"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

DIARIO DE UNA PROFESORA INTERINA ¿QUÉ ES UN PROFESOR INTERINO?

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Mucha gente suele hablar de nosotros, pero a menudo no saben ni quiénes somos, ni cómo somos, a qué nos dedicamos, por qué o de qué manera. Pues bien, lejos de elaborar una definición de diccionario de lo que es un profesor interino (o profesora, no se me vayan a quejar las puristas), realizaré un esbozo del interino medio.

El interino medio suele tener, con mucha suerte, contratos anuales.

Si tiene una vacante, conoce su destino a principios del mes de agosto.


Si es un vil sustituto de tercera, vive pegado al teléfono a partir del 20 de agosto, durante un tiempo indefinido y hasta que llega la esperada llamada de : -"Oye, ¿Fulanita de Tal?" (con cara de emoción) -"Sí, yo misma." -"Te llamamos de la Consejería, mañana a las ocho te tienes que presentar en el IES Gamberrolandia para sustituir a Menganita de Cual". Y si te va bien, bien, y si no, fuera de la lista (otro día ya os hablaré de LA LISTA).

Por lo que habéis visto en el punto anterior, el interino está siempre dispuesto a recorrer kilómetros por placer -llámese "turismo educativo"- o a cambiar de residencia y vivir siempre colgado de los maravillosos vuelos interislas. Obviamente, también otro día os hablaré de Air Nostrum.

El interino sabe improvisar: el primer día que llega a un centro ya es enviado a morir al campo de batalla a dar clase frente alumnos que no conoce y a aulas cuya ubicación aún no tiene muy clara.

El interino es una fuente incesante de materiales didácticos de su especialidad (a veces incluso de otras), puesto que tiene que adaptarse a cada centro y a cada alumno.

Al interino le gustan los horarios de 8 a 3 sin descanso, con las horas concentradas, y con guardias de patio. No necesita beber agua, comer o ir al baño. Otro día hablaremos del "superinterino" (a veces esto también ocurre a funcionarios de carrera, doy fe).

Al interino le gusta que lo llamen "puterino", es un apelativo cariñoso, puesto que, como es el último mono, siempre va a la zaga de los demás hasta que ha pasado un período de aclimatación, que, en el mejor de los casos, oscila entre los 7 y los 20 días. El "puterino" representará un capítulo aparte de este blog, se lo merece, nos lo merecemos y, como "puterina" número 1, ¡me lo tengo más que merecido!

El profesor interino disfruta y goza de toda clase de actividades extraescolares dentro y fuera de su horario. Le gustan tanto sus alumnos que casi se los llevaría a casa.

El interino se pasará toda la vida preparando oposiciones, y se quedará siempre a las puertas de conseguir una plaza. (It's so procrastinating!)

El profesorado interino procurará tener amigos funcionarios de carrera para: 1. Que les hagan de guía dentro del centro. 2. Que les informen de novedades significativas de índole no educativa. 3. Tener alguien que se apiade de su alma y que los comprenda, puesto que en su mayoría, los funcionarios de plaza también han pasado sus períodos de interinaje más o menos largos.

Los interinos formamos clanes secretos de aprendizaje, y hasta nos dan puntos por ello, ¡oiga!

Espero que os hayáis formado una idea más o menos clara de lo que representa nuestra figura, y que, por lo menos, se os haya formado una media sonrisa en el labio al haber leído alguno de los puntos. Sé que me dejo mucho en el tintero, pero quedará para otro día.