"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

EL TRABAJO EN RED POR LA EDUCACIÓN: CUANDO LA SINERGIA ROMPE CON LAS MATEMÁTICAS

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Un artículo de Ángel González desde el blog de Ayuda en Acción.

A finales de este mes termina el proyecto de apoyo a la sociedad civil latinoamericana que hemos ejecutado desde Ayuda en Acción con la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE). La CLADE es un ejemplo paradigmático de cómo el trabajo en red de las organizaciones sociales puede conseguir cambios políticos que mejoran la vida de las personas y sus comunidades. Como ejemplo, en el proceso de definición de la Agenda de Educación 2030, la CLADE contribuyó, junto al resto de la sociedad civil organizada, a superar una visión muy restrictiva de la educación.



La Campaña Mundial por la Educación (CME) es el movimiento de la sociedad civil más grande del mundo. En su defensa de una educación pública, gratuita universal y de calidad participan coaliciones nacionales, redes regionales y organizaciones internacionales. En la región de América Latina y el Caribe el referente principal es la CLADE, en la que se agrupan 16 coaliciones nacionales, 6 redes regionales sectoriales (educación popular, política educativa y educación de mujeres) y 5 organizaciones internacionales, entre ellas Ayuda en Acción.

Nuestra organización apuesta por el trabajo educativo desde hace años, y en 2010 iniciamos una relación estratégica con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la CLADE para fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil latinoamericana que luchan por el derecho a la educación a través de un Convenio de Cooperación financiado por la AECID de apoyo al Fondo Regional de la Sociedad Civil para la Educación (FRESCE).

Si has conseguido seguir leyendo este artículo a pesar de la anterior sopa de acrónimos y jerga de cooperación, ahora podrás encontrar lo más importante, una presentación del trabajo que hace la CLADE, de los logros que ha conseguido en los últimos años y de los retos a los que se enfrenta en el futuro. Y lo mejor, de una forma muy amena, a través de este vídeo:



Para las actividades de cierre del proyecto que antes mencionábamos hemos contado con la visita de Camilla Croso, Coordinadora General de la CLADE y Presidenta de la CME, que nos ha hablado de las cinco cuestiones fundamentales que han marcado la agenda educativa de la sociedad civil en los últimos años:

1 - Es necesario vincular la educación con el paradigma del desarrollo, discutiendo cuestiones como su modelo lineal, el rechazo de la diversidad y el olvido de lo rural; y promoviendo el concepto de buen vivir, que busca el equilibrio con la naturaleza en la satisfacción de las necesidades y superar el mero crecimiento económico.

2 - Hay que salir de la tradicional endogamia del mundo educativo, fomentando la interrelación con otros sectores, colectivos y enfoques. La educación en situaciones de crisis humanitaria, las particularidades de las minorías étnicas, el enfoque de género en educación o la importancia de la educación para el cumplimiento de otros derechos, hacen que sea ineludible el diálogo intersectorial.

3 - En estos diálogos, es clave trabajar con horizontalidad, especialmente cuando se relacionan los diferentes ámbitos geopolíticos (global, regional, nacional y local), tratando de superar las jerarquías que normalmente acompañan esta división.

4 - Frente a las tendencias individualizadoras y privatizadoras de algunos gurús de la educación, se debe luchar por los sujetos colectivos y por el fortalecimiento de lo público.

5 - Y, finalmente, es esencial el trabajo en red como modus operandi para promover los cambios sociales. En palabras de Camilla Croso, “el trabajo en red nos enseña que la sinergia rompe con las matemáticas, porque 1+1+1 suma mucho más que 3”.

Acabamos con un ejemplo que demuestra la fuerza del trabajo en red. Al comienzo de los debates para la adopción de la nueva agenda de desarrollo, la conocida ahora como Agenda 2030, la visión que se tenía de la educación era muy reduccionista, con el foco puesto en las metas sobre las capacidades básicas de “leer-escribir-contar” y su medición con pruebas estandarizadas. La participación de la sociedad civil en los distintos ámbitos y espacios de articulación consiguió introducir cambios significativos en las propuestas presentadas a lo largo de los últimos años, hasta culminar en una ambiciosa agenda de desarrollo sostenible y de educación para los próximos 15 años.

Sin embargo, aunque hasta ahora los resultados del trabajo de incidencia son buenos, todavía queda mucho por hacer. Dos son los retos fundamentales a los que nos enfrentamos: por un lado, que los indicadores utilizados para la medición mantengan la coherencia del marco adoptado y no diluyan el nivel de ambición de las metas originales; y por otro, que haya una financiación adecuada. Porque como decía Camilla Croso en su intervención en la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, esta ambiciosa agenda “sólo podrá ser cumplida con mayores compromisos de financiación, tanto de la cooperación internacional como de los recursos locales”.