"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)
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1 – Marco teórico de mis investigaciones

A veces, como todo en la vida, hay que pasar página e iniciar una nueva etapa de investigación y de comunicación. Quien haya seguido mis publicaciones hasta la presente, habrá podido observar que, todo mi empeño de reflexión filosófica, ha perseguido el objetivo de desmontar el sistema de pensamiento Occidental, sustentado en un fracaso epistemológico. Un pensamiento Occidental que ha disociado la razón del espíritu, lo cual me ha obligado a remontar la corriente del pensamiento crítico hasta justificar y argumentar una filosofía transpersonal sobre el pensamiento del inconmensurable Ken Wilber.

El término “transpersonal” no es todavía de aplicación cognitiva ni filosófica en el sistema tradicional de educación, no en vano declinaron un artículo científico de mi autoría sobre Ken Wilber porque, precisamente, más de 50 académicos de prestigiosas universidades desconocen al pensador más importante de nuestra era y considerado como el “Einstein de la conciencia”. No obstante, proseguí con mis publicaciones hasta argumentar desde la metodología científica la comprensión de la teoría de la cultura y su cuestión ética, esbozar una renovada antropología filosófica alternativa, y demostrar profusamente la cuestión epistemológica para vislumbrar la filosofía transpersonal, así como la educación transracional.

Dichos replanteamientos culturales, éticos, antropológicos, filosóficos y educativos repercuten en la percepción que debemos tener de nosotros mismo y del mundo circundante, siendo así que introduje un nuevo neologismo: la psicología transracional que, inherentemente, está asociada a los mapas evolutivos de la conciencia. Y todo ello, no son simples erudiciones fantasiosas como algunos escépticos materialistas científicos me acusaron (1) en los inicios de mi andadura investigativa. Bien al contrario, los planteamientos filosóficos anteriormente expuestos fueron refrendados por publicaciones de artículos científicos y en congresos.

El eje central de mis investigaciones se ha centrado en tratar de argumentar una nueva cosmología entre ciencia y espíritu, es decir, la epistemología de lo conmensurable con la hermenéutica de lo inconmensurable porque, tal como me ha mostrado mi mentor intelectual Ken Wilber, el fracaso de la actual civilización es la carencia de espiritualidad en este “mundo chato” (2): es el fracaso de las instituciones científicas y educativas, así como la manipulación económica, social y política lo que ha mantenido a esta civilización en la Caverna platónica. Dicho de otro modo, nuestra civilización es un viejo mundo que debe dar paso a un nuevo mundo, y esa reconstrucción es imperativa a la vista de la paranoia psicológica globalizada causada por una falsa pandemia cuyo objetivo era crear una locura aperspectivista para que nadie comprenda lo que está pasando en el mundo.

Afortunadamente fui poniendo en orden mis ideas hasta cerrar el círculo de mis investigaciones en mi última obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD, donde creo haber demostrado que, desde la filosofía, es posible contemplar dimensiones de trascendencia espiritual, y que dicha trascendencia metafísica es posible mediante la meditación, avalado ello por rigurosas demostraciones científicas. Así pues, la sanación trascendental de la humanidad mediante la meditación ya no es una entelequia, sino una realidad latente y cada vez más evidente para la sanación trascendental del ser humano, tal como se demuestra en numerosas experiencias escolares. Pero, también, esa filosofía transpersonal ha calado en el ámbito universitario tal como demuestran la Tesis Doctoral de Noemí Siverio y la Tesis de Maestría de Marely Figueroa. El culmen de ello ha sido una experiencia pionera en el mundo de la filosofía: El Instituto Ateneo de Colima (México) imparte la asignatura de filosofía transpersonal en el grado universitario de educación de la mano de la docente Marely Figueroa.

Con las anteriores investigaciones e incursiones académicas me puedo dar por satisfecho por el trabajo realizado a lo largo de los doce años desde que inicié mi andadura investigativa para saber por qué hay tanto sufrimiento en el mundo. Ahora, ha llegado el momento de clausurar ese marco teórico de mis investigaciones, cuya mayor intencionalidad era desprogramar los velos de la percepción que el enemigo invisible de la humanidad ha impuesto a través de una historia manifiestamente manipulada mediante una ingeniería social y mental. A partir de ahora, abro una segunda etapa de investigación orientada desde las ciencias noéticas para contemplar la distopía temporal en el marco de realidades como la reencarnación y la regresión hipnótica, para adentrarnos en el subconsciente humano, y ello con la intención de comprender los procesos metafísicos que guardan relación con el sufrimiento humano, tanto a nivel físico como psicológico.

2 – Marco práctico de las próximas investigaciones

Como creo haber demostrado en mi artículo Breve resumen de lo que está pasando en el mundo, la humanidad se halla ante el gran “Evento” y la ascensión espiritual planetaria. Y el desencadenante de ese gran despertar espiritual será el fraude cometido en las elecciones de EEUU. Es innegable que estamos viviendo tiempos bíblicos y que “nadie puede parar lo que viene”. ¿Y qué es lo que viene? A partir del 21 de diciembre del 2020 comienza oficial y astrológicamente la era de Acuario. Pero lo que comienza verdaderamente es el cambio interior que cada cual debe hacer, y ya no se trata de concepciones teoréticas como he demostrado en el anterior marco teórico de mis investigaciones, sino que ahora hay que aflorar el verdadero conocimiento esotérico que permita la conexión con nuestra esencia divina, dicho de otro modo, debemos ahondar en el conocimiento de sí mismo para sanar nuestros traumas ancestrales y las sombras psicológicas que impiden nuestra evolución de la conciencia tanto individual como colectivamente.

Para tal efecto, vamos a realizar esa andadura investigativa de la mano del médico venezolano William Criado quien, mediante la hipnosis clínica regresiva, nos va a adentrar en el mundo de la cuarta dimensión donde habita el enemigo invisible de la humanidad, sí, estamos hablando de las fuerzas oscuras como reptilianos, dragones y otras razas interdimensionales que interfieren y controlan el mundo tridimensional que habitamos o Matrix, tal como demuestra David Icke, uno de los pioneros en esas cuestiones. David Icke lo resume certera y estupendamente en su obra Hijos de matrix:

“Este libro se ha escrito con el objetivo de reunir las pruebas y antecedentes del control extraterrestre, intraterrestre e interdimensional que ha dominado el planeta Tierra durante miles de años hasta el día de hoy, intentando presentar la imagen más clara posible de las fuerzas que diariamente manipulan y dirigen las vidas del género humano. Los linajes que hoy controlan el mundo y nuestras vidas son los mismos que dominaron Lemuria, la Atlántida, Sumeria, Egipto, Babilonia, el Imperio romano, el británico y los demás imperios europeos. Ellos son los presidentes de Estados Unidos, los primeros ministros, las familias que controlan bancos y empresas, los propietarios de los medios de comunicación y aquellos que controlan el ejército. Hemos sido dominados por la misma tribu entrecruzada de híbridos extraterrestres o intraterrestres, los nefilim, durante miles de años y ahora estamos enfrentándonos a un momento crucial de su vasto plan.”

Ha llegado el momento de que el ser humano se empodere de sí mismo mediante el control de su propia conciencia, tal fue el marco teórico de mis investigaciones, pero ahora hay que realizar un trabajo empírico para conocer esos mecanismos de empoderamiento y, así, alcanzar la tan necesaria inteligencia espiritual, y lo voy hacer mediante el estudio de los trabajos terapéuticos realizado por William Criado.

William Criado ofrece cursos en los que expone sus teorías clínicas, psicológicas, filosóficas y espirituales avaladas por sus más de cinco años de investigación (según las publicaciones de su canal de Youtube) sobre las cuestiones metafísicas de las diferentes dimensiones: desde la tercera dimensión (espacial) en la que habita la humanidad, pasando por la cuarta dimensión (temporal) donde residen los demonios que atormentan a la humanidad, hasta la quinta dimensión en la que sólo se puede acceder desde el Amor y el sentimiento del corazón.

Hace mucho tiempo que sigo a William Criado y, en honor a la verdad, debo reconocer que la visualización de sus vídeos ha sido una gran escuela para refundir mis conocimientos teóricos con sus enseñanzas. Desde hace mucho tiempo, era mi deseo poder asistir a uno de esos cursos impartidos por William Criado, pero, dada la actual coyuntura mundial, es prácticamente imposible disfrutar de la sapiencia de este médico venezolano. Ante esa imposibilidad, he decidido abrir una nueva sección en El blog de Amador, en el que habrá dos apartados:

-Vídeos comentados de William Criado : En esta sección iré publicando los vídeos que he estudiado y extraeré las enseñanzas más importantes que considero de interés desde el punto de vista clínico, psicológico, filosófico o metafísico. Será una sinopsis cognitiva de la enseñanza que nos deja el trabajo terapéutico de William Criado con sus pacientes.

-Filosofía transpersonal: teoría y práctica: En esta sección iré publicando artículos de reflexión al hilo de las enseñanzas de William Criado, y que puedan ser enlazadas con las postulaciones teóricas de mis investigaciones antropológicas, epistemológicas, psicológicas y filosóficas, así como la filosofía cuántica entronada por diversos científicos. Se trata, en suma, de unificar los postulados teóricos de mis investigaciones con la práctica empírica respecto del subconsciente humano, un verdadero mundo por descubrir tal como argumenté en mi obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (p.202) bajo el capítulo “Escucha tu subconsciente”:

“Sin embargo, muy pocas personas saben escucharse a sí mismas, pues como ha demostrado el neurólogo estadounidense Benjamin Libet mediante experimentos, las señales cerebrales asociadas a las acciones se producen desde 0,3 a varios segundos antes de que el sujeto fuera consciente de la decisión de llevarlas a cabo. El orden de las actividades cerebrales parecía ser percepción del movimiento y luego decisión, y no a la inversa. Es decir, el cerebro consciente solo intenta ponerse al nivel de lo que ya estaba haciendo el cerebro inconsciente. Por lo tanto, el libre albedrío es una ilusión, dicho de otro modo, la vida es como un sueño, todo un reto cognitivo que propició mi obra Pensar en ser libre, de la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal. ¿No requiere la evidencia científica de Libet de un revisionismo en profundidad del ser humano, como propongo mediante la filosofía transpersonal y La educación cuántica? La filosofía transpersonal aúna la racionalidad con la espiritualidad, más allá del “new age” y del “misticismo cuántico”. La filosofía transpersonal se sustenta en un racionalismo espiritual abierto a los inmensos desafíos que nos deparará la ciencia en cuestiones espirituales. Es la tan deseada integración entre la ciencia, la profundidad intelectual y la moralidad, tres esferas cognitivas diferenciadas por Kant mediante sus Tres críticas, y que la postmodernidad no ha logrado unificar.”

3 – Objetivos metodológicos

No me cabe ninguna duda que William Criado está realizando un trabajo empírico que da consistencia científica a la filosofía transpersonal que argumento y, por tanto, es posible desde dicha perspectiva aunar la teoría con la práctica terapéutica científica. Si bien he demostrado las ventajas científicas de la meditación dentro del marco teórico de mis investigaciones, ello se puede complementar con postulados científicos como el psicoanálisis y la filosofía cuántica, de modo que, la filosofía transpersonal pueda dar un salto cualitativo desde concepciones teóricas de la espiritualidad a aplicaciones prácticas de dicha espiritualidad, y que permitan el empoderamiento real de cada uno de nosotros como conciencia transpersonal en aras de nuestra sanación trascendental personal, así como, de una manera colectiva, la ascensión espiritual planetaria.

Tales son, pues, los planteamiento teóricos y prácticos que me han motivado a emprender esta nueva andadura investigativa. Quizá podamos, con ello, comenzar a sentar las bases filosóficas y científicas para una espiritualidad no tan ajena a nosotros sino en la profundidad interior que cada cual debe comenzar a descubrir, no solo desde postulaciones teóricas como la filosofía transpersonal, sino también con la ayuda científica propuesta por William Criado.

Cada vídeo estudiado de William Criado será titulado por mi con lo que yo considere más destacado y, créanme, que habrá titulares impactantes que irán en contra de algunos presupuestos que circulan en los ámbitos espirituales y esotéricos como las “canalizaciones”, así como las diversas teorías sobre el origen de la humanidad o las antiguas civilizaciones. El objetivo de esos titulares es, de alguna manera, desmitificar falsas creencias espirituales interpuestas, en su mayoría, por los seres obscuros de la cuarta dimensión, pero, aceptadas como “verdades” por los incautos buscadores de una genuina espiritualidad.

Así, de un modo análogo al trabajo que he realizado en el marco teórico de mis investigaciones, esta nueva etapa de trabajo empírico desde la hipnosis clínica pretende poner un poco de orden entre el caos espiritual que existe en muchos movimientos espirituales “new age”, los cuales carecen de pruebas empíricas y promueven desinformación y desorientación para todo aquel buscador del verdadero camino espiritual. El objetivo de mis investigaciones es siempre el mismo: no creer cualquier pensamiento mítico, sino evolucionar cognitivamente mediante un pensamiento crítico. Solo así será posible iniciar una nueva era marcada por la ascensión espiritual planetaria desde postulados científicos, tal como he demostrado en mi última obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD.

Desde aquí, un saludo fraternal a todas aquellas personas que me han apoyado ya sea desde el ámbito académico, ya sea compartiendo mis publicaciones o, simplemente, con sus lecturas privadas de las cuales, en su mayoría, no tengo constancia. En dicho sentido, debo dejar expresa constancia que no siempre tengo la retroalimentación que necesita mi inquietud intelectual, al fin y al cabo, la vocación del filósofo es una actividad que se ejerce en soledad y a contracorriente del pensamiento dominante social y psicológicamente. Afortunadamente, es esa conexión con las personas que me han apoyado lo que me impulsa y anima a seguir adelante con mis investigaciones en el campo espiritual para, desde la metodología científica, establecer los presupuestos básicos para una espiritualidad limpia de cualquier intoxicación obscura. Tal ha sido siempre mi objetivo en busca de la luz del conocimiento porque, cabe recordar una vez más, “La verdad os hará libres”.

Gracias a todas las personas que me han apoyado incondicionalmente.

NOTAS:

(1) Introducción de agradecimiento en mi libro La educación cuántica:

Este libro comenzó a gestarse tras mis publicaciones como articulista en el diario digital La Columnata. Y esa oportunidad de escribir una columna semanal me fue brindada por su director César Noragueda quien, en una deferencia que le honra, como si de un fenómeno sincrónico se tratara, contactó conmigo tras nuestro breve encuentro en la Asociación de Escritores Noveles años atrás. De todo corazón, gracias César por acordarte de mí después de tanto tiempo.

Pero la emergencia de los pensamientos de este ensayo también se debe a los debates intelectuales mantenidos con mis colegas de columna, así como a las diversas intervenciones de los lectores en la sección de comentarios, muchos de ellos reticentes escépticos materialistas a las ideas defendidas en este ensayo. En honor a la verdad, dicha contienda intelectual ha sido el revulsivo para la investigación científico-filosófica que, a la postre, ha culminado con La educación cuántica. Por tanto, más que sentirme contrariado por el debate de ideas mantenido con los escépticos sobre la espiritualidad aquí propuesta, debo ser justo e imparcial y, consecuentemente, reconocer que han sido de valiosa ayuda al poner a prueba mi afán de superación intelectual. Mi verdad defendida en este ensayo sería una media verdad si no rindiera tributo también al polo contrario como revulsivo de los pensamientos aquí defendidos. Por tanto, gracias también a todos aquellos que, aun no compartiendo mis ideas, han favorecido que pueda defenderlas y expresarlas de una manera concluyente en este ensayo.

(2) El fracaso epistemológico de Occidente es evidente al no haber logrado la integración del “yo” (arte), el “nosotros” (moral) y el “ello” (ciencia), tal es la conclusión de la primera parte de Breve historia de todas las cosas a decir de Wilber (p.182):

“No deberíamos, pues, buscar la solución regresando a la indisociación mítica o mágica del Gran Tres en la que el yo, la cultura y la naturaleza todavía no se habían diferenciado. Debemos desembarazarnos de la miseria de la modernidad (la disociación) sin renunciar, en cambio, a sus facetas más esplendorosas (la diferenciación). De modo que, si la tarea de la modernidad fue la diferenciación del Gran Tres, la misión de la postmodernidad es la de llegar a integrarlos.”

Wilber considera que Occidente ha completamente olvidado las dimensiones espirituales, abocando con ello a un “mundo chato” dominado por los ascendentes y los descendentes, y que han llevado al colapso de la modernidad. Wilber (p.339) explica la génesis de dicho problema occidental:

“Todo comenzó a cambiar radicalmente con el Renacimiento y la emergencia de la modernidad, un cambio que alcanzaría su punto culminante con la Ilustración y la Edad de la Razón y que bien podríamos resumir diciendo que los ascendentes fueron reemplazados por los descendentes.”

La obra de Wilber aborda en extensión los ascendentes y los descendentes como rivales antagónicos que necesitan de una integración, y nos explica la génesis histórica de este rechazo de lo espiritual, la razón histórica concreta que explica los motivos por los cuales el Occidente moderno ha llegado a negar la validez de los estadios transpersonales. La posibilidad y necesidad de una filosofía hermenéutica está meridianamente demostrada por Wilber en Breve historia de todas las cosas, a partir de la cual hemos esbozado los parámetros históricos y hermenéuticos, a saber, la diferenciación de los Tres Grandes a partir de Kant, y el colapso del Kosmos al ser reducidos al Gran Uno: el materialismo científico. En suma, estamos asistiendo en Occidente a un completo olvido de la profundidad espiritual.

Los ascendentes y los descendentes, al fragmentar el Kosmos, están alimentando la brutalidad de la contienda y no hacen más que tratar de contagiar al otro bando sus enfermedades. Pero no es en la lucha sino en la unión entre los ascendentes y los descendentes donde podremos encontrar armonía, porque solo podremos salvarnos, por así decirlo, cuando ambas facciones se reconcilien. Y tal salvación solo puede provenir de la unión entre la sabiduría y la compasión como un imperativo para la sanación trascendental del ser humano.