"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

ESTA PROFESORA ENSEÑA A LOS NIÑOS EL DAÑO QUE PROVOCA EL BULLYING USANDO DOS MANZANAS

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Aunque los adultos estamos muy concienciados contra el bullying y el acoso escolar, los niños de ciertas edades no son capaces de comprender la gravedad de este problema. Por suerte, Rosie Dutton, monitora infantil del programa contra conductas violentas Relax Kids de Tamworth, Reino Unido, lleva años explicando a los niños el efecto que el tormento físico y psicológico tiene en las personas. Recientemente ha desarrollado una magnífica dinámica, con la que los niños pequeños son capaces de comprender el daño que producen los insultos en la autoestima de sus compañeros de clase. Os contamos cómo:

Dos manzanas

Rossie hace un círculo con los niños de la clase y les enseña dos manzanas idénticas.

Primero entrega una de ellas para que cada niño le haga un cumplido y después la pase al siguiente compañero. Así hasta completar el círculo.

“Guapa”, “qué piel más suave tienes”, “sabrosa”, “bonita”…

Acto seguido entrega la segunda manzana, a la que los niños deben insultar.

Tras completar los círculos, Rossie muestra a los niños que ambas manzanas siguen siendo iguales por fuera, pero cuando las parte por la mitad, los niños comprenden la verdad.

La manzana que ha sido tratada amablemente se ve bien, blanca y firme, pero la manzana que ha sido maltratada se encuentra magullada y débil por dentro.

“Creo que es un momento muy revelador para los niños. Es como si una bombilla se encendiera en su mente. Realmente consiguen entender que las contusiones y el interior hecho trizas, es lo que nos sucede a cada uno de nosotros cuando nos tratan mal, ya sea con palabras o acciones”.

Obviamente no han sido los insultos los que han cambiado la consistencia de la manzana, sino Rossie, que hace trampas. Antes de comenzar el taller, la monitora golpea la manzana en repetidas ocasiones sin dejarle ninguna marca externa, todo ello para lograr transmitir el mensaje.

Tras el ejercicio, reflexiona con los niños acerca del sufrimiento y la apariencia externa.

Cuando las personas somos intimidadas, especialmente los niños, nos sentimos horribles por dentro y, a veces, no se lo decimos a nadie. Por fuera parece que estamos bien, e incluso sonreímos, pero por dentro sentimos mucho daño.

A diferencia de una manzana, nosotros sí tenemos la capacidad de evitar que esto suceda. Podemos enseñar a otros niños que no está bien decir cosas malas a los demás porque hacen daño.

También podemos aprender a parar cualquier forma de intimidación. Y sobre todo, podemos abrirnos y compartir lo que pasa en nuestro interior, para así ayudarnos unos a otros.

La lengua no tiene huesos, pero es lo suficientemente fuerte como para romper un corazón. Así que hay que tener cuidado con nuestras palabras.

Esperamos que la dinámica compartida por Rossie os permita abordar este importante tema con vuestro hijos, para así construir juntos un mundo sin bullying.