La importancia de Dios en la Filosofía
Los derechos de dios
"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)
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ESCATOLOGÍA EN LA GRAN TRIBULACIÓN: AVISO, MILAGRO Y CASTIGO

Este trabajo de investigación está disponible en EBOOK y GRATIS EN PDF ÍNDICE: Resumen 1 - LA IMPORTANCIA DE DIOS EN LA FILOSOFÍA 2 - PROFECÍAS Y REVELACIONES MARIANAS 3 - PROFECÍAS DEL VIDENTE ALEMÁN ALOIS IRLMAIER, por Claude d´Elendil (Ediciones Domus) 3-1 Alois Irlmaier: un vidente excepcional 3-2 Una cronología inigualada 3-3 La Tercera Guerra Mundial 3-4 La derrota de Rusia 3-5 La inundación británica 3-6 Los tres días de obscuridad 3-7 La pax domini 4 - LOS PROCESOS ESCATOLÓGICOS EN LA GRAN TRIBULACIÓN 4-1 Introducción 4-2 La Guerra Espiritual entre Dios y Satanás 4-3 La Gran Tribulación 4-4 El Aviso 4-5 El Anticristo 4-6 El Milagro 4-7 El Castigo 5 - CONSIDERACIONES FINALES Resumen: Considerar La importancia de Dios en la filosofía conlleva inherentemente un salto hacia la psicología transracional, más allá de la razón dualista, hacia la genuina metafísica cuyo lugar pertenece por antonomasia a Dios. Nuestra razón dualista es propia de la tercera dimensión (3D), y es manipulada a través del subconsciente por un “genio maligno” en la cuarta dimensión (4D), a decir de Descartes. El cerebro reptiliano del ser humano nos impide adentrarnos más allá de la dualidad para intentar descifrar las cuestiones metafísicas que preocupan al ser humano desde eones de tiempo. Esa cárcel mental en la que vivimos, algunos la llaman Matrix, es un holograma que mantiene nuestra realidad en una ilusión y que nuestra vida es como un sueño. Por eso es tan necesario el despertar espiritual a través del amor: esa es la guerra espiritual en la que está inmersa la humanidad. Dios no es un concepto alcanzable desde la razón dualista, es una experiencia mística (no-dual) a través de la cual se experimenta la conciencia de unidad entre todos los seres de este y otros mundos. Porque, sí, existen otros mundos, pero están dentro de nosotros mismos, porque somos seres multidimensionales: tenemos un aspecto físico en la 3D, un cuerpo etérico en la 4D y una energía lumínica más allá de la 5D, llamado esta última Humano/Luz por William Criado. La guerra espiritual así planteada en dichos términos científicos y filosóficos es similar a la batalla bíblica entre Dios y Satanás, entre las fuerzas de la luz y las fuerzas de las tinieblas. Y Dios, en su infinita misericordia, nos manda mensajes a través de sus profetas y las revelaciones marianas: la Virgen María anunció el inicio de la Gran Tribulación para octubre del 2023, coincidiendo paradójicamente con el inicio de la guerra el 7 de octubre 2023 entre Israel y Palestina. Esa guerra entre judíos y árabes, según el profeta Alois Irlmaier entre otros también, conduce a la humanidad hacia la Tercera Guerra Mundial. Pero, la Tercera Guerra Mundial no debe considerarse como el fin del mundo, sino como un final de los tiempos en los que el ser humano se ha olvidado de su creador y, por ello, la necesidad de la purificación de la humanidad y su conversión a la fe en Dios. A tal efecto, durante la Gran Tribulación, según diversas profecías y revelaciones marianas, Dios nos dará primero un Aviso para vernos desnudos en nuestra conciencia ante la presencia de Dios, y nadie podrá escapar de esa experiencia mística. Quien no se haya convertido todavía, deberá enfrentarse a Satanás encarnado como el Anticristo, el cual llevará a esos infieles a un transhumanismo tecnológico. No obstante lo anterior, Dios hará un Milagro en toda la faz de la tierra y, particularmente en los lugares santos, para demostrar su existencia y pedir nuevamente la purificación y conversión del ser humano a su fe en Dios. Aquellas personas que aún sobrevivan a la Tercera Guerra Mundial, al Aviso y al Milagro, y que no se hayan convertido todavía a Dios, serán sometidos al más duro Castigo con los tres días de obscuridad, tantas veces profetizados. El Aviso, el Milagro y el Castigo durante la Gran tribulación serán los eventos precursores para la separación del trigo y la cizaña, tantas veces profetizado también. Y, todo ello en conjunto, es una dura prueba para cada uno de nosotros en particular, pues, en definitiva, la purificación y la conversión son los procesos mediante los cuales es posible la ascensión espiritual individual hacia la quinta dimensión (5D), y proseguir así la evolución espiritual más cerca de Dios. 1 - LA IMPORTANCIA DE DIOS EN LA FILOSOFÍA En el verano del 2023 clausuré mis investigaciones filosóficas con la publicación de mi décimo libro, titulado La importancia de Dios en la filosofía. Esa publicación marca un hito intelectual y metafísico todavía por descubrir para muchos, pues se trata de dar un salto hacia la psicología transracional, más allá de la razón, hacía la genuina metafísica cuyo lugar pertenece por antonomasia a Dios. Sobre estas cuestiones planteadas, invito al lector a ver mis dos últimas ponencias: PONENCIA EN EL VIII CONGRESO INTERNACIONAL CESPE 2023: EPISTEMOLOGÍA PEDAGÓGICA PONENCIA EN LA 3ª EDICIÓN DEL DIPLOMADO INTERNACIONAL DE PEDAGOGÍAS EMERGENTES Como expuse en la conclusión de dicha obra, la humanidad ha llegado al límite de la razón dualista, y esa racionalidad humana coincide con el Mundo de las Ideas de Platón, la cual se sitúa en la cuarta dimensión. Y en esa 4D, existe un “genio maligno” a decir de Descartes, un enemigo invisible que manipula a la humanidad desde el subconsciente. En consecuencia, esa razón dualista, es una cárcel mental sustentada por un cerebro reptiliano que nos impide adentrarnos más allá de la dualidad para intentar descifrar las cuestiones metafísicas que preocupan a la humanidad desde eones de tiempo. Esa cárcel mental en la que vivimos, algunos la llaman Matrix, es un holograma que mantiene nuestra realidad en una ilusión y que nuestra vida es como un sueño. Por eso es tan necesario el despertar espiritual a través del amor: esa es la guerra espiritual en la que está inmersa la humanidad. Dios no es un concepto alcanzable desde la razón dualista, es una experiencia mística (no-dual) a través de la cual se experimenta la conciencia de unidad entre todos los seres de este y otros mundos. Porque, sí, existen otros mundos, pero están dentro de nosotros mismos, porque somos seres multidimensionales: tenemos un aspecto físico en la 3D, un cuerpo etérico en la 4D y una energía lumínica más allá de la 5D, llamado esta última Humano/Luz por William Criado. Mediante la hipnosis clínica regresiva de William Criado, es posible comprender lo planteado anteriormente: la razón dualista de la 3D es manipulada por las entidades regresivas de la 4D y, la única posibilidad de salvación, reside en nuestra desconexión de esas entidades que nos manipulan a través del subconsciente, para dar un salto transracional más allá de la razón mediante el amor y la fe en Dios. Queda así planteada la dicotomía entre la razón y la fe, entre la ciencia y la metafísica, entre esas bestias de la 4D y el Dios accesible más allá de la 5D mediante el amor del Espíritu Santo. Tal es la envergadura de la Guerra Espiritual actualmente en la humanidad. En la escatología bíblica se hace alusión a esa dicotomía entre Dios y Satanás, y en esta monografía vamos a argumentar los procesos escatológicos que se están produciendo actualmente en la humanidad, desde que la Virgen María anunció el inicio de la Gran Tribulación en octubre del 2023. 2 - PROFECÍAS Y REVELACIONES MARIANAS Para abordar la escatología en la Gran Tribulación que hemos iniciado en octubre del 2023, he recurrido a diversas profecías, no solamente las bíblicas, sino otras profecías con la suficiente acreditación por sus completos aciertos desde que fueran expuestas. Y no me refiero a las profecías más populares como pudiera ser Nostradamus, sino a otros profetas no tan conocidos, pero con una solvencia profética sin paragón en la historia de la humanidad. Me estoy refiriendo principalmente a la profeta francesa Marie-Julie Jahenny (1850-1941) y al profeta alemán Alois Irlmaier (1894-1959). Este último profetizó incluso su propia muerte. Por supuesto, también hay que tener en cuenta las profecías bíblicas cuyo analista y experto independiente es, a mi humilde entender, el profesor Damián Galerón. Y, cómo no, ahí están las apariciones marianas de Lourdes (Francia), Fátima (Portugal), Nuestra Señora de Akita (Japón) y en Garabandal (España), por citar las más importantes entre otras. Al análisis de dichas profecías, hay que sumar las revelaciones marianas esparcidas por toda la faz de la tierra a través de muchos videntes. Las revelaciones a destacar son las de Dios Padre, Jesucristo, la Virgen María y el Arcángel San Miguel, todas ellas a través de diferentes y múltiples videntes. No es el objetivo entrar a considerar los contenidos de dichas profecías y revelaciones marianas, pues ello debería ser objeto de un libro en sí mismo. Sin embargo, a tenor de mis investigaciones sobre todo ello, hay una conclusión evidente que fue profetizada por la Virgen María: en octubre del 2023 se ha iniciado la Gran Tribulación, coincidiendo con el inicio de la guerra entra Israel y Palestina el 7 de octubre del 2023, la cual debería conducir a la 3ª Guerra Mundial según las diversas profecías y revelaciones marianas. Aquí trataré de argumentar las condiciones que se han dado hasta llegar a la Gran Tribulación, apuntadas esas condiciones de un modo filosófico en el punto anterior bajo el título La importancia de Dios en la filosofía. Pero, además, a tenor de mis investigaciones, explicaré el modo en que se va a desarrollar esa Gran Tribulación a través del Aviso, el Milagro y el Castigo, conceptos que más adelante aludiré. Por tanto, no es el objetivo de esta monografía entrar en el análisis de las profecías y las revelaciones marianas que, como he dicho anteriormente, sería cuestión de hacerlo con otro libro, sino de comunicar las conclusiones según mis investigaciones. La idea fundamental es que, el lector, aprehenda cómo se está desarrollando la Guerra Espiritual entre Dios y Satanás, y cómo nos afecta social, económica, política y espiritualmente, de tal modo que, cada cual pueda tomar sus precauciones si así lo considera oportuno. Esa Guerra Espiritual ya fue objeto de planteamiento en mi entrevista radiofónica en marzo del 2022, como corolario a mis investigaciones científicas. Ahora, a la luz de mis investigaciones sobre profecías y revelaciones marianas, veremos un enfoque más escatológico para comprender los tiempos finales, lo cual no equivale al fin del mundo, sino al fin de una civilización que ha tocado fondo en su sufrimiento y que requiere construir un Nuevo Mundo con planteamientos metafísicos que rindan honor a Dios como creador de vida. Por tanto, no es mi intención convencer a nadie de los procesos escatológicos que, presuntamente según las profecías y las revelaciones marianas, están ocurriendo y van a ocurrir en los próximos meses y años. Por lo contrario, pretendo presentar un esquema fácil de aprehender sobre los procesos escatológicos a los que se enfrenta la humanidad, de tal modo que, con dicho conocimiento, cada cual pueda ser libre para tomar sus decisiones con conocimiento de causa. Como dice el aforismo bíblico “la verdad os hará libres”, y son tiempos apocalípticos, pues etimológicamente “apocalipsis” significa “revelaciones”, ahora a la luz del estudio de las profecías y las revelaciones marianas. Una necesaria e importante puntualización. No es posible saber con exactitud las fechas de los eventos, pues ese conocimiento solamente pertenece a Dios. Sin embargo, como dijo la Virgen María: “Solamente quienes disciernan lo venidero sabrán qué va aconteciendo con cada suceso”. Como se ha anunciado reiteradamente en las revelaciones marianas, mediante la purificación, la conversión y la oración de la humanidad es posible mitigar la penuria de los eventos por venir. Como complemento a lo anterior, a continuación, expondré un resumen de las profecías del vidente alemán Alois Irlmaier como preámbulo de los procesos escatológicos en la Gran Tribulación que estamos viviendo. 3 - PROFECÍAS DEL VIDENTE ALEMÁN ALOIS IRLMAIER, por Claude d´Elendil (Ediciones Domus) 3-1 Alois Irlmaier: un vidente excepcional Alois Irlmaier, nacido el 8 de junio de 1894 en Alemania e hijo de un campesino, profetizó su propia muerte ocurrida el 26 de julio de 1959. Sus profecías fueron muy populares a partir de 1949. Preguntado sobre la manera en la que recibía los mensajes, declaró lo siguiente: “Es como cuando se va al cine. La película pasa por encima de mi cabeza, y puedo saber lo que quiero si me concentro. Por lo contrario, cuando se trata de algo abominable, nadie podría envidiar mi don”. Los rumores sobre sus capacidades comenzaron a expandirse, y fue requerido para localizar objetos perdidos, robo de dinero o animales. Su fama trascendió más lejos aún, y fue consultado para resolver cuestiones de amor, de trabajo o de negocios. La exactitud de sus visiones suscitó el interés de periodistas, de abogados y de la policía. Los errores que pudiera haber cometido en sus visiones fueron estimadas por sus conciudadanos en menos del 1%. Durante la Segunda Guerra Mundial, indicó con exactitud donde ir, qué lugares evitar, y los lugares del bombardeo. Aunque sirvió como puente entre los vivos y los muertos, persistió en nunca recibir el más mínimo pago por sus servicios. De 1947 a 1957, en varias ocasiones, Alois Irlmaier describió la inminencia de una Tercera Guerra Mundial con efectos devastadores: “ataques nucleares y químicos”. Este visionario describió los signos precursores y el detonante del conflicto, así como el periodo de vuelta a la paz. El conflicto bélico de la Tercera Guerra Mundial, según este visionario, ocurrirá después del asesinato de tres altos mandatarios. Anunció también que la Virgen María haría muchas apariciones para advertirnos de ese fatal desenlace para la humanidad. Describió el proceso de esos acontecimientos, que llevarían a la Tercera Guerra Mundial, en siete etapas sucesivas, lo cual se convierte en una cronología inigualada. 3-2 Una cronología inigualada 1-Primero habrá un bienestar material como nunca antes. Efectivamente, después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo se benefició de un periodo de prosperidad hasta iniciar su declive con el conflicto del petróleo en 1973. Esa sociedad del bienestar fomentó generaciones de niños consentidos e ingratos, ávidos de doctrinas colectivistas y utopías universalistas. El “fin de la abundancia” en palabras de Emmanuel Macron, fue un preludio preparado desde hace mucho tiempo por el Foro Económico Mundial, puesto en marcha después de finalizar la Segunda Guerra Mundial: eliminación de lenguas, culturas, religiones y de la antropología natural. 2-Después vendrá la pérdida de la fe como nunca antes. Desde el principio de los años 60, la práctica religiosa católica en Occidente no ha cesado de disminuir. Los que se declaran “sin religión” han seguido progresando. Dichos ateos, agnósticos o deístas, han pasado del 27% al 58% de la población francesa en un periodo de 40 años. El porcentaje de los católicos practicantes, a día de hoy, es de un 3%, y la infiltración modernista en la cúpula de la Iglesia Católica ha permitido la introducción de un neopaganismo en el que, la moral, las creencias, las idolatrías y los sofismas, se confunden en el galimatías de una nueva religión universal. 3-Después vendría la perversión de la moral como nunca antes. Estamos actualmente en la permutación del bien por el mal, y Alois Irlmaier nos deja una breve percepción de estos tiempos de confusión y perversidad: “Ya no hay moralidad, pero las gentes lo consideran muy bien”. Los hombres solamente creen en ellos mismos, y prefieren quemarse en el amor de los unos por los otros más que por Dios. Esa es la razón por el juicio de las naciones y de la purga que Alois profetizó (coincidente con la misma profecía bíblica). Esos eventos escatológicos profetizados señalan que, la última era de la humanidad, también llamada Kali Yuga o Edad sombría, debe poner fin a un ciclo de la humanidad que ha durado 6.000 años. Dichas revelaciones, hoy en día, atisba un cambio a algo totalmente nuevo: la llegada de un tiempo mesiánico. 4-En ese momento, llegarán un gran número de extranjeros en los países. Este cuarto punto de la cronología indica una transición entre los signos espirituales y morales, así como sus marcadores sociales. En 2015, se produjo un tsunami migratorio humano en Alemania, y la canciller Ángela Merkel anunció que estaba presta a acoger inmediatamente a 800.000 migrantes, después 500.000 más por año durante varios años, lo cual provocó un nuevo efecto llamada para más llegadas migratorias hacia Europa. El mensaje fue claro: “No queremos ni podemos proteger nuestras fronteras”. Desde su llegada, esas mareas humanas son automáticamente alojadas, alimentadas, sanadas médicamente y regularizadas (lo mismo que está pasando actualmente en España con el gobierno de Pedro Sánchez). Así, Occidente ha perdido toda su razón de ser y ha caído en la corrupción, en abandono de su población y en traiciones. En febrero de 2015, el número de franceses con una relación directa con Argelia era de 7 millones. A modo de ejemplo, en febrero de 2023, Argelia se negó a la repatriación de criminales y otros indeseables hacia su país. La profeta francesa Marie-Julie Jahenny lo predijo mucho antes: “No podrás devolver esos extranjeros…fuiste tan noble, y tu nobleza será tu perdida”. Marie-Julie, el 30 de noviembre de 1880: “Francia, tan bella, habrá perdido su honor y su dignidad. Será invadida por pueblos extranjeros sin corazón ni piedad, destruirán a sus niños y matarán a las mujeres embarazadas”. Por motivos legítimos o ilegítimos, los extranjeros legales o ilegales, siguen llegando hacia Europa del Oeste. Esos flujos migratorios en constante aumento, las crisis económicas, los endeudamientos y los costes militares de ayuda a Ucrania solo pueden converger en el siguiente punto de la cronología: 5-Reinará una gran inflación. El dinero perderá su valor. Esas visiones de Alois Irlmaier, popularizadas a partir de 1949, nos hace constatar su convergencia con la actualidad. Su profecía de que “reinará una gran inflación y el dinero perderá su valor”, corresponde casi con precisión quirúrgica con la espiral inflacionista que se ha agravado desde la crisis sanitaria del Covid. Alois Irlmaier nos deja entrever tres principales protagonistas: los impuestos, los bancos y las compañías de seguros. En esa misma línea, la profeta francesa Marie-Julie Jahenny anunció décadas antes: “Todas las grandes fortunas se derrumbarán. No quedará nada: todo será destruido por los hombres y el Castigo. Francia será arruinada sin apenas darse cuenta. Todos esos ricos palacios en donde se producen los beneficios de la nación, todo eso, el Señor lo va destruir con un Castigo terrible, bajo la forma de un derrumbamiento de la tierra. Esos altos edificios, que fueron garantes del pan para Francia, se derrumbarán. Dios va a sorprender a los que trabajan sin pensar en él, ni en su poder que permea todo sobre la Tierra”. La profeta Madeleine Porsat (1773-1843), profetizó esa misma muerte de la economía: “Intemperies, inundaciones, enfermedades sobre las plantas y los animales, cólera sobre los hombres, revoluciones, guerras, bancarrota universal y confusión”. 6-Entonces, vendrá la revolución. El profeta alemán da una importancia particular a la nueva revolución francesa y describe el incendio de París: “La ciudad con su torre de hierro arderá, pero serán sus propias gentes quienes provocarán el incendio, no los que vienen del este (aquí, pienso, se refiere a la futura invasión de Rusia). La ciudad será arrasada, lo veo muy claramente”. El principio revolucionario nació en Francia en 1789, después expandido a toda Europa y el mundo. Ese principio revolucionario debe volver a Francia para acabar su ciclo de destrucción. 7-Entonces, los rusos atacarán al oeste durante la noche. En este séptimo punto de la cronología, Alois Irlmaier anuncia la Tercera Guerra Mundial. Por su extraordinaria cronología y la precisión de sus visiones relativas a la Tercera Guerra Mundial, Alois Irlmaier se revela como un precioso mensajero de los acontecimientos de este fin de civilización. El 20 de noviembre de 1949, declaró en una entrevista respecto del futuro: “La guerra será precedida de un año fértil en frutas y cereales”. Las visiones de Alois Irlmaier describen, no solo un nuevo conflicto mundial, sino asimismo sus orígenes: religiosas, morales, políticas, y sociales. Sus visiones conciernen en primer lugar a Alemania y Rusia, pero se extiende después hasta Estados Unidos y el Medio Oriente. El peso otorgado a los judíos y árabes es conforme con otras profecías, y desvela las calamidades y peripecias de ese nuevo enfrentamiento global: “La guerra se iniciará con los árabes y los judíos, pero es extenderá el día en que el tercer combatiente por la paz sea asesinado. El conflicto nacerá en el Medio Oriente: inmensas llamas tóxicas obscurecerán los cielos, y fuerzas navales combatirán en el mediterráneo. Habrá una guerra en el Próximo Oriente, al norte del Danubio, durante tres semanas. El Oriente Medio será presa de numerosas guerras simultáneas. Muchos buenos dirigentes serán asesinados hasta la guerra, pero Dios solo ganará”. El vidente alemán relaciona la invasión rusa, no solo con los tres asesinatos de altos mandatarios, pero también con grandes acontecimientos que acaecerán en el Próximo Oriente: “Cuando todos hablen de paz, entonces llegará la guerra desde el este. Todos hablan de paz, pero, en ese momento, una nueva guerra se inflama de repente en el Próximo Oriente y grandes flotas se enfrentarán en el mediterráneo. La situación será tensa. Pero la chispa que ha prendido el fuego, ha sido el polvorín de los Balcanes”. 3-3 La Tercera Guerra Mundial Las visiones de Alois Irlmaier van en el sentido de la constitución oportunista de un imperio islámico gestándose, mientras que todas las fuerzas de la OTAN son movilizadas contra Rusia. El advenimiento de ese imperio islámico, cuyas tropas deben posteriormente desembarcar sobre las costas mediterráneas, fue también profetizado por Nostradamus. Dicha invasión se constituye en el segundo acto del próximo conflicto. El orden cronológico de esos acontecimientos, desvela una relación desde el presente hacia el futuro: - “Los negros obtendrán el poder, ellos que han quedado largo tiempo en el polvo”. -“Por causa de las perforaciones petroleras, la tierra se secará y se pondrá a temblar, habrá muchos temblores de tierra”. -“En Asía, India, América Latina, habrá hambrunas sin fin”. -“Las epidemias llegan, nadie las conoce ni se pueden curar”. -“El pueblo ruso reza por el cambio, Belzébuth se desplaza a China”. -“Rusia no quiere saber nada con la cruz”. -“Revueltas estallan en Estados Unidos”. -“Estados Unidos hará la guerra al este, pero nunca más tendrá una victoria. Dios se desliga de Estados Unidos”. -“Los países del mundo entero están llamados a elegir su campo”. -“Habrá más muertes en ese periodo que durante la primera y segunda guerra mundial juntas”. -“Los rusos están sobre el Rhin desde el primer día del ataque. Habrá muchos agentes previamente aquí, lo cual provocará el caos”. -“Será un año en el que, el invierno, no será verdaderamente un invierno”. -“Antes, habrá un temblor de tierra mundial, sobre todo afectará a los Estados Unidos”. -“La Tercera Guerra Mundial llegará, pero no puedo predecir el año. Será precedida por signos en los cielos, que serán vistos por millones de personas. La guerra comenzará en una noche lluviosa, poco antes de la cosecha”. -“América mata a sus presidentes”. Alois Irlmaier menciona varias veces una gran esperanza de paz suscitada por una cumbre internacional, pero será un fracaso por causa del asesinato de uno de sus participantes, un presidente americano, lo cual desencadena la inmediata entrada en guerra por los Estados Unidos. El escenario emerge: un presidente americano, participante en la cumbre de la paz con el fin de poner fin a la guerra ruso/ucraniana. Esa gran conferencia de paz tendrá lugar en Hungría, Budapest. Se atribuye a Rusia el atentado del tercer mandatario antes de que el mundo entre en su último conflicto mundial: “Las esferas de influencia y las zonas de interés de los Estados Unidos y de Rusia se enfrentan: ya existen combates menores. La conferencia de paz entre Estados Unidos y Rusia tiene lugar en Budapest…, pero en un ataque relámpago por unidades rusas en Budapest, un alto responsable es asesinado, probablemente a golpe de cuchillo”. -“La guerra comenzará después del asesinato de un eminente hombre político en Checoslovaquia o Yugoslavia, la invasión desde el este se iniciará”. -“Veo un “grande” caer, un cuchillo ensangrentado es puesto al lado. Después, golpe sobre golpe. Tropas masivas entran en Belgrado por el este y avanzan sobre Italia”. -“Dos hombres lo matan: un pequeño hombre negro y un gran hombre blanco con cabellos claros, que han sido pagados para ello”. -“Cuando el trigo esté alto, entonces llega el asesinato”. -“La Tercera Guerra Mundial vendrá cuando tres hombres de alto rango sean asesinados”. -“Si el tercero es asesinado, ello detonará de un día para otro la Tercera Guerra Mundial, pienso que será en los Balcanes”. La profeta francesa Marie-Julie Jahenny describe nuestro tiempo diciendo: “El espíritu de la mayoría de los hombres es arruinado, corrompido hasta la última fibra”. Y Alois Irlmaier añade: “Que las gentes recen mucho, que paren sus canalladas, Satanás reina en la política, hay que rezar”. -“La noche del viernes al sábado, a partir de las 12, comenzará la invasión rusa en Alemania, El ataque tendrá lugar al final de julio o principio de agosto. Los rusos estarán en Hamburgo en treinta minutos”. -“Los rusos invadirán Europa occidental por Noruega, pero también por Finlandia, Suecia y los países bálticos y Polonia. Terrible guerra”. -“Después de tres o cuatro días, el viento del oeste se levanta y los aviones occidentales sueltan tanto polvo amarillo sobre una franja entre Salzburgo y el Mar Báltico, que es todo obscuro por debajo. En Viena, nadie sobrevive. El restante de la armada alemana -completamente sorprendida- huyen o tiran sus armas, abandonas sus camiones y tanques en un ataque de pánico”. -“Después, un submarino, Denver es incinerada…, los rusos desembarcan en Alaska…, en el cielo hay una segunda luna”. -“Una armada pasará por Grecia para invadir el sur, otra por el centro de Alemania, y otra todavía invadirá el norte de Alemania hasta Hamburgo, para descender sobre Westphalia. Ahí es donde la batalla final tendrá lugar. Y esa batalla será perdida por los rusos”. Alois Irlmaier deja entrever la utilización de diversos armamentos, entre ellos el fuego nuclear: -“En los Estados Unidos, muchos edificios se derrumban”. -“Al este, mucho sacrificio sangriento. Praga sufre mucho, desaparece entre el humo y el fuego, así como Hungría”. -“Habrá otra gran guerra cuando el trigo esté maduro. Lamentablemente no puedo decir el año. Toda la región al este de Linz será un desierto, pero en el sur y el oeste no hay nada que temer. Esa guerra durará cuatro meses, pero será la más terrible de la historia mundial. Budapest y Praga serán destruidas”. Sobre el desmoronamiento de la Unión Europea: -“Tres semanas de pillaje y si el campesino se defiende, es asesinado. Los ciudadanos huirán de las ciudades, serán despiadados. Los que estén en la montaña no tienen necesidad de ir a la ciudad, allí se muere de hambre”. -“Cuando el conflicto comience, llenad vuestra bañera a ras, y también cubos, porque durante tres semanas no hay manera de tener agua: sin electricidad, no hay agua”. -“Comida para tres semanas, encerrase, no dejar entrar a nadie, y si alguien insiste, disparadle, porque ya no habrá leyes. Esas tres semanas están fuera de la ley”. -“Una guerra estalla en el país de la bota (Italia), creo que es una guerra de religión porque matan a todos los eclesiásticos. Veo sacerdotes con cabellos blancos, muertos en el suelo. Detrás del Papa, hay un cuchillo ensangrentado, pero creo que saldrá de esa haciéndose pasar por peregrino. Huye hacia el sud-este o por un gran charco de agua, no lo puedo ver claramente. Después, celebra su coronamiento. Debemos rezar mucho para que las abominaciones sean restringidas”. -“Siempre en Italia, será muy malo. Todos los sacerdotes, excepto seis, serán asesinados. El Papa huirá, las iglesias se derrumbarán”. En la obra “Blick in Die Zukunft” (“Mirada sobre el futuro”), Stephan Berndt reporta la existencia de una “Carta al trabajo de los ejércitos”, datada en 1914, y se constituye en una profecía hecha en esa época por un francés con dones de videncia extraordinarios: -“Italia y Francia serán devastadas”. -“En menos de un día, los rusos invaden Alemania, y en dos días están sobre Francia”. -“Un ataque nuclear contra las principales ciudades de Estados Unidos se cobrará decenas de millones de muertos. Los Estados Unidos contraatacan con sus armas nucleares más potentes, destruyendo el oeste de Rusia y los últimos cohetes rusos serán destruidos”. -“Los Estados Unidos repelen el ataque atómico: grandes partes de Rusia y sus últimos silos son destruidos”. -“En una última tentativa rusa, en su desesperación, lanzan un submarino intentando devastar Europa con armas nucleares. En ese ataque, numerosas ciudades francesas y alemanas se transforman en un mar de fuego”. -“Una nube de veneno se llevará por delante a una tercera parte de la humanidad”. -“Todas las personas que vivan en el entorno de un lugar santo serán resguardadas, no se les toca ni un cabello, el cielo cuida de ellos, Dios los cuida”. En dicha obra se menciona, como dice también Alois Irlmaier, el uso de un arma verdaderamente inédita: un polvo amarillo con efectos devastadores. El suelo de Alemania sería quemado hasta diez metros por debajo. Se trata de una larga línea, quien la atraviesa muere. Aviones americanos bombardean esas “cajas satánicas” con un polvo amarillo entre el Mar Negro y el Mar del Norte. 3-4 La derrota de Rusia Diversas profecías coinciden con Alois Irlmaier en la derrota de Rusia con ocasión de su invasión de Europa del oeste: -“Las más grandes destrucciones en Europa ocurrirán cuando Rusia está perdiendo la guerra. De los tres ejércitos rusos, ningún soldado volverá a ver su patria”. -“El pueblo ruso comienza de nuevo a tener fe”. Ciertas visiones de Alois Irlmaier describen una guerra civil durante cinco meses: -“Y en Rusia? Una revolución y una guerra civil implosionan. Hay tantos cadáveres que ya no se pueden desalojar de las calles”. -“El pueblo ruso cree de nuevo en Cristo y la cruz es repuesta con honor”. 3-5 La inundación británica Ciertos eventos profetizados hablan de una ofensiva inédita anunciada por los rusos con un nuevo armamento del cual el Kremlin es particularmente orgulloso: se trata de propulsores hipersónicos capaces de transportar una carga nuclear por las altas capas de la atmosfera a una velocidad de 27.000 km/hora. También se habla de un torpedo nuclear bautizado como “Poseidón”, capaz de desplazarse por los fondos marinos y de hacer explotar su carga nuclear con el objetivo de generar un tsunami radioactivo sobre las costas como objetivo. El 21 de abril del 2023, Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación Rusia, escribió en su canal de Telegram: “La Gran-Bretaña era, es y será el enemigo eterno de Rusia hasta que se hunda en el abismo del mar”. Alois Irlmaier nos aclara qué países deben ser inundados, en totalidad o en parte: -“Al término de la guerra, Inglaterra se hunde en el mar a causa de una catástrofe natural (parece ser que después de un primer tsunami ocasionado por misiles rusos). Al mismo tiempo, un gran temblor de tierra hace que un país (tierra o continente) salga del agua”. -“Una parte de Inglaterra, el sur, está bajo el agua, hasta las primeras colinas. Holanda está bajo el agua, Hamburgo está bajo el agua y el agua llega hasta Berlín”. En el siglo XII, Santa Hildegarde Bingen anuncia la aparición de un gran cometa posteriormente al hundimiento de una parte de Inglaterra en el océano: -“Antes de la llegada del cometa, muchas naciones serán presas de hambrunas. La gran nación en el océano, habitada por hombres de diversas tribus, será devastada por una ola gigantesca. Será cortada en dos y parcialmente sumergida”. Mientras que la tierra se abre en muchas partes para enterrar el orgullo de los hombres, que los continentes son sacudidos por constantes temblores y que los cielos son agitados por signos y periodos de obscuridad, las guerras, las invasiones, las epidemias y las revoluciones islámicas devienen en pillajes, ríos de sangre y en lamentaciones. Las persecuciones anticristianas persiguen y los pueblos, presos de las más terroríficas barbaries, creen que ha llegado el fin del mundo. Es entonces cuando sobreviene un fenómeno anunciado por los más grandes profetas: los tres días de obscuridad. 3-6 Los tres días de obscuridad Anna-Maria Taïgi, Padre Pío, Marie-Julie Jahenny, Franz Kugelbeer, Erna Stieglitz, Gaspard de Búfalo (1786-1837), Alois Irlmaier y otros videntes han profetizado ese evento de los tres días de obscuridad, el cual debe ser punto central del Castigo. Esas 72 horas son queridas por Dios con el fin de purgar a la humanidad, ingrata, impenitente y enemiga de todo bien. Así es descrito por Marie-Julie Jahenny: “Tres días de devastaciones, de duelo, de lágrimas y de penitencia, mientras los cuales las luces del cielo estarán apagadas y los ángeles consternados…tres días de infierno”. Maria Taïgi describe esos tres días de obscuridad de la siguiente manera: “Todos los enemigos públicos y secretos de la Iglesia caerán en el abismo durante las tinieblas. El aire estará envenenado por los demonios que aparecerán con formas abominables. Las velas bendecidas protegerán de la muerte, así como las oraciones a la Santa Virgen María y a los Santos Ángeles…”. A ese respecto, dice Alois Irlmaier: “Después de la guerra y los tres días de obscuridad, podrás buscar una casa, porque ya no habrá nadie vivo. Habrá casas y granjas en cantidad. Y si conoces el trabajo de la granja, podrás elegir una”. Prosigue: “Te doy un buen consejo: no abras ni puertas ni ventanas durante los tres días de obscuridad, sobrevivirás a ese periodo difícil. En ese momento, habrá una gran cruz en el cielo, y habrá un gran temblor de tierra acompañado de relámpagos y truenos, todo será sobrecogido por el miedo y el mundo entero gritará: Dios existe”. 3-7 La pax domini Según el venerable Barthélemy Holzhauser (1613-1658), muerto en oda de santidad en 1658, la Quinta Edad de la Iglesia comienza con el emperador Carlos V y el Papa León X, hacia el año 1520, y durará hasta la llegada del Pontífice Santo y el Potente Monarca que vendrá en nuestra era como un socorro enviado por Dios, es decir, a restablecer todas las cosas. Esa Quinta Edad de la Iglesia es una edad de aflicción, de desolación, de humillación y de pobreza para la Iglesia: se puede llamar, con razón, una edad de purgación. Esa Quinta Edad de la Iglesia es una edad de aflicción, una edad de exterminación, una edad de defección repleta de calamidades. Quedarán pocos cristianos sobre la tierra que hayan sido salvaguardados del acero, la hambruna y la peste. Los reinos combatirán contra reinos, y todos los Estados serán devastados por disensiones intestinas. Los principados y las monarquías serán decepcionantes, y habrá un empobrecimiento casi general y una gran desolación en todo el mundo. Alois Irlmaier nos dio numerosas visiones de la siguiente Sexta Edad, lamentablemente muy corta, que debe suceder al Castigo: “Durante la guerra o casi al final, habrá signos en los cielos: la Cruz y los estigmas. Todo el mundo lo verá. El mundo entero gritará: Dios existe. La Sexta Edad de la Iglesia se iniciará con el Potente Monarca y el Pontífice Santo, y durará hasta la aparición del Anticristo”. 4 - LOS PROCESOS ESCATOLÓGICOS EN LA GRAN TRIBULACIÓN 4-1 Introducción En este capítulo ya no hay referencias a profecías, sino que expondré mi interpretación y conclusiones, a modo de resumen esquemático, sobre los procesos escatológicos a partir de la Gran Tribulación iniciada en octubre del 2023. Mis conclusiones son la consecuencia del estudio de más de 500 canalizaciones marianas, principalmente como he dicho anteriormente, de Dios Padre, de Jesucristo, de la Virgen María y del Arcángel San Miguel. Pudiera parecer un tanto subjetivas esas conclusiones, pero se ajustan a las diversas profecías y, además, son enriquecidas con aportes de mis investigaciones (filosóficas, psicológicas y científicas), de tal modo que pueda exponerse el discurrir de los procesos escatológicos del modo más objetivo posible. La finalidad de esta exposición de los procesos escatológicos en la Gran Tribulación es la elaboración de un “mapa-guía” que nos permita intentar comprender los sorprendentes acontecimientos que están ocurriendo durante el derrumbamiento de nuestra actual civilización. En dicho sentido, hay que recordar que estamos inmersos en una Guerra Espiritual y es perentorio disponer de un “mapa-guía” que oriente nuestras decisiones y acciones en medio del aparente caos mundial, pues en todo caos hay un orden, y es responsabilidad de cada cual trascender la ignorancia presente en todo caos mediante la búsqueda del propio orden interior que, inherentemente, nos conduce a la sabiduría y al amor. 4-2 La Guerra Espiritual entre Dios y Satanás Tal como expuse en una entrevista radiofónica, estamos inmersos en una Guerra Espiritual muy compleja de entender, sin embargo, es posible salir de ese embrollo mediante un riguroso análisis científico en combinación con las revelaciones marianas. Comprender la Guerra Espiritual entre Dios y Satanás es un necesario preámbulo antes de entrar en los detalles de los procesos escatológicos. El término “Satanás”, independientemente que se crea o no en su existencia, hay que tomarlo como un concepto que abarca todas las estructuras del “mal” en sus diferentes manifestaciones jerárquicas (sociales, económicas, políticas, medios de comunicación, manipulación de la historia, sociedades secretas y poderes fácticos en la sombra). A este respecto y a modo de ilustración recomiendo el estudio del artículo Los 8 velos de la percepción. El plan divino, repetido una y otra vez en las diferentes canalizaciones, tiene como objetivo la purificación de la humanidad y de la tierra, creados por Dios. Ese proceso de purificación implica una conversión de las almas caídas en el pecado y atrapadas por el engaño de Satanás. A tal efecto, Dios está mandando un pulso galáctico de luz que está elevando las vibraciones de la tierra, su fauna y flora y de la humanidad. Dicho pulso galáctico de luz es conocido científicamente como “micronova”, y es el causante del cambio climático actualmente en curso, contrariamente a las acusaciones del sistema quien culpa al ser humano del calentamiento global. Esa purificación y conversión de la humanidad a Dios implica tres procesos: -Físicamente: Terremotos, erupciones volcánicas, tsunamis, tormentas solares y meteoritos. -Psicológicamente: Se trata de un proceso de ascensión espiritual individual desde la 3D a la 5D. La labor más importante en el proceso de purificación es la sanación de las sombras y los traumas. Para entender cómo los secuaces de Satanás causan el sufrimiento a la humanidad a través del subconsciente, es perentorio estudiar el trabajo de hipnosis clínica regresiva realizada por el doctor William Criado. -Espiritualmente: Implica la conversión a la fe en Dios que, como se ha explicado más arriba mediante el profeta Alois Irlmaier, ha prácticamente desaparecido en nuestras sociedades modernas, siendo sustituida esa fe por tecnología y la Inteligencia Artificial, quien pretende ser la sustituta de Dios mediante el engaño de Satanás. Por otro lado, el plan de Satanás es el siguiente: -Dominación de la tierra y la humanidad en la 3D. -Impedir la ascensión espiritual desde 3D a 5D pues, hay que recordar, que las entidades y demonios que habitan la invisible 4D, se alimentan de nuestra energía mediante el sufrimiento que nos inducen a través de posesiones e implantes. -Culpar al ser humano del cambio climático y hacerlo responsable del daño causado a la tierra. Esa acusación sin fundamento es uno de los pretextos para la imposición de la Agenda 2030. -Culpar al ser humano como causante de todo mal a la tierra para, mediante la Agenda 2030, establecer un gobierno mundial único que controle toda la economía (divisa digital única), la geopolítica, la ciencia, la educación y la libertad de la humanidad. -Ejercer ese control totalitarista mediante la imposición de la marca de la bestia (identificación digital en la frente o en la mano). La falsa pandemia fue un primer intento de control sobre la humanidad. Cabe señalar que esa marca de la bestia ya fue inoculada a través de las vacunas contra el Covid, pues han incorporado chips electrónicos que pueden ser detectados mediante señal de bluetooth de un teléfono móvil. -Reducir la población de la humanidad para un mayor control sobre la minoría. A tal efecto, crean enfermedades, hambrunas y guerras, manipulan los alimentos y el agua, controlan el sistema sanitario, controlan los gobiernos de cualquier país. Tal es Guerra Espiritual entre Dios y Satanás hasta que, la Virgen María, anunció el comienzo de la Gran Tribulación en octubre del 2023, es decir, es el inicio de la batalla final entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal, o final de los tiempos según algunas profecías. 4-3 La Gran Tribulación El inicio de la Gran Tribulación fue anunciado por la Virgen María para octubre del 2023. Y ciertamente, el impacto de la guerra entre Israel y Palestina, iniciada el 7 de octubre del 2023, fue un signo indudable de que el mundo y la humanidad han entrado en una nueva espiral de destrucción y abominación, pues, según diversas profecías y canalizaciones, ese conflicto surgido en Medio Oriente se extenderá como la pólvora por todo el mundo, creando revueltas sociales y políticas, tal como se está observando por todo el mundo, ya sea en favor de Israel (fundamentalmente gobiernos que siguen las ordenes sionistas/satanistas), ya sea en favor de Palestina por el genocidio padecido. En realidad, en dicho enfrentamiento, subyace una Guerra Espiritual entre judíos y árabes, la cual es manipulada por el sionismo satánico y de esto sabe mucho el profesor Damián Galerón. Esa guerra en Medio Oriente se va a extender por todo el mundo hasta convertirse en una guerra global de unas naciones contra otras naciones (tal como profetizó la Biblia), lo cual conllevará un colapso económico y revueltas sociales y políticas en muchos países. A los pocos meses de iniciada esa Tercera Guerra Mundial, Dios tendrá que intervenir para evitar la destrucción total de la humanidad, y lo hará mediante el Aviso. 4-4 El Aviso El Aviso de Dios, o “flash solar” provocado por la micronova, consistirá en la iluminación de la conciencia personal de cada uno de nosotros para vernos desnudos ante Dios con nuestros pecados, tal como él nos ve. También se puede entender ese fenómeno como un “Juicio final”, pues veremos nuestros propios pecados y malas acciones, y cada cual en su propia conciencia podrá juzgarse a sí mismo en su obrar mundano respecto a los demás, pero, sobre todo, ante Dios. Será una experiencia muy difícil y trascendente, porque muchos podrán morir en ese proceso de purificación al no poder soportar vernos a nosotros mismos tal como somos. Con la experiencia transcendental del Aviso enviado por Dios, cada uno de nosotros tomará consciencia de la verdadera existencia de Dios, y no se puede escapar ni negar esa experiencia mística. Durante el proceso del Aviso, Satanás no podrá hacer nada ni intervenir en dicho proceso. Entonces, Dios dará seis semanas como gracia para que cada uno de nosotros siga el camino de Dios (conversión para los que aún no creen en Dios). Tampoco Satanás podrá hacer nada ni intervenir durante esas seis semanas de gracia concedidas por Dios. Teniendo en cuenta que el Aviso se producirá a los pocos meses de iniciada la Tercera Guerra Mundial, la decisión de cada cual será muy dura e importante, pues estaremos inmersos en guerras, hambrunas, penurias sociales y enfermedades. En conclusión, el Aviso de Dios, tal como dice el mismo concepto, será una advertencia de Dios para invitarnos a la purificación individual y como humanidad, y a la conversión a Dios mediante la fe, ahora experimentada místicamente en plena conciencia y contacto con el mismo Dios. Será unos momentos muy duros para algunas personas que, incluso, podrán morir en ese proceso del Aviso por no soportar los propios pecados bajo la lupa de Dios. Una vez transcurridas esas seis semanas de asimilación de la experiencia del Aviso, Satanás podrá volver a intervenir en el mundo, y lo hará mediante la figura del Anticristo. 4-5 El Anticristo El Anticristo será una persona publica, alta, de buen aspecto físico, pero será el mismo Satanás dentro de un cuerpo biológico. Hablará muchos idiomas y obrará milagros mediante el engaño. Aparecerá en todas las televisiones, medios de comunicación y dispositivos móviles para, de ese modo, hipnotizar a todos quienes lo miren a los ojos (ayudado por la manipulación de las ondas electromagnéticas). La recomendación es que, después del Aviso, apaguemos el internet y nos alejemos de cualquier medio de comunicación, hay que evitar que se cruce nuestra mirada con el Anticristo. El Anticristo argumentará a través de sus medios de manipulación que el Aviso fue una ilusión óptica percibida como resultado de una llamarada solar o un fenómeno astronómico inexplicable para la razón humana, y que se ha producido una paranoia colectiva. Todas esas falsas explicaciones serán aderezadas con falsos conocimientos científicos. Cuando el Anticristo haga su aparición, Dios llamará a sus fieles mediante una locución interior, para que se dirijan a los refugios preparados a tal efecto. Hay dos tipos de refugios: temporales y permanentes. Si alguien se encuentra en un refugio, la llama de Dios se pondrá encima de la cabeza para indicar que está en el lugar adecuado de protección. Si la persona carece de refugio será guida por una llama de Dios, enfrente de la frente, hasta el refugio más cercano. Serán protegidos en ese proceso y nadie podrá tocarlos o hacerle daño. En esos momentos, más que nunca antes, será importante encomendarnos a nuestros sacramentales. Dada la situación mundial de caos (guerras, hambrunas y enfermedades), el Anticristo ofrecerá las soluciones a la humanidad haciéndose pasar por el mesías tan esperando en la Iglesia católica, de ahí su apelativo como Anticristo por el engaño realizado. El Anticristo ofrecerá trabajo, comida, vivienda y cualquier ayuda destinada a superar las calamidades de la guerra. Se crearán ciudades controladas totalmente por Inteligencia Artificial y, mediante la imposición de la marca de la bestia en la frente o la mano, todas aquellas personas que acepten sus condiciones serán esclavizadas con el potencial riesgo de perder su alma, dicho de otro modo, será como haber “vendido su alma al diablo”. Así es como esas cautivas almas se verán inmersas en un control mental mediante tecnología, lo cual se conoce como transhumanismo. Las personas que no se sometan a la imposición de la marca de la bestia serán perseguidas. La mayoría de esas personas forman parte del remanente fiel a Dios. Se producirá una feroz persecución cristiana. Desde la aparición del Anticristo, su reinado puede durar hasta 7 años, el cual podrá ser acortado por voluntad divina dependiendo de la purificación y la conversión de la humanidad. En algún momento de ese proceso, se producirá el Milagro. 4-6 El Milagro El Milagro consistirá en una prueba evidente de la existencia de Dios a través de fenómenos en los cielos y, más particularmente, en los lugares santos donde se produjeron las apariciones marianas como Lourdes (Francia), Fátima (Portugal) o Garabandal (España), entre otros. Esos fenómenos celestiales extraordinarios podrán ser vistos a siete kilómetros a la redonda del lugar en el que se produce. Cabe la posibilidad que, durante ese proceso, el Anticristo juegue la carta del proyecto “Blue Beam”, consistente en la aparición de naves extraterrestres como embajadores divinos para salvarnos cuando, en realidad, son demonios disfrazados de luz. El Milagro será una segunda advertencia de Dios para demostrar su existencia y que, los aún reticentes a la gracia de Dios, puedan arrepentirse, purificarse y convertirse a la fe en Dios. Aquellas personas que aún sobrevivan tras el Aviso y el Milagro y que aún no se hayan convertido a Dios, serán sometidas al más duro Castigo. 4-7 El Castigo El Castigo coincide con los tres días de obscuridad, tantas veces profetizado. Durante esos tres días de obscuridad no se podrá salir de casa o del refugio en el que nos encontremos. Habrá que cerrar puertas y ventanas, no mirar fuera. El aire exterior estará totalmente contaminado. Habrá que tapiar puertas y rendijas para evitar la contaminación exterior. Los demonios estarán desatados y circularán por todos lados para atacar a los incautos. Se harán pasar por familiares nuestros para engañarnos y que los dejemos pasar: en ningún caso hay que abrir la puerta. Durante esos tres días de obscuridad, la rotación de la tierra se detendrá. Al finalizar los tres días de obscuridad, la tierra girará en el sentido contrario y dará inicio a la ascensión espiritual individual a 5D, así como la entrada colectiva del remanente fiel al Nuevo Mundo. 5 - CONSIDERACIONES FINALES Como he dicho al principio, solamente Dios sabe el verdadero desarrollo de los procesos escatológicos durante la Gran Tribulación, aunque podamos tener conocimiento de esos eventos gracias a las diversas profecías, así como las revelaciones marianas. Las fechas exactas del desarrollo de los eventos es el secreto mejor guardado, y cualquier investigación sobre esos asuntos puede llevarnos a una aproximación cognitiva en el mismo sentido que nos advirtió la Virgen María: “Solamente quienes disciernan lo venidero sabrán qué va aconteciendo con cada suceso”. En dicho sentido, el profeta Alois Irlmaier sitúa la aparición del Anticristo después de la Tercera Guerra Mundial y de los tres días de obscuridad. En mi opinión, y siguiendo las revelaciones marianas, sitúo la aparición del Anticristo también después del inicio de la Tercera Guerra Mundial pero después de las seis semanas que siguen al Aviso. Entonces, el Anticristo tendrá rienda suelta para intentar engañar y robar tantas almas como pueda. Los mandamientos del Anticristo serán aceptados por 2500 días (7 años), y predicarán esos mandamientos a aquellos que no han aceptado la marca de la bestia. Dios puede acortar esos 2500 días mediante el Milagro y el posterior Castigo. De momento, pienso, tenemos las piezas del puzle gracias a las profecías y las revelaciones marianas. Sabemos que la humanidad va a pasar por el Aviso, el Milagro y el Castigo, y la sombra del Anticristo planeará durante esos eventos. En cualquier caso, todo ello no debe ser analizado desde la mente racional sino sentido mediante el corazón porque, recordémoslo, los tiempos apocalípticos que estamos viviendo son tiempos de purificación y de conversión a nuestra fe en Dios. Quienes superen todas esas pruebas por y con la gracia de Dios, podrán acceder a la 5D y proseguir su evolución espiritual más cerca de Dios y dejar este mundo de miseria de la 3D. Sin embargo, van a ser tiempos y pruebas muy duras porque los demonios y entidades de la 4D, a la orden de Satanás, harán todo lo posible para engañar a la mente racional y quedar atrapada sin poder experimentar la ascensión espiritual individual hacia Dios, un trabajo que nadie puede hacer por nosotros. Cuando todo parezca perdido, la fe en Dios será nuestra única tabla de salvación. Dios en su misericordia no nos abandona, pues nos dará un Aviso y un Milagro antes del Castigo final. Después de la Gran Tribulación mediante el Aviso, el Milagro y el Castigo, por fin, se producirá la separación del trigo y la cizaña, tantas veces profetizado también. Que Dios os bendiga y acompañe durante la Gran Tribulación. Buena suerte a todos, pero, sobre todo, mucha fe.
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LA FILOSOFÍA TRANSPERSONAL INCURSIONA EN EL SISTEMA EDUCATIVO INTERNACIONAL

Este artículo ha sido publicado en el Magazine número 9 de la ASOCIACIÓN TRANSPERSONAL IBEROAMERICANA (ATI) Magazine número 9 de la ATI en PDF En mi libro La educación cuántica argumento que la filosofía transpersonal desarrollada por Ken Wilber, así como la psicología transpersonal como la “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, se constituyen ambas en un nuevo paradigma de conocimiento que, inherentemente, requiere de una renovada cosmovisión de la historia, la ciencia y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa. Siguiendo la estela de dicha argumentación, voy a citar los trabajos publicados (Tesis Doctorales y de Maestría, artículos científicos y ponencias) que, todos ellos en conjunto, vislumbran no solamente postulados teóricos sino actividades prácticas orientadas a la introducción de la visión transpersonal en la educación con rango de internacionalidad. En primer lugar, la piscología transpersonal y la educación transracional son postuladas y argumentadas en la Tesis Doctoral de Noemí Siverio, titulada: Psicología del Homo Complexus para una educación desde la comprensión (Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico “Rafael Alberto Escobar Lara”, Venezuela). En segundo lugar, la Tesis de Maestría de Marely Figueroa, titulada Una visión transpersonal en la educación, se postula como un revulsivo a la educación académica tradicional. En efecto, Marely Figueroa es pionera en el mundo con la impartición de una asignatura de filosofía transpersonal en el Grado Universitario de Educación (Instituto Ateneo de Colima, México). ¿Acaso esas dos Tesis Académicas citadas son las primeras piedras de un gran edificio educativo-espiritual? Que la filosofía transpersonal incursione en el sistema educativo internacional no es un sueño sino una realidad cada vez más extendida internacionalmente, como veremos a continuación. Cabe citar, en tercer lugar, la Tesis Doctoral de Morelia Valencia Medina (Colombiana pero vinculada profesionalmente a la Universidad de Granada, España), titulada: Una perspectiva transpersonal para la educación. Morelia Valencia en colaboración con el también doctor Gabriel Carmona, han sido los impulsores de la Asociación de Pedagogía Transpersonal en España a través del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (España). La educación académica tradicional está quedando obsoleta y requiere de una nueva mirada pedagógica acorde a las citadas investigaciones académicas de rango internacional pues, en efecto, es necesaria una renovación moral y espiritual sustentada en el empoderamiento consciente de los alumnos, desde una renovada psicología cognitiva dentro de un nuevo paradigma educativo amparado por la filosofía transpersonal. Desde 1948, el artículo veintiséis de los Derechos Humanos referente al derecho de la educación, como en otras facetas sociales, económicas y políticas, ha sido ninguneado por los poderes fácticos. Sin embargo, novedosas iniciativas de hacer pedagogía están llegando al estamento educacional. Son tiempos de un revisionismo educacional como se ha visto, pero también de un revisionismo humano en el modo como percibimos nuestro mundo y el universo. En definitiva, son tiempos de repensar la relación entre la racionalidad y la espiritualidad. Son tiempos de integración entre la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable. Como filósofo transpersonal, dichas cuestiones epistemológicas y hermenéuticas fueron argumentadas en el II Coloquio Internacional sobre las posibilidades de la resignificación del Episteme en las Ciencias de la Educación (Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio IMPM UPEL, Tucupita, Venezuela). Y más recientemente, todo ello tuvo su corolario con la publicación del artículo científico titulado La filosofía transpersonal como una hermenéutica complementaria a la epistemología: fundamentos para una educación transracional (Revista de Investigación Científica Humanística GIRUM de la Universidad Antropológica de Guadalajara, México). A la vista de todo lo anteriormente argumentado, el reto más importante que tienen actualmente los profesores, los educadores, la educación en general, los científicos en particular y las humanidades es orientar la cultura humana más allá del reduccionismo psicológico y de la filosofía materialista que ha imperado en Occidente. El despertar colectivo es posible, y lo es gracias a la meditación y sus beneficios demostrados científicamente, y aplicados prácticamente en las aulas como demuestran muchas experiencias vanguardistas en el ámbito educativo. El conocimiento es una riqueza intelectual que debe ser gestionada, auspiciada, educada y transmitida por los profesionales de la epistemología, pues necesitamos aún de genuinos epistemólogos para intentar dar un sentido a la vida y de saber cuál es nuestro lugar en este mundo. La humanidad se halla ante tantos cambios de paradigmas (filosófico, psicológico, sociológico, educativo, científico y espiritual) que son los propios maestros, profesores y la educación en general, quienes deberían coger las riendas del conocimiento para debatir su epistemología y consensuar lo que hay que saber, y lo que hay que enseñar en la transmisión del conocimiento. Ahí queda el reto para nuestra civilización y sus mentes pensantes: integrar la espiritualidad en el sistema educativo.
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LAS 9 REVELACIONES

10 - LAS 9 REVELACIONES

Ayer volví a ver la película “Las 9 revelaciones”. Hace algunos años que la visualicé y, me gustó tanto su mensaje, que la puse en la sección “Películas sobre espiritualidad” de la monografía CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD de mi página-web. Con la perspectiva que da el tiempo desde la propia evolución comprehensiva de cada cual, hay mensajes que adquieren una renovada interpretación, y eso experimenté ayer con esa película. Así fue cómo, tras ver nuevamente la película, me pregunté a mí mismo si esas “revelaciones” son “verdades eternas” que cada cual puede alcanzar consciente o inconscientemente en el camino de la búsqueda espiritual. Y, efectivamente, buceé en los archivos de mis publicaciones para, sorprendentemente, rendirme a la evidencia que esas “revelaciones” son parte de una filosofía perenne a descubrir por todo sincero buscador del camino espiritual. En consecuencia, la motivación de este artículo, es realizar una correspondencia cognitiva de algunas de mis publicaciones en relación con esas 9 revelaciones de la película, con la expectativa de que la espiritualidad excelsamente expuesta en ese largometraje adquiera un rango científico desde la filosofía, la psicología y la evolución de la conciencia, campos cognitivos a los que me he dedicado vocacionalmente para intentar fusionar Ciencia, Filosofía y Espiritualidad. Por tanto, a continuación, voy a reproducir esas “9 revelaciones”, tal como quedan resumidamente expuestas al final de la película. No es mi intención desvelar la trama de la película, sino correlacionar esas verdades perennes con las argumentaciones de algunas de mis investigaciones; de modo que, si el lector de este artículo halla esta exposición investigativa de su interés, pueda ver esa película desde una comprensión cognitiva y reflexiva: ver a la espiritualidad con una renovada mirada científica porque, recuerdo una vez más, ciencia y espiritualidad son dos aspectos de una misma realidad divina. 1ª REVELACIÓN: Estamos volviendo a descubrir que vivimos en un mundo profundamente misterioso, lleno de coincidencias repentinas y encuentros sincronizados que parecen estar predestinados. Artículos relacionados con esa 1ª Revelación: EL MISTERIO DE LA VIDA ¿ES EL MUNDO QUE PERCIBIMOS UN SUEÑO? DEL VIEJO AL NUEVO MUNDO LA SINCRONICIDAD 2ª REVELACIÓN: Cuantos más despertemos a este misterio, crearemos un concepto del mundo completamente nuevo, redefiniendo el universo como energético y sagrado. 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SABIDURÍA

INFORMACIÓN, CONOCIMIENTO, SABIDURÍA

Entrevista relacionada con este artículo 1 - La cuestión epistemológica ¿Qué hay en común entre la información, el conocimiento y la sabiduría? Del mismo modo, pero en sentido opuesto, ¿qué diferencias hay entre la información, el conocimiento y la sabiduría? La repuesta a estas preguntas marcan un diferencial de aprehensión cognitiva de cada uno de nosotros en función de nuestro propio sistema de creencias cultural, social y familiar, todo lo cual va a conformar la manifestación de lo que pensamos, decimos y hacemos. De un modo análogo, el agua puede tener diferentes formas de manifestación (sólida en forma de hielo, líquida y gaseosa al evaporarse); del mismo modo, la aprehensión cognitiva (nuestra manera de entender el mundo y la vida) también se difumina a través de la información, el conocimiento y la sabiduría. Siguiendo la analogía del agua, la aprehensión cognitiva de la “realidad” por conocer, se manifiesta en diferentes grados: la percepción sensitiva (dura y “evidente” como el hielo), el discurso racional (maleable como el agua) y la especulación metafísica (tan volátil como el agua evaporada). En función de ello y, como está demostrado mediante la física cuántica, cada persona tiene su propia percepción de la “realidad” por conocer, cada persona tiene su propia perspectiva de la vida, cada persona tiene su propio sistema de creencias. Así planteada la cuestión epistemológica (teoría del conocimiento), podríamos aseverar que, entre la información, el conocimiento y la sabiduría, existen diferentes grados de “verdad” aprehendida por la conciencia individual de cada uno de “nosotros”; y que, cuando esas “verdades” son asimiladas como conciencia colectiva, se constituyen en una teoría de la cultura a través de la historia de la humanidad. Por tanto, el núcleo duro de la ciencia aún por resolver, estriba en argumentar y justificar una ciencia de la conciencia que dé respuestas a nuestra manera de percibir el mundo sensitivamente, de interpretar ese mundo racionalmente y de dar satisfacción a nuestras inquietudes metafísicas o espirituales, todo ello de manera individual pero también colectivamente. En términos científicos, se trataría de delimitar certeramente los criterios de demarcación entre la ciencia y la religión. Consecuentemente, la cuestión epistemológica en nada está resuelta a la vista del actual caos existente en la humanidad mediante una falsa pandemia en la que, parece ser, nadie comprende lo que está pasando en el mundo. Y, si en una cosa deberíamos estar de acuerdo la comunidad filosófica, científica y educativa, es que la ciencia por antonomasia es la ciencia de la conciencia, y que hay que contemplar diferentes mapas evolutivos de la conciencia para dar respuestas a nuestras más profundas inquietudes acerca de lo que sea el sentido de la vida. 2 - Dualismo epistemológico Teniendo en cuenta que vivimos en mundo de dualidades, también existe un dualismo epistemológico que, ya Platón, nos anticipó: el mundo inteligible de las ideas (eterno y necesario) y el mundo sensible de la materia (temporal y corruptible), quedando el alma encerrada en un cuerpo. Esta concepción que admite que el hombre está compuesto de dos elementos radicalmente distintos (alma y cuerpo) conduce a un dualismo antropológico tradicional claramente definido en la filosofía de Platón y, posteriormente, en la tradición aristotélica-tomista, así como en casi todas las filosofías hasta el empirismo. El dualismo antropológico de Platón, el cual afirma la existencia del cuerpo y el alma, se asienta sobre un dualismo ontológico al afirmar que hay dos mundos: un mundo que vemos, pero no comprendemos, y otro mundo que no vemos pero que podemos captar con la inteligencia. Si el dualismo ontológico significa que hay dos mundos, el dualismo epistemológico significa que hay dos formas de conocimiento, dependiendo si dirigimos la inteligencia hacia el mundo de abajo o el de arriba. En el mundo de abajo, los sentidos nos proporcionan sensaciones particulares a modo de información a partir de las cuales formamos opiniones, aunque todo ello sea una fábrica de ilusiones. A este conocimiento basado en los sentidos, Platón lo llama Doxa (opinión). Pero si queremos un conocimiento de verdad y no una simple opinión, debemos enfocar nuestra inteligencia hacia el mundo de arriba en el que están las Ideas, los modelos eternos de las cosas. Esta forma de conocimiento basada en la razón y no en los sentidos, en entender y no en ver, la llama Platón “episteme” o ciencia como opinión verdadera. Tenemos así, pues, de la mano de Platón, una división epistemológica: - La opinión de cada persona que es sustentada en los sentidos, los cuales nos proporcionan información acerca de lo que creemos que sea la “realidad”. Cuando dicha información procedente de los sentidos es tomada como una verdadera “realidad”, sin darnos cuenta, caemos en la separación y la ilusión, hasta el punto que nuestra conciencia es fragmentada, pues estamos sometidos a la esclavitud de las sombras tal lo describiera el propio Platón en su Mito de la Caverna. Ello, traducido en términos de la psicología transpersonal, equivale a decir que nuestra personalidad se sustenta en un “ego” (yo) separado de los demás y disociado de todos “nosotros”. Y, en esa fragmentación de la conciencia individual y su disociación de la conciencia colectiva, radica el principal fracaso epistemológico de toda la filosofía occidental. Ahora bien, ¿Quién maneja esas sombras para mantener a la conciencia individual y colectiva en la obscuridad? Desde un punto de vista de la antropología filosófica y el condicionamiento social a través de una historia manipulada, es evidente que existe una conspiración contra la humanidad por un enemigo invisible que realiza ingeniería social y mental mediante la manipulación económica, social y política. Esa ignorancia inducida psicológica y socialmente también es adoctrinada mediante la educación como un instrumento de poder. Nos vemos así envueltos en una sociedad de la ignorancia con importantes repercusiones epistemológicas, pues, la pregunta pertinente sería: ¿Cómo sabemos que lo que sabemos es cierto? Ruego a aquellos interesados en la profundización de esas cuestiones visualizar mi ponencia en la Universidad de ITECCE (México). -Por otro lado, tenemos el Mundo de las Ideas que, como ya argumenté, está en la cuarta dimensión (4D), una cuestión metafísica por descubrir mediante la meditación. En efecto, a través de la meditación se puede acceder al conocimiento de sí mismo: el “conócete a ti mismo” grabado en piedra en el Oráculo de Delfos griego; porque ahí radica el secreto de la sabiduría y la felicidad gracias al conocimiento propio, o tal vez, a reconocer todo lo que no somos: ese es el proyecto filosófico y pedagógico que defiendo a través de mis publicaciones mediante la Filosofía Transpersonal y la Educación Transracional. En suma, la trascendencia metafísica mediante la meditación es el inicio de un camino ascendente hacia la sabiduría. Además, la sanación transcendental de la humanidad es posible mediante la meditación. Es más, la meditación aplicada debidamente en los centros escolares, evidencia que es la puerta de acceso a la realidad superior. Dicho de otro modo, algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud. Dicho proceso cognitivo de aprehender la realidad desde el “sí mismo” vislumbra una psicología compleja con explicitaciones epistemológicas como el “despertar de conciencia”, “inteligencia espiritual”, todo lo cual nos lleva a considerar a la evolución del amor como la única fuerza que puede vencer a la competencia autodestructiva mediante el compromiso de equipo y la creatividad participativa. El dualismo epistemológico así planteado es de una aparente y extrema dificultad, pues conlleva cambios de paradigmas imperceptibles para la mayoría de mis coetáneos: en filosofía, en educación, en psicología, en ciencia, en sociología y en espiritualidad. La resolución dialéctica de esos seis cambios de paradigmas está argumentada en uno de mis artículos científico: El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad. 3 - Cambios de paradigmas Dicho dualismo epistemológico, desde una perspectiva de la historia de la filosofía, ha sido magnífica y eruditamente solucionado por mi mentor intelectual Ken Wilber mediante su teoría de los “cuatro cuadrantes”: señala certeramente el camino ascendente y el camino descendente, así como la correspondiente gran inversión histórica desde lo inconmensurable a lo conmensurable. No en vano, es considerado como el “Einstein de la conciencia”, y su mapa evolutivo de la conciencia hacia lo no-dualidad debería ser un referente a estudiar en cualquier universidad, aunque es un pensamiento divergente aún por explorar por científicos, filósofos, profesores y educadores. Vemos, pues, de la mano de Platón y de Wilber, que el materialismo científico debe ser trascendido por la espiritualidad como asignatura pendiente para la humanidad, una cuestión contemplada por Marely Figueroa en su Tesis de Maestría con un enfoque de la “visión transpersonal” aplicada a la educación. No en vano, es la pionera en haber impartido una asignatura de Filosofía Transpersonal en el grado universitario de educación (México). A nivel psicológico, cabe recordar la Tesis Doctoral de Noemí Siverio, quien considera la psicología compleja del ser humano como punto de partida para una psicología transracional que aborde y contemple científicamente las cuestiones metafísicas. Me consta que se están realizando otras Tesis Doctorales bajo tales presupuestos, pero aún no puedo hacerlas públicas hasta que sean “oficialmente” aprobadas por el sistema educativo, recordemos, como instrumento de poder. La ironía de la vida es que, para cambiar un sistema de pensamiento dominante que esclaviza a la humanidad, sea preciso someter las ideas “anti-sistema” a la aprobación de sus señorías académicas que ni saben interpretar genuinamente a Platón, ni conocen al “Einstein de la conciencia”. De un modo análogo, es así como las ideas de los “negacionistas” son azuzadas por unos “covidianos” , los cuales comulgan con ruedas de molino todas las falsas creencias que la Matrix les ha inculcado a través del subconsciente. La degeneración de la humanidad a la que estamos llegando conlleva una posibilidad de autodestrucción mediante una falsa pandemia y cuyo objetivo es una fusión del cuerpo biológico con una Inteligencia Artificial, lo que se conoce más popularmente como transhumanismo. Ello está deviniendo en un caos social, y es preciso poner orden en nuestras ideas, cada cual las suyas. ¿Pero cómo vamos a poner orden en las ideas colectivas? Afortunadamente, el movimiento transpersonal, con los ejemplos antes citados de Marely Figueroa y Noemí Siverio, nos invita a contemplar una alternativa espiritual para superar esta Gran tribulación de la humanidad, y ello será posible mediante un despertar colectivo masivo en los términos epistemológicos y metafísicos hasta aquí argumentados. 4 - El camino ascendente hacia la sabiduría Pienso que el dualismo epistemológico entre la información procedente de los sentidos (3D) y el conocimiento racional acerca del Mundo de las Ideas (4D), ha quedado suficientemente argumentado como criterio de demarcación científica desde la antropología filosófica. De dicha investigación, se desprende que el camino ascendente hacia la sabiduría se convierte en un trabajo espiritual de carácter personal, intransferible e ineludible para poder transcender la Matrix (3D, material, corporal, sensitiva, ilusoria), hacia el Mundo de las Ideas (4D, mental, atemporal, inconsciente colectivo), y desde esa 4D dar el salto cuántico hacia la 5D donde el amor es la ley suprema. La dimensión espiritual del amor es una frecuencia de sabiduría interna en la que se experimenta la conciencia grupal como un solo Ser, es una frecuencia energética y no física en la que se percibe el tiempo como un continuo donde solo existe el eterno ahora. En la 5D es donde se viven los sueños dotándolos de realidad espacio/temporal, donde se experimenta los sueños lúcidos y la magia blanca. Como es una dimensión de Luz, se perciben las formas lumínicas y muchas veces geométricas. La 5D es también conocida como la conciencia de Cristo y de Buda. Según lo anteriormente argumentado, la sabiduría como ciencia para la sanación espiritual, se convierte en un Ideal de sabiduría que requiere una filosofía de la mente para la transformación interior mediante el empoderamiento, el despertar espiritual, la trascendencia del ego y la conciencia de unidad. Así, dicha ascensión espiritual desde la 3D a la 5D, presupone la trascendencia de los velos de la percepción que impiden nuestra evolución espiritual. La trascendencia espiritual individual de cada uno de nosotros es lo que va a permitir, de un modo colectivo, el nacimiento de una nueva conciencia, lo que algunos llaman Era de Acuario, o segunda venida de Cristo, o Flash solar, o Era Dorada… En cualquier caso, es indudable que la humanidad se halla al borde de la racionalidad, pues existe un fracaso epistemológico de la filosofía occidental: se vislumbra una transracionalidad gracias a “evolucionarios” donde, el término “evolución”, debe ser interpretado como un metaconcepto que trasciende categorías intelectuales e integra disciplinas separadas: no solo la evolución científica, sino también la evolución de la tecnología, la evolución de la cooperación, la evolución de la consciencia, la evolución de las visiones del mundo, la evolución de la información, la evolución de los valores, la evolución de la espiritualidad y la evolución de la religión. Alcanzar de un modo colectivo la sabiduría de las visiones anteriormente argüidas, requiere previamente el trabajo individual de cada uno de nosotros, en el mismo sentido que nos anticipó el inconmensurable Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo, deberá comenzar por cambiarse a sí mismo”. Ese es el tan aludido camino ascendente hacia la sabiduría donde se adquiere la conciencia que, el saber sin amor, es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo. Feliz sabiduría 2022
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Ciencia, filosofía, espiritualidad

UNA PERSPECTIVA COGNITIVA DESDE LA FILOSOFÍA TRANSPERSONAL

1 - El camino cognitivo Cuando uno echa la vista atrás, es mucho más fácil adquirir una perspectiva sobre el camino recorrido. Cada persona tiene su propio camino por recorrer, ya lo decía certeramente Antonio Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. En mi caso, mi camino está marcado por un pensamiento divergente con el sistema establecido, lo cual me ha llevado a investigar las causas del sufrimiento humano, como una terapia personal que bien pudiera ser de utilidad para otras personas. El camino recorrido se convierte en una psicoterapia espiritual cuando te das cuenta que la locura no está en nuestro interior, sino que existe una locura exterior pérfidamente elaborada para volvernos locos, véase cómo está el mundo actualmente. Algunos pueden llamar a eso “conspiraciones contra la humanidad”, yo prefiero llamarlo “ingeniería social y mental” para fragmentar la conciencia humana y disociarla de la conciencia colectiva, cuyo objetivo es que no encontremos la paz y armonía colectiva, en libertad y con conocimiento de causa. Cuando la libertad es arrebatada mediante la manipulación de la historia y un adoctrinamiento educativo, es bien difícil para el común de nosotros saber decidir en libertad y con conocimiento de causa, porque el conocimiento mismo ha sido abducido por los mismos poderes fácticos en su propio beneficio plutocrático. Es así como el sistema económico y político se convierte en un servil servidor de obscuros poderes, quienes manejan los hilos del mundo imperceptiblemente para la mayoría. Es en ese contexto de la historia y la psicología humana como me adentré a intentar saber la causa de tanto sufrimiento en este mundo. Y la tarea, créanme, no ha sido fácil. En primer lugar, había que poner orden en los propios pensamientos, y saber educar al propio pensamiento hasta adquirir destreza con un correcto pensamiento crítico, tarea nada fácil que aprendí de mi maestro Descartes mediante su Discurso del método. En segundo lugar, hacer oír nuestra voz interior en el mundo exterior no es baladí, porque incursionar en el mundo del conocimiento es una tarea ingente. Tampoco sabía yo que mi camino me llevaría por la senda de la filosofía profunda, ese núcleo duro de la filosofía que intenta responder a las preguntas más trascendentales sobre el sentido de la vida. Sin embargo, por ahí me llevaba mi camino, a intentar dar respuestas a mis propias inquietudes que, dicho sea de paso, son muy comunes en muchas personas. Y ahora en plena crisis de esta falsa pandemia, es cuando más evidente se hace la crisis de conciencia que padece, no solo la sociedad occidental, sino la humanidad, una crisis de pensamiento convertida en un problema para la filosofía. En definitiva, una crisis de conciencia sin precedentes en la historia. 2 - Pensador como profesión de riesgo Dicho contexto de ser un estudioso de la conciencia se convierte, aún más si cabe, en un camino tortuoso y solitario. No en vano, todos los sesudos pensadores que fueron en contra del sistema de pensamiento establecido, debieron sacrificar muchos de sus años para elaborar ese pensamiento alternativo que diera un giro copernicano al devenir cultural de la humanidad. Ahí están, por ejemplo, Copérnico, quien no vio publicada su obra hasta después de su muerte. O Descartes, quien tituló a su obra maestra “Discurso” y no “Tradado” para no verse perseguido por la Santa Inquisición, posturas muy similares a las mantenidas por Galileo Galilei y Giordano Bruno, pero este último pagó su osadía con su quema viva en la hoguera, simplemente por decir que hay vida extraterrestre en las estrellas, que no estamos solos en el universo. Kant tardó diez años para escribir su obra maestra Crítica de la razón pura, y seis años más para que tuviera reconocimiento público. Ken Wilber también se enclaustró durante tres años para escribir su obra cumbre Sexo, Ecología, Espiritualidad. Como se puede apreciar, tener un pensamiento divergente con el sistema establecido no sólo requiere esfuerzo y tiempo, sino que, lo puedes pagar con tu propia vida. No solamente le pasó a Giordano Bruno, sino con otras voces disidentes como Martin Luther King o John F. Kennedy, entre otros muchos ejemplos. Del mismo modo, la ciencia tiene sus mártires por buscar un conocimiento alterno al establecido y que pudiera ser compartido para el bien de la humanidad: tomemos como ejemplos a Nikola Tesla como precursor de la energía libre, o los diversos inventores sacados del escenario público por desarrollar motores que funcionan con agua en contra de los intereses de las petroleras bajo el “ojo que todo lo ve”. 3 - Filosofía Transpersonal y Educación Transracional En mi caso, todavía no he pagado con mi vida ese esfuerzo de ir a contracorriente del sistema. Pero el camino no ha sido fácil, pues había que trascender pensamientos obsoletos para proponer nuevos neologismos como, por ejemplo, la filosofía transpersonal y la educación transracional. Como filósofo transpersonal, mi campo de investigación se ha centrado en la convergencia de la epistemología y la hermenéutica: dos disciplinas filosóficas históricamente antagónicas que generan una división dualista entre la ciencia y la espiritualidad. La filosofía transpersonal aborda el estudio de todas las ciencias que van más allá del materialismo científico, hacia la metafísica. La metafísica es, hoy en día, factible de ser estudiada desde los presupuestos de la filosofía cuántica, así como de la demostración científica de los beneficios de la meditación. La meditación es el puente de transición entre la ilusoria realidad por trascender hacia la profundidad de nuestro ser donde se experimenta la conciencia de unidad en la que todos somos Uno. La conclusión de esas investigaciones, de un modo psicológico, permite la elaboración de una “ciencia de la conciencia” sustentada en dos nuevos neologismos para la educación académica: la filosofía transpersonal y la educación transracional. La perspectiva sobre ese camino recorrido es lo que motiva este artículo. Como mejor se puede hilvanar mi evolución pensativa, es mediante los resúmenes de los artículos científicos presentados en diversas revistas de ciencia y pensamiento, todas ellas, evidentemente, dentro del academicismo tradicional. Pero es lo que hay: si quieres señalar con el dedo lo que falla en el sistema, no basta con vociferar en los rincones de la internet, sino, hay que demostrar que tienes una alternativa pensativa, aunque dicha alternativa deba ser validada académicamente por el propio sistema. Una ironía de la vida. Así pues, para todo aquel que tenga interés en conocer las peripecias de la evolución cultural en la que todos estamos envueltos, les invito a realizar un recorrido cognitivo por la historia del pensamiento, su cultura, su ciencia, su psicología y su educación, un recorrido desde viejos a nuevos paradigmas que eran pertinente descifrar para saber en qué momento exacto de la historia se halla esta decrépita humanidad, abocada a una urgente reconversión pensativa desde el “yo” al “nosotros”. Recorramos ese camino ascendente hacia la sabiduría juntos de la mano, porque solamente juntos será posible enderezar el rumbo de esta crisis epistemológica que requiere, inherentemente, de una reconciliación entre ciencia y espiritualidad, entre la epistemología y la hermenéutica, de una conciencia de unidad donde todos tengamos cabida. 4 - Filosofía Transpersonal: la ciencia de la conciencia El viaje en ese recorrido cognitivo se inicia con un primer artículo, en el que se plantea la necesidad de trascendencia del “ego” (yo) hacia una espiritualidad como conciencia colectiva (nosotros), cuestiones estudiadas por la filosofía transpersonal. Aquí el resumen: “La conciencia histórica individual surgida del primer renacimiento humanístico de los siglos XV y XVI, ha devenido en este siglo XXI en un depredador neoliberalismo. Esta última versión del capitalismo, siguiendo las tesis de Marx, está socavando su propio final pues está acabando con el valor del trabajo humano y con los recursos naturales generando, consecuentemente, una profunda crisis humanitaria y ecológica. La filosofía tradicional mediante Kant, produjo la diferenciación del “yo”, el “nosotros” y la naturaleza (“ello”) a través de sus Tres Críticas. La imperiosa integración que los postmodernos llevan buscando sin éxito, puede ser posible mediante la trascendencia de la conciencia personal (ego) hacia una conciencia transpersonal (transcendencia del ego).Esta emergencia holística y epistemológica propugnada por la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal, al aunar la racionalidad con la espiritualidad, invoca hacia un segundo renacimiento humanístico, ahora como conciencia colectiva, socialmente reflejado en el altermundismo.” La crisis epistemológica de la conciencia entre el “yo” y el “nosotros”, planteada anteriormente, tiene su equivalencia como crisis epistemológica entre ciencia y espiritualidad, tal como expongo en mi segundo artículo: “La historia del pensamiento, devenida dogmáticamente en una filosofía materialista y en un reduccionismo psicológico, aboca a una crisis epistemológica entre ciencia y espiritualidad desde que la física cuántica irrumpió en el tablero cognitivo. Las diferentes interpretaciones de la mecánica cuántica que aúnan la ciencia y la espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introducen la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Así, la filosofía perenne sumada al movimiento transpersonal como “cuarta fuerza” psicológica, es un nuevo paradigma de conocimiento que puede ser aprehendido mediante un mándala epistemológico, el cual posibilita una interpretación hermenéutica de la historia, la ciencia y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa. Tantos cambios de paradigmas contribuyen a la trascendencia holística de la razón hacia el espíritu a modo de un segundo renacimiento humanístico.” En dicho artículo se propone a la filosofía perenne como una conciliadora necesaria gracias al surgimiento de la filosofía cuántica. La mecánica cuántica hizo de bisagra entre el viejo paradigma materialista mantenido por la física clásica (“ver para creer”) y la espiritualidad psicológica (“creer para ver”) que se encarnó como psicología transpersonal y psicología transracional. Esas ciencias del “yo” subjetivo junto a la iluminada teoría de los “cuatro cuadrantes” de Ken Wilber, juntas se convierten en una ciencia de la conciencia tal como es estudiado desde la filosofía transpersonal que defiendo. Y en ese recorrido cognitivo, la filosofía transpersonal se presenta como la conciliadora epistemológica entre la ciencia y el espíritu humano. Nótese que iba a escribir “espíritu” solamente, lo cual dejaría abierto el camino ambiguo de la metafísica. Por eso he añadido el término “humano” al “espíritu”, para centrarnos en el “espíritu humano”, en el conocimiento de “nosotros” mismos, al “conócete a ti mismo” de las escuelas clásicas griegas del pensamiento. En función de lo anterior, la humanidad está volviendo a los pensadores de la filosofía griega, como ya advirtiera el inconmensurable Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo, deberá comenzar por cambiarse a sí mismo”, una cuestión pensativa reconvertida en un proyecto filosófico y pedagógico mediante la filosofía transpersonal: el fracaso epistemológico de Occidente, su ciencia y su filosofía, necesitan de un pensamiento que vaya más del “yo” (transpersonal), más allá de la “razón” (transracional). La tan necesaria “transracionalidad” es la conclusión final de la obra cumbre de Ken Wilber Sexo, Ecología, Espiritualidad. Dicha “transracionalidad” debe ser argumentada mediante un lenguaje epistemológico, pero, también, mediante la hermenéutica, en una convergencia entre la razón y el espíritu humano, pues solo así se puede lograr la sanación del sujeto cognoscente: poniendo como objetivo una misión espiritual que es propia de la incipiente educación transracional. Todo ello es explicado en este tercero artículo: “La filosofía tradicional occidental se sustenta en una epistemología de lo conmensurable mediante el dualismo sujeto-objeto hasta la llegada de la física cuántica (“ello”-ciencia-), y requiere de una complementación cognitiva mediante la hermenéutica de lo inconmensurable, cuyos campos de estudio son la profundidad del “yo”-conciencia-, y la intersubjetividad de todos “nosotros”-cultura-. En la modernidad, estas tres esferas platónicas -la Verdad, la Belleza y la Bondad-, fueron diferenciadas por Kant mediante sus Tres Críticas: la naturaleza (ello), la conciencia (yo) y la cultura (nosotros). Y la misión de la postmodernidad mediante las humanidades es integrar los individuos (yo) en una conciencia colectiva (nosotros) gracias a una filosofía transpersonal que incorpora una ética epistémica en el marco de una episteme transracional, lo cual propugna inherentemente una educación transracional como misión espiritual para la sanación trascendental del sujeto cognoscente y, así, trascender también la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad.” Unir la razón y el espíritu humano, esa es la tarea más urgente ante “nosotros”. ¿Cómo conciliar esos dos modos de saber, entre la ciencia y la espiritualidad humana? Para ello se requiere de una “intuición moral básica” como una cuestión ética necesaria para la integración del “yo” en un “nosotros”, lo cual debe ser objeto de una renovada pedagogía que tenga en cuenta a la educación transracional. Tal sería la cuestión planteada en este cuarto artículo: “Esta comunicación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no dualidad, lo cual conlleva aprehenderse a uno mismo como conciencia de unidad mediante una auténtica intuición espiritual . Esos dos modos de saber así aprehendidos mediante la intuición espiritual, posibilitan una síntesis entre la filosofía y la espiritualidad. Para tal finalidad, se recurre a tres inconmensurables pensadores: Platón, Kant y Wilber. Las Tres Grandes categorías platónicas -la Verdad, la Belleza y la Bondad- que fueron respectivamente diferenciadas por Kant mediante sus Tres críticas (“ello”, “yo” y “nosotros”), requieren imperativamente de una integración entre la naturaleza, la conciencia y la cultura. La intuición moral básica argumentada por Ken Wilber se constituye como una necesaria cuestión ética para la integración del “ello”, “yo” y “nosotros” y, consecuentemente, en una ética epistémica dentro del marco de una episteme transracional. La filosofía transpersonal de Ken Wilber, como disciplina que estudia a la espiritualidad y su relación con la ciencia, permite vislumbrar la sanación trascendental del ser humano mediante una educación transracional que implemente la razón con el corazón.” Así es cómo, desde la filosofía transpersonal, se argumenta que el “yo” necesita de una educación transracional como ciencia pedagógica del “nosotros”. Ese camino cognitivo se convierte en una compleja psicología humana por descifrar, tal como demuestra Noemí Siverio en su Tesis Doctoral. Además, esa visión transpersonal debería ser llevada al ámbito educativo, una cuestión magníficamente realizada por Marely Figueroa en su Tesis de Maestría y, posteriormente, como pionera de la primera asignatura de filosofía transpersonal en el ámbito del sistema educativo tradicional. Con estas dos pioneras profesoras ya hay una cuña epistemológica transracional en el sistema. Una vez puesta esa cuña cognitiva en el sistema educativo, quedaba por realizar otra labor importante desde la filosofía transpersonal: argumentar a la metafísica como revulsivo de la sanación trascendental del sujeto cognoscente mediante la meditación, lo cual fue el objetivo del quinto artículo. He aquí un resumen, algo más extenso, pero muy necesario: 1 - Metafísica y transracionalidad En filosofía, la metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto (“cuando emite un juicio sintético sobre un asunto”) que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado sensiblemente por el ser humano. Sin embargo, la razón a través de la historia del pensamiento, siempre ha indagado sobre las cuestiones metafísicas que han preocupado al ser humano desde tiempos inmemoriales, aunque histórica y psicológicamente, esa genuina actitud de hacer metafísica ha sido obnubilada por el materialismo científico. La filosofía se escindió así en dos senderos cognitivos: la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable, es decir, una divergencia entre ciencia y espiritualidad. Tradicionalmente se ha separado la epistemología y a la hermenéutica, puesto que la primera trata de lo conmensurable y la segunda de lo inconmensurable. Sin embargo, hoy en día es posible unir la epistemología y la hermenéutica, permitiendo justificar lo conmensurable y entender lo inconmensurable. Esos dos modos de saber posibilitan vislumbrar una conexión de la filosofía con la espiritualidad, o la ciencia con la metafísica. Y para tal tarea, en primer lugar, es preciso un giro copernicano hacia el Idealismo Trascendental propuesto por Kant. En filosofía, el giro copernicano o revolución copernicana hace referencia a la propuesta realizada por Kant para entender cómo es posible el conocimiento sintético a priori que da lugar al Idealismo Trascendental. La filosofía anterior a Kant suponía que en la experiencia de conocimiento el sujeto cognoscente es pasivo, que el objeto conocido influye en el sujeto y provoca en él una representación fidedigna. Con esta explicación podemos entender, en todo caso, el conocimiento empírico, pero no el conocimiento a priori pues lo extraordinario de este último es que con él podemos saber algo de las cosas antes de experimentarlas, es decir, antes de que puedan influir en nuestra mente. Kant propone darle la vuelta a la relación y aceptar que en la experiencia cognoscitiva el sujeto cognoscente es activo, que en el acto de conocimiento el sujeto cognoscente modifica la realidad conocida. Según Kant, podemos entender el conocimiento sintético a priori si negamos que nosotros nos sometemos a las cosas, si aceptamos que son más bien las cosas las que se deben someter a nosotros. Por otro lado, en segundo lugar, según Ken Wilber, las grandes tradiciones espirituales del mundo caen bajo dos tipos diferentes de espiritualidad que denomina la espiritualidad ascendente y la espiritualidad descendente. Existe dos grandes direcciones posibles: ascender desde la materia hasta el Espíritu o descender desde el Espíritu hasta la materia. La primera es una dirección trascendente o ultramundana, mientras que la segunda es inmanente o intramundana. Uno de los mitos al uso de la tradición occidental es Platón y, aunque la mayor parte de la gente cree que es un filósofo ascendente, en realidad, es un filósofo que reconoce los dos tipos de movimientos: el ascendente (el Bien que nosotros aspiramos a comprender) y el descendente (una manifestación del Bien). Sin embargo, a lo largo de la historia, estas dos facetas se vieron brutalmente separadas y tuvo lugar una violenta ruptura entre los partidarios de lo meramente ascendente y los defensores de lo meramente descendente, pues se consumó la escisión entre ambas. Dicho de otro modo, el materialismo científico y la metafísica se han convertido en una dualidad antagónica aparentemente irreconciliable. Irremediablemente, hay una contienda ideológica que puede remover los cimientos de nuestra civilización, pues se hallan en disputa dos pesos pesados de la historia: la ciencia y la religión (espiritualidad), el saber empírico y el saber revelado, la razón y el espíritu. Desde el surgimiento de la física cuántica, esa divergencia cognitiva es argumentada epistemológicamente por Ken Wilber en su obra El espectro de la conciencia como dos modos de saber: el conocimiento simbólico (dualidad sujeto-objeto) y el misticismo contemplativo (no-dualidad entre sujeto-objeto). Las experiencias espirituales son, probablemente, el contexto más complejo a desentrañar por nuestra actual civilización. El gran mérito de Wilber es haber puesto en el contexto histórico la reivindicación de la filosofía transpersonal que, al aunar la ciencia y la espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, permite la argumentación de una antropología revisionista de nuestra cultura y la necesidad de una ética epistémica en el marco de una episteme transracional lo cual, como se argumentará seguidamente, propugna una educación transracional como misión espiritual para la sanación trascendental del sujeto cognoscente y, así, transcender también la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad, pues como concluye Ken Wilber en su obra Sexo, Ecología, Espiritualidad (p.617): “ahí estamos, en la racionalidad, situados en el filo de la percepción transracional”. 2 - Meditación y educación Son los genios y sabios, muchos de ellos científicos y filósofos, quienes abanderan las ideas metafísicas que hacen progresar la cultura humana, ahora en claro declive. ¿Qué lugar ocupa hoy la metafísica en nuestra cultura? He ahí quizá el escollo más difícil por transcender, pues la humanidad se halla ante nuevos paradigmas invisibles aún para la mayoría de mis coetáneos. Sin embargo, la sanación trascendental del ser humano está en su interior mediante la práctica de la meditación. En efecto, como nos recuerda el sabio aforismo griego “conócete a ti mismo”, se precisa de un conocimiento introspectivo para conectar con el Espíritu que vive en nosotros y que puede vislumbrarse mediante la conciencia de unidad . La sanación trascendental del ser humano mediante la meditación no es una entelequia: un equipo de psiquiatras liderado por el Hospital General de Massachusetts, ha realizado el primer estudio que documenta cómo ejercitar la meditación puede afectar al cerebro. Según sus conclusiones, la práctica de un programa de meditación durante ocho semanas puede provocar considerables cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés. Es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud. La meditación, aplicada prácticamente en los centros escolares, tiene espectaculares resultados: estimula la creatividad de los niños, ayuda en el desarrollo de la inteligencia emocional, reduce la violencia conocida como bullying, mejora los procesos de aprendizaje, aminora la sobre estimulación propia de la era de Internet y mejora la convivencia escolar. La meditación se convierte así en un medio para la sanación trascendental del ser humano desde la infancia, tal como demuestran cada vez más numerosos estudios científicos. Como aseveró el matemático griego Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”. Consecuentemente, las ciencias empíricas pueden dar explicaciones sobre los fenómenos naturales, peros son incapaces de dar una explicación coherente acerca de la conciencia y la espiritualidad y, por tanto, no es de extrañar que los beneficios de la meditación sean objeto de investigación científica, y que haya también una aproximación investigativa a las experiencias cercanas a la muerte, las ciencias noéticas y la psicología transpersonal. Dichos campos de investigación enlazan, obviamente, con la metafísica, es decir, más allá de los sentidos físicos. La metafísica es, por tanto, el reto que tiene la humanidad por delante para hallar un conocimiento más allá de las ciencias naturales, es decir, un conocimiento transracional al que se puede acceder mediante la meditación, y con la posibilidad de que sea impartida educacionalmente mediante la filosofía transpersonal argüida por Ken Wilber. 3 - Filosofía transpersonal y educación transracional La filosofía tradicional occidental se sustenta en una epistemología de lo conmensurable mediante el dualismo sujeto-objeto hasta la llegada de la física cuántica (“ello”-ciencia-), y requiere de una complementación cognitiva mediante la hermenéutica de lo inconmensurable, cuyos campos de estudio son la profundidad del “yo”-conciencia-, y la intersubjetividad de todos “nosotros”-cultura-. En la modernidad, estas tres esferas platónicas -la Verdad, la Belleza y la Bondad-, fueron diferenciadas por Kant mediante sus Tres Críticas: la naturaleza (ello), la conciencia (yo) y la cultura (nosotros). Y la misión de la postmodernidad mediante las humanidades es integrar los individuos (yo) en una conciencia colectiva (nosotros) gracias a una filosofía transpersonal que incorpora una ética epistémica en el marco de una episteme transracional, lo cual propugna inherentemente una educación transracional como misión espiritual para la sanación trascendental del sujeto cognoscente y, así, trascender también la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad. Una educación transracional fundamentada en la filosofía transpersonal se convierte, consecuentemente, en una renovada pedagogía para la trascendencia espiritual mediante la meditación, y postula un revisionismo psicológico que incorpore a la espiritualidad con la misión de transcender la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad también a nivel social y cultural: La educación espiritual de los niños es un imperativo para instaurar en el futuro una Vida espiritual en una sociedad digital; consecuentemente, Espiritualidad y educación social es un binomio inseparable para trascender La sociedad de la ignorancia y, por antonomasia, es El desafío ético de la educación. Dicho repensar humano posibilitaría, entonces, salvar el abismo cultural desde que Kant diferenció la ciencia (ello), la conciencia (yo) y la moralidad (nosotros). La integración y síntesis de estas tres esferas kantianas del saber debe realizarse eminentemente en la conciencia de cada uno de nosotros mediante una genuina intuición espiritual o intuición moral básica como sustrato ético de nuestros actos, pensamientos y sentimientos, pues como dijera Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a sí mismo”. Y para tal finalidad, la filosofía transpersonal y la educación transracional se presentan como un imperativo pedagógico más allá de la mente, hacia la profundidad de la conciencia, pues como dice una cita atribuida al dramaturgo inglés John Gay: “Sin lugar a dudas, es importante desarrollar la mente de los hijos, no obstante, el regalo más valioso que se le puede dar, es desarrollarles la conciencia”. Es indudable que el estudio de la conciencia es un problema epistemológico y hermenéutico aún no resuelto por la cultura occidental en particular y la humanidad en general y, consecuentemente, la conciencia sigue siendo un problema histórico por resolver. 4 - La conciencia como problema histórico Toda la historia de la filosofía occidental está transitada por la inquietud de encontrar la solución al problema del conocimiento e intentar dar una explicación coherente de la conciencia, y se ha caracterizado por la constante universal de abordar el problema del hombre desde el dualismo: materia y espíritu, cuerpo y alma, cerebro y mente. La historia del pensamiento, devenida dogmáticamente en una filosofía materialista y en un reduccionismo psicológico, aboca a una crisis epistemológica y hermenéutica entre ciencia y espiritualidad desde que la física cuántica irrumpió en el tablero cognitivo. La filosofía transpersonal de Ken Wilber, al aunar ciencia y espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introduce la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Esta comunicación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad. Esos dos modos de saber así aprehendidos, posibilitan la sanación trascendental del ser humano mediante la filosofía transpersonal de Ken Wilber como nuevo paradigma de conocimiento, y es postulada como asignatura educativa para una educación transracional que implemente la razón con el corazón mediante la meditación. Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental. Con ello, podemos concluir consecuentemente que la filosofía transpersonal de Ken Wilber es un fundamento para una educación transracional de la metafísica y la sanación transcendental del sujeto cognoscente mediante la meditación. 5 - La conciencia como problema histórico La crisis de conciencia así planteada nos aboca, inexorablemente, a intentar resolver ese misterio de la vida, a intentar comprender a la conciencia como un problema histórico y ello, inherentemente, requiere de una reconciliación entre la ciencia y el espíritu humano, entre la epistemología y la hermenéutica, y todo ello bajo el paragua de la filosofía transpersonal y la educación transracional. Ese fue el objetivo del sexto artículo: “Toda la historia de la filosofía occidental está transitada por la inquietud de encontrar la solución al problema del conocimiento e intentar dar una explicación coherente de la conciencia, y se ha caracterizado por la constante universal de abordar el problema del hombre desde el dualismo: materia y espíritu, cuerpo y alma, cerebro y mente. La historia del pensamiento, devenida dogmáticamente en una filosofía materialista y en un reduccionismo psicológico, aboca a una crisis epistemológica y hermenéutica entre ciencia y espiritualidad desde que la física cuántica irrumpió en el tablero cognitivo. La filosofía transpersonal de Ken Wilber, al aunar ciencia y espiritualidad mediante la recuperación de la filosofía perenne, introduce la primera fisura en la “rígida estructura” del dualismo científico entre sujeto y objeto que ha impregnado a la civilización occidental. Esta investigación postula la integración del saber científico (epistemología de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una síntesis respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad. Esos dos modos de saber así aprehendidos, posibilitan la sanación trascendental del ser humano mediante la filosofía transpersonal de Ken Wilber como nuevo paradigma de conocimiento, y es postulada como asignatura educativa para una educación transracional que implemente la razón con el corazón mediante la meditación. Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental.” Evidentemente, ese pensamiento divergente no es asumido aún en el sistema académico tradicional, pero, ya tenemos la cuña epistemológica transracional puesta con los seis artículos anteriores. Ese sexto artículo fue incomprendido por más de 50 académicos tal como se me comunicó desde el Comité Científico de la Revista Humanidades: "Respetado autor Amador Martos García, reciba un cordial saludo. Según se le informó en correo pasado, su artículo fue remitido a instancias del Comité Científico de la Revista Ciencia y Humanidades. Dicho Comité está compuesto por más de 50 académicos ubicados en diferentes países de habla hispana, a los cuales se les asignan artículos dependiendo de sus áreas de estudio. Ahora bien, respecto a su artículo en cuestión, a la fecha no se ha podido ubicar un evaluador que posea el conocimiento académico/investigativo necesario para hacer un dictamen justo de dicho texto, por lo que la Revista Ciencia y Humanidades, desde su Comité Editorial en sesión del 5 de junio de 2019, teniendo en cuenta la responsabilidad editorial y científica que atañe a la Revista Ciencia y Humanidades, ha declarado que para el octavo número su artículo no podrá ser teniendo en cuenta debido a los motivos anteriormente expuestos. De antemano pedimos disculpas por cualquier problema causado. Cordialmente." 6 - Una perspectiva cognitiva desde la Filosofía Transpersonal Es cuestión de tiempo que dicha cuña epistemológica transracional convierta esa fisura en un cráter por donde se van a desangrar los viejos paradigmas de la humanidad. A nivel educativo se ha demostrado que, con dicho “pensamiento divergente”, era necesaria una resignificación del “episteme” en las ciencias de la educación, y aporté mi perspectiva desde la filosofía transpersonal en un II Coloquio Internacional que abordaba dicha cuestión. Sin una base epistemológica sólida, ¿cómo reconstruir un nuevo mundo? El desangramiento social fue inevitable y nos vimos envueltos en consecuencias de proporciones insospechadas entre “Globalistas” y “Patriotas”, entre esa minoría plutocrática contra esa incipiente conciencia social que busca el empoderamiento del “nosotros”, cuestión que argumenté en una ponencia del Webinar UNICEN. A la vista de lo expuesto hasta aquí, la filosofía transpersonal, como ciencia de la conciencia, debe replantear todos los presupuestos cognitivos de la humanidad y de cada “uno” de “nosotros”: ¿Cómo sabes que lo que sabes es cierto? Tal fue la ponencia que tuve el honor de exponer en la Universidad ITECCE, en un intento que los futuros maestros puedan actuar en libertad y con conocimiento de causa desde los presupuestos hasta aquí argumentados. En conclusión, como argumento en mi obra Ciencia, Filosofía, Espiritualidad, la trascendencia metafísica mediante la meditación es posible. La meditación como ciencia trascendental se convierte, así, en un camino ascendente hacia la sabiduría, para poner orden en nuestras ideas, para considerar a la sabiduría como ciencia para la sanación espiritual. Ello requiere evidentemente de una filosofía de la mente para la transformación interior. En la medida de que cada “uno” de “nosotros” se empodere y despierte espiritualmente, alcanzará esa transcendencia hasta lograr la conciencia de unidad. Un objetivo psicológico y metafísico nada fácil, pues existe un enemigo invisible de la humanidad que trata de impedir la reconciliación espiritual de la humanidad: estamos inmersos en una lucha ente el bien y el mal, una perenne contienda demostrada por William Criado mediante la hipnosis clínica regresiva. Así es como fue descubierto el “genio maligno” de Descartes. Ahora las cartas están boca arriba, y la contienda es entre las sombras y la luz, entre el “Estado profundo” y las “Semillas Estelares”, una épica batalla sideral por el planeta Tierra y las conciencias que la habitan. Si ha llegado hasta aquí, estimado lector, puede convenir conmigo que la locura aperspectivista que padecemos, usted y yo, y muchos como “nosotros”, no es una “locura interior”, sino una “locura exterior” procedente de la dualidad. La dualidad de la “realidad” es como un sueño, una ilusión según algunas tradiciones espirituales, una ilusión también reconocida por la neuropsicología y las neurociencias: solo somos vibración en el hiperespacio del universo. Y, el revulsivo propuesto desde la filosofía transpersonal, es meditar para transmutar las bajas vibraciones en vibraciones amorosas, porque el amor también evoluciona. De hecho, el amor siempre ha existido: hemos nacido por una fusión de amor de nuestros padres. Nosotros, como padres, también nos fusionamos en el amor para dar vida a nuestros hijos. El amor es la ley suprema, pero hemos relegado al amor al ostracismo, como si no fuera necesario para la supervivencia del planeta y la humanidad. No obstante, La evolución del amor se presenta como imprescindible para el devenir de nuestra especie, y es nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta. En definitiva, no puede haber una perspectiva cognitiva que separe a los unos de los otros, porque el saber sin amor es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo, tal es el fundamento por antonomasia de la filosofía transpersonal.
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sociedad ignorancia

LA SOCIEDAD DE LA IGNORANCIA Y LAS REPERCUSIONES EPISTEMOLÓGICAS

1 - La sociedad de la ignorancia El texto siguiente es una reproducción de la nota número 19 de LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.) En este ensayo, el lector podrá apreciar que, en reiteradas ocasiones, aludiré a La sociedad de la ignorancia. No debe interpretarse dicha alusión en un sentido peyorativo hacia mis coetáneos, o como una postura de soberbia de quien escribe esto, sino más bien, como un pensamiento crítico, tomando prestada la expresión de los autores intelectuales (Mayos, Brey, Campàs, Innerarity, Ruiz y Subirats) de la obra con el mismo título: La sociedad de la ignorancia. En el prólogo de dicha obra, se justifica ya plenamente el por qué dicho título: por paradójico que resulte, la potente y exitosa sociedad del conocimiento que están construyendo las avanzadas sociedades postindustriales conlleva un riesgo creciente de incultura. En términos cuantitativos, ningún individuo puede competir con el ritmo hiperbólico actual en la producción de información, pues esa producción crece exponencialmente gracias a que -como nunca antes- es una labor colectiva potenciada porque estamos continuamente entrelazados mediante Internet, lo cual excede a la capacidad de los individuos para procesar dicha información. Así, cada vez más individuos tienden a percibir tras la sociedad del conocimiento la sombra amenazante de una “sociedad de la incultura” que les condena a una inevitable obsolescencia cognitiva. Cualquier solución o enmienda, dicen los autores, que nos planteemos pasa por entender a fondo el vínculo radical que existe entre la sociedad del conocimiento y los “nuevos analfabetos”, es decir, los nuevos tipos de ignorantes, incultos y marginados. Por desgracia, ni en Internet ni en la sociedad del conocimiento se asegura la visibilidad a quien tenga algo que decir o un conocimiento valiosos que aportar. ¿Quién es hoy el genio o el sabio que no necesita especializarse con todo el saber colectivo que generamos o, simplemente, dispone de una amplia y suficiente “cultura general”? Como respuesta, se dice, de un modo un tanto irónico, que los “filósofos”. ¿Está aumentando de manera inevitable y acelerada la distancia entre lo que los individuos -cada uno de nosotros- puede conocer o controlar con un mínimo de solvencia crítica y el conocimiento que produce la humanidad en su conjunto? Por todo ello, orientarse con criterio y sentido personal dentro de la cultura o conocimiento colectivos resulta cada vez más difícil, costoso y problemático (tal es el objetivo pretendido por este ensayo: ofrecer un mapa epistemológico con una finalidad pedagógica, como está reproducido esquemáticamente en el prólogo). Los autores de La sociedad de la ignorancia sostienen que la obsolescencia cognitiva que el crecimiento exponencial del conocimiento disponible ha producido en los individuos no amenaza tanto su campo profesional y especializado, sino sobre todo las coordenadas generales que estos precisan para decidir de manera democrática y con conocimiento de causa sobre los procesos crecientemente complejos que configuran la vida humana actual. Por eso, la otra cara de la sociedad del conocimiento es, sobre todo, la “sociedad de la incultura” y “de la ignorancia” (de ahí la imperiosa necesidad de reivindicar a la filosofía como baluarte para dar un sentido a la vida, y a La educación cuántica como su pedagógica función). Concluyen estos autores de que el poder y el dominio también acechan, ocultas tras Internet y la “sociedad del conocimiento” (prueba de ello son las escuchas ilegales a escala mundial realizadas por la NSA estadounidense). Para minimizar esos riesgos y poder “empoderarnos” democráticamente en esas nuevas posibilidades, todos tenemos que estar vigilantes, atentos y decididos a ejercer nuestros derechos ciudadanos (como se verá en este ensayo, la filosofía de la mente propuesta aboga por el empoderamiento “consciente” de la consciencia, un “ despertar de la conciencia” que ya Platón anticipó en su Mito de la Caverna). 2 - Las repercusiones epistemológicas de La sociedad de la ignorancia El texto siguiente es una reproducción del capítulo 5-3 de la primera parte de LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.) Las consecuencias de La sociedad de la ignorancia son visibles en este decadente sistema capitalista de producción: predomina un egoísmo propulsor del infinito crecimiento en un planeta finito, lo cual invita al decrecimiento (Latouche, 2011) ya que plantea graves consecuencias humanas en la globalización en la que se halla inmersa este mundo (Bauman, 2003); también la libertad de los mercados está por encima de la de las personas; sin olvidar el acopio del conocimiento científico para el belicismo y la manipulación de la humanidad por una minoría de peligrosos psicópatas que gobiernan en la sombra (Estulin, 2007) (1) . Vuelvo a insistir, nos hallamos antes un caos civilizatorio en toda regla, principalmente, porque todavía no se ha logrado la integración de esos tres mundos diferenciados por Kant: ciencia, ego y moralidad. La ciencia es usada servil y criminalmente por los poderes fácticos; el ego está sodomizado por el sistema capitalista; y la moralidad social está supeditada a los dogmas religiosos y a la oligarquía plutocrática. Kant (2007) fue consciente de los riesgos de la diferenciación entre la ciencia, el ego y la moralidad, y así lo expresó en su ensayo ¿Qué es la ilustración? La integración de esos tres mundos -ciencia, ego y moralidad-, sin lugar a dudas, se vislumbra como posible gracias al movimiento “transpersonal” surgido como “cuarta fuerza” de la psicología: tiene como objetivo integrar la racionalidad con la espiritualidad. Este racionalismo espiritual ha sido conceptuado en un magistral sistema de pensamiento por Ken Wilber (2005) mediante su obra cumbre Sexo, Ecología, Espiritualidad, erguido así este pensador como el representante más emblemático de la filosofía transpersonal y psicología transpersonal. Siguiendo la estela de Wilber, mi obra Pensar en ser libre, de la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal es una humilde revisión de la historia del pensamiento al propugnar que el “movimiento transpersonal” debe ser rehabilitado históricamente más allá del misticismo cuántico, término acuñado peyorativamente por los caducos materialistas científicos. Evidencio en dicha obra que el pasado pertenece a la razón individualista, pero el futuro pertenece al espíritu colectivo. Así, esa razón egocéntrica, muy a su pesar, se está retorciendo de dolor (Jara, 2007), un daño causado por el hombre al hombre, todo un contra sentido holístico de la naturaleza. Así, el giro natural, nunca mejor dicho, es que el genuino cogito cartesiano se auxilie con el espíritu kantiano mediante su imperativo categórico, lo que perennemente se ha conocido como amor. Lo que viene a decir la historia es que no se puede vivir sin amor (Hüther, 2015), porque es la más alta motivación que nos alienta a vivir, una cuestión ahora reconocida y evidenciada desde la neurobiología y la sociobiología (2) . ¿Acaso no hacemos lo que hacemos por amor a nuestros seres queridos? Pero ese amor ha sido también desahuciado del corazón de las personas por el perverso sistema capitalista que pone todo en venta, hasta nuestras emociones y nuestros sentimientos, anulando incluso nuestra voluntad sobre nuestros actos y pensamientos, convirtiéndonos entonces en autómatas productores de bienes de consumo para la exclusiva satisfacción del ego, descuidando así plenamente al espíritu. Desolador pensamiento occidental. NOTAS: (1) Los señores de las sombras (Estulin, 2007) es una investigación que pone al descubierto los vínculos entre los gobiernos, Servicios de Inteligencia, traficantes de drogas, terroristas internacionales y grandes empresas petroleras. Descubre toda la verdad sobre: El asesinato con polonio del ex espía ruso Alexander Litvinenko. El beneficio que, protegidos por la CIA, obtienen del negocio mundial de la droga las grandes corporaciones y los bancos occidentales. Cómo Roman Abramovich, actual propietario del Chelsea F. C., y Boris Berezovsky, el mayor oligarca de Rusia, robaron más de 2.800 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional. Cómo las ONG están expoliando Darfur (Sudán) con la ayuda de las grandes multinacionales, que quieren hacerse con los yacimientos petrolíferos de todo el país. La estrecha relación de Victor Bout, el mayor traficante de armas del mundo, y el gobierno de George W. Bush. Cómo el fundamentalismo cristiano estadounidense está relacionado con Al Qaeda y el tráfico de drogas en Afganistán. La relación de la Hermandad Musulmana -que mantiene fuertes vínculos con la Casa Blanca- con los atentados del 11 de marzo en Madrid. (2) El darwinismo y la teoría de la evolución y la selección natural se han convertido en pilares de la biología moderna. Gracias a ellos entendemos un poco mejor cómo se ha desarrollado la vida en sus múltiples manifestaciones. Sin embargo, cuando hablamos de animales superiores, como el ser humano, no todo parece justificarse a través de un naturalismo simple. Gerald Hüther (2015), neurobiólogo y autor de La evolución del amor, afirma que hay que tener en cuenta también otro ingrediente crucial, que afecta a hacia dónde se dirige nuestra especie y por dónde ha transcurrido hasta la fecha. Ese ingrediente, para este prestigioso científico, es el amor. Hüther considera que el amor, como manifestación biológica, resulta crucial para explicar la historia de la evolución humana reciente, como elemento de cohesión personal, de garantía de la unión en una pareja o de cooperación en un grupo social. Sin el amor, un fenómeno creado por la propia evolución, la intrincada red de enlaces familiares que se han venido sucediendo a lo largo de la historia sería muy diferente, y distintos también, con seguridad, los rumbos seguidos por nuestra especie. Gracia a él, no solo tienen valor los genes egoístas, o la supervivencia del más fuerte, sino también la capacidad de elección de pareja por motivos distintos a la simple atracción física o el instinto reproductor. En esta obra, el también catedrático de ciencias naturales y doctor en medicina reflexiona sobre el concepto del amor y sus raíces biológicas, así como las consecuencias de su existencia. Puede decirse que nuestra comprensión del amor ha evolucionado con los tiempos, pero que a pesar del surgimiento de la razón y del pensamiento crítico, este sentimiento sigue siendo importante por su influencia en el futuro de la especie. Hüther nos cuenta como, con el auge del naturalismo y la ilustración, Darwin y otros científicos tuvieron que convivir con los nuevos descubrimientos y con conceptos ya caducos, como las explicaciones de la religión sobre el origen del hombre. Pero a pesar de la llegada de la razón en este campo, aún costaba explicar el papel que tenía en todo ello el amor. Así, del darwinismo más descarnado, se pasó al darwinismo social, y posteriormente al determinismo del comportamiento. Finalmente, la sociobiología se apoderó de la escena. Para Hüther, el amor también es la fuente de nuestra creatividad, no solo en el caso de músicos y artistas; también lo es para muchos grandes políticos y científicos. Es la base de nuestra existencia y nuestros logros culturales. Por el contrario, el estrés, la presión y la ansiedad no resultan del amor, sino de la competencia, que es la fuerza motora de la especialización, no de la creatividad. Según Hüther, todos somos “hijos del amor”, aunque a veces lo olvidamos porque la competencia y la guerra han impulsado grandes invenciones. Sin embargo, lo que nos une y lo que nos mantiene unidos a la naturaleza y a los demás es el amor, pese a la competencia. Así, el amor es nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta. Estamos a punto de agotar nuestros propios recursos naturales, al explotarlos y contaminarlos, porque competimos entre nosotros, como individuos y como naciones. La única fuerza que puede vencer esta competencia autodestructiva es el amor, o si prefieres un término más cognitivo, el compromiso de equipo y la creatividad participativa. El amor es la fuente de logros evolutivos fundamentales. La selección sexual, es decir, la elección de pareja basada en un sentimiento que llamamos amor, provocó el moldeado de nuestros cuerpos en función de las preferencias y gustos de la pareja. Además, el amor paternal permitió fomentar las capacidades de nuestros hijos. Sin el cariño no seríamos capaces de dedicarnos a los demás y comprometernos. Tampoco podríamos alentarnos e inspirarnos los unos a los otros. Para Hüther, es evidente de que para sacar provecho de nuestro potencial tenemos que encontrarnos los unos con los otros como sujetos en lugar de tratarnos como objetos. Solo la gente “amorosa” es capaz de tratar a los demás como sujetos. Pero, en la actualidad, nuestra cultura favorece a aquellos que usan y manipulan a los demás para lograr sus propósitos. A menos que este tipo de relaciones interpersonales y culturales desarrolladas a lo largo de la historia se supere, no seremos capaces de resolver ninguno de los problemas a los que nos enfrentamos ahora. La lucha por el poder y la dominación es la verdadera causa de todos nuestros problemas. Ya es posible pues afirmar que el papel del amor es tan importante en el devenir de nuestra especie como puedan serlo otros factores biológicos. En este libro encontraremos los argumentos que lo confirman. BIBLIOGRAFÍA: Bauman, Zygmunt. La globalización: consecuencias humanas. México: Fondo de Cultura Económica de España, 2003. Estulin, Daniel. Los señores de las sombras. Madrid: Del Bronce, 2007. Hüther, Gerald. La evolución del amor. Barcelona: Plataforma, 2015. Jara, Miguel. Conspiraciones tóxicas. Cómo atentan contra nuestra salud y el medio ambiente los grupos empresariales. Barcelona: Martinez Roca, 2007. Kant, Inmanuel. ¿Qué es la ilustración? Madrid: Alianza, 2007. Latouche, Serge. La hora del decrecimiento. Barcelona: Octaedro, 2011. Wilber, Ken. Sexo, Ecología, Espiritualidad. Madrid: Gaia Ediciones, 2005.
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Don Harkins

LOS 8 VELOS DE LA PERCEPCIÓN SEGÚN DON HARKINS: VERSIÓN ACTUALIZADA POR AMADOR MARTOS

1 – Wilber versus Harkins Sin lugar a dudas que La evolución de la conciencia según Ken Wilber es el mapa evolutivo de la conciencia por excelencia. No obstante, Los 8 velos de la percepción según Don Harkins no es menos merecedor de dicho calificativo de excelencia. Por un lado, la grandeza del mapa evolutivo de la conciencia de Ken Wilber, es que hace un gran aporte cognitivo de tres estadios evolutivos: el prepersonal, el personal y el transpersonal. -El estadio prepersonal (o pre-egoico): corresponde a los ámbitos inferiores que se caracteriza por los instintos y los procesos somáticos, los impulsos de orden emocional y sexual basados en percepciones simples y en emociones. Este estadio tiene tres etapas: sensorio físico (fulcro 1), el nacimiento del yo emocional (fulcro 2) y el nacimiento de la mente representacional (fulcro 3). -El estadio personal (o egoico): en este estadio se trasciende al estadio prepersonal, principalmente, por el nivel de interiorización, lo que Piaget llamó “egocentrismo decreciente”. Conseguir un mayor desarrollo implica la capacidad de trascender el punto de vista propio y encontrar uno superior. A su vez, también tiene tres etapas: la mente regla/rol (fulcro 4), el reflexivo formal (fulcro 5) y la visión-lógica o centauro (fulcro 6). -El estadio transpersonal (o trans-egoico), que se desarrolla también en tres etapas: el nivel psíquico que viene a ser la culminación del nivel personal de visión-lógica, y se caracteriza por un aumento del nivel de percepción y de las capacidades de la mente ordinaria (fulcro 7); el nivel sutil es un nivel intermedio de desarrollo espiritual, el cual implica el desarrollo del Dios personal, de los arquetipos y del misticismo genuino (fulcro 8); y el nivel causal, descrito como el self universal y sin forma, en palabras de Ken Wilber: “una conciencia de unidad sin fronteras que todo lo impregna…un ser que es esencialmente uno con el self Supremo” (fulcro 9). Por otro lado, la aportación de Don Harkins es sobre todo una visión antropológica ligada a lo social, la economía, la política, las sociedades secretas que dominan el mundo, los seres inter-dimensionales que controlan a dichas sociedades secretas y por extensión al mundo, para acabar en el alma libre de todo filtro mental y la revelación de Dios. 2 – El mapa evolutivo de Harkins: actualización por Amador Martos Ambos mapas, el de Wilber como el de Harkins, tienen obviamente interconexiones conceptuales, lo cual dejo en manos del avezado lector. Harkins murió en el año 2009 y, desde entonces, han ocurrido muchas cosas en el mundo, sobre todo en lo referente a la geopolítica y la desmitificación de la economía y un sentido de la vida que ha dejado de ser gregario para dejar entrever un despertar espiritual, no solo individual sino también colectivo. Es decir, hay una evidencia científica de un cambio de conciencia, que estamos despertando de un modo colectivo, aunque no se haya alcanzado aún la masa crítica. Y ese tránsito de la conciencia humana hacia lo transcendental supone que hay que redefinir nuestras relaciones sociales, la historia, la ciencia y la educación, tal como intento demostrar en mis publicaciones y, de un modo concluyente, en mi última obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD. En función de lo anterior, el objetivo de este artículo, es refundir Los 8 velos de la percepción propuestos por Don Harkins con las aportaciones de mis propias investigaciones a lo largo de unos doce años, si tenemos en cuenta el año 2008 de la publicación de mi primera obra PENSAR EN SER RICO. La genialidad de Los 8 velos de la percepción de Don Harkins es que pone en evidencia diferentes y sucesivos estados de conciencia tal capas de cebolla se tratara y que, quitadas una tras otra, origina un desvelamiento cada vez más profundo de la verdadera “realidad” de nuestro mundo y nuestra relación con él, así como vislumbrar otra “realidad” más profunda subyacente en cada uno de nosotros. Leí Los 8 velos de la percepción años atrás, y debo reconocer que me cautivó la sencillez de su exposición para vislumbrar, velo tras velo, un camino interior de introspección que, a la par, te va alejando de ese mundo de ahí fuera, para finalmente enfrentarte en tu soledad con la mismísima divinidad. Don Harkins ha sabido describir con elegancia y sumamente sencillez, unos estados de conciencia por recorrer para todo aquel disconforme con el mundo en el que vive. En honor a la verdad, no hay mapas evolutivos de la conciencia unos mejores que otros, pues cada persona puede identificarse con aquel que mejor vibre con su condición interior. El propio Ken Wilber reconoce en su obra Breve historia de todas las cosas, haber estudiado sesenta o setenta mapas evolutivos de la conciencia, para después configurar su propio desarrollo teórico, más conocido como los cuatro cuadrantes, como sustrato de su visión de la evolución de la conciencia. El trabajo de Ken Wilber es, ciertamente, una obra maestra para todo aquel buscador que desee estudiar la evolución de la conciencia; sin embargo, para aquellas personas que quieran “atajar” el camino de la búsqueda, sin renunciar a una genuina intuición de la “verdad” o, mejor dicho, identificar las mentiras del mundo en el que vivimos, el trabajo de Don Harkins es de una solemne sencillez y de una apertura espiritual propia de una persona iluminada. Por tanto, a continuación, respetando la cronología creciente de Los 8 velos de la percepción, iré añadiendo y argumentando desde mis investigaciones a aquellos aspectos definidos por Harkins en cada preceptivo velo que cada uno de nosotros debería ir quitando uno tras otro. Yo solo me limito a realizar una aportación argumentativa de dichos velos desde la filosofía, la psicología, la sociología, la cultura, la ciencia y la espiritualidad. 3 – Los 8 velos de la percepción según Don Harkins: versión actualizada por Amador Martos TRAS EL PRIMER VELO: Don Harkins: “Hay más de seis mil millones de personas en el planeta. La mayoría de ellos viven y mueren sin haber contemplado, seriamente, nada que no tenga que ver con aquello que les mantiene vivos y lo que necesitan para mantener sus vidas juntos. El noventa por ciento de toda la humanidad va a vivir y morir sin haber atravesado el primer velo.” En este primer velo, Don Harkins hace referencia implícita a que la mayoría de las personas no saben o no intentan descubrir cuál es el sentido de la vida y, esa contemplación vital, es por carecer de un pensamiento crítico, con lo cual, se ven abocadas a La sociedad de la ignorancia. TRAS EL SEGUNDO VELO: Don Harkins: “El diez por ciento de nosotros van a romper el primer velo para explorar el mundo de la historia, la relación entre el hombre, sus formas de gobierno, el significado de la autonomía por medio de la ley constitucional y común. Nos encontraremos con el mundo de la política. Vamos a encontrar un mundo de políticos, votaremos, seremos activos y tendremos una opinión. Pero nuestras opiniones se forman con el mundo físico que nos rodea; vamos a tener una tendencia a aceptar que los funcionarios del gobierno, personalidades de los medios de red y otros “expertos” son voces de autoridad. El noventa por ciento de las personas de este grupo va a vivir y morir sin haber atravesado el segundo velo.” En este segundo velo, obviamente, hace referencia a cómo cedemos nuestro empoderamiento personal a nuestros representantes políticos, sin tener conciencia de que nos sometemos a una manipulación económica, social y política, sin apenas percibir que la historia es manipulada por “líderes democráticos” al servicio de la poderosa jerarquía financiera. TRAS EL TERCER VELO: Don Harkins: “El diez por ciento de los que estén detrás del segundo velo serán capaces de percibir que los recursos del mundo, incluyendo a las personas, son controladas por un grupo de personas y familias extremadamente ricas y poderosas, cuyas posesiones, manipulaciones y extorsiones han servido para fundar la economía global actual basada en la deuda. El noventa por ciento de las personas de este grupo va a vivir y morir sin romper el tercer velo.” En este tercero velo, como intuí en mi obra CAPITALISMO Y CONCIENCIA, los despiertos descubrirán las mentiras económicas, políticas y epistemológicas, descubrirán también que el dinero-deuda es una trampa esclavizante de los poderes fácticos. TRAS EL CUARTO VELO: Don Harkins: “El diez por ciento de nosotros traspasará el cuarto velo, para descubrir el mundo de los Illuminati, de la masonería, de las otras sociedades secretas. Estas sociedades utilizan símbolos y realizan ceremonias que perpetúan la transmisión de conocimiento arcano, que es usado para mantener a la gente ordinaria en la esclavitud política, económica y espiritual de los linajes más antiguos de la tierra. El noventa por ciento de las personas de este grupo va a vivir y morir sin romper el cuarto velo.” En este cuarto velo, algunos se darán cuenta de un “ojo que todo lo ve”, que hay poderes satánicos que operan desde la obscuridad para que no sepamos lo que está pasando en al mundo, y que realmente existe una conspiración contra la humanidad para la degeneración de la humanidad, en definitiva, que hay una ingeniería social y mental. TRAS EL QUINTO VELO: Don Harkins: “El diez por ciento de nosotros que rompan el cuarto velo, aprenderá que estas sociedades secretas y familias poderosas son tan avanzadas tecnológicamente, que cosas como los viajes en el tiempo y las comunicaciones interestelares no suponen ningún problema para ellos y mucho menos controlar las acciones de la gente común a través de estos medios. Sus miembros tienen la capacidad de manipular a las masas con la misma facilidad con la que nosotros mandamos a nuestros hijos a ir a la cama. El noventa por ciento de las personas de este grupo va a vivir y morir sin ser capaces de romper el quinto velo.” En este quinto velo, solo los más despiertos pueden entrever la distopía temporal que, sustentada en la filosofía cuántica, permite viajar en el tiempo, una cuestión avalada por la hipnosis clínica regresiva, y que el desdoblamiento del tiempo permite tener conciencia de más allá de este tiempo siendo entonces que, el mundo que percibimos, es un sueño. TRAS EL SEXTO VELO: Don Harkins: “El diez por ciento de nosotros que logre romper el quinto velo, se encontrarán en un mundo de alienígenas, dragones, reptiles, seres que parecen sacados de cuentos de ficción y literatura infantil, son la fuerza real que controla detrás de las sociedades secretas. El noventa por ciento de las personas de este grupo va a vivir y morir sin ser capaz de romper el sexto velo.” En este sexto velo, muy pocos se atreverán a hablar del enemigo invisible de la humanidad, un “genio maligno” oculto en la cuarta dimensión y al que solo se puede descubrir mediante la hipnosis clínica regresiva. TRAS EL SÉPTIMO Y OCTAVO VELOS: Don Harkins: “No sé lo que hay detrás del séptimo velo, no lo he podido penetrar, pero creo que es la percepción que tiene el alma de la persona libre de todo filtro mental, que ha evolucionado hasta un estado en que, tal vez, ve la realidad de forma muy diferente a los demás, una especie de Gandhi iluminado que se pasea por el mundo despertando a todos alrededor sin distinción alguna." Don Harkins, en una humildad que caracteriza a un alma iluminada, dice que no ha podido penetrar el séptimo velo. Pero, sin embargo, coincido con él en que es el alma de la persona quien adquiere un discernimiento espiritual cuya máxima es el amor como ley suprema, un Ghandi iluminado como dice él, que busca en la inteligencia espiritual el nexo de unión donde todos nos percibimos los unos a los otros como conciencia de unidad. Don Harkins: “¿Y el octavo velo? Romper el octavo velo probablemente significa ver la revelación de Dios y la energía pura, que es la fuerza viva que impregna todas las cosas." El octavo velo es transcender la dualidad para vivir en la no-dualidad, es ser un activista de la propia trascendencia espiritual, y que la meditación es la práctica de ese camino ascendente hacia la sabiduría para lograr la sanación trascendental de la humanidad. Don Harkins: “Si mis matemáticas son correctas solo hay alrededor de 60.000 personas en el planeta que han sido capaces de romper el sexto velo. La ironía aquí es demasiado increíble: los que se encuentran detrás de los velos uno al cinco, no tienen otra opción que percibir a los que han roto el velo número seis como locos, insanos y paranoicos. Con cada filtro roto, exponencialmente una gran cantidad de gente que empieza a ver la realidad real, es declarada paranoica, pues pasan al lado de la barrera de la forma en la que ven el mundo. Y, para añadir más ironía, cuando más intenta la gente que ha conseguido eliminar el velo número seis, explicar lo que se ve en aquellos que han llegado a eliminar ese filtro de sus vidas, más insano y loco aparece ante ellos.” Y en esa conclusión de los velos, Don Harkins hace referencia expresa a aquellas personas que viven en la locura aperspectivista, aquellos de nosotros que nos tildan de “negacionista” por denunciar lo que está pasando en el mundo, y que esta falsa pandemia es un pretexto para la implantación del microchip como paso previo al transhumanismo y un Nuevo Orden Mundial. Nuestro enemigo, el Estado Don Harkins: “Detrás de los dos primeros velos nos encontramos con la gran mayoría de las personas en el planeta, son herramientas del Gobierno y del sistema de control, votantes cuya ignorancia justifica las acciones de los políticos que envían a los del primer velo a luchar en sus guerras y contiendas.” "Los que rompen los velos tercero, cuarto, quinto y sexto son de menor utilidad para el sistema, por disminuir la capacidad para ser utilizado como herramienta para consolidar el poder y la riqueza de muchos, en manos del poder de unos pocos de la élite. Es común ver que estas personas sacrifican parte de sus relaciones con amigos y familiares, sus carreras profesionales y la libertad personal con cada uno de los velos que rompen." "Albert Jay Nock (1870-1945), autor de Nuestro enemigo, el Estado (1935), explica lo que ocurre con los que se encuentran los velos séptimo y octavo: “¿Cuál fue lo mejor que el Estado podría encontrar que ver con un Sócrates real y un Jesús real cuando los tuvo?, el mero hecho de envenenar a uno y crucificar al otro, sin ninguna razón, pero que eran demasiado e intolerablemente embarazoso que se les permitiera vivir más.” Elocuente y evidente conclusión de Don Harkins. Sin comentarios. Conclusiones: Don Harkins: “Y por lo que ahora sabemos que no es que nuestros compatriotas son tan comprometidos con sus vidas que “ellos no quieren ver” los mecanismos de su esclavización y explotación. Ellos simplemente “no pueden ver”, tan cierto como que no pueden ver lo que hay al otro lado de una cortina cerrada.” Si de algo puede servir Los 8 velos de la percepción desvelados por Don Harkins es que, finalmente, la evolución de la conciencia es una cuestión intrínsecamente personal para reconvertirse hacia una dimensión espiritual a la que solo se accede mediante el despertar de la conciencia. El propósito de este ensayo es triple: Don Harkins: “1 - Para ayudar al puñado de personas en los últimos velos de entender por qué las masas no tienen más remedio que interpretar su claridad como la demencia; 2 - Para ayudar a las personas detrás de los dos primeros velos, que entienden que la vida, la respiración y el pensamiento son sólo el principio, y…3 - Para mostrar a la gente que la mayor aventura de nuestra vida está detrás del próximo velo, porque eso es solo un velo menos entre nosotros y Dios.” Artículo escrito en memoria de Don Harkins. Dios lo tenga en su gloria.
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Ciencia, filosofía, espiritualidad

PENSAMIENTO, CONOCIMIENTO E ILUMINACIÓN

1 - ¿Cómo sabemos si lo que sabemos es cierto? Algunas personas me han consultado acerca de qué pensadores seguir o qué libros leer para adentrarse en la investigación de la “verdad”. En verdad, sería una actitud de soberbia por mi parte creer que podría orientar a esas personas en el complejo laberinto del pensamiento hacia la pretendida “verdad”. La actividad pensativa no es una prerrogativa de los así llamados “filósofos”, pues todos y cada uno de nosotros, en mayor o menor medida, tenemos la capacidad de pensamiento, así como la posibilidad de alcanzar algún que otro conocimiento. Otra cuestión es, como argumenté en mi obra Pensar en ser rico, la actitud de cada persona respecto del querer aprender y saber cada vez más, o no. Y esa actitud es, precisamente, el diferencial entre los que denomino “filósofos pasivos” y “filósofos activos”. Sería un “filosofo activo” toda aquella persona que busca siempre mejorar su modo de entender y pensar la vida. Es filósofo activo toda persona que se pregunta, que quiere saber más, que no se conforma con lo aprendido, sino que lo aprendido es el punto de partida de lo que queda por aprender. Sin embargo, sería un “filósofo pasivo” toda aquella persona justamente lo contrario: no se preocupa por el saber ni del conocer, pues va pasando por la vida sin la más mínima actitud activa respecto del conocimiento mismo. Dicha actitud no puede ser criticada pues cada cual es libre de sus acciones y, la actitud activa hacia el saber y conocer más, no es obligatoria. Ahora bien, realizada esa salvedad clarificadora, me dirijo a aquellas personas que sí desean saber y aprender más, para decirles que el pensamiento no solo sirve para ayudarnos a tomar decisiones con lo que sabemos, sino, también, para adquirir conocimientos nuevos que refuercen el propio pensamiento, pues solamente con dicha riqueza del pensamiento estaremos preparados para ser mejores padres, mejores amigos, mejores trabajadores, mejores empresarios, mejores científicos, mejores políticos, en definitiva, mejores personas. En consecuencia, la proactividad del pensamiento es una cuestión de actitud personal respecto del conocer. En la medida que cada cual se atreva a adentrarse en el complejo laberinto del pensamiento, irá conformando su propia cosmovisión de la vida. Y, según una interpretación de la física cuántica, hay tantas perspectivas de la vida como personas que piensan, pues a decir de Descartes “El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, puesto que cada uno piensa estar tan bien provisto de él que, incluso aquellos que son más difíciles de contentar en otra cosa cualquiera, no acostumbran a desear más de lo que tienen”. 2 - Iluminación cognitiva Por tanto, para responder a los consultantes que han motivado este artículo, voy a citar a los pensadores y sus libros que, a mí personalmente, han marcado mi pensamiento. No necesariamente deben ser de misma utilidad para ellos, sin embargo, creo que mis respuestas pueden servir de orientación generalizadora y que voy a justificar en la conclusión final. La búsqueda de la “verdad” lleva, antes o después, hacia una “iluminación cognitiva”, y hay tantas iluminaciones cognitivas como investigadores del pensamiento, pues cada uno de los científicos y pensadores de la historia conforma un pequeño eslabón en el vasto laberinto del pensamiento. Por tanto, en aras de no caer en la soberbia, es siempre más recomendable estudiar a los pensadores que nos han precedido en la historia del pensamiento (o la así llamada “filosofía"), para luego entresacar y hacer nuestras las “iluminaciones cognitivas” de otros que, antes que nosotros, se han preocupado de la investigación de la “verdad”. Así fue como me propuse estudiar filosofía durante cinco años y, en honor a la verdad como ya he expresado en varias ocasiones, no salí de la universidad con las ideas muy claras, entre otras razones, porque no hay una sistematización del conocimiento para que el alumno pueda conocer el pasado y así, acto seguido, poder actuar con conocimiento de causa en su presente para orientar más certeramente su futuro vital. En efecto, en ausencia de una “verdad” académica que se yuxtaponga a las “mentiras” del propio sistema económico político y educativo y de ingeniería social y mental, es prácticamente muy difícil, por no decir premeditadamente manipulado, el alcanzar sin obstáculos el conocimiento de la “verdad”. Por tanto, en honor a la verdad, la “verdad” misma es tergiversada por un depredador sistema cuya manipulación económica, social y política nos ha conducido a la actual plandemia, hasta el punto que nadie sabe qué está pasando en el mundo actualmente. Bueno, en realidad, no saben nada los esclavos de la caverna platónica, pero los poderes fácticos que han manipulado la historia, sí saben lo que quieren: un Nuevo orden Mundial que esclavice totalmente a la humanidad mediante técnicas de transhumanismo. Saber todo ello forma parte del proceso de la iluminación cognitiva, pues la “verdad nos hará libres”. No pretendo, para nada, hacer proselitismo de tales ideas, sino invitar a todo aquél con pensamiento crítico en búsqueda de la “verdad” a que alcance su propia “iluminación cognitiva” lo que, dicho de otro modo, sería una invitación a su propio despertar espiritual. 3 - Iluminación espiritual Llegado a este punto, conviene diferenciar claramente entre la “iluminación cognitiva” y la “iluminación espiritual”. La primera sería un estado de la propia razón que se espiritualiza, que se trasciende a sí misma con más conocimientos y que, en su máxima expresión platónica, equivaldría a decir que la Bondad es la Verdad que confiere Belleza al sentido de la vida. La iluminación cognitiva sería, entonces, algo así como encajar varias piezas de un puzle hasta vislumbrar la posible conformación de un mapa evolutivo de nuestra conciencia y que, en su apogeo de plenitud, puede experimentar una “experiencia cumbre” en palabras de Maslow o una experiencia mística donde el Amor es la ley suprema. Dicho así, parece muy fácil de alcanzar, pero, en realidad, no es tan fácil pues requiere una trascendencia del ego para vislumbrar al mundo y los otros desde una visión transpersonal, un trabajo en profundidad para desmontar nuestros falsos sistemas de creencias impuestos por el propio sistema para impedir la expresión natural de nuestra divinidad. Respecto de lo anterior, la pregunta pertinente sería: ¿es condición indispensable pasar por la “iluminación cognitiva” para alcanzar la “iluminación espiritual”? No necesariamente, como he apuntado anteriormente, la iluminación cognitiva es propia de la razón que se espiritualiza mediante las experiencias adquiridas en un mundo de dualidad. Sin embargo, la “iluminación espiritual” es una súbita experiencia que se puede alcanzar mediante técnicas o prácticas de meditación o introspección sin el uso de la razón, y lograr así una conciencia de unidad en un estado de no-dualidad. No en vano, la diferencia de las sociedades orientales respecto de las occidentales, se ha caracterizado las primeras por ir más allá de la razón con creencias como la reencarnación, por ejemplo, mientras que el pensamiento occidental ha sido preeminentemente racional alejado de toda espiritualidad auténtica que no fuera controlada por el propio sistema, como las religiones, por ejemplo. De ahí el polémico criterio de demarcación entre ciencia y religión. Más grave aún, existe un fracaso epistemológico de Occidente pues vivimos en una pesadilla de odio entre razón y espíritu a la vista de nuestro mundo actual. Por tanto, el reto más inmediato del sistema académico es establecer una nueva cosmovisión entre la ciencia y el espíritu, tal es la tarea que defiendo a través de mis publicaciones. 4 - Pensadores para una iluminación cognitiva y espiritual En virtud de todo lo anteriormente expuesto, y en aras de dar respuesta a la consulta al inicio planteada, voy a relatar a continuación aquellos pensamientos, y sus autores, que han supuesto un marcado punto de inflexión en mi propia investigación de la “verdad” a lo largo de tantos años de investigación. Vuelvo a repetir, no pretendo que sea una lista unívoca, bien al contrario, voy a dejar de lado conscientemente a autores como Kant, Rupert Sheldrake, Bruce Lipton, Jean-Pierre Garnier, Amit Goswami, entre muchos otros. Pero todos ellos pueden ser estudiados a través de mis publicaciones. Y no los descarto por el desmerecimiento de sus aportaciones científicas o intelectuales, sino porque en la lista que a continuación relato, trato de “trazar” un esqueleto cognitivo con algunos libros que, pienso, son claves tanto para la “iluminación cognitiva” como la “iluminación espiritual”. La idea pretendida sería que, toda persona que no necesariamente esté versada en cuestiones profundamente filosóficas, pueda adentrarse en el laberinto del pensamiento en busca de la “verdad” mediante autores que considero claves. Y al hilo de la exposición de cada uno de ellos, argumentaré qué representa su pensamiento en la historia del pensamiento y qué conocimientos podemos extraer de sus obras. La primera obra recomendada es, obviamente, La república de Platón (427-347 a C.). Esta obra trata de un diálogo entre Sócrates y otros personajes, como los discípulos o parientes del propio Sócrates. La obra está compuesta por diez libros. En esta obra se puede leer reflexiones que tienen que ver con candentes temas de actualidad como la estructura de ciudad-estado, el régimen democrático, la tiranía, la oligarquía, las teorías políticas, la teoría de las ideas, la idea del Bien, la idea de Justicia. Es una obra que contiene la doctrina platónica conocida como el Mito de la Caverna. Conocer el pensamiento de Platón es la antesala para entender posteriormente a Kant. Para una inmersión en la comprensión de la obra de Platón a la luz del posterior desarrollo filosófico a través de la historia, remito al lector a mi artículo Platón: el camino ascendente es el camino descendente. La segunda obra recomendada es El discurso del método de René Descartes (1596-1650), cuyo título completo es: Discurso del método para conducir bien la propia razón y buscar la verdad en las ciencias. Es una obra fundamental de la filosofía occidental con implicaciones en el posterior desarrollo de la filosofía y las ciencias. Debo admitir que, cuando la estudié, me impactó profundamente pues es la expresión del puro racionalismo para no perderse en la investigación de la “verdad”, una guía en toda regla, una obra magistral que, a buen seguro, hará las delicias de todo inquisitivo pensador. La tercera obra es Breve historia de todas las cosas de Ken Wilber (1949-actualidad). Hago una advertencia previa al lector: como podrá observar, solamente he expuesto a Platón y Descartes como autores recomendados de la filosofía tradicional impartida académicamente y, ello, tiene una razón de peso pues la obra de Ken Wilber (sus más de veinte libros), incluyen y trascienden a toda la filosofía tradicional impartida en los sistemas educativos. Todos los autores y corrientes como el Renacimiento, la Ilustración, la Edad de la Razón desde Kant hasta el surgimiento de la posmodernidad, todos ellos son admirablemente tratados por Ken Wilber, y argumentados en mi libro Una filosofía alternativa al capitalismo. El lector no se perderá nada, al contrario, será enriquecido por la sabiduría de Ken Wilber. Para la cuestión que nos ocupa aquí, Breve historia de todas las cosas, es una obra que ofrece una fascinante versión panorámica, popular y accesible del pensamiento de Wilber, a modo de resumen de su otra obra Sexo, Ecología, Espiritualidad; esta obra de Wilber es recomendable para los auténticos investigadores que no se quieran perder detalle de la evolución de todo lo existente, desde la materia a la vida, a la mente y Dios. La cuarta obra recomendada es Evolucionarios de Carter Phipps (actualidad). Cuando escuchamos hablar de evolución, todos pensamos en fósiles, simios, Darwin y Dawkins. Pero la idea de evolución es mucho más profunda y amplia. En la actualidad, un movimiento de científicos, filósofos y pensadores espirituales visionarios a los que Carter Phipps llama “evolucionarios” está forjando una nueva visión de la evolución que reconoce la importancia de la ciencia, remodela la cultura y actualiza de forma radical la espiritualidad. Este extraordinario libro constituye la primera guía popular a estas estimulantes mentes que iluminan los secretos de nuestro pasado y amplían el paisaje de nuestro futuro. La quinta obra recomendada es El universo holográfico de Michael Talbot (1953-1992). Esta obra nos desvela curiosos fenómenos que no tienen explicación para la ciencia moderna, pero que sí pueden interpretarse mediante la física cuántica o modelos teóricos como el paradigma holográfico. El universo es un gigantesco holograma, una proyección tridimensional que nuestra mente se encarga de recrear, y la realidad tangible de nuestras vidas cotidianas es realmente una ilusión, igual que una imagen holográfica. De esta manera, el tiempo y el espacio no son más que productos de nuestra manera de percibir, pero estamos tan “programados” para aceptar estos conceptos como categorías absolutas que nos cuesta incluso imaginarlo. El paradigma holográfico no sólo sirve para explicar fenómenos de la física y la neurología que la ciencia clásica es incapaz de interpretar, sino que pone de manifiesto que la ciencia no está libre de prejuicios ni es tan objetiva como nos quieren hacer creer los científicos, ya que el universo abarca bastante más de lo que nos permite percibir nuestra cosmovisión actual: temas como las capacidades paranormales de la mente, las últimas fronteras de la física y los enigmas no resueltos del cerebro y del cuerpo. La sexta y última obra recomendada es Hijos de Matrix de David Icke (1952-actualidad). En esta obra se expone las pruebas y antecedentes del control extraterrestre, intraterrestre e interdimensional que ha dominado el planeta Tierra durante miles de años hasta el día de hoy, intentando presentar la imagen más clara posible de las fuerzas que diariamente manipulan y dirigen las vidas del género humano. Los linajes que hoy controlan el mundo y nuestras vidas son los mismos que dominaron Lemuria, la Atlántida, Sumeria, Egipto, Babilonia, el Imperio romano, el británico y los demás imperios europeos. Ellos son los presidentes de Estados Unidos, los primeros ministros, las familias que controlan bancos y empresas, los propietarios de los medios de comunicación y aquellos que controlan el ejército. Hemos sido dominados por la misma tribu entrecruzada de híbridos extraterrestres o intraterrestres, los nefilim, durante miles de años y ahora estamos enfrentándonos a un momento crucial de su vasto plan. 5 - Conclusiones finales: Ciencia, Filosofía, Espiritualidad Para finalizar, deseo explicar la genealogía del “esqueleto cognitivo” a través de las seis obras expuestas. Iniciamos la andadura desde la filosofía griega, la pretendida cuna de la civilización occidental, de la mano de Platón. Desde ahí se inicia el camino ascendente de las religiones, principalmente la católica y que ha dado lugar a la famosa época de obscurantismo hasta el surgimiento del Renacimiento. En ese preciso instante, se inicia el camino descendente principalmente de la mano de Descartes, pues el pensamiento occidental adquiere una renovada visión racionalista que daría lugar al surgimiento de las posteriores corrientes filosóficas, así como la ciencia y el advenimiento del pensamiento positivista divorciado de toda espiritualidad. Sin embargo, no es hasta la llegada del pensamiento de Ken Wilber, como es posible tener una cosmovisión muy completa de la historia de la filosofía, así como una certera interpretación de la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable. Wilber, como otros muchos pensadores recogidos por Carter Phipps, es un “evolucionario” que se suma a un movimiento de científicos, filósofos y pensadores espirituales visionarios que, curiosamente, surgieron posteriormente a la física cuántica. Este nuevo paradigma científico ha trastocado al dogmatismo del materialismo científico, pudiendo hoy en día hacerse filosofía cuántica. En dicho sentido, la obra de Michael Talbot nos introduce en la cosmovisión de un universo holográfico a partir de las diferentes interpretaciones de la física cuántica, por ejemplo, de la mano de David Joseph Bohm y Karl H. Pribram. Los límites de la física cuántica son, así, los propios límites de la espiritualidad, la cual contempla otras dimensiones y que, de la mano de David Icke, nos permite conocer quién y cómo esclaviza a la humanidad, una paradoja a resolver desde el surgimiento de la falsa pandemia. La ciencia materialista, manifiestamente manipulada, se queda corta para darnos soluciones a los problemas planteados, salvo que se haga una divulgación en toda regla. La filosofía tradicional académica, así como la educación, también están anquilosadas, sin reacción ante los graves acontecimientos mundiales en curso entre el Nuevo Orden Mundial y los países patriotas. Consecuentemente, la espiritualidad es la única vía posible de salvación y posibilidad también de sanación trascendental para la humanidad, una cuestión ampliamente argumentada en mi obra Ciencia, Filosofía, Espiritualidad.
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LA EDUCACIÓN TRANSRACIONAL: LA SÍNTESIS DE SABERES MEDIANTE LA INTUICIÓN ESPIRITUAL

Este artículo es una reproducción del capítulo 4 de la tercera parte del libro CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD 1 - Una educación para una sociedad visión-lógico informática Este capítulo es una reproducción del capítulo 17 del libro FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y EDUCACIÓN TRANSRACIONAL “La historia del pensamiento no es como nos la enseñan en nuestro actual sistema educativo occidental, sino que está amputada de su otra mitad: la filosofía perenne” (Amador Martos, filósofo transpersonal). Desde la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente, ha tenido lugar el lento proceso de transformación de una sociedad racional-industrial a una sociedad informática visión-lógica, pero de ningún modo se trata -como afirman los portavoces de la Nueva Era- (Merlo, 2007), de una transformación espiritual. La especie humana ha experimentado a lo largo de su desarrollo tres grandes y profundas transformaciones a escala mundial: la agraria, la industrial y la informática. Ahora nos hallamos al comienzo de la llamada “tercera ola” (Toffler, 1993). Lentamente, está surgiendo un nuevo centro de gravedad sociocultural, la sociedad visión-lógico informática, una sociedad que posee una visión del mundo existencial o aperspectivista (interior colectivo-intersubjetivo), asentada en una base tecnoeconómica de transferencia de información digital (exterior colectivo-interobjetivo) y un yo centáurico (1) (interior individual-subjetivo) que debe integrar su materia, su cuerpo y su mente -integrar la fisiosfera, la biosfera y la noosfera- para ajustar funcionalmente su conducta (exterior individual-objetivo) al nuevo espacio del mundo. Pero esa transformación corresponde a un orden muy elevado que impone una nueva y terrible carga sobre el mundo: la necesidad de trascender e incluir lo superior con lo inferior. Y la pesadilla es que, aunque dispongamos de un nuevo y superior espacio del mundo, todo ser humano debe comenzar su proceso de desarrollo partiendo de la primera casilla. Todos, sin excepción, debemos comenzar en el fulcro 1 y crecer y evolucionar a través de todos los estadios inferiores hasta llegar a alcanzar el nuevo estadio superior. De modo que, por más que, una persona nazca en una cultura visión-lógica global, su singladura deberá comenzar en el nivel fisiocéntrico e ir superando, a partir de ahí, los estadios biocéntrico, egocéntrico y sociocéntrico (2) . Y, cuanto más nivel de desarrollo tenga una determinada cultura, mayor es su probabilidad de que las cosas vayan mal pues, cuanta mayor es la profundidad de una sociedad, mayores son también las cargas impuestas sobre la educación y transformación de sus ciudadanos. La transformación del mundo implica, pues, un abismo cultural por superar. Al hilo de la anterior conclusión de Wilber, es imperativa una educación que contemple una antropología filosófica integradora de la racionalidad con la espiritualidad, una cuestión que implica inherentemente una reconstrucción epistemológica desde la filosofía transpersonal, como tesis de esta investigación. 2 - La educación como misión espiritual Este capítulo es una reproducción del capítulo 18 del libro FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y EDUCACIÓN TRANSRACIONAL “La educación no debería estar supeditada a los poderes políticos pervertidos ideológicamente, como lo está también la justicia, sino de libre acceso y gratuita como bien supremo al que pueda acceder todo ser humano” (Amador Martos, filósofo transpersonal). Sin embargo, el ejercicio de filosofar se ha convertido en un pensamiento complejo (Morin, 1994) en orden a tener una comprensión del mundo como sistema entrelazado. El estudio de lo complejo ha impactado también en el ámbito más directo de las interacciones de los seres humanos: la educación, la interpretación de la sociedad, la política, y la comprensión del momento actual que vive la humanidad. Esa complejidad, la expresa certeramente el filósofo francés Edgar Morin (2004:224): “Se trata de enfrentar la dificultad de pensar y vivir en la búsqueda de soluciones a los problemas contemporáneos y la construcción del futuro.” Para tal fin, Edgar Morin (2005: 661) nos indica el camino a seguir: “Educar para comprender las matemáticas o cualquier disciplina es una cosa, educar para la comprensión humana es otra; ahí se encuentra justamente la misión espiritual de la educación: enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.” Pero social y políticamente, ¿quién controla lo que hay que saber y cómo transmitirlo? Iván Illich (2011), ya en 1971, realizó una crítica a la educación tal y como se lleva a cabo en las economías modernas, pues considera que dicha educación se reduce al consumismo, forzando a los aprendices a cursar un currículo obligatorio que perpetúa la sociedad de clases. Si cada época en la historia ha requerido de un tipo de pedagogía o una escuela de pensamiento, ¿qué tipo de pedagogía y pensamiento requieren los tiempos actuales?   3 - Una educación transracional Este capítulo es una reproducción del capítulo 22 del libro FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y EDUCACIÓN TRANSRACIONAL Soy consciente de la dificultad cognoscitiva que entraña este trabajo de investigación al proponer una integración entre la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable como síntesis de saberes mediante una genuina intuición espiritual (intuición moral básica): una cuestión ética así aprehendida desde la no-dualidad por el sujeto cognoscente es el fundamento epistemológico por excelencia para una educación transracional que implemente la razón con el corazón (Toro, 2014), y se presenta como un imperativo para trascender la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental. La crisis de Occidente no es solo una crisis económica y política sino, eminentemente, una crisis social derivada a su vez de una crisis de conciencia, de profundidad, una crisis de pensamiento que debiera ser trascendida mediante la espiritualidad contemplada en la filosofía transpersonal, todo un giro participativo (Ferrer y Sherman, 2011) hacia el misticismo y el estudio de las religiones (Teología), cuestiones que convergen inevitablemente con la metafísica (Filosofía). Sin embargo, cambiar un paradigma de pensamiento no es tarea fácil, que se lo digan a Descartes, Kant, o el mismo Wilber. Se necesita años de investigación para hacer una aportación intelectual en orden a cambiar el pensamiento dominante: Descartes (1999) en el Discurso del método (3) , camufló sus reglas del pensamiento como “Discurso” en vez de “Tratado” para escapar así de una posible condena eclesiástica como había ocurrido poco tiempo antes con Galileo; Kant (2005) se enclaustró durante diez años para concluir su Crítica de la razón pura, y seis años más para obtener el correspondiente reconocimiento intelectual; Wilber (2005a) se encerró durante otros tres años para escribir su obra Sexo, Ecología, Espiritualidad. Yo soy más lento, llevo toda mi vida. Pero es que, este sistema, se las trae, pues han escondido las reglas del juego mediante el secuestro de las leyes, el dinero, la ciencia, la educación y el sistema productivo, todo ello bajo una oligarca globalización al servicio de un eufemístico pensamiento único neoliberal (Martos, 2017b); afortunadamente, vivimos tiempos de divulgación cósmica en la que todas las mentiras están saliendo a flote y dejando en evidencia al “Estado profundo” y su maquiavélica manipulación para esclavizar a la humanidad a través de la historia, la política, la economía, la ciencia y la educación, una cuestión que será aludida en el epílogo de esta obra. Para el resto de la humanidad, pobreza y esclavitud. Hay días que dan ganas de llorar y tirar la toalla. Pero la vida sigue y cada cual tiene que hacer aquello para lo cual se ha preparado, en mi caso, filosofar sobre la complejidad de nuestro mundo contemporáneo. A tal efecto, estoy totalmente de acuerdo con el filósofo francés Edgar Morin (1994) en que la humanidad se halla ante un “pensamiento complejo”, de difícil acceso para los inducidos ignorantes (Mayos et al., 2011) desde la atalaya del economicismo neoliberal (Navarro, 2012). Dicha ignorancia es extensiva también a nuestra actual cosmovisión del mundo bajo el influjo de la racionalidad positivista que predomina en El espejismo de la ciencia (Sheldrake, 2013) como adalid de la suprema “verdad”, marginando así a las humanidades como medio para una interpretación crítica de la realidad actual, como revitalización de la cultura, como reflexión sobre las grandes cuestiones personales y sociales, y como catalizadores de la creatividad (Alvira y Spang, 2006). 4 - La síntesis de saberes mediante la intuición espiritual Este capítulo es una reproducción del capítulo 23 del libro FILOSOFÍA TRANSPERSONAL Y EDUCACIÓN TRANSRACIONAL La síntesis cognitiva de las tres esferas kantianas (ello, yo y nosotros) -véase capítulo dos de la segunda parte- solo es posible ontológicamente en el sujeto cognoscente desde una visión no-dual mediante una genuina intuición espiritual (intuición moral básica), una cuestión ética que debe ser contemplada por una antropología filosófica que aúna la razón con el espíritu bajo el amparo de la filosofía transpersonal. Solamente así será posible trascender la brecha epistemológica entre la racionalidad y la espiritualidad, tal es la conclusión que se desprende de la renovada interpretación de la historia del pensamiento, de su ciencia y de la propia espiritualidad realizada en este trabajo de investigación. Y ese imperativo solo puede llevarse a cabo mediante un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa que incorpore la sabiduría perenne como trampolín para la sanación trascendental del ser humano. Por tanto, la síntesis de saberes mediante la intuición espiritual es un imperativo para trascender la racionalidad hacia la transracionalidad, y nos permite entrever qué nos puede deparar el futuro a cada uno de nosotros, a la sociedad en general y al universo del saber en su paradigmática trascendencia hacia la espiritualidad (4) en estas áreas del conocimiento: FILOSOFÍA: De la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal (Martos, 2017a). PSICOLOGÍA: De la psicología tradicional a la psicología transpersonal y, por tanto, de la conciencia personal a la conciencia transpersonal (Martos, 2017c). SOCIOLOGÍA: Del neoliberalismo al altermundismo (5) (Martos, 2017b). CIENCIA: De la filosofía materialista a la filosofía perenne (Martos, 2015). EDUCACIÓN: De la educación tradicional a La educación cuántica (Martos, 2018). ESPIRITUALIDAD: De las religiones exotéricas a la religión esotérica (6) (Wilber, 2005b). Esa síntesis de saberes mediante la intuición espiritual puede ser aprehendida mediante una visión no-dual -una epistemología hermenéutica- simbolizada en nuestro mándala epistemológico (7) (ver figura). La epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable son dos modos de saber que pueden ser sintetizados mediante una genuina intuición espiritual o intuición moral básica, una cuestión ética fundamentada bajo una antropología filosófica que contemple a la filosofía transpersonal como disciplina que estudia a la espiritualidad y su relación con la ciencia así como los estudios de la conciencia, lo cual implica una reconstrucción epistemológica desde la sabiduría perenne para lograr la sanación trascendental del ser humano. Así, la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento (Martos, 2018), es postulada como asignatura educativa y en una cuestión de sentido para una educación transracional que implemente la razón con el corazón (Toro, 2014). Por tanto, la síntesis entre la filosofía transpersonal y la educación transracional es una condición sine qua non para trascender así la crisis de conciencia en la que está inmersa la filosofía occidental. Consecuentemente, la filosofía transpersonal se constituye en un fundamento pedagógico y epistemológico para una educación transracional con una misión eminentemente espiritual. Solo así se me antoja que será posible un repensar humano para salvar el abismo cultural desde que Kant diferenció la ciencia (ello), la conciencia (yo) y la moralidad (nosotros), Dios libre de culpa a este inconmensurable pensador. La integración y síntesis de estas tres esferas kantianas del saber debe realizarse eminentemente en la conciencia de cada uno de nosotros, insisto una vez más, mediante una genuina intuición espiritual o intuición moral básica como sustrato ético de nuestros actos, pensamientos y sentimientos, pues como dijera Sócrates: “Aquel que quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a sí mismo” (Laszlo, 2004). Y para tal finalidad, la filosofía transpersonal y la educación transracional se presentan como un imperativo pedagógico más allá de la mente, hacia la profundidad de la conciencia, en palabras del dramaturgo inglés John Gay: “Sin lugar a dudas, es importante desarrollar la mente de los hijos, no obstante, el regalo más valioso que se le puede dar, es desarrollarles la conciencia”. Notas: (1) Para comprender de un modo psicológico y filosófico el concepto de “centauro”, es conveniente aludir a la trascendencia de los dualismos, una cuestión que se convierte en un eje de responsabilidad a afrontar por cada persona a lo largo de su vida. En su obra El espectro de la conciencia, Ken Wilber (2005b) diferencia explícitamente cuatro dualismos que, inexorablemente, debería trascender e integrar toda persona: El dualismo cuaternario: persona contra sombra. El individuo se oculta a sí mismo (inconscientemente) aquellos rasgos de su personalidad con los que no se encuentra nada contento; traza una frontera entre lo que le gusta de sí mismo (persona) y lo que no le gusta (sombra). Hasta que el individuo no acepte su sombra estará incompleto y siempre en lucha consigo mismo (el enemigo está en el mismo). Si el individuo se acepta e integra su sombra alcanza el siguiente nivel. El dualismo terciario: psique contra soma, o mente contra cuerpo. La frontera se traza entre el ego (persona + sombra) y su cuerpo. En este nivel el individuo es inconsciente de su cuerpo, piensa en sí mismo sin tener en cuenta su cuerpo o lo considera como un objeto. Si el individuo consigue eliminar esta frontera será más consciente de lo que él es en realidad y alcanzará el nivel del centauro (el centauro es un ser mitológico mitad humano mitad animal). El dualismo segundario: la vida contra la muerte, el ser contra el no ser. La frontera se traza entre el centauro (ego + cuerpo) y el resto del universo, la frontera ahora es nuestra propia piel. El individuo es ahora más consciente que nunca de su finitud (en el espacio y en el tiempo). La lucha no acabará hasta que desaparezca la última frontera y se acceda al último nivel. El dualismo primario: organismo contra medio ambiente, o yo contra otro. Se accede al Espíritu. La frontera ha desaparecido, se acabó la lucha inconsciente. El individuo ha vuelto al lugar de donde salió, o mejor, al lugar donde siempre estuvo. Es el concienciamiento de que sujeto y objeto son lo mismo, es la no-dualidad. La corriente externa e interna no son dos, sino una sola realidad que se reduce al misticismo contemplativo. (2) Véase el capítulo cinco de la segunda parte, titulado La evolución de la conciencia según Ken Wilber: hacia la no-dualidad. (3) El Discurso del método, cuyo título completo es Discurso del método para conducir bien la propia razón y buscar la verdad en las ciencias, es la principal obra escrita por René Descartes (1596-1650) y una obra fundamental de la filosofía occidental con implicaciones para el desarrollo de la filosofía y de la ciencia. Descartes tituló esta obra Discurso del método con una finalidad precisa. En una carta que dirige a Marin Mersenne le explica que la ha titulado Discurso y no Tratado para poner de manifiesto que no tenía intención de enseñar, sino solo de hablar. Con esto Descartes trata de alejarse de cualquier problema que pudiese surgir con sus contemporáneos por las ideas vertidas en esta obra y además escapa así de una posible condena eclesiástica como había ocurrido poco tiempo antes con Galileo y cuyas ideas Descartes no consideraba desacertadas. La locución latina “cogito ergo sum”, que en castellano se traduce frecuentemente como “pienso, luego existo”, es un planteamiento filosófico de René Descartes, el cual se convirtió en el elemento fundamental del racionalismo occidental. “Cogito ergo sum” es una traducción del planteamiento original de Descartes en francés: “Je pense, donc je suis”, encontrado en su famoso Discurso del método (Descartes, 1999). La frase de Descartes expresa uno de los principios filosóficos fundamentales de la filosofía moderna: que mi pensamiento, y por lo tanto mi propia existencia, es indudable, algo absolutamente cierto y a partir de lo cual puedo establecer nuevas certezas. (4) Véase el capítulo segundo de la primera parte, titulado El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad. (5) El nombre altermundismo viene del lema “Otro mundo es posible”, nacido en el Foro Social Mundial, que cada año reúne a movimientos sociales de izquierda de la política internacional, y que a finales del siglo XX convergieron en la crítica social al denominado pensamiento único neoliberal y a la globalización capitalista. (6) Según apunta Ken Wilber (2005b) en su obra El espectro de la conciencia (capítulo 9, páginas 328 a 333), el dualismo primario (ver nota 1 de este capítulo) al que se enfrenta todo ser humano es, por un lado, el conocimiento exotérico y, por otro lado, el conocimiento esotérico. El primer modo de conocer, el exotérico, es simbólico y se refiere al nivel existencial, así como a las religiones. Mientras que el existencialismo trata del dualismo segundario de la vida enfrentándose a la muerte, la religión lo trata negándola. Por consiguiente, el nivel existencial es también el de la religión exotérica, del intento del hombre de establecer una relación “a través” del dualismo primario con el omnipotente, omnisapiente y ominipresente “gran otro” o Mente. Por tanto, lo exotérico se refiere a la diversidad de las religiones culturales, sus idiosincrasias y paradigmas, es decir, a la diversidad de la gama biosocial. De ahí que el nivel existencial sea el de las diversas religiones exotéricas, mientras que el nivel de la Mente (no-dualidad entre sujeto y objeto) es el de la “unidad trascendente” de la religión esotérica: las religiones divergen en el nivel existencial y convergen en el nivel de la Mente. Por tanto, la unidad de las religiones puede enfocarse epistemológicamente, ya que con la emergencia del dualismo primario (exotérico versus esotérico), el modo no-dual de conocer (esoterismo: unidad de sujeto y objeto) se divide y fractura, provocando la generación del modo de conocimiento dualista entre sujeto y objeto (exotérico). Así, el modo esotérico no-dual de conocer queda supeditado al modo simbólico exotérico y, como dice Huston Smith cuando comenta la obra de Schuon, “la cuestión de la unidad y diversidad en las religiones se convierte en un tema de tipos psicológicos: el esotérico y el exotérico”. (7) Aunque desde la antigüedad se han utilizado los mándalas con fines contemplativos y religiosos, a partir de las investigaciones de Carl G. Jung (2009), los mándalas sobrepasan el ámbito del pensamiento místico y comenzaron a utilizarse también con fines terapéuticos (Ribera, 2009). Jung (2003) consideraba los mándalas como una representación arquetípica del inconsciente colectivo y con un poder extraordinario porque son imágenes sagradas que representan la psique integrada, un “sí-mismo” como el arquetipo central de lo inconsciente colectivo. Por excelencia, el “sí-mismo” es una unión de los opuestos cuyo símbolo es el círculo o mándala, representando así el fin último del proceso de individuación. Psicológicamente, los mándalas representan la totalidad de nuestro Ser, y dado que reflejan la psique humana, cada persona responde a ellos instintivamente, más allá de su edad, género, raza, cultura, etcétera, pudiendo asemejarse a un viaje hacia nuestra esencia, iluminando zonas del camino que hasta entonces habían permanecido obscuras y hasta ese momento ocultas, permitiendo que brote la sabiduría de nuestro inconsciente (Baguera, 2007). El mándala aquí argumentado como epistemológico (véase capítulo dos de la primera parte) postula la integración del saber científico (episteme de lo conmensurable) con la perenne espiritualidad (hermenéutica de lo inconmensurable), una fusión respectivamente de la razón con el espíritu en un ejercicio de trascendencia desde la no-dualidad (epistemología hermenéutica). Tradicionalmente se ha separado la epistemología y a la hermenéutica, puesto que la primera trata de lo conmensurable y la segunda de lo inconmensurable. Sin embargo, hoy en día es posible unir a la epistemología y la hermenéutica (Flores-Galindo, 2009), permitiendo justificar lo conmensurable y entender lo inconmensurable. Esos dos modos de saber posibilitan vislumbrar una conexión de la filosofía con la espiritualidad. La idea de un mándala epistemológico no es nueva en el ámbito científico. En el libro The Mind´s New Science: A History of the Cognitive Revolution, Howard Gardner (1985) describe mediante un “hexágono cognitivo” las interrelaciones de seis campos científicos: la filosofía, la psicología, la lingüística, las ciencias sociales, la computación electrónica y las neurociencias. Desde una perspectiva de la historia del pensamiento, se pretende de un modo similar desgranar las secuencias cognitivas a modo de paradigmas que operan y se retroalimentan con interdependencia entre seis áreas del conocimiento: la filosofía, la psicología, la sociología, la ciencia, la educación y la espiritualidad. Bibliografía: Alvira, R. y Spang, K. Humanidades para el siglo XXI. Navarra: Ediciones Universidad de Navarra, 2006. Baguera, Rashe. La fuerza del mándala. Málaga: Hojas de luz, 2007. Descartes, René. Discurso del método. Madrid: Ediciones escolares, 1999. Ferrer, Jorge y Sherman, Jacob. El giro participativo. Barcelona: Kairós, 2011. Flores-Galindo, M. 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Filosofia transpersonal

LA FILOSOFÍA TRANSPERSONAL: UN NUEVO PARADIGMA DE CONOCIMIENTO

Este artículo es una reproducción del capítulo 5 del preámbulo metodológico de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD (gratis en PDF) 1 - Génesis de la filosofía transpersonal La filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento fue inicialmente argumentada, en enero de 2015, en mi obra La educación cuántica, he aquí el resumen: “Desde el surgimiento de la física cuántica, la erudición ha dado un salto cualitativo y trascendente desde el universo material (objeto) a la conciencia humana (sujeto), como lo acreditan diversas áreas de la ciencia que, inapelablemente, remiten a la rehabilitación de la filosofía perenne. Las categorías científicas están convergiendo en la ciencia por excelencia, a saber, la ciencia de la conciencia. Y en ese campo, la filosofía transpersonal desarrollada por el filósofo Ken Wilber y la psicología transpersonal como la “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, se postulan como un nuevo paradigma de conocimiento que, inherentemente, requiere de una renovada cosmovisión de la historia, la ciencia y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva y educativa.” Posteriormente, en noviembre de 2015, la filosofía transpersonal fue argumentada, asimismo, como un nuevo paradigma filosófico en mi segundo artículo científico titulado El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad. Desde enero de 2015 a septiembre de 2018, La educación cuántica fue objeto de hasta cuatro ediciones revisadas y ampliadas, las cuales incorporaron diversos conceptos del pensamiento de Ken Wilber a modo de notas añadidas, entre las más importantes: la conciencia de unidad, La evolución de la conciencia según Ken Wilber, los veinte principios, y diversas notas menores en alusión a los cuatro cuadrantes. Nunca fue mi intención original convertirme en un experto del pensamiento de Ken Wilber, pero, ciertamente, a medida que se profundiza en la obra de este inconmensurable pensador considerado como el “Einstein de la conciencia”, se hace muy difícil soslayarse de sus investigaciones filosóficas, psicológicas y antropológicas. Es así como, poco a poco, me convertí en wilberiano, sin ninguna connotación peyorativa, más bien al contrario, ha sido todo un honor comprender la historia del pensamiento como nadie me la ha explicado durante los cinco años que estudié filosofía en la Universidad Central de Barcelona. Sobre el andamiaje epistemológico y hermenéutico del pensamiento de Wilber, fui construyendo artículo tras artículo y libro tras libro, mi propio pensamiento; y no con la intención de pretender destacar como filósofo, sino como terapia personal para superar y trascender el sufrimiento padecido con ocasión del desahucio de mi familia tras el embargo de nuestra vivienda: cuando el Estado salva a los bancos en detrimento de los ciudadanos, es síntoma de que algo no funciona bien en la sociedad, es una evidencia de que el perverso sistema capitalista solo sirve a los intereses de la jerarquía plutocrática. Ciertamente, el sufrimiento puede ser un revulsivo para el despertar espiritual, para dejar atrás a la noche oscura del alma, en definitiva, para investigar más en profundidad sobre el sentido de la vida y de nuestro lugar en este planeta y en el universo. Así es como me vi envuelto en cada vez más profundas investigaciones que concluyeron con publicaciones de artículos en diversas revistas científicas y congresos . Esos son los precedentes del libro que obra en sus manos estimado lector, en un intento de que mi experiencia existencial, mi sufrimiento psicológico y mis investigaciones filosóficas puedan ser de utilidad para las demás personas. Y lo que descubrí en ese deambular por las nubes del pensamiento es que, el saber sin amor, es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo: ahí radica la génesis del nuevo paradigma de conocimiento. De hecho, no descubrí nada nuevo, simplemente debía retornar a los clásicos como Platón y Kant, reinterpretados a luz de Ken Wilber, para darme cuenta que nacemos y vivimos bajo una jerarquía de dominio desde una perspectiva histórica, política, económica y educativa. Dicho de otro modo, la historia cultural que nos enseñan en el sistema educativo tradicional solo sirve a los intereses de la agenda oculta del “Estado profundo”: la humanidad vive esclavizada por fuerzas oscuras imperceptibles para la mayoría, sin embargo, vivimos tiempos de divulgación cósmica que puede dar lugar a un despertar colectivo masivo. Analógicamente y como argumento en mi primer artículo titulado La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico-transpersonal, nos hallamos a las puertas de un segundo renacimiento humanístico (el “nosotros” colectivo) como trascendencia al primer renacimiento humanístico (el “yo” individual). La conciencia sigue siendo el problema histórico por resolver de un modo filosófico, psicológico, científico y espiritual. Para tal tarea, seguí el proverbial aforismo “la verdad os hará libres” y asumí como misión espiritual investigar todos los límites hasta donde me permitiera la razón. Y de esa extenuante investigación ha surgido este noveno libro Ciencia, Filosofía, Espiritualidad. En esta obra, como corolario a todas las anteriores, establezco los fundamentos de la filosofía transpersonal y la educación transracional, dos neologismos inauditos en el ámbito académico tradicional, como he explicado en el séptimo artículo del capítulo anterior. 2 - Argumentación de la filosofía transpersonal Con dicha génesis y objetivos puestos en claro, esta obra se divide en tres partes: en la primera parte, se reproducen los siete artículos que fueron arbitrados y revisados por comités científicos para su publicación en revistas y congresos, todos ellos alusivos a la filosofía transpersonal y la educación transracional: la sinopsis de esos siete artículos ha sido expuesta en el capítulo anterior de este preámbulo metodológico. En la segunda parte, se argumenta a modo de glosario y epistemológicamente los conceptos más importantes de la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento. En la tercera parte, la filosofía transpersonal es contemplada, consecuentemente, como una cuestión de sentido para argumentar epistemológica y pedagógicamente a la educación transracional como misión espiritual. La fundamentación de la filosofía transpersonal se inicia en la segunda parte, como no podía ser de otra manera, con la interpretación del pensamiento platónico en el primer capítulo: el camino ascendente es el camino descendente. Es indiscutible que en el pensamiento de Platón -y especialmente en el centro de su pensamiento, esto es, en su doctrina de las ideas- se contienen motivos en los que se advierte y anticipa la empresa kantiana de examinar críticamente la razón humana, por lo que respecta a su capacidad y sus límites. En ese punto crucial de la historia del pensamiento, ya en el segundo capítulo, Wilber propone su teoría de los cuatro cuadrantes, entro los cuales se halla situado el Gran Tres diferenciado por Kant mediante sus Tres críticas: el arte (yo), la ciencia (ello) y la moral (nosotros). Dicho de otro modo, estamos hablando de las tres grandes categorías platónicas, de la Bondad (la moral, el “nosotros”), la Verdad (la verdad proposicional, la verdad objetiva propia del “ello”) y la Belleza (la dimensión estética percibida por cada “yo”). Wilber trata de desvelar Los logros superiores del Espíritu-en-acción, de describir la evolución de la conciencia que conduce desde los estadios inferiores hasta los estadios más elevados, los estadios espirituales o transpersonales, cuestiones todas ellas orientadas a partir de los cuatro cuadrantes. Dicho de otro modo, Wilber demuestra que estamos asistiendo en Occidente a un completo olvido de la profundidad espiritual, cuya realidad ha sido reducida a la visión de un mundo chato dominado por el materialismo científico. La filosofía se escindió así en dos senderos cognitivos: la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable, es decir, una divergencia entre ciencia y espiritualidad. Según Ken Wilber, son dos modos de saber diferentes pero complementarios, pues han sido reconocidos de una forma u otra en diversos momentos y lugares a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, la filosofía occidental se decantó por una razón materialista, despreciando la metafísica como “causa primera” en palabras de Aristóteles y, es por ello, que en el tercer capítulo es pertinente una argumentación específica sobre la metafísica. En dicho capítulo, se argumentan investigaciones desde la biología, las neurociencias y la física cuántica, para demostrar que los materialistas científicos han agotado su metodología empírica sustentada en el “ver para creer” y, como apuntan las citadas ciencias, hay un cambio de paradigma hacia el “creer para ver”, es decir, hacia la metafísica. Consecuentemente, esos dos modos de saber (racionalidad versus espiritualidad) inquieren ser estudiados y argumentados epistemológicamente en el cuarto capítulo. Los dos modos de saber argumentados por Ken Wilber, lleva a los más críticos a plantearse las siguientes cuestiones: ¿cómo se relaciona la física cuántica con lo místico?, ¿cómo evidenciar las raíces científicas que entronan con la espiritualidad? Para dar respuesta a ello, es pertinente remitirse a la obra El espectro de la conciencia de Ken Wilber. Wilber nos introduce a los conceptos de la no-dualidad, a los tres niveles de conciencia (ego, existencial y mental), y a la filosofía perenne. Ken Wilber, en esta magistral clase de filosofía de la ciencia, nos demuestra que hay dos modos de conocer: el método científico y el trascendental, diferentes pero complementarios. Esos dos modos de saber así argumentados y demostrados por Ken Wilber, permiten vislumbrar una trascendencia desde la epistemología de lo conmensurable (ciencia) hacia la hermenéutica de lo inconmensurable (espíritu) , lo cual implica el estudio de la evolución de la conciencia desde la dualidad entre sujeto-objeto hacia la no-dualidad, y ese será el objetivo del quinto capítulo: La evolución de la conciencia según Ken Wilber: hacia la no-dualidad. En dicho capítulo, Ken Wilber argumenta que la visión-lógica (una estructura de conciencia muy global e integradora) es aperspectivista en el sentido de que dispone de una multiplicidad de puntos de vista y no privilegia automáticamente ninguno de ellos sobre los demás. Pero cuando uno empieza a tener en cuenta todas las posibles perspectivas, todo comienza a moverse vertiginosamente. La conciencia aperspectivista que proporciona la visión-lógica puede llegar a ser muy desconcertante porque todos los puntos de vista empiezan a parecer relativos e interdependientes, no hay nada absolutamente fundacional, ningún lugar en el que apoyar la cabeza y decir ¡he llegado! Si tenemos en cuenta la relatividad de las distintas perspectivas, correremos el peligro de caer en una locura aperspectivista que termine paralizando la voluntad y el juicio. Y, en el sexto capítulo, realizo una dilucidación del concepto locura aperspectivista, argumentando que la evolución de la conciencia más allá de la razón presupone la necesidad de una psicología que vaya, por tanto, también más allá de la razón: una psicología transracional. En ese sexto capítulo, se alude en varias ocasiones a la conciencia de unidad, pero, dicho estado de conciencia, no es fácil lograr. Por lo tanto, en el séptimo capítulo se explica por qué no es fácil dicha tarea y cuáles deben ser las “resistencias” que debemos abandonar para alcanzar la conciencia de unidad, propio de un estado no-dual. Consecuentemente, en el octavo capítulo trato de explicar de una forma sencilla la esencia de mis pensamientos acerca de los conceptos “dualidad” y “no-dualidad” para todo aquel que no quiera perderse en lecturas complejas desde un punto de vista argumental en esta obra. En ese octavo capítulo se argumenta la sanación trascendental del ser humano mediante la experiencia mística. La cuestión es: ¿somos todos potencialmente místicos? La anterior cuestión acerca de las experiencias místicas, son desarrolladas en amplitud en el noveno capítulo, donde se concluye que la experiencia mística es un camino de introspección que permite una elevación hacia una experiencia trascendental y que, una de las puertas de acceso a ese estado inefable, es la meditación. Ello lleva a postular, en el décimo capítulo, la sanación trascendental de la humanidad mediante la meditación gracias al aval de estudios científicos. Entonces, la meditación ya no es una cuestión propia de los gurús espirituales, sino que, hay muchos estudios científicos que avalan los beneficios de la meditación, es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud. Consecuencia de lo anterior, en el onceavo capítulo, se argumenta que el despertar espiritual ya no es una cuestión individual solamente, sino, también, un inherente deber de la colectividad humana: es imperativa una educación transracional que posibilite la sanación trascendental desde la infancia gracias a la aplicación práctica de la meditación en los centros escolares, pues quedan demostrados sus espectaculares resultados. Y dicho despertar espiritual, tanto individual como colectivo, conduce ineludiblemente a considerar al amor como nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta. Pero, como el amor y la sabiduría son dos caras de la misma moneda (según la tradición platónica excelsamente explicada por Ken Wilber), es pertinente, entonces, en el doceavo capítulo argumentar a la sabiduría como ciencia para la sanación espiritual, lo cual lleva ineludiblemente a argumentar, en el treceavo capítulo, el camino ascendente hacia la sabiduría. Efectivamente, la sabiduría y el amor son los bálsamos para la sanación trascendental, y no pueden ser encapsulados y prescritos por un médico, sino que deben ser aprehendidos consciente y prácticamente por todo sincero buscador de la verdad. Porque no hay mayor verdad que el amor (espiritualidad), y el amor a la verdad es el camino (filosofía). El catorceavo capítulo argumenta cómo la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento visto en la segunda parte, se constituye en un fundamento epistemológico y pedagógico para una educación transracional como misión espiritual : la incorporación de la sabiduría perenne es un trampolín para la sanación trascendental del ser humano desde la infancia, tal será el objetivo de la tercera parte de esta obra.
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Ken Wilber

LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA, SEGÚN KEN WILBER: HACIA LA NO-DUALIDAD

Este artículo es una reproducción de la nota 137 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.). Este artículo está reproducido en la segunda parte de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD Extracto de la página 369: Concluyendo, la sabiduría (Droit, 2011) y el amor (Hüther, 2015) no pueden ser encapsulados y prescritos por un médico, sino que deben ser aprehendidos consciente y prácticamente por todo sincero buscador de la verdad. Porque no hay mayor verdad que el amor (espiritualidad), y el amor a la verdad es el camino (filosofía), todo un reto de integración entre la razón (yo) y el espíritu (nosotros) con la salvaguarda de la naturaleza (ello). Integrar el Gran Tres es el reto todavía pendiente para la humanidad desde que fue diferenciado por Kant mediante sus Tres críticas. El gran mérito de Wilber desde la perspectiva de la historia de la filosofía, es haber delineado los cuatro Rostros del Espíritu mediante los cuatro cuadrantes, es haber cartografiado los caminos de la evolución de la conciencia (1)(Grof, 1994) y haber señalado la profundidad que debe ser descubierta por cada uno de nosotros mediante la meditación. Wilber también nos describe un mundo chato dominado por el materialismo científico que impide con su dogmatismo epistemológico la integración con el Espíritu. No obstante, Wilber nos deja un análisis hermenéutico de la historia del pensamiento y de la evolución de la conciencia como pocos en el mundo, no en vano, es considerado como el “Einstein” de la conciencia. Nota (1): Sinopsis de La evolución de la conciencia según Ken Wilber (2005c: 214-318) en Breve historia de todas las cosas. Wilber distingue tres estadios evolutivos: el prepersonal, el personal y el transpersonal. -El estadio prepersonal (o pre-egoico): corresponde a los ámbitos inferiores que se caracteriza por los instintos y los procesos somáticos, los impulsos de orden emocional y sexual basados en percepciones simples y en emociones. Este estadio tiene tres etapas: sensorio físico (fulcro 1), el nacimiento del yo emocional (fulcro 2) y el nacimiento de la mente representacional (fulcro 3). -El estadio personal (o egoico): en este estadio se trasciende al estadio prepersonal, principalmente, por el nivel de interiorización, lo que Piaget llamó “egocentrismo decreciente”. Conseguir un mayor desarrollo implica la capacidad de trascender el punto de vista propio y encontrar uno superior. A su vez, también tiene tres etapas: la mente regla/rol (fulcro 4), el reflexivo formal (fulcro 5) y la visión-lógica o centauro (fulcro 6). -El estadio transpersonal (o trans-egoico), que se desarrolla también en tres etapas: el nivel psíquico que viene a ser la culminación del nivel personal de visión-lógica, y se caracteriza por un aumento del nivel de percepción y de las capacidades de la mente ordinaria (fulcro 7); el nivel sutil es un nivel intermedio de desarrollo espiritual, el cual implica el desarrollo del Dios personal, de los arquetipos y del misticismo genuino (fulcro 8); y el nivel causal, descrito como el self universal y sin forma, en palabras de Ken Wilber: “una conciencia de unidad sin fronteras que todo lo impregna…un ser que es esencialmente uno con el self Supremo” (fulcro 9). 1 -EN EL CAMINO HACIA LO GLOBAL Hoy en día se habla mucho de “perspectiva global”, de “conciencia global”, de pensar globalmente y de actuar localmente. Sin embargo, según Wilber, un mapa global es una cosa y un cartógrafo capaz de vivir de acuerdo a él otra completamente diferente. Una perspectiva global no es algo innato, el niño no nace con ella. Una perspectiva global es algo tan excepcional e infrecuente que hay pocos individuos que realmente la posean (recuerde que a mayor profundidad menor amplitud). La utilidad de los mapas supuestamente globales o sistémicos son mapas de la Mano Derecha, por el contrario, el asunto crucial consiste en el desarrollo de la Mano Izquierda, en suma, promover el desarrollo de los individuos hasta el punto en el que estén en condiciones de asentarse en una conciencia global. Es desde dentro y más allá de esta perspectiva global desde donde emergen los estadios genuinamente espirituales o transpersonales en la medida en que el Espíritu comienza a reconocer sus dimensiones globales. Por tanto es necesario un proceso de desarrollo y evolución que conduce hasta el Yo global, una escalera que es preciso subir peldaño a peldaño y que consta de nueve estadios de evolución de la conciencia. Fulcro 1: La incubación del yo físico En el momento del nacimiento, el bebé es un organismo fundamentalmente sensioromotor, un holón que incluye y trasciende a las células, las moléculas y los átomos que lo componen. En términos de Piaget, el bebé está identificado con la dimensión sensoriofísica, lo cual explica que ni siquiera pueda distinguir entre interior y exterior: el yo físico y el mundo físico se hallan fundidos, es decir, todavía no se han diferenciado. Este temprano estado de fusión suele denominarse “matriz primordial” porque es la matriz que irá diferenciándose a lo largo del proceso de desarrollo subsiguiente. La matriz primordial es simplemente la fase 1 del fulcro 1. Recordemos que, en cada uno de los fulcros del desarrollo, el yo debe atravesar un proceso trifásico (1-2-3): identificación con un determinado peldaño, diferenciación de ese peldaño hasta trascenderlo y, por último, integración e incluyéndolo en su propia estructura. Pero alrededor de los cuatro meses de edad, el niño comienza a diferenciar entre las sensaciones físicas del cuerpo y las del entorno que le rodea. El niño muerde una sabana y no le duele, pero se muerde el pulgar y sí le duele. Entonces es cuando empieza la diferenciación del fulcro 1, una fase que suele completarse en el primer año de vida, habitualmente entre los cinco y nueve meses de edad y se constituye en un proceso de “incubación” hasta el “nacimiento real” por así decirlo, del yo físico -o fase 2 del fulcro 1-. Fulcro 2: El nacimiento del yo emocional Una vez atravesado el fulcro 1, el niño ha trazado ya las fronteras de su yo físico pero todavía no ha establecido las fronteras de su yo emocional. Puede diferenciar su yo físico del entorno físico pero todavía no puede diferenciar su yo emocional de su entorno emocional, lo cual significa que su yo emocional permanece fundido o identificado con quienes le rodea, especialmente con la madre: esta es la fase de fusión con la que se inicia el fulcro 2. El hecho de que no pueda diferenciarse del mundo emocional y vital que le rodea le lleva a considerar al mundo como una extensión de sí mismo y, precisamente, este es el significado técnico del término “narcisismo”. Un narcisismo, en este estadio, que no es patológico sino perfectamente normal pues es todavía incapaz de pensar por sí mismo. Dicho de otro modo, su perspectiva es la única de la existencia y por ello, cuando juega al escondite, se cubre los ojos creyendo que si él no le ve a usted, usted tampoco podrá verle a él. Su identidad es biocéntrica porque se halla fundido con la biosfera interna y externa y, por tanto, sumamente egocéntrico pues carece de fronteras emocionales. Pero en algún momento entre los 15 y los 24 meses, el yo emocional comienza a diferenciarse del entorno emocional, lo que puede llamarse el “nacimiento psicológico del niño”. Es precisamente en ese momento en el que el yo pasa de la fase de fusión inicial a la fase de diferenciación del fulcro 2, cuando tiene lugar el “nacimiento emocional” del niño y comienza a despertar al hecho de que es un yo separado que existe en un mundo separado. Muchos teóricos consideran que este es el comienzo de la alienación, de la enajenación profunda, el dualismo básico, la escisión entre sujeto y objeto, el origen de la conciencia fragmentada. El mundo manifiesto es un lugar atroz y cuando los humanos toman conciencia de este hecho sufren terriblemente, y ese doloroso proceso es denominado como despertar. En ese momento, está comenzando a adentrase en el mundo del dolor y del sufrimiento, una pesadilla infernal ante la que solo tiene dos alternativas: regresar a la fusión anterior en la que no era consciente de la alienación, o seguir creciendo hasta llegar a superar esta alienación en el despertar espiritual. Cuando despertamos como yo emocional separado, con todo el gozo y el terror que ello implica, hemos trascendido realmente el estado de fusión anterior, hemos, en cierto modo, despertado, hemos ganado en profundidad y en conciencia, lo cual tiene su propio valor intrínseco. Fulcro 3: El nacimiento del yo conceptual Si todo va relativamente bien, el yo deja de estar exclusivamente identificado con el nivel emocional. Es entonces cuando comienza a trascender ese nivel y a identificarse con el yo mental o conceptual, momento que jalona el comienzo del fulcro 3 y de la mente representacional, la mente compuesta por imágenes, símbolos y conceptos a la que Piaget denomina estadio preoperacional. Las imágenes comienzan a aparecer alrededor de los siete meses de edad y se parecen tanto al objeto que representan que, si cierra los ojos e imagina un perro, esa imagen se asemeja mucho al perro real. Los símbolos, por su parte, también representan a los objetos pero son operaciones cognitivas más complejas y dominan la conciencia entre los 2 hasta los 4 años de edad, aproximadamente. En ese momento comienzan a aparecer los conceptos y gobiernan la conciencia desde los 4 a los 7 años. Si bien los símbolos representan a los objetos, los conceptos representan a un conjunto de objetos. Es entonces cuando despunta un yo especialmente mental, un yo conceptual que se identifica con la mente conceptual, hallándose así en presencia del fulcro 3 en el que el yo ya no es un manojo de sensaciones, impulsos y emociones sino un conjunto de símbolos y conceptos. En ese momento comienza a aparecer el mundo lingüístico, el mundo noosférico, lo cual provoca una auténtica revolución: hemos pasado de la fisiosfera del fulcro 1 hasta la biosfera del fulcro 2 y, ahora en el fulcro 3, comenzamos a adentrarnos en la noosfera. El mundo lingüístico es, en realidad, un nuevo mundo que nos abre a un nuevo espacio: ahora el yo puede pensar en pasado y planificar el futuro, y también puede comenzar a controlar sus funciones corporales y a imaginar cosas que no se hallan inmediatamente presentes ante sus sentidos. Pero el hecho de que pueda anticipar el futuro supone también que puede preocuparse y experimentar ansiedad, y el hecho de que pueda pensar en el pasado implica que puede sentir remordimientos y rencor. Los tres primeros fulcros hasta ahora vistos constituyen los tres primeros niveles del proceso de evolución de la conciencia, cada uno de los cuales nos brinda una diferente visión del mundo. Si la visión del mundo es el aspecto que asume el Kosmos desde un determinado peldaño de la escalera de la evolución de la conciencia, ¿qué aspecto tiene el Kosmos cuando usted dispone solo de sensaciones e impulsos? A este paisaje lo denomina Wilber visión arcaica del mundo (fulcro 1). Cuando a esa perspectiva se le agregan posteriormente imágenes y los símbolos aparece la visión mágica del mundo (fulcro 2); más tarde, cuando se le incorporan las reglas y los roles surge la visión mítica del mundo (fulcro 3); y con la emergencia del estadio operacional formal aparece el mundo racional, etcétera. Con la aparición de la visión racional del mundo, el sujeto comprende que no existe salvación mágica o mítica a menos que emprenda el correspondiente proceso de desarrollo y que, si quiere transformar la realidad, deberá hacerlo él mismo. Fulcro 4: El nacimiento del yo rol De ese modo llegamos al fulcro 4, a la estructura que Wilber denomina mente “regla/rol” y Piaget como estadio cognitivo operacional concreto (“conop”), un estadio que aparece alrededor de los 6 ó 7 años y que domina a la conciencia hasta algún momento entre los 11 y los 14 años: implica la capacidad de aprender reglas mentales y de asumir roles mentales y, lo que es realmente crucial, la capacidad de asumir el papel de los demás, lo cual constituye un extraordinario paso hacia adelante en el camino que conduce hacia lo global, en el camino que lleva a asumir una perspectiva mundicéntrica pues se halla en condiciones de asumir el rol de los demás. Por supuesto que todavía no ha alcanzado la perspectiva mundicéntrica, pero lo cierto es que está moviéndose en la dirección correcta porque ha comenzado a darse cuenta de que su visión no es la única del mundo. Ello supone un cambio total de la visión del mundo -un cambio de paradigma-, y conlleva un profundo cambio en la sensación de identidad, en la actitud moral y en las necesidades del yo. El cambio de paradigma que conduce de la modalidad de conciencia preconvencional a la modalidad convencional (desde el fulcro 3 hasta el fulcro 4) es un cambio que resulta evidente en la capacidad de asumir el rol de los demás, y a lo largo de todo es proceso, podemos advertir una continua disminución del egocentrismo puesto que la evolución global del ser humano apunta hacia estados cada vez menos egocéntricos. Pero la batalla evolución versus egocentrismo es también la contienda arquetípica global del universo y, según Howard Gardner, tal desarrollo humano puede ser considerado como una continua disminución del egocentrismo. Wilber resume el proceso de disminución del narcicismo como una secuencia que va del fisiocentrismo (fulcro 1) al biocentrismo (fulcro 2) y luego al egocentrismo (fulcro 3), tres estadios sucesivos en los que el egocentrismo es cada vez menor. Y, en el momento en que aparece la capacidad de asumir el rol de los demás, la perspectiva egocéntrica experimenta otro cambio radical y pasa de ser egocéntrica a sociocéntrica. Sin embargo, la actitud sociocéntrica o convencional tiende a ser muy etnocéntrica: la consideración y el respeto se han expandido desde mí hasta mi grupo, es decir, hasta incluir a quienes participan de la misma mitología, la misma ideología, la misma raza, el mismo credo, la misma cultura…pero no más allá. Por tanto, todavía no puedo pasar de una actitud sociocéntrica y etnocéntrica a una actitud auténticamente mundicéntrica o universal y pluralista, lo cual es propio del fulcro 5. Fulcro 5: El ego mundicéntrico o maduro Llegamos así al fulcro 5 entre los 11 y los 15 años que, en la cultura occidental, corresponde al estadio de las operaciones formales (“formop”). Del mismo modo que la estructura operacional concreta podía operar sobre el mundo concreto, la estructura formop permite operar sobre el pensamiento. Ya no se trata solo de pensar sobre el mundo sino de pensar sobre el pensamiento, algo, por cierto, que no es tan árido y abstracto como puede parecer a simple vista. En realidad es exactamente todo lo contrario, porque eso significa que la persona está en condiciones de comenzar a imaginar posibles mundos diferentes, lo cual le abre al mundo del auténtico soñador. A partir de entonces aparece la posibilidad de un mundo ideal y la conciencia de la persona puede soñar en cosas que no se hallan presentes, imaginar posibles mundos futuros y hacer lo necesario para transformar el mundo en función de esos sueños ya que es “la edad de la razón y de la revolución”. Asimismo, el hecho de pensar sobre el pensamiento posibilita la auténtica introspección, pues por vez primera el mundo interno se abre ante el ojo de la mente y el espacio psicológico se convierte en un nuevo y excitante territorio. Las imágenes internas danzan en el interior de la cabeza y estas no proceden de la naturaleza externa, del mundo mítico o del mundo convencional sino de una extraña y milagrosa voz interior. En este punto, la actitud moral pasa de ser convencional a ser postconvencional: a partir de ese momento, usted puede criticar a la sociedad convencional, pues el hecho de “pensar sobre el pensamiento” le permite “juzgar las normas” y, en cierto modo, puede trascenderlas. Este es el proceso trifásico característico del paso del fulcro 4 al fulcro 5: al comienzo, uno se halla fundido con las reglas y los roles convencionales, identificado con ellas (y en consecuencia, se encuentra a su merced y es un auténtico conformista); pero luego comienza a diferenciarse de ellas y a transcenderlas, logrando así una cierta libertad que le permite pasar al siguiente estadio superior (fulcro 5), en donde todavía deberá integrar estos roles sociales. En suma, el paso de lo sociocéntrico a lo mundicéntrico supone otra disminución del narcicismo, otro descentramiento, otra trascendencia, pues usted quiere saber qué es lo correcto y qué es lo adecuado, pero no solo para su pueblo sino para todo el mundo. Entonces es cuando asume una actitud postconvencional, global o mundicéntrica y, lo que es más importante, se aproxima a una actitud auténticamente espiritual o transpersonal. Por vez primera en todo el proceso de desarrollo y evolución de la conciencia disponemos de una perspectiva mundicéntrica o global, ¡un viaje muy largo por una carretera muy pedregosa en el camino que conduce a lo global! Y, lo que es más importante, esta plataforma mundicéntrica constituye el trampolín para acceder a cualquier desarrollo posterior superior. Se trata de un cambio irreversible, de una transformación que no tiene posible vuelta atrás puesto que, una vez que contempla el mundo desde una perspectiva global, ya no puede dejar de hacerlo. Por primera vez en el curso de la evolución, el Espíritu contempla a través de sus ojos y ve un mundo global, un mundo descentrado del yo y de lo mío, un mundo que exige atención, respeto, compasión y convicción, un Espíritu que solo se expresa a través de la voz de quienes tienen el coraje de permanecer en el espacio mundicéntrico y no caer en compromisos inferiores más superficiales, lo cual está directamente relacionado con la actitud moral. La moralidad convencional es sociocéntrica mientras que la moral postconvencional es mundicéntrica y está basada en el principio del pluralismo universal o multiculturalismo. Pero tenemos que ser muy cuidadosos, pues debe recordarse que la actitud propia del fulcro 5 es muy infrecuente, muy elitista y muy difícil de lograr. Cuando usted ha evolucionado desde la perspectiva egocéntrica hasta la etnocéntrica y la mundicéntrica, no le resultará difícil comprender que todos los individuos son merecedores de la misma consideración y de las mismas oportunidades, sin importar raza, sexo o credo. La actitud universalmente pluralista es realmente multicultural y postconvencional. El problema es que la mayor parte de los individuos con los que se relaciona todavía son esencialmente egocéntricos o etnocéntricos y, en consecuencia, no comparten su universalismo. De este modo, usted se ve obligado a mostrar una tolerancia universal con individuos que no son igual de tolerantes que usted. Es así como los multiculturalistas suelen terminar atrapados en varias flagrantes contradicciones: la afirmación de que no son elitistas. Según afirma un determinado estudio, solo el 4% de la población de Estados Unidos ha alcanzado la actitud pluralista postconvencional y mundicéntrica, una actitud, pues, muy infrecuente y muy elitista. Pero los multiculturalistas que afirman no ser elitistas deben mentir sobre su propia identidad, lo cual termina conduciéndoles por caminos muy ambiguos y hasta padecer una crisis de identidad global. Su postura oficial es que cualquier tipo de elitismo es malo pero su yo real es, de hecho, un yo elitista y, en consecuencia, se ven abocados a disfrazarlo y a distorsionarlo, a mentir, en suma. Esta es la patología típica del fulcro 5, una patología de la mente adolescente que todavía sigue atrapada en una variante de la disociación del fulcro 5, del desastre de la modernidad, una postura que afirma haber superado ya a la modernidad pero que, no obstante, sigue completamente atrapada en ella y se ve obligada a mentirse a sí misma. Lo anterior nos lleva a una espantosa situación, a la policía del pensamiento, lo que fue denominado por Orwell en 1984 como newspeak, que parece estar en todas partes y ha terminado secuestrando a todos los universalistas. Con el newspeack, Orwell se refiere a una forma retórica en la que, bajo un disfraz de objetividad, se está sirviendo, de hecho, a objetivos políticos o ideológicos, alentando así la fragmentación egocéntrica y etnocéntrica y la política de la injusticia, la política del narcicismo. Fulcro 6: La integración corpomental del centauro. La estructura básica de este estadio es visión-lógica, o lógico-global, una estructura de conciencia muy global e integradora. En el momento en que el centro de gravedad del yo se identifica con la estructura visión-lógica, en el momento en que la persona vive desde ese nivel, su personalidad se integra y su yo puede comenzar realmente a asumir una perspectiva global y no simplemente hablar de ella. De modo que la capacidad integradora de la estructura visión-lógica sirve de soporte a un yo integral, un estadio denominado por Wilber como centauro, un estadio en el que tiene lugar una integración entre el cuerpo y la mente, entre la biosfera y la noosfera, que configuran un yo relativamente autónomo, un yo que ha superado el aislamiento, el atomismo y el egocentrismo, un yo integrado en redes de responsabilidad y servicio. Es decir, el yo observador está comenzado a transcender la mente y el cuerpo y, en consecuencia, puede ser consciente de ambos como objetos de conciencia, como experiencias. No es que la mente contempla el mundo, sino que el yo observador contempla, al mismo tiempo, la mente y el mundo, y por ese mismo motivo comienza a integrar la mente y el cuerpo. Por ello se le denomina centauro. En este punto de la evolución usted se encuentra, por así decirlo, a solas consigo mismo, dejando atrás la fe ciega en los roles y las reglas convencionales de la sociedad, superando la actitud etnocéntrica y sociocéntrica y se adentra en un espacio mundicéntrico en el que el sujeto explora los dominios más profundos y genuinamente espirituales. La visión-lógica es aperspectivista en el sentido de que dispone de una multiplicidad de puntos de vista y no privilegia automáticamente ninguno de ellos sobre los demás. Pero cuando uno empieza a tener en cuenta todas las posibles perspectivas, todo comienza a moverse vertiginosamente. La conciencia aperspectivista que proporciona la visión-lógica puede llegar a ser muy desconcertante porque todos los puntos de vista empiezan a parecer relativos e interdependientes, no hay nada absolutamente fundacional, ningún lugar en el que apoyar la cabeza y decir ¡he llegado! Si tenemos en cuenta la relatividad de las distintas perspectivas, correremos el peligro de caer en una locura aperspectivista que termine paralizando la voluntad y el juicio. La afirmación de que “todo es relativo y de que no hay nada mejor ni peor que otra cosa” soslaya el hecho de que esta misma actitud es mejor que las actitudes alternativas, cayendo entonces en la llamada contradicción performativa. Y los multiculturalistas que ocasionalmente alcanzan el nivel visión-lógico suelen caer en la locura aperspectivista. La dimensión aperspectivista a la que nos permite acceder la estructura visión-lógica no supone que el Espíritu se haya quedado ciego a lo largo del proceso, sino que está contemplando el mundo a través de infinitos y milagrosos puntos de vista, un nuevo descentramiento, una trascendencia más, una nueva espiral en el proceso evolutivo que trasciende al egocentrismo. La tarea fundamental del fulcro 6 es la emergencia del yo auténtico, del yo existencial y, como decía Heidegger, el yo finito debe morir y la magia, los dioses míticos y la ciencia racional no pueden salvarlo. El descubrimiento del auténtico ser-en-el-mundo, búsqueda de la auténtica individualidad-en-la-comunión-, exige la asunción de la propia mortalidad y finitud. Dado que los existencialistas no reconocen ninguna esfera de conciencia superior, quedan atrapados en la visión existencial del mundo que restringe sus percepciones exclusivamente a lo que queda dentro de su horizonte. Cualquier afirmación de la existencia de una dimensión superior será recibida con una fría mirada y la vergonzosa acusación de “inautenticidad” caerá sobre su cabeza. Así, pues, la fase de fusión del fulcro 6 se halla atrapada en el centauro y en la visión existencial del mundo. Desde este punto de vista, la angustia constituye el único referente de la autenticidad. ¿Qué sentido tiene lo personal si uno está abocado a la muerte? ¿Para qué vivir en esas circunstancias? Esta preocupación por el sentido y por la falta de sentido tal vez sea el rasgo central característico de las patologías propias del fulcro 6 y la terapia correspondiente es la terapia existencial. El centauro constituye un yo integrado y autónomo y, en consecuencia, debería ser un estado feliz, pleno y gozoso y el sujeto debería estar continuamente sonriendo. Pero no es eso lo que ocurre sino que constituye un yo profundamente desdichado. Es integrado y autónomo… pero también miserable: ha probado todo lo que el dominio de lo personal puede ofrecerle y no le resulta satisfactorio. Por ese motivo esta alma ha dejado de sonreír. El mundo ha perdido su sentido en el mismo momento en que el yo alcanzaba sus mayores triunfos. Ha llegado el momento del banquete y el sujeto ha descubierto en él el sonriente y silencioso semblante de la calavera. ¿A quién podré cantar canciones de alegría y exaltación? ¿Quién escuchará mis llamadas de auxilio en el silencio aterrador de la oscura noche? Para el alma existencial, todos los deseos han perdido su sentido porque, a fuerza de mirar cara a cara la existencia, ha terminado enfermando. El alma existencial es un alma para la que lo personal se ha convertido en algo completamente insubstancial, un alma, en otras palabras, que se halla en la antesala misma de la dimensión transpersonal. 2 - LOS DOMINIOS SUPRACONSCIENTES Habíamos dejado el proceso de desarrollo en el nivel del centauro, un nivel en el que el yo observador tomaba conciencia de la mente y del cuerpo y, en ese mismo sentido, comenzaba a trascenderlo. Pero, ¿qué es el yo observador? La respuesta que suelen dar los grandes sabios y místicos del mundo a esta pregunta es que el yo observador conduce directamente a Dios, el Espíritu o la Divinidad, que, en las profundidades últimas, nuestra conciencia intersecta con el infinito. Ese yo observador suele ser llamado Yo (con mayúscula), Testigo, Presencia pura, conciencia pura, un rayo directo de lo Divino que, en opinión de los grandes sabios y místicos de todo el mundo, es el Cristo, el Buda o la misma Vacuidad. En el estadio del centauro, la conciencia simplemente está comenzando a desidentificarse de la mente, motivo por el cual puede contemplarla, verla y experimentarla. La mente ya no es un mero sujeto sino que está comenzando a convertirse en objeto, un objeto del Yo observador, un objeto del Testigo. Por ese motivo las tradiciones místicas, contemplativas y yóguicas aparecen en el momento en que la mente nos abandona, en el momento en el que el Yo observador comienza a transcender la mente, a ser transmental, supramental o supermental o, como podríamos decir, transracional, transgoico o transpersonal. ¿Qué sucede cuando va más allá o detrás de la mente, hasta una dimensión que no se halla confinada al ego ni al yo individual? “Existe una esencia sutil que impregna toda realidad”, comienza diciendo una de las respuestas más conocidas a esta pregunta, “es la realidad de todo lo que es, el fundamento de todo lo que es. Esa esencia lo es todo. Esa esencia es lo real. Y tú, tú eres eso.” El Yo observador, dicho en otras palabras, termina desplegando su propio origen, que es el mismo Espíritu. Y los distintos estadios de crecimiento y desarrollo transpersonal son fundamentalmente los estadios que sigue el Yo observador en el camino que conduce hasta su última morada, el Espíritu puro, la Vacuidad pura, sustrato, camino y gozo de todo el proceso de desarrollo. En esos estadios superiores nos encontramos con un puñados de hombre y mujeres que se esforzaron -y siguen esforzándose- por ir más allá de la normalidad promedio impuesta por el sistema y ascender hasta alcanzar las dimensiones superiores de la conciencia, y, en esa búsqueda, se unen a un pequeño grupo de personas afines y desarrollan prácticas, instrucciones o paradigmas que despliegan estos mundos superiores, experimentos interiores, en suma, que permitirán que otros reproduzcan sus descubrimientos y verifiquen (o refuten) sus hallazgos. Así es como hoy en día disponemos de mapas y caminos procedentes de todas las grandes tradiciones contemplativas, orientales y occidentales, tanto del Norte como del Sur, y podemos contrastarlos y compararlos. Basándose en el estadio actual de la investigación, podemos afirmar que existen, al menos, cuatro estadios principales del desarrollo y de la evolución transpersonal, cuatro niveles a los que Wilber denomina: psíquico, sutil, causal y no dual, cada uno de los cuales nos proporciona una visión diferente del mundo, a los que llama, respectivamente, misticismo natural, misticismo teísta, misticismo informe y misticismo no dual. Sus visiones del mundo son muy concretas y difieren claramente entre sí (cada una de ellas posee una estructura, cognición, sensación de identidad, actitud moral, necesidades, etcétera, diferentes). El desarrollo real del yo en los estadios transpersonales no es estrictamente lineal, sino que está salpicado por todo tipo de saltos hacia adelante, de retrocesos y de movimientos espiralados. No obstante, el centro de gravedad del yo tiende a organizarse en torno a una determinada estructura básica superior predominante, tiende a identificar su centro de gravedad con una determinada estructura alrededor de la cual giran la mayoría de sus percepciones, de sus respuestas morales, de sus motivaciones, de sus impulsos, etcétera. Fulcro 7: El nivel psíquico En opinión de Wilber, el nivel psíquico constituye un estadio de transición entre la realidad cotidiana ordinaria -sensoriomotora, racional y existencial- y los dominios propiamente transpersonales. Su estructura profunda ha dejado ya de estar exclusivamente atada al ego y al centauro individual. Puede disolver provisionalmente la sensación de identidad separada (el ego o el centauro) y experimentar entonces lo que Wilber denomina el misticismo natural, la identificación con el mundo ordinario o sensoriomotor. En esta fase, usted se ha convertido en un “místico de la naturaleza” y su Yo superior puede ser llamado Yo eco-noético, aunque algunos lo llamen Alma del Mundo. Desde la conciencia global y mundicéntrica que pertenece al ámbito de todos los seres humanos, se da un nuevo paso hacia adelante que conduce a la experiencia real de su identidad esencial, no solo con todos los seres humanos sino con todos los seres vivos. No es que usted forme parte de la naturaleza sino que la naturaleza forma parte de usted, y es por ello que, a partir de ese momento, usted comienza a tratar a la naturaleza del mismo modo que trata a sus pulmones o sus riñones. Es entonces cuando una ética ambiental espontánea brota de su corazón. Fulcro 8: El nivel sutil El nivel sutil se refiere simplemente a aquellos procesos que son más sutiles que la conciencia vigílica ordinaria, las iluminaciones y los sonidos interiores, las formas y las pautas arquetípicas, las corrientes y las cogniciones extraordinariamente beatíficas, los estadios expandidos de amor y la compasión. A este tipo de misticismo se le denomina misticismo teísta porque implica nuestra propia Forma Arquetípica, la unión con Dios y constituye el comienzo de la fase de fusión del fulcro 8. Ya no se trata, por tanto, del misticismo natural sino un cuerpo de transformación que trasciende e incluye el dominio natural pero que no se halla limitado a él. De este modo, el misticismo natural termina dando lugar al misticismo teísta. Estas estructuras profundas de esos niveles superiores se hallan presentes de manera potencial en todos los seres humanos, pero, en la medida en que van comenzando a desplegarse, sus estructuras superficiales reales van siendo moldeadas por los cuatro cuadrantes, es decir, por las pautas intencionales, conductuales, culturales y sociales. Pongamos, a modo de ejemplo, a una persona que ha experimentado una intensa iluminación interior, una iluminación propia del nivel sutil (tal vez una experiencia de aproximación a la muerte). Si esa persona es cristiana podría interpretarla como Cristo, mientras que si es budista lo interpretará como el cuerpo de beatitud del Buda, pero si es junguiana lo haría como una experiencia arquetípica del Yo, etcétera. Las profundidades deben ser interpretadas y esas interpretaciones no son posibles fuera del contexto que proporciona muchas de las herramientas necesarias para llevar a cabo la interpretación: es inevitable que el sustrato individual, el sustrato cultural y las instituciones sociales proporcionen el sustrato necesario para interpretar estas experiencias profundas. Estamos hablando de acontecimientos ontológicamente reales, de eventos que existen y tienen referentes reales, aunque esos referentes, obviamente, no existen en el espacio sensoriomotor, ni en el espacio racional, ni tampoco en el espacio existencial. Esas experiencias existen en el espacio sutil del mundo, ahí es donde realmente podrá encontrar evidencias palpables de su existencia. Las revelaciones experienciales reales aparecen directamente en la dimensión sutil de la realidad y luego son interpretadas en función del sustrato de esos individuos. Dicho de otro modo, el espacio sutil es el trasfondo del que emana esta realidad ontológica profunda. No se trata de meras corazonadas teóricas o de simples postulados metafísicos, sino de una experiencia meditativa imposible de comprender hasta que se realice la experiencia. No se trata de imágenes que se mueven en el espacio mítico ni de conceptos filosóficos que existan en el espacio racional, sino de experiencias meditativas que aparecen en el espacio sutil. De modo que la experiencia meditativa puede proporcionarle los datos arquetípicos que luego deberá interpretar. Y la interpretación más comúnmente aceptada es que usted está contemplando las formas básicas y los fundamentos del mundo manifiesto, contemplando directamente el Rostro de lo Divino. Como decía Emerson, que los intrusos se quiten los zapatos porque nos adentramos ahora en los dominios del Dios interior. Fulcro 9: Lo causal Los modernos investigadores desdeñan como “mera metafísica” a los arquetipos que nos permiten contemplar el Rostro de lo Divino, porque no puede ser demostrado. Pero el hecho es que, para ello [contemplar el Rostro de lo Divino mediante los arquetipos], usted debería llevar a cabo el experimento y descubrir los datos por sí mismo y luego tendría que interpretarlos. Si no lleva a cabo el experimento -la meditación, el modelo, el paradigma- carecerá de los datos necesarios para llevar a cabo la interpretación. Si usted trata de explicarle a alguien que se halle en la visión mágica o mítica del mundo que la suma de los cuadrados de los catetos de un triangulo rectángulo es igual al cuadrado de la hipotenusa, no llegará muy lejos, porque se trata de un algo ajeno al mundo empírico y que carece, en consecuencia, de localización simple. Y no por ello, sin embargo, su afirmación dejará de ser completamente cierta. Usted está realizando un experimento matemático en el interior de su conciencia, una experiencia cuyos resultados pueden ser verificados por quienes lleven a cabo el mismo experimento. Se trata de algo público, reproducible y falseable, de un conocimiento comunal cuyos resultados existen en el espacio racional del mundo y pueden ser fácilmente corroborados por todos aquellos que realicen el experimento. Y esto mismo es aplicable para cualquier otro tipo de experiencia interior de la conciencia, de los cuales la meditación es uno de los más antiguos, estudiados y reproducidos. Mantener, pues, una actitud escéptica es sumamente saludable, pero yo le invito a llevar a cabo ese experimento interior conmigo, a descubrir los datos por sí mismo, y luego le ayudaré a interpretarlos. Pero, en el caso de que no quiera llevar a cabo el experimento, no deberá reírse de quienes sí lo hacen. Las Formas arquetípicas o sutiles emergen directamente de la Vacuidad, de lo causal, que es el siguiente estadio, el fulcro 9. Cuando usted medita tratando de descubrir al Yo observador, cuando usted busca el Testigo y llega hasta su mismo origen en la Vacuidad pura, ningún objeto aparece en la conciencia. Se trata de un estado discreto e identificable de conciencia, la absorción, o cesación sin manifestación conocida también como nirvana clásico. Este es el estado causal, un estado discreto que suele equipararse al estado de sueño profundo sin sueños, un estado, sin embargo, que no es un mero vacío sino que, por el contrario, se experimenta como la plenitud más completa, un estado rezumante de Ser, una plenitud que ninguna manifestación puede llegar a contener. Este Yo puro que nunca puede ser visto como objeto es la Vacuidad pura. Y aunque todo ello puede parecer muy abstracto, conviene ser más concreto. Si le preguntase ¿quién es usted?, ciertamente, usted podría enumerar todas las cosas que sabe sobre sí mismo (soy un padre, soy un marido, etcétera). Todas las cosas que sabe de sí mismo son objetos de su conciencia, son imágenes, ideas, conceptos, deseos o sentimientos que desfilan ante su conciencia. Pero ninguno de los distintos objetos que pueblan su conciencia es el Yo observador. Así pues, cuando usted se describe a sí mismo enumerando todos esos objetos, usted está simplemente enumerando una retahíla de identidades erróneas, una lista de lo que usted no es, una sarta, en suma, de mentiras. ¿Quién es, pues, realmente El Que Ve? ¿Quién, o qué, es el Yo observador? Este Yo profundamente interno contempla el mundo externo y también contempla sus pensamientos internos. Este Vidente ve el ego, el cuerpo y el mundo natural. Todo esto desfila “ante” el Testigo. Pero El Que Ve no puede ser visto, es el Yo-Yo que es consciente del Yo individual pero que no puede ser visto. Preste mucha atención y pregúntese ¿qué o quién soy Yo? Cuando usted penetre en la Subjetividad pura, en el Vidente puro, descubrirá que no se trata de un objeto. Si logra permanecer sereno en esta conciencia observadora -contemplando la mente, el cuerpo y la naturaleza que le rodea- comenzará a darse cuenta de que está experimentando una sensación de libertad, de liberación, una sensación de no estar atado a ninguno de los objetos que desfilan frente a usted sino que simplemente reposa en una inmensa libertad. Usted es una apertura, un claro, una Vacuidad, un espacio abierto en el que se desplazan todos esos objetos. El Testigo puro es una Vacuidad pura en la que todos los sujetos y objetos individuales aparecen, permanecen un tiempo y terminan desvaneciéndose. De modo que el Testigo puro no es nada que usted pueda ver. Cuando usted descansa en el Testigo lo único que experimenta es una amplia Vacuidad, una vasta Libertad. El Testigo es la liberación última. Las cosas aparecen en la conciencia, permanecen durante un tiempo y terminan desapareciendo; vienen y van. Las cosas aparecen en el espacio y se mueven en el tiempo, pero el Testigo puro no va ni viene, no aparece en el espacio ni se mueve en el tiempo. El Testigo es como es, omnipresente e inmutable, nunca entra en la corriente de la vida, del espacio, del nacimiento o de la muerte. El Testigo es consciente del espacio, consciente del tiempo y, por tanto, es libre del espacio y libre del tiempo. Es atemporal y aespacial, es el puro Vacío a través del cual desfilan el tiempo y el espacio. Y al ser atemporal, es eterno, un Yo puro que no ha nacido nunca y, al ser No Nacido, también es Inmortal. Y es precisamente la existencia de esta inmensa Vacuidad, de lo No Nacido la que puede permitirnos liberarnos de lo nacido y de lo creado, liberarnos del sufrimiento inherente al espacio, el tiempo y los objetos, emanciparnos del mecanismo de terror intrínseco al valle de lágrimas denominado samsara (Forma o mundo manifiesto). El Testigo, en sí mismo, es lo causal sin manifestar, la misma vacuidad pura. Y si, a modo de ejercicio yóguico, usted sigue investigando profundamente en la fuente, en la Subjetividad pura de El Que Ve, esa es la cesación; un estado yóguico real discreto (la fase de fusión correspondiente al fulcro 9), en la que nos adentramos ya en los dominios del misticismo sin forma en el que todos los objetos, incluido Dios como forma percibida, se desvanecen en la cesación, y el misticismo teísta desaparece para dejar paso al misticismo sin forma. Son muchas las formas en que puede arribar al origen sin manifestar del Testigo y no es preciso que lo haga en la forma especialmente yóguica que acabamos de señalar. ¿Por qué se le llama causal? Porque es el soporte o el sustrato creativo de todas las otras dimensiones. La creatividad forma parte del sustrato básico del universo. De alguna forma, milagrosamente, emergen nuevos holones. Usted puede llamar a ese sustrato creativo como más le guste: Dios, Diosa, Tao, Brahman, etcétera. Los más científicamente orientados, como Jantsch, por ejemplo, tienden simplemente a llamarlo capacidad “autotrascendente” del universo. El nombre, de hecho es lo que menos importa, lo importante, lo sorprendente -lo auténticamente milagroso- es que algo aparezca. Los holones emergen como sujetos y objetos, de manera singular y plural -es decir, los cuatro cuadrantes- y se desarrollan siguiendo los veinte principios, que es simplemente la forma en la que se despliega la pauta de toda manifestación, una pauta que es uno de los potenciales de la Vacuidad. Esa misma Vacuidad, como conciencia, se hallaba presente desde el comienzo en la profundidad de todo holón, una profundidad que va despojándose poco a poco de todos sus ropajes hasta que termina perdiendo toda forma, hasta que su profundidad sondea el infinito, hasta que su tiempo entra en la eternidad, hasta que su espacio interior se convierte en la totalidad del espacio y su individualidad deviene la misma Divinidad, el sustrato, el camino y el gozo de la Vacuidad. Lo no dual Muchas tradiciones consideran que dicho estado de cesación es el estado último, el punto final de todo desarrollo y evolución, un estado que se equipara con la iluminación plena, con la liberación última, con el nirvana puro. Pero para las tradiciones no duales este no es el punto final. Lo causal termina dando paso a lo no dual y el misticismo sin forma se convierte en misticismo no dual: “Forma es Vacuidad y Vacuidad es Forma”. Técnicamente hablando, usted se ha des-identificado incluso del Testigo y lo ha integrado con toda manifestación; en otras palabras, ha alcanzado las fases 2 y 3 del fulcro 9, que terminan conduciendo al fulcro 10 (que no es tanto un fulcro o nivel separado como la Esencia misma de todos los niveles, de todos los estados, de todas las condiciones). Y este es el segundo y más profundo significado de la Vacuidad. No es un estado discreto sino la realidad misma de todos los estados, La Esencia de todos los estados. En tal caso, usted ha dejado atrás lo causal y se ha adentrado en lo no dual. La experiencia de esta Esencia no dual es similar a la experiencia de unidad natural que antes discutíamos, excepto en el hecho de que, en este caso, la unidad no se experimenta solo con las formas ordinarias que existen “fuera de aquí”, sino también todas las Formas sutiles que existen “aquí”, es decir, no solo existe el misticismo natural y el misticismo teísta, sino también la integración de los tres tipos anteriores de misticismo. Dicho en forma más directa y no tan técnica, la sensación de ser una especie de Vidente, Testigo o Yo se desvanece por completo. Usted no contempla el cielo, es el cielo. Usted degusta el cielo porque el cielo ya no se halla fuera de usted: la conciencia ya no está dividida en un sujeto que ve desde “aquí” a un objeto que se encuentra “ahí”, sino lo único que hay es la pura visión en la que la conciencia y su despliegue son no-dos. No se trata de que lo que hay “ahí” se refleje “aquí”, porque la dualidad es ajena a la inmediatez de la experiencia real. La realidad misma es no dual. Usted sigue siendo usted y las montañas siguen siendo las montañas, pero usted y la montaña son las dos facetas de la misma experiencia, la única realidad presente en este momento. Ya no tendrá una experiencia, sino que se convertirá en la experiencia. Su cuerpomente se ha desvanecido, usted se ha liberado para siempre de esa prisión, ya no se halla “detrás del rostro” contemplando el Kosmos, sino que usted, simplemente, es el Kosmos. En modo alguno se trata, pues, de un estado en el que sea difícil entrar porque, de hecho, es un estado del que resulta imposible salir. Usted siempre ha estado en Él. De modo que este estado no dual engloba la dualidad de la mente y el cuerpo, de la Mano Izquierda y la Mano Derecha. En consecuencia, no es posible resolver el conflicto inherente a todos los dualismos en el plano relativo. Este conflicto, en realidad, no puede resolverse, solo puede disolverse, porque resulta imposible reducir el sujeto al objeto o el objeto al sujeto y lo único posible es reconocer el sustrato primordial del que ambos son un mero reflejo incompleto. Este es el motivo por el cual los dilemas inherentes a esos dualismos -entre mente y cuerpo, mente y cerebro, conciencia y forma, mente y naturaleza, sujeto y objeto, derecha e izquierda- no podrán resolverse jamás en un plano relativo, y la filosofía convencional es incapaz de resolverlos. Este es un problema que no se resuelve sino que se disuelve en el estado primordial, lo cual, dicho de otro modo, deja los dualismos tal y como son, es decir, poseyendo una cierta realidad convencional o relativa, lo suficientemente real en sus propios dominios pero, en modo alguno, la realidad absoluta. Williams James y Bertran Rusell estuvieron de acuerdo en este punto crucial, la no dualidad de sujeto y objeto en la conciencia inmediata. Obviamente, lo mismo han estado diciendo durante milenios casi todos los místicos y sabios contemplativos, pero James fue el primero en sostener esta postura dentro del campo de la filosofía occidental… y, en el camino, convenció a Rusell. Poco importa el tipo de experiencia que aparezca, porque el estado simple, natural, no dual y no creado es anterior a la experiencia, anterior a la dualidad y engloba gozosamente todo lo que aparezca. Pero aparecen cosas raras y usted debe permanecer en ese “esfuerzo sin esfuerzo” durante un tiempo y morir de continuo estas pequeñas muertes. Ahí, de hecho, es donde empieza la práctica real. Y como lo demuestran claramente sus filosofías respectivas, ni James ni Rusell hicieron nada de eso. Rusell proclamó que estaba completamente de acuerdo en que el sujeto y el objeto se derivan de la experiencia primordial, pero se replegó de inmediato para volver a identificarse con el sujeto derivado, con el yo derivado, con la pequeña mente racional, y construyó toda su filosofía basándose en esa mentira, en ese engaño. Rusell, en suma, ni siquiera sospechaba a dónde conducía el estado de no dualidad. Tampoco James profundizó gran cosa en este estado primordial, por ello su empirismo radical degeneró muy pronto en un fenomenalismo sensorial que terminó colapsándose en el empirismo y el pragmatismo de la Mano Derecha, una evolución muy decepcionante, americana hasta la médula, que, en cualquier caso, no desmerece sus primeros pasos. “Este esfuerzo sin esfuerzo” requiere mucha perseverancia, mucha práctica, mucha sinceridad y mucha honestidad. Esta es una práctica que debemos acometer desde el estado de vigilia, desde el estado de sueño y desde el estado de sueños sin ensueños. Este es el motivo por el cual insistimos en las prácticas de las escuelas no duales. Las tradiciones no duales tienen un extraordinario número de estas “instrucciones para señalar”, mediante las que tratan de apuntar hacia lo que ya está, en cualquier caso, ocurriendo en su conciencia. Lo comprenda o no, toda experiencia que usted tenga ya es no dual. De modo que no es necesario cambiar su estado de conciencia para descubrir esa no dualidad porque la no dualidad está completamente presente en todos los estados y cualquier estado de conciencia que usted tenga es ya apropiado. Así pues, las tradiciones no duales no tratan de cambiar su estado sino de despertar su reconocimiento, el reconocimiento de lo que siempre ha sido. Mire atentamente la conciencia inmediata y se dará cuenta de que el sujeto y el objeto son realmente uno. No debe esforzarse por construir ningún estado especial sino solo reconocerlo. ¿Ha visto esos rompecabezas de los periódicos que dicen algo así como “Descubra los quince presidentes de Estados Unidos que están ocultos en esta imagen del océano? Usted está mirando directamente el rostro de los presidentes…pero no se da cuenta de ello. Entonces viene alguien, se lo señala y usted se lleva las manos a la cabeza diciendo “¡Sí, por supuesto, lo tenía frente a mis propios ojos!”. Lo mismo ocurre con la condición no dual de Un Sabor. Cualquier faceta individual de la condición no dual se halla absoluta y completamente presente en su conciencia. No es cuestión de que esté presente de un modo parcial o fragmentario, sino de que se halla completamente presente en su conciencia ahora mismo y que lo único que ocurre es que usted no se da cuenta de ello. Y dado que las formas siguen apareciendo, usted nunca alcanzará un punto final en el que diga “ya estoy iluminado”. En estas tradiciones, la iluminación es un proceso continuo de aparición de nuevas formas con las que usted se relaciona como manifestaciones de la Vacuidad. Usted es uno con las formas que aparecen y, en ese estado, usted está “iluminado”, pero en otro sentido, esta iluminación es continua, porque continuamente están apareciendo nuevas formas. Dicho de otro modo, usted nunca alcanzará un estado discreto que no sigue evolucionando, sino que siempre seguirá aprendiendo cosas nuevas sobre el mundo de las formas y, en consecuencia, su estado global se hallará siempre en una continua evolución. De modo que usted puede tener ciertas experiencias críticas de iluminación, pero estas experiencias son el preludio del proceso interminable de cabalgar las nuevas olas que aparecen de continuo. Pero al mismo tiempo, todo esto tiene lugar dentro de un marco de referencia estrictamente ético, de modo que usted no puede jugar a ser un Vagabundo del Dharma y decir que está en la no dualidad. De hecho, en la mayor parte de estas tradiciones, debe dominar los tres primeros estadios del desarrollo transpersonal (psíquico, sutil y causal) antes de que le sea permitido incluso hablar del cuarto estado no dual. En todos estos casos, pues, la “loca sabiduría” ocurre en una atmósfera rigurosamente ética. Lo verdaderamente importante es que, en las tradiciones no duales, usted se compromete, mediante un voto muy sagrado -un voto que es, al mismo tiempo, el fundamento de toda su práctica-, a no desvanecerse en la cesación, a no ocultarse en el nirvana. Con este voto, usted se compromete a cabalgar la ola del samsara hasta que todos los seres atrapados en ella puedan reconocerla como una manifestación de la Vacuidad, se compromete a atravesar la cesación y la no dualidad tan rápidamente como le sea posible, para poder ayudar a todos los seres a reconocer lo No Nacido en medio de la misma existencia. La iluminación es, en realidad, primordial, pero esta iluminación perdura y usted nunca deja de ser uno con todos los cambios de forma que aparecen de continuo. Bibliografía: Droit, Roger-Pol. El ideal de la sabiduría . Barcelona: Kairós, 2011. Grof, Stanislav. La evolución de la conciencia. Barcelona: Kairós, 1994. Hüther, Gerald. La evolución del amor. Barcelona: Plataforma, 2015. Wilber, Ken. Breve historia de todas las cosas. Barcelona: Kairós, 2005.
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TESIS DOCTORAL DE ROMÁN GONZALVO: UNA INVESTIGACIÓN TRANSCULTURAL SOBRE LA ESPIRITUALIDAD AL FINAL DE LA VIDA

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Congreso celebrado el 24 y 25 de febrero de 2023 en el Salón de Actos de la Facultad de Medicina, Zaragoza (España). Organizan: -La Asociación Transpersonal Iberoamericana -La Cátedra World Happiness Foundation de Ciencias Contemplativas -La Universidad de Zaragoza Vídeos de todo el congreso en 4 partes: 1- IX Jornadas PT Viernes mañana 2- IX Jornadas PT Viernes tarde 3- IX Jornadas PT Sábado mañana 4- IX Jornadas PT Sábado tarde Nota de este autor: La psicología transpersonal también tiene repercusión en la educación y, a tal efecto, la filosofía transpersonal incursiona en el sistema educativo transpersonal
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