"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

APRENDER EN TIEMPOS REVUELTOS, DE JUAN IGNACIO POZO (Libro)

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Un artículo de Fernando Trujillo, Profesor de la Universidad de Granada. Especialista en educación y enseñanza de idiomas.

Ser docente implica ser lector. No contemplo una alternativa; y en el caso de los docentes en formación inicial, leer es como respirar, absolutamente vital. Por un lado, los docentes somos, junto con las familias, los responsables de acercar a nuestros estudiantes a la lectura,como práctica social y cultural y como destreza. Por otro lado, la lectura es una fuente indispensable de (in)formación con la cual construimos nuestro conocimiento profesional y, de manera general, nuestro conocimiento del mundo. En resumen, cuando un docente me dice que no lee o que no le gusta leer, desconfío tan profundamente como me satisface hablar de libros y lecturas con mis muchos compañeros y compañeras lectores.

Para mí leer es, no lo oculto, un placer fundamental. Disfruto leyendo mucho y variado, aunque durante el curso me disciplino eligiendo solo libros profesionales, y relegando la literatura u otras lecturas no directamente relacionadas con la profesión para las fiestas y, especialmente, el mes de agosto.

Puede que estés pensando que leer exclusivamente libros profesionales no es una lectura placentera. Bueno, en ocasiones… tienes razón. Sin embargo, de vez en cuando, uno encuentra libros cuya lectura es un auténtico placer porque están muy bien escrito en todos los sentidos, y ese es el caso de Aprender En Tiempos Revueltos. La Nueva Ciencia Del Aprendizaje (Alianza Ensayo), el último libro de Juan Ignacio Pozo.

Para empezar, permíteme que te cuente, de manera general y en un minuto, qué es lo que más me ha gustado del libro:



El punto de partida del libro es tan real como provocador: “Las necesidades sociales de aprendizaje han evolucionado en estos últimos años mucho más que las formas sociales de organizarlo o gestionarlo”. Es, por ello, necesaria una revisión en profundidad de nuestra manera de aprender y, por tanto, de enseñar.

El comienzo de esa revisión consiste en analizar cuál es nuestra teoría personal de la enseñanza, pues todos tenemos una, y en concreto nuestra definición de aprendizaje. A mí, personalmente, me convence la que propone Juan Ignacio Pozo: “El aprendizaje es un cambio relativamente permanente y transferible en los conocimientos, habilidades, actitudes, emociones, creencias, etc., de una persona como consecuencia de sus prácticas sociales mediadas por ciertos dispositivos culturales”, es decir, “aprender es cambiar lo que ya somos”.

Y he aquí la clave de todo el libro: ¿cómo conseguimos cambiar de manera permanente y transferible?¿Escuchando pasivamente?¿Haciendo ejercicios repetitivos?¿Cambia esto realmente algo de manera duradera? Obviamente, la respuesta es negativa: ese no es el camino.

Para cambiar necesitamos hacer, y hacer con otros. Por ello Juan Ignacio Pozo defiende la búsqueda genuina de motivos para aprender, más allá del miedo al fracaso o al suspenso, y aboga por la práctica significativa en el aula, la resolución de problemas y la ejecución de proyectos que apasionen a los estudiantes (nuestro aprendizaje memorable…), el aprendizaje cooperativo o la educación expandida.

En definitiva, el libro de Juan Ignacio Pozo presenta los argumentos, bien asentados en la reflexión y la investigación, para la revolución que necesita nuestro sistema educativo. Si estás preocupado por encontrar un sendero que te permita transformar tu práctica en beneficio de tus estudiantes y para su satisfacción y la tuya propia, este es tu libro. Y, ya sabes, cuando lo leas, corre la voz porque, como el propio Juan Ignacio Pozo dice, “la información que no se usa se olvida”.