"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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IX JORNADAS PSICOLOGÍA TRANSPERSONAL Y ESPIRITUALIDAD: + ALLÁ DEL EGO

Congreso celebrado el 24 y 25 de febrero de 2023 en el Salón de Actos de la Facultad de Medicina, Zaragoza (España).

Organizan:

-La Asociación Transpersonal Iberoamericana
-La Cátedra World Happiness Foundation de Ciencias Contemplativas
-La Universidad de Zaragoza

Vídeos de todo el congreso en 4 partes:

1- IX Jornadas PT Viernes mañana

2- IX Jornadas PT Viernes tarde

3- IX Jornadas PT Sábado mañana

4- IX Jornadas PT Sábado tarde

Nota de este autor:

La psicología transpersonal también tiene repercusión en la educación y, a tal efecto, la filosofía transpersonal incursiona en el sistema educativo transpersonal
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Conciencia de unidad

LA CONCIENCIA DE UNIDAD

Este artículo está reproducido como nota número 47 en la obra FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y EDUCACIÓN TRANSRACIONAL

Este artículo también está reproducido en la nota 98 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Este artículo también está reproducido en el capítulo 7 de la segunda parte de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD

Un ejemplo de La conciencia de unidad mediante el amor a la música.

Ken Wilber (1985: 183-208) en La conciencia sin fronteras, argumenta que la conciencia de unidad es conciencia del momento intemporal, está totalmente presente en el ahora, y como es obvio, no hay manera de alcanzar el ahora, de llegar a lo que ya es. En efecto, la iluminación resplandece en toda su claridad en este momento y en todos los demás. No hay sendero hacia la conciencia de unidad pues no se trata de una experiencia entre otras, no es una experiencia que se oponga a una experiencia ínfima, sino más bien la experiencia presente. ¿Y cómo se puede entrar en contacto con la experiencia presente?

Los verdaderos sabios proclaman que no hay sendero hacia el Absoluto, no hay camino para alcanzar la conciencia de unidad. Al parecer, nuestra dificultad es la misma que la del individuo que va saltando de ola en ola en busca de la acuosidad. No nos aquietamos durante el tiempo suficiente para entender nuestra condición presente, y al buscar en otra parte, en realidad nos apartamos de la respuesta. Nuestra búsqueda misma, nuestro propio deseo, nos impide el descubrimiento. En otras palabras, siempre estamos intentando apartarnos de la experiencia presente, cuando en realidad esta experiencia es la que siempre constituye la clave de nuestra búsqueda: en lugar de buscar la respuesta lo que hacemos es huir de ella. He aquí la gran paradoja de la conciencia de unidad: no se puede hacer nada para conseguirla, y creo que esto, por el momento, está totalmente claro.

Llegamos así a un punto esencial de las principales tradiciones místicas, a saber, que hay condiciones especiales apropiadas, pero no necesarias, para la realización de la conciencia de unidad. Y además, estas condiciones no conducen a la conciencia de unidad, sino que ellas mismas son una expresión de la conciencia de unidad. La conciencia de unidad no es un estado futuro que resulte de alguna práctica, porque la conciencia de unidad está eternamente presente. La conciencia de unidad es nuestra “iluminación original”, original no porque haya ocurrido en tiempos pasados, sino porque es el origen y fundamento de este instante. La iluminación es el origen de la firma presente y la práctica espiritual es el movimiento o actividad de este origen. La verdadera práctica espiritual surge de la iluminación, no va hacia ella.

Pero lo anterior plantea una cuestión. ¿Por qué, entonces, debemos practicar, si ya tenemos la naturaleza búdica, la iluminación original o el Cristo interior? Lo verdaderamente importante es que ejercitar las condiciones especiales de la práctica espiritual es una expresión apropiada de la conciencia de unidad. A medida que una persona va ejercitando las condiciones especiales de una práctica espiritual, empieza a darse cuenta, cada vez con mayor claridad y certidumbre, de un hecho exasperante, pero inconfundible: nadie quiere la conciencia de unidad. En términos teológicos, estamos siempre resistiéndonos a la presencia de Dios, que no es otra cosa que el presente total, en todas sus formas. Si le disgusta algún aspecto de la vida es que hay algún aspecto de la conciencia de unidad al cual está resistiéndose. Así, activamente aunque en secreto, negamos la conciencia de unidad y nos resistimos a ella. La comprensión de esta resistencia es la clave fundamental para la iluminación. En realidad, cada nivel importante del espectro de conciencia está constituido de un modo particular de resistencia. Al analizar el descenso desde el nivel de la persona al nivel del ego, lo primero con que tropezamos fue la resistencia a la sombra. Por eso Freud, investigador genial de la sombra, escribió: “Toda la teoría psicoanalítica se asienta, en efecto, en la percepción de la resistencia que ejerce el paciente cuando intentamos hacer que tome conciencia de su inconsciente”. Lo que confunde especialmente al individuo atrapado en esta resistencia, es que él, como persona, no cree, sinceramente, ofrecer resistencia. Lo hace de una manera por entero inconsciente.

Ese fue el primer tipo de resistencia que descubrimos. La persona se resiste a la sombra, con lo que impide el descubrimiento y la emergencia de un ego preciso. Y cuando descendemos al siguiente nivel importante del espectro de la conciencia, nos encontramos con que el propio ego exhibe una resistencia: la del ego a la atención sensible del centauro. Esta resistencia es en parte una incapacidad de mantener la percepción verdaderamente centrada en el presente (o atención sensible) durante el tiempo que sea. Como la percepción consciente del centauro se asienta en el presente pasajero, la resistencia del ego al centauro es una resistencia al aquí y ahora inmediato. Empezamos así a ver que cada nivel del espectro se caracteriza, entre otras muchas cosas, por una manera distinta de resistencia: en el nivel de la persona, nos resistíamos a la unidad con la sombra en todas sus formas; en el nivel del ego, nos resistíamos a la unidad con el centauro y a todas sus cualidades; y extendiéndonos hasta las bandas transpersonales, encontramos la resistencia fundamental y primordial: la resistencia a la conciencia de unidad. Así, nos encontramos de nuevo en el punto que nos importa: mediante las prácticas espirituales apropiadas, empezamos a aprender exactamente de qué manera nos resistimos a la conciencia de unidad. La práctica espiritual hace que esta resistencia fundamental aflore a la superficie de nuestra conciencia y comenzamos a ver que en realidad no queremos la conciencia de unidad, sino que estamos siempre eludiéndola. Ver nuestra resistencia a la conciencia de unidad es ser capaz, por primera vez, de enfrentarnos con ella y, finalmente, de desprendernos de ella, con lo que apartaremos el obstáculo secreto a nuestra propia liberación.

Mientras que no veamos exactamente de qué manera nos resistimos a la conciencia de unidad, todos nuestros esfuerzos por “alcanzarla” serán en vano, pues lo que tratamos de alcanzar es también aquello a lo que, inconscientemente, ofrecemos resistencia y tratamos de impedir. Nos resistimos secretamente a la conciencia de unidad, fabricamos de manera encubierta los “síntomas” de la no-iluminación, de la misma manera que producíamos en secreto todos nuestros demás síntomas en los diferentes niveles del espectro. Y el hecho de entenderlo así puede proporcionar un atisbo de la conciencia de unidad, porque aquello que ve la resistencia está, en sí mismo, libre de resistencia.

La resistencia primaria, como las demás resistencia que operan en toda la extensión del espectro, no es algo que nos sucede, ni que sucedió en el pasado, ni tampoco nada que sucede sin nuestro consentimiento. Es más bien una actividad presente, algo que estamos haciendo sin darnos cuenta, y esta actividad primaria es la que tiende a bloquear la conciencia de unidad. Brevemente enunciado, es una falta de disposición global a mirarlo todo, tal como es, en este momento. En concreto, en este presente hay algo que no queremos mirar. Tenemos, pues, una mala disposición global a mirarlo todo, en conjunto, exactamente tal como es, en este momento. Tendemos a desviar la vista, a retirar la atención de lo que es, a evitar el presente en todas sus formas. Y como tendemos a mirar hacia otra parte, tendemos a movernos hacia otra parte, a apartarnos. Con esta resistencia sutil, con ese mirar y movernos hacia otra parte, parece que bloqueamos la conciencia de unidad, que “perdemos” nuestra verdadera naturaleza. Y esta “perdida” de la conciencia de unidad nos arroja a un mundo de demarcaciones, espacio, tiempo, sufrimiento y mortalidad.

De modo que aunque lo único que desea fundamentalmente el individuo es la conciencia de unidad, lo único que siempre hace es resistirse a ella. Siempre estamos en busca de la conciencia de unidad, pero de tal manera que siempre obstaculizamos el descubrimiento: buscamos la conciencia de unidad apartándonos del presente. Imaginamos que, de alguna manera, este presente no está bien del todo, no es exactamente lo que queremos, y por eso no descansamos globalmente en él, sino que empezamos a apartarnos de él hacia lo que imaginamos que será un presente nuevo y mejor. En otras palabras, empezamos a saltar olas, a movernos en el espacio y en el tiempo para asegurarnos una ola fundamental y definitiva, la que finalmente extinga nuestra sed, la que nos dé por fin “acuosidad”. Al buscar la acuosidad en la próxima ola de experiencias, nos la perdemos siempre en la ola presente. Buscar eternamente es errar eternamente.

En el momento en que nos resistimos al único mundo de la experiencia presente, necesariamente lo dividimos en una experiencia interior, que sentimos como el que ve, experimenta y actúa, opuesto a una experiencia externa, que sentimos como lo que vemos y experimentamos, como aquello sobre lo cual actuamos. Nuestro mundo se escinde en dos, y entre lo que uno es, el que experimenta, y lo que uno no es, lo experimentado, se establece una demarcación ilusoria. La evolución del espectro ha comenzado: se ha iniciado la guerra de los opuestos. Apartarse continuamente del presente global implica que hay un futuro que aceptará este movimiento. Nos apartamos porque imaginamos la existencia de otro tiempo hacia el cual podemos movernos. Apartarse es, por tanto, un mero moverse en el tiempo. En realidad, es crear tiempo, pues al apartarnos de la experiencia intemporal y presente (o más bien, al intentar apartarnos), generamos la ilusión de que, de alguna manera, la experiencia misma pasa junto a nosotros. Mediante nuestra resistencia, el presente global y eterno se reduce al presente fugitivo. Por tanto, apartarse es crear un antes y un después, un punto de partida en el pasado, desde donde nos movemos, y un puerto de destino en el futuro, hacia el cual nos movemos. Nuestro presente se reduce al movimiento, a la huida silenciosa. Nuestros momentos pasan.

Desde cualquier ángulo que se mire, apartarnos es separarnos de la experiencia presente y proyectarnos en el tiempo, la historia, el destino y la muerte. Esta es, pues, nuestra resistencia primaria: la mala disposición a contemplar la experiencia, como un todo, tal como es, en este momento. Esta resistencia global es lo que se descubre, y luego se frustra, con las condiciones especiales de la práctica espiritual. Cuando una persona asume las condiciones, empieza a darse cuenta de que siempre está apartándose del presente global. Comienza a ver que al apartarse siempre, no hace más que resistirse e impedir la conciencia de unidad… o la voluntad de Dios, el fluir del Tao, el amor del Gurú o la iluminación original. De cualquier manera que lo llame, se resiste a su presente. Mira hacia otra parte, se va hacia otro lado y, por consiguiente, sufre.

Llegado a este punto, las cosas parecen realmente desalentadoras. El individuo no parece ser más que una trampa montada para atraparse perpetuamente a sí mismo. Se inicia la noche oscura del alma, y parece como si la luz de la conciencia le diera la espalda hasta desaparecer sin dejar rastro alguno. Todo parece perdido, y en cierto sentido, lo está. La oscuridad sigue a la oscuridad, el vacío conduce al vacío, la medianoche se eterniza. En este punto mismo donde absolutamente todo parece desacertado, todo se arregla de un modo espontáneo. Cuando el individuo ve realmente que todo movimiento que haga es un apartarse, una resistencia, el mecanismo de la resistencia se queda sin cuerda. Cuando uno ve esta resistencia en cada movimiento que hace, entonces, de manera totalmente espontánea, abandona por completo la resistencia. Y el abandono de esta resistencia es la apertura a la conciencia de unidad, la realización de la conciencia de aquello que no tiene fronteras. Como si despertara de un sueño largo e incierto, se encuentra con lo que siempre supo: él, como ser separado, no existe. Su verdadero ser, el Todo, jamás ha nacido y jamás morirá. Solo hay, en todas direcciones, Conciencia como Tal, absoluta y omnímoda, que irradia en y a través de toda condición, la fuente y esencia de todo lo que surge a cada momento, absolutamente anterior a este mundo, pero no distinta a él. Todas las cosas no son más que una onda en este estanque, todo surgimiento es un gesto de este uno.

Cuando ya no se resiste a la experiencia presente, ya no tiene motivo para separarse de ella. El mundo y el yo regresan como una única experiencia, no como dos diferentes. Dejamos de saltar de ola en ola, porque no hay más que una ola, y está en todas partes. Dejar de resistir al presente es ver que no hay nada más que el presente; sin comienzo, sin fin, sin nada por detrás ni nada por delante. Cuando tanto el pasado de la memoria como el futuro de esperanza se ven como hechos presentes, los límites de este presente se derrumban. Las demarcaciones que rodean a este momento se hunden dentro de este momento, y entonces no hay nada más que este momento, y ningún otro lugar adónde ir. Así vemos claramente por qué la búsqueda de la conciencia de sí era tan exasperante. Todo lo que intentábamos estaba mal porque todo estaba ya, y eternamente, bien. Nunca hubo, ni jamás habrá, ningún momento más que Ahora.

La verdadera práctica espiritual no es algo que hagamos durante veinte minutos, ni durante dos horas, ni durante seis horas al día. No es algo para hacer una vez al día, por la mañana, ni una vez por semana, los domingos. La práctica espiritual no es una entre tantas otras actividades humanas; es el fundamento de todas las actividades humanas, su fuente y su validación. Es un compromiso previo con la Verdad Trascendente, vivida, respirada, intuida y practicada durante veinticuatro horas del día. Intuir lo que verdaderamente somos es comprometernos íntegramente en la realización de eso que verdaderamente somos en todos los seres, de acuerdo al voto primordial: “Por innumerables que sean los seres, hago voto de liberarlos; por incomparable que sea la Verdad, hago voto de realizarla”. Para quien sienta este profundo compromiso con la realización, el servicio, el sacrificio y la entrega, en todas las condiciones presentes y hasta el infinito mismo, la práctica espiritual será, naturalmente, el camino. Que esa persona reciba la gracia de encontrar en esta vida un maestro espiritual y de conocer la iluminación en el momento.


BIBLIOGRAFÍA:

Wilber, Ken. La conciencia sin frontera. Barcelona: Kairós, 1985
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La locura aperspectivista

LA LOCURA APERSPECTIVISTA

Este artículo está reproducido en la nota 87 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Este artículo está reproducido en la segunda parte de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD

Extracto de la página 166:

Confieso haber bebido en las turbulentas aguas de una filosofía de difícil acceso para todo escéptico. Reconozco que voy a contracorriente, que mi pequeña bandera filosófica es como un simple flotador en la inmensidad de un mar de ideas. Pero, ¿no es acaso el sino de los que se atreven a pensar más allá del pensamiento dominante? ¿No es ello una condena para todo pensador que ose expresar unas ideas extraídas desde su “otro yo”, como propone el físico francés Garnier (2012)? A ese camino solitario y angosto lo llamo la “soledad del pensador” que, en un automatismo de defensa, es expresada mediante la escritura, más que nada para dar rienda suelta a tanta convulsión de pensamientos y no caer en la locura. Porque, aunque el mundo no esté cuerdo del todo, hay que cuidarse mucho de no caer en la paranoia también (1). He tenido suficiente con el acoso del capitalismo que me ha llevado a ser un declarado anti sistema, no vaya a ser que, también, me quieran linchar por defender la filosofía transpersonal como ciencia de la conciencia, mal entendida esta por los escépticos como “misticismo cuántico”.

NOTA (1):

LA LOCURA APERSPECTIVISTA


1 - La psicología transracional

La “soledad del pensador” es un sendero angosto que puede llevar a la locura pues, todo genuino buscador de “verdad” que pretende ir más allá del pensamiento contemporáneo dominante, se enfrenta no solo a ideas sociales y culturales heredadas desde una perspectiva histórica sino también a la “loca” consideración de que la “verdad” hallada mediante sus disquisiciones solamente existe -de momento- en la mente del pensador. Muchos son los pensadores que jamás han visto en vida el desarrollo de sus ideas como demuestra Gregori (2000) en su obra ¡Esto es imposible!: científicos visionarios a quienes nadie creyó, pero que cambiaron el mundo. Cuando colectivamente rescatamos un pensamiento de nuestro pasado, equivale a decir que se ha vivido en el error, que nuestro presente había sido predicho por una brillante mente que supo ver el futuro: es una poderosa razón para creer que los pensamientos viajan en el tiempo, como postula el físico Garnier mediante su teoría del desdoblamiento del tiempo. En mi caso particular, pensar a contracorriente, me ha llevado seriamente a considerar ese estado de locura pensativa. Sin embargo, en un automatismo de defensa, dicha locura pensativa ha sido expresada mediante la escritura, más que nada para dar rienda suelta a tanta convulsión de pensamientos y no caer precisamente en una locura real. Porque, aunque el mundo no esté cuerdo del todo, hay que cuidarse mucho de no caer en la paranoia también. Para salvar ese abismo entre la “cordura” de la razón establecida social y culturalmente y las “locas” ideas que van más allá de la razón convencional o el buen sentido al decir de Descartes (1), es perentoria una psicología transracional justificada, obviamente, bajo una episteme transracional , es decir, una psicología que vaya más allá de la razón positivista.

En este artículo voy a argumentar la necesidad de una psicología transracional, un nuevo neologismo científico que se adentra en la profunda introspección de la propia conciencia desde un estado de no-dualidad. La psicología transracional subyace de algún modo en los postulados filosófico, antropológico, epistemológico, hermenéutico, educativo y espiritual a través de mis diversas publicaciones. La evolución de la conciencia más allá de la razón presupone la necesidad de una psicología que vaya, por tanto, también más allá de la razón: una psicología transracional. Así, para quien quiera sumergirse en la profundidad reflexiva de este artículo deberá, como recomendación previa, aprehender sino todo sí algo de la estructura de mi pensamiento.

La psicología transracional se presenta como necesaria ante tantos cambios de paradigmas inminentes en la humanidad aunque imperceptibles para la mayoría de mis coetáneos. Se sigue viviendo como si nunca fuéramos a morir. Vivimos, consumimos, trabajamos, pensamos y amamos bajo el yugo de la egolatría plutocrática cual sueño nos inoculan como si de un holograma se tratara. En esta locura de mundo, la mayoría de personas piensan que hay que cambiar ese mundo de ahí fuera, pero pocos son los que se auto-imponen el compromiso personal de cambiarse a sí mismo para cambiar al mundo. Esta tesis socrática dice así: Aquel que quiera cambiar al mundo deberá empezar por cambiarse a sí mismo (Laszlo, 2004). En efecto, lejos de dominar el mundo mediante la razón tiránica, es más recomendable imitar a la sabia naturaleza pues nos lleva ventaja en la búsqueda de soluciones. Como aseverara Aristóteles: Dios y la naturaleza no hacen nada inútilmente (2). En efecto, según Ken Wilber todo está en evolución armónica mediante una trascendencia inmanente del Espíritu a través de veinte principios (3). Ahora bien, esa trascendencia también ocurre a nivel cultural, social, científico, psicológico, educativo y filosófico, y de ahí se derivan los cambios paradigmáticos extensamente argumentados en mis publicaciones a modo de librepensador. Pero dicha erudición intelectual, en la práctica, puede desembocar en una locura esquizofrénica tanto personal como colectiva, en el pleno sentido etimológico de la esquizofrenia como la escisión del entendimiento o de la razón.

2 - La locura esquizofrénica (4)

Vivimos en un mundo donde la locura esquizofrénica social conlleva inherentemente una locura esquizofrénica psicológica que conduce a tasas de suicidio tal epidemia se tratara pero obviada por los tradicionales medios de comunicación al servicio del sistema oligárquico plutocrático que ahoga la libertad de la humanidad. Entonces, permítame querido lector convenir que nos hallamos en plena locura donde el problema a resolver es el de la propia conciencia social que debe aprender a pensar de un modo colectivo mediante la interrelación de las conciencias personales. Por tanto, el problema de la humanidad no es tanto un problema social, político y económico, que también, sino eminentemente una crisis cultural donde el ego de las personas se halla fragmentado y disociado de la colectividad , tal es la locura actual de este viejo mundo. Tradicionalmente, por dar soluciones visionarias y reales, los filósofos y luego los científicos han sido los abanderados de la evolución cultural de la humanidad. Sin embargo, la ciencia y la filosofía se hallan inmersas en un tránsito paradigmático como si de un pensamiento complejo se tratara . Nadie sabe poner orden en este caos mundial, salvo Los amos del mundo, para quienes está claro que la esclavitud existencial debe perpetuarse, también la esclavitud educativa, política y económica a modo de pensamiento único neoliberal (5), como si no hubiera alternativa a este depredador y libertino capitalismo. Tal locura esquizofrénica nos lleva literalmente a la paranoia mental.

3 - La paranoia mental (6)

Tal como argumento en La educación cuántica , la ausencia de una genuina espiritualidad contemplativa e introspectiva exenta de apriorismo dogmáticos religiosos es la causa epistemológica de la decadencia del pensamiento occidental: el imperialismo económico occidental a las órdenes de los Estados Unidos se ha convertido en un eje unipolar plutocrático que ahoga la libertad de la humanidad, también inhibe mediante la ingeniería social y mental a la libertad de los individuos y los pueblos, concluyendo ello en La sociedad de la ignorancia. Ese sistema piramidal plutocrático se cae, pero no porque quieran dar rienda suelta a la libertad de la humanidad, sino porque las personas y los pueblos, en la era de internet, están abocados a una locura aperspectivista donde todo corre demasiado de prisa: el exceso de información, el sufrimiento por doquier, la corrupción humana, los políticos vendidos al poder, la deuda mundial a punto de reventar, el planeta quejándose de su expoliación y degradación, la educación manipulada y la filosofía desterrada. Según Ken Wilber, la relatividad de las distintas perspectivas nos pone en peligro de caer en la locura aperspectivista.

Inmersos en esa locura aperspectivista pocos son los que se empoderan de sus pensamientos para orientarlos éticamente, más bien, se tiende más a vivir en una hiperrealidad (7) que eleva la locura aperspectivista a la categoría de paranoia mental. Nadie se libra de padecer esa paranoia mental. Y esta paranoia mental requiere, por tanto consecuentemente, de una psicología transracional que trascienda paradigmáticamente a la psicología positivista. La locura aperspectivista de Occidente es más bien una locura epistemológica: una pesadilla de odio entre razón y espíritu como fundamento del fracaso epistemológico de Occidente.

La solución a la contienda como defiendo en mi estructura pensativa siguiendo el pensamiento de Wilber es que, la sabiduría y la compasión, puedan aunar sus fuerzas en la búsqueda de un Espíritu que trascienda e incluya este mundo, que englobe este mundo y todos sus seres con su amor, una compasión, un cuidado y un respeto infinito, la más tierna de las misericordias y la más resplandeciente de las miradas. Sin embargo, como denuncia Stephane Hessel, miembro del comité que redactó la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, hay razones más que suficientes para una insurrección pacífica y para la indignación (Sampedro y Hessel, 2011) en contra de la dictadura de los mercados (Navarro, 2012), requiriéndose con urgencia una economía humanista (Sampedro, 2010) que dé prioridad muy especialmente al empeño de humanizar una ciencia que suele ser representada con una frialdad impasible. Ese ideal humanista reivindicado por José Luis Sampedro, paradójicamente, está imbuido de la sabiduría perenne tanto de Occidente como de Oriente (Sampedro, 2015). Los pensamientos y los sentimientos de José Luis Sampedro son una luminaria humanista en los que Occidente debería ilustrarse para trascender la crisis de su filosofía y de su ciencia.

4 - La filosofía perenne

Si Occidente está pues necesitado de filosofía perenne como argumento en La educación cuántica , inquiere ello un nuevo paradigma de conocimiento que, inherentemente, requiere de una renovada cosmovisión de la historia, la ciencia y la espiritualidad pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa. Y tan magna tarea solo puede emprenderse desde un revisionismo humano en profundidad tal como se pretende desde la filosofía transpersonal como disciplina que estudia a la espiritualidad y su relación con la ciencia así como los estudios de la conciencia, lo cual implica una reconstrucción epistemológica desde la sabiduría perenne para lograr la sanación trascendental del ser humano. Así, la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento, es postulada como asignatura educativa y en una cuestión de sentido para una educación transracional que implemente la razón con el corazón (Toro, 2014). Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental.

5 - La filosofía transpersonal

Consecuentemente, la filosofía transpersonal se constituye en un fundamento pedagógico y epistemológico para una educación transracional con una misión eminentemente espiritual. Solo así se me antoja que será posible un repensar humano para salvar el abismo cultural desde que Kant diferenció la ciencia (ello), la conciencia (yo) y la moralidad (nosotros), Dios libre de culpa a este inconmensurable pensador. La integración y síntesis de estas tres esferas kantianas del saber debe realizarse eminentemente en la conciencia de cada uno de nosotros, insisto una vez más, mediante una genuina intuición espiritual o intuición moral básica como sustrato ético de nuestros actos, pensamientos y sentimientos pues, vuelvo a recordar, como dijera Sócrates: Aquel que quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a sí mismo (Laszlo, 2004). Y para tal finalidad, la filosofía transpersonal y la educación transracional se presentan como un imperativo pedagógico más allá de la mente, hacia la profundidad de la conciencia, en palabras del dramaturgo inglés John Gay:"Sin lugar a dudas, es importante desarrollar la mente de los hijos, no obstante el regalo más valioso que se le puede dar, es desarrollarles la conciencia".

6 - La educación transracional

Así, la filosofía transpersonal se constituye en una filosofía alternativa al capitalismo y en un fundamento epistemológico para una educación transracional que implemente la razón con el corazón pues, el saber sin amor, es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo. Es así cómo mis investigaciones postulan la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad. Tradicionalmente se ha separado la epistemología y la hermenéutica, puesto que la primera trata de lo conmensurable y la segunda de lo inconmensurable. Sin embargo, hoy en día es posible unir a la epistemología y la hermenéutica (Flores-Galindo, 2009), permitiendo justificar lo conmensurable y entender lo inconmensurable. La epistemología y la hermenéutica como disciplinas filosóficas se hallan diferenciadas pero, sin embargo, no integradas, y dicha propuesta de integración es el objeto propio al proponer una epistemología hermenéutica simbolizada en un mándala epistemológico, el cual puede ser aprehendido por el sujeto cognoscente mediante una auténtica intuición espiritual desde una visión no-dual, como conciencia de unidad. Se trata de una paradigmática trascendencia psicológica desde la dualidad que fragmenta al ego y lo disocia de la colectividad a la conciencia de unidad como modo de vivir, pensar y amar, y ello solo puede aprehenderse desde una psicología transracional como tesis de este ensayo para curar la locura esquizofrénica occidental de carácter epistemológico que conduce a la paranoia mental: una locura aperspectivista en toda regla necesitada de una psicología transracional para una sanación trascendental del ser humano .

7 - La locura aperspectivista

Como librepensador y “anti sistema”, tengo plena consciencia de la locura aperspectivista de la cultura occidental, la cual requiere de un bálsamo desde la filosofía perenne. Poco a poco nos estamos volviendo todos los locos. Ni todas las religiones, ni todos los políticos, ni todos los banqueros, ni todos los empresarios, ni todos los corruptos, ni todos los oligarcas, ni todos los magnates, ni todos los reyes, ni todos los científicos, ni todos los filósofos, ni todos los ignorantes, ni nadie, repito, nadie puede salir de la locura aperspectivista si no es mediante una trascendencia psicológica tal como lo describe Platón en su alegoría El mito de la caverna. La razón a través de la historia del pensamiento, siempre ha indagado sobre las cuestiones metafísicas que han preocupado al ser humano desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, histórica y psicológicamente, esa genuina actitud de hacer metafísica ha sido obnubilada por el materialismo científico (8). No obstante según Hegel, las “astucias de la razón” y la “burla de la historia” (9) crean símbolos ocultos solo accesibles a los cognoscentes, como este "mándala epistemológico", para hacer fácil la filosofía: el rigor epistemológico unido a una interpretación hermeneuta de la historia del pensamiento posibilita, en palabras de Carter Phipps (2012: 38), “una visión evolucionaria del mundo para proporcionar una nueva cosmología (…) entre la ciencia y el espíritu”, toda una paradoja filosófica por superar.

8 - La paradoja filosófica

Esta paradoja filosófica fue excelsamente argumentada por el filósofo alemán Hegel. La resolución dialéctica, entendida desde la perspectiva de la historia de Hegel, nos provee la solución: la imaginación corriente capta la identidad, la diferencia y la contradicción, pero no la transición de lo uno a lo otro. Al abarcar un paradigma un amplio espectro temporal, los individuos subsumidos a dicho paradigma viven, piensan y actúan sin apenas apreciar bajo qué paradigma en la línea holístico temporal se hallan. Ello es un privilegio solamente al alcance de los más inquisitivos pensadores que se atreven a dilucidar la problemática contextual de la época que le ha tocado vivir. A ello se ha dedicado preferentemente cada filósofo o científico a través de la historia: desentrañar cognitivamente al Ser en sus diferentes manifestaciones material, racional y moral. Y la manifestación evidente en nuestra era contemporánea es que la humanidad ha perdido su cordura intelectual, es decir, estamos inmersos en una locura aperspectivista, lo cual inquiere que la humanidad recupere dicha cordura mediante una paradigmática trascendencia hacia un segundo renacimiento humanístico: la integración del “yo” y el “nosotros” con la salvaguarda de la naturaleza -“ello”-; una integración que permitiría sanar y trascender la racionalidad hacia la “posracionalidad” o “visión-lógica”, y para tal fin, es imperativa una evolución paradigmática desde la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal, desde la psicología tradicional a la psicología transpersonal, desde el neoliberalismo al altermundismo , desde la filosofía materialista a la filosofía perenne, desde la educación tradicional a La educación cuántica, y desde las religiones exotéricas a la religión esotérica(10).

9 - El mundo de la modernidad está un poco loco

Una locura aperspectivista así argumentada puede desembocar en una paranoia mental, como se ha explicado más arriba, de ahí la necesidad de una psicología transracional: para no caer en la locura. Según Ken Wilber, correremos el peligro de caer en una locura aperspectivista que termine paralizando la voluntad y el juicio. En más de una ocasión he aludido que llevo toda una vida haciéndome preguntas, y cuyas respuestas a modo de psicoterapia mediante la escritura he ido plasmando a través de mis diversas publicaciones. Salir de esa “soledad del pensador” sin volverse loco es, a veces, tarea ingente que hace derramar lágrimas de impotencia precisamente por el estado de soledad pensativa. La soledad también puede acabar en locura. Pero yo sé que no estoy sólo. Que no estamos solos. Wilber (2005a: 617) apunta finalmente hacia la resolución de esa paradoja filosófica:

"El mundo de la modernidad está un poco loco: mitos para los campesinos, naturalismo plano para la intelectualidad. Es más que irónico que sea la ciencia, la ciencia descendida la que en las últimas décadas del siglo XX redescubra la naturaleza autoorganizada y autotrascendente de la evolución misma. Es más que irónico que unir las “dos flechas” del tiempo hace de Eros el único y omnipenetrante principio de manifestación. Es más que irónico que la ciencia prepare el camino para una evolución más allá de la racionalidad, ya que ha demostrado claramente que la evolución no se detiene para nadie, que cada estadio pasa a un mañana más amplio. Y si hoy es la racionalidad, mañana será la transracionalidad ; ningún argumento científico puede estar en desacuerdo con esto, y todos deben favorecerlo. Ahí estamos en la racionalidad, situados en el filo de la percepción transracional(11), una scientia visionis que está trayendo aquí y allá, cada vez con más claridad y a todo tipo de gente y por todas partes, poderosos destellos de un verdadero Descenso de la omnipenetrante Alma del Mundo."

10 - La paradoja filosófica de Occidente

La paradoja filosófica de Occidente es que está inmersa en una locura aperspectivista en la que, parece ser, nadie ve la salida, ni los políticos, ni las universidades, ni la ciencia, ni la religión, ni los pueblos, ni las personas.¿Quizá haya que recurrir a la filosofía? Yo pienso que sí, pues la razón debe recuperar su cordura. Hay que reconocer que la modernidad ha fracasado con el uso de la razón tal como ha llegado al siglo XXI. La razón autónoma ha reconvertido la libertad en libertinaje, de ahí la fragmentación del "yo" y su disociación del "nosotros" como causa epistemológica: es el espíritu del "divide y vencerás" como lema del imperialismo económico occidental quien ha llevado a la humanidad hasta la extenuación psicológica. De ahí la necesidad de una psicología transracional para la sanación trascendental del ser humano. Dicha sanación trascendental solo puede provenir de la sabiduría perenne, presente tanto en Occidente como en Oriente. Dicha sabiduría perenne está argumentada como El mito de la Caverna del inconmensurable Platón a lo largo y ancho de mis obras. El tan anhelado Bien de Platón es el mismo amor de Cristo, y el mismo Buda de Oriente. La sabiduría perenne siempre ha estado presente, siempre está presente y siempre estará presente, solo que no sabíamos que estaba en el fondo de nosotros mismos. De ahí la tesis socrática: "Aquel que quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a sí mismo"(Laszlo, 2004) como principio inherente a la psicología transracional para iniciar imperativamente el sendero ascendente hacia la sabiduría con la razón complementada por la compasión en una visión no-dual, como conciencia de unidad. Lo que algunos llaman la "iluminación", cognitiva en este caso.

11 - No dualidad

La razón y el corazón están condenados a entenderse, a fusionarse, a dejar de ser duales y contradictorios, sino más bien a apercibirse ambos desde la no-dualidad. ¿Y dónde se produce ese auto-percepción psicológica en el ser humano? Efectivamente, en la conciencia. La ciencia por excelencia es la ciencia de la conciencia y, en esos lares, la filosofía transpersonal de Ken Wilber y la psicología transpersonal (12) como la "cuarta fuerza" tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, se postulan como un nuevo paradigma de conocimiento que, inherentemente, requiere de una renovada cosmovisión de la historia, la ciencia y la espiritualidad pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa. Tantos cambios de paradigmas colocan a la humanidad al borde de la locura, una locura aperspectivista que sólo puede interpretarse correctamente desde una psicología transracional en los términos hasta aquí explicados.

12 - La espiritualidad

Mi sabia madre, aunque sin estudios ni cultura general, dice que el "mundo está corrompido" y que "las cabezas están muy mal". Para hablar con sabiduría no es necesario tener carrera ni estudios. Ser una persona de bien se lleva en el alma y, decir ello, tiene más mérito que explicarlo yo aquí con tanta palabrería para satisfacción de los eruditos. Efectivamente, "las cabezas están muy mal", una locura esquizofrénica, una escisión del entendimiento o de la razón que conduce a una paranoia mental y social.¿Y cómo se supera dicha locura aperspectivista? La respuesta está en nuestro interior del modo que lo profetizó el perenne Platón: "La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma entorno al Ser". Efectivamente, la práctica de un programa de meditación durante ocho semanas (Lazar, 2011) puede provocar considerables cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés. Es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.

La espiritualidad es un dominio sagrado que puede adentrarnos en la "noche oscura del alma", es un compromiso formal con el Dios interno, es el inicio de un viaje espiritual para toda la vida y más allá, es contactar con ese eterno presente, es vivir el aquí y el ahora como la mayor expresión divina, es comprender que lo que ha ocurrido tenía que ocurrir y que lo que tiene que ocurrir ocurrirá, no entendido ello en sentido determinista ni pesimista, sino como una actitud reverencial a la Verdad, la Bondad y la Belleza que nos hablan desde todos los rincones del Universo.



BIBLIOGRAFÍA:

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Flores-Galindo, M. (2009). “Epistemología y Hermenéutica: Entre lo conmensurable y lo inconmensurable”. En: Cinta Moebio, Nº 36, 198-211. Facultad de Ciencias Sociales, Chile.

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Gregori, Javier. ¡Esto es imposible!: científicos visionarios a quienes nadie creyó, pero que cambiaron el mundo. Madrid: Aguilar, 2000.

Lazar, S. (2011). “Mindfulness practice leads to increases in regional brain gray matter density”. En: Psychiatry Research: Neuroimaging, Nº 191(1), 36 a 43.Hospital General de Massachusetts, Harvard Medical School, Boston, EE.UU.

Laszlo, Ervin. Tú puedes cambiar el mundo. Madrid: Editorial Nowtilus, 2004.

Márquez Fernández, Álvaro B.; Díaz Montiel, Zulay C. “La complejidad: hacia una epísteme transracional”. Telos, vol. 13, núm. 1, enero-abril, 2011, pp. 11-29. Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín Maracaibo, Venezuela.

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Sampedro, José Luis. Economía humanista. España: Editorial Debolsillo, 2010.

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Wilber, Ken. Sexo, Ecología, Espiritualidad. Madrid: Gaia Ediciones, 2005a.

Wilber, Ken. El espectro de la conciencia. Barcelona: Kairós, 2005b.

NOTAS:

(1) El Discurso del método, cuyo título completo es Discurso del método para conducir bien la propia razón y buscar la verdad en las ciencias, es la principal obra escrita por René Descartes (1596-1650) y una obra fundamental de la filosofía occidental con implicaciones para el desarrollo de la filosofía y de la ciencia. Descartes tituló esta obra Discurso del método con una finalidad precisa. En una carta que dirige a Marin Mersenne le explica que la ha titulado Discurso y no Tratado para poner de manifiesto que no tenía intención de enseñar, sino solo de hablar. Con esto Descartes trata de alejarse de cualquier problema que pudiese surgir con sus contemporáneos por las ideas vertidas en esta obra y además escapa así de una posible condena eclesiástica como había ocurrido poco tiempo antes con Galileo y cuyas ideas Descartes no consideraba desacertadas. Al inicio del famoso Discurso del Método, Rene Descartes nos habla del “buen sentido” o “el sentido común” , facultad innata en el hombre que le permite juzgar correctamente:

"El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada uno piensa estar tan bien provisto de él que aun los más difíciles de contentar en cualquier otra cosa no suelen desear más del que tienen. Al respecto no es verosímil que todos se equivoquen, sino que más bien esto testimonia que la capacidad de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que se llama el buen sentido o la razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y así la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que los otros, sino solamente de que conducimos nuestros pensamientos por distintas vías y no consideramos las mismas cosas. Pues no se trata de tener el ingenio bueno, sino que lo principal es aplicarlo bien. Las almas más grandes son capaces de los mayores vicios, tanto como de las mayores virtudes; y los que andan muy despacio pueden avanzar mucho más, si siguen el camino recto, que los que corren pero se alejan de él."

(2) A finales de la década de 1990, la escritora estadounidense de ciencias naturales Janine Benyus acuñó el término “biomímica” para referirse a las innovaciones inspiradas en la flora y la fauna. Los orígenes modernos de la Biomímica, también conocida como Biomimética o Biónica, suelen atribuirse al ingeniero Richard Buckminster Fuller, aunque previamente también se han dado casos de desarrolladores que intuitivamente se basaron en la naturaleza para alcanzar algún hallazgo. La biomímica postula que, con 3.800 millones de años de evolución de la vida en la Tierra, la naturaleza ya ha encontrado soluciones para muchos de los desafíos a los que nos enfrentamos los seres humanos en la actualidad. Ejemplos de dichas soluciones halladas por los hombres emulando la naturaleza son:

-la Torre Eiffel que imita al fémur humano;
-los puentes en suspensión que se inspiraron en los tendones;
-el velcro como consecuencia de la fascinación del ingeniero suizo George de Mestral con los pequeños cardos de puntas ganchudas de las bardanas que se habían enganchado en su perro y en su ropa después de un paseo;
-el plástico antirreflectante: los ojos de las polillas no reflejan la luz gracias a unas diminutas protuberancias, y por ello pasan más desapercibidas para los depredadores;
-la tela inteligente: imitando las escamas de las piñas, que se abren y cierran en función del calor o del frío;
-el tren bala: los ingenieros rediseñaron la nariz del tren bala inspirándose del pico del Martín pescador, y así redujeron el ruido y el consumo de energía eléctrica;
-la superficie de las lanchas: una nueva cubierta exterior imita a la piel de tiburón en las lanchas, con pequeños rectángulos y púas, para así impedir que se adhieran algas y percebes;
-el ahorro energético: las mariposas Morpho se distinguen por sus alas de color azul iridiscente. El tono tornasolado es una ilusión óptica llamada “color estructural”, una interferencia entre haces de luz a causa de la cual solamente se reflejan algunos colores. El estudio de esta propiedad ha derivado en aplicaciones para monitores de ordenador, agendas electrónicas, teléfonos inteligentes y vestimenta hecha con fibras de poliéster y nailon que “reflejan” toda la gama del arco iris sin necesidad de colorantes;
-las alas transformables, basándose en ciertas especies de aves que utilizan este sistema para realizar vuelos más eficientes;
-el superpegamento: a partir de la clonación de cinco proteínas de mejillón para desarrollar un adhesivo natural resistente al agua.

Como se puede apreciar, la naturaleza es sabia y nos lleva ventaja en la búsqueda de soluciones. Como aseverara Aristóteles: “Dios y la naturaleza no hacen nada inútilmente”.

(3) Wilber en Sexo, Ecología, Espiritualidad,72-119:

1- La realidad como un todo no está compuesta de cosas u de procesos, sino de holones.

2- Los holones muestran cuatro capacidades fundamentales: autopreservación, autoadaptación, autotrascendencia y autodisolución. Estas cuatros características son muy importantes y las vamos a estudiar una a una.

3- Autopreservación. Los holones se definen no por la materia de que están hechos (puede no haber materia) ni por el contexto en el que viven (aunque son inseparables de él), sino por el patrón relativamente autónomo y coherente que presenta. La totalidad del holón se muestra en la capacidad de preservar su patrón.

4- Autoadaptación. Un holón funciona no solo como una totalidad autopreservadora sino también como parte de otro todo mayor, y en su capacidad de ser una parte debe adaptarse o acomodarse a otros holones (no autopoiesis sino alopoiesis; no asimilación sino acomodación).

5- Autotrascendencia (o autotransformación). La autotrascendencia es simplemente la capacidad que tiene un sistema de llegar más allá de lo dado, e introducir en cierta medida algo novedoso; una capacidad sin la cual es seguro que la evolución no hubiera podido ni siquiera comenzar. El universo tiene la capacidad intrínseca de ir más allá de lo que fue anteriormente.

6- Autodisolución. Dado que cada holón es también un supraholón, cuando es borrado –cuando se autodisuelve en sus subholones- tiende a seguir el mismo camino descendente que éstos han seguido en el camino ascendente: las células se descomponen en moléculas, que a su vez se descomponen en átomos, y éstos en partículas que desaparecen en las probabilidades nubes transfinitas de “burbujas dentro de burbujas”.

7- Los holones emergen. Emergen nuevos holones debido a la capacidad de autotrascendencia. Primero las partículas subatómicas; después los átomos, moléculas, los polímeros; después las células, y así sucesivamente.

8- Los holones emergen holárquicamente. Es decir, jerárquicamente, como una serie ascendente de totalidades/partes. Los organismos contienen células, pero no al revés; las células contienen moléculas, pero no al revés; las moléculas contienen átomos, pero no al revés.

9- Cada holón emergente trasciende pero incluye a sus predecesores. Todas las estructuras básica y funciones son preservadas y llevadas a una identidad mayor, pero todas las estructuras de exclusividad y las funciones que existían debido, al aislamiento, a la separación, a la parcialidad, a la individualidad separada, son simplemente abandonadas y reemplazadas por una individualidad más profunda que alcanza una comunión más amplia de desarrollo.

10- Lo inferior establece las posibilidades de lo superior; lo superior estable las probabilidades de lo inferior. Aunque un nivel superior va “más allá” de lo dado en el nivel inferior, no viola las leyes o patrones del nivel inferior; no está determinado por el nivel inferior, pero tampoco puede ignorarlo. Mi cuerpo sigue las leyes de la gravedad, mi mente se rige por otras leyes, las de comunicación simbólica y la sintaxis lingüística; pero si mi cuerpo se cae por un precipicio, mi mente va con él.

11- El número de niveles que comprende una jerarquía determinada si esta es “superficial” o “profunda”; y al número de holones en su nivel dado le llamaremos su “extensión”. Esto es importante porque establece que no es solo el tamaño de una población lo que estable el orden de riqueza (u orden de emergencia cualitativa), sino más bien viene dado por su profundidad. Veremos que una de las confusiones más generalizadas de las teorías ecológicas generales o del nuevo paradigma (ya sean “pop” o “serias”) es que a menudo confunden gran extensión con gran profundidad.

12- Cada nivel sucesivo de la evolución produce MAYOR profundidad y MENOR extensión. Así, el número de moléculas de agua en el universo siempre será menor que el número de átomos de hidrógeno y de oxígeno. El número de células en el universo siempre será menor que el de moléculas, y así sucesivamente. Simplemente quiere decir que el número de totalidades siempre será menor que el número de partes, indefinidamente. Cuando mayor sea la profundidad de un holón, tanto mayor será su nivel de conciencia. El espectro de la evolución es un espectro de conciencia. Y se puede empezar a ver que las dimensiones espirituales constituyen el tejido mismo de la profundidad del Kosmos.

13- Destruye un holón de cualquier tipo y habrás destruido todos sus holones superiores y ninguno de sus inferiores. Es decir: cuando menos profundidad tiene un holón, tanto más fundamental es para el Kosmos, porque es un componente de muchos otros holones.

14- Las holoarquías coevolucionan. Significa que la “unidad” de evolución no es el holón aislado (molécula individual, planta, o animal), sino un holón más dentro del entorno inseparablemente ligado a él. Es decir, la evolución es ecológica en el sentido más amplio.

15- Lo micro está en una relación de intercambio con lo macro en todos los niveles de su profundidad. Por ejemplo, el ser humano y los tres niveles de materia, vida y mente: todos estos niveles mantienen su existencia a través de una red increíblemente rica de relaciones de intercambio con holones de la misma profundidad en su entorno.

16- La evolución tiende a seguir la dirección de mayor complejidad. El biólogo alemán Woltereck acuño el término anamorfosis – significa, literalmente, “no ser conforme”- para definir lo que vio como rasgo central y universal de la naturaleza: la emergencia de una complejidad cada vez mayor.

17- La evolución tiende a seguir la dirección de mayor diferenciación/integración. Este principio fue dado en su forma actual, por primera vez, por Herbert Spencer (en First principles, 1862): la evolución es un “cambio desde una homogeneidad incoherente e indefinida a una heterogeneidad coherente y definida, a través de continuas diferenciaciones e integraciones”.

18- La organización/estructuración va en aumento. La evolución se mueve del sistema más simple al más complejo y desde el nivel de organización menor hacia el mayor.

19- La evolución tiende a seguir la dirección de autonomía relativa creciente. Este es un concepto muy poco comprendido. Simplemente hace referencia a la capacidad de un holón para autopreservarse en medio de las fluctuaciones ambientales (autonomía relativa es otra forma de decir individualidad). Y de acuerdo con las ciencias de la complejidad, cuando más profundo es un holón, mayor es su autonomía relativa. La autonomía relativa simplemente se refiere a cierta flexibilidad ante el cambio de las condiciones ambientales.

20- La evolución tiende a seguir la dirección de un Telos creciente. El régimen, canon, código o estructura profunda de un holón actúa como un imán, un atractor, un punto omega en miniatura, para la realización de ese holón en el espacio y el tiempo. Es decir, el punto final del sistema tiene a “atraer” la realización (o desarrollo) del holón en esa dirección, ya sea un sistema físico, biológico o mental. Ha surgido toda una disciplina dentro de la teoría general de sistemas para dedicarse al estudio de las propiedades de los atractores caóticos y de los sistemas por ellos gobernados; se le conoce popularmente como la teoría del caos.

(4) La esquizofrenia (del griego clásico σχίζειν schizein ‘dividir, escindir, hendir, romper’ y φρήν phrēn, ‘entendimiento, razón, mente’). Por tanto, en el pleno sentido etimológico de la palabra, me refiero en este artículo a la escisión del entendimiento o de la razón.

(5) El neoliberalismo es un neologismo que se ha instalado eufemísticamente como pensamiento único en la cultura capitalista de Occidente. El concepto de pensamiento único fue descrito por primera vez por el filósofo alemán Arthur Schopenhauer en 1819 como aquel pensamiento que se sostiene a sí mismo, constituyendo una unidad lógica independiente sin tener que hacer referencia a otras componentes de un sistema de pensamiento. En 1964, el filósofo Herbert Marcuse describió un concepto similar que denominó pensamiento unidimensional. Para Marcuse este tipo de pensamiento es el resultante del “cierre del universo del discurso” impuesto por la clase política dominante y los medios suministradores de información de masas. El concepto es reintroducido en la última década por el sociólogo y periodista español Ignacio Ramonet, quien lo define partiendo de una idea de izquierda anticapitalista:

"¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial las del capital internacional."

En opinión de Ramonet, el economicismo neoliberal se había erigido en el único pensamiento aceptable, monopolizando todos los foros académicos e intelectuales.

En contraposición, el altermundismo es un amplio conjunto de movimientos sociales formado por activistas provenientes de distintas corrientes políticas, que a finales del siglo XX convergieron en la crítica social al denominado pensamiento único neoliberal y a la globalización capitalista. Acusan a este proceso de beneficiar a las grandes multinacionales y países más ricos, acentuando la precarización del trabajo y consolidando un modelo de desarrollo económico injusto e insostenible, y socavando la capacidad democrática de los Estados, entre otros aspectos negativos. Generalmente, los activistas y simpatizantes mantienen una ideología izquierdista, contraria al liberalismo económico (economía de mercado y comercio libre). El nombre altermundismo viene precisamente del lema “Otro mundo es posible”, nacido en el Foro Social Mundial, que cada año reúne a movimientos sociales de izquierda política internacional.

La emergencia internacional del altermundismo surge en contra de los intentos del pensamiento único de rendir inútil la resistencia, de hacer ineficaz la acción colectiva y de querer evidenciar como arcaico todo deseo de cambio. En un plano más amplio, el levantamiento zapatatista se convertiría en una referencia del naciente movimiento antimundialización neoliberal, que lentamente iba tomando cuerpo en el norte como en el sur. En dicho camino, la realización del Primer Encuentro por la Humanidad y contra el Neoliberalismo en 1996, en muchos sentidos, marcaría el primer paso en la construcción de ese movimiento de movimientos de carácter internacional, y que tuviera su “bautismo de fuego” en la llamada Batalla de Seattle en 1999 y su espacio privilegiado de encuentro más amplio en la experiencia del Foro Social Mundial.

Ignacio Ramonet, doctor en Semiología e Historia de la Cultura y catedrático de Teoría de la Comunicación, como especialista también en geopolítica y estrategia internacional, propulsó la creación de ATTAC cuyo objetivo es la defensa de una gran variedad de causas de la izquierda política. ATTAC promueve el control democrático de los mercados financieros y las instituciones encargadas de su control mediante la reflexión política y la movilización social, y en particular promueve un impuesto a las transacciones financieras. Del mismo modo, Ramonet fue también uno de los promotores del Foro Social Mundial desde donde surgió el lema “Otro mundo es posible” (altermundismo).

(6) El trastorno de personalidad paranoica es una afección mental en la cual una persona tiene un patrón de desconfianza y recelos de los demás en forma prolongada. Como resultado, limitan su vida social de manera drástica. Aunque se desconocen plenamente las causas de la paranoia mental, parece ser común que aparezca en personas con trastornos esquizofrénicos.

(7) Las culturas postmodernas tecnológicamente avanzadas dan lugar a la incapacidad de la conciencia de distinguir la realidad de la fantasía: aparece el concepto de “hiperrealidad”. Hiperrealidad es un medio para describir la forma en que la conciencia define lo que es verdaderamente “real” en un mundo donde los medios de comunicación pueden modelar y filtrar de manera radical la manera en que percibimos un evento o experiencia. Con el desarrollo de Internet y las nuevas tecnologías se pueden crear, casi literalmente, nuevos mundos de los que, en cierto sentido, se puede decir que no necesitan de la materia prima del mundo real para existir e interactuar. Según Baudrillard (2005), uno de los expertos más famosos en hiperrealidad, los bienes de consumo adquieren un valor de signo, es decir, que indican algo sobre su poseedor en el contexto de un sistema social. Este consumismo, por su dependencia del valor de signo, es un factor que contribuye en la creación de la citada hiperrealidad. La conciencia es engañada, desprendiéndose de cualquier compromiso emocional verdadero al optar por una simulación artificial. La satisfacción y la felicidad se hallan, entonces, a través de la simulación e imitación de lo real más que a través de la realidad misma. Ese “yo”, fragmentado en miles de imágenes como reflejo del ser interno, es recogido por la psicología postmoderna en el intento de reconstrucción del “yo” egoísta e individualista mediante medicamentos psiquiátricos y técnicas de relajación. Pero, en esencia, se ha obviado que ese “yo” ha sido disociado del “nosotros”, siendo esta disociación la causa de los males de nuestra civilización actual. Más en profundidad, se puede afirmar que el “yo” egoísta e individualista tiene su máxima expresión en una minoría de “yoes” plutocráticos que anulan al “nosotros” colectivo mediante dicho proceso consciente de disociación ejercido por la clase opresora desde su atalaya del economicismo neoliberal.

(8) El materialismo es una corriente filosófica que, en oposición al idealismo, resuelve el problema cardinal o fundamental de la filosofía acerca de la relación entre el pensar, el espíritu y la naturaleza, postulando que la materia es lo primario. Según la visión materialista, la conciencia y el pensamiento es una emergencia material a partir de un estado altamente organizado. Según esta concepción, el mundo es material y existe objetivamente, independientemente de la conciencia. Sin embargo, el neurocientífico Francisco J. Rubia, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, viene a decir todo lo contrario: “Los órganos de los sentidos nos han engañado desde siempre y lo sabemos, como ya lo sabían los filósofos griegos de la naturaleza de las colonias jónicas en Asia Menor. La neurociencia moderna nos dice que ni los colores ni los olores, ni los gustos ni los sonidos existen en la naturaleza, sino que son creaciones del cerebro”. Según Rubia, la revolución neurocientífica modificará los conceptos del yo y de la realidad. Los hallazgos realizados en este campo en los últimos años han sido múltiples y podrían producir lo que él denomina “la cuarta humillación humana”, tras el final del geocentrismo, la aparición de la teoría de la evolución y el descubrimiento del inconsciente. Estos hallazgos llevarían, de hecho, a cuestionarse conceptos tan fundamentales para nuestra cosmovisión como la naturaleza de la realidad o del yo o la existencia del libre albedrío (paradójicamente, lo mismo que hizo Kant en sus Tres críticas). (Declaración efectuada en una conferencia dentro del marco del 43º Congreso de la European Brain and Behaviour Society de Sevilla, sobre los últimos avances de la neurociencia).

(9) La filosofía de la historia de Hegel está marcada por los conceptos de las “astucias de la razón” y la “burla de la historia”: la historia conduce a los hombres que creen conducirse a sí mismos, como individuos y como sociedades, y castiga sus pretensiones de modo que la historia-mundo se burla de ellos produciendo resultados exactamente contrarios, paradójicos, a los pretendidos por sus autores, aunque finalmente la historia se reordena y, en un bucle fantástico, retrocede sobre sí misma y con su burla y paradoja sarcástica, convertida en mecanismo de cifrado, crea también ella misma, sin quererlo, realidades y símbolos ocultos al mundo y accesibles solo a los cognoscentes, es decir, a aquellos que quieren conocer.

(10) Según apunta Ken Wilber (2005b) en su obra El espectro de la conciencia (capítulo 9, páginas 328 a 333), el dualismo primario al que se enfrenta todo ser humano es, por un lado, el conocimiento exotérico, y por otro lado, el conocimiento esotérico. El primer modo de conocer, el exotérico, es simbólico y se refiere al nivel existencial así como a las religiones. Mientras que el existencialismo trata del dualismo segundario de la vida enfrentándose a la muerte, la religión lo trata negándola. Por consiguiente, el nivel existencial es también el de la religión exotérica, del intento del hombre de establecer una relación “a través” del dualismo primario con el omnipotente, omnisapiente y ominipresente “gran otro” o Mente. Por tanto, lo exotérico se refiere a la diversidad de las religiones culturales, sus idiosincrasias y paradigmas, es decir, a la diversidad de la gama biosocial. De ahí que el nivel existencial sea el de las diversas religiones exotéricas, mientras que el nivel de la Mente (no dualidad entre sujeto y objeto) es el de la “unidad trascendente” de la religión esotérica: las religiones divergen en el nivel existencial y convergen en el nivel de la Mente. Por tanto, la unidad de las religiones puede enfocarse epistemológicamente, ya que con la emergencia del dualismo primario (exotérico versus esotérico), el modo no dual de conocer (esoterismo: unidad de sujeto y objeto) se divide y fractura, provocando la generación del modo de conocimiento dualista entre sujeto y objeto (exotérico). Así, el modo esotérico no dual de conocer queda supeditado al modo simbólico exotérico y, como dice Huston Smith cuando comenta la obra de Schuon, “la cuestión de la unidad y diversidad en las religiones se convierte en un tema de tipos psicológicos: el esotérico y el exotérico”.

(11) Álvaro B. Márquez-Fernández y Zulay C. Díaz-Montiel (2011) en La complejidad: hacia una epísteme transracional, resumen del artículo:

"En las ciencias sociales la crisis del paradigma positivista, es el resultado de su insuficiencia experimental para dar cuenta de la transformación de la experiencia del pensamiento en su interpretación de la realidad natural e histórica de la existencia. En la modernidad no fue posible consolidar un paradigma universalista que sólo diera cuenta de espacios objetivados de la realidad a través de modelos racionales reduccionistas. Tal como lo señalan Morin, Najmanovich, Sotolongo-Codima Boaventura de Sousa, Reynoso, en sus postulados teóricos-metodológicos, cuando afirman que la experiencia del pensar racional es mucho más compleja y transdiciplinar, pues considera la realidad como un proceso en curso de estructuras que se recrean poiéticamente sin sujeción a causalidades predeterminadas. Esto es lo que explica, desde la perspectiva de una espíteme crítica, por qué las contingencias materiales de la experiencia racional y las formas de intercambios entre sistemas de diversa índole, le atribuyen al fenómeno del pensamiento una múltiple y transversal racionalidad a partir de la cual se desustantiva el mundo de los objetos y hace presente la subjetividad cognitiva del sujeto de pensamiento. Hacia ese inédito dominio de los procesos de la espíteme transracionales es que se orienta el pensamiento complejo como un momento de superación del positivismo."

Como objetivo ilustrativo de esta nota, destacamos la conclusión final de dicho artículo:

"Es necesario que esta riquísima cosmovisión que nos revela el aura de una nueva racionalidad para pensar y rehacer el mundo, se convierta en un programa transdisciplinar de investigaciones que logren desplazar nuestra experiencia deconstructiva de los fenómenos de la realidad en todos los órdenes del conocimiento hacia éticas epistémicas. La infinitud de formas posibles a las que apuntan las redes complejas de conocimiento, no es más que la posibilidad humana y natural de entender los ciclos y procesos de la vida en sentido generativo, nunca progresivo ni lineal."

En esa línea de pensamiento transracional, María Alejandra Rodríguez (2017), Docente universitario en el departamento de Filosofía de la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Carabobo (Venezuela), aborda el papel de La filosofía educativa en el ámbito universitario, un punto de vista que bien puede ser extrapolable a cualquier universidad del mundo por sus inherentes principios universales:

"La educación superior en Venezuela, como fundamento formativo para el desarrollo educativo, cultural, filosófico y social puede ser un punto de referencia crucial en función de la construcción de una sociedad humana, justa y libre. Se trata de educar más allá del bienestar individual y colectivo propuesto por una sociedad del éxito personal y del consumo, trabajar en función del porvenir de la civilización y la supervivencia de la raza humana y del planeta; ya que una persona consciente de su compromiso existencial puede alcanzar grandes logros e impactar en el bienestar de los demás gracias a un humanismo trascendental y verdadero. Por eso la educación universitaria debe considerarse como el modo formativo humanista para emprender cualquier objetivo elevado, verdaderamente humano, comunitario y social, sea a través del currículo de carácter ético-espiritual de todas las profesiones, o de una formación filosófica en torno a las dimensiones antropológicas existenciales del sentido de la vida desde el compromiso social."

Dicha cosmovisión de una nueva racionalidad para pensar y rehacer el mundo mediante una educación transracional inquiere, como objetivo de esta investigación, que el educando aprehenda la síntesis de saberes mediante una genuina intuición espiritual: la integración de la conciencia (yo), la ciencia (ello) y la moral (nosotros) -las tres esferas del saber diferenciadas por Kant mediante sus Tres críticas- como una intuición moral básica para orientar éticamente sus actos, pensamientos y sentimientos. Una ética epistémica en toda regla bajo una epísteme transracional.

(12) Por un lado, el sentido de Journal of Transpersonal Research es el de promover, reunir y difundir el estudio de la investigación en psicología y psicoterapia transpersonal, así como cualquier campo de estudio relacionado con éste. Esta iniciativa surge desde el ámbito de la psicología académica, para conseguir una serie de objetivos en el estudio de lo transpersonal, como son:

-Continuar el objetivo de estudio serio y científico, con que nació esta disciplina.
-Generar y aumentar la investigación experimental y empírica (tanto cualitativa como cuantitativa), en psicología y psicoterapia transpersonal.
-Ampliar la investigación transpersonal a disciplinas afines y relacionadas con ella, sin ser propiamente llamadas “transpersonales”.
-Dar a conocer más la psicología transpersonal en la psicología académica, a través de la inclusión de esta revista en las bases de datos y directorios académicos nacionales e internacionales.
-Publicar las investigaciones más relevantes que se están llevando a cabo en lengua castellana.

El interés principal de esta revista es la publicación de investigaciones experimentales y empíricas (cuantitativas/cualitativas), para contribuir a la integración de lo transpersonal en la psicología académica.

Todos los artículos publicados en esta revista versan sobre la ciencia e investigación transpersonal, concretamente en la disciplina de psicología, aunque también tienen lugar los trabajos de otras disciplinas del conocimiento que se relacionen con la psicología y/o la psicoterapia a través de su dimensión transpersonal.

El objetivo de esta revista es la difusión, presentación y discusión de la nueva investigación generada, tanto a nivel teórico como experimental (especialmente éste último), en materia de psicología transpersonal, así como cualquier saber relacionado con el dominio transpersonal de la persona.

El público al que está dirigida esta revista, es todo aquel interesado en la investigación de la dimensión espiritual del ser humano, como parte constituyente del mismo, junto con la biológica, psicológica y social.

Journal of Transpersonal Research está avalado por el Departamento de Filosofía, Universidad Autónoma de Barcelona (España), el East West Psychology Department, CIIS, San Francisco, California (U.S.A.) y por el Departamento de Didáctica y Teoría de la Educación, Universidad Autónoma de Madrid (España). Es digno de mencionar la tesis doctoral de Iker Puente titulada titulada Complejidad y psicología transpersonal: Caos, autoorganización y experiencia cumbre en psicoterapia (Universidad Autónoma de Barcelona, 2014), a la que tuve el honor de asistir presencialmente.

Por otro lado, EUROTAS es la única asociación Transpersonal de ámbito Europeo, y su origen se remonta al año 1984. Se funda durante la Primera Conferencia Europea Transpersonal celebrada en Bruselas, organizada por la Asociación Transpersonal de Bélgica, y liderada por un grupo variado de profesionales, tanto del ámbito de la salud, como de la ciencia y la espiritualidad. Con el objetivo de difundir, debatir e investigar el fenómeno Transpersonal en todas sus facetas, EUROTAS incluye entre sus miembros a las diferentes asociaciones transpersonales europeas, y también a personas a título individual. Como garantía de rigor profesional, se ha creado una Certificación Europea de Psicoterapia Transpersonal, así como una certificación de formación homologada para centros e institutos. Hoy en día, cuenta con miembros de 25 países diferentes, funcionando como una red profesional de comunicación e investigación. Anualmente se organiza una conferencia a nivel internacional en uno de estos países, coordinada por la Asociación Transpersonal representante del mismo. El año 2008 l’ Associació Catalana Transpersonal tuvo el honor de coordinar la X Conferencia Europea Transpersonal que tuvo lugar en Barcelona. EUROTAS combina el rigor científico y espiritual con las oportunidades de cooperación, beneficio mutuo, intercambio y amistad.
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PENSADOR

¿QUIÉN CREES QUE ERES TÚ?

Entrevista de radio relacionada con este artículo

Inconsciente, subconsciente, consciente

Aquello que creas que eres, si así lo crees, eso eres tú. Ahora bien, acerca de lo que crees que eres: ¿Cómo sabes que lo que sabes es cierto? Toda creencia es eso, una creencia, pero no necesariamente la verdad. Aquello que crees que eres pudiera ser una ilusión y, del mismo modo, la verdad de lo que crees que eres también pudiera ser una ilusión. Ser consciente de lo que crees que eres o de la verdad de lo que eres, presupone un conocimiento de sí mismo, un reto cognitivo que requiere un empoderamiento de los propios pensamientos reflexivos. Por tanto, la consciencia de sí mismo y, consecuentemente, el estudio de la conciencia es un reto psicológico para todo aquel que quiera saber quién es realmente. Consecuentemente, es pertinente la siguiente pregunta: ¿Qué es la conciencia?

Muy pocas personas saben escucharse a sí mismas, pues como ha demostrado el neurólogo estadounidense Benjamin Libet mediante experimentos, las señales cerebrales asociadas a las acciones se producen desde 0,3 a varios segundos antes de que el sujeto fuera consciente de la decisión de llevarlas a cabo. El orden de las actividades cerebrales parecía ser percepción del movimiento y luego decisión, y no a la inversa. Es decir, el cerebro consciente solo intenta ponerse al nivel de lo que ya estaba haciendo el cerebro inconsciente.

Si, como demuestra Libet, nuestras decisiones y acciones conscientes proceden de nuestro inconsciente, ¿quién da dichas órdenes? En términos de Carl Gustav Jung: “Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida, y tú lo llamarás destino". Ahora bien, hay que tener en cuenta que nuestro subconsciente es manipulado por el enemigo invisible de la humanidad, por tanto, más que nunca es necesario ser un maestro del pensamiento mediante el empoderamiento de sí mismo. Dicho empoderamiento tiene sus propios procesos como son la consideración de la filosofía de la mente, la técnica mayéutica, la “muerte del ego” y una revolución interior hasta lograr la maestría de saber escuchar nuestro subconsciente.

Dualidad y no-dualidad

El ser humano está dotado de razón, pero, como se ha visto anteriormente, el proceso cognitivo es un laberinto complejo a través del inconsciente, el subconsciente y el consciente. Además, cabe tener en cuenta que todo pensamiento es dualista porque hay un sujeto pensante y un objeto pensado; y el mayor de los dualismos es la separación entre razón y Espíritu. Toda la filosofía occidental está sustentada en el dualismo que divide al ser humano entre ese mundo interior que pregunta y ese otro mundo exterior por conocer.

Sin embargo, si tomamos en consideración que la realidad es una ilusión, porque somos una fábrica de ilusiones, la única realidad verdadera es ese mundo interior en donde está presente el Espíritu, y la búsqueda de ese Espíritu es nuestra misión espiritual más sagrada: se trata de una experiencia mística (es decir: no dual) y sería la actitud correcta.

La trampa del ego

La ilusión de la dualidad anteriormente expuesta es una trampa del ego, ese sistema de creencias que te mantiene separado del Espíritu. Lo que piensas que eres, lo que crees que eres, es una argucia del ego para mantenerte separado del Espíritu (o Dios). Todo pensamiento dual lleva a la separación de ti respecto del mundo y los demás, y te aleja aún más de Dios. Pero ese proceso de separación se hace de un modo totalmente inconsciente, hasta que ocurre el despertar espiritual, una experiencia en la que la razón se espiritualiza para sustituir la dualidad por la no-dualidad. ¿Y cómo saber diferenciar la voz del ego de la voz del Espíritu? La meditación es el camino. La voz del ego te dice lo que tú debes creer lo que eres, pero, mediante la meditación como sanación trascendental, es posible frenar esa voz ilusoria para escuchar la voz del Espíritu en medio de tu soledad, porque El silencio habla, solamente hay que saber escuchar esa intuición espiritual. El ego es la voz de la mente que fomenta la división, que crea las dualidades. Sin embargo, la voz del Espíritu es puro Amor, y te hace vivir en la conciencia de unidad.

Una vez comprendido todo lo anterior, de das cuenta que el mundo exterior es una trampa del ego que divide a la humanidad por países, culturas, religiones, familias, y te divide a ti mismo cuando solamente buscas fama, dinero, poder y satisfacción egoísta. Lo contrario, estar al servicio de los demás, es propio de haber trascendido hacia la conciencia transpersonal, donde todos somos Uno. Es así como adquirimos también inteligencia espiritual y, por fin, despertamos de un mundo que es como un sueño. En el caos que vemos en ese mundo exterior, existe un orden. Sin embargo, nos dejamos llevar por el miedo tal fuera un virus psicológico, en vez de confiar en el Amor, porque el Amor es el mejor bálsamo de sanación. Así es como el ego te tiende una trampa para que no mires en tu interior.

Universidad del Amor

Aprehender todo lo anterior no es una cuestión baladí, pues requiere la firme decisión de conocerse a sí mismo y, por tanto, también es necesario un proyecto filosófico y pedagógico: cambiarse a sí mismo para cambiar al mundo, en el mismo sentido que nos advirtiera el inconmensurable Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo, deberá comenzar por cambiarse a sí mismo”.

No son tiempos de cambiar a los demás. Si quieres ver un mundo en paz, debes vivir en la paz interior y, cuando haya la suficiente masa crítica hasta alcanzar un despertar colectivo masivo, entonces, y solo entonces, entre todos “nosotros” será posible cambiar ese mundo de ahí fuera. El nacimiento de una nueva conciencia en la humanidad solamente es posible desde la paz interior, viviendo en y para el Amor. A tal efecto, es imperativa una Universidad del Amor para difundir el Amor internacionalmente y que, todos, participemos de un hermoso proyecto de Amor mundial desde lo transpersonal, desde tu interior.

La sabiduría como ciencia para la sanación espiritual

Ahora, intenta reformular la pregunta que da inicio a este artículo: ¿Quién crees que eres tú? Convendrás conmigo que es preciso iniciar un camino ascendente hacia la sabiduría porque, el saber sin Amor, es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo. Y, en ese estado de sabiduría, no es conveniente decir lo que se piensa, sino pensar lo que se dice: así es como tendrás el control consciente de tu subconsciente, y no estar manipulado desde el inconsciente, ahí radica la clave de la sabiduría como ciencia para la sanación espiritual.
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locura

PSICOTERAPIA TRANSPERSONAL: MARCA DE LA BESTIA VERSUS ASCENSIÓN ESPIRITUAL

EN ESTE ENLACE: Entrevista de radio relacionada con este artículo

INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ ES LA PSICOTERAPIA TRANSPERSONAL?

1 - Escucha tu subconsciente

El camino de introspección argumentado en mis publicaciones se constituye en un retorno al “sí mismo” que estuvo siempre presente pero que nunca fue observado. La observación consciente es un camino de introspección que requiere comprender que, a nivel subconsciente, opera una inteligencia aún desconocida (…Dios para muchos), y que “nosotros” somos parte de esa corriente cognitiva universal.

2 - Filosofía transpersonal

Distintas teorías científicas están abordando la comprensión del ser humano desde la filosofía cuántica, o la filosofía transpersonal, o cualquier otra corriente espiritual que contemple los nuevos paradigmas que dan preponderancia al Espíritu sobre la materia (más comúnmente conocida como Matrix o 3D). Se trata de un movimiento transpersonal que vislumbra una aproximación de la epistemología a la hermenéutica en términos filosóficos, o una aproximación de la ciencia y la espiritualidad en términos populares. El “viejo mundo” sustentado en ideas materialistas está exponiendo la crisis epistemológica de Occidente, una crisis que evidencia la divergencia entre la ciencia y el espíritu, entre el materialismo científico y la metafísica. Es una crisis de conciencia en toda regla que clama por un “nuevo mundo”. Toda crisis de pensamiento debe dar paso a una nueva cosmología de nuestra visión y percepción del mundo, aún a riesgo de ser considerada como una “teoría de la conspiración”.

3 - Psicología transracional

En mis postulados filosóficos mantengo que existe una guerra espiritual que se está librando en la humanidad, y que esa guerra ha llegado a la propia inflexión psicológica de cada cual, pues nadie puede resolver los problemas del mundo exterior sino es con un preceptivo cambio interior. Dicho proceso de cambio interior requiere de una inherente psicología transracional que explique nuestros procesos cognitivos mediante los necesarios mapas evolutivos de la conciencia. Como argumento en mis publicaciones, la ciencia por excelencia es la ciencia de la conciencia como nuevo paradigma de conocimiento, más conocido como filosofía transpersonal, y cuyo emblemático embajador filosófico es Ken Wilber.

4 - El enemigo invisible de la humanidad

Pero la filosofía transpersonal como ciencia teórica, gracias a la hipnosis clínica regresiva de William Criado, nos permite pasar a una filosofía transpersonal práctica para constatar que existe un enemigo invisible que manipula a la humanidad a través del subconsciente, y mediante una ingeniería social y mental, así como una manipulación económica, social y política.

5 - La locura aperspectivista

La situación descrita nos puede llevar, literalmente, a una locura aperspectivista. Precisamente por ello, comencé a escribir como terapia personal para no caer en una paranoia mental pues, aunque aparentemente en el mundo exterior hay caos, hay que procurar poner orden en nuestras ideas. El control consciente de nuestras ideas es parte del empoderamiento de la conciencia que se piensa y se observa a sí misma, es el núcleo mismo del empoderamiento: el “conócete a ti mismo” grabado en piedra en el Oráculo de Delfos griego, porque ahí radica el secreto de la sabiduría y la felicidad gracias al conocimiento propio, o tal vez, a reconocer todo lo que no somos.

6 - La meditación como camino de introspección

El conocimiento de sí mismo es la punta de lanza de mi pensamiento filosófico, en el mismo y profundo sentido tal lo dijera el inconmensurable maestro Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo, deberá comenzar por cambiarse a sí mismo”. Ese proceso psicológico de introspección fue conocido ancestralmente como filosofía perenne, y modernamente como psicología transpersonal, incluso científicamente como filosofía cuántica. En definitiva, existe una convergencia de la ciencia con la espiritualidad desde que se ha demostrado los efectos beneficios de la meditación como camino de introspección para conocerse a sí mismo. Es más, la sanación trascendental de la humanidad es posible gracias a la meditación.

7 - Psicoterapia transpersonal

A partir de los anteriores planteamientos, a nivel psicológico, también es posible ejercer una psicoterapia transpersonal que aborde la sanación del alma gracias a una actitud cognitiva de sí mismo y, así, lograr la disipación de la ignorancia sobre cuál es el sentido de la vida, porque la vida es un misterio en sí misma. La psicoterapia transpersonal es un acompañamiento personal, a modo de asesoramiento filosófico, que se puede ejercer desde los planteamientos hasta aquí argumentados. Prueba de ello, es posible una “visión transpersonal” que pueda ser aplicada a la educación, como bien demuestra Marely Figueroa en su Tesis de Maestría, y a nivel práctico como pionera de una asignatura de Filosofía Transpersonal. Obviamente, la psicoterapia transpersonal vislumbra, inherentemente, una educación transracional por descubrir.

8 - Educación transracional para un despertar colectivo masivo

En esa línea de pensamiento, la Tesis Doctoral de Noemí Siverio, nos adentra en la psicología compleja del ser humano a través de nuevos neologismos como “dimensión espiritual: un despertar de conciencia”, también con una “inteligencia espiritual”. Por tanto, la humanidad como pensamiento complejo, se halla ante un segundo renacimiento en el que el “yo” (ego) como conciencia individual y el “nosotros” como conciencia colectiva, vislumbra una abismo de conciencia como nunca visto anteriormente. La conciencia, incluso, debe ser vista como un problema histórico por resolver. Y en eso consiste El gran evento: se trata de un despertar colectivo masivo que, lamentablemente, se está produciendo a través de los cuatro jinetes del apocalipsis: la muerte, el hambre y la guerra, todo ello superable si sabemos reconocer nuestra grandiosidad interior como luz divina simbolizada por el jinete blanco.

9 - El camino ascendente hacia la sabiduría

Comprender todo el proceso descrito hasta aquí es el “abc” de la psicoterapia transpersonal que postulo, como he expuesto al principio: se trata de un acompañamiento filosófico para señalar el camino, pero dicho camino ascendente hacia la sabiduría debe ser recorrido por cada uno de nosotros, una cuestión nada fácil, pues el “conocimiento de sí mismo” requiere inherentemente la limpieza de nuestras sombras y traumas ancestrales, también los velos sociales y psicológicos que deben ser señalados por el terapeuta transpersonal, pero descubiertos y transcendidos de un modo individual. Veamos dicho proceso con un caso práctico que he mantenido con una persona que, por decoro, obviaré su nombre.

MARCA DE LA BESTIA VERSUS ASCENSIÓN ESPIRITUAL

1 - La marca de bestia

Una persona me confesó que no quería ser vacunada, a lo que le respondí: “la falsa pandemia tiene los días contados, aguanta y ten un poco de paciencia. Todo ese circo es un genocidio contra la humanidad, y caerán los débiles por ignorantes y manipulados". Proseguí diciendo: “Tú ahora estás en el camino ascendente espiritual, sigue así, confía en mí, jamás te engañaría. Todo esto va de fe". “Es verdad”, me contestó. A partir de aquí hago un monólogo explicativo con la esperanza de que pueda comprender su propio proceso de empoderamiento y despertar espiritual como un camino ascendente hasta transcender el ego y alcanzar la conciencia de unidad.

Estás en el camino ascendente espiritual de tu propia conciencia, y se inicia con el empoderamiento mental, es decir, pensar y tomar las decisiones por ti misma. Hasta ahora es el sistema que te decía lo que tienes que hacer a través de tu educación y los corruptos políticos. Desde pequeña te han adoctrinado para NO pensar por ti misma. Mi humilde labor es que te des cuenta de eso, porque así es el despertar espiritual. Una vez despierta, lo más difícil será tomar las decisiones por ti misma, es decir con conocimiento de causa. Desde que te conocí, mi humilde labor ha sido acompañarte en ese camino del despertar espiritual. Ahora ya sabes pensar por ti misma, pero confías mucho en mi como guía de la razón (por eso soy filosofo transpersonal), pero yo lo que quiero es que sigas con tu aprendizaje espiritual, y cuyo siguiente paso es la trascendencia del ego. Te explico ello a continuación.

Cuando te conocí estabas desesperada, al punto que tú ya sabes y me dijiste.... recuerda. Cuando se toca fondo en la vida es cuando más se necesita un camino espiritual para que la conciencia cure sus heridas y sombras causadas por un sistema social que esclaviza, así como una ingeniería mental que anula tu personalidad. La anulación de la personalidad se realiza mediante un condicionamiento cultural y psicológico, a través del adoctrinamiento educativo, social y político. Todo niño nace puro y con un deseo innato de aprender, pero el sistema ya se encarga de adoctrinar su personalidad por maestros también adoctrinados. Todo el sistema social y cultural está adoctrinado: todo es mentira y la historia también está intencionalmente escrita por el enemigo invisible de la humanidad. Ese proceso de sugestionar a cada persona hacia la ignorancia ya fue hermosamente descrito por Platón en su alegoría conocida como el Mito de la caverna.

Esa historia se ha repetido y se repite desde hace milenios. Como puedes deducir por lo anteriormente descrito, no eres la única persona que ha pasado por ese proceso de anulación de tu libertad a decidir por ti misma. Saber ello ya es un signo de empoderamiento, y ahora ya estás despierta espiritualmente, porque también has iniciado la introspección de tu Ser gracias a la práctica de la meditación. Una vez empoderada y despierta espiritualmente, debes seguir ascendiendo en el conocimiento de ti misma: y lo siguiente es tomar tus decisiones por ti misma en lo referente a tu propia vida, porque es cuestión de vida o muerte, de eso va esta falsa pandemia. Quizá debes tomar la decisión más importante de tu vida: ¡vacunarte o no!

2 - Abismo y empoderamiento

Es en el borde del abismo cuando las personas son más manejables porque, el falso sistema de creencias, ese adoctrinamiento educativo y cultural, bombardea tu subconsciente para que no tomes decisiones por ti misma, sino lo que el sistema dice qué tienes que hacer, es decir, vacunarte. Deberás tomar la más importante decisión de tu vida, pero, ahora, con conocimiento de causa, porque estás empoderada y despierta espiritualmente como he explicado anteriormente. Y esa decisión tan importante te va a llevar a contracorriente, a querer salir de la caverna platónica, a buscar libertad psicológica, a pensar por ti misma y no dirigida por un ego adoctrinado. Ahora debes tomar la decisión de no decir lo que piensas, sino pensar lo que dices: en eso consiste el empoderamiento.

Si a ello le sumas que has practicado la meditación, has comprobado que hay un camino metafísico por recorrer, un camino de trascendencia metafísica del ego: algo de tu oruga debe morir para dejar nacer la mariposa que llevas dentro. Y en ese renacimiento espiritual, debes dar voz a esa niña interior que necesita ser escuchada, debes prestar atención a las intuiciones, los sueños, las premoniciones y las sincronicidades.

Esa niña tiene mucha luz y debes hacerla brillar, hasta que te conviertas en faro de luz, del mismo modo que humildemente he pretendido contigo. Esa luz es puro amor, es profunda emoción, eres tú misma más allá del tiempo y el espacio, pero los velos de la percepción te impiden ver tu reflejo en el espejo del universo porque, recuerda, la realidad es una ilusión, pero no recuerdas que elegiste vivir esta experiencia.

3 - El camino ascendente espiritual

Ahora ya lo sabes, sólo hay un camino, el camino de la luz, esa misma fuente de vida que nos llega del sol para hacer la fotosíntesis con las plantas, las cuales nos dan nuestro oxígeno, gracias a todo lo cual la biosfera (naturaleza) ha evolucionado hacia la noosfera (la naturaleza mental), pero queda por evolucionar hasta la teosfera (nuestra naturaleza divina). En eso consiste el camino ascendente espiritual, en el reconocimiento de ese potencial divino que, según William Criado, consiste en un 2% de gen/luz, siendo el 98% restante de genes de origen reptiliano. Saber ello también es parte de tu empoderamiento sobre el origen de tu vida y de tu misión en ella: regresar a la fuente divina gracias a la conciencia de unidad. Pero alcanzar la conciencia de unidad no es nada fácil, porque hay que trascender a esa dualidad del mundo exterior, la causante de la fragmentación de la conciencia. Tienes la conciencia fragmentada porque debes tomar la decisión de vacunarte...o no.

Muchas personas hemos pasado por esa experiencia existencial de la vida, no te preocupes, es un proceso doloroso en el alma, más fuerte que un dolor físico, y que la mente no sabe cómo resolver. Debes tener cuidado, porque la mente es muy poderosa, pero tú debes ir más allá de la mente dualista, debes caminar hacia la conciencia de unidad como un sendero psicológico y pedagógico para curar tu vértigo frente al miedo que te atenaza. Porque el miedo es el virus de la pandemia psicológica que ha llevado este mundo hacia una locura aperspectivista.

4 - La locura aperspectivista

El mundo está bastante loco, pero no dejes que esa locura predomine tu mente mediante el ego (falso sistema de creencias) a costa de tu espíritu (que es pura luz): recuerda que todo es vibración y que, si vibras en el amor del espíritu, será posible esa trascendencia desde la 3D hacia la 5 D. Ese es el reto en el actual estadio de la humanidad: se trata de una evolución de la conciencia a escala planetaria, donde, la conciencia individual debe converger con la conciencia colectiva: estamos necesitados de espiritualizar la razón, y el único camino es el amor tal como demuestran los propios científicos. Dicho de otro modo, hay una crisis de conciencia no resuelta, pues la cultura occidental tiene una profunda crisis epistemológica al divorciarse de la hermenéutica. Las ciencias epistémicas nos han dicho que la "verdad" procede de los sentidos, y que no hay nada más allá de la mente, que la metafísica no es el camino y, en su lugar, han sustituido el camino ascendente espiritual por religiones abducidas también por el enemigo invisible de la humanidad: una locura aperspectivista en toda regla. Dicho de otro modo: nadie sabe lo que está pasando en el mundo porque, de eso se trata, de mantener la ignorancia colectiva también.

5 - El despertar espiritual

Pero el despertar espiritual individual también hace crecer el despertar espiritual colectivo, como está demostrado científicamente mediante la meditación. Cuando meditas desde tu centro espiritual solo deseas de corazón el bien de la humanidad. Ese simple deseo amoroso creado intencionalmente viaja más allá de la materia porque, recuerda, la filosofía cuántica ha abierto una brecha en la epistemología materialista. Dicho de otro modo y en lenguaje popular: el poder de todos nosotros (la solidaridad colectiva sustentada en el amor -5D-) es una luz cegadora que los obscuros no pueden soportar. Lo anterior está ampliamente demostrado por William Criado mediante la hipnosis clínica regresiva. Ahora sabes que el amor es la ley suprema que todo lo une, por eso se habla propiamente en términos filosóficos del Ser, o Dios según las diversas interpretaciones culturales.

Ese camino ascendente hacia la sabiduría también es conocido como el Tao, un equilibrio entre la mente y el espíritu: tan malo es una razón dogmática como una espiritualidad fanática, por eso el enemigo invisible de la humanidad manipula al ser humano mediante el subconsciente, se trata de decirnos lo que "sea la verdad" y lo que "debemos creer". El adoctrinamiento de esa "verdad" es ejercido mediante la educación como instrumento de poder, es así como han amputado a la cultura de su dimensión ética y metafísica al ser sustituida por religiones como opio del pueblo.

6 - La guerra espiritual

La historia de la humanidad es la historia de una guerra espiritual, en la que los obscuros han aplicado el "divide y vencerás" al "nosotros". Pero nosotros, debemos aplicar "la unión hace la fuerza" y luchar en nuestro terreno: en nuestro mundo interior con conciencia de unidad, no estar expuesto a la dualidad exterior que anula nuestro libre albedrío: PENSAR EN SER LIBRE es sumamente importante. Y ser librepensador no es baladí porque, pensar de un modo divergente al sistema, será la prueba de fuego para trascender tu ego e ir hacia la conciencia de unidad, un camino no-dual por descubrir en esta gloriosa danza cósmica del universo: bienvenida a tu multidimensionalidad interior, un "mundo nuevo" por descubrir mediante la FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y LA EDUCACIÓN TRANSRACIONAL. Expresado en término más coloquiales: más allá de la razón (ego dualista) está el amor, ese que debe ser educado independientemente al sistema. Porque, cuando estamos desprovistos de amor, se llega a perder la autoestima, por eso hay más suicidios que nunca: porque se pierde de vista que el sentido de la vida es buscar el sentido de la vida, a eso se han dedicado tradicionalmente la filosofía y la ciencia. Pero la filosofía materialista debe ser trascendida por una Filosofía Transpersonal, como argumento en mis publicaciones.

7 - Psicoterapia espiritual

Pero no puedo hacer nada más, querida amiga, el resto es decisión tuya, tú eliges si te vacunas o no. Yo te he enseñado todo lo que sé, no sé nada más, con ello debes tomar tu propia decisión, no puedo decidir por ti. La vida y la muerte, como otras tantas dualidades debe ser trascendida: ¿crees en algo superior, en un más allá? Yo no puedo decirte que hay más allá, sólo te lo he explicado hasta donde alcanzan las palabras de un humilde buscador de "verdad", nunca pretendí ejercer de psicoterapeuta espiritual como ahora contigo, pero mi camino me ha llevado a eso, ¿puedo luchar contra mi destino?

Yo tengo las mismas y profundas dudas que tú, pero la única diferencia es que te doy una perspectiva ilustrada de mi visión del mundo, de lo que personalmente he aprendido. Solo te transmito lo que sé, porque el conocimiento genuino debe ser gratuito y no abducido, no en vano este aforismo bíblico: "La verdad os hará libres". Y ahora vivimos tiempos bíblicos en los que hacen su aparición los cuatro jinetes del apocalipsis como único revulsivo para un despertar espiritual colectivo.

8 - La sanación trascendental

Te advierto que el camino espiritual no es un camino de rosas, apenas estás saliendo de la caverna platónica. Como he dicho al principio, debes hacer brillar tu luz para alumbrar "verdad" y "amor" en las demás personas que están pasando por el mismo procedimiento que experimentas en tu conciencia. Porque la sabiduría es amor, no en vano, el saber sin amor es puro egoísmo y la causa de todo sufrimiento en este mundo.

La investigación de la conciencia permite establecer mapas evolutivos de la conciencia como guía cognitiva para no perderse a sí mismo, ni tampoco a la humanidad. Ese proceso de pensamiento, conocimiento e iluminación es el núcleo duro del proceso del despertar espiritual, es el útero en el que la razón se espiritualiza dando lugar al nacimiento de la inteligencia espiritual. Comprender que la conciencia tiene el poder de la intención y la imaginación, también equivale a estar empoderado de la propia conciencia: es vivir en el eterno presente, es un tipo de inteligencia espiritual que pertenece a la hermenéutica de lo inconmensurable, y no a la epistemología de lo conmensurable. Sin embargo, como demuestro en mi publicación científica, es posible una " epistemología hermenéutica", dicho de otro modo, una nueva cosmología entre ciencia y espiritualidad. Y sin lugar a dudas, como demuestra Ken Wilber, la meditación es la puerta de acceso para la sanación trascendental de la humanidad. Pero, querida amiga, como apunto al principio de este escrito, el camino ascendente espiritual es un camino individual.

9 - Un nuevo mundo: la quinta dimensión, un mundo de amor

Hasta ahí puedo llegar, pues te he explicado lo poco que sé, y ahora me dedico a aprender en cómo construir ese "nuevo mundo" con personas tan divergentes como yo, como alternativa al sistema piramidal de dominación que ha extenuado y esclavizado a la humanidad. Yo me bajo de ese barco a la deriva, te puedo tender una mano para sumarte a la "visión transpersonal" que intenta ser educada gracias a docentes innovadores como Marely Figueroa, una pionera en aplicar la filosofía transpersonal en la educación. Pero la decisión final es tuya, deberás tomar la decisión más importante de tu vida: vacunarte o no. Deberás elegir entre lo que te dice el sistema o lo que te diga tu voz interior. Será tu acto en libertad, quizá, de mayor responsabilidad: no solo es una cuestión que afecta a una vida física, sino también a una vida espiritual.

Con todo eso que ahora sabes, puedes ser libre para actuar con conocimiento de causa. Quizá sea el primer paso hacia tu libertad: ser valiente contigo misma al tomar las riendas de tu destino gracias al empoderamiento que ahora mora en ti como conciencia de unidad: bienvenida a la quinta dimensión, bienvenida a la dimensión del amor.
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amor

LA RAZÓN ES A LA DUALIDAD, COMO EL AMOR A LA UNIDAD

Este artículo es la conclusión final del trabajo de investigación titulado FILOSOFÍA DE LA MENTE: EMPODERAMIENTO, DESPERTAR ESPIRITUAL, TRASCENDENCIA Y CONCIENCIA

1 - El giro copernicano hacia la sabiduría

Con el giro copernicano de la razón al servicio del amor, el viaje de la transformación interior se convierte, entonces, en un proceso psicológico y espiritual que requiere una ascensión de nuestra conciencia con la sabiduría adquirida mediante la razón para, acto seguido, ponerla al servicio de los demás mediante una compasión que abrace a todos los seres por igual. En suma, se trataría de vivir en la conciencia de unidad, una característica propia de la conciencia transpersonal. Y dicho camino de ascensión espiritual individual es una experiencia mística que puede lograrse mediante la meditación como ciencia trascendental.

2 - Sabiduría versus ignorancia: otra dualidad

Pero, adquirir la sabiduría mediante la razón, no es un proceso baladí, pues hay que lidiar con la ignorancia y sus consecuencias epistemológicas, con la ingeniería social y mental, con la manipulación económica, social y política, y con el enemigo invisible de la humanidad. Así pues, El ideal de la sabiduría, debe transcender diversos velos de la percepción hasta que el ego trascienda los sistemas de creencias arraigados en nuestro inconsciente (individual y colectivo) hasta dejar en evidencia todas las mentiras económicas, políticas y epistemológicas que impiden a nuestra conciencia ser libre con conocimiento de causa.

Es así como, cada cual, está envuelto en la búsqueda del sentido de la vida mediante el viaje de su propia transformación interior (consciente o inconscientemente) y que, en este trabajo de investigación, he intentado sintetizar como “Filosofía de la mente”. Y si una cosa debemos hacer con nuestra mente es imitar a la sabia naturaleza hasta alcanzar una sabiduría propia que procure la sanación espiritual.

3 - La sanación espiritual

Para dicha sanación espiritual, es pertinente comprender que no hay caos en el universo, pues en todo caos hay un orden, sin embargo, imperceptible dicho orden para la mayoría de mis coetáneos. La sociedad de la ignorancia nos puede llevar, literalmente, al caos, a un genocidio globalizado como el que asistimos con esta falsa pandemia. Por tanto, el caos es sinónimo de ignorancia, es la ausencia de sabiduría colectiva. ¿Entonces, cómo poner orden entre tanto caos? Cada cual debe buscar su propio orden interior y, como se ha visto en este trabajo de investigación, el empoderamiento (punto 1), el despertar espiritual (punto 2) y la trascendencia (punto 3) mediante la meditación, son las herramientas psicológicas y espirituales que nos pueden llevar a comprender que, poner en orden nuestras ideas, es la única alternativa para alcanzar la sabiduría. Es decir, así como el caos es a la ignorancia, el orden es a la sabiduría. Y cuando se alcanza dicha sabiduría mediante el uso de la razón, el mecanismo de resistencia anclado en el “ver para creer” se desactiva y se produce el giro copernicano hacia el “creer para ver”: comprendemos nuestra propia transformación interior mediante el empoderamiento de nuestros pensamientos, lo cual implica acto seguido un despertar espiritual que lleva a la trascendencia de la razón hacia el amor y, así, nos rendimos a la evidencia que la máxima expresión de sabiduría es puro amor. Porque el saber sin amor, es puro egoísmo, y la causa de tanto sufrimiento en este mundo.

4 - La sabiduría es amor

Concluyendo, la sabiduría y el amor no pueden ser encapsulados y prescritos por un médico, sino que deben ser aprehendidos consciente y prácticamente por todo sincero buscador de la verdad. Porque no hay mayor verdad que el amor (espiritualidad), y el amor a la verdad es el camino (filosofía), todo un reto de integración entre la razón (yo) y el espíritu (nosotros) con la salvaguarda de la naturaleza (ello). Integrar el Gran Tres es el reto todavía pendiente para la humanidad desde que fue diferenciado por Kant mediante sus Tres críticas. El gran mérito de Wilber desde la perspectiva de la historia de la filosofía, es haber delineado los cuatro Rostros del Espíritu mediante los cuatro cuadrantes, es haber cartografiado los caminos de la evolución de la conciencia y haber señalado la profundidad que debe ser descubierta por cada uno de nosotros mediante la meditación. Wilber también nos describe un mundo chato dominado por el materialismo científico que impide con su dogmatismo epistemológico la integración con el Espíritu. No obstante, Wilber nos deja un análisis hermenéutico de la historia del pensamiento y de la evolución de la conciencia como pocos en el mundo, no en vano, es considerado como el “Einstein” de la conciencia.

Mi humilde labor en esta serie de artículos es apoyarme en el andamio epistemológico y hermenéutico estructurado por este inconmensurable pensador contemporáneo y, cuya obra, está siendo marginada por el establischment académico oficial. En la historia de la filosofía ha habido inconmensurables pensadores como Aristóteles, Platón y Kant entre los más grandes. Wilber no debería ocupar un rango menor pues su extensa y exhaustiva obra incluye y trasciende a todos los anteriores pensadores a él. Una trascendencia que solamente puede ser experimentada e interpretada en la profundidad de la conciencia mediante la meditación.

Como apunta Wilber, todo cambio se presenta bajo los cuatro cuadrantes, y por tanto, habrá que comenzar a pulir el diamante en bruto que todos nosotros tenemos en el fondo de nuestro ser (“yo”, interior individual) mediante la veracidad, la sinceridad, la integridad y la honradez, un sendero de sabiduría que permitiría la integración de todos “nosotros” en una comprensión mutua (interior colectivo) y, entre todos, cambiar entonces el ajuste funcional de un sistema social (“ello”, exterior individual y colectivo) inmerso en un mundo chato o “viejo mundo”. Así fue como anduve un camino intentando rastrear la disociación entre el “yo”, el “nosotros” y el “ello” en este convulso mundo que nos ha tocado vivir.

Deseo finalizar este trabajo monográfico sobre "La filosofía de la mente para la transformación interior" con una cita que encabeza mi obra La educación cuántica. Se trata de una cita de René Descartes (1596-1650), por antonomasia, el padre del racionalismo. Dice así:

“Para alcanzar la verdad, es necesario, una vez en la vida, desprenderse de todas las ideas recibidas, y reconstruir de nuevo y desde los cimientos todo nuestro sistema de conocimientos”
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La conciencia sin fronteras

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA EN KEN WILBER

1 - Seminario: “El despertar de la conciencia”

De septiembre a diciembre de 2020, se impartió un seminario sobre “El despertar de la conciencia” bajo los fundamentos filosóficos del inconmensurable Ken Wilber, considerado como el “Einstein de la conciencia”. Dicho seminario estuvo promovido y a cargo de la Doctora Cecilia RE de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral - Unidad Académica Ríos Gallegos (UNPA-UARG) de Argentina.

La metodología de dicho seminario era realizar una lectura dirigida sobre la obra de Ken Wilber titulada LA CONCIENCIA SIN FRONTERAS, aproximaciones de Oriente y Occidente al crecimiento personal. Los destinatarios del seminario eran la comunidad universitaria, pero también el público en general. Y los objetivos del seminario eran fundamentalmente:

1 - Propiciar un espacio de reflexión personal sobre su propio nivel de conciencia.

2 - Impulsar un cambio de actitud entorno a su escala axiológica con importancia vital personal y colectiva.

3 - Aumentar la comprensión entre las categorías conciencia moral, enseñanza y salud pública.

Tuve el placer de asistir al citado seminario cuya duración fue de cuatro encuentros a razón de uno por mes desde septiembre a diciembre de 2020. La dinámica programada era realizar previamente las lecturas correspondientes, para después ser analizadas y debatidas bajo la dirección de la Doctora Cecilia.

En el primer encuentro titulado “Percibiendo fronteras”, se abordaron los tres primeros capítulos: Quien soy, Dividido por la mitad y Territorio sin fronteras. En el segundo encuentro titulado “Percibiendo mi ser” se abordaron los capítulos cuarto, quinto y sexto: Conciencia sin fronteras, Momento sin fronteras y Crecimiento de las fronteras. El tercer encuentro se tituló “Máscara, Centauro y algo más” y se abordó los capítulos séptimo, octavo y noveno: El nivel de la persona: se inicia el descubrimiento, El nivel del Centauro y El yo en la trascendencia. El cuarto encuentro tuvo como primordial preferencia sacar las correspondientes conclusiones y puesta en común de los puntos de vista de los participantes en relación con los objetivos del seminario.

2 - ¿Por qué esta propuesta del seminario?

En la guía del seminarista, la Doctora Cecilia expone la justificación del citado seminario en relación al estudio de la obra La conciencia sin fronteras de Ken Wilber:

La obra de Ken Wilber, llamado el Einstein de la conciencia, brinda puntos claves de critica al Paradigma positivista-cartesiano y materialista, el que abarca todos los dominios del conocer, el hacer y el obrar.

Ken Wilber se aleja de todas las formas hegemónicas de buscar, producir y transmitir el conocimiento. Pero lo importante, es que da soluciones a los problemas actuales individuales y colectivos que generan gasto público y sufrimiento humano.

La lucidez e intelectualidad de Wilber lo lleva a integrar, sin confusiones, tres campos que se ocupan de la realidad a diferentes niveles: la ciencia, la filosofía y la mística.

Ensayista por excelencia, Wilber es el padre de la Psicología Transpersonal y de la Psicología Integral. Ha escrito alrededor de 20 títulos que se ubican en el Paradigma emergente de las Ciencias de la Complejidad, es decir, una nueva concepción del mundo. Wilber integra y completa, mediante las tradiciones espirituales, la visión carente de sentido del mundo finito, empobrecido y material predicado por la ciencia moderna.

En este sentido de lo emergente, se ubican los holismos, los integrismos, las Ciencias de la complejidad, con el Pensamiento complejo de Edgar Morin, por ejemplo. En realidad, estos movimientos son una vuelta atrás, hacia los clásicos griegos y civilizaciones fundadores del mundo, integrando el Oriente y el Occidente. También es una integración de lo cuántico y lo cualitativo. Wilber realiza esta hazaña intelectual con absoluta maestría.

Wilber aborda filosóficamente diferentes disciplinas: la Filosofía, la Psicología, la Historia, la Biología, las religiones, la Ecología y el Misticismo, entre otras. Para muchos de sus seguidores, su obra maestra es Sexo, Ecología, Espiritualidad.

Quienes lo leen, resumen la postura wilberiana como sigue:

1. Nada es 100% correcto o incorrecto, porque todo tiene incompletitud y disfunción. Nadie o nada es 100% bueno o malo: existen diferentes grados de ignorancia, de conocimientos y de desconexión. Todo conocimiento es un trabajo en progreso.

2. La evolución ocurre cuando trascendemos e incluimos, no excluyendo, borrando o destruyendo. Por ejemplo, la evolución al nivel de desarrollo de un organismo unicelular no eliminó las moléculas, sino que las incluyó en un mayor orden de complejidad. Este patrón de evolución ocurre con todos los fenómenos. Ejemplo: la racionalidad no podría excluir la emoción, la industrialización no puede apartarse de la agronomía. Los mayores niveles de conciencia incluyen no excluyen obteniendo niveles mayores de eficiencia y prosperidad. Si realmente vamos a evolucionar, lo hacemos incluyendo e integrando lo que vino antes en algo mayor, no borrándolo.

3. El objetivo de la espiritualidad es trascender el ego, no demolerlo o reprimirlo. Los líderes espirituales que llaman a su represión provocan efectos trágicos y horribles en la humanidad.

4. Wilber tiene un concepto llamado "Falacia Pre / Trans" que establece que las personas a menudo confunden lo que es convencional (fase de desarrollo anterior) con ser convencional (etapa de desarrollo posterior) porque ninguno de los dos es convencional. Un ejemplo que usa son los movimientos espirituales de la Nueva Era que glorifican el regreso a un estado infantil de actuar puramente sobre la emoción y el deseo. Confunden estos caprichos emocionales narcisistas anteriores con experiencias espirituales, ya que tanto la juerga emocional como las experiencias espirituales son experiencias no racionales. Dado que su juerga emocional no es racional, y las experiencias espirituales no son racionales, confunden a los dos. Este concepto puede aplicarse en muchas áreas del desarrollo personal y social.

5. La percepción contiene modalidades interiores y exteriores: nuestros pensamientos y controlados por la variedad física de neuronas que se activan. Nuestras mentes no son autónomas y nos falta libre albedrío. Wilber afirma que tanto la conciencia interior como la exterior son reales y la segunda es el reflejo de la primera. De hecho, la investigación sobre la neuro-plasticidad (la capacidad de cambiar la configuración física de su cerebro a través del cambio de patrones de pensamiento y comportamiento) está comenzando a respaldar esta conclusión.

6. Las jerarquías existen, pero no necesariamente equivalen a superioridad moral. Hay niveles más altos de desarrollo y complejidad, personas con mayores habilidades y talentos, pero eso no significa que sean moralmente superiores o expresiones más completas de su propia realidad. Por ejemplo, la ciencia nuclear es una forma superior de comprensión humana que la magia vudú o el dogma religioso, pero Wilber argumenta que esto no significa que uno deba imponerse al otro. Vemos que la diferencia está en la conciencia humana de una persona.

En cuanto al libro elegido para este semanario, uno de sus primeros escritos, qué mejor que parafrasear un sentimiento y pensamiento que muchos de nosotros ya hemos experimentado, en palabras de Ken Wilber:

Tengo un cuerpo, pero «no» soy mi cuerpo.
Tengo deseos, pero «no» soy mis deseos.
Tengo emociones, pero «no» soy emociones.
Tengo pensamientos, pero «no» soy mis pensamientos.
Soy lo que queda, un puro centro de consciencia.


Y entonces, ¿quiénes somos? ¿Quién soy yo? Y ¿si no soy quien creo ser?

En La conciencia sin fronteras, Wilber nos ayuda a hacer un recorrido existencial tratando de reconfigurar un “yo” más auténtico y legítimo. Nos invita a pegar partes divididas, no advertidas y negadas, ampliando la conciencia de ser y de ser, sobre todo, humano. Superar las fracturas de nuestra identidad para asumirnos tal y como somos, con la esperanza de que este conocimiento nos ayude a trascendernos.

Con este reto interpretativo y con gran libertad, es como se inició este seminario de reconstrucción de nuestro mapa identitario.

3 – La importancia de Ken Wilber en la cultura occidental... y en todo el mundo

Una vez expuestos la metodología, los objetivos y la justificación del citado seminario, quisiera hacer una aportación desde mi experiencia personal tras asistir a los cuatro encuentros programados.

En primer lugar, es importante destacar que la obra de Ken Wilber es prácticamente desconocida en el ámbito universitario, tal como queda evidenciado en la propuesta de mi artículo científico en una Revista Científica de Colombia, en el que más de 50 académicos desconocen al autor contemporáneo más importante por aunar la filosofía tradicional (racionalista) con la trascendencia espiritual, mediante la incorporación de la meditación como ciencia trascendental en la investigación de la conciencia, una cuestión avalada científicamente. Es por ello que, cuando la Doctora Cecilia RE propuso ese seminario sobre Ken Wilber, quedé gratamente sorprendido con esa incursión pensativa en el ámbito del academicismo tradicional. Mi felicitación a la Doctora Cecilia, pues no se limitó a la exposición teorética del pensamiento de Wilber, sino que también se realizaron las correspondientes meditaciones como ejercicio práctico de encuentro entre los participantes al seminario.

En segundo lugar, quisiera destacar la importancia de Ken Wilber en el pensamiento occidental, pues de él aprendí que el abismo cultural de Occidente es un abismo de conciencia, y que el estudio de la conciencia es el reto más inmediato que tienen ante sí los científicos, filósofos, profesores y educadores. También me enseñó Wilber a interpretar la filosofía occidental más que los cinco años de estudios en la Facultad de Filosofía de Barcelona. En efecto, desde Platón a Kant, Wilber ha sabido sintetizar una filosofía integral sustentada en su teoría de los cuatro cuadrantes, dejando en evidencia que el ego del materialismo científico debe ser trascendido mediante la experiencia mística, la cual incluye un despertar espiritual y, esos presupuestos, ya no son teorías estrafalarias que puedan ser tachadas de pseudociencias sino, más bien, se erigen como una Filosofía Transpersonal tal como argumento en mi obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA.

En tercer lugar, al hilo de la anterior argumentación, es de justicia resaltar que la obra de Ken Wilber está incursionando en el ámbito académico, no solo como lo ha realizado la Doctora Cecilia sino, también, de la mano de precursores intelectuales que ya consideran el estudio de la conciencia de un modo científico, a título de ejemplos:

-El psicólogo transpersonal Iker Puente marca un antes y después con su Tesis Doctoral titulada Complejidad y psicología transpersonal: Caos, autoorganización y experiencias cumbre en psicoterapia. Con la psicología transpersonal, se recuperan las principales influencias históricas: el misticismo occidental, las tradiciones espirituales de oriente, la filosofia perenne, el chamanismo, la investigación psicolítica y psiquedelica, hasta llegar a los conceptos básicos acerca de los estados de la conciencia y la espiritualidad con autores como Maslow, Grof, Wilber, Almendro, Fericgla, Cloninger.

-La maestra Marely Figueroa con su Tesis de maestría titulada Una visión transpersonal en la educación quien, además, tuvo el excelso honor de ser una pionera en la impartición de una asignatura de Filosofía Transpersonal en un Grado Universitario de Educación.

-La profesora Noemí Siverio quien, a través de su Tesis Doctoral, aborda una Psicología del Homo Complexus para una educación desde la comprensión. Digno es de resaltar algunos capítulos de dicha excelencia cognitiva como, por ejemplo, el despertar de la conciencia y la inteligencia espiritual.

A estas tres experiencias vanguardistas que acogen la visión transpersonal en la educación, más la importante aportación también de la Doctora Cecilia mediante su seminario sobre Ken Wilber, hay que sumar diversas publicaciones transpersonales, a destacar sobre todo la Revista Girum que contempla "lo transpersonal" desde una visión académica gracias al voluntarioso trabajo del Doctor en Filosofía Héctor Sevilla. Todo ello me permite afirmar que la Filosofía Transpersonal de Ken Wilber se constituye como un nuevo paradigma de conocimiento y, por tanto, la brecha epistemológica entre ciencia y espiritualidad vislumbra una nueva era de integración entre CIENCIA, FILOSOFÍA Y ESPIRITUALIDAD, tal como vengo revindicando desde algunos años mediante mis diversas publicaciones científicas en las que, Wilber, ocupa un papel central de mis pensamientos.

En cuarto lugar, y para finalizar, sirvan las anteriores reflexiones como un indicador para comprender que, la crisis de Occidente y del mundo globalizado, es una crisis de conciencia, pues la conciencia es un problema histórico aún no resuelto desde un punto de vista científico y filosófico. Por tanto, el estudio de la conciencia debería ser la asignatura por antonomasia para ser investigada por la comunidad educativa. En efecto, se trata, en suma, de rendirnos a la evidencia que es posible una ciencia de la conciencia que abarque dos modos de saber: la racionalidad y la espiritualidad. Y que, en esa transición epistemológica y hermenéutica, la obra de Ken Wilber ocupa un lugar preeminente que debe ser reivindicada por simple justicia histórica y académica.

Gracias Doctora Cecilia, gracias Doctor Iker Puente, gracias Doctora Marely Figueroa, gracias Doctora Noemí Siverio, gracias Doctor Héctor Sevilla, y gracias a tantos otros pensadores imposible de citar aquí, por acercarnos al pensamiento de Ken Wilber, tan importante e imprescindible para la comprensión de lo que sea la evolución de la conciencia. Gracias a todos.
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conciencia

ESCUCHA TU SUBCONSCIENTE

Este artículo es una reproducción del capítulo 14-5 de la primera parte de LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Sin embargo, muy pocas personas saben escucharse a sí mismas (Davidow, 2002), pues como ha demostrado el neurólogo estadounidense Benjamin Libet mediante experimentos, las señales cerebrales asociadas a las acciones se producen desde 0,3 a varios segundos antes de que el sujeto fuera consciente de la decisión de llevarlas a cabo. El orden de las actividades cerebrales parecía ser percepción del movimiento y luego decisión, y no a la inversa. Es decir, el cerebro consciente solo intenta ponerse al nivel de lo que ya estaba haciendo el cerebro inconsciente. Por lo tanto, el libre albedrío es una ilusión, todo un reto cognitivo que propició mi obra Pensar en ser libre, de la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal. ¿No requiere la evidencia científica de Libet de un revisionismo en profundidad del ser humano, como propongo mediante la filosofía transpersonal y La educación cuántica? La filosofía transpersonal aúna la racionalidad con la espiritualidad, más allá del “new age” y del “misticismo cuántico”. La filosofía transpersonal se sustenta en un racionalismo espiritual abierto a los inmensos desafíos que nos deparará la ciencia en cuestiones espirituales. Es la tan deseada integración entre la ciencia, la profundidad intelectual y la moralidad, tres esferas cognitivas diferenciadas por Kant mediante sus Tres críticas, y que la postmodernidad no ha logrado unificar.

Desde luego, la humanidad se halla en una era de cambios como jamás ha habido en la historia y que algunos asocian a la Era de Acuario o al Calendario Maya. Pero, principalmente, se trata de un giro copernicano en la conciencia, de la personal a la transpersonal, en el modo de interpretar el mundo y a nosotros mismos, y en cómo debemos poner el conocimiento al servicio de la humanidad para garantizar así la libertad de todos en vez del libertinaje de una minoría plutocrática. Hace faltan muchas más personas como Richard Stallman, fundador del movimiento por el software libre en el mundo, o Jimmy Wales cofundador de Wikipedia, o Edward Snowden, quien ha destapado el espionaje mundial realizado por la NSA estadounidense. ¡Solo el conocimiento nos hará hombres libres!

Vuelvo a repetir, la verdad nos hará libres. Solo viviendo en la verdad podemos ser personas auténticamente libres respecto de los dogmas históricos, sociales, científicos, económicos, psicológicos y religiosos. Y la verdad defendida en mi constructo pensativo es que, a modo de un segundo renacimiento humanístico, la racionalidad ha vuelto la mirada hacia la espiritualidad, hacia la compasión, hacia el “nosotros” como único baluarte para salvar este decrépito mundo (Martos, 2016). Se trata de un paradigmático racionalismo espiritual con una creciente fuerza para plantar cara a este decadente sistema capitalista. En suma, es imperativo que el pensamiento único neoliberal sea sustituido por un regenerado pensamiento colectivo sustentado en una vertebración moral que permita recuperar los valores humanísticos del primer renacimiento, pero, ahora, con la posibilidad de ser potenciados mediante La educación cuántica.

Son tiempos cuánticos, también de filosofía transpersonal. Y son tiempos para una educación cuántica que propugna un nuevo paradigma de conocimiento y que es conveniente argumentar con mayor profundidad y profusión intelectual.


BIBLIOGRAFÍA:

Davidow, Jenny. Escucha tu subconsciente. Barcelona: RBA, 2002.

Martos, Amador. Ken Wilber y los nuevos paradigmas de la humanidad. España: Amazon, 2016.
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Tesis Doctoral de Noemí Siverio en PDF

PSICOLOGÍA COMPLEJA

Este artículo es una reproducción del capítulo del mismo titulo situado en la página 272 de la Tesis Doctoral de Noemí Siverio (Venezuela), titulada:

PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN


El peregrinaje de la razón a través de la historia del pensamiento, propició caminos divergentes entre un exacerbado racionalismo pragmático y un descuidado racionalismo espiritual. Así, el reduccionismo psicológico en alianza con la filosofía materialista, serían los encargados de dar cuenta de esa realidad de ahí afuera, una realidad a la que habría que descubrir por ser única, desplazando de esta forma a una psicología compleja que tiene como norte considerar lo antagónico, lo racional e irracional del ser humano, así como la dimensión espiritual que lo constituye.

En atención a esto último afortunadamente, se está produciendo una transcendencia holística desde la razón al espíritu a modo de un segundo renacimiento humanístico. De estas palabras podemos interpretar que la visión espiritual inherente a todo ser humano precisa de un giro participativo a la espiritualidad, al misticismo, en este sentido, la psicología compleja se enmarca en una racionalidad espiritual que propugna la transcendencia de la dualidad, (entre sujeto-objeto), hacia la no dualidad, (misticismo contemplativo). (Martos, 2016).

Cabe destacar, como la historia del pensamiento Occidental es la historia de un ego (yo), fragmentado y disociado de la colectividad (nosotros), esto requiere de una urgente sanación transcendental, tal como propone una psicología compleja, transracional, transpersonal, que aúne la racionalidad del pensamiento occidental con la transcendencia espiritual.

Ante esto somos de la idea que está floreciendo un cambio de paradigma desde la psicología tradicional a la psicología compleja. Por psicología tradicional entendemos a aquella forma de acercarse a lo psíquico mediante un reduccionismo materialista que ejerce violencia sobre los fenómenos de la vida anímica: nociones como “yo”, “alma”, “vivencia”, “voluntad”, “compresión del otro”, “consciencia”, son eliminadas cuando no modificadas por la psicología científica (Martos, 2012).

Pero este camino se ve iluminado, porque frente a una psicología como la descrita, se yergue una ciencia de la conducta transpersonal, que constituye una cuarta fuerza en el campo de la psicología, contribuyendo a sellar la brecha epistemológica entre ciencia y espiritualidad, conllevando a la incubación del futuro paradigma: el racionalismo espiritual. Ante lo que venimos exponiendo cabe una reflexión, si Occidente es la historia de mucha ciencia pero poco espíritu, si Occidente no reconcilia razón y espíritu, si la comprensión del ser humano se presenta como necesaria, además si la sanción transcendental es imperativa; en suma si hay un fracaso epistemológico en Occidente, y la psicología transpersonal compleja puede ser una alternativa frente a este fracaso, ¿tiene sentido dejar de lado una ruta de reconciliación entre la ciencia, la razón y el espíritu?, ¿tiene sentido enceguecernos ante una psicología que toma en cuenta la dimensión espiritual del ser humano, con lo que estaría dándole un espacio al homo complexus?.

Pensamos que no, porque son cada vez más los científicos que se alinean con la visión que reúna la ciencia con la espiritualidad, y por ende con la complejidad de las personas. Desde esta plataforma, pensamos que estamos en los albores de dejar de considerar la mente humana como puramente biológica, ella está abierta a otras interpretaciones con connotaciones cuánticas, es decir, con conexión al universo entero (Martos, 2017), que nos lleve al despertar de la consciencia, transcender el ego, comprender al otro, orientarnos hacia un sentido de la vida; todo esto bajo el acompañamiento de una psicología compleja transpersonal, que nos proporciona una renovada racionalidad envuelta en una espiritualidad cuántica.

En tal sentido, en este viaje espiritual, los psicólogos transpersonales están despejando el horizonte del conocimiento y la espiritualidad mediante un activismo cuántico que proporciona una nueva visión de la naturaleza, del ser humano, del universo.

Pensar en la psicología compleja nos conmina a pensar en una psicología transpersonal porque esta tiene sus bases en la teoría general de sistemas, las teorías de la estructuras disipativas, del caos y la autopoiesis de Maturana y Varela, todas ellas enraizadas en el emergente paradigma de la complejidad. En este sentido, la psicología compleja estima que todo ser humano tiene una forma de ser que se puede explicar desde las rutas disipativas de la teoría del caos. Al respecto, hay por lo menos tres rutas disipativas a través de las cuales se expresa todo lo que es ese ser humano: lo que ha sido su familia, sus traumas y heridas. Hasta que la persona no es capaz de disipar esa estructura no podrá encontrar el verdadero sentido de su vida, ni acceder a los verdaderos mundos de la consciencia. Es por esto que la patología es expresión de todo ese proceso evolutivo, en tal sentido: “la crisis es la palanca” (Almendro), es así como las crisis psíquicas catalogadas de patologías, desde esta psicología, se ven como grietas que se abren hacia la consciencia, resultando ser vías de sanación. Desde tal perspectiva aborda la psicología transpersonal, estas rampantes crisis, que son consideradas oportunidades al conocimiento verdadero.

¿Qué es la psicología compleja o transpersonal? Es aquella que entiende que la psique traspasa al ser humano, que no está constreñida a la personalidad individual, al yo, al ego personal, centrándose y focalizándose en el cosmos. Así mismo, esa psicología reconoce la dimensión espiritual del hombre y por tanto su complejidad. Es importante recordar además, que esa ciencia conductual que venimos referenciado, se mueve en un terreno misterioso y fascinante, reflejado en la dimensión hologramática: Cada parte del conjunto contiene el conjunto entero. ¿Qué dice de esto la psicología clásica?: no lo contempla.

¿Qué más nos permite la psicología compleja? Nos permite concebir la complejidad biológica, cultural, emocional, social, histórica, pero además la espiritual del ser humano, no quedándose en lo conductual sino que refiere a lo conductual espiritual, ya que si vemos el comportamiento desde lo biológico social, cultural, daremos explicaciones del mismo, no obstante, eso no pasará de allí. Es por esto que pensamos que la psicología requiere orientarse hacia lo espiritual, ya que las persona nos comportamos también desde esta dimensión.

En atención a lo que venimos referenciando nos preguntamos: ¿Cómo explica la psicología clásica la conversión de un cristiano, de un místico, de un católico? ¿Cómo se explica desde la psicología el hecho que una persona que presente una adicción asista a un sitio donde se lleven a cabo prácticas espirituales y esta se regenere, experimente una conversión?. De igual forma, ¿Cómo explica el cambio conductual que exhiben las personas que practican yoga?, la cual es una práctica transpersonal. Estos aspectos no son considerados por la psicología clásica, por cuanto desde sus aristas la complejidad humana se vuelve invisible y el hombre se desvanece como una huella en la arena, al entrañar la misma un reduccionismo, en términos positivistas, que no es capaz de dar razones sobre el verdadero sentido de la vida, al dejar de lado la visión espiritual inherente al ser humano, por lo que desde su enfoque se torna difícil comprenderlo al carecer de un camino que facilite reproducir la consciencia transpersonal, e igualmente se torna insuficiente para crear un sistema que le permita desplegar un yo más profundo(Martos, 2017).

La psicología transpersonal o compleja posibilita la trascendencia del ego, sanando así los posibles problemas que nos limitan de manera consciente o inconsciente. Esta psicología es una herramienta excelente para promover la evolución de la consciencia desde al mundo de las sombras al mundo de las ideas, como propone Platón en el Mito de la Caverna. Es por ello, una ciencia conductual que plantea trascender dar un salto en un nuevo campo de la consciencia (Martos, 2018). Por lo anteriormente referenciado es que en esta tesis doctoral estamos apostando a esta psicología de manera que podamos acercarnos a la comprensión compleja del homo complexus.

Complementando lo dicho en líneas que preceden, la psicología compleja o transpersonal trabaja para reconocer esa realidad divina que subyace en la materia (Almendro, 1999), es así como esta ciencia de la conducta humana desestima la visión de la persona que se maneja en la ciencia occidental, que parte de una concepción cartesiana-newtoniana de la realidad, percibiendo al ser humano de manera mecánica, reduccionista y simplista, con lo que busca predecir, controlar y determinar el comportamiento dificultando de tal forma su comprensión. En tanto que una psicología transpersonal viene a proponer un camino que integra y no excluye las distintas dimensiones de lo humano, es por ello que en su estudio no desestima la espiritualidad que lo contiene.

Por otro lado, esta cuarta fuerza psicológica es una nueva forma de conocimiento que puede ser aprehendida mediante un mándala (diagrama místico), epistemológico, que posibilita una interpretación hermenéutica de la historia, la ciencia, y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva (Martos, 2017).

Ante lo descrito pensamos que urge el transitar de una psicología tradicional a la transpersonal, de la consciencia personal a la consciencia transpersonal. Solo de esta manera estaremos en presencia de una psicología para el homo complexus, es decir, una psicología fundamentada en la complejidad del ser humano, que abraza la idea que en cada uno de nosotros está contenida la información sobre el conjunto del universo o la totalidad de la existencia, que a nivel experiencial disponemos potencialmente de acceso a todas sus partes y en cierto sentido somos la totalidad de la estructura cósmica (Duque, Lasso Orejuela, 2010). Desde esta óptica podemos avizorar la complejidad del ser humano, somos alfa, la estrella más brillante de una constelación y omega, la nebulosa más próxima a esa constelación, así también, la primera y última letra del alfabeto griego, somos cóncavo y convexo, somos complexus y por tanto requerimos de una psicología compleja que oriente sus pasos hacia la igualmente complejidad que nos caracteriza, que nos envuelve.

Por tanto, esta ciencia de la conducta promueve la evolución de la consciencia desde el mundo de las sombras al mundo de las ideas, permitiendo así dar un salto a un nuevo campo de la consciencia, al ofrecer una renovada visión y compresión del ser humano y de su complejidad, mediante las experiencias cumbre, místicas. En suma, al abarcar la dimensión espiritual y transcendente de la naturaleza humana y de la existencia, la psicología transpersonal compleja nos permite pasar de una consciencia personal (egocéntrica) hacia la consciencia transpersonal (compasiva) (Martos, 2017).

Finalizamos presentando un gráfico sintético de la teoría presentada en esta tesis Doctoral (ver imagen adjunta).
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despertar

DIMENSIÓN ESPIRITUAL: UN DESPERTAR DE LA CONCIENCIA

Este artículo es una reproducción del capítulo del mismo titulo situado en la página 263 de la Tesis Doctoral de Noemí Siverio (Venezuela), titulada:

PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN


La espiritualidad tiene que ver con el amor incondicional, la compasión, la comprensión del otro, la solidaridad, la apertura al infinito, transparencia en las acciones, con un sentido de pertenencia a un todo, por ello el despertar espiritual es el despertar de la consciencia, ver la vida desde el espíritu da plenitud, siendo por esto que estimamos que la verdadera espiritualidad es aquella que produce en el ser humano una transformación interior.

Cabe destacar que las personas no poseen solamente exterioridad, que es su expresión corporal. Ni solo interioridad, que es su universo psíquico interior. Están dotadas también de profundidad, que es su dimensión espiritual, lo que las hace a todas luces un ser humano complejo. Es por ello, que el espíritu nos permite hacer una experiencia de no dualidad bien descrita por el zen budismo: “tú eres el mundo, eres el todo”. La dimensión espiritual hace además referencia a la experiencia interior más profunda de la persona, que la conduce a dotar de sentido y propósito a las propias acciones y existencia, sean cuales sean las circunstancias externas, lo que significa aprender a centrarse en algo que va más allá de uno mismo , esto es trascender el ego que viene aparejado con un despertar de la consciencia, que a su vez permite el uso del potencial creativo, y la contemplación de la vida, aprovechándola de acuerdo con las propias aspiraciones y las del grupo a que pertenece.

Al respecto, si hablamos de espiritualidad, es necesario saber que se trata de transformar el corazón y la mente, que nos lleve a un profundo cambio interior y con ello un trascender el ego, a nuestra consciencia, así nos daremos cuenta que solo a partir de esta concepción estaremos en condiciones de comprendernos y comprender al resto de la humanidad. Metafóricamente, estas ideas reflejan lo que vendría a ser un puente en tres dimensiones por lo que tenemos así, que para una psicología del homo complexus se requiere de una ciencia conductual que reconozca la dimensión espiritual del ser, entre tanto una educación desde y para la comprensión amerita una educación transracional, afianzada en la espiritualidad, complementada por una inteligencia espiritual sustentada en la psicología compleja. Con ello, pensamos que desde el plano de lo místico y de la espiritualidad, podremos llegar a posarnos en una psicología del homo complexus para de esta forma lograr una educación desde la comprensión, esto sería un verdadero despertar de la consciencia, “al trascender el ego mediante un racionalismo espiritual, expandiendo la dimensión personal hasta la transpersonal” (Martos 2014, p. 26).

Ese despertar de la conciencia del que venimos hablando es un sendero que ya Platón nos dio a conocer a través del Mito de la Caverna, rememoremos que el mismo es una analogía sobre la realidad de nuestro conocimiento. Es así como Platón crea ese mito para mostrar en sentido figurativo como la vida nos encadena mirando hacia la pared de una cueva, desde que nacemos y, como las sombras que vemos reflejadas en la misma componen nuestra realidad. En este sentido, el autor nos relata la situación de hombres encadenados a una cueva desde su nacimiento, donde lo único que ven son las sombras reflejadas en el interior de ésta, y solo escuchan algunos ruidos exteriores, con lo que van creando la realidad a partir de lo que van sintiendo. Sin embargo, uno de los prisioneros finalmente se libera de las de cadenas y sale al mundo exterior aprendiendo y conociendo sobre la “realidad”. Cuando el hombre libre vuelve a la caverna para liberar a sus amigos prisioneros, nadie lo escucha, lo acusan de mentiroso y lo condenan a muerte: ¿Cómo liberar al ser humano de las ataduras de la realidad de la caverna?, la masa está cómoda en su ignorancia y violenta hacia quienes insinúan esa ignorancia negando la posibilidad de autogobernarse. Inferimos de lo narrado que el camino ascendente de la consciencia, hacia la sabiduría, hacia su despertar parte de este ensayo de Platón como un corolario que posibilite ver a distancia la salida del mundo de las sombras.

Esto ofrece un reto a los activistas cuánticos quienes como el esclavo liberado que ha visto la luz, tienen que retornar al mundo de las sombras, para contagiar de las buenas nuevas a los demás ignorantes esclavizados a un caduco sistema de creencias, teniendo que luchar contra una poderosa masa crítica artificiosamente manipulada e inducida hacia la sociedad de la ignorancia (Martos, 2017).

¿Cómo llevar a cabo tal tarea de alumbramiento cognitivo y espiritual? Con una actitud pedagógica como la pretendida por la educación transracional, cuántica, una visión espiritual holística del ser humano, considerando que el espíritu no es una parte de las personas al lado de otras, es el ser entero que por su consciencia se descubre perteneciendo a un todo y como porción integrante de él (Martos, 2014).

Es destacable, que por el espíritu tenemos la capacidad de ir más allá de las meras apariencias, de lo que vemos, pensamos, escuchamos y amamos. Podemos aprehender el otro lado de las cosas, su profundidad, en este sentido, solo la vida del espíritu da plenitud al ser humano (Boff, 2017), esto es un bello sinónimo de espiritualidad. Resulta obvio que en nuestra cultura olvidamos cultivar esa vida del espíritu, que es nuestra condición radical, donde se albergan las grandes preguntas, anidan los sueños más osados y se elaboran las utopías más generosas.

Recordemos también que la espiritualidad tiene que ver con una experiencia y no con ideas o códigos, tiene que ver con la vida, no con dogmas y doctrinas y además con el despertar de nuestras consciencias. Asimismo, la espiritualidad es propia de cada ser humano, ya que desde ella desarrollamos la capacidad de dialogar, escuchar, de acoger, de comunicarnos, comprendernos, comprender al otro, e incluir. Por lo tanto, pensamos que la verdadera espiritualidad consiste en saber entender el mundo del otro sin imponerle el nuestro lo que se traduce en empatizar con él.

Concluyendo podemos destacar que hay una diferencia entre espiritualidad y religión, al respecto cuando se le preguntó a Boff (teólogo brasilero) cuál era la diferencia entre religión y espiritualidad respondió: “Las religiones producen guerras, la espiritualidad produce paz”
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