"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

LA EDUCACIÓN BASADA EN LAS HABILIDADES

II COLOQUIO INTERNACIONAL

El investigador experto en introducir la tecnología en la educación asegura que la tecnología está creciendo más rápido de lo que se gradúan estudiantes y, por ello, considera que no están propiamente educados para el tipo de perfil de trabajo que las compañías demandan actualmente.

La educación afronta una transformación en tanto que la tecnología se adentra en la vida del ciudadano. La ciencia, las matemáticas, la ingeniería, las artes y la tecnología componen este ámbito dado en llamar STEAM por sus siglas en inglés -science, technology, engineer, arts, maths-. Sin embargo, en este sentido el investigador en la escuela de ingeniería de la Universidad de Tufts, Ethan Danahy, insiste en el peso que las artes tienen en toda esta ecuación: «es muy emocionante pensar en combinar todos estos elementos. Por ello en nuestras clases los integramos en una sola actividad para educar sobre determinados conceptos».

Este especialista en la integración y convergencia de la educación y la tecnología, afincado en Boston, realiza una labor de investigación en técnicas y proyectos innovadores e interactivos. Por un lado, moderniza la tarea docente mientras, a la vez, tiene en cuenta las características de un alumnado millennial. Su labor parte de conceptos de robótica que aplica a toda la vertical de edades y escala en función de que sea de primaria o universitario.

Atendiendo al actual mercado tecnológico, Danahy dibuja un escenario en el que los alumnos no están propiamente educados para los aspectos técnicos y el perfil de trabajo que las compañías demandan. «Ahora mismo la industria y la tecnología esta creciendo más rápido de lo que se gradúan estudiantes en los sistemas escolares», analiza. Como solución propone que las escuelas impulsen el pensamiento reflexivo sobre la propia utilidad de la tecnología. Y todo ello pasa, según el investigador, no sólo por introducirla en clase sino por tener a profesores preparados para enseñar sobre ella. «Necesitamos estudiantes que aprendan continuamente», sentencia.

«Cuando estás físicamente activo, tu mente está más abierta a absorber información», asegura Dahany, que para ejemplificar el aprendizaje activo en la conjunción entre ciencia y artes se refiere entusiasmado al trabajo realizado por unos alumnos de secundaria. Se trata, ni más ni menos, que de un robot programado que a través de movimientos circulares y utilizando un pincel retrata la parte más artística de este trasfondo tecnológico. Enumera, partiendo de este punto, los conocimientos de ingeniería, de ciencia, de tecnología y matemáticas que los estudiantes han puesto en práctica en el desarrollo de un proyecto con fines artísticos.

«Para introducir estas actividades tienes que cambiar la propia percepción de lo que implica ser un estudiante. Es una nueva forma de aprender, no ir a clase y copiar lo que el profesor dice. Tienen que estar preparados para un aprendizaje activo», razona el investigador.

Y es que una de las técnicas de aprendizaje que aplica el bostoniano consiste en utilizar Lego para realizar de las construcciones más básicas a los robots más complejos. Danahy pretende, con ello, introducir nuevas herramientas en clase. Afirma, de hecho, que permite estudiar un amplio abanico de temas, que comienza desde la robótica en sí misma y pasa por una combinación de estos robots para crear estructuras que apliquen conceptos de mecánica, electrónica, computer science hasta computational thinking.

«Vemos una nueva tendencia maker entrando en la educación. Pretende cambiar las clases y dejar en segundo plano el aprendizaje de memoria», aventura Danahy.

En este contexto, el investigador repite una y otra vez la palabra habilidad, un factor al que le da una importancia vital pues considera que es con lo que luego los alumnos se enfrentarán al mundo. «En la escuela estamos demasiado centrados en el contenido, en figuras y ecuaciones, pero es importante también enseñar a los estudiantes las habilidades», contrapone Danahy. Y es que considera que les permitirá seguir aprendiendo y convertirse en lo que denomina como un miembro funcional en la sociedad.

La creatividad, comunicación, colaboración, aprender a construir... son la lista de habilidades que considera Danahy se desarrollan en el trabajo con Lego. «La diferencia está en que en vez de decirle el profesor cómo se hace algo, los alumnos lo averiguan mediante el mecanismo de prueba y error. Al final es una secuencia de engranajes», razona.

El investigador de la Universidad de Boston visitó Barcelona para dar una de las conferencias de las Jornadas Steam organizadas por Cosmocaixa. Un evento que dio voz a los promotores de nuevos modelos educacionales.