"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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ENSÉÑALES A GESTIONAR LAS EMOCIONES Y NO A REPRIMIRLAS

Las emociones forman parte de las personas, no podemos separarnos de nuestras emociones. Las emociones aparecen por algo, cumplen una función muy importante para nuestra adaptación y supervivencia. Incluso las emociones, que comúnmente llamamos emociones negativas tienen también una función y aparecen como reacción a situaciones de nuestro entorno. Sin embargo, tendemos a reprimir las emociones que asociamos a estados negativos, y reprimirlas puede hacer que el malestar asociado aumente. La educación emocional ha de partir de enseñarles a gestionar las emociones, y no a reprimirlas.

¿Qué pasa si reprimimos las emociones negativas?


Tradicionalmente, las emociones negativas han tenido muy mala reputación y expresarlas ha estado socialmente mal visto. En numerosas ocasiones se les ha dicho a los niños y niñas: “no llores, estás más feo/a cuando lloras”, “no te enfades”, etc.

Parece que las emociones negativas tienen que reprimirse, que han de ocultarse, ya que son vistas como algo malo que causa malestar. Sin embargo, al reprimir las emociones negativas no mitigamos el malestar, al contrario, a veces podemos incrementarlo.

Las emociones, incluso las que se conocen como emociones negativas cumplen una función y son algo natural. El enfado es nuestra reacción ante algo que no nos gusta, y nos sirve para responder ante lo que no nos gusta, el miedo es la respuesta a una amenaza, y nos sirve para protegernos del peligro, y la tristeza es la reacción a algo que nos hace daño, que nos duele, y nos ayuda a reflexionar y pedir ayuda. El problema de las emociones negativas ocurre cuando provocan reacciones ante situaciones que no son tales, que no son ni peligrosas, ni dolorosas, o cuando su reacción es demasiado intensa, frecuente o prolongada en el tiempo.

Cuando reprimimos una emoción negativa, conseguimos que esta se intensifique y no se gestione de manera adecuada, queda dentro y con el tiempo puede hacer que se intensifiquen o generalicen emociones similares. Cuando esto ocurre las emociones nos controlan a nosotros, en lugar de nosotros a ellos.

La importancia de enseñar a los niños y niñas a gestionar las emociones

Es muy importante enseñar a los niños y niñas a gestionar sus emociones desde un primer momento. La gestión de las emociones no debe confundirse con la represión de las mismas.

* Cuando reprimimos una emoción, la negamos, nos la negamos a nosotros mismos. La rechazamos y la tapamos. Sin embargo, aunque intentemos hacer esto, permanece en nuestro interior y deja una huella en nuestro inconsciente.

* Cuando gestionamos una emoción, la identificamos adecuadamente, la aceptamos y la dejamos pasar con calma, pero controlando nuestra conducta. No podemos decidir nuestra emoción, pero si nuestras conductas. Cuando las gestionamos dejamos que la emoción cumpla su función y se disipe.

Consejos para enseñar a los niños y niñas a gestionar las emociones

* Ayúdales a identificar y reconocer sus emociones. Es muy importante poner nombre a las emociones y reconocer las señales asociadas a cada emoción.

* No les presiones para que repriman sus emociones, en lugar de decirles no llores, o no te enfades, prueba con estos mensajes: “Es normal que te enfades, yo también me enfadaría sí…” “No pasa nada si estas enfadado….” “Es lógico que estés triste, todo el mundo está triste a veces”, “Con un poco de tiempo se te pasará”, etc.

* Educa con tu ejemplo y no reprimas tus emociones.
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SIN EDUCACIÓN EMOCIONAL, NO SIRVE SABER RESOLVER ECUACIONES

Los grados de Magisterio no forman a los profesores en gestión de las emociones, clave para el desarrollo de los niños.

Rafael Guerrero es uno de los pocos profesores de la Universidad Complutense de Madrid que enseña a sus alumnos de Magisterio técnicas de educación emocional. Lo hace de forma voluntaria porque el programa académico de los grados en Maestro en Educación Infantil y Primaria -nombre de la carrera de Magisterio tras la llegada del Plan Bolonia- no incluye ninguna asignatura con ese nombre. “Muchos de los problemas de los adultos se deben a las dificultades en la regulación de las emociones y eso no se enseña en la escuela”, explica Guerrero.


Se trata de enseñar a los futuros maestros a entender y regular sus propias emociones para que sean capaces de dirigir a los niños y adolescentes en esa misma tarea. “Mis alumnos me cuentan que nadie les ha enseñado a regularse emocionalmente y que desde pequeños cuando se enfrentaban a un problema se encerraban en su habitación a llorar, era su forma de calmarse”, cuenta el docente. Inseguridad, baja autoestima y comportamientos compulsivos son algunas de las consecuencias de la falta de herramientas para gestionar las emociones. “Cuando llegan a la vida adulta, tienen dificultades para adaptarse al entorno, tanto laboral como de relaciones personales. Tenemos que empezar a formar a profesores con la capacidad de entrenar a los niños en el dominio de sus pensamientos”.

La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos, según la definición de quienes acuñaron el término a principios de los noventa, los psicólogos de la Universidad de Yale Peter Salovey y John Mayer. La inteligencia emocional se traduce en competencias prácticas como la destreza para saber qué pasa en el propio cuerpo y qué sentimos, el control emocional y el talento de motivarse, además de la empatía y las habilidades sociales.

Tras revisar los programas académicos de los grados en Magisterio, Pedagogía, Psicología y Psicopedagogía de las univerisdades públicas españolas en 2016, el Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica (GROP) de la Universidad de Barcelona (UB) concluyó que en España solo hay una universidad pública que ofrece desde 2012 la asignatura Educación Emocional en el grado de Magisterio, la Universidad de La Laguna, en Tenerife. “Cuando pensamos en el sistema educativo, por tradición creemos que lo importante es la transmisión de conocimientos de profesor a alumno, a eso se dedica el 90% del tiempo. ¿Qué pasa con el equilibrio emocional? ¿Quién habla de eso en la escuela?”, señala Rafael Bisquerra, director del Posgrado en Educación Emocional de la UB e investigador del GROP.

Los jóvenes con un mayor dominio de sus emociones presentan un mejor rendimiento académico, mayor capacidad para cuidar de sí mismos y de los demás, predisposición para superar adversidades y menor probabilidad de implicarse en comportamientos de riesgo -como el consumo de drogas-, según los resultados de varios estudios publicados por el GROP. “La educación emocional es una innovación educativa que responde a necesidades que las materias académicas ordinarias no cubren. El desarrollo de las competencias emocionales puede ser más necesario que saber resolver ecuaciones de segundo grado”, apunta Bisquerra.

Los elevados índices de fracaso escolar -el 20% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años abandona el sistema educativo sin haber finalizado la Secundaria, según datos de Eurostat-, las dificultades de aprendizaje o el estrés ante los exámenes provocan estados emocionales negativos, como la apatía o la depresión, y todo ello está relacionado, según Bisquerra, con deficiencias en el equilibrio emocional. “Focalizar las clases en las capacidades lingüísticas y lógicas exclusivamente se puede considerar una estafa del sistema educativo”, critica el docente, que ha publicado más de 15 libros sobre la materia.

Bisquerra es uno de los precursores en España de la aplicación de la educación emocional al ámbito académico. Cuando empezó a investigar en 1993, aún no existía ese término, que a finales de los noventa usó como título en una de sus publicaciones. Lo que está fallando, según el experto, para que los diferentes niveles educativos no contemplen esos contenidos es la falta de sensibilización, tanto por parte de la administración pública como del profesorado. “La regulación de las emociones consigue que los estímulos que nos rodean nos influyan lo mínimo posible. Nuestro comportamiento depende, en gran medida, de cómo nos sentimos, y ni los profesores ni las autoridades se lo toman en serio”.

En su opinión, el cambio tiene que arrancar con la formación del profesorado, con la transformación del grado de Magisterio. “En la UB no hemos convencido al número de profesores necesario como para modificar el plan de estudios. Lamentablemente, los procesos de cambio educativo son muy lentos”, añade Bisquerra, que en 2005 publicó La educación emocional en la formación del profesorado, donde propone un modelo de asignatura para los profesores de educación Infantil, Primaria y Secundaria con teoría y actividades prácticas.

Los objetivos de la educación emocional, según las guías de Bisquerra, son adquirir un mejor conocimiento de las emociones propias y de las de los demás, prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas -que pueden derivar en problemas de ansiedad y depresión-, y desarrollar la habilidad para generar emociones positivas y de automotivarse. En el año 2002 la UB lanzó su primer posgrado en Educación Emocional, que hoy también ofrecen otras universidades públicas como la de Málaga, Cantabria o la UNED, entre otras.

Una de las experiencias piloto en formación del profesorado en educación emocional la lideró en España la Diputación de Guipúzcoa que, entre 2006 y 2010, formó a más de 1.500 docentes de colegios e institutos públicos de la provincia. Bisquerra fue uno de los encargados de coordinar los cursos, así como de elaborar 14 manuales que están disponibles para cualquier docente con decenas de actividades para aplicar en el aula. La Universidad del País Vasco se encargó de evaluar los resultados. “La comprensión y regulación de las emociones por parte de los profesores redujo los niveles de ansiedad y de burnout (en español, síndrome del trabajador quemado)”, indica Aitor Aritzeta, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco. En los alumnos, se redujo la conflictividad en el aula.

En un estudio paralelo liderado por Aritzeta, en el que se formó a un grupo de 200 universitarios en técnicas de inteligencia emocional, se demostró que tras dos años de instrucción los alumnos que habían recibido la enseñanza mejoraban sus resultados en los exámenes una media de 1,5 puntos respecto al resto de estudiantes. “Aprendieron a manejar el estrés y los niveles de ansiedad se redujeron un 18%”, asegura el docente.

Enseñar a los docentes a mirar, escuchar y entender las necesidades de un alumno es el objetivo principal de Rafael Guerrero, profesor de la Complutense con el que arrancaba esta historia. "Puede parecer obvio, pensar que todos los maestros tratan así a los chicos, pero no todos lo hacen. Nadie está dispuesto a reconocer el abandono emocional", señala. Enseñar a los jóvenes a afrontar problemas desde el principio y a desarrollar tolerancia a la frustración. Acabar con la frase "eso son tonterías, ponte a hacer la tarea" es la máxima que Guerrero quiere para sus alumnos y futuros maestros.

LA LAGUNA, LA PRIMERA EN EDUCACIÓN EMOCIONAL

La Universidad de La Laguna, en Tenerife, es pionera en la creación de una asignatura específica de Educación Emocional en el grado de Magisterio. Hoy es la única universidad pública española que contempla esa materia como obligatoria en su plan de estudios. En 1992 introdujeron por primera vez en la entonces diplomatura de Magisterio una asignatura a la que llamaron educación socioafectiva.

"Si analizas tu vida, son las experiencias cargadas de emociones las que han marcado los puntos de inflexión, los momentos decisivos. ¿Cómo no vamos a luchar para conseguir que se forme a los niños desde el colegio en el manejo de sus emociones?", cuenta Antonio Rodríguez, profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad de La Laguna e impulsor de la asignatura.

Mayor rendimiento académico y mejor convivencia con su entorno son las ventajas fundamentales para los niños, según los estudios liderados por Rodríguez. "Es esencial aprender a gestionar el miedo o la ira. Primero hay que formar a los docentes para que estos puedan ser un modelo a seguir para los niños en el aula", indica Rodríguez.

PREVENCIÓN DE TRASTORNOS PSICOLÓGICOS

Las habilidades en inteligencia emocional son un factor importante en la prevención de trastornos psicológicos, concluye el artículo Los efectos a corto y medio plazo de la formación en inteligencia emocional en la salud mental de los adolescentes, publicado en el Journal of Adolescent Health en 2012, y elaborado por un grupo de investigadores de las universidades públicas de Málaga, Huelva y el País Vasco.

"Muchos de los desórdenes psicológicos suelen aparecer durante la adolescencia -como los cambios bruscos de carácter, el abuso de sustancias o los trastornos en la alimentación-. Una de las causas de esos problemas mentales es la incapacidad de gestionar los estados emocionales", señala el estudio, para el que se formó a 479 adolescentes españoles de 13 años en un programa de educación emocional durante dos años.

La inteligencia emocional ayuda en dos campos fundamentales. En el intrapersonal, donde permite reducir la intensidad y la frecuencia de los estados de ánimo negativos causados por acontecimientos adversos del día día; protege del estrés y puede ayudar a mantener un estado de ánimo positivo y así prevenir la ansiedad o la depresión. En un segundo plano, el estudio señala que los adolescentes con altas capacidades para percibir y gestionar sus emociones y las de otros, presentan relaciones con sus familiares y compañeros mucho más satisfactorias y de apoyo.
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EDUCAR CON EL ALMA

Educar no es acumular información o dar una carrera para vivir, sino templar el alma del niño para las dificultades y aprendizajes de la vida. Quien habla del alma habla de misterio, belleza, unidad, autenticidad, libertad y creatividad. ¿Podemos educar dejando a un lado todo esto? ¿Podemos realmente dejar de alimentar todas estas necesidades del niño?

Y además ¿cuántas almas más allá de la que nos ocupa a cada uno rozan nuestra vida? ¿Hay un alma de familia, de aula, de ciudad o país? ¿Cómo cuidar la del niño si no cuidamos la propia?

Alma y arte van esencialmente unidos, pues a través de este se muestra la parte inconsciente de nosotros que pugna por hacerse visible a través de formas, colores, o sonidos. Como decía Kandinsky, el artista es la mano que hace vibrar de forma eficaz el alma humana a través de sus obras. Gracias al arte podemos entrenarnos una y mil veces en la creación de lenguajes y enlaces nuevos; renovadas posibilidades que enriquecen nuestra vida hagamos lo que hagamos.

No hay educación del ser sin la presencia del arte. No hay educación verdadera que deje a un lado esta dimensión del ser humano.

Hablemos de todo ello sin miedo, porque el que escribe en el alma de un niño escribe en él para siempre. Andamos en una auténtica revolución educativa. Tenemos muy claro que es lo que ya no queremos en las aulas, pero a penas hemos dedicado tiempo a definir qué tipo de ser humano queremos que surja tras pasar por la escuela. Andamos enredados en el recreo de mil recursos tecnológicos y pedagógicos; en sofisticadas y valiosas herramientas, corriendo el peligro de perder en el camino la esencia de la educación. Nosotros queremos centrarnos en ella.

Creemos que el más valioso recurso del aula es el profesor. En él queremos poner nuestro foco, pues en la medida que aprenda a cuidarse y enriquecer su vida llevará ese mismo cuidado y riqueza a sus alumnos. Él inspira una forma de hacer, sentir y vivir que vincula al niño fuertemente con lo que aprende. Lo más valioso que puede decir un alumno a su maestro es: “Quiero ser como tú”.

EN NUESTRO ENCUENTRO BUSCAREMOS LOS SIGUIENTES OBJETIVOS:

- Definir contigo esta educación del alma; esta educación del ser.

- Si somos, padres y profesores, los capitanes del barco de la educación, tengamos muy claro cual es nuestro destino más elevado.

- Revisemos cuales son los puntos del camino en el que perdemos nuestro rumbo.

- Utilicemos nuestro cuerpo para tener presente y renovada día a día la ruta.

Aprendemos Todos propone un encuentro activo en busca de respuestas a través de la expresión de ideas, el arte y la creación colectiva. Como final de la jornada, llevaremos a cabo un MANIFIESTO DE LA EDUCACIÓN DEL ALMA como obra artística colectiva, que será la concreción de todo lo trabajado durante la jornada.

Próxima Jornada de Aprendemos Todos:

Sábado, 18 de Marzo, de 10h a 20h

Burgos
Casa del Cordón
Plaza de la Libertad s/n

Información: 679247505 - 667507034

PONENTES:

Olivia Recondo

Aprendiz y Educadora en crecimiento personal y la gestión de las emociones desde la Atención Plena (Mindfulness). Psicopedagoga y Terapeuta especialista en situaciones de crisis. Profesora de psicología en aulas universitarias y en aulas de formación continua del profesorado en la Junta de Andalucía y en otras redes educativas nacionales. Coautora de “La Inteligencia Emocional Plena” y “Practica la Inteligencia Emocional Plena”.

Marina Escalona

Madre de tres hijos. Licenciada en Bellas Artes, ilustradora, diseñadora gráfica. Imparte clases de pintura y creatividad para adultos y niños. Formada en inteligencia emocional y facilitadora de PSYCH-K ( saikei). Creadora del manifiesto “Aprendemos todos” y cofundadora de la asociación del mismo nombre. Trabaja en la promoción y difusión de eventos para el desarrollo de un nuevo paradigma educativo.

Pintar, hacer un grafiti o tocar la pintura con las manos nos conecta con otro lenguaje, otra comunicación en la que nos mostramos sin tapujos. Hay muchos caminos para esa expresión y creatividad. Desconocemos muchas capacidades que están en nosotros porque no hemos tenido ocasión de conocerlas. Queremos que nuestros hijos sean emprendedores y creadores de nuevas posibilidades para su vida y el arte es el medio para conseguirlo.

Ramiro Quai

Musico muti-instrumentista, actor, DJ, productor y promotor de eventos musicales. Forma parte de la compañía multidisciplinar MAYUMANA y es miembro fundador de la Cía. De flamenco de luenga de signos 30 DECIBELIOS.

Hechos contra el decoro, La cabra mecánica, Alcohol Jazz, Ska-P o La Fura Dels Baus son algunos de los grupos con los que ha colaborado. Compositor de Bandas Sonoras Originales de cine, como Barrio de Fernando León de Aranoa. En la actualidad imparte talleres de ritmo a niños, padres, profesores por toda la geografía española. Dirige y presenta el programa “Bandera Negra” de Radio3. Profesor de la Universidad Camilo José Cela y el Instituto Superior de Protocolo y Eventos.

Julia de Miguel

Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Burgos. Mi trayectoria profesional comenzó como Orientadora Socio-Laboral y Agente de Igualdad en diversas asociaciones, acompañando a mujeres víctimas de violencia de género y personas en riesgo de exclusión social. Técnica de proyectos dirigidos al fomento de la gestión de la diversidad en centros educativos, medios de comunicación y en empresas. Experta en Coaching y en Inteligencia Emocional, imparto cursos y talleres para padres, madres, profesorado y todas aquellas personas comprometidas con su desarrollo personal, y que quieren lograr un mayor conocimiento de sus emociones y las de las personas que les rodean. Escribo artículos sobre educación y emociones en las revistas: El Emotional y Ined21.

Locutora en el programa de radio, Vitaminas para el Alma, de Radio Evolución Burgos. Un espacio para compartir píldoras de emociones, vivencias, sentimientos y todo aquello que sale del alma.
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Grof

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL, ¿LA GRAN OLVIDADA EN LAS AULAS?

Un artículo de Gema Lozano.

No fue hasta hace apenas un par de décadas cuando la dimensión emocional de la inteligencia humana comenzó a tomarse verdaderamente en serio. «Hasta entonces, los seres humanos nos definíamos como seres racionales». Begoña Ibarrola recuerda que fue en los años 90 cuando diversas teorías demostraron que «somos seres emocionales en primer lugar y después seres que pensamos». La psicóloga y escritora cuenta que « Salovey y Mayer definieron la inteligencia emocional en 1990 como un tipo de inteligencia social diferente a la cognitiva, con la habilidad de supervisar y entender las emociones propias así como las de los demás, discriminar entre ellas y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones».


Algunos años antes, Howard Gardner había descrito hasta nueve tipos de inteligencia distintas, entre ellas la interpersonal y la intrapersonal. La publicación en 1995 del libro de Daniel Goleman sobre la inteligencia emocional suponía el aldabonazo definitivo al concepto que comenzaría a popularizarse y extenderse en diversas áreas.

Pero el protagonismo casi exclusivo que la razón ha detentando a lo largo de todos estos siglos ha dejado poso en diversos ámbitos. El de la educación es uno de ellos. «El desarrollo de la dimensión emocional del ser humano no está suficientemente atendido en las aulas y ha dado casi todo el protagonismo al desarrollo de la dimensión cognitiva», explica Ibarrola.

Pese a que el concepto suscita reparos en determinados ámbitos académicos que lo ven como «una moda más de las nuevas corrientes pedagógicas», tanto Mar Romera, presidenta de la Asociación Francesco Tonucci, como la propia Ibarrola consideran que hay muchas conclusiones neurocientíficas que confirman el papel tan importante que tienen las emociones en el aprendizaje. «A veces limitan el aprendizaje e incluso lo impiden, pero también hay emociones o estados emocionales que lo favorecen», añade la última.

Por no hablar de la influencia que este tipo de inteligencia tiene en la conducta de los estudiantes. «Entender y saber gestionar las emociones es elemental para cualquier persona. En los casos de acoso escolar, por ejemplo, es algo esencial tanto para el que lo sufre como para el propio acosador. Introducir hábitos que ayuden al niño a entender lo que siente y saber gestionarlo es esencial para evitar y tratar este tipo de casos», explica Natalia Alonso Alberca, de la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología de la Universidad del País Vasco.

Begoña Ibarrola reconoce que los avances científicos sobre el impacto de las emociones en la toma de decisiones, el aprendizaje, la conducta, la salud y la felicidad han provocado que el mundo educativo preste atención a estos temas. «Existen programas de educación emocional que se están aplicando en muchos lugares del mundo con éxito. También en nuestro país. En Canarias, por ejemplo, tienen ya una asignatura de Educación emocional y creatividad. En Castilla La Mancha se evalúa la competencia emocional de los alumnos desde hace años y muchos centros educativos forman a sus claustros para que la trabajen con los alumnos». Ella misma lleva más de 20 años impartiendo cursos sobre este tema y desarrollando programas para trabajar en todas las etapas educativas. Pero reconoce que en estos aspectos, el sistema educativo aún está en pañales: «Lo que falta es la integración curricular transversal en los centros. Aún queda mucho por hacer, como por ejemplo, que se tenga en cuenta en la formación de los futuros docentes para que luego ellos puedan desarrollar la competencia emocional en sus alumnos».

Pablo Poo es maestro de secundaria y está plenamente de acuerdo con Ibarrola en la falta de formación en el profesorado en estos aspectos. «Sobre todo si, como yo (que soy filólogo), no has pasado por la facultad de Educación y tus conocimientos pedagógicos se limitan al máster de formación para el profesorado (o el antiguo CAP)». Aunque no es la única causa de la falta de «formación empática» del modelo educativo actual: «Es necesario olvidarse de vez en cuando de los temas académicos para centrarse en el alumno como persona y futuro ciudadano. Y eso es algo que no se puede “impartir con libros”. Hace falta más espacio para el diálogo y el debate». Y, por supuesto, la implicación de las familias. «Aunque mi experiencia me ha demostrado que aquellas familias “más necesarias” son las que menos se ven por el instituto, sobre todo en los entornos rurales y en los urbanos más desfavorecidos», cuenta Poo.

La familia, añade Ibarrola, «es la primera escuela de educación emocional, pero muchas veces los padres no han recibido una educación adecuada sobre su mundo emocional y tienden a repetir los patrones. Educar las emociones en familia implica reconocer que somos seres emocionales antes que seres pensantes de modo que, desde antes de nacer, ya se pueden desarrollar vínculos emocionales que más tarde se reforzarán». Por fortuna, asegura, son cada vez más las asociaciones de padres y madres que, conscientes de esa necesidad, solicitan formación en este tema para poder ayudar a sus hijos, «y eso ya es un gran avance».

A Natalia Alonso, que desde hace años forma parte de un equipo de investigación que estudia el desarrollo de la inteligencia emocional en niños de Infantil y Primaria, le resulta paradójico que pese al creciente interés que también detecta en el entorno educativo por estos temas, la ley haya decidido tirar por el camino contrario: «En la LOMCE la inteligencia emocional está fuera del currículum».

Que determinadas asignaturas queden relegadas a un segundo (o incluso, inexistente) plano no es casual en este panorama, según María Acaso. «Hay que recordar que el anterior ministro de Educación, Ignacio Wert, llegó a decir que ese tipo de asignaturas relacionadas con la música, las artes, el cuerpo… distraen de lo importante». Para la responsable en innovación del estudio Rosan Bosch y experta en educación, todo parte de una concepción errónea de la escuela, que no prepara para la vida: «Se trata de una educación industrial que, en realidad no es educación sino entrenamiento. Se olvidan de lo esencial, de la educación en valores, la inteligencia emocional… para centrarse en contenidos desfasados. Porque ¿les servirán para algo las matemáticas a los niños en un futuro cuando probablemente aún no existan los trabajos a los que se dedicarán?».

Mar Torres también ve una relación muy estrecha entre la exclusión de la inteligencia emocional en las aulas con la obsoleta concepción de la escuela que aún sigue vigente. Por eso cita a Ewan McIntosh, fundador de NoTosh y experto en design thinking: «El colegio está para algo más que para contestar las preguntas “googleables”».
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conciencia

GESTIONAR LAS EMOCIONES NEGATIVAS DE LOS NIÑOS

Un artículo de Celia Rodríguez Ruiz, psicóloga y pedagoga.

Las emociones forman parte de nosotros, el ser humano es un ser emocional y las emociones impregnan todo lo que hacemos adultos y niños. Los niños y niñas están en pleno proceso de desarrollo, de maduración y aprendizaje; también las emociones pasan por este proceso y es por ello que debemos prestar atención a la educación emocional que les brindamos. A menudo las emociones negativas de los niños y niñas pueden escapar de su control y afectan al clima familiar, convirtiéndose en un reto para las familias y educadores.


Las emociones de los niñ@s


Los niñ@s al igual que los adultos, no pueden separarse de sus emociones. Los niñ@s además, tienen una situación especial, son personas en desarrollo y no disponen todavía de suficientes estrategias para controlar sus emociones. Las emociones negativas pueden aparecer y controlar la manera de proceder, de este modo aparecen rabietas, contestaciones, malas conductas, desobediencia, actitud desafiante, etc. y pueden convertirse en un verdadero reto y conflicto para las familias.

Las emociones negativas de los niñ@s

Los niños y niñas también tienen emociones negativas. Las emociones negativas cumplen una función, pero cuando estás se apoderan de nosotros pueden ser muy perjudiciales. Aprender a controlar nuestras emociones negativas y de este modo evitar que nos controlen es esencial y es muy importante comenzar a desarrollar estas estrategias en los más pequeños desde un primer momento.

Las emociones negativas de los niñ@s pueden afectar a los niñ@s y a toda su familia.

* Rabietas

* Contestaciones

* Malas conductas

* Rebeldía

* Desafíos

* Saltarse los límites

* Gritos, discusiones, malas relaciones familiares, etc.

Gestionar las emociones negativas de los niñ@s

Para la familia es muy importante gestionar las emociones negativas de los niños y niñas. La diferencia entre gestionar o no estas emociones negativas, puede suponer unas relaciones familiares sanas, o por el contrario unas relaciones familiares perjudiciales. Veamos algunos consejos para gestionar las emociones negativas de los niños y niñas.

* Practicar la educación emocional. Se trata de enseñar a los niños y niñas a conocer sus emociones y las de los demás.

* No te tomes los estallidos emocionales como algo personal. Entiende que es una emoción que no han podido controlar, pero que no es algo personal.

* Entiende sus emociones, y evita dramatizar. Son algo natural, no les des más importancia.

* Evita entrar en la dinámica de la emoción negativa del niño o niña. No refuerces con tu atención esa emoción negativa. En lugar de eso cambia la dinámica, desvía la atención y distrae al niño o niña de la emoción negativa.

* Enséñale técnicas de relajación para que ellos mismos puedan ir gestionando sus emociones negativas.

* Educa con tu ejemplo. Presta atención a tu manera de gestionar las emociones y a tus estallidos emocionales. Recuerda que los niños y niñas aprenden más de lo que ven que de lo que les decimos.

* Lo mejor que puedes hacer los estallidos emocionales de los niños y niñas es mantener la calma y esperar a que se pase el estallido, sin ceder. Los estallidos emocionales pueden ser muy intensos, pero recuerda que éstos se acaban, que tienen un fin.

* Cuida la autoestima del niño o niña y fomenta el desarrollo de un autoconcepto adecuado.
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CÓMO TRABAJAR LAS EMOCIONES CADA DÍA EN CLASE

Un artículo de Mª José Roldán, psicopedagoga y pedagoga terapéutica.

Para desarrollar una inteligencia emocional satisfactoria es preciso trabajar las emociones cada día en el aula. De esta forma, los niños conocerán y entenderán sus sentimientos y los de sus compañeros y aprenderán a autorregularse cuando sea necesario.


Desde que nacen, los niños son todo emociones que, sin duda, nos pueden enseñar grandes lecciones a los adultos. Cada uno de ellos, cuenta con su propia ‘mochila emocional’, que le hará totalmente diferente, y le hará sentir y percibir el mundo de distintas formas. Es clave que los maestros trabajen las emociones desde el aula para que los niños aprendan a diferenciar las que sienten ellos y los demás, y también que puedan poner palabras a lo que sienten.

Trabajar la empatía y la asertividad tiene que ser una realidad en el aula con el objetivo de desarrollar una buena inteligencia emocional, algo que sin duda mejorará el rendimiento académico. Además, es posible cumplir con los objetivos marcados a lo largo del curso y, al mismo tiempo, trabajar las emociones.

¿QUIERES SABER CÓMO PODER TRABAJAR LAS EMOCIONES DESDE CLASE SIN DEJAR DE LADO LOS CONTENIDOS ACADÉMICOS?

Encontrar el mejor MOMENTO. Es necesario que cada maestro o profesor sea capaz de encontrar el momento adecuado durante el día para trabajar en emociones con los niños, por lo que antes de empezar a pensar en las actividades, primero hay que escoger el momento idóneo para hacerlo.

10 minutos cada mañana. Y antes de comenzar la ‘rutina’ diaria, de forma que estén más receptivos a las emociones y al buen hacer de sus compañeros.

10 minutos antes de volver a casa. Si es posible, se puede trabajar lo que se hizo a primera hora de la mañana para ver si ha repercutido en su jornada en la escuela y también para que puedan reflexionar sobre ella de forma global.

Asamblea: 1 vez por semana. Si por el estilo de las clases o la organización del centro educativo, no es posible trabajar las emociones cada día, se puede dedicar una hora a la semana y hacerlo en forma de Asamblea… Quizá suponga un trabajo extra, pero los alumnos se sentirán mejor cada día.

Siempre que sea necesario. Otra opción es trabajar las emociones siempre que sea necesario, es decir, cuando ocurren circunstancias en el día a día que obligan a trabajar las emociones para conseguir buenos resultados de comunicación o de interacción entre iguales.

MARCAR UN OBJETIVO

Las emociones se pueden trabajar a cualquier edad, tanto en adultos como en niños, pero es necesario recordar que a los más pequeños les gusta jugar y que de esta forma aprenderán mejor. Una vez decidido el tiempo que se destinará a trabajar las emociones, es necesario tener una meta clara para el grupo de alumnos. Así, el alumnado debe entender, por ejemplo, qué es la felicidad (o cualquier otra emoción) y cómo se debe trabajar cada día para lograr buenos resultados. A continuación, os mostramos qué tipo de actividades pueden practicar para identificar sus emociones y aprender a influir sobre ellas.

EN LA PRÁCTICA…

-Es necesario buscar actividades para trabajar la conciencia corporal y compararlas con emociones como sentir mariposas en el estómago, un vacío en el interior, la cabeza nublada… Es una forma de que los niños entiendan cómo el cuerpo y las emociones están totalmente conectadas.

-De igual modo, es importante que los niños entiendan la importancia de la calma y aprendan a autorregular su conducta. De esta forma, al modificar su estado físico pueden cambiar el emocional. Para ello, es posible llevar a cabo actividades de relajación, como respiraciones lentas y profundas que les permitan calmarse y dejar el estrés a un lado.

-También es posible conseguirlo a través del movimiento: saltando para liberar emociones y parando para encontrar el equilibrio. Así, podrán comprobar que la acción conduce a la calma. El ejercicio dirigido puede cambiar el estado físico de los estudiantes y, por tanto, también el estado emocional.

-Otra posible actividad es invitar a los niños y niñas a expresar sus emociones: se puede hacer a través de colores, reconocer las emociones propias o en los demás, etcétera. Hacer juegos para expresar y nombrar las emociones haciendo que actúen para entenderlas y adivinar cuáles son les ayudará a entender las emociones propias o las de sus compañeros de clase.
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¿QUÉ ES REALMENTE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Una definición de Inteligencia Emocional que puede ayudarnos a comprender el término de forma más o menos sencilla, puede ser la definición aportada por Goleman (1998): “la inteligencia emocional es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, para motivarse y gestionar la emocionalidad en nosotros mismos y en las relaciones interpersonales”.

Al hilo de esta conceptualización vamos a exponer las habilidades esenciales que toda persona inteligente a nivel emocional debe tener desarrolladas.

1. La capacidad de identificar las emociones

Una de las principales habilidades que se debe desarrollar para tener una buena Inteligencia Emocional, es por supuesto la de saber identificar las emociones. Durante cada día nos acompañan diferentes estados emocionales o estados de ánimo, y pasamos por muchas situaciones que desencadenan respuestas emocionales diversas, y aunque pensamos que somos conscientes de estos hechos, la realidad es que pocas personas son realmente consientes de cuáles son sus emociones o estados emocionales en cada momento.

Todos tenemos emociones, por supuesto… pero no todos sabemos identificarlas correctamente cuando las sentimos o las vemos en otras personas.

La identificación de las emociones es la base de la pirámide que constituye la Inteligencia Emocional. Tenemos que tener en cuenta que para poder identificar las emociones debemos saber cuántas emociones básicas hay, a partir de las que se derivan el resto, y tenemos que ampliar nuestro lenguaje emocional.

2. La habilidad de facilitar el pensamiento a través de las emociones

Esta característica nos habla de cómo los recursos emocionales repercuten sobre los intelectuales, y/o les asisten. Esencialmente, la emoción nos sirve como un mecanismo de alerta desde que nacemos. Así, las emociones trabajan desde el comienzo de nuestra vida como una importante señal que cambia en la persona y en el entorno. En las personas maduras, las emociones comienzan a moldear y mejorar el pensamiento al dirigir la atención de una persona hacia los cambios importantes en ella y/o en su entorno.

Una segunda contribución en este sentido, de la emoción al pensamiento, puede ser la capacidad de generar emociones “a solicitud” para que podamos comprenderlas mejor. Por ejemplo cuando se pregunta a un niño sobre cómo se siente el personaje del cuento que ha escuchado…, o cuando se especula sobre cómo se siente otra persona…, el niño puede generar esos sentimientos dentro de él mismo, así como ponerse en el lugar de la otra persona, a modo de simulación. Esto nos permite una inmediata inspección, en tiempo real, del sentimiento y de sus características.

De esta forma las personas pueden anticipar como pueden sentirse al hacer una tarea nueva, al empezar en un nuevo puesto de trabajo, al encontrarse con una crítica social, etc. Anticipar tales sentimientos puede ayudar a una persona a decidir si, por ejemplo, escoge un determinado trabajo o no, si debe mudarse a otra ciudad, o si debe hacer algún otro cambio importante en su vida. En otras palabras, existe un “escenario emocional mental”, o más técnicamente… un proceso en el cual las emociones pueden ser simuladas, sentidas, manipuladas y examinadas para poder ser mejor entendidas antes de tomar una decisión.

Otra forma de contribución de las emociones sobre nuestros pensamientos se debe a que la emocionalidad puede ayudar a la gente a considerar múltiples perspectivas. Esto tiene que ver con la idea conocida en psicología como “los juicios congruentes con los estados emocionales”, que nos dice por ejemplo que el buen humor lleva a pensamientos positivos y optimistas, y que por el contario el mal humor nos lleva a pensamientos negativos o pesimistas. Como curiosidad, en este sentido, es posible por ejemplo que los familiares de personas maniaco-depresivas tengan más alteraciones de los estados de humor que los demás, ayudándoles a cambiar a menudo de perspectiva. Esto podría explicar por qué estas personas tiendan a exhibir una mayor creatividad tanto en sus actividades ocupacionales como en las no ocupacionales.

3. Capacidad de comprender las emociones

Poco después de ser capaces de reconocer las emociones, comenzamos a etiquetarlas y a percibir las relaciones entre estas etiquetas. Por ejemplo, muchas emociones forman un continuo de menor a mayor intensidad… en este sentido poco a poco desde que somos niños vamos reconociendo las similitudes y diferencias entre gustar y amar, enfado e ira, etc., y aprendemos simultáneamente lo que cada sentimiento significa.

Los padres también enseñan a los niños el razonamiento emocional uniendo las emociones a las situaciones. Por ejemplo, enseñan la conexión entre tristeza y pérdida, ayudando al niño a reconocer que está triste porque por ejemplo, su mejor amigo no quiere pasar más tiempo con él, o ha pedido algo valioso para él… También existe cierto consenso a nivel social para estos significados emocionales; así la ira es frecuentemente vista como algo que surge de la percepción de injusticia; la tristeza surge de la perdida de algo; el miedo, de la amenaza, etc. El razonamiento emocional comienza en la infancia y se desarrolla a lo largo de toda la vida.

Poco a poco con el desarrollo, la persona comienza a reconocer la complejidad de las emociones, e incluso a saber que en ciertas ocasiones pueden ser hasta contradictorias. Así, un niño por ejemplo, puede aprender que es posible sentir amor y odio hacia la misma persona… con el tiempo, también se reconocen mezclas (o combinaciones) de emociones (por ejemplo, la esperanza, puede ser percibida como una combinación de fe y optimismo…).

También vamos aprendiendo con el paso del tiempo, como las emociones tienden a aparecer encadenadas. De esta manera, por ejemplo la ira puede intensificarse a furia y, entonces, transformarse en satisfacción o culpa dependiendo de las consecuencias de los actos. Conforme avanza el desarrollo de una persona, esta va progresando en el razonamiento sobre las secuencias de la emoción.

4. Habilidad para regulación las emociones

Las emociones, cuando ocurren deben ser toleradas, y bien gestionadas, incluso bienvenidas, independientemente de cómo de agradables o desagradables sean. En este sentido tener unos conocimientos adecuados sobre el funcionamiento y las funciones de las emociones puede ser un punto importante. Ciertas prácticas o disciplinas como la Atención Plena o Mindfulness, nos ayudan a avanzar en este sentido, y a aceptar nuestras emociones tal como son, dejando que los cambios en ellas se produzcan de forma natural.

A medida que crecemos, nuestros padres nos enseñan a no expresar ciertos sentimientos y a sustituirlos por otros, como por ejemplo sonreír en público aunque te sientas triste, o mandarte a tu habitación si te enfadas… Gradualmente, interiorizamos estas divisiones entre sentimiento y acción, comenzando a aprender que las emociones pueden ser separadas del comportamiento. Habitualmente nuestros padres nos enseñan estrategias rudimentarias del control de las emociones, diciéndonos cosas como: “cuenta hasta diez cuando estés enfadado”. En consecuencia, aprendemos a conectar y desconectar de la emoción en los momentos apropiados, aunque normalmente no tenemos herramientas potentes para manejar y gestionar nuestras emociones, a no ser que trabajemos de forma específica con este objetivo.

5. Inteligencia Emocional como logro emocional y competencias emocionales

La inteligencia emocional representa la aptitud o la habilidad central para razonar con emociones. El logro emocional representa el aprendizaje que una persona ha alcanzado sobre la emoción, o en la información relacionada con las emociones. La competencia emocional, aparece cuando una persona ha alcanzado un determinado nivel de logro. La familia en la que se crece, las lecciones sobre emociones que le han enseñado a uno, los acontecimientos de la vida que se han experimentado… todo eso influye a la hora de determinar cuánto, una persona, ha logrado aprender sobre emociones.

Muchos psicólogos de la educación prefieren hablar en términos de competencia, más que de inteligencia, ya que la idea de competencia emocional se centra más en el conocimiento y destrezas que el individuo puede alcanzar para funcionar adecuadamente en diferentes situaciones. Desde un punto de vista teórico, tiene sentido desarrollar juntas las ideas de inteligencia emocional, logro emocional y competencia emocional.

Para conocer mejor el término de Inteligencia Emocional, os dejamos un interesante vídeo, donde Daniel Goleman nos habla sobre su esencia, sus principios fundamentales:

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¿CÓMO LAS EMOCIONES AFECTAN LOS APRENDIZAJES?

Sabemos que nuestros estados de ánimo afectan nuestro día a día, pero muchas veces no entendemos cómo o nos cuesta explicar por qué. Este tema se vuelve aún más sensible cuando se trata de nuestra experiencia en la escuela, donde estas emociones se mezclan con el aprendizaje ¿Cuán relevante es esa interacción?; ¿Cómo funciona?

En el sitio web Edutopia encontramos una interesante nota sobre cómo las emociones afectan los aprendizajes, comportamientos y relaciones que se producen entre los estudiantes, y -lo mejor de todo- lo explica a través de la entretenida película “Intensamente” (2015).



Se trata de un contenido que, creemos, puede ser muy útil para aplicar en el aula o en nuestros hogares, así que les compartimos la traducción completa del artículo de la Doctora Lori Desautels, profesora asistente en la Escuela de Educación de Marian University , en Indianápolis, Estados Unidos.

CÓMO LAS EMOCIONES AFECTAN LOS APRENDIZAJES, COMPORTAMIENTOS Y RELACIONES

Por Lori Desautels

Necesitamos todas nuestras emociones para pensar, resolver problemas y enfocar nuestra atención. Por lo mismo, para aprender algo nuestra mente debe estar enfocada y nuestras emociones en equilibrio. Esta regulación emocional es necesaria, ya que así podremos recordar, recuperar, transferir y conectar toda la información nueva.

Cuando tenemos un flujo continuo de emociones negativas que secuestran nuestro lóbulo frontal, nuestra arquitectura cerebral cambia, dejándonos en un estado de tensión y estrés donde el miedo, la ira, la ansiedad, la frustración y la pena secuestran nuestros pensamientos y nuestro cerebro lógico.

En la película “Intensamente” (2015) hacen un retrato preciso de nuestras cinco emociones principales. Esas emociones básicas son la alegría, tristeza, miedo, ira y desagrado. Esta película demuestra cómo usamos estas emociones cuando experimentamos dificultades y felicidad, y enseña por qué necesitamos de las emociones negativas tanto como de las positivas. Después de revisar la ciencia detrás de “Intensamente”, desarrollamos una investigación basada en estrategias educacionales neurocientíficas basadas en preguntas y en evaluación de ideas alineadas con algunas escenas de la película. En esta nota exploraremos cuatro categorías representativas del desarrollo del cerebro de niños y adolescentes. No existe una receta para la implementación de estas estrategias, y cada una se basará en el nivel educativo de los estudiantes, el tiempo de preparación del profesor, la duración de la clase y principalmente, del entusiasmo que entreguemos cuando introducimos estos conceptos a nuestros estudiantes.

Neuroplasticidad / Sentimientos:

La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de cambiar “los cables”, fortaleciendo las vías entre aquellas neuronas que se ejercitan y utilizan, al mismo tiempo que debilita las conexiones entre aquellas neuronas que no se utilizan. “Re conectar” nuestros circuitos cerebrales depende de las experiencias; podemos cambiar el tipo de conexión que estamos teniendo por un cambio en nuestras percepciones o comportamientos. La neuroplasticidad implica re enmarcar o re evaluar una experiencia, evento o relación, de esa forma observamos y experimentamos un resultado diferente. Así, lo que percibimos y esperamos es lo que tendremos, porque el cerebro mira y responde a las percepciones, no a la realidad. La neuroplasticidad es la mejor noticia de la neurociencia en los últimos años.

El proceso que apoya la inteligencia emocional está dirigido en el creciente campo de la Neurobiología interpersonal (IPNB, por sus siglas en inglés). La teoría detrás de IPNB entrega un cuadro del desarrollo de la mente y del potencial de transformación que existe en cambios de pensamiento y procesamiento de emociones, pensamientos y comportamientos (Siegel, 2001, 2006, 2007). El concepto de inteligencia emocional está interelacionado con IPNB y el desarrollo de la atención consciente como una estrategia para lograr integración saludable de funciones emocionales, psicológicas, psicosociales y cognitivas (Davis & Hayes, 2011; Siegel, 2001, 2007).

En la película “Intensamente”, nos presentan las memorias profundas. Todos nosotros estamos constantemente creando recuerdos, pero lo que los convierte en memorias profundas o significativas, son las emociones que les asignamos a esos eventos pasados, experiencias y relaciones. Las emociones manejan nuestra atención y percepción, así formamos memorias profundas positivas y negativas, por la intensidad emocional que les asignamos a ese evento o experiencia.

El filme nos presenta las emociones en el cerebro de una niña de 11 años llamada Riley, cuyas memorias profundas alegres son representadas por bolas doradas. Desde el principio de la película, la tristeza de Riley interfiere con estas bolas doradas de recuerdos felices. Cuando un recuerdo profundo dorado es tocado por la tristeza, la bola dorada se pone azul oscuro y la felicidad se vuelve frustración. Más tarde en la cinta aprendemos, a través de las experiencias de Riley, que las bolas azules y las doradas, representando la tristeza y alegría, pueden trabajar bien juntas creando un bello recuerdo profundo y duradero. Ese tipo de recuerdo profundo y duradero se almacena en un lugar llamado “largo plazo” y eventualmente se convierten en parte de nuestra personalidad, llegando a la “isla de nuestra personalidad” o las “islas de sí mismo”.

Las siguientes preguntas están diseñadas para encender los procesos de pensamiento y creatividad respecto a este tema.

Preguntas para los profesores:

1. ¿Qué tipo de recuerdos profundos puedes crear en tu sala de clases y construir con tus estudiantes y otros profesores? Estos recuerdos pueden ser emocionales, académicos o sociales, representativos de una nueva relación, una nueva forma de enfrentar una tarea o un proyecto de trabajo colaborativo.

2. ¿Cómo podemos crear recuerdos profundos que entreguen energía, aumenten la curiosidad y den alegría a nuestros estudiantes?

3. ¿Estoy enseñando sobre neuro anatomía a los estudiantes?

4. ¿Los estudiantes entienden el rol negativo que juega el estrés en las funciones cognitivas en relación al aprendizaje, memorización e incorporación de información?

5. ¿Cómo podríamos empezar la clase con un periodo de chequeo emocional?

Preguntas para los estudiantes

La tristeza ayuda a la alegría en la película, entonces tu propia tristeza podría ayudarte:

1. ¿Cómo enfrentas la tristeza?

2. ¿Qué pasaría si nunca sintiéramos tristeza? ¿Es bueno mantener la tristeza dentro de un círculo para que de esa forma no se esparza y se salga de control? ¿Por qué?

3. ¿Puedes usar tu tristeza para sentirte mejor? ¿Cómo?

El miedo y la ira pueden protegernos y motivarnos:

4. ¿Cuándo el miedo es necesario en tu vida?

5. ¿Cómo el miedo te ayuda?

6. ¿Cuál es la cantidad perfecta de miedo?

7. ¿Qué pasa con nuestros pensamientos y resolución de problemas cuando tenemos mucho miedo o tristeza?

8. ¿Cómo el enojo aparece en tu cerebro?

9. ¿Te ha ayudado alguna vez el miedo?

10. ¿Cómo manejas tu enojo?

El asco impide que seamos envenenados psicológica y socialmente:

11. ¿Cómo el sentimiento de asco te ayuda?

12. ¿Cómo expresando asco o repugnancia hieres tus relaciones o experiencias?

En la película la alegría juega un rol principal por sobre las otras emociones de Riley:

13. ¿Siempre la alegría juega un rol líder en nuestro cerebro?

14. ¿Qué pasa cuando la alegría y la tristeza se van?

Imagina no sentir emociones:

15. ¿Cómo sería la vida si no sintiéramos emociones?

16. Describe dos cambios positivos en nuestras vidas si no sintiéramos emociones.

17. Describe dos cambios negativos que podrían ocurrir si es que no sintiéramos emociones.
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METAFISICA

LAS EMOCIONES POSITIVAS EN LA EDUCACIÓN

Un artículo de Celia Rodríguez Ruiz, psicóloga y pedagoga.

El ser humano es un ser emocional por naturaleza. Las emociones forman parte de nosotros desde el nacimiento y condicionan nuestro modo de responder al entorno y de relacionarnos. Conocer la influencia de las emociones en el modo de actuar de las personas es fundamental, valernos de las emociones positivas en la educación es un fabuloso recurso que nos va a permitir impulsar los procesos educativos.



Las emociones positivas.

No existen emociones buenas o malas, ya que en un principio todas tienen una función adaptativa, pero si podemos hablar de emociones positivas o negativas. Las emociones positivas son aquellas que nos generan bienestar y sensaciones agradables.

Cuando nos acompañamos de emociones positivas, éstas nos sirven además de refuerzo positivo, y potencian la acción que estemos haciendo en ese momento. Es decir si acompaño actividades de emociones positivas, tenderé a favorecer el gusto, interés, y motivación por esa actividad, así como su desempeño.

Las emociones positivas en la educación

La educación puede y debe acompañarse de emociones positivas. El aprendizaje es un proceso inherente a las personas, es algo natural del género humano. Sin embargo, en muchas ocasiones los niños y niñas desarrollan una actitud negativa en relación al aprendizaje. Es fundamental acompañar los procesos de aprendizaje de emociones positivas, y devolver de este modo la capacidad de disfrute al aprendizaje.

Las emociones positivas deben acompañar la educación de los niños y niñas, son múltiples los beneficios que pueden aportar las emociones positivas en la educación.

Beneficios de las emociones positivas en la educación

* La emoción positiva contribuye al bienestar. Cuanto más emociones positivas acompañen nuestro día a día, más probabilidades de bienestar tendremos.

* La emoción positiva sirve como uno de los reforzadores más efectivos. Si nos produce disfrute, es normal que tendamos a repetir esa actividad. Por lo tanto sirve para impulsar los aprendizajes.

* La emoción positiva nos sitúa en un estado de concentración, de activación y de predisposición que favorece e impulsa los estados mentales que son la base de los aprendizajes.

* La emocion positiva aumenta la motivación y el interés de los estudiantes.

* La emocion positiva, favorece la relación y la interacción entre personas, contribuyendo a crear un clima positivo.

Pautas para educar con emocion positiva

* Utiliza el sentido del humor. Es importante acompañarse de mucho sentido del humor. Debemos desterrar la idea de que aprender no puede ser divertido. Aprender puede y debe ser divertido.

* Guíate por el cariño y respeto a la hora de educar. Estas son emociones que contribuyen a mejorar el aprendizaje.

* No dudes en expresar tus emociones, la alegría, la tristeza, etc. Se trata de no reprimir las emociones positivas y dejar fluir las negativas.

* Evita tensiones innecesarias y destierra las emociones negativas de la educación como el miedo, la vergüenza, la rabia, etc. Para ello trata de ser comprensivo, no presiones, ni critiques, ni ridiculices, en ligar de eso busca alternativas válidas.

* Deja tiempo para la relajación, el descanso y la asimilación.

* Escucha activamente al niño o niña. Se trata de escuchar lo que dice y lo que no dice, de llegar a lo que siente.
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DETRÁS DE CADA NIÑO DIFÍCIL HAY UNA EMOCIÓN QUE NO SABE EXPRESAR

Un artículo de Valeria Sabater, psicóloga y escritora.

Son muchos los padres y las madres que se quejan de que su niño es muy difícil, que siempre le ronda una emoción cargada de rabia que desahoga de forma inapropiada. Con rabietas, malas palabras o con sutiles actos de desobediencia.


Hemos de tener claro que ningún niño es igual a otro, y que ninguno de nosotros podemos saber tampoco qué tipo de necesidades pueden tener esas criaturas que acabamos de traer al mundo y para las cuales, deseamos todo lo mejor.


LOS NIÑOS DIFÍCILES Y LA EMOCIÓN CONTENIDA

Los niños difíciles suelen a su vez generar muchas veces un nivel de estrés muy elevado en los padres, rozando en algunos casos la indefensión. No es un tema sencillo de abordar, y de hecho, no siempre nos valen los libros, ni siquiera la experiencia que tengamos con otro de nuestros hijos o las recomendaciones de algunos padres.

Tu hijo, el niño difícil, es único, especial e irrepetible. Y si hay algo que necesitan siempre es comprensión. La mayoría de las veces son niños con altas demandas encerrados en sus “palacios internos”, en espacios herméticos donde no encuentran puertas mediante las cuales, expresar esa emoción contenida. Esa necesidad.

Pongamos un ejemplo. Piensa en ese niño que ha tenido un mal día en el colegio, llega a casa y cuando sus padres le preguntan qué ha ocurrido, éste responde de mala manera. Ante esto, los padres deciden castigarlo en su habitación toda la tarde. ¿Qué hemos ganado con esto? ¿Hemos solucionado el problema? En absoluto.

¿CÓMO SON LOS NIÑOS DIFÍCILES?

Si el niño difícil nos pone muros, no levantes nuevas ciudadelas a su alrededor, no lo aisles, no lo descuides, no lo dejes solo. Todos tenemos claro que el proceso para llegar hasta ellos es complejo, no obstante, debes tener en cuenta estos aspectos previos:

* Un niño difícil no siempre es consecuencia de una mala crianza. No debes culpabilizar a nadie.

* Hay niños con altas demandas que piden muchísimo más que el resto, es su personalidad, su forma de ser y ello no quiere decir que nosotros, como padres, hayamos hecho algo mal.

* Un niño que demanda y no recibe lo que busca o que no sabe expresarlo, acaba frustrándose. Son muchas las veces que ellos mismos se ven sobrecargados por un sinfín de emociones: esa rabia que a oscila con tristeza, otras con hastío, a veces con enfados.

* Los niños difíciles requieren un mayor nivel de atención, comprensión, apoyo e incluso creatividad por parte de los padres.

Debemos ser artífices de sus mundos, unos mundos seguros donde se sientan cómodos para expresar esa emoción contenida que les permita conocerse, desahogarse, sentirse más libres y seguros para avanzar por cada uno de los escenarios que definen al niño a lo largo de su ciclo vital.

COMO AYUDAR AL NIÑO DIFÍCIL A CANALIZAR SUS EMOCIONES

Ya sabemos que el niño difícil demanda ante todo nuestra atención y cada una de las estrategias que podamos darle de forma creativa, para atender sus necesidades. Para ayudarle a gestionar todo ese mundo emocional que en ocasiones lo desborda y lo bloquea.

Toma nota de qué pasos deberíamos seguir para educar a los niños difíciles en este campo, en esa dimensión donde canalizar, donde dar forma y expresar esa emoción contenida.

Si al poder del refuerzo positivo

Si a un niño difícil le recriminamos sus errores, si lo infravaloramos, o lo reprendemos por sus reacciones, generaremos aún más rabia y más ansiedad. Recuerda siempre que este tipo de niños, en el fondo, son muy frágiles y disponen de una baja autoestima.

* Usa verbalizaciones tan simples como: “yo confío en ti”, “yo sé que vas a poder con esto”, “yo sé que eres especial”, “yo sé que eres un niño valiente y por eso te quiero”…

Una palabra positiva genera una emoción positiva, y una emoción positiva genera confianza.

Sí a la comunicación que no juzga, que no compara ni sentencia

Hay padres y madres que cometen el error de comparar al niño difícil con sus hermanos, o con otros niños. No es lo adecuado. Al igual que es un error iniciar un diálogo que ya implica determinadas sentencias como: “tú eres vago, tú nunca escuchas, tu siempre te portas mal…” Evita este tipo de comunicación y sigue siempre estas pautas:

* No sondees, no interrogues. Descubre cuál es el momento en que el niño se siente más cómodo para hablar.

* Dale confianza, cercanía y comprensión. Cuida mucho el tono de tu voz, es algo básico para conectar con los niños.

* La comunicación debe ser diaria y continuada.

* Nunca te rías o ironices de lo que te digan tus hijos. Para ellos es importante, y si encuentran esa falta de empatía por tu parte evitarán sincerarse contigo.

Sí a propiciar un equilibrio interno en el niño

* Enséñale que cada emoción puede trasformarse en una palabra, que la rabia tiene forma, que la tristeza se puede compartir para aliviarla, que llorar no es malo y que tú siempre estarás ahí para escucharles.

* Enséñale a respirar, a relajarse, a canalizar sus emociones a través de determinadas actividades con las que desahogarse y distraerse.

* Enséñale a aceptar la frustración a que el mundo no puede ser siempre como ellos quieren.

* Enséñales a escuchar y a hablar con asertividad. Diles que su voz siempre va a ser escuchada, que todo lo que diga es importante para ti.

* Enséñales a tener responsabilidades, a valerse por sí mismos en cada paso y decisión que dan.
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BEGOÑA IBARROLA: “EDUCAR EN LAS EMOCIONES ES CLAVE PARA FAVORECER EL APRENDIZAJE”

La escritora y psicóloga, experta en inteligencias múltiples y emocionales, insiste en la importancia de la educación emocional para reducir “el preocupante índice de abandono y fracaso escolar”. Además, Begoña Ibarrola ofrece una serie de consejos tanto para los colegios como para las familias.

¿QUÉ BENEFICIOS TIENE AYUDAR A CANALIZAR LAS EMOCIONES DE LOS NIÑOS?

Las emociones nos acompañan durante toda la vida, de hecho, antes de nacer ya sentimos y mucho después empezamos a pensar. Así que en primer lugar somos seres que sentimos y luego somos seres que pensamos. Conocer bien los fenómenos emocionales, cómo aparecen, cómo se expresan y cómo se regulan sirve a los niños para ser capaces de manejar su mundo emocional en lugar de dejarse llevar por él. Aprender a conocer nuestra dimensión emocional, que forma parte de la personalidad de todo ser humano, nos capacita también para comprender a los demás y favorecer un buen aprendizaje social.

¿EXISTE UNA RELACIÓN ENTRE INTELIGENCIA EMOCIONAL Y FRACASO ESCOLAR?

Numerosos estudios así lo demuestran. Existen emociones que favorecen el proceso de aprendizaje y otras lo dificultan e incluso bloquean. Para aprender es necesario prestar atención, comprender y memorizar lo aprendido, y todos conocemos a alumnos que por miedo o ansiedad excesiva son incapaces de contestar en un examen, su mente se ha quedado ‘en blanco’ por causa de un estado emocional intenso que le impide demostrar lo que se sabe. Si queremos frenar el preocupante índice de abandono y fracaso escolar que se da en nuestro país, no queda más remedio que abordar la educación emocional desde la etapa de infantil hasta el fin del proceso educativo. Las personas que se han formado para ser emocionalmente inteligentes tienen mejores resultados académicos y se sienten motivadas para aprender durante toda la vida.

¿LA VIOLENCIA ESCOLAR PUEDE ESTAR ASOCIADA A UNA INADAPTACIÓN EMOCIONAL?

Existen determinadas competencias emocionales asociadas a la prevención de conductas violentas como son la regulación emocional y la empatía. Pero también es cierto que si los alumnos sienten miedo, se activa un circuito cerebral que les impulsa al ataque o la huida. Cuando uno se siente amenazado —y no tiene por qué ser a nivel físico—, no puede aprender porque su atención se centra en aquello que le da miedo y a veces responde de forma agresiva por pura defensa. En mi trabajo como terapeuta también he conocido a alumnos que estaban pasando momentos emocionalmente muy difíciles, de mucha presión, y al no disponer de mecanismos internos para ‘sacar el vapor extra’ —como tiene cualquier olla—, explotan mediante conductas violentas o disruptivas. Centrar la atención en la conducta, sin averiguar qué pasa en el interior de ese alumno, supone fracasar porque no se va al origen que suele estar en su mundo de emociones y pensamientos.

¿CUÁLES SON LAS CLAVES DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL?

Comienza en la etapa prenatal, pero a lo largo de la vida podemos aprender a manejar una serie de ‘herramientas’ que nos permitan conocer, expresar y regular nuestro mundo emocional, tanto el que se genera en nuestro interior, como el que se produce y manifiesta en nuestra vida de relaciones. Aprender a ser uno mismo y también a convivir son dos aprendizajes válidos para toda la vida, dos caras de la educación emocional inseparables y necesarias. Hay diferentes modelos de competencias emocionales, el de Salovey y Mayer, Goleman, Boyatzis, Bisquerra… pero casi todos pivotan alrededor de cinco ejes: Conciencia emocional, Regulación emocional, Autonomía emocional, Conciencia social y Gestión de relaciones. Y en cada una de estas competencias se ofrecen diferentes herramientas, como la autoestima, la asertividad, la empatía, el optimismo, la resiliencia… Una clave, por tanto, se encuentra en la combinación de aspectos intrapersonales con otros interpersonales que nos ayuden a tener una vida más plena. Otra, en comprender que una verdadera educación emocional ha de promover la madurez emocional de los alumnos no sólo su ‘aprendizaje emocional’.

Y ¿SI SE TRATA DE DESCUBRIR LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES?

Todos los seres humanos seríamos más felices si supiéramos desde pequeños que tenemos determinados talentos o inteligencias en diferentes ámbitos. La teoría de II MM de Howard Gardner es muy sanadora pues defiende y demuestra que todos somos inteligentes, sólo que poseemos distintos tipos de inteligencia; por lo que tenemos igual derecho a ser diferentes y por tanto la autoestima está garantizada. Es importante que toda la comunidad educativa conozca los diferentes tipos de inteligencia y mire a los niños en busca de sus potencialidades, a veces escondidas. La sociedad necesita de personas diferentes para realizar trabajos distintos y que cada una aporte lo mejor de sí misma al bien común. Padres y profesores tienen una gran responsabilidad en este campo y considero que esta teoría, aparte de ser una metodología, implica también una mirada diferente sobre el ser humano.

ASEGURA QUE LA FAMILIA ES LA PRIMERA ESCUELA DE APRENDIZAJE EMOCIONAL, ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE QUE LOS PADRES LEAN CUENTOS A SUS HIJOS?

Porque es donde las emociones se transmiten a través del tono de voz de las palabras y antes de que los niños comprendan su significado. La lectura de cuentos genera un espacio de encuentro entre corazones donde se refuerzan los vínculos afectivos que todo niño tiene que desarrollar para un crecimiento armónico. Además, les permiten realizar lo que denomino ‘un entrenamiento emocional’. En este tipo de relatos aparecen emociones de todo tipo, alegría, miedo, enfado, sorpresa, envidia… y los niños se ven arrastrados por estas experiencias emocionales, pero desde una distancia de seguridad que les permite sentir pero sin riesgos. Sin embargo, por empatía, sienten con los personajes e incorporan vivencias a través de la imaginación que les van a servir de soporte para ir interpretando el mundo que les rodea y su propio mundo interior, incluso antes de que puedan poner nombre a sus emociones y sentimientos.

¿ES IMPORTANTE QUE EL CENTRO Y LOS PADRES TRABAJEN DE FORMA COORDINADA A LA HORA DE GESTIONAR LAS EMOCIONES?

Sí; se debe dar de cualquier forma y en cualquier ámbito, pero precisamente la educación emocional se basa en el entrenamiento y eso supone que los padres deben apoyar en casa lo que se está trabajando en la escuela.

¿CUÁLES SON LAS BASES DE ESE PROCESO?

Es importante que vaya en la misma dirección, por ejemplo, apoyar la expresión de las emociones, en lugar de tratar de reprimirlas por considerarlas poco adecuadas. Valorarlas todas por igual, porque aportan información muy valiosa del mundo interior de los hijos y, por tanto, permiten conocerles mejor, aunque evidentemente hay que enseñarles a expresarlas de forma correcta. Además de impulsar la empatía de los adultos hacia ellos, es decir, tener una mirada atenta que permita descubrir cómo se sienten y servir a la vez de modelos. Si hay trabajo en común y coherencia, los niños aprenden muy pronto las lecciones emocionales.

REFIRIÉNDOSE A LOS NIÑOS AFIRMA: “DE QUÉ SIRVE UNA MENTE LLENA DE COSAS SI SU CORAZÓN NO HA MADURADO”. ¿CÓMO DEBERÍA RECOGER EL CURRÍCULO OFICIAL LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL?

La frase de Baltasar Gracián dice exactamente: “De nada sirve que el entendimiento se adelante si el corazón se queda atrás”, y nos lleva a reflexionar sobre la falta de madurez que muchas personas con grandes conocimientos pueden manifestar. El desarrollo de competencias cognitivas no va asociado necesariamente al de las emocionales, por eso nos encontramos con jóvenes que teniendo un gran curriculum académico, fracasan estrepitosamente en sus relaciones interpersonales, donde el componente emocional es clave para el éxito.

Y ¿EN EL CASO DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES?

La teoría de Howard Gardner ya está presente como metodología en muchos centros educativos de nuestro país y existen experiencias innovadoras reconocidas por el propio Gardner como las llevadas a cabo en el Colegio Montserrat de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret y en otros centros de la misma Congregación, desde hace más de 15 años y desde Infantil hasta Bachillerato.

Si se tuvieran en cuenta en el currículo oficial con toda seguridad la calidad de la enseñanza mejoraría, pero ello supone una formación al profesorado y una explicación a las familias de lo que implica esta nueva metodología y visión. Sin esta formación es difícil implantar este modelo en las aulas, pero confío en que poco a poco la mancha de aceite se vaya extendiendo y se vaya reconociendo que no es una moda, sino que viene para quedarse, al comprobar las ventajas que supone para el profesorado y el alumnado.

¿QUÉ NECESITAN LOS DOCENTES PARA PODER EDUCAR EMOCIONALMENTE A SU ALUMNADO?

En primer lugar, comprender que su función como educadores va mucho más allá que la de meros transmisores de información o conocimientos, ya que por otra parte hoy se encuentran también fuera de las aulas. En segundo, que necesitan formación en este campo puesto que en sus estudios no existe una asignatura que aporte estos contenidos y estrategias para desarrollar estas competencias emocionales. Y, en tercer lugar, que asuman que el clima emocional que generen en el aula será uno de los factores que influyan más en el aprendizaje, así como su vinculación emocional con el alumno. En clase, ninguna interacción es emocionalmente neutra, deben tenerlo en cuenta. Pero antes de formar al claustro es imprescindible que los equipos directivos sean los que tomen la iniciativa a la hora de implantar estos programas en las aulas y que las familias estén informadas y se sientan también implicadas en su desarrollo.

POR PAÍSES ¿CUÁLES DAN MÁS IMPORTANCIA A ESTE TEMA?

En 1994 se creó CASEL (Colaborative for Academic, Social and Emotional Learning) cuya sede está en la Universidad de Chicago y desde entonces desarrolla programas de aprendizaje emocional y social de notable éxito. Singapur es para David Goleman uno de los países cuyos programas de educación emocional son más satisfactorios. Por su parte, Reino Unido, Finlandia, Canadá, Australia y España son algunos de los que están desarrollando programas con diferentes orientaciones y modelos de competencias. Lo que cada día está más claro es que las naciones que promueven la educación emocional podrían estar generando un efecto dominó sobre los niveles de motivación, autocontrol y bienestar de la ciudadanía.

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¿CÓMO CUIDAR LAS EMOCIONES DEL ESTUDIANTE?

Cada vez es mayor la necesidad de los alumnos de tener un acompañamiento emocional durante sus estudios. Aunque muchas escuelas ofrecen entrenamiento a sus docentes para que puedan cumplir con este rol, no siempre se cuenta con la preparación para enfrentar las situaciones emocionales que puedan presentar los estudiantes.

El gran número de alumnos, así como las grandes expectativas que recaen sobre el maestro, en ocasiones pueden dificultar que éste cuente con el tiempo suficiente para atender el aspecto emocional de sus estudiantes. Por ello, el reconocido periódico inglés, The Guardian, ha reunido cinco consejos de expertos académicos universitarios para ayudar a los docentes en su tarea de apoyar el desarrollo emocional de los alumnos:

1 - Investiga los servicios de apoyo con los que cuenta tu colegio

“Me gustaría animar a todos los académicos a obtener información sobre los servicios y programas de bienestar disponibles para los estudiantes. De esta manera, serán capaces de recomendarlos de manera efectiva" (Chris Cordeles, director de servicios estudiantiles, Universidad de Birmingham).

2 - Sé un maestro accesible

“Trata de ser empático y accesible, recuerda que el desempeño de un estudiante quizá no refleje lo que realmente está sintiendo. Esto no es tan complicado como parece. Con frecuencia, el factor más importante para determinar si el alumno se siente bienvenido o no por su maestro, es tan sencillo como que éste se sepa su nombre. No se espera que resuelvas todos los problemas de tus estudiantes, pero es importante detectar cuando se aíslan o salen del camino” (Chris Till, catedrático de ciencias sociales, Universidad de Leeds Beckett).

3 - Aprende cuándo no debes involucrarte en sus problemas

“No sólo se trata de dar ayuda, sino de saber poner los límites para ésta, e identificar los problemas en los que no debes meterte. En ocasiones, puedes involucrar a tantas personas en apoyar a un solo alumno, que puedes terminar por quitarle todo su tiempo (Deborah Green, jefa de apoyo a los estudiantes y el bienestar, Universidad de Sheffield).

4 - No le tengas miedo a las lágrimas

“Los maestros se encuentran tan ocupados, con cargas de trabajo inmensas que hacen que sea muy difícil para ellos poder dejar todo y centrar su atención en un solo alumno que llega a tocar su puerta. Sin embargo, si un estudiante se te acerca es porque piensa que puedes ayudarle, así que dale al menos 5 minutos de tu tiempo, sin importar lo ocupado que estés” (Emma Nelson, directora de experiencia estudiantil de la Escuela de Sociología y Política Social, Universidad de Leeds).

5 - Sé comprensivo, pero no superes tu propia área de experiencia

“Para los docentes puede ser confuso apoyar a sus alumnos. No existe un entrenamiento que te prepare para la primera vez que los alumnos te piden verte y rompen en llanto. Los maestros deben actuar con calidez humana y empatía pero a la vez deben recordar que algunos problemas escapan de su control” (Martin Eve, docente de Literatura Inglesa, Universidad de Lincoln).
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MANEL GÜELL: “TRABAJAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL REQUIERE CREATIVIDAD”

Entrevista a Manel Güell, Consultor y formador.

¿Cómo definirías la inteligencia emocional?


Primero debemos tener claro qué significa inteligencia y qué significa emoción. La inteligencia es la capacidad que tenemos los seres humanos y también algunos animales de resolver problemas nuevos, y biológicamente las respuestas las da el neo córtex. Las emociones son una respuesta que tenemos los mamíferos delante de los estímulos exteriores para sobrevivir y las regula el mesencéfalo.

¿Y si unimos los dos conceptos?

Conseguimos un diálogo entre la inteligencia humana, la capacidad de razonar y las respuestas emocionales o instintivas que son el primer impulso que tenemos frente a las situaciones de la vida. Esto es, precisamente, la inteligencia emocional.

¿La capacidad de regular este diálogo, es algo innato o se puede aprender?

Se aprende, por supuesto, a lo largo de la vida, y además se puede entrenar. Los humanos aprendemos lenguaje, después aprendemos a razonar y a pensar, esto nos diferencia de los animales. Las respuestas emocionalmente inteligentes son fruto de un aprendizaje, pero también podemos trabajarlas siendo conscientes de qué respuestas son más útiles que otras. Desarrollar la capacidad emotiva es igual que desarrollar la lógica, las matemáticas, etc.

¿Cómo se puede trabajar la inteligencia emocional con niños y niñas de diferentes edades?

Hay tres fases que debemos trabajar para desarrollarnos en este sentido y se puede trabajar tanto con niños como con adultos. En primer lugar debemos ser conscientes de las emociones que nos producen determinadas situaciones, personas, contextos. Solo si somos conscientes de qué emoción nos despiertan las cosas podemos iniciar el camino para cambiarlas.

¿Y en segundo lugar?

La segunda fase es analizar si el comportamiento o la respuesta que damos a ese estímulo nos es útil. Si un niño se da cuenta que pegar a otro porque no le deja un juguete no les soluciona el problema es cuando ve la necesidad de buscar una alternativa.

¿Y por último?

Finalmente hay que buscar alternativas a aquellos comportamientos que no nos aportan lo que perseguimos y para ello necesitamos flexibilidad y creatividad. Esto es en definitiva el acto de inteligencia emocional. Cuanta más capacidad y rapidez de reacción tenemos ante situaciones adversas más inteligentes emocionalmente somos.

¿Cómo cree que se trabajan estos aspectos en las escuelas hoy en día?

Creo que en general no se trabajan de forma específica en ninguna etapa de la educación obligatoria. Conozco algunos centros de primaria que sí que la trabajan porque es uno de sus objetivos estratégicos. Y la observación también me ha permitido detectar que en otros centros muchos profesores, sin proponérselo, también trabajan estos aspectos con sus alumnos de forma inconsciente. Pero la mayoría de centros no contemplan la educación emocional en los currículums escolares.

¿Y en secundaria?

El diagnóstico es similar, pero se agudizan las consecuencias porque son etapas de la vida más complejas. Al dividir el conocimiento en áreas los alumnos ven desfilar un profesor distinto cada hora. Algunos centros que quieren trabajarlo intentan incluirlo en las horas de tutoría. También se de otros centros en que lo trabajan específicamente como créditos libres, pero son pocos ejemplos los que tenemos.

¿Qué resultados observa en los centros que sí trabajan la inteligencia emocional con sus alumnos?

Resultados muy positivos y evidentes. Disminuyen los conflictos escolares, aumenta el bienestar de los alumnos, los problemas se resuelven de otra forma, etc. Hay que tener en cuenta que esto implica un entrenamiento y una educación emocional del profesorado. Un profesor que sea inteligente emocional lo podrá transmitir con más facilidad.

Muchos profesores señalan que nunca se han trabajado tanto los valores de convivencia como ahora pero los resultados no siempre son los deseados. ¿Qué cree que sucede?

Pensamos que trabajar valores es explicar teoría de lo que está bien y lo que está mal. En realidad la ética lo que analiza son acciones y lo que deberíamos trabajar es la toma de decisiones y el respeto por nosotros mismos y por los que nos rodean.

¿La inteligencia emocional también se puede trabajar en el ámbito familiar?

La inteligencia emocional es una capacidad individual: si yo soy padre, soy profesor, soy amigo o compañero, esta capacidad la aplico a las relaciones que tengo. Es una capacidad de respuesta. Si un padre o una madre tiene conductas inteligentes emocionalmente lo aplicará cuando se relacione con sus hijos. Educar la inteligencia emocional de los padres, comportará que los hijos también adquieran esta capacidad. Es un modelo de conducta de relacionarte con tu entorno.

Ahora nos relacionamos mucho virtualmente, ¿Cómo afectan las nuevas tecnologías en nuestra comunicación emocional?

Las nuevas tecnologías son meros instrumentos de comunicación. A priori no afectan en la relación directa, pero sí pueden afectar en la interpretación de mensajes.

¿A qué se refiere?

Si no vemos a la persona, no vemos los gestos que hace; si no hablamos por teléfono perdemos el tono de voz. Todos estos elementos participan de la comunicación y a medida que se pierden perdemos matices del mensaje y esto puede abocarnos a confundir o malinterpretar lo que nos decimos.
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MARÍA DEL MAR ROMERA, ESPECIALISTA EN INTELIGENCIA EMOCIONAL: "MI PADRE FUE A LA ESCUELA A APRENDER A LEER Y ESCRIBIR. MI HIJA, A APRENDER A VIVIR"

Entrevista a María del Mar Romera, Especialista en inteligencia emocional. Asegura que el proceso para cambiar el modelo educativo choca con el miedo, el mismo que sienten los padres que sobreprotegen a sus hijos. "Les hemos hecho muy débiles".

Maestra, profesora, docente de universidad, pedagoga, asesora, autora de varios libros dedicados a la infancia y a la didáctica, presidenta de la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci, María del Mar Romera insiste en la necesidad de colocar a los niños en el centro del modelo educativo. Esta semana ofreció una conferencia organizada por las AMPAS de los colegios granadinos Monaita y Mulhacén, en la que explicó la teoría de las inteligencias múltiples , el valor de la pedagogía y la necesidad de atender a los niños desde el respeto.

¿Se encuentra con muchos padres desorientados?

La palabra quizá no sería desorientados. A veces confundidos o perdidos. Quizá queremos hacer demasiado por nuestros hijos y no encontramos los recursos oportunos.

Para ayudar a esos padres confundidos en la educación de sus hijos se puede recurrir a las teorías pedagógicas. Una de ellas es la de la inteligencia múltiple...

La base del modelo educativo que intenta educar desde la fortaleza se basa en la teoría de inteligencia múltiple, del profesor Howard Gardner. La mayor parte de los genios, en un modelo educativo tradicional, han sido 'fracasos escolares'. Nuestra mente, así lo demuestran los neurocientíficos, tienen muchas potencialidades que no se limitan al concepto de inteligencia única. Así, puedo no tener una inteligencia brillante en lingüística, pero sí en musical, o en natural. Educar desde la fortaleza es tener en cuenta los aspectos en los que brillamos cada uno de nosotros para, a partir de ahí, mejorar las debilidades.

Esos genios quizá fracasaron en la escuela, pero luego triunfaron... ¿no es la función de la escuela asegurar que todos los niños tengan un mínimo?

El momento más importante en la vida de una persona es la infancia. Hasta la veintena tenemos muchas posibilidades de reestructuración neurológica. Esas personas que fueron calificadas como fracaso escolar y luego triunfaron son pocas si se compara con los que se quedan en la cuneta.

¿Y dónde hay que cambiar el modelo para trabajar con esas inteligencias? ¿El profesorado?

Hay muchos aspectos pararelos y complementarios. Evidentemente, la formación permanente del profesorado es una necesidad imperiosa, como en cualquier otra profesión. Se necesita una formación inicial de calidad para la docencia, no para cualquier otra cosa y que luego se termine siendo docente; una formación permanente, que nos integre en los cambios vertiginosos de la sociedad; y un enfoque de respeto a la infancia que los eduque dentro de la disciplina y los límites, y en el amor incondicional para el desarrollo de sus capacidades desde la curiosidad, seguridad y admiración. Todo esto implica una escuela de éxito. Con una familia detrás que apoye, es la base para una sociedad futura.

En el modelo actual, hay maestros y profesores que no son vocacionales. Tampoco se favorece que ese profesorado avance y promocione... Y por otro lado, hay familias que tampoco se implican en ese modelo, puede que por desconocimiento....

Por partes. La escuela pública, privada y concertada tiene de todo. Hay gente maravillosa y vocacional y también gente que debería estar haciendo otras cosas. No puedo partir del estereotipo. Hay buenos en todos los ámbitos, y todo lo contrario también. Es evidente que el gusto y el placer por la profesión más importante del mundo, que es la de maestro, no siempre se recoge. Hay que incidir en la importancia de la formación inicial. Habría que verlo desde los planes de estudio de la Universidad y el propio profesorado de la Universidad, que puede ser el mejor para la investigación, pero no para los niños. En cuanto a las familias, parto de la base que nadie va a querer a un niño más que su papá y su mamá. Otra cosa es que no se apliquen las normas educativas correctas, pero yo no soy quien para juzgar. Y por otro lado, la escuela está para compensar lo que no se da de forma natural en la familia. Culpar a las familias es poco profesional por parte de las escuelas. Haciendo un paralelismo, a ningún médico se le ocurre decir a un paciente enfermo "vuelve cuando estés bien". Del mismo modo, a un niño con necesidades, no se le dice: "oye, tienes muchos problemas. Vuelve cuando no los tengas". Cuando mi padre iba a la escuela, fue a aprender a leer y a escribir. Mi hija va a aprender a vivir. Necesito la escuela para eso, y necesito un profesorado que la ame, la respete, abra la escuela y busque sus fortalezas. Que aprenda a fracasar y a levantarse cada vez que fracase.

Los padres llevan mal esos fracasos y la frustración...

Se nos ha vendido que hay que ser felices. Es una obligación. Sin embargo, la vida no es un estado de felicidad. Es una búsqueda, un camino, y tenemos que aprender tanto a fracasar como a levantarnos, a convivir con la frustración, con el miedo y con el propio crecimiento personal. Eso nos ha llevado a una exagerada sobreprotección de los hijos y les hemos hecho muy débiles. Seguro que lo hemos hecho por amor, pero les hemos hecho débiles. Los niños necesitan jugar. Por ejemplo, para jugar al escondite hacen falta más de tres. Los niños necesitan niños. Y también hace falta un sitio para esconderse, donde nadie te vea y eso es imposible para un niño porque tenemos miedo.

¿Con qué muro chocan estas propuestas educativas?

Chocan con el miedo. Eso nos lleva a salir de la zona de confort. Y nadie nos asegura el éxito. Choca con el cambio. Cambiar no significa que estemos haciendo todo mal, sino que necesitamos evolucionar. Y en la escuela no se ha evolucionado prácticamente nada desde el siglo pasado. Me duele pensar en datos estadísticos sobre fracaso escolar. Estamos cerca del 25%. Nos lo tenemos que hacer mirar. Todo el mundo habla del niño fracasado, y no. Imagina una fábrica de coches en la que uno de cada cuatro coches sale mal. ¿Compraríamos el coche o buscaríamos la solución desde el ingeniero hasta el que aprieta los tornillos? Creo que deberíamos plantearnos el procedimiento, no culpar al coche. Un niño que fracasa es responsabilidad de toda la comunidad educativa. Nos debería hacer pensar a todos los adultos que no podemos seguir manteniendo eso.
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DECÁLOGO PARA EDUCAR NIÑOS "ANALFABETOS EMOCIONALES"

No te descubro nada nuevo si afirmo que hoy es importantísima la educación emocional. Las emociones son fundamentales para afrontar nuestro día a día pero hay que destacar que nadie nos ha enseñado cómo manejarlas, cómo gestionarlas e identificarlas. Por ello es esencial establecer una adecuada educación emocional (tanto a nivel familiar como escolar) para que nuestros hijos aprendan a manejar sus estados de ánimo, a reducir y controlar las emociones negativas pero sobre todo para aumentar sus emociones positivas y CRECER de forma integral.

Llevar a cabo esta educación emocional ayudará a que el niño desarrolle una serie de capacidades personales y competencias emocionales tales como:

- Autoconocimiento
- Motivación
- Autoestima
- Control de impulsos
- Autonomía
- Empatía
- Resolución de conflictos
- Pensamiento positivo
- Etc.

Pero recuerda algo muy importante: para poder conseguir que nuestro hijo desarrolle estas competencias emocionales es esencial que los padres también las cultivemos. El aprendizaje de la educación emocional se lleva a cabo a partir de la observación: nuestro hijo está pendiente de todo lo que hacemos y decimos... Somos su referente.

Existen gran cantidad de emociones y es clave que:

* Enseñemos al niño el nombre de las diferentes emociones.

* Le preguntemos cómo se siente (triste, contento, enfadado, etc.) Esto le ayudará a conocerse mejor.

* Le ayudemos a que identifique y exprese cualquier emoción tanto positiva como negativa.

* No ignoremos los sentimientos negativos y evitemos frases como “deja de llorar” o “no te enfades”. De este modo lo que hacemos es bloquear la capacidad de respuesta del niño que aprende y asocia “esto a mis padres no les gusta = está mal”.

* Le invitemos a hablar acerca de lo que siente.

Quiero compartir contigo el decálogo que escribí hace ya un tiempo. Se trata de un decálogo que, si lo seguimos al pie de la letra, nos servirá para formar verdaderos "analfabetos emocionales". La idea es que hagamos todo lo contrario a lo que se afirma en el mismo para conseguir que nuestros hijos y alumnos se conviertan en personas emocionalmente inteligentes. Espero que sea de tu interés:
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15 GENIALES RECURSOS PARA TRABAJAR LA EDUCACIÓN EMOCIONAL

La asertividad, el autoestima, la empatía y otras habilidades sociales pueden practicarse y aprenderse de la misma forma que otros tipos de conocimiento. No obstante, tradicionalmente no se ha tendido a darles la atención que se merecen, razón por la cual en la actualidad pueden llegar a ser competencias desconocidas y apenas desarrolladas en muchas personas.

Como ser emocionalmente competente es vital para el individuo y su vida en sociedad, te ofrecemos un recopilatorio de los mejores recursos para que puedas trabajar la educación emocianal en clase y en casa. ¡No te los pierdas!


Educación Infantil (de 0 a 6 años)

Aprender a interpretar las expresiones del rostro: Se trata de un conjunto de animaciones y actividades on line dirigidas a enseñar a entender los diferentes sentimientos y emociones que se expresan con la cara.

Paula y las emociones: En este vídeo, un cuento infantil narrado y con bellas ilustraciones, acompañaremos a Paula y a las emociones que va sintiendo según situaciones que le ocurren. Además, Paula nos enseña trucos y soluciones para gestionar cada tipo de emoción.

¿Cómo ayudar a niños que han experimentado un terremoto?: Las situaciones adversas son uno de los momentos más importantes en los que trabajar la gestión de las emociones. Es importante que los más pequeños verbalicen sus sentimientos, y con ese objetivo los amigos de Plaza Sésamo han elaborado un vídeo mensaje.

Aprende a decir y a controlar lo que sientes: En esta unidad didáctica interactiva, Pelayo y su pandilla te enseñarán a gestionar tus emociones con cuentos, juegos, manualidades, vídeos y canciones.

Educación Primaria (de 6 a 12 años)

10 juegos para trabajar las emociones: Encuentra las diferencias, completa la historia, rellena la frase…éstas y otras actividades para trabajar diferentes tipos de contenidos (lengua, matemáticas, etc.) te ayudarán a desarrollar la educación emocional.

¡Empecemos por las emociones más básicas!: En esta actividad interactiva, comenzaremos por conocer cinco sentimientos (amor, rabia, tristeza, alegría y miedo). Cada uno de ellos cuenta con un pequeño vídeo y plantea unas preguntas para realizar después un animadísimo debate en clase.

Descubre cómo eres: Se trata de una muy recomendable aplicación para trabajar la identidad de uno mismo, y los sentimientos y las emociones. Se estructura en seis partes, todas ellas con interesantes actividades y textos: Identidad, sentimientos, diversidad, lecturas, repaso y juego.

La caja de los deseos: Corto de ficción realizado por jóvenes de 8 a 13 años de la asociación ‘La Claqueta’, que nos enseña valores como la amistad y el respeto a los demás. Puede convertirse en una genial inspiración para realizar vuestra propia película en clase.

Educación Secundaria (de 12 a 18 años)

Desarrollando el autoestima: Interesante webquest sobre la importancia del autoconocimiento y el control de las emociones y los impulsos para tener una buena autoestima.

¿Por qué tenemos sentimientos negativos?: Se trata de una unidad didáctica que nos habla de diferentes sensaciones, como ira, envidia, celos, enfado, ansiedad.

Dar para ser felices: Es el título de este capítulo de ‘La mirada de Elsa’, una sección del programa Redes. En este caso, se centran en la felicidad, y buscan definiciones y diferentes maneras de entenderla.

Potenciar las emociones positivas es cuestión de práctica: Conjunto de actividades para trabajar las emociones positivas, como la alegría, el buen humor, el amor…etc. Los ejercicios nos permiten ir comprobando lo que se va aprendiendo.

Para todas las edades

¡Un documental que cambiará tu forma de dar clase!: En esta pieza audiovisual de algo más de 8 minutos, conocemos cómo trabajan la educación emocional con los más pequeños en un colegio de Gavà, en Barcelona.

La música, lenguaje universal de las emociones: Un paisaje audiovisual y sonoro, un paseo por las diferentes culturas y sus músicas, que nos recuerda la diversidad que conformamos como seres humanos.

Expresar sentimientos a través de la danza: Reportaje sobre Carina Martín, Susana Aguilar y Maria del Mar Andrés, bailarinas y profesoras de danza del conservatorio de Granada, que pretenden expresar emociones a través del baile, otra interesante forma de enfrentarse a este tema.

¿Te parece importante trabajar con tus estudiantes la educación emocional? ¿Qué recursos y técnicas utilizas? ¡Gracias por compartirlos con la comunidad Tiching!
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EL RENDIMIENTO ACADÉMICO ES MAYOR EN AULAS CON INTELIGENCIA EMOCIONAL ALTA

Según un estudio, la educación emocional facilita el trabajo para procesar información y hace más comprensible lo aprendido. Gracias a los resultados de las investigaciones realizadas en torno a la incidencia de las emociones en el aula sabemos que muchos de los problemas surgidos en el ámbito escolar tienen origen emocional. Dicho origen está fundamentalmente en la incapacidad para gestionar debidamente las emociones. Las emociones ofrecen información relevante sobre el ser humano, sobre los deseos y necesidades de individuos y colectivos, sobré qué aspectos inciden en los demás o las razones que guían el comportamiento de las personas.



Según una investigación de la UPV/EHU coordinada por Aitor Aritzeta, profesor de la Facultad de Psicología, si se gestionan debidamente dichas emociones en las aulas se logra que el rendimiento académico sea mayor; es decir, la educación emocional facilita el trabajo para procesar información y hace más comprensible lo aprendido.

La educación ha cambiado mucho en las últimas décadas, los sistemas educativos cada vez están más adaptados a los descubrimientos habidos en torno a las emociones latentes en el ámbito escolar y además de capacidades cognitivas se cultivan también capacidades integrales: emociones, competencia musical, lingüística, cinética y espacial, comunicación, trabajo en equipo y un largo etcétera. Podríamos definir una de ellas, la inteligencia emocional concretamente, como la capacidad del ser humano para detectar, comprender y regular emociones y sentimientos de forma apropiada y específica.

"La inteligencia emocional individual es muy importante para comprender y poder predecir el comportamiento en la escuela; pero el comportamiento de alumnos y alumnas se da en un contexto y no está desligado de dicho contexto. Es imposible explicar un suceso basándose únicamente en las características del individuo. Es imprescindible tener en cuenta las variables contextuales y variables sociales que han podido incidir en dicho suceso; es decir, tener en consideración la inteligencia emocional grupal. En un aula alumnos y alumnas comparten experiencias emocionales y dichas experiencias pueden incidir, en mayor o menor medida, sobre el comportamiento de los individuos. Precisamente, en la actualidad el análisis emocional es clave para comprender las interacciones en el aula e indagar los patrones de la motivación para aprender de alumnos y alumnas. En el contexto del aula alumnas y alumnos son especialmente sensibles ante el significado emocional de las experiencias académicas y ante las experiencias emocionales de sus amigas y amigos, ya que éstos están muy cerca y son importantes socialmente", explica Aitor Aritzeta, profesor de la Facultad de Psicología de la UPV/EHU y coordinador de la investigación ‘Classroom emotional intelligence and its relationship with school p... ' publicada en la revista ‘European Journal of Education and Psychology'.

59 aulas analizadas

La investigación tenía dos objetivos: por un lado, desarrollar un cuestionario que fuera capaz de medir la inteligencia emocional grupal; y, por otro, analizar la relación entre aulas con inteligencia emocional alta y rendimiento académico. Gracias al trabajo del equipo de investigación Qualiker coordinado por Aritzeta se ha desarrollado un cuestionario de 16 ítems para evaluar la Inteligencia Emocional grupal. El cuestionario mide con cuántas destrezas cuentan los miembros del grupo para centrar su atención en las emociones del grupo, expresar y comprender debidamente las emociones y gestionar y reemplazar situaciones emocionales positivas o negativas.

El equipo investigador de Qualiker analizó 59 aulas de la Comunidad Autónoma del País Vasco, que abarcaban a un total de 794 adolescentes de 13-19 años de edad, con el fin de descubrir si hay una relación positiva entre inteligencia emocional alta y rendimiento académico. "Hemos detectado que en las aulas con inteligencia emocional alta (aulas que han logrado puntuación alta al responder al cuestionario) el rendimiento académico (nota media) es mayor. Ello no significa que no haya alumnos o alumnas con malos resultados, pero la nota media de todos los alumnos y alumnas del aula es más alta. ¿Por qué ocurre? Porque los alumnos y alumnas de las aulas con ambiente emocional positivo, quienes están muy identificados con dichas aulas, muestran una mayor versatilidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje y logran mejores resultados académicos que quienes no se sienten identificados con el aula y están en aulas de ambiente emocional negativo. En definitiva, facilita el trabajo de procesar información y hace más comprensible lo aprendido", afirma el investigador de la Facultad de Psicología.

Aritzeta destaca además el cuestionario innovador que han diseñado para medir la inteligencia emocional de las aulas: "El cuestionario desarrollado, denominado Trait-Meta Mood Scale (TMMS-G), permite adquirir información específica sobre el comportamiento emocional del grupo de adolescentes. Dicha información podría ser muy útil para diseñar programas dirigidos a aumentar las capacidades de Inteligencia Emocional y mejorar tanto la conciencia colectiva como la conciencia individual sobre habilidades emocionales. Por todo ello, pensamos que esta herramienta que ponemos a disposición de la comunidad educativa puede ser muy útil para diagnosticar los ambientes emocionales grupales que promueven procesos de desarrollo psicosocial en jóvenes y adolescentes (el cuestionario TMMS-G está disponible en el equipo de investigación Qualiker o en la dirección electrónica aitor.aritzeta@ehu.eus)".

Referencia bibliográfica

Aritzeta, A., Balluerka, N., Gorostiaga, A., Alonso-Arbiol, I., Haranburu, M. y Gartzia, L. (2016). Classroom emotional intelligence and its relationship with school p..., 9(1), 1-8. doi: 10.1016/j.ejeps.2015.11.001
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10 FRASES PARA ENSEÑAR QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Un artículo de Santiago Moll, profesor.

La inteligencia emocional es una habilidad. Y lo bueno de las habilidades es que se pueden aprender y también enseñar. De nada sirve enseñar a tus alumnos a ser inteligentes intelectualmente si no son capaces de conocer, aprender y gestionar sus propias emociones. Y no sólo sus emociones, sino también la de sus compañeros. Emociones como la alegría, la tristeza o el miedo forman parte de cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje. Y dentro de estas emociones también quiero pensar que están la resiliencia, la empatía o la escucha activa, emociones clave para la gestión y la resolución de conflictos. De ahí que en el artículo de hoy haya querido hacer una aproximación a lo que se entiende por inteligencia emocional a través de 10 frases maravillosas que te ayudarán a ti y a tus alumnos a tomar conciencia de la importancia de las emociones en el crecimiento personal. ¿Me acompañas?



10 FRASES PARA ENTENDER Y ENSEÑAR A TUS ALUMNOS LA IMPORTANCIA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.

1 - Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás (Daniel Goleman)

Autoconocimiento. Difícilmente se puede entender a los demás si uno no es capaz de saber quién es, de preguntarse quién es. Y hacerlo descubriendo cuáles son las virtudes y cuáles son los defectos que le definen a uno mismo.

2 - Algunos encuentran el silencio insoportable porque tienen demasiado ruido dentro de ellos mismos (Robert Fripp)

Silencio. En muchas ocasiones se tiene la sensación de que el conocimiento parte de la palabra, cuando a veces para conocerse a uno mismo es necesario más que nunca el silencio, la reflexión y la introspección. El ruido del que habla Robert Fripp es un ruido que dice mucho del miedo y la inseguridad.

3 - Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas (Blaise Pascal)

Autoconcepto. La inteligencia emocional tiene muy en cuenta cuál es el autoconcepto que cada uno tiene de sí mismo. De hecho, el autoconcepto se considera la primera actitud de la inteligencia emocional. Se trata de conocerse a uno mismo para tener la oportunidad de conocer a los demás.

4 - La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas las preguntas (Earl Gray Stevens)

Preguntas abiertas. No me cansaré de repetir en este blog y en relación con la inteligencia emocional que sólo haciendo las mejores preguntas obtendremos las mejores respuestas. La importancia de las preguntas, de las preguntas abiertas y de sus respuestas radica en el hecho de que preguntando y respondiendo se hace autocrítica, es decir, se toma plena conciencia de lo que uno hace, dice, piensa y actúa de cara a sí mismo y de cara a los demás. Sobre la importancia de las preguntas abiertas te recomiendo la lectura del artículo titulado 3 Tipos de preguntas que como docente debes conocer. ¿Cómo debes formular una pregunta a tus alumnos?

5 - Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación (Proverbio árabe)

Empatía. Adoro este proverbio árabe porque explica muy bien qué se entiende por empatía, uno de los pilares de la inteligencia emocional. De hecho, la empatía se considera como la cuarta de las habilidades prácticas de la inteligencia emocional. Sentir lo que sienten los demás, sentir con los demás se hace tanto o más importante que el autoconocimiento, el autoconcepto o la autocrítica. Para saber más sobre la empatía te remito al artículo titulado 5 Consejos para aumentar la empatía con tus alumnos.

6 - Si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces (Adam Smith)

Sensatez. Enseñar a tus alumnos que la vida tiene muchos matices es algo que se me antoja esencial. No sólo hay que trabajar las emociones, sino que también se trata de encontrar el equilibrio, de saber gestionar dichas emociones en función del contexto en que se produzcan. La inteligencia emocional ayuda en este sentido a encontrar el equilibrio emocional que pasa ineludiblemente por conocerse a uno mismo.

7 - No dejes que las percepciones limitadas de los demás te definan (Virginia Satir)

Percepción. Trabajar la percepción que tienen tus alumnos de sí mismos y de sus otros compañeros es clave para educarlos correctamente en la inteligencia emocional. Para ello más que nunca es necesario educar a tus alumnos desde el respeto, la sinceridad y, sobre todo, teniendo muy en cuenta la asertividad. Sobre la asertividad te recomiendo la lectura del artículo titulado 10 Consejos para fomentar la asertividad entre tus alumnos.

8 - La inteligencia emocional no es lo contrario de la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza. Es la única intersección de ambas (David Carusso)

Equilibrio. Me encanta esta cita de David Carusso. Y me encanta porque creo que resume a la perfección la idea de este artículo y el fin que debería perseguir la Educación, es decir, buscar en todo momento el justo equilibrio entre lo intelectual y lo emocional, entre la inteligencia intelectual y la inteligencia emocional.

9 - La manera que vemos el problema es el problema (Stephen R. Covey)

Resolución de conflictos. Esta cita de Stephen R. Covey explica a la perfección la manera con la que en muchas ocasiones se enfoca un problema o un conflicto. Muchos de los conflictos que surgen entre tus alumnos se resuelven cuando se es capaz de adoptar un punto de vista distinto al que se percibe en un primer momento. Esto permite enseñar que los problemas o los conflictos pueden convertirse en una oportunidad. Sobre la resolución de conflictos recomiendo la lectura del artículo titulado El conflicto escolar visto como una oportunidad.

10 -Los verdaderos oyentes empáticos hasta pueden oír lo que se dice en el silencio. Lo más importante en la comunicación es oír lo que no se está diciendo (Peter F. Drunker)

Escucha empática. La inteligencia emocional es la inteligencia que sabe escuchar con el corazón y desde el corazón. Un corazón que en muchas ocasiones no necesita de palabras, sino que está hecho del mejor silencio. Sobre la escucha empática recomiendo la lectura del artículo titulado 5 Maneras de escuchar a tus alumnos. ¿Qué es la escucha empática?

Estas han sido las 10 frases que he elegido para ti sobre la inteligencia emocional. Espero que te hayan gustado.
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AMANECE

40 ESTADOS EMOCIONALES PARA ENSEÑAR EN EL AULA.

Un artículo de Santiago Moll, docente.

El artículo de hoy quiere ser una aproximación a 40 estados emocionales que de una forma directa o indirecta forman parte de nuestras vidas y de las vidas de nuestros alumnos. Es por ello que mi intención no es otra que la de recopilar aquellas emociones que tienen lugar en las aulas con el fin de que tus alumnos puedan aprenderlas y también puedan entenderlas a partir de sus propias experiencias vitales. ¿Me acompañas en este universo de emociones? ¿Listo para emociones fuertes? Comenzamos…



ESTADOS EMOCIONALES. ¿POR QUÉ NO SE ENSEÑAN EN EL AULA?

Una de las razones por las que no se trabaja la inteligencia emocional en el aula se debe a que tampoco hemos sido formados para ello. Somos expertos en nuestras materias y nos sentimos cómodos enseñando los conocimientos de nuestra especialidad. Pero quiero pensar que como docente nuestra responsabilidad debe ir un poco más allá. ¿Qué significa esto? Pues que de lo que se trata es de ir dejando un espacio en el aula para trabajar las emociones, y cuando digo trabajar las emociones quiero que se entienda que se trata de una enseñanza a priori, es decir, enseñar la emoción antes de que ocurra y no después.

GESTIONAR EMOCIONES VS. ENSEÑAR EMOCIONES. A PROPÓSITO DE LOS ESTADOS EMOCIONALES

Para mí existe una diferencia capital entre gestionar emociones y enseñar emociones en el aula. ¿Cuál es para mí esta diferencia?

Gestionar emociones. Son las emociones que se tratan a posteriori, es decir, después de que hayan ocurrido. Normalmente suelen estar relacionadas con conflictos que han surgido dentro del aula y, sorprendentemente, se trabajan fuera de ella. ¿Por qué? Porque damos tanta importancia a los contenidos de nuestras asignaturas que no estamos dispuestos a dejar espacios para incorporar la educación emocional en nuestras sesiones lectivas. La gestión de las emociones es una gestión de los conflictos una vez han ocurrido y dichos conflictos se resuelven fuera del aula mediante una sanción o una mediación.

Enseñar emociones. Son las emociones que se tratan a priori, es decir, que se enseñan antes de que se produzcan en el aula. Las emociones se ven no como conflictos, sino como una oportunidad para reflexionar sobre la persona, para reflexionar sobre el autoconocimiento. Y cuando se enseñan emociones en el aula se hace dentro del aula a partir de la recreación de situaciones vividas por los propios alumnos y, por qué no, por el propio docente.

40 ESTADOS EMOCIONALES. PROPUESTA DE ACTIVIDAD.

Aquí tienes esta infografía (descargar abajo) que he realizado con 40 estados emocionales que seguro que tanto tú como tus alumnos habéis experimentado si no dentro del aula, sí fuera de ella.

¿Cómo se pueden enseñar estas emociones en el aula?

Una forma realmente útil es mediante la recreación de la vivencia de la propia emoción. Es lo que denomino la emoción vivida o la emoción compartida. De lo que se trata es de iniciar una frase que propicie la vivencia o el recuerdo de dicha emoción.

40 Enunciados para trabajar los 40 estados emocionales.

1. Aburrimiento. La última vez que recuerdo estar aburrido fue…

2. Aceptación. Me han aceptado en…

3. Admiración. El miembro de mi familia que más admiro es…

4. Alegría. Para mí supondría una alegría que…

5. Alivio. El mayor apuro del que he salido fue aquella vez que…

6. Amor. La persona que más quiero en este mundo es…

7. Asco. He sentido asco cuando…

8. Asombro. El último vídeo de Youtube que más me ha asombrado ha sido…

9. Compasión. El último compañero del que me he compadecido ha sido…

10. Confusión. Siempre me confundo con…

11. Culpa. Me siento culpable de…

12. Decepción. El día que me he sentido más decepcionado en clase ha sido…

13. Desaliento. Me he sentido sin fuerzas aquella vez que…

14. Deseo. Lo que más deseo en este mundo es…

15. Entusiasmo. Lo que más me entusiasma hacer por las tardes es...

16. Envidia. Siento envidia de…

17. Euforia. Recuerdo que la vez que más he saltado de alegría fue…

18. Felicidad. Para mí la felicidad es…

19. Frustración. Para mí lo más frustrante de estudiar es…

20. Gratitud. La última vez que di las gracias fue…

21. Hostilidad. Un ejemplo de hostilidad en el deporte sería…

22. Ilusión. Lo que más ilusión me hace de este curso es…

23. Incomprensión. Me siento incomprendido por mis padres cuando…

24. Inseguridad. Me siento inseguro cuando…

25. Ira. Siempre me enfado por…

26. Irritación. Lo que más me irrita de mis compañeros de clase es…

27. Melancolía. He estado triste sin llegar a llorar el día que…

28. Miedo. La vez que más miedo he pasado fue un día que…

29. Nostalgia. Lo que más echo de menos del curso pasado es…

30. Odio. Lo que más odio de este mundo es…

31. Orgullo. Hay veces que por orgullo soy capaz de…

32. Placer. La comida que más placer me produce es...

33. Remordimiento. Siento remordimientos cada vez que…

34. Satisfacción. Una de las cosas de las que más satisfecho estoy es de…

35. Serenidad. A mi me produce serenidad…

36. Soledad. La última vez que me sentí solo fue…

37. Tensión. Estoy en tensión cuando…

38. Ternura. La persona más tierna que conozco es…

39. Tristeza. Me pone triste ver…

40. Vergüenza. La última vez que me sonrojé en clase fue…

Definir emociones o vivir estados emocionales. A modo de conclusión.

Las emociones se enseñan, se definen, pero sobre todo se viven. Y se viven tanto fuera como dentro del aula porque forman parte indisoluble de las vidas de tus alumnos. Para mí no existe a día de hoy un reto mayor en el aula que el reto de ir dejando espacio para trabajar las emociones, para experimentar los estados emocionales que hoy he querido compartir en esta entrada. Espero tener la suerte de que me acompañes en este viaje cargado de emociones…

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LA EDUCACIÓN EMOCIONAL MEJORA EL APRENDIZAJE Y LA MEMORIA

Un artículo de Ana Díaz, periodista.

La emoción es esa energía codificada en la actividad de cientos circuitos del cerebro que nos mantiene vivos. Es nuestra energía base, sin ella nos encontraríamos deprimidos y apagados. Alguien con la emoción apagada no podría ver ni a un elefante que pasase junto a él. Y esa emoción puede apagarse por muchas y variadas circunstancias. Según afirma el neurocientífico Francisco Mora Teruel, “cuando se produce un apagón emocional en el niño, sus consecuencias para la vida en el colegio, para aprender y memorizar, son muy negativas”.



El profesor Mora asegura que “las emociones encienden y mantienen la curiosidad y la atención y con ello el interés por el descubrimiento de todo lo que es nuevo, desde un alimento o un enemigo a cualquier aprendizaje en el aula. Las emociones son la base más importante sobre la que se sustentan todos los procesos de aprendizaje y memoria”. Por eso, a nadie se le escapa que cualquier acontecimiento nuevo asociado a un episodio emocional, bien sea de placer o de dolor, permite un mayor y mejor almacenamiento y evocación de lo sucedido”.

Estudios que lo demuestran

Durante la presentación del IV Informe de la Fundación Botín sobre Educación Emocional y Social se puso de manifiesto que el bienestar es fundamental para adquirir de manera satisfactoria nuevos contenidos, ya que se ha comprobado que los resultados académicos mejoran cuando se trabajan las habilidades sociales, la resolución de conflictos y la gestión de emociones intensas.

Uno de los estudios que ilustran los efectos de la educación emocional y la interacción social de los niños en el colegio es el que se hizo con niños de ocho años que estaban internados en un orfanato en Bucarest, Rumanía. Este estudio contó con dos grupos de niños. Al primero de ellos se le puso en un programa de ayuda emocional intensa (afecto y empatía) y al segundo no. Al estudio se añadió un tercer grupo de niños de la misma edad (no pertenecientes al orfanato) y que seguían sus enseñanzas regladas en un colegio.

Pasado el tiempo del programa de entrenamiento todos los niños realizaron un test muy sencillo consistente en sentarse delante de un panel que contenía dos pequeñas ventanas iluminadas con luz neutra y un botón. La tarea (que se explicó a los niños) consistía en apretar un botón situado en el panel delante de ellos cada vez que la luz de una de las ventanas se encendía de color verde, pero no hacerlo si, paralelamente a la luz verde, se encendía una luz roja en la otra ventanita. Se trata de una tarea que requiere de una atención constante y sostenida y también de ejecutar o inhibir una conducta, funciones básicas para una función ejecutiva (ya que incluyen la atención y el control de impulsos).

Tanto los niños pertenecientes al grupo del orfanato que habían seguido el programa de ayuda, como los niños del grupo de control (escolarizados) mostraron una mejor atención sostenida, cometieron menos errores y utilizaron tiempos más cortos que los segundos, los que no recibieron el programa de ayuda.

Este estudio mostró dos cosas:

* Que los niños privados de afecto presentan déficits en la adquisición normal de funciones ejecutivas (atención sostenida y control de la impulsividad).

*Que una intervención temprana de afecto puede paliar los efectos.


Bibliografía:

Mora Teruel, Francisco. Neuroeducación. Alianza Editorial.

IV Informe sobre educación emocional y social de la Fundación Botín.
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