"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

EL ABISMO ENTRE ALUMNOS RICOS Y POBRES

DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

Un artículo de Manuel Vilaseró.

Los recortes se han llevado por delante el 20% del gasto público en educación. Las familias aumentaron su aportación en un 28%, pero sobre todo las de más renta.


El hachazo que el Gobierno y las autonomías han asestado a la educación durante la crisis ha convertido en abismo la brecha entre los alumnos de familias ricas y pobres. El gasto público en esta materia clave para el futuro cayó un 20,3% entre el 2009 y el 2013, lo que sobre todo ha afectado a las familias que llevan a sus hijos a los colegios públicos. Por contra, en el mismo periodo, la aportación de los hogares a la enseñanza ha crecido hasta un 28,2%. Un mayor desembolso que, lógicamente, han efectuado quienes se lo podían permitir, las familias de mayor renta. Así lo refleja el estudio Cuentas de la Educación en España 2000-2013. Recursos, gastos y resultados, elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), y presentado ayer.

«Las familias han acudido al rescate», indicó el director de la investigación, Francisco Pérez, catedrático de la Universidad de Valencia. «Se trata de un esfuerzo muy positivo porque pone de relieve que las familias españolas consideran que la educación es muy importante, incluso en momentos de dificultad», añadió, no sin admitir el reverso negativo de este dato: «Las consecuencias negativas que tiene en la igualdad de oportunidades del sistema educativo».

EL GASTO

Y es que «las familias con mayores ingresos dedican un porcentaje cuatro veces superior al de las familias con ingresos menores». El aumento del gasto también se ve muy influido por el nivel de estudios del sustentador principal del hogar y por la titularidad del centro al que acuden los alumnos: el gasto se duplica cuando es un centro privado concertado y se cuadruplica cuando es privado no concertado.

El mayor esfuerzo de las familias ha compensado en parte los recortes en partidas destinadas a servicios complementarios como comedor, transporte, libros de texto y material escolar. También ha aumentado el gasto en clases extraescolares, aunque donde más se ha notado ha sido en la universidad, por el aumento generalizado de las tasas de matrícula en las distintas comunidades autónomas y, en menor grado, por la reducción del importe de las becas.

El desequilibrio entre lo público y lo privado puede observarse también a través de la comparativa internacional. El peso del gasto en educación de las familias españolas en el gasto final de la economía alcanza el 0,5% del producto interior bruto (PIB) y es superior a la media europea (0,4%), mientras que el gasto del sector público es claramente inferior (3,8% frente a 4,6%). Es un escalón de ocho décimas, equivalente a 8.000 millones de euros.

La desigualdad en la inversión se ve agravada por otro factor. Para los buenos resultados educativos es tanto o más importante el entorno cultural y económico familiar que la escuela. A partir del Informe PISA, los autores del trabajo demuestran que los centros públicos con un entorno socioeconómico favorable llegan a obtener mejores resultados educativos (índice 521) que los privados situados en entornos desfavorables (464). Si se cambia la ecuación, puede medirse con exactitud el abismo de la desigualdad. La privada con buen entorno alcanza el índice 543, frente al índice 436 que obtiene la pública con entorno negativo. «Los colegios privados suelen obtener mejores resultados, fundamentalmente, porque entre sus alumnos son más frecuentes los entornos socioeconómicos favorables», destacan los autores.

Las cifras de la crisis contrastan con el fuerte aumento del dinero aportado por las administraciones cuando la economía se hallaba en el ciclo expansivo. Entre el 2000 y el 2008 el incremento del gasto público educativo fue del 25,5%, mientras que el privado creció un más modesto 5%. En el 2015 el total del gasto público se situaba en 41.165 millones, según las últimas estimaciones, mientras que el privado estaba en 12.766, en el 2013.

PROPUESTA DE FONDO DE RESERVA

Con el fin de garantizar la sostenibilidad del sistema educativo, y protegerlo de posibles ajustes durante crisis intensas y duraderas como la actual, los autores recomiendan «crear un fondo de reserva –similar al de la seguridad social–, controlar el crecimiento del gasto en las fases de expansión económica y vincular la financiación a los resultados formativos para hacerlo más eficiente». Los recortes aplicados durante la crisis han puesto en riesgo «la estabilidad financiera del sistema educativo», según los autores.

En el terreno de la desigualdad, el estudio recomienda especialmente hacer frente al retraso en el inicio de la educación infantil, puesto que el primer ciclo (de 0 a 2 años) es cursado por menos del 50% de los niños; lo que comportaría la extensión de la red pública de guarderías. También aconseja actuar contra la repetición temprana de curso y el absentismo (sobre todo en primaria), así como atender especialmente a los inmigrantes.

El estudio también pone en evidencia que una vez alcanzado un cierto nivel de gasto por estudiante, los resultados educativos en el Informe PISA del 2012 de los países desarrollados no mejoran por el hecho de aumentar el presupuesto. Como ejemplo, el estudio señala que España obtiene una puntuación inferior a las de Italia, Francia, Alemania, Finlandia y Singapur invirtiendo prácticamente lo mismo.

«Esto no significa que gastar más sea absurdo, pero sí es importarte aumentar los resultados. Gastar más para no mejorar no tiene sentido», indicó Pérez García, quien subrayó la necesidad de que el gasto sea más eficiente, es decir, «gastar más en quien más lo necesita», invertir en los centros públicos con entornos más desfavorables.