LA VUELTA AL MUNDO EN 13 ESCUELAS INNOVADORAS
El lunes recién pasado les compartimos un reportaje realizada por Canal 13 a la escuela Karol Cardenal de Cracovia, destacada por el investigador español Alfredo Hernando, experto en innovación educativa quien recorrió el mundo en busca de escuelas innovadoras.
Revisando casos de otras escuelas que están buscando formas distintas de enseñar, nos encontramos con esta selección de 13 escuelas innovadoras realizada por el sitio TechInsider, de escuelas que han buscado mover los límites de la educación, ya sea incorporando nuevas tecnologías y métodos de enseñanza, salidas a terreno, rechazar las normas sociales, y/o asociándose con la comunidad local.
Sigue leyendo para descubrir interesantes casos en Nigeria, Perú, Estados Unidos, Suecia y Camboya, que plantean cómo puede llegar a ser la educación en un futuro no muy lejano.
Makoko Floating School. Lagos, Nigeria.
La escuela que flota.
En el barrio flotante de Makoko, existe una escuela para todas las edades que sirve como un espacio para el aprendizaje común y un ejemplo para los futuros proyectos de edificación en las costas de África.
La forma triangular de Makoko -de tres pisos en altura- está construida para resistir el aumento del nivel de agua en la laguna. De más de 1000 metros cuadrados, esta escuela (creada por la firma de arquitectura NLÉ, la fundación Henry Böll y ONU) incluye un área de juegos, baños secos y salas de clases, pudiendo albergar hasta 100 estudiantes.
Según estimaciones de ONU, para el año 2050, 28 países africanos habrán duplicado su población. Considerando el hecho de que comúnmente África tiene un mayor porcentaje de población joven que el resto de las regiones del mundo, esta estructura de construcción podrá ser muy útil para ayudar a aquellos niños que no tienen acceso a servicios básicos.
Ørestad Gymnasium. Copenhagen, Dinamarca.
La escuela en un cubo.
Ørestad Gymnasium es una gran sala de clases, donde más de 1100 estudiantes de enseñanza media pasan la mitad de su tiempo en un enorme cubo de cristal, esquivando la enseñanza tradicional.
Animando a los estudiantes a colaborar en entornos abiertos, la escuela piensa que esto les ayudará en el futuro para enfrentar con mayor flexibilidad los problemas.
“Queremos una enseñanza donde los estudiantes hagan investigaciones y trabajen juntos en la solución de problemas reales” dice el director Allan Kjaer Andersen. “Por lo mismo queremos ser una escuela abierta conectada con el mundo exterior”.
Los espacios abiertos, adornados con gigantes “tambores” para un entorno más relajado de aprendizaje, animan a los estudiantes a asumir un papel más activo en su educación. Los niños se separan en grupos y forman aulas improvisadas con los maestros, presentes a veces solamente para guiarlos. En tanto, existen paredes móviles y estanterías que crean entornos más íntimos.
“No es suficiente con transmitir el conocimiento, sino que también hay que darles una forma de llevar ese conocimiento a la acción” dice Andersen. “Eso es muy importante para nosotros, y me parece que para las escuelas modernas también”.
Big Picture Learning. Providence, Rhode Island.
La escuela en el mundo real.
El modelo Big Picture Learning rompe las barreras entre la educación y el mundo laboral. Desde un principio, 12.000 estudiantes aprenden que sus pasiones creativas van primero. Para fomentar esas pasiones, los estudiantes son puestos en parejas con mentores que trabajan en las áreas que son de su interés. “El elemento más importante en la educación de una escuela Big Picture Learning es que los estudiantes aprenden en el mundo real” dice Rodney Davis, director de comunicaciones de la escuela. Este modelo se encuentra actualmente en 55 establecimientos a nivel nacional.
“Al final, cada estudiante completa un ATP (Aprendizaje a Través de la Práctica)” dice Davis. “Los proyectos están conectados a los intereses de los estudiantes y a satisfacer las necesidades de los mentores, ya sea armando un negocio, desarmando un auto o aprendiendo las leyes”.
Preescolar Egalia. Estocolmo, Suecia.
La escuela sin género.
El sistema escolar de Egalia se basa en la igualdad total de sus estudiantes. El sistema se compone de dos escuelas, Egalia y Nicolaigarden, que rechazan los pronombres de género con la esperanza de llevar a relacionarse a los niños en igualdad de condiciones. En lugar de “él” y “ella”, los niños son llamados por su nombre de pila o bien como un grupo. “Es parte de una búsqueda por evitar la discriminación de todo tipo. Eso incluye género, religión, edad, orientación sexual, expresión de género, discapacidad” dice el director Lotta Rajalin. Este enfoque se transmite a los niños a través del trabajo diario, en las relaciones con sus padres y con los demás.
Los niños aprenden a juzgar a los otros por sus acciones, no por estereotipos. “Es importante que los niños aprendan la base de la democracia tanto en la teoría como en la práctica, con el fin de ser buenos ciudadanos que no discriminan” dice Rajalin. “Una buena confianza en sí mismo es la base para el desarrollo”.
AltSchool. San Francisco, California.
La escuela de Silicon Valley.
AltSchool planea un giro completo a la educación tradicional, cambiando el modelo de prueba tradicional por uno que mejora las habilidades tecnológicas. Ponen a los niños a pensar con flexibilidad para que puedan adaptarse a medida que el mundo cambia. Para los niños se convierten en algo cotidiano cosas como las placas de circuitos o aprender modelado 3D para construir casas de juego, todo esto para que se sientan cómodos con el futuro que les da la bienvenida. “La experiencia de la escuela puede ser mucho más que el consumo de datos y cifras” explica el director Max Ventilla. “Debemos educar a los niños de forma integral, para que aprendan a resolver problemas”. El aprendizaje social y emocional es la prioridad, donde los estudiantes deben ser parte del proceso de establecimiento de objetivos.
AltSchool está creciendo rápidamente. La escuela, que educa a niños de entre 4 y 14 años, comenzó en la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, en 2013 y se ha ido expandiendo a Brooklyn, Nueva York, y Palo Alto, California. En el futuro, AltSchool planea estar presente en todo Estados Unidos.
Escuela Vocacional de Sra Pou. Sra Pou, Camboya.
La escuela para construir comunidad.
Diseñada por la firma de arquitectura finlandesa Rudanko+Kankkunen, esta escuela camboyana para todas las edades fue construida por la comunidad para la comunidad, para aprender cómo transformar sus pasiones en negocios de pleno derecho. Una ONG local provee los profesores para guiar a los estudiantes en dicho proceso. Construir la escuela fue una lección en sí, pues los arquitectos crearon la estructura parte por parte con los residentes locales, dándoles claves importantes para que ellos puedan levantar construcciones similares para sí mismos.
“La escuela ayuda a las familias a ganar independencia”, explica Rudanko+Kankkunen. Antes que desgastarse en trabajos mal remunerados, hombres, mujeres y niños aprenden las claves para hacer sus propios bienes manualmente y venderlos a personas de lugares cercanos.
Además, cuando no se está usando como escuela, el edificio sirve como oficina municipal, para tomar decisiones democráticas y para hacer reuniones como comunidad.
Secundaria P-TECH. Booklyn, Nueva York.
La escuela que sirve como puente entre la secundaria y la universidad.
P-TECH fue lanzada por IBM en 2011, para dar a los adolescentes en Nueva York una forma de entrar a la universidad que evitara el sistema tradicional de cuatro años de enseñanza media. En lugar de eso, los alumnos completan un “grado” de seis años. Impulsados por tutorías y prácticas en los campus de STEM, en el quinto y el sexto año los estudiantes ganan un título asociado a la cercana New York City College of Technology, donde muchos se van después a obtener una licenciatura.
“P-TECH está transformando la secundaria” dice Stanley Litow de IBM, gestor del modelo P-TECH. “Esto le ofrece a los estudiantes un camino claro entre la escuela y la universidad, dándole a los jóvenes oportunidades que ni siquiera imaginan, y directamente colaborando al desarrollo económico del país”. La primera generación de P-TECH egresó este año, dos años antes de lo previsto, con dos títulos bajo el brazo.
Steve Jobs School. Amsterdam, Holanda.
La escuela que piensa diferente.
Tal como su nombre sugiere, la escuela Steve Jobs rechaza la sabiduría convencional en su totalidad: en lugar de encajonar a los niños bajo un mismo sistema educativo, deja que vayan a su propio ritmo. Maurice de Hond, el fundador de la escuela, explica que cada estudiante empieza con un Plan de Desarrollo Individual (PDI) que lo evalúa cada seis semanas, con el niño, los padres y el entrenador (la escuela no habla de profesores).
Basado en este PDI –dice de Hond –se le ofrece al niño nuevos desafíos personales de aprendizaje e instrucción, para que pueda elegir a lo largo del tiempo. Todos los estudiantes entre 4° básico y II° medio reciben iPads totalmente cargados con aplicaciones que guían el aprendizaje individual. El objetivo es que los niños puedan diseñar su propia educación. “En la escuela Steve Jobs ningún niño es una excepción, ya que cada uno trabaja a su propio ritmo” dice de Hond.
Brightworks School. San Francisco, California.
La escuela que enseña peligrosamente.
Iniciada por el visionario Geven Tulley en 2011, Brightworks toma muchas de las cosas peligrosas que los padres prohíben hacer a sus hijos y crea una enseñanza completa basada en ellas. Niños desde los 5 hasta los 18 años se ensucian, juegan con fuego, usan electrodomésticos y hacen proyectos de arte; todo en un mismo día.
“Invitamos a los estudiantes a ser co-autores de su educación, que apoyen al conjunto único de habilidades e intereses que los motivan” dice Tulley. La escuela se ubica en un enorme galpón lleno de arte llamativo y teatros improvisados, para aprovechar el lado creativo de los niños.
“El mundo necesita de personas que vean las problemáticas más difíciles como rompecabezas interesantes, y que tengan la capacidad creativa, habilidades y la audacia para llevar a cabo los cambios reales” dice Tulley. “Son personas que son alegres al contribuir y no al consumir, participando activamente en el mundo más allá de las fronteras sociales y económicas”.
Escuelas Carpe Diem. Aiken, Ohio.
La escuela concebida como una oficina.
La escuela Carpe Diem se ve más como un edificio de oficinas que como una sala de clases. Dentro de la sala misma, mejor conocida como Centro de Aprendizaje, hay 300 cubículos, uno para cada estudiante. Cada cubo tiene un computador, que guía al niño en su educación. “Nosotros personalizamos la educación” dice Robert Sommers, director de Carpe Diem. “Empezamos por entender al estudiante y luego adaptamos nuestro trabajo para entender sus requerimientos para obtener el éxito. Si los estudiantes tienen problemas con su aprendizaje online ellos pueden pedir instructores para que los ayuden.”
Este modelo ha dado resultados excelentes en un puñado de escuelas Carpe Diem, desde 3° básico hasta 4° medio. Carpe Diem-Yuma, en Arizona, superó a todas las escuelas públicas del estado de Arizona en el AIMS, prueba aplicada cada cuatro años. El promedio de la población fue de 65%, en tanto que el de la escuela Carpe Diem fue de 92%. En Indianápolis, los niños están aumentando sus habilidades de lectura equivalentes a tres años en tan solo un año.
“Todos los estudiantes son distintos”, dice Sommers. “Sin embargo, debemos prepararlos a todos para lo que será la vida después de la escuela, ajustándonos a sus necesidades para que sean más exitosos, pues nosotros creemos que nuestro éxito se basa en el éxito de nuestros estudiantes.”
Colegios Innova. Perú.
El colegio construido por diseñadores de clase mundial.
Innova es la respuesta de Perú a la falta de educación estandarizada en el país. La escuela combina varias formas diferentes de instrucción -aprendizaje en tecnología, clases guiadas, trabajo en grupo- en un entorno que fue diseñado para ser modular y adaptable a cada ubicación.
El ingeniero Jorge Yzusqui y el empresario Carlos Rodríguez – Pastor se unieron para ampliar el modelo, en conjunto con la gran empresa de diseño IDEO.
Hoy en día, existen 29 escuelas de todo el país. Los estudiantes pasan la mitad del día inmersos en una educación online guiada y la otra mitad recibiendo una instrucción más tradicional. La escuela tecnológica, que está abierta a niños desde los 4 años en adelante cuesta alrededor de $ 130 dólares al mes. Hasta ahora ha sido un gran éxito. En 2013, el 61 % por ciento de los niños de segundo grado Innova aprobó los exámenes estatales. El promedio nacional fue sólo del 17%.
Escuela Azul. Nueva York.
La escuela que mezcla compasión y creatividad
La creatividad es la reina en la Escuela Azul, que fue fundada como un jardín infantil en 2006 por Blue Man Group. Observando una brecha en el funcionamiento de las escuelas el grupo se esforzó en llevar un poco de su rareza y de su amor por la investigación a la educación.
Como parte del plan de estudios, los niños desde segundo a octavo básico buscan maneras de mejorar el reciclaje, crean modelos 3D de la ciudad de Nueva York y arreglan electrodomésticos. Con eso obtienen cercanía con los problemas del mundo real, de mejor forma que si aprendieran las tablas de multiplicar con tarjetas flash.
Su sistema de aprendizaje dinámico va desde 2° hasta 8° básico. No importa su edad, a los niños se les enseña que la creación y aplicación de nuevas ideas es parte importante de su conjunto de habilidades.
“Los estudios muestran que el enseñar y promover habilidades tanto intelectuales como sociales lleva a formar pensadores adaptables, colaboradores y orientados a resolver problemas, personas innovadoras que rompen esquemas, capaces de responder rápidamente a las demandas del mundo real”.
Samaschool. San Francisco, California.
La escuela que dice que nunca es muy tarde.
Siempre es difícil encontrar trabajo cuando no se tiene, pero lo es aún más para las personas con bajos ingresos. Son precisamente esas personas las que le interesan a Samaschool, escuela que proporciona a los adultos distintas habilidades digitales y empresariales que son muy demandadas en el mercado actual, y que los pueden ayudar a encontrar un trabajo.
Los estudiantes pueden elegir entre el curso de 10 semanas que tiene una duración de 80 horas, o el curso en línea, con una duración de entre 20 y 30 horas. “En un corto período de tiempo, el modelo Samaschool lleva a la gente a cambiar drásticamente sus costumbres”, dice Tess Posner, director de Samaschool. “Entre los estudiantes que se han graduado y encontrado trabajo online, han subido sus salarios por hora un 27% en promedio”.
La economía se desplaza cada vez hacia un modelo digital, donde todo es cada vez más rápido. Samaschool es un ejemplo de cómo, por un bajo costo, se puede preparar a las personas para los crecientes ámbitos de la economía digital.
En Chile contamos también con interesantes experiencias y proyectos educativos que están cambiando día a día la cara de la educación. ¿Conoces tú alguno? ¿Eres profesor, directivo, estudiante o apoderado en un colegio o jardín innovador? ¡Cuéntanos en los comentarios!