"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)
Los cuatro cuadrantes

El Libro Blanco del Docente divide a la comunidad educativa, que admite que profesores y maestros apenas son evaluados a lo largo de su carrera profesional.

UN ESBOZO ABIERTO A "TODO EL MUNDO"

El filósofo y pedagogo José Antonio Marina recibió el encargo del Ministerio de Educación de trazar las líneas maestras del Libro Blanco. El experto, autor del ensayo ‘ Despertad al diplodocus. Una conspiración educativa para transformar la escuela ’, ha esbozado su propuesta «para ser debatida, completada, desechada o aceptada» en su blog , abierto a la colaboración de «todo el mundo». Considerado «el filósofo de cabecera de Zapatero», Marina incluye a diario en su bitácora las aportaciones que la comunidad educativa va sugiriendo al proyecto, que en principio está llamado a ser el germen del Pacto por la Educación, un desenlace que dependerá en cualquier caso del resultado de los pactos para el nuevo Gobierno.


El llamado Libro Blanco de la Función del Docente ya está en el ministerio de Educación. El filósofo y pedagogo José Antonio Marina ha entregado al responsable de la cartera educativa (hoy en funciones), Íñigo Méndez de Vigo, un documento que, si bien aún es sólo un boceto, un esbozo, una idea elaborada, podría cambiar cimientos y establecer nuevas bases del modelo educativo y formativo, especialmente, en relación con el profesorado. Básicamente, el texto que podría afectar a 14.000 docentes en Granada pretende definir la base para una regulación de la función docente. Una guía en la que basarse para un futuro Estatuto docente y que podría dar la vuelta a la profesión en unos cinco años.

El documento no ha dejado indiferente a nadie de comunidad educativa. Marina, entre otras cuestiones, pone en el vértice educativo uno de los aspectos en las que se lleva trabajando mucho tiempo pero que no ha terminado de cuajar: la evaluación docente más allá de la inspección oficial o de determinados planes educativos de calidad. Lo han llamado evaluar al maestro, examinar al que examina, poner nota a los que ponen notas y, en realidad, es un poco así. La posibilidad de que los profesores puedan ‘volver’ a ser evaluados, puntuados y hasta caer en un 'suspenso metafórico' ha encendido la luz roja de muchos sectores.

Que se debe apostar en la mejora de la calidad educativa y de la plantilla docente, sí, ahora, la forma de hacerlo es donde aparecen las diferencias.

El responsable de la delegación de Educación en Granada, Germán González, es contundente a la hora de valorar la propuesta lanzada a Marina desde el Ministerio. «No entro en el contenido porque no se conoce en su profundidad , pero sí en las formas y la filosofía». González deja claro que el sistema educativo tiene que ser evaluado y dentro de él, la labor docente, pero declara que no se puede «demonizar a nadie ni cargar las tintas sobre un sector que, precisamente, ha estado realmente maltratado por el Gobierno actual». Señala que los resultados educativos son el resultado de todo un equipo y un proceso educativo en el que hay que trabajar y apostar «no recortar como se ha hecho hasta ahora». El delegado apunta que, a pesar de que hay casos de todo tipo, en Granada el nivel y la implicación docente en los centros es alta. Desde los centros y desde los servicios de inspección –cada uno con sus competencias– se realizan este tipo de controles de calidad y lo normal que no se abran anualmente más de quince expedientes. «Algunos de ellos por motivos diferentes a los estrictamente educativos y relacionados con el alumnado, por lo que en ese sentido nos sentimos tranquilos».

Coincide en la importante labor y la profesionalidad del profesorado José Ginés, secretario de la Asociación de Orientadores de Granada, Jaén y Almería, Asosgra. «Nuestra defensa al profesorado que es el que está salvando el sistema educativo y está siendo capaz de sobreponerse y adaptarse a siete cambios legislativos en Educación». Encontrando este punto en común con el delegado, desde Asosgra sí creen que el Libro Blanco de Marina pueda ser un primer paso para lograr lo realmente deseado. Un pacto por la educación «que debería hacerse ahora». La asociación de orientadores ha sido una de las que ha aportado propuestas en el documento y la que apuesta por ese pacto basado en la equidad, la inclusión y la calidad. «Acompañar al alumno para aprovechar su talento y crear un sistema basado en valores». En relación a la evaluación docente, el secretario de Asosgra destaca la necesidad de establecer las bases de cómo debe ser la formación, la selección del profesorado y su evolución. Al respecto son conscientes de que «la vocación es la base de todo».

El delegado apunta en relación a esto último que habría que intentar «que a la carrera lleguen personas que quieran ser docentes y no por una salida laboral». Colaborar en su formación, apostilla: «Y eso se hace con financiación y un modelo económico claro, el consenso educativo y el reconocimiento social».

Otra pieza importante son los sindicatos docentes. Manuel Pérez es presidente del Sindicato Independiente ANPE en Granada y considera que el desarrollo del Libro Blanco es, en cierta medida, extemporáneo. «Consideramos que este tipo de documentos no deben responder a ningún momento político y, por el momento, no se puede considerar una norma básica». Pérez piensa que la necesidad de mejorar el sistema educativo es positiva pero siempre de unos criterios objetivos y enmarcado dentro de un estatuto docente.

«Dentro del mundo educativo hay casos en los que sí se pueden advertir ciertas carencias dentro del profesorado pero son los menos, a nivel general, el nivel docente responde a unos parámetros positivos», cuenta. En cualquier caso, desde ANPE se subraya que todo lo que sea mejorar y subir los estándares de calidad es bueno para la profesión. «Buscar una regulación del docente perfeccionándose a través de su carrera, buscando la implicación del centro, desarrollando el currículum y la praxis y posicionando a la educación española cada vez mejor», señala. Y pone el acento en que en este tipo de circunstancias queda al descubierto «lo vocacional» de esta profesión. «Hay profesores que lo son casi desde pequeños. Gente apasionada por su profesión que se pasa toda su carrera formándose y avanzando porque realmente es lo que quieren. Otros, lo hacen más por tener una alternativa y eso se nota a la hora de impartir las materias. Sin olvidar otros factores que también afectan como el alumnado o las familias». El portavoz, que es profesor en un instituto de la provincia, tiene claro también que más que evaluar a los profesores habría que evaluar el antes y el después. «Es decir, la formación que tienen y la realidad que se encuentran».

CONCIENCIA EDUCATIVA

Este aspecto lo tiene muy claro Jéssica Barbera. La joven ha estudiado Magisterio de Educación Primaria en la Universidad de Granada se encuentra haciendo el practica de un colegio de la capital. Sin dudarlo coincide con el portavoz del ANEE en que la facultad es para adquirir los conocimientos y que la realidad para formarte. «En las clases aprendes mucho sobre el currículum, psicología, Organización pero la metodología para trasladar todo eso al aula, no». Ella está siendo testigo en su centro de profesores de diferentes generaciones y de las distintas tácticas que tienen para enseñar. «Se nota quien tiene recursos actualizados y quién saca más rendimiento a las nuevas posibilidades educativas».

Desconoce si será por el Libro Blanco o de otra manera, pero considera que las auditorías docentes son positivas. «Más que reciclar conocimiento, siempre es bueno que se recicle en metodología y en nuevas estrategias». Barbera explica que la Educación, como todas las profesiones, evoluciona con el paso del tiempo y «afortunadamente, ahora no se enseña igual que antes, por eso sería bueno una evaluación de unos cinco años». Apunta, por eso, que estar al día, realizar cursos habitualmente y conocer cómo trabajan otros compañeros, ayudan a los docentes a evolucionar. «Me sorprende las formas y recomendaciones que te dan los libros de teoría para mejorar la caligrafía en los pequeños y, luego realmente, como un ‘simple’ reto de pasar de lápiz a bolígrafo puede ser la mayor motivación para ellos». Tiene claro que «el maestro se hace, no se prepara», pero que no puede abandonarse con el paso del tiempo.

¿Y qué opinan los padres y madres de los alumnos? Se dividen las opiniones en la Federación Provincial de Asociaciones de Madres y Padres (FAMPA-Alhambra), otras de las patas importantes a la hora de analizar este Libro Blanco. Amelia Garrido, la portavoz en Granada, apunta que al margen de la idoneidad y de las formas que se establecen en el libro de Marina, ellos apuestan por un cambio en el modelo educativo. Las comparaciones son odiosas pero Garrido hace referencia a la envidiada Finlandia y su proceso de evaluación continua de todos los miembros de la comunidad educativa. «De todas maneras desde la FAPA se apunta que la cuestión de la evaluación del profesorado es importante pero no es la prioritaria para muchos padres». Garrido expone que en el cambio de modelo educativo se incluyen aspectos que mejorarían todas las patas y redundarían en mejoras para los profesores y los alumnos. «Hablamos de una educación más abierta que va más allá de los libros, trabajar por proyectos, por actividades fundamentales como el comedor escolar», detalla. Desde la FAPA se apuesta por ir más allá para un beneficio común.

En todo este cubo de Rubik de opiniones, José Antonio Ortega, profesor del departamento de Didáctica y Organización Escolar y director del grupo de investigación Tecnologías Educativas e Investigación Social, expone que el documento de Marina plantea una serie de cuestiones importantes en relación a la evaluación docente, pero va más allá y apunta que además de al sector docente habría que evaluar a «una administración que somete a los docentes a reformas y contra-reformas que afectan directamente al profesorado». Ortega considera que las turbulencias que han afectado a la Educación lo últimos años, con siete reformas, han creado cierto hartazgo entre el cuerpo de los maestro que hay que erradicar. Él, como la mayoría de las voces incluidas en este reportaje, reivindican un Modelo de Evaluación Integral de la Educación y un Pacto Educativo que aporte la estabilidad necesaria a todo el colectivo. «Sería la clave para que se revitalice la función docente, se vuelva a crear la ilusión perdida, los equipos directivos recuperen el papel que les corresponde y la Educación adquiera a nivel social el crucial que tiene», concluye.

LAS PROPUESTAS DE MARINA

Revisión de las reformas: Desde hace cuarenta años, la mayor parte de los países han emprendido reformas educativas. ¿Por qué han triunfado unas y fracasado otras?

El docente y los directores en el cambio educativo: Tanto los informes McKinsey como los documentos publicados por la OCDE y por la UE indican que los docentes y los equipos directivos son los protagonistas de la transformación educativa. La calidad del sistema depende de la calidad de los docentes.

La carrera profesional: Cómo hacer atractiva la profesión para captar a los mejores. Necesitamos convertir la profesión docente en una carrera atractiva. Y, en primer lugar, definir la profesión.

Retribución y objetivos: Fomentar la cultura de la evaluación del desempeño docente. Relacionar los resultados de esas evaluaciones con el desarrollo profesional (formación, retribución y promoción).

Los mejores expedientes: Promover en España una campaña parecida a la del 30% de los mejores expedientes a educación. Encuentra un obstáculo en la universidad española, que piensa que los mejores deben dedicarse a la investigación, y no llegan a las aulas.

Selección y formación: Implantación de un sistema parecido al MIR, que habilitará tanto a los futuros profesores de la enseñanza pública como a los de la concertada y la privada.

Criterios de evaluación del profesor: 1. Su portafolio profesional, que es la documentación sobre toda su trayectoria académica y profesional, itinerario profesional, los cursos a los que ha asistido, las actividades que ha hecho, etc. 2. El aprovechamiento pedagógico del alumno. No la nota, sino el modo en que ha progresado el estudiante. 3. La opinión del alumno. 4. La observación del profesor en el aula. El modo en que da clase, cómo se relaciona con el alumno, el clima del aula... 5. La relación que mantiene con los padres de los alumnos. La colaboración con las familias es esencial. 6. El modo de colaborar con el resto de profesores del centro. 7. La calidad del centro educativo donde imparte clase.