra especie, y es nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta.
En definitiva, no puede haber una perspectiva cognitiva que separe a los unos de los otros, porque el saber sin amor es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo, tal es el fundamento por antonomasia de la filosofía transpersonal.
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Cuando uno echa la vista atrás, es mucho más fácil adquirir una perspectiva sobre el camino recorrido. Cada persona tiene su propio camino por recorrer, ya lo decía certeramente Antonio Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. En mi caso, mi camino está marcado por un pensamiento divergente con el sistema establecido, lo cual me ha llevado a investigar las causas del sufrimiento humano, como una terapia personal que bien pudiera ser de utilidad para otras personas.
El camino recorrido se convierte en una psicoterapia espiritual cuando te das cuenta que la locura no está en nuestro interior, sino que existe una locura exterior pérfidamente elaborada para volvernos locos, véase cómo está el mundo actualmente. Algunos pueden llamar a eso “conspiraciones contra la humanidad”, yo prefiero llamarlo “ingeniería social y mental” para fragmentar la conciencia humana y disociarla de la conciencia colectiva, cuyo objetivo es que no encontremos la paz y armonía colectiva, en libertad y con conocimiento de causa.
Cuando la libertad es arrebatada mediante la manipulación de la historia y un adoctrinamiento educativo, es bien difícil para el común de nosotros saber decidir en libertad y con conocimiento de causa, porque el conocimiento mismo ha sido abducido por los mismos poderes fácticos en su propio beneficio plutocrático. Es así como el sistema económico y político se convierte en un servil servidor de obscuros poderes, quienes manejan los hilos del mundo imperceptiblemente para la mayoría.
Es en ese contexto de la historia y la psicología humana como me adentré a intentar saber la causa de tanto sufrimiento en este mundo. Y la tarea, créanme, no ha sido fácil. En primer lugar, había que poner orden en los propios pensamientos, y saber educar al propio pensamiento hasta adquirir destreza con un correcto pensamiento crítico, tarea nada fácil que aprendí de mi maestro Descartes mediante su Discurso del método.
En segundo lugar, hacer oír nuestra voz interior en el mundo exterior no es baladí, porque incursionar en el mundo del conocimiento es una tarea ingente. Tampoco sabía yo que mi camino me llevaría por la senda de la filosofía profunda, ese núcleo duro de la filosofía que intenta responder a las preguntas más trascendentales sobre el sentido de la vida.
Sin embargo, por ahí me llevaba mi camino, a intentar dar respuestas a mis propias inquietudes que, dicho sea de paso, son muy comunes en muchas personas. Y ahora en plena crisis de esta falsa pandemia, es cuando más evidente se hace la crisis de conciencia que padece, no solo la sociedad occidental, sino la humanidad, una crisis de pensamiento convertida en un problema para la filosofía. En definitiva, una crisis de conciencia sin precedentes en la historia.
2 - Pensador como profesión de riesgo
Dicho contexto de ser un estudioso de la conciencia se convierte, aún más si cabe, en un camino tortuoso y solitario. No en vano, todos los sesudos pensadores que fueron en contra del sistema de pensamiento establecido, debieron sacrificar muchos de sus años para elaborar ese pensamiento alternativo que diera un giro copernicano al devenir cultural de la humanidad. Ahí están, por ejemplo, Copérnico, quien no vio publicada su obra hasta después de su muerte. O Descartes, quien tituló a su obra maestra “Discurso” y no “Tradado” para no verse perseguido por la Santa Inquisición, posturas muy similares a las mantenidas por Galileo Galilei y Giordano Bruno, pero este último pagó su osadía con su quema viva en la hoguera, simplemente por decir que hay vida extraterrestre en las estrellas, que no estamos solos en el universo. Kant tardó diez años para escribir su obra maestra Crítica de la razón pura, y seis años más para que tuviera reconocimiento público. Ken Wilber también se enclaustró durante tres años para escribir su obra cumbre Sexo, Ecología, Espiritualidad.
Como se puede apreciar, tener un pensamiento divergente con el sistema establecido no sólo requiere esfuerzo y tiempo, sino que, lo puedes pagar con tu propia vida. No solamente le pasó a Giordano Bruno, sino con otras voces disidentes como Martin Luther King o John F. Kennedy, entre otros muchos ejemplos. Del mismo modo, la ciencia tiene sus mártires por buscar un conocimiento alterno al establecido y que pudiera ser compartido para el bien de la humanidad: tomemos como ejemplos a Nikola Tesla como precursor de la energía libre, o los diversos inventores sacados del escenario público por desarrollar motores que funcionan con agua en contra de los intereses de las petroleras bajo el “ojo que todo lo ve”.
3 - Filosofía Transpersonal y Educación Transracional
En mi caso, todavía no he pagado con mi vida ese esfuerzo de ir a contracorriente del sistema. Pero el camino no ha sido fácil, pues había que trascender pensamientos obsoletos para proponer nuevos neologismos como, por ejemplo, la filosofía transpersonal y la educación transracional.
Como filósofo transpersonal, mi campo de investigación se ha centrado en la convergencia de la epistemología y la hermenéutica: dos disciplinas filosóficas históricamente antagónicas que generan una división dualista entre la ciencia y la espiritualidad. La filosofía transpersonal aborda el estudio de todas las ciencias que van más allá del materialismo científico, hacia la metafísica. La metafísica es, hoy en día, factible de ser estudiada desde los presupuestos de la filosofía cuántica, así como de la demostración científica de los beneficios de la meditación. La meditación es el puente de transición entre la ilusoria realidad por trascender hacia la profundidad de nuestro ser donde se experimenta la conciencia de unidad en la que todos somos Uno. La conclusión de esas investigaciones, de un modo psicológico, permite la elaboración de una “ciencia de la conciencia” sustentada en dos nuevos neologismos para la educación académica: la filosofía transpersonal y la educación transracional.
La perspectiva sobre ese camino recorrido es lo que motiva este artículo.
Como mejor se puede hilvanar mi evolución pensativa, es mediante los resúmenes de los artículos científicos presentados en diversas revistas de ciencia y pensamiento, todas ellas, evidentemente, dentro del academicismo tradicional. Pero es lo que hay: si quieres señalar con el dedo lo que falla en el sistema, no basta con vociferar en los rincones de la internet, sino, hay que demostrar que tienes una alternativa pensativa, aunque dicha alternativa deba ser validada académicamente por el propio sistema. Una ironía de la vida.
Así pues, para todo aquel que tenga interés en conocer las peripecias de la evolución cultural en la que todos estamos envueltos, les invito a realizar un recorrido cognitivo por la historia del pensamiento, su cultura, su ciencia, su psicología y su educación, un recorrido desde viejos a nuevos paradigmas que eran pertinente descifrar para saber en qué momento exacto de la historia se halla esta decrépita humanidad, abocada a una urgente reconversión pensativa desde el “yo” al “nosotros”.
Recorramos ese camino ascendente hacia la sabiduría juntos de la mano, porque solamente juntos será posible enderezar el rumbo de esta crisis epistemológica que requiere, inherentemente, de una reconciliación entre ciencia y espiritualidad, entre la epistemología y la hermenéutica, de una conciencia de unidad donde todos tengamos cabida.
4 - Filosofía Transpersonal: la ciencia de la conciencia
El viaje en ese recorrido cognitivo se inicia con un primer artículo, en el que se plantea la necesidad de trascendencia del “ego” (yo) hacia una espiritualidad como conciencia colectiva (nosotros), cuestiones estudiadas por la filosofía transpersonal. Aquí el resumen:
“La conciencia histórica individual surgida del primer renacimiento humanístico de los siglos XV y XVI, ha devenido en este siglo XXI en un depredador neoliberalismo. Esta última versión del capitalismo, siguiendo las tesis de Marx, está socavando su propio final pues está acabando con el valor del trabajo humano y con los recursos naturales generando, consecuentemente, una profunda crisis humanitaria y ecológica. La filosofía tradicional mediante Kant, produjo la diferenciación del “yo”, el “nosotros” y la naturaleza (“ello”) a través de sus Tres Críticas. La imperiosa integración que los postmodernos llevan buscando sin éxito, puede ser posible mediante la trascendencia de la conciencia personal (ego) hacia una conciencia transpersonal (transcendencia del ego).Esta emergencia holística y epistemológica propugnada por la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal, al aunar la racionalidad con la espiritualidad, invoca hacia un segundo renacimiento humanístico, ahora como conciencia colectiva, socialmente reflejado en el altermundismo.”
La crisis epistemológica de la conciencia entre el “yo” y el “nosotros”, planteada anteriormente, tiene su equivalencia como crisis epistemológica entre ciencia y espiritualidad, tal como expongo en mi segundo artículo:
“La historia del pensamiento, devenida dogmáticamente en una filosofía materialista y en un reduccionismo psicológico, aboca a una crisis epistemológica entre ciencia y espiritualidad desde que la física cuántica irrumpió en el tablero cognitivo. Las diferentes interpretaciones de la mecánica cuántica que aúnan la ciencia y la espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introducen la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Así, la filosofía perenne sumada al movimiento transpersonal como “cuarta fuerza” psicológica, es un nuevo paradigma de conocimiento que puede ser aprehendido mediante un mándala epistemológico, el cual posibilita una interpretación hermenéutica de la historia, la ciencia y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa. Tantos cambios de paradigmas contribuyen a la trascendencia holística de la razón hacia el espíritu a modo de un segundo renacimiento humanístico.”
En dicho artículo se propone a la filosofía perenne como una conciliadora necesaria gracias al surgimiento de la filosofía cuántica. La mecánica cuántica hizo de bisagra entre el viejo paradigma materialista mantenido por la física clásica (“ver para creer”) y la espiritualidad psicológica (“creer para ver”) que se encarnó como psicología transpersonal y psicología transracional. Esas ciencias del “yo” subjetivo junto a la iluminada teoría de los “cuatro cuadrantes” de Ken Wilber, juntas se convierten en una ciencia de la conciencia tal como es estudiado desde la filosofía transpersonal que defiendo. Y en ese recorrido cognitivo, la filosofía transpersonal se presenta como la conciliadora epistemológica entre la ciencia y el espíritu humano. Nótese que iba a escribir “espíritu” solamente, lo cual dejaría abierto el camino ambiguo de la metafísica. Por eso he añadido el término “humano” al “espíritu”, para centrarnos en el “espíritu humano”, en el conocimiento de “nosotros” mismos, al “conócete a ti mismo” de las escuelas clásicas griegas del pensamiento.
En función de lo anterior, la humanidad está volviendo a los pensadores de la filosofía griega, como ya advirtiera el inconmensurable Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo, deberá comenzar por cambiarse a sí mismo”, una cuestión pensativa reconvertida en un proyecto filosófico y pedagógico mediante la filosofía transpersonal: el fracaso epistemológico de Occidente, su ciencia y su filosofía, necesitan de un pensamiento que vaya más del “yo” (transpersonal), más allá de la “razón” (transracional). La tan necesaria “transracionalidad” es la conclusión final de la obra cumbre de Ken Wilber Sexo, Ecología, Espiritualidad.
Dicha “transracionalidad” debe ser argumentada mediante un lenguaje epistemológico, pero, también, mediante la hermenéutica, en una convergencia entre la razón y el espíritu humano, pues solo así se puede lograr la sanación del sujeto cognoscente: poniendo como objetivo una misión espiritual que es propia de la incipiente educación transracional. Todo ello es explicado en este tercero artículo:
“La filosofía tradicional occidental se sustenta en una epistemología de lo conmensurable mediante el dualismo sujeto-objeto hasta la llegada de la física cuántica (“ello”-ciencia-), y requiere de una complementación cognitiva mediante la hermenéutica de lo inconmensurable, cuyos campos de estudio son la profundidad del “yo”-conciencia-, y la intersubjetividad de todos “nosotros”-cultura-. En la modernidad, estas tres esferas platónicas -la Verdad, la Belleza y la Bondad-, fueron diferenciadas por Kant mediante sus Tres Críticas: la naturaleza (ello), la conciencia (yo) y la cultura (nosotros). Y la misión de la postmodernidad mediante las humanidades es integrar los individuos (yo) en una conciencia colectiva (nosotros) gracias a una filosofía transpersonal que incorpora una ética epistémica en el marco de una episteme transracional, lo cual propugna inherentemente una educación transracional como misión espiritual para la sanación trascendental del sujeto cognoscente y, así, trascender también la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad.”
Unir la razón y el espíritu humano, esa es la tarea más urgente ante “nosotros”. ¿Cómo conciliar esos dos modos de saber, entre la ciencia y la espiritualidad humana? Para ello se requiere de una “intuición moral básica” como una cuestión ética necesaria para la integración del “yo” en un “nosotros”, lo cual debe ser objeto de una renovada pedagogía que tenga en cuenta a la educación transracional. Tal sería la cuestión planteada en este cuarto artículo:
“Esta comunicación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no dualidad, lo cual conlleva aprehenderse a uno mismo como conciencia de unidad mediante una auténtica intuición espiritual .
Esos dos modos de saber así aprehendidos mediante la intuición espiritual, posibilitan una síntesis entre la filosofía y la espiritualidad. Para tal finalidad, se recurre a tres inconmensurables pensadores: Platón, Kant y Wilber. Las Tres Grandes categorías platónicas -la Verdad, la Belleza y la Bondad- que fueron respectivamente diferenciadas por Kant mediante sus Tres críticas (“ello”, “yo” y “nosotros”), requieren imperativamente de una integración entre la naturaleza, la conciencia y la cultura. La intuición moral básica argumentada por Ken Wilber se constituye como una necesaria cuestión ética para la integración del “ello”, “yo” y “nosotros” y, consecuentemente, en una ética epistémica dentro del marco de una episteme transracional.
La filosofía transpersonal de Ken Wilber, como disciplina que estudia a la espiritualidad y su relación con la ciencia, permite vislumbrar la sanación trascendental del ser humano mediante una educación transracional que implemente la razón con el corazón.”
Así es cómo, desde la filosofía transpersonal, se argumenta que el “yo” necesita de una educación transracional como ciencia pedagógica del “nosotros”. Ese camino cognitivo se convierte en una compleja psicología humana por descifrar, tal como demuestra Noemí Siverio en su Tesis Doctoral. Además, esa visión transpersonal debería ser llevada al ámbito educativo, una cuestión magníficamente realizada por Marely Figueroa en su Tesis de Maestría y, posteriormente, como pionera de la primera asignatura de filosofía transpersonal en el ámbito del sistema educativo tradicional. Con estas dos pioneras profesoras ya hay una cuña epistemológica transracional en el sistema.
Una vez puesta esa cuña cognitiva en el sistema educativo, quedaba por realizar otra labor importante desde la filosofía transpersonal: argumentar a la metafísica como revulsivo de la sanación trascendental del sujeto cognoscente mediante la meditación, lo cual fue el objetivo del quinto artículo. He aquí un resumen, algo más extenso, pero muy necesario:
1 - Metafísica y transracionalidad
En filosofía, la metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto (“cuando emite un juicio sintético sobre un asunto”) que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado sensiblemente por el ser humano. Sin embargo, la razón a través de la historia del pensamiento, siempre ha indagado sobre las cuestiones metafísicas que han preocupado al ser humano desde tiempos inmemoriales, aunque histórica y psicológicamente, esa genuina actitud de hacer metafísica ha sido obnubilada por el materialismo científico. La filosofía se escindió así en dos senderos cognitivos: la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable, es decir, una divergencia entre ciencia y espiritualidad. Tradicionalmente se ha separado la epistemología y a la hermenéutica, puesto que la primera trata de lo conmensurable y la segunda de lo inconmensurable. Sin embargo, hoy en día es posible unir la epistemología y la hermenéutica, permitiendo justificar lo conmensurable y entender lo inconmensurable. Esos dos modos de saber posibilitan vislumbrar una conexión de la filosofía con la espiritualidad, o la ciencia con la metafísica.
Y para tal tarea, en primer lugar, es preciso un giro copernicano hacia el Idealismo Trascendental propuesto por Kant. En filosofía, el giro copernicano o revolución copernicana hace referencia a la propuesta realizada por Kant para entender cómo es posible el conocimiento sintético a priori que da lugar al Idealismo Trascendental. La filosofía anterior a Kant suponía que en la experiencia de conocimiento el sujeto cognoscente es pasivo, que el objeto conocido influye en el sujeto y provoca en él una representación fidedigna. Con esta explicación podemos entender, en todo caso, el conocimiento empírico, pero no el conocimiento a priori pues lo extraordinario de este último es que con él podemos saber algo de las cosas antes de experimentarlas, es decir, antes de que puedan influir en nuestra mente. Kant propone darle la vuelta a la relación y aceptar que en la experiencia cognoscitiva el sujeto cognoscente es activo, que en el acto de conocimiento el sujeto cognoscente modifica la realidad conocida. Según Kant, podemos entender el conocimiento sintético a priori si negamos que nosotros nos sometemos a las cosas, si aceptamos que son más bien las cosas las que se deben someter a nosotros.
Por otro lado, en segundo lugar, según Ken Wilber, las grandes tradiciones espirituales del mundo caen bajo dos tipos diferentes de espiritualidad que denomina la espiritualidad ascendente y la espiritualidad descendente. Existe dos grandes direcciones posibles: ascender desde la materia hasta el Espíritu o descender desde el Espíritu hasta la materia. La primera es una dirección trascendente o ultramundana, mientras que la segunda es inmanente o intramundana. Uno de los mitos al uso de la tradición occidental es Platón y, aunque la mayor parte de la gente cree que es un filósofo ascendente, en realidad, es un filósofo que reconoce los dos tipos de movimientos: el ascendente (el Bien que nosotros aspiramos a comprender) y el descendente (una manifestación del Bien). Sin embargo, a lo largo de la historia, estas dos facetas se vieron brutalmente separadas y tuvo lugar una violenta ruptura entre los partidarios de lo meramente ascendente y los defensores de lo meramente descendente, pues se consumó la escisión entre ambas. Dicho de otro modo, el materialismo científico y la metafísica se han convertido en una dualidad antagónica aparentemente irreconciliable.
Irremediablemente, hay una contienda ideológica que puede remover los cimientos de nuestra civilización, pues se hallan en disputa dos pesos pesados de la historia: la ciencia y la religión (espiritualidad), el saber empírico y el saber revelado, la razón y el espíritu. Desde el surgimiento de la física cuántica, esa divergencia cognitiva es argumentada epistemológicamente por Ken Wilber en su obra El espectro de la conciencia como dos modos de saber: el conocimiento simbólico (dualidad sujeto-objeto) y el misticismo contemplativo (no-dualidad entre sujeto-objeto). Las experiencias espirituales son, probablemente, el contexto más complejo a desentrañar por nuestra actual civilización. El gran mérito de Wilber es haber puesto en el contexto histórico la reivindicación de la filosofía transpersonal que, al aunar la ciencia y la espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, permite la argumentación de una antropología revisionista de nuestra cultura y la necesidad de una ética epistémica en el marco de una episteme transracional lo cual, como se argumentará seguidamente, propugna una educación transracional como misión espiritual para la sanación trascendental del sujeto cognoscente y, así, transcender también la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad, pues como concluye Ken Wilber en su obra Sexo, Ecología, Espiritualidad (p.617): “ahí estamos, en la racionalidad, situados en el filo de la percepción transracional”.
2 - Meditación y educación
Son los genios y sabios, muchos de ellos científicos y filósofos, quienes abanderan las ideas metafísicas que hacen progresar la cultura humana, ahora en claro declive. ¿Qué lugar ocupa hoy la metafísica en nuestra cultura? He ahí quizá el escollo más difícil por transcender, pues la humanidad se halla ante nuevos paradigmas invisibles aún para la mayoría de mis coetáneos. Sin embargo, la sanación trascendental del ser humano está en su interior mediante la práctica de la meditación. En efecto, como nos recuerda el sabio aforismo griego “conócete a ti mismo”, se precisa de un conocimiento introspectivo para conectar con el Espíritu que vive en nosotros y que puede vislumbrarse mediante la conciencia de unidad .
La sanación trascendental del ser humano mediante la meditación no es una entelequia: un equipo de psiquiatras liderado por el Hospital General de Massachusetts, ha realizado el primer estudio que documenta cómo ejercitar la meditación puede afectar al cerebro. Según sus conclusiones, la práctica de un programa de meditación durante ocho semanas puede provocar considerables cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés. Es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.
La meditación, aplicada prácticamente en los centros escolares, tiene espectaculares resultados: estimula la creatividad de los niños, ayuda en el desarrollo de la inteligencia emocional, reduce la violencia conocida como bullying, mejora los procesos de aprendizaje, aminora la sobre estimulación propia de la era de Internet y mejora la convivencia escolar. La meditación se convierte así en un medio para la sanación trascendental del ser humano desde la infancia, tal como demuestran cada vez más numerosos estudios científicos. Como aseveró el matemático griego Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.
Consecuentemente, las ciencias empíricas pueden dar explicaciones sobre los fenómenos naturales, peros son incapaces de dar una explicación coherente acerca de la conciencia y la espiritualidad y, por tanto, no es de extrañar que los beneficios de la meditación sean objeto de investigación científica, y que haya también una aproximación investigativa a las experiencias cercanas a la muerte, las ciencias noéticas y la psicología transpersonal. Dichos campos de investigación enlazan, obviamente, con la metafísica, es decir, más allá de los sentidos físicos. La metafísica es, por tanto, el reto que tiene la humanidad por delante para hallar un conocimiento más allá de las ciencias naturales, es decir, un conocimiento transracional al que se puede acceder mediante la meditación, y con la posibilidad de que sea impartida educacionalmente mediante la filosofía transpersonal argüida por Ken Wilber.
3 - Filosofía transpersonal y educación transracional
La filosofía tradicional occidental se sustenta en una epistemología de lo conmensurable mediante el dualismo sujeto-objeto hasta la llegada de la física cuántica (“ello”-ciencia-), y requiere de una complementación cognitiva mediante la hermenéutica de lo inconmensurable, cuyos campos de estudio son la profundidad del “yo”-conciencia-, y la intersubjetividad de todos “nosotros”-cultura-. En la modernidad, estas tres esferas platónicas -la Verdad, la Belleza y la Bondad-, fueron diferenciadas por Kant mediante sus Tres Críticas: la naturaleza (ello), la conciencia (yo) y la cultura (nosotros). Y la misión de la postmodernidad mediante las humanidades es integrar los individuos (yo) en una conciencia colectiva (nosotros) gracias a una filosofía transpersonal que incorpora una ética epistémica en el marco de una episteme transracional, lo cual propugna inherentemente una educación transracional como misión espiritual para la sanación trascendental del sujeto cognoscente y, así, trascender también la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad.
Una educación transracional fundamentada en la filosofía transpersonal se convierte, consecuentemente, en una renovada pedagogía para la trascendencia espiritual mediante la meditación, y postula un revisionismo psicológico que incorpore a la espiritualidad con la misión de transcender la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad también a nivel social y cultural: La educación espiritual de los niños es un imperativo para instaurar en el futuro una Vida espiritual en una sociedad digital; consecuentemente, Espiritualidad y educación social es un binomio inseparable para trascender La sociedad de la ignorancia y, por antonomasia, es El desafío ético de la educación.
Dicho repensar humano posibilitaría, entonces, salvar el abismo cultural desde que Kant diferenció la ciencia (ello), la conciencia (yo) y la moralidad (nosotros). La integración y síntesis de estas tres esferas kantianas del saber debe realizarse eminentemente en la conciencia de cada uno de nosotros mediante una genuina intuición espiritual o intuición moral básica como sustrato ético de nuestros actos, pensamientos y sentimientos, pues como dijera Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a sí mismo”. Y para tal finalidad, la filosofía transpersonal y la educación transracional se presentan como un imperativo pedagógico más allá de la mente, hacia la profundidad de la conciencia, pues como dice una cita atribuida al dramaturgo inglés John Gay: “Sin lugar a dudas, es importante desarrollar la mente de los hijos, no obstante, el regalo más valioso que se le puede dar, es desarrollarles la conciencia”. Es indudable que el estudio de la conciencia es un problema epistemológico y hermenéutico aún no resuelto por la cultura occidental en particular y la humanidad en general y, consecuentemente, la conciencia sigue siendo un problema histórico por resolver.
4 - La conciencia como problema histórico
Toda la historia de la filosofía occidental está transitada por la inquietud de encontrar la solución al problema del conocimiento e intentar dar una explicación coherente de la conciencia, y se ha caracterizado por la constante universal de abordar el problema del hombre desde el dualismo: materia y espíritu, cuerpo y alma, cerebro y mente. La historia del pensamiento, devenida dogmáticamente en una filosofía materialista y en un reduccionismo psicológico, aboca a una crisis epistemológica y hermenéutica entre ciencia y espiritualidad desde que la física cuántica irrumpió en el tablero cognitivo. La filosofía transpersonal de Ken Wilber, al aunar ciencia y espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introduce la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Esta comunicación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad.
Esos dos modos de saber así aprehendidos, posibilitan la sanación trascendental del ser humano mediante la filosofía transpersonal de Ken Wilber como nuevo paradigma de conocimiento, y es postulada como asignatura educativa para una educación transracional que implemente la razón con el corazón mediante la meditación. Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental. Con ello, podemos concluir consecuentemente que la filosofía transpersonal de Ken Wilber es un fundamento para una educación transracional de la metafísica y la sanación transcendental del sujeto cognoscente mediante la meditación.
5 - La conciencia como problema histórico
La crisis de conciencia así planteada nos aboca, inexorablemente, a intentar resolver ese misterio de la vida, a intentar comprender a la conciencia como un problema histórico y ello, inherentemente, requiere de una reconciliación entre la ciencia y el espíritu humano, entre la epistemología y la hermenéutica, y todo ello bajo el paragua de la filosofía transpersonal y la educación transracional. Ese fue el objetivo del sexto artículo:
“Toda la historia de la filosofía occidental está transitada por la inquietud de encontrar la solución al problema del conocimiento e intentar dar una explicación coherente de la conciencia, y se ha caracterizado por la constante universal de abordar el problema del hombre desde el dualismo: materia y espíritu, cuerpo y alma, cerebro y mente. La historia del pensamiento, devenida dogmáticamente en una filosofía materialista y en un reduccionismo psicológico, aboca a una crisis epistemológica y hermenéutica entre ciencia y espiritualidad desde que la física cuántica irrumpió en el tablero cognitivo.
La filosofía transpersonal de Ken Wilber, al aunar ciencia y espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introduce la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Esta investigación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad.
Esos dos modos de saber así aprehendidos, posibilitan la sanación trascendental del ser humano mediante la filosofía transpersonal de Ken Wilber como nuevo paradigma de conocimiento, y es postulada como asignatura educativa para una educación transracional que implemente la razón con el corazón mediante la meditación. Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental.”
Evidentemente, ese pensamiento divergente no es asumido aún en el sistema académico tradicional, pero, ya tenemos la cuña epistemológica transracional puesta con los seis artículos anteriores. Ese sexto artículo fue incomprendido por más de 50 académicos tal como se me comunicó desde el Comité Científico de la Revista Humanidades:
"Respetado autor Amador Martos García, reciba un cordial saludo.
Según se le informó en correo pasado, su artículo fue remitido a instancias del Comité Científico de la Revista Ciencia y Humanidades. Dicho Comité está compuesto por más de 50 académicos ubicados en diferentes países de habla hispana, a los cuales se les asignan artículos dependiendo de sus áreas de estudio. Ahora bien, respecto a su artículo en cuestión, a la fecha no se ha podido ubicar un evaluador que posea el conocimiento académico/investigativo necesario para hacer un dictamen justo de dicho texto, por lo que la Revista Ciencia y Humanidades, desde su Comité Editorial en sesión del 5 de junio de 2019, teniendo en cuenta la responsabilidad editorial y científica que atañe a la Revista Ciencia y Humanidades, ha declarado que para el octavo número su artículo no podrá ser teniendo en cuenta debido a los motivos anteriormente expuestos. De antemano pedimos disculpas por cualquier problema causado. Cordialmente."
6 - Una perspectiva cognitiva desde la Filosofía Transpersonal
Es cuestión de tiempo que dicha cuña epistemológica transracional convierta esa fisura en un cráter por donde se van a desangrar los viejos paradigmas de la humanidad. A nivel educativo se ha demostrado que, con dicho “pensamiento divergente”, era necesaria una resignificación del “episteme” en las ciencias de la educación, y aporté mi perspectiva desde la filosofía transpersonal en un II Coloquio Internacional que abordaba dicha cuestión. Sin una base epistemológica sólida, ¿cómo reconstruir un nuevo mundo? El desangramiento social fue inevitable y nos vimos envueltos en consecuencias de proporciones insospechadas entre “Globalistas” y “Patriotas”, entre esa minoría plutocrática contra esa incipiente conciencia social que busca el empoderamiento del “nosotros”, cuestión que argumenté en una ponencia del Webinar UNICEN.
A la vista de lo expuesto hasta aquí, la filosofía transpersonal, como ciencia de la conciencia, debe replantear todos los presupuestos cognitivos de la humanidad y de cada “uno” de “nosotros”: ¿Cómo sabes que lo que sabes es cierto? Tal fue la ponencia que tuve el honor de exponer en la Universidad ITECCE, en un intento que los futuros maestros puedan actuar en libertad y con conocimiento de causa desde los presupuestos hasta aquí argumentados.
En conclusión, como argumento en mi obra Ciencia, Filosofía, Espiritualidad, la trascendencia metafísica mediante la meditación es posible. La meditación como ciencia trascendental se convierte, así, en un camino ascendente hacia la sabiduría, para poner orden en nuestras ideas, para considerar a la sabiduría como ciencia para la sanación espiritual. Ello requiere evidentemente de una filosofía de la mente para la transformación interior. En la medida de que cada “uno” de “nosotros” se empodere y despierte espiritualmente, alcanzará esa transcendencia hasta lograr la conciencia de unidad. Un objetivo psicológico y metafísico nada fácil, pues existe un enemigo invisible de la humanidad que trata de impedir la reconciliación espiritual de la humanidad: estamos inmersos en una lucha ente el bien y el mal, una perenne contienda demostrada por William Criado mediante la hipnosis clínica regresiva. Así es como fue descubierto el “genio maligno” de Descartes. Ahora las cartas están boca arriba, y la contienda es entre las sombras y la luz, entre el “Estado profundo” y las “Semillas Estelares”, una épica batalla sideral por el planeta Tierra y las conciencias que la habitan.
Si ha llegado hasta aquí, estimado lector, puede convenir conmigo que la locura aperspectivista que padecemos, usted y yo, y muchos como “nosotros”, no es una “locura interior”, sino una “locura exterior” procedente de la dualidad. La dualidad de la “realidad” es como un sueño, una ilusión según algunas tradiciones espirituales, una ilusión también reconocida por la neuropsicología y las neurociencias: solo somos vibración en el hiperespacio del universo. Y, el revulsivo propuesto desde la filosofía transpersonal, es meditar para transmutar las bajas vibraciones en vibraciones amorosas, porque el amor también evoluciona. De hecho, el amor siempre ha existido: hemos nacido por una fusión de amor de nuestros padres. Nosotros, como padres, también nos fusionamos en el amor para dar vida a nuestros hijos. El amor es la ley suprema, pero hemos relegado al amor al ostracismo, como si no fuera necesario para la supervivencia del planeta y la humanidad. No obstante, La evolución del amor se presenta como imprescindible para el devenir de nuestra especie, y es nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta.
En definitiva, no puede haber una perspectiva cognitiva que separe a los unos de los otros, porque el saber sin amor es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo, tal es el fundamento por antonomasia de la filosofía transpersonal.
Nota: El esquema introductorio a la filosofía transpersonal está disponible en las imágenes de la cabecera y, también, se puede descargar en PDF al final de esta página.
AQUÍ: El vídeo-presentación de este artículo
¿Qué es la filosofía transpersonal?
Como filósofo transpersonal, mi campo de investigación se ha centrado en la convergencia de la epistemología y la hermenéutica: dos disciplinas filosóficas históricamente antagónicas que generan una división dualista entre la ciencia y la espiritualidad. La filosofía transpersonal aborda el estudio de todas las ciencias que van más allá del materialismo científico, hacia la metafísica. La metafísica es, hoy en día, factible de ser estudiada desde los presupuestos de la filosofía cuántica, así como de la demostración científica de los beneficios de la meditación. La meditación es el puente de transición entre la ilusoria realidad por trascender hacia la profundidad de nuestro ser donde se experimenta la conciencia de unidad en la que todos somos Uno. La conclusión de esas investigaciones, de un modo psicológico, permite la elaboración de una “ciencia de la conciencia” sustentada en dos nuevos neologismos para la educación académica: la filosofía transpersonal y la educación transracional.
Por un lado, la filosofía transpersonal es un nuevo paradigma de conocimiento desconocido en el ámbito académico, salvo honrosas excepciones que marcan una tendencia de cambio en el ámbito educativo. Por otro lado, la filosofía transpersonal estudia el núcleo duro de la ciencia, a saber, la ciencia de la conciencia. Si bien el estudio de la conciencia tiene precedentes filosóficos, históricos, culturales, sociales, antropológicos y psicológicos, nunca como ahora la conciencia individual se halla tan fragmentada y disociada de la conciencia colectiva.
Comprender e intentar dilucidar el planteamiento anterior implica una rigurosa investigación desde la metodología científica y el pensamiento crítico, lo cual me ha llevado más de trece años hasta culminar ello con mis diversas publicaciones en formato de libros, artículos científicos o ponencias.
Las investigaciones citadas han abarcado asuntos tan diversos como la teoría de la cultura, la cuestión epistemológica, la antropología filosófica, la psicología transracional, el análisis de la falsa pandemia, la meditación como ciencia transcendental, el debate entre ciencia y espiritualidad, así como temas monográficos como las experiencias cercanas a la muerte, la reencarnación y las ciencias noéticas, por citar solamente algunos ejemplos.
¿Por qué un esquema introductorio a la filosofía transpersonal?
Asumo que, para cualquier persona que desee adentrarse en el laberinto de los pensamientos antes expuestos, se halla metafóricamente como ante un gran puzle que se requiere encajar con paciencia, al igual que lo he realizado yo concienzudamente a lo largo de muchos años. En aras de facilitar esa labor, y con el ánimo de ofrecer una panorámica estructurada de mis pensamientos, he creído conveniente realizar un esquema introductorio que recopile los conceptos más importantes y significativos. Dichos conceptos son numerados a modo de nomenclatura, de forma que, en un orden creciente, se pueda apreciar la evolución del discurrir en el cambio de paradigma por excelencia que se está produciendo desde la filosofía tradicional (predominada por el ego racional) hacia la filosofía transpersonal (como impulsora de la transcendencia del ego racional). Bajo esa nomenclatura de conceptos numerados, he asignado las investigaciones justificativas mediante enlaces para que, todo aquel que así lo desee, disponga de las pertinentes referencias.
Y en ese contexto es como tiene lugar el presente esquema introductorio, con la esperanza y la convicción de que pueda ser de utilidad para algunos profesores de filosofía o educadores, así como para que, cualquier neófito con sed de conocimiento, pueda ser libre con conocimiento de causa sobre el discurrir histórico de la humanidad hasta llegar al actual pensamiento complejo de la misma.
El mundo tan complejo en el que estamos inmersos, en realidad, es mucho más sencillo de comprender si logramos una correcta interpretación de los hechos, lo cual es conocido como hermenéutica en filosofía. En contraposición, la epistemología se encarga de la teoría del conocimiento solamente desde el ámbito de los sentidos y mediante una criba racional con el método científico, obviando despectivamente a la hermenéutica como estudio de lo inconmensurable. Esa dicotomía cognitiva ha dividido tradicionalmente a la humanidad entre ciencia y religión, o razón y espíritu. La reconciliación entre ciencia y espiritualidad, o epistemología y hermenéutica, es el objetivo pretendido por la filosofía transpersonal.
Deseo que el avezado lector halle en este esquema introductorio a la filosofía transpersonal una guía para poner orden en el caos de ideas en el cual vivimos, un caos premeditado por fuerzas obscuras que impiden que seamos libre con conocimiento de causa. Tal es la motivación final de este esquema introductorio a la filosofía transpersonal.
NOMENCLATURA NUMERADA
1 - Teoría de la cultura:
-Teoría de la cultura y la cuestión ética (categoría del blog)
-El abismo cultural de Occidente es un abismo de conciencia
-El abismo cultural y la cuestión ética
2 - Antropología filosófica:
-Antropología filosófica (categoría del blog)
-Espíritu objetivo, Espíritu subjetivo, Espíritu absoluto
-La fenomenología
3 - Filosofía tradicional:
-Pensar en ser libre. De la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal (libro)
-La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico-transpersonal (artículo científico)
-Viejos y nuevos paradigmas: de la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal
4 - Nuevo paradigma de conocimiento:
-El problema del conocimiento
-La educación cuántica. Un nuevo paradigma de conocimiento (libro).
-La filosofía transpersonal: un nuevo paradigma de conocimiento
-La filosofía transpersonal como alternativa al caos pensativo de Occidente
5 - Filosofía transpersonal:
-La filosofía transpersonal (categoría del blog)
-Hacia lo transpersonal
-La filosofía transpersonal como fundamento epistemológico y pedagógico para la educación transracional
-Experiencia pionera en el mundo de la filosofía: El Instituo Ateneo de Colima (México) imparte la asignatura de filosofía transpersonal en el Grado Universitario de Educación
6 - Epistemología de lo conmensurable:
-El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad (artículo científico)
-La sociedad de la ignorancia y las repercusiones epistemológicas
-La brecha epistemológica entre ciencia y humanidades
-El fracaso epistemológico de Occidente
-Epistemología y hermenéutica en la era de internet
7 - Crisis entre ciencia y espiritualidad:
-El debate entre ciencia y espiritualidad (categoría del blog)
-Ciencia y espiritualidad (monografía)
8 - Hermenéutica de lo inconmensurable:
-El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad (artículo científico)
-Hermenéutica de lo inconmensurable
-Epistemología y hermenéutica en la era de internet
9 - Materialismo científico:
-El ego del materialismo científico
-Viejos y nuevos paradigmas: del materialismo científico a la sabiduría perenne
10 - Filosofía cuántica:
-Filosofía cuántica (categoría del blog)
11 - Espiritualidad:
-El debate entre ciencia y espiritualidad (categoría del blog)
-El debate entre ciencia y espiritualidad
-El activismo cuántico: una visión integral entre ciencia y espíritu
12 - Ken Wilber: dos modos de saber:
-La ciencia de la conciencia: dos modos de saber: racionalidad versus espiritualidad
-Dos modos de saber: la falacia del sistema educativo occidental
-La metafísica: el modo de saber trascendental
13 - Platón: dualismo epistemológico:
-Platón: física cuántica y cultura occidental (categoría del blog)
-Platón: el camino ascendente es el camino descendente
-La gran inversión: de lo inconmensurable a lo conmensurable
14 - Kant: El giro copernicano:
-La filosofía de Kant: imprescindible (categoría del blog)
-El giro copernicano
-La educación cuántica: el giro copernicano hacia el idealismo transcendental
15 - Cuatro cuadrantes de Ken Wilber:
-Los cuatro cuadrantes de Ken Wilber
-Las "Tres Críticas" de Kant y los "Cuatro Cuadrantes" de Ken Wilber
16 - Mapas evolutivos de la conciencia:
-Mapas evolutivos de la conciencia (categoría del blog)
-Teoría integral de la evolución de la conciencia: el nacimiento de una nueva conciencia
17 - Filosofía materialista:
-Capitalismo y Conciencia (libro)
18 - Filosofía perenne:
-La filosofía perenne
19 - Psicología transpersonal:
-Tesis Doctoral de Iker Puente (España): Complejidad y psicología transpersonal: caos, autoorganización y experiencias cumbre en psicoterapia
-Filosofía y psicología transpersonal
-La conciencia transpersonal
20 - La realidad es una ilusión:
-La realidad es una ilusión
-Distopía temporal (categoría del blog)
-¿Somos viajeros en el tiempo?
21 - Trascendencia metafísica:
-¿Qué es la metafísica?
-Ciencia, Filosofía, Espiritualidad: La trascendencia metafísica mediante la meditación (libro)
-Cuestiones metafísicas (categoría del blog)
22 - Ascensión espiritual individual desde 3D a 5D:
-Ascensión espiritual individual desde 3D a 5D (categoría del blog)
-Ascensión espiritual individual desde 3D a 5D: Empoderamiento, despertar espiritual, trascendencia y conciencia
23 - Todo es vibración:
-Todo es vibración (monografía)
24 - El mundo es un sueño:
-¿Es el mundo que percibimos un sueño?
25 - La meditación como ciencia para la sanación trascendental:
-La meditación como ciencia trascendental (categoría del blog)
-La sanación trascendental de la humanidad mediante la meditación
26 - Despertar espiritual individual:
-Dimensión espiritual: un despertar de la conciencia
-Inteligencia espiritual
-Amanece. Mil reflexiones para inspirar tu despertar
27 - Los paradigmas de la humanidad:
-Viejos y nuevos paradigmas (categoría del blog)
-Nuevos paradigmas (monografía)
28 - El poder de la conciencia:
-La naturaleza es mental
-El poder de la mente
29 - Teoría integral de la evolución de la conciencia:
-La conciencia: investigación monográfica (categoría del blog)
-Teoría integral de la evolución de la conciencia: el nacimiento de una nueva conciencia
30 - Humanidad: orígenes, complejidad y futuro:
-Humanidad: orígenes, complejidad y futuro (categoría del blog)
-Presupuestos filosóficos para la transición humana del viejo mundo al nuevo mundo
31 - Filosofía de la mente para la transformación interior:
-Filosofía de la mente: transformación interior (categoría del blog)
-Filosofía de la mente para la transformación interior: empoderamiento, despertar espiritual, trascendencia y conciencia
32 - Psicología transracional:
-Psicología transracional (categoría del blog)
-Tesis Doctoral de Noemí Siverio (Venezuela): Psicología del Homo Complexus para una educación desde la comprensión
-Psicología compleja
-La conciencia de unidad
33 - Análisis de la plandemia mundial:
-Análisis de la plandemia mundial (categoría del blog)
-Breve resumen de lo que está pasando en el mundo
-Meta-análisis de la pandemia: 5G + vacunas = microchips del Nuevo Orden Mundial
-Manual para crear una falsa pandemia
-Webinars Unicen - La actualidad: El Nuevo Orden Mundial versus Países Patriotas (ponencia)
34 - Pensamiento crítico individual y colectivo:
-El librepensador y el pensamiento crítico
-Cronología de la conciencia humana: la falsa plandemia hace surgir el pensamiento crítico individual y colectivo
35 - Filosofía transpersonal: ciencia de la conciencia:
-La ciencia de la conciencia: dos modos de saber: racionalidad versus espiritualidad
-La conciencia: investigación monográfica (categoría del blog)
-Teoría integral de la evolución de la conciencia: el nacimiento de una nueva conciencia
-Mapas evolutivos de la conciencia (categoría del blog)
-La evolución de la conciencia: Ken Wilber versus Amador Martos
36 - Apocalipsis y revelaciones:
-Breve resumen de lo que está pasando en el mundo
-Fin de año apocalíptico: puede pasar cualquier cosa
-Sueños proféticos y tiempos bíblicos
37 - Despertar espiritual colectivo:
-Divulgación cósmica para un despertar colectivo masivo
-Divulgación cósmica para un despertar colectivo masivo (monografía)
-Ahora que estamos despertando: ¿qué hacemos?
38 - Nacimiento de una nueva conciencia:
-Hacia una nueva conciencia
-El nacimiento de una nueva conciencia
-La evolución de la conciencia, según Ken Wilber: hacia la no-dualidad
-Teoría integral de la evolución de la conciencia: el nacimiento de una nueva conciencia
39 - Manipulación social, económica y política:
-Manipulación social, económica y política (categoría del blog)
-La manipulación de la historia
-La educación como instrumento de poder
-Mentiras económicas, políticas y epistemológicas
-El enemigo invisible de la humanidad
40 - La evolución del amor:
-El despertar espiritual y la evolución del amor
-La evolución del amor
-El amor es la ley suprema
41 - La educación transracional como misión espiritual:
-La educación transracional (categoría del blog)
-Hacia un nuevo paradigma educativo: la educación transracional
-La educación transracional: la síntesis de saberes mediante la intuición espiritual
-La educación transracional como misión espiritual
-La educación transracional para un nuevo mundo
42 - Ingeniería social y mental:
-Ingeniería social y mental (monografía)
-Filosofía transpersonal: teoría y práctica (categoría del blog)
-Un llamado a todos los científicos: la pandemia tiene una causa metafísica, demostrable mediante la hipnosis clínica regresiva de William Criado
-Relación actualizada de los vídeos publicados de William Criado
-Conspiraciones contra la humanidad
-Los reptilianos controlan al ser humano a través del subconsciente
43 - Cuestiones metafísicas:
-Cuestiones metafísicas (categoría del blog)
-Un llamado a todos los científicos: la pandemia tiene una causa metafísica, demostrable mediante la hipnosis clínica regresiva de William Criado
44 - El camino ascendente hacia la sabiduría:
-El camino ascendente hacia la sabiduría (categoría del blog)
-La sabiduría como ciencia para la sanación espiritual
-La sabiduría es amor
45 - Integración entre ciencia y espiritualidad:
-El debate entre ciencia y espiritualidad (categoría del blog)
-Una nueva cosmología entre ciencia y espíritu
-Ciencia, Filosofía, Espiritualidad (libro)
46 - Monografías científicas:
-Todas las monografías
47 - Ciencias noéticas y movimiento transpersonal:
-Ciencias noéticas (monografía)
-Movimiento transpersonal (monografía)
-Publicaciones transpersonales internacionales
Ver más
AQUÍ: El vídeo-presentación de este artículo
¿Qué es la filosofía transpersonal?
Como filósofo transpersonal, mi campo de investigación se ha centrado en la convergencia de la epistemología y la hermenéutica: dos disciplinas filosóficas históricamente antagónicas que generan una división dualista entre la ciencia y la espiritualidad. La filosofía transpersonal aborda el estudio de todas las ciencias que van más allá del materialismo científico, hacia la metafísica. La metafísica es, hoy en día, factible de ser estudiada desde los presupuestos de la filosofía cuántica, así como de la demostración científica de los beneficios de la meditación. La meditación es el puente de transición entre la ilusoria realidad por trascender hacia la profundidad de nuestro ser donde se experimenta la conciencia de unidad en la que todos somos Uno. La conclusión de esas investigaciones, de un modo psicológico, permite la elaboración de una “ciencia de la conciencia” sustentada en dos nuevos neologismos para la educación académica: la filosofía transpersonal y la educación transracional.
Por un lado, la filosofía transpersonal es un nuevo paradigma de conocimiento desconocido en el ámbito académico, salvo honrosas excepciones que marcan una tendencia de cambio en el ámbito educativo. Por otro lado, la filosofía transpersonal estudia el núcleo duro de la ciencia, a saber, la ciencia de la conciencia. Si bien el estudio de la conciencia tiene precedentes filosóficos, históricos, culturales, sociales, antropológicos y psicológicos, nunca como ahora la conciencia individual se halla tan fragmentada y disociada de la conciencia colectiva.
Comprender e intentar dilucidar el planteamiento anterior implica una rigurosa investigación desde la metodología científica y el pensamiento crítico, lo cual me ha llevado más de trece años hasta culminar ello con mis diversas publicaciones en formato de libros, artículos científicos o ponencias.
Las investigaciones citadas han abarcado asuntos tan diversos como la teoría de la cultura, la cuestión epistemológica, la antropología filosófica, la psicología transracional, el análisis de la falsa pandemia, la meditación como ciencia transcendental, el debate entre ciencia y espiritualidad, así como temas monográficos como las experiencias cercanas a la muerte, la reencarnación y las ciencias noéticas, por citar solamente algunos ejemplos.
¿Por qué un esquema introductorio a la filosofía transpersonal?
Asumo que, para cualquier persona que desee adentrarse en el laberinto de los pensamientos antes expuestos, se halla metafóricamente como ante un gran puzle que se requiere encajar con paciencia, al igual que lo he realizado yo concienzudamente a lo largo de muchos años. En aras de facilitar esa labor, y con el ánimo de ofrecer una panorámica estructurada de mis pensamientos, he creído conveniente realizar un esquema introductorio que recopile los conceptos más importantes y significativos. Dichos conceptos son numerados a modo de nomenclatura, de forma que, en un orden creciente, se pueda apreciar la evolución del discurrir en el cambio de paradigma por excelencia que se está produciendo desde la filosofía tradicional (predominada por el ego racional) hacia la filosofía transpersonal (como impulsora de la transcendencia del ego racional). Bajo esa nomenclatura de conceptos numerados, he asignado las investigaciones justificativas mediante enlaces para que, todo aquel que así lo desee, disponga de las pertinentes referencias.
Y en ese contexto es como tiene lugar el presente esquema introductorio, con la esperanza y la convicción de que pueda ser de utilidad para algunos profesores de filosofía o educadores, así como para que, cualquier neófito con sed de conocimiento, pueda ser libre con conocimiento de causa sobre el discurrir histórico de la humanidad hasta llegar al actual pensamiento complejo de la misma.
El mundo tan complejo en el que estamos inmersos, en realidad, es mucho más sencillo de comprender si logramos una correcta interpretación de los hechos, lo cual es conocido como hermenéutica en filosofía. En contraposición, la epistemología se encarga de la teoría del conocimiento solamente desde el ámbito de los sentidos y mediante una criba racional con el método científico, obviando despectivamente a la hermenéutica como estudio de lo inconmensurable. Esa dicotomía cognitiva ha dividido tradicionalmente a la humanidad entre ciencia y religión, o razón y espíritu. La reconciliación entre ciencia y espiritualidad, o epistemología y hermenéutica, es el objetivo pretendido por la filosofía transpersonal.
Deseo que el avezado lector halle en este esquema introductorio a la filosofía transpersonal una guía para poner orden en el caos de ideas en el cual vivimos, un caos premeditado por fuerzas obscuras que impiden que seamos libre con conocimiento de causa. Tal es la motivación final de este esquema introductorio a la filosofía transpersonal.
NOMENCLATURA NUMERADA
1 - Teoría de la cultura:
-Teoría de la cultura y la cuestión ética (categoría del blog)
-El abismo cultural de Occidente es un abismo de conciencia
-El abismo cultural y la cuestión ética
2 - Antropología filosófica:
-Antropología filosófica (categoría del blog)
-Espíritu objetivo, Espíritu subjetivo, Espíritu absoluto
-La fenomenología
3 - Filosofía tradicional:
-Pensar en ser libre. De la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal (libro)
-La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico-transpersonal (artículo científico)
-Viejos y nuevos paradigmas: de la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal
4 - Nuevo paradigma de conocimiento:
-El problema del conocimiento
-La educación cuántica. Un nuevo paradigma de conocimiento (libro).
-La filosofía transpersonal: un nuevo paradigma de conocimiento
-La filosofía transpersonal como alternativa al caos pensativo de Occidente
5 - Filosofía transpersonal:
-La filosofía transpersonal (categoría del blog)
-Hacia lo transpersonal
-La filosofía transpersonal como fundamento epistemológico y pedagógico para la educación transracional
-Experiencia pionera en el mundo de la filosofía: El Instituo Ateneo de Colima (México) imparte la asignatura de filosofía transpersonal en el Grado Universitario de Educación
6 - Epistemología de lo conmensurable:
-El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad (artículo científico)
-La sociedad de la ignorancia y las repercusiones epistemológicas
-La brecha epistemológica entre ciencia y humanidades
-El fracaso epistemológico de Occidente
-Epistemología y hermenéutica en la era de internet
7 - Crisis entre ciencia y espiritualidad:
-El debate entre ciencia y espiritualidad (categoría del blog)
-Ciencia y espiritualidad (monografía)
8 - Hermenéutica de lo inconmensurable:
-El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad (artículo científico)
-Hermenéutica de lo inconmensurable
-Epistemología y hermenéutica en la era de internet
9 - Materialismo científico:
-El ego del materialismo científico
-Viejos y nuevos paradigmas: del materialismo científico a la sabiduría perenne
10 - Filosofía cuántica:
-Filosofía cuántica (categoría del blog)
11 - Espiritualidad:
-El debate entre ciencia y espiritualidad (categoría del blog)
-El debate entre ciencia y espiritualidad
-El activismo cuántico: una visión integral entre ciencia y espíritu
12 - Ken Wilber: dos modos de saber:
-La ciencia de la conciencia: dos modos de saber: racionalidad versus espiritualidad
-Dos modos de saber: la falacia del sistema educativo occidental
-La metafísica: el modo de saber trascendental
13 - Platón: dualismo epistemológico:
-Platón: física cuántica y cultura occidental (categoría del blog)
-Platón: el camino ascendente es el camino descendente
-La gran inversión: de lo inconmensurable a lo conmensurable
14 - Kant: El giro copernicano:
-La filosofía de Kant: imprescindible (categoría del blog)
-El giro copernicano
-La educación cuántica: el giro copernicano hacia el idealismo transcendental
15 - Cuatro cuadrantes de Ken Wilber:
-Los cuatro cuadrantes de Ken Wilber
-Las "Tres Críticas" de Kant y los "Cuatro Cuadrantes" de Ken Wilber
16 - Mapas evolutivos de la conciencia:
-Mapas evolutivos de la conciencia (categoría del blog)
-Teoría integral de la evolución de la conciencia: el nacimiento de una nueva conciencia
17 - Filosofía materialista:
-Capitalismo y Conciencia (libro)
18 - Filosofía perenne:
-La filosofía perenne
19 - Psicología transpersonal:
-Tesis Doctoral de Iker Puente (España): Complejidad y psicología transpersonal: caos, autoorganización y experiencias cumbre en psicoterapia
-Filosofía y psicología transpersonal
-La conciencia transpersonal
20 - La realidad es una ilusión:
-La realidad es una ilusión
-Distopía temporal (categoría del blog)
-¿Somos viajeros en el tiempo?
21 - Trascendencia metafísica:
-¿Qué es la metafísica?
-Ciencia, Filosofía, Espiritualidad: La trascendencia metafísica mediante la meditación (libro)
-Cuestiones metafísicas (categoría del blog)
22 - Ascensión espiritual individual desde 3D a 5D:
-Ascensión espiritual individual desde 3D a 5D (categoría del blog)
-Ascensión espiritual individual desde 3D a 5D: Empoderamiento, despertar espiritual, trascendencia y conciencia
23 - Todo es vibración:
-Todo es vibración (monografía)
24 - El mundo es un sueño:
-¿Es el mundo que percibimos un sueño?
25 - La meditación como ciencia para la sanación trascendental:
-La meditación como ciencia trascendental (categoría del blog)
-La sanación trascendental de la humanidad mediante la meditación
26 - Despertar espiritual individual:
-Dimensión espiritual: un despertar de la conciencia
-Inteligencia espiritual
-Amanece. Mil reflexiones para inspirar tu despertar
27 - Los paradigmas de la humanidad:
-Viejos y nuevos paradigmas (categoría del blog)
-Nuevos paradigmas (monografía)
28 - El poder de la conciencia:
-La naturaleza es mental
-El poder de la mente
29 - Teoría integral de la evolución de la conciencia:
-La conciencia: investigación monográfica (categoría del blog)
-Teoría integral de la evolución de la conciencia: el nacimiento de una nueva conciencia
30 - Humanidad: orígenes, complejidad y futuro:
-Humanidad: orígenes, complejidad y futuro (categoría del blog)
-Presupuestos filosóficos para la transición humana del viejo mundo al nuevo mundo
31 - Filosofía de la mente para la transformación interior:
-Filosofía de la mente: transformación interior (categoría del blog)
-Filosofía de la mente para la transformación interior: empoderamiento, despertar espiritual, trascendencia y conciencia
32 - Psicología transracional:
-Psicología transracional (categoría del blog)
-Tesis Doctoral de Noemí Siverio (Venezuela): Psicología del Homo Complexus para una educación desde la comprensión
-Psicología compleja
-La conciencia de unidad
33 - Análisis de la plandemia mundial:
-Análisis de la plandemia mundial (categoría del blog)
-Breve resumen de lo que está pasando en el mundo
-Meta-análisis de la pandemia: 5G + vacunas = microchips del Nuevo Orden Mundial
-Manual para crear una falsa pandemia
-Webinars Unicen - La actualidad: El Nuevo Orden Mundial versus Países Patriotas (ponencia)
34 - Pensamiento crítico individual y colectivo:
-El librepensador y el pensamiento crítico
-Cronología de la conciencia humana: la falsa plandemia hace surgir el pensamiento crítico individual y colectivo
35 - Filosofía transpersonal: ciencia de la conciencia:
-La ciencia de la conciencia: dos modos de saber: racionalidad versus espiritualidad
-La conciencia: investigación monográfica (categoría del blog)
-Teoría integral de la evolución de la conciencia: el nacimiento de una nueva conciencia
-Mapas evolutivos de la conciencia (categoría del blog)
-La evolución de la conciencia: Ken Wilber versus Amador Martos
36 - Apocalipsis y revelaciones:
-Breve resumen de lo que está pasando en el mundo
-Fin de año apocalíptico: puede pasar cualquier cosa
-Sueños proféticos y tiempos bíblicos
37 - Despertar espiritual colectivo:
-Divulgación cósmica para un despertar colectivo masivo
-Divulgación cósmica para un despertar colectivo masivo (monografía)
-Ahora que estamos despertando: ¿qué hacemos?
38 - Nacimiento de una nueva conciencia:
-Hacia una nueva conciencia
-El nacimiento de una nueva conciencia
-La evolución de la conciencia, según Ken Wilber: hacia la no-dualidad
-Teoría integral de la evolución de la conciencia: el nacimiento de una nueva conciencia
39 - Manipulación social, económica y política:
-Manipulación social, económica y política (categoría del blog)
-La manipulación de la historia
-La educación como instrumento de poder
-Mentiras económicas, políticas y epistemológicas
-El enemigo invisible de la humanidad
40 - La evolución del amor:
-El despertar espiritual y la evolución del amor
-La evolución del amor
-El amor es la ley suprema
41 - La educación transracional como misión espiritual:
-La educación transracional (categoría del blog)
-Hacia un nuevo paradigma educativo: la educación transracional
-La educación transracional: la síntesis de saberes mediante la intuición espiritual
-La educación transracional como misión espiritual
-La educación transracional para un nuevo mundo
42 - Ingeniería social y mental:
-Ingeniería social y mental (monografía)
-Filosofía transpersonal: teoría y práctica (categoría del blog)
-Un llamado a todos los científicos: la pandemia tiene una causa metafísica, demostrable mediante la hipnosis clínica regresiva de William Criado
-Relación actualizada de los vídeos publicados de William Criado
-Conspiraciones contra la humanidad
-Los reptilianos controlan al ser humano a través del subconsciente
43 - Cuestiones metafísicas:
-Cuestiones metafísicas (categoría del blog)
-Un llamado a todos los científicos: la pandemia tiene una causa metafísica, demostrable mediante la hipnosis clínica regresiva de William Criado
44 - El camino ascendente hacia la sabiduría:
-El camino ascendente hacia la sabiduría (categoría del blog)
-La sabiduría como ciencia para la sanación espiritual
-La sabiduría es amor
45 - Integración entre ciencia y espiritualidad:
-El debate entre ciencia y espiritualidad (categoría del blog)
-Una nueva cosmología entre ciencia y espíritu
-Ciencia, Filosofía, Espiritualidad (libro)
46 - Monografías científicas:
-Todas las monografías
47 - Ciencias noéticas y movimiento transpersonal:
-Ciencias noéticas (monografía)
-Movimiento transpersonal (monografía)
-Publicaciones transpersonales internacionales
Este artículo es una reproducción del capítulo 5 del preámbulo metodológico de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD (gratis en PDF)
1 - Génesis de la filosofía transpersonal
La filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento fue inicialmente argumentada, en enero de 2015, en mi obra La educación cuántica, he aquí el resumen:
“Desde el surgimiento de la física cuántica, la erudición ha dado un salto cualitativo y trascendente desde el universo material (objeto) a la conciencia humana (sujeto), como lo acreditan diversas áreas de la ciencia que, inapelablemente, remiten a la rehabilitación de la filosofía perenne.
Las categorías científicas están convergiendo en la ciencia por excelencia, a saber, la ciencia de la conciencia. Y en ese campo, la filosofía transpersonal desarrollada por el filósofo Ken Wilber y la psicología transpersonal como la “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, se postulan como un nuevo paradigma de conocimiento que, inherentemente, requiere de una renovada cosmovisión de la historia, la ciencia y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa.”
Posteriormente, en noviembre de 2015, la filosofía transpersonal fue argumentada, asimismo, como un nuevo paradigma filosófico en mi segundo artículo científico titulado El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad.
Desde enero de 2015 a septiembre de 2018, La educación cuántica fue objeto de hasta cuatro ediciones revisadas y ampliadas, las cuales incorporaron diversos conceptos del pensamiento de Ken Wilber a modo de notas añadidas, entre las más importantes: la conciencia de unidad, La evolución de la conciencia según Ken Wilber, los veinte principios, y diversas notas menores en alusión a los cuatro cuadrantes.
Nunca fue mi intención original convertirme en un experto del pensamiento de Ken Wilber, pero, ciertamente, a medida que se profundiza en la obra de este inconmensurable pensador considerado como el “Einstein de la conciencia”, se hace muy difícil soslayarse de sus investigaciones filosóficas, psicológicas y antropológicas. Es así como, poco a poco, me convertí en wilberiano, sin ninguna connotación peyorativa, más bien al contrario, ha sido todo un honor comprender la historia del pensamiento como nadie me la ha explicado durante los cinco años que estudié filosofía en la Universidad Central de Barcelona.
Sobre el andamiaje epistemológico y hermenéutico del pensamiento de Wilber, fui construyendo artículo tras artículo y libro tras libro, mi propio pensamiento; y no con la intención de pretender destacar como filósofo, sino como terapia personal para superar y trascender el sufrimiento padecido con ocasión del desahucio de mi familia tras el embargo de nuestra vivienda: cuando el Estado salva a los bancos en detrimento de los ciudadanos, es síntoma de que algo no funciona bien en la sociedad, es una evidencia de que el perverso sistema capitalista solo sirve a los intereses de la jerarquía plutocrática.
Ciertamente, el sufrimiento puede ser un revulsivo para el despertar espiritual, para dejar atrás a la noche oscura del alma, en definitiva, para investigar más en profundidad sobre el sentido de la vida y de nuestro lugar en este planeta y en el universo. Así es como me vi envuelto en cada vez más profundas investigaciones que concluyeron con publicaciones de artículos en diversas revistas científicas y congresos . Esos son los precedentes del libro que obra en sus manos estimado lector, en un intento de que mi experiencia existencial, mi sufrimiento psicológico y mis investigaciones filosóficas puedan ser de utilidad para las demás personas. Y lo que descubrí en ese deambular por las nubes del pensamiento es que, el saber sin amor, es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo: ahí radica la génesis del nuevo paradigma de conocimiento.
De hecho, no descubrí nada nuevo, simplemente debía retornar a los clásicos como Platón y Kant, reinterpretados a luz de Ken Wilber, para darme cuenta que nacemos y vivimos bajo una jerarquía de dominio desde una perspectiva histórica, política, económica y educativa. Dicho de otro modo, la historia cultural que nos enseñan en el sistema educativo tradicional solo sirve a los intereses de la agenda oculta del “Estado profundo”: la humanidad vive esclavizada por fuerzas oscuras imperceptibles para la mayoría, sin embargo, vivimos tiempos de divulgación cósmica que puede dar lugar a un despertar colectivo masivo. Analógicamente y como argumento en mi primer artículo titulado La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico-transpersonal, nos hallamos a las puertas de un segundo renacimiento humanístico (el “nosotros” colectivo) como trascendencia al primer renacimiento humanístico (el “yo” individual). La conciencia sigue siendo el problema histórico por resolver de un modo filosófico, psicológico, científico y espiritual. Para tal tarea, seguí el proverbial aforismo “la verdad os hará libres” y asumí como misión espiritual investigar todos los límites hasta donde me permitiera la razón. Y de esa extenuante investigación ha surgido este noveno libro Ciencia, Filosofía, Espiritualidad. En esta obra, como corolario a todas las anteriores, establezco los fundamentos de la filosofía transpersonal y la educación transracional, dos neologismos inauditos en el ámbito académico tradicional, como he explicado en el séptimo artículo del capítulo anterior.
2 - Argumentación de la filosofía transpersonal
Con dicha génesis y objetivos puestos en claro, esta obra se divide en tres partes: en la primera parte, se reproducen los siete artículos que fueron arbitrados y revisados por comités científicos para su publicación en revistas y congresos, todos ellos alusivos a la filosofía transpersonal y la educación transracional: la sinopsis de esos siete artículos ha sido expuesta en el capítulo anterior de este preámbulo metodológico. En la segunda parte, se argumenta a modo de glosario y epistemológicamente los conceptos más importantes de la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento. En la tercera parte, la filosofía transpersonal es contemplada, consecuentemente, como una cuestión de sentido para argumentar epistemológica y pedagógicamente a la educación transracional como misión espiritual.
La fundamentación de la filosofía transpersonal se inicia en la segunda parte, como no podía ser de otra manera, con la interpretación del pensamiento platónico en el primer capítulo: el camino ascendente es el camino descendente. Es indiscutible que en el pensamiento de Platón -y especialmente en el centro de su pensamiento, esto es, en su doctrina de las ideas- se contienen motivos en los que se advierte y anticipa la empresa kantiana de examinar críticamente la razón humana, por lo que respecta a su capacidad y sus límites. En ese punto crucial de la historia del pensamiento, ya en el segundo capítulo, Wilber propone su teoría de los cuatro cuadrantes, entro los cuales se halla situado el Gran Tres diferenciado por Kant mediante sus Tres críticas: el arte (yo), la ciencia (ello) y la moral (nosotros). Dicho de otro modo, estamos hablando de las tres grandes categorías platónicas, de la Bondad (la moral, el “nosotros”), la Verdad (la verdad proposicional, la verdad objetiva propia del “ello”) y la Belleza (la dimensión estética percibida por cada “yo”).
Wilber trata de desvelar Los logros superiores del Espíritu-en-acción, de describir la evolución de la conciencia que conduce desde los estadios inferiores hasta los estadios más elevados, los estadios espirituales o transpersonales, cuestiones todas ellas orientadas a partir de los cuatro cuadrantes. Dicho de otro modo, Wilber demuestra que estamos asistiendo en Occidente a un completo olvido de la profundidad espiritual, cuya realidad ha sido reducida a la visión de un mundo chato dominado por el materialismo científico.
La filosofía se escindió así en dos senderos cognitivos: la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable, es decir, una divergencia entre ciencia y espiritualidad. Según Ken Wilber, son dos modos de saber diferentes pero complementarios, pues han sido reconocidos de una forma u otra en diversos momentos y lugares a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, la filosofía occidental se decantó por una razón materialista, despreciando la metafísica como “causa primera” en palabras de Aristóteles y, es por ello, que en el tercer capítulo es pertinente una argumentación específica sobre la metafísica. En dicho capítulo, se argumentan investigaciones desde la biología, las neurociencias y la física cuántica, para demostrar que los materialistas científicos han agotado su metodología empírica sustentada en el “ver para creer” y, como apuntan las citadas ciencias, hay un cambio de paradigma hacia el “creer para ver”, es decir, hacia la metafísica. Consecuentemente, esos dos modos de saber (racionalidad versus espiritualidad) inquieren ser estudiados y argumentados epistemológicamente en el cuarto capítulo.
Los dos modos de saber argumentados por Ken Wilber, lleva a los más críticos a plantearse las siguientes cuestiones: ¿cómo se relaciona la física cuántica con lo místico?, ¿cómo evidenciar las raíces científicas que entronan con la espiritualidad? Para dar respuesta a ello, es pertinente remitirse a la obra El espectro de la conciencia de Ken Wilber. Wilber nos introduce a los conceptos de la no-dualidad, a los tres niveles de conciencia (ego, existencial y mental), y a la filosofía perenne. Ken Wilber, en esta magistral clase de filosofía de la ciencia, nos demuestra que hay dos modos de conocer: el método científico y el trascendental, diferentes pero complementarios.
Esos dos modos de saber así argumentados y demostrados por Ken Wilber, permiten vislumbrar una trascendencia desde la epistemología de lo conmensurable (ciencia) hacia la hermenéutica de lo inconmensurable (espíritu) , lo cual implica el estudio de la evolución de la conciencia desde la dualidad entre sujeto-objeto hacia la no-dualidad, y ese será el objetivo del quinto capítulo: La evolución de la conciencia según Ken Wilber: hacia la no-dualidad. En dicho capítulo, Ken Wilber argumenta que la visión-lógica (una estructura de conciencia muy global e integradora) es aperspectivista en el sentido de que dispone de una multiplicidad de puntos de vista y no privilegia automáticamente ninguno de ellos sobre los demás. Pero cuando uno empieza a tener en cuenta todas las posibles perspectivas, todo comienza a moverse vertiginosamente. La conciencia aperspectivista que proporciona la visión-lógica puede llegar a ser muy desconcertante porque todos los puntos de vista empiezan a parecer relativos e interdependientes, no hay nada absolutamente fundacional, ningún lugar en el que apoyar la cabeza y decir ¡he llegado! Si tenemos en cuenta la relatividad de las distintas perspectivas, correremos el peligro de caer en una locura aperspectivista que termine paralizando la voluntad y el juicio. Y, en el sexto capítulo, realizo una dilucidación del concepto locura aperspectivista, argumentando que la evolución de la conciencia más allá de la razón presupone la necesidad de una psicología que vaya, por tanto, también más allá de la razón: una psicología transracional.
En ese sexto capítulo, se alude en varias ocasiones a la conciencia de unidad, pero, dicho estado de conciencia, no es fácil lograr. Por lo tanto, en el séptimo capítulo se explica por qué no es fácil dicha tarea y cuáles deben ser las “resistencias” que debemos abandonar para alcanzar la conciencia de unidad, propio de un estado no-dual. Consecuentemente, en el octavo capítulo trato de explicar de una forma sencilla la esencia de mis pensamientos acerca de los conceptos “dualidad” y “no-dualidad” para todo aquel que no quiera perderse en lecturas complejas desde un punto de vista argumental en esta obra. En ese octavo capítulo se argumenta la sanación trascendental del ser humano mediante la experiencia mística. La cuestión es: ¿somos todos potencialmente místicos?
La anterior cuestión acerca de las experiencias místicas, son desarrolladas en amplitud en el noveno capítulo, donde se concluye que la experiencia mística es un camino de introspección que permite una elevación hacia una experiencia trascendental y que, una de las puertas de acceso a ese estado inefable, es la meditación. Ello lleva a postular, en el décimo capítulo, la sanación trascendental de la humanidad mediante la meditación gracias al aval de estudios científicos. Entonces, la meditación ya no es una cuestión propia de los gurús espirituales, sino que, hay muchos estudios científicos que avalan los beneficios de la meditación, es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.
Consecuencia de lo anterior, en el onceavo capítulo, se argumenta que el despertar espiritual ya no es una cuestión individual solamente, sino, también, un inherente deber de la colectividad humana: es imperativa una educación transracional que posibilite la sanación trascendental desde la infancia gracias a la aplicación práctica de la meditación en los centros escolares, pues quedan demostrados sus espectaculares resultados. Y dicho despertar espiritual, tanto individual como colectivo, conduce ineludiblemente a considerar al amor como nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta.
Pero, como el amor y la sabiduría son dos caras de la misma moneda (según la tradición platónica excelsamente explicada por Ken Wilber), es pertinente, entonces, en el doceavo capítulo argumentar a la sabiduría como ciencia para la sanación espiritual, lo cual lleva ineludiblemente a argumentar, en el treceavo capítulo, el camino ascendente hacia la sabiduría. Efectivamente, la sabiduría y el amor son los bálsamos para la sanación trascendental, y no pueden ser encapsulados y prescritos por un médico, sino que deben ser aprehendidos consciente y prácticamente por todo sincero buscador de la verdad. Porque no hay mayor verdad que el amor (espiritualidad), y el amor a la verdad es el camino (filosofía).
El catorceavo capítulo argumenta cómo la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento visto en la segunda parte, se constituye en un fundamento epistemológico y pedagógico para una educación transracional como misión espiritual : la incorporación de la sabiduría perenne es un trampolín para la sanación trascendental del ser humano desde la infancia, tal será el objetivo de la tercera parte de esta obra.
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1 - Génesis de la filosofía transpersonal
La filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento fue inicialmente argumentada, en enero de 2015, en mi obra La educación cuántica, he aquí el resumen:
“Desde el surgimiento de la física cuántica, la erudición ha dado un salto cualitativo y trascendente desde el universo material (objeto) a la conciencia humana (sujeto), como lo acreditan diversas áreas de la ciencia que, inapelablemente, remiten a la rehabilitación de la filosofía perenne.
Las categorías científicas están convergiendo en la ciencia por excelencia, a saber, la ciencia de la conciencia. Y en ese campo, la filosofía transpersonal desarrollada por el filósofo Ken Wilber y la psicología transpersonal como la “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, se postulan como un nuevo paradigma de conocimiento que, inherentemente, requiere de una renovada cosmovisión de la historia, la ciencia y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa.”
Posteriormente, en noviembre de 2015, la filosofía transpersonal fue argumentada, asimismo, como un nuevo paradigma filosófico en mi segundo artículo científico titulado El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad.
Desde enero de 2015 a septiembre de 2018, La educación cuántica fue objeto de hasta cuatro ediciones revisadas y ampliadas, las cuales incorporaron diversos conceptos del pensamiento de Ken Wilber a modo de notas añadidas, entre las más importantes: la conciencia de unidad, La evolución de la conciencia según Ken Wilber, los veinte principios, y diversas notas menores en alusión a los cuatro cuadrantes.
Nunca fue mi intención original convertirme en un experto del pensamiento de Ken Wilber, pero, ciertamente, a medida que se profundiza en la obra de este inconmensurable pensador considerado como el “Einstein de la conciencia”, se hace muy difícil soslayarse de sus investigaciones filosóficas, psicológicas y antropológicas. Es así como, poco a poco, me convertí en wilberiano, sin ninguna connotación peyorativa, más bien al contrario, ha sido todo un honor comprender la historia del pensamiento como nadie me la ha explicado durante los cinco años que estudié filosofía en la Universidad Central de Barcelona.
Sobre el andamiaje epistemológico y hermenéutico del pensamiento de Wilber, fui construyendo artículo tras artículo y libro tras libro, mi propio pensamiento; y no con la intención de pretender destacar como filósofo, sino como terapia personal para superar y trascender el sufrimiento padecido con ocasión del desahucio de mi familia tras el embargo de nuestra vivienda: cuando el Estado salva a los bancos en detrimento de los ciudadanos, es síntoma de que algo no funciona bien en la sociedad, es una evidencia de que el perverso sistema capitalista solo sirve a los intereses de la jerarquía plutocrática.
Ciertamente, el sufrimiento puede ser un revulsivo para el despertar espiritual, para dejar atrás a la noche oscura del alma, en definitiva, para investigar más en profundidad sobre el sentido de la vida y de nuestro lugar en este planeta y en el universo. Así es como me vi envuelto en cada vez más profundas investigaciones que concluyeron con publicaciones de artículos en diversas revistas científicas y congresos . Esos son los precedentes del libro que obra en sus manos estimado lector, en un intento de que mi experiencia existencial, mi sufrimiento psicológico y mis investigaciones filosóficas puedan ser de utilidad para las demás personas. Y lo que descubrí en ese deambular por las nubes del pensamiento es que, el saber sin amor, es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo: ahí radica la génesis del nuevo paradigma de conocimiento.
De hecho, no descubrí nada nuevo, simplemente debía retornar a los clásicos como Platón y Kant, reinterpretados a luz de Ken Wilber, para darme cuenta que nacemos y vivimos bajo una jerarquía de dominio desde una perspectiva histórica, política, económica y educativa. Dicho de otro modo, la historia cultural que nos enseñan en el sistema educativo tradicional solo sirve a los intereses de la agenda oculta del “Estado profundo”: la humanidad vive esclavizada por fuerzas oscuras imperceptibles para la mayoría, sin embargo, vivimos tiempos de divulgación cósmica que puede dar lugar a un despertar colectivo masivo. Analógicamente y como argumento en mi primer artículo titulado La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico-transpersonal, nos hallamos a las puertas de un segundo renacimiento humanístico (el “nosotros” colectivo) como trascendencia al primer renacimiento humanístico (el “yo” individual). La conciencia sigue siendo el problema histórico por resolver de un modo filosófico, psicológico, científico y espiritual. Para tal tarea, seguí el proverbial aforismo “la verdad os hará libres” y asumí como misión espiritual investigar todos los límites hasta donde me permitiera la razón. Y de esa extenuante investigación ha surgido este noveno libro Ciencia, Filosofía, Espiritualidad. En esta obra, como corolario a todas las anteriores, establezco los fundamentos de la filosofía transpersonal y la educación transracional, dos neologismos inauditos en el ámbito académico tradicional, como he explicado en el séptimo artículo del capítulo anterior.
2 - Argumentación de la filosofía transpersonal
Con dicha génesis y objetivos puestos en claro, esta obra se divide en tres partes: en la primera parte, se reproducen los siete artículos que fueron arbitrados y revisados por comités científicos para su publicación en revistas y congresos, todos ellos alusivos a la filosofía transpersonal y la educación transracional: la sinopsis de esos siete artículos ha sido expuesta en el capítulo anterior de este preámbulo metodológico. En la segunda parte, se argumenta a modo de glosario y epistemológicamente los conceptos más importantes de la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento. En la tercera parte, la filosofía transpersonal es contemplada, consecuentemente, como una cuestión de sentido para argumentar epistemológica y pedagógicamente a la educación transracional como misión espiritual.
La fundamentación de la filosofía transpersonal se inicia en la segunda parte, como no podía ser de otra manera, con la interpretación del pensamiento platónico en el primer capítulo: el camino ascendente es el camino descendente. Es indiscutible que en el pensamiento de Platón -y especialmente en el centro de su pensamiento, esto es, en su doctrina de las ideas- se contienen motivos en los que se advierte y anticipa la empresa kantiana de examinar críticamente la razón humana, por lo que respecta a su capacidad y sus límites. En ese punto crucial de la historia del pensamiento, ya en el segundo capítulo, Wilber propone su teoría de los cuatro cuadrantes, entro los cuales se halla situado el Gran Tres diferenciado por Kant mediante sus Tres críticas: el arte (yo), la ciencia (ello) y la moral (nosotros). Dicho de otro modo, estamos hablando de las tres grandes categorías platónicas, de la Bondad (la moral, el “nosotros”), la Verdad (la verdad proposicional, la verdad objetiva propia del “ello”) y la Belleza (la dimensión estética percibida por cada “yo”).
Wilber trata de desvelar Los logros superiores del Espíritu-en-acción, de describir la evolución de la conciencia que conduce desde los estadios inferiores hasta los estadios más elevados, los estadios espirituales o transpersonales, cuestiones todas ellas orientadas a partir de los cuatro cuadrantes. Dicho de otro modo, Wilber demuestra que estamos asistiendo en Occidente a un completo olvido de la profundidad espiritual, cuya realidad ha sido reducida a la visión de un mundo chato dominado por el materialismo científico.
La filosofía se escindió así en dos senderos cognitivos: la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable, es decir, una divergencia entre ciencia y espiritualidad. Según Ken Wilber, son dos modos de saber diferentes pero complementarios, pues han sido reconocidos de una forma u otra en diversos momentos y lugares a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, la filosofía occidental se decantó por una razón materialista, despreciando la metafísica como “causa primera” en palabras de Aristóteles y, es por ello, que en el tercer capítulo es pertinente una argumentación específica sobre la metafísica. En dicho capítulo, se argumentan investigaciones desde la biología, las neurociencias y la física cuántica, para demostrar que los materialistas científicos han agotado su metodología empírica sustentada en el “ver para creer” y, como apuntan las citadas ciencias, hay un cambio de paradigma hacia el “creer para ver”, es decir, hacia la metafísica. Consecuentemente, esos dos modos de saber (racionalidad versus espiritualidad) inquieren ser estudiados y argumentados epistemológicamente en el cuarto capítulo.
Los dos modos de saber argumentados por Ken Wilber, lleva a los más críticos a plantearse las siguientes cuestiones: ¿cómo se relaciona la física cuántica con lo místico?, ¿cómo evidenciar las raíces científicas que entronan con la espiritualidad? Para dar respuesta a ello, es pertinente remitirse a la obra El espectro de la conciencia de Ken Wilber. Wilber nos introduce a los conceptos de la no-dualidad, a los tres niveles de conciencia (ego, existencial y mental), y a la filosofía perenne. Ken Wilber, en esta magistral clase de filosofía de la ciencia, nos demuestra que hay dos modos de conocer: el método científico y el trascendental, diferentes pero complementarios.
Esos dos modos de saber así argumentados y demostrados por Ken Wilber, permiten vislumbrar una trascendencia desde la epistemología de lo conmensurable (ciencia) hacia la hermenéutica de lo inconmensurable (espíritu) , lo cual implica el estudio de la evolución de la conciencia desde la dualidad entre sujeto-objeto hacia la no-dualidad, y ese será el objetivo del quinto capítulo: La evolución de la conciencia según Ken Wilber: hacia la no-dualidad. En dicho capítulo, Ken Wilber argumenta que la visión-lógica (una estructura de conciencia muy global e integradora) es aperspectivista en el sentido de que dispone de una multiplicidad de puntos de vista y no privilegia automáticamente ninguno de ellos sobre los demás. Pero cuando uno empieza a tener en cuenta todas las posibles perspectivas, todo comienza a moverse vertiginosamente. La conciencia aperspectivista que proporciona la visión-lógica puede llegar a ser muy desconcertante porque todos los puntos de vista empiezan a parecer relativos e interdependientes, no hay nada absolutamente fundacional, ningún lugar en el que apoyar la cabeza y decir ¡he llegado! Si tenemos en cuenta la relatividad de las distintas perspectivas, correremos el peligro de caer en una locura aperspectivista que termine paralizando la voluntad y el juicio. Y, en el sexto capítulo, realizo una dilucidación del concepto locura aperspectivista, argumentando que la evolución de la conciencia más allá de la razón presupone la necesidad de una psicología que vaya, por tanto, también más allá de la razón: una psicología transracional.
En ese sexto capítulo, se alude en varias ocasiones a la conciencia de unidad, pero, dicho estado de conciencia, no es fácil lograr. Por lo tanto, en el séptimo capítulo se explica por qué no es fácil dicha tarea y cuáles deben ser las “resistencias” que debemos abandonar para alcanzar la conciencia de unidad, propio de un estado no-dual. Consecuentemente, en el octavo capítulo trato de explicar de una forma sencilla la esencia de mis pensamientos acerca de los conceptos “dualidad” y “no-dualidad” para todo aquel que no quiera perderse en lecturas complejas desde un punto de vista argumental en esta obra. En ese octavo capítulo se argumenta la sanación trascendental del ser humano mediante la experiencia mística. La cuestión es: ¿somos todos potencialmente místicos?
La anterior cuestión acerca de las experiencias místicas, son desarrolladas en amplitud en el noveno capítulo, donde se concluye que la experiencia mística es un camino de introspección que permite una elevación hacia una experiencia trascendental y que, una de las puertas de acceso a ese estado inefable, es la meditación. Ello lleva a postular, en el décimo capítulo, la sanación trascendental de la humanidad mediante la meditación gracias al aval de estudios científicos. Entonces, la meditación ya no es una cuestión propia de los gurús espirituales, sino que, hay muchos estudios científicos que avalan los beneficios de la meditación, es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.
Consecuencia de lo anterior, en el onceavo capítulo, se argumenta que el despertar espiritual ya no es una cuestión individual solamente, sino, también, un inherente deber de la colectividad humana: es imperativa una educación transracional que posibilite la sanación trascendental desde la infancia gracias a la aplicación práctica de la meditación en los centros escolares, pues quedan demostrados sus espectaculares resultados. Y dicho despertar espiritual, tanto individual como colectivo, conduce ineludiblemente a considerar al amor como nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta.
Pero, como el amor y la sabiduría son dos caras de la misma moneda (según la tradición platónica excelsamente explicada por Ken Wilber), es pertinente, entonces, en el doceavo capítulo argumentar a la sabiduría como ciencia para la sanación espiritual, lo cual lleva ineludiblemente a argumentar, en el treceavo capítulo, el camino ascendente hacia la sabiduría. Efectivamente, la sabiduría y el amor son los bálsamos para la sanación trascendental, y no pueden ser encapsulados y prescritos por un médico, sino que deben ser aprehendidos consciente y prácticamente por todo sincero buscador de la verdad. Porque no hay mayor verdad que el amor (espiritualidad), y el amor a la verdad es el camino (filosofía).
El catorceavo capítulo argumenta cómo la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento visto en la segunda parte, se constituye en un fundamento epistemológico y pedagógico para una educación transracional como misión espiritual : la incorporación de la sabiduría perenne es un trampolín para la sanación trascendental del ser humano desde la infancia, tal será el objetivo de la tercera parte de esta obra.
4 - LA FILOSOFÍA TRANSPERSONAL
LA FILOSOFÍA TRANSPERSONAL COMO ALTERNATIVA AL CAOS PENSATIVO DE OCCIDENTE
Este artículo está reproducido en el capítulo 14 de la tercera parte de la obra FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y EDUCACIÓN TRANSRACIONAL
“La filosofía académica tradicional ha fracasado como proyecto emancipador de la humanidad, de ahí la muerte del “viejo mundo”. En su lugar, propongo realizar filosofía transpersonal en el “nuevo mundo”, pues aporta una visión integradora de la naturaleza humana” (Amador Martos, filósofo transpersonal).
El peregrinaje de la razón a través de la historia del pensamiento, propició los senderos divergentes entre la sociología (racionalismo pragmático) y la psicología (racionalismo espiritual) . El reduccionismo psicológico en alianza con la filosofía materialista, serían los encargados de dar cuenta de esa “realidad” de ahí fuera, desplazando así de un modo histórico y psicológico a la filosofía perenne (2), hasta que el movimiento peyorativamente llamado misticismo cuántico recuperó esa ancestral sabiduría como un sendero de sanación trascendental para los males de Occidente. Imperceptiblemente para muchos, se está produciendo una trascendencia holística desde la razón al espíritu a modo de un segundo renacimiento humanístico .
La visión espiritual inherente al ser humano precisa de un giro participativo (Ferrer y Sherman, 2011) a la espiritualidad, el misticismo y el estudio de las religiones, cuestiones que pertenecen propiamente a la metafísica. En filosofía, la metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto (“cuando emite un juicio sintético sobre un asunto”) que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado sensiblemente por el ser humano. Algunos filósofos han sostenido que el ser humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica. Kant la calificó de “necesidad inevitable”. Arthur Schopenhauer incluso definió al ser humano como “animal metafísico”. ¿No es la metafísica el modo de saber trascendental?
Los pensadores transpersonales tienen una característica pensativa en común: poseen un racionalismo espiritual que propugna la trascendencia de la dualidad (entre sujeto y objeto) hacía la no-dualidad (misticismo contemplativo) . Sin embargo, ese modo de saber trascendental ha sido injustamente tildado como “misticismo cuántico” por el materialismo científico y debería ser referido como filosofía transpersonal (1) (Martos, 2015a), un incipiente paradigma de pensamiento sin el pertinente reconocimiento desde una perspectiva académica e histórica. La historia es siempre cruel con los genuinos pensadores que piensan más allá del pensamiento dominante establecido (Gregori, 2000). Descartes (1999) camufló sus reglas del pensamiento como “Discurso” en vez de “Tratado” para escapar así de una posible condena eclesiástica como había ocurrido poco tiempo antes con Galileo. También el poder de los burgueses capitalistas fue puesto en entredicho por Marx, cuyo reconocimiento intelectual está siendo evidente en la actualidad (Martos, 2012a). Anacrónicamente, la historia del pensamiento occidental es la historia de un ego (yo) fragmentado y disociado de la colectividad (nosotros), un trastorno epistemológico que necesita de una urgente sanación trascendental , tal como propone de un modo pedagógico La educación cuántica (Martos, 2015b) mediante la filosofía transpersonal.
Ken Wilber (2005) ha logrado estructurar una filosofía transpersonal que aúna la racionalidad del pensamiento occidental con la trascendencia espiritual. A ello hay que sumar la psicología transpersonal (2) surgida como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista. Existen iniciativas desde el ámbito de la psicología académica para integrar lo “transpersonal” como objeto de estudio serio y científico, como acredita la revista Journal of Transpersonal Research, integrada en la Asociación Transpersonal Europea (EUROTAS) (3) . En el ámbito universitario, es digna de mención la tesis doctoral de Iker Puente titulada Complejidad y psicología transpersonal: Caos y autoorganización en psicoterapia (Universidad Autónoma de Barcelona).
Es evidente que existe por tanto un cambio de paradigma desde la psicología tradicional a la psicología transpersonal. Por psicología tradicional hay que entender a aquella forma de acercarse a lo psíquico mediante un reduccionismo materialista que ejerce violencia sobre los fenómenos de la vida anímica: nociones como “yo”, “alma”, “vivencia”, “voluntad”, “conciencia” son eliminadas cuando no modificadas por la psicología científica. Sin embargo, desde una cronología histórica, frente a la psicología tradicional se yergue la psicología transpersonal como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, la cual contribuye a sellar la brecha epistemológica entre ciencia y espiritualidad (Martos, 2012b, 66): “Holística y epistemológicamente, la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal están jugando un papel paradigmático en la trascendencia de la racionalidad hacia la espiritualidad, contribuyendo inherentemente a la incubación del futuro paradigma: el racionalismo espiritual”.
No solo hay una crisis epistemológica en la filosofía materialista, también se tambalean los dogmas religiosos sustentados en la fe ciega y sin atisbo de racionalidad. La filosofía transpersonal cuestiona los conocimientos transmitidos dogmáticamente por las religiones y, en su lugar, reivindica una incursión de la ciencia en la genuina espiritualidad, hasta ahora respectivamente en manos de los poderes fácticos y de las religiones. El “misticismo cuántico” es un término peyorativo que debe ser reconsiderado como filosofía transpersonal (Martos, 2015a), y cuyo activismo científico ha devenido en un activismo cuántico (Martos, 2015c) desde el surgimiento de la mecánica cuántica.
NOTAS:
(1) La filosofía transpersonal es una disciplina que estudia la espiritualidad y su relación con la ciencia así como los estudios de la conciencia. El filósofo Ken Wilber es un emblemático representante del movimiento transpersonal que surge del encuentro entre la psicología occidental (en particular de las escuelas psicoanalíticas, junguiana, humanista y existencial) y las tradiciones contemplativas de Oriente (en especial el budismo zen, el taoísmo y el hinduismo).
(2) Según el psicólogo transpersonal Iker Puente (2011, 18):
"La idea de una filosofía perenne aparece a lo largo de toda la filosofía occidental, y ha ido tomando diversas formas a lo largo de su historia. El término philosophia perennis fue empleado por primera vez por Agustino Steuco en 1540 en su libro De perenni philosophia, un tratado de filosofía cristiana en el que defendía la existencia de un núcleo común en la filosofía de toda la humanidad que se mantiene idéntico a través del curso de la historia. (…) Esta unidad en el conocimiento humano deriva, según los partidarios de la filosofía perenne, de la existencia de una realidad última que puede ser aprehendida por el intelecto en determinadas condiciones especiales".
Dicha dimensión espiritual y trascendente de la naturaleza humana y de la existencia, en el ámbito de la psicología, tiene su correlato con el surgimiento de la psicología transpersonal como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista. Según Iker Puente (2011, 24):
"La psicología transpersonal nació a finales de los años sesenta en los EE.UU. a raíz del interés de un grupo de psicólogos, psiquiatras y psicoterapeutas (entre los que se encontraba Anthony Sutich y Abraham Maslow, fundadores de la psicología humanista, y el psiquiatra Stanislav Grof) en expandir el marco de la psicología humanista más allá de su centro de atención sobre el yo individual, interesándose por el estudio de la dimensión espiritual y trascendente de la naturaleza humana y de la existencia. Sus fundadores pretendían realizar una integración de las tradiciones místicas occidentales y orientales con la psicología humanista. La orientación transpersonal surge, pues, del encuentro entre la psicología occidental (en particular de las escuelas psicoanalíticas junguiana, humanista y existencial) y las tradiciones contemplativas de Oriente (en especial el budismo zen, el taoísmo y el hinduismo)".
(3) EUROTAS es la única asociación Transpersonal de ámbito Europeo, y su origen se remonta al año 1984. Se funda durante la Primera Conferencia Europea Transpersonal celebrada en Bruselas, organizada por la asociación Transpersonal de Bélgica, y liderada por un grupo variado de profesionales, tanto del ámbito de la salud, como de la ciencia y la espiritualidad.Con el objetivo de difundir, debatir e investigar el fenómeno Transpersonal en todas sus facetas, EUROTAS incluye entre sus miembros a las diferentes asociaciones Transpersonales europeas, y también a personas a título individual. Como garantía de rigor profesional, se ha creado una certificación Europea de psicoterapia Transpersonal, así como una certificación de formación homologada para centros e institutos. Hoy en día, cuenta con miembros de 25 países diferentes, funcionando como una red profesional de comunicación e investigación. Anualmente se organiza una conferencia a nivel internacional en uno de estos países, coordinada por la Asociación Transpersonal representante del mismo. El año 2008 l’ Associació Catalana Transpersonal tuvo el honor de coordinar la X Conferencia Europea Transpersonalque tuvo lugar en Barcelona. EUROTAS combina el rigor científico y espiritual con las oportunidades de cooperación, beneficio mutuo, intercambio y amistad.
BIBLIOGRAFÍA:
Descartes, René (1999), Discurso del método,Ediciones escolares, Madrid.
Ferrer, Jorge y Sherman, Jacob, (2011), El giro participativo, Kairós, Barcelona.
Gregori, Javier (2000), ¡Esto es imposible!: científicos visionarios a quienes nadie creyó, pero que cambiaron el mundo, Aguilar, Madrid.
Martos, Amador (2012a), Capitalismo y conciencia, Bubok, Madrid.
Martos, A. (2012b), “La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico transpersonal”. En: Journal of Transpersonal Research, Nº 4 (1), 47-68.
Martos, Amador (2015a), “Filosofía transpersonal”, en: Martos, La educación cuántica (pp.67-75), Corona Borealis, Málaga.
Martos, Amador (2015b), La educación cuántica, Corona Borealis, Málaga.
Martos, Amador (2015c), “El activismo cuántico”, en: Martos, La educación cuántica (pp.254-261), Corona Borealis, Málaga.
Puente, I. (2011). “Filosofía oriental y ciencias cognitivas: una introducción”. En: Enrahonar. Quaderns de Filosofia, Nº 47, 15 a 37. Universidad Autónoma de Barcelona, España.
Wilber, Ken (2005), Sexo, Ecología, Espiritualidad,Gaia Ediciones, Madrid.
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“La filosofía académica tradicional ha fracasado como proyecto emancipador de la humanidad, de ahí la muerte del “viejo mundo”. En su lugar, propongo realizar filosofía transpersonal en el “nuevo mundo”, pues aporta una visión integradora de la naturaleza humana” (Amador Martos, filósofo transpersonal).
El peregrinaje de la razón a través de la historia del pensamiento, propició los senderos divergentes entre la sociología (racionalismo pragmático) y la psicología (racionalismo espiritual) . El reduccionismo psicológico en alianza con la filosofía materialista, serían los encargados de dar cuenta de esa “realidad” de ahí fuera, desplazando así de un modo histórico y psicológico a la filosofía perenne (2), hasta que el movimiento peyorativamente llamado misticismo cuántico recuperó esa ancestral sabiduría como un sendero de sanación trascendental para los males de Occidente. Imperceptiblemente para muchos, se está produciendo una trascendencia holística desde la razón al espíritu a modo de un segundo renacimiento humanístico .
La visión espiritual inherente al ser humano precisa de un giro participativo (Ferrer y Sherman, 2011) a la espiritualidad, el misticismo y el estudio de las religiones, cuestiones que pertenecen propiamente a la metafísica. En filosofía, la metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto (“cuando emite un juicio sintético sobre un asunto”) que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado sensiblemente por el ser humano. Algunos filósofos han sostenido que el ser humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica. Kant la calificó de “necesidad inevitable”. Arthur Schopenhauer incluso definió al ser humano como “animal metafísico”. ¿No es la metafísica el modo de saber trascendental?
Los pensadores transpersonales tienen una característica pensativa en común: poseen un racionalismo espiritual que propugna la trascendencia de la dualidad (entre sujeto y objeto) hacía la no-dualidad (misticismo contemplativo) . Sin embargo, ese modo de saber trascendental ha sido injustamente tildado como “misticismo cuántico” por el materialismo científico y debería ser referido como filosofía transpersonal (1) (Martos, 2015a), un incipiente paradigma de pensamiento sin el pertinente reconocimiento desde una perspectiva académica e histórica. La historia es siempre cruel con los genuinos pensadores que piensan más allá del pensamiento dominante establecido (Gregori, 2000). Descartes (1999) camufló sus reglas del pensamiento como “Discurso” en vez de “Tratado” para escapar así de una posible condena eclesiástica como había ocurrido poco tiempo antes con Galileo. También el poder de los burgueses capitalistas fue puesto en entredicho por Marx, cuyo reconocimiento intelectual está siendo evidente en la actualidad (Martos, 2012a). Anacrónicamente, la historia del pensamiento occidental es la historia de un ego (yo) fragmentado y disociado de la colectividad (nosotros), un trastorno epistemológico que necesita de una urgente sanación trascendental , tal como propone de un modo pedagógico La educación cuántica (Martos, 2015b) mediante la filosofía transpersonal.
Ken Wilber (2005) ha logrado estructurar una filosofía transpersonal que aúna la racionalidad del pensamiento occidental con la trascendencia espiritual. A ello hay que sumar la psicología transpersonal (2) surgida como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista. Existen iniciativas desde el ámbito de la psicología académica para integrar lo “transpersonal” como objeto de estudio serio y científico, como acredita la revista Journal of Transpersonal Research, integrada en la Asociación Transpersonal Europea (EUROTAS) (3) . En el ámbito universitario, es digna de mención la tesis doctoral de Iker Puente titulada Complejidad y psicología transpersonal: Caos y autoorganización en psicoterapia (Universidad Autónoma de Barcelona).
Es evidente que existe por tanto un cambio de paradigma desde la psicología tradicional a la psicología transpersonal. Por psicología tradicional hay que entender a aquella forma de acercarse a lo psíquico mediante un reduccionismo materialista que ejerce violencia sobre los fenómenos de la vida anímica: nociones como “yo”, “alma”, “vivencia”, “voluntad”, “conciencia” son eliminadas cuando no modificadas por la psicología científica. Sin embargo, desde una cronología histórica, frente a la psicología tradicional se yergue la psicología transpersonal como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, la cual contribuye a sellar la brecha epistemológica entre ciencia y espiritualidad (Martos, 2012b, 66): “Holística y epistemológicamente, la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal están jugando un papel paradigmático en la trascendencia de la racionalidad hacia la espiritualidad, contribuyendo inherentemente a la incubación del futuro paradigma: el racionalismo espiritual”.
No solo hay una crisis epistemológica en la filosofía materialista, también se tambalean los dogmas religiosos sustentados en la fe ciega y sin atisbo de racionalidad. La filosofía transpersonal cuestiona los conocimientos transmitidos dogmáticamente por las religiones y, en su lugar, reivindica una incursión de la ciencia en la genuina espiritualidad, hasta ahora respectivamente en manos de los poderes fácticos y de las religiones. El “misticismo cuántico” es un término peyorativo que debe ser reconsiderado como filosofía transpersonal (Martos, 2015a), y cuyo activismo científico ha devenido en un activismo cuántico (Martos, 2015c) desde el surgimiento de la mecánica cuántica.
NOTAS:
(1) La filosofía transpersonal es una disciplina que estudia la espiritualidad y su relación con la ciencia así como los estudios de la conciencia. El filósofo Ken Wilber es un emblemático representante del movimiento transpersonal que surge del encuentro entre la psicología occidental (en particular de las escuelas psicoanalíticas, junguiana, humanista y existencial) y las tradiciones contemplativas de Oriente (en especial el budismo zen, el taoísmo y el hinduismo).
(2) Según el psicólogo transpersonal Iker Puente (2011, 18):
"La idea de una filosofía perenne aparece a lo largo de toda la filosofía occidental, y ha ido tomando diversas formas a lo largo de su historia. El término philosophia perennis fue empleado por primera vez por Agustino Steuco en 1540 en su libro De perenni philosophia, un tratado de filosofía cristiana en el que defendía la existencia de un núcleo común en la filosofía de toda la humanidad que se mantiene idéntico a través del curso de la historia. (…) Esta unidad en el conocimiento humano deriva, según los partidarios de la filosofía perenne, de la existencia de una realidad última que puede ser aprehendida por el intelecto en determinadas condiciones especiales".
Dicha dimensión espiritual y trascendente de la naturaleza humana y de la existencia, en el ámbito de la psicología, tiene su correlato con el surgimiento de la psicología transpersonal como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista. Según Iker Puente (2011, 24):
"La psicología transpersonal nació a finales de los años sesenta en los EE.UU. a raíz del interés de un grupo de psicólogos, psiquiatras y psicoterapeutas (entre los que se encontraba Anthony Sutich y Abraham Maslow, fundadores de la psicología humanista, y el psiquiatra Stanislav Grof) en expandir el marco de la psicología humanista más allá de su centro de atención sobre el yo individual, interesándose por el estudio de la dimensión espiritual y trascendente de la naturaleza humana y de la existencia. Sus fundadores pretendían realizar una integración de las tradiciones místicas occidentales y orientales con la psicología humanista. La orientación transpersonal surge, pues, del encuentro entre la psicología occidental (en particular de las escuelas psicoanalíticas junguiana, humanista y existencial) y las tradiciones contemplativas de Oriente (en especial el budismo zen, el taoísmo y el hinduismo)".
(3) EUROTAS es la única asociación Transpersonal de ámbito Europeo, y su origen se remonta al año 1984. Se funda durante la Primera Conferencia Europea Transpersonal celebrada en Bruselas, organizada por la asociación Transpersonal de Bélgica, y liderada por un grupo variado de profesionales, tanto del ámbito de la salud, como de la ciencia y la espiritualidad.Con el objetivo de difundir, debatir e investigar el fenómeno Transpersonal en todas sus facetas, EUROTAS incluye entre sus miembros a las diferentes asociaciones Transpersonales europeas, y también a personas a título individual. Como garantía de rigor profesional, se ha creado una certificación Europea de psicoterapia Transpersonal, así como una certificación de formación homologada para centros e institutos. Hoy en día, cuenta con miembros de 25 países diferentes, funcionando como una red profesional de comunicación e investigación. Anualmente se organiza una conferencia a nivel internacional en uno de estos países, coordinada por la Asociación Transpersonal representante del mismo. El año 2008 l’ Associació Catalana Transpersonal tuvo el honor de coordinar la X Conferencia Europea Transpersonalque tuvo lugar en Barcelona. EUROTAS combina el rigor científico y espiritual con las oportunidades de cooperación, beneficio mutuo, intercambio y amistad.
BIBLIOGRAFÍA:
Descartes, René (1999), Discurso del método,Ediciones escolares, Madrid.
Ferrer, Jorge y Sherman, Jacob, (2011), El giro participativo, Kairós, Barcelona.
Gregori, Javier (2000), ¡Esto es imposible!: científicos visionarios a quienes nadie creyó, pero que cambiaron el mundo, Aguilar, Madrid.
Martos, Amador (2012a), Capitalismo y conciencia, Bubok, Madrid.
Martos, A. (2012b), “La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico transpersonal”. En: Journal of Transpersonal Research, Nº 4 (1), 47-68.
Martos, Amador (2015a), “Filosofía transpersonal”, en: Martos, La educación cuántica (pp.67-75), Corona Borealis, Málaga.
Martos, Amador (2015b), La educación cuántica, Corona Borealis, Málaga.
Martos, Amador (2015c), “El activismo cuántico”, en: Martos, La educación cuántica (pp.254-261), Corona Borealis, Málaga.
Puente, I. (2011). “Filosofía oriental y ciencias cognitivas: una introducción”. En: Enrahonar. Quaderns de Filosofia, Nº 47, 15 a 37. Universidad Autónoma de Barcelona, España.
Wilber, Ken (2005), Sexo, Ecología, Espiritualidad,Gaia Ediciones, Madrid.
4 - LA FILOSOFÍA TRANSPERSONAL
LA FILOSOFÍA TRANSPERSONAL COMO UNA HERMENÉUTICA COMPLEMENTARIA A LA EPISTEMOLOGÍA: FUNDAMENTOS PARA UNA EDUCACIÓN TRANSRACIONAL
Artículo científico publicado en la Revista de Investigación Científica Humanística GIRUM de la Universidad Antropológica de Guadalajara (México), año 7, Vol. 14, 2022, pp.11-34, ISSN 2594-2751.
Resumen:
La filosofía transpersonal de Ken Wilber, al aunar ciencia y espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introduce la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Esta investigación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el Espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad.
Esos dos modos de saber así aprehendidos, posibilitan la sanación trascendental del ser humano mediante la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento, y es postulada como asignatura educativa para una educación transracional que implemente la razón con el corazón mediante la meditación. Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental.
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Resumen:
La filosofía transpersonal de Ken Wilber, al aunar ciencia y espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introduce la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Esta investigación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el Espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad.
Esos dos modos de saber así aprehendidos, posibilitan la sanación trascendental del ser humano mediante la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento, y es postulada como asignatura educativa para una educación transracional que implemente la razón con el corazón mediante la meditación. Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental.
Este artículo es una reproducción del capítulo 4-1 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA
El pensador cuántico sabe, como dijera Platón, que “la filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma, entorno al Ser”. ¿Cuáles son las reglas que rigen ese dialogo pensativo? Según el doctor en física Jean-Pierre Garnier Malet, somos receptores y emisores de energía constante, un intercambio de información que permite construir el futuro. Este científico descubrió en 1988 que el tiempo se desdobla. La aplicación científica de esa teoría permite explicar el mecanicismo de los pensamientos o de la vida. Pero afirma algo más: no solo se desdobla el tiempo, sino el ser humano también, siguiendo la pauta de casi todo el universo. Quien desee profundizar en la propuesta de este científico, puede consultar su obra Cambia tu futuro por las aperturas temporales.
Dicho de otro modo, y siguiendo los fundamentos de la física cuántica, cada uno de nosotros tiene “otro yo” con quien intercambiar información, un asombroso postulado científico que da alas al “misticismo cuántico”. Por fin, el materialismo científico ha corregido su miopía. Solo pido que, a partir de ahora, no se hable ya de “misticismo cuántico” sino, propiamente, de filosofía transpersonal. La filosofía transpersonal, aunque no reconocida en el ámbito académico tradicional (1), goza de cada vez más aceptación popular por los sinceros buscadores de verdad. Y el pensador precursor de la filosofía transpersonal es, por antonomasia, Ken Wilber. Así como la historia ha reconocido el mérito de grandes pensadores como Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel, Marx, por citar solo algunos de ellos sobre los que edifico mi pensamiento, en un futuro próximo será inexorable aludir a Ken Wilber como la lumbrera que ha marcado un hito en la historia del pensamiento: busca la unión de la ciencia y la espiritualidad con las experiencias de los místicos mediante un análisis de los elementos comunes a las místicas de Oriente y de Occidente. Su obra intenta integrar la psicoterapia y la espiritualidad.
Las obras de Ken Wilber tratan sobre filosofía, psicología, antropología y religión. Su pensamiento está influido por Huston Smith, Ramana Maharshi, Teilhard de Chardin, Platón, Kant, Hegel y el budismo. Digno es de mencionar que comparte con Teilhard de Chardin la intención de crear una teoría que unifique a la ciencia, el arte y la moral, tres mundos magistralmente diferenciados por Kant mediante sus Tres críticas. En 1998 fundó el Instituto Integral, un centro de estudio para investigar las distintas aplicaciones de lo que denomina un enfoque integral a la ciencia y la sociedad. El pensamiento de Ken Wilber ha sido y es una valiosa aportación en la consolidación de la psicología transpersonal, surgida esta como “cuarta fuerza” de la psicología mediante autores como William James, Carl Jung, Stanislav Grof y Abraham Maslow, por citar solo a los más representativos.
Es importante incidir en que Maslow fue un pionero en establecer un marco de jerarquía de las necesidades humanas más conocido como La pirámide de Maslow. Más allá de la satisfacción de ciertas necesidades como las fisiológicas, las de seguridad, las de aceptación social y autoestima, Maslow postula a las “experiencias cumbre” como una autorrealización en la cima piramidal de la experiencia humana: es la expresión de un profundo amor, entendimiento y felicidad con los que la persona se siente más completa, viva y autosuficiente; también se tiene consciencia de la verdad, la justicia, la armonía y la bondad. Es mediante la experiencia de tales sentimientos como una persona puede lograr la autorrealización o felicidad.
NOTA (1): Destaco la respuesta dada por la Revista Ciencia y Humanidades a la presentación de mi artículo:
"Respetado autor Amador Martos García, reciba un cordial saludo.
Según se le informó en correo pasado, su artículo fue remitido a instancias del Comité Científico de la Revista Ciencia y Humanidades. Dicho Comité está compuesto por más de 50 académicos ubicados en diferentes países de habla hispana, a los cuales se les asignan artículos dependiendo de sus áreas de estudio. Ahora bien, respecto a su artículo en cuestión, a la fecha no se ha podido ubicar un evaluador que posea el conocimiento académico/investigativo necesario para hacer un dictamen justo de dicho texto, por lo que la Revista Ciencia y Humanidades, desde su Comité Editorial en sesión del 5 de junio de 2019, teniendo en cuenta la responsabilidad editorial y científica que atañe a la Revista Ciencia y Humanidades, ha declarado que para el octavo número su artículo no podrá ser teniendo en cuenta debido a los motivos anteriormente expuestos. De antemano pedimos disculpas por cualquier problema causado. Cordialmente."
¿Cómo interpretar dicha respuesta? Ello invita a pensar que 50 académicos y una revista científica no saben prácticamente nada sobre el filósofo contemporáneo por excelencia: Ken Wilber. Tampoco saben nada de psicología transpersonal, ni de filosofía transpersonal, y menos de educación cuántica, y menos aún de educación transracional…. Son neologismos que no han entrado en el sistema académico tradicional. Y por eso no han podido interpretar mi artículo, menos comprenderlo, y ni tan siquiera un atisbo de intención en intentarlo. Lo más fácil es rechazar aquello que no se comprende, en vez de promover la tarea de investigar aquello de lo cual no sabemos. La inquisición religiosa ha sido sustituida por la inquisición racional: la del ego. Pero eso no me detendrá, aunque sea solo para aquellos que gustan de lo que escribo, escribiré para ellos. Les aseguro que no es necesario ser académico para entender el artículo presentado. Basta con un poco de voluntad investigativa.
No obstante lo anterior, es digno resaltar que existe un movimiento transpersonal a escala mundial, del cual cabe destacar estas tres menciones de honor:
- TESIS DE MAESTRÍA DE MARELY FIGUEROA (MÉXICO): UNA VISIÓN TRANSPERSONAL EN LA EDUCACIÓN
- TESIS DOCTORAL DE NOEMÍ SIVERIO (VENEZUELA): PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN
- EXPERIENCIA PIONERA EN EL MUNDO DE LA FILOSOFÍA: EL INSTITUTO ATENEO DE COLIMA (MÉXICO) IMPARTE LA ASIGNATURA DE FILOSOFIA TRANSPERSONAL EN EL GRADO UNIVERSITARIO DE EDUCACIÓN
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El pensador cuántico sabe, como dijera Platón, que “la filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma, entorno al Ser”. ¿Cuáles son las reglas que rigen ese dialogo pensativo? Según el doctor en física Jean-Pierre Garnier Malet, somos receptores y emisores de energía constante, un intercambio de información que permite construir el futuro. Este científico descubrió en 1988 que el tiempo se desdobla. La aplicación científica de esa teoría permite explicar el mecanicismo de los pensamientos o de la vida. Pero afirma algo más: no solo se desdobla el tiempo, sino el ser humano también, siguiendo la pauta de casi todo el universo. Quien desee profundizar en la propuesta de este científico, puede consultar su obra Cambia tu futuro por las aperturas temporales.
Dicho de otro modo, y siguiendo los fundamentos de la física cuántica, cada uno de nosotros tiene “otro yo” con quien intercambiar información, un asombroso postulado científico que da alas al “misticismo cuántico”. Por fin, el materialismo científico ha corregido su miopía. Solo pido que, a partir de ahora, no se hable ya de “misticismo cuántico” sino, propiamente, de filosofía transpersonal. La filosofía transpersonal, aunque no reconocida en el ámbito académico tradicional (1), goza de cada vez más aceptación popular por los sinceros buscadores de verdad. Y el pensador precursor de la filosofía transpersonal es, por antonomasia, Ken Wilber. Así como la historia ha reconocido el mérito de grandes pensadores como Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel, Marx, por citar solo algunos de ellos sobre los que edifico mi pensamiento, en un futuro próximo será inexorable aludir a Ken Wilber como la lumbrera que ha marcado un hito en la historia del pensamiento: busca la unión de la ciencia y la espiritualidad con las experiencias de los místicos mediante un análisis de los elementos comunes a las místicas de Oriente y de Occidente. Su obra intenta integrar la psicoterapia y la espiritualidad.
Las obras de Ken Wilber tratan sobre filosofía, psicología, antropología y religión. Su pensamiento está influido por Huston Smith, Ramana Maharshi, Teilhard de Chardin, Platón, Kant, Hegel y el budismo. Digno es de mencionar que comparte con Teilhard de Chardin la intención de crear una teoría que unifique a la ciencia, el arte y la moral, tres mundos magistralmente diferenciados por Kant mediante sus Tres críticas. En 1998 fundó el Instituto Integral, un centro de estudio para investigar las distintas aplicaciones de lo que denomina un enfoque integral a la ciencia y la sociedad. El pensamiento de Ken Wilber ha sido y es una valiosa aportación en la consolidación de la psicología transpersonal, surgida esta como “cuarta fuerza” de la psicología mediante autores como William James, Carl Jung, Stanislav Grof y Abraham Maslow, por citar solo a los más representativos.
Es importante incidir en que Maslow fue un pionero en establecer un marco de jerarquía de las necesidades humanas más conocido como La pirámide de Maslow. Más allá de la satisfacción de ciertas necesidades como las fisiológicas, las de seguridad, las de aceptación social y autoestima, Maslow postula a las “experiencias cumbre” como una autorrealización en la cima piramidal de la experiencia humana: es la expresión de un profundo amor, entendimiento y felicidad con los que la persona se siente más completa, viva y autosuficiente; también se tiene consciencia de la verdad, la justicia, la armonía y la bondad. Es mediante la experiencia de tales sentimientos como una persona puede lograr la autorrealización o felicidad.
NOTA (1): Destaco la respuesta dada por la Revista Ciencia y Humanidades a la presentación de mi artículo:
"Respetado autor Amador Martos García, reciba un cordial saludo.
Según se le informó en correo pasado, su artículo fue remitido a instancias del Comité Científico de la Revista Ciencia y Humanidades. Dicho Comité está compuesto por más de 50 académicos ubicados en diferentes países de habla hispana, a los cuales se les asignan artículos dependiendo de sus áreas de estudio. Ahora bien, respecto a su artículo en cuestión, a la fecha no se ha podido ubicar un evaluador que posea el conocimiento académico/investigativo necesario para hacer un dictamen justo de dicho texto, por lo que la Revista Ciencia y Humanidades, desde su Comité Editorial en sesión del 5 de junio de 2019, teniendo en cuenta la responsabilidad editorial y científica que atañe a la Revista Ciencia y Humanidades, ha declarado que para el octavo número su artículo no podrá ser teniendo en cuenta debido a los motivos anteriormente expuestos. De antemano pedimos disculpas por cualquier problema causado. Cordialmente."
¿Cómo interpretar dicha respuesta? Ello invita a pensar que 50 académicos y una revista científica no saben prácticamente nada sobre el filósofo contemporáneo por excelencia: Ken Wilber. Tampoco saben nada de psicología transpersonal, ni de filosofía transpersonal, y menos de educación cuántica, y menos aún de educación transracional…. Son neologismos que no han entrado en el sistema académico tradicional. Y por eso no han podido interpretar mi artículo, menos comprenderlo, y ni tan siquiera un atisbo de intención en intentarlo. Lo más fácil es rechazar aquello que no se comprende, en vez de promover la tarea de investigar aquello de lo cual no sabemos. La inquisición religiosa ha sido sustituida por la inquisición racional: la del ego. Pero eso no me detendrá, aunque sea solo para aquellos que gustan de lo que escribo, escribiré para ellos. Les aseguro que no es necesario ser académico para entender el artículo presentado. Basta con un poco de voluntad investigativa.
No obstante lo anterior, es digno resaltar que existe un movimiento transpersonal a escala mundial, del cual cabe destacar estas tres menciones de honor:
- TESIS DE MAESTRÍA DE MARELY FIGUEROA (MÉXICO): UNA VISIÓN TRANSPERSONAL EN LA EDUCACIÓN
- TESIS DOCTORAL DE NOEMÍ SIVERIO (VENEZUELA): PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN
- EXPERIENCIA PIONERA EN EL MUNDO DE LA FILOSOFÍA: EL INSTITUTO ATENEO DE COLIMA (MÉXICO) IMPARTE LA ASIGNATURA DE FILOSOFIA TRANSPERSONAL EN EL GRADO UNIVERSITARIO DE EDUCACIÓN
Este artículo es una reproducción del capítulo 3-6 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA
Como se puede apreciar, la actual crisis mundial no solo es económica, social y política sino, eminentemente, intelectual y espiritual. Hay un problema pensativo todavía no resuelto en la historia del pensamiento y, por tanto, el problema es eminentemente filosófico y no científico. Sin embargo, nunca como ahora la filosofía está siendo denostada, arrinconada, como si careciera de capacidad para la resolución de problemas. No obstante, más que nunca, hay que reflexionar para determinar cómo sanar al ego fragmentado y disociado de la colectividad, una enfermedad que colea desde que Kant diferenció esos tres mundos –“ello” (ciencia), “yo” (conciencia) y “nosotros” (moral)-. Dicen que la filosofía insuperable es la de Marx, y por eso está siendo recuperado su pensamiento; sin embargo, el verdadero pensamiento que no ha sido superado es el kantiano, porque todavía estamos en puertas de poder cumplir colectivamente con su imperativo categórico como un remedio seguro a la actual miseria humana. Y si nos remontamos más atrás, habrá que recuperar, cómo no, a Platón. Así, habrá que estar de acuerdo con Whitehead cuando afirmara que la filosofía occidental es una esmerada nota a pie de página en la obra de Platón.
Tal es mi lectura e interpretación de la historia de la filosofía, y de ahí la intencionalidad de La educación cuántica como un nuevo paradigma de conocimiento integrador de la ciencia con la filosofía perenne. Aunque los más estrafalarios pensadores aluden al Calendario Maya como causante del cambio espiritual por venir, la postura de este filósofo es que la humanidad se halla ante un incipiente segundo renacimiento, pues se necesita urgentemente de un revisionismo no solo intelectual, científico, social, psicológico, político y educacional, sino un revisionismo en profundidad de la historia universal. Así como Descartes rescató la razón de la fe, nos toca ahora rescatar la razón del ego plutocrático, para reorientarla hacia el espíritu.
En suma, a partir del “cogito” cartesiano, la razón se despeño por el sendero del materialismo (ello), ganándole así el puesto al idealismo (yo) , una eterna lucha de contrarios en el lenguaje de Heráclito. Sin embargo, con las “astucias de la razón” y “la burla de la historia” en palabras de Hegel (1) , el materialismo científico, ahora, debe hacer un acto de constricción, muy a pesar suyo, para ceder el paso al idealismo, a los valores universales que no se pueden ver bajo un microscopio o un telescopio, sino en la profundidad de todo ser humano. De ahí la necesidad de La educación cuántica, para explicar pedagógicamente todo ello. Hay que explicar de una vez por todas que, de un modo filosófico, el materialismo científico se ha atascado con la física cuántica, quien remite al propio sujeto como objeto de conocimiento, de ahí el surgimiento del “misticismo cuántico”. ¿Están estos equivocados? Para nada, estos activistas cuánticos son la avanzadilla de tantos cambios que están por venir en las instancias sociales, económicas, políticas, intelectuales y espirituales, pero, eminentemente en la conciencia de las personas. En definitiva, todo un cambio de paradigma pensativo que dejará moribundo este viejo mundo para abrazar un nuevo mundo por llegar. El “misticismo cuántico”, más pronto que tarde, deberá ser rehabilitado históricamente como filosofía transpersonal, un objetivo pretendido por La educación cuántica.
Porque la historia solo la escriben los hombres, y mujeres, que se atreven a pensar más allá de su contemporaneidad, en la profundidad de las ideas por descubrir, en la búsqueda de la libertad secuestrada, porque al decir del psiquiatra y filósofo alemán Kart Jaspers: “Ser hombre es ser libre. El sentido de la historia es que nos convirtamos en hombres”. Y para tal fin humanístico, no solo hay que hacer pedagogía educacional, sino también pedagogía epistemológica, filosófica, psicológica e histórica, como se podrá apreciar de un modo hermenéutico en esta obra.
El término “hermenéutica” significa “interpretar”, “esclarecer” y “traducir”, es decir, cuando alguna cosa se vuelve comprensible o lleva a la comprensión, un objetivo pretendido por La educación cuántica mediante el revisionismo de la historia del pensamiento. La humanidad ha tocado fondo en su dialéctica materialista y necesita urgentemente repensarse a sí misma, como postula la filosofía transpersonal: es el actual encontronazo intelectual entre el materialismo científico y el “misticismo cuántico”. Vuelvo a insistir: quizá ha llegado el momento de explorar un mundo que la ciencia está empezando a descubrir; quizá ha llegado el momento de explorar la mente infinita; quizá ha llegado el momento de trascender en nuestra mente cuántica. Pero también ha llegado el momento de descubrir las reglas que rigen el pensamiento más allá de la razón, un pensamiento transracional que aúna la racionalidad con la espiritualidad: la filosofía transpersonal.
NOTA (1) : La filosofía de la historia de Hegel está marcada por los conceptos de las “astucias de la razón” y la “burla de la historia”: la historia conduce a los hombres que creen conducirse a sí mismos, como individuos y como sociedades, y castiga sus pretensiones de modo que la historia-mundo se burla de ellos produciendo resultados exactamente contrarios, paradójicos, a los pretendidos por sus autores, aunque finalmente la historia se reordena y, en un bucle fantástico, retrocede sobre sí misma y con su burla y paradoja sarcástica, convertida en mecanismo de cifrado, crea también ella misma, sin quererlo, realidades y símbolos ocultos al mundo y accesibles solo a los cognoscentes, es decir, a aquellos que quieren conocer.
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Como se puede apreciar, la actual crisis mundial no solo es económica, social y política sino, eminentemente, intelectual y espiritual. Hay un problema pensativo todavía no resuelto en la historia del pensamiento y, por tanto, el problema es eminentemente filosófico y no científico. Sin embargo, nunca como ahora la filosofía está siendo denostada, arrinconada, como si careciera de capacidad para la resolución de problemas. No obstante, más que nunca, hay que reflexionar para determinar cómo sanar al ego fragmentado y disociado de la colectividad, una enfermedad que colea desde que Kant diferenció esos tres mundos –“ello” (ciencia), “yo” (conciencia) y “nosotros” (moral)-. Dicen que la filosofía insuperable es la de Marx, y por eso está siendo recuperado su pensamiento; sin embargo, el verdadero pensamiento que no ha sido superado es el kantiano, porque todavía estamos en puertas de poder cumplir colectivamente con su imperativo categórico como un remedio seguro a la actual miseria humana. Y si nos remontamos más atrás, habrá que recuperar, cómo no, a Platón. Así, habrá que estar de acuerdo con Whitehead cuando afirmara que la filosofía occidental es una esmerada nota a pie de página en la obra de Platón.
Tal es mi lectura e interpretación de la historia de la filosofía, y de ahí la intencionalidad de La educación cuántica como un nuevo paradigma de conocimiento integrador de la ciencia con la filosofía perenne. Aunque los más estrafalarios pensadores aluden al Calendario Maya como causante del cambio espiritual por venir, la postura de este filósofo es que la humanidad se halla ante un incipiente segundo renacimiento, pues se necesita urgentemente de un revisionismo no solo intelectual, científico, social, psicológico, político y educacional, sino un revisionismo en profundidad de la historia universal. Así como Descartes rescató la razón de la fe, nos toca ahora rescatar la razón del ego plutocrático, para reorientarla hacia el espíritu.
En suma, a partir del “cogito” cartesiano, la razón se despeño por el sendero del materialismo (ello), ganándole así el puesto al idealismo (yo) , una eterna lucha de contrarios en el lenguaje de Heráclito. Sin embargo, con las “astucias de la razón” y “la burla de la historia” en palabras de Hegel (1) , el materialismo científico, ahora, debe hacer un acto de constricción, muy a pesar suyo, para ceder el paso al idealismo, a los valores universales que no se pueden ver bajo un microscopio o un telescopio, sino en la profundidad de todo ser humano. De ahí la necesidad de La educación cuántica, para explicar pedagógicamente todo ello. Hay que explicar de una vez por todas que, de un modo filosófico, el materialismo científico se ha atascado con la física cuántica, quien remite al propio sujeto como objeto de conocimiento, de ahí el surgimiento del “misticismo cuántico”. ¿Están estos equivocados? Para nada, estos activistas cuánticos son la avanzadilla de tantos cambios que están por venir en las instancias sociales, económicas, políticas, intelectuales y espirituales, pero, eminentemente en la conciencia de las personas. En definitiva, todo un cambio de paradigma pensativo que dejará moribundo este viejo mundo para abrazar un nuevo mundo por llegar. El “misticismo cuántico”, más pronto que tarde, deberá ser rehabilitado históricamente como filosofía transpersonal, un objetivo pretendido por La educación cuántica.
Porque la historia solo la escriben los hombres, y mujeres, que se atreven a pensar más allá de su contemporaneidad, en la profundidad de las ideas por descubrir, en la búsqueda de la libertad secuestrada, porque al decir del psiquiatra y filósofo alemán Kart Jaspers: “Ser hombre es ser libre. El sentido de la historia es que nos convirtamos en hombres”. Y para tal fin humanístico, no solo hay que hacer pedagogía educacional, sino también pedagogía epistemológica, filosófica, psicológica e histórica, como se podrá apreciar de un modo hermenéutico en esta obra.
El término “hermenéutica” significa “interpretar”, “esclarecer” y “traducir”, es decir, cuando alguna cosa se vuelve comprensible o lleva a la comprensión, un objetivo pretendido por La educación cuántica mediante el revisionismo de la historia del pensamiento. La humanidad ha tocado fondo en su dialéctica materialista y necesita urgentemente repensarse a sí misma, como postula la filosofía transpersonal: es el actual encontronazo intelectual entre el materialismo científico y el “misticismo cuántico”. Vuelvo a insistir: quizá ha llegado el momento de explorar un mundo que la ciencia está empezando a descubrir; quizá ha llegado el momento de explorar la mente infinita; quizá ha llegado el momento de trascender en nuestra mente cuántica. Pero también ha llegado el momento de descubrir las reglas que rigen el pensamiento más allá de la razón, un pensamiento transracional que aúna la racionalidad con la espiritualidad: la filosofía transpersonal.
NOTA (1) : La filosofía de la historia de Hegel está marcada por los conceptos de las “astucias de la razón” y la “burla de la historia”: la historia conduce a los hombres que creen conducirse a sí mismos, como individuos y como sociedades, y castiga sus pretensiones de modo que la historia-mundo se burla de ellos produciendo resultados exactamente contrarios, paradójicos, a los pretendidos por sus autores, aunque finalmente la historia se reordena y, en un bucle fantástico, retrocede sobre sí misma y con su burla y paradoja sarcástica, convertida en mecanismo de cifrado, crea también ella misma, sin quererlo, realidades y símbolos ocultos al mundo y accesibles solo a los cognoscentes, es decir, a aquellos que quieren conocer.
Este artículo es una reproducción del capítulo 3-2 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA
En ese orden de importancia, es un deber también citar al doctor en Física teórica por la Universidad de Viena, Fritjof Capra, autor de la obra El Tao de la física, un best seller que supuso el punto de partida de numerosas publicaciones sobre la interrelación entre el universo descubierto por la física moderna y el misticismo antiguo, principalmente oriental. Capra considera que, en el intento por comprender el misterio de la vida, el ser humano ha seguido diferentes caminos, entre ellos el del científico y el del místico. Fritjof Capra plantea que los conceptos de la física moderna llevan a una visión del mundo muy similar a la de los místicos de todas las épocas y tradiciones. La finalidad de la obra El Tao de la física es explorar la relación entre tales conceptos, motivado por la creencia de que los temas básicos que utiliza para comparar la física con el misticismo serán confirmados, más que invalidados por futuras investigaciones: un objetivo pretendido por La educación cuántica.
Hay una retahíla de científicos, muchos de ellos físicos, cuyos pensamientos han sido peyorativamente catalogados en el “misticismo cuántico”: es toda una afrenta al genuino pensador místico por parte del materialismo científico. Recordemos en este sentido que la dicotomía entre ciencia y misticismo son dos modos de saber, como ha argumentado Ken Wilber en su obra El espectro de la conciencia. El gran mérito de los mal llamados “místicos cuánticos” es haber integrado la racionalidad con la espiritualidad, un racionalismo espiritual adoptado como filosofía transpersonal, en contraposición a la filosofía tradicional del pensamiento occidental, y que ha desembocado en la disciplina “transpersonal” como “cuarta fuerza” de la psicología. Dicho pensamiento tiene su máximo exponente científico-filosófico en la obra Sexo, Ecología, Espiritualidad de Ken Wilber. Sin embargo, existen iniciativas desde el ámbito de la psicología académica para integrar lo “transpersonal” como objeto de estudio serio y científico, como acredita la revista Journal of Transpersonal Research, integrada en la Asociación Transpersonal Europea (EUROTAS). En el ámbito universitario, es digna de mención la tesis doctoral de Iker Puente titulada Complejidad y psicología transpersonal: Caos y autoorganización en psicoterapia, encuadrada dentro del programa de doctorado “Percepción, Comunicación y Tiempo” del departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación, en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Los escépticos no deberían intentar desacreditar las ideas del que escribe esto sin antes probar una embestida intelectual hacia Ken Wilber, un prolífico pensador que ha sido comparado, ni más ni menos, que con Kant. Todo un reto para el movimiento escéptico por denostar un racionalismo espiritual que, ahora, tiene su máximo exponente epistemológico con la viabilidad de La educación cuántica como nuevo paradigma de conocimiento, y que de un modo pedagógico busca el empoderamiento del ser humano más allá de las creencias establecidas tal como pretende el físico y profesor Carlos González así como las conocidas como escuelas activas.
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En ese orden de importancia, es un deber también citar al doctor en Física teórica por la Universidad de Viena, Fritjof Capra, autor de la obra El Tao de la física, un best seller que supuso el punto de partida de numerosas publicaciones sobre la interrelación entre el universo descubierto por la física moderna y el misticismo antiguo, principalmente oriental. Capra considera que, en el intento por comprender el misterio de la vida, el ser humano ha seguido diferentes caminos, entre ellos el del científico y el del místico. Fritjof Capra plantea que los conceptos de la física moderna llevan a una visión del mundo muy similar a la de los místicos de todas las épocas y tradiciones. La finalidad de la obra El Tao de la física es explorar la relación entre tales conceptos, motivado por la creencia de que los temas básicos que utiliza para comparar la física con el misticismo serán confirmados, más que invalidados por futuras investigaciones: un objetivo pretendido por La educación cuántica.
Hay una retahíla de científicos, muchos de ellos físicos, cuyos pensamientos han sido peyorativamente catalogados en el “misticismo cuántico”: es toda una afrenta al genuino pensador místico por parte del materialismo científico. Recordemos en este sentido que la dicotomía entre ciencia y misticismo son dos modos de saber, como ha argumentado Ken Wilber en su obra El espectro de la conciencia. El gran mérito de los mal llamados “místicos cuánticos” es haber integrado la racionalidad con la espiritualidad, un racionalismo espiritual adoptado como filosofía transpersonal, en contraposición a la filosofía tradicional del pensamiento occidental, y que ha desembocado en la disciplina “transpersonal” como “cuarta fuerza” de la psicología. Dicho pensamiento tiene su máximo exponente científico-filosófico en la obra Sexo, Ecología, Espiritualidad de Ken Wilber. Sin embargo, existen iniciativas desde el ámbito de la psicología académica para integrar lo “transpersonal” como objeto de estudio serio y científico, como acredita la revista Journal of Transpersonal Research, integrada en la Asociación Transpersonal Europea (EUROTAS). En el ámbito universitario, es digna de mención la tesis doctoral de Iker Puente titulada Complejidad y psicología transpersonal: Caos y autoorganización en psicoterapia, encuadrada dentro del programa de doctorado “Percepción, Comunicación y Tiempo” del departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación, en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Los escépticos no deberían intentar desacreditar las ideas del que escribe esto sin antes probar una embestida intelectual hacia Ken Wilber, un prolífico pensador que ha sido comparado, ni más ni menos, que con Kant. Todo un reto para el movimiento escéptico por denostar un racionalismo espiritual que, ahora, tiene su máximo exponente epistemológico con la viabilidad de La educación cuántica como nuevo paradigma de conocimiento, y que de un modo pedagógico busca el empoderamiento del ser humano más allá de las creencias establecidas tal como pretende el físico y profesor Carlos González así como las conocidas como escuelas activas.
Este artículo es una reproducción del capítulo 3-1 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA
En el ámbito de la filosofía también tenemos nuestros propios contrarios: la filosofía transpersonal -cuyo emblemático embajador es Ken Wilber - en contraposición a la filosofía tradicional (como siempre, los contrarios de Heráclito). Por filosofía tradicional debe entenderse el cuerpo de conocimientos que se iniciaron con la filosofía moderna hasta llegar a la postmodernidad y concluyeron en la filosofía contemporánea. La filosofía tradicional es una contraposición historicista por trascender mediante la reciente filosofía transpersonal propugnada por Ken Wilber. Esta filosofía tradicional ha desembocado en el pensamiento único neoliberal que ha secuestrado a la racionalidad colectiva expresada en las democracias occidentales, sometiéndolas a una plutocracia.
La anterior reflexión conlleva una grave consecuencia cultural que pasa desapercibida para la mayoría de ignorantes en estos lares intelectuales: del mismo modo que la filosofía escolástica supeditó la razón a la fe, el economicismo neoliberal ha sometido la razón al servicio de la fe ciega en los mercados; sin embargo, la filosofía transpersonal, al reincorporar la espiritualidad en la razón humana, es una renovada visión y una superación paradigmática de la filosofía tradicional. Del mismo modo, dicha profundidad pensativa también está presente en La educación cuántica, un emergente contrario a la educación tradicional, en mi opinión, obsoleta esta última como garante de una necesaria regeneración humana. Pero no solo debemos hablar de La educación cuántica y de la filosofía transpersonal, sino que es menester recordar que, frente a la psicología tradicional, se está irguiendo, una vez más, otro contrario, a saber, la psicología transpersonal como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista.
Así, la esencia defendida en mis postulados filosóficos es que la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal se constituyen en un asesoramiento filosófico como ejercicio científico sobre la conciencia y contemplado como un nuevo paradigma de conocimiento en La educación cuántica. La filosofía transpersonal y psicología transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento apenas han surgido hace algunas décadas, mayormente popularizado por las obras de Ken Wilber, entre otros. Sin embargo, hay una tendencia peyorativa a considerar dicho paradigma como un “misticismo cuántico”, en referencia a la combinación de los conceptos del misticismo oriental y la física cuántica, encuadrando ese pensamiento como una creencia pseudocientífica por parte del ortodoxo materialismo científico.
Los escépticos hablan de “charlatán cuántico” para descartar la creencia de que la teoría cuántica aprueba creencias místicas. Sin embargo, el misticismo -tanto oriental como occidental- está inherentemente relacionado a la física cuántica tal como queda acreditado por cada vez más científicos, como se ha visto y se verá. De un modo imperceptible para la mayoría, la humanidad se halla ante una fusión entre la espiritualidad oriental y la racionalidad occidental, magníficamente integradas por Ken Wilber en un sistema de pensamiento que ha sido traducido a más de veinte idiomas y cuyas obras han vendido millones de ejemplares.
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En el ámbito de la filosofía también tenemos nuestros propios contrarios: la filosofía transpersonal -cuyo emblemático embajador es Ken Wilber - en contraposición a la filosofía tradicional (como siempre, los contrarios de Heráclito). Por filosofía tradicional debe entenderse el cuerpo de conocimientos que se iniciaron con la filosofía moderna hasta llegar a la postmodernidad y concluyeron en la filosofía contemporánea. La filosofía tradicional es una contraposición historicista por trascender mediante la reciente filosofía transpersonal propugnada por Ken Wilber. Esta filosofía tradicional ha desembocado en el pensamiento único neoliberal que ha secuestrado a la racionalidad colectiva expresada en las democracias occidentales, sometiéndolas a una plutocracia.
La anterior reflexión conlleva una grave consecuencia cultural que pasa desapercibida para la mayoría de ignorantes en estos lares intelectuales: del mismo modo que la filosofía escolástica supeditó la razón a la fe, el economicismo neoliberal ha sometido la razón al servicio de la fe ciega en los mercados; sin embargo, la filosofía transpersonal, al reincorporar la espiritualidad en la razón humana, es una renovada visión y una superación paradigmática de la filosofía tradicional. Del mismo modo, dicha profundidad pensativa también está presente en La educación cuántica, un emergente contrario a la educación tradicional, en mi opinión, obsoleta esta última como garante de una necesaria regeneración humana. Pero no solo debemos hablar de La educación cuántica y de la filosofía transpersonal, sino que es menester recordar que, frente a la psicología tradicional, se está irguiendo, una vez más, otro contrario, a saber, la psicología transpersonal como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista.
Así, la esencia defendida en mis postulados filosóficos es que la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal se constituyen en un asesoramiento filosófico como ejercicio científico sobre la conciencia y contemplado como un nuevo paradigma de conocimiento en La educación cuántica. La filosofía transpersonal y psicología transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento apenas han surgido hace algunas décadas, mayormente popularizado por las obras de Ken Wilber, entre otros. Sin embargo, hay una tendencia peyorativa a considerar dicho paradigma como un “misticismo cuántico”, en referencia a la combinación de los conceptos del misticismo oriental y la física cuántica, encuadrando ese pensamiento como una creencia pseudocientífica por parte del ortodoxo materialismo científico.
Los escépticos hablan de “charlatán cuántico” para descartar la creencia de que la teoría cuántica aprueba creencias místicas. Sin embargo, el misticismo -tanto oriental como occidental- está inherentemente relacionado a la física cuántica tal como queda acreditado por cada vez más científicos, como se ha visto y se verá. De un modo imperceptible para la mayoría, la humanidad se halla ante una fusión entre la espiritualidad oriental y la racionalidad occidental, magníficamente integradas por Ken Wilber en un sistema de pensamiento que ha sido traducido a más de veinte idiomas y cuyas obras han vendido millones de ejemplares.