"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

TESIS DOCTORAL DE NOEMÍ SIVERIO (VENEZUELA) - CAPÍTULO 4: LA COMPRENSIÓN: DIVERSAS PERSPECTIVAS: PERSPECTIVA PSICOLÓGICA

Tesis Doctoral de Noemí Siverio en PDF

Título de la Tesis Doctoral:

PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN

Capítulo IV: LA COMPRENSIÓN: DIVERSAS PERSPECTIVAS: PERSPECTIVA PSICOLÓGICA

Perspectiva Psicológica


El encuentro con el Psicólogo se llevó a cabo en la Biblioteca de la sede Santa María ubicada en la Universidad Territorial de Los Altos Mirandinos “U.P.T.A.M.C.A”. Fue agradable conversar con este profesional, se trata de una persona circunspecta, estudiosa, con predilección por la lectura, con una Maestría en sexología y amante de la tecnología. Se desempeñaba como profesor de Psicología, en la Carrera de Fisioterapia que se dicta en la Casa de Estudios arriba mencionada, actualmente está jubilado, no obstante, atiende su consulta particular en una clínica de Caracas. Por otro lado, la entrevista sostenida con este informante, facilitó el establecimiento de tres megacategorías, a saber, Psicología para el Homo Complexus, Educación desde y para la comprensión e influencia de las distintas Épocas en el ser humano.

Daremos inicio con la primera de las megacategorías señaladas, a partir de la cual surgieron una serie de categorías que permitieron darle contenido a la misma. El entrevistado en un primer momento no habla sobre la Psicología, no establece una relación entre esta Ciencia y el Homo Complexus, sin embargo, hay un reconocimiento de la complejidad, podríamos decir que hizo referencia a aspectos importantes, más no termina de brindar un aporte significativo a nuestra investigación en torno al punto sugerido. En este sentido resulta curioso por qué un Psicólogo no habla de la Psicología del Homo Complexus, en el marco del respeto hacia mí colega, pienso que por desconocimiento, al mantenerse anclado a una Psicología de corte tradicional, aun cuando ni siquiera a este aspecto hace mención.

De tal manera que el Psicólogo, ofrece una crítica a la racionalidad positivista desde el pensamiento de la modernidad. Al respecto afirma que el contexto de esa crítica está dado por el pensamiento post moderno y complejo, que considera insuficiente el paradigma cartesiano de la experiencia de la consciencia y la unidad del método (L 8-13). Estos planteamientos remiten a la postura de Bohm (1992) quien sostiene que desde el Paradigma Positivista se tiene una visión impregnada en lo fragmentario, mecanicista, concibiendo a la realidad y al ser humano desde esa óptica, manejándose con una concepción objetivista, racionalista del mismo.

Cabe recordar que ese Paradigma clásico, al fundar sus bases epistemológicas en unas premisas caracterizadas por la causalidad, el determinismo, la certidumbre, la objetividad, la certeza de una única realidad cognoscible y aprehensible, a través de la razón, se maneja con una ética identitaria que hace énfasis en la identidad, la no contradicción y el tercero excluso, es decir, excluye todo aquello que sea confuso, múltiple, vincular, posicionándose de este modo en lo dicotómico, sustentando la idea del ser humano como absolutamente determinado. Es destacable que las consideraciones del Psicólogo guardan relación con las ideas que dan sentido a nuestra tesis doctoral, ya que en la misma queda establecido que ante el paso de la postmodernidad se requiere estudiar la naturaleza de los hechos desde la incertidumbre, sustentado en lo complejo, y no en lo simple y elemental, apartando la causalidad, tomando en cuenta que no existen conceptos referenciales, ni verdades absolutas, mas sí un sujeto que construye sus verdades a partir de sus vivencias y experiencias, reafirmando su ser (Nietzsche, en Rodríguez, 2012). Concatenando con lo anterior, nuestro informante refiere que la constitución de la realidad es mayormente transdiciplinar puesto que surge de lo complejo, siendo un fenómeno intersubjetivo entre la racionalidad de los sujetos y los objetos de comprensión e interpretación en el marco del desorden, el caos y la incertidumbre (L 13-16).

Aun cuando anteriormente dejamos establecido que el psicólogo no se pronuncia en torno a una Psicología del Homo Complexus, sus ideas defendidas en relación al criterio de realidad que comparte, abre una ventana a través de la cual es posible divisar la complejidad del ser humano, porque solamente con una concepción de la realidad como la descrita por el informante, podemos avizorar al homo complexus, se trata entonces de una realidad enmarcada en la complejidad, de lo que se deriva que si ésta es compleja el ser humano es igualmente complejo. En relación a esto para Bateson (2005), aquello que llamamos “realidad”, no es algo tan simple como para postular que la misma se proyecta o se representa en nuestras mentes. Las ideas entendidas como reflejos internos de una realidad concebida como un mundo externo a nosotros, no le satisface en absoluto. Para él, dicha realidad, no es sino una red compleja de relaciones, procesos y también extrañas y paradojales interconexiones de diferentes planos, niveles y componentes entre los cuales evidentemente estamos comprendidos; y desde luego que ese “estar comprendidos”, es más complejo que el hecho de ser simples observadores externos y pasivos de esa realidad. Definitivamente, afirma este autor, nuestra “mente” no es un espejo-pantalla, en el que se refleja o atrapa un mundo exterior independiente a nosotros. Por ello, sostiene que en esa realidad estamos enredados literalmente: los humanos somos seres en-red-dados. Asumir esto, tiene consecuencias radicales en el modo de “sentir” (nos) en el mundo.

Asimismo, las ideas del psicólogo son también coherentes con el sentido de la realidad que orienta esta tesis doctoral porque en ella pensamos que ésta es una construcción colectiva, mediada por la interpretación y el lenguaje. Siendo compleja, dialógica, donde se pone de manifiesto lo uno y lo múltiple, la llamada “unitas multiplex” (Morin, 1996).

Por otro lado, el Psicólogo da valor a la complejidad del ser humano, considera lo uno y lo múltiple, la sapiencia y la demencia de éste, otorgando con tal postura un espacio al homo complexus, porque a su juicio las personas en su nomenclatura científica moderna, no son únicamente sabiduría y razón, contienen además el lado demens, ludens, mitológico, mágico, lo neurótico, delirante y por supuesto lo racional. Son seres de violencia y de ternura, e igualmente de amor y odio. (L 17-18).

Los planteamientos de este informante recrean la novela de Saramago (2015), titulada “Ensayo sobre la ceguera”, en ella el autor presenta un escenario donde un país entero se queda ciego debido a una extraña enfermedad llamada “el mal de leche”, que hacía que las personas vieran un fondo blanco. Esta obra, pone de manifiesto como la diferencia de personalidad y actitudes se reúnen en un solo lugar y deben coexistir para sobrevivir en un mundo egoísta. El personaje principal que es la esposa de un oculista, será la guía de sus compañeros por ser la única que no había perdido la visión, ella solo fingía estar ciega para acompañar a su esposo en la cuarentena a la que habían sido sometidos las personas que padecían la dolencia. Toda la ciudad estaba repleta de ciegos que intentaban sobrevivir buscando comida y saqueando lo que encontraban a su paso. Muchas personas morían, antes de que finalmente termine esa extraña enfermedad que había llevado a la gente a hacer cosas inimaginables para ellos mismos. Ante esto, Saramago afirma: “dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos”. (p.28). Esta novela demuestra como al intentar convivir varias personas en un solo lugar y sin un guía principal, afloran en el ser humano varias reacciones como la maldad, el egoísmo, la caridad, la ayuda a los demás. Así también el aislamiento de los ciegos muestra lo más sublime y lo más miserable de las personas. Ante lo planteado somos de la idea que en esta obra literaria se aprecia claramente al homo complexus, porque en ella se visualiza lo que una persona perdida y desesperada es capaz de hacer si no puede ver y sólo debe confiar en sus demás sentidos, ilustrándose esto con el hecho que los invidentes tuvieron que enfrentarse con lo más primitivo del ser humano: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio. No obstante, podemos apreciar la solidaridad, el afecto, la otredad demostrada por la esposa del oculista quien fue la guía de sus compañeros y el apoyo de su pareja.

Complementando lo anterior, nuestro informante sostiene que el concepto específicamente de demencia (demens), no ha conducido a la especie humana a la extinción. El desarrollo técnico y luego el científico ha sido impresionante, la humanidad ha dominado la tierra, es decir, que los progresos de la complejidad se han hecho a la vez a pesar, con y a causa de la locura humana. Al respecto el psicólogo afirma también que el pensamiento, la ciencia, las artes se han irrigado por las fuerzas profundas del afecto, por los sueños, las angustias, deseos, miedos, esperanzas y no solo de lo racional. Por lo que a su juicio, el estudio de lo complejo ha impactado también el ámbito de las interacciones de los seres humanos: la sociedad, la política, la comprensión del momento actual que vive la humanidad y además a la educación. Concluyendo que la complejidad humana forma parte de la vida y del vivir, lo que llevará a la construcción del futuro y a la búsqueda de soluciones a los problemas contemporáneos(L 30-45).

Las apreciaciones del psicólogo están a tono con Morin (2008), quien plantea que en la confluencia del mito y la racionalidad, en su entre-fecundación y en su superación mutua, aparecen las grandes obras de la poesía, la literatura, las artes, la ciencia. Además afirma que la posibilidad del genio procede de que el ser humano no está totalmente prisionero de lo real, de la lógica, del código genético, de la cultura, de la sociedad. La investigación, el descubrimiento avanzan entre la incertidumbre y la indecibilidad. El genio surge en la brecha de lo incontrolable, justamente allí donde merodea la locura. Concluyendo Morin, que la creación brota en la unión entre las profundidades oscuras psicoafectivas y la llama viva de la consciencia. Asimismo, es rescatable que la complejidad se extiende a nuestro ámbito relacional, así como también alcanza al momento actual que estamos viviendo en Venezuela, donde apreciamos situaciones que han detonado los aspectos demenciales del ser humano. El contexto de nuestro país, se enmarca en las ideologías que enceguecen y radicalizan el componente demens de sapiens, lo exacerba, comprometiendo de esta forma la parte racional, es por esto que vemos retaliaciones, odios, asesinatos, persecuciones, corrupción, incomprensión, creencia en una supuesta guerra económica, producto entre otras cosas de las ideologías defendidas que justifican cosas injustificables.

Por lo antes acotado, pensamos que el componente racional es necesario, porque indistintamente que el ser humano se encuentre en una situación como la actual, tenemos la esperanza de retornar a la paz, la comprensión, la empatía, el respeto por el otro, el afecto. Apoyando nuestro punto de vista, Morin (2008), señala que las situaciones son determinantes en la vida del hombre, por lo que personalidades criminales, depredadoras de la economía, corruptas, delincuentes pueden actualizarse en este tiempo, siendo consideradas personas alucinadas en un recipiente aislado que viven ilusoriamente una ideología de guerra en tiempos de paz. Pero cuando se rompa el recipiente muchos volverán a ser pacíficos.

Con lo anterior damos por concluidos los aspectos relacionados con las categorías que dieron consistencia a esta primera megacategoría intitulada Psicología del Homo Complexus. Es de hacer notar que nuestro informante no dio respuestas significativas en torno a la Psicología per sé, mas, ofreció aportes sobre la complejidad del ser humano, al estimar que la misma forma parte del problema de la vida y del vivir. Adicionalmente, consideró que el pensamiento, la ciencia, las artes se han manejado tanto desde lo racional como de lo irracional. En consecuencia opinó que la demencia no ha llevado a la extinción de la especie humana, por el contrario, el desarrollo científico, se ha hecho a pesar y a causa de la locura del ser humano.

Seguidamente se nos presenta la segunda megacategoría a la que le dimos el nombre de educación desde y para la comprensión, a partir de ella se generaron una serie de categorías que le confirieron estructura a la misma. Nuestro entrevistado comienza conceptualizando el término comprensión, al respecto opina que: significa aprehender en conjunto, asir en conjunto (el texto y su contexto, las partes y el todo, lo múltiple y lo individual)(L 51-53). Nuevamente, en el marco del respeto hacia mi colega pienso que no deja claro lo que es comprender, su opinión se queda corta al respecto. Resulta curioso que un psicólogo no haga un planteamiento denso con respecto a lo que es la comprensión del otro, no obstante su criterio brindó insumos aprovechables para nuestra investigación. ¿Qué es comprender? En nuestra tesis doctoral partimos del hecho que comprender es entender por qué el ser humano se comporta de la forma que lo hace. Comprender evita la condena perentoria, no se trata de evitar el juicio moral, es entender que esa persona que comete un delito es también un ser humano, no pretendiendo con esto justificar el hecho. A propósito de lo anterior Nietzsche (en Morin, 2006), distingue entre moral y moralina. Esta última juzga y condena en virtud de criterios exteriores o superficiales de moralidad, la moralina se apropia del bien y transforma en oposición entre bien y mal lo que en realidad es un conflicto de valores. La moralina, se ancla en la polémica, evitando el debate, por la puesta en el índice del adversario juzgando indigno de refutación. De esto se desprende que la moralina se orienta hacia la condena irremediable del prójimo por un error de su vida. Por tanto, la indignación de moralina le pone trabas al conocimiento y a la comprensión del otro.

Complementando sus opiniones, el psicólogo es del pensar que resultaría importante que la educación tomara en consideración la comprensión entre las personas como condición para garantizar la solidaridad frente a la humanidad. Apostando además por una educación que haga frente a los obstáculos para la comprensión: el mal entendido entre las personas, los valores, la cultura, la falta de alteridad, de empatía, de otredad, las descalificaciones al otro que lo invalidan (L 53-63). Las ideas del informante se corresponden con las de Morin (2000), quien manifiesta que los obstáculos externos a la comprensión intelectual u objetiva son múltiples, esto se traduce en la incomprensión del sentido de las palabras del otro, de sus ideas, de su visión del mundo, creando mal entendido o no entendimiento. Existe además, de acuerdo al autor mencionado, incomprensión de los valores en el seno de otra cultura: la creencia religiosa, el respeto hacia los ancianos, la obediencia incondicional de los niños. De acuerdo al autor arriba citado, otro obstáculo que impide la comprensión entre los seres humanos es el egocentrismo exacerbado, que nos lleva a invalidar al otro.

Aunado a lo anterior, un obstáculo que hace imposible la comprensión es la falta de otredad, que nos conduce a percibir de manera peyorativa, las palabras o actos de los demás, a seleccionar lo que es desfavorable, a eliminar lo favorable, así también la indiferencia hacia el prójimo constituye un factor que obstaculiza la comprensión. Dentro de la gama de factores obstaculizantes de la comprensión encontramos el etnocentrismo, y el sociocentrismo que nutren las xenofobias y racismos hasta el punto de llegar a quitarle al extranjero su calidad de humano. En atención a esto, Morin (2000), alude que las ideas preconcebidas, la racionalidad a partir de premisas arbitrarias, la auto-justificación, la incapacidad de auto-criticarse, el razonamiento paranoico, la arrogancia, la negación, el desprecio, la fabricación y condena de culpables son las causas y consecuencias de las peores incomprensiones provenientes tanto del egocentrismo como del etnocentrismo. Pensamos que todo lo antes descrito, se da por la incapacidad de concebir lo complejo del ser humano, provocando comportamientos funestos en el mundo de las relaciones entre las personas, de lo que se desprende que la comprensión hacia los demás necesita la consciencia de la complejidad humana. Concluimos entonces, que el problema de la comprensión es crucial para las personas, por esta razón debe ser una de las finalidades de la educación para el futuro.

Complementando sus ideas, el psicólogo expone que algo que podría facilitar la comprensión del otro estaría dado al descubrir que somos seres carentes, que tenemos defectos y que nos gustaría que otros nos comprendieran en un momento dado, porque tenemos necesidad mutua de comprensión. Esto nos permitiría darnos cuenta de nuestro egocentrismo. Afirma adicionalmente que es importante comprender incluso a aquellos que no quieren o son incapaces de hacerlo. Siendo esto posible si entendemos que no somos perfectos, e imponernos alcanzar la perfección nos lleva a racionalizar la vida, las relaciones y nuestro entorno. (L 64-75). De acuerdo a esto, Morin (2000), expone que la relación con el otro está inscrita en la relación con uno mismo, por lo que es necesario que nos comprendamos a nosotros primeramente para poder comprender a ese otro. En realidad, la incomprensión de sí mismo es una fuente importante de la incomprensión de los demás. Según el autor citado “uno se cubre a sí mismo sus carencias y debilidades, lo que nos vuelve despiadados con las carencias y debilidades de los demás” (p.103).

Por supuesto, al comprender a la otra persona me despojo de mi egocentrismo porque comienzo a empatizar, al darme cuenta de mis flaquezas y de mis errores, con esto sabré comprender antes de condenar. Además de esto al comprendernos resistiríamos al Talión, la venganza, el castigo que tan profundamente está en nuestras mentes. Comprender nuestras propias faltas es la vía para la comprensión de la de los demás. Asimismo, Morin (2006), argumenta que el miedo a comprender forma parte de la incomprensión. La palabra comprender, hace saltar inmediatamente a quienes tienen miedo a comprender, por miedo a excusar. Este es un aspecto relevante en nuestra tesis doctoral, por esto reiteramos que en ella partimos de la idea que comprender no es justificar, la comprensión no excusa ni acusa, ésta favorece el juicio intelectual, más no impide la condena moral.

Un aspecto más, de interés a ser mencionado en torno a la comprensión del ser queda expresado en palabras de Levinas (1977), quien sostiene que el otro es alteridad, esto permite acercarnos a la comprensión de la condición humana porque advertimos la necesidad de ubicarnos al margen de la razón, posicionándonos en un conocimiento intersubjetivo del otro. Adicionalmente, el psicólogo expresó que para la comprensión humana se necesita un docente posibilitador, que oriente al estudiante hacia el aprender-haciendo. (L 76-80). Asimismo, a juicio del informante, otro elemento que facilitaría la auto comprensión, así como el comprender al otro, es que el docente posibilite la auto-consciencia de la actividad del pensar. Para ello se requiere contar con las referencias cognitivas, emocionales y contextuales de los propios estudiantes. (L 81-86). Tales puntos de vista del psicólogo, apuntan hacia el criterio de Meirieu (2015), quien propone una revolución copérnica en pedagogía, según la cual es imperativo cambiar la concepción del educador como dador de clase, como trasmitidor de conocimientos, porque desde esa postura es imposible que se dé la comprensión humana. En torno a esto, el autor mencionado postula en su libro “Frankenstein Educador”, que es imperativo que la educación escape al mito de la fabricación, educar dice Meirieu, es acompañar, es un acto que consiste en hacer sitio al que llega y ofrecerle los medios para ocuparlo. No se trata de fabricar un sujeto, sino de construir un espacio de seguridad favorable al aprendizaje de un ser humano que habrá de escribir su propia historia. Afirma también que el estudiante es una persona, sobre el cual no podemos ejercer un dominio total sin quitarle su característica esencial que es la libertad. Señalando que: “todo educador, sin duda es siempre en alguna medida un Pigmalión, que quiere dar vida a lo que fabrica” (p.34). Es por esto que pensamos que no basta con explicar para comprender, explicar es utilizar todos los medios objetivos de conocimiento, insuficientes para comprender el ser subjetivo. La comprensión humana llega cuando sentimos y concebimos a los humanos en tanto sujetos. Ella nos vuelve abiertos a sus sufrimientos y sus alegrías; permite reconocer en los demás los mecanismos egocéntricos de auto-justificación que están en nosotros. A partir de la comprensión es posible luchar contra el odio y la exclusión (Morin, 2002), por lo tanto, desde una educación fundamentada en la transmisión de conocimientos resulta inviable la comprensión del otro.

Un aspecto más que trajo a colación el entrevistado es la importancia de tomar en cuenta en el “quehacer filosófico” del aula, la utilización del lenguaje como herramienta fundamental que facilita la comprensión entre los seres humanos (L 91-97). La perspectiva del psicólogo confluye con el criterio que adoptamos en nuestra investigación, porque en ésta conferimos importancia capital al lenguaje, constituyéndose en un elemento determinante en la comprensión entre las personas, asimismo, consideramos que es a través del contacto con el otro como llegamos a él. Es por esto, que somos del pensar que no podemos comprender si no tenemos elementos del lenguaje que nos permitan hacerlo. En este sentido, Maturana (2002), afirma que los seres humanos existimos en el lenguaje, el mismo fluye en los encuentros, en el contacto visual, sonoro o táctil que ocurre en los sistemas nerviosos. Según esto cada palabra o gesto no está relacionado con algo exterior a nosotros, sino con nuestro quehacer y con nuestra coordinación para ese quehacer con los otros.

Asimismo, Ibáñez (1991), apoya la opinión de Maturana al decir que es a través del lenguaje que existimos y emergemos como humanos, siendo colaboradores, solidarios, respetuosos, comprendiendo al otro. Por lo que este autor afirma que no es el cerebro ni los genes, los que determinan nuestra conducta, es el proceso de conversar, mediante la interacción entre el lenguaje y las emociones quien lo hace. A partir de la emoción llamada amor, que no es más que la aceptación del otro, y el medio a través del cual lo comprendemos se genera una coordinación conductual de los seres humanos que interactúan. Desde esta mirada, el lenguaje no está determinado genéticamente, ni es un sistema de signos o instrumentos. Es una relación humana basada en la aceptación: “no hay lenguaje sin amor” (p.47).

Con lo anterior, llegamos al final de la segunda megacategoría reseñada como Educación desde y para la comprensión, de ella podemos rescatar aspectos tales como la concepción que manejó el entrevistado en relación a la comprensión donde se limitó a conceptualizar el término, más no abordó aspectos inherentes a la misma. Sin embargo, hizo aportes de interés en torno a la necesidad de una educación que tome en cuenta la comprensión entre las personas e igualmente hiciera frente a los obstáculos para lograrla. Asimismo, el psicólogo expone la importancia de comprender a aquellos que no quieren o son incapaces de hacerlo. Añadiendo que es necesario un docente posibilitador que facilite la comprensión del ser humano, un docente que se desprenda de la trasmisión de conocimientos y del mito de la fabricación. Un tópico más mencionado por el informante fue la importancia del lenguaje como medio indispensable para el logro de la comprensión entre las personas.

Ahora daremos inicio a la tercera y última megacategoría titulada influencia de las distintas épocas en el ser humano. En este sentido, el entrevistado es de la idea que las formas de pensar y razonar en el mundo, han sido diversas. Nuestras concepciones de lo que somos y de lo que el mundo nos hace ser sufren una transformación cuali-cuantitativa en cada época: antigua, medieval, renacentista, moderna y post-moderna, con sus particulares procesos de transición. Hemos diagnosticado y proyectado el sentido de la vida en aras de un universal humano cada vez más completo (L 98-103). Las ideas de nuestro informante apuntan al hecho que cada época ha generado una concepción del ser humano propia de esa época. En tal sentido, tenemos que en la Edad Antigua no existía aún la consciencia de la unidad y la autonomía de la vida psíquica del hombre. Las decisiones humanas se relacionan con las decisiones de los dioses. Para los griegos, el ser humano se debate entre sus pasiones, su consciencia de libertad y la sensación de un destino que se cumple inexorablemente. Por su parte, los presocráticos no se plantearon una pregunta sobre el hombre. Entre tanto, Sócrates centró su pensamiento en torno al hombre, sobre la posible búsqueda y consecuencia de la verdad, la dignidad humana, el conocimiento de sí mismo y la vida conforme a las normas morales que dictaba la razón. Para Aristóteles, alma y cuerpo se unen substancialmente como dos naturalezas incompletas. El hombre es un animal racional, sociable por naturaleza (Gallego, 2010).

En relación a la Edad Media, la persona es vista a la luz de Dios, que es el principio último de su ser. En atención a la Edad moderna, el hombre es un ser racional. Si se guía por la razón no necesita de otra instancia, ni siquiera de la revelación divina. En el Post moderno, se da el fin del intento por una explicación racional, coherente y sistémica de toda la realidad: el mundo, Dios, el hombre y su historia. Aquí se niega la posibilidad de legitimar o fundar racionalmente una interpretación y un sentido de la vida, una sociedad humana, una moral.

Resulta interesante recordar que a cada generación le agrada identificarse con una figura mitológica, en función de los problemas del momento. Los hombres modernos gustaron identificarse con Prometeo, que desafiando la ira de Zeus trajo a la tierra, fuego, desencadenando así el progreso de la humanidad. Entre tanto, la Post modernidad es el tiempo del yo (antes que el “todos”) y del intimismo. El símbolo de esta época es narciso, tratándose del hombre que se preocupa demasiado por su apariencia, presumiendo de belleza, manifestando tanta vanidad que parece estar enamorado de sí mismo. Aditivamente, la época contemporánea está relacionada con el Homo Sapiens-Demens, formando parte del pensar complejo. En relación a este hombre post moderno, puede decirse que es un ser abierto a las diferencias, a la pluralidad, a la creatividad, por tanto, es una persona compleja y es de esta forma porque reúne en sí rasgos contradictorios donde prevalece lo mítico, lo racional e irracional, tratándose por ende de un homo complexus. La anterior línea del tiempo que ha puesto de manifiesto las diversas concepciones del ser humano nos lleva a pensar en el inacabamiento de éste, al respecto Freire (1997), expone que tal inconclusión es propia de la experiencia vital: donde hay vida hay inacabamiento. A juicio del autor mencionado, se hace necesario, recuperar este concepto, que implica la evolución del ser humano durante su vida, en el conocimiento que tiene de sí mismo y de la sociedad. De acuerdo a Freire, el inacabamiento es la llave que conduce al acto de tomar consciencia; primero, de aquello que necesitamos o nos hace falta. El siguiente paso es buscar y alcanzar los medios para conseguirlo. Esto nos ayuda a comprender que somos un proceso y nos impulsa, en lugar de frenarnos, a continuar nuestra búsqueda.

Estimamos que las siguientes apreciaciones de Freire (ob. cit) permitirán comprender la importancia de la idea de inacabamiento del ser humano: “me gusta ser persona porque, inacabado, sé que soy un ser condicionado pero, consciente del inacabamiento, y sé que puedo superarlo (…). En lugar de extraño, esta consideración es natural al ser que, inacabado se sabe inacabado” (p 53). Esta es la diferencia entre el ser condicionado y el ser determinado. Esta es la diferencia entre el inacabado que no se sabe cómo tal y el inacabado que histórica y socialmente logró la posibilidad de saberse inacabado. Complementando la cita anterior, el mismo autor, argumentó: “me gusta ser persona porque la historia en que me hago con los otros y de cuya hechura participo es un tiempo de posibilidad y no de determinismos” (Freire, 1997, p52).

En otro contexto, el psicólogo argumentó que el momento histórico siempre tarde o temprano, pone en evidencia los aciertos y errores de las ciencias y sus crisis humanísticas. Nuestra imagen y representación del mundo siempre es sometida a la prueba de la crítica racional. Pero, no todas las racionalidades son de igual forma y contenido. (L 104-107). De lo anterior se desprende que el conocimiento ha ido evolucionando en atención a las diferentes épocas. El hombre generalmente ha buscado ver al mundo desde la razón, esto ha sido importante, no obstante, todas las racionalidades no son iguales, éstas pudieron haber estado ligadas a lo espiritual, lo mítico, lo sentimental, con lo que se pone de manifiesto que las mismas han sido diferentes en cada momento histórico. Podemos inferir entonces que el conocimiento es inacabado y en tanto sea así, esto permitirá comprender al ser humano, siendo factible afirmar que mientras exista el hombre, existirá, inacabadamente el conocimiento.

Este inacabamiento del conocimiento es tomado en cuenta por Rojas (1998), quien refiere que es un hecho importante remarcar que el hombre no siempre conoció al mundo como lo conoce y ha abordado hasta hoy. La modernidad, sustituyó al mundo medieval que había consolidado una cosmovisión integral de la vida donde Dios era el centro de ella y proveía las explicaciones, por ende la relación con la naturaleza era contemplativa, allí se buscaba la presencia de ese ser superior. De esta manera el conocimiento se determinaba por revelaciones divinas. Siendo por esto, que para el hombre medieval el principal sentido de la vida no se encontraba en el presente sino en un más allá. Es un mundo de absolutos, en donde Dios es el eje de la existencia, por lo que acumular conocimientos no era lo esencial, lo importante era acumular virtudes para la salvación en la otra vida, motivo final de la existencia.

Entre tanto, la Modernidad cambia el sentido de la validez de Dios, por el método científico, es decir, cambia el conocimiento. En el medioevo, los principios fundamentales provenían de la fe, mientras que en la época moderna estos principios se basan en el método científico. A partir de aquí, el mundo se hace objetivo, es decir, accesible a través del conocimiento empírico, por ende se transforma en un mundo independiente de Dios. El centro del conocimiento moderno es la creencia de una realidad objetiva y manipulada, situándose en el dualismo sujeto-objeto del conocimiento. En la post modernidad, las cosas cambian, por ejemplo, Maturana rompe el eje moderno; el dualismo sujeto-objeto, para él, conocer es acción efectiva, concluyendo que todo hacer es conocer y todo conocer es hacer. De esta forma se desvanece la referencialidad externa al observador para producir conocimiento, anulando así el sustento principal de la ciencia moderna (Echeverría, ob cit). A luz de los planteamientos de Maturana podemos divisar que los mismos se orientan hacia el pensamiento complejo, aquel que desmiente las certezas, los absolutos; la posesión completa de las verdades, donde se reconoce la presencia de la incertidumbre y del error en cualquier tipo de conocimiento humano. Por lo tanto, la complejización del conocimiento es lo que hace posible la comprensión del otro, entrar en el mundo de la subjetividad, resultando casi imposible legitimar o fundar racionalmente una interpretación, un sentido de la vida, del ser humano, de una sociedad, o de una moral.

Adicionalmente el psicólogo, expresa que la concepción de un mundo racionalmente científico, objeto del pensamiento calculador, predictivo, resultó ser un enemigo para las personas al potenciar el desarrollo de la sociedad capitalista que privilegia el mercado y el consumo. Siendo esto una característica de la razón moderna, que explica el fracaso y la crisis de esta forma de pensamiento, al considerar que podemos ser capaces de conocer la realidad y transformarla en beneficio de la ciencia y la economía. Dejando de lado la noción de bien y justicia. (L 108-107).

Pudiéramos pensar que el entrevistado presenta una crítica al énfasis que pone la Modernidad en la razón. Ciertamente, en la modernidad triunfan los valores del progreso, la comunicación, la razón. Es la era de las grandes revoluciones: industrial, económica, científica. Es la era del Antropocentrismo: el hombre, la sobrevaloración de la razón, la inteligencia. Sin embargo, cada época propicia un tipo de conocimiento, de realidad, distinta en cuanto a lo que se considera válido. Es por esto, que en nuestra era contemporánea es menester reflexionar sobre el hecho que una vida totalmente racional, técnica, utilitaria resulta ser inconcebible. No obstante, requerimos la racionalidad por cuanto ella es la que permite objetivar al mundo exterior. Necesitamos comprender que el ser humano no solo vive de racionalidad, él se consagra, en las danzas, mitos, ritos, magias. Existe una relación manifiesta o subterránea entre la razón, la afectividad, la magia, lo imaginario, el juego (Morin, 2008).

Un aspecto adicional tratado por el informante alude al pensar “sapiens-demens” que se inserta en la teoría de la racionalidad post-moderna, como una forma de pensamiento complejo. Argumenta también que la realidad es compleja porque presenta problemas que no pueden ser fragmentados, no pudiendo ser estudiados por la teoría positivista de la Modernidad. Porque, a su juicio la realidad no es causal, trascurre entre fenómenos aleatorios, siendo sus procesos de comprensión complejos. (L 118-125). Las palabras del psicólogo ponen en evidencia su alejamiento de una concepción de la realidad como algo a ser descubierta, siendo de esta forma compleja, inserta en los albores de la post-modernidad. Al respecto Watzlawick (1981), estima que no hay una realidad “real”, sino representaciones de ésta, donde también intervienen los “imaginarios patológicos”, las versiones supuestamente distorsionadas. La realidad aparece como un suceder ajeno a sí misma. Por ende, ésta no es absoluta, la constituyen tan solo visiones o concepciones subjetivas y en parte totalmente opuestas, que ingenuamente se las supone como la verdadera realidad.

Pensamos que desde tal concepción compleja de la realidad estaremos en condición de comprender a sapiens-demens, vislumbrar que es un ser que ha dominado todos los sectores de su racionalidad, pero que se vincula, estructura y crea a partir de su capacidad para imaginar (Morin, 2009). Estaremos asimismo en condiciones para comprender a sapiens, desde la perspectiva compleja, queriendo significar con esto, que es un ser que lleva un tejido de contradicciones, siendo en sí caos y orden, es racional e imaginario simultáneamente, por lo que también es demens, es decir, un hombre hecho por y para los sueños.

Con lo antes expuesto, se dan por terminados los aspectos que dieron contenido a esta tercera megacategoría que alude a la influencia de las distintas épocas en el ser humano. Aquí nuestro informante pone de manifiesto cómo cada época ha generado una concepción de las personas propias de esa época. Por otro lado, el psicólogo se acercó a la concepción del inacabamiento del ser, ideas estas que se compaginan con las de Freire, quien afirmó: “donde hay vida hay inacabamiento”, de igual forma, el entrevistado, es de la opinión que el conocimiento ha ido evolucionando en atención a las diferentes épocas de lo que surge, que el mismo es inacabado.

En otro orden de ideas, el informante presenta una crítica al énfasis que pone la Modernidad a la razón. Un aspecto adicional que se menciona, es que el pensar sapiens-demens se inserta en la época post-moderna, argumentando también que la realidad es compleja desde la cual se podrá tener presente al homo complexus, tratándose de un ser humano donde reina el caos y el orden, lo racional e irracional.


Gráfico 2. Categorización: El Psicólogo. (Ver imagen)

Megacategoría: Psicología para el Homo Complexus.

Categorías:


-Críticas a la racionalidad de la Modernidad y al cuerpo científico de la Psicología (8-11).
-Crítica a la racionalidad positivista desde el pensamiento post moderno y complejo (11-13).
-Realidad como transdiciplinar, fenómeno intersubjetivo entre la racionalidad y la interpretación, el caos, la incertidumbre (14-16).
-Énfasis en la complejidad del ser humano (17-21).
-Consideración de lo uno y lo múltiple del ser humano (22-24).
-Concepción sobre un homo complexus, las personas son a la vez racionales e irracionales (24-27).
-El ser humano se hace preguntas sobre su existencia (28-29).
-La demencia (demens) no ha llevado a la extinción de la especie humana (30-31).
-El desarrollo tecnológico, científico y los progresos de la complejidad se han hecho a pesar y a causa de la locura humana (30-35).
-El pensamiento, la ciencia, las artes se han manejado tanto desde lo racional como de lo irracional (36-38).
-La complejidad impacta a la sociedad, la política, la comprensión de lo que estamos viviendo y la educación (39-42).
-La complejidad humana forma parte del problema de la vida y del vivir (43-44).
-Tener presente la complejidad humana nos lleva a construir el futuro y a buscar soluciones a los problemas de nuestra época (44-45).

Megacategoría: Educación desde y para la Comprensión.

Categorías:


-Comprender significa asir en conjunto (lo múltiple y lo individual) (51-52).
-Es importante que la educación tenga presente la comprensión entre las personas (53-54).
-Creación de una educación para los obstáculos de la compresión (55-56).
-Obstáculos a la comprensión: mal entendido entre las personas, los valores, la cultura, la falta de alteridad, de empatía, de otredad, las descalificaciones, invalidar al otro (57-63).
-Comprender al otro requiere entender que tenemos defectos (64-66).
-Nos gustaría que nos comprendieran en un momento dado (tenemos necesidad mutua de comprensión) (67).
-Al comprender nos desprendemos de nuestro egocentrismo (67-68).
-Comprender a quienes no quieren comprender (68-69).
-Los seres humanos no somos perfectos (70).
-La perfección y el orden llevan a racionalizar la vida y las relaciones humanas, la política, la familia, la sociedad (71-75).
-Se requiere de un docente posibilitador, facilitador, orientado hacia el “aprender haciendo” (76-80).
-El docente posibilitará la autoconsciencia del pensar tanto de sí mismo como la del estudiante (81-82).
-Se tomará en cuenta los procesos cognitivos, emocionales y contextuales de los estudiantes (85-86).
-Trabajar el pensamiento crítico, tomando en cuenta los esquemas referenciales de los estudiantes (87-89).
-Énfasis en una educación crítica libre de prejuicios, orientada hacia la transformación (89-90).
-Utilización en el aula de una herramienta vital como lo es el lenguaje (91-92).
-El lenguaje como una competencia lógica que lleva a la corrección del pensamiento y su expresión (93-94).
-Mejorar las formas de argumentación mejora la calidad del pensamiento y viceversa (96-97).
-El nivel de comprensión dependerá de los límites de tu lenguaje (96-97).

Megacategoría: Influencia de las distintas épocas en el ser humano.

Categorías:


-El ser humano es inconcluso, cada época trae consigo una transformación cuanti-cualitativa (103-105).
-Cada momento histórico ha proyectado el sentido de la vida en pos de un ser humano cada vez más completo (105-108).
-El conocimiento es inacabado (109-110).
-La imagen del mundo siempre ha sido sometida al juicio racional (110-116).
-El enfoque racionalmente científico resulta ser un enemigo para el ser humano (113-115).
-La sociedad capitalista invisibiliza al ser humano, al privilegiar el mercado y el consumo (115-116).
-La razón de la Modernidad fragmenta al ser humano al considerar que somos capaces de conocer la realidad, y de transformarla en beneficio de la ciencia y la economía (116-120).
-La racionalidad científica entra en contradicción con el ser humano al dejar de lado la noción de bien y justicia (120-122).
-Homo sapiens-demens forma de pensar compleja (123-125).
-La realidad es compleja, no puede ser fragmentada (125-127).
-La realidad la constituyen fenómenos aleatorios (127-129).
-Comprender la realidad implica la complejidad (129-130).