"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

13 FORMAS DE ENCENDER LA “LLAMA” DE LA MOTIVACIÓN

DINÁMICA ESPIRAL

La motivación es una fuerza interior que permite llevar a cabo una acción, un deseo de convertir el decir en hacer. La motivación por acometer una tarea, nos lleva a la determinación por acometerla. Es así, como el aprendizaje se convierte en acción, como el potencial se convierte en producción.

Renzulli en su concepto de los “Tres anillos”, define los comportamientos excelentes, como aquellos que suceden cuando se combina alta capacidad, creatividad, y motivación. Las historias de aquellos hombres que destacaron por sus logros siempre tienen algo en común, personajes que mostraron una gran determinación y motivación por conseguir su objetivo. Persistencia y resilencia.

Además algunas comunidades en España exigen un alto grado de motivación en nuestros pequeños para ser “clasificados” como niños con alta capacidad y acceder así a una atención educativa acorde.

Hoy en día, pues, no se discute que la motivación, y más allá de ella, la determinación, son las claves del éxito, sea cual sea la forma en que ésta se mida. Pero la motivación es, precisamente, el gran caballo de batalla para los padres con niños de alta capacidad. Estos niños con alto potencial, muchas veces no muestran motivación por su aprendizaje académico. Las tareas escolares les aburren y abaten. Así, su rendimiento, no esta a la altura de su potencial. Maestros y padres no sabemos muy bien, como despertar esta motivación en estos alumnos antaño brillantes.

El Profesor Steven Pfeiffer de la Universidad de Florida, (EE.UU), psicólogo autor del modelo tripartito para la identificación de las altas capacidades, autor de libros como “Social and Emocional needs of the Gifted” o “Serving the Gifted”, desde su experiencia en la evaluación y atención de niños de alta capacidad y sus familias, director del programa de verano de la Universidad Duke para niños con Alta Capacidad, miembro de la NAGC, investigador de reconocido prestigio internacional, nos da alguna claves sobre la motivación (para niños de alta capacidad, pero también para el resto del alumnado):


Padres y profesores muestran siempre gran interés por cómo motivar a aquellos estudiantes que parecen mostrar una falta total de motivación por aprender. Esta es, sin duda, una cuestión importante. Hay muchos motivos que explican esta baja motivación. Quizá, de hecho, haya tantos motivos que expliquen el bajo rendimiento de un alumno como estudiantes que parecen haber sido “apagados” por la escuela y el sistema educativo.

La motivación es un factor muy importante, es imprescindible para que el aprendizaje se genere. Es importante en todos los niveles de aprendizaje y a todas las edades y cursos, es igual de importante para todos los alumnos, alumnos medios, alumnos con problemas de aprendizaje y también para los niños con alta capacidad. Como director del programa pre-universitario para niños con alta capacidad, y más recientemente como co-director del programa de verano en ciencias, ingeniería y tecnología espacial del instituto de Florida para alumnos excelentes, he observado de forma repetida y de primera mano la importancia de la motivación en el aprendizaje. Y como profesor universitario también he observado el gran papel que juega la motivación en el éxito de nuestros graduados. Incluso entre los estudiantes más brillantes, seguimos observando diferencias individuales en el impulso, entusiasmo, persistencia, determinación, compromiso y placer. Esto es un hecho. Los niños tienen unos niveles de motivación muy diferentes entre si.

La investigación aún no tiene herramientas de medición de la motivación con la precisión o capacidad de discriminación que aportan los test de CI. Pero si las tuviéramos, seríamos capaces de apreciar que los niños varían tanto en la motivación que están dispuestos a mostrar en la escuela como varían en su capacidad intelectual. La varianza es enorme.

Desde mi experiencia y observación, de equipos de fútbol, -he sido psicólogo asociado del equipo de fútbol de Duke- he sido testigo del proceso por el que el talento se desarrolla por debajo de su capacidad, qué importante es la motivación en la transformación de las habilidades generales y específicas de los jóvenes atletas, en el talento desarrollado de los profesionales de la liga de fútbol, incluso de los campeones mundiales. Y me he dado cuenta que el mismo proceso de desarrollo tiene lugar en el aula y en los laboratorios de ciencia, que en el campo de fútbol, (lo mismo que en los juzgados, en los quirófanos, estudios de arte, escenarios y en cualquier ámbito cultural). La motivación es que la marca la verdadera diferencia.

Algunas técnicas y estrategias para desarrollar la motivación son “universales”, funcionan con prácticamente todos los alumnos con independencia de su estilo de aprendizaje o su nivel de capacidad. Funcionan para cualquier zona geográfica, género o clase social. Sin embargo hay otras con una efectividad más limitada, trabajan positivamente en algunos alumnos, pero no con todos.

Deja de decirle a los niños que son inteligentes.

Este es un principio especialmente necesario con los niños más capaces con problemas de motivación. Recordar a los niños cuán inteligentes son, alberga buenas intenciones pero trasmite al niño el mensaje de que, porque son tan inteligentes, porque tienen ese cerebro tan especial, no necesitan esforzarse en la escuela. Esto puede crear lo que Carol Dweck llama un ente de auto-concepción de la propia inteligencia. Un mensaje más poderoso que los padres y profesores pueden ofrecer es repetirle constantemente la importancia del esfuerzo y el trabajo duro para lograr el éxito en el colegio, y en la vida.

Hacer el aprendizaje real.

Ayudar a los jóvenes a encontrar un valor y significado personal en la materia que están aprendiendo. Si esperamos alentar e inspirar la motivación intrínseca –una meta virtuosa y noble para todos los alumnos- entonces los profesores deberían generar actividades de aprendizaje que sean claramente relevantes y significativas para el alumno. Por ejemplo introduciendo ejemplos locales, acontecimientos actuales, o cultura pop en el curriculum de las actividades. Una cita de mi último libro expresa “Si aspiramos llegar a los faltos de inspiración, los desmotivados, los alumnos aburridos, entonces los maestros debemos conseguir que el contenido que enseñamos conecte con los intereses de nuestros estudiantes, el mundo actual y la vida que llevan fuera del aula.”

Estrecha los lazos de relación con tus alumnos.

Conectar con un alumno que esta desmotivado o “apagado” por la escuela, con frecuencia consigue generar un cambio sustancial, casi mágico, en cómo este alumno te percibe como adulto, como una figura de autoridad. Los niños y adolescentes que creen que el adulto les respeta, cree en ellos, se preocupa y se muestra interesado, están más abiertos a escucharle. Este principio, es válido también para los padres, por supuesto. Tomarse el tiempo para escuchar los motivos por los que tu hijo muestra aburrimiento, frustración, crítica y desaprobación de la escuela, los deberes o su profesor, ayuda a crear una profunda relación basada en la confianza y la comprensión. He podido comprobar que incluso los estudiantes más enfadados y desamparados están deseando tener al menos un adulto al que escuchar, al que perciban con un interés verdadero y no crítico hacia ellos.

Muestra gran entusiasmo sobre lo que enseñas.

Animo a los maestros que me preguntan sobre cómo aumentar la motivación de sus alumnos, a pensar en ella como un “virus” capaz de expandirse por toda la clase. Los mejores profesores son capaces de contagiar su entusiasmo por la materia. Esto no es, por supuesto, un antídoto para la baja motivación, pero realmente ayuda a aumentar el nivel de entusiasmo de la clase.

Hacer comentarios positivos con frecuencia.

Aunque éste no es un criterio universal, si puede ayudar a algunos niños. Es lo que los psicólogos llaman “intervención conductual”, basada en los principios del refuerzo. Cuando ésto se aplica en el aula, especialmente cuando un estudiante esta aprendiendo material nuevo, puede reforzar la creencia del alumno de que puede conseguirlo. También puede ayudar alentar al estudiante a desarrollar “agallas”. Sin embargo hay que estar prevenidos de que algunos niños encuentran este acercamiento conductual, usando gráficos, caritas felices, vales, y recompensas e incentivos tangibles, manipulativos, controladores e incluso falsos. En otras palabras, vale la pena hacer la prueba, pero no siempre funciona y puede, incluso ser contraproducente.

Manda deberes que supongan un reto, que sean creativos y divertidos.

Intenta mandar un trabajo que estimule y anime a los estudiantes a ser innovadores, creativos, a pensar “outside de box” (saliéndose de lo establecido). Se que algunas tareas necesitan ser memorizadas o no son especialmente divertidas, también lo he podido observar en los entrenamientos de los futbolistas de élite. Pero los mejores y más exitosos entrenadores combinan las rutinas más tediosas con divertidos ejercicios.

Haz comentarios sobre su trabajo de forma inmediata y concreta

Los niños aprenden mejor y tienen menos probabilidad de sentir frustración cuando aprenden un material nuevo, si reciben comentarios claros sobre su trabajo –no sobre ellos-. Especialmente si el comentario es negativo o correctivo, tienen más oportunidades de ser atendido si se centra en el trabajo y no en el estudiante.

Pregunta a tus estudiantes que hace que algunas clases sean más motivantes y adopta algunas de estas ideas.

En mis años en la facultad, preguntaba a mis alumnos que convertía la mejor clase que habían recibido en la “más motivadora” y después veía si podía aplicar algunas de estas ideas en mi clase. Me hice con un buen puñado de buenas propuestas a lo largo de los años, que otros profesores han podido usar en sus clases con buenos resultados.

Pon más énfasis en las competencias y el aprendizaje y menos en las notas y el logro.

Las notas son importantes, desde luego, pero hoy en día el péndulo esta mucho más inclinado sobre el logro que sobre el aprendizaje. Tanto la familia como la escuela necesitan dar mucha más importancia a la adquisición de competencias y el amor a la investigación y el proceso de aprendizaje. Las notas, las metas, los logros son importantes, muy importantes, pero al menos tan importantes como alimentar la pasión y el respeto por la investigación y el dominio de una materia.

Limita la excesiva competición.

La competencia, como las notas, los logros, los resultados, son importantes y parte de nuestra cultura. Pero una excesiva competitividad académica, y cuando ésta sucede muy pronto, en el desarrollo del talento, y no se centra en el esfuerzo sino que sólo premia a los ganadores, disminuirá, quizá extinguirá la llama de la motivación en muchos estudiantes.

Crea “contratos de aprendizaje”

Existen algunos estudios que sugieren que establecer contratos o acuerdos de aprendizaje con algunos estudiantes que muestran baja motivación, pueden provocar que ésta se vuelva a encender. Aunque esta técnica conductual no funciona con todos los alumnos.

Aporta Opciones y Alternativas que Estimulen la Autonomía.

Cada alumno es un individuo diferente. Muchas veces olvidamos esto. Todos los individuos valoran y aprecian que existan distintas alternativas, también los niños y jóvenes. La cantidad de alternativas y la frecuencia en que permitimos estas alternativas dependerá del nivel de cada niño y de su desarrollo madurativo. A los estudiantes más mayores, maduros y responsables se les debe permitir más libertad y más decisiones sobre su aprendizaje.

Identifica mentores como Modelos a seguir, en tu comunidad.

Esta recomendación ha sido probada de gran efectividad entre los niños de alta capacidad. Es compleja y exige cierto reto logístico. La idea es localizar mentores en tu comunidad que quieran dedicar su tiempo a tus alumnos desmotivados. Dos ejemplos : Un alumno de 4º EP respondió de forma muy favorable gracias a un alumno del instituto cercano, que había recibido honores deportivos, y que estuvo dispuesto a ayudarle con sus deberes 2 tardes cada semana y pasar algún tiempo con él los fines de semana. Otro alumno desmotivado, pero brillante, en 2º ESO consiguió re-activar su motivación cuando un pasante de abogado en prácticas le permitió estar junto a él en la oficina (y discutir sus casos con el estudiante)