"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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¿ES EL MUNDO QUE PERCIBIMOS ES UN SUEÑO?

¿ES EL MUNDO QUE PERCIBIMOS UN SUEÑO?

Este artículo está reproducido como nota número 99 en la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.)

¿Es el mundo que percibimos un sueño? Esta controvertida cuestión tiene connotaciones filosóficas, antropológicas y culturales así como derivaciones científicas que es conveniente analizar de un modo estructurado en este artículo, de manera que el lector tenga una visión de conjunto y luego, así, poder sacar cada cual sus propias conclusiones.


(1) - La realidad como sueño en la historia de la filosofía:

Javier García Herrería, profesor de Filosofía del Colegio Retamar nos ofrece una sinopsis histórica sobre esta controvertida cuestión:

Ya en los comienzos de la filosofía los presocráticos se plantearon cómo distinguir el conocimiento verdadero del aparente. Poco tiempo después fue Platón quien puso en tela de juicio nuestro conocimiento de la realidad. En el famosísimo mito de la caverna expone metafóricamente cómo la realidad no es tal y como se nos aparece.

Desde entonces, la naturaleza del conocimiento pertenece a las cuestiones perennes de la filosofía. ¿Pudiera ser que aquello que creemos como verdadero no fuera más que la superficie de una realidad más profunda? ¿Pudiera ser que los conocimientos que consideramos verdaderos no sean más que las certezas que tenemos en un sueño? Y si estamos dentro de un sueño, ¿cómo podemos saber que nos encontramos en un mundo onírico?

La posibilidad de confundir el sueño con la vigilia es una cuestión clave en Descartes para saber el grado de certeza que puede alcanzar el hombre. Incluso, llega a sostener la hipótesis del genio maligno, entendido como la posibilidad de que nuestro espíritu sea controlado por algo que escapa a nuestra consciencia. No es por eso tan extraño que más adelante el mismísimo Freud pusiera el inconsciente como una de las fuerzas más importantes que influyen en el ser humano.

Así pues, puede verse con facilidad cómo la cuestión planteada por los griegos ha estado latente en muchas corrientes filosóficas a lo largo del tiempo, hasta el punto de que su influencia ha sobrepasado las fronteras de la filosofía para inundar las de la literatura: grandes genios como Calderón, Shakespeare, Quevedo o Cervantes han abordado esta cuestión con agudo ingenio en sus obras literarias.

Como es natural, la más influyente de las artes actuales, el cine, también ha plasmado la pregunta por el alcance de nuestro conocimiento en multitud de películas, algunas incluso con grandes éxitos en taquilla, como Matrix y, más recientemente,Origen. Todo esto no hace sino confirmar que la cuestión de los sueños y la realidad continúa siendo un interrogante esencialmente humano.


(2) - La vida como sueño en la literatura:

La vida es sueño es una obra de teatro de Pedro Calderón de la Barca estrenada en 1635 y perteneciente al movimiento literario del barroco, y aborda el tema central de la libertad del ser humano para configurar su vida, sin dejarse llevar por un supuesto destino. La concepción de la vida como un sueño es muy antigua, existiendo referencias en el pensamiento hindú, la mística persa, la moral budista, la tradición judeocristiana y la filosofía griega. Por eso ha sido considerada incluso un tópico literario. Según Platón, el hombre vive en un mundo de sueños, de tinieblas, cautivo en una cueva de la que sólo podrá liberarse tendiendo hacia el Bien; únicamente entonces el hombre desistirá de la materia y llegará a la luz. El influjo de esta concepción platónica en la obra es evidente: Segismundo vive al principio dentro de una cárcel, de una caverna, donde permanece en la más completa oscuridad por el desconocimiento de sí mismo; sólo cuando es capaz de saber quién es, consigue el triunfo, la luz. Calderón, muy cabalmente, adoptó la forma del drama filosófico para abordar un gran caudal de temas confluyentes en este foco y en este tópico literario, platónico en su raíz occidental:

- Como drama religioso, aborda los problemas de caída o pecado original y expiación.

- Como poema filosófico, resuelve el destino del hombre y la fuente del conocimiento y los problemas aparejados del libre albedrío y la predestinación.

- Como lección moral propia del barroco y la Contrarreforma, desengaña sobre las ilusiones y las vanidades de este mundo.

- Como drama educativo y poético, instruye sobre lo que es el hombre sin el freno de la educación.

- Como protesta revolucionaria, ataca el principio absolutista y ajurídico de la orden reservada que sofoca la libertad bajo el pretexto de evitar sus extravíos.

- Como lección política enseña a los pueblos a lo que conduce el mal uso de la libertad y las guerras civiles.

- Combate, además, la locura de los presagios y juicios de la astrología.

- Describe los progresos que realiza el hombre y la humanidad entre desengaños y deseos.

- Prueba que las pasiones comprimidas por un ascetismo no libre, sino forzado, estallan con tanta más fuerza cuanto mayor es la represión.

- Desde un criterio psicoanalítico, expresa la superación o sublimación de los conflictos edípicos.

- Inspira a la filosofía del solipsismo que ha negado realidad al mundo exterior... Todo esto y mucho más, si más se examina, es La vida es sueño.


(3) - Científicos demuestran que la realidad no existe hasta que no la miramos:

Un grupo de científicos australianos ha llevado a cabo un experimento demostrando que a nivel cuántico, la realidad no existe hasta que no la medimos.

Un grupo de físicos de la Universidad Nacional Australiana ha puesto en práctica el experimento de elección diferida de John Wheeler, y ha demostrado que “la medición lo es todo”, según ha explicado Andrew Truscott, profesor asociado en la Escuela de Investigación de Física e Ingeniería de la UNA. “A nivel cuántico, la realidad no existe si no se la está mirando”, ha concluido Truscott. Dicho experimento implica un objeto en movimiento al que se da la opción de actuar como una partícula o una onda. A continuación, el experimento de Wheeler pregunta: ¿en qué momento el objeto toma la decisión?

El sentido común sugiere que el objeto es, o bien similar a una onda, o bien a una partícula, independientemente de cómo se mide. No obstante, la física cuántica predice que si se observa un comportamiento similar a la onda o una partícula depende solamente de cómo se mide al final de su trayecto, y es precisamente lo que han demostrado los científicos australianos.

En primer lugar, el equipo de Truscott atrapó una colección de átomos de helio en estado de suspensión, conocido como el condensado de Bose-Einstein, y luego los expulsó hasta que quedó sólo un átomo. A continuación, el átomo se dejó pasar a través de un par de rayos láser que se propagaban en direcciones opuestas que formaron un patrón de rejilla que actuó como una encrucijada del mismo modo que una rejilla sólida dispersaría la luz.

Luego, de forma aleatoria, se añadió una segunda rejilla de luz para recombinar los caminos, lo cual llevó a una interferencia constructiva o destructiva, como si el átomo hubiera viajado por ambos caminos. Cuando la segunda rejilla de luz no se añadía, tampoco se observaba la interferencia, como si el átomo sólo hubiera escogido un camino.

No obstante, el número aleatorio que determinaba si se añadía o no la segunda rejilla solamente se generaba después de que el átomo hubiera pasado por la encrucijada. Si se opta por creer que el átomo realmente tomó un camino o caminos particulares, entonces uno tiene que aceptar que una medición futura está afectando el pasado del átomo, ha explicado Truscott. “Los átomos no viajaron de A a B. Fue solo cuando se midieron al final del viaje que existió el comportamiento ondulatorio o de partícula”, ha precisado el científico.

De este modo, los científicos han confirmado las predicciones de la física cuántica sobre la naturaleza de la realidad, al demostrar que no existe hasta que no la medimos, al menos, en pequeña escala.


(4) - ¿La vida es sueño? Hallan pruebas científicas de que el universo puede ser un gran holograma:

En 1997, el físico teórico argentino Juan Maldacena propuso un sorprendente modelo del universo según el cual la gravedad surge de cuerdas infinitesimales, delgadas y vibrantes y puede ser “reinterpretada” en términos físicos. Así, este mundo de cuerdas matemáticamente intrincado, que existe en diez dimensiones espaciales, no sería más que un holograma: la acción real se desarrollaría en un cosmos plano, más simple y en el que no hay gravedad.

La idea de Maldacena entusiasmó a los físicos, entre otras razones porque resolvía aparentes inconsistencias entre la física cuántica y la teoría de la gravedad de Einstein. Así, el argentino proporcionó a los científicos una “piedra Rosetta matemática”, una “dualidad”, que les permitía resolver los problemas de un modelo que parecían no tener respuesta en el otro, y viceversa. Pero a pesar de la validez de sus ideas aún no se había logrado hallar ninguna prueba rigurosa de su teoría.

Según un artículo publicado en la revista científica “Nature”, ahora Yoshifumi Hyakutake, de la Universidad de Ibaraki (Japón), y sus colegas han proporcionado en dos de sus estudios, sino una prueba real, al menos una muestra convincente de que la conjetura de Maldacena es cierta. En uno de los estudios, Hyakutake calculó la energía interna de un agujero negro, la posición de su horizonte de sucesos (el límite entre el agujero negro y el resto del universo), su entropía y otras propiedades en base a las predicciones de la teoría de cuerdas, así como a los efectos de las llamadas “partículas virtuales” que aparecen continuamente dentro y fuera de la existencia. En el otro, él y sus colaboradores calcularon la energía interna del correspondiente universo de dimensión inferior sin gravedad. Los dos cálculos informáticos coinciden. “Parece que es un cálculo correcto”, dice Maldacena, al tiempo que subraya que los hallazgos “son una forma interesante de demostrar muchas ideas de la gravedad cuántica y la teoría de cuerdas”.

“Numéricamente han confirmado, tal vez por primera vez, algo de lo que estábamos bastante seguros pero era todavía una conjetura: que la termodinámica de ciertos agujeros negros puede ser reproducida desde un universo dimensional inferior”, explica Leonard Susskind, físico teórico de la Universidad de Stanford, en California, quien fue uno de los primeros teóricos en explorar la idea de universos holográficos.


(5) - El universo holográfico según Michael Talbot:

En El universo holográfico, Michael Talbot (2007) nos desvela curiosos fenómenos que no tienen explicación para la ciencia moderna, pero que sí pueden interpretarse mediante la física cuántica o modelos teóricos como el paradigma holográfico. Según él, el universo es un gigantesco holograma, una proyección tridimensional que nuestra mente se encarga de recrear, y la realidad tangible de nuestras vidas cotidianas es realmente una ilusión, igual que una imagen holográfica. De esta manera, el tiempo y el espacio no son más que productos de nuestra manera de percibir, pero estamos tan “programados” para aceptar estos conceptos como categorías absolutas que nos cuesta incluso imaginarlo.

El paradigma holográfico no sólo sirve para explicar fenómenos de la física y la neurología que la ciencia clásica es incapaz de interpretar, sino que pone de manifiesto que la ciencia no está libre de prejuicios ni es tan objetiva como nos quieren hacer creer los científicos, ya que el universo abarca bastante más de lo que nos permite percibir nuestra cosmovisión actual.


(6) ¿Cómo nació el paradigma holográfico?

Desde el cambio de paradigma de la física clásica a la cuántica, han corrido ríos de tinta contra los “ místicos cuánticos” procedentes de los científicos ortodoxos. Se abrió así una brecha epistemológica que aún perdura a día de hoy y que deja al Criterio de demarcación científico más dividido que nunca entre los materialistas científicos y los místicos cuánticos. Tras más de un siglo de diálogo entre filósofos de la ciencia y científicos en diversos campos, y a pesar de un amplio consenso acerca de las bases del método científico, los límites que demarcan lo que es ciencia, y lo que no lo es, continúan siendo profundamente debatidos. Dicha dicotomía cognitiva es un tema apasionante: en El paradigma holográfico (Wilber, 1987), eminentes pensadores de diversas tendencias afrontan el gran tema de la relación entre Cerebro y Mente, Materia y Espíritu. En suma, estamos presenciando un inexorable acercamiento de la ciencia en las cuestiones espirituales hasta ahora en poder de las religiones, y que es preciso abordar: en la introducción de El paradigma holográfico, Wilber nos ofrece una panorámica digna de tener en consideración por la relevancia de su contenido en cuanto a la intrínseca (o posible) relación entre ciencia y religión. Wilber (1987: 7-11) dice así:

"El diálogo histórico, general, entre ciencia y religión se remonta al menos a Platón, Aristóteles y Plotino (aunque el término “ciencia” no significaba exactamente lo mismo que ahora). Sin embargo, las discusiones se solían centrar antes en torno a las diferencias entre ciencia y religión, sus conflictos, sus pretensiones encontradas y aparentemente irreconciliables de verdad. Pero he aquí que, de repente, en la década de los setenta, surgieron algunos investigadores y científicos muy respetados, sobrios y cualificados -físicos, biólogos, fisiólogos, neurocirujanos- y que no hablaban con la religión, sino que hablaban de religión, y, lo que aún era más extraordinario, lo hacían en un intento por explicar los datos firmes de la propia ciencia. Los hechos mismos de la ciencia, decían, los verdaderos datos (desde la física a la fisiología) solo parecían tener sentido si se asume cierto tipo de fundamento implícito, unificador, o trascendental por debajo de los datos explícitos. (…) Estos investigadores y teóricos de las “ciencias exactas” decían que sin la suposición de este fundamento trascendental, a-espacial y a-temporal, los propios datos, los propios resultados de sus experimentos de laboratorio, no admitían ninguna explicación sólida. Más aún, y aquí estaba lo sorprendente, este fundamento trascendental, cuya existencia misma parecían exigir los datos científicos-experimentales, parecía ser idéntico, al menos en su descripción, al fundamento a-temporal y a-espacial del ser (o “divinidad”), tan universalmente descrito por los místicos y sabios, ya sean hindúes, budistas, cristianos o taoístas."

"La investigación pionera del neurocirujano de Stanford Karl Pribram con su libro Languages of the Brain se ha reconocido ya como un clásico moderno. Los estudios de Pribram sobre la memoria y el funcionamiento del cerebro le condujeron a la conclusión de que, en muchos aspectos, el cerebro opera como un holograma. En otras palabras (…), la parte está en el todo y el todo está en la parte, una especie de unidad-en-la-diversidad y diversidad-en-la-unidad. El punto crucial es sencillamente que la parte tiene acceso al todo. (…) Y según Pribram, este campo podría ser muy bien el dominio de la unidad-en-la-diversidad trascendental descrito (y experimentado) por los grandes místicos y sabios del mundo."

"Fue aproximadamente por entonces cuando Pribram conoció las obras del físico inglés David Bohm. El trabajo de Bohm en la física subatómica y en el “potencial cuántico” lo llevó a la conclusión de que las entidades físicas que parecían separadas y discretas en el espacio y en el tiempo estaban realmente vinculadas o unificadas de una manera implícita o subyacente. En términos de Bohm, bajo la esfera explicada de cosas y acontecimientos separados se halla una esfera implicada de totalidad indivisa, y este todo implicado está simultáneamente disponible para cada parte explicada. Dicho en otras palabras, el universo físico parecía ser un holograma gigantesco, estando cada parte en el todo y el todo en cada parte."

"Aquí es donde nació el “paradigma holográfico”: el cerebro es un holograma que percibe y participa en un universo holográfico. En la esfera explícita o manifiesta del espacio y del tiempo, las cosas y los acontecimientos son verdaderamente separados y discretos. Pero bajo la superficie, digamos, en la esfera implícita o de frecuencia, todas las cosas y acontecimientos son a-espaciales, atemporales, intrínsecamente unos e indivisos. Y, según Bohm y Pribram, la verdadera experiencia religiosa, la experiencia de la unidad mística y la “identidad suprema”, podría ser muy bien una experiencia genuina y legítima de este fundamento implícito y universal."

"En cierto modo, este paradigma parecía marcar la culminación de una tendencia histórica discernible: desde la “revolución cuántica” de hace cincuenta años, varios físicos han descubierto intrigantes paralelismo entre sus resultados y los de ciertas religiones místico-trascendentales. Heisenberg, Bohr, Schrödinger, Eddigton, Jeans, y hasta el propio Einstein, tuvieron una visión místico-espiritual del mundo. Con la gran afluencia de las religiones orientales a Occidente (iniciadas principalmente con los Essays in Zen Buddhism de D.T. Suzuki), estas analogías resultaban cada vez más claras y enérgicas. A nivel popular, Alan Watts empezó a utilizar la física moderna y la teoría de sistemas para explicar el budismo y el taoísmo. El libro The Medium, the Mystic, and the Physicist, de Lawrence LeShan, era una aproximación más académica. Pero tal vez no hubo libro que ocupase más el interés de eruditos y laicos por igual que el de Fritjof Capra (2000), El Tao de la Física, que tuvo un éxito enorme."

"Otras voces se sumaron a las suyas: Stanley Krippner en parapsicología, Keneth Pelletier en neurofisiología, Sam Keen en la “conexión cósmica”, John Welwood en psicología, Willis Harman en la nueva ciencia, John Battista en teoría de la información y psiquiatría, y muchos más. Mención especial merecen, sin embargo, las aportaciones de Marilyn Ferguson y Renée Weber. Marilyn Ferguson (1998), cuyo libro más reciente La conspiración de acuario, supone una aportación importante a todo este tema, contribuyó materialmente (a través delBrain/mind Bulletin) a iniciar el propio diálogo general. Y Renée Weber, además de contribuir con numerosos artículos e ideas, efectuó hábiles entrevistas a Bohm y Capra que ayudaron mucho a clarificar las cuestiones fundamentales."

"Uno puede estar de acuerdo o no con el nuevo paradigma, y tanto los argumentos a favor como en contra están bien representados en este libro. Y “el” propio paradigma es susceptible de toda clase de interpretaciones. Algunos investigadores han creído necesario introducir dimensiones jerárquicas y evolutivas en el paradigma. Otros no han visto una identidad estricta entre ciencia y misticismo, sino únicamente algunas analogías importantes. Otros, en fin, han cuestionado si un nuevo mapa mental o paradigma, con independencia de su aparente unidad, puede llevar realmente a la trascendencia de la mente misma (que es el verdadero objetivo del misticismo genuino). Todos estos temas se debatieron en ReVision, y todos ellos quedan recogidos en las páginas siguientes."

"Mi punto de vista es este: se esté o no de acuerdo con el (los) nuevo(s) paradigma(s), hay una conclusión clara: como mucho, la nueva ciencia requiere espíritu; como poco, deja un amplio espacio para el espíritu. En cualquier caso, la ciencia moderna ya no niega el espíritu. Y eso es lo que hace época. Como ha observado Hans Küng, la respuesta normal a la pregunta de ¿Cree usted en el espíritu? solía ser Claro que no, soy científico. Pero muy pronto podría ser ésta: Claro que creo en el espíritu. Soy científico."

"Este libro, como la misma ReVision, constituye uno de los primeros pasos que prepara el terreno para esa segunda, y más iluminadora respuesta."


REFERENCIAS:

(1) ¿Es la realidad un sueño?

(2) La vida es sueño de Calderón de la Barca

(3) Científicos demuestran que la realidad no existe hasta que no la miramos

(4) ¿Es nuestro universo un enorme holograma?

(5) El universo holográfico

(6) Wilber, Ken. El paradigma holográfico. Barcelona: Kairós, 1987.

Capra, Fritjof. El tao de la física. Málaga: Sirio, 2000.

Ferguson, Marilyn. La conspiración de acuario. Barcelona: Kairós, 1998.
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Tiempos convulsos

TIEMPOS CONVULSOS

Este artículo es una reproducción del capítulo con el mismo nombre de la página 132 de LA EDUCACIÓN CUÁNTICA.

La educación cuántica puede ser el antídoto para este nefasto y depredador sistema capitalista de producción y, añado, la filosofía transpersonal su abanderada. Porque solo una educación cuántica puede salvar a la humanidad del actual colapso social, intelectual y espiritual al que aboca el sistema capitalista. Vivimos tiempos convulsos. Preparémonos para grandes cambios: las contradicciones internas de las religiones, principalmente de la Iglesia católica, devendrán en una crisis espiritual. Del mismo modo, con el colapso del sistema capitalista se vivirá una crisis social y humanitaria sin precedentes. Ambas crisis, la espiritual y la sociológica, acarrearán grandes cambios en el modo de vivir, pensar y amar en las personas: la crisis psicológica acechará a todo aquel todavía sumido en el mundo de las sombras. Serán tiempos para dejar de mirar el cielo y al exterior; serán tiempos para volver la mirada al interior del ser humano; serán tiempos de una renovada espiritualidad, racionalmente en el más puro sentido de la intersubjetividad kantiana , pero espiritualmente en la senda de la filosofía perenne .

El pensamiento occidental se ha convertido en un viejo mundo moribundo, como acredita el filósofo y físico Mario Bunge (1) en su obra Crisis y reconstrucción de la filosofía, donde apunta que la filosofía académica actual se encuentra en un preocupante estancamiento. También, el historiador Josep Fontana (2) , a través de su obra Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945, se ha convertido en una referencia para entender los acontecimientos históricos posteriores a la Segunda Guerra Mundial: la creación del estado de bienestar como respuesta al fascismo y al totalitarismo que habían llevado a la guerra, la posterior guerra fría, la caída de la URSS, la intervención de Estados Unidos en el mundo así como la involución que se vive desde la década de 1970 en relación a los derechos sociales, el bienestar social y democracia como consecuencia del triunfo del neoliberalismo. Fontana constata, setenta años después, el fracaso del proyecto que surgió tras la Segunda Guerra Mundial de construir un nuevo orden internacional donde fuera posible el progreso de los pueblos y el entendimiento entre las naciones. Siete décadas después de la Segunda Guerra Mundial, las diferencias entre los muy ricos (ego) y los otros (nosotros) son mayores que nunca. Esa acentuada divergencia entre la riqueza y la pobreza, profundizada por el pensamiento único neoliberal, es la causa de la crisis moral que padece actualmente la humanidad.

El racionalismo pragmático ha tocado fondo, principalmente, porque el egocentrismo ha predominado en la conciencia de clase (ricos), y los demás (pobres) no han sabido ejercer su fuerza racional y moral de modo colectivo hasta la aparición de las modernas telecomunicaciones, las cuales se han convertido en el objetivo para una guerra sin cuartel por el control de la noosfera por parte de los mismos que han controlado el dinero (3) . En términos de Marx, la clase rica le va ganado la partida a la clase pobre, y la única solución para estos desgraciados, pasa por la unión del “nosotros” kantiano, la solidaridad social, la empatía y el cuidado de la naturaleza, en suma, requiere El nacimiento de una nueva conciencia, como bien apunta Carbonell (4) mediante el saber y el amor, un racionalismo espiritual como nuevo paradigma de conocimiento.

Llevar ello a buen puerto pasa, imperativamente, por un revisionismo de la historia del pensamiento occidental bajo la reinterpretación de la filosofía perenne: una nueva pedagogía filosófica enmarcada en un nuevo paradigma de conocimiento. Concluyendo, nuestra actual concepción occidental del mundo y del universo está desmoronándose. Este viejo mundo está moribundo, y el nuevo mundo no acaba de nacer. Ante tal cataclismo en la noosfera, más que nunca, la humanidad necesita una renovada pedagogía filosófica, pero también psicológica e histórica.


REFERENCIAS:

(1) Bunge, Mario. Crisis y reconstrucción de la filosofía. Barcelona: Gedisa, 2002.

(2) Fontana, Josep. Por el bien del imperio.Una historia del mundo desde 1945. Barcelona: Pasado y presente, 2011.

(3) Josep Ibáñez es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Sus principales ámbitos de interés científico son la economía política internacional, la teoría de las relaciones internacionales y el análisis de la política exterior. Un resumen de su obra El control de Internet. Poder y autoridad en los mercados electrónicos:

Las transformaciones experimentadas por el poder y la autoridad en el ámbito de los mercados electrónicos están vinculadas a uno de los fenómenos más significativos de las últimas décadas: el cambio político, económico y social operado por las tecnologías de procesamiento de la información y la comunicación. Más allá de la dimensión técnica del ciberespacio, el control de internet ha respondido a valores, intereses y objetivos que se sitúan en una dimensión que trasciende las fronteras geográficas y políticas de los Estados. A través de un estudio que se basa en un concepto amplio de política para demostrar que los fenómenos aparentemente económicos -como es el comercio electrónico en internet- son esencialmente políticos, puesto que afectan a la distribución mundial del poder y la riqueza, esta obra identifica los riesgos y analiza los efectos de la delegación de funciones por parte de las autoridades públicas en actores privados en este terreno. Así, el autor extrae de sus conclusiones una agenda político-social y adopta un posicionamiento abierto a favor de la recuperación de internet como espacio público, abierto, libre y gratuito en contra de su actual evolución como espacio privado, cerrado, controlado y de pago.

(4) Carbonell, Eudald. El nacimiento de una nueva conciencia. Barcelona: Ara Llibres, 2007.
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HISTORIA

LA PERSPECTIVA QUE DA EL TIEMPO

Este artículo es una reproducción del prólogo a la tercera edición de la obra PENSAR EN SER RICO.

Este libro fue publicado en su primera edición en el año 2008, y fue redactado desde la candidez de todo escritor novel, pero también con la pasión de un filósofo aspirante a ser librepensador, y todo ello sin descuidar la meticulosidad del mensaje propuesto. Al releerlo con la perspectiva que ofrece el paso del tiempo, no puedo más que reafirmarme en que esta obra es la piedra angular sobre la que he edificado mi pensamiento filosófico, constituyéndose así en la columna vertebral del discurso teorético plasmado en mis obras posteriores.

Los primogénitos pensamientos filosóficos de esta obra, si cabe, adquieren más validez que nunca ante la ausencia de una genuina reflexión en este decadente sistema capitalista que degrada a marcha forzada al ser humano, como si la humanidad no aprehendiera por sí misma las lecciones que nos ofrece la historia y el paso del tiempo. La perspectiva temporal también invita a realizar algunas consideraciones en este prólogo de modo que, el lector, conozca cuál es mi análisis sobre la evolución de mi propia consciencia cognitiva años después con esta tercera edición.

Con sus errores y sus aciertos, deseo que esta tercera edición sea fiel al pensamiento original, y es por ello que este autor ha decidido no quitar ni añadir nada al contenido de esta tercera edición. No obstante, las ideas plasmadas en el pasado (2008) y proyectadas hacia el futuro que es este presente (2017), requieren de varios apuntes y consideraciones objeto de este prólogo.

La primera consideración es respecto al ex presidente del gobierno Felipe González, a quién cito en el capítulo seis, y donde digo textualmente:

"Es en esa línea de concordancia entre los sabios de cada país y del mundo entero (al estilo de la alianza de civilizaciones propuesta por el Sr. Zapatero) como deberá institucionalizarse un comité formado por todos los grandes pensadores de todas las áreas del conocimiento: filósofos, científicos, sociólogos, investigadores, premios Nobel, líderes espirituales y religiosos, todos ellos libres de las ataduras partidistas a poderes económicos y políticos, pero con autoridad para encauzar una moral de la Humanidad en base al propio Conocimiento. Me parece que esta utopía está todavía lejos de concretarse aunque, hay un atisbo en este sentido, al haber sido nombrado, muy recientemente, Felipe González como presidente del comité de sabios de la Unión Europea."

Me retracto formalmente de la anterior aseveración respecto a Felipe González pues, con el devenir de la historia, ha quedado más que evidente que ha sido un peón al servicio de CIA americana para modelar la Transición “modélica” y “pacífica” a las órdenes del imperialismo estadounidense con el objetivo de expandir mediante bases militares en España un dominio global de la OTAN. Felipe González, a estas alturas de la historia, no puede negar que forma parte de la oligarquía política y plutocrática, vaya, que es parte del criminal sistema capitalista y que ha traicionado a los trabajadores que han confiado ciegamente en él durante sus diferentes mandatos políticos. Una vez más, la perspectiva de la historia deja al descubierto cómo la ingeniera social y mental es diseñada desde supra-estructuras políticas y económicas a las que los iletrados como mis progenitores difícilmente tenían acceso, y por eso confiaron en un joven líder socialista que les prometía libertad y trabajo. Por todo ello, Felipe González ni es sabio, ni mucho menos podría aspirar a presidir un comité de sabios en la estricta definición del término. Felipe González no sólo ha traicionado la generación de mis progenitores, sino la mía propia, y es por eso que dejo constancia de todo ello en estas líneas para que la historia ponga a cada cual en el sitio que se merece, en el caso de Felipe González un traidor de la clase obrera y trabajadora.

La segunda observación hace referencia a mi “enfermedad” descrita al final de la obra, más concretamente en el capítulo once en referencia al tránsito evolutivo de la conciencia personal a la conciencia transpersonal. La curación de dicha “enfermedad” pasaría, citando textualmente, por:

"Librarme de la esclavitud sensible (como la mayoría de los mortales), para dedicarme acto seguido a la actividad intelectual transpersonal (aquella en que puedo expresar mis ideas para que puedan ser oídas socialmente)."

En dicho sentido, la perspectiva temporal me permite aseverar que soñar es gratis, y que a veces lo sueños se cumplen. En efecto, tras la publicación de siete obras incluida esta, me hallo en un momento dulce de mi vida intelectual y, sin duda, borrará todo rastro de la citada “enfermedad”.

Y por último, la tercera anotación hace referencia a la epifanía intelectual y espiritual descrita en los siguientes términos al final de la obra:

"Y, como consecuencia de ello, emerge el sentido de mi vida que, hasta ahora, no estaba consciente, a saber: mi sinsentido existencial y mis conocimientos intelectuales desorientados, de pronto, cobran forma de espiritualidad. Emerge la conciencia de que el conocimiento (sustento de toda dialéctica intelectual), así como el amor (sustento de toda dialéctica espiritual), son los impulsores de la dialéctica material de los hombres. Pero nosotros, pobres mortales, debemos redescubrirnos a nosotros mismos, para dejar emerger esos nobles impulsos. Tenemos el imperativo racional y moral de volver a poner el conocimiento y el amor por encima del materialismo. Aunque sea probable que, yo mismo, no vea esta tarea acabada, los mismos imperativos (racional y moral) me obligan a intentarlo en este sentido."

Es así como, una vez más, la perspectiva temporal me permite aseverar que La educación cuántica, una obra de carácter epistemológico, colma las inquietudes y preguntas de la citada epifanía intelectual y espiritual de esta primera publicación.

Lo que tienen en común las tres reflexiones anteriores son, precisamente, la perspectiva temporal que provee la historia. Porque el tiempo pone a las cosas y a las personas en su sitio, como si de un efecto kármico se tratara cuya causa son unos pensamientos proyectados desde el pasado al futuro, que es este presente. Porque pasado, presente y futuro están interconectados tal como demuestra el físico francés Garnier mediante su teoría del desdoblamiento de los tiempos. Pasado, presente y futuro están unidos kármicamente, todo es causa-efecto de los propios pensamientos. Como dijera Buda: “Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”, y también, “ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos”. También Platón lo expresó magníficamente: “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”. ¿No coinciden, tanto Garnier, Buda y Platón, en señalar a la ley del karma?

El nexo de unión en el devenir temporal son los propios pensamientos que nos permiten soñar con el futuro, siendo asimismo nuestro presente el sueño de nuestro pasado. Y en ese mundo onírico, es nuestra imaginación la que posibilita los futuros deseados por cada cual. Cada cual da el mejor de los sentidos a su vida en función de sus propias creencias, acertadas o no. Cada cual imagina su mejor futuro posible: “Cada cual recoge lo que siembra”.

Dicha importancia de la imaginación es contemplada en la Crítica de la razón pura de Kant, pues ocupa un lugar fundamental como condición de posibilidad del conocimiento. A primera vista, llama la atención que Kant no haya presentado en forma sistemática una doctrina explícita sobre la imaginación a pesar de adjudicar a esta facultad una función tan original en el conocimiento humano. La originalidad de la concepción kantiana de la imaginación reside básicamente en su función transcendental que debe realizarse según reglas universales y necesarias para cumplir una función válida en el conocimiento objetivo. Esto no solo significa que la imaginación deja de producir imágenes de manera caprichosa, sino que además se somete a reglas que no derivan de la experiencia. Por estar sometida a este tipo de reglas, la imaginación pertenece a la espontaneidad, que Kant considera como un elemento fundamental para el conocimiento de objetos. Ahora, dicha imaginación, mediante la epistemología postulada en La educación cuántica, debe dirigirse hacia el sujeto, a sí mismo, a la propia conciencia y sus inherentes reglas universales y necesarias, al decir de Kant. Y una de esas reglas es la causa y el efecto o karma contemplado en la filosofía perenne.

Soñar imaginativamente no es baladí sino se convierte en un eje de responsabilidad de cada cual pues hay que anteponer el futuro soñado como una posibilidad cuántica. ¿Acaso no dicen los mayores a los niños que pidan un deseo cuando soplan las velas de cumpleaños? ¿No es una tremenda contradicción que inculquemos sueños en nuestros infantes, cuando los adultos han perdido en su mayoría la capacidad de hacer realidad sus propios sueños? ¿Por qué dejamos de soñar los adultos? Porque vivimos una vida que no es nuestra. Porque hemos perdido la capacidad de soñar y ser libres con la imaginación. Soñar es gratis, y a veces los sueños se hacen realidad. Hay que vivir los sueños como si fueran la única realidad. Porque La vida es sueño, en el mismo sentido propuesto en la obra de teatro de Pedro Calderón de la Barca, cuyo tema central es la libertad del ser humano para configurar su vida, sin dejarse llevar por un supuesto destino.

La concepción de la vida como un sueño es muy antigua, existiendo referencias en el pensamiento hindú, la mística persa, la moral budista, la tradición judeo-cristiana y la filosofía griega. Según Platón, el hombre vive en un mundo de sueños, de tinieblas, cautivo en una cueva de la que sólo podrá liberarse tendiendo hacia el Bien, y únicamente así entonces el hombre desistirá de la materia y llegará a la luz.

Como dijera el poeta estadounidense Faulkner: “La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen”. Soñemos pues que nuestros sueños pueden hacerse realidad, porque el que vive sin soñar no puede decirse que viva.
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tiempo

¿SOMOS VIAJEROS EN EL TIEMPO?

Este artículo es una reproducción de las notas 10, 45, 46 y 47 de la obra FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y EDUCACIÓN TRANSRACIONAL.

Extracto de la página 71:

Cuando sabes que la verdadera vida está en el interior de uno mismo, y teniendo en cuenta la profundidad filosófica en la que está instalado cada cual desde su razón, surgen entonces preguntas –sobre todo de tipo metafísico- que me transportan a otro campo de investigación, a ese lugar en donde el tiempo se vuelve relativo (1), donde el pasado, el presente y el futuro coexisten (2). El supuesto básico de la Teoría de la relatividad de Einstein (2008) es que la localización de los sucesos físicos, tanto en el tiempo como en el espacio, son relativos al estado de movimiento del observador. Si fuera posible viajar a la velocidad de la luz, seríamos viajeros en el tiempo (3).

Pero esa cuestión intenta resolver el desplazamiento físico a través del tiempo, es decir, en el universo material. Sin embargo, como postula el físico y astrónomo Sir James Jean, la naturaleza es mental, un estado fundamental de conciencia en el que la iluminación resplandece en toda su claridad en este momento y en todos los demás como conciencia de unidad .


NOTAS:

(1) Científicos austríacos han demostrado una limitación fundamental para nuestra capacidad de medir el tiempo, combinando la mecánica cuántica y la teoría de Einstein de la relatividad general. Al medir el tiempo, normalmente suponemos que los relojes no afectan el espacio y el tiempo, y que el tiempo puede medirse con precisión infinita en puntos cercanos del espacio. Pero físicos teóricos de la Universidad de Viena y de la Academia Austriaca de Ciencias argumentan que cuanto más preciso sea un reloj determinado, más “borra” el flujo de tiempo medido por los relojes vecinos. Como consecuencia, el tiempo mostrado por los relojes ya no está bien definido. Los hallazgos se publican en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS).

En la vida cotidiana estamos acostumbrados a la idea de que las propiedades de un objeto pueden ser conocidas con una precisión arbitraria. Sin embargo, en la mecánica cuántica, una de las principales teorías de la física moderna, el principio de incertidumbre de Heisenberg establece un límite fundamental a la precisión con la que se pueden conocer pares de propiedades físicas, como la energía y el tiempo de un reloj. Cuanto más preciso es el reloj, mayor es la incertidumbre en su energía. Un reloj arbitrariamente preciso tendría por lo tanto una incertidumbre ilimitada en su energía. Esto se hace importante cuando se incluye la teoría de Einstein de la relatividad general, la otra teoría clave en la física. La relatividad general predice que el flujo del tiempo es alterado por la presencia de masas o fuentes de energía. Este efecto, conocido como “dilatación del tiempo gravitatorio”, hace que el tiempo se desacelere cerca de un objeto de gran energía, en comparación con la situación en la que el objeto tiene una energía menor.

Combinando estos principios de la mecánica cuántica y la relatividad general, el equipo de investigación encabezado por Aslav Brukner de la Universidad de Viena y el Instituto de Óptica Cuántica e Información Cuántica demostró un nuevo efecto en la interacción de las dos teorías fundamentales. Según la mecánica cuántica, si tenemos un reloj muy preciso, su incertidumbre energética es muy grande. Debido a la relatividad general, cuanto mayor es su incertidumbre energética, mayor es la incertidumbre en el flujo de tiempo en el vecindario del reloj.

Juntando las piezas, los investigadores mostraron que los relojes colocados uno junto al otro necesariamente se perturban mutuamente, resultando en un “borroso” flujo de tiempo. Esta limitación en nuestra capacidad de medir el tiempo es universal, en el sentido de que es independiente del mecanismo subyacente de los relojes o del material del que están hechos. “Nuestros hallazgos sugieren que necesitamos reexaminar nuestras ideas sobre la naturaleza del tiempo cuando, tanto la mecánica cuántica como la relatividad general, son tomadas en cuenta”, dice Esteban Castro, autor principal de la publicación.


(2) Un profesor estadounidense ha presentado una nueva teoría del tiempo, que sugiere que la idea de que el mismo fluye como un río no es correcta. Más bien, afirma, el espacio-tiempo es un “universo de bloque” donde el pasado, el presente y el futuro coexisten. La nueva teoría del tiempo, desarrollada por Bradford Skow, un profesor de filosofía del Instituto de Tecnología de Massachusetts, EE.UU., sugiere que el tiempo no avanza, sino más bien, todo el tiempo es siempre presente.

Según esta teoría del “universo de bloque”, si tuviéramos que “contemplar” el universo desde arriba, veríamos tiempo extendido en todas las direcciones. Skow alega que no cree en que los eventos se queden en el pasado y desaparezcan para siempre: existen en diferentes partes del espacio-tiempo. El científico sostiene que el presente no es como un punto destacado en la línea de tiempo. Más bien, las experiencias que tuviste ayer, la semana pasada, o incluso años atrás son todas reales. Sin embargo, precisa que el viaje en el tiempo entre los diferentes momentos no es posible, ya que ahora estamos en una parte diferente del espacio-tiempo.


(3) “En la Teoría de la Relatividad, la posibilidad de viajar a la velocidad de la luz es equivalente a la de viajar al pasado”, dice Álvaro de Rújula, físico teórico del CERN. El padre de la Teoría de la Relatividad, Albert Einstein, ya había aventurado que si somos capaces de enviar un mensaje más rápido que la luz, entonces “podremos enviar un mensaje al pasado”. En este sentido, el CERN dice haber hallado partículas que se mueven más rápido que la luz. Un equipo internacional de científicos ha descubierto que unas partículas, llamadas neutrinos, viajan más rápido que la luz, según un portavoz de los investigadores. El hallazgo podría suponer un desafío a una de las leyes fundamentales de la física.

Antonio Ereditato, que trabaja en el centro de partículas físicas del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear, por sus siglas en francés) en la frontera franco-suiza, contó a Reuters que los tres años de mediciones han mostrado que los neutrinos se movían 60 nanosegundos más rápido que la luz en una distancia de 730 kilómetros entre Ginebra y Gran Sasso, en Italia.

La luz podría haber cubierto esa misma distancia en alrededor de 2,4 milésimas de segundo, pero los neutrinos tardaron 60 nanosegundos (un nanosegundo equivale a una mil millonésima parte de un segundo) menos que los haces de luz.

“Tenemos mucha confianza en nuestros resultados. Pero necesitamos que otros colegas hagan sus pruebas y lo confirmen por sí mismos”, dijo. Hay que ser prudente. Si se confirma, el descubrimiento podría invalidar una parte clave de la teoría de la relatividad que Albert Einstein enunció en 1905, que asegura que nada en el universo puede viajar más rápido que la luz.

Este es uno de los “dogmas” aceptados por la física teórica y que ha permanecido invariable desde 1905, cuando Einstein enunció su Teoría de la Relatividad Especial. No es que nada pueda ir más rápido que la luz. Los físicos teóricos creen que en el inicio del universo, instantes después del Big Bang sí se produjeron velocidades mayores que la de la luz (300.000 kilómetros por segundo). Lo que significa el enunciado del genial físico alemán es que ningún “mensajero”, ninguna partícula (o señal como se denominan en la física teórica), puede hacerlo.

“Si se confirmase el resultado significaría una nueva revolución en Física con implicaciones en la teoría de la información”, explica desde el CERN José Bernabéu, catedrático de Física Teórica de la Universidad de Valencia y reciente ganador del Premio de la Física convocado por la Real Sociedad Española de Física y por la Fundación BBVA. “Si se confirmase sería increíblemente revolucionario, supondría un batacazo, pero los batacazos son buenos”, resume De Rújula.

(Información extraída del artículo titulado Viajar a la velocidad de la luz es equivalente a poder viajar al pasado, publicado en EL MUNDO de fecha 23-09-2011 en:http://www.elmundo.es/elmundo/2011/09/23/ciencia/1316782032.html)


BIBLIOGRAFÍA:

Einstein, Albert. Sobre la teoría de la relatividad especial y general. Madrid: Alianza Editorial, 2008.
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Hyperincursión

EL DESDOBLAMIENTO DEL TIEMPO: LA HYPERINCURSIÓN

Este artículo está reproducido en el capítulo 1-4 de la tercera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Garnier necesitó nueve años de trabajo intensivo, de noches en vela, para obtener la recompensa tan esperada: el Tiempo iba a ser coronado por una teoría universal pudiendo ir más allá de lo imaginable, explicando paradojas, barriendo postulados, dando por fin sólidas certezas científicas a confusas aproximaciones esotéricas o a creencias ancestrales, empíricas, metafísicas o religiosas. En 1998, los experimentos de Saul Perlmutter y Brian Schmidt, por fin le dieron la razón: una energía desconocida fue descubierta en el universo y la observación de la misma permitía decir que representaba el 66,6 % de la energía total. El teorema de Garnier (gravitación 33,3%, antigravitación 66,6 %, equilibrio 0,1%) relacionado con las tres energías de desdoblamiento, fue por fin aceptada. Ciertamente, no fue sencillo que ello fuera aceptado todo de golpe, sobre todo, el hecho de que la información se desplaza más rápido que la velocidad de la luz. Desde Einstein, este era un postulado intocable. En el año 2003, nuevos experimentos científicos, probaban la exactitud de su demostración: la información entre elementos desdoblados, o la energía necesaria para desplazarla, iba mucho más rápida que la luz. Con esta famosa propiedad del tiempo, rigurosamente puesta en evidencia (1), la memorización de futuros potenciales se volvió científicamente posible, lo cual confirmaba la “hyperincursión”-noción todavía demasiado reciente para ser difundida en el amplio público-, del que hablaban los científicos a la cúspide de la investigación en cibernética e informática. La hyperincursión permite anticipar y memorizar un futuro sin vivirlo en el presente.

Entonces, ¿por qué no se serviría el hombre de esa facultad de anticipación? La utilizamos de continuo sin saberlo, pero tan mal que cansamos nuestro organismo y enfermamos. Este principio universal que nos hace vivir en el futuro antes de tomar acción en el presente es verdaderamente imprescindible y fundamental. Es innato en todos los seres vivos: un animal no reflexiona para sobrevivir, sus instintos naturales le mantienen con vida. La ley del desdoblamiento del tiempo, nos dice Garnier, era ya conocida al principio de nuestra era, puesto que San Juan, en el Apocalipsis, hablaba de ello sin ningún misterio: “Yo soy el Alfa y el Omega, dice el señor Dios, Él es, Él era, y Él vendrá”. Bien conocida antiguamente, esta idea del pasado, presente y futuro sigue siendo una definición perfecta del desdoblamiento de los tiempos. También Platón, como los Egipcios, enseñaban la división de un Creador Único por desdoblamiento de los tiempos: “Yo soy el Ayer y yo conozco el Mañana”… “El ayer me dio la luz, he aquí que yo creo los Mañanas”. Algunos pueblos africanos también hablan de su “doble”, como los chamanes de América del Norte, o los “bushmen” de Namibia, y los aborígenes australianos utilizan su “imagen” para viajar en los sueños.

NOTA (1):

La teoría del desdoblamiento de Jean-Pierre Garnier Malet ha sido publicada en cuatro artículos científicos sucesivos bajo arbitraje científico internacional:

1 - J.P. Garnier-Malet, 1998, Modelling and Computing of Anticipatory System: Application to the Solar System, International Journal of Computing Anticipatory Systems. Vol 2. 132-156, Ed. by D.M. Dubois, Publ. By CHAOS, Liège-Belgium.
2 - J.P. Garnier-Malet, 1999, Geometrical Model of Anticipatory Embedded Systems, International Journal of Computing Anticipatory Systems. Vol 3. 143-159, Ed. by D.M. Dubois, Publ. By CHAOS, Liège-Belgium.
3 - J.P. Garnier-Malet, 2000, The Doubling Theory, International Journal of Computing Anticipatory Systems Vol 5. 39-62, Ed. by D.M. Dubois, Publ. By CHAOS, Liège-Belgium.
4 - J.P. Garnier-Malet, 2001, The Three Time Flows of Any Quantum or Cosmic Particle, International Journal of Computing Anticipatory Systems Vol 10. 311-321, Ed. by D.M. Dubois, Publ. By CHAOS, Liège-Belgium

Le siguieron tres publicaciones científicas sobre las aplicaciones de la teoría del desdoblamiento:

5 - J.P. Garnier Malet and al., 2002, The Doubling Theory Can Explain Homeopathy, International Journal of Computing Anticipatory Systems, Ed. By D.M.Dubois, Publ. By CHAOS, Liège-Belgium.
6 - J.P. Garnier Malet and al., 2003, The Relativistic Correction According to the Doubling Theory, Physical Interpretation of Relativity Theory (PIRT VIII) Ed. Michael C. Duffy, University of Sunderland, London.
7 - J.P. Garnier Malet and al., 2003 The Explanation of the E.P.R. Oaradox and the Big Bang, According to the Doubling Theory, Physical Interpretation of Relativity Theory (PIRT IX) Ed. Michael C. Duffy, University of Sunderland, London.7.

En el 2006, escribe un artículo detallado sobre cómo su teoría explica los nuevos planetas (o planetoides) descubiertos recientemente en nuestro sistema solar, más allá de Plutón.

8 - J.P. Garnier Malet, 2007, The Doubling Theory Corrects The Titius Bode Law and Compute the Fine Structure Constant in The Solar System, American Institute of Physics, Melville, New York.

Un resumen en francés de las cuatro primeras publicaciones puede consultarse en la página www.garnier-malet.com
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Conciencia de más allá de este tiempo

CONCIENCIA DE MÁS ALLÁ DE ESTE TIEMPO

Este artículo es un resumen de la tesis defendida en el capítulo 5 El abismo cultural de Occidente es un abismo de conciencia de la obra FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y EDUCACIÓN TRANSPERSONAL


“La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo”

Cuando sabes que la verdadera vida está en el interior de uno mismo, y teniendo en cuenta la profundidad filosófica en la que está instalado cada cual desde su razón, surgen entonces preguntas -sobre todo de tipo metafísico- que te transportan a otro campo de investigación, a ese lugar en donde el tiempo se vuelve relativo (1), donde el pasado, el presente y el futuro coexisten (2). El supuesto básico de la Teoría de la relatividad de Einstein (2008) es que la localización de los sucesos físicos, tanto en el tiempo como en el espacio, son relativos al estado de movimiento del observador. Si fuera posible viajar a la velocidad de la luz, seríamos viajeros en el tiempo (3). Pero esa cuestión intenta resolver el desplazamiento físico a través del tiempo, es decir, en el universo material. Sin embargo, como postula el físico y astrónomo Sir James Jean, la naturaleza es mental, un estado fundamental de conciencia en el que la iluminación resplandece en toda su claridad en este momento y en todos los demás como conciencia de unidad.


NOTAS:

(1) Científicos austríacos han demostrado una limitación fundamental para nuestra capacidad de medir el tiempo, combinando la mecánica cuántica y la teoría de Einstein de la relatividad general. Al medir el tiempo, normalmente suponemos que los relojes no afectan el espacio y el tiempo, y que el tiempo puede medirse con precisión infinita en puntos cercanos del espacio. Pero físicos teóricos de la Universidad de Viena y de la Academia Austriaca de Ciencias argumentan que cuanto más preciso sea un reloj determinado, más “borra” el flujo de tiempo medido por los relojes vecinos. Como consecuencia, el tiempo mostrado por los relojes ya no está bien definido. Los hallazgos se publican en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS).

En la vida cotidiana estamos acostumbrados a la idea de que las propiedades de un objeto pueden ser conocidas con una precisión arbitraria. Sin embargo, en la mecánica cuántica, una de las principales teorías de la física moderna, el principio de incertidumbre de Heisenberg establece un límite fundamental a la precisión con la que se pueden conocer pares de propiedades físicas, como la energía y el tiempo de un reloj. Cuanto más preciso es el reloj, mayor es la incertidumbre en su energía. Un reloj arbitrariamente preciso tendría por lo tanto una incertidumbre ilimitada en su energía. Esto se hace importante cuando se incluye la teoría de Einstein de la relatividad general, la otra teoría clave en la física. La relatividad general predice que el flujo del tiempo es alterado por la presencia de masas o fuentes de energía. Este efecto, conocido como “dilatación del tiempo gravitatorio”, hace que el tiempo se desacelere cerca de un objeto de gran energía, en comparación con la situación en la que el objeto tiene una energía menor.

Combinando estos principios de la mecánica cuántica y la relatividad general, el equipo de investigación encabezado por Aslav Brukner de la Universidad de Viena y el Instituto de Óptica Cuántica e Información Cuántica demostró un nuevo efecto en la interacción de las dos teorías fundamentales. Según la mecánica cuántica, si tenemos un reloj muy preciso, su incertidumbre energética es muy grande. Debido a la relatividad general, cuanto mayor es su incertidumbre energética, mayor es la incertidumbre en el flujo de tiempo en el vecindario del reloj.

Juntando las piezas, los investigadores mostraron que los relojes colocados uno junto al otro necesariamente se perturban mutuamente, resultando en un “borroso” flujo de tiempo. Esta limitación en nuestra capacidad de medir el tiempo es universal, en el sentido de que es independiente del mecanismo subyacente de los relojes o del material del que están hechos. “Nuestros hallazgos sugieren que necesitamos reexaminar nuestras ideas sobre la naturaleza del tiempo cuando, tanto la mecánica cuántica como la relatividad general, son tomadas en cuenta”, dice Esteban Castro, autor principal de la publicación.


(2) Un profesor estadounidense ha presentado una nueva teoría del tiempo, que sugiere que la idea de que el mismo fluye como un río no es correcta. Más bien, afirma, el espacio-tiempo es un “universo de bloque” donde el pasado, el presente y el futuro coexisten. La nueva teoría del tiempo, desarrollada por Bradford Skow, un profesor de filosofía del Instituto de Tecnología de Massachusetts, EE.UU., sugiere que el tiempo no avanza, sino más bien, todo el tiempo es siempre presente (47).

Según esta teoría del “universo de bloque”, si tuviéramos que “contemplar” el universo desde arriba, veríamos tiempo extendido en todas las direcciones. Skow alega que no cree en que los eventos se queden en el pasado y desaparezcan para siempre: existen en diferentes partes del espacio-tiempo. El científico sostiene que el presente no es como un punto destacado en la línea de tiempo. Más bien, las experiencias que tuviste ayer, la semana pasada, o incluso años atrás son todas reales. Sin embargo, precisa que el viaje en el tiempo entre los diferentes momentos no es posible, ya que ahora estamos en una parte diferente del espacio-tiempo.


(3) "En la Teoría de la Relatividad, la posibilidad de viajar a la velocidad de la luz es equivalente a la de viajar al pasado", dice Álvaro de Rújula, físico teórico del CERN. El padre de la Teoría de la Relatividad, Albert Einstein, ya había aventurado que si somos capaces de enviar un mensaje más rápido que la luz, entonces "podremos enviar un mensaje al pasado". En este sentido, el CERN dice haber hallado partículas que se mueven más rápido que la luz. Un equipo internacional de científicos ha descubierto que unas partículas, llamadas neutrinos, viajan más rápido que la luz, según un portavoz de los investigadores. El hallazgo podría suponer un desafío a una de las leyes fundamentales de la física.

Antonio Ereditato, que trabaja en el centro de partículas físicas del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear, por sus siglas en francés) en la frontera franco-suiza, contó a Reuters que los tres años de mediciones han mostrado que los neutrinos se movían 60 nanosegundos más rápido que la luz en una distancia de 730 kilómetros entre Ginebra y Gran Sasso, en Italia.

La luz podría haber cubierto esa misma distancia en alrededor de 2,4 milésimas de segundo, pero los neutrinos tardaron 60 nanosegundos (un nanosegundo equivale a una mil millonésima parte de un segundo) menos que los haces de luz.

"Tenemos mucha confianza en nuestros resultados. Pero necesitamos que otros colegas hagan sus pruebas y lo confirmen por sí mismos", dijo. Hay que ser prudente. Si se confirma, el descubrimiento podría invalidar una parte clave de la teoría de la relatividad que Albert Einstein enunció en 1905, que asegura que nada en el universo puede viajar más rápido que la luz.

Este es uno de los 'dogmas' aceptados por la física teórica y que ha permanecido invariable desde 1905, cuando Einstein enunció su Teoría de la Relatividad Especial. No es que nada pueda ir más rápido que la luz. Los físicos teóricos creen que en el inicio del universo, instantes después del Big Bang sí se produjeron velocidades mayores que la de la luz (300.000 kilómetros por segundo). Lo que significa el enunciado del genial físico alemán es que ningún “mensajero”, ninguna partícula (o señal como se denominan en la física teórica), puede hacerlo.

"Si se confirmase el resultado significaría una nueva revolución en Física con implicaciones en la teoría de la información", explica desde el CERN José Bernabéu, catedrático de Física Teórica de la Universidad de Valencia y reciente ganador del Premio de la Física convocado por la Real Sociedad Española de Física y por la Fundación BBVA. "Si se confirmase sería increíblemente revolucionario, supondría un batacazo, pero los batacazos son buenos", resume De Rújula. (Información extraída del artículo titulado Viajar a la velocidad de la luz es equivalente a poder viajar al pasado, publicado en EL MUNDO.


BIBLIOGRAFÍA:

Einstein, Albert. Sobre la teoría de la relatividad especial y general. Madrid: Alianza Editorial, 2008.
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GARNIER: TEORÍA DEL DESDOBLAMIENTO DEL TIEMPO (Y DEL SER HUMANO)

GARNIER: TEORÍA DEL DESDOBLAMIENTO DEL TIEMPO (Y DEL SER HUMANO)

Este artículo está reproducido como nota número 31 en la obra FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y EDUCACIÓN TRANSRACIONAL

Según el doctor en física francés Jean-Pierre Garnier Malet (2012), somos receptores y emisores de energía constante, un intercambio de información que permite construir el futuro. Este científico descubrió en 1988 que el tiempo se desdobla. La aplicación científica de esa teoría permite explicar el mecanicismo de los pensamientos o de la vida. Pero afirma algo más: no solo se desdobla el tiempo, sino el ser humano también, siguiendo la pauta de casi todo el universo. Dicho de otro modo, y siguiendo los fundamentos de la física cuántica, cada uno de nosotros tiene otro “yo”, un doble con quien intercambiar información.

Según Jean-Pierre Garnier Malet, la teoría del desdoblamiento del tiempo afirma que nuestro cuerpo es una energía con capacidad para proyectarse hacia el futuro, extrayendo información de una realidad paralela y traerla a nuestra existencia. Según este científico, cada instante que vivimos es una información mental que recibimos inconscientemente sobre nuestro futuro, procedente de nuestro “otro yo”, formado de energía cuántica. Según la teoría de Garnier, sería imprescindible cuidar la pureza de nuestros pensamientos pues son los malos pensamientos quienes ponen barreras a la realización de nuestro hipotético mejor futuro.

Según Garnier, nuestro “doble” es verdaderamente otro “yo”. El cuerpo visible explora el espacio en nuestro tiempo, el otro, totalmente imperceptible, viaja en los diferentes tiempos de nuestro desdoblamiento. De manera esquemática, podemos decir que un cuerpo energético informa nuestro cuerpo físico. En efecto, nuestro organismo posee una característica común a todo el universo: toda partícula emite y recibe ondas. Así pues, los físicos hablan del carácter ondulatorio y corpuscular de la materia. Todo organismo emite y recibe informaciones para vivir y sobrevivir. Hecho de partículas materiales, llamadas corpusculares, nuestro cuerpo se beneficia de continuo de intercambios de informaciones por su lado ondulatorio. Podemos pues afirmar que tenemos un organismo corpuscular observable en nuestro mundo y un cuerpo ondulatorio encargado de emitir y de captar informaciones vitales, en otro.

Según la teoría del desdoblamiento del tiempo, las informaciones procedentes del futuro, deben provenir de manera permanente, de aperturas imperceptibles en nuestro tiempo, que hay que saber controlar, recuperando el principio vital de intercambio de informaciones con nuestro “doble” durante nuestros sueños. En efecto, ese momento de nuestro sueño, nos hace vivir en un tiempo diferente del nuestro. Según Garnier, nuestro cuerpo está concebido para recibir informaciones vitales en el transcurso de nuestros sueños durante un periodo bien determinado llamado “sueño paradoxal”.

REFERENCIA:

Garnier, Jean-Pierre. Cambia tu futuro por las aperturas temporales. España: Reconocerse, 2012.
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