"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

EL MÉTODO PIKLER Y LA LIBERTAD DE MOVIMIENTOS EN EL DESARROLLO INFANTIL

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Un artículo de Nazaret Barrio, pedagoga y especialista en e-learning. Cuenta con una amplia experiencia en centros de formación. Actualmente ejerce como profesora del Departamento de Educación y Sociedad en INESEM.

Seguramente muchos de vosotros habréis escuchado hablar de las pedagogías alternativas como una nueva forma de enfocar el proceso de enseñanza-aprendizaje del niño. Para quienes aún no la conozcáis, hoy os voy a hablar del método Pikler y su importancia en el desarrollo infantil. Un método que al igual que la Pedagogía Montessori apoya sus cimientos en la pedagogía científica con el objetivo de fomentar el respeto a la autonomía y la libertad del niño.


¿Qué tipo de educación quieres dar a tu hijo?

La elección del modelo educativo y el tipo de centro en el que matricular a los hijos puede llegar a convertirse en una decisión compleja movida por distintas opiniones e intereses. Dentro de las pedagogías alternativas podemos encontrar diferentes métodos que desde hace unos años están desequilibrando la consolidada balanza que apuntaba a la metodología tradicional como la vía más adecuada para educar a los más pequeños. Cada vez son más los padres que se interesan por otro tipo de metodologías que, alejadas de los principios de la escuela tradicional, promueven y defienden la libertad de actuación del niño, estableciendo claras diferencias en la relación profesor-alumno y convirtiendo al niño en principal artífice de su desarrollo. Nuevos métodos educativos que persiguen mejorar la calidad de la atención y el desarrollo evolutivo del niño y, tal y como ha sido demostrado con numerosos estudios e investigaciones en neurociencias y genética evolutiva, el método Pikler confirma que el hecho de dejar actuar al niño con libertad, facilitándole los recursos y espacios necesarios, hará que el niño adquiera una mayor autonomía y desarrolle una mayor movilidad postural, llegando a aprender a sentarse y caminar solo, sin necesidad de ayuda y sin que el adulto tenga que incitarle a ello.

En la metodología Pikler, el adulto debe adoptar un rol diferente en su relación con el niño, apoyando su actuación en la observación directa, la comunicación verbal, el afecto y la estimulación indirecta. La intervención del adulto sobre los movimientos del niño podría resultar perjudicial para su desarrollo autónomo, por ello, hay que evitar meter prisa al niño, actuando con paciencia y convirtiendo esta nueva forma de actuación en la vía principal para que el niño se sienta libre, y comience a crear un vínculo con el adulto que le permita actuar con total espontaneidad.

El adulto deberá proporcionar al niño ropa cómoda que facilite su movilidad y espacios amplios que puedan permitirle desplazarse y moverse sin limitaciones.

La etapa comprendida entre los 0-3 años, es una etapa de cambios acelerados en distintos ámbitos del desarrollo infantil (cognitivo, afectivo, social y motor) que asentarán la base de todo el desarrollo posterior del niño. Si permitimos que desde esta etapa comience a experimentar por sí sólo, se sentirá libre y esto le llevará a adoptar una actitud positiva pero sobretodo, activa, llevándole a aprender a partir de su propios movimientos autónomos, de sus logros y también de sus errores y fracasos.

El desarrollo del niño durante la etapa infantil adoptará un ritmo diferente en cada caso, por este motivo, no debemos alarmarnos si detectamos un desarrollo más tardío. Respeta su ritmo de desarrollo individual e intenta ofrecerle todas las posibilidades para que despierte y desarrolle su propia autonomía.

Y para que podáis ver y comprobar la eficacia del método Pikler, os dejo un vídeo en el que podréis ver al niño actuar y moverse con total libertad sin la ayuda del adulto, consiguiendo grandes avances en su desarrollo.