"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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CARTA ABIERTA A CIENTÍFICOS, FILÓSOFOS, PROFESORES Y EDUCADORES

Mi deseo para este año 2Q2Q es que sea un año de divulgación cósmica, un año en el que sea posible la liberación de la humanidad mediante el acopio de conocimiento para ser libres con conocimiento de causa, un hondo problema epistemológico expuesto en la ponencia del II COLOQUIO INTERNACIONAL: POSIBILIDADES DE LA RESIGNIFICACIÓN DEL EPISTEME EN LAS CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN: DEBATES Y REFLEXIONES.


1 - "La verdad os hará libres"

Una cuestión de la libertad que no es nada fácil, pues hay que saber pensar en libertad. ¿Pero, quién nos enseña a pensar, cuando están quitando la filosofía del sistema educativo? La filosofía, o el “amor a la verdad”, sigue siendo muestra única tabla de salvación, más allá del reduccionismo psicológico al que aboca el materialismo científico al arrogarse el poder de poseer la “verdad”. La ciencia estrecha por un lado y, las religiones por otro lado, han fragmentado las conciencias individuales a la vez que las han disociado de la colectividad. Ese sería el gran fracaso epistemológico excelsamente demostrado por Ken Wilber a través de sus obras: la ausencia de espiritualidad, lo que Bauman tildó como “sociedad líquida”, es la falta de amor en la sociedad y entre las personas.

2 - Ken Wilber: "El Einstein de la conciencia"

Ambos extremos, entre la ciencia y la espiritualidad, requieren de una filosofía conciliadora que incorpore a la metafísica como sendero hacia la espiritualidad. Tal es mi propuesta mediante la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento, y la educación transracional como misión espiritual. La filosofía transpersonal es una ciencia de la conciencia que aúna la ciencia con la espiritualidad, y estudia los estadios evolutivos de la conciencia a nivel individual y también colectivamente como humanidad. La expresión de este aparente simple párrafo ha requerido estudiar exhaustivamente la obra de Ken Wilber, considerado como el “Einstein de la conciencia”, pero cuyos pensamientos no son conocidos en el ámbito académico tradicional. Con Ken Wilber, he aprendido la historia del pensamiento como nadie me lo ha enseñado en la universidad, por eso creo conveniente que su obra sea incorporada en el sistema educativo, de ahí mis incursiones intelectuales mediante artículos científicos y en congresos.

Fue Ken Wilber quien me señaló el antagonismo histórico entre el camino ascendente y el camino descendente, fue él quien me demostró que la intuición espiritual genuina es aquella que aúna la sabiduría con el amor, fue este inconmensurable pensador quien ha incorporado y trascendido la filosofía platónica así como kantiana mediante su teoría de los “cuatro cuadrantes”. En definitiva, es quien ha demostrado el fracaso epistemológico de la filosofía occidental, esa que aún transmiten en ese anacrónico sistema educativo malévolamente manipulado como instrumento de poder. De ahí la necesidad de una renovada filosofía así como un cambio paradigmático en la educación.

3 - Filosofía transpersonal y educación transracional

Y sobre los pilares epistemológicos y hermenéuticos de Ken Wilber, es cómo este pensador ha fundamentado una filosofía transpersonal (más allá del ego) así como una educación transracional (más allá de la razón), de modo que el “despertar espiritual” en la sabiduría y el amor sea una cuestión susceptible de ser educada como reivindica la Tesis de Maestría de Marely Figueroa y la Tesis Doctoral de Noemí Siverio, unas vanguardistas pioneras en la visión transpersonal aplicada a la educación. La visión transpersonal propugna vivir en sabiduría y amor, consigo mismo, y con los demás, cuestiones que requieren de un camino ascendente hacia la sabiduría no exento de dificultades.

4 - Dualidad y no-dualidad

En efecto, vivir en la sabiduría y en el amor, es decir en la no-dualidad, no es un camino fácil, pues vivimos inmersos en la dualidad: rodeados de ignorancia y sufrimiento provocados por el "yo egoíco", la máscara de nuestra personalidad, quien se considera como una parte diferenciada y separada del Todo.

Salir de ese estado de conciencia personal para trascender hacia la conciencia transpersonal es un “camino ascendente hacia la sabiduría”, y no puede realizarse solamente desde la razón tiránica, sino también desde el corazón: la síntesis entre la razón y el corazón se constituye, entonces, en una genuina inteligencia espiritual.

Y en dicho punto de inflexión trascendental es donde la razón se espiritualiza, es el modo como se inicia el “camino descendente” de la compasión. En ese preciso momento, se comprende que cualquier juicio sobre la dualidad es fútil, pues ese mundo exterior es pura ilusión, como si de un sueño se tratara, tal como demuestran las neurociencias(1). No enjuiciar es una de las primeras lecciones de sabiduría, aún a riesgo de ser considerado un “raro”, efectivamente, por querer salir de la caverna platónica, por querer escapar de esos que te señalan con el dedo.

El problema llega cuando se intenta iluminar a la sociedad de la ignorancia: ¿Cuántos sabios ha dado la historia de la humanidad, y cómo ha sido pisoteada dicha sabiduría por los mismos seres humanos? ¿Cómo iluminar la colectividad desde la individualidad?

5 - La trascendencia metafísica mediante la meditación

Afortunadamente, las ciencias más vanguardistas ya están vislumbrando que hay un inconsciente colectivo (Jung), y unos campos mórficos como soporte de la información que fluye y que nos interconecta (Sheldrake), y que la mente condiciona y transforma el ADN (Lipton), y no al revés como creen los materialistas científicos, que el ADN es un soporte biológico a partir de la cual surge la conciencia. La conciencia preexiste en todos los estratos holísticos, desde la fisiosfera (materia) a la biosfera (vida), y de esta a la noosfera (razón) y luego hasta la teosfera (Dios). Y con los descubrimientos avalados científicamente, de que mediante la meditación es posible la trascendencia metafísica hacia la espiritualidad, tenemos ahí la posibilidad de trascender al fracaso epistemológico de la filosofía y la educación Occidental.

Aquel que haya tenido la dicha de vivir la experiencia del “despertar espiritual”, comprende que debe fluir con el Tao, y que no hay que intervenir en “la voluntad de Dios”, pues toda intervención en los asuntos divinos procede desde el ego del sujeto pensante que, en la soberbia de su propia razón, cree saber más que el Universo, despreciando así la transcendencia espiritual, la cual implica iniciar cada cual por sí mismo el camino ascendente de la sabiduría. Ahí están instalados los materialistas científicos, en su divorcio con la Divinidad, en su soberbia cognitiva.

Afortunadamente, los otrora considerados como “místicos cuánticos” ya no son una panda de “iluminados” sueltos por el mundo, sino que son las propias ciencias, como las señaladas anteriormente, las que han posibilitado argumentar de un modo epistemológico a la metafísica como ciencia del Ser, más allá del materialismo científico, una metafísica conocida como filosofía transpersonal y susceptible de ser educada mediante una educación transracional.

6 - Sabiduría y Amor

Es así como la auténtica no-dualidad, desde un punto de vista conceptual y filosófico como el argumentado anteriormente, es una síntesis atemporal entre la Sabiduría (camino ascendente) y el Amor (camino descendente): entre el conocimiento y las emociones, entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, es un estado de paz interior desde el cual se puede promover la paz en el mundo, porque solamente una persona que vive en paz consigo misma puede ser un ejemplo para los demás. No la “paz” que nos imponen los poderes fácticos desde una razón plutocrática, pues dicha paz mundial y psicológica es socavada, respectivamente, por una ingeniería social y mental para mantenernos en la ignorancia y el sufrimiento. Cuando comprendes todo lo argumentado hasta aquí, ya estás en el proceso del “despertar espiritual”. ¿Tan difícil es explicar todo ello en una clase de filosofía? ¿Tan difícil es explicarle todo ello a los estudiantes para que sean libres con conocimiento de causa?

7 - El abismo cultural por trascender

Creo que ese es el reto más importante que tienen actualmente los profesores, los educadores, la educación en general, los científicos en particular, y las humanidades como revulsivo para orientar la cultura humana más allá del reduccionismo psicológico y de la filosofía materialista que ha imperado en Occidente. El despertar colectivo es posible, y lo es gracias a la meditación y sus beneficios aplicados prácticamente en las aulas, como demuestran muchas experiencias vanguardistas en el ámbito educativo.

El conocimiento es una riqueza intelectual que debe ser gestionada, auspiciada, educada y transmitida por los profesionales de la epistemología, pues necesitamos aún de genuinos epistemólogos para intentar dar un sentido a la vida y de saber cuál es nuestro lugar en este mundo. Y la propuesta de este pensador es que la metafísica es una rama de la filosofía que, de un modo histórico, ha sido relegada al ámbito de las religiones, es decir a la dualidad externa, obviando que es en el Dios interior (no-dualidad), donde es posible educar espiritualmente a nuestros niños, para que se sientan como parte de la totalidad donde Todos somos Uno.

8 - El movimiento transpersonal

Afortunadamente, desde el surgimiento de la psicología transpersonal, el movimiento transpersonal está en fase de expansión, hasta el punto de incursionar en el sistema académico gracias a novedosos y pioneros trabajos científicos. Las publicaciones transpersonales internacionales están cohesionando un punto de vista espiritual que reclama su presencia en el ámbito educativo, pues hay una crisis epistemológica de hondo calado que requiere un cambio de paradigma pensativo, y por tanto con repercusiones en el ámbito educativo.

Nos hallamos, pues, ante tantos cambios de paradigmas (filosófico, psicológico, sociológico, educativo, científico y espiritual) que son los propios maestros, profesores y la educación en general, quienes deberían coger las riendas del conocimiento para debatir su epistemología y consensuar lo que hay que saber, y lo que hay que enseñar en la transmisión del conocimiento.

9 - "Conócete a ti mismo y conocerás a los Dioses y al Universo"

Ahí queda el reto para científicos, filósofos, profesores y educadores, ahí queda el reto para nuestra civilización y sus mentes pensantes: integrar la espiritualidad en el sistema educativo, tal es el reto que plantea este pensador mediante sus publicaciones. Y ese reto de adentrarse en la no-dualidad entre la sabiduría y el amor es posible, como nos demuestra un texto iluminador de Nisargadatta Maharaj, un gran maestro espiritual de la corriente Advaita. Su enseñanza es admirada por ser directa, provocativa y radical, considerado por muchos como un iluminado, y que nos invita a recorrer ese camino espiritual hacia la no-dualidad, o el Dios interior.


NOTA :

(1) El materialismo es una corriente filosófica que, en oposición al idealismo, resuelve el problema cardinal o fundamental de la filosofía acerca de la relación entre el pensar, el espíritu y la naturaleza, postulando que la materia es lo primario. Según la visión materialista, la conciencia y el pensamiento es una emergencia material a partir de un estado altamente organizado. Según esta concepción, el mundo es material y existe objetivamente, independientemente de la conciencia. Sin embargo, el neurocientífico Francisco J. Rubia, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, viene a decir todo lo contrario: “Los órganos de los sentidos nos han engañado desde siempre y lo sabemos, como ya lo sabían los filósofos griegos de la naturaleza de las colonias jónicas en Asia Menor. La neurociencia moderna nos dice que ni los colores ni los olores, ni los gustos ni los sonidos existen en la naturaleza, sino que son creaciones del cerebro”. Según Rubia, “la revolución neurocientífica modificará los conceptos del yo y de la realidad. Los hallazgos realizados en este campo en los últimos años han sido múltiples y podrían producir lo que él denomina “la cuarta humillación humana”, tras el final del geocentrismo, la aparición de la teoría de la evolución y el descubrimiento del inconsciente. Estos hallazgos llevarían, de hecho, a cuestionarse conceptos tan fundamentales para nuestra cosmovisión como la naturaleza de la realidad o del yo o la existencia del libre albedrío” (paradójicamente, lo mismo que hizo Kant en sus Tres críticas). (Declaración efectuada en una conferencia dentro del marco del 43º Congreso de la European Brain and Behaviour Society de Sevilla, sobre los últimos avances de la neurociencia).
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ESQUEMA EPISTEMOLÓGICO

EDUCACIÓN TRANSRACIONAL

Este artículo es una reproducción del capítulo del mismo titulo situado en la página 266 de la Tesis Doctoral de Noemí Siverio (Venezuela), titulada:

PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN


La visión transracional concibe a la educación como misión espiritual. En tal sentido, pensamos que nuestra civilización requiere cambiar su derrotero que pasa por una renovada pedagogía para con ello cambiar el mundo, no desde afuera, sino desde el interior de las personas.

Es importante reseñar que a la vista de las experiencias pedagógicas, se puede considerar que el sistema educativo tradicional está atravesando un proceso de metamorfosis gracias a personas que trabajan en pos del empoderamiento humano, en aras a fortalecer la potencial profundidad inherente a todas las personas; y ello solo se puede realizar desde un giro copernicano en el modelo cognitivo de la educación (Martos, 2017).

No hay lugar a dudas que el paradigma educativo tradicional está en tránsito, sin embargo no sabemos hacia donde se dirige. Esto se traduce en un vacío cognitivo ocasionado por la incertidumbre educacional del futuro, y cuya finalidad debería ser buscar la unidad del saber, lo que inquiere una reconstrucción epistemológica en el marco de la psicología compleja transpersonal como un nuevo paradigma de conocimiento, argumentado en la educación cuántica o transracional (Ob.cit).

Bajo el tamiz de esa educación transracional cuántica, es menester que el ego trascienda hacia una regenerada espiritualidad, en una fusión de la razón con el espíritu, sustituyendo el egoísmo por la compasión y la consciencia personal por la transpersonal, toda una trascendencia espiritual que permite ir más allá del ego (Vaughan y Walsh, 2000) y ver el mundo como un todo holístico del cual somos un engranaje más en la naturaleza. Desde luego que a partir de una educación como la descrita estaremos en condiciones de comprender al ser humano, a ese ser complejo que se debate en la paradoja de la unidad múltiple, lo que nos une, nos separa, en fin lo que lo hace ser complejo en el sentido que reúne en sí rasgos contradictorios.

Un aspecto más a tener presente en la educación transracional es que la misma nos demuestra que hay dos modos de conocer: el método científico y el trascendental, diferentes, más complementarios. El primero languidece con el pensamiento occidental que enfatiza la dualidad sujeto-objeto, el materialismo, el poder de la razón; el segundo, el racionalismo espiritual, es el artífice de un nuevo mundo que vislumbra el empoderamiento consciente de las personas y cuya primera condición es trascender el ego, para ver la vida de un modo compasivo, partiendo de la idea que para cambiar el mundo, hay que comenzar por uno mismo, uniendo la sabiduría (Droit, 2011 en Martos 2017), y el amor (Huther, 2015 en Martos 2017), en una nueva percepción consciente no dual, pues conocimiento y amor son como las dos caras de la misma moneda, donde el saber sin amor es puro egoísmo (ob.cit).

Concatenado con lo anterior la educación transracional al implementar la razón con el corazón, permite sumergirnos en la profundidad de la consciencia, construir nuestros objetivos comunes en un intercambio de comunicación libre, alejada del egocentrismo, la incomprensión del otro, el etnocentrismo, abonando así el camino que glorifica la trascendencia. Asimismo, invita a creer en un giro cognitivo según el cual nos trasladamos del “ver para creer”, en atención a lo estipulado por el método científico, al “creer para ver” e incluso al “saber para creer y ver” encaminándonos de esta forma hacia un método trascendental; por lo que nos insta a salir del desconocimiento en el que está sumergido el ego, lo que permitiría su trascender.

Como ha quedado expresado en líneas que anteceden la educación académica tradicional está quedando obsoleta, requiriendo de una nueva mirada pedagógica acorde a los nuevos tiempos cuánticos, donde se da una conexión con el universo entero. Si a ese cambio cuántico se le añade la necesaria renovación moral y espiritual, tendremos así el fundamento epistemológico para poder hablar de la educación transracional (Martos, 2017) Pudiéndose afirmar que esta educación es un emergente contrario a la educación tradicional como garante de una necesaria regeneración humana, al propugnar una evolución holística del “yo” hacia el “nosotros”, mediante la fuerza del amor y del saber.

Es relevante el hecho, que de nada sirve lo argumentado acerca de la educación transracional o cuántica, si todo ello no tiene su correlación práctica con la psicología. De un modo sinérgico, la filosofía transpersonal, la psicología transpersonal junto a la educación cuántica, son tres disciplinas cognitivas que se erigen como un nuevo paradigma de conocimiento, donde el saber y el espíritu colectivo, deberían ir de la mano en ese mundo por construir. Es por ello que al hablar de educación cuántica nos referimos a una revolucionaria pedagogía, cuyas bases epistemológicas e históricas se asientan sobre el movimiento transpersonal (Martos, 2017).

En el marco de lo que venimos expresando, una educación fundamentada en la espiritualidad es un imperativo para instaurar en el futuro una vida espiritual en una sociedad digital (Torralba, 2012), Consecuentemente, espiritualidad y educación social es un binomio para trascender la sociedad de la ignorancia (Mayos, 2011), A partir de aquí pensamos que solo entrelazando los planteamientos anteriores será posible el nacimiento de una nueva consciencia, ya que no se ha producido una socialización efectiva del conocimiento y ello impide que nos dirijamos hacia la sociedad del pensamiento tal como requerimos hacerlo. Por lo que es necesario trabajar en la perspectiva de generar una nueva consciencia crítica de especie. Solamente con una evolución responsable, construida a través de una consciencia transracional, afianzada en una educación cuántica, podremos convertir el conocimiento en pensamiento y alejarnos así de la llamada sociedad de la ignorancia.

En atención a estas ideas, es necesaria la sanación del ego fragmentado y distanciado de los otros, la gran esperanza de la educación transracional. Para tal fin se requiere de las mentes cuánticas aquellas que aúnan la razón con la espiritualidad, las que saben que todo conocimiento surge de lo más profundo del ser humano cuando se pone la razón al servicio del amor (Martos, 2017).

En esta línea de pensamiento es importante significar que la educación transracional o cuántica posibilita un giro copernicano en el modo de aprehender el conocimiento al oponerse a la visión mecanicista, industrial y positivista de la educación tradicional, siendo el fundamento epistemológico de esta educación ( que implementa la razón con el corazón), la filosofía transpersonal que viene a ser una disciplina que estudia la espiritualidad y su relación con la ciencia, así como los estudios de la consciencia (Martos, 2017). Adicionalmente la educación transracional se enfoca en el pensamiento que orienta la razón hacia la espiritualidad, por tanto, se posiciona en un misticismo contemplativo que enfatiza en la no dualidad sujeto-objeto. Es por ello que dirige su mirada hacia el despertar de la consciencia, que conlleva al nacimiento de una nueva consciencia abrazada a la dimensión espiritual del ser humano.

De lo anterior se desprende que la educación a la que venimos haciendo referencia pretende sintetizar la razón con el espíritu, por lo tanto, ese camino espiritual es difícil de alcanzar, simplemente con la razón (dualidad entre un sujeto pensante y un Dios pensado), sino con la experiencia de la no dualidad donde todos somos una expresión del espíritu divino. Es por esto que se trata de un genuino misticismo vivido conscientemente mediante el amor y desde el silencio, un camino de sabiduría que nos adentra en el misterio de la vida (Martos, 2018).

Es menester mencionar que la educación transracional se alinea a la idea que no se requiere ser demasiado severo con los errores de los estudiantes, sino tratar de eliminarlos a través de la educación, este viene a ser el objetivo pretendido por esa educación cuántica o transracional, esto se logrará mediante el otro modo de saber, el místico, diferente pero complementario con el método científico. Este otro modo de saber se sustenta en la introspección de los propios pensamientos con la finalidad de trascender las connotaciones negativas del egocentrismo, orientándonos hacia la genuina espiritualidad.

Por lo que la educación transracional postula adquirir la maestría interior para la comprensión objetiva de los conceptos de amor, virtud, justicia, compasión, comprensión del otro y de sí mismo, toda una medicina cuántica (Martos, 2018).Por último, es destacable que esta revolucionaria pedagogía filosófica es posibilitada por la física cuántica, por lo que se corresponde con un racionalismo espiritual presente en la filosofía perenne, donde sujeto y objeto son la misma cosa y cuya percepción se realiza mediante una renovada consciencia.

Por todo lo antes mencionado es que en esta investigación doctoral estamos esperanzados en esta educación cuántica o transracional.

Seguidamente presentaremos el esquema epistemológico de la educación cuántica (ver imagen adjunta).
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educacion

¿LA EDUCACIÓN: NECESITADA DE UNA VISIÓN TRANSPERSONAL Y TRANSRACIONAL?

Ayer 9 de diciembre de 2019, tuve el placer de presentar una ponencia en el II COLOQUIO INTERNACIONAL: POSIBILIDADES DE LA RESIGNIFICACIÓN DEL EPISTEME EN LAS CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN: DEBATES Y REFLEXIONES.

A las 13 horas española y las 8 horas en Venezuela, se produjo el estreno de la ponencia mediante vídeo a través de la plataforma de Youtube. El título de la ponencia:

CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD:
Fundamentos epistemológicos y pedagógicos para la filosofía transpersonal y la educación transracional


La verdad, para mí, es el primer evento con ese soporte virtual, donde, tuve la oportunidad de expresar las tesis defendidas en mi recién publicado libro titulado Ciencia, Filosofía, Espiritualidad (disponible gratuitamente en PDF).

En el epílogo del libro, advierto al lector que puede entrar en disonancia cognitiva. El epílogo de una obra es el lugar idóneo para que un pensador exponga sus profundas convicciones personales, esotéricas y metafísicas al margen del rigor metodológico, racional y académico. Dicho de otro modo, el epílogo puede hacer de contrapunto al formalismo investigativo argumentado con pulcritud y metodología científica en la búsqueda de la “verdad” mediante el uso de la razón. O sea, el epílogo, es donde este pensador puede expresar sus firmes creencias acerca de su visión e interpretación del mundo que nos ha tocado vivir.

En dicho sentido, en la ponencia objeto de este artículo, he tenido la oportuna sincronicidad de exponer las ideas de este filósofo transpersonal, aunque el término "transpersonal" no es de uso generalizado en el campo académico tradicional. No obstante, hay al menos tres precedentes académicos, gloriosos trabajadores de la luz que se han atrevido a trascenderse a sí mismo para ayudar a trascender a los demás:

-La Tesis de Maestría de Marely Figueroa (México), titulada: UNA VISIÓN TRANSPERSONAL EN LA EDUCACIÓN

-La Tesis Doctoral de Iker Puente (España), titulada: COMPLEJIDAD Y PSICOLOGÍA TRANSPERSONAL: CAOS, AUTOORGANIZACIÓN Y EXPERIENCIAS CUMBRE EN PSICOTERAPIA

-La Tesis Doctoral de Noemí Siverio (Venezuela), titulada: PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN

A dicha introducción de lo “transpersonal” a nivel académico oficial, se suma ahora la organizadora de este II COLOQUIO INTERNACIONAL: EL INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO, Extensión Tucupita,Delta Amacuro, Venezuela. Mi efusivo agradecimiento al Dr. José Rafael León y a la Dra. Leslibeth Sucre por su deferente invitación a este evento.

Como decía anteriormente, esta ponencia ha sido una oportunidad para exponer los pensamientos de este filósofo transpersonal, sustentados en los aportes del inconmensurable Ken Wilber, considerado como el “Einstein de la conciencia”, sin embargo, un perfecto desconocido en el ámbito académico, como demuestro en este artículo.

He tenido la ocasión de intercambiar opiniones con algunos participantes a este evento a través de sus amables comentarios. Quiero compartir con todos ustedes dichos comentarios, pero obviaré mis respuestas, aunque pueden leerse en el vídeo de la ponencia . A continuación, los comentarios de la ponencia:


Angel Dellan:
Excelente ponencia, aportes importantes para enriquecer el conocimiento, Tucupita

Militza Villaroel:
Saludos Doctor Amador Martos Gracias por ser parte de esta fiesta de conocimientos, excelente ponencia Ciencia, Filosofía, Espiritualidad, la inquietud de encontrar el problema al conocimiento, siguiendo la filosofía transpersonal como un nuevo paradigma ,planteando la sabiduría y el amor son los bálsamos para la sanación transcendental del ser. Estado Delta Amacuro Tucupita

Javier Lugo:
Saludos Doctor Amador Martos excelente su ponencia en cuanto a la ciencia, la filosofía y la espiritualidad como fundamentos para la filosofía transpersonal y la educación transracional.

Adriana Cedeño:
Saludos al Filósofo Martos y muchas gracias por compartir su magistral ponencia con nosotros, la palabra filosofía muchas veces predispone la actitud del estudiante debido a su connotación, sin embargo, su propuesta conduce a un despertar del pensamiento para darle otra mirada a nuestra misma ignorancia con el fin de transcender sobre lo tradicional. Excelente y éxitos para Usted Dr. Martos un abrazo fuerte desde el Delta con mucho cariño.

Nerida Trillo:
Un gran saludo Dr. Martos y felicitaciones por su excelente y magistral disertación. En la segunda parte de su ponencia, muy interesante donde considera imperativa una Educación Transracional, con la práctica de la meditación en los centros de estudios, y que dicho despertar espiritual considera al Amor como nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta. ¿Un nuevo paradigma del conocimiento?

Maria Peña:
Gracias Dr por su aporte.Dorka Gonzalez ,Tucupita.

Noel Bello:
Buen día, Dr. Martos!! Gracias por compartir su conocimiento con nosotros. Escuchando su ponencia, humildemente me surgen unas interrogantes, partiendo de mi afición por la transcendencia, personal y espiritual. Dichas interrogante son las siguientes: Ud., habla del dualismo, categorizando una situación y su opuesto, ¿Existe una tercera opción o situación, que nos pueda permitir establecer un término intermedio? aludiendo a la doxa de que la vida tiene escala de grises y que no solo se maneja desde la perspectiva del extremo, blanco o negro. En referencia a lo trans, ¿es necesario pasar años de meditación para lograr transcender?. ¿Existe un proceso complementario o diferente, que nos permita transcender?, ¿Hay alguna relación entre el transcender personal y racional, con lo expresado en el texto "El Tercer Ojo" (Autor: Thuerday Lonsang Rampa), en el cual los monjes tibetanos reflejan a la meditación como un vehículo para realizar los viajes astrales, considerándose a quien realice este viaje como una persona que logro transcender más allá de la carne y ascender en la espiritualidad?

Yolanda Alfonzo:
Saludos Dr Martos, excelente ponencia: El ser humano es un ser complejo por naturaleza, su importancia radica comprender el presente de nuestros educandos y darle asi las herramientas para decidir su futuro, mediante la meditacion implementadas en las organizaciones escolares, tomando en cuenta la espirtualidad, razon y conciencia en todo lo que se emprenda

Nuñez:
Buenas tardes, interesante ponencia sobre la filosofia, la conciencia y la espiritualidad, el ser humano se encuentra en constante cambio, donde la razon debe estar ligada al espiritu. mejorando la convivencia entre los seres humanos.

Jesús Fuentes:
Esto que usted plantea se asemeja a la filosofía oriental que concibe lameditacion en todo los actos de la vida

leandrovisaez:
La filosofía siempre, ha sido visto como un tema de tabú, solamente era estudiada por los grandes filósofos y sus teorías únicas, en esta ponencia, se deslumbra todo un horizonte de arista, fundamentadas, muy bien, con propósitos exclusivos de gran provecho y aportes para su entendimiento y utilidad en los distintas, disciplinas o ciencias del saber.

Jesús Hernández:
Como un aporte a la filosofía de la meditación propongo mi personal de un concepto de Posformación integral o formación biomimética” Un modelo filosófico educativo que influya en el “ser-humano” a su reconocimiento ético como una entidad de un complejo natural del sistema tierra, para que su potencial multidimensional se encamine a un desenvolvimiento biomimetico como especie de la naturaleza”

Gracias a todos por vuestros amables y reconfortantes comentarios. Mi reflexión, consecuentemente, es: ¿Está la educación necesitada de una visión transpersonal y transracional? Ahí queda la reflexión.
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Tesis Doctoral

TESIS DOCTORAL DE NOEMÍ SIVERIO (VENEZUELA): PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN

Es un placer dar a conocer la Tesis Doctoral de Noemí Siverio para optar al Doctorado en Educación por la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico “Rafael Alberto Escobar Lara” (Venezuela).

La Tesis Doctoral se enmarca en esta Línea de Investigación: Epistemología, Ciencia y Educación, y se titula:

PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN



La novedad de esta Tesis Doctoral es que contempla la psicología transpersonal así como la educación transracional, en palabras de Noemí Siverio en la introducción:

"… es necesario que la psicología voltee su mirada hacia la complejidad del ser humano al considerarlo desde sus diversas dimensiones: bilógico, emocional, social, cultural, racional, irracional, psicológico y espiritual. Es por esta razón que en nuestra investigación apostamos por una psicología compleja o transpersonal, considerada la cuarta fuerza dentro del campo de la ciencia del comportamiento humano, que toma en cuenta la complejidad del ser dándole espacio en su seno a la dimensión espiritual que es inherente al mismo, y de esta forma estaría acercándose a su comprensión.….Por lo tanto, nuestro ideario se dirige a tener presente una educación Transracional que se opone a la visión mecanicista de la educación tradicional, al enfocarse en el pensamiento que orienta la razón hacia la espiritualidad, que enfatiza en la no dualidad sujeto-objeto, conllevando al nacimiento de una nueva consciencia que se adhiere a la dimensión espiritual del hombre, resultando ser a todas luces una educación sustentada en la noción compleja de éste, y por tanto en la necesidad de su comprensión. Por lo que estamos esperanzados en esa psicología compleja así como en la educación Transracional."

Mi agradecimiento a Noemí Siverio por las citas a mis publicaciones, es todo un honor que mis investigaciones hayan sido de utilidad en su Tesis Doctoral.

La Tesis Doctoral de Noemí Siverio, junto a la Tesis de Maestría de Marely Figueroa, son dos aportes vanguardistas que abordan la visión transpersonal como revulsivo a la educación académica tradicional: ¿acaso son las primeras piedras de un gran edificio educativo-espiritual?

Mi sueño es que alguna Universidad haga posible impartir asignaturas sobre filosofía transpersonal, psicología transpersonal, educación transracional así como las ciencias vanguardistas relacionadas con la espiritualidad. Gracias Noemí Siverio, y felicitaciones!

A continuación, el resumen y la introducción a la Tesis Doctoral:

RESUMEN

En nuestra era posmoderna la noción de Homo Sapiens (hombre racional), se hace insuficiente puesto que al enfatizar el aspecto racional del ser humano se ignora la locura, el delirio, lo afectivo, lo mitológico, lo lúdico y hasta lo estético, que también son aspectos inherentes a la condición humana. Esta reducción de la persona al aspecto racional dificulta la concepción dialógica sapiens-demens (racional/irracional), que guarda estrecha relación con la configuración del sujeto creativo y espiritual, así como también imposibilita su comprensión. Éste último valora los sentimientos por encima de la razón, se trata de una persona diferente e inédita en muchos aspectos, lo que ha conllevado a su incomprensión desde la Psicología clásica y por ende desde la Educación, porque al estar ésta posicionada en un paradigma psicológico tradicional no le da respuestas a ese hombre de hoy. El actual sistema educativo responde fielmente a la noción de ciencia Positivista que ha contribuido a un tipo de pensamiento y de razón que rinde culto a lo fáctico, donde además se pone de manifiesto la pretensión de construir al otro desde nuestras prácticas educativas. Esto se explica porque la Psicología está anclada en la objetividad, el determinismo, el reduccionismo, la causalidad, olvidando que con la objetividad extrema del ser, se pasa por alto que éste además de racional, es también emocional, sensible e irracional, es decir es un Homo Complexus, en el que habitan y coexisten la unidad y la multiplicidad. Deviniendo de lo anterior, la intencionalidad de esta investigación nos conduce a reflexionar sobre una teoría psicológica abierta y compleja, propia de la persona que debe emerger en la actualidad, y a teorizar sobre una Psicología del Homo Complexus para de esta forma tener la posibilidad de una Educación desde la comprensión. La metódica de este trabajo tiene carácter hermenéutico, fundamentado en la complejidad, a partir de allí se peregrinó por cinco dimensiones, de donde emergió la teoría de la tesis doctoral que se oferta y a la que denominamos “Perspectiva Pentadimensional para una Psicología que Revela la Comprensión del Homo Complexus, desde la Educación”. Aspirando que esto se convierta en una posibilidad para contribuir con la Educación Venezolana.

Descriptores: Complejidad, educación, espiritualidad, empatía, ser humano.

INTRODUCCIÓN

“La felicidad es el arte de acoger la vida aquí y ahora, es el norte de la brújula de nuestro corazón y el horizonte hacia el que caminan nuestros pasos” (José María Toro)

En nuestra tesis doctoral adoptamos una postura crítica hacia la psicología clásica cuyo principal fundamento es la objetividad, el reduccionismo, el determinismo, el control y la creencia de poder acceder a la conducta humana desligada de la subjetividad. Las afirmaciones que preceden nos llevan a precisar que la visión mecanicista-cartesiana ha tenido influencia en la psicología, tal visión es analítica y consiste en dividir los problemas y pensamientos en cuantas partes sean posibles para luego disponerlos en un orden lógico.

Tales planteamientos conducen a recordar que esta ciencia del comportamiento humano al fundar sus bases en unas premisas positivistas caracterizadas por la causalidad, la certidumbre, la certeza de la existencia de una única realidad cognoscible a través de la razón, se orienta hacia el criterio simplificador del ser humano como absolutamente determinado.

Ante esta postura, la psicología clásica está pensando al hombre desde una sola dimensión, por lo que el mismo se nos presenta mutilado. Desde esta perspectiva restringida se accede a la racionalidad cerrada, incapaz de considerar lo plural, tildando de irracional todo aquello que se escape de la lógica totalitaria con lo que se niega la complejidad del ser humano.

Cabe considerar que ese paradigma científico clásico del que venimos hablando al ser recepcionado por la psicología lo fue también por los modelos educativos, lo que hace ver al estudiante desde el prisma de la reducción y predictibilidad, siendo una educación sustentada en un sistema mecanicista, reproductora del conocimiento, de la realidad. Sobre este aspecto, también se dirige nuestra crítica, por cuanto, desde esta educación se parte de la idea de un sujeto pasivo que recibe el conocimiento, al ser considerado como un recipiente al que hay que llenar de contenidos que debe memorizar.

Este tipo de educación pretende fabricar un ser que satisfaga los deseos del docente, moldeándolo según su gusto, donde todo educador quiere dar vida a lo que fabrica, dificultándose por tanto su comprensión.

Por lo antes expuesto somos de la idea que es necesario que la psicología voltee su mirada hacia la complejidad del ser humano al considerarlo desde sus diversas dimensiones: bilógico, emocional, social, cultural, racional, irracional, psicológico y espiritual. Es por esta razón que en nuestra investigación apostamos por una psicología compleja o transpersonal, considerada la cuarta fuerza dentro del campo de la ciencia del comportamiento humano, que toma en cuenta la complejidad del ser dándole espacio en su seno a la dimensión espiritual que es inherente al mismo, y de esta forma estaría acercándose a su comprensión.

Por otro lado, si prestamos atención a lo planteado anteriormente en torno a las características que delinean a la educación, podremos darnos cuenta que desde su contexto no estamos educando desde y para la comprensión, por ello, este es otro aspecto contemplado en esta investigación. Por lo que resulta necesario que el sistema educativo sea permeado por una psicología compleja, que se oriente a la comprensión del hombre contemporáneo, dado que éste es incomprendido no solo desde la psicología sino además por la educación, ya que esta última tampoco ha estimado que las personas son un homo complexus donde habitan y coexisten factores antagónicos, esto las hace ser diferentes, inéditas en muchos aspectos.

Por lo tanto, nuestro ideario se dirige a tener presente una educación Transracional que se opone a la visión mecanicista de la educación tradicional, al enfocarse en el pensamiento que orienta la razón hacia la espiritualidad, que enfatiza en la no dualidad sujeto-objeto, conllevando al nacimiento de una nueva consciencia que se adhiere a la dimensión espiritual del hombre, resultando ser a todas luces una educación sustentada en la noción compleja de éste, y por tanto en la necesidad de su comprensión. Por lo que estamos esperanzados en esa psicología compleja así como en la educación Transracional.

Por otro lado, es preciso acotar que la senda recorrida en nuestra tesis doctoral fue emergiendo en la medida en la que se llevó a cabo la misma, no fue un transitar en solitario, contrario a esto, constituyó una experiencia de intercambio, de aprendizaje mutuo, que contó con la participación de teóricos e informantes que colaboraron con la investigación, quienes aportaron una serie de ideas, que contribuyeron a ampliar mi conocimiento, así como mi mundo afectivo y espiritual.

No obstante, este acompañamiento se vio fortalecido por el circulo hermenéutico que conformamos mi tutor, dos compañeras de estudio y yo, lo que conllevó a que las asesorías se vieran iluminadas por el compartir de conocimientos, el debate de las ideas, el respeto, favoreciendo esto en gran medida al éxito de las reuniones, que resultaron ser fértiles, al mismo tiempo ese círculo hermenéutico vino a formar parte de la metódica desplegada en esta tesis. De lo anterior deviene que el producto intelectual que estamos presentando, lo podemos considerar como el resultado de una dialógica que incluye el pensamiento tanto del tutor, como el de la tesista, en combinación con las ideas de los diferentes teóricos, que fueron inspiradores en este trabajo, así como también las consideraciones de los informantes, no pudiendo pasar por alto los aportes ofrecidos por el circulo hermenéutico antes referenciado.

Es importante destacar que el estilo discursivo del texto se presenta en todo momento aludiendo a la primera persona del plural, por cuanto fue un nosotros lo que permitió la producción de este trabajo doctoral, con esto reconozco la labor llevada a cabo por mi tutor por cuanto sus aportes fueron de inestimable valor.

En referencia a la organización y cuerpo de la investigación, el hilo discursivo se estructura en siete capítulos. El primero de ellos se tituló “Temática de Interés Doctoral”, aquí se exponen tres aspectos: develando la problemática, la justificación y los senderos de la investigación. En cuanto al primer aspecto mencionado presentamos un cuestionamiento a la psicología clásica, así como a la educación tradicional, ambas ajenas a la complejidad y por ende a la comprensión del ser humano. En relación a la justificación, el texto se enmarca en lo que pensamos vendría a constituir el deber ser de la psicología y también de la educación, además nos orientamos hacia lo que se aspira de ambas. Por lo que se hace énfasis en la necesidad de una psicología compleja que nos conduzca a una educación desde y para a comprensión, dilucidando lo que implicaría esta última. En este sentido, se habla de la redimensión que se necesita en la educación, es decir, hacia donde debe ir, preocuparse por el ser humano, tener perspectivas más amplias, no reduccionistas. En atención a los senderos de la investigación aluden a lo que representa los propósitos de la misma.

En el capítulo dos que se corresponde con el transitar teórico de la investigación, lo hemos llamado “Hacia la Comprensión del Homo complexus” en el mismo se destaca la evolución histórica de la psicología, se describe la relación entre psicología y educación y el paradigma que ha prevalecido en ambas, así también se plantean las diversas manifestaciones de la incomprensión. Además de esto, se hace mención a las consecuencias de la incomprensión en el contexto social venezolano, aunado a lo anterior se presenta una aproximación al homocomplexus, así como también se alude a lo que representa una psicología compleja, adicionalmente se habla sobre una educación desde y para la comprensión y finalmente nos planteamos una interrogante ¿Qué educación para el homo complexus?

El capítulo tres refiere a la metódica, que hemos denominado “Acercamiento al Homo complexus”. Primeramente es importante destacar que la investigación carece de un contexto específico, porque la misma no se llevó a cabo en una institución determinada o con personas pertenecientes a alguna Organización. Se trabajó con una gama de informantes que aportaron ideas a través de entrevistas inestructuradas destacándose entre ellos: un antropólogo, un estudiante (Milenial), un docente/político y un psicólogo.

Por su parte la investigación estuvo configurada por tres momentos que nos indicaron la ruta a seguir: Andamiaje Hermenéutico, Reencuentros, Tejido Hermenéutico Complejo. El primer momento hace mención a la articulación de la estructura teórica que sirvió de apoyo para el proceso hermenéutico que se realizó durante toda la investigación. El segundo momento me llevó a reencontrarme con la complejidad de los informantes y al mismo tiempo con mi complejidad. En este punto, se llevaron a cabo una serie de entrevistas a los actores que colaboraron con la tesis, esto me permitió interactuar con ellos, facilitando un proceso dialógico que me dio la oportunidad de convertirme en participante de la investigación. El tercer y último momento se trató de una interacción entre teorías, relatos de los informantes, así como el producto del círculo hermenéutico que se desplegó durante las asesorías de la investigación, además de la subjetividad de la investigadora y los aportes del tutor, estos aspectos se vincularon para efectuar el tejido interpretativo, representando esto la senda que nos llevó a la teoría que denominamos “Perspectiva Pentadimensional para una Psicología que revela la Comprensión del Homo complexus”.

Como puede verse nuestra teoría es pentadimensional porque fueron cinco las dimensiones a partir de las cuales emergieron los constructos que dieron contenido a la misma. En este sentido, tenemos cuatro dimensiones que se originaron de los informantes: Antropológica, Psicológica, Docente/Política y Estudiante (Milenial), una quinta dimensión surgió a partir de la teoría psicológica Transpersonal. Desde la visión de los actores que colaboraron con la investigación emergieron seis constructos: Homocomplexus, Comprensión del ser humano, Educación para la compresión, Inacabamiento de ser, Psicología para la comprensión, Resemantización de la comprensión. De la quinta dimensión, emergieron cuatro constructos: Inteligencia espiritual, Educación Transracional, Dimensión Espiritual: Un despertar de la consciencia y Psicología compleja. Cabe destacar que esta teoría es inédita, no es cerrada, tampoco finita y mucho menos constituye una verdad última por lo que podría ser sometida a discusión, esto nos habla del inacabamiento del conocimiento.

El capítulo cuatro denominado “La Comprensión: diversas perspectivas”, presenta la interpretación de las mega categorías con sus respectivas categorías que se originaron a partir de las informaciones suministradas por cada uno de los informantes en las entrevistas que se llevaron a cabo. Luego se procedió a darle contenido a las mismas apoyándonos no solo en la información recabada sino además en los teóricos que convergieron con el criterio esgrimido por cada informante. Este capítulo resultó ser prolifero, permitió establecer un intercambio de ideas, una dialógica que contribuyó al enriquecimiento de esta producción doctoral.

El capítulo cinco lo titulamos “La Psicología Compleja y su Relación con la Comprensión” en el mismo hacemos uso de varios elementos de teóricos derivados de la psicología compleja o Transpersonal, poniendo de manifiesto la influencia que han tenido en esta disciplina diversas teorías que se insertan en la complejidad. Además de lo anterior presentamos una aproximación a los supuestos de esta psicología, así como también la visión de complejidad que en este sentido han tenido Manuel Almendro, Joseph Fericgla, Stanislav Grof, Ken Wilber entre otros. Desde estos planteamientos se posibilita entonces pensar en la comprensión del ser humano complejo y en la necesidad de que la educación sea permeada por estas consideraciones.

El capítulo seis denominado “Perspectiva Pentadimensional para una Psicología que Revela la Comprensión del Homocomplexus desde la Educación”, constituye la teoría que emergió de todo el proceso investigativo, desde la cual consideramos se abre todo una perspectiva amplia para la comprensión del Homo Complexus desde la psicología transpersonal y la educación transracional.

Hemos llegado así al último capítulo titulado “Reflexiones Finales”, este se enfoca en tres aspectos: una narración de la experiencia particular en el proceso investigativo, unos referentes conclusivos y las recomendaciones que podrían dar continuidad a esta línea de investigación. Todo esto nos impele a considerar que estamos dejando una puerta abierta a otras investigaciones que deseen ahondar en el tema, ya que lo que presentamos aquí no se trata de una teoría acabada, finita, cerrada


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ESCUELAS ACTIVAS

CAMBIO DE PARADIGMA EDUCATIVO: LAS ESCUELAS ACTIVAS

Este artículo es una reproducción del capítulo del mismo nombre en la página 78 de LA EDUCACIÓN CUÁNTICA.

Es oportuno e importante hacer una diferenciación pedagógica entre las escuelas tradicionales y las escuelas activas. Mientras que en la escuela tradicional prima el aprendizaje memorístico, en la escuela activa se imparte un aprendizaje comprensivo, crítico y multidisciplinar. En la primera, la relación entre maestro y alumno es de autoridad y pasiva recepción de conocimientos, respectivamente. Sin embargo, en la escuela activa, se plantea el aprendizaje a partir de las necesidades e intereses del alumno, siendo el maestro un acompañante participativo en la construcción del conocimiento. En la escuela tradicional se hacen exámenes. Sin embargo, en las escuelas activas, se evalúa el progreso del alumno de manera global, no por área y materias, sino por medio de acuerdo de las normas entre todos, es decir, consenso frente a la actitud represiva de la escuela tradicional.

De la anterior disyuntiva pedagógica, puede aseverarse que estamos presenciando una evolución holística desde la educación tradicional hacia La educación cuántica. No obstante, lo más importante queda por hacer, de ahí la presente propuesta como “educación cuántica” desde el ámbito de la filosofía transpersonal. Siguiendo dicha línea argumental, defiendo vehementemente que la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal se constituyen en una ciencia de la conciencia. La psicología transpersonal tiene como objetivo el estudio de los potenciales más elevados de la humanidad y del reconocimiento, comprensión y actualización de los estados de conciencia unitivos, espirituales y trascendentes. La psicología transpersonal posibilita la trascendencia del ego y sanar así los posibles problemas que nos limitan de forma consciente o inconsciente. Por tanto, la psicoterapia transpersonal es una herramienta excelente para promover la evolución de la conciencia desde el mundo de las sombras al Mundo de las Ideas, como propone Platón en el Mito de la caverna. Para dicha meta, la psicología transpersonal es una excelente herramienta de trascendencia para dar un salto en un nuevo campo de la conciencia.

Pero, probablemente, no sería necesario sanar a las personas si dispusiéramos de una educación cuántica en los términos defendido en esta obra. Como aseveraba el matemático griego Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”. La educación cuántica sería el antídoto perfecto contra el pensamiento único neoliberal, una revolucionaria pedagogía que quedaría complementada en la praxis social por el movimiento altermundista manifestado en el Foro Social Mundial que se celebra desde el año 2001.

La educación cuántica y el movimiento altermundista están inherentemente relacionados: la primera propugna una evolución holística del “yo” hacia el “nosotros” mediante la fuerza del saber y del amor y, el segundo, evidencia una incipiente conciencia social del “nosotros” como revulsivo a la egolatría plutocrática, quien está en el origen de la actual estafa a la humanidad eufemísticamente llamada crisis. La educación cuántica desde dentro de las personas y el movimiento altermundista desde una estructura organizativa externa son, probablemente, los dos fundamentos epistemológicos para el cambio de era: pedagogía y movilización. Más que nunca, es necesaria una renovada pedagogía para la humanidad: la filosofía transpersonal en el ámbito intelectual, la psicología transpersonal en la trascendencia psicológica y espiritual de las personas, el movimiento altermundista en lo social y La educación cuántica en el ámbito académico. Esos nuevos paradigmas propugnan, inexorablemente, un revisionismo humano en profundidad.
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revolución interior

PROYECTO FILOSÓFICO Y PEDAGÓGICO: CAMBIARSE A SÍ MISMO PARA CAMBIAR AL MUNDO

Sócrates: Aquel que quiera cambiar el mundo, deberá comenzar por cambiarse a sí mismo.

La historia del pensamiento de la Humanidad es la historia del propio Conocimiento que se va abriendo paso entre el mundo de los sentidos (hoy en día riqueza asociada al dinero) y la construcción moral de los individuos que integran dicho mundo (libertad consensuada en derechos universales).

Pero, estos dos conceptos de riqueza y libertad, se hallan desintegrados en un mundo excesivamente materialista, perdiéndose así el horizonte intelectual (capacidad reflexiva) y espiritual (pérdida de valores morales). Ante esta atomización de los conocimientos en general y los científicos en particular, el ser humano individual está abocado a un nihilismo que le hace perder el sentido de la vida misma. Para salvar dicha situación, se hace perentoria una nueva reflexión filosófica, no en un complejo sistema de pensamiento, sino situándonos cada uno de nosotros ante las “categorías cognitivas” comunes presentes en cada ser humano.

La comprensión de dichas categorías cognitivas, no son conceptos de difícil alcance intelectual. Bien al contrario, cada uno de nosotros puede acceder a dicho conocimiento con la sola actitud positiva en ese sentido. La reflexión acerca de uno mismo y la relación con el mundo que le ha tocado vivir (cada cual el suyo), permite realizar una “ascensión” cognitiva consciente de modo que, desde una comprensión superior, se pueda acceder a un “mapa” a través del cual conducir nuestra libertad con conocimiento de causa (nunca mejor dicho), para intentar lograr la tan ansiada felicidad que anhela todo ser humano.

Este proceso individual, proyectado a nivel social, intelectual y espiritual, inspira hacia una nueva conciencia de la humanidad que está eclosionando a través de colectivos intelectuales y científicos. Este librepensador postula un giro copernicano en la visión que la humanidad debería tener de sí misma: debe subsumir los conocimientos científicos, hijos del saber filosófico, para hallar un sentido unificador que sirva de referencia cognitiva y espiritual para cada ser humano. La visión materialista, la reflexión filosófica y las aspiraciones espirituales deben converger, al igual que en el individuo, en una “ascensión” cognitiva hacia un conocimiento más universal. En definitiva, se trata de que la conciencia, tanto individual como colectiva, ascienda desde una posición extremista materialista para instalarse en su propio centro natural: el del Conocimiento y el de la Razón.

Los poderes fácticos y la Iglesia Católica, mediante dogmas inducidos a través de una ingeniería social y mental, impiden que la gente piense por sí misma, que los estudiantes y el pueblo accedan a un pensamiento crítico, por eso quitan la filosofía de los colegios. La actual crisis no es sólo social, económica y política, sino eminentemente una crisis de pensamiento de la humanidad. Consecuentemente, más que nunca es necesario edificar un pensamiento alternativo al neoliberalismo. Solamente así, como sociedad y como personas, seremos capaces de que nuestros hijos y nietos sean libres con conocimiento de causa.

Como filósofo reinterpreto la historia del pensamiento occidental mediante la recuperación de la filosofía perenne; replanteo las relaciones entre la ciencia y la espiritualidad a la luz de las diferentes interpretaciones de la mecánica cuántica; cuestiono el tradicional sistema educativo y abogo por una pedagogía activa y libertaria; reivindico el asesoramiento filosófico junto a la psicoterapia transpersonal como guía cognitiva para dar un sentido a nuestra vida. En suma, reivindico devolver a la filosofía su operatividad, su originaria dimensión terapéutica y su relevancia para la vida cotidiana.

Para tal fin, La educación cuántica propugna una renovada filosofía de la mente en oposición a la visión mecanicista, industrial y positivista de la escolarización tradicional. La educación cuántica propugna una filosofía transpersonal como disciplina que estudia la espiritualidad y su relación con la ciencia, así como los estudios de la conciencia, lo cual requiere una revisión epistemológica y educativa: en la obra Ciencia, Filosofía, Espiritualidad es donde, este autor, argumenta los fundamentos epistemológicos y pedagógicos de la filosofía transpersonal y la educación transracional.
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educación

UN MOMENTO PARA EDUCAR DE OTRO MODO (PARTE 4)

Este artículo está reproducido en la tercera parte de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD

Este artículo es el cuarto de una serie de cuatro como colaboración de Gemma Rodríguez en la obra La educación cuántica, publicado en la página 407.

Para esto es preciso volver del revés la enseñanza y decir: enseñar no es, primaria y fundamentalmente, sino enseñar la necesidad de una ciencia, y no enseñar la ciencia cuya necesidad sea imposible hacer sentir al estudiante (1)

Hoy es 19 de diciembre de 2015. Ha hecho un día de sol imponente en Valencia. En breve yo y mis alumnos disfrutaremos de vacaciones: los tiempos de descanso son enormemente necesarios en cualquier proceso de aprendizaje. Aun así, en estos días gran parte de los profesores enviamos tareas adicionales. Es un hecho que los estudiantes dedican la mayor parte de su tiempo libre a lo largo de toda su vida académica a realizar tareas y trabajos.

La tendencia a la repetición práctica mediante actividades de aquello que se ha aprendido en el aula es casi generalizada y se asienta en la creencia de que la adquisición de conocimiento es esencialmente memorística. Si algo sabemos hoy en día es que la inteligencia es diversa: pensamos de modo cinestésicamente, en movimiento, matemáticamente, artísticamente.... Por otra parte, los sistemas educativos se encuentran presos de jerarquías de valor en los conocimientos que responden a la sobrevaloración de determinados discursos aislados: las ciencias siempre ocupan un lugar culminante dentro de los proyectos educativos, mientras que las humanidades y las artes son generalmente menos valoradas. A mi entender, las consecuencias que esta escisión lleva acarreando no solo dificultan la osmosis entre espiritualidad y ciencia, sino que son gravemente perjudiciales para la educación de las conciencias en libertad: no hay un desarrollo libre y consciente de las personas que pueda llevarse a cabo honestamente desde los modelos educativos que imperan en la mayoría de sistemas educativos actuales. Estos se diseñan según un esquema post-industrial que debe asegurar la formación de mano de obra útil para el mercado laboral, sin priorizar el derecho a la experiencia de la educación como un todo constructivo en sí mismo, como un camino que no se agota ni se limita a las calificaciones ni los expedientes.

La integración de las tres esferas kantianas (ciencia, moralidad y arte) debe ser una realidad educativa cada vez más plausible si deseamos contribuir a un entendimiento mutuo entre los seres y asentar las bases para un futuro donde la solidaridad social sea una realidad. Esta debe ser la vivencia primordial que se ha de hacer sentir al estudiante: su propio proceso constituye una realidad por conformar, plural, abierta a sus necesidades, allí donde él es el verdadero protagonista de su vida. El sujeto debe poder tener las herramientas para apropiarse de algo que por derecho le pertenece: su propia capacidad de interrelacionarse consigo mismo, con los otros y con el todo. Si fuéramos capaces de entender los currículos educativos a la luz de los presupuestos más básicos que rezan los derechos humanos, comprenderíamos que todavía no hemos entendido mucho sobre educación.

La filosofía puede adjudicarse sin lugar a dudas el papel que le es otorgado en “La educación cuántica”, ya que no puede haber mejor mediador entre la ciencia y la espiritualidad que la reflexión filosófica. El no dogmatismo de la filosofía debería ser transversal a cualquier proceso educativo ya que solo en condiciones de libertad crítica podemos adquirir un conocimiento realmente valioso. Paradójicamente, solo un conocimiento valioso puede hacernos verdaderamente libres.

Me gustaría terminar esta valoración recordando unas palabras de M. Onfray que siempre me acompañan cuando pienso en mi tarea docente. En su libro Antimanual de Filosofía (un revulsivo fundamental para cualquiera que quiera hacer de la filosofía un ejercicio constructivo en el aula), Onfray se despide de sus alumnos con estas palabras:

"He querido que este curso haya sido una ocasión para presentaros una lectura crítica del mundo, que os permita un pensamiento diferente y alternativo. Este deseo crítico tiene un objetivo más elevado: permitir que a partir de una comprensión más clara de lo que os rodea podáis encontrar un sentido para vuestra existencia, y un proyecto para vuestra vida, libre de las obsesiones modernas: el dinero, la fama, las apariencias, la superficialidad ."(2)

No se me ocurre una despedida mejor para mis alumnos y para este escrito. Es momento de educar desde otra mirada, quizás más transversal y empática, desde la que poder superar el panóptico educativo.


REFERENCIA:

(1) O. y Gasset, Unas lecciones de Metafísica. Alianza, Madrid, 2003, p.25.

(2) Michel Onfray, Antimanual de Filosofía. Edaf. Madrid, 2005.
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educación

LA CONCIENCIA MÍSTICA: SER UNO CON EL UNIVERSO (PARTE 3)

Este artículo está reproducido en la tercera parte de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD

Este artículo es el tercero de una serie de cuatro como colaboración de Gemma Rodríguez en la obra La educación cuántica, publicado en la página 404.

En la medida en que cada uno se empodere de forma consciente de sí mismo en orden a dirigir libremente sus pensamientos y actos en beneficio de la humanidad, estará en el camino de la experimentación conocida como “experiencia cumbre” en la pirámide de Maslow (1)

La superación de los límites del ego, fue una de las batallas ganadas por S. Freud: su influencia en el pensamiento postmoderno ha sido determinante en la apertura hacia un nuevo paradigma de comprensión de la psique. Las investigaciones científicas a lo largo del s. XX han apuntado cada vez más a la posibilidad de desentrañar los secretos de la mente humana, en un deseo cuasi divino de reproducir la inteligencia. Es innegable que la multitud de avances en neurociencia nos hace vivir actualmente inmersos en un paradigma neuro-explicativo en el que el alma está en el cerebro y en el que mantenemos una relación con nuestro cuerpo y con nuestro entorno entendida bajo el esquema de la lógica computacional. Parecería chocante y de un misticismo abrumador sostener la existencia de un yo cuántico con el que intercambiamos información y que posibilita las diferentes aperturas de sentido en nuestra existencia.

En innumerables ocasiones se queja el filósofo Amador Martos del desprestigio que sufren los llamados místicos cuánticos al sostener estas teorías. A lo largo del libro se incide especialmente en la del físico Garnier: sus teorías sobre el desdoblamiento del tiempo nos hacen cambiar nuestra visión sobre la conciencia, haciéndonos partícipes de la fusión entre ciencia y espiritualidad que emerge en nuestra era. Superado el paradigma dicotómico dual de la física clásica, entendemos que “el sujeto no puede manipular al objeto porque el sujeto y el objeto son en definitiva una y la misma cosa” . Pero, preguntémonos en este punto, ¿qué consecuencias efectivas pueden tener estas teorías en el panorama educativo? Educar desde un planteamiento que presuponga esta unicidad del todo y que tenga en cuenta los avances de una ciencia que cada vez más vuelve la mirada sobre presupuestos pertenecientes a la filosofía perenne se hace urgente ya que, si tomáramos conciencia de este racionalismo espiritual, nos encontraríamos un paso más cerca de alcanzar uno de los cometidos fundamentales de cualquier filosofía de la conciencia o reflexión mística: desentrañar qué papel juega en la especie el conocimiento que esta alcanza sobre sí misma. Y es que dar un sentido a la existencia individual y colectiva es uno de los supuestos inherentes a cualquier pedagogía que se pretenda regeneracionista y a la altura de las circunstancias. Por otra parte, nuestra dotación de sentido individual no es posible al margen de un sentido colectivo, como nos recuerda una de las tesis más básicas de la política Aristotélica.

La filosofía práctica se ha ocupado tradicionalmente de sacar a la palestra la pregunta por la felicidad y el bienestar individual y colectivo. Si tenemos esto en cuenta, es evidente que un sistema educativo que destierre la posibilidad de armonizar el conocimiento humanístico con los avances neurocientíficos está desechando de entrada la potencialidad de establecer una auténtica comprensión del sentido de la existencia, nuestra posición en el universo y, lo que es más importante, de las enormes capacidades de transformación que el pensamiento posee como parte de la realidad que él mismo conforma. Y es que el bienestar individual y colectivo pasa por una regeneración consciente de la humanidad a la luz de la unión de estos paradigmas (espiritual y científico). Una concepción trascendente de la realidad donde la dualidad mente-materia quede superada transformaría radicalmente los presupuestos sobre los que se asienta nuestra forma de educar, ya que eliminaría la distancia entre las conciencias individuales y aquello que hoy comúnmente llamamos “contenidos educativos”. Los contenidos ya no podrían entenderse más como objetivos externos al estudiante, sino como parte de su propio proceso evolutivo.

La falta de motivación es uno de los problemas más frecuentes entre el alumnado: ven como lejano y externo lo que se les trata de enseñar cada día en el aula, y no es extraño que así sea desde el momento en que el conocimiento se presenta al alumno como un constructo ya conformado en cuyo proceso de constitución no ha habido ningún tipo de interacción creativa con él. Los alumnos son meros espectadores externos de su propio proceso de conocimiento, receptores de un esquema mental calcado del exterior . ¿Cómo no habría de sentirse alguien desmotivado con algo tan alienante en su día a día como es el hecho de que otro te cuente cómo es la realidad?

REFERENCIA:

(1) A. Martos García. La educación cuántica, un nuevo paradigma de conocimiento. p.216 (1ª edición).
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FILOSOFÍA, CIENCIA Y PENSAMIENTO TRANSPERSONAL (PARTE 2)

Este artículo está reproducido en la tercera parte de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD

Este artículo es el segundo de una serie de cuatro como colaboración de Gemma Rodríguez en la obra La educación cuántica, publicado en la página 400.

A ello se ha dedicado preferentemente cada filósofo o científico a través de la historia: desentrañar cognitivamente al Ser en sus diferentes manifestaciones material, racional y moral (1)

Como Amador nos recuerda en numerosas ocasiones a lo largo del libro, la ciencia (entendida no solo como un corpus de conocimientos consolidados, sino como un paradigma explicativo cuyo modo de proceder es capaz de ofrecer planteamientos sólidos) ha consolidado muchos supuestos que han pasado a ser poco menos que dogmas de fe, asfixiando su propio proceder. Uno de los terrenos en los que el método científico no tardó en inmiscuirse, fue la comprensión de la psique y la conducta humana. Desde que W.Wund fundó en Leipzig el primer laboratorio de psicología experimental, hemos sometido las teorías psicológicas a las premisas básicas del pensamiento científico (principio de causalidad, leyes causa efecto, verificación o refutación de hipótesis mediante un experimento controlado, calculo y predictibilidad según variables...). Los paradigmas psicológicos dominantes incidían principalmente en la conducta de los individuos, extrayendo conclusiones generalizadas ante la recopilación estadística de informaciones. El estudio de la conducta en estos términos, fundamentó a lo largo del siglo pasado muchas teorías que favorecían y legitimaban los esquemas prototípicos del neoliberalismo: desde el mundo del marketing hasta el de la medicina, todos los saberes se han nutrido de estos estudios sobre el sujeto. Muchos de sus supuestos adoptaron igualmente esa forma rígida y autodestructiva para los propios paradigmas que es anquilosarse en lo que se consideran como logros absolutos: complacerse a mitad del camino y descansar, al fin y al cabo.

La psicología ha jugado un papel crucial en las explicaciones que conciernen a la educación y, por ello, no es extraño que en sus presupuestos más básicos se haya impregnado de esa racionalidad científica que no termina de desprenderse de los modelos sujeto-objeto, pensamiento-realidad, esencia-apariencia... La comprensión de la conciencia que sostiene la psicología cognitivo conductual dominante es egocéntrica en el sentido más primitivo de la palabra: pone al ego en el centro de la investigación, primando el peso de la parte racional de nuestros seres en la explicación de nuestra psique. La nueva pedagogía ha de llevarse a cabo desde una destrucción de la idea de sujeto y de individualidad moderno y debe hacerse eco de que, más allá de las visiones fragmentadas de la postmodernidad, existe un “sujeto global” cuya supervivencia pasa por la asunción colectiva de valores universales perennes. El papel de la filosofía en la construcción de una pedagogía renovada es, en este sentido, fundamental: los supuestos de la filosofía perenne han de alumbrar el discurso científico y despojarlo de toda referencia al egocentrismo. Pero ¿cómo podría la filosofía abordar tal tarea y en qué podría consistir esta nueva pedagogía? Nada más complejo que lo simple: la respuesta está en el amor. La filosofía es el saber del amor por excelencia y ama precisamente aquello que puede hacernos evolucionar como especie hacia un “nosotros” superado: la filosofía ama los pensamientos. En las aulas, invitar a pensar ha sido una práctica muy en desuso durante demasiado tiempo: la autonomía del alumno se elimina como objetivo deseable. Desgraciadamente, y como ya dijera Kant, solo la autonomía puede darnos una mayoría de edad aceptable.

El método científico se auto-limita, de este modo, sin la alianza con el trascendental. La filosofía transpersonal , en este sentido, aporta la posibilidad de aunar los presupuestos de la filosofía perenne y los principios del método científico. La utilidad de la filosofía a este respecto se pone de manifiesto en prácticas como el asesoramiento filosófico, metodologías de filosofía para niños, gabinetes de asesoramiento... El planteamiento transpersonal, como una ciencia de la conciencia, ofrece herramientas para hermanar lo mejor de ambos métodos y, con ello, conseguir una pedagogía renovada acorde con la necesidad de superación del egoísmo colectivo. Las políticas públicas en materia de educación tienen, en este momento en España más que nunca, el deber de fomentar y sostener prácticas educativas acordes a todo aquello que sabemos sobre nosotros como especie: una educación holística e integral se hace cada vez más necesaria para la libertad y la autonomía de las conciencias.

Los proyectos llevados a cabo por las escuelas activas son una esperanza al respecto: las metodologías por proyectos, alejadas del ritmo evaluativo de los exámenes y la repetición memorística, fomentan la intersubjetividad como un proceso saludable en la búsqueda compartida del conocimiento. Esta búsqueda compartida, en la que el aula o grupo de trabajo deviene una comunidad de diálogo, es de suma importancia ya que los modos de obtener conocimiento condicionan enormemente los resultados. Las experiencias de aprendizaje bajo niveles reducidos de estrés, implicación emocional con los otros, fijación de objetivos de investigación a corto y largo plazo, inclusión de prácticas simbólicas cotidianas mediante el juego... Muchísimas son las pedagogías que nos demuestran que:

-Aquello que se experimenta como agradable es más fácilmente asimilado.

-Aquello por lo que generamos una inquietud o tendencia espontánea incita un mayor grado de motivación en nosotros.

-Las experiencias cognitivas que hacen protagonista al alumno (y no al profesor o al examen…) son más enriquecedoras en el fortalecimiento de la autonomía.

-La investigación es uno de los procesos naturales de aprendizaje que poseemos como especie.

-La comunidad de diálogo e investigación conjunta es igualmente fundamental en el aprendizaje humano.

Como Amador comenta en su libro, la transición hacia estos modos de entender la educación se lleva a cabo actualmente en el seno de colectivos, asociaciones y proyectos que, aunque minoritarios en muchos casos, deciden apostar por modelos menos rígidos en los que la experiencia educativa parta de la propia naturaleza del ser humano: el amor al saber. Si los filósofos y científicos tienen como cometido desentrañar el Ser, no es menos cierto que nuestro cometido particular como personas es habérnoslas con nuestro ser y con el de nuestros semejantes. En este sentido, el augurio de Amador Martos en su dinámica espiral no puede ser menos que acertado: un futuro en el que la racionalidad espiritual emerja como consecuencia de que las conciencias particulares se han descubierto y reconocido como partes de un todo mayor.

REFERENCIA:

(1) A. Martos García. La educación cuántica, un nuevo paradigma de conocimiento. p.189 (1ª edición).
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educación

UN MOMENTO PARA NO EDUCAR DE ESTE MODO (PARTE 1)

Este artículo está reproducido en la tercera parte de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD

Este artículo es el primero de una serie de cuatro como colaboración de Gemma Rodríguez en la obra La educación cuántica, publicado en la página 395.

El conocimiento preexiste potencialmente en cada uno de nosotros, como el roble lo está en la bellota (…) Todo hombre, potencialmente, debería tener acceso a la libertad y al conocimiento, dos supuestos que niega tajantemente el sistema capitalista a la clase oprimida (1)

Hoy hacía sol, un sol imponente en Valencia. Es 19 de diciembre de 2015, jornada de reflexión electoral. He esperado este día con especial emoción.

19 de diciembre era el día que hace tiempo elegí (y anoté en mi agenda como tal) para sentarme a escribir este trabajo. Jornada de reflexión electoral. Jornada de reflexión, al fin y al cabo. No sé si realmente la gente se dedica hoy a esta tarea tan nuestra, de los filósofos y de todos los humanos, que es pensar: pensar en algo que les haga ser coherentes consigo mismos y con los que les rodean, con sus propias energías y con las de que los que tienen a su alrededor, con su futuro y con el de los que vivirán con ellos ese mañana incierto. Mi jornada reflexiva particular ha supuesto un recorrido mental bien amplio: no he podido olvidar a ninguno de ellos y algunos siguen en mi corazón especialmente. “Ellos” son mis alumnos, los que se cruzaron en mi camino y a los que me tocaba acercarme y enseñar, enseñar algo, dar algo de mí que se suponía valioso, que yo siempre supuse valioso y por eso elegí: la vocación por educar y la perspectiva filosófica.

Los docentes, en contra de lo que reza el tópico, trabajamos mucho, muchísimo. Yo, al menos, he tenido que reservar este día en mi agenda para poder escribir sobre algo que adoro... El tiempo, los papeles y otras burocracias de nuestro sistema educativo me asfixian. Si resta algo de vocacional en toda actividad docente, es la mejora del espíritu humano. El entramado educativo actual nos enfrenta ante la necesidad de un cambio que nuestra sociedad más inmediata demanda. Si hay algo de humano en todo ese proceso no son las calificaciones numéricas, ni las correcciones con bolígrafo rojo, ni las constantes vomitonas de contenidos específicos, sino las ganas de transmitir que el ser humano puede superarse. Todavía como especie nos debemos un mundo mejor y la posibilidad de hacerlo pasa por la creación de una conciencia global mejorada.

A mi entender hay algo de ese “nosotros” kantiano, al que Amador Martos se refiere en su obra en diferentes ocasiones, en las palabras de Heidegger: si bien este último no centra su reflexión en cuestiones puramente morales y reservadas al ámbito de la filosofía práctica, siempre me ha llamado la atención la manera heideggeriana de comprender el ser. La temporalidad, el gerundio de la existencia desustancializada es esperanzador para lograr la ruptura con la idea de ego que tanto daño ha hecho a la humanidad y de la que tanto se ha quejado la postmodernidad filosófica. Ese nosotros des-subjetivado (2) , que se diluye en una conciencia colectiva sentida, compartida, más allá de las parcelas particulares (mentales y corporales) en las que creemos vivir, fue recogido por el filósofo alemán en su conocida expresión “ser-uno-con-los-otros” (Mitenandersein). Como seres arrojados a la existencia, hemos de habérnoslas con el mundo y con los demás seres, en un juego de intercambios para el que no nos educan. Y es que efectivamente no nos educan para ello: ni padres, ni escuelas, ni instituciones... No pueden. Esa experiencia es íntimamente personal y, al mismo tiempo, profundamente compartida: cada uno de nosotros aprendemos a relacionarnos con los demás y con la totalidad desde un bagaje incierto, plural y siempre acumulativo que no consta en ningún currículum ni ningún padre o madre, por bienintencionado que sea, puede prever. Nuestro empoderamiento consciente no puede dominarse: siglos de manipulación lo intentan, pero siempre quedan esos resquicios sociales por los que los seres se encuentran y se comunican. Discuten, dialogan y crean más allá de las conciencias separadas por el sistema, se enfrentan y debaten más allá de los momentos de soledad impuestos por las lógicas sociales.

Las aulas no son hoy espacios para crear una conciencia nueva, personal y empoderada. No lo son, y no solo porque no interese “al sistema”, sino por una resistencia común presente en la mayoría de los agentes implicados en los procesos educativos a abandonar las formas tradicionales y habituales, comunes asimismo en gran parte de los sistemas educativos del mundo. La educación no ha roto el paradigma dual del que tanto nos habla Amador en su obra: uno sabe y cuenta y otros no saben y escuchan. Hay uno que evalúa y corrige y muchos que se estresan, copian y memorizan contenidos y procedimientos. Una suerte de panóptico foucaultiano desde el que miramos al alumno nos dota de un privilegio de vigilancia, control y castigo. Efectivamente, “el conocimiento sin moralidad es la causa del actual derrumbamiento de la civilización” (3) . Nosotros miramos y ellos son mirados, allí donde la mirada irrumpe desde una lógica perversa de la objetivación que, a mi entender, es totalmente deudora del paradigma materialista y de la lógica que se desprende de los constructos científicos dominantes: “ustedes serán sujetos”, les decimos tácitamente, y en el sentido más etimológico de la palabra, pues estarán sujetados. Y estas sujeciones que les ofrecemos al menos les harán un poco más libres, ya que no serán totalmente ignorantes. Algo sabrán, sabrán cosas importantes, datos, fechas, fórmulas, ideas...Y eso, desgraciadamente, no les hará más sabios, pero les hará más adaptables. Ya se están adaptando desde el momento en que acceden a escuchar y callar.

Me pregunto dónde está la voz de los alumnos en todo esto, y me río de mi misma conforme enuncio la pregunta: si la educación no puede ejercerse al margen del poder político, lo único que hacemos los docentes es reproducir el esquema, ya que la educación misma no puede hacerse al margen del poder del docente. El esquema dual se vuelve a reproducir. Un poder que a los docentes ya no se nos puede adjudicar como legítimo en la medida en que nuestro papel como portadores del saber está agotado: el guía, el maestro que escucha y atiende a los ritmos del alumno, el que se inquieta con él, el que conmueve y se conmueve en un intercambio profundo (y produce, con ello, un movimiento) debe abrirse paso. Lo inauténtico de la educación se funda en esta relación impropia con un ser que ya está caduco: un ego fragmentado, reproductor de los mecanismos supeditados a los poderes fácticos.

Lo especial de la educación reposa precisamente en que rebosa los límites de toda facticidad empíricamente demostrable y mesurable. Por mucho que queramos cuantificar las experiencias y encasillarlas en los hegemónicos paradigmas psicológicos cognitivo-conductuales, hay autores que, aun sin entrar en el propio mundo de la física subatómica (como nos propone el autor de este libro) han anunciado en nuestra era la necesidad de la recuperación de otros modelos educativos que no se redujesen a los mecanismos dicotómicos tradicionales (sujeto-objeto, emisor-receptor, amo-esclavo, consciente-inconsciente, ...).

Inmersos en la era de los avances digitales, el conocimiento no puede seguir situándose en un supuesto lugar divino al que los ignorantes deben acceder para emitir copias de sus contenidos, al modo de los copistas medievales o en una dialéctica platónica que condensaría en la cúspide de su consecución el eureka definitivo (4) . Las formas de transmisión evolucionan y con ello las conciencias y las formas mismas de entenderlas, siendo absurdo anquilosarse en los esquemas emisor-receptor y en los interminables procesos de evaluación que nos remiten a una reproducción de los esquemas ego-céntricos. Si, como nos recuerda Amador Martos, el esquema kantiano aún no ha sido superado (5), se hace necesario un nuevo modelo de comprender la intersubjetividad y es a este respecto donde la física cuántica parece alumbrarnos. La integración de las esferas kantianas sigue y seguirá fracasando hasta que seamos capaces de integrar en el tejido social nuevas formas de comunicar y de relacionarnos. Esto último, a su vez, depende profundamente de la idea que tengamos de los otros, esto es, de la forma en que experimentemos las conciencias ajenas. Sin duda, este cambio en la forma de experimentación de la intersubjetividad puede nutrirse de la propuesta cuántica y es aquí donde también entra en juego la función de la filosofía.


REFERENCIAS:

(1) A. Martos García. La educación cuántica, un nuevo paradigma de conocimiento. p.103 (1ª edición).

(2) Entendido como una suerte de “sentir común” en donde lo subjetivo-epistemológico puede aunarse con lo colectivo-moral: según las teorías del físico Garnier, al que personalmente me he acercado a raíz de la lectura de La educación cuántica, nuestro “otro yo” cuántico con el que permanentemente (y de forma especial durante el sueño) intercambiamos información, no puede entenderse ya de una forma sustancialista y naturalizada. Nuestra subjetividad, que desde el cogito cartesiano asociamos comúnmente a esa corriente consciente de pensamientos que experimentamos, forma parte de una intersubjetividad que aspira a una mejora moral. De este modo es como se explica que un pensamiento subjetivo puede afectar al colectivo humano: en la medida en que nuestros correlatos ondulatorios intercambian información con nuestro yo corpuscular y la actualizan para buscar las mejores alternativas o mundos posibles para las situaciones vitales.

(3) Íbid.p.53-54.

(4) La dialéctica ascendente de Platón siempre me ha producido una fuerte sospecha pues (más allá de la indudable buena intención del filósofo por mejorar la política de su tiempo) el proceso acumulativo en la consecución del saber dentro de su esquema es finito, debido a su cognitivismo. La formación del maestro siempre debe encontrarse en movimiento, reciclarse en un perpetuo cambio ante las circunstancias que se plantean en su contexto social, no pudiendo entenderse como un esquema dialéctico ascendente con una culminación intelectiva. Los contextos que entendemos como educativos son cada vez más amplios, las herramientas cambian... Cambia, en definitiva, el paradigma epistemológico de transmisión de conocimientos y es evidente que eso no puede más que tener un impacto directo en las conciencias.

(5) “(...) el verdadero pensamiento que aun no ha sido superado es el kantiano, porque todavía estamos en las puertas de poder cumplir colectivamente su imperativo categórico como remedio seguro a la actual miseria humana” Ibid. p.64.
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