"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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CONTIGO, SÍ PUEDO. UN PROYECTO PARA LA PREVENCIÓN DEL ACOSO ESCOLAR REALIZADO POR ALUMNOS.

Contigo, Sí puedo es un video realizado por los alumnos del IES Pedro Laín Entralgo (Híjar-Teruel), y con el cual participan en Cine y Salud, una iniciativa conjunta de Salud Pública y de Política Educativa del Gobierno de Aragón, para la promoción de la salud en la adolescencia apoyando la acción tutorial del profesorado de Educación Secundaria.

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EL EMOCIONANTE VÍDEO HECHO POR UN NIÑO CONTRA EL ACOSO ESCOLAR CONQUISTA LAS REDES

El autor es un niño irlandés de 13 años que sufrió bullyng y que pretende ahora que nadie más pase por su misma situación: "Cuéntalo. Habla con tus padres o tu profesor".

El acoso escolar afecta a miles de niños y jóvenes en el mundo, en algunos casos puede desembocar en depresiones severas que pueden acabar en el suicidio de las víctimas. Sin embargo el acoso no sólo puede ser físico sino también psicológico, y por qué no, también a través de internet.


Precisamente para acabar con esta situación, Luke Culhane, un niño irlandés de 13 años que sufrió bullyng a través de internet, ha creado un vídeo en el que demuestra que el acoso en la red puede doler tanto o más que el físico.

En el impactante corto que protagoniza, el menor muestra heridas físicas para denunciar que el ciberacoso es tan doloroso como los golpes, pidiendo que todos luchen por acabar con él, "El 'ciberbullying' no está bien. Nadie se lo merece. Todos podemos poner de nuestra parte para acabar con él. ¿Has sufrido alguna vez ciberacoso? ¿Alguna vez has sido testigo de una situación de ciberacoso? El cien por cien de los adolescentes responden que sí a al menos una de estas preguntas, lo que quiere decir que todo el mundo puede poner de su parte para parar esta práctica en internet", asegura el pequeño en el vídeo.

Por otro lado el niño anima a que la víctima no calle ante este tipo de situación, "Cuéntalo. Habla con tus padres o tu profesor", dice Luke.

La realidad es que el pequeño ha recibido el apoyo de un sinfin de gente, y el vídeo se ha hecho viral a través de las redes sociales, animando a muchos niños que sufren ciberacoso o otro tipo de bullyng a denunciar este hecho, aunque sea a través de su perfil en una red social.

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"PARA FRENAR EL ACOSO ESCOLAR HAY QUE FORMAR AL PROFESOR EN INTELIGENCIA EMOCIONAL"

La experta Carmen Martorell asegura que transmitir habilidades de convivencia a los alumnos no supone una sobrecarga para los maestros. Transmitir los conocimientos, pero también las habilidades sociales. Enseñar las materias, pero sin descuidar las estrategias para relacionarse con los demás. Ser, en definitiva, docente y educador. Y es que la clave para combatir la violencia en las aulas está en el profesorado. Así lo aseguró ayer la profesora especialista en Inteligencia Emocional, Carmen Martorell, tras exponer las conclusiones del debate sobre acosos escolar que acogió el Ateneo Mercantil el pasado miércoles.


Para la experta, es «lamentable» que «no se le saque partido al buen profesorado que tenemos en la Comunitat Valenciana». De entrada, «hace falta formación en inteligencia emocional para frenar el acoso». Para Martorell este punto es básico, y una deficiencia del sistema. «Hay profesores de educación secundaria que son auténticos expertos en la materia que enseñan, pero desconocen estrategias para educar en convivencia. No han dado ni una clase de didáctica. Un profesor debe ser el espejo en el que se miren los alumnos. Aprenden por observación. Tengan la edad que tengan.

Pero eso no ocurre así en muchos casos. A los niños es necesario enseñarles una serie de hábitos, de conductas aprendidas. Pero para que el profesor pueda transmitirlo debe tener desarrolladas esas habilidades», explicó la experta. Sin embargo, este aprendizaje depende del interés que tenga el maestro en recibirlo (a través de másters o de charlas o cursos extraescolares) y, para la experta debería ser algo impuesto por la Administración.

«Esto excede de mi competencia. La Administración dispone de mucho material que puede utilizar „como la Guía para el profesora sobre inteligencia emocional, entre otros„ pero debe apostar por esta línea de enseñanza y hacerle ver a los maestros que tener una conducta adecuada, establecer unas normas, controlar los hábitos de convivencia de los alumnos y estar atentos al cien por cien de la forma que tienen de relacionarse los menores no es una carga de trabajo para ellos. Es una obligación y deben saber cómo actuar», apuntó.

Para la experta, la educación en valores no puede depender solo de la familia, que también, porque los menores «pasan mucho tiempo en el centro escolar». Por ello, instó a los profesores a «no eludir su responsabilidad» ni a escudarse en «problemas de ratios, contenidos televisivos o conductas familiares» porque su papel para evitar el acoso escolar es «básico». «Muchas veces no se aplican estrategias de conducta por desconocimiento. En muchos casos no saben ni que existen. Si hoy en día hay más casos de acoso escolar puede ser un reflejo de la sociedad», concluyó al experta.
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Conciencia

MEDIDAS PSICOEDUCATIVAS EN EL PROTOCOLO DE INTERVENCIÓN ANTE EL ACOSO ESCOLAR

Documento elaborado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos

NATURALEZA DEL PROBLEMA:


El acoso escolar y el ciberacoso, respectivamente, son formas de violencia contra la infancia y adolescencia. Se caracterizan porque un alumno padece de forma repetida y durante un tiempo prolongado acciones agresivas por parte de algún o algunos compañeros. No se trata de fenómenos de indisciplina aislada, sino de un abuso de poder, de un maltrato, fustigación o intimidación psíquica o física reiteradamente. La violencia va más allá del acto en sí mismo ya que tiene unas consecuencias muy negativas para todos los implicados, y afecta a la convivencia del centro educativo. Aunque los efectos más graves se evidencian en la víctima (ansiedad, depresión, estrés postraumático…), los agresores y observadores también son receptores de aprendizajes y hábitos negativos que influirán en su comportamiento actual y futuro (Garaigordóbil, 2013).

Generalmente estas conductas se producen dentro del centro escolar o guardan relación con el mismo siendo el punto de referencia, por lo que no puede mostrarse ajeno a los problemas que se evidencian aunque las situaciones no se produzcan dentro de la escuela.

Las situaciones más graves de acoso han tenido repercusión mediática, pero las menos graves a menudo quedan invisibilizadas por la falta de conocimiento de mecanismos de denuncia de estas conductas que sufren las víctimas, las familias y los docentes que los atienden en las escuelas. En este ámbito emergen estas problemáticas, como el caso de las prácticas de Ciberacoso, con crecimiento exponencial e incontrolable por el uso generalizado de los dispositivos tecnológicos. Recientes estudios publicados, como el de Save the Children en mayo de 2014, revelan un porcentaje alto de niños y niñas que han sido víctimas de situaciones de acoso verbal en la escuela a lo largo de su vida, entorno al 40%, siendo más de la mitad –un 52%-de los encuestados los que declaran han sido espectadores pasivos de la conducta de acoso en alguna ocasión. Los espectadores de ciberacoso, segúneste estudio, alcanzan el 23% y un 4% declara haber experimentado alguna experiencia de ciberacoso.
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LIBREPENSADOR

LA AUDIENCIA OBLIGA A JUZGAR A TRES PROFESORAS POR PASIVIDAD ANTE EL ACOSO A UN ALUMNO

El juzgado de primera instancia había archivado la querella presentada por los padres del estudiante acosado.

La directora del colegio Sagrado Corazón así como la orientadora y la tutora de un alumno que había sido víctima de acoso escolar serán juzgadas por un presunto delito contra la integridad moral por haber actuado con pasividad ante la situación de hostigamiento que sufrió el menor. La Audiencia Provincial de Cáceres, en un auto del día 9 de febrero, anula el sobreseimiento de la causa contra las tres profesoras, archivo dictado por el juzgado de primera instancia e instrucción número 4 de Cáceres el pasado 2 de diciembre. Esta resolución fue recurrida por los padres del menor, a quienes da la razón la Audiencia Provincial.

El caso se conoce en pleno debate sobre un asunto de máxima actualidad. Educadores, psicólogos y Administración tratan de dar respuestas a un problema que algunos han llegado a calificar como «cosas de niños», pero que se encuentra en clara revisión tras reabrirse el caso de Diego, un niño de 11 años que se suicidó. «No aguanto ir al colegio» , escribió antes de quitarse la vida.

Los expertos advierten: los casos están sobre la mesa y las herramientas también, cada vez más gracias a Internet y los teléfonos móviles. Según publicó HOY, la Consejería de Educación detectó el curso pasado 87 casos de acoso y violencia escolar. 18 fueron por el uso de nuevas tecnologías.

Caso en Cáceres

El auto de la Audiencia obliga al juzgado a reabrir el caso del alumno cacereño así como a continuar con el procedimiento penal contra las tres profesoras. Entiende que existen indicios de implicación de las denunciadas en un presunto delito contra la integral moral, de acción por omisión.

El origen está en el acoso que sufrió en el centro educativo uno de sus alumnos entre los meses de octubre de 2012 y enero de 2013, cuando tenía 12 años de edad y cursaba primero de Educación Secundaria, ESO. Fue víctima de hostigamiento por parte de cuatro compañeros del centro, con edades comprendidas entre los 15 y los 17 años. Por tal motivo fueron condenados en septiembre de 2013 por el Juzgado de Menores, a realizar tareas socioeducativas durante un año con un contenido formativo educativo individualizado y orientado a desarrollar la empatía y el respeto a los demás. Además, se les prohibía acercarse a la víctima a una distancia inferior a 50 metros.

En aquella sentencia, ratificada después por la Audiencia Provincial en febrero de 2014, se indicaba que los cuatros menores acorralaban en el patio del colegio a su víctima y la aislaban de los amigos y compañeros, además de darle empujones y dirigirse a él con expresiones vejatorias, como la siguiente: «eres un ruso de mierda, vete a tu país». El acoso más grave se produjo el 13 de diciembre de 2013 hasta el punto de que la víctima llegó a sufrir un ataque de ansiedad.

Padres

Los padres del menor también se querellaron contra la directora del colegio, la orientadora y la tutora por entender que no habían intervenido con el rigor necesario para impedir la situación de acoso escolar, es decir que habían actuado con pasividad, mirando para otro lado. Por el contrario, la defensa de las querelladas resaltó que se había actuado de acuerdo con el protocolo legal establecido en estos casos tras tener conocimiento de los incidentes. Por ello, el juzgado de primera instancia decretó el sobreseimiento de la causa, aunque ahora deberá reabrirla por orden de la Audiencia Provincial, que sí ve «indicios mínimamente razonables para que la actuación de los responsables escolares se hubiera orientado acaso de otro modo».

Así, se apunta la posibilidad de que las querelladas deberían haber «manifestado una actividad de mayor rigor e intensidad» ante la situación de acoso continuado, y no como un hecho puntual, que venía sufriendo uno de los alumnos del centro. Asimismo recoge en su auto que no consta que se hubiera actuado a propósito de los presuntos acosadores o agresores ni que haya informes en el colegio que detallen si se produjeron sanciones a los autores más allá de una «amonestación verbal y recriminación» a un grupo de alumnos.
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MICRO

DONDE EMPIEZA EL BULLYING

Un artículo de Celia Rodríguez Ruiz, psicóloga y pedagoga.

El acoso escolar es una realidad, que tristemente se extiende como una plaga entre nuestros menores en nuestros centros escolares. Cada vez que aparece una nueva noticia nos alarmamos y no entendemos cómo ha podido ocurrir, ¿qué está pasando en las aulas? Es importante concienciarnos con el problema del acoso escolar, en lugar de alarmarnos cuando los casos ocurren, cuando ya no hay remedio, la concienciación es el primer paso, conocer donde empieza el bullying nos ayudará a prevenirlo y a pararlo antes de las trágicas consecuencias.


DONDE EMPIEZA EL BULLYING

El acoso escolar es un acto de violencia, que tiene lugar entre menores. El acoso supone una relación asimétrica de dominio-sumisión, donde el matón impone su poder, y somete a la víctima. El acoso escolar es fruto de unos valores sociales en los que predomina la violencia, es el resultado de una violencia implícita, que no se condena pero se acepta.

* Vivimos en una sociedad donde impera el poder. Aquellos que tienen éxito social, son aquellos que tienen poder de algún tipo, sin importar los medios para lograrlo. Nos bastaría con echar un vistazo a los medios de comunicación, la imagen de los héroes y heroínas que muchos programas de televisión ofrecen. El éxito se iguala a poder y, en muchos casos dominio.

* Esta imagen de personas que tienen éxito social, por tener dinero, coches, casas, vestimenta, que no enfatiza en otros valores de la persona. Esa imagen que ofrecen los medios de personas discutiendo y ridiculizándose unos a otros, por ganar poder, por ganar una batalla mediática. Esa imagen puede entretenernos y resultarnos graciosa, pero esa imagen hace mucho daño en nuestros niños y niñas, crecen con unos modelos que favorecen la violencia.

* Por otro lado vivimos en una sociedad donde no se educa por el respeto a las diferencias. A menudo los adultos criticamos a lo diferente, e incluso de manera sutil e inconsciente tratamos mal al diferente. Son pequeños gestos, (que no son para nada violentos), actitudes encubiertas, pero que nuestros niños y niñas que nos toman como modelo a seguir toman como manera de actuar. Cuando nos burlamos de alguien en casas por su color de piel, por su sobrepeso, por sus ideas o forma de vestir, enseñamos a nuestros hijos e hijas a faltar al respeto a los demás. Y luego les exigimos que respeten a los otros, lo cual es una contradicción.

* No educamos a nuestros niños y niñas en la responsabilidad de sus actos. A menudo les defendemos y les protegemos, podemos decir “no lo habrá hecho aposta”, “seguro que no se ha dado cuenta”, “la culpa es de….. que le ha incitado”, con estos mensajes el niño o niña apenas desarrolla la responsabilidad.

CONCRETAMENTE COMO COMIENZA UN CASO DE BULLYING

Con todo este panorama social y educativo es lógico que la violencia se extienda en las aulas. Los menores son especialmente vulnerables a la oleada de violencia, tenderán a reproducir estereotipos tratando de imponer su dominio y de este modo marcar su poder.

El bullying no comienza como un acto de violencia importante, el acoso más bien comienza poco a poco, con pequeños actos, con pequeños gestos. Una broma un poco más pesada un día, un insulto otro día, algún empujón y poco a poco la violencia se hace más frecuente e intensa. A medida que el matón molesta al otro, comprueba su poder y disfruta del poder ya que alimenta su autoestima, tiene que seguir ejerciendo su dominio y llega a convertirse en una necesidad que alimenta su ego, su poder y su autoestima. Finalmente el acosador acaba convirtiéndose en la pesadilla de otro menor inocente.

CÓMO PODEMOS FRENAR EL BULLYING

* Presta atención a los modelos que tienen los niños y niñas. Analiza sus actos y los medios de comunicación y programas a los que tiene acceso. Así como los mensajes que recibe.

* Habla con él o ella, con frecuencia sobre cómo puede estar interpretando los modelos de los que hablamos en el punto anterior.

* No le defiendas de todo. No se trata de hacerle sentir culpable, pero sí de hacerle responsable de sus actos, recuerda que no le ayudas protegiéndole y quitándole importancia a lo que hace.

* Edúcale en el respeto y en la tolerancia.

* Ayúdale a colaborar y enséñale a ayudar a los demás. El poder no tiene que ser sinónimo de dominio.
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3ª edición

SIETE COLEGIOS RECURREN A LA MÚSICA Y EL TEATRO PARA PREVENIR LA VIOLENCIA ESCOLAR

La Consejería de Educación, Universidades y Empleo colabora con la Fundación Yehudi Menuhin España para el desarrollo del programa 'Muse' de inclusión a través de las artes. Esta iniciativa, que se desarrolla en siete centros de la Región de Murcia, promueve el uso de la música, el canto, el teatro, la danza o las artes plásticas como herramienta que favorece la tolerancia y previene las conductas violentas o el racismo.

La directora general de Ordenación Educativa y Atención a la Diversidad, Begoña Iniesta, visitó ayer el CEIP Barriomar de Murcia en el que pudo comprobar la aplicación de este programa y las mejoras que se están experimentando en la convivencia y la reducción del abandono escolar. Esta acción hace hincapié en el diálogo y la interacción entre las diferentes culturas, así como en el desarrollo de la creatividad y la imaginación en la práctica de las disciplinas artísticas como base para la educación.

Iniesta indicó que en los centros en los que se ha trabajado con la Yehudi Menuhin, fundación que cuenta con un convenio con el Ministerio de Educación para la formación de docentes, "muestra una mejora en la práctica docente por el cambio en las metodologías más activas y participativas del profesorado, así como en la mejora del éxito escolar, la convivencia y la reducción del absentismo escolar".

El trabajo se realiza a través de talleres de teatro, danza, música y artes plásticas, impartidos por artistas con experiencia pedagógica, en los que se intenta que los niños participantes canalicen su creatividad, refuercen su autoestima y mejoren su visión del entorno escolar.

Los centros donde está implantado son los colegios públicos Barriomar de Murcia, Stella Maris de Cartagena, San Cristóbal de Lorca, Hernández Ardieta de Roldán, Ramón y Cajal de Águilas, el CEE Primitiva López de Cartagena y el IES Sierra Minera de La Unión.

Junto a la directora general, visitaron el colegio Barriomar la concejal de Educación de Murcia, María Dolores Sánchez, y la directora de la Fundación Yehudi Menuhin España, Ana Isabel Domínguez.
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El poder de la mente

ACOSO ESCOLAR: «ME PEGABAN, ME QUITABAN EL BOCADILLO, ME DECÍAN QUE OLÍA MAL...»

Un artículo de Yolanda Veiga.

Uno de cada diez niños sufre acoso escolar «de alta intensidad».«El chaval que sufre bullying camina encogido, se cubre con la capucha, mira al suelo, no ocupa espacio...», alertan los psicólogos, que sitúan en los 10 años la edad más vulnerable.


«Cuando tenía 8 o 9 años empezaron los insultos y los golpes. Me pegaban en el patio, en el pasillo... donde les pillara. Una mañana, después de la clase de gimnasia, cogieron el rollo de papel higiénico, lo empaparon para hacer bolas grandes y me las tiraron. Yo me escondí en uno de los váteres pero como por la parte de arriba están abiertos se subieron y siguieron lanzándome bolas. A la hora del recreo me quedaba sola en una esquina pero me acorralaban y yo no sabía qué hacer, estaba como en shock, así que aprovechaban para quitarme el bocadillo y tirarlo al suelo. Me llamaban fea, me decían que vestía muy mal, que olía mal... De tantas veces que me han dicho fea, hasta me lo he creído. Yo misma lo digo».

A Yaiza le ha costado cuatro años (tiene 13) contarlo sin echarse a llorar. Antes se le caían «lagrimones» y corría a refugiarse a su cuarto para no tener que dar explicaciones. «No dije nada en casa pero mis primas se dieron cuenta en el colegio y se lo contaron a mi madre». La adolescente relata su calvario en 'La voz del silencio', un programa semanal contra el bullying que está colgado en la web de la Asociación No al Acoso Escolar

Edgar (14 años) le toca un brazo porque a Yaiza se le quiebra un poco la voz y luego le toma el relevo: «Era distinto a los demás, no me gustaba el fútbol, así que los niños me dejaban aparte. Siempre estaba solo en el colegio, me sentía un bicho raro. Nunca me pegaron pero sufrí acoso psicológico». También Joel (14): «Me decían que era rarito, como llevaba el pelo un poco largo se reían. Había una niña en clase que era como yo, nos entendíamos y estábamos juntos todo el rato que podíamos. Ella era mi espacio seguro».

Yaiza, Edgar y Joel ponen cara al bullying, el acoso escolar al que se puso nombre en inglés hace unos años, aunque los psicólogos prefieren llamarlo 'acoso entre iguales' para no «estigmatizar la escuela». «El punto de inflexión fue el suicidio de Jokin, el adolescente de Hondarribia que se arrojó de madrugada desde una muralla en septiembre de 2004. Además de mediadores del conocimiento los profesores tenemos que dedicar tiempo a mirar a la cara y al corazón a los niños», hace autocrítica José Antonio Luengo, orientador en un instituto de Secundaria y, durante diez años, secretario general del Defensor del Menor de Madrid.

Dice que basta con mirarles cómo caminan. «El niño acosado anda encogido, se cubre con la capucha, mira hacia abajo, lleva los ojos tristes...». Javier Pérez, psicólogo y presidente de la Asociación No al Acoso Escolar, habla de ‘Las tres c’ para detectar el acoso: «Cambios, cuerpo y campana. Los cambios más habituales son que empieza a traer peores notas, golpes visibles, la mochila manchada... El cuerpo quiere decir que camina como comprimido, ocupando poco espacio y lo de la 'campaña' es porque en Cataluña se llama así a las pellas, a las piras, al absentismo escolar».

Diego (11 años) tampoco quería ir a clase. Antes de tirarse desde su casa, un quinto piso en Leganés (Madrid), dejó una nota a sus padres: «Papá, mamá, espero que algún día podáis odiarme un poquito menos. Yo no aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir». El juzgado de Instrucción 1 de Leganés (Madrid) archivó la causa en diciembre «al no poder determinarse que hubiera habido intermediación de terceros en la muerte del pequeño». Los padres presentaron un recurso para reabrir el caso y lo han conseguido.

Según las estadísticas, uno de cada cuatro alumnos en España sufre acoso escolar de mayor o menor intensidad, una cifra cuestionada por algunos profesionales. Sobre lo que hay consenso absoluto es acerca el porcentaje de los que sufren «acoso de alta intensidad»: en torno al 10%. «Estamos hablando de 200.000 niños», alerta Javier Pérez, que asegura que los casos más numerosos se dan entre alumnos de 10 u 11 años. «Es la preadolescencia, una etapa evolutiva en la que empiezan a formarse los grupos de amigos. En Secundaria, entre los 12 y los 16 años, cuantitativamente hay menos episodios pero son más visibles. En Primaria el acoso se traduce en insultos, empujones, patadas a la mochila... pero en el instituto se sofistica y hasta se graban las palizas. También estamos detectando algunos casos entre críos de 4 ó 5 años. Lo llamamos 'Es mío' porque se traduce en que un niño somete a otro, le hace jugar cuando él quiere, comer cuando él manda...».

En su asociación, que fundó Aurora, una «madre coraje» cuya hija sufrió acoso y ahora es una joven que acaba de terminar Psicología, han empezado una campaña de crowfunding para poder poner en marcha un servicio telefónico de atención a los chavales durante doce horas diarias. «Ahora mismo tengo 180 llamadas pendientes de atender». Están desbordados e impresionados por lo que escuchan al otro lado del teléfono: «Unos niños de 8 años orinaban en un vaso y le obligaban a bebérselo a otro compañero. Y a un alumno de un instituto de Extremadura le han dejado tuerto después de un 'gomazo'. Estuvo tres meses sin moverse en la cama, pero no le han podido salvar el ojo. ¿Y qué dice el director del centro? Pues que no pueden garantizar su seguridad».

Los afectados se muestran muy críticos con las instituciones, desde los colegios, a la Administración. «Miras los informes de la inspección educativa y resulta que los casos de acoso son el cero coma poco por ciento. Viven en otra galaxia, la negación institucional es un síndrome, claro que reconocerlo sería aceptar que el sistema no funciona. Hay profesores magníficos, pero detrás de cada niño acosado hay un maestro o un director que no lo está haciendo bien», advierten desde la asociación.

Y secunda José Antonio Luengo, que también es vicesecretario del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, y propone reflexionar sobre «el tratamiento que la sociedad da al respeto y a la dignidad». Reflexión que también debe hacerse en las aulas, claro. «Desde hace seis o siete años no valen las excusas. Eso de 'yo no estoy formado', es muy difícil de detectar, no hay protocolos de actuación... Hay muchas herramientas y una magnífica que se usa muy poco, el sociograma. Es una actividad de diez minutos que se hace al comienzo de curso para conocer a los alumnos. El profesor prepara tres o cuatro preguntas: '¿con qué tres compañeros te diviertes más?', '¿con quién no te sentarías nunca en clase?', '¿a quién no llamarían para salir a jugar?'... Las respuestas son anónimas y con ellas se puede saber quiénes son los líderes y quiénes son rechazados y forman parte del rincón».

No funciona como una varita mágica pero puede ayudar en las tareas de prevención. «La violencia no la vamos a poder evitar, pero podemos trabajar en formar personalidades más fuertes, aulas en las que los alumnos se ayuden entre ellos, se den cuenta de quién lo pasa mal... Así se acabará con el acoso». Los especialistas insisten en que los propios menores forman el mejor escudo y mejor defensa. «El acoso escolar es de lo más duro que puede vivir un ser humano, duele a rabiar. Eso de que curte o hace madurar es mentira. Durante años escuchamos muchos casos en el Defensor del Menor y las víctimas siempre nos decían que con que un compañero se ponga de su parte a veces es suficiente. Una sola persona que le llame por teléfono o se coloque delante del agresor. Una agresión intensa hace menos daño cuando sale gente en tu defensa. El apoyo social es fundamental», incide Luengo.

A los expertos no les gusta dibujar perfiles de acosadores y acosados pero reconocen que «el acoso masculino es más bruto, de colleja o patada, mientras que las chicas tienden más a excluir y apartar a sus compañeras».

¿Qué persigue el acosador?

La afirmación personal. Suelen ser pequeños tiranos, chavales populares en el colegio, aunque a veces es un acosador circunstancial. Alguien que saca malas notas y llama la atención metiéndose con un compañero en el patio -explica Javier Pérez-.

Lo que haga el agraviado es lo de menos, no está en su mano frenar el acoso. «A un chaval le llamaban gordo, adelgazó doce kilos y le empezaron a llamar marica. ¿Y qué hacen los pelirrojos que llevan toda la vida aguantando que les llamen 'panocho' o 'zanahoria', se tiñen el pelo? Tampoco vale eso de que se meten con ellos porque son tímidos. Es al revés, son tímidos porque se meten con ellos. Si solo miramos a la víctima la victimizamos más. El que necesita ir al psicólogo no es el acosado, es el acosador, y probablemente así evitemos que sufran más niños o su mujer en el futuro, porque algunos serán maltratadores adultos».

Otros no, otros se reinsertarán. Conoce Javier Pérez algunos casos: «En la asociación tenemos dos chavales, ya mayores, que fueron acosadores y ahora ayudan porque se arrepienten, quieren reparar el daño hecho». Aunque el perdón, a sus víctimas, les llega tarde.

SÍNTOMAS PARA DETECTAR EL ACOSO

En la escuela:

- Son objeto de burlas, bromas desagradables, les ponen motes, les insultan, les molestan...

- Acostumbran a estar involucrados en discusiones y peleas en las que se encuentran indefensos y siempre acaban perdiendo.

- En el juego son los últimos en ser elegidos.

- En el patio suelen quedarse cerca de los profesores.

- No tienen amigos.

En clase:

- Tienen dificultades para hablar.

- Dan impresión de inseguridad o ansiedad.

- Tienen un aspecto contrariado y triste.

- Deterioro gradual del rendimiento escolar...

En casa:

- Vuelven del colegio con la ropa estropeada, con los libros sucios o rotos.

- Presentan señales de golpes y arañazos.

- Dicen que han «perdido» objetos o dinero.

- No quieren ir a la escuela o piden que les acompañen.

- Evitan determinados lugares, determinados días o clases.

- Recorren caminos ilógicos para ir a la escuela

- No son invitados a las casas de otros.

- Tienen pesadillas, trastornos psicosomáticos, cambios súbitos de humor...
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CÓMO DETECTAR Y COMBATIR EL ACOSO ESCOLAR EN EL AULA

El estudio Cisneros X, el más exhaustivo realizado en España sobre violencia y acoso escolar, indica que uno de cuatro alumnos de Primaria a Bachillerato sufre acoso escolar. En este tema los docentes tienen mucho que aportar y pueden ser la clave para detectar y combatir el bullying en sus aulas y, además, para contribuir a la educación de sus alumnos al respecto y lograr así erradicar este problema de nuestra sociedad. Te damos cinco consejos para que abordes el acoso en tus clases, tanto para solventar una situación aislada como para prevenirlo.


CINCO RECOMENDACIONES PARA REACCIONAR ANTE EL ACOSO


1 - Presta atención a las señales. El acoso en el centro escolar no sucede cuando el profesor está presente, por lo que no siempre es fácil detectarlo. Cuando sea posible, estate atento a lo que sucede en las zonas comunes, el patio, los pasillos o en las actividades extraescolares del centro escolar. Es más probable que el acoso se dé en esos momentos. También debes observar a tus alumnos, detectar marcas de peleas pero también cambios de actitud. En el caso de que un alumno comparta contigo algún conflicto o momento violento, no le quites importancia. Respeta su confianza y no lo comentes públicamente, pero toma nota, valóralo y haz un seguimiento para comprobar si se trata de un problema real y reiterado o es un enfrentamiento puntual sin mayor trascendencia. Este reportaje explica algunas claves para detectar el acoso escolar y actuar en consecuencia.

2 - Actúa con rapidez y contundencia. Cuando sospeches que existe acoso, reacciona lo antes posible y, si tu centro tiene un protocolo establecido, ponlo en práctica. Incluso en el caso de que se trate de una situación aislada o que aún no sea demasiado grave, es mejor atajar el conflicto cuanto antes y, todavía mejor, prevenir el acoso antes de que suceda. Afronta el problema con el niño o niños que acosan y, en la medida de lo posible, no inculpes o señales a la víctima, ni los sometas a un careo o una mediación conjunta. Habla con cada uno individualmente, con calma, y promueve que se comprometan y se impliquen para solucionar el problema. Estableced las pautas de comportamiento que cumplirán a partir de ese momento y realiza un seguimiento de cada uno de ellos durante varias semanas para asegurarte de que es así. De forma paralela, presta atención a la víctima o víctimas del acoso para comprobar que el problema se ha solucionado. Esta Guía para el profesorado sobre acoso escolar puede orientarte para actuar. También puede interesarte el Método Pikas, un sistema de reacción en situaciones de acoso, recomendado para niños a partir de 9 años.

3 - Implica a las familias. En un caso de acoso es importante que recurras a la colaboración de la familia, tanto de la víctima como del presunto acosador. En cada caso, la comunicación es esencial y debe hacerse por separado.

- Familia del alumno acosado. Tranquiliza y apoya a los padres y déjales claro que trabajaréis juntos para solucionar el problema. Comparte con ellos las medidas que estás tomando, explícales por qué son las más adecuadas y aconséjales sobre cómo deben reaccionar en casa y dar su apoyo a su hijo o hija. Facilítales información sobre ayudas profesionales y psicológicas si lo consideran necesario. Mantén una comunicación fluida para informarles de cómo avanza la situación.

- Familia del alumno que acosa. No les presiones ni les juzgues, actúa con tacto al exponerles la situación, con claridad y datos, y escúchales. Transmíteles las medidas que se van a tomar para solucionar el problema y explícales que su colaboración también es fundamental para evitar que la situación se mantenga. Comunícate con ellos de forma regular para tenerles al tanto de la evolución de su hijo y del problema.

4 - Aborda el problema en clase. Mantén la confidencialidad de los implicados, pero trata el tema con el resto de alumnos. La función de los que observan y consienten el acoso, la violencia, el desprecio o cualquier otra conducta de maltrato en clase es muy importante. En algunos centros escolares, cuando sucede un caso grave de acoso, se establecen equipos de protección para la víctima, integrados por algunos compañeros de su misma clase. Pero, incluso sin aplicar esta medida, es importante hablar con el grupo y destacar su responsabilidad para evitar el acoso, denunciarlo si sucede y apoyar a la víctima. Puedes utilizar ideas de esta guía para niños de Primaria y este folleto para Secundaria.

5 - Sigue unas rutinas de prevención. Conseguir un buen clima en el aula y favorecer la comunicación ayuda a prevenir el acoso escolar y, además, contribuye a implicar a los propios estudiantes en la lucha contra este grave problema. Puedes utilizar algunos de los siguientes recursos para reflexionar sobre el acoso y el respeto mutuo, dentro y fuera del centro escolar:

- Actividades para el desarrollo de habilidades sociales básicas.
- Casos e historias, para reflexionar sobre la convivencia en el aula.
- Selección de videos sobre el tema del acoso escolar.
- No te enredes en la red, guía para conocer los peligros del ciberbullying.
- El maltrato entre escolares, guía para jóvenes.
- Ficha para trabajar en clase el acoso escolar.
- Presentación con varias dinámicas para prevenir el bullying.
- Propuesta de intervención, con actividades para Primaria, destinadas a prevenir el acoso desde la conducta prosocial y la empatía.
- Post del blog Entre pasillos y aulas con consejos y recursos para tratar el acoso escolar en los centros.

Más información:

Maltrato cero. Orientaciones sobre el acoso escolar
No son cosas de niños: es acoso
No al acoso
Bullying, maltrato entre alumnos
Asociación Española contra el Acoso Escolar
Ver más

LOS HÉROES DEL PATIO (Contra el acoso escolar)

Crimen + Investigación y Save the Children contra el acoso escolar

El acoso escolar es violencia. Poner motes, empujar, insultar, burlarse de alguien, dar información muy personal en internet, hacer muecas o pegar. Muchos niños y jóvenes se enfrentan a situaciones como estas en su centro escolar. Tenemos la responsabilidad de terminar con ello, pero además, tenemos el poder para hacerlo.

Hay una manera de proteger y defender a quienes lo están sufriendo. Hay unos héroes que pueden combatirlo. Alumnos, padres y profesores pueden ser los héroes del patio. Solo hay que dar un paso adelante, tomar la decisión y actuar contra el acoso escolar.

Crimen + Investigación presenta en estos 4 vídeos alguno de estos poderes que todos llevamos dentro y que ayudan a combatir el acoso escolar.

Capítulo 1. "Byte Face". Con el Rubius


Capítulo 2. "Ultra Shout". Con Edurne


Capítulo 3. "Shield Boy". Con Óscar Martínez


Capítulo 4. "Wolf Eyes". Con Cecilia Freire


Tú también puedes luchar contra el acoso escolar
Todos tenemos el poder para conseguirlo. Descarga nuestros consejos y conviértete en un héroe del patio:

Pautas para alumnos y alumnas ante el acoso escolar

Pautas para padres y madres ante el acoso escolar

Pautas para profesores y profesoras ante el acoso escolar
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SINOPSIS DE LA OBRA

‘CIBERBULLYING’ EN NIÑOS DE NUEVE AÑOS

Un nuevo caso de ‘ciberbullying’ ha obligado a actuar al Departament d’Ensenyament de Catalunya. Tres menores de un colegio de Girona acosaban a otro en las horas lectivas y fuera del centro a través de mensajes de Whatsapp.

La dirección del CEIP Aldric de Cassà de la Selva (Girona), una de las dos escuelas públicas que hay en el municipio, decidió expulsar durante una semana a los tres acosadores. A pesar de cursar 4º de Primaria (9-10 años) el asedio sobre su compañero era constante y el colegio se vio obligado a tomar cartas en el asunto.

La expulsión no gustó a los padres afectados, que en lugar de culpar a sus hijos la tomaron con la dirección de la escuela. Los progenitores cuestionan la actuación de los profesores hasta el punto de amenazar con interponer denuncias al colegio.

Ante semejante problemática, el Departament d’Ensenyament de Catalunya activó los protocolos establecidos para este tipo de casos. No se han querido dar detalles de lo ocurrido, porque desde Ensenyament aseguran que son hechos que se enmarcar estrictamente dentro del ámbito del centro y donde, además, están implicados menores. Aunque el niño que sufría el ‘ciberbulling’ tendría los mensajes amenazantes como prueba.

Los niños acosadores ya han vuelto a la escuela tras su semana de castigo, pero este caso vuelve a activar el debate de si es necesario un mayor control de los padres sobre sus hijos con las nuevas tecnologías. Menores de solo 9 años hacían la vida imposible a otro compañero por Whatsapp y los padres no tenían constancia de lo que hacían sus hijos con el teléfono móvil. Y no solo eso, una vez descubierto el caso culparon al profesorado en lugar de a ellos mismos.

Pese a todo, Ensenyament ha dejado claro que, a pesar de su intervención, el conflicto se va a resolver desde el centro ya que se considera una cuestión interna. Según explica la agencia Europa Press, desde el centro se ha querido dejar claro que la expulsión respondió a una situación de convivencia en la escuela, y ha asegurado que están trabajando con el departamento para resolver el caso.

Ciberbullying, un tipo de acoso en auge

Uno de cada cinco adolescentes españoles reconoce haber acosado en redes sociales a otra persona al menos una vez, en la mayor parte de las ocasiones burlándose de su aspecto físico, según un estudio de Intel Security.

Ésta es una de las conclusiones de la investigación realizada por la compañía Intel Security sobre “Las realidades de la ciberpaternidad: lo que adolescentes y preadolescentes hacen online”, que analiza el comportamiento en internet y en redes sociales de los españoles entre 8 y 16 años, así como el de sus padres.

Sobre los motivos que llevaron a los adolescentes encuestados a hacerciberbullying , más de la mitad afirma que no les gustaba dicha persona, según una nota de los promotores del estudio.

Respecto a las reacciones ante el acoso a través de internet, un 35 por ciento de los adolescentes que ha presenciado este tipo de comportamientos en la red dice haberlo trasladado a un adulto, mientras que el 28 por ciento admite no haber hecho nada.
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LEER PRÓLOGO

ASÍ FUNCIONA UN COLEGIO ANTIACOSO

La escuela finlandesa de Fuengirola aplica el programa Kiva que incluye sesiones contra el 'bullying', vigilantes y especialistas.

Amanda y Aino se mueren de risa. Van vestidas de princesas con un tutú y flores y sujetan con otros cuatro compañeros de su clase de seis años un laberinto de madera con agujeros por el que, entre todos, deben conseguir que pase una bola sin caer al suelo. Lo intentan varias veces. Y lo consiguen. Ya sentadas en el sofá de la clase, mientras sus compañeras hacen planetas con globos y papel, les da otro ataque. "¡Jajajajaja!". Imparables. "¿Qué es Kiva? Kiva es divertido…", responden a una pregunta que no entienden. Ninguna de estas dos niñas rubias tiene ni idea de lo que es acoso escolar (ni falta que hace) ni de lo que significa en realidad Kiva Koulu (en finlandés Escuela Divertida), el programa antibullying que Finlandia practica en el 90% de sus escuelas, incluida la suya. Estamos en el colegio finlandés de España, situado en Fuengirola (Málaga), con 300 estudiantes y 25 años de trayectoria. Sin saberlo, entre carcajadas, estas dos alumnas están empezando a trabajar una de las grandes claves del asunto: se gana en equipo.

En 2009, el Gobierno finlandés implantó un modelo en el que habían trabajado previamente investigadores de la Universidad de Turku, el programa Kiva Koulu. Y lo llevaron a los centros. Las primeras investigaciones apuntan a descensos sensibles de casos de acoso. El modelo está ya en marcha en otros países (Italia, Holanda, Estados Unidos, Reino Unido…) y fue presentado en España en mayo por el Instituto Iberoamericano de Finlandia, sin que hasta la fecha se haya apuntado ningún centro público español. El Ministerio de Educación español acaba de sacar el borrador de un plan de convivencia que anunció ya en abril y con escasa concreción de momento. Lo ha anunciado acuciado por el caso de un niño, Diego, que se quitó la vida sin que nadie detectara que algo iba mal y dejó a sus padres escrita una carta en la que decía: "Ya no aguanto ir al colegio y no hay otra manera de no ir". El caso se ha reabierto. Otra chica de Madrid, Arancha de 16 años, se suicidó en mayo después de que los padres lo hubieran denunciado en comisaría . Algo está fallando.

Profesores alerta

"Lo más importante es que el profesor esté realmente alerta, notar si tus chicos están fuera del grupo y no tiene amigos, aprender a conocerles y facilitar grupos seguros, en los que todos se sientan a salvo". Ann-Charlotte Ahl Quist es una de las cuatro profesoras especialistas en Kiva del colegio de Fuengirola, que implantó el sistema hace cuatro años. Sobre la mesa de la sala de profesores, despliega el material: Libros vídeos, revistas,… El programa incluye 10 sesiones al año en cada curso. Pero además de las clases específicas, hay guardianes como esta docente a la que le llegan todos los casos. El grupo de cuatro especialistas debe diseñar las estrategias.

Primera planta. Aula de los alumnos de siete años. El miércoles pasado tocaba una clase sobre emociones dentro del plan antiacoso. El profesor saca un dibujo con un niño abrazado a sí mismo, con el flequillo de punta y los ojos muy abiertos. "¡Pelko!", gritan los niños. ("¡Miedo!"). Durante 45 minutos verán otras imágenes (inseguridad, tristeza, felicidad…) y saldrán a la pizarra a interpretar ellos mismos los sentimientos con gestos y aspavientos.

Aprenden que no está bien que uno esté triste, que no se habla cuando otro habla, que no hay que reírse de los demás. Distintos expertos españoles recomiendan que la prevención y detención del acoso escolar se trabaje desde los primeros ciclos, en los años de primaria.

Seis recreos al día

Suena la sirena de pitidos cortos que anuncia uno de los seis recreos del colegio de Fuengirola, donde solo estudian alumnos con nacionalidad finlandesa, aunque muchos hablan español. Al estar en la Costa del Sol, hay menores que pasan apenas un par de meses en el centro, muchos chicos nuevos. Para ellos también es Kiva, para integrarlos en el grupo. Los niños bajan en tropel por las escaleras de este antiguo restaurante de tres plantas situado al este de Fuengirola, en el barrio de Los Pacos en el que casi todos los vecinos son finlandeses que comenzaron a llegar en los años 60 atraídos por el sol y la posibilidad de practicar deportes en invierno.

En mitad del patio brilla el chaleco reflectante de Conchi Flores, profesora de infantil y español, que regresó a Málaga después de 17 años en Finlandia. Durante los próximos 10 minutos es una autoridad antiacoso perfectamente identificable. Otros dos compañeros como ella vigilan las otras dos plantas. "Aquí no pasan ni una", explica coloquial entre el barullo de los pequeños, que se persiguen de un extremo a otro del patio junto a la mesa de pin-pong. "Se ataja rápidamente el problema que haya por insignificante que parezca. Nosotros en España damos menos importancia a que un chico le diga a otro: 'Tonto, que eres tonto', pero aquí cualquier palabra se lleva al profesor".

Todos importan en el grupo

"¡Jono, jono, jono!" ("¡fila, fila, fila!"). La profesora de Matemáticas, Minttu Alonen, imparte también hoy una clase de Kiva con los mayores. Los 23 alumnos de sexto grado (12 años) desfilan hacia la pista de baloncesto, situada al otro lado de la calle. En este colegio la fila es sagrada: para moverse, para esperar al recreo, para lavarse las manos en los lavabos que hay en un pasillo delante del comedor que sirve a diario comida elaborada allí. Los organiza en grupos de seis, mezclados entre sí. "Es importante que hagan cosas divertidas en las que puedan trabajar en grupo. En el grupo todo el mundo sabe que es importante, aprendes a valorar al otro", explicará la docente luego. "En mis clases no tolero que nadie se ría de otro por ser diferente o por hacer algo mal", añade con gesto enfadado.

Información a los padres

"Se burlaban de mí porque mi padre es profesor. Pero hablé con él, contactaron con sus padres. Y paró. Ahora todo está bien". Rasmus, de 12 años, confiesa en mitad de la pista de baloncesto que fue acosado. "Significa molestar a otro, molestarle todos los días y producirle miedo", describe mientras sus compañeros siguen con los juegos al fondo.

El proceso normal es el siguiente: cualquier cosa que se detecte es comunicada al equipo de cuatro profesores Kiva. Si se considera grave, se avisa a los padres, y si es "muy serio" esa llamada es inmediata, explica la directora del colegio, Maarit Paaso. "No esperamos al día siguiente, ni a la semana siguiente, lo que es importante hay que resolverlo en seguida, no podemos cerrar los ojos, hay que estar alerta todo el tiempo", señala en su despacho. El papel de los padres también es importante. Hay una guía para ellos, se les convoca a tutorías, se les informa desde una aplicación informática. El acoso sucede en el grupo (el acosador y sus acólitos) y se combate en grupo, formado esta vez por todo el sistema, desde el Gobierno al niño recién llegado a la escuela. "No podemos bajar la guardia", asegura la directora.
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Esquema epistemológico de La educación cuántica

EL ACOSO EN LA ESCUELA: CÓMO SOLUCIONARLO

Un artículo de José Antonio Marina.

Los problemas educativos -incluido el 'bullying'- pueden arreglarse, pero hay que enfrentarlos con sabiduría y resolución.


El 21 de septiembre de 2004, Jokin, 14 años, se suicidó en Fuenterrabía incapaz de soportar el acoso escolar. El 14 de octubre de 2015, Diego, 11 años, se suicidó, presuntamente por las mismas causas. Entre ambos sucesos hay otros nombres - Carla , Arancha, Alan...- y una pregunta: ¿hemos hecho algo para solucionar el problema que provoca esas muertes? En 1983, tres adolescentes noruegos se suicidaron, lo que llevó al Ministerio de Educación a iniciar una campaña nacional contra el acoso en la escuela. El profesor Dan Olweus fue el encargado de elaborar un plan. Con gran éxito. En Finlandia, los investigadores de la Universidad de Turku han diseñado el programa KiVa, que reduce espectacularmente los casos de violencia. En 2006, publiqué un plan contra la violencia escolar, aprovechando lo que los mejores especialistas nos enseñan. Nunca se puso en marcha.

LAS ESCUELAS TIENEN PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN EN CASO DE INCENDIO.
DEBEN TENER TAMBIÉN PROTOCOLOS PARA PREVENIR LA VIOLENCIA.


Este doloroso tema ejemplifica claramente los problemas de la educación española. En primer lugar, nos indica que las situaciones son complejas. En los casos de acoso hay tres protagonistas: la victima, el acosador y los espectadores. Tanto el programa de Olweus como el KiVa se centran en este último grupo, el más numeroso y el que podría servir de freno. Pero hay otros elementos importantes. El gran encubridor de los acosadores es el silencio de las víctimas. Unas veces es por miedo a las represalias, pero otras es por algo más sutil. Con frecuencia decimos que es de chivatos acusar, o es de cobardes pedir ayuda. Muchas veces, los padres no creen que sus hijos puedan ser acosadores. O piensan que el acoso ha existido siempre y que ellos lo experimentaron y no les pasó nada. Y en las escuelas no tenemos procedimientos fiables para detectar los casos. No olvidemos que el mayor número de casos suceden en los recreos o en la salida del colegio. Fuera de las aulas.

El tiempo no es la solución

Los problemas no se resuelven solos. Nuestro vicio nacional no es la envidia, sino la procrastinación, el dejar las cosas para mañana. Todo se nos vuelve crónico. Tenemos la idea de que el tiempo es el que arregla las cosas. En cierto sentido es verdad, porque dentro de 100 años todos estaremos criando malvas. Pero no es la mejor solución.

A riesgo de resultar pesado, volveré a repetir que en educación no hay milagros: hay conocimiento y constancia.

Los problemas educativos -incluido el 'bullying'- pueden arreglarse, pero hay que enfrentarlos con sabiduría y resolución. Las escuelas tienen protocolos de actuación en caso de incendio. Deben tener también protocolos para prevenir la violencia. La escuela debe ser el centro de una gran revolución educativa. Y este problema es un buen ejemplo. Los centros educativos son los que deben iniciar el proceso, pero no pueden hacerlo solos. Necesitan asesoramiento y ayuda, para poder implicar a las familias, al entorno, a las organizaciones del barrio, a la sanidad, a los municipios. Las escuelas no pueden ser solo establecimientos para educar a sus alumnos, sino centros de irradiación educativa. Y las familias deben colaborar con ellas, y no mantener el distanciamiento receloso que mantienen ahora.

La pasividad no arregla nada. La legislación, tampoco. Está muy bien que el Consejo de Ministros haya aprobado el Plan Estratégico de Convivencia en los Centros. Pero por experiencia sabemos que lo difícil es pasar del BOE al aula. Hay que implicarse en la gestión de los problemas, aprender de quienes saben resolverlos, tener humildad y tenacidad. En Finlandia se habla mucho en las aulas sobre el 'bullying', y se tienen clases sobre el tema un par de veces al mes. A riesgo de resultar pesado, volveré a repetir que en educación no hay milagros: hay conocimiento y constancia. Espero que, para no tener que lamentarnos de nuevo ante casos como el de Jokin o el de Diego, nos pongamos manos a la obra.
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Esquema epistemológico de La educación cuántica

ALUMNOS QUE ENSEÑAN A SUS COMPAÑEROS CÓMO USAR Y CÓMO PROTEGERSE EN LAS REDES SOCIALES

Sólo cuatro de 23 alumnos admitió haber hablado con sus padres sobre redes sociales. Consideran que la experiencia de enseñar a compañeros es muy positiva.

La Policía, profesores y psicólogos ya no son los únicos que dan charlas para concienciar a los más pequeños sobre las TIC (Tecnologías de la información y comunicación). Ahora lo hacen también adolescentes que son formados para exponer ante niños de 5º y 6º de Primaria. EL MUNDO ha acompañado a estudiantes de 3º y 4º de la ESO del IES José de Churriguera de Leganés a lo largo de su experiencia como alumnos ayudantes.

El día de formación, los jóvenes estaban sentados en forma de U. "Así nadie da la espalda a nadie, pueden verse todos y hay más movimiento y acercamiento", explica José Antonio Luengo, asesor técnico docente del área territorial y coordinador del proyecto de ayudantes. Los alumnos están allí porque quieren. Se presentaron voluntarios y fueron elegidos por sus propias clases para ir unas semanas después a los colegios Concepción Arenal y Marqués de Leganés.

A lo largo de la mañana, les preparan para las sesiones que, dentro de unas semanas, darán a los más pequeños: una de intimidad en la Red, y otra de respeto en la misma. Las técnicas y los materiales que utiliza Luengo para formarles serán las mismas que los mayores utilizarán en sus charlas con los alumnos de Primaria. De esta forma, cuando les explica que "en el momento que cuelgas algo en internet, pierdes el control sobre ello", lo hace con la intención de que ellos hagan lo mismo en los colegios.

Les inculcan valores como la humildad y la discreción. "Vosotros también sois el mensaje, la actitud. No es sólo lo que digo, sino cómo lo digo", les enseña Luengo. Más allá de cómo hablar y actuar en las futuras exposiciones, tratan también el tema de respeto en las relaciones digitales, y el concepto y la experiencia del ciberbullying.

Al explicar a los jóvenes algunas cifras y datos, se topan con que la edad mínima para facilitar datos a las redes sociales sea los 14 años, aunque algunas aumenten esta edad. "No queremos crear miedo, pero sí reflexión. ¿Son iguales los amigos de internet a los de siempre?", les pregunta Luengo. Así, surgen respuestas como: "No es lo mismo que en persona. ¿Y si es un pederasta?".

Cómo gestionar problemas en las redes

Después de dos ensayos y de coger confianza con los pequeños en las primeras exposiciones, los estudiantes están ya listos para el último día de sesiones en el colegio Concepción Arenal. Van a los colegios por parejas y lo tienen todo organizado: se intercambiarán entre el ordenador y la pizarra en diversas ocasiones y servirán de apoyo el uno al otro cuando se quedan en blanco.

La alegría, el buen humor y la inocencia colorean el ambiente. Los pequeños se levantan con entusiasmo para ver mejor los vídeos y hacen una pregunta detrás de otra cuando toca analizarlos después. Mientras en este aula de 23 alumnos sólo cuatro reconocen haber hablado con sus padres sobre las redes, en el otro los niños se sinceran, contándole a sus exponentes problemas que ya habían tenido en relación a las TIC. "Había gente que insultaba a un niño de esta clase y luego él también les insultaba a ellos", confiesa una de las alumnas. Y así, dejando a un lado la exposición y preguntando: "¿Qué hicisteis para solucionarlo?", llegan a un acuerdo con los pequeños para que, con suerte, no vuelva a pasar.

Ambas charlas terminan de la misma manera: haciendo alusión al programa de atención para adolescentes víctimas de violencia de género 'No te cortes'. Después de enseñarles la imagen de la campaña y de explicarles en qué consistía, pasan a apuntar sus conclusiones en post-it, donde se ve que la empatía es el sentimiento que se ha hecho con todos. "Si vas a insultar a alguien, antes piensa lo que haces. No es lo mismo insultar en persona que en las redes sociales", lee una de las pequeñas.

Una reflexión positiva

"Los estudiantes que participaron en el proyecto valoran la experiencia de manera muy positiva. En cuanto a contenidos, no consideran que hayan aprendido nada nuevo sobre las redes sociales, la privacidad y el respeto porque son temas que ya se han trabajado mucho en el instituto. Pero, sin duda, les hace reflexionar sobre ello y ser más conscientes cuando han de explicárselo a niños más pequeños", cuenta a este periódico María Cuadrado Castaño, psicóloga y orientadora educativa del IES José de Churriguera.

El Proyecto de Alumnos Ayudantes en las TIC nace del Área Territorial de Educación de Madrid Sur en el curso 2012-2013 y es ahora cuando está viviendo su mejor momento. En el curso 2014-2015, se desarrolló el proyecto en 23 centros diferentes, englobando tanto a institutos públicos como a colegios privados y concertados, a los que habría que añadir los diferentes colegios públicos que también participaron en las distintas jornadas. De todos éstos, algunos han decidido continuar de forma independiente al centro territorial.

Es el caso del IES Gabriel García Márquez de Madrid, que lleva ya dos años contando con alumnos ayudantes. Utilizan los mismos materiales, pero forman y llevan a los chicos a los colegios de manera ajena al área. Este último curso se han unido, de momento, otros siete centros. "Debido a que ahora mismo el tema de las redes sociales está muy presente, nos parece muy interesante que los alumnos puedan tener conocimiento de su buen uso. Más que saber utilizarla, queremos que sepan utilizarla de la forma adecuada", explica Alberto González, director del Área Territorial de Educación de Madrid Sur.

¿Qué mejor que aprender de la mano de aquellos que han nacido y están creciendo en la era digital? "Nosotros no queremos salvar al mundo. Somos maestros. Un instituto, cuando trabaja con esto durante dos o tres años, tiene a casi todos los alumnos concienciados. Hay menos problemas y dificultades. Se habla de ello porque se le da importancia. Es una pescadilla que se muerde la cola y que al final termina provocando mucha conexión entre los chicos y las chicas", explica Luengo.

400 voluntarios

En total son aproximadamente 400 los ayudantes que ya aportan su granito de arena a alrededor de 3500 colegios en materia de sensibilización y formación con relación al uso responsable de las TIC, a los que habría que sumar todos los que lo hacen por su propia cuenta. Los materiales que utilizan son de libre acceso y se pueden encontrar en su página web. "Es una experiencia con la que me siento bastante realizado. Ha sido enriquecedora y he tenido bastantes nervios, pero es una toma de contacto muy buena como práctica para el futuro", comenta uno de los alumnos ayudantes del IES José de Churriguera, con una sonrisa de oreja a oreja.

El proyecto es completamente voluntario para todos los colegios e institutos. Por eso, para poder llevarlo a cabo tienen que estar conformes tanto los equipos directivos como los profesores tutores de los centros. "En un principio, el objetivo fue empezar por pocos centros, pero ahora es más ambicioso. Queremos que se extienda a la mayor cantidad de centros del área territorial posible. Que un alumno sepa utilizar adecuadamente las herramientas y que llegue al máximo número de chicos", sentencia Alberto González.
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OBSERVADORES PASIVOS: LOS OTROS CULPABLES DEL ACOSO ESCOLAR

Un artículo de Anna Flotats.

Profesores y psicólogos recomiendan luchar contra el maltrato en los centros educativos cambiando las normas que rigen el grupo y poniendo el foco en los testigos para que no miren hacia otro lado y defiendan a la víctima.


Diego, un niño de 11 años, se suicidó hace tres meses en Madrid porque, según escribió en una carta dirigida a su familia, no aguantaba " ir al colegio". Igual que Alan, un joven transexual de 17 años que el pasado diciembre se quitó la vida en Barcelona por "la presión y la incomprensión" que sentía en el colegio. Ante esos casos, que han devuelto el acoso escolar a la palestra, solemos preguntarnos: ¿Cómo no se dieron cuenta los profesores de lo que estaban sufriendo estos menores? ¿Ningún compañero presenció el maltrato? ¿Por qué no dijo nada? El bullying es un fenómeno complejo que puede estar provocado por muchas causas. Por eso, el camino para acabar con este tipo de agresiones —que sufren entre el 5% y el 10% de los jóvenes, según varios estudios— no debe centrarse, dicen los expertos, en la víctima sino en la colectividad, es decir, en los testigos que, de forma inconsciente, pueden llegar a respaldarlo.

El maltrato se da porque el contexto lo permite. "Permitir los insultos u otros comportamientos agresivos predispone al acoso y ahí está la raíz del problema", explica a Público la psicóloga clínica especializada en niños y adolescentes Sofía Czalbowski.

Un ejemplo: en una clase, un niño se equivoca al responder una pregunta y un grupo de alumnos se ríe de él. El profesor tiene dos opciones: hacer callar sin más o aprovechar la interrupción para decir que reírse de un compañero porque se ha equivocado es una falta de respeto que no se debe tolerar. "Si se deja pasar ese primer acoso, el maltrato puede repetirse en el patio", afirma el presidente de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar, Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva.

Sin embargo, a veces no es fácil detectar si un comportamiento puede desencadenar en un caso de bullying, por eso es tan importante frenar prácticas que puedan ser malinterpretadas. "Si dos niños que están jugando en el patio se pegan el uno al otro riéndose puede que ambos lo entiendan como un juego, pero también puede suceder que no sea así y que uno de los dos esté sufriendo. Como hay dudas, es mejor intervenir y detener ese juego", argumenta la directora del colegio Cor de Maria-Sabastida de Barcelona, Montserrat Millán.

Pérez-Carrillo apunta que, lamentablemente, esa no es la actitud mayoritaria: "A veces, los profesores no intervienen por falta de ganas, porque no le dan importancia, porque victimizan al acosador o porque, simplemente, no saben hacerlo". Millán lamenta que no haya una formación específica para profesores en este sentido —"cuando llega al centro un niño que ha sido víctima de acoso escolar en otro colegio no hay un traspaso de información, sólo cabe estar alerta"— pero, como profesora, reconoce que el día a día "te lleva a no ser ciego". "Hay que ser muy poco persona para no detectar determinadas cosas y, si en el centro hay un clima colaborativo, es fácil que se establezcan dinámicas en las que un alumno que sufre pueda acercarse a un adulto con confianza".

Precisamente con el objetivo de detectar el acoso, y apremiado por los últimos suicidios de menores, el Gobierno ha anunciado un plan de choque contra el maltrato escolar. El ministro de Educación, Íñigo Méndez Vigo, prometió formación de profesores y padres, un manual, una guía y un teléfono para las víctimas. "Una iniciativa para contrarrestar la alarma social", según Pérez-Carrillo, y "un plan de marketing", según Millán.

Lo que los expertos recomiendan es una formación integral basada en la prevención entre iguales para que no existan observadores pasivos. "Por un lado, la víctima no suele confesar el maltrato por miedo a quedar como un chivato, porque cree que pasará o porque se siente culpable; y por otro, los compañeros no se involucran porque minimizan la gravedad del maltrato o porque temen que la violencia se gire contra ellos", explica Czalbowski. Por eso es imprescindible trabajar qué significa la violencia desde el grupo e incorporar ese tema a situaciones personales. "No hay que limitarse a dar información y soltar discursos que, normalmente, les entran por un oído y les salen por el otro. Hay que dar cauces a los alumnos para que se expresen, pero no sólo cuando los medios hablan de ello, sino como una asignatura transversal", sigue Czalbowski, que recomienda que el grupo acuerde normas y elija qué comportamientos considera intolerables.

Programa KiVa: el método de éxito en Finlandia

En eso se basa, precisamente, el método que emplean el 90% de centros de educación pública en Finlandia y que ha eliminado el 79% de casos de acoso escolar desde 2007, según el profesorado que lo imparte. El programa KiVa, acrónimo de Kiusaamista Vastaan (contra el acoso escolar) intenta cambiar las normas que rigen el grupo, es decir, influir en los testigos para que defiendan a la víctima. Si ellos no participan en el maltrato, la actitud del acosador cambia. Partiendo de esta filosofía, los estudiantes finlandeses reciben 20 clases a los 7, 10 y 13 años para identificar las distintas formas de acoso y mejorar la convivencia. Durante el recreo, se eligen varios alumnos vigilantes, que son responsables de la seguridad del grupo, y en cada colegio hay un equipo de tres adultos que se pone a trabajar cuando detecta un caso de acoso escolar.

El maltrato a través de las redes sociales es una de esas nuevas formas. Aun así, advierten los expertos, no debe tratarse como un fenómeno desligado del acoso escolar. "El móvil amplía la duración del maltrato", apunta Pérez-Carrillo, "pero el ciberacoso no es más que una caja de resonancia de lo que ocurre durante el día en el colegio", es decir, la persecución al diferente. Por ese motivo, la diputada de Compromís en las Cortes Valencianas Marián Campello —que ha confesado que sufrió este tipo de maltrato entre los 12 y los 14 años— reivindica que la escuela "enseñe a vivir y a disfrutar la diversidad", en definitiva, explica a Público, "a amar la diferencia".
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Liquidación Educar con amor Saber y amor

SINDICATOS DOCENTES CRITICAN QUE EDUCACIÓN NO HAYA CONTADO CON ELLOS PARA EL PLAN CONTRA EL ACOSO ESCOLAR

Las secciones de Enseñanza de los sindicatos UGT, CCOO y CSIF critican que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, no haya tenido en cuenta su opinión para elaborar el borrador del Plan Estratégico de Convivencia Escolar cuyo primer informe ha aprobado este viernes el Consejo de Ministros y que contiene medidas dirigidas específicamente a los docentes.


"Es un tema en el que como representantes de las organizaciones sindicales tenemos algo que decir y ni se nos ha convocado, nos hemos enterado por la prensa y con un gobierno en funciones, en espera de constituir el nuevo", ha denunciado el secretario general de FETE-UGT, Carlos López.

En esta línea, ha recordado que en un momento en que la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa "tiene el futuro incierto" y los docentes están pendientes tanto de "negociar un estatuto docente como un plan de convivencia" para el ámbito escolar, "parece que está fuera del protocolo democrático que debería ser" la aprobación de este informe, cuyo contenido no ha querido entrar a valorar.

El secretario general de FE-CCOO, Francisco García, tiene una opinión similar. "El ministerio, de nuevo y pese a que parecía que con el nuevo ministro tenía otro talante, toma una iniciatva de calado que afecta al sistema educativo e implica al profesorado de forma muy directa, porque cada día van a tener que hacer cosas recogidas en ese plan, y no habla con los representantes de ese profesorado", ha señalado.

García incide en que "del talante a los hechos, hay un trecho", porque ni se ha expuesto la iniciativa a los sindicatos, "ni se ha llevado al Consejo Escolar del Estado aunque el ministro se había comprometido a que ese organismo analizaría las medidas de convivencia escolar".

De haberlo hecho, CCOO le habría trasladado que es mejor a su juicio la apuesta por un plan para impulsar la convivencia que por uno contra el acoso escolar, ya que, según explica a Europa Press, "el destino es el mismo pero se trata modelos diferentes" ya que el primero, apuesta directamente por la prevención.

Sobre las medidas en sí, se ha referido a la relativa a la formación inicial y formación continua del profesorado en materia de prevención del acoso, una iniciativa recogida en el informe sobre el plan que le parece "poco creíble" porque en los últimos tres años los fondos para estos programas de preparación y reciclaje "se han recortado un 80%".

Por su parte, desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) han difundido un comunicado en el que lamenta que "no se haya informado a las organizaciones sindicales para la elaboración del borrador del Plan Estratégico de Convivencia Escolar".

"Como sindicato profesional e independiente habríamos dado voz a la opinión de los docentes en un tema muy sensible y que afecta a las condiciones laborales de los docentes. Exigimos que se nos convoque en el Ministerio de Educación para negociar este Plan Estratégico", señala el sindicato.

Asimismo, critica que "en los últimos cuatro años no se haya producido ninguna convocatoria del Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar, un órgano colegiado del que forma parte el Gobierno, CC.AA, Ayuntamientos, sindicatos, asociaciones de padres y alumnos, y Defensor del Pueblo" y cuya misión es diseñar políticas de convivencia donde no quepa el acoso.

En opinión del sindicato, "en el ámbito de la enseñanza pública, el incremento de la ratio de alumnos por clase y el horario lectivo, así como el déficit en personal de apoyo y refuerzo, dificulta la prevención de este tipo de situaciones". Además, defiende un incremento de la formación del profesorado en nuevas tecnologías y adoptar medidas ante las nuevas modalidades de acoso.
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ASÍ ACABÓ FINLANDIA CON EL ACOSO ESCOLAR

El programa KiVa implica a toda la comunidad en la identificación del bullying.

Es de sobra conocida la frase atribuida al político Edmund Burke que reza: "Lo único necesario para el triunfo del mal es que los buenos no hagan nada". Algo así parece ser la máxima del programa KiVa, del finlandés Kiusaamista Vastaan que significa literalmente "contra el acoso escolar" y que está siendo exportado a lo largo y ancho del mundo por sus buenos resultados.

Su principal aportación es que va más allá de las figuras del acosado y del acosador, implicando en la lucha contra el acoso escolar a toda la comunidad y muy especialmente al resto de los alumnos, en ocasiones cómplices silenciosos del acosador por omisión y dando lugar a que con su comunicación no verbal transmitan el mensaje de que las acciones de acoso y lo que sucede está bien, aunque tengan una opinión diferente.

Así, el programa anti-bullying no trata de cambiar la actitud de la víctima, sino de influir en la colectividad, en la masa, es decir, en los testigos que, si bien no participan en el acoso, pueden respaldarlo de forma inconsciente. En este sentido, el cambio global del grupo sí que puede conseguir cambiar la actitud del acosador que pasa de sentirse respaldado a encontrarse sólo con su comportamiento inadecuado en tanto que el grupo pasa a empatizar, a defender y a apoyar a la víctima.

Así funciona el programa KiVa

A efectos prácticos el programa se establece en los centros educativos a través de equipos destinados específicamente a desarrollar KiVa y consta de una serie de clases a los siete, a los diez y a los trece años durante las que se trabajan modelos de identificación de las diferentes formas de acoso y en las que elaboran fórmulas para mejorar la convivencia.

El proyecto cuenta con lecciones durante todo el curso académico sobre el respeto a los demás o la empatía, todo ello apoyado con manuales para los docentes, reuniones con los padres y con la implantación de las nuevas tecnologías, gracias al uso de videojuegos y a la existencia de un entorno virtual.

Avalado por los datos

KiVa arrancó con el apoyo económico del gobierno finlandés en 2007 y con su implantación se logró que el acoso escolar desapareciera en el 79 por ciento de los centros que participaron en el proyecto. Sus espectaculares resultados hicieron que la idea se exportara a Reino Unido, Italia, Suecia, Estados Unidos, Bélgica o Francia, donde también se ha comprobado una considerable disminución del bullying, en cifras que oscilan entre el 30 y el 35 por ciento.

A los datos objetivos, se suma que al mejorar el ambiente general, mejoraba al bienestar de todos y la motivación para el estudio, descendiendo los índices de angustia y depresión entre los alumnos.
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El adiós de Carla, Jokin, Aránzazu...

¿Por qué se suicida un niño tan pequeño?


Así recuerda Carmen González el momento en que descubrió que su hijo Diego, de 11 años, acababa de tirarse por la ventana desde el quinto piso del hogar familiar: «Yo estaba levantada pero no me enteré de que se había movido de la habitación. Yo... Miré y vi las zapatillas en el suelo, con lo cual no pensé que él se había levantado, porque yo le tenía que dar unos temas de repaso de Naturales y Sociales. Entonces, cuando me di cuenta, me metí en la habitación, no le vi y le busqué como loca por toda la casa y vi, en el fondo de la cocina, la mampara abierta, me acerqué y... Con la oscuridad vi su sombra, en el suelo. Vivimos en un quinto», explica a EL MUNDO.

En el alféizar de la ventana había un mensaje: «Mirad en Lucho». Lucho es el muñeco amarillo de los Lunnis, su juguete fetiche desde bebé, con el que jugaba a hacer guiñol con su padre. En la habitación, Lucho guardaba un cuaderno, y así contaba Diego, con una aparente madurez desde luego impropia de sus 11 años, las razones que le llevaron al suicidio: «Papá, mamá... espero que algún día podáis odiarme un poquito menos. Yo no aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir», dejó escrito a sus padres.

A continuación se despide de cada uno de sus seres queridos: «Papá, tú me has enseñado a ser buena persona y a cumplir las promesas (...). Mamá, tú me has cuidado muchísimo y me has llevado a muchos sitios (...). Tata, tú has aguantado muchas cosas por mí y por papá (...). Abuelo, tú siempre has sido muy generoso conmigo y te has preocupado por mí...»

Los hechos sucedieron el pasado 14 de octubre y, pese a la misiva del niño y al testimonio de varios padres que refieren problemas de acoso en el colegio, la Policía descartó que se tratara de un caso de 'bullying' y la juez de Instrucción 1 de Leganés se dispone a archivar la causa. «Sólo le pedimos a la magistrada que se ponga en nuestro lugar y que, al menos, investigue hasta el final», dice Carmen. «En ese colegio están pasando cosas raras y, al menos, hay que investigarlo», remarca su marido, Manuel.

Responsables del centro, el Nuestra Señora de los Ángeles, en el barrio de Villaverde (Madrid), se negaron ayer a comentar nada a este diario y remitieron a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, que en su momento abrió una inspección que arrojó resultado negativo.

Cuando el cuerpo de Diego ya estaba en el tanatorio, un forense y unos policías se presentaron en el lugar para tomarle al cadáver muestras que pudieran conducir a abusos sexuales, «y sin embargo esas muestras no han sido analizadas jamás», afirma Robinson Guerrero, el abogado de la familia.

Que se investigue en otro juzgado

El suicidio acaeció en Leganés, pero dado que sus causas pudieran haber tenido lugar en el municipio de Madrid los padres claman para que no se cierre la causa, sino que se inhiba en favor de Plaza de Castilla, «y que ahí investiguen lo que tengan que investigar», repite Carmen como un mantra, y luego se queda mirando al suelo. Los padres han remitido una misiva a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; a su consejero de Educación, Rafael Van Grieken, y a la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, para pedirles que tomen cartas en el asunto «y que esto no se muera», explica Manuel.

Este periódico ya publicó, apenas 15 días después de los hechos, el caso de María, alumna del mismo colegio religioso que había intentado suicidarse en 2010. «Los profesores dejaban que otras niñas me pegaran porque decían que eso me haría más fuerte», contó a este diario la joven, que denunció los hechos pero no logró una condena judicial. En su caso, el director del colegio declaró que, en realidad, la niña, que se tragó 14 pastillas y estuvo dos días en la UCI «manipulaba a los padres». En el caso de Diego, el responsable del centro declaró en Instrucción 1 de Leganés que todo era absolutamente normal en el centro. Aunque desde un principio se publicó que el niño mencionaba al colegio en su nota de despedida, la carta nunca llegó a hacerse pública, y con ella la frase «no aguanto ir al colegio y no hay otra manera de no ir» permaneció enterrada en el sumario.

Los padres, viendo el caso fenecer, han hecho público ahora un texto en el que la única referencia negativa se la lleva, y muy claramente, el colegio. Un pedazo de papel que el crío, «introvertido» y «muy maduro para su edad» según los padres y también según varios declarantes ante la juez, dejó cuidadosamente listo para que lo encontraran sus progenitores después de que él hubiera saltado por la ventana.

¿Y por qué había sucedido eso? «Porque no soportaba el colegio, la presión que tenía allí. En los últimos tiempos nada más que decía: 'Mamita, yo no quiero ir al colegio'. Y yo le decía: 'Pero hijo, si eres muy buen estudiante'. Y él: 'Sí, pero no, no, no'. Y entonces yo le dejaba quedarse con el abuelo, y entonces se relajaba. El año pasado, después de Reyes, se quedó afónico cuatro meses, y los médicos me dijeron que el niño había sufrido un impacto. La Justicia va sólo a una parte concreta y lo demás se queda en el aire. El último día que le recogí en el colegio, el 13 de octubre, me decía: '¡Mamita corre, corre, corre! para salir pronto de allí, y yo le pregunté qué le había pasado, pero no quería contármelo».

«En las vacaciones de verano, en cambio, había estado feliz. Estuvimos en París, le encantaba estar reunido con toda la familia. Quería que este año fuéramos a Florencia, pero no ver Italia, sino por comer pizza, y ahora...», continúa Carmen.

En su carta, Diego se acordó de todos: de sus padres («juntos sois los mejores padres del mundo»), su abuelo («te quiero mucho»), su hermana Tata («espero que encuentres trabajo muy pronto»), su tío Lolo («me has ayudado mucho») y, finalmente, pidió perdón por lo que iba a hacer («espero que algún día podáis odiarme un poquito menos»).

Desde luego, no es odio lo que ha quedado en sus padres, sino una pena infinita y las ganas de luchar para que se esclarezca su muerte. Lo que ocurre es que a veces faltan las fuerzas, y Carmen, que aguanta como puede, dice que todo esto lo hace por él, para que no se olvide, aunque acaba confesando: «No sé cómo podré vivir a partir de ahora. Ni sé si lo conseguiré».
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2º Premio-Manuscrito número 6: “Resumen y aportes a La educación cuántica”

ALAN, UN MENOR TRANSEXUAL DE BARCELONA QUE LOGRÓ CAMBIAR SU DNI, SE SUICIDA POR ACOSO

Su madre: "No pudo con la presión de la sociedad y nos ha dejado para siempre". Alan había conseguido este mes que un magistrado autorizara el cambio de nombre en su DNI pese a ser un menor de edad.

Alan, un adolescente transexual de la provincia de Barcelona, había conseguido este mes de diciembre que un magistrado le autorizara a cambiar el nombre en su DNI. Tenía el apoyo de toda su familia, pero le faltaba el del entorno escolar. Y este jueves se quitó la vida.


Su madre daba este viernes la triste noticia a la asociación de familias de menores transexuales Chrisallys: "Siento en el alma tener que dar esta terrible y triste noticia. Nuestro hijo Alan se quitó ayer (por el jueves) su corta vida de 17 años. No pudo con la presión de la sociedad y nos ha dejado para siempre. Muchas gracias por todo vuestro apoyo recibido".

Alan, de 17 años, había sufrido "acoso escolar" por su transexualidad en su centro educativo, lo que le llevó a ingresar con diagnóstico de "depresión" en el Hospital Clinic de Barcelona. El joven salió del centro hospitalario y se cambió de instituto, pero también en el nuevo centro padeció "situaciones de bulling", según Chrisallys. Al parecer, la familia y el equipo directivo del nuevo instituto tenían ya prevista una reunión para "hacer frente a esta situación" después de las vacaciones navideñas.

"Hoy todas las familias de Chrysallis estamos con Alan y su familia", reza el mensaje de condolencias publicado por la asociación. "Esta era la primera Navidad que vivía de acuerdo a su identidad, la primera en la que celebrar un DNI recién estrenado, la primera en la que habría fiesta en casa desde hacía muchos años pero, trágicamente, ha resultado ser la última", explicaba su vicepresidenta, Saida García por teléfono a 20minutos. A su juicio, ha sido "la presión e incomprensión en el ámbito escolar han podido con Alan y esta noche ha decidido dejar de caminar entre nosotros".

Desde Chrisallys, colectivo que asesoran a unas 200 familias de toda España, añadieron en su comunicado en la web: "No hay palabras para acompañar este dolor ni para expresar la indignación, frustración y vergüenza ante unas administraciones que nunca llegan a tiempo, que van siempre por detrás de las necesidades de la infancia y adolescencia transexual". Al tiempo que aseguraron que seguirán "luchando para que la sociedad respete a nuestras hijas e hijos, pero a Alan ya no le servirá".

Alan era uno de los dos menores catalanes que habían conseguido este mes de diciembre que en su DNI pusiera el nombre con el que se identificaba. Eran los primeros en lograrlo en Cataluña , y en el resto de España otros 25 menores lo han conseguido pese a que la legislación dice que para cambiarse el nombre en el DNI es preciso ser mayor de edad y contar con preceptivos informes médicos.
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Los cuatro cuadrantes

EL MALTRATO ENTRE ESCOLARES. GUÍA PARA PADRES.

Con frecuencia algunos padres se muestran preocupados por el estilo de relaciones que establecen sus hijos o hijas con sus compañeros del colegio. Estas relaciones, a grandes rasgos, pueden ser de tres tipos:

1.-Algunos chicos se muestran tímidos, asustadizos y, a menudo, sufren los enfados o abusos de sus compañeros.

2.-Otros, por el contrario, se meten en problemas y establecen relaciones prioritarias con su grupo de amigos, que son vistas con recelo a ojos de los adultos.

3.-Otros , simplemente, mantienen unas relaciones equilibradas en las que se pasa por fases de amistad y falta de amistad y, con ellas, los niños y adolescentes van evolucionando conforme a su etapa evolutiva y a sus capacidades personales.

Sea como fuere la vida relacional de los hijos, especialmente a partir de la preadolescencia (10 años) y hasta los 16 años, se nutre de unos profundos cambios e incertidumbres que pueden provocar malas relaciones y especialmente maltrato reiterado entre compañeros.
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