"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

HOLOGRAMAS EN 3D: UN PASO HACIA EL FUTURO DE LA EDUCACIÓN

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Un artículo de Andrés Moncada, productor de contenidos digitales.

El uso de esta técnica en la formación de estudiantes conectados a las nuevas tecnologías, ayudará a la vinculación del aprendizaje con la diversión.


En estos tiempos modernos, la era de los alumnos hiperconectados y los millenians, la comunidad educativa, los expertos en educación y los maestros se preguntan cómo hacer para atraer la atención de sus estudiantes y mantenerlos seducidos, concentrados e interesados.

Es una tarea un poco compleja. Sin embargo, la tecnología se ha convertido, de un tiempo a acá, en un gran aliado. Los hologramas 3D pueden ser la herramienta que transforme para siempre las maneras de enseñar y aprender, y lograr el deseado “engagement” de los estudiantes.

Técnicamente, los hologramas son imágenes formadas por el efecto de rayos de luz de láser u otras fuentes. Por ende, la apariencia multidimensional es el resultado de la interferencia de dos rayos reflejando un objeto.

Tanto desde la tecnología como desde la educación, los expertos han buscado la manera que estas nuevas herramientas pueda ayudar a mejorar y hacer más dinámicos los entornos educativos. Sin embargo, ¿cuál es el potencial de esta técnica para la formación de los niños y jóvenes?:

Aulas virtuales: La incorporación de esta tecnología les brindará a los estudiantes la sensación de estar en un aula aun cuando estén en la casa o bien en cualquier otro lugar. Permite a los maestros dar instrucciones con imágenes holográficas por medio de un dispositivo multimedia. Los estudiantes podrán ver a su profesor y a sus compañeros utilizando dispositivos móviles, la impresión es que todos están en el mismo lugar y colaboran en la construcción de conocimiento.

Ciencia simulada: Los hologramas permitirán a los estudiantes a llevar a cabo experimentos científicos que se consideren muy riesgos, caros o muy difíciles en la vida real. La simulación evita los obstáculos, pero no renuncia a la experiencia.

Experimentar la historia: Los estudiantes también podrán llevar a cabo tours a sitios históricos en 3D y que sus preguntas sean respondidas por un holograma. Este tipo de recorridos virtuales permitirían que toda una clase pueda ver y escuchar y “palpar” la historia, algo muy difícil de concretar en la realidad física y que sí atrae la atención.