"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

EL PAÍS QUE VALORA LAS MATRÍCULAS DE HONOR ANTES QUE LAS HABILIDADES.

DESCARGAR ESTE ARTÍCULO EN PDF

Artículo escrito por Mel Elices Agudo, fundadora y redactora en Nunca jamás y yo.

Muchos estudiantes se esfuerzan hasta límites insospechados para poder aprobar una carrera. Algunos, consiguen obtener el título pero no con matrículas de honor ni con sobresalientes, sino con un “aprobado por los pelos”. Otros, sin embargo la calificación más baja que tienen en sus expedientes es un 9,2. Si estamos en España, os podéis imaginar qué alumno lo tendrá más sencillo en acceder a un puesto de trabajo. Obviamente, no digo que todas las empresas den importancia a los números que se han conseguido sacar en las asignaturas, pero si una buena parte de ellas.



Pero lo que es cierto, es que el estudiante que ha tenido cinco matrículas de honor en la carrera, no está más capacitado para un empleo que el alumno que ha “aprobado por los pelos”. Pensemos en esta situación: dos amigos, han estudiado Medicina. El primero, ha ido aprobando poco a poco, y en muchos exámenes no ha conseguido obtener más de un seis. El segundo, ha tenido unas calificaciones estupendas. Se sabe absolutamente toda la teoría. Llega el momento de hacer las primeras prácticas en los centros de salud y hospitales. Del primero, los médicos dicen que a parte de diagnosticar de manera adecuada, tiene un genial comportamiento y comunicación con los pacientes, que sabe utilizar la empatía, la sensibilidad y el optimismo con ellos. Del segundo, afirman que es un verdadero fenómeno en la teoría y en diagnosticar las posibles enfermedades de los pacientes, sin embargo, no tiene ninguna habilidad social ni actitud positiva con ellos.

Pero claro, cuando los dos vayan a trabajar en un hospital o centro de salud nuevo, el que tendrá más posibilidades de conseguir el puesto, es el segundo amigo, porque obviamente ha obtenido unas calificaciones impecables. Al primer amigo, tendrán que darle una oportunidad para ver cómo se desenvuelve realmente, si es que quieren darle esa oportunidad. Por lo tanto, lo que premia en España, lo que verdaderamente es importante es que se sea un estudiante excelente. Que no se haya tenido que recurrir a ningún examen de recuperación para aprobar una asignatura. Y que por supuesto, las calificaciones que se han obtenido no sean inferiores a un siete. En muchas ocasiones, no importa que la persona sepa trabajar en equipo, que aplique valores importantes en el día a día, sea solidario, sea comprometido, sensible, creativo, que tenga en cuenta a los compañeros, y sepa gestionar sus propias emociones y sentimientos. Si no se ha sacado más de siete, no eres digno para el puesto de trabajo.

Desgraciadamente, cada vez más estudiantes tienen que leer ofertas de empleo que como primer requisito, se tenga que haber superado con dieces no sé cuántas asignaturas, o que se haya conseguido una calificación mínima en la carrera. Está claro que hay empresas con mucho prestigio y fama que seguir cuidando. Poco a poco, parece que las cosas van cambiando, que vamos avanzando, que los altos cargos buscan a personas con habilidades que puedan aportar algo nuevo a la empresa en vez de dar importancia a los expedientes académicos. Pero todavía queda mucho camino por delante, y lo que es cierto, es que muchas empresas se están perdiendo a personas altamente cualificadas para un puesto de trabajo por no darles una mísera oportunidad y no mirar más allá. Pero a estas alturas, no sé de qué me sorprendo.

FUENTE: Este artículo ha sido remitido por Mel Elices Agudo para su publicacion en esta plataforma. Agradecemos su colaboración.