"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

"LA ESCUELA ES UNA MÁQUINA DE DESTRUIR TALENTO"

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Un artículo de Carmen Tapia.León.

«Mientras no haya una respuesta personalizada no saldremos de la mediocridad y el fracaso». El catedrático de Innovación y Diagnóstico de la Universidad de La Rioja, Javier Tourón, participa el 9 de abril en la segunda jornada sobre altas capacidades que se celebra en el salón de actos de la Escuela de Ingenierías de la Universidad de León.


Tourón es muy crítico con el sistema educativo actual y su incapacidad para reconocer el potencial individual de los alumnos. «La escuela actual es una máquina de destruir talento», asegura, y apuesta por incorporar las nuevas tecnologías para reducir las diferencias. «Cada alumno puede tener su propio ordenador para hacer trabajos diferentes según su capacidad. Es el profesorado el que tiene que gestionar esa parte. Se trata de una arquitectura de trabajo diferente».

Tourón defiende un cambio en el sistema educativo para que la escuela «sea un lugar de aprendizaje y no de enseñanza. Hay que hacer una transformación radical y eso no es fácil. Es inaceptable pensar que cada alumno responde a la misma velocidad».

Rechaza calificar de superdotada a la persona que tiene una evaluación de alta capacidad. «El término superdotado no existe en la literatura tradicional. Es un concepto de principio de siglo y en España se nos ha parado el reloj ahí, nos hemos agarrado a que un niño que tiene un determinado cociente intelectual es de una manera determinada y el que no lo tiene no lo es».

Determinar que un niño o niña tiene una alta capacidad no significa el éxito. «Nadie nace ganador», asegura, «todo dependerá de la tenacidad, la determinación y el coraje, eso es lo que marca la diferencia». El papel de la escuela es clave en todo este proceso. «Hay gente que tiene esas capacidades pero para desarrollarlas hace falta la intervención de la escuela y la familia. La escuela tiene que identificar el perfil de las fortalezas individuales para poder desarrollarlas. Eso tiene que ocurrir en todos los niños». Tourón sostiene que el profesorado tiene que reconocer que las diferencias existen en las aulas y evitar que el talento se pierda «como el agua se va por las cestas de mimbre». Esta estrategia beneficia a todo el alumnado. «Cuando la marea sube, todos los barcos de la orilla suben al mismo tiempo».