"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

UNA PROFESORA ROBOT DA CLASE DURANTE SEIS MESES... Y NINGÚN ALUMNO SE DA CUENTA

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Jill Watson, un programa de inteligencia artificial, estuvo tutorizando las clases de varios estudiantes y respondiendo a sus dudas a través de la Red sin que ningún estudiante se percatase de ello.

Jill Watson. Este era el nombre de una curiosa profesora-robot que sirvió de asistente en línea a varios alumnos de la Universidad Tecnológica de Georgia (en Estados Unidos)... sin que ninguno de ellos se diese ni cuenta durante seis meses. Así lo afirma la versión digital del diario «Wall Street Journal», donde también se señala que el objetivo de esta consultora era responder a las dudas que más de 300 universitarios le enviaban a través de correo electrónico sobre sus programas informáticos.

«Me quedé atónico. Cuando hablaba con ella, parecía que estaba tratando con un ser humano de verdad», ha señalado uno de sus alumnos a la versión digital del mencionado diario. Lo cierto es que no podría haber sido más difícil para los estudiantes averiguar el engaño, pues Watson (que se llama así porque usa el sistema ideado por la empresa Watson International Business Machines Corp -IBM-) fue programa para utilizar eventualmente expresiones coloquiales como «Yep» («Sip»).

«Nos dijeron que Jill era una máquina cuando estaba a punto de calificarla como una profesora en línea sobresaliente», explicaba Petr Bela, otro de los estudiantes. Al parecer, la idea de contar con este curiosa profesora fue del organizador del curso, quien afirma que sus consultores suelen perder mucho tiempo respondiendo a las cuestiones enviadas por los alumnos. Preguntas que, en muchas ocasiones, pueden resolverse en unos pocos minutos.

Pero... ¿Cómo es posible que haya sido creíble? Al parecer, Jill ha sido programada para responder únicamente a las preguntas en cuya posibilidad de acertar es, como mínimo, del 97%. Eso hacía que, aunque hablara menos que el resto, pareciese totalmente creíble. Y eso en la actualidad, pues en menos de un año la empresa que ha ideado a Jill afirma que podrá responder de forma acertada al 40% de las dudas de los estudiantes e, incluso, a formulaciones filosóficas como, por ejemplo, la forma en la que ella definiría la inteligencia.

Los alumnos han explicado, por otro lado, que no notaron la diferencia con el resto de sus profesores, entre otras cosas, porque suelen ser igual de inexpresivos que la máquina. Con todo, y aunque desde la empresa afirman que el proyecto Jill es sumamente emocionante, todavía falta mucho para llegar a la inteligencia artificial de «Ex-machina».