"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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SANTIAGO ATRIO Y EL REDISEÑO DE LAS AULAS: “¿POR QUÉ EL ALUMNADO DEBE TENER SILLA Y PUPITRE?”

Vicedecano de Ordenación Académica y Desarrollo de las Titulaciones, en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, Santiago Atrio Cerezo comenta en esta entrevista su visión sobre el proceso de rediseñar el aula. Según opina, el mobiliario que se utilice debe estar en consonancia con la metodología que se quiera trabajar. “Es una reflexión didáctica, no estética”, dice.

¿POR QUÉ SURGE LA NECESIDAD DE REDISEÑAR EL AULA?

No surge ahora, y no lo debemos considerar una moda. En su obra Didáctica Magna, Amos Comenius nos indicaba ya en 1630 la necesidad de cuidar los espacios. En palabras del maestro de la pedagogía moderna, “La escuela misma debe ser un lugar agradable, brindando encanto a los ojos por dentro y por fuera”. No nos habla de un ‘espacio’ educativo, nos lo define como ‘lugar’ con todas las connotaciones emocionales que esta palabra encierra. Muchos otros como el pedagogo Malaguzzi (1920-1994) han incidido en la importancia de este aspecto, “espacio-ambiente como el tercer maestro”, decía.

El objetivo ahora es analizar el espacio como un elemento que en sí mismo contribuye al proceso educativo pudiendo ser una influencia positiva o negativa.

¿CÓMO SON ESTAS NUEVAS INSTALACIONES? ¿IMPORTA LA ETAPA EDUCATIVA A LA HORA DE REDISEÑAR ESTOS NUEVOS ESPACIOS?

Reflexionar sobre las ‘nuevas’ instalaciones es un proceso coral. Los técnicos, arquitectos e ingenieros deben pensar en unas instalaciones que cumplan la compleja normativa obligatoria no reduciéndolas sólo a las aulas. Esos diseños más que ‘novedosos’ deben ser fundamentalmente educativos. Para ello, en el análisis debe participar toda la comunidad educativa. Diseñar procesos participativos para analizar espacios que han sido considerados como no formales, tales como zonas comunes de socialización y diálogo, patios, espacios deportivos y/o zonas de juego, es esencial.

La etapa educativa claro que importa, pero más por la escala del individuo que por el proceso de análisis: debemos dejar que el alumnado participe de los procesos de diseño en todas las edades.

¿QUÉ MOBILIARIO SE UTILIZA?

Una pregunta que daría para toda una tesis doctoral. Es un tema complejo pues debemos trabajar con inversiones de los que nos precedieron y las actuales que deben servir para varios cursos académicos.

Primero, debemos preguntarnos sobre el porqué de las soluciones de aula que llevamos adoptando en las clases, zonas comunes, patios,… ¿por qué el alumnado debe tener silla y pupitre? ¿No existen soluciones que integran ambos elementos? Es más, ¿deben estar todos los alumnos sentados durante toda la jornada? ¿Podemos tener cojines, bancos, sillas altas, etcétera? El mobiliario que se utilice debe estar en consonancia con la metodología que se quiera trabajar. Esa reflexión didáctica no es una reflexión estética.

Es un proceso previo que analiza el propio centro educativo y que responde a su propia visión, misión y valores. Es imposible, desde mi punto de vista, modificar formas de trabajar imponiendo espacios de diseño. Al menos eso nos ha pasado con las tecnologías educativas, que, por el mero hecho de estar en las aulas, no han generado un cambio de metodología de trabajo en las mismas.

Por ejemplo, si apreciamos el trabajo en grupo, ¿por qué no utilizar caballetes con tableros de diferentes acabados que puedan apilarse en las paredes? Esos tableros pueden servirnos como paneles informativos o de exposición. De ese modo, el aula podría tener varias configuraciones de trabajo, que podríamos definir con pinturas en el suelo similares a las que tenemos en los campos deportivos.

¿Y MATERIALES? UNO DE ELLOS ES, SIN DUDA, EL VIDRIO…

El vidrio tiene sus riesgos como las posibles distracciones por observar movimientos fuera del aula pero también posibilita situaciones para aprender a respetar el trabajo de los otros.

¿LOS COLORES INFLUYEN?

Claro, resulta evidente. La psicología ambiental lo tiene estudiado pero no le prestamos mucha atención. El color, la climatización, la ventilación, el soleamiento, la acústica, la iluminación y/o los olores influyen en nuestra situación de confort, y todas esas variables deberíamos analizarlas colectivamente para hacer de los espacios educativos lugares educativos.

¿QUÉ REFORMAS ESTRUCTURALES SE DEBEN LLEVAR A CABO?

Las que definan las fases de análisis previas a la intervención arquitectónica. No parece razonable que todas las escuelas sean iguales o que respondan a unos estándares comunes, pues el entorno condiciona la intervención. Debemos confiar en el buen criterio de los arquitectos que tenemos y, si sus propuestas de intervención se fundamentan en análisis pedagógicos, esas reformas cobrarán sentido educativo y no sólo estético.

¿CÓMO SE REDISEÑAN NUEVOS ESPACIOS PARA CAMBIAR EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE? PARA TRABAJAR EN EQUIPO, DE FORMA INDIVIDUAL, PARA INTERCAMBIAR OPINIONES, PARA INVESTIGAR, PARA LA LECTURA…

Los espacios deben ser multiusos. Insisto en no pensar sólo en la clase tradicional sino en el conjunto de los espacios del centro educativo y también del entorno tales como plazas, parques o zonas de juego próximas.

Considero que esos espacios deben poder adecuarse básicamente a tres situaciones: procesos de aprendizaje individual o en grupo, procesos democráticos de discusión y debate y procesos de investigación. Es más, los reducidos espacios que disponemos dadas las ratio actuales deben multiplicar sus posibilidades de uso.

VENTAJAS DE CAMBIAR EL ESPACIO FÍSICO Y DIFICULTADES A LAS QUE SE ENFRENTAN LOS CENTROS.

Siempre hablamos de la resistencia al cambio. Es complejo gestionar el vértigo que produce la novedad. Perder el control del grupo, ser mal visto por parte de las direcciones del centro al generar un ambiente de clase diferente al tradicional genera incertidumbre en el profesorado y también entre los alumnos.

Pero aparte de estos análisis manidos creo que la principal dificultad es entender el cambio del espacio como un continuo y no como un proceso temporal limitado. No podemos pensar en el cambio de espacios educativos como de una mera reforma. El propio trabajo en el espacio es educativo y las diferentes generaciones que pasen por el centro deben reflexionar sobre estos procesos y disfrutar de ellos. Si seguimos pensando que los espacios educativos deben reformarse cada cierto tiempo seguiremos pensando en obras decorativas, estéticas y no educativas.

¿CÓMO AFECTA ESTE CAMBIO A ALUMNOS Y PROFESORES? ¿CUÁLES SON LOS RESULTADOS?

Pues deberíamos preguntarles a ellos. Los hay enfadados por haber perdido sus zonas de intimidad y confort. Los hay ilusionados por ver intervenciones en instalaciones trasnochadas. Y si además existe un grupo que valora el proceso de reforma como un interesante proceso educativo, el resultado será excelente y configurará una forma de hacer escuela, ‘nuestra’ escuela.
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EDUCAR EN EL S.XXI. 10 CHARLAS TED PARA REVOLUCIONAR EL TRABAJO EN EL AULA

¿Conoces las charlas TED? Son charlas cortas, de aproximadamente 20 minutos, en las que grandes expertos en sus áreas exponen de una manera directa y divertida conceptos y experiencias que, seguro, conseguirán emocionarte y engancharte.

Algunas de las charlas TED más visionadas son las relacionadas con el mundo de la Educación. Te proponemos las que, a nuestro parecer, son las 10 mejores charlas TED sobre educación. ¡Esperamos que te gusten!





USEMOS EL VÍDEO PARA REINVENTAR LA EDUCACIÓN

Ponente: Salman Khan

En este vídeo Salman Khan habla de cómo y por qué creó la Khan Academy, una serie cuidadosamente estructurada de videos educativos que ofrecen currículos completos en matemáticas y, ahora, otros temas.Demuestra el poder de los ejercicios interactivos y pide a los maestros que consideren la posibilidad de cambiar el guión tradicional del aula: ofrecer a los alumnos acceso a videoconferencias para ver en casa, para posteriormente trabajar en el aula con el maestro, que será un guía siempre disponible para ayudar.




CONSTRUIR LA ESCUELA EN LA NUBE

Ponente: Sugatra Mitra

Sugatra Mitra nos habla sobre cómo diseñar la Escuela en la Nube, partiendo de su propia experiencia en la India, donde desarrolló un laboratorio en el que los niños pueden explorar y aprender unos de otros usando recursos y conectando con docentes a través de medios digitales. Gracias a esta experiencia, se comenzó a hablar de los entornos de aprendizaje autoorganizados.




EL PODER DE LA PASIÓN Y LA PERSEVERANCIA

Ponente: Angela Lee Duckworth

Angela Lee Duckworth nos cuenta su propia experiencia: de cómo dejó su trabajo en una consultoría para aceptar un trabajo como docente de alumnos de 7º curso en una escuela pública en Nueva York. No pasó mucho tiempo para que se diera cuenta de que el cociente intelectual no era el único factor que influye en el éxito de los alumnos, y que aquellos que luchan por conseguir un objetivo y que lo hacen con pasión, conseguían obtener excelentes resultados académicos.




ENSEÑEMOS A LOS NIÑOS A EMPRENDER

Ponente: Cameron Herold

Cameron Herold nos habla de cómo muchos niños se aburren en la escuela y, en ocasiones, no consiguen integrarse en su grupo de compañeros. El cambio metodológico que necesita la escuela para ayudar a estos niños es potenciar su creatividad, ayudarles a aprender de los fracasos y a no dejar nunca de intentar buscar el éxito en aquello que les apasione.




¿CÓMO REPARAR UNA ESCUELA QUE NO FUNCIONA?

Ponente: Linda Cliatt-Wayman

El día que Linda Cliatt-Wayman aceptó el cargo de directora en una escuela de Secundaria en un barrio conflictivo de Filadelfía, su primera intención fue establecer un sistema basado en normás rígidas para conseguir controlar a los alumnos más conflictivos. Cuando observó que este método no funcionaba, apostó por un modelo radicalmente diferente: basar el trabajo de la dirección del centro en la comprensión hacia sus alumnos, involucrando en este cambio a los propios alumnos y a sus familiares, para conseguir, en solo un año, que esta escuela se convirtiera en un referente para toda la comunidad.




REIMAGINANDO LAS AULAS: LOS MAESTROS COMO ESTUDIANTES Y LOS ESTUDIANTES COMO LÍDERES

Ponente: Kayla Delzer

¿Tiene sentido que, en una sociedad que ha avanzado tanto en las últimas décadas, las aulas tengan el mismo aspecto que a mediados del S.XX? Kayla Delzer, maestra de segundo curso, nos habla de cómo revitalizar el trabajo en el aula para transformarla en un espacio en el que los alumnos tienen el poder de liderar su propio aprendizaje.




PREPARA A TUS ALUMNOS PARA LA VIDA, NO PARA RESPONDER A TEST ESTANDARIZADOS

Ponente: Ted Dintersmith

Ted Dintersmith nos habla del enorme potencial creativo de los niños, y de cómo la escuela debe potenciar sus capacidades innovadoras y creativas, en vez de prepararles para aprobar exámenes basados en preguntas estandarizadas que no les motivan ni les ayudan a desarrollarse en la sociedad del S.XXI.




¿CÓMO DEBERÍA SER LA ESCUELA EN EDUCACIÓN INFANTIL?

Ponente: Doris Fromberg

Doris Fromberg nos habla de la idea pesistente en la sociedad de que los niños, aún a edades muy tempranas, tienen que empezar a adquirir destrezas y habilidades para las que todavía no están preparados, y de cómo la escuela empieza ya en esos momentos a matar su creatividad y su instinto natural para aprender gracias a la curiosidad.




PROFESORES QUE DEJAN MARCA

Ponente: Oscar Ghillione

¿Qué características tiene que cumplir un profesor para influir de manera decisiva en la vida de sus alumnos? Oscar Ghillione nos habla de las características de los mejores docentes, aquellos que te hacen pensar y que te ayudan a obtener respuesta a las preguntas que te planteas, docentes que, sin darte cuenta, forman parte para siempre de tu vida.




ACTUALICEMOS EL CONCEPTO DE EDUCACIÓN Y REINICIEMOS LA ESCUELA

Ponente: Gustavo de Elorza

¿Por qué sucenden cosas más interesantes fuera de la escuela que dentro de ella? La escuela debe dar el paso para convertirse en un centro dinámico, que prepare para el futuro de los alumnos, y en el que se enseñe a pensar críticamente a los alumnos.

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CÓMO CONSEGUIR QUE TODOS TUS ALUMNOS PARTICIPEN EN CLASE

Un artículo de David Soria, maestro bilingüe y formador de profesores, creador de www.teachingsolutions.es , un proyecto que busca mejorar la formación del profesorado mediante cursos de aplicación práctica en el aula.

A menudo oigo quejas de compañeros docentes refiriéndose a sus alumnos. Utilizan expresiones como “nada les motiva”, “siempre participan los mismos”, “no se escuchan entre ellos”… ¿Has sentido esto en tus clases alguna vez? Entonces, este artículo te interesa, y mucho. Hoy trataremos una de las técnicas docentes más eficaces para conseguir que todos los alumnos participen en la clase en todo momento. Una técnica utilizada por profesores con éxito en sus carreras: A Puerta Fría.


Cuando preguntamos a los alumnos en clase para repasar conceptos ya aprendidos, o para comenzar una lección a partir de lo que los alumnos ya saben, tenemos que tomar decisiones muy rápidas para gestionar quién y cuándo participa. ¿A quién pregunto? Si pregunto a Lucía, dará la respuesta que estoy buscando para desatascar la situación incómoda que se está creando. Si pregunto a Pablo, es probable que no sepa la respuesta, pero necesito que participe como los demás. Si pido voluntarios, sólo unos cuantos alumnos que avanzan más rápido que el resto contestarán. Si no lo hago y elijo a alguien que no conoce la respuesta, parecerá que le pregunté para pillarle, nada más lejos de mi intención, necesito tener una buena relación con ese alumno en concreto… ¿Hay alguna forma de acertar? La respuesta es SÍ. Te explicamos cómo.

La idea es sencilla. Necesitas un sistema en el que cualquier alumno sienta que se le va a preguntar, independientemente de que levante la mano para participar o no. Un sistema en el que la pregunta no va dirigida a un alumno en particular sino a todos y cada uno de los alumnos de tu clase. Un sistema en el que todos tienen que pensar una respuesta porque existe la posibilidad de que tengan que participar activamente. En definitiva, un sistema que deja claro que tienes expectativas positivas de todos tus alumnos. A ese sistema lo llamamos “A Puerta Fría”.

¿CÓMO FUNCIONA LA TÉCNICA A PUERTA FRÍA?

Para que todos los alumnos sientan que cuentas con su participación, lo primero que tienes que hacer es preguntarles independientemente de si han levantado la mano para participar o no. Este es el proceso a seguir cada vez que haces una pregunta:

1- Formulas una pregunta a toda la clase.

2 - Dejas pasar un par de segundos.

3 - Sólo entonces eliges a quien debe contestar, tanto si había levantado la mano como si no.

4 - Puedes utilizar un sistema para elegir nombres al azar. Hay aplicaciones informáticas que te ayudan en este sentido. Si prefieres un sistema más tradicional, puedes escribir los nombres de todos los alumnos de la clase en palos de polo e ir sacándolos.

¿QUÉ BENEFICIOS APORTA ESTA TÉCNICA A TU CLASE?

1 - Con la técnica A puerta fría puedes comprobar si cualquier alumno de la clase te sigue en cualquier momento. Si utilizas esta técnica con regularidad, será percibida como algo normal por los alumnos. Crearás una cultura de esfuerzo y responsabilidad que hará que disfrutes de tu labor docente.

2 - Con la técnica A puerta fría no tienes que perder tiempo buscando manos de alumnos que quieren participar. No tienes que preguntarte si aquellos que eligen no participar lo hacen por falta de conocimiento, motivación, presión de los compañeros o cualquier otra razón. Simplemente, el no participar no es una opción cuando utilizas esta técnica sistemáticamente. Veamos un ejemplo común en las aulas:

* Profesor: ¿Puede alguien decirme qué se perseguía conseguir con los tratados de Roma de 1941? Estoy viendo las mismas 4 manos todo el rato. ¿alguien más se anima? Desde el punto de vista del alumno la situación no invita a la participación. Si las mismas 4 personas son las que participan, será que la pregunta es especialmente difícil, así que, incluso si cree saber la respuesta, lo lógico y prudente es que se la reserve para sí mismo y compruebe más tarde si estaba en lo cierto o no. Eso en el mejor de los casos.Desde el punto de vista del profesor, esta escena es una pérdida de tiempo y además es una situación frustrante. Hace que se rompa el ritmo de la clase, con lo cual, más alumnos desconectarán de la explicación.

3 - Con la técnica A puerta fría conseguirás que tus alumnos se esfuercen en sus tareas de clase. Les estás dejando claro que te importa su opinión y lo que saben. Una vez terminen su trabajo serán expuestos a compartir lo que han hecho con el resto, tanto si se han esforzado como si no.

4 - La técnica A puerta fría hace que alumnos tímidos se sientan más seguros. Para quien no haya utilizado esta técnica, puede parecer algo estresante. Al fin y al cabo, cualquier alumno tiene que estar alerta en todo momento. Sin embargo, no es así, al menos si se implementa de forma eficaz. Esta técnica es una forma de dar seguridad a aquellos alumnos que quieren participar pero que son demasiado tímidos para hacerlo. Les da seguridad el saber que su profesor cuenta con ellos aunque la mano de Lucía se levante en todas las preguntas. Es una forma de hacerles entender que todos los alumnos tienen la oportunidad de brillar en tu clase.

5 - La técnica A puerta fría es quizás la que más cambia la cultura de una aula. Mejora la gestión del aula en todos sus aspectos y consigue la participación de todos tus alumnos. Una vez los alumnos interiorizan la idea de que se les puede llamar en cualquier momento, tienden a esforzarse más para no descolgarse de la mayoría de la clase. De la misma forma, como docente, esta técnica te permite medir si tus alumnos te siguen en todo momento. Es fácil pensar que la clase te sigue sin problemas a partir de la respuestas de los alumnos que levantan la mano. Esta forma de actuar te pasa factura cuando llega la hora de una evaluación formal y descubres que sólo unos cuantos alumnos se han enterado de lo trabajado en clase.

¿CÓMO IMPLEMENTAR LA TÉCNICA A PUERTA FRÍA PARA QUE FUNCIONE BIEN?

* Crea un hábito. Para que esta técnica funcione bien, hay que entender que es una medida preventiva ante las distracciones. Mantiene a los alumnos en guardia e interesados en los contenidos planteados en todo momento. Si tus alumnos ya se han distraído, la técnica funcionará mucho peor. Es muy importante que no entiendas esta técnica como una forma de disciplinar a tus alumnos, sino como una forma de conseguir su atención e implicación. Si haces que tus alumnos se acostumbren a esta técnica, responderán anticipándose a las preguntas. Si sólo implementas la técnica de vez en cuando, parecerá que vas a “pillar” a tus alumnos.

* Céntrate en el sistema, no en las personas. Llama a todos los alumnos sin distinción. Puedes tener un sistema en el que llamas a tus alumnos al azar. También puedes guiarte por tu instinto, pero no pierdas tiempo en pensar quién debería contestar, sino más bien en que todos los alumnos contesten en su cabeza.

* Mantén una actitud positiva. Incluso aquellos alumnos que no suelen contestar a tus preguntas, se ven forzados a responder. Por tanto, es muy importante que des refuerzo positivo a todo aquel que participa. La idea es que los alumnos respondan correctamente, no que aprendan una lección a base de equivocarse. De hecho, si se equivocan, el que aprendes eres tú como docente, pues tendrás que revisar cómo estás explicando el contenido y por qué algunos alumnos no te siguen.

* Aumenta la dificultad poco a poco. Puedes comenzar con una pregunta sencilla y subir la dificultad de las preguntas poco a poco. Una forma eficaz de practicar esta técnica es a base de formular una serie de preguntas muy seguidas que aumentan su dificultad, de manera que los alumnos se sienten retados intelectualmente por cada nueva pregunta.

La técnica A puerta fría es posiblemente la técnica más eficaz para cambiar la cultura del aula. Se cambia desde una dinámica en la que sólo algunos alumnos participan a otra dinámica completamente distinta en la que, en primer lugar, todos los alumnos participan y en segundo lugar, las expectativas de participación son altas para todos los alumnos. Pruébalo en tu clase, notarás un cambio enorme, a mejor, desde el primer día.
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William Criado

ASÍ SE ENSEÑA EN EL AULA DEL FUTURO

Dos educadoras reúnen en un libro las formas de aprender que están sustituyendo a la clase magistral. Cada vez más docentes y familias apuestan por innovaciones ante la "desmotivación" de los alumnos.

La escuela está cambiando. El modelo de tarima, pizarra y papel, con los alumnos dispuestos en fila escuchando en silencio lo que dice el profesor, está dando paso a un aula un tanto caótica y llena de cachivaches tecnológicos en la que los críos participan todo el rato. El vídeo, la realidad virtual y los juegos digitales son los nuevos libros de texto y Twitter, la nueva sala de profesores. La clase magistral está siendo reemplazada por el design thinking, la flipped classroom y otros métodos en los que el estudiante aprende a su ritmo.

Si usted tiene hijos en edad escolar y no sabe qué son las inteligencias múltiples, las learning analytics o el WallChart, corre el riesgo de quedarse un poco marginado durante este curso que hoy comienza en cuatro comunidades autónomas. Dos profesoras, Olga Casanova y Lourdes Bazarra, han escrito una guía donde explican en qué consisten estas formas de enseñanza. El libro, que se presenta hoy en Madrid, se llama La escuela ya no es un lugar.

¿Y entonces qué es? «Estamos asistiendo a la desaparición de la escuela tal y como la entendíamos hasta ahora, estándar y homogénea. Vamos a una escuela expandida y abierta, sin costuras y a lo ancho de toda la vida, donde el edificio es su parte más pequeña y en la que conviven lo real y lo virtual. Ya no abre de 9.00 a 17.00, sino las 24 horas», explican estas educadoras, que organizan proyectos de formación para profesores, padres y directores.

Casanova y Bazarra pertenecen a un creciente grupo de docentes que propugnan la llegada de un «big bang educativo» como consecuencia de «la desmotivación y desinterés» que actualmente muestran muchos alumnos españoles. Hablan del «fracaso que expresa la ineficacia de un sistema basado en la clase magistral y en la repetición de conceptos que no quedan fijados» y de «un mundo laboral en el que muchas de las titulaciones que se necesitan no son resueltas por el sistema educativo». Lo que existe ahora no funciona, argumentan. Así que hay que darle la vuelta con la «revolución educativa».

¿QUÉ ES LA "REVOLUCIÓN EDUCATIVA"?

«El mundo ha cambiado y parece como si la escuela fuera el único lugar que siguiera haciendo las cosas de la misma forma», sostienen. «La crisis económica ha hecho que, igual que nos estamos replanteando el mundo que nos rodea, también nos replanteemos la escuela: qué aprender, cómo, para qué. Esta transformación educativa se ha universalizado gracias a las redes. Hay un claustro universal».

Cada vez hay más profesores entregados a la causa de la Escuela 4.0 o esa Nueva Educación que tiene como cara más visible a César Bona, el maestro zaragozano que fue candidato al premio Nobel de los profesores. Pero las familias también se están implicando en este «movimiento de transformación».

«Los propios padres, cuando deciden dónde matricular a sus hijos, empiezan a preguntarnos por cosas que hubieran sido impensables hace 10 años: ¿trabajan de manera cooperativa? ¿desarrollan proyectos? Ya no somos nosotros los que iniciamos la conversación, son ellos los que primero quieren saber qué viaje propondremos a su hijo», expresan Casanova y Bazarra.

La comunidad de «transformadores educativos» se ha extendido por España, con ejemplos como el Colegio Montserrat de Barcelona, el Padre Piquer de Madrid o el Amara Berri de San Sebastián. Las autoras aseguran que en los centros concertados y privados se están poniendo en marcha métodos innovadores «en un porcentaje muy elevado», sobre todo en Infantil, pero también en Primaria. La cosa no cuaja demasiado en la ESO y en el Bachillerato, donde las pruebas para acceder a la universidad obligan a los profesores a impartir un currículum muy cerrado.

MÁS EN LA PRIVADA QUE EN LA PÚBLICA

Estas metodologías tampoco se han generalizado en la escuela pública. ¿Por qué? «La estructura de los institutos suele tener como unidad máxima el aula, en lugar de una visión vertical y de equipo. En la concertada y en la privada se innova más porque los equipos directivos han pasado de simplemente gestionar a diseñar un modelo que posibilita la innovación. También ayuda la estabilidad de los equipos».

¿Y qué pasa con los resultados? ¿Está mejorando el rendimiento de los alumnos? Los profesores que aplican estos métodos en sus clases responden que sí, que «han aumentado la motivación y el interés», y «se han reducido los conflictos».

Pero Francisco López Rupérez, ex consejero de Educación ante la OCDE y ante la Unesco y ex presidente del Consejo de Estado, advierte de que «la mayor parte de estas innovaciones no está siendo evaluada y, si no estamos seguros de que funcionan, el alcance será limitado».

«Lo que tenemos que intentar es que de las innovaciones se beneficien todos. Es tal el entusiasmo que pone el profesor cuando promueve una innovación que esa trasferencia produce efectos. Otra cosa es cuando eso se pretenda generalizar y los profesores no tengan ese nivel de vinculación emocional con la innovación. De ahí la importancia de cerciorsarse de un modo objetivo sobre los efectos», apunta.

LOS MÉTODOS QUE REVOLUCIONAN LA ESCUELA

En esta escuela del futuro, los directores se autodenominan «arquitectos educativos», los profesores trabajan como «diseñadores» u «orientadores», los tutores se llaman «coaches de aprendizaje» y los alumnos son «aprendices». La mayoría de estos métodos no son nuevos (muchos surgieron en los 70), pero es ahora cuando viven su mayor eclosión:

LA CLASE MAGISTRAL. Es la clase de toda la vida, en la que se da lo mismo a la vez a todos los alumnos. Está perdiendo adeptos.

APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS. Según Casanova y Bazarra, es el método más «completo y versátil» y «permite integrar de manera natural a los demás». Consiste en desarrollar un proyecto que dé solución a un problema real y complejo a través de varias asignaturas. Por ejemplo, tras el terremoto de Italia, proponen a los alumnos de Bachillerato que, combinando Matemáticas, Física, Geología, Arte y Tecnología, diseñen una propuesta de construcción ética, sostenible y viable en una zona con esas placas tectónicas para que no se repita lo ocurrido.

GAMIFICACIÓN. Es el uso de mecánicas de juego para desarrollar habilidades de aprendizaje. Surge con el auge de los videojuegos y sigue su mismo esquema: hay retos, avatares y distintas fases y niveles.

'FLIPPED CLASSROOM'. La inventaron hace ocho años dos profesores de EEUU, que se pusieron a grabar las clases y distribuir los vídeos entre los alumnos. El aula se dio la vuelta: las tareas que antes se hacían en casa se hacen en el colegio, mediante trabajo en equipo; las lecciones que antes se escuchaban en el aula las siguen ahora los alumnos con la ayuda del ordenador. Así pueden rebobinar la clase.

'DESIGN THINKING'. Surge en los 70 en la Universidad de Stanford. Se trata de un proceso de trabajo en el que el alumno piensa como un diseñador para seguir distintos pasos: empatizar, definir el problema, idear, prototipar, aplicar y evaluar. Puede utilizar WallChart, una técnica en la que se ponen palabras o ideas en cartulinas de colores que se pegan en una pared agrupadas de distintas maneras.

APRENDIZAJE SERVICIO ('DESIGN FOR CHANGE'). Así aprenden en el instituto de Sils (Gerona), donde los alumnos intervienen y se comprometen con su entorno acudiendo de forma habitual al geriátrico del municipio. Se adquiere «un proceso de adquisición de conocimientos y competencias para la vida», a la vez que se presta «un servicio para aprender a colaborar en un marco de reciprocidad y desarrollando sentido social», según Casanova y Bazarra.

APRENDIZAJE COOPERATIVO. Tiene más de cinco siglos de vida. Es «el uso instructivo de grupos pequeños para que los estudiantes trabajen juntos y aprovechen al máximo el aprendizaje propio entre sí», según Johnson & Johnson. Un ejemplo: un alumno lee un párrafo, el segundo resume la información y el tercero y el cuarto lo corrigen y validan.

APRENDIZAJE BASADO EN PROBLEMAS. En los años 60, las facultades de Medicina de EEUU y Canadá desarrollaron un método de aprendizaje que hiciera capaces a los alumnos de resolver problemas no estructurados, como son los síntomas médicos, explican las autoras de La escuela ya no es un lugar. Se parte siempre de un caso de estudio que los alumnos tienen que resolver. Los problemas deben ser abiertos y poco claros y deben confluir conocimientos de varias asignaturas.
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RESUMEN

CLAVES PARA IDEAR UN AULA CREATIVA Y FOMENTAR LA PARTICIPACIÓN

Un artículo de Alba Alonso Feijoo, educadora vocacional, docente en la escuela pública y doctoranda en la Universidad de Vigo.

Cada día, con cada comentario como el que suscribe nuestro amigo El Principito vamos apagando la creatividad innata que posee nuestro alumnado. La infancia llega al colegio con ganas de aprender, de crear, de compartir, de comerse el mundo. Y lo único que les enseñamos es a obedecer, atender, escuchar, callar, repetir, memorizar, y vomitar contenidos. No importa que no los entiendan, no importa que no sean significativos para ellos en particular. Solo se evalúa que los hayan aprendido de memoria y soltado en la correspondiente prueba de evaluación.


El mundo de hoy en día en poco se parece ya al del siglo pasado. Los últimos 25 años hemos vivido cambios increíbles en la historia, y el ritmo de avance es cada vez más y más acusado. Esto viene a decirnos que en menos de una década las comunicaciones serán totalmente diferentes, al igual que nuestras necesidades. Los puestos de trabajo no solo no tendrán nada que ver con los actuales, sino que serán variados, múltiples, y delimitados en el tiempo.

Si podemos intuir e incluso llegar a entender esto ¿por qué lo que hacemos en la escuela es seguir preparando empleados de fábricas para que asuman roles, acaten órdenes y las ejecuten sin sublevarse de manera alguna, ni aportar nada nuevo? Una de las competencias fundamentales en ese desconocido futuro es la creatividad, y es evidente que la escuela no está apostando lo suficiente por ella.

Desde aquí os invito a probar distintas prácticas que podemos llevar a cabo desde nuestro centro educativo. Pero antes de nada, hemos de cumplir con dos premisas fundamentales:

-No tener miedo al cambio o a equivocarse.

-No esperar un camino de rosas, ni resultados inmediatos.

Una vez desterrado el miedo de nuestro día a día, seremos capaces de ir introduciendo de manera paulatina diversas prácticas que nos ayudarán a generar un ambiente de creatividad sano y productivo. Os expondré algunas de las posibilidades fácilmente desarrollables en el centro y/o aula:

Espacios en la escuela:

Puede que trabajes en un edificio de lo más moderno, pero tal vez sigas en una “vieja escuela”, esa donde las clases solo se imparten en aulas cerradas con mesas, sillas, pizarra… ¿Por qué no le damos una vuelta a este concepto?

Usemos otros espacios

Pero no solo otras aulas (Tic, Inglés…) sino espacios abiertos, espacios habitualmente “muertos” como el pasillo, las escaleras, el patio, el parque… Hay centros con grandes espacios comunes sin usar, ¿por qué no integrarlos en la enseñanza? No tengamos miedo al ruido y al descontrol en ciertos momentos. Si los niños y niñas están siendo creativos, probablemente no estarán calladitos, sentados y mirando hacia adelante.

Horarios:

Los horarios nos ayudan a organizarnos, pero también nos limitan en muchas ocasiones. ¿Por qué cortar ese debate tan interesante simplemente porque “toca” matemáticas? Seamos más flexibles, sobre todo en aquellos cursos en los que hay una única tutora o tutor.

Asignaturas:

Ya hay escuelas donde las asignaturas han desaparecido para dar paso al trabajo por proyectos. Por poner un ejemplo, si notamos que hay mucha obesidad en el aula, ese curso escolar podríamos trabajar la nutrición y el ejercicio físico como “asignaturas”. A partir de estas temáticas los contenidos de lengua, matemáticas o ciencias fluirían libremente.

Espacios en las aulas:

Sería genial entrar de vez en cuando en un aula sin mesas y sillas. Un aula con puffs, cojines, alfombras de juego, con diferentes esquinas temáticas, donde una pared fuera de pintura pizarra para que se expresasen como quisieran…

Asambleas:

¿Por qué solo en infantil? Parece que no tenemos tiempo ni interés para escuchar lo que tiene que decir nuestro alumnado: sus preocupaciones, sus desvelos, sus alegrías. No solo es un tiempo maravilloso y nada “perdido” para trabajar la empatía, sino que el hablar en público de manera frecuente mejorará su oratoria, su capacidad de debate y su sentido crítico.

Clubs:

Esto es algo que se lleva mucho en otros países pero nunca se ha valorado en el nuestro. Clubs en los que les encantaría participar, organizados por el propio alumnado, donde poder expresarse y disfrutar de esos mundos que le apasionan; sea el club de ciencias, de robótica, o el de peluquería.

Participación alumnado:

Debería de haber muchos más órganos donde pudieran aportar sus ideas, sus proyectos, sus mejoras, sus propuestas. Sus mentes creativas serían el motor de la “nueva escuela”.

Podríamos seguir enumerando muchos otros puntos, pues existen una gran cantidad de herramientas para llevar la creatividad al aula, pero empecemos por las más sencillas y ¡conseguiremos un mundo más creativo!
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CUATRO CUADRANTES

¿CÓMO ES ENSEÑAR EN UN AULA QUE INCLUYE A NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN?

Ayer recordamos el Día Internacional del Síndrome de Down, creado por la Organización de Naciones Unidas el año 2011, con el objetivo de aumentar la conciencia pública sobre este tema y visibilizar el desafío de continuar trabajando por la inclusión de todas las personas con este síndrome.

En Chile, muchas de nuestras escuelas se han unido a este desafío, y actualmente cientos de niños y niñas con este diagnóstico asisten a salas de clase “tradicionales”, donde son un integrante más del curso. En ellas buscan, como todos sus compañeros, desarrollarse de manera integral: a nivel social, emocional y, por sobre todo, a nivel cognitivo. Esto supone también una gran experiencia sus familias y para las comunidades educativas, quienes con esfuerzo y mucho cariño, día a día asumen el desafío de educar a distintos estudiantes con necesidades educativas especiales.

¿Cómo enfrenta este desafío un profesor?, ¿cómo es vivido por el curso? Los invitamos a conocer de cerca la experiencia de enseñar en un aula que incluye a estudiantes con este diagnóstico a través del caso de la profesora de Educación General Básica Paulina Monsalve, del Colegio José María Caro de La Pintana. Como profesora de primero básico, Paulina trabajó durante 4 años con alumnas con Síndrome de Down. Hoy ambas ya no están en su sala, pues pasaron al siguiente curso; sin embargo, la experiencia de trabajar con ellas marcó y desafió a Paulina profundamente, por lo que quiso compartirnos su experiencia a través de esta entrevista:

¿Cuál ha sido tu experiencia como profesora en una aula que integra a alumnas con Síndrome de Down?

“He trabajado ya cuatro años con alumnas diagnosticadas con este síndrome; dos años con Anaís y, posteriormente, dos años con Sofía. En general, debo decir que aprendí mucho de ellas. Fue un trabajo arduo de un gran equipo multidisciplinario, pero lo más importante -y aunque suene cliché- fue ganarse la confianza y el cariño de las alumnas. Gracias a eso, lo académico se facilitó bastante”.

¿Qué preparación previa tuviste para poder trabajar con ellas?

“La verdad es que no hubo mucha preparación previa; no tenía un postítulo en educación especial o algún curso que me preparará de manera especial para trabajar con niños con Síndrome de Down, pero cuando supe que tendría alumnas con estas características empecé a leer, estudiar por mi cuenta, además de pedir ayuda a mis colegas de ANEE (Departamento de Atención de Necesidades Educativas Especiales del Colegio José María Caro). El trabajo con las especialistas y principalmente con Karen Cocio, educadora diferencial, fue vital y enriquecedor. Ellas guiaron cada uno de mis trabajos con las alumnas, ¡formamos un gran equipo! En el caso de mi trabajo con Sofía, fui contactada por una agrupación llamada Edudown, ya que ella asiste algunos talleres ahí. Esta institución me brindó también mucho apoyo, respondió mis dudas y me invitaron a charlas que me ayudaron muchísimo para poder trabajar de mejor manera con mi alumna”.

¿Qué metodología se ocupa para desarrollar habilidades básicas como leer, escribir, calcular con niños con este diagnóstico?

“Ocupé el método global, tanto en lenguaje como en matemática, adecuando los mismos contenidos del curso para ellas. Las pruebas generalmente eran orales, debido a sus dificultades para escribir. Para esto contaba con una técnico en educación parvularia que me apoyaba bastante en este proceso. A su vez, el departamento de ANEE confeccionó un plan de trabajo en base a metas, del que tomaron conocimiento ambas apoderadas, para que ellas también pudieran participar y apoyar el proceso; pero en general, todo se hacia en la sala de clases con el resto del curso: pruebas dictados, lectura, rutinas, etc. Lo bueno es que los otros niños sabían de la condición de sus compañeras, y por tanto les resulta normal que ellas tuvieran ciertas adecuaciones en las actividades que realizaban, que eran las mismas que el resto del grupo, en los mismos horarios”.

¿Las alumnas finalmente, lograron aprender a leer y a escribir?

“En ellas el proceso de lecto-escritura es mucho más lento, pero a fines de su segundo año en primero básico, lograron aprender a leer”.

A la luz de tu experiencia, ¿qué es lo que se necesita para poder incluir a más estudiantes con este diagnóstico en las aulas “tradicionales”?; ¿Cuál fue la principal dificultad o desafío a vencer?

“Se necesitan ganas, eso; sólo ganas. ¿Es fácil? No. No lo es, porque son niños que requieren construir una relación de confianza muy fuerte, y en términos prácticos implica tener que planificar y preparar materiales dos veces: para ellos y para el resto del curso. La extensión horaria del sistema “tradicional” tampoco favorece, pues son jornadas muy largas; no pensadas para ellos. Y sí, es cierto que todo esto demanda un trabajo enorme, pero se consiguen resultados increíbles. Tienes que estar dispuesto a estudiar y a adecuar cada cosa que hagas, para que no sientan que se hace una discriminación ni positiva ni negativa; y claro, también necesitas el contar con una familia que te siga el ritmo y confíe en lo que tu haces, eso es fundamental”.

¿Cuál es el impacto que tiene para un alumno con Síndrome de Down haberse desarrollado en un aula “tradicional”?

“Es difícil verlo en un curso tan pequeño; sin embargo, pienso que tienen un impacto positivo no sólo en los niños y niñas con este diagnóstico, sino también en sus familias, debido a que se les quita la etiqueta de “pobrecitos”, de que no pueden aprender y de que sólo vienen a compartir y reforzar habilidades sociales. En lo personal, me ayudó mucho ver casos de familias españolas de niños con este síndrome, que luego de ir a la escuela iban a universidades o tenían trabajos como cualquier otra persona. Está comprobadísimo que aprenden, más lento, pero aprenden”.

¿Y el impacto en el resto de sus compañeros?

“Sólo rescato cosas positivas, especialmente en la relación que se dio entre ellos. Sus compañeros las aman, las cuidan y las defienden, y también, como a cualquier otro compañero en un primero básico, las acusaban si se mandaban embarradas. Para los niños no había diferencias”.

¿Trabajarías de nuevo con alumnos con Síndrome de Down?

“Sí, lo haría de nuevo. Es un gran desafío, pero como lo es con cada niño, con o sin necesidades educativas especiales. Cada uno es un mundo. Ganarse la confianza de ellos, su cariño y el de su familia, es clave. Luego de haber vivido esta experiencia, me encantaría poder estudiar formalmente para poder trabajar con niños con este diagnostico de manera mucho más profesional”.

La experiencia de esta profesora nos muestra cuán desafiante es esta experiencia, que requiere de la motivación y perseverancia de un docente, pero el apoyo y trabajo en equipo de toda una comunidad. Y tú ¿conoces algún caso de inclusión en la escuela que quieras compartirnos?
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UN AULA EN CONDICIONES ÓPTIMAS MEJORA HASTA UN 25% EL RENDIMIENTO DE LOS ALUMNOS

Un estudio de la universidad británica de Salford considera claves la iluminación, el mobiliario y los espacios entre clases. La implantación de nuevos métodos pedagógicos obliga a los colegios a transformar también las salas poco polivalentes.

Con el avance de la nueva escuela y la implantación de nuevos métodos pedagógicos en colegios e institutos, las aulas catalanas han empezado a eliminar filas de pupitres, tarimas y encerados. Desaparecen, poco a poco, las pizarras, la mesa para uso exclusivo del profesor y aquellos ordenadores situados al fondo de la clase. Para acabar con las poco polivalentes aulas actuales, el siguiente paso deberá ser la modificación de la iluminación, de los colores de las paredes, de los sistemas de climatización y hasta del número de enchufes por aula. Así lo constatan pedagogos y arquitectos, que subrayan que cada vez existen más evidencias científicas del efecto positivo que tiene la calidad del entorno educativo sobre los alumnos. Una de las investigaciones más recientes –y más exhaustivas también- es la que ha realizado la universidad británica de Salford, que ha concluido que unas buenas condiciones ambientales en el aula pueden mejorar en hasta un 25% el rendimiento escolar de los jóvenes.

Los investigadores han comprobado, tras analizar el comportamiento y los resultados de casi un millar de alumnos distribuidos en 34 aulas distintas de siete colegios del condado inglés de Blackpool, que “el color y la iluminación que predomina en la clase, la amplitud del espacio, un mobiliario cómodo y adaptado al aprendizaje, la existencia de zonas variadas donde desarrollar actividades pedagógicas y los espacios de conexión entre aula y aula (pasillos, puntos de encuentro) conforman el entorno de progreso más positivo”.

CALIDAD DEL AIRE

Otros factores, con menos relevancia en los resultados educativos son la sonorización (tanto el ruido exterior como la sonoridad interior), la temperatura ambiental, la calidad del aire y lo que los autores del estudio denominan textura (las vistas o paisajes que rodean el colegio y la calidad del patio), que se consideran elementos “de impacto general e universal para cualquier actividad humana”.

“Que un alumno pueda mejorar su rendimiento en un 25% solo introduciendo en las escuelas los elementos citados en esa investigación significa que, por ejemplo en el caso de la ESO, se podría incluso reducir un año la duración de esta etapa de cuatro cursos”, destaca Xavier Aragay, director general de la fundación que dirige las escuelas de los jesuitas en Catalunya y que ya ha transformado buena parte de sus colegios.

Entonces, “¿por qué, mientras en los últimos años han cambiado las bibliotecas, los museos y otros equipamientos culturales, que han mejorado los espacios para dar más protagonismo al usuario, las escuelas no han hecho lo mismo?”, clama Jaume Carbonell, pedagogo y exdirector de la revista ‘Cuadernos de Pedagogía’. “Si en una vivienda es tan importante la luz natural, una buena distribución de los muebles y de las habitaciones, ¿por qué no lo es todavía en las escuelas?”, pregunta.

“Al cambiar los contenidos y los métodos didácticos, al transformarse las formas de trabajar de los alumnos, también los espacios escolares se tendrían que estar modificando”, reflexiona Carbonell. Solo algunos (muy pocos aún) lo han hecho.

PIEDRA ANGULAR DE LA INNOVACIÓN

Las nuevas aulas, indica el pedagogo -que en los últimos años ha visitado los colegios más innovadores de Catalunya (públicos y privados)- “son cada vez más grandes, con espacios con graderías y con distribuciones que permiten agrupar a los estudiantes de modos distintos, según el tipo de actividad que se esté haciendo”. La transformación del aula es, en su opinión (y con él coinciden prácticamente todos los expertos), “una de las piedras angulares de la renovación educativa”. En estas nuevas aulas, destaca Carbonell, “el profesor ha dejado de ser el centro de atención al que obligatoriamente se dirigen las miradas de todos los alumnos. Ahora, la atención está en los estudiantes y es el profesor el que se va moviendo por el interior del aula, supervisando el trabajo del niño”, detalla.

Mientras el aula se va reorganizando, las escuelas van derribando tabiques. “El cambio de sistema en que se halla inmersa la enseñanza obliga a un cambio de espacios”, afirma Carles Francesch, arquitecto que se ha encargado de la transformación que están realizando las escuelas de los Jesuitas en Catalunya.

LABERINTO DE PASILLOS

En el colegio que la orden religiosa tiene en el barrio del Clot de Barcelona, por ejemplo, “ha desaparecido el antiguo laberinto de pasillos que había antes y se han abierto espacios de conexión, que aquí se llaman ágoras y que son puntos de encuentro”, explica Francesch. Los colores de los muros han mutado del viejo gris a los blancos y las gamas cromáticas más vivas, que se van atenuando a medida que los alumnos avanzan cursos. "En las aulas de la etapa infantil hemos utilizado colores más intensos, mientras que para los mayores hemos optado por un verde claro", muestra el arquitecto durante una visita a las instalaciones.

Aquí no hay aulas de música ni salas para hacer clases de refuerzo escolar, sino espacios polivalentes que, en lugar de tabiques de ladrillos tienen paredes de cristal. También han desaparecido los despachos y las salas para cada departamento. Los profesores desde este curso trabajan todos juntos en un gran espacio común, "lo que facilita, a su vez, el intercambio de información y de conocimientos entre los miembros del claustro", destaca Francesch.

DE LA ESCUELA-CUARTEL A LOS COLEGIOS TRANSPARENTES

La arquitectura escolar “es fruto de una época, de una manera de entender las relaciones entre adultos y niños y, por supuesto, de un modelo pedagógico”. “El edificio donde se ubica un colegio es uno de los componentes que mejor definen qué y cómo se aprende en esa escuela”, reflexiona el pedagogo Jaume Carbonell, sociólogo y pedagogo.

Desde la escuela-cuartel de los años del franquismo, “pasando por los colegios religiosos de inspiración conventual y las denominadas academias de piso” hasta las construcciones casi transparentes de la nueva oleada pedagógica, “la arquitectura escolar ha evolucionado tanto desde un punto de vista tecnológico como formal”, constata Carbonell.

Antes de llegar a esto, prosigue el especialista, existieron experiencias “muy interesantes” como las escuelas al aire libre inspiradas en la Escuela Nueva de Adolphe Ferrière, que en Barcelona se concentraron en la escuela del Bosc (en 1914), en la del Mar y en la del Parc del Guinardó. “La idea era que el aprendizaje del alumno estuviera conectado con la playa o con los árboles”, explica.

Más tarde, llegaron los grupos escolares de la II República y del CENU (Consejo de la Escuela Unificada), “que renunciaban a las estructuras jerárquicas y disciplinarias” y que apostaron por una “escuela situada cerca de fábricas y talleres productivos”. “Eran colegios limpios, aireados, bien orientados y con amplios espacios en las aulas”. También en esos colegios, como ocurre ahora, “el mobiliario se modernizó y se sustituyó la tarima del maestro y el pupitre tradicional por mesas colectivas y espacios que permitían la movilidad del profesor”, detalla Carbonell.
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5 APRENDIZAJES DE UNA PROFESORA QUE REDISEÑÓ SU SALA PARA POTENCIAR EL APRENDIZAJE

Si bien los contextos varían mucho dependiendo del país en el que estemos, los grandes desafíos y preguntas respecto a la educación suelen repetirse aquí y al otro lado del mundo. Repensar el espacio educativo para potenciar los aprendizajes de los estudiantes está siendo uno de ellos.

Hace un tiempo compartimos una nota sobre el MAFA (proyecto de Modelamiento del Ambiente Físico de Aprendizaje), experiencia local que se está aplicando en varios jardines de la capital. Ahora queremos invitarlos a leer la experiencia de una profesora norteamericana (Kayla Delzer) que se atrevió a rediseñar toda su sala, apostando por la flexibilidad y el pensar cada detalle con foco en el aprendizaje. ¿Cuáles han sido sus conclusiones? Tradujimos un extracto de este interesante artículo para que ahora tú puedas enterarte de qué están haciendo profesores de otros países respecto a este desafío:

REDISEÑO DE LA SALA DE CLASES CENTRADO EN LA FLEXIBILIDAD DE LOS ASIENTOS Y EN LOS ESTUDIANTES.
Por Kayla Delzer, profesora de segundo básico y consultora en educación.

Recuerdo exactamente cuándo tuve un momento de inflexión que me cambió como profesora para siempre. De hecho, inspira mi columna en EdSurge, “Por qué las salas del siglo 21 deberían recordarte a Starbucks”. Trabajaba en mi presentación para TEDx en el local de Starbucks al que suelo ir, miré alrededor y me di cuenta que todos se veían felices, comprometidos con sus trabajos y relajados. Algunos elegían sus sillas y mesas tradicionales mientras yo optaba por una grande y cómoda con mi computador apoyado en mis muslos. La música relajante, luminosidad perfecta, y todo el ambiente de la cafetería fue favorable para la variedad de aprendices. Si deseaba cambiar mi asiento durante mi estadía, era libre de hacerlo. Aquí fue cuando decidí que nuestras salas de clases en el 2015 y 2016 deberían verse radicalmente diferentes, como nunca antes lo habían hecho. Esto es lo que he aprendido:

1.SOLUCIONAR PROBLEMAS AHORA = SOLUCIONAR PROBLEMAS DESPUÉS

Soy una fiel creyente en mantener el foco en lo que es realmente importa: los estudiantes. Si la motivación estudiantil y un alto compromiso desde su parte son el verdadero deseo al final del juego, entonces nosotros como profesores debemos adaptarnos junto a nuestros alumnos en nuestras salas de clases. Ver que algunas salas de clases lucen igual a como lo hacían hace 70 años es vergonzoso. Los estudiantes con los que compartimos la sala de clases no conciben la vida sin una conectividad constante, wi-fi o una audiencia global. Fuera de las ventanas de nuestro salón de clases hay un mundo dinámico, vertiginoso y cambiante, lleno de opciones. ¿Cómo esperamos que nuestros estudiantes solucionen problemas y tomen decisiones de manera independiente si nosotros estamos constantemente resolviendo sus problemas y tomando decisiones por ellos? Nuestros ambientes de aula deben ser propicios para abrir la comunicación, creatividad y pensamiento crítico. Esto simplemente no se puede hacer cuando los niños están sentados en filas frente a un escritorio todo el día. Considera involucrar a tus estudiantes en un proyecto de rediseño de su sala de clases con el modelo de Launch Cycle mencionado por A.J. Juliani en su blog.

2. ¿QUÉ DICE LA INVESTIGACIÓN?

Todo lo que hago en mi sala de clases está basado en investigación y en las mejores prácticas para los niños. Rediseñar mi sala de clases no fue diferente. Descubrí que uno de los beneficios inmediatos de la flexibilidad en cómo se sientas mis estudiantes era que se quemaban más calorías, usando el exceso de energía, mejorando el metabolismo, incrementando la motivación y el compromiso, creando un mejor flujo de oxígeno hacia el cerebro y mejorando la fuerza central y la postura en general. No sorprende que la actividad física esté relacionada con un mejor rendimiento escolar, mejor salud y mejor comportamiento. De hecho, un artículo de Matthew T. Mahar dice que:

“Actividades simples en clase pueden aumentar el desempeño. Los estudios sugieren que los niños que participan en períodos cortos de actividad física en el salón tienen un comportamiento más concentrado en las tareas, con la mayor mejora vista en estudiantes quienes son los últimos en tener esa concentración inicialmente”.

Adicionalmente, si buscas convencer a tus directores que los asientos flexibles son adecuados para tus estudiantes o para toda la escuela, mi director Jason Markusen tiene interesantes ideas al respecto. Finalmente, Erin Klein, con su rediseño de sala de clases basado en el cerebro, fue mi primera inspiración. Ella me motivó a “deshacerme de los escritorios”.

3. REDISEÑO DE LA SALA DE CLASES CON UN DETERMINADO PRESUPUESTO

Rediseñar una sala de clases por completo no tiene que ser caro, especialmente con la ayuda de Donors Choose. Por supuesto, los bancos Hokki en mi sala de clases cuestan alrededor de $100 US cada uno, pero otros objetos se pueden encontrar en el rango de gratis hasta $30 US. Si quieres rediseñar tu sala de clases con un presupuesto, comienza por comprar alfombras de baño o esterillas de yoga, y levanta una mesa a una altura apropiada usando elevadores de camas. O simplemente quítales las patas a una mesa y añade almohadas o core discs para que los estudiantes se sienten. Las cajas descritas en mi sala de clases cuestan alrededor de tres dólares cada una. La mayoría de los colgadores y lámparas fueron tomadas desde mi casa, con la excepción de los marcos de The Dollar Store. Los padres son también una gran fuente de ayuda para las donaciones de las salas de clase. Generalmente ofrecen dinero para ayudar, pero no tiempo, así que no temas preguntar.

4.REDISEÑAR Y CÓMO ESTO INCIDE EN EL MANEJO DE LA SALA DE CLASES

Tengo una fuerte convicción de que tan sólo cambiar los escritorios por mesas no asegura una más alta motivación, compromiso o responsabilidad. Rediseñar una sala de clases o implementar la flexibilidad de asientos no asignadas es un cambio a tanto la estructura como la filosofía de la docencia; un cambio total de mentalidad. De hecho, los profesores necesitamos una intuición aguda sobre el lugar de trabajo de los estudiantes y su nivel de compromiso en todo momento. Debemos crear la voluntad de entregar el poder de la organización del aula a los estudiantes, para que ellos las elijan. He descubierto que mientras más poder entrego en nuestra sala de clases, más poder recibo de vuelta. También me he dado cuenta de que ayuda a mis estudiantes a hacerse más auto conscientes sobre el tipo de asientos y ambiente que los haga aprender mejor. Y están empoderados por la oportunidad de tomar decisiones.

5.LA MEJOR PRÁCTICA COMIENZA AHORA

Usualmente me preguntan: “¿Por qué debería poner en práctica la flexibilidad de los asientos si el próximo año el profesor no lo hará?” Esta es mi respuesta: Los profesores jamás deben fundamentarse en lo que pasa este año o el siguiente, de lo que el profesor hace y lo que no. Si mejora la práctica de los niños, hazlo. Recuerda, nuestra sala de clases debe centrarse en al estudiante y no en el profesor.
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EL PROYECTO QUE DESORDENA LAS SALAS DE LOS JARDINES INFANTILES PARA MEJORAR EL APRENDIZAJE

En Elige Educar sabemos que a la hora de lograr aprendizajes, todos los detalles importan. ¿Sabías que el ambiente en el que aprendemos es uno de ellos y puede marcar la diferencia? En el Día del Diseño quisimos conocer más detalles acerca de un proyecto multidisciplinario que está cambiando el diseño de las salas de clases de los jardines infantiles públicos de Chile.

Se trata del proyecto de Modelamiento del Ambiente Físico de Aprendizaje (MAFA) que, bajo la premisa de que el mobiliario actual de los jardines responde a requerimientos de hace más de 40 años, busca transformarlo para relevar el ambiente de aprendizaje como un tercer educador, instalando una pedagogía consciente del lugar que logre impactar significativamente el aprendizaje.

Entrevistamos a Alberto González y Patricia Manns, académicos de la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigadores de MAFA, que junto a Cynthia Adlerstein, académica de la Facultad de Educación y directora del proyecto, han desarrollado esta iniciativa en los últimos cuatro años con financiamiento público, en el marco de los proyectos I+D financiados por Fondef-Conicyt y la UC. El año pasado lo implementaron en cuatro salas experimentales de cuatro jardines de las comunas de Cerro Navia, Renca, Peñalolen y Puente Alto, así como en los jardines UC, con mejoras significativas en el aprendizajes de los niños.

¿CUÁNDO Y CÓMO SURGE EL PROYECTO MAFA?

Alberto: “El proyecto tiene varias etapas. En un primer momento, desde la Junji nos llegó la inquietud de que el mobiliario no era coherente con los estándares antropométricos chilenos, debido al aumento de la altura de la población en general. Con Patricia empezamos a repensar en el diseño, ya no solo desde las medidas, sino desde la relevancia que el ambiente de aprendizaje ejerce sobre las prácticas educativas, limitando las oportunidades de aprendizaje y la calidad de la educación en el ciclo inicial. Nos contactamos con Cynthia, del Programa de Educación Parvularia de la UC, que estaba investigando el tema hace tiempo, y armamos un equipo interdisciplinario que se materializó en el proyecto MAFA”.

¿EN QUÉ CONSISTE LA IDEA GENERAL DEL PROYECTO?

Patricia: “La teoría de la educación señala que el ambiente físico de aprendizaje es un factor clave en la calidad educativa, después de la familia y las prácticas pedagógicas, por lo que el proyecto busca innovar en el campo del modelamiento del ambiente físico. Este concepto no ha sido considerado como un factor que favorece la resignificación pedagógica de los espacios educativos, sobre todo en la educación inicial, ya que hasta ahora los ambientes de aprendizaje han surgido de manera fragmentada, sin una mirada integral. Para esto desarrollamos el modelo evaluativo MAFA, que nos permite trabajar del concepto de habitabilidad educativa. El sistema MAFA no son solo muebles, son tres componentes que permiten vincular de manera efectiva los ambientes físicos de aprendizaje, con las prácticas pedagógicas que involucran a los párvulos y a los equipos técnico pedagógicos”.

¿CUÁLES SON ESOS TRES COMPONENTES DEL MODELO?

Alberto: “En primer lugar están los Soportes de Práctica, que es el mobiliario propiamente tal, que son diferentes unidades y elementos que promueven el diseño del ambiente por parte de los niños. Esto permite que durante las clases el aula cambie su distribución entre cuatro a seis veces, favoreciendo prácticas pedagógicas conscientes del espacio. El segundo componente es la MAFApp, una aplicación para dispositivos móviles, diseñada para que las educadoras documenten sus prácticas pedagógicas, produzcan comentarios y puedan socializarlas dentro de la comunidad. Por último, está el DiME, un modelo a escala del mobiliario de cada sala, para que los niños puedan pensar, diseñar y tomar decisiones sobre cómo quieren usar el espacio, para luego llevarlo a cabo”.

¿CÓMO FUE LA ADAPTACIÓN DE LAS EDUCADORAS AL PROYECTO?

Patricia: “Toda innovación involucra un período de adaptación, sobre todo porque la formación de las educadoras no contempla los conceptos que desarrolla MAFA. Al principio, las educadoras pensaban que los niños se iban a desordenar, pero con la práctica cotidiana, las capacitaciones y el soporte continuo constataron que el sistema funciona de manera intuitiva, es decir, la participación de las educadoras y los niños permite descubrir su uso en conjunto, logrando mayor diversidad de actividades y prácticas al mismo tiempo”.

¿CUÁLES SON LOS SIGUIENTES PASOS DEL PROYECTO?

Alberto: “Estamos en proceso de convertirlo en un sistema de productos y servicios, que incluya no solo los componente de MAFA, sino que los servicios que soportan su implementación, como inducciones, diagnósticos y mantención. Como MAFA es un sistema, simplemente no se puede adquirir solo la aplicación o solo los soportes, ya que se necesitan todo sus componentes dentro del aula. Ahora estamos en proceso de inducción en 10 nuevos jardines experimentales de la Región Metropolitana y la Quinta Región“.

Y tú, ¿sabías que el diseño puede ser un aliado clave para mejorar la calidad de nuestra educación, especialmente de los más pequeños? Ayúdanos a difundir este proyecto ¡Comparte y comenta!
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EL MODELO ESCOLAR TRADICIONAL A CUESTAS

El modelo escolar tradicional en Occidente no es solo un modelo de organización espacial sino un modelo pedagógico y un modelo mental de representación de la educación. Desde que se inventó la escuela, la palabra educación evoca este modo de hacer educación y esta organización espacial de la enseñanza y el aprendizaje. La educación escolar sigue siendo tomada como equivalente a educación, en general.

El modelo pedagógico que corresponde a este modelo escolar define las características del espacio, del mobiliario y del arreglo de los elementos dentro del aula (o del lugar usado para enseñar): enseñanza enciclopédica, transmisiva, 'bancaria'; aprendizaje individual, pasivo; profesor sabe, alumnos ignoran; profesor habla, alumnos escuchan; profesor parado, alumnos sentados; profesor frente al grupo, alumnos en filas mirándose entre sí las nucas.

Este modelo mental se lleva a cuestas e instala incluso donde no hay escuela ni aula ni paredes, y a menudo también en edificaciones nuevas, equipadas con mobiliario vistoso y modernas tecnologías. Romper con este modelo ha probado ser, históricamente, una de las rupturas más difíciles en el terreno de la educación y de la propia innovación educativa.

Modernizar el mobiliario y cambiar/flexibilizar la organización del aula pueden ayudar a modificar la pedagogía pero no aseguran por sí mismos un cambio sustantivo y profundo como el que se requiere (ver mi relato "Un aula de clase ancha, ancha" sobre una experiencia personal en Tailandia). Superar el viejo modelo pedagógico implica un golpe mayor a la cultura escolar convencional y va mucho más allá de adecentar o modernizar el entorno físico de la enseñanza. Es indispensable trabajar el cambio pedagógico con los docentes, de manera específica y sostenida, poniéndolo en el centro de su proceso de formación y capacitación. Y trabajarlo además con los estudiantes, con los padres de familia y con toda la sociedad (Ver "Campaña de Renovación Pedagógica").

Escenario 1: La vieja escuela

La vieja escuela es fácilmente reconocible hoy por su aspecto físico (incluido el color de las fotos): atuendos y porte de alumnos y profesores, mobiliario, recursos didácticos, disposición de los elementos en el aula, ambiente general. Mucho menos visible y reconocible resulta la vieja pedagogía en el contexto actual, sobre todo con los espejismos que crean nuevas construcciones y tecnologías. Entre el aula con pupitres de madera con agujero para el tintero y ranura para la pluma de fines de 1800, y el aula de las primeras décadas del 2000 puede haber, sorprendentemente, muchos menos cambios en la enseñanza y el aprendizaje que lo que sugieren los nuevos looks.

El aula convencional sobrevive en sus aspectos esenciales. Aula cerrada sin contacto con el exterior, modelo pedagógico frontal, pizarrón monopolio del profesor, pupitres en fila (a menudo con valor clasificatorio-discriminatorio atribuido a la primera y la última filas: niñas y niños, 'buenos' y 'malos' alumnos, molestosos, repitentes, etc.), rigidez, formalidad.

Escenario 2: La escuela del futuro

Así es como artistas franceses, en 1899, imaginaron que sería la escuela en el año 2000, un siglo después. "Moderna" tecnología de enseñanza convierte los libros en material de audio (presuntamente sustituyendo incluso el rol y la voz del profesor), pero intactos el mobiliario y la organización del aula: alumnos sentados en bancos y mesas, en filas, escuchan de auriculares que cuelgan del techo. Aprendizaje rigurosamente individual.

Escenario 3: Pedagogías alternativas e innovaciones en la organización escolar

Justamente una de las innovaciones de pedagogías alternativas como la Montessori fue proponer modificaciones en la configuración del aula y en el ambiente de aprendizaje. Esto, como exigencia de la propia pedagogía, de la concepción de la enseñanza y del aprendizaje, del rol atribuido a maestros y a alumnos, de la búsqueda de un aprendizaje sintonizado con la libertad, la independencia, la experiencia, el juego, el aprendizaje autodirigido, en grupo y entre pares.

Escenario 4: Viejo modelo escolar y pobreza

La combinación entre viejo modelo escolar y pobreza suele producir engendros. A diferencia de culturas en las que sentarse en el suelo es parte de la cotidianeidad y está naturalizado también en la cultura escolar, aquí el intento por plasmar el aula convencional obliga a construir mesas y bancas a partir de lo que se encuentra a mano: troncos, piedras, plásticos, chatarra.

Para el modelo escolar tradicional, estudiar, aprender, implican sentarse y elevarse sobre el suelo. En contextos de gran pobreza puede verse profesores y alumnos tratando de mantener el equilibrio sobre asientos endebles, incómodos, y tratando de escribir sobre mesas destartaladas o bien sobre los muslos.

Escenario 5: La escuela al aire libre

Millones de maestros en el mundo conocen un solo modelo escolar. Este es el modelo en el que son formados, el que les muestra el texto escolar, el que propone el currículo. No tienen modelos alternativos en los cuales inspirarse y nadie espera que lo hagan. Por eso, a falta de escuela física esta maestra la edifica a la intemperie, levantando paredes invisibles en medio del verde natural. Coloca la pizarra y se coloca ella misma al frente y sienta a sus alumnos en pupitres escolares, organizándolos por edades. Un aula-escuela multigrado al aire libre, rodeada de montañas.

Escenario 6: Las tecnologías en el aula

Los sistemas escolares han acogido sucesivamente diversas tecnologías. En el siglo XX fueron las máquinas de escribir, en el siglo XXI las computadoras. Estas últimas fueron incorporadas entusiastamente al modelo escolar tradicional, en espacios específicos creados para ellas o bien en las aulas, también en filas y con el mismo mobiliario, sin las adecuaciones necesarias en términos de espacio, altura y superficie de las mesas, instalaciones eléctricas, etc. Laptops, netbooks y tablets han sido posteriormente integradas en muchos casos a los mismos pupitres estrechos en los que se despliegan libros y cuadernos, ocasionando previsibles y frecuentes caídas y roturas.

Escenario 7: Instalaciones nuevas, vieja pedagogía

La vieja pedagogía acampa también en construcciones nuevas, equipadas con mobiliario vistoso y con modernas tecnologías. Pupitres de plástico en vez de pupitres de madera, pizarras electrónicas en vez de pizarras de tiza, pero la misma organización del aula, el mismo rol docente y la misma pedagogía: enseñanza frontal, aprendizaje individual, "dictar clase", "transmitir conocimientos".

Escenario 8: La vieja escuela fuera de la escuela

El modelo escolar tradicional no opera solo en la escuela; se replica a lo largo y ancho del sistema escolar, incluida por supuesto la educación superior. Sigue gozando de buena salud y de buena reputación donde quiera que se hace - o pretende hacer - educación. Está enquistado en la familia. Lo podemos ver en iglesias, auditorios, plazas, cárceles, hospitales, bibliotecas, centros infantiles y de la tercera edad. Se aplica a todas las edades y para todo propósito en charlas, conferencias, paneles, mesas redondas, consultas, rendiciones de cuentas, talleres, sermones, mítines. La escenografía escolar puede no estar presente, pero la coreografía es inconfundible.
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UNA INTRODUCCIÓN A LA ARQUITECTURA EN LAS PEDAGOGÍAS ALTERNATIVAS

Sabine Beyer es estudiante de arquitectura en la Universidad Simón Bolívar en Venezuela. Actualmente (mayo 2014) realiza su trabajo de grado titulado "Transformación arquitectónica del espacio escolar”. Le interesa cómo el espacio influye en el aprendizaje. Ha comenzado a indagar sobre los diversos aportes que la arquitectura ha realizado a las corrientes de educación alternativa. En este primer texto nos presenta un resumen con las principales referencias en el tema.


El aprendizaje tiene lugar en múltiples espacios. De hecho, las primeras lecciones en que participamos ocurren en nuestros hogares, al lado de nuestras madres, en familia; no en aulas de clase. La educación -podríamos afirmar- está determinada por el contexto en donde ocurre. Se aprende espontáneamente en una plaza, en el parque, en la casa, etc., lo cual no quiere decir que muchas veces no sea necesario un espacio diseñado especialmente para el aprendizaje; éstos propician experiencias educativas. No se trata de una novedad: hace ya más de un siglo, personas como María Montessori, Rudolf Steiner y Loris Malaguzzi cuestionaron no sólo la manera de educar, sino también el espacio en que se educa.


Es en el Siglo XX, con el movimiento Moderno, cuando se cambia la manera de ver el espacio escolar. Se comienza a pensar en las maneras en que el espacio favorece al crecimiento, el desarrollo y el aprendizaje del niño. Es entonces cuando se desarrollan ideas como las de un ambiente que tenga mayor contacto con el externo (con el aire y el sol), mayor transparencia espacial, mayor disolución entre el adentro y el afuera. Comienzan así los novedosos logros en la arquitectura escolar, en materia social y espacial.


María Montessori, Rudolft Stenier y Loris Malaguzzi son quienes, en sus planteamientos pedagógicos, incluyen de manera más tangible los aspectos del entorno físico.


María Montessori propone en su método conocer plenamente a los niños y respetar su desarrollo, para que de esa forma la educación acompañe el proceso natural de la vida. Pensando la espacialidad en ese sentido, sugiere un ambiente preparado para el niño en el que debe haber elementos proporcionados a su escala, lo cual permite dirigir al niño hacia el conocimiento. Los objetos no deben ser muchos, sino la cantidad justa y necesaria para el aprendizaje. Los elementos y sus formas deben ser sencillos; el espacio, fácil de mantener limpio, sin elementos que se interpongan en el fluir del ambiente; de tal forma, varias actividades deben poder realizarse simultáneamente.


El arquitecto Herman Hertzberger es uno de los que, a través del proyecto “Escuela Apollo”, interpreta estas ideas del espacio en las teorías de Montessori. Dicha escuela posee en sus aulas cubos móviles que son parte del piso pero al mismo tiempo son parte del mobiliario del aula. A la vez, se da gran importancia al espacio común donde niños de todas las edades pueden encontrarse para desarrollar actividades en conjunto y aprender los unos de los otros.


Por otra parte encontramos a Rudolf Steiner, pedagógo y arquitecto, quien plantea otra visión de la educación basada en la búsqueda de la esencia del ser humano a través de la creatividad, del arte, del movimiento y del respeto por los ciclos de la vida. En materia de espacialidad, propone la arquitectura basada en su planteamiento antroposófico. Es decir, la arquitectura orgánica relacionada con la naturaleza, en la cual se utilizan materiales reciclados y accesibles en cada contexto. También se refiere a la posibilidad de adaptar la arquitectura a las condiciones climáticas del entorno sin utilizar elementos artificiales.


Un aspecto importante en la “espacialidad” de la pedagogía de Steiner se refiere a evitar los ángulos rectos, lo cual se relaciona con la unión de la educación y lo espiritual. El resultado es un entorno diseñado a escala de los estudiantes, fabricado con materiales rudimentarios y evitando tanto las nuevas tecnologías como las formas monótonas. En estas escuelas se le da mucha relevancia a los espacios al aire libre, ya que permiten la agrupación y el debate. En tal sentido, los espacios para la agricultura y las prácticas artísticas y deportivas adquieren un rol destacado dentro del diseño arquitectónico de esta pedagogía.


Finalmente tenemos a Loris Malaguzzi, quien desarrolló la pedagogía de Reggio Emilia, fundada básicamente en la idea de que los niños tienen capacidades, potenciales, curiosidad e interés en construir su propio aprendizaje. Ellos se interesan naturalmente en las interacciones sociales y en relacionarse con todo lo que el ambiente les ofrece. La propuesta en materia de espacialidad apunta a que las escuelas posean zonas contiguas, talleres de arte o ateliers con gran cantidad de materiales y recursos para todos los niños: un aula de música; un área para el desarrollo motriz, expresivo y creativo del cuerpo; espacios verdes para la utilización del entorno (ciudad, campo, montaña, etc.) como elemento didáctico. Dentro del aula, las paredes suelen ser blancas, lo cual transfiere al niño paz en sus procesos de aprendizaje. A la vez, están previstas para la realización de exposiciones cortas o permanentes de los niños y familiares.


Estos pensadores permitieron abrir un nuevo camino al diseño del espacio escolar. Hoy día podemos encontrar una gran variedad de proyectos arquitectónicos de esa índole, basados en muchas de las teorías pedagógicas innovadoras que buscan edificar escuelas que transformen el espacio donde ocurre el milagro de la educación. Por ejemplo, en Suecia, las escuelas “Vittra”: simplemente, escuelas sin aulas, con ambientes que facilitan y permiten el aprendizaje en su forma natural.


Otro ejemplo son las escuelas del arquitecto Giancarlo Mazzanti en Colombia, que reflejan una arquitectura pensada y realizada para los niños.

El mundo sigue cambiando… Las maneras de comunicarnos, de aprender, de movernos evolucionan… La educación no se queda atrás. Responde a ese movimiento continuo de transformaciones. La arquitectura debe ir de la mano de ellas; generar espacios propicios para la educación, espacios capaces de transmitir emociones, de generar pertenencia y de facilitar el aprendizaje en su forma más natural y sencilla.

FUENTES

* González, O. (2012). Hacia una nueva arquitectura escolar [Blog en línea]. Consultado 4 de noviembre 2013 en el siguiente link

* Ramírez Potes. “Arquitectura y pedagogía en el desarrollo de la arquitectura moderna”. Revista Educación y Pedagogía, Medellín, Universidad de Antioquia, Facultad de Educación, vol. 21, núm. 54, mayo-agosto, 2009

* Wong.N. (2008). Historia de la arquitectura Educativa. [Articulo de Blog en Línea]. Consultado el 15 de enero de 2014 en el siguiente link

* Loreto. A. (2012) Arquitectura Escolar-La escuela como espacio para la transformación y como estructura de una sociedad. [Tesis en línea]. Universidad Simón Bolivar, Venezuela. Consultado el 9 de enero de 2014 en el siguiente link
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DISEÑA TU AULA INNOVADORA EN 10 SENCILLOS (Y ECONÓMICOS) PASOS

Un artículo de Alfredo Hernando.

Sea como sea, lo cierto es que la mayoría de proyectos de inovación educativa nacen de la iniciativa de un profesor en una aula común. Una aula es un habitación cúbica con pizarra y pupitres que también necesita rediseñarse en coherencia con los pilares de un proyecto de innovación. Sin embargo, ¿cómo podemos rediseñar el aula estándar? Ésa en la que todos hemos estudiado y en la que aún nos movemos en nuestro día a día. Te propongo 10 pautas a bajo coste. Que nadie se crea que esto del espacio es solo una cuestión de ingresos desorbitados. De algún modo hay que empezar a rediseñar el espacio…


1 - Ordena las mesas en equipo. Potencia el aprendizaje cooperativo. Las mesas en hilera han perdido su sentido. Centra la atención sobre el trabajo en el centro de cada mesa, es ahí donde crece el conocimiento.

2 Las paredes son pizarras. Apuesta por el papel vinilo adhesivo y por la pintura de efecto pizarra para extender las posibilidades de la pared. Crea nuevas pizarras o espacios de papel continuo que acompañan a la pizarra de siempre. Favorece que los alumnos puedan utilizarlos con rotuladores en las distintas actividades. Usa al menos, una gran pared como pizarra de vinilo, o más barato aún, con pintura que permita escribir y borrar con tiza. Las grandes pizarras son estupendos espacios flexibles y polivalentes para dibujar, proyectar, decorar…

3 - Abre una ventana digital. Necesitas una pantalla, una Pizarra Digital Interactiva o una simple pared en la que se proyecte la dimensión digital del aula.

4 - Utiliza toda la pared y todas las paredes. Las paredes son grande superficies de las que a menudo no sacamos todo el partido que podemos. Si cubres una pared con papel vinilo es muy probable que te queden espacios libres cerca del techo. Utilízalos para completar con frases optimistas, sentencias culturales, lemas escolares o las normas del aula diseñadas por los propios alumnos.

5 - Descentra el foco de atención. Ponle ruedas a tu mesa, minimiza tu espacio. En muchas escuelas21 la mesa del profesor es alta, con ruedas y se acompaña de un taburete con respaldo. Es importante moverse entre los alumnos, centrar el foco de aprendizaje sobre cada grupo y cada persona. Ayúdate a descentrar la linealidad del aula creando al menos tres focos: uno en el espacio digital, otro sobre una de las pizarras y otro en cada tarea sobre las mesas en equipo.

6 - Conquista los pasillos. Los pasillos son espacios de aprendizaje cuando nosotros los vestimos como tal. Muchas actividades pueden tener lugar en los pasillos aligerando el peso del aula.

7- Las ventanas también pintan. Utiliza las ventanas como espacio para escribir con rotuladores para pizarras. Anima los alumnos a narrar sus ideas, crear mapas mentales o ayudarse con post-its y otras estrategias en el proceso. No te olvides que las ventanas también son espacio educativo.

8 - Crea tendederos. Puedes lanzar finas cuerdas o sedal para colgar imágenes y trabajos de los alumnos de un lado a otro del techo o a lo largo de una pared. Son muy útiles ya que mientras las paredes ejercen de nuevas pizarras, los tendederos permiten animar el espacio con imágenes de los proyectos de cada semana. Además son muy sencillas de cambiar gracias a las pinzas, mucho mejor que las chinchetas y los alfileres.

9 - Cuida la iluminación. Muchas aulas cuentan con luces fluorescentes que iluminan de una forma espantosa y a veces, focalizada en pocas áreas. La intensidad y el efecto lumínico mejoran cuando cubrimos estas lámparas con sábanas o telas en tonos blancos o sepias muy claros. Con este sencillo efecto la luz gana claridad y naturalidad.

10 - Involucra a los alumnos en el proceso . Ayúdate con las herramientas del Pensamiento de Diseño: Ayúdate con las herramientas del Pensamiento de Diseño: ¿Cómo podemos mejorar el diseño de nuestro aula?, ¿cómo podemos diseñar un espacio que facilite el aprendizaje? Investiga, documenta y muestra las aulas de las escuelas21 que hemos conocido en este viaje que te abren las puertas gracias a sus páginas web. Seguro que con la ayuda de tus alumnos y de estas experiencias lograrás crear tu propia lista de pautas efectivas.
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TIEMPO DE APRENDER

Un artículo de Ana Razo, Doctora en Políticas Públicas, Centro de Investigación y Docencias Económicas (México).

El tiempo durante el cual los estudiantes están involucrados en actividades de aprendizaje es uno de los elementos de mayor influencia en la efectividad escolar. Pero la relación entre el tiempo y los aprendizajes no es lineal. Es decir, más tiempo en la escuela no llevará necesariamente a mayores aprendizajes si los periodos no se aprovechan en experiencias educativas significativas para los alumnos.


El debate sobre la influencia del tiempo en los aprendizajes no es nuevo, pero las investigaciones nacionales e internaciones recientes, han incorporado elementos más pertinentes y acertados a considerar para la toma de decisiones de política educativa. Así, hemos pasado de la idea general de que más tiempo en la escuela resulta en mejores desempeños educativos, a tener evidencia de que el potencial positivo del tiempo proviene de la forma en cómo éste se organiza y se utiliza en interacciones educativas de calidad entre maestros y alumnos.

Pero el tema de interés, o la pregunta recurrente es ¿cuánto tiempo de la jornada escolar debe dedicarse a las actividades de aprendizaje? La respuesta es sencilla e intuitiva: lo más que sea posible. Esta respuesta no pretende diluir la importancia del tiempo escolar, pero si busca situar el énfasis en donde resulta más relevante. El tiempo importa, pero importa mucho más la forma en cómo se utiliza. Se trata de impulsar políticas y prácticas que promuevan el máximo aprovechamiento del tiempo en ambientes de aprendizaje enriquecedores para todos los que participan en ella. Dicho de otro modo, las políticas educativas deberán trabajar alrededor de los aprendizajes, no del tiempo en sí mismo.

Como refiere Murnane, más recursos, incluido el tiempo, no mejorarán el logro de los estudiantes a menos que logren cambiar las experiencias educativas de los niños en la escuela. En ese mismo sentido, asumir que la flexibilidad del calendario escolar llevará a usar mejor el tiempo en el aula es una apuesta muy arriesgada. El buen uso del tiempo de aprendizaje esta mayormente asociada a la práctica docente y a la organización de las actividades de aprendizaje, que a la estructura del año escolar.

Las investigaciones recientes sobre el uso del tiempo escolar en México –en educación básica–señalan que sólo la mitad de la jornada escolar es destinada a actividades de aprendizaje de los alumnos: 52% [1] y 48%[2] Fijar una meta a alcanzar en el uso del tiempo escolar puede ser útil como parámetro deseable. A nivel internacional, los países con mayores porcentajes de tiempo dedicados a actividades de aprendizaje se ubican por encima del 70 por ciento (Alemania, Roelofs y Veenman, 2000; Estados Unidos, Smith, 1998; Marruecos y Túnez, Abadzi, 2007). En nuestro contexto, con sólo media jornada escolar utilizada en acciones de aprendizaje, lo prioritario, más que fijarnos una determinada meta, debiera ser aumentar el tiempo destinado al aprendizaje. Se trata de apoyar a los maestros para impulsar prácticas y estrategias pedagógicas que influyan positivamente en la experiencia escolar de sus alumnos, que les permita organizar los espacios y los procedimientos del trabajo escolar, y ayudarles a encontrar formas efectivas de motivar a sus alumnos.

El tema no es controlar los tiempos del maestro, sino proveer oportunidades para maximizar la experiencia escolar de profesores y alumnos en el periodo de su encuentro en la escuela.

Pero, ¿cómo apoyar una modificación en el uso del tiempo?, aquí se proponen tres actividades específicas:

1 - Transformar la experiencia educativa en una oportunidad de aprendizaje recíproco (maestro-alumnos y alumnos-alumnos). Promover espacios de relación tutora en donde los alumnos puedan involucrarse en interacciones entre pares y con sus maestros, a través de nuevas formas de interacción e intercambio basadas en la confianza , el interés por aprender, y enfocadas en las necesidades y los intereses de cada estudiante.

2 - La observación de la práctica docente promete ser un instrumento efectivo, si se conduce con rigor, ética y profesionalismo, para generar información precisa y pertinente en la mejora de la práctica y en la formación de los docentes. Antes de incorporarla como un elemento de la evaluación del desempeño, con consecuencias en las condiciones y relaciones laborales, sin embargo, deberá desarraigarse como símbolo de fiscalización y castigo, e impulsarse como una práctica entre pares que apoya y promueve mejores experiencias pedagógicas para el maestro y los alumnos.

3 - En el aula: establecer procedimientos y rutinas[3] que sean conocidas por todos, de forma que los estudiantes sepan lo que se espera de ellos. Esto evitará constantes recordatorios e indicaciones de los pasos a seguir y ayudará a optimizar la administración de los tiempos y las energías de todos hacia el aprendizaje efectivo.

Modificar el uso del tiempo no es una tarea sencilla. Pero ese no debe ser el enfoque prioritario. La mirada no debe orientarse a mover un punto porcentual en el tiempo escolar. Debemos enfocarnos en maximizar y mejorar las experiencias educativas significativas de los maestros y los alumnos, pues, al hacerlo, se moverán nuestra forma de usar el tiempo en el aula y en la escuela.

Referencias:

[1] World Bank (2014). Great Teachers. How to Raise Student Learning in Latin American and the Caribbean. Washington, D.C.
[2] Razo, A. (2014). Tiempo de Aprender. Un estudio sobre el uso y organización del tiempo en las escuelas mexicanas. CIDE.
[3] En México, 13.5 % del tiempo escolar se destina en acciones de gestión y organización de la clase. Es decir, un conjunto de indicaciones sobre los procedimientos y las actividades a realizar. Esto representa más de media hora de la jornada diaria en la escuela (Razo, 2014).
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Los cuatro cuadrantes

10 CONSEJOS PARA APLICAR EL APRENDIZAJE COLABORATIVO EN EL AULA

El aprendizaje colaborativo se basa en el planteamiento de actividades en las que los alumnos tienen que trabajar en equipo e interactuar para conseguir un objetivo común. Sus ventajas son muchas: convierte a los estudiantes en protagonistas de su propio aprendizaje, desarrolla sus competencias y habilidades, refuerza sus relaciones interpersonales y les permite adquirir un aprendizaje significativo. Te ofrecemos varios consejos y herramientas para introducir con éxito este tipo de método en el aula.

DIEZ CONSEJOS PARA APLICAR EL APRENDIZAJE COLABORATIVO EN EL AULA

Si quieres aplicar el aprendizaje colaborativo en tus clases, te recomendamos los siguientes consejos:

1. Establece las metas y objetivos de la actividad, de manera que los alumnos se sientan motivados y comprometidos a la hora de trabajar para conseguirlos.

2. Organiza a los alumnos por equipos y crea dentro de ellos pequeños grupos de trabajo, de cuatro a cinco personas, que se encargarán de cumplir distintas tareas o funciones. Procura que haya diversidad en cada grupo de trabajo y que el número de chicos y chicas esté equilibrado. Cuantos más talentos, visiones, y sensibilidades diferentes haya en cada grupo, más enriquecedora será la experiencia.

3. Promueve la comunicación y el respeto entre los alumnos. Deben estar abiertos a compartir sus ideas y conocimientos con los demás, con confianza y sin miedos. Siempre con la mente abierta a las ideas de los demás. Si lo crees necesario, puedes establecer unas normas de diálogo, o incluso la frecuencia y el medio de comunicación para que aprendan a colaborar.

4. Ejerce como guía y conductor de la actividad al principio, y déjales asumir su responsabilidad paulatinamente, de modo que puedan desarrollar sus propias ideas o proyectos. Acuerda bien qué procesos se pueden seguir para completar las tareas establecidas, que las planifiquen, definan la implicación de cada uno y se organicen.

5. Utiliza metodologías y actividades variadas. El aprendizaje colaborativo admite distintos métodos educativos, como el trabajo por proyectos, la flipped classroom o el aprendizaje basado en la resolución de problemas; y puede concretarse en actividades didácticas muy variadas, como proyectos, webquests, debates, experimentos de laboratorio, actividades enfocadas a la resolución de problemas, presentaciones en equipo etc., todas ellas presentes en la plataforma de aulaPlaneta.

6. Ofrece el tiempo necesario para generar el debate y el contraste de ideas. Puedes hacerlo a partir de una lectura, un recurso, un video… En el Banco de contenidos de aulaPlaneta dispones de muchos materiales.

7. Estructura el proceso en varias fases y programa varios hitos para revisar cómo están desarrollando el trabajo. Así podrás comentar con tus alumnos si van bien encaminados o no, y por qué.

8. Facilita a tus alumnos herramientas de autoevaluación y coevaluación. De este modo conocerán los criterios que se van a tener en cuenta a la hora de valorar el trabajo. En aulaPlaneta puedes encontrar distintos modelos de rúbricas y tablas de evaluación.

9. Echa mano de las TIC. Las nuevas tecnologías multiplican las posibilidades del aprendizaje colaborativo y fomentan la comunicación, la interacción y el intercambio de ideas entre los miembros del grupo. Elige entornos colaborativos seguros, como aulaPlaneta, o herramientas TIC como:

- El correo electrónico o la mensajería instantánea.
- Google Drive, para compartir documentos.
- WordPress o Blogger, para crear blogs de aula.

10. Fomenta su creatividad y pídeles que utilicen distintas herramientas para presentar el trabajo.

- SlideShare o Prezi para hacer presentaciones interactivas.
- Glogster o Mural.ly, para crear murales digitales.
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Asesoramiento filosófico

LOS 3 PILARES PARA GESTIONAR CON ÉXITO UN GRUPO CLASE

Gestionar con éxito un grupo clase es para cualquier docente uno de los mayores retos a los que se enfrenta a diario. Es por ello que el artículo de hoy quiere darte a conocer qué tres pilares son los que necesitas para crear un clima de clase que te permita enseñar y formar a tus alumnos con las mejores garantías.

¿Quieres saber cómo se gestiona el clima de una clase? ¿Quieres saber qué necesitas para enseñar en el aula con las mejores garantías? ¡Pues comenzamos!

Esto es lo que necesitas para gestionar un grupo clase.

Para la redacción de este artículo me he servido del libro de Joan Vaello titulado Cómo dar clase a los que no quieren. Se trata de uno de los mejores libros que he leído sobre gestión de aula. Si me gusta tanto el libro de Joan es porque es capaz de dar consejos prácticos y muy efectivos.

Pues bien, Joan Vaello plantea tres pilares básicos para una correcta gestión del aula. Son estos: control, relaciones y rendimiento. Cada uno de estos pilares se desarrolla en pequeñas actuaciones que son las que pasaré a enseñarte a continuación.

1. Control. Sin control no hay enseñanza posible. Por tanto, debe convertirse en una de tus prioridades. Y quiero dejar claro que el término control no debe verse desde una perspectiva negativa, sino necesaria para poder llevar a cabo los procesos de enseñanza-aprendizaje de tus alumnos. Para conseguir ese control se hace indispensable:

-Fijar límites. La fijación de límites se consigue mediante la elaboración y cumplimiento de las normas de clase. Unas normas que deben ser explícitas, sin olvidar las implícitas. Sobre cómo enseñar las normas de clase te remito al siguiente enlace.

-Mantener límites. Tan importante es conocer los límites a los que todo grupo debe sujetarse como mantenerlos. Para ese mantenimiento hay que tener en cuenta :

*Adventencias. Deben ser pocas, claras y muy dirigidas.

*Sanciones. Deben ser excepcionales, pero contundentes.

*Derivaciones. En casos extremos, determinados alumnos pueden ser derivados al equipo de orientación, equipos externos o al equipo directivo.

2. Relaciones intrapersonales e interpersonales. No puede existir una buena gestión de aula si no hay una buena gestión personal. Si el control del aula tiene que ver más con una gestión administrativa, la relación personal tiene que ver con la gestión emocional. Es, por tanto, fundamental establecer un correcto equilibrio entre control y relación.

Para ello hay que tener en cuenta en el seno del grupo aspectos como:

*Autocontrol. No puede haber una buena gestión del aula si no existe un autocontrol por parte de los alumnos de un grupo clase. Desde mi punto de vista se trata de uno de los grandes retos a los que se enfrenta cualquier docente. Una buena forma de trabajar el autocontrol y autoconocimiento sería a través de dinámicas de grupo. Te recomiendo una muy interesante que puedes leer en el siguiente enlace.

*Asertividad. La asertividad es básica para una correcta gestión del aula. Hay que enseñar qué es y cómo se practica. Para ello te remito al artículo titulado 10 consejos para fomentar la asertividad entre tus alumnos.

*Conocimiento de los roles individuales de los alumnos del grupo. Joan Vaello distingue hasta 26 roles de alumnos. Sobre los roles de alumnos publiqué un artículo en su momento que puedes leer en el siguiente enlace.

*Autoestima. Muy en la línea del autoconcepto, sin autoestima se hace difícil mantener el control del aula y gestionar las relaciones entre iguales.

*Comunicación entre alumno-alumno y alumno-profesor. Si quieres conocer algunas de las estrategias que utilizo para comunicarme con los alumnos no te pierdas el artículo titulado 20 Consejos para mejorar la comunicación con tus alumnos.

3. Rendimiento. El rendimiento académico y personal es el pilar fundamental para una correcta gestión del grupo clase. Es importante aclarar que el rendimiento no debe verse como un aprendizaje uniforme, sino que hay que ser conscientes de que el éxito del aprendizaje no está en que todos aprendan lo mismo y por igual, sino que cada alumno aprenda lo máximo posible dentro de sus posibilidades.

Cuando se habla de rendimiento escolar, siempre acaba por aparecer la palabra éxito. Pero, ¿qué se entiende por éxito en un grupo clase? Para mí el éxito no consiste en ser un buen alumno, sino en ser un buen alumno siendo una mejor persona.Y ser una buena persona pasa por tener en cuenta:

*Actitud. En lo referente a la actitud es muy importante que hagas ver a tus alumnos la diferencia que existe entre la actitud hacia tu asignatura y la actitud que el alumno tiene hacia el grupo, hacia sus compañeros.

*Motivación. No hay transformación académica ni personal sin la presencia de la motivación. Es más, yo me atrevería a decir que como docente no debes buscar la motivación entre tus alumnos, sino la determinación para conseguir aquello que deseen. ¿Conoces la diferencia entre motivación y determinación? En este enlace te lo enseño.

*Atención. Joan Vaello insiste mucho en la importancia de una correcta atención para una correcta gestión del aula. Sobre cómo captar la atención de tus alumnos tal vez te interese el artículo que titulé Así es como lograrás captar la atención de tus alumnos.

*Respeto a la diversidad. Exclusión, segregación, integración e inclusión. Si quieres saber cómo enseño la diferencia de estos conceptos en el aula, te remito al siguiente enlace.

*Resiliencia. En Justifica tu respuesta siempre he apostado por el valor de la resiliencia, por la capacidad de superar las adversidades para hacerte más fuerte. La resiliencia se puede enseñar y se puede aprender. Para ello te invito que leas dos de los artículos que publiqué en su momento sobre resiliencia porque creo que te pueden servir de gran ayuda. Son estos: 10 Maneras de senseñar resiliencia a tus alumnos y ¿Cómo le enseñarías a un niño qué es la resiliencia?

Gestión de un grupo clase. A modo de conclusión.

Si has llegado hasta aquí te habrás dado cuenta de que para una correcta gestión de un grupo clase son necesarias las tres áreas de gestión que han conformado este artículo: control, relaciones y rendimiento. Soy consciente que se trata de todo un reto y que después de haber leído esta entrada te sientas abrumado, pero creo que es el mejor punto de partida para sacar adelante a un grupo clase con las mejores garantías. ¿Aceptas el reto?
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