"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

¿CÓMO RECONOCER A UN NIÑO SUPERDOTADO?

mandala

Un artículo de Ana Díaz, periodista.

¿Son “raritos” los superdotados o, tal vez, somos nosotros los que desconocemos el tema? Aunque la legislación española reconoce las necesidades educativas especiales de estos niños, la mayoría de los profesores no tiene la información necesaria y, a veces, bloquea su identificación por desconocimiento.


A menudo, se suelen confundir las Altas Capacidades con el ‘alto rendimiento académico’. Pensamos que se trata de niños precoces, responsables, que muestran un especial interés por seguir la clase. Esperamos un niño silencioso y aplicado, que todo lo sabe, escribe perfectamente y lee sin parar. Sin embargo, muchas veces la inteligencia implica justo lo contrario: inquietud (tanto física como mental), rebeldía y dificultad para aceptar las normas cuando no son razonadas. De hecho, puede confundirse con el TDA-H (‘Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad’).

¿Qué significa tener Altas Capacidades Intelectuales?

Aunque el término superdotado es más conocido popularmente; recientemente, se ha visto desplazado, sobre todo a nivel institucional, por otro más amplio y general, el de Altas Capacidades.

Para Maite Garnica, pedagoga y autora del libro ¿Cómo reconocer a un niño superdotado?:

“Cuando hablamos de un alumno con Altas Capacidades nos referimos a aquellos que poseen un coeficiente intelectual por encima de la media, que además destacan en múltiples aspectos y que tienen una gran capacidad creativa (literaria, científica, artística…). A todo esto se une el rasgo de gran implicación en la tarea, pero ¡cuidado!, sólo en aquellas tareas que les interesan, les motivan y les atraen”.

Según afirma la psicóloga especializada Carmen Sanz Chacón, en su libro La maldición de la inteligencia, el cerebro de estos niños:

“Está más desarrollado y como consecuencia tienen una mayor capacidad lógica. Razonan mejor y aprenden mucho más rápido, poseen un vocabulario y una capacidad verbal más desarrollados. (…) Suelen sorprender porque tienen un comportamiento impropio de su edad. Lo que provoca que no encajen ni con los mayores ni con los pequeños”.

Pero no todos los niños con gran inteligencia tienen éxito escolar, porque aunque la inteligencia es fundamental y necesaria, no es suficiente. Podemos decir que las altas capacidades son al éxito académico lo que la altura es al baloncesto. Un chico muy alto tendrá más facilidad para ser un as del basket, pero no tiene por qué serlo. Necesita una dedicación especial, capacidad de sufrimiento y, sobre todo, motivación. ¿Pero qué pasaría si ponemos a un niño que mide 1.80 a jugar al baloncesto con niños de 1.20? ¿Le motivaría? Ese es el problema. Por eso muchos de ellos no son identificados e incluso se les considera torpes y poco inteligentes.

Los padres son quienes mejor les identifican

En el año 2003, el propio Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid reconocía que “los padres son excelentes identificadores de sus propios hijos superdotados, ya que en el 70% de los casos la selección hecha es correcta”. Sin embargo, según los datos obtenidos en la Comunidad de Madrid, “los maestros identificaron tan sólo un 44% de los alumnos superdotados que estaban en sus clases (…) Además, identificaron como superdotados un altísimo número de alumnos -97%- que no eran superdotados. Esto indica que los profesores no están suficientemente formados para identificar a los superdotados y que, por lo tanto, no elaboran ningún tipo de currículum especial para educar a estos alumnos”.

Características de los niños con Altas Capacidades

Según la directora del Centro Especializado en Superdotados (CES), Maite Garnica, “estos niños, además de poseer una serie de características cuantitativas, tienen otras características cualitativas, diferentes al resto de los alumnos, que deben conocerse para poder dar respuesta a sus necesidades”.

Algunas de estas características son:

Gran curiosidad y creatividad . La psicóloga estadounidense Leta Hollingworth (1886-1939) ya advertía en un libro “Los niños superdotados: su naturaleza y educación”, que estos niños, además de poseer un alto Coeficiente Intelectual, tenían, desde muy pequeños, un gran interés por los orígenes y el destino, siendo ello un síntoma destacado de agudeza intelectual: ¿quién hizo el mundo?, ¿de dónde venimos?, ¿dónde iremos tras la muerte?, ¿por qué venimos al mundo? A mayor cociente intelectual, antes desarrolla el niño una acuciante respuesta del universo.

Alta sensibilidad. Según las investigaciones de Hollingworth, el 90% de los niños superdotados tienen una sensibilidad muy alta, así como un elevado sentido de la justicia. Entre el 84 y el 88% era también muy perfeccionista y cuestionaba la autoridad. También eran muy constantes en las áreas por las que sentían gran interés. Esta extremada sensibilidad y perfeccionismo les lleva, en muchos casos, a tener cierta tendencia a la introversión y una gran desconfianza hacia el resto de personas.

El psicólogo y psiquiatra polaco Kazimierz Dabrowsky, conocido por sus investigaciones en este campo, asegura que estos niños “tienen una capacidad de emocionarse profundamente. Desarrollan fuertes vínculos con personas, lugares y cosas. Debido a su intensidad emocional, a menudo son acusados de ser melodramáticos. Sin embargo, las emociones que sienten son reales. Para ellos un grano de arena es realmente una montaña”.

Las Disincronías. Según la directora de El Mundo del Superdotado, Carmen Sanz Chacón, los niños y adultos con Altas Capacidades suelen tener un alto rango de intereses, “sin embargo, pueden tener problemas para aprender a escribir”, porque su desarrollo motriz no está ajustado con su evolución intelectual. Los expertos lo llaman disincronía o falta de sincronización entre la inteligencia y la psicomotricidad. Esto puede provocar una gran frustración y ansiedad en el niño y desembocar en un rechazo a la escritura o a la actividad deportiva.

Otras disincronías descritas por el psicólogo infantil especialista en el estudio de la superdotación Jean C. Terrasier son:

Inteligencia-afectividad: Muchas veces son capaces de razonar acontecimientos al nivel de un adulto, pero no de gestionar las emociones que les provocan. Esto puede generarles mucha ansiedad.

Lenguaje-razonamiento: Aunque su vocabulario es mucho más amplio que el del resto de niños de su edad, el niño con Altas Capacidades es capaz de razonar mucho más de lo que puede expresar.

Social: Un niño de 8 años con un CI de 130 tiene una edad mental de 10. Este desajuste entre su edad mental y su edad cronológica puede desencadenar problemas en el centro educativo, con la familia o con los amigos.

Los niños con Altas Capacidades no son genios o bichos raros que se aburren y fracasan porque ya lo saben todo. Aprenden más deprisa, pero quieren lo mismo que los demás niños: que les entiendan y les acepten.