"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

THINKS FOR KIDS, OTRA MANERA DE ENSEÑAR

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Al frente de la cuenta de Instagram Thinksforkids está Raúl Bermejo, un profesor de infantil y primaria cuyo trabajo ha enamorado a más de 36.000 seguidores en apenas 2 años.

El aula de este amable profesor tiene 27 niños llenos de creatividad, tan felices de aprender que a veces incluso les cuesta irse del cole. Su manera de enfocar la enseñanza ha calado en el sentir de miles de personas, las imágenes que cuelga de las actividades que realizan sus alumnos hablan por sí mismas. Su propuesta es una educación lúdica, creativa y motivadora. Hemos hablado con él para que nos explicara cómo es posible hacer que el aprendizaje sea tan interesante y divertido.

¿Cómo surgió Thinksforkids?

Thinksforkids surgió hace unos dos años, motivado por la indignación que siento ante el sistema educativo español. Llegaba a casa y siempre me quejaba de muchas cosas: hay demasiados niños, estamos continuamente machacando a los chavales, empiezan a leer y aprender cosas demasiado pronto...

En mi colegio se trabaja por proyectos y con libro pero, al cumplir con un número de fichas determinadas y las actividades del proyecto, veía que había muchos niños que no llegaban y se frustraban.

Soy un lector empedernido de todo tipo de pedagogías, y seguidor de la escuela finlandesa, así que cogí un montón de libros y se lo expliqué a la dirección del centro. Necesitaba que me echaran un cable y que confiaran en mí. Los directores actuales me dijeron: “vale, si quieres romper con todo esto, hazlo”. No me han cortado las alas, y eso es algo muy positivo que les agradezco.

Empecé hace 4 años con la tutoría de los que se llamaban “Los zorritos”. Fueron clave para ir guiando mi forma de enseñar. En 2013, cuando cogí el grupo con el que trabajo ahora, “Los caballitos de mar”, tenían tres años. Necesitaba una manera de mostrar lo que estaba trabajando con ellos, que las familias vieran que a pesar de no terminar el libro o no cumplir con todas las fichas programadas con una letra estupenda, los niños estaban aprendiendo. Por eso abrí la cuenta de Instagram, donde voy mostrando al mundo las actividades que se me ocurren. Y no solo las que se me ocurren a mí, muchas veces se les ocurren a los niños.

Así empezó, sin pensar que esto iba a llegar a nada, ni mucho menos que me ibas a estar haciendo una entrevista ahora mismo. De la noche a la mañana esta cuenta se convierte en un auténtico boom que asusta. Ha llegado un punto en que tengo que estar preparado para las buenas críticas y las no tan buenas, porque no todos vamos por el mismo camino ni pensamos lo mismo de la educación.

A los padres de los caballitos se lo digo. Cuando tú crees en algo y estás seguro de ello, ¿por qué no? Y si, además, ves resultados...

¿Dónde sitúas a las familias en la educación?

Las familias son un factor muy importante. Si tú no involucras a las familias en la educación de sus hijos, y no se lo muestras realmente, no hay nada que hacer. Mi aula está abierta a todo el mundo, siempre ha estado abierta a todas las familias que quisieran venir y ver lo que hacemos. Cómo no lo voy a abrir también al mundo, es algo que tenía que hacer. Era como decir: “quiero poner mi granito de arena para poder reivindicar cosas y demostrar que las cosas sí se pueden cambiar”.

¿Esto se puede hacer en una escuela pública?

Mi colegio es concertado pero sí, se puede hacer. El sistema educativo te exige unos contenidos mínimos pero no te exige cómo se imparten. Eso sí, requiere de mucho trabajo y esfuerzo. Hay muchos maestros y maestras que quieren cambiar, pero conviene recordar que las editoriales también son un negocio. Yo no rechazo el libro de texto, es una herramienta de apoyo. En mi opinión el libro debería servir de refuerzo, pero no ser la base principal. Tú puedes crear tu propio plan pedagógico, en el que metas alguna actividad en ficha, pero siempre teniendo en cuenta las necesidades del niño.

¿Y de qué manera enseñas a leer y escribir, por ejemplo?

Aprenden igual o mejor que con los métodos “tradicionales”, pero lo hacen escribiendo sobre un papel continuo tirados sobre el suelo. Ellos se divierten así, inventan sus propias palabras y definiciones. Es una forma de motivar y partir de sus intereses. Para mí hay dos palabras fundamentales en educación: felicidad y motivación.

Si los niños no son felices aprendiendo, les queda una vida muy triste por delante. Si empiezan con 4 o 5 años a odiar un libro, es que algo no funciona. No puedes estar siempre obligándoles. Llegan a tercero de primaria cansados y en secundaria ya no quieren ni seguir.

Si un niño no está motivado y no siente curiosidad por lo que le rodea, si no se plantea preguntas de todo tipo, es que vamos muy mal. Pero hacer esto cada día conlleva muchísimo tiempo y habría que eliminar mucha burocracia entre otras cosas.

¿Cómo es un día normal con “Los caballitos”?

Llego a las 8:45 de la mañana al centro y están los niños como locos alrededor de mí, deseando entrar en clase. Depende mucho del día, pero normalmente empezamos la jornada con la asamblea, ahí decidimos lo que vamos a hacer. Yo puedo tener preparado que hoy vamos a estudiar el Sol, pero a lo mejor a los niños les apetece estudiar los agujeros negros. ¿Por qué no? ¿Qué hay de malo en ello? Pues cambiamos y hacemos lo que sea para estudiar los agujeros negros.

Los contenidos mínimos los doy, pero lo hacemos de otra manera. Ellos son los protagonistas de su educación, deben ser ellos los que realicen todo el proceso. Pienso que es absolutamente necesario inculcarles el pensamiento crítico y que puedan razonar sus decisiones desde estas edades, porque si no estaríamos creando productos homogéneos de fábrica que siempre obedecen y carecen de opinión. Y esto empieza aquí. Siempre que no estén de acuerdo con algo deben decir qué piensan y razonar por qué.

A la salida a veces están muy cansados, pero me pasa muy a menudo que termina la jornada y los chavales no quieren irse a casa.

La libertad que le das a los niños hay que saberla llevar. ¿Cual es tú secreto?

No castigo nunca. Hablo mucho y me agacho mucho. Para mí es muy importante ponerme a su altura, y empatizar. Al fin y al cabo los niños no hacen las cosas mal, sus comportamientos son un reflejo de lo que hacemos los adultos, lo que nosotros hacemos mal. La única norma que tengo es hablarlo todo. Cuando se los entrego a los padres me arrodillo y me van dando un abrazo, un beso y les digo que les quiero. Esto día tras día. Y con eso un niño se siente comprendido y con ganas de volver.

¿Esa libertad significa que no impones normas?

Es evidente que debe haber normas. Yo no soy partidario de que estén continuamente haciendo filas como en el ejército, pero para no tener que estar regañando todo el rato les he explicado que en algunos momentos hay que estar en silencio y respetar un orden para saber por dónde tenemos que ir. Solo hay que explicárselo y lo llegan a entender. Hay muchos métodos para trabajar el silencio o el orden, pero ahí entran las familias. Hay que llevarles a bibliotecas, a museos, al cine, al teatro. Ahí ellos aprenden esas normas sociales y son capaces de comprenderlas.

Utilizo mucho el refuerzo positivo, en plan “oye, esa mesa está muy bien organizada” o “esta mañana fulanito y menganito lo estáis haciendo fenomenal”. Y los demás ya corren a hacer lo mismo. Odio las caritas tristes y las caritas alegres. Nunca corrijo nada de esta manera. Les doy alternativas para que desarrollen el pensamiento crítico-constructivo, y sean más originales, no se copien. Creo que es algo que tienen que saber ellos mismos, tienen una responsabilidad acorde con su edad. En mi experiencia veo que a la larga no funciona, porque luego son ellos los que te piden “ponme una carita contenta” y dejan de hacer las cosas por sí mismos, las hacen motivados solo por la pegatina o la carita.

Coordinas un Proyecto de Creatividad en el colegio que ya incluye a todos los niveles. ¿Qué es para ti ser creativo?

Es ser capaz de transformar cosas antiguas en nuevas, de generar ideas nuevas de valor y llegar a soluciones diferentes mediante distintos procesos. Los niños tienen esa capacidad creativa que es la que me gusta desarrollar, podéis ver ejemplos en mi Instagram o Facebook.

En eso consiste realmente el Proyecto de Creatividad que coordino en el centro, basado en unos aspectos fundamentales: poder trasladar una metodología más lúdica y dinámica, donde sean los alumnos los protagonistas de su propio aprendizaje mediante la investigación, la curiosidad y el trabajo en equipo. ¿Qué se consigue? Motivar a los alumnos hacia el aprendizaje, fomentar el trabajo en equipo, que disfruten aprendiendo y vengan felices al colegio a pasar unas cuantas horas con personas que tan solo intentan guiar su aprendizaje y sacar lo mejor de cada uno.

Muchos padres admiramos tu trabajo, pero no contamos con profesionales como tú en las aulas de nuestros hijos.¿Te atreves a darnos algún consejo al respecto? ¿Qué podemos hacer desde casa?

Lo primero que se tiene que hacer en casa es confiar en vuestros hijos. Cada niño tiene su talento, cada niño es distinto y tiene sus gustos. Nos echamos las manos a la cabeza porque saque un 5 en matemáticas, pero no somos conscientes de que puede que sea un gran pintor, un gran panadero o un gran deportista. Nunca lo sabemos y no lo apreciamos. La sociedad de hoy en día no se para a pensar que podemos ser mucho más creativos de lo que somos. Y es que, a veces, un poquito de aburrimiento es lo ideal para poder pensar, imaginar y trasladarnos a un mundo que tan sólo nosotros podemos crear.