"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)
Filosofia transpersonal Filosofia transpersonal Filosofia transpersonal

Este artículo es una reproducción del capítulo 3-6 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Como se puede apreciar, la actual crisis mundial no solo es económica, social y política sino, eminentemente, intelectual y espiritual. Hay un problema pensativo todavía no resuelto en la historia del pensamiento y, por tanto, el problema es eminentemente filosófico y no científico. Sin embargo, nunca como ahora la filosofía está siendo denostada, arrinconada, como si careciera de capacidad para la resolución de problemas. No obstante, más que nunca, hay que reflexionar para determinar cómo sanar al ego fragmentado y disociado de la colectividad, una enfermedad que colea desde que Kant diferenció esos tres mundos –“ello” (ciencia), “yo” (conciencia) y “nosotros” (moral)-. Dicen que la filosofía insuperable es la de Marx, y por eso está siendo recuperado su pensamiento; sin embargo, el verdadero pensamiento que no ha sido superado es el kantiano, porque todavía estamos en puertas de poder cumplir colectivamente con su imperativo categórico como un remedio seguro a la actual miseria humana. Y si nos remontamos más atrás, habrá que recuperar, cómo no, a Platón. Así, habrá que estar de acuerdo con Whitehead cuando afirmara que la filosofía occidental es una esmerada nota a pie de página en la obra de Platón.

Tal es mi lectura e interpretación de la historia de la filosofía, y de ahí la intencionalidad de La educación cuántica como un nuevo paradigma de conocimiento integrador de la ciencia con la filosofía perenne. Aunque los más estrafalarios pensadores aluden al Calendario Maya como causante del cambio espiritual por venir, la postura de este filósofo es que la humanidad se halla ante un incipiente segundo renacimiento, pues se necesita urgentemente de un revisionismo no solo intelectual, científico, social, psicológico, político y educacional, sino un revisionismo en profundidad de la historia universal. Así como Descartes rescató la razón de la fe, nos toca ahora rescatar la razón del ego plutocrático, para reorientarla hacia el espíritu.

En suma, a partir del “cogito” cartesiano, la razón se despeño por el sendero del materialismo (ello), ganándole así el puesto al idealismo (yo) , una eterna lucha de contrarios en el lenguaje de Heráclito. Sin embargo, con las “astucias de la razón” y “la burla de la historia” en palabras de Hegel (1) , el materialismo científico, ahora, debe hacer un acto de constricción, muy a pesar suyo, para ceder el paso al idealismo, a los valores universales que no se pueden ver bajo un microscopio o un telescopio, sino en la profundidad de todo ser humano. De ahí la necesidad de La educación cuántica, para explicar pedagógicamente todo ello. Hay que explicar de una vez por todas que, de un modo filosófico, el materialismo científico se ha atascado con la física cuántica, quien remite al propio sujeto como objeto de conocimiento, de ahí el surgimiento del “misticismo cuántico”. ¿Están estos equivocados? Para nada, estos activistas cuánticos son la avanzadilla de tantos cambios que están por venir en las instancias sociales, económicas, políticas, intelectuales y espirituales, pero, eminentemente en la conciencia de las personas. En definitiva, todo un cambio de paradigma pensativo que dejará moribundo este viejo mundo para abrazar un nuevo mundo por llegar. El “misticismo cuántico”, más pronto que tarde, deberá ser rehabilitado históricamente como filosofía transpersonal, un objetivo pretendido por La educación cuántica.

Porque la historia solo la escriben los hombres, y mujeres, que se atreven a pensar más allá de su contemporaneidad, en la profundidad de las ideas por descubrir, en la búsqueda de la libertad secuestrada, porque al decir del psiquiatra y filósofo alemán Kart Jaspers: “Ser hombre es ser libre. El sentido de la historia es que nos convirtamos en hombres”. Y para tal fin humanístico, no solo hay que hacer pedagogía educacional, sino también pedagogía epistemológica, filosófica, psicológica e histórica, como se podrá apreciar de un modo hermenéutico en esta obra.

El término “hermenéutica” significa “interpretar”, “esclarecer” y “traducir”, es decir, cuando alguna cosa se vuelve comprensible o lleva a la comprensión, un objetivo pretendido por La educación cuántica mediante el revisionismo de la historia del pensamiento. La humanidad ha tocado fondo en su dialéctica materialista y necesita urgentemente repensarse a sí misma, como postula la filosofía transpersonal: es el actual encontronazo intelectual entre el materialismo científico y el “misticismo cuántico”. Vuelvo a insistir: quizá ha llegado el momento de explorar un mundo que la ciencia está empezando a descubrir; quizá ha llegado el momento de explorar la mente infinita; quizá ha llegado el momento de trascender en nuestra mente cuántica. Pero también ha llegado el momento de descubrir las reglas que rigen el pensamiento más allá de la razón, un pensamiento transracional que aúna la racionalidad con la espiritualidad: la filosofía transpersonal.


NOTA (1) : La filosofía de la historia de Hegel está marcada por los conceptos de las “astucias de la razón” y la “burla de la historia”: la historia conduce a los hombres que creen conducirse a sí mismos, como individuos y como sociedades, y castiga sus pretensiones de modo que la historia-mundo se burla de ellos produciendo resultados exactamente contrarios, paradójicos, a los pretendidos por sus autores, aunque finalmente la historia se reordena y, en un bucle fantástico, retrocede sobre sí misma y con su burla y paradoja sarcástica, convertida en mecanismo de cifrado, crea también ella misma, sin quererlo, realidades y símbolos ocultos al mundo y accesibles solo a los cognoscentes, es decir, a aquellos que quieren conocer.