"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)
Estrategia oculta

Artículo escrito el 5 de junio de 2014.

Tras la embestida del huracán Podemos en las entrañas de la “casta” que mece la cuna del bipartidismo, en una de mis meditaciones sobre el futuro aparentemente muy prometedor de estos aguerridos defensores de todos nosotros, se me ha ocurrido hacer un ejercicio de predicción política. La cuestión que se plantea a la vista de las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales, es saber si Podemos acertará en su estrategia de marketing político para llegar a la Moncloa como un movimiento horizontal organizado e ilusionante, como presumo y teme la “casta”.

Por tanto, permítaseme el lector que, como filósofo y titulado en marketing, haga un ejercicio sobre la posibilidad de que Podemos llegue a la Moncloa en plenitud de condiciones, una posibilidad más que real que ha provocado los nauseabundos y furibundos ataques desde todos los frentes de la “casta”. Para tal objetivo, en mi opinión, Podemos tiene que hacer una concienzuda planificación estratégica en conjugación con los tiempos políticos que se avecinan, una pelea sin cuartel en tres round.

En primer lugar, como activista que pisa la calle, soy muy consciente de la desbandada de militantes de base del PSOE, que llevan décadas, sí décadas, en un partido que comenzó siendo republicano y se postula ahora monárquico frente al creciente fervor de aires de libertad. Créame el lector si le digo que dichos militantes van a arrastrar no sólo su voto, sino el de sus familiares y amistades, hacia la opción emergente de Podemos, más allá de Izquierda Unida, pues ésta no ha sabido acercar su discurso al de la calle. Antes del 15M, el lógico trasvase del voto de izquierdas era presumiblemente para Izquierda Unida. Pero después de la entrada en tromba de Podemos, este incipiente proyecto político pretendidamente horizontal, surgido indudablemente del espíritu del 15M, ha vuelto a generar una inusitada ilusión en el corazón de muchos españoles indignados. Es más, incontables personas me dicen que de haber conocido Podemos un poco antes les hubieran votado. Por tanto, entre la desbandada del PSOE, más los desencantados de la “casta” política que se abstenían de votar, sumados a los activistas que tenemos plena conciencia de nuestra lucha por la libertad, mi primer pronóstico es que Podemos va a tener un crecimiento espectacular en los próximas elecciones municipales. Hay razones para que el miedo cambie de bando.

Ahora bien, llegado a este momento se plantea la primera dicotomía: ¿irá podemos en coalición con otros partidos de la izquierda, preferentemente Izquierda Unida? Si opta por una coalición con Izquierda Unida, traicionaría el espíritu efervescente de los círculos, que se saben muy poderosos pues el poder está en la auto-organización de los ciudadanos de a pie. Por tanto, una posible coalición, sobre todo no sería del agrado de los más jóvenes, eso me dicen a través de mi hijo. Pero, por otro lado, esa prepotencia juvenil, también es un riesgo, pues seguramente, con los números en la mano, obtendrían peores resultados que mediante una coalición. Por tanto, ¿qué hacer? Mi opinión es que, como los círculos son asamblearios, no debería imponerse directrices para las elecciones municipales, dejando que cada círculo pacte municipalmente con tal de echar del poder a los caciques de los pueblos. Así, en este primer asalto a las municipales, la estrategia de dejar libertad de coalición a los círculos, se saldaría no sólo con un sustancial incremento de votos, sino también con un posicionamiento importante en las alcaldías.

Dicho primer asalto del pueblo a las barbas de la “casta” mediante las elecciones municipales, daría alas a Podemos hacia el segundo asalto: las autonómicas. En esta fase de la jugada estratégica, el electorado objetivo de Podemos será la gran masa abstencionista que, por primer vez en muchos años después de la Transición, creerá en un renovado proyecto social, económico y político para recuperar la soberanía del pueblo, secuestrada ésta por los poderes fácticos mediante sus secuaces los curas, los monarcas y los mercaderes. Esta vez, Podemos se subiría a las barbas del bipartidismo para hundirlo definitivamente, a la espera del round final en las generales.

Llegaríamos así al tercer paso de la estrategia: estar en plenitud de condiciones intelectuales, estructurales y organizacionales, para dar el asalto final en la nuca de la “casta”, demostrando el pueblo que, cuando se propone poner la razón al servicio de la solidaridad colectiva y el amor, y no al del ego propugnado por el sistema capitalista, podemos recuperar nuestra libertad y dignidad humana que han sido arrebatadas con los embargos, los masivos despidos e intencionados recortes a la sociedad del bienestar.

Porque el sistema que defiende la “casta” es todo para ellos y nada para los de abajo, eso sí es ser anti-sistema, una centenaria lucha de clases que puede ser revertida si no hablamos ya de izquierdas y derechas, sino de neoliberalismo y altermundismo, como dos paradigmas intelectuales de rango superior: hay que derrotar al pensamiento único neoliberal mediante el “altermundismo”, porque “otro mundo es posible”, como demuestra el Foro Social Mundial que se celebra desde el año 2001, cuyos activistas ponen la razón al servicio del amor. Porque sólo el saber al servicio del amor puede sacar a la humanidad del ostracismo de la caverna platónica, en definitiva, lo que siglos atrás anticipó el insigne Kant mediante su imperativo categórico. Así es cómo el “nosotros” kantiano puede derrotar al ego plutocrático: ¡la “casta” tiene motivos para tener miedo!