"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

EDUCACIÓN MEDIÁTICA: ¿QUÉ HACE FINLANDIA?

conciencia

El país nórdico comprende la alfabetización en medios como una habilidad ciudadana y como una de las competencias del futuro. Por eso la promueve desde escuelas e instituciones como bibliotecas.

Finlandia, el país de salud de hierro, ¿lo es también en educación mediática? La pregunta la responde Leo Pekkala, director de MEKU (Departamento de Educación Mediática y Audiovisual del Instituto Nacional Audiovisual de Finlandia): “La educación mediática en Finlandia es buena y bastante avanzada comparada con otros países. Nuestro éxito se basa en que a nivel de políticas educativas se menciona y se promueve, es entendida como una habilidad ciudadana y como una de las competencias del futuro”. Muestra de ello es la existencia de un organismo público (MEKU) para la promoción y mejora de la educación en comunicación en el país, que precisamente trabajó junto al Consejo Nacional de Educación en la elaboración del nuevo currículum, que entró en vigor el pasado año. “El nuevo currículum es muy completo en términos de educación mediática, se ha incluido de forma transversal en casi todas las asignaturas. Por ejemplo, en lengua finlandesa o en historia se especifica que se deben considerar las habilidades mediáticas, y que hay que hacerlo en todos los cursos, desde los 7 a los 16 años”, explica Pekkala. La implementación en el aula la concretará cada profesor que, recuerda, “tiene libertad absoluta”.

Mediakasvatus (Sociedad Finesa de Educación Mediática) es también una organización —no gubernamental — que promueve la educación mediática desde hace 10 años. Su coordinadora, Rauna Rahja, puntualiza: “No queremos enseñar a los niños a ser periodistas, así como por el hecho de enseñarles a codificar no intentamos que sean expertos, sino que forma parte de la alfabetización múltiple. El fenómeno de nativos digitales es confuso, porque haber nacido en la era digital no significa que tengan conocimientos, sino justamente que necesitan una educación mediática para poder ser críticos”. En la misma línea, Leo Pekkala defiende que toda educación es y debe ser educación mediática. “En la sociedad actual, no puedo pensar en ningún área de nuestras vidas que no sea vivida con y a través de distintos tipos de medios. Si entendemos que el objetivo de la educación es introducir al niño o niña en la sociedad, entenderemos que es importante que esté presente en las aulas”, afirma.

Profesorado: los grandes héroes y heroínas

“Hace unos años escuché que los profesores eran los héroes de la educación mediática, profesores activistas comprometidos que trabajan con medios en el aula porque creen que sus alumnos lo necesitan”, explica Rahja. Así pues, en Finlandia, como en tantos países, se ha empezado la casa por el tejado aunque, como ella misma aclara, “se puede comenzar paso a paso, teniendo conversaciones, preguntando a los alumnos qué consumo de medios hacen, qué les preocupa… y después empezar a hacer pequeños proyectos mediáticos. Los profesores a veces piensan que necesitan laboratorios de media grandes, los mejores ordenadores y saber de todas las redes sociales”. Pekkala va un paso más allá e insiste en que algunos profesores han comprendido mal el concepto. “No son consultores tecnológicos, sino adultos con muchas más habilidades que las técnicas. No deberíamos perdernos en la tecnología, debemos entrar a hablar de valores y de cuál es el mensaje”, apunta.Sea como sea, las escuelas de Finlandia son muy activas en educación mediática y avanzadas tecnológicamente y, especialmente, en comprensión crítica de mensajes. Por eso, a parte de activistas, encontramos iniciativas muy interesantes.

En la ciudad de Tampere, por ejemplo, existe una figura llamada “pedagogo mediático”, que visita escuelas para enseñar al profesorado como utilizar herramientas tecnológicas y cómo hacerlo con finalidades pedagógicas. Y en Espoo, al lado de Helsinki, algunas escuelas están formando a un profesor por centro para que sea una especie de asesor en medios de comunicación o educador mediático. Helsinki o Laaperanta, por su parte, cuentan con organizaciones municipales que hacen formación y proporcionan material para el profesorado (el sistema educativo finlandés otorga competencias a las municipalidades). Además, las bibliotecas, instituciones principales en la sociedad finlandesa, hace ya años que se implicaron muy activamente, y hacen un gran esfuerzo preparando a su personal, informando a los usuarios y cooperando con las escuelas.

Finlandia tiene también en cuenta los que a menudo son los grandes olvidados en la educación mediática: los mismos medios de comunicación. “Hace décadas que existe una persona encargada de educación mediática en la mayoría de periódicos, que es pone en contacto con los centros educativos del entorno. De esta forma, todos los periódicos tienen una parte producida por los alumnos. Además, una vez al año hay un día en el que los canales de radio y televisión se llenan con noticias producidas por alumnos”, explican desde Mediakasvatus.

Formación del profesorado: el reto

La formación del profesorado es la parte más débil y uno de los retos que encara el país, aunque curiosamente sea este uno de los pilares de éxito de su sistema educativo. “La formación del profesorado es muy buena y ser profesor tiene muy buena reputación, pero es el último dinosaurio que tenemos que conquistar. Los profesores que se están graduando ahora en Finlandia no tienen ni idea de educación mediática, y si trabajas con niños y jóvenes y no sabes, te falta un poco de profesionalidad”, explica Rahja. “Es muy tradicional, conservadora y orientada a asignaturas. La educación mediática no aparece en ningún lugar, es muy difícil introducirla a las universidades, se resisten al cambio. Es necesario traer la formación del profesorado a este milenio, porque aún está en el siglo pasado. Hay municipalidades que dan a cada alumno una tableta, pero, ¿cuál es el siguiente paso, cuando ya la tienes? ¿Cómo cambia la educación en términos pedagógicos?”, se pregunta Pekkala. Y la respuesta pasa por formar a los futuros docentes en la materia desde las mismas facultades de Educación.

El hecho de que aún no se haya incorporado en grandes términos a la universidad planta la pregunta: ¿va tarde Finlandia? Y Leo Pekkala se muestra convencido en ese sentido: “No creo que vayamos tarde. La cultura cambia mucho y, si lo pensamos así, los sistemas educativos siempre van un poco tarde. Aun así, lo más importante no es enseñar cómo utilizar la última tecnología, sino para qué la utilizamos. El dispositivo cambiará continuamente pero, ¿qué hay detrás del mensaje? ¿Qué quiero hacer con él? ¿Cómo me quiero comunicar con la gente? ¡Necesitamos educación mediática!”.

A parte de la formación del profesorado, uno de los ejes de trabajo para la Sociedad Finesa de Educación Mediática son los padres: “Son un campo de batalla. Están muy preocupados y estamos intentando acabar con la mala reputación que tienen entre muchos de ellos los medios, videojuegos y entornos virtuales. Intentamos transmitirles una sensación positiva e involucrarlos proporcionándoles material y guías para llenar el vacío entre generaciones que detectamos a menudo. Hablamos de qué se gana con las redes sociales y les decimos que a través de los medios pueden compartir su opinión. Estamos yendo hacia una educación mediática participativa”, explica Rauna Rahja.

Y justamente es así, de forma participativa, como Finlandia entiende la educación mediática. Por eso existen tantas entidades y actores implicados en su promoción y por eso no solo es ya una realidad en las aulas, sino que tienen un largo recorrido y un futuro prometedor con el nuevo currículum. Aun así, la prudencia finlandesa también está presente en este ámbito, y Leo Pekkala, con un optimismo sereno y contenido, concluye que es necesario esperar un poco porque los cambios y reformas solo son reales cuando llegan y se realizan en el aula.