"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)
PENSADOR PENSADOR

1 - De la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal

La filosofía o amor por la sabiduría implica una actitud proactiva de la razón en busca de un conocimiento en constante desarrollo hacia nuevas explicaciones intelectuales, nuevos descubrimientos científicos y, también, renovadas formas de entender la espiritualidad. Así es como se forjan los nuevos paradigmas como bien lo argumentó Thomas Samuel Kuhn.

En esa constante búsqueda de la “verdad”, como ya he aseverado en anteriores ocasiones, la filosofía ha significado para mí la posibilidad de hacer terapia personal para no caer en la locura aperspectivista de ese mundo exterior donde todo es sufrimiento y dualidad. El concepto “dualidad” así como “no-dualidad” se presentan como imprescindibles para entender la filosofía transpersonal que llevo desarrollando hace ya algunos años de la mano del inconmensurable Ken Wilber.

2 - La conciencia en el ámbito educativo

El desarrollo y explicación de la filosofía transpersonal ha implicado nuevos neologismos que han sido plasmados en mis publicaciones, tales como la evolución de la conciencia , el despertar espiritual , la conciencia de unidad y, aunque parezca extraño, también el perenne amor.

Si ya de por sí la filosofía es difícil de entender para muchos, la enmarañada complejidad en cómo se imparte en las universidades y los centros escolares, la hace aún más difícil de asimilarla con un deseo de aprender, que es la predisposición natural de todo niño. Esa filosofía impartida educacionalmente está en plena crisis existencial, pues no sabe dar respuestas a la actual crisis planetaria, sus causas y señalar al enemigo invisible de la humanidad.

3 - Ingeniería social y mental

Es así, a modo de nuevo paradigma filosófico, como nace la filosofía transpersonal mediante los nuevos conceptos antes aludidos. En un alarde de no hacer más compleja aún la filosofía, es necesario explicitar hasta la saciedad esos nuevos conceptos porque, en realidad, no son solo aprehensiones intelectuales a modo de ideas, que también, sino sobre todo experiencias de sentimientos y emociones de bondad que el sistema intenta desintegrar mediante la imposición del miedo, la división social y familiar, la destrucción del amor mediante las más diversas ideologías hasta llegar a la fragmentación de la conciencia y su disociación colectiva, lo que podría llamarse sin lugar a dudas una ingeniería social y mental para el control de la población de unos pocos sobre los muchos, lo cual afecta inevitable y gravemente a nuestra autonomía como seres pensantes, es decir, a la libertad de la humanidad.

4 - Pedagogía transpersonal

Así pues, hasta el mismo concepto de “libertad” debe ser repensado a la luz no solo de los graves acontecimientos mundiales actuales sino, sobre todo, bajo la luminosidad de “nuevos conceptos” que arrojen comprensión a nuestro lugar en el mundo y al sentido de la vida: ese es el motivo que hace surgir científicamente el movimiento transpersonal. El propio concepto “transpersonal” no es de uso frecuente en el sistema académico, diría más, es desconocido salvo honrosas y escasas publicaciones transpersonales internacionales.

Por tanto, es pertinente una pedagogía transpersonal para enseñar bien todo lo anterior. Se hace necesario explicitar esos nuevos conceptos, y ese es el objetivo de este artículo. Consecuentemente, a continuación, una sinopsis para entender la esencia de la filosofía transpersonal con algunos conceptos, nuevos para muchos, pero que en realidad aluden a verdades eternas:

La conciencia es un problema epistemológico y hermenéutico aún no resuelto ni por la ciencia ni por la razón humana. Si fuera así, es decir, que comprendiéramos qué sea la “conciencia”, otro gallo nos cantaría. La conciencia es vida, y la vida se expresa a través de diferentes niveles de conciencia, por eso pueden elaborarse mapas evolutivos de la conciencia. Los diferentes niveles de conciencia también son conocidos como dimensiones. Es por ello que, cada persona, ve e interpreta la vida desde un perspectiva propia y diferente a los demás, una cuestión demostrada mediante la física cuántica. Sin embargo, todas las personas pueden iniciar ese camino ascendente hacia la sabiduría en su propia conciencia. Se trata de un empoderamiento de su propia conciencia, es decir, un despertar espiritual que se sumerge en una psicología compleja del ser humano. Y en dicho despertar espiritual, el mayor grado de conciencia a nuestro alcance es la conciencia de unidad donde, el amor, es el mayor bien al que podamos aspirar en términos platónicos.

5 - El retorno de las verdades eternas

Sin embargo, con las “astucias de la razón” y “la burla de la historia” en palabras de Hegel (1) , la historia está condenada a repetirse y nos recuerda siempre la misma lección: la filosofía perenne que subyace a todas las filosofías y movimientos espirituales genuinos, debe ser recuperada como condición sine qua non para un necesario y renovado proyecto filosófico y pedagógico: cambiarse a sí mismo para cambiar al mundo.

En este artículo y, sobre todo, en los dos párrafos de la sinopsis anterior, tienen los "nuevos conceptos" de la filosofía transpersonal para "verdades eternas" que deben ser redescubiertas por nuestra razón pero, por excelencia, por nuestro corazón: ese el fundamento epistemológico para una educación transracional.


Nota (1):

La filosofía de la historia de Hegel está marcada por los conceptos de las “astucias de la razón” y la “burla de la historia”: la historia conduce a los hombres que creen conducirse a sí mismos, como individuos y como sociedades, y castiga sus pretensiones de modo que la historia-mundo se burla de ellos produciendo resultados exactamente contrarios, paradójicos, a los pretendidos por sus autores, aunque finalmente la historia se reordena y, en un bucle fantástico, retrocede sobre sí misma y con su burla y paradoja sarcástica, convertida en mecanismo de cifrado, crea también ella misma, sin quererlo, realidades y símbolos ocultos al mundo y accesibles solo a los cognoscentes, es decir, a aquellos que quieren conocer.