"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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CERTIFICADO DE PARTICIPACIÓN

EDUCACIÓN TRADICIONAL O EDUCACIÓN ALTERNATIVA, ESA ES LA CUESTIÓN

Hay muchas maneras de enseñar o traspasar conocimientos. Habrán oído decir que la vida enseña cosas que no se aprenden en la escuela. Pero para llegar a la secundaria o a la Universidad, hay que tener conceptos básicos. En Santa Fe existen dos instituciones que encontraron la forma para que el estudiante decida cómo aprender.

Más de uno hubiera querido que las clases de matemáticas sean un poco más didácticas o que física y química no hubieran sido un dolor de cabeza. Eso es lo que intentan hacer desde “La Cecilia” y “Los Trigales”. Acercar a los niños los mismos conocimientos de una educación tradicional, pero enseñados de otra forma y donde se valoren más los intereses de los estudiantes, gustos y grupos afectivos para que el saber no genere malestar.

RosarioNoticias.info dialogó con Ginés del Castillo, representante legal de La Cecilia, con Floriana Passet, secretaria de la Asociación Civil Escuela Los Trigales y con el Director del Servicio Provincial de Enseñanza Privada, Profesor Carlos Battaino, para que expliquen cómo es esto de enseñar de una manera diferentes los conceptos, por qué los padres deciden acercar a sus chicos a este tipo de instituciones y qué rol cumple el Ministerio de Educación en este camino del aprendizaje.

Ginés del Castillo es el representante legal de la Escuela de La Nueva Cultura "La Cecilia" (Escuela Primaria Incorporada N°1385 – Escuela Secundaria N°3156) ubicada en la Ruta Provincial N°5 en Monte Vera, Santa Fe, que cuenta con 120 alumnos entre nivel inicial, primario y secundario. Este establecimiento lleva 25 años ininterrumpidos de una educación distinta. “Empezó como una idea de un grupo de padres que queríamos otra educación para nuestros hijos”, reveló. “Pensamos que el sistema tradicional no sólo que no es bueno, sino que es dañino para nuestros hijos”, sentenció Del Castillo. Cree que la escuela como se la conoce habitualmente “intenta, aún con las mejores intenciones, formatearlos, clonarlos o reproducir la cultura”.

Pese a buscar el mismo objetivo, darle otra educación a sus hijos, Floriana Passet, quien es secretaria de la Asociación Civil Escuela Los Trigales y mamá de un alumno que asiste al colegio, no cree que la educación tradicional “sea mala”. Pero, ella como madre, busca que su hijo tenga una formación “más humana e ideal”.

“La Cecilia” es considerada una escuela rural por lo tanto se han acogido al sistema de plurigrado o pluriaño, según lo permite el Ministerio de Educación. “Fijamos un tope de unos 10 chicos por aula, por maestro. Y luego hacemos agrupamientos socioafectivos. Hay grupos bases, pero después si hacemos otra actividad, se pueden desarmar y se juntan por intereses comunes y no por grupo de amigos”, detalló Del Castillo.

“Armamos una grilla de materias como todas las escuelas por horarios y las ofrecemos así, pero los chicos pueden elegir dónde van o no”, detalló. Las materias las hay “convencionales” y otras que no, como la Asamblea. Las primeras, “antiguamente las tenían que cumplir, actualmente no están obligados”. Ante esta libertad, las personas se pueden preguntar: ¿Pero cómo deciden si quieren estudiar tal o cual cátedra? La respuesta fue simple por parte del titular de “La Cecilia”: “A veces se frustra una carrera, se interrumpe la trayectoria escolar de una persona o lo hacen repetir y a veces hasta abandona por algo que no va a usar en su vida”. Y agregó: “No todos tienen que aprender las mismas cosas sino que cada uno tiene que descubrir cuál es su capacidad e interese y una vez que tiene eso definido desarrolla”.

Esta manera de “amigarse” con algunas materias hace que a la hora de clase, no haya chicos que se dispersen o que haya problemas de conducta porque según Del Castillo “las clases son mucho más intensas, animadas y eficientes porque los chicos que van a una clase en la que están todos interesados”.

Passet explicó a RosarioNoticias.info que en el caso de “Los Trigales”, Escuela Particular Nº 1486 ubicada en San Justo, se toma a “la expresión artística como canalizadora e integrante de la vida cotidiana y de la búsqueda del conocimiento”. “El arte ocupa siempre el primer lugar como catalizador”, expuso. “Hay tres grandes grupos: el de los más chiquititos, el intermedio y el de los más grandes”, detalló quien es mamá de uno de los alumnos de la escuela que depende del Instituto Speroni de La Plata.

La educación de los hijos es uno de los pilares fundamentales que cualquier padre quiere asegurar. Por lo general, el método educativo al cual todos acceden es al de la educación tradicional, pero ¿qué es lo que lleva a una familia a elegir este tipo de variantes? Ginés del Castillo fue concreto, no quería que a sus hijos los “formateen” y asegura que “el interés por este tipo de educación está aumentando”. Mientras que Passet califica a “Los Trigales” como una “escuela muy sincera”. “Mi hijo vive en la escuela como vive en mi casa, no hay diferencia entre un ámbito y el otro. Los valores que imparten son los mismos que intento darle a mi hijo, que es el respeto absoluto por el otro, la responsabilidad absoluta sobre la tareas y las acciones, la necesidad de la convivencia y el respeto por la diferencia, detalló.

Educar a los chicos en este ámbito también genera algunos gastos, pero si se toma a la Educación como la base importante para el desarrollo del niño, a más de una familia los costos no le serán un problema. Según un formulario de incripción para el ingreso 2016 a “La Cecila” el valor de las cuotas es de $1250 para el nivel inicial y primario y 41445 para el secundario. Mientras que en “Los Trigales” la cuota es de $850, según explicó la secretaria de la Asociación Civil de dicha institución.

Ahora bien, si los padres pueden acceder a este tipo de enseñanzas porque creen que la mejor para sus hijos, el otro interrogante es si el Ministerio de Educación avala este tipo de instituciones y la respuesta es sí. RosarioNoticias.info dialogó con el Director del Servicio Provincial de Enseñanza Privada, Profesor Carlos Battaino quien aseguró que desde la cartera apoyan este tipo de iniciativas “innovadoras” porque “hay alumnos que necesitan otro recorrido educativo”.

Tanto “La Cecilia” como “Los Trigales” “se ajustan” a las “normativas” del Ministerio de Educación de la Provincia. “Al contenido el alumno lo tiene que tener, el conceptual y procedimental. Ahora, el recorrido que hace que el alumno se apropie de ese contenido en las escuelas, es diferente”, señaló.

“Hay alumnos que necesitan otro recorrido educativo y por eso la Provincia avala y acompaña”, manifestó Battaino. “Estamos de acuerdo con este tipo de proyectos educativos porque estamos tratando de buscar pedagogías innovadoras y que nuestros estudiantes puedan acceder al conocimiento de la manera que más práctico le resulte. Lo importante es que el conocimiento esté con el alumno”, concluyó.

El conocimiento es uno solo, el saber nunca ocupa lugar. Ahora lo que los padres tienen que definir, es cómo prefieren que esos conceptos se den. ¿Educación tradicional o educación alternativa?, esa es la cuestión.
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A DEBATE: LA EDUCACIÓN CONCERTADA VERSUS LA EDUCACIÓN PÚBLICA EN ESPAÑA

Un artículo de Manuel García Pérez, Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia y licenciado en Antropología por la UNED.

Mientras la pública caía en el autoengaño, la concertada, con fondos públicos, entrevistaba a padres y madres a puerta cerrada, para matricular a alumnos que no iban a dar problemas.

La Educación Concertada tiene razón; los padres no son libres para elegir la educación de sus hijos porque, desde sus colegios, se selecciona a los mejores alumnos y se expulsa a los problemáticos. Los niños con problemas de aprendizaje o indisciplinados son excluidos de la mayor parte de la Concertación. No se puede ser más hipócrita desde algunos sectores de la derecha.


Tengo cuarenta años y empecé a trabajar en la Pública a los veintiséis, y he visto de todo.

Para ganar el voto de centro y para ahorrar en la construcción de nuevos colegios, el Partido Socialista optó por la Concertación. El gran problema surgió cuando el PSOE introdujo la LOGSE y en las familias proliferó una cultura que devaluaba el rigor de un seguimiento educativo en casa. La obligatoriedad hasta los dieciséis años de una educación puramente teórica, de un sistema basado en la permisividad y en una eliminación paulatina de la autoridad social del profesor, a la que contribuyeron medios de comunicación, nuevos decretos educativos y una frivolización del esfuerzo por muchos padres, destrozó el valor de la Educación Pública.

La Concertada no se tragó la mentira de la LOGSE. Frente a interculturalidad, motivación e integración que promovía esta ley, la Concertada y la Privada lo tuvieron claro. La calidad se llama orden y disciplina. El alumno que no cumplía las expectativas de éxito académico o planteaba problemas de conducta dentro del aula era expulsado y asumido por la Pública, a lo que debemos añadir en estos últimos años una inmigración masiva de adolescentes que no conocían el idioma y que eran atendidos en las aulas de la Pública siempre. Sin recursos, sin formación metodológica de calidad y con los recortes, el Sistema de la Pública se ha hundido en España, salvo excepciones.

Mientras el socialismo se ponía medallas al introducir Educación para la Ciudadanía, al hablar de miembros y miembras, de diputados y diputadas, y al invertir en una boutade llamada "Alianza de civilizaciones", el Partido Popular extendió un tejido de colegios concertados y universidades privadas con el beneplácito de un PSOE que miraba para otro lado.

Los profesores de la Pública cayeron además en el peor de los males: el autoengaño.

Los profesores de la Pública pensaban que hacían lo correcto, que educar a alumnos mal encarados, trabajar sin preparación con niños que tenían problemas de aprendizaje y socializar frente a transmitir conocimientos era lo correcto, era labor única y exclusiva de los centros públicos. Ahí están los resultados. Un desastre. Da igual el informe que cojas. Aunque la Concertada y la Privada no están para tirar cohetes.

Mientras la Pública caía en el autoengaño, la Concertación, con fondos públicos, entrevistaba a padres y madres a puerta cerrada, y aceptaba perfiles de estudiantes que no iban a dar problemas, porque los estudiantes remisos e insubordinados eran expulsados sibilinamente y matriculados en la Pública.

Aún se pregunta el PSOE de dónde viene la debacle de sus votos. La Educación. La Educación es la base de todas las oportunidades. Y nunca hubo acción social sobre una regulación educativa, sino el mantenimiento de un sistema mediocre que sobrevive aún por el voluntarismo de muchos funcionarios. El sistema educativo que defendió ha creado un electorado que cree que, en la distinción social y educativa, reside el éxito profesional.

La diferenciación entre Concertada y Pública ha logrado la mayor de las desigualdades dentro de una sociedad destinada ya al clasismo y a los minijobs. En Inglaterra está siendo sangrante para los más desfavorecidos. Qué gran triunfo del socialismo, qué gran triunfo de los preceptos socializadores de estas leyes educativas tan igualitarias. Ya lo estamos viendo. Orden y disciplina. Nada más sencillo. Mientras los hijos de la Pública se entregaban a las leyes del constructivismo, yo veía a los niños de la Concertada salir de sus clases con sus fichas de hiatos y de lectura. Mientras los hijos de la Pública debían aprender obligatoriamente valenciano o euskera, los hijos de los políticos, de los Pujol, estudiaban en colegios extranjeros donde se impartía alemán y francés en grupos pequeños.

Lo peor es que nada de lo que aquí se cuenta es el pasado. Es el presente.

La Concertada acató la LOGSE y la LOMCE, pero nunca su base ideológica. Tengo la suerte de trabajar en un centro público, donde se respeta al alumno que estudia y enormemente a sus docentes. Pero mi instituto es una excepción al igual que es una excepción la existencia de algunos centros concertados que, en barrios marginales, realizan una importante función educativa. No lo voy a negar.

Tiene razón la Concertada cuando denuncia que no se respeta la libre elección de centro. Exacto. Ellos son los primeros en no respetarla. Porque, si su hijo da problemas, una vez matriculado en uno de estos colegios, no lo aguantarán durante mucho tiempo y, si lo hacen, le costará mucho dinero, mucho.

Como docente de la Pública, el PSOE me engañó y el PP me ha pasado por encima. Me encanta hacer amigos.
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DEBATES EDUCATIVOS QUE DEBERÍAN ABRIRSE… Y CERRARSE

Un artículo de Jordi Martí, docente.

Llevamos décadas en nuestro país abriendo unos determinados debates acerca de cuestiones educativas y otras que, supuestamente lo son, sin cerrar ninguno de ellos. Hay temas que, nadie sabe el porqué, siguen siendo objeto de debate año tras años y nadie se plantea, en ningún momento cerrar. Sí, estoy convencido de que hay debates educativos que no se cierran por intereses muy alejados de las necesidades de nuestros alumnos. Sí, hay debates en los que interesa seguir creando confusión y usarlos como arma política arrojadiza, antes que proceder a finiquitarlos de una vez.


Yo tengo claro qué debates deberíamos abrir completamente de una vez. Tengo claro en qué berenjenales deberían meterse los políticos que gestionan esto de la educación y, con el imprescindible aporte de los profesionales que se hallan en las aulas, los investigadores que, quizás no están tan influidos por la subjetividad de los anteriores que suplen esa falta de conocimiento directo con otro punto de vista y, cómo no, con el resto de la comunidad educativa, empezar a hablar de cosas que, quizás sin ser tan mediáticas como los deberes o la necesidad de dar robótica, usar una determinada herramienta tecnológica o centrarse en cuestiones lingüísticas, sí que pueden ser importantes para cambiar los resultados educativos. Resultados que no son tan malos como algunos quieren vendernos pero tampoco están para tirar cohetes. Sí, reconozcámoslo, se puede mejorar. Y mucho en algunos aspectos.

Deberíamos empezar a hablar y a diseñar un concepto que podríamos denominar “educación global”. Un concepto que englobe a partes iguales la necesidad de aprendizajes básicos estandarizados y una mayor autonomía en los centros educativos-que no permiso para hacer lo que se está haciendo ahora en algunos centros a diferentes niveles-. No, no es malo abrir un debate que diferencie currículum básico diseñado con un poco de sentido y dotarlo de una mayor flexibilidad para que, más allá de cosas básicas, se permita atender a la diversidad en función de cada necesidad. No, no es lo mismo un centro con alumnado más heterogéneo que un centro donde, por cuestiones de contexto, hace que se haya homogeneizado (y no, no me refiero sólo a los centros educativos de alumnado de nivel socioeconómico medio-alto). No, no debe trabajarse de la misma manera en dos centros ubicados en lugares diferentes. Ni es positivo ni productivo. Ya no es sólo a nivel curricular, es a nivel de recursos asignables. Y sí, en este caso convendría abrir de una vez el melón ya pasado de las ratios. Hablemos de ellas, abramos el debate desapasionado sobre las mismas. Después ya veremos cómo lo hacemos para financiarlo porque, en los servicios públicos el coste debería ser secundario y complementado con una buena gestión de los mismos.

Ya tenemos abierto el debate acerca de currículum y ratios. ¿Nos atrevemos a abrir el debate desapasionado acerca del uso mayoritario de libros de texto? Sí, los libros de texto suponen un gran coste a las arcas públicas y a los bolsillos de muchos padres. ¿Por qué no empezar a diseñar estrategias, al margen de las presiones editoriales o de mirar por intereses económicos de terceros, para reducir los costes que supone cada vuelta al cole para las familias? ¿Por qué no un banco de libros digitales de calidad? ¿Por qué no un repositorio de materiales, estructurados por nivel y realizados por profesionales contratados para dicha labor -eximiéndoles de unas horas lectivas o incrementándoles su salario- para que realicen dichos materiales? ¿Por qué no interesa, al igual que abrimos este debate, abrir otro acerca de los materiales necesarios para dar clase en condiciones? Bueno, ya puestos, ¿por qué no nos planteamos cuál es la función del sistema educativo y, una vez puesta en blanco sobre negro, empezar a actuar sobre las cosas que deberíamos cambiar?

Currículum, ratios y recursos educativos. Ya… también toca abrir el debate sobre la evaluación del sistema. De todo, no de una parte. De cómo evaluamos, de qué evaluamos y de la manera para obtener los mejores resultados. Bueno, también tocaría entender y diseñar estrategias para hacerlo. ¿Quién evalúa? ¿Qué mecanismos tiene para hacerlo? No estoy hablando sólo de la necesidad de establecer procedimientos que, seguro puede haberlos al margen de propuestas más o menos interesadas, para evaluar a los docentes y ayudar a aquellos docentes que tengan dificultades en su trabajo. También estoy hablando de cambiar completamente el sentido de las calificaciones para realizar una evaluación más consistente. Y realizar una evaluación más consistente no es llenar más informes. Una evaluación más consistente es realizarla de forma global al margen de trimestres y apostando por, más allá del modelo inmovilista de promocionar a los alumnos curso tras curso, tener una flexibilidad para trabajar por módulos que no dependan de la edad de nuestros alumnos. ¿Por qué no abrir el debate acerca de empezar a desterrar timbres, horarios fijos de materias reconvertidas en chiringuitos y de la necesidad de poner a un chaval en un determinado curso porque tiene un determinado número de años? Eso sí, sin prisas pero sin pausa. Cambiando el modelo desde abajo. No vayamos ahora, por el hecho de las prisas -que ya llevamos décadas así y podemos ir a un ritmo pausado- hacer un auténtico estropicio.

El modelo de formación del profesorado también debe analizarse. Ya está bien de destinar recursos a cursos de formación que sirven para poco menos que cubrir el expediente. No, no tiene sentido que con el dinero de todos se subvencionen cursos de cata de vinos para formación docente y que, en cambio, un docente en activo deba pagarse los másters y postgrados que le permitan mejorar su praxis. La Universidad debería formar al profesorado de etapas obligatorias. No, no vale decir que las Universidades son un problema. Lo son porque queremos que lo sean pero pueden ser un lugar fantástico para mejorar la formación docente. Y sí, lo mismo para las Universidades que para etapas obligatorias. Toca trabajar en su mejora.

Y una vez abierto y cerrado todo lo anterior ya nos podemos poner con los deberes, la concertada, la religión, el bilingüismo o el sexado de pollos. Temas importantes de abrir y cerrar pero que no corren tanta prisa como los anteriores aunque, mediáticamente quede muy bien hablar de ellos.

Por cierto, seguro que me he dejado muchas cosas en el tintero pero creo que ya veis por dónde va este artículo.
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MARINA ATACA DE NUEVO

Un artículo de Agustín Moreno, profesor de Ciencias Sociales.

El profesor José Antonio Marina está convocando a partidos políticos con representación parlamentaria a una reunión para que firmen una “hoja de ruta para un pacto educativo”. Lo hace por encargo de la Cátedra Nebrija-Santander en Inteligencia Ejecutiva de la Universidad Elio Antonio de Nebrija. Podemos imaginar lo que opinan tanto el banco como una universidad privada y elitista de un bien común como es la educación pública. Hace seis meses, el propio Marina había reclamado un pacto de estado sobre la educación al alimón con el neoliberal Luis Garicano, dirigente de Ciudadanos y responsable de su programa económico y educativo.


No es la primera vez que en plena campaña electoral hace propuestas en materia educativa. Hay que recordar que antes de las elecciones del 20-D aceptó el encargo del ministerio de Educación del gobierno Rajoy para elaborar un libro blanco de la profesión docente. Era una buena manera de desviar la atención de los problemas de fondo de la educación (recortes y LOMCE) y responsabilizar al profesorado con un falso debate. Ahora vuelve a la carga con el mismo equipo. Pero vayamos por partes y analicemos las condiciones y la legitimidad de la iniciativa.

Para firmar la hoja de ruta Marina pone unas condiciones que son propuestas-trampa. Plantea que el partido que gobierne tras las elecciones se comprometa, con la ayuda de la oposición, a mantener la LOMCE en vigor mientras no dispongamos de una nueva ley de educación. Algo totalmente inasumible para la mayoría social que ha luchado contra esta disparatada ley y para la amplia mayoría parlamentaria que el 5 de abril de 2016 aprobó su inmediata paralización. Supondría aceptar un marco legal impuesto por un partido que hoy solo representa a uno de cada cuatro electores; y su aplicación mientras no se alcanzase un acuerdo que se negociaría bajo las patas de los caballos y con una posición de fuerza de los conservadores.

Otra condición es que la escuela pública puede desarrollarse, como indica la Constitución, a través de una doble red: pública y concertada. Además de manipular la interpretación de la Constitución Española, pretende dar naturaleza de escuela pública a los centros concertados. La escuela pública es de todos y para todos o no lo es. No lo son los centros que segregan, discriminan y hacen negocio económico, ideológico o religioso con la educación. Aceptar ese planteamiento sería consagrar un modelo que se ha convertido en una perversión educativa. El resto es retórica. No se dice nada de cómo asegurar la gratuidad o la escuela inclusiva, ni se ponen sobre la mesa asignaturas pendientes como la laicidad. Desde el punto de vista formal propone el viejo modelo de pacto político de “mesa camilla”, sin la participación de la comunidad educativa y de los expertos realmente cualificados que existen y llevan trabajando voluntaria y gratuitamente mucho tiempo.

En cuanto a la legitimidad hay que preguntarse ¿quiénes son la universidad Antonio de Nebrija y José Antonio Marina para convocar y querer pilotar un Libro Blanco para un Pacto Educativo? ¿Qué legitimidad tiene quién apuesta por lo privado? Por más que quiera arrogarse la representación del “núcleo” de “la sociedad civil”, el problema de Marina es que se representa a sí mismo. Y, en todo caso, a una universidad privada que tiene episodios oscuros en su pasado (compra de alumnado y poco rigor en la selección del profesorado). La postura de Marina no es en absoluto neutral: ha trabajado para el gobierno del PP, coincide con los planteamientos de Ciudadanos y está rodeado de un equipo vinculado a intereses de centros concertados religiosos como la fundación Trilema.

Marina busca erigirse en protagonista de un supuesto proceso de negociación de un pacto educativo. También intenta sacar del aislamiento al partido que aprobó la LOMCE (PP) o al que se siente cómodo con su filosofía (Ciudadanos). Y de paso, hacer abstracción de las movilizaciones, reflexiones y propuestas en defensa de la escuela pública. Como es una persona inteligente, solo se puede entender su atrevimiento como un jugoso encargo o como el intento de influir políticamente, de ahí las prisas que intenta imponer para antes del 26-J. No hay que separar esta iniciativa del intento del PP de utilizar la educación como un eje principal de su campaña electoral, una vez creada una base social con los centros concertados.

Si alguien tiene legitimidad para plantear un proceso de esta naturaleza es el centenar de organizaciones que han elaborado el " Documento de bases para una nueva ley educativa". El Foro de Sevilla, la Marea Verde, las AMPAS, organizaciones estudiantiles, sindicatos de profesorado, partidos políticos progresistas, plataformas y entidades educativas, movimientos de renovación pedagógica… ellas sí representan la sociedad civil [ver su Declaración de ilegitimidad de la propuesta de Pacto Educativo de Marina]. Y han puesto su trabajo, reflexiones y propuestas al servicio de la sociedad para alcanzar un pacto social, político y territorial para una nueva ley. No necesitamos cicerones para esta tarea colectiva.

Como pasó con el llamado libro blanco del profesorado, la arrogante propuesta de Marina quedará en agua de borrajas y en un vano intento de lavar la cara a los responsables del mayor ataque que ha recibido nunca la educación pública. No pude haber pacto educativo que no se construya sobre la base de la derogación de la LOMCE y la reversión de los recortes. Como dice la Comisión permanente de las organizaciones y colectivos que han elaborado el Documento de bases para una nueva ley educativa: es una urgencia para que nuestro sistema educativo no siga creciendo en privatización y en desigualdad y expulsando al alumnado más vulnerable de las aulas.
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LA EDUCACIÓN QUE SE APUNTA EN EL HORIZONTE

Un artículo de Javier Tourón, Vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo en la Universidad Internacional de La Rioja-UNIR.

El pasado Jueves 26 de Mayo se presentó en el Congreso Internacional de Tecnologías Emergentes y Sociedad (CITES, 2016), el Horizon Report 2016 en su versión española, realizada por UNIR y de cuya edición es responsable Daniel Burgos, único español en el panel de expertos que elaboran el informe. También se encargó de las versiones correspondientes a años anteriores. Me hice eco de la versión inglesa de este informe en una entada anterior de este blog, en la que incorporaba un acceso al mismo y al gráfico que resume el contenido del informe. Se puede ver aquí. Ahora es posible leer el informe en español y puede descargarse desde este enlace que nos ofrece UNIR. (También lo incluyo más abajo por si te resulta más cómodo).


¿Por qué es importante volver sobre ello? La respuesta es bastante sencilla: porque en él se describe cómo será, con toda probabilidad, el futuro de la enseñanza superior en los próximos años, por lo que la enseñanza no universitaria seguirá pasos similares, o le tomará a esta la delantera como viene siendo habitual. Ya se sabe que hay otras versiones de los informes National Media Consortium para la enseñanza no universitaria.

Nos puede dar pereza leer un informe relativamente complejo en inglés, pero no debe ser así en español. Un profesor universitario, pero de otros niveles educativos también, debe tener una indudable curiosidad por saber cómo se dibuja la educación que nos viene y cómo afectará a nuestro quehacer y a la formación de nuestros alumnos, responsabilidad que no podemos eludir. Cualquier institución educativa debe tomarse muy en serio la formación de los profesionales que demanda la sociedad.

Hoy en día ya no es posible ser profesor solo sabiendo mucho de lo que se enseña, es preciso saber cómo hacerlo y cómo manejar la tecnología que nos permita promover el mejor y más funcional aprendizaje de nuestros alumnos (TPACK).

Como señala Carlos Fernández-Alameda, director de la Unidad de Cultura Científica de UNIR, en su crónica del evento en el que fuimos invitados a participar Rubén González, director de la Escuela de Ingenieros de UNIR y yo mismo, " los entornos virtuales y la analítica del aprendizaje marcarán el futuro inmediato de la Educación". A largo plazo será la robótica y la computación afectiva las que produzcan nuevas innovaciones pedagógicas cuyo impacto alcanzará todos los niveles educativos.

“Tenemos que ser ágiles para aprovechar lo mejor de los nuevos desarrollos tecnológicos en beneficio de los alumnos”, señaló Rubén González.

"Entre los retos que el sistema educativo está afrontando se encuentra la integración del aprendizaje informal y formal, y la mejora de la alfabetización digital. Sin embargo, el informe considera el Aprendizaje Personalizado como un reto difícil, que presenta soluciones todavía complejas".

En este sentido, he subrayado el papel que la formación de los propios docentes está teniendo en esta etapa de transformación, pues tenemos que estar preparados para disponer a nuestros alumnos para el mundo digital. El profesor debe “explorar la tecnología para fomentar habilidades de pensamiento”. Como por ejemplo con la realidad aumentada y virtual inmersiva, la aplicación de estas tecnologías a la educación ya está aquí, el reto será hacerlo relevante.

Ya no es posible avanzar seriamente en la transformación de la educación si no es buscando sinergias con otros expertos, en particular del ámbito de la tecnología y la ingeniería de software. En UNIR tenemos la posibilidad de intersectar los saberes de los diversos campos, educativos y tecnológicos, y avanzar hacia un nuevo ecosistema de la enseñanza y el aprendizaje tanto en la enseñanza superior online como en la implantación de estos avances en otros niveles educativos, ya sea en enseñanza online, presencial o mixta.

Estamos ante un cambio más importante de lo que podemos siquiera suponer. Los propios expertos en realidad virtual y aumentada así lo reconocen, estamos al principio, pero en pocos años veremos progresos realmente espectaculares que darán un giro total a lo que hoy conocemos como entornos de aprendizaje convencionales. ¡Que no nos coja desprevenidos!
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RECUPERAR LA CONFIANZA EN LA EDUCACIÓN

Salvador Rodríguez Ojaos, pedagogo, blogger, formador y asesor en innovación educativa, creatividad, educación emocional y educación en valores.

"La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas las preguntas." Earl Gray Stevens

Uno de los grandes problemas de la educación actual es la pérdida de confianza a todos los niveles. Es evidente que la educación está sufriendo un grave conflicto de identidad fruto del momento de cambio global en el que vivimos. La incapacidad de la institución escolar y de los sistemas educativos de adaptarse a las exigencias, demandas y necesidades de la sociedad de la información, ha provocado una gran pérdida de confianza en su función como garante, junto con la familia, de la educación de las nuevas generaciones. Y eso es muy grave, ya que sin confianza no se puede educar.

El funcionamiento de la educación actual parece estar inspirado en esta frase de Groucho Marx: "Estos son mis principios, sino le gustan tengo otros". El mundo de la educación parece estar volviéndose loco. Con tantas reformas, con tantas indecisiones a la hora de establecer la metodología que mejor dé respuesta a las necesidades de aprendizaje de los alumnos... el sistema educativo vigente parece el camarote de la famosa película de los Hermanos Marx.

Todo esto ha tenido como resultado la pérdida de confianza. Si llevamos esta situación al extremo en un ejercicio voluntario y pretendido de simplificación, podemos decir que la sociedad no confía que la escuela prepare adecuadamente a las nuevas generaciones, que la escuela no confía en la administración, que los docentes no confían en los alumnos, que los alumnos no confían en los docentes, que los docentes no confían en ellos mismos, que los alumnos han perdido la confianza en sus posibilidades, que las familias no confían en la escuela, que los docentes desconfían de las familias: ¡Nadie confía en nadie cuando se trata de educación!

Hay que recuperar la confianza cuanto antes. Cuando alguien está inmerso en un proceso de aprendizaje se siente vulnerable, ya que es consciente de que tiene debilidades que deben ser fortalecidas para poder desarrollarse como persona, y esa vulnerabilidad solo se supera con confianza.

La función de la educación formal es preparar a las personas para tener una vida plena y autónoma, es decir, dotarlas de los conocimientos, las destrezas, las competencias y las habilidades necesarios para que puedan afrontar con garantías de éxito un futuro incierto. Para ello es necesario recuperar la confianza en las propias capacidades (tanto las de los docentes como las de los alumnos), en las de los demás y en las de la sociedad en general, así podremos construir un mundo en el que la tolerancia, el respeto a la diversidad y la equidad estén siempre presentes. Así la educación podrá dar respuestas efectivas a este mundo global y cambiante.
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PROFESORES Y ESPECIALISTAS PINTAN UN FUTURO DESOLADOR PARA LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA

Los expertos no confían en que mejoren ni la financiación, ni el prestigio de los enseñantes. Los entrevistados asumen que la legislación seguirá sujeta al vaivén de los cambios políticos .

Los expertos en educación y los docentes españoles miran con “desesperanza” el futuro. La gran mayoría no cree que el sector vaya a recibir un aumento de la inversión pública, imprescindible tras los recortes, no esperan que los enseñantes consigan el reconocimiento social que se les niega y tampoco ven posible un pacto de Estado que mantenga la educación al margen de los avatares de la política. Un panorama desolador en el que solo insufla algo de optimismo “la existencia de minorías de docentes, activas y emprendedoras, que impulsarán importantes cambios en la práctica docente”.

Este pesimista diagnóstico sobre las enseñanzas no universitarias es la principal conclusión del estudio ‘La educación en España: el horizonte 2020’, realizado en el marco de Acción Magistral, un proyecto de la FAD, BBVA y la Comisión Española de Cooperación con la Unesco, que ha sido presentado este viernes. El trabajo se basa en un panel de 200 expertos y docentes entrevistados cuyas opiniones solo aparecen a modo de conclusión cuando un mínimo de tres de cada cuatro las comparten.

FUERA DE LA AGENDA POLÍTICA

Si una cosa queda clara en el documento es que los entrevistados no confían en absoluto en los partidos políticos . Se muestran convencidos de que la comunidad educativa no será consultada en las modificaciones normativas que se produzcan mientras tampoco ven que la educación vaya a ocupar un lugar prioritario en las agendas de las administraciones.

La consecuencia es que seguirá la escasez presupuestaria, con múltiples consecuencias negativas: “disminuirá el número de centros educativos y, desde luego, lo hará la dotación de docentes, con lo que aumentará la ratio alumno/profesor. Además, las condiciones laborales de los profesores serán más precarias, tanto desde la perspectiva salarial como desde las condiciones de trabajo, pese a que se endurecerán y se harán más exigentes las condiciones de acceso a la docencia", advierte el informe.

MENOS BECAS Y PEOR DOTADAS

También advierte que la falta de financiación tendrá un reflejo directo inevitable sobre el alumnado y sus familiares: menos becas, peor dotadas y con más y más exigentes requisitos de acceso, así como textos y material escolar a cargo básicamente de las familias, al igual que el coste de las actividades extraescolares.

Solo hay una excepción al deterioro generalizado. La formación profesional sí será potenciada porque se ve como una salida a las dificultades por encontrar trabajo. Eso irá acompañado por un acento en los contenidos instrumentales y técnicos en detrimento de las humanidades, concentrándose los recursos en lo que se considere más útil para encontrar empleo.

Tampoco se percibe un interés real de las administraciones en revertir el deterioro de la imagen del docente. En este terreno se considera que, como mucho, se reforzará su “autoridad legal”, algo que consideran un reconocimiento “más formal que otra cosa”. “El clima emocional dominante” entre los enseñantes será de “un cierto desánimo resignado”,que mantendrá a la mayoría de ellos “desmotivados”.

TÉCNICAS DE APRENDIZAJE

El contraste lo representarán esas minorías muy activas que “irán creciendo en número y organizándose, y se mostrarán enormemente comprometidas con su formación, con la innovación educativa, con la búsqueda de nuevas fórmulas de relaciones escolares y, también, con la protesta por las insuficiencias”.

Respecto a la práctica docente se prevé que las técnicas memorísticas y las clases magistrales se mantengan, pero perdiendo fuerza frente a otras técnicas de aprendizaje: audiovisuales, debates, técnicas grupales. Pese al tópico, no se cree que teclados y pantallas vayan a monopolizar la enseñanza. Tendrán un uso más generalizado pero sobre todo de carácter instrumental; por ejemplo, los libros de texto irán perdiendo presencia ante materiales digitales, cada vez más preparados por el propio docente. Pero no va a generalizarse una auténtica enseñanza online, para la que “la mayoría de profesores no estarán preparados”.
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LUCÍA, 9,975 EN SELECTIVIDAD: "ES UN MITO QUE LA PRIVADA SEA MEJOR QUE LA PÚBLICA"

Lucia Cobarro Gálvez, alumna del IES Severo Ochoa de Alcobendas que ha obtenido la nota máxima de Selectividad en la región, un 9,975, quiere hacer Medicina y considera "un mito" que la educación privada sea mejor que la pública.

Cobarro, que lleva seis años en este instituto, desde primero de la ESO, cursaba el bachillerato Científico Tecnológico y ya había logrado la medalla de oro de las Olimpiadas de Química de Madrid y uno de los Premios del certamen de Jóvenes Investigadores.

Es vecina de Alcobendas y, aunque su asignatura favorita es Química, está pensando en matricularse en la Facultad de Medicina -posiblemente en la Universidad Autónoma por la proximidad, aunque tampoco descarta del todo la Complutense, por los amigos-, y tiene planes de especializarse en Neurología y abrirse campo en la investigación científica.


RESULTADOS ABRUMADORES

Los resultados de sus exámenes son abrumadores, pues la nota más baja es un 9,50 en Biología, tres 9,75 en Francés, Química y Matemáticas y tres espléndidos 10 en Lengua, Historia y Física que se complementan con una media de 10 en el Bachillerato.

La sorpresa comenzó esta mañana a las 7:30 horas con un escueto mensaje que ha recibido de la universidad donde le informaban de la nota media obtenida, resultado APTO y SUERTE.

"Me cuesta mucho ver las cosas y no considero que tengo una facilidad especial, solamente en el esfuerzo está la clave", ha señalado Lucía Cobarro.

Sobre su medalla de oro en las Olimpiadas de Química de la Comunidad, en la que pueden participar tres estudiantes por instituto, Lucía señala: "si no hubiera tenido la preparación que me han dado mis profesores no hubiera obtenido estos resultados".

A su juicio, es " un mito que la enseñanza privada sea mejor que la pública, todo depende del esfuerzo que haga la persona".

Compagina sus estudios con su afición musical, asiste a clases de viola "cuando tiene tiempo", y reconoce la labor del claustro de profesores del IES Severo Ochoa donde ha estudiado la ESO y el Bachillerato: "He tenido profesores excelentes, el ambiente de clase de este año ha sido fabuloso y creo que eso ha influido mucho en nosotros".

Las matemáticas "no se me dan mal", señala Lucía que es hija de profesora de esta asignatura y se sorprende de haber obtenido un 10 de Física, pese a que la química era "su fuerte".

"Lucía tiene una capacidad intelectual extraordinaria pero además grandes dotes para el esfuerzo y para el sacrificio continuo que ha realizado en los últimos años y nada es fruto de la casualidad", ha manifestado el director del IES Severo Ochoa, Agustín Calvo.

DE LOS INSTITUTOS MÁS ANTIGUOS DE ALCOBENDAS

Este Instituto cumple este año su 25 aniversario, es de los más antiguos de Alcobendas y tiene 1.250 alumnos matriculados que se distribuye en enseñanza Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional inicial y los ciclos formativos de grado medio y superior de la rama de administración.

"También tenemos Formación Profesional a distancia en Administración en grado medio, somos instituto bilingüe y en su día con sección lingüística de Francés a la que pertenecía Lucía, pero esa sección se ha trasladado a otro centro", añade el director.

Ha añadido que otros seis alumnos del Severo Ochoa, "la mayoría chicas", han obtenido notas superiores a 12, de un total de 14.

Según Agustín Calvo, "los institutos tienen un alto nivel de exigencia, cuentan con un profesorado magnífico muy vocacional y muy volcado que dedica sus horas libres a reforzar a los alumnos; no se trata de optar por una enseñanza gratuita, sino de optar por una enseñanza de gran calidad", ha concluido.
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La evolución de la conciencia

LA EDUCACIÓN FORMAL NO VA CON LOS ‘MILLENNIALS’

Un arículo de Carmen Sánchez-Silva.

Los jóvenes están llamados a revolucionar los negocios a su paso. Incluso hay algunos, como el de la educación, que están transformando ya. Sean millennials (nacidos entre 1980 y 1994) o los nativos digitales integrantes de la llamada generación Z (entre 1994 y 2009), son personas que tienen una manera distinta de pensar. La educación formal no va con ellos. Les interesa aprender de forma práctica materias cada vez más concretas y lo quieren hacer con cursos flexibles en los que puedan dar rienda suelta a su creatividad. La titulitis ha sido desterrada, sobre todo para quienes ven su futuro profesional en el mundo de la tecnología.


"Salí de Wharton con muchas carencias. En diseño web, en analítica de datos y en programación. Y, aunque la especialidad de mi MBA era de emprendimiento, no podía montar una empresa de éxito sin saber programar. Para poder crear un equipo tienes que saber construir”. Son palabras de Gonzalo Manrique, de 32 años. El fundador de Ironhack cree que la universidad se ha quedado desfasada y que las escuelas de negocios apenas han cambiado desde su fundación. “Ya no existe una formación para toda la vida. Hoy la gente tiene ganas de resolver problemas. Así es como surgieron empresas como Facebook o WhatsApp. Para formarse no hace falta estudiar ningún máster específico, se puede aprender online”, sostiene Manrique.

Ironhack se dedica a impartir cursos de programación de tres meses de duración, dos presenciales y uno online, todos intensivos; una formación a la que acuden sobre todo alumnos de Icade, Esade e IE Business School que quieren emprender, dice su fundador, con la convicción de que empresas como la suya van a hacer daño a las universidades y centros de enseñanza directiva por el hueco que han dejado en el mundo digital y del emprendimiento.

Con 20 años, Sean Hardcastle ha abandonado su carrera de ingeniería de software. Se aburría. Está montando una red social llamada Gamify con la que él y sus socios quieren reactivar a los jóvenes a través de la búsqueda de nuevas experiencias o retos cuyo logro habrán de demostrar a través de vídeos o fotos. “YouTube es el mejor canal de comunicación para los jóvenes”, mantiene. En el Campus de Google estos emprendedores están recibiendo el empujón que necesitan para lanzar su idea de gamificar la vida. Gamify cuenta ya con el apoyo de dos empresas, la productora Atresmedia y la marca de relojes Tag Heuer. “Cuando me regalaron un reloj que no me puedo pagar, mis padres se dieron cuenta de que la universidad no es el único camino para aprender”, relata el joven de origen inglés.

La semana que viene, en el Campus de Google habrá una feria de empleo donde 70 start-ups, de entre 5 y 70 trabajadores, pretenden encontrar personal. Lo cuenta la directora de esta comunidad abierta de emprendedores con 15.000 miembros, Sofía Benjumea. “Sobre todo necesitan desarrolladores informáticos, desarrolladores de negocio y especialistas en marketing”, aclara. Con varios másteres en su haber, Benjumea tiene claro que actualmente no es necesario un posgrado para lanzar un proyecto de éxito. “Tenemos muchos casos que lo demuestran”, dice la directora del Campus de Google. “Aquí la titulitis es lo que menos se valora, salvo que proceda del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Lo que se aprecia es la experiencia, la actitud y las ganas de aprender, que deben durar de por vida”, mantiene.

Y lo confirma Marisa Wic, de la firma de prospección de mercado Oteara: “Cuando nos hemos basado en la titulación a la hora de reclutar, no siempre hemos encontrado en el candidato la formación que incluía en el currículo. El título no suele ser la guía adecuada. Y por eso no se lo pedimos a las cuatro personas que buscamos para incorporar a la empresa ahora. Lo que sí necesitamos es que sepan inglés, que conozcan las herramientas digitales y, sobre todo, que tengan actitud proactiva y ganas de aprender”.

SIN PREPARACIÓN

En esta nueva realidad es en la que se mueven las escuelas de negocios. No solo las españolas, sino las de todo el mundo. Y, como reconoce Iñaki Ortega, director general de Deusto Business School, “no estamos preparados para las nuevas generaciones. Estamos intentando dar pasos en esa dirección, pero hay que tener en cuenta que la tecnología y los millennials están cambiando todos los sectores e industrias. La educación no es una excepción”. Ortega asegura que estos centros de formación directiva educan como hace varios siglos y compiten en el mercado con cursos masivos online abiertos (MOOC) o con escuelas de negocios recién nacidas en Internet que ya tienen miles de alumnos. “Tenemos que adaptarnos a los jóvenes que ya están en la universidad y que son una generación que desconfía, que pone en cuestión lo establecido, es irreverente y está dominada por la inmediatez. Las escuelas que sigan ofreciendo el clásico MBA tenderán a desaparecer”, sentencia.

“El momento se caracteriza por que una parte de lo que las instituciones de formación superior hacíamos ha dejado de tener sentido, ya que se puede acceder al conocimiento a bajo coste debido a la desintermediación de la educación que se ha producido con la globalización y el desarrollo digital. También se caracteriza porque tenemos que asegurar a los empleadores los perfiles de graduados que están requiriendo ya, gente capaz de jugar en equipo y de moverse en entornos inciertos, algo que el aprendizaje espontáneo no da. Las escuelas nos estamos adaptando, pero a marchas forzadas”, sostiene Francisco Longo, director general adjunto de Esade.

Ante esta perspectiva hay organizaciones como Esade que han decidido hacer de este cambio generacional el eje de su plan de negocio. De momento, la escuela de negocios ha puesto en marcha varias experiencias piloto y en breve lanzará un programa íntegro destinado a ejecutivos de experiencia con su nuevo modelo de enseñanza, explica Longo. Una metodología que llegará tras la transformación digital de los contenidos educativos y del fortalecimiento de las competencias de los profesores que está poniendo en práctica ahora la institución. “En dos o tres años queremos tener implantado el nuevo modelo de enseñanza”, afirma Longo, quien asegura que Esade no ha evaluado todavía la inversión precisa para abordar esta revolución.

En Deusto la estrategia pasa por añadir programas blended (combinan enseñanza presencial y online), MOOC y un campus virtual. Eso desde el punto de vista tecnológico; desde el docente, el centro está incorporando a profesores millennials doctorados, los únicos que pueden formar en disciplinas tan nuevas como la ciberseguridad, el big data, el cloud, que son las que están teniendo éxito entre esta generación de estudiantes. Superar las enseñanzas clásicas con ofertas modernas como estas es otra de las claves del cambio de la escuela de origen vasco, según explica su director.

Quizá la entidad más avanzada de cara a formar a los millennials (que ya están en las aulas de los centros de formación de ejecutivos) y a la generación Z (que llegará pronto) es IE Business School. Al menos así lo cree el decano de la institución madrileña, Santiago Íñiguez: “Llevamos 16 años adaptando nuestros modelos de aprendizaje a las peculiaridades de las nuevas generaciones y a la facilidad que ofrecen las nuevas tecnologías, con formación blended, plataformas móviles, material multimedia o fomentando el uso de las redes sociales. Somos la escuela que más interactúa en las redes sociales y con más tuiteros activos. También reclutamos nuevos profesores jóvenes y promovemos iniciativas que integren a distintas generaciones en actividades conjuntas, de mentoring, laboratorios…”, explica.

A juicio de Íñiguez, la enseñanza tiene que ser muy experiencial en contenidos y en metodología, por eso quiere que las clases que IE imparte mediante videoconferencia sean cada vez más parecidas a las presenciales. Es la forma de ajustarse a millennials y zetas, “cuyas necesidades estamos muy abiertos a entender”, continúa el decano de IE; de hecho, “intentamos estar donde están los miembros de la generación Z, tratando de entender las nuevas tendencias”.

AUTÓNOMOS Y DESCREÍDOS

Los millennials ya están en las aulas de las escuelas de negocios. Son alumnos y profesores. Pero los integrantes de la generación Z todavía no han llegado y prometen ponerlas patas arriba. Los nativos digitales tienen menos conexiones con sus predecesores que cualquier otra generación. No creen en el trabajo fijo ni en la educación formal. Prefieren el aprendizaje vocacional y respetan la diversidad de opiniones. Tienen dificultades para hablar en público, escribir textos complejos y mantener la concentración. Sus herramientas relacionales son las digitales y viven en la inmediatez.

Es “la generación con más acceso a la información de la historia, pero no necesariamente la mejor informada”, ya que le cuesta ­mucho desligar el polvo de la paja, según un estudio sobre esta generación realizado por Deusto Business School. Y son creativos y autónomos, quieren resolver problemas; por eso el 39% desean emprender.

EL CURRÍCULO CIEGO DILUYE EL PESO DEL TÍTULO

Viene de los países anglosajones. Las empresas de Estados Unidos y de Reino Unido han decidido desechar discriminaciones con el uso del currículo ciego (aquel que se centra en la experiencia profesional del candidato y descarta sus datos personales o antecedentes universitarios para, como indica la firma legal Clifford Chance, evitar que los aspirantes de las dos universidades más prestigiosas de Reino Unido, Oxford y Cambridge, sean contratados mayoritariamente).

Es una práctica que se extiende y que busca la igualdad de oportunidades, explica Luis López, director de recursos humanos de Deloitte. “Pone en valor a los candidatos en vez de la titulitis”, abunda el director de Deusto Business School, Iñaki Ortega. En España la tendencia aún no ha calado demasiado; de hecho, según la directora general de la firma de reclutamiento Hudson, Montserrat Luquero, en el 90% de los casos continúa apareciendo en los currículos el lugar de estudio de los candidatos, “ya que la formación sigue marcando la diferencia en la selección”

Sin embargo, a las empresas cada vez les preocupa menos el pedigrí del aspirante al empleo (las tecnológicas han dejado de solicitárselo) y más su saber hacer. “Hoy seguiremos analizando el currículo ciego como opción futura, pero cada mercado tiene su idiosincrasia y en España no existe nada parecido a la hegemonía del ‘Oxbridge’ inglés”, explica el director de recursos humanos de Clifford Chance, Leo Yáñez. Y lo confirma su homólogo en ­Deloitte.

Ambas compañías valoran más el nivel de inglés de los aspirantes o su capacidad de trabajar en equipo que los másteres que atesoren. De hecho, Luis López señala que la auditora está en proceso de reflexión sobre la necesidad de los posgrados para sus futuros contratados. “Pedimos el conocimiento, el título no nos importa tanto”, afirma.
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MÁS ESCUELA, MENOS AULA

Un artículo de Mariano Fernández Enguita, sociólogo, catedrático en la Universidad Complutense.

Innovar es la respuesta adaptativa a un entorno cambiante, en sentido amplio y elemental. Suele decir Castells que no vivimos una época de cambio, sino un cambio de época, esto es, hacia un futuro enteramente distinto –en parte ya aquí pero mal repartido, Gibson dixit. Yo veo otra vuelta de tuerca: no solo es un cambio de época sino que entramos en una época de cambio; no vamos a un nuevo equilibrio estable, sino a una era transformacional, de cambio acelerado, permanente y multidireccional, con implicaciones profundas para la educación.


En el mundo escolar esto se manifiesta en cómo cambian en pocos años el público y el entorno de un centro y el propio centro; en cómo se diversifican por ello los centros, aun siendo en principio iguales (en particular los públicos), incluso vecinos, tanto entre sí como internamente; en cómo cambia el ecosistema de los medios de información, comunicación y aprendizaje que concurren y compiten con la enseñanza. Este contexto en ebullición supone que el educador no puede trasladar sin más lo aprendido en su formación inicial, lo observado en otro contexto o lo practicado con anterioridad a la práctica en curso, sino que precisa innovar, si bien esto consiste básicamente en recombinar elementos de su bagaje profesional, de la experiencia propia y ajena y de ámbitos no escolares. Educar es hoy, y será cada vez más, innovar sobre el terreno, a no confundir ni con inventar desde cero en el nicho ni con la esperada reforma desde arriba.

Pero la innovación, además de ser posible y necesaria, ha de parecerlo, y casi todo conspira para que no lo haga. A diferencia de la gran prensa que pierde lectores, las empresas que luchan por la clientela o los partidos que ven desertar a sus votantes, la escuela tiene un público cautivo, retenido por la obligatoriedad y, antes y más allá de esta, por la delegación familiar de la custodia y el credencialismo del mercado de trabajo. En otras palabras, apenas hay feedback, nada que indique a la institución y la profesión qué poco público tendrían si solo dependiese de su eficacia o su atractivo. Únanse a esto la formación parca del maestro e inespecífica del profesor de secundaria, la ranciedumbre de las facultades de Educación, el aislamiento del trabajo en el aula, la opacidad de los centros y la asfixiante carga paleopolítica del debate educativo y se entenderá tanto conservadurismo y tanta inercia pese a la urgencia y la importancia del cambio. Pero el cambio vendrá: la cuestión es cómo, de dónde, a qué coste (social, cultural e institucional, más que económico) y cuándo (para cuántas cohortes llegará tarde). Un provocativo John Hennesy, presidente de la Universidad de Stanford, de las que menos temen al futuro, dijo: "Se acerca un tsunami. No puedo decir con exactitud cómo va a estallar, pero mi intención es intentar navegarlo, no esperarlo ahí parado."

Sin duda lo que llama con más fuerza a las puertas de la escuela es la tecnología. Infancia, adolescencia y juventud viven ya de forma cotidiana con ella, los empleos que esperan y los que vendrán requieren competencias digitales, las compañías tecnológicas despliegan su oferta y las editoriales escolares renuevan la suya; last but not least, una porción relevante del profesorado capta la necesidad y las oportunidad y apuesta fuerte por la innovación. No son solo aparatos y conductos (hardware), ni datos y algoritmos (software), sino tanto o más las nuevas relaciones de comunicación y aprendizaje que se levantan sobre ellos, opuestas a las viejas relaciones pedagógicas escolares: superación de límites espaciotemporales, adaptación a ritmos y estilos personales de aprendizaje, cooperación irrestricta entre iguales, interactividad incorporada a dispositivos y aplicaciones, retroalimentación inmediata de datos y analíticas sobre el aprendizaje mismo... Un entorno bullicioso y fascinante que hace aparecer a la escuela, parafraseando a Marx, como "la tradición de todas las generaciones muertas [que] oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos".

No va a ser fácil, pues innovar en la escuela no es como hacerlo en la agricultura o la industria. La docencia entraña una elevada porción del tipo de conocimiento que Polanyi llamó tácito y Hippel pegajoso. Tácito, o muy difícil de formalizar, lo que impide transmitirlo en una Facultad o con un libro (como montar en bicicleta, algo que todos saben hacer pero no explicar, que todos aprenden sin que nadie estudie). Pegajoso (sticky), porque es difícil separarlo del terreno en que se crea y aplica y se ha de transmitir y adquirir en la colaboración profesional o maestro-aprendiz. Por ello, aunque la presión venga de fuera y actores como universidades, editores, tecnológicas, administraciones y otros deban y puedan aportar, el proceso será de innovación distribuida y difusión horizontal.

La innovación distribuida supone que cada docente, equipo, centro o red de centros harán su propia innovación, aprendiendo unos de otros y ajustando y modificando lo aprendido, en ningún caso importando, trasladando o generalizando fórmulas comunes, llámense buenas prácticas, prácticas de éxito, educación basada en la evidencia o cualquier otro eufemismo. Nótese que no sólo son distintos los contextos y momentos sino también los actores, como lo son las capacidades y limitaciones de cada profesor, equipo, claustro o comunidad. Supone que no vendrá solo del profesor, ni de la dirección, sino de ambos, así como de grupos intermedios o de otros actores implicados y colaboradores presentes en la comunidad y ajenos al núcleo profesional.

La difusión horizontal requiere condiciones hoy muy deterioradas. La primera, un contacto fluido y suficiente entre los educadores, lo que no sucede de un aula a otra ni en el breve recreo. Una visión equivocada de la profesión ha restringido la presencia en el centro a poco más que las horas lectivas, convirtiendo la docencia en un trabajo reducible por todos y reducido por muchos a empleo a tiempo parcial (pagado a tiempo completo), y ha eliminado los tiempos y espacios de contacto no planificado –dinamitando de paso la posibilidad de dedicar más tiempo a los alumnos en riesgo. La solución no es compleja, aunque sí complicada: la jornada (horario y calendario) laboral debe transcurrir en el centro; eso sí, con el equipamiento adecuado y la flexibilidad necesaria, con independencia de que se pueda reducir la carga lectiva. Fuera del centro, administraciones, organizaciones profesionales, empresas proveedoras y otros actores como las fundaciones deben potenciar la horizontalidad a través de encuentros presenciales y redes virtuales.

Es importante considerar que educar no es ya cosa de un docente con un grupo discente, ni siquiera en primaria, donde de un tercio a la mitad del tiempo del alumno no discurre con su maestro-tutor sino con especialistas, apoyos, monitores, cuidadores y otros, sin contar con que cada año o cada dos cambia de profesor principal, ni con bajas y traslados. Fuera de individuos carismáticos, pequeñas variantes y experiencias efímeras, una educación eficaz, un proyecto consistente o un proceso innovador requieren la escala de centro. Y a veces más: redes de centros que permiten ampliar experiencias, distribuir la experimentación y alcanzar economías de escala. También, dentro del centro, se beneficia de la agrupación de aulas y la colaboración entre profesores, como en los bien conocidos proyectos interdisciplinares o en la fusión de grupos con un solo docente en grupos más amplios con equipos de dos o tres. La escala de centro, en fin, ampara mejor la innovación individual, al reducir (y aceptar) el riesgo de error e intensificar el feedback.

Toda organización, como estructura estable al servicio de un fin, tiende a ser conservadora; un centro escolar más, por su función de reproducción cultural, su base en la conscripción obligatoria, la incertidumbre de sus resultados y la asimetría entre profesión y público (a mediados del pasado siglo, P. Mort estimaba para la escuela típica veinticinco años de retraso en la adopción de buenas prácticas ya establecidas). La innovación necesita el impulso y liderazgo de la dirección y la cooperación de los profesores, pero en la escuela pública (dos tercios del alumnado), la primera tiene pocas competencias que no sean administrativas, el claustro vive atomizado y el funcionario puede desentenderse de todo. Estos problemas no existen en los centros privados, lo que, unido a la necesidad de seducir a su público y a la frecuencia con que son parte de redes más amplias, empresariales o religiosas, les dará, guste o no, una ventaja sustancial en los próximos años.

Es justamente la organización lo que ha de cambiar. Lo que cuenta no es el contenido sino las relaciones: entre los alumnos y con los profesores, con contenidos y materiales, con el entorno, la organización de espacio y tiempo... Si se tratara del contenido se resolvería con buenos libros o buenos vídeos. El problema es que los centros son poco más que montones de aulas apiladas y, mientras que estas carecen de futuro (son el residuo de la escuela-fábrica y el profesor-grifo), aquellos, que seguirán y crecerán porque no hay mejor lugar fuera de la familia para los menores, no logran reinventar el suyo. Pero ese es el camino: más escuela y menos aula.
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LOS JESUITAS CREEN QUE SOBRA EL 20% DEL CURRÍCULO

De la experiencia del nuevo modelo pedagógico que la Fundación Jesuïtes Educació está poniendo en marcha gradualmente en sus centros, se extraen varias conclusiones destacables: que el currículo escolar, las materias que los alumnos deben aprenderse en un curso, están sobrecargadas (sobra un 20% del currículo) y que los espacios físicos del aula condicionan más de lo que parece el rendimiento escolar.

Estas dos ideas se recogen en los cuatro nuevos tomos de la colección Transformando la educación que fueron presentados ayer por Xavier Aragay, director de Jesuïtes Educació, en la librería Laie, y que se suman a los cuatro libros publicados en 2015, en el marco del Horitzó 2020. De momento, el nuevo método se ha introducido en ocho escuelas en P3 y P4, y para un ciclo nuevo que va de 5.º de primaria a 2.º de ESO. El próximo año se iniciará en infantil de Sant Ignasi (Sarrià), en el centro de Joan XXIII, y se preparará a los profesores de formación profesional.

“Si ponemos en el centro del aprendizaje al alumno –explicó Aragay–, resulta esencial replantearse qué estudia el alumno y si es necesario un temario que tiene un afán memorialístico”, sostuvo. A su juicio, es mejor consolidar conocimientos básicos y facilitar la comprensión global y transversal de las materias. Así propone: reorientar áreas dándoles un carácter más competencial, evitar repeticiones, eliminar algunos contenidos que carecen de interés y pensar en lo que se enseña en las necesidades del futuro. Eso supone eliminar un 20% los contenidos de los currículos.

También los espacios físicos de las aulas determinan el aprendizaje. El director de Jesuïtes avaló el resultado de un estudio de la Universidad de Salford (Reino Unido) que indica que el diseño de un aula repercute hasta en el 25% del rendimiento escolar de los alumnos . “Esto significa que, con el espacio físico adecuado, cuatro cursos de secundaria podrían realizarse en tres”, indicó. Aulas grandes, con grandes ventanales y luz natural, decoradas con color, con paredes de cristal y muy polivalentes. Para Josep Menéndez, director adjunto, “las aulas actuales están diseñadas para que el profesor sea el protagonista: la tarima, la pizarra, la disposición de las mesas...”. Por el contrario, en Jesuïtes tiran tabiques para disponer de aulas de 60 estudiantes con tres profesores que organizan tarea y tiempos y que hacen y deshacen grupos de diferentes dimensiones.

“En las encuestas que pasamos a los estudiantes de toda la organización dicen que se aburren, asumen que deben ir al colegio, pero el proceso de aprendizaje les parece una militarización”, indica Aragay. “En los nuevos centros, nuestros alumnos son nuestros mejores aliados para el cambio. No vienen a ver lo que les echan. Vienen a trabajar”.
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BUTÁN: EL PAÍS QUE EDUCA PARA LA FELICIDAD

Todos deberíamos apostar por la felicidad, porque dicen que siendo felices alcanzaremos la plenitud. Sin embargo, en el día a día, pareciéramos olvidar cada vez más esta premisa, convirtiendo el mundo en un medio hostil, lleno de competencia y lejos del disfrute de las cosas sencillas.

En este escenario, existe un reino al sur de Asia que promueve la felicidad como un estilo de vida desde la escuela: Bután. Ubicado en la cordillera del Himalaya, este país procura, como política de Estado, desarrollar en sus alumnos competencias que les permitan disfrutar de la belleza, de la pintura, de la vida cotidiana, etc., como una forma de liberación. Es así como crearon el Ministerio de la Felicidad, para fomentar este tema en todos los ámbitos, especialmente en la educación.

El ex ministro de educación de Bután, el profesor Thakur S. Powdyel -budista de 57 años-, concedió recientemente una entrevista a La Vanguardia.com para hablar de este tema, y queremos compartirla con ustedes.

¿Dónde está Bután?

Es un pequeño reino en la cordillera del Himalaya, entre Nepal, Tíbet (China) e India.

¿Cuántos son ustedes?

Unas 800.000 personas, la mayoría agricultores y ganaderos, como lo eran mis padres.

¿Y usted?

De niño pastoreaba vacas, mi aldea era mi universo. Me daba miedo ir a la escuela. Pero mis padres insistieron. Eran analfabetos ¡pero muy sabios!

¿Por qué?

Vivieron juntos y felices durante 75 años. Decidían con sabiduría y siempre acertaban. Me eduqué en sus sólidos valores. Y estudié.

¿Qué aprendió?

Que la escuela es decisiva, primer vínculo de la persona con el mundo, y que tener buenos profesores es determinante.

¿En qué sentido?

No tanto por lo que te enseñan, sino como modelos de cultura y valores, porque te transmiten sus convicciones y filosofía, su sentido de la vida y visión del mundo.

Y se hizo usted profesor.

Sí. Para acompañar a los alumnos en la exploración de la vida, no para convertirlos en piezas de una máquina productiva.

Eso temía Nietzsche, una escuela fabricante de obreros en serie.

La escuela debe liberar al alumno, fomentar la creatividad de cada uno, elevarle a ambiciones más elevadas que un sueldo.

¿Y eso es posible en Bután?

Sí, desde que el rey tuvo una inspiración…

¿Qué inspiración?

Abdicó, convocó elecciones libres y creó el índice de felicidad nacional bruta (FNB).

¿Felicidad nacional bruta?

Un índice nuevo y distinto para valorar a los países. Entendió que medirse por el producto interior bruto (PIB) es reduccionista: no avala el bienestar de los ciudadanos.

Pero la riqueza sí ayuda al bienestar…

¿Tu bienestar sólo depende de la riqueza material? Hay otros factores inmateriales…

¿Qué factores?

La bondad, por ejemplo. Aprender a vivir feliz, por ejemplo. Mis alumnos reflexionan sobre cómo sería la vida sin poesía, pintura, música, belleza… De ahí la relevancia de la educación, que afirma la santidad de la vida.

Suena muy místico.

No, suena a vivir de un modo más armonioso contigo mismo, con tu familia, con tu sociedad y con tu entorno.

Pero todos queremos ser más ricos.

Un país puede ser muy rico pero su gente llevar una vida muy torturada. Un país puede ser menos rico ¡pero su gente llevar una vida más armónica!

¿Y el índice de FNB mide eso?

Sí, la buena vida de los habitantes de un país.

¿Son felices todos en Bután?

No: estamos en un proceso, tenemos ese proyecto aspiracional. ¡Y la educación es fundamental!

¿Qué hacen?

Desplegamos una red de escuelas verdes y enseñamos una relación armónica con la naturaleza, porque explotar los recursos naturales hasta destruir el entorno no conllevará bienestar a largo plazo, por mucha riqueza material que genere a corto plazo.

Muy sensato.

Queremos educar para la felicidad de las generaciones venideras, no sólo de la presente.

Por ejemplo.

Con los alumnos reflexionamos sobre enunciados como “¿ser importante es mejor que ser bueno?”, “¿qué cualidades nos diferencian del resto de los animales?”, “¿cómo reaccionar si en una compra te devuelven más cambio del que te corresponde?”, “¿cuándo fue la última vez que ayudaste a alguien a sentirse mejor?”…

¿Su rey estuvo inspirado o le asesoraron filósofos?

Era un joven ardoroso pero sabio, se le ocurrió a él, a Jigme Singye Wangchuck: vio que todos necesitamos un sueño, y los países también, una estrella a la que mirar.

¿Qué hace hoy el rey?

Tras abdicar hace diez años, se fundó una monarquía constitucional y hoy reina su hijo, Jigme Khesar Namgyal Wangchuck, que tiene 35 años.

¿Están notándose ya los efectos de su aspiración?

Para empezar, el 60% de nuestro territorio son bosques que no podemos destruir, eternamente protegidos, y preservamos nuestras tradiciones sin renunciar a la tecnología y la modernidad.

¿No desfallecerán?

No, por mucho que sea más fácil conseguir un alto PIB que un alto FNB, a corto plazo. Pero nos interesan más la equidad, la justicia, la bondad, la inteligencia, la salud de la tierra… que la renta. ¡Esto es más difícil, pero más deseable! Pensamos a cinco generaciones vista.

Dígaselo a los políticos de aquí.

El índice FNB es una tabla que pondera indicadores materiales e inmateriales, objetivos y subjetivos, en el que aunamos economía, conocimiento y conciencia, porque ya sabemos que lo que de verdad cuenta no es siempre lo que puede contarse.
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estructuras

¿SOBRA EL 20% DEL CURRÍCULO ESCOLAR?

Un artículo de Salvador Rodríguez Ojaos, pedagogo, blogger, formador y asesor en innovación educativa, creatividad, educación emocional y educación en valores.

Hace unos días se daban a conocer las primeras conclusiones a las que ha llegado la Fundació Jesuïtes Educació tras la puesta en práctica de su nuevo modelo pedagógico. Entre todas ellas quisiera destacar que, en su opinión, sobra el 20% del currículo. En noviembre de 2014 escribí un post sobre esta misma cuestión Adelgazar el currículo para engordar el aprendizaje.


En los tiempos que corren, proponer la eliminación de un porcentaje significativo de los contenidos curriculares es una decisión valiente y digna de elogio. Aunque probablemente se han quedado cortos en cuanto a la cantidad de contenidos que sobran, pues los actuales currículos son el resultados de la suma descontrolada de contenidos y conceptos tras un número escandaloso de reformas educativas. Reformas que no solo no han modificado de forma real las bases didácticas del proceso de enseñanza/aprendizaje sino que han tenido el efecto perverso de exigir más materia para aprender en cada una de la asignaturas.

Por supuesto que la escuela es un lugar privilegiado para la transmisión de conocimientos (no necesariamente en una transmisión unidireccional profesor-alumno). Pero, hoy en día, no es el único lugar donde puede alcanzarse. Por descontado que para aprender a pensar, para ser creativo, para ser innovador debe conocerse el saber que la humanidad ha ido adquiriendo con el paso de los siglos. Pero la escuela es necesariamente mucho más. En la escuela deben obtenerse los conocimientos, pero también las destrezas, las habilidades, los valores, las competencias necesarias para la vida.

Una de las características más significativas de la educación actual es que la adquisición de las herramientas que nos permiten vivir con plenitud ya no son exclusivas de una sola institución. Escuela, familia, barrio, ciudad, medios de comunicación..., es decir, la comunidad entera es la responsable de ello. Limitar la función de la escuela a la mera transmisión de los conceptos y contenidos propios de las asignaturas curriculares es dar un paso hacia su desaparición, es limitarla hasta hacerla obsoleta.

Navegando por Internet, el otro día encontré una cita atribuida a J. H. Pestalozzi: "En tanto los maestros no se tomen la molestia o no sean capaces de infundir en sus alumnos un vivo interés por aprender, no tienen derecho a quejarse de su falta de atención ni de la aversión de algunos niños hacia la enseñanza."

Para que los alumnos tengan interés por aprender es necesario que aquello que tienen que adquirir les resulte significativo y relevante. Por ello, eliminar contenido de las sobrecargadas materias que los alumnos deben aprender es un paso necesario, más aún imprescindible, para dejar espacio y tiempo al trabajo de otros elementos importantes para que dispongan de las herramientas necesarias para seguir aprendiendo autónomamente a lo largo de toda su vida.
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despertar

MODELO EDUCATIVO, ¿QUÉ ES Y POR QUÉ IMPORTA?

Un artículo de Blanca Heredia.

Un modelo educativo es el norte indispensable de cualquier oferta educativa y para serlo debe incluir, al menos, tres cosas básicas. En primerísimo término, el objetivo de la empresa educativa, es decir, qué tipo de egresados/personas se busca formar. Segundo, qué conocimientos y habilidades tenemos que cerciorarnos obtengan los alumnos para convertirse en esos egresados que queremos. Tercero, cómo tenemos que enseñarles eso que hace falta obtengan los alumnos a fin de producir, en la práctica, las identidades, aprendizajes y conductas que queremos producir.


En resumen, en su versión minimalista un modelo educativo debiera contener respuestas, idealmente inspiradoras, pero [si no] al menos claras y precisas a las siguientes preguntas: ¿para qué educar?, ¿qué enseñar para lograrlo? y ¿cómo hacerlo de la manera más efectiva?

A los tres elementos indispensables que debiera incluir un modelo educativo digno de tal nombre, habría que añadir el desmenuzamiento de cada uno de esos elementos, así como la incorporación de algunos ingredientes adicionales. Abordo, a continuación, el desmenuzamiento de el para qué educar, el qué incluir y el cómo hacerlo.

Sobre el para qué de la educación, un modelo educativo completo debiera contener en su definición del egresado/a que aspira a formar, los que siguen. La identidad deseable de esas egresadas/os, por ejemplo: ¿súbditos o ciudadanos?, ¿nacionales de un determinado país o bien átomos libres y cosmopolitas, sin ataduras nacionales?, ¿hombres y mujeres con identidades de género tradicional o personas dignas más allá de su sexo y sus preferencias sexuales?, ¿fachada de 'mestizos todos' o reconocimiento de la diversidad y la igualdad entre etnias y colores de piel? En este primer punto, el modelo también debiera incluir los valores, conductas habituales y capacidades cognitivas y socioemocionales que se busca desplieguen esas egresadas/os deseables (agentes responsables o víctimas/victimarios, cinismo o compromiso con el bien y la verdad, disposición crítica o aceptación acrítica de la autoridad), así como el estándar de calidad que se quiere (¿suficiencia mínima?, ¿excelencia?).

En lo que toca a los qués, es decir a la currícula –conocimientos y habilidades–, un modelo educativo coherente tendría que definir y justificar, en primer lugar, la elección de esos contenidos en función del tipo de egresada/o que se quiere formar. Debiera, asimismo, tomar en cuenta el contexto social y temporal específico en el que ocurre la actividad educativa que se busca organizar (no es lo mismo, por ejemplo, educar un mundo de economías cerradas que en uno altamente interconectado, o pretender educar donde la producción del conocimiento crece lentamente que donde crece exponencialmente).

Finalmente y en especial en la actualidad, en materia de contenidos dos temas resultan clave.

El primero, recordar que muchas de las denominadas “habilidades del siglo XXI”, tales como el pensamiento crítico y la creatividad, dependen crucialmente de la cantidad de conocimientos acumulados en la memoria de largo plazo y, por tanto, del aprendizaje de contenidos y no sólo de la interiorización mecánica sobre cómo realizar determinados procedimientos. El segundo, que para llevar a cabo procedimientos distintos a los más simples y rutinarios en matemáticas o en cualquier otra área, resulta indispensable que las alumnas/os comprendan los conceptos básicos involucrados; por ejemplo, entender qué es una multiplicación o una derivada. Esto último, entre otras cosas, porque las rutinas son automatizables y porque la habilidad para resolver problemas únicos y complejos no es, hasta el momento, rutinizable y, por tanto, sustituible por una computadora.

Analizar a profundidad los cómos de un modelo educativo fuerte excede los límites de este texto. Baste aquí señalar que la definición de los cómos debiera nutrirse de la investigación científica más robusta disponible en materia pedagógica. Al respecto y desde lo que sabemos hoy con mayor certeza que antes, habría que destacar dos temas.

Primero, la centralidad del vínculo emocional entre docente y alumno para que ocurra el proceso enseñanza-aprendizaje. Segundo, la importancia nodal de la práctica regular para el desarrollo de las habilidades socioemocionales (músculos fuertes, al igual que cosas como la perseverancia, sólo se producen practicándolas intensiva y regularmente).

Hay muchos otros elementos que pudieran incluirse en un modelo educativo potente y completo. Destacan dos. Las condiciones y herramientas materiales requeridas para formar a los egresados que postula el modelo como deseable.

Igual o casi más importante: el diseño institucional de la escuela o del sistema educativo y su capacidad para promover –por parte de directivos, docentes, alumnos y padres de familia– el tipo de conductas requeridas para hacer posible que los qués y los cómos incluidos en el modelo educativo propuesto puedan formar a los seres humanos que el modelo aspira a formar.
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INFORMACION DE LAS PONENCIAS

EDUCAR PARA RESOLVER PROBLEMAS, EDUCAR PARA PLANTEARLOS

Un artículo de Salvador Rodríguez Ojaos, pedagogo, blogger, formador y asesor en innovación educativa, creatividad, educación emocional y educación en valores.

"La formulación de un problema es más importante que su solución." Albert Einstein

Uno de los grandes inconvenientes de la educación actual es que, en demasiadas ocasiones, se vive como un problema y no como una experiencia (necesaria y gozosa) de vida.



Hay mucha gente (demasiada) que entiende la educación, se suele entender, como una competición por demostrar, cuantitativamente y en competencia con los demás, el saber que se ha adquirido, donde lo que menos les importa es comprobar si ese conocimiento sirve para algo más que para aprobar un examen. Pero, en realidad, la educación debe entenderse como un elemento necesario y habitual en nuestras vidas, como una constante que permite que nos adaptemos permanentemente y evolucionemos como personas y como miembros de la sociedad.

En este contexto, uno de los temas más recurrentes en la literatura pedagógica actual es la necesidad de preparar a las nuevas generaciones para que sean capaces de resolver problemas y de tomar decisiones de manera informada, con fundamento. Loable y necesario propósito pero, en mi opinión, insuficiente. Creo que tenemos la obligación de ir más allá, debemos educar también para que las personas puedan plantear problemas y aprovecharlos para generar oportunidades.

En Alicia en el País de las Maravillas, la Reina de Corazones resolvía todos los problemas, fueran grandes o pequeños, de las misma forma: ¡Que les corten la cabeza! Durante mucho tiempo, la educación ha rehuido de los problemas (excepto de los de Matemáticas) y cuando estos se plantean se les da la misma respuesta que la Reina de Corazones. El problema se considera como conflicto y no como oportunidad por lo que es algo que debe evitarse a toda costa.

Por ese motivo, la educación tradicional transmite respuestas y no plantea preguntas, pide obediencia y reproducción del saber. La nueva educación debe provocar el planteamiento de preguntas como búsqueda del conocimiento relevante y significativo, debe promover la creatividad y la participación. El hecho de saber plantear una buena pregunta o un problema interesante supone un nivel muy alto de conocimiento y comprensión de los conceptos implicados en la cuestión que se está planteando, pero también de las relaciones complejas que pueden establecerse entre ellos.

La educación es un bien común, nos afecta a todos los miembros de la sociedad por igual. Por eso, me encantaría que las escuelas estuvieran llenas de alumnos y alumnas que plantearan problemas constantemente (menos de comportamiento, claro)... solo así les prepararíamos para la vida, que es el verdadero propósito de la institución escolar, le pese a quien le pese.
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"LA EDUCACIÓN NO ES HACER EMPLEADOS DÓCILES, SINO CIUDADANOS ACTIVOS Y LIBRES"

El exministro de Educación, Ángel Gabilondo, critica la mercantilización de la educación, donde se está imponiendo la terminología económica y se fomenta la “competitividad y rentabilidad”. “La educación tiene que fomentar el derecho a la diferencia, pero sin diferencia de derechos”.

El exministro de Educación y portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, no acepta que España necesita un gran cambio en la educación "porque no es un desastre". Pero alerta de la progresiva mercantilización de la educación, donde se está imponiendo de manera “peligrosa” términos como competitividad y rentabilidad. “Claro que estoy a favor de la excelencia, pero desde la igualdad de oportunidades. La educación tiene que fomentar el derecho a la diferencia, pero sin diferencia de derechos”.

Gabilondo ha lanzado estos mensajes durante su conferencia Humanizar la vida, con la que ha cerrado en Bilbao una serie de mesas redondas organizadas por la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras Euskadi bajo el lema ¿Qué sociedad, qué educación, qué sindicato? El exministro ha comentado sobre la situación de la educación en España: "El desafío que tenemos, ya que se ha logrado la universalización, es hacerla compatible con la calidad, mejorando el proceso educativo pero sin perder lo que tanto ha costado lograr, un sistema educativo inclusivo, diversificado, universal, una gran conquista social". Sobre la situación de la educación en España, Gabilondo lleva mal las comparaciones que de manera recurrente se hacen, por ejemplo, con Finlandia. "En 1900, en Finlandia no había analfabetos. En España, hace 40 años un 30% de la población no sabía leer ni escribir. Hay que tener en cuenta el esfuerzo que han hecho tantos maestros y maestras, a los que a veces se desanima diciendo que esto es un desastre. Hay mucho que mejorar, el sistema de formación del profesorado, sus incentivos, pero yo no acepto la tesis de que España necesita un gran cambio en la educación porque esto es un desastre".

"No es un desastre. Se puede hacer mejor pero no es un desastre. No desanimemos con encuestas de organismos que dicen cosas que a veces no son solamente educativas. PISA es una evaluación que se hace desde la OCDE, que es una organización económica que tiene una visión determinada de la educación, que yo respeto pero yo tengo una distinta. La educación no es hacer dóciles empleados, sino ciudadanos activos y libres", ha recalcado.

Huir del resentimiento

Gabilondo ha apostado por un futuro pacto educativo, que es "indispensable; es una demanda social extraordinaria, hay más de un 90% de los ciudadanos que quiere un pacto social y político sobre educación. Primero el social, con las comunidades educativas, familias, profesores, estudiantes, agentes sociales... el pacto ocurrirá, que no sea como la LOMCE".

El exministro también abogó para que la educación sirva para huir del resentimiento y de la venganza. “Sobre el resentimiento no se puede construir nada, jamás. Nunca hay que olvidar, siempre hay que preservar la memoria, pero nunca desde el resentimiento”.
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CLAUDIO NARANJO: LOS TRASTORNOS DE LA ATENCIÓN SON UNA RESPUESTA SANA A UNA EDUCACIÓN INSANA

Claudio Naranjo: No se educa para la sabiduría ni para la comprensión, se educa para pasar pruebas, para pasar test. Esa es la terrible pérdida de vida y de tiempo y el robo que le hacen a la gente en sus vidas. No se ve el aspecto perverso de una educación que quiere servir al sistema económico, al sistema de los negocios. Yo tuve la suerte de pasar por la escuela de medicina sin pagar nunca un peso. El hecho de que hoy no se valore la educación como se valoraba antes se refleja no solo en que se use como objeto comercial sino que ni siquiera se puede importar libros al país sin esa exención que tenían los libros cuando yo era joven. Es una vergüenza que Chile haya roto con esa tradición de no pagar impuestos a los libros. Hubo un terremoto en la cultura chilena antigua y no se ha recuperado de ese terremoto. Chile no se ha recuperado del apagón intelectual, el apagón intelectual sigue.

Cómo te imaginarías ese cambio en la educación si uno pudiera aplicarlo ahora, así como un sueño, esa malla curricular ideal.

Empezaría por citar lo que ha dictaminado la Unesco, que muy sabiamente ha dicho: educar debe ser para hacer, aprender a aprender, aprender a convivir y aprender a hacer. Si hiciéramos eso estaríamos muy bien. Hay muchas escuelas que dicen que lo están haciendo, pero confunden ridículamente la retórica con la realidad. En España por ejemplo, que es donde yo paso más tiempo, se está hablando en los últimos 10 años de la importancia de la educación emocional. Aprender a convivir es aprender a gestionar las emociones, a tener cultura emocional y crecimiento emocional y un desarrollo de los distintos matices en la vida amorosa, pero la palabra amor sigue siendo un tabú en el mundo burocrático.

Todos aspiran al amor y está lleno de libros, de revistas, de películas, de telenovelas, pero no entra en el mundo académico, en el mundo del trabajo, es como que tenemos que estar divididos, como que uno ama en la casa un ratito y el resto del tiempo no ama.

Personalmente creo haberlo aprendido a través de muchos años de búsqueda y creo que lo que ha impedido que se haga realidad es que los que saben algo de eso son los terapeutas, no los educadores. Los educadores se han mantenido en la ignorancia de la vida emocional porque hay una división competitiva entre las esferas del trabajo. Los chamanes al mismo tiempo eran terapeutas y educadores y sacerdotes y esas cosas eran una sola. Deberíamos volver a una educación de las tradiciones espirituales que realmente saben hacer crecer a la gente, que se vuelvan a encontrar en la educación lo emocional lo intelectual e incluso lo animal.

Hablaste de los cambios y estos cambios parece que no van a venir nunca de los gobiernos o de la política sino que van a venir de la gente. Pero la gente sale a protestar, quiere los cambios, pero a la vez es como que no supieran dónde encontrarlos, no saben lo que desean.

Es que no saben dónde encontrar a la gente que los sepa implementar. Pero si aparece alguien que los sepa implementar, como yo que he formado mucha gente, se preguntan por qué este y no aquellos otros. Si yo le dijera a un gobierno por qué no me encargan la transformación de la educación –algo para lo que tengo credenciales- sería más difícil de lo que le fue a Freud. Freud estuvo en un mundo menos burocratizado y sus ideas se abrieron paso con el tiempo aunque eran todas intuiciones, eran intuiciones clínicas, no estaban basadas en los estudios experimentales que se pide hoy, con estudios experimentales se puede probar una cosa y la contraria como los abogados que tienen la mitad de la biblioteca al servicio o en contra del individuo que se trate.

Creo que hay poderes fácticos, intereses comerciales demasiado fuertes detrás de todo como para que suceda algo como lo que dices…

La educación está como si hubiera sido diseñada para quitar, para robarle la conciencia a la gente, para tenerlos tan ocupados en cosas estúpidas que no hay posibilidades de desarrollo humano, de desarrollo de la libertad, de la espontaneidad, de la creatividad, desarrollo de cosas que son fundamentales para entenderse a sí mismo y para así cambiar.

Aquí a mí me obligaron a darle a mi hijo ritalín o si no lo echaban del colegio y me dieron melerin cuando yo era niña por muchos años.

Los educadores no reconocen que los trastornos de la atención son una respuesta sana a una educación insana. La educación es la patológica, patologizante, y los trastornos de la atención son simplemente el resultado de que se les está queriendo dar arena de comer a los niños y es normal que no quieran atender a esas banalidades.

(Breve extracto de una entrevista con Claudio Naranjo: aquí la entrevista completa)
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POR UNA EDUCACIÓN QUE NOS ENSEÑE A PENSAR, NO A OBEDECER

Un artículo traducido del inglés, por Rosa María Torres del Castillo, pedagoga, lingüista, periodista educativa, activista social. Investigadora y asesora internacional en temas de educación, cultura escrita, innovación educativa, y aprendizaje a lo largo de la vida. Ex-Ministra de Educación y Culturas. Coordinadora del Pronunciamiento Latinoamericano por una Educación para Todos.

¿Educar para adaptar?



"Somos seres de transformación, no de adaptación" (Paulo Freire)

"El deber de un ciudadano es no creer en ninguna profecía del futuro, sino actuar para realizar el mejor futuro posible" (Richard Stallman)

"Piensa diferente" (Steve Jobs)

"Ojalá estemos celebrando todos el sagrado derecho a la indignación, que es la prueba de que estamos de veras vivos y de que somos dignos" (Eduardo Galeano)

"Frente a los peligros que afrontan nuestras sociedades interdependientes es tiempo de acción, de participación, de no resignarse" (Stéphane Hessel)

"Convoquemos una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no propongan como horizonte para nuestra juventud otras cosas que no sean el consumo en masa, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición excesiva de todos contra todos" (Stéphane Hessel, Indignáos)

La "sociedad de la información", el "mundo de cambios acelerados", la "era de la incertidumbre" que nos ha tocado vivir están ampliando las fronteras de la información, la comunicación, el conocimiento, la ciencia y la tecnología, pero también exacerbando el consumismo, el despilfarro, el desempleo, el individualismo, el narcisimo, la pérdida de empatía y de altruismo, la competencia, la desconfianza hacia los demás, las migraciones, la destrucción del planeta, los riesgos para la vida humana, las guerras, la crisis alimentaria, la escasez del agua, las brechas entre ricos y pobres, entre el Norte y el Sur, entre los obsesos y los que padecen hambre, entre los "incluidos" y los "excluidos", entre los "conectados" y los "desconectados", entre los con conexión rápida y los sin banda ancha...

No obstante, "adaptarse al cambio" es hoy considerada por muchos una "cualidad del futuro", parte de los listados de "competencias del siglo 21" propuestos desde el Norte, junto con cuestiones tales como el pensamiento crítico, la creatividad, la capacidad para resolver problemas, el espíritu emprendedor o el trabajo en equipo. Hay quienes incluso ... plantean la "adaptabilidad" como un posible indicador de la calidad de la educación (BID-Banco InterAmericano de Desarrollo).

Hoy más que nunca, la educación necesita negar el pensamiento único, generar pensamiento crítico y alternativo, debate de ideas, conciencia social y conciencia planetaria, cultura ciudadana, acción contestataria, transformación social y política, antes que la mera repetición, la resiliencia, la adaptación o la inclusión a secas.

Hoy más que nunca la educación debe renunciar a la trampa de la competencia, los puntajes y los ránkings, en nombre de la ansiada "excelencia". Necesitamos educación en y para la equidad, en y para la colaboración, en y para la democracia. Educación para la emancipación, no para mejorar ránkings.

En el contexto actual, "educación para adaptarse a un mundo cambiante" y "educación para la inclusión" - consignas de la época - equivalen a hacerle el juego al sometimiento y a la resignación.
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Portada y contraportada

EL ÉXITO DE LA EDUCACIÓN EN CUBA Y LO QUE PUEDE ENSEÑAR A ÁFRICA

Un artículo de Clive Kronenberg, doctor e investigador de la Universidad Técnica de la Península del Cabo. (Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Aquí puedes leer el artículo original en inglés)

Cuba se toma muy en serio el tema de la educación. Se convirtió en una prioridad después de que Fidel Castro se alzara como primer ministro en 1959. La educación ayudó a que el país se deshiciera de la etiqueta que le habían impuesto de ser el territorio más desigual del Caribe hispánico durante los periodos coloniales y postcoloniales de principios del siglo XX.


Las bases de la nueva orden social -y socialista- de Castro se fundamentaban en la idea común de que sólo una educación de calidad podría acabar con la grave situación de pobreza, ignorancia y subdesarrollo que sufría el país.

Cuba invirtió mucho dinero para conseguir que su sistema educativo fuera de calidad. Durante las décadas de 1980 y 1990, la relación entre los gastos en educación y el producto interior bruto se encontraba entre las más altas del mundo.

Cuba tiene mucho que enseñar a África en lo que a priorizar y reformar el sistema educativo se refiere. Su enfoque educativo ha contribuido al cambio social. Se pueden sacar lecciones valiosas de esta experiencia que podrían ser útiles para el continente africano y, como he demostrado en mis estudios, particularmente para Sudáfrica.

Después de que el Gobierno socialista de Castro llegara al poder, Cuba revolucionó la enseñanza a través de tres métodos:

1. La alfabetización

En 1961, se lanzó la Campaña de Alfabetización, que sentó las bases de la importancia de la educación para una sociedad en conflicto y en transición. En el transcurso de un año, se centró la atención en un millón de analfabetos y se movilizó a 250.000 profesores y a miles de escolares.

A finales de 1961, un 75% de ese millón de personas había logrado un nivel de alfabetización rudimentario. Se realizaron seguimientos meticulosos de la educación de la población adulta.

2. El acceso universal

Mientras la campaña de alfabetización seguía su curso, el índice de matriculación de los colegios aumentaba considerablemente (y se multiplicó por dos una década después).

El Gobierno presentó programas para las niñas que vivían en el campo, las trabajadoras del hogar, las prostitutas y para aquellas que habían dejado el colegio antes de graduarse. Estos programas, junto con la recién fundada Organización de Guarderías, tenían como objetivo asegurar que la educación fuera accesible para todos. Estas medidas también se centraron en las personas que vivían en zonas rurales aisladas.

El trabajo duro de Cuba ha dado sus frutos. Desde mediados de la década de los 90 , el índice de admisión escolar se ha mantenido en un 99% tanto para chicos como para chicas, en comparación con el 87% del resto de la región latinoamericana. En esa época, el 94% de los escolares llegaban al 5º grado (el equivalente a 5º de primaria), en contraste con el 74% de la región. Los índices de matriculación en las escuelas secundarias variaban de un 78% para los chicos a un 82% para las chicas, mientras que en el resto de la región estos índices eran de un 47% y un 51%, respectivamente.

3. La importancia de los profesores

Cuba sabe lo importantes que son los buenos profesores. Durante una extensa investigación, descubrí que las instituciones de enseñanza para profesores utilizan, cuando es posible, los métodos y estrategias de enseñanza mejor documentados y más avanzados. Para ser profesor en Cuba hay que ser inteligente, tener un buen carácter, estar dispuesto a contribuir al desarrollo social y tener buena mano con los niños.

A principios de siglo, Cuba presumía de ser el país con más profesores per cápita del mundo: uno por cada 42 estudiantes. En la Conferencia Internacional de Pedagogía que tuvo lugar en La Habana en el año 2015, se reveló que, ese año, la proporción de estudiantes y profesores era de un profesor por cada 12 alumnos.

LA EDUCACIÓN PARA EL CAMBIO SOCIAL

Los métodos que utiliza Cuba se respetan y se emplean fuera de sus fronteras. Hasta 2010, su método de alfabetización se había adoptado en 28 países de América Latina, el Caribe, África, Europa y Oceanía. Este método ha ayudado a formar a millones de personas sin escolarizar.

Gracias a las conversaciones que he mantenido con los responsables de la educación cubana durante mis viajes de investigación, he descubierto que Cuba quiere que el resto de países que estén pasando por dificultades aprendan de su experiencia. Opinan que es lamentable que casi 800 millones de personas -dos tercios de ellas son mujeres- sean analfabetas. También es imperdonable que casi 70 millones de niños no tengan acceso a la educación básica.

Tanto los cubanos de a pie como los altos cargos del Gobierno defienden que hay que ayudar a desarrollar las mentes de las personas para que luego estas puedan contribuir a un mundo libre de miedos, ignorancias y enfermedades. A fin de cuentas, la educación empodera a los seres humanos y les da la oportunidad de convertirse en buscadores y guardianes del progreso y de la paz.

El firme compromiso del Gobierno cubano con respecto a la educación es innegable. La relativamente modesta situación económica de la isla hace que los triunfos educativos sean todavía más sorprendentes. Esto establece la base objetiva para un estudio más profundo de sus métodos, especialmente por parte de países con dificultades.

Al fin y al cabo, los logros de Cuba no son fruto de milagros o coincidencias. Son el resultado de años de esfuerzo, de trabajo, de sacrificio y de cumplir compromisos cruciales con métodos muy eficaces.
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“EL GRAN RETO EN EDUCACIÓN ES FORMAR GENTE CON CAPACIDAD DE APRENDER, CUESTIONAR E INNOVAR”

El gran reto en la educación es formar gente que tenga la capacidad de aprender, de cuestionar todo y de innovar, afirmó Max de Mendizábal, Director de Tecnologías de la Información, de la Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia, de la UNAM.

Al participar en el panel debate “Tendencias y desafíos para una educación de futuro”, celebrada en el marco de la 7ª edición del Foro Global de Educación e Innovación Virtual Educa, el universitario consideró que el futuro se visualiza como muy complejo por factores como el cambio climático y los avances tecnológicos, entre otros.


Por lo que es necesario preguntarse ¿cómo vas a formar a jóvenes en un entorno tan complicado, con tantas incertidumbres? De Mendizábal sugirió formar a los jóvenes en capacidades que les sean de utilidad “enseñarlos a aprender, a desarrollar un pensamiento crítico, que sean innovadores”.

Por su parte Alejandro Llovet, Director Corporativo de Operaciones del IPADE advirtió que muchos especialistas han previsto que la evolución tecnológica que hemos vivido en los últimos años, no se parece en nada a lo que viene en los próximos 15 años.

Tras repasar una serie de tecnologías que ya se aplican a la medicina, a las comunicaciones, y al transporte, Llovet aseguró que “para transformar el futuro hay que transformar la manera en que vivimos el presente”.

Para lo cual es básico comprender a la “generación z”, definidos por el especialista como los nativos digitales que usan en promedio dispositivo tecnológico 10 horas al día, que pueden escuchar música, mirar la televisión, chatear y estudiar al mismo tiempo, por lo que son capaces de desarrollar inteligencias múltiples, “será la generación con más capacidad en la historia de la humanidad”, afirmó Llovet.

Para diseñar el futuro son necesarios analizar y conocer tres elementos, dijo Llovet, la generación z, la revolución digital y las nuevas economías, por lo que criticó el hecho de que el sector educativo se encuentre alejado de todos ellos.

“¿Cómo plantear el futuro de la educación o de instituciones educativas, si desconocemos el presente?” se cuestionó el especialista.

Fabián García, integrante de la Academia Mexicana de Informática, e investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, de la UNAM, consideró que la computación ha transformado cada uno de los aspectos de la sociedad, a través de una mayor automatización, el acceso ubicuo a la información y penetración en las redes humanas.

Afirmó que uno de los grandes retos es que la mayor parte de la población pueda acceder a la tecnología y usarla, el especialista reconoció que el modelo tradicional de educación básica está cambiando porque hay disponibilidad de mejores métodos de enseñanza.

Para finalizar, el especialista explicó que se ha registrado un aumento en los niveles del aprendizaje automatizado e interactivo fuera del aula.

La 7ª edición del Foro Global de Educación e Innovación Virtual Educa se desarrolla en el marco de GESS México 2016.
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