"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)
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Es una antigua reivindicación de los profesores de Educación Física en Primaria y Secundaria aumentar las horas lectivas de esta asignatura en el horario semanal. Actualmente, España se encuentra a la cola del conjunto europeo en número de horas dedicadas a las clases de Gimnasia, con dos a tres horas semanales durante toda la Primaria y reduciéndolo una hora semanal en Bachillerato.

Son muchos los argumentos con los que se defiende esta postura. La Educación Física sigue siendo contemplada como una asignatura de segunda fila porque «está chupado aprobar» y por el hecho de que además los niños y niñas se lo pasan bien, lo cual en la escuela se relaciona directamente con que no debe ser muy importante. También los profesores de esta asignatura son vistos como profesores de menor importancia que el profesor de Matemáticas o Historia. Pero en realidad deberíamos ser conscientes de que esto es un error.

El desarrollo de las competencias básicas motoras, es decir, de la correcta ejecución de los movimientos generales se realiza exclusivamente de los cero a los 16 años. Si durante este periodo no se ha aprendido a caminar correctamente, por ejemplo, esa carencia acompañará a la persona durante toda su vida. Con los problemas asociados que esto conllevará, problemas que no se mantendrán simplemente en el plano físico, sino que afectarán a su conducta, autoestima, salud, etcétera. La falta de movimiento y ejercicio en la infancia es la herencia de un sistema escolar antiguo basado en la disciplina y el orden, en el que lo importante era tener a los niños quietecitos escuchando en sus pupitres durante horas, con el objetivo de que además de los contenidos de las asignaturas aprendieran a obedecer y a reprimir impulsos básicos como hablar con el compañero de al lado. Pero en la época actual, con la información que tenemos, todo apunta a que un cambio es necesario.

La solución actual a la falta de ejercicio físico en la escuela se resuelve la mayoría de las veces con las actividades extraescolares. Se delega la práctica deportiva a los clubes deportivos. Pero eso tampoco es una solución completa. En los clubes se realiza una criba. O pasas al deporte de competición (que a ello tienden la mayoría de clubes) o acabas abandonando la práctica deportiva.

Finlandia, país puntero en implementar nuevos métodos sociales y con un sistema escolar a la cabeza de cualquier estudio sobre calidad en la educación, está estudiando dedicar entre dos y tres horas al día a la Educación Física. El hecho de que los niños lleguen al colegio y empiecen jugando y corriendo durante una hora, dediquen otra a la expresión corporal (por ejemplo) y acaben con un paseo por un bosque seguido de una ducha en unos vestuarios me hace fantasear con tres horas en las que los chavales, ya descargados de la energía propia de los niños, puedan sentarse relajados a escuchar las importantes lecciones que les den los profesores en las aulas. En cambio, meter a los estudiantes recién levantados y desayunados a sentarse dos horas a la espera del tiempo de recreo, en el que se desfogan como pueden para luego volver sudando a sentarse tres horas más en el pupitre y en silencio, me parece cada día más difícil. Con este panorama no me extraña que sigan surgiendo nuevos trastornos infantiles como la diabetes infantil o los casos de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) que se resuelven cambiando al alumno en lugar de al sistema, en muchos de los casos medicando a los niños, llegando a la cifra de 20.000 alumnos medicados con Metilfenidato a diario en Cataluña. Todo un drama.