MEDIDAS PSICOEDUCATIVAS EN EL PROTOCOLO DE INTERVENCIÓN ANTE EL ACOSO ESCOLAR
Documento elaborado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos
NATURALEZA DEL PROBLEMA:
El acoso escolar y el ciberacoso, respectivamente, son formas de violencia contra la infancia y adolescencia. Se caracterizan porque un alumno padece de forma repetida y durante un tiempo prolongado acciones agresivas por parte de algún o algunos compañeros. No se trata de fenómenos de indisciplina aislada, sino de un abuso de poder, de un maltrato, fustigación o intimidación psíquica o física reiteradamente. La violencia va más allá del acto en sí mismo ya que tiene unas consecuencias muy negativas para todos los implicados, y afecta a la convivencia del centro educativo. Aunque los efectos más graves se evidencian en la víctima (ansiedad, depresión, estrés postraumático…), los agresores y observadores también son receptores de aprendizajes y hábitos negativos que influirán en su comportamiento actual y futuro (Garaigordóbil, 2013).
Generalmente estas conductas se producen dentro del centro escolar o guardan relación con el mismo siendo el punto de referencia, por lo que no puede mostrarse ajeno a los problemas que se evidencian aunque las situaciones no se produzcan dentro de la escuela.
Las situaciones más graves de acoso han tenido repercusión mediática, pero las menos graves a menudo quedan invisibilizadas por la falta de conocimiento de mecanismos de denuncia de estas conductas que sufren las víctimas, las familias y los docentes que los atienden en las escuelas. En este ámbito emergen estas problemáticas, como el caso de las prácticas de Ciberacoso, con crecimiento exponencial e incontrolable por el uso generalizado de los dispositivos tecnológicos. Recientes estudios publicados, como el de Save the Children en mayo de 2014, revelan un porcentaje alto de niños y niñas que han sido víctimas de situaciones de acoso verbal en la escuela a lo largo de su vida, entorno al 40%, siendo más de la mitad –un 52%-de los encuestados los que declaran han sido espectadores pasivos de la conducta de acoso en alguna ocasión. Los espectadores de ciberacoso, segúneste estudio, alcanzan el 23% y un 4% declara haber experimentado alguna experiencia de ciberacoso.