"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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HACER LOS DEBERES: CÓMO LOGRAR QUE NO SEA UN MARTIRIO

Hacer los deberes

Ir al colegio puede ser algo que a la mayoría de los niños les guste, pues comparten con más niños de su edad y resulta incluso divertido, sin embargo hacer la tarea resulta más complicado pues una vez que llegan a casa no quieren cumplir con los deberes.

Aprender cómo hacer las cosas bien y lograr que hagan la tarea sin renegar puede ser muy útil para todos, así que preste atención a lo siguiente.

¡Hacer los deberes puede ser divertido!

Primero que todo para que Hacer los deberes sea una actividad divertida se debe hacer en el ambiente adecuado, así que es importante que los pequeños cuenten con un espacio adecuado para ello, debe ser bien iluminado y ambientado para que el niño se sienta cómodo en él.

Es aconsejable que la tarea se convierta en una rutina, así que debe hacerse siempre a la misma hora, y en caso de que no tenga tarea del colegio algún día, el padre puede implementar alguna actividad relacionada a los estudios con el fin de no perder la rutina.

Para el niño no será divertido que lo regañen por cometer errores a hacer la tarea, así que es importante que la persona encargada de ayudarlo con sus deberes debe ser paciente y debe estar dispuesto a ayudarlo con una buena actitud, de esta manera el niño se sentirá cómodo.

Finalmente es importante que los niños sean conscientes de que estudiar tiene buenas recompensas así que después de que realice su deber correctamente puede premiarlo así sea con cosas sencillas como un paseo al parque o dejarlo ver su programa favorito de tv.
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«NO SE PUEDE ABUSAR DE LOS DEBERES PORQUE ROBAS LA INFANCIA A LOS NIÑOS»

Entrevista a César Bona, uno de los 50 mejores maestros del mundo. El aragonés ha entrado en el listado de los mejores profesores del mundo del Global Teacher Prize.

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La nueva educación

Dicen que cada maestrillo tiene su librillo, ¿cuál es el suyo?

Hablar mucho con el niño que yo era; le escucho y veo que eso funciona. Yo creo que es importante que el maestro, palabra que incluye a cualquiera que se vea docente, sepa escuchar y que sea capaz de dejar las intensas programaciones por un momento de lado e imponer el sentido común. Algunos hablan de mí como un maestro innovador pero yo creo que, simplemente, he vuelto a lo básico.

Muchos maestros se ven sin tiempo para fomentar la creatividad y la ilusión, como usted promueve.

Una de las cosas que haría si pudiera es recortar esa programación y dejar tiempo para estimular la curiosidad de los niños. En todos los trabajos es algo esencial, pero más en las escuelas y es muy necesario que el sistema ayude a conseguirlo.

También hay una queja generalizada sobre la falta de formación para este tipo de docencia.

Sería necesario ofrecer a los futuros maestros una formación que estimulara su propia curiosidad, enseñarles a hablar en público y a gestionar sus emociones.

¿Y qué hacemos con los contenidos académicos?

Tenemos que enseñarlos y son importantes, como también lo es la memorización, pero no más que la curiosidad. Si les abres esa puerta, estarán aprendiendo siempre. Y la escuela debería tender a invitar a los niños a participar en la sociedad, a estimular su compromiso social.

¿Hay que disfrutar en clase?

Sí, los niños y los maestros. Yo me lo paso muy bien en clase. Aunque suene paradójico no doy clase cada minuto, a veces interactuamos de tal manera que nos olvidamos de que somos maestro y alumnos y son momentos muy bonitos. Todas las cosas tienen un fin didáctico, pero también socializador. Y tampoco hay que dejar de lado en las clases el sentido del humor. Esto no quita que les enseñemos a ser perseverantes, una palabra que me gusta mucho más que 'esfuerzo'.

¿Qué opina de los deberes?

Los niños tienen que disfrutar de su infancia y los padres de sus hijos. A los niños que se pasan tres o cuatro horas haciendo deberes y van a tantas extraescolares como se empeñan en apuntarles, se les está robando la infancia. Es importante, sobre todo en Primaria, crear una serie de hábitos en los niños, pero no se les puede agobiar tanto. Yo les animo a que terminen sus tareas en la escuela, que aprendan a valorar su tiempo. A los padres les digo que si a las siete no han terminado, que lo dejen.

¿Y de las notas?¿Es bueno fomentar la competitividad en la escuela?

Los padres comparan demasiado y la escuela no es sitio para eso. Hay que animarles a cooperar y enseñarles que la empatía y el respeto es lo más importante. La presión en niños de seis años por las notas no me gusta.
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