"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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ROGER SCHANK: “EN LA EDUCACIÓN, EL OBJETIVO NO DEBEN SER LAS NOTAS DE LOS EXÁMENES, SINO LA FELICIDAD”

Nos pasamos media vida memorizando cosas que poco después somos incapaces de recordar. Para Roger C. Schank eso es una pérdida de tiempo y de neuronas. Y sabe de lo que habla. Se ha pasado 35 años ejerciendo como profesor en tres de las universidades más prestigiosas del mundo. Ahora está empeñado en crear nuevos colegios que formen a ciudadanos de provecho y no a intelectuales, en el que los alumnos sean más felices y aprendan a entenderse. Por el momento, ofrece sistemas alternativos de aprendizaje desde su compañía Socratic Arts y su organización sin ánimo de lucro, Engines for Education.

No tiene ningún sentido. ¿Lo sabes, no?

¿El qué?

¡El sistema educativo actual! Se basa en muchas y malas premisas. Una de ellas es que el memorizar como loros es algo útil. ¡Pero no lo es!

Pues de pequeños en el cole la mayoría de las cosas se aprenden así.

La verdadera razón por la que se enseña a aprender cosas de memoria es porque el concepto de escuela se inventó en la época de la revolución industrial y en aquellos tiempos por lo único por lo que se preocupaban era por entrenar a trabajadores para las fábricas. Personas que hacían lo mismo una y otra vez durante muchas horas al día. Al final, se les entumecía el cerebro, por lo que decidieron prepararlos para aquello desde la escuela. De ahí que aprender sea tan aburrido. Empezaron a enseñar cosas poco divertidas que los niños repetían y repetían, así se aseguraban de conseguir buenos obreros. Y ésa es la única razón por la que hoy memorizamos.

Pero, ¿qué pasa con las tablas de multiplicar?

La única cosa que tienes que aprender de memoria son las tablas de multiplicar. Cierto. Porque cuando estás pagando algo quieres saber rápidamente cuánto es 8 por 6. Ahora bien, dime otra cosa que tengamos que aprender de memoria.

Los ríos, las capitales de los países…

¿Por qué?

Porque es útil.

¡Oh, no! ¡Estás perdida! ¡Crees en el sistema! [Ríe a carcajadas] ¡Vamos! No hay ni una sola razón por la que tengas que aprenderte los ríos de memoria. Ni las ciudades. Ni los reyes. Ni las guerras.

Lo podemos buscar en Google

Olvida Google. Vamos a hablar de cómo aprenderíamos si las cosas fueran distintas en el colegio. Seguramente, alguna vez viajes a algún lugar y mires un mapa. Por ejemplo, puede que vayas a Nueva York e investigues cómo llegar, mires lo lejos que está, qué cosas puedes visitar. Una vez has ido, toda la vida recordarás si por allí pasa o no un río, cómo se llama y no se te olvidará. Puedes aprender de memoria un montón de datos sobre la ciudad, pero carecerán de sentido. Los recuerdos van ligados a las emociones, a las vivencias. La escuela es lo opuesto a la educación. Porque la educación llega a través de la experiencia en la vida. En lugar de enseñarte el nombre de los ríos, ¿por qué no hacer una excursión con los alumnos por España y visitar ciudades y aprender in situ?

¿Y qué hay de la historia?

¡La historia es la cosa más inútil que jamás se creó! Y déjame que te explique por qué, porque cada vez que digo eso todo el mundo se enfada mucho. En Estados Unidos, nos dicen que es muy importante saber quién era Georges Washington. Cuando pregunto por qué, nadie sabe, pero me reiteran que es muy importante. Vale. Pero entonces, lees cosas sobre George Washington y descubres que tenía 100 esclavos, que se casó con una mujer rica por su dinero, que no era una buena persona… vamos, que de héroe, nada de nada. Y entonces, ¿de qué estamos hablando cuando nos referimos a la historia? ¿Hay que obviar esa parte y sólo quedarnos con que fue el padre de nuestro país?

Muchos me saltan con la frase de un tal George Santayana: “Aquellos que no conocen la historia, están condenados a repetirla”. Gran frase que, sin embargo, no funciona. Pensemos en la guerra: I y II Guerra Mundial, Vietnam, Irak, Afganistan… ¿sigo? En el cole hemos estudiado esos conflictos. Seguro que George Bush también, y, en cambio, no se paró ni un minuto a pensar sobre ello cuando decidió invadir Irak. Que enseñar historia en la escuela sirve para que no se repitan ciertos patrones no son más que pamplinas.

¿Y entonces? ¿Para qué empollarnos el libro de historia?

Porque es la forma que tiene el gobierno de decirte cosas que hacen que ellos parezcan los buenos de la película. Seguramente, en España os enseñen que la conquista de Sudamérica fue algo positivo. ¡Que le pregunten a los indios de Perú si opinan igual! En Estados Unidos nos enseñan, por ejemplo, que nunca hemos comenzado una guerra, que siempre hemos sido los buenos, que siempre hemos hecho lo mejor para todos… ¡¿Ah sí?!

Ahora, eso no quiere decir que piense que la historia es interesante, que lo es. Y también creo que la gente sí debería estudiarla, pero no todos, sino el 2% de la población que son intelectuales con conocimientos profundos, capaces de discernir sobre las dos caras de un tema. Capaces de entender el papel de la antigua Roma. Claro que es interesante saber de los romanos, pero que los estudien esos intelectuales, y que no se fuerce a todos los estudiantes a aprender sobre ellos.

Entonces, si no enseñamos ni mates, ni historia, ni geografía… ¿qué tienen que aprender los niños en el cole?

¿Quieres que te diga lo que podrían aprender en la escuela y que sería muy útil?


Cómo educar a los niños. Es algo sumamente importante en nuestra sociedad y parece que ya nadie se da cuenta ni sabe. Antes los chavales se pasaban el día con los abuelos, ahora en cambio, no. Sólo los ven de vez en cuando. Otra cosa útil para impartir en clase: medicina. En lugar de aprender la taxonomía vegetal y animal, que no te sirve de nada, podríamos aprender cosas sobre prevención, por ejemplo. O las ecuaciones químicas. ¿Te las enseñaron en clase?

¡Se me daban fenomenal!

¡Genial! ¿Y te han servido para algo en la vida? En cambio, en química nos podrían ayudar a entender qué ocurre cuando tomamos un medicamento, cómo actúa en nuestro organismo. O negocios. ¿A que tampoco te enseñan economía en el colegio? Y, sin embargo, vivimos en un mundo gobernado por los negocios. Entonces, por qué, en lugar de enseñarles mates, lengua, literatura, historia a los niños, no les damos conocimientos sobre temas psicológicos, como cómo llevarse bien con los demás; cómo educar a un hijo; cómo manejar temas económicos, pero no teoría, sino cómo llevar un negocio, por ejemplo; o cómo encontrar un trabajo…

Empecemos por el principio. ¿Qué debería aprender un niño de 4 ó 5 años?

En estos momentos, estoy creando una escuela para mi nieto de cuatro años. Y para ello, lo primero que he hecho es preguntarle qué le gusta hacer. A menudo hablo con él por Skype y hacemos cosas juntos, como jugar, dibujar. Por eso sé que le encantan los trenes y lo que es interesante es que le puedo enseñar a leer y a escribir a través de ellos. Puedo aprovechar un interés del niño para que aprenda. Por eso, en mi colegio, los peques de esa edad van a aprender cosas de camiones, de aviones, de coches. Van a jugar con ellos, a dibujarlos, a pintarlos, mientras les enseñamos a leer y a escribir. También tengo una nieta, pero aún es demasiado pequeña para ir a la escuela. Pero cuando tenga la edad necesaria, también diseñaré uno para ella. Primero, averiguaré qué le gusta.

Necesitarás 30 profes en cada clase, uno para cada niño.

Crearemos grupos de interés. Mi nieto estará en un grupo de 12 niños con un profesor. Todos esos niños habrán convenido que les gustan, por ejemplo, los camiones. No sólo jugarán con ellos, también harán algo de música, jugarán a fútbol, todas las cosas que les interesen. En otra habitación, habrá otro grupo con otros intereses y así. La idea es que no todos hagan lo mismo, que cada uno pueda escoger aprender lo que le gusta. Por ejemplo, ¿por qué no hay un curso de diseño de ropa en primaria? Estoy seguro de que a las niñas les encantaría. No se trata de obligarlas a que lo hagan, sino de ofrecérselo en el colegio. Pensemos, ¿qué necesitan aprender los niños cuando son pequeños? A llevarse bien con sus compañeros, a comunicarse, a pensar las cosas, a leer, a escribir. Y todo eso lo puedes enseñar en cualquier contexto. No tienes por qué aburrir a los niños.

Enseñar a través de cosas prácticas y que los motiven.

Claro, como hacen los padres, por ejemplo, cuando les enseñan a hablar. No les meten un rollo de cómo se forman las coordinadas, o las subordinadas, ni les dicen que esto es un adjetivo o un verbo. Simplemente, les hablan, les corrigen. Cuando los niños no saben algo, preguntan lo que esa palabra significa. Eso es educación. Y así es como debe funcionar. La idea actual de escuela está anticuada, pasada de moda.

¿Qué hay de la cultura general? Tal y como planteas la escuela, sabremos mucho pero sólo de lo que nos interesa, y poco o nada del resto.

Pero es que la cultura general, no funciona. En España hay un 30% de abandono escolar. En Estados Unidos, en algunos sitios es de ¡¡hasta el 75%!! No puedes ponerte a discutir sobre la cultura general cuando tienes gente que no sabe ni leer ni escribir. Lo primero que tenemos que conseguir es que se interesen; hacer que quieran ir al colegio. Aprender es divertido cuando tienes 5 años, ¿por qué luego se convierte en algo aburrido?

La transmisión de la cultura es una de las cosas que el gobierno utiliza como control. Hablaba recientemente con el ministro de educación de Italia y me decía que Dante debía formar parte del currículo escolar, que era importante para los italianos. Pero no lo es. Aquí en España os dicen que hay que aprender Cervantes. Pero no tenéis por qué. El mundo sobrevive sin él. Si quieres leer a Cervantes, puedes coger una novela y hacerlo. Nadie te detiene. Con esto no quiero decir que no tenga que haber lectura en el currículo escolar. Pero hay que crear interés en la lectura. No podemos obligar a todo el mundo a leer lo mismo. La cultura de un país es la cultura de un país y es diferente para cada persona. Seguramente, tu visión de la cultura española sea diferente a la de otra persona de este país. Por lo que no es importante enseñarte cultura española mediante la lectura.

¡Pretendes revolucionar todo el sistema!

Desde la guardería hasta la universidad. En Estados Unidos hay 3000 universidades; he enseñado en tres de ellas, las mejores, supuestamente. El problema es que fabrican gente con doctorados que se convierten en profesores en otras universidades, que fabrican a su vez a otros doctores que se convierten en profesores de otras universidades y así. Las 3000 universidades están enseñando exactamente lo mismo. Por ejemplo, todas copian el currículo de la Facultad de matemáticas de Yale. El problema es… ¿quién quiere un doctorado por la universidad de Utah en matemáticas? Muchas universidades están enseñando sin propósito alguno. En lugar de copiar el currículo, podrían escoger una universidad, que se especializara en investigación, que fuera líder, y que las otras universidades te enseñaran otras cosas, como cómo conseguir un buen trabajo. No hace falta que todos los centros educativos del mundo enseñen lo mismo. ¡Es que no debería estar permitido! El objetivo no deberían ser las notas de los exámenes, sino la felicidad, que proviene de una vida emocionante, que incorpora habilidades laborales, capacidad de razonamiento, capacidades personales, y no incluye fórmulas matemáticas ni obras literarias que consideran sagradas las distintas culturas. Tenemos que enseñar lo que importa hoy en día y dejar de enseñar cosas que no sirven para nada en el mundo real. Mi yerno, por ejemplo, se doctoró en literatura rusa. Fue a una de las mejores universidades del país y era un excelente estudiante. Pero cuando me dijo que se iba a doctorar en literatura rusa, pensé que me tomaba el pelo.

¿Por?

¿Cómo que por? ¿Y eso para qué le sirve? ¿va a conseguir un trabajo? Lo único a lo que podría optar es a ser profe y no creo que se necesiten más profes de literatura rusa… Él, claro, no estaba de acuerdo conmigo. Lleva siete años casado con mi hija y trabaja ahora conmigo elaborando cursos. Es un tipo inteligente.

¿Qué haces en Barcelona?

Colaboro con la Universidad de La Salle. Estamos preparando un programa de MBA que consiste en siete partes, cada una de un mes o seis semanas. Y una de esas partes tiene que ver con la ética en los negocios, en la cultura. Fui a ver a profesores universitarios de los EEUU y les pregunté si podían dar esas clases. Me dijeron que por supuesto. Pero cuando quise saber qué iban a enseñar… datos. Y no vamos a hacer eso. Entonces recordé que una vez conocí a un profesor de literatura rusa – que no era mi yerno-, el más prestigioso de los EEUU. Sabía que era un excelente docente y le pregunté que por qué enseñaba literatura rusa. Entonces él me contestó que él no enseñaba a sus estudiantes una obra, Guerra y Paz, Anna Karenina, sino la vida. Las circunstancias en que vivían los personajes, las relaciones humanas, cómo se enfrentaban a los problemas, el amor, el desamor. Y de todo esto es de lo que hablaba en clase. Le di unas vueltas a aquello cuando me planteé diseñar la asignatura de ética en los negocios de este curso. Y le propuse a mi yerno que escribiera una novela que fuera sobre negocios éticos, en la que los personajes se encuentran ante dilemas éticos y el lector tiene que avanzar en una dirección u otra.

Como en los libros aquellos de Sigue tu aventura

Y así es cómo entiendes los dilemas éticos, a la gente, formas de manejarlos…Los humanos nos comunicamos y aprendemos a través de historias. En una fiesta, por ejemplo, todo el mundo se intercambia historias continuamente. Y puedes aprender mucho de ellas si te las dicen en el momento adecuado. Se trata de aprender de la experiencia, del conocimiento compartido para sí, seguir tu propia aventura. ¡Buena suerte!
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12 RESPUESTAS A EXÁMENES QUE TE HARÁN LLORAR DE LA RISA

Todos en la escuela alguna vez experimentamos la ansiedad y el nerviosismo que produce no saber las respuestas en un examen. Para muchos puede transformar su día en una pesadilla, sin embargo, hay otros que al parecer tienen nervios de acero o simplemente un muy buen sentido del humor.

Mira estas 12 respuestas de examen que te harán reír… O llorar.
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5g

LAS CALIFICACIONES NO DEFINEN EL VALOR DE UN NIÑO

Un artículo de Guiovanna Fuentes Barbosa.

Aprenda a dialogar con sus hijos para que sean niños con buena autoestima.

En tiempos modernos se han ido trastocando los valores sobre la verdadera identidad de los seres humanos. La definición de un niño como un individuo está determinada por las notas, los apellidos, el carro, la casa, en fin… los bienes materiales. La obsesión de los padres por que los hijos obtengan las mejores calificaciones en su etapa escolar ha provocado de manera inconsciente una total falta de autoestima en los adolescentes y jóvenes que buscan por esa errada concepción el amor afuera (drogas, alcohol, adicción al sexo, etc…) para llenar sus vacíos emocionales.


Es importante que los padres tomen conciencia de que los niños de estos tiempos vienen con una alta dosis de conciencia y que son los padres los que se deben preparar para educar a los niños y que la niñera, no puede ser los videos juegos, la televisión, los teléfonos inteligentes en fin…

Los padres deben recordar que el valor de un ser humano no se construye en el mundo externo, sino en el interno y que la identidad humana y valor de un niño no define por sus notas, sino que por el solo hecho de ser hijo de Dios. Los seres humanos sin excepción estamos dotados de inteligencia y de talentos únicos, especiales. Es fundamental que los padres les recuerden a sus pequeños que son seres excepcionales, concebidos en el amor. Ese es el camino para construir la paz en el mundo.

Pero en la educación de los padres a los hijos, se les recalca de manera inconsciente esas cosas negativas según la interpretación de los adultos debido a sus creencias y experiencias de su niñez. En estos tiempos los adultos debemos preocuparnos por despertar hacia una conciencia elevada de comprensión y amor propio consigo mismos. Cuando se cultiva en los pequeños amor propio, se les resalta sus talentos y dones, crecen adultos sanos emocionalmente.

Hoy, en día en los hogares se mira más al celular que a los ojos de los seres humanos que tienes enfrente. En las sesiones de coaching, he conocido historias de adultos que crearon un gran resentimiento con sus padres por la dureza con las que los criaron. Es cierto, que no hay manuales para la vida y que es errado juzgar a los padres, ya que ellos hicieron y hacen lo mejor que pueden con la sabiduría que poseen en cada momento.

Podrías negociar con tus hijos. No estoy diciendo que hay que poner límites. Sin embargo, es prioritario que los padres comiencen a transformar su conciencia para educar a los hijos. A menudo escucho a adultos mencionar la palabra corregir. Entonces me preguntó de qué. Será más bien educar.

Las preguntas del coach giovannafuentes@yahoo.com

¿Cómo es la relación con tus hijos?

¿Qué haces para empoderar a tus hijos sobre su amor propio?

¿Sobre qué dialogas con tus niños?

¿De qué manera le inculcas la importancia de cultivar una buena autoestima?

¿Cuántas y de que formas les expresas su amor?

Así que el primer paso para desarrollar una educación asertiva es revisar nuestro mundo interior. Los hijos son esponjas que absorben el estado emocional de los adultos. Si los niños observan que sus padres no se aman, tampoco lo harán ellos. Todo es una cadena.

Toma conciencia de la educación de tus hijos. Lo que siembras en casa es lo que mostrará tu pequeño al mundo. Haz ejercicios de reconocimiento, destaca sus talentos, y aprende a hablarles de manera asertiva sobre las oportunidades de mejora que tienen. Deja la cantaleta, esta funciona solo para grabar en su mente hechizos o creencias que se pueden convertir en su vida adulta en realidad.
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MISTICISMO

ENHORABUENA, HIJA, POR TU NOTA EN SELECTIVIDAD. PERDÓN POR TU INFANCIA PERDIDA

“DURANTE AÑOS SOLO LE HE VISTO LA ESPALDA, SIEMPRE ESTUDIANDO” (Un artículo de Cecilia Jan, El País)

María Luisa Carrillo nos hizo llegar esta carta, que escribió para su hija mayor, de 17 años, después de conocer su nota en la Prueba de Acceso a la Universidad. Una buena nota, pero que a ella la sumió en la tristeza. "Me dio por llorar. De golpe, me vino a la cabeza que he sacrificado la infancia de mi hija", explica en conversación telefónica. "Vivimos enfrente de un parque precioso. Pues volvíamos a casa todas las tardes sin pararnos porque teníamos que encerrarnos en casa a hacer deberes", recuerda.


"No han tenido tiempo suficiente para jugar, para hacer vida familiar, para ir a ver a los abuelos... Solo en verano", dice Carrillo, que tiene otra hija de 13 años. "Son buenas estudiantes, responsables y trabajadoras, así que nadie entiende que me queje", confiesa. Unas chicas a las que asegura que nunca ha presionado para ser competitivas, sino que ellas mismas han visto que el sistema es el que es, el de estudiar para aprobar exámenes, contenidos que a veces se olvidan a los pocos días. "Cuando eran pequeñas y me quejaba alguna vez del exceso de deberes, los profesores y los demás padres me miraban como si fuera una extraterrestre. Pero se ha avanzado mucho en pedagogía, y se podrían hacer las cosas mejor", reclama.

"Estoy muy orgullosa de mi hija, pero me da mucha pena el esfuerzo que ha tenido que hacer. Llevamos años que solo le vemos la espalda, siempre encerrada estudiando".

CARTA DE MARÍA LUISA CARRILLO, ILUSTRADORA, ESCRITORA Y, ANTE TODO, MADRE.

Empiezo esta carta desde los dictados del corazón. Perdóname hija mía, porque en un día lleno de alegrías, yo siento en lo más profundo de mí una enorme tristeza y necesito compartir contigo estas palabras.

Día de notas hoy. Día de números, día de asignaturas, día de resultados. Los tuyos hija, han sido buenos, según refleja la pantalla del ordenador. Así lo han dictaminado los calificadores de la PAU 2016. Una nota alta, más que suficiente para entrar a cursar la carrera que tanto deseas.

¡Enhorabuena, hija mía! No te felicito por la nota. Te felicito porque el resultado obtenido te llevará a algo que consideras te hará feliz: la oportunidad de seguir trabajando, luchando y esforzándote por aprender...

Pero ante todo, quiero que sepas que necesito pedirte perdón. Considero que has invertido tu infancia, tu adolescencia… tus mejores y más tiernos años dirigidos y destinados a aprender. Ha sido como llenar un tarro poco a poco de conocimientos, no siempre los mejores, pero siempre los necesarios e impuestos para perseguir una maldita nota. Así lo han dictado las circunstancias del espacio y tiempo en que naciste.

Siento que los adultos que te rodeamos hemos visto cómo has comprometido tu vida a cambio de una cifra. Bueno, pues ya está aquí, ya la tienes, ya la tenemos todos. Tú, quienes te hemos acompañado en este camino, y principalmente quienes necesitan esa cifra impresa en un papel: la Universidad.

Ahí tienen la nota. Ahí tienen un guarismo más poblando el inmenso listado que llenará los discos duros, que habitará en un tablón, en el que quedan resumidas muchas vidas reducidas a matemáticas. Las cifras ejecutarán el orden de los nombres. Jerarquía ordenada por la nota y que relegará al puesto siguiente al que tenga una décima menos. Entonces, en un lugar arriba o debajo de la lista, alcanzarás la categoría de nombre y apellidos. Más tarde, cerca del otoño ya, a tu nombre, además le pondrán cara. Ya estarás físicamente sentada en una facultad.

Maldita sociedad esta que no sabe sino correr. Que solo se mide en resultados, que no tolera el fracaso, que no acepta sino a quienes ella ha moldeado y considera merecedores de unos resultados que solo ella otorga o deniega.

Qué pena de infancia, relegado el tiempo de los niños solo a la jornada escolar y a un sinfín de estímulos a través de extraescolares y vivencias dirigidas. Todo destinado a tener niños que no paren nunca. Niños hiperestimulados, niños compitiendo, niños en constante carrera… Carrera que a veces presenta más obstáculos de los que debiera, en un intento de ser competitivos y sobresalir, para asegurar unos futuros resultados y posiciones.

En el camino, han perdido un importantísimo bagaje emocional. Se han privado de jugar en la calle, han perdido trabajar habilidades sociales con adultos, con otros niños, ir a las tiendas, interactuar, aprender a ser independientes… Comer un bocadillo de chorizo en la acera, hablando con los amigos. Montar en bici, tener un perro y correr con él… Los horarios se han tragado a nuestros niños. Los niños han sido mini-adultos. Los juegos que han conocido han sido los del ordenador, tablet, etc. Los padres no son verdugos, son víctimas de la difícil conciliación… y esto se extiende a sus vástagos… o mejor dicho vástago, porque también las familias las dicta la sociedad, tiempos estos en que se tiende a tener un único hijo. Qué pena, que además, se vean privados de tener hermanos.

Qué paradoja, qué mal me siento en un día tan feliz. Qué desastre. Porque mi hija ha obtenido un buen resultado, pero lo ha pagado con su esfuerzo y con su propia infancia. Esto es cruel. La vida ya no da marcha atrás. Qué duro es esto, es la pura verdad. Perdóname, hija mía. Solo quise lo mejor para ti, y esta sociedad me obligó a meterte en ella.

Al menos hoy, tanto esfuerzo, constancia y tesón han sido reconocidos. Por quienes ponen las cifras, porque para mí, siempre has sido y serás la mejor, como cualquier hijo para sus padres.
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“ES RIDÍCULO ATOSIGAR A LOS NIÑOS CON EXÁMENES Y NOTAS”

En las escuelas Waldorf los alumnos son quienes marcan los ritmos. Aprenden a leer pasados los seis años, no tienen exámenes y reciben una sólida formación musical y artística. Su rendimiento académico cuando se incorporan a la universidad está, dicen, por encima de la media. Así lo afirma Christopher Clouder, pedagogo y escritor.

Especialmente popular en su Alemania natal y en los países escandinavos, también es conocido por convencer a muchas estrellas de Hollywood. Christopher Clouder (York, 1946) es uno de los máximos expertos en este método. Dirigió durante 12 años el Comité Europeo Educativo Steiner Waldorf. Desde 2009 encabeza la Plataforma para la Innovación en Educación de la Fundación Botín.

¿El hecho de que existan pedagogías alternativas significa que la educación tradicional falla?

Creo que el sistema convencional ya ha cumplido su ciclo. Procede del siglo XIX y estamos en el XXI. Nuestros hijos esperan algo distinto de la educación. No critico el sistema actual, no digo que esté todo mal, pero sí creo que hay que evolucionar.

¿De qué modo?

Para empezar, hay que incidir más en la autoexploración. En vez de seguir programas rígidos, los maestros deberían tratar de ser más auténticos. También hay que redefinir la relación que mantenemos en clase con los alumnos. Lo resumiría diciendo que la educación debe quedar al servicio de los niños, y no al revés. Necesitan que se les estimule la creatividad, el coraje y el trabajo en equipo tanto o más que asimilar determinados conocimientos. ¡Piense que casi todo lo que uno puede preguntarse está ya disponible en internet!

Hay quien asegura que dejar demasiada libertad al niño puede ser contraproducente para su educación.

Más que darles libertad, lo que hacemos es respetarlos. Los niños son sensatos. Saben lo que es bueno para ellos, lo que es sano. Eso no se debe confundir con hacer que asuman responsabilidades desde muy temprano. Nosotros somos los adultos: les escuchamos, pero somos quienes decidimos. Lo ideal es que los pequeños sean cocreadores de su entorno. Es muy importante que disfruten su niñez, un periodo que cada vez acortamos más: la pubertad se ha avanzado dos años y medio en el último siglo.

Algunos expertos consideran ridículo compartimentar el conocimiento en asignaturas. ¿Qué opina usted?

Creo que lo que hacemos es triste. Estamos creando un entorno competitivo para los niños desde bien pequeños, cuando para ellos lo natural es cooperar en vez de competir. Es una lástima que la obsesión del sistema sea convertir a los niños en unidades económicamente operativas en el menor tiempo posible. Eso va contra su derecho a desarrollarse como persona. Le puedo asegurar que, aunque no se le presione con plazos, un niño aprende, y lo hace rápido. Atosigarles con exámenes y notas desde pequeñitos es ridículo.

Mucha gente no concibe una escuela sin exámenes.

En los centros Waldorf los niños pasan pruebas: se les ponen retos y deben hacerlo cada vez mejor. No se trata de competir con los demás, sino con uno mismo. Ese espíritu de autosuperación dura para toda la vida. Los exámenes propiamente dichos tienen sentido cuando son más mayores.

El arte y la música tienen mucha importancia en la pedagogía Waldorf. ¿Por qué?

Porque es una parte importantísima del desarrollo personal. Aportan armonía. Cuando se les deja solos, los niños dibujan, cantan, saltan, se mueven. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué? El movimiento genera sinapsis en el cerebro, estimula las conexiones neuronales. Todas las artes implican movimiento. En los últimos años se ha demostrado, además, que los niños con una educación artística rica tienen mejor salud mental, menos abandono escolar, menos propensión al consumo de drogas y mejores resultados académicos.
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¿Y CÓMO COÑO EVALÚO A MIS ALUMNOS?

Un artículo de Jordi Martí, docente.

A estas alturas de curso se da una de las claves que van a marcar, en gran medida, las expectativas futuras de muchos de nuestros alumnos. Sí, cuando nuestros alumnos reciban sus calificaciones finales, supuestamente producto de una amplia reflexión del docente que las pone, habrá algunos que verán delimitadas sus expectativas futuras. Es triste haberlo de reconocer después de dieciocho años dando clase pero, a estas alturas de la película profesional, aún no sé cómo coño evaluar a mis alumnos.



No me sirve una programación inicial en la que puedo indicar porcentajes, más o menos delimitados, acerca del peso que tiene cada una de las pruebas, actividades o trabajo observable de cada uno de ellos. No me serviría tampoco una rúbrica en la que, mucho más extenso que lo anterior, hiciera aparecer ítems hasta el infinito para regular dicha evaluación. No, no me sirven las notas de los exámenes porque, tras las mismas tampoco existe ningún tipo de realidad. Y es por eso por lo que odio las pruebas externas. Porque sólo analizan una fotografía tomada en un determinado lapso de tiempo -demasiado corto para mi gusto- desde una visión completamente aséptica. Algo que, por desgracia, califica mucho y evalúa poco. No, evaluar y calificar no tienen nada que ver. No tienen nada que ver y no se entiende por qué el personal da más importancia a la calificación que a la evaluación. ¿Será que tienen miedo a evaluar? ¿Será que es más cómodo aislar al alumno de su contexto? ¿Será que, quizás, la seguridad que da la certeza de una nota numérica, tiene mucho peso en la labor profesional de uno?

Hace años que tengo claro que mi objetivo es huir de las etapas educativas donde lo académico se prima en exceso. No, no doy bachilleratos porque no quiero tener que aislar al alumno de su situación personal a la hora de evaluarlo y trasladar dicha evaluación, con mayor o menor acierto, a un boletín de notas. No, no me apetece reflexionar de forma única acerca de los errores que se han cometido en un determinado papel a la hora de poner en negro sobre blanco lo supuestamente aprendido. Que de aprendizaje el examen tiene poco. Vivir sin exámenes es posible y, más allá de la necesidad de satisfacer determinadas cuestiones administrativas, la educación obligatoria (sí, me encanta la ESO) es mucho más que el aislar los alumnos de su realidad. Una realidad que va mucho más allá de la escuela. Una realidad que, o sabemos ver en el aula y fuera de ella, o nos estaremos equivocando en lo que estamos haciendo con los chavales.

El contexto en el que viven o se mueven nuestros alumnos no les da patente de corso pero tampoco debe ser ignorado. Las situaciones personales que pueden producirse a lo largo del curso deben ser tenidas en cuenta. La humanidad debería ser siempre la guía de nuestras decisiones profesionales. Y más aún en etapas donde uno se juega mucho pero no compite en nada. Competir en la educación obligatoria tiene mucho de insano. Y potenciar dicha competición a base de sistemas de calificación tiene tela.

Quizás es que cada vez sea peor profesional. Quizás es que no pueda evitar ponerme en la piel de los alumnos. Quizás es que me guste, más allá de las explicaciones mediocres que seguro doy, conocer a mis alumnos. Sí, quizás es que no puedo aislarme de considerar a los alumnos individualmente con sus problemas concretos y tenerles mucho cariño. Nada, creo que no sirvo para evaluar porque no sé cómo coño hacerlo.
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Tesis Doctoral de Noemí Siverio en PDF

ROGER SCHANK: “LA EVALUACIÓN MATA A LA EDUCACIÓN”

Entrevista a Roger Schank, innovador, investigador y docente.

Sus opiniones acerca del actual sistema educativo son muy negativas. ¿Qué cambios propone?

Debería reducirse el número de profesores, ya que el único motivo de que haya tantos es económico. La educación debería ser un diálogo, una conversación. La educación debería consistir en “yo trato de hacer algo y el profesor me ayuda sólo si necesito su ayuda”. Este es el modelo que tiene sentido para la enseñanza.

¿Entonces los profesores dejan de ser esenciales para la educación?

No, los profesores son muy importantes pero les han relegado a un rol verdaderamente estúpido. Si te fijas en cursos de tercero y quinto en Estados Unidos verás que los profesores están presionados para que sus alumnos consigan mejores notas, ya que en caso contrario, sus salarios se ven modificados. Todo el sistema está corrompido. ¿Por qué crees que existen las clases?

Dígamelo usted…

Simplemente por razones económicas. Pon a un grupo de niños juntos y lo único que van a hacer es torturarse unos a otros. A los niños les asusta ir a la escuela porque temen que alguien se meta con lo que llevan, con su aspecto…

¿Y qué deberíamos hacer?

No debería haber clases.

Pero sin clases, ¿cómo aprendemos?

Pongamos por ejemplo que a mí me gustan los aviones, diseñar aviones. Debería estar en contacto con otros niños a los que también les guste diseñar aviones y estar conectados en un entorno online. Podríamos hablar entre nosotros, trabajar juntos diseñando aviones y pasar un buen rato haciéndolo. ¿Por qué los niños deben estar en una clase donde todos hacen lo mismo en el mismo momento?

También está en desacuerdo con las materias que se imparten.

Las escuelas están enfocadas a entrenar intelectuales. Pero el hecho es que hay muy pocos intelectuales, a mí me preocupa la gente corriente. ¿Por qué tenemos que enseñar matemáticas después de quinto curso? Enseñar álgebra a todos los niños es ridículo.

Según sus investigaciones, ¿cuál es la mejor forma para aprender?

Aprender haciendo. Los estudiantes sólo pueden aprender con experiencias. Les tienes que poner en situaciones que sean interesantes para ellos. El aprendizaje sucede cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar.

Pero hay contenidos que sólo pueden aprenderse mediante la memorización, ¿no?

No. No puedes aprender nada memorizándolo. Si aprendes algo de memoria sólo te servirá para pasar un examen. En el primer día de clase en la Universidad, solía preguntar a mis estudiantes: ¿quién puede superar los exámenes que hizo el año pasado ahora mismo? Y todos respondían lo mismo: no podemos.

¿Cree que aprender mediante el modelo que defiende es más lento que mediante la memorización?

Sí, pero la velocidad no es un parámetro que deba influir en la educación. Tenemos la falsa percepción de que la educación consiste en tratar todas las materias, pero en realidad no es así. Claro que aprender haciendo las cosas es un proceso lento, pero si aprendes memorizando lo vas a olvidar y no te va a servir para nada. Lo que tenemos que hacer es alejarnos de las asignaturas y de la enseñanza tradicional. Y aprender hablando con la gente, y dejando que se aprenda “haciendo” aunque sea un proceso más lento.

Y según su modelo, ¿cómo evaluamos a los estudiantes?

La evaluación mata a la educación. La manera de evaluar es mediante la experiencia. No hay mejor fórmula para conocer tus capacidades que poniéndolas en práctica con casos reales.

¿Los profesores están preparados para enseñar de la forma que comenta?

No, porque les han enseñado mal. Pero, ¿sabes que la mayoría de docentes están de acuerdo conmigo? Cuando les digo que defiendo un modelo en el que tienen que prestar atención individualizada a cada niño, no hay ningún profesor que me diga que no está de acuerdo. Es el sistema que les dice a los profesores que no pueden hacerlo.

¿Son beneficiosas las nuevas tecnologías como Tiching para este modelo?

¡Claro! Básicamente creo que todo debe hacerse online. Volvemos al ejemplo de antes. Si yo quiero diseñar aviones, las tecnologías pueden ponerme en contacto con gente de todo el mundo que quiera diseñar aviones. No tienen que estar todos en mi pueblo. La localización es el problema de la educación.

¿Incluso los niños más pequeños deben aprenderlo todo online?

No. Bueno, sí y no. Empezamos por definir para qué sirve la escuela, que muchas veces lo olvidamos. La escuela es para que los padres puedan dejar a sus hijos y tener un descanso. Cuando digo “quiero eliminar las escuelas” muchos padres dicen: “¿qué voy hacer todo el día con mis hijos? Tengo que ir a trabajar”.

Por tanto, muchos padres estarán en desacuerdo con sus ideas…

No estoy proponiendo que no haya espacios donde puedan ir los niños y estar supervisados. Todo el material debe estar online, porque no puedes tener un profesor que sepa de todas las materias. Pero pueden indicarles los materiales o programas que pueden utilizar para, por ejemplo, aprender a diseñar aviones; supervisar lo que están haciendo y asegurarse de que no corren ningún riesgo.
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Ponencia de Amador Martos

CARLES MONEREO: “DIME CÓMO EVALÚAS Y TE DIRÉ CÓMO APRENDEN TUS ALUMNOS”

Entrevista a Carles Monereo, Doctor en Psicología y fundador del grupo de investigación SINTE.

¿Tenemos claros los objetivos de las evaluaciones?


Evaluar cubre un amplio espectro de objetivos, desde acreditar unos conocimientos, competencias, capacidades; hasta dar un feedback al alumno y al profesor del proceso de aprendizaje en sí. Cuando evaluamos sabemos si la persona que está aprendiendo va por buen camino o no. También sirve para dar cuentas a la sociedad sobre cómo se educa a los ciudadanos.

¿Cómo evaluamos a nuestros alumnos?

Es complicado definirlo porque nuestro sistema es muy diverso. Hay centros que están muy en línea con la educación por competencias y por lo tanto evalúan de acuerdo a este sistema, pero hay otros que continúan perpetuando un método más sumativo, que evalúan conocimiento estático, conceptos declarativos. Este último responde más a una evaluación cuya finalidad es únicamente acreditar conocimientos.

¿Cuál de las dos es el mayoritario?

Aún impera la evaluación sumativa, que yo entiendo que es la que tiene menor interés educativo, aunque en ocasiones y en determinados contextos pueda resultar útil.

¿Pero si no educamos como antes, por qué se evalúa como antes?

En los métodos de evaluación también se detecta una evolución. Pero ahora mismo te puedes encontrar que dentro de un mismo centro, incluso de un mismo departamento, los profesores evalúen de forma distinta. Creo que el problema es que la evaluación siempre se ha considerado al margen del aprendizaje, no como parte de él.

¿Evaluar también es una forma de enseñar, entonces?

Claro, es un proceso conjunto. Si no sabes qué vas a evaluar ni cómo lo vas a hacer, ¿cómo decides qué es lo que vas a enseñar y cómo vas a hacerlo? Desde el punto de vista de la educación por competencias, por ejemplo, la diferencia entre una actividad que sirve para evaluar y una que sirve para enseñar tiene pocas diferencias; únicamente los recursos y ayudas que les des a los alumnos para solventar la situación que les plantees.

¿Una misma actividad puede servir entonces para enseñar y evaluar a la vez?

Sí, un mismo ejercicio puede servir para ambas cosas. Lo que se propone cada vez más es que las actividades de evaluación también sirvan para el aprendizaje.

¿La evaluación sumativa no contribuye al aprendizaje del alumno?

Contribuye a cierto tipo de aprendizaje de tipo memorístico. Adquieres conocimientos muy útiles para ganar en programas de televisión o en juegos de mesa de culturilla general, pero se trata de un aprendizaje poco funcional.

Denos un ejemplo de evaluación innovadora.

A mí me gustan mucho las evaluaciones auténticas, las que plantean al alumno una situación real, como la que puede encontrarse en su día a día, como ciudadano en primaria o como profesional en la educación superior. De esta forma se activan los conocimientos, las aptitudes, el vocabulario, la comunicación, etc.

¿Cómo son las evaluaciones que planteas a tus alumnos?

Mis alumnos serán futuros psicólogos escolares y para evaluarles les propongo una situación verídica: deben ayudar a un profesor real a crear una unidad didáctica atractiva sobre un tema determinado para un grupo de alumnos con unos perfiles determinados. Pero no se trata de una simulación, se trata de casos reales. El profesor al que ayudan además participa en algunas clases y pone algunos puntos de la nota final de mis alumnos. Este tipo de evaluaciones es lo que llamamos una evaluación auténtica.

¿Y este tipo de evaluación motiva o asusta a los alumnos?

Generalmente les asusta al principio, principalmente a los que suelen sacar buenas notas porque les rompe los esquemas de estudio que les funcionan bien. Pero tengo la certeza de que al final del curso el 80% de los alumnos están satisfechos con la evaluación, ya que les pido que, de forma anónima, respondan a un cuestionario para valorar las dinámicas de la clase.

¿Y queda satisfecho con las respuestas de sus alumnos?

Más que quedar satisfecho sirve para poner el termómetro a la clase. A veces los profesores no nos damos cuenta de lo que pasa en el aula. Con este cuestionario acabo averiguando por ejemplo, qué temas explicados en clase no han quedado claros, o qué problemas han tenido los grupos de trabajo cooperativos en los que se integran los alumnos para trabajar en clase.

¿Qué definirías como pautas claves para desarrollar una evaluación auténtica?

Este tipo de evaluaciones deben poner al alumno frente a situaciones lo más realistas posibles para que desarrollen y activen todos sus conocimientos y aptitudes. Hay que tener en cuenta y permitir el uso de todas las herramientas que los alumnos tendrían en la vida real. Mis alumnos pueden usar los apuntes, internet, llamar por teléfono, consultar con otros profesionales, etc.

¿Y en primaria y secundaria?

Lo mismo. Se trata de que los alumnos utilicen los recursos que han aprendido en clase enfrentándose a problemas reales que se encuentran en el día a día, como ir a comprar por ejemplo o entender un prospecto de un medicamento. En situaciones reales los niños y niñas tienen la oportunidad de desplegar conocimiento de matemáticas, lengua, ciencias naturales, pero también de activar actitudes, emociones, procedimientos, etc.

¿Los profesores saben transmitir la importancia de las evaluaciones?

Los alumnos aprenden en función de cómo les evalúas y por consiguiente es fundamental trasmitir muy claramente y desde el primer día qué esperas de ellos. Si planteas a tus alumnos evaluaciones reales, resulta más fácil que los alumnos entiendan cuál es el sentido de lo que vas a enseñar. Pero si propones conceptos abstractos para formular unos cálculos o analizar unas frases que a lo mejor un día les sirven para algo, difícilmente el alumno se motivará.

¿Qué es lo más importante para transformar las evaluaciones?

Debemos tener claro qué es lo que queremos evaluar. Esas listas interminables de competencias abstractas que abundan ahora en las programaciones no ayudan demasiado. Es mejor que cada profesor determine, en primer lugar, qué situaciones auténticas deberán ser capaces de resolver sus alumnos al final de curso y luego diseñe las unidades y planifique las clases de acuerdo a esas situaciones de evaluación.
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CERTIFICADO DE PARTICIPACIÓN

¡UN EJEMPLO DE ASTUCIA! NIÑO LOGRA APROBAR EXAMEN CON UNA CURIOSA PERO EFECTIVA TÉCNICA

El pequeño encontró una ingeniosa manera de responder la "compleja" pregunta del examen SAT que aplican en Inglaterra.

Responder una prueba sin saber nada es siempre una tarea difícil, pero un pequeño niño inglés ocupó toda su astucia para lograr aprobar desconociendo totalmente la materia.

El niño de siete años fue sometido a un examen SAT, una especie de Simce que se le aplica a los estudiantes de octavo básico en Inglaterra.


En la prueba se le solicitaba lo siguiente:

Escribe un número con un 1 en el lugar de los cientos

Escribe un número con un 6 en el lugar de las decenas

Escribe un número con un 2 en el lugar de las unidades

Escribe un número con un 3 en el lugar de los cientos

Y sus respuestas fueron bien simples: 111, 666, 222 y 333. Repitiendo el número se aseguró de que fueran las correctas. El pequeño no necesitó copiarle a sus compañeros ni sacar un torpedo, sólo hizo lo que pudo y triunfó.

La imagen fue compartida por su profesora a través de Facebook y ya se ha viralizado en todo el mundo.
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SUMARIO DEL LIBRO

EL MENSAJE DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO QUE ES FUROR EN LAS REDES SOCIALES

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Una profesora de la Universidad Nacional Arturo Jaureche (UNAJ), repartió este volante a sus alumnos antes de tomar un examen. En el mismo alienta a sus alumnos y les da tranquilidad. Un gran ejemplo.

"Tenemos tiempo de sobra", arranca diciendo. "Se pregunta solo lo trabajado, confíe en sus recursos, usted sabe", continúa.

"Está aquí por su voluntad, confíe", y el cierre es excelente.

Miralo:

"Leer antes de comenzar el parcial:

* En lo posible haga letra clara, escriba tranquilo/a y pausado/a. TENEMOS TIEMPO DE SOBRA.

* Las preguntas son teóricas, responden a lo que trabajamos en clase. SE PREGUNTA SÓLO LO TRABAJADO, CONFÍE EN SUS RECURSOS, UD. SABE.

* Los exámenes son sólo fotos de su conocimiento al momento presente. USTED DARÁ LO MEJOR DE SÍ SIN NINGUNA DUDA. ESTÁ AQUÍ POR SU VOLUNTAD, NO SE PRESIONES. CONFÍE.

* Y RECUERDE: Esto es un parcial, simplemente está escribiendo sobre lo que sabe de lo que ha elegido estudiar. TODO VA A ESTAR BIEN."
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congreso

“CON TANTO EXAMEN, OCCIDENTE VA HACIA ATRÁS, AL TERCER MUNDO DE LA EDUCACIÓN”

Un artículo de Rita Álvarez Tudela.

Richard Gerver (Londres, 1969) saltó a la fama hace una década, cuando consiguió cambiar el sistema educativo de un desastroso colegio de primaria haciendo que creasen una ciudad. Ahora centra sus esfuerzos en evitar que los niños salgan mal preparados para un mundo donde no hay exámenes.


Nuevo libro para el verano, una apretada agenda con conferencias por todo el mundo. ¿En qué está trabajando ahora?

Me di cuenta de que podía ayudar a empresas y organizaciones que tenían que poner a sus empleados a un mejor nivel mental. La educación falla en darles esas habilidades tan cruciales.

¿Cómo describe su filosofía?

Mi idea central es tratar de recordar que nuestro trabajo es ayudar al desarrollo de individuos. Yo hablo mucho de la diferencia entre un sueño, que es una fantasía, y una aspiración, que es algo alcanzable. Como educadores nuestra labor es enriquecer a los estudiantes con aspiraciones. Necesitamos dejar de pensar que cada niño tiene que ser formado de la misma manera. Lo que me da miedo es que nuestros países preparen a jóvenes para mundos que ya no existen.

Hay quien dice que con su sistema no se fomenta la excelencia.

No estoy de acuerdo. Algunos niños son por instinto competitivos, pero para otros lo importante es investigar para crear medicinas nuevas. Cuando la gente hace esas críticas son muy generalistas. Tienen la teoría de que hasta los 18 años todos los niños deben desarrollarse de la misma forma y es absurdo.

¿Cómo cree que se podría mejorar la concentración de los alumnos?

Esperamos que a los 8 años se sienten en las aulas durante una hora y que permanezcan concentrados sin descanso. Y además, los penalizamos cuando no lo consiguen. Para mí, eso solo quiere decir que son humanos.

¿Hasta qué edad debería ser obligatoria la educación?

Ahora mismo la respuesta está basada en la economía, cuando más alta la edad, más se ayuda a los políticos a tener unas tasas de desempleo más bajas. Soy escéptico con la idea ridícula de que la educación debe finalizar en cuanto cumples 16 o 21 años. Una cosa de la que nos hemos dado cuenta desde el comienzo de la crisis es que los adultos necesitan acceso a la educación y a volver a formarse en otra cosa. El mundo cambia muy rápido.

¿Debería usarse más tecnología en las aulas?

Es un magnífico instrumento, pero no es la solución. Muchos responsables políticos creen que simplemente poniendo portátiles, conexión wifi y tabletas se consigue un aula del siglo XXI y no es así. El desarrollo educativo dependerá siempre de la interacción con humanos. Siempre estamos buscando respuestas fáciles y una varita mágica para resolver los problemas.

A veces la sociedad carga sobre la escuela todo el peso de la educación, y ésta busca soluciones como puede.

Hay una cultura en muchos países de padres que creen que pueden dejar a sus hijos a los 5 años en la puerta del colegio y recogerlos educados a los 18. Los padres tienen un papel enorme y unas experiencias increíbles que compartir con los niños. Deberían ser invitados al colegio y que cada uno comparta sus experiencias. Lo triste es que muchos centros dejan a los padres fuera y otros padres no quieren entrar. Hay que romper esos muros porque funciona.

El mes que viene en España habrá un examen de fin de primaria, ¿cómo ve estas reválidas?

Creo que son un desastre. Los profesores se centran en preparar los exámenes, en vez de enseñar a los niños sobre la vida. En el Reino Unido estamos obsesionados con este tipo de exámenes todo el tiempo. Estamos intentado hacer el sistema actual mejor sin darnos cuenta de que ya no es apropiado. Y creemos que poniendo más exámenes se acabarán los problemas.

¿Cree que hay consistencia en los planes educativos en el Reino Unido?

Aquí ocurre lo mismo que en España, o que en Estados Unidos y la mayoría de las democracias. Lo que me fascina es la postura adoptada en Finlandia hace aproximadamente 15 años, cuando decidieron que no se podía cambiar cada cuatro años sin importar quién esté el Gobierno y que la educación debía ser separada de las decisiones políticas, dándoles así una visión a largo plazo y exitosa. ¿Por qué no les copiamos?

¿Qué tipo de colegio le gustaría ver para sus nietos?

Mi hija cuando iba al colegio le encantaba, era muy creativa, pero después, con 15 años, la luz de sus ojos desapareció. Así es cómo funciona la educación. Quiero que la luz de los ojos de mis nietos sea cada vez más brillante al final de su etapa escolar y que no sean bombardeados con la idea de exámenes y con anteojeras como si fuesen caballos sin poder ver lo que les rodea. Creo que este punto está muy relacionado con el aumento de los casos de problemas mentales en los niños a nivel mundial.

Desde su posición respetada en el mundo educativo, ¿no ve posible pequeños cambios?

Lo intenté, pero los políticos solo se rodean de gente que piensan igual que ellos. Este Gobierno no escucha a nadie que no crea lo mismo que ellos. Al menos cuando Tony Blair era primer ministro querían realmente escuchar y oír a la gente. Este Gobierno no está ahí para escuchar, tiene una ideología muy cerrada y cree que solo funciona la educación tradicional. Una de mis mayores frustraciones cuando voy a hablar con los políticos es darme cuenta a los pocos minutos de llegar que no te están escuchando si no es lo que quieren oír.

¿Qué opina de los estudios que dicen que la mayoría de los niños quieren ser Cristiano Ronaldo?

No estoy muy seguro de que sea cierto. Cuando entiendes a los niños de verdad, ves que no están interesados en ser ricos y famosos. Lo que quieren son vivir experiencias. Lo que me da pena es que no se vean en una posición en la que pueden marcar la diferencia. Si no les damos a los niños más oportunidades y experiencias como ir a cantar a un coro, a un laboratorio o a un teatro, entonces todos querrán ser Cristiano Ronaldo porque lo ven en la tele todo el tiempo. Cuanto más viajo, más me doy cuenta de lo malo que es el sistema y lo mal que estamos preparando a nuestros niños para el futuro.

Es curioso que diga esto del sistema británico, en España sus centros educativos tienen muy buena reputación.

Es un mito, vivimos de las rentas de hace 100 años. Nuestro sistema educativo es tan caótico como el español. Creo que las cosas más excitantes en el mundo de la educación están ocurriendo en países como Colombia, donde no tienen nada que perder, o en Finlandia, con una sociedad más pequeña. Pero en las democracias occidentales, como el Reino Unido y Estados Unidos, con el sistema actual y tanto examen estamos yendo hacia atrás, y mi miedo es que nos convirtamos en el tercer mundo de la educación.
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EL PAÍS QUE VALORA LAS MATRÍCULAS DE HONOR ANTES QUE LAS HABILIDADES.

Artículo escrito por Mel Elices Agudo, fundadora y redactora en Nunca jamás y yo.

Muchos estudiantes se esfuerzan hasta límites insospechados para poder aprobar una carrera. Algunos, consiguen obtener el título pero no con matrículas de honor ni con sobresalientes, sino con un “aprobado por los pelos”. Otros, sin embargo la calificación más baja que tienen en sus expedientes es un 9,2. Si estamos en España, os podéis imaginar qué alumno lo tendrá más sencillo en acceder a un puesto de trabajo. Obviamente, no digo que todas las empresas den importancia a los números que se han conseguido sacar en las asignaturas, pero si una buena parte de ellas.



Pero lo que es cierto, es que el estudiante que ha tenido cinco matrículas de honor en la carrera, no está más capacitado para un empleo que el alumno que ha “aprobado por los pelos”. Pensemos en esta situación: dos amigos, han estudiado Medicina. El primero, ha ido aprobando poco a poco, y en muchos exámenes no ha conseguido obtener más de un seis. El segundo, ha tenido unas calificaciones estupendas. Se sabe absolutamente toda la teoría. Llega el momento de hacer las primeras prácticas en los centros de salud y hospitales. Del primero, los médicos dicen que a parte de diagnosticar de manera adecuada, tiene un genial comportamiento y comunicación con los pacientes, que sabe utilizar la empatía, la sensibilidad y el optimismo con ellos. Del segundo, afirman que es un verdadero fenómeno en la teoría y en diagnosticar las posibles enfermedades de los pacientes, sin embargo, no tiene ninguna habilidad social ni actitud positiva con ellos.

Pero claro, cuando los dos vayan a trabajar en un hospital o centro de salud nuevo, el que tendrá más posibilidades de conseguir el puesto, es el segundo amigo, porque obviamente ha obtenido unas calificaciones impecables. Al primer amigo, tendrán que darle una oportunidad para ver cómo se desenvuelve realmente, si es que quieren darle esa oportunidad. Por lo tanto, lo que premia en España, lo que verdaderamente es importante es que se sea un estudiante excelente. Que no se haya tenido que recurrir a ningún examen de recuperación para aprobar una asignatura. Y que por supuesto, las calificaciones que se han obtenido no sean inferiores a un siete. En muchas ocasiones, no importa que la persona sepa trabajar en equipo, que aplique valores importantes en el día a día, sea solidario, sea comprometido, sensible, creativo, que tenga en cuenta a los compañeros, y sepa gestionar sus propias emociones y sentimientos. Si no se ha sacado más de siete, no eres digno para el puesto de trabajo.

Desgraciadamente, cada vez más estudiantes tienen que leer ofertas de empleo que como primer requisito, se tenga que haber superado con dieces no sé cuántas asignaturas, o que se haya conseguido una calificación mínima en la carrera. Está claro que hay empresas con mucho prestigio y fama que seguir cuidando. Poco a poco, parece que las cosas van cambiando, que vamos avanzando, que los altos cargos buscan a personas con habilidades que puedan aportar algo nuevo a la empresa en vez de dar importancia a los expedientes académicos. Pero todavía queda mucho camino por delante, y lo que es cierto, es que muchas empresas se están perdiendo a personas altamente cualificadas para un puesto de trabajo por no darles una mísera oportunidad y no mirar más allá. Pero a estas alturas, no sé de qué me sorprendo.

FUENTE: Este artículo ha sido remitido por Mel Elices Agudo para su publicacion en esta plataforma. Agradecemos su colaboración.
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MI HIJO SUSPENDE, ¿POR QUÉ?

Cualquier padre puede imaginarse (o conoce) lo que se siente cuando un hijo trae a casa el boletín de notas con suspensos. ¿Qué pasa? Fallamos nosotros como padres, falla nuestro hijo/a, el colegio, el sistema… ¿Qué podemos hacer?

Lo primero es analizar la situación sin culpar a nadie. Dependiendo del curso que esté realizando nuestro hijo los motivos por los que suspende pueden ser diferentes:


– Problemas de aprendizaje

– Madurativos

– Emocionales

– De crecimiento

– Motivación

Problemas en Primaria

Cuando un alumno suspende o le cuesta en las primeras etapas de primaria hemos de estar atentos. Empezamos a darnos cuanta de que un alumno puede tener problemas cuando empieza con la lectoescritura. Si esto ocurre hemos de acudir a expertos que ayuden a nuestro hijo con fórmulas y sistemas de apoyo que le den seguridad. Es importante que el niño se sienta apoyado y valorado. No le agobies ni le riñas, le costará ponerse a leer o hacer deberes, pues es algo que le frustra, anímale y ten muchísima paciencia. Es más importante que entienda lo que lee que, que lea rápido.Durante el pre escolar y los primeros años de primaria es cuando podemos ver si existen problemas de aprendizaje o de cualquier otro tipo. Haz revisiones de vista y oído. ¡A veces la lectura se corrige con gafas! Si no es así el alumno debe ir sacando más o menos buenas notas.

A finales de la primaria

Algunos estudiantes ya empiezan a tener cambios hormonales, cambian sus intereses y motivaciones y puede que esto les lleve a relajarse en sus estudios. Esto es uno de los motivos que pueden hacer que el estudiante baje sus notas. Has de estar más encima y calcular las horas que está en su cuarto “estudiando”. Anímale a que deje las distracciones como el móvil fuera del cuarto. Y si ya estudia con ordenador, ponle tiempos:

– Dentro de 1 h te pregunto.

– Haz un mapa mental y te pregunto.

Problemas en la ESO

Los biorritmos cambian en la ESO, y es importante saberlo para entender lo que les pasa y no enfadarse con ellos. Por otra parte, empiezan a perder el interés por las asignaturas del colegio, empiezan las edades de los amigos y grupos. Por lo tanto son edades en las que distraerse no les cuesta mucho. Pero si nuestro hijo está suspendiendo (más de 2 ó 3 asignaturas por evaluación) debemos plantearnos por donde atajar el problema.

1 - El colegio: la frase “échate fama y ponte a dormir” en el colegio suele funcionar, para lo bueno y para lo malo. Así que cuando un hijo nuestro ya tiene fama de cateón no hay que perder el tiempo y cambiarlo de colegio. Hay colegios más blandos que otros a la hora de evaluar al alumno. Tu hijo se sentirá más cómodo. Quizás va a un colegio grande y necesita uno más pequeño con más atención personal.

2 - Sistema educativo: hay estudiantes que no funcionan en el sistema educativo español y hay que cambiarlos de sistema. Si es así intenta aguantarlo hasta 3º ó 4º de la ESO, cuanto mayor sea, más beneficioso será para el curso en el extranjero.

3 - Problema emocional: en la adolescencia tener problemas emocionales se refleja muchas veces en las notas. Desánimos, autoestima baja, problemas con los compañeros y los grupos, …

4 - Mala alimentación, sueño y deporte: Es básico y fundamental que controlemos sus horas de sueño, su actividad física y su alimentación. Si alguna de estas tres cosas falla, puede también repercutir en sus notas. La falta de vitaminas a la hora de estudiar puede repercutir en su concentración.

POR LO TANTO:

– HABLA CON ÉL/ELLA: Lo más importante cuando hay problemas de suspensos es hablar con ellos; tengan la edad que tengan, pueden darnos pistas de lo que les pasa. Lo primero ha de ser su estabilidad emocional, no le hagas sentirse “tonto” por suspender, a ningún niño le gusta suspender. Si le dejas elegir entre sobresalientes o suspensos, ¿qué crees que elegirá?

– TOMA MEDIDAS ENSEGUIDA: comprender su situación y poner remedio, depende de los padres. Por parte de tu hijo ha de haber compromiso de esfuerzo y trabajo. Establece con él horarios, rutinas de trabajo, etc.

– SUSPENDER NO HA DE SER LO NORMAL: por lo tanto cuando las notas bajan se ha de empezar a trabajar y no dejar que nuestro hijo vea que en su caso suspender es lo normal.

– CASTIGOS: los castigos eternos en su cuarto sin salir, no son la solución. Marcar unos horarios de estudio, una disciplina de trabajo, y una rutina son el mejor camino. Privarle de juegos o libertades por esos suspensos, es una buena alternativa, ahí ya depende de los padres y del motivo del suspenso.

– ALABOS: no olvidéis alabar sus esfuerzos y su mejoría de notas aunque sea pequeña. Parte de sacar, o no, buenas notas es sentirse valorado y ver la importancia que se le da en casa a sus esfuerzos.

– CONFÍA: No pierdas nunca la confianza en tu hijo.
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LA PRIMARIA ENSAYA UN FUTURO SIN ASIGNATURAS NI EXÁMENES

Un artículo de Anna Forés Miravalles, Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación y Licenciada en Pedagogía por la Universidad de Barcelona.

Ni asignaturas, ni exámenes, ni notas. La santa trinidad de la educación tradicional salta por los aires en un número creciente de escuelas. Aún son minoría, pero estos centros ponen sobre el tapete la necesidad de dar la vuelta a un sistema que muchos consideran obsoleto. Lo de eliminar horarios y exámenes, al menos parcialmente, es la parte más llamativa de estas iniciativas. En realidad, se trata de una pieza más dentro de un cambio profundo, sistémico, que intenta responder a una pregunta fundamental: ¿Cómo ha de ser la escuela del siglo XXI?


Del tema se habló ampliamente en Barcelona a principio de mes, durante la celebración del ITworldEdu, un certamen sobre innovación educativa ligada a la tecnología. Allí, Richard Gerver, profesor británico que asesora a varios gobiernos en materia de educación, hizo un llamamiento a derribar los muros de la escuela del siglo XIX, la que, según él, todavía predomina en cualquier país del mundo. Colegios en los que sigue sonando el timbre para que los niños cambien de materia o salgan al patio, “como en una fábrica”. Es la educación de la sociedad industrial. “Pero ahora estamos en la sociedad del conocimiento, ¿o no era así?”, planteaba Gerver.

Estas inquietudes están muy cerca, no sólo en boca de gurús internacionales y congresos. No hay más que pasarse por las jornadas de puertas abiertas de escuelas e institutos estos días. Se vio, por ejemplo, en las sesiones informativas de la escuela pública El Martinet de Ripollet (Vallès Occidental), el mes pasado. Muchos padres quedaron sorprendidos al descubrir que allí no existen horarios ni “la clase de matemáticas, la de lengua o la de inglés”, sino que los contenidos se aprenden de forma transversal en torno a un centro de interés o proyecto -la Luna, la historia del tiempo, el número pi…-; que los alumnos no realizan exámenes al uso, sino que están sometidos a una evaluación continua, y que, por lo tanto, los padres tampoco reciben calificaciones numéricas de sus hijos, sino un informe sobre lo que el alumno ha aprendido y lo que no.

El caso más notorio de esta “nueva educación” estos días es el de las escuelas Jesuitas de Catalunya, un proyecto que ha captado la atención del sector educativo del país. Bajo el nombre de “Horizonte 2020“, los ocho centros que integran la red se han embarcado en un cambio radical. Aparte de eliminar horarios y asignaturas, han modificado el espacio de la escuela, han unido grupos de alumnos y profesores, han creado una nueva etapa intermedia que unifica los cursos de 5º y 6º de primaria con los de 1º y 2º de ESO… Este curso tres centros realizan una prueba piloto y en cinco años, los 13.000 alumnos de estas escuelas trabajarán con la nueva metodología.

Una transformación parecida ha emprendido la Escola Pia. Los veinte colegios que integran el grupo, con 20.000 alumnos, han preparado durante cuatro años una metamorfosis educativa que iniciarán el curso que viene en tres escuelas. Poco a poco la extenderán a todos sus centros.

En la red pública, cada vez más escuelas de primaria trabajan de una forma similar, aunque en la secundaria resulta más difícil encontrar iniciativas de este tipo. Una excepción: la red de institutos innovadores que coordina el Institut de Ciències de l’Educació de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

El Institut-Escola Les Vinyes (Castellbisbal) forma parte de esta red. En infantil y primaria todo el currículo se reparte entre “rincones, ambientes y proyectos”. Los ambientes serían lo más parecido a una asignatura tradicional, explica Boris Mir, su jefe de estudios. Está el rincón de matemáticas, de lengua… donde los alumnos adquieren conocimientos básicos. Luego, los ambientes imitan situaciones de la vida real, y en los proyectos los estudiantes elaboran trabajos en grupo.

En la secundaria, cada profesor imparte dos asignaturas y se crean equipos docentes encargados de cada uno de los cursos. La enseñanza se organiza en ciclos de entre tres y cuatro semanas: las dos primeras los alumnos tienen clases “más tradicionales”, y luego realizan un trabajo globalizado, donde las diferentes disciplinas se funden para dar respuesta a una pregunta o desafío. ¿Se puede medir la belleza? ¿Quiénes somos? ¿Estamos realmente en el año 2015? ¿Qué desigualdades perduran? Son cuestiones que los alumnos han trabajado, y aquí se integran las lenguas, las matemáticas, la tecnología o la historia. Redactan documentos, buscan información, se organizan para crear una exposición, una revista o una producción audiovisual que responda a estas preguntas. “Esta metodología también nos permite trabajar habilidades sociales, la organización, la colaboración, la creatividad, la empatía… capacidades que la sociedad actual reclama y que la escuela tradicional no potencia lo suficiente”, afirma Mir.

En la escuela jesuita Infant Jesús, de Barcelona, la clase de 5.º de primaria se ha organizado en grupos para elaborar una línea del tiempo, de la prehistoria a nuestros días. Las tres profesoras que están con los 50 alumnos explican el nacimiento de la antigua Grecia y Roma y aportan recursos de internet, los alumnos buscan información en catalán, castellano e inglés; realizan una línea del tiempo a escala, sitúan en un mapa interactivo ciudades y hechos históricos… “Así es divertido trabajar. El año pasado, con las asignaturas normales, todo era más aburrido”, asegura un grupo de alumnas.

“Uno de los objetivos de nuestro cambio es luchar contra el absentismo emocional, niños que vienen a la escuela por obligación, pero que no disfrutan del hecho de aprender”, relata el director del Infant Jesús, Joan Blasco. “En la vida no tenemos problemas de matemáticas, lengua o geografía, sino problemas en general, así que es lógico que la escuela funcione de forma interdisciplinar, y potenciando habilidades y actitudes más allá de los conocimientos académicos”, añade el director general de la Escola Pia, Joan Vila.

La Lomce va en el sentido contrario, con un currículo muy detallado de cada asignatura y poniendo el énfasis en las notas numéricas desde primaria. De todos modos, los profesores consultados consideran que las escuelas tienen margen de maniobra para seguir con sus proyectos pese a los currículos oficiales.

Eso sí, en los centros públicos reclaman más apoyo para llevar a cabo estas experiencias innovadoras, que en la red concertada suele ser más fácil de instaurar. “La innovación en las escuelas está tolerada, pero no apoyada”, coinciden Boris Mir y Rosa Sardà, directora de Les Vinyes. Una de las principales dificultades que encuentran es la inestabilidad de la plantilla. “Sobre todo en la ESO; poder escoger el profesorado resulta fundamental para mantener estos proyectos”, continúan.

El cambio en la escuela, defienden todos, se vuelve imperativo.
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cuatro cuadrantes

CIENTÍFICOS EXPLICAN DE QUÉ DEPENDE EL ÉXITO EN UN EXAMEN

Investigadores analizaron 2 millones de calificaciones de las pruebas estandarizadas para niños buscando una respuesta.

Parece que los científicos han encontrado una buena excusa para los que no han aprobado un examen. Un nuevo estudio de investigadores daneses revela que la hora a la que se hace la prueba afecta al resultado, informa la revista 'NewScientist'.

El equipo de Hans Henrik Sievertsen, del Centro Nacional Danés para la Investigación Social en Copenhague, analizó 2 millones de calificaciones de las pruebas estandarizadas para niños daneses de entre 8 y 15 años. Se reveló que a partir de las 8 de la mañana, con cada hora pasada, las calificaciones del examen se reducían en un grado equivalente al efecto que produce el faltar 10 días al colegio. En otras palabras, cuanto más tarde se hacía la prueba, peor era el resultado. Además, los niños con el rendimiento más bajo en el colegio, al parecer, fueron los más perjudicados por la hora a la que se hacía el examen.

Los científicos creen que estos resultados se deben a la fatiga cognitiva y es necesario un descanso para mostrar un mejor rendimiento, ya que las calificaciones de los exámenes realizados después de una pausa de 20 o 30 minutos mejoraban tanto que equivalían a las de las pruebas realizadas 2 horas antes.

Sin embargo, para los investigadores aún no está claro cómo los recursos mentales de los niños 'se recargan'. "Me interesa mucho lo que pasa durante estos descansos", comenta Sievertsen. "¿Es porque comen algo o toman aire fresco? Si llegamos a saber eso, tal vez podríamos especular por qué algunos niños resultan más afectados que otros". El científico danés no propone cambiar el horario escolar, sino asignar los exámenes siempre a la misma hora y preferiblemente después del recreo.
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PENSADOR

¿SON NECESARIAS LAS NOTAS EN PRIMARIA?

Un artículo de Ana Díaz, periodista.

¿Tiene sentido hacer exámenes a un niño de Primaria cada mes y medio? ¿Necesita un profesor examinar a un niño para conocer su rendimiento? Los exámenes no nos dicen lo que un niño ha aprendido, sino lo que no ha sabido responder. Ponen el foco sobre los errores y van reduciendo poco a poco las ganas de aprender.


Sí, he cambiado de opinión, pero hoy veo claramente que estaba en un error. La tensión que ejercen los exámenes introducidos tan prematuramente en la etapa escolar es, desde mi punto de vista, una pérdida de tiempo tan innecesaria como desmotivadora. Muchos niños lo viven con estrés y otros simplemente no lo entienden ni les importa. Pueden sacar un día un 3 (porque tenían ganas de jugar) y al día siguiente un 10 (porque les interesaba el contenido de la lección). ¿Y qué quiere decir eso? Que los exámenes para un niño menor de 11 años no sirven para nada y son contraproducentes. Al menos yo lo veo claro.

La obsesión por las evaluaciones y las notas aprisiona al niño y termina matando las ganas de aprender con las que nacemos todos los seres humanos. La mayor parte de los profesores con los que yo he hablado me lo reconocen, pero muchos padres me dicen que es bueno que se vayan acostumbrando… Y yo me pregunto: ¿también se deben ir acostumbrando a hacer la Declaración sobre la Renta? ¡Por favor, solo son niños! ¡A lo que tienen que acostumbrarse es a jugar, a hacer deporte, a comer sano, al gusto por aprender cosas nuevas, a la lectura, a pensar por sí mismos…!

En Finlandia, país conocido por encabezar los Informes Pisa sobre educación en los últimos años, los niños no tienen exámenes ni notas hasta 5 de Primaria. En Francia están valorando la posibilidad de eliminar también las evaluaciones numéricas y sustituirlas por informes razonados de los profesores. Son pequeños pasos que se van dando en busca de la motivación escolar perdida.

Yo antes tampoco lo veía, pero es que a veces los árboles no nos dejan ver el bosque. El objetivo de la educación es sacar lo mejor de cada niño para que después pueda devolverlo a la sociedad. Así, aprovechando su pasión por aprender, ganamos todos. Antes pensábamos que cuanto mejores eran las notas de nuestros hijos, más fácil encontrarían trabajo y mejor sería su futuro, pero hoy hemos visto que eso no es cierto. Centrar nuestro objetivo en las evaluaciones y las notas es como mirar al dedo de alguien que te está señalando a la Luna.

CARTA ENVIADA POR UN COLEGIO DEL REINO UNIDO A SUS ALUMNOS

Recientemente leí en Twitter esta carta que fue enviada, junto con las calificaciones de los alumnos de segundo ciclo de Primaria, por un colegio del Reino Unido llamado Barrowford, que se encuentra en Nelson, un pueblo del norte de Lancanhire. Tras ser publicada en las Redes Sociales, su expansión ha sido enorme. Si no la has leído, te recomiendo que lo hagas.

Traducción: “Los resultados de los exámenes del KS2 podrá encontrarlos al final de la carta. Estamos muy orgullosos de la cantidad de conocimientos que has demostrado tener a lo largo de esta semana tan complicada. Sin embargo, consideramos que estos exámenes no evalúan siempre aquello que os hacen especiales y únicos. La gente que creó estos exámenes y los evalúa no sabe nada de vosotros en comparación a vuestros profesores y familiares. Ellos no saben que muchos de vosotros habláis dos idiomas. Ellos no saben que podéis tocar un instrumento, bailar o pintar un dibujo. Tampoco saben que vuestros amigos cuentan con que estéis a su lado o que vuestra risa puede iluminar el día más oscuro. Ellos no saben que escribís canciones o poesías, que realizáis algún deporte, que os preguntáis por el futuro o que a veces os toca cuidar de vuestros hermanos pequeños tras el colegio. Ellos no saben que habéis viajado a espectaculares lugares, que sabéis contar historias verdaderamente maravillosas o que adoráis pasar vuestro tiempo con familiares y amigos. Tampoco saben que podéis ser personas dignas de confianza, atentas, amables y que intentáis mejorar cada día… Estos resultados os dirán algo, pero nunca todo. Así que disfrutad de vuestros resultados y estad muy orgullosos de ellos pero recordad que hay muchas formas de ser inteligente.”
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EGO

CÉSAR BONA: "LA ESCUELA DEBERÍA ENSEÑAR A REFLEXIONAR Y NO A HACER TANTOS EXÁMENES"

El profesor César Bona ha lamentado hoy, en una entrevista con Efe, que "la nota sigue pesando mucho" en el sistema educativo español, cuando la escuela tendría que enseñar a los alumnos a "reflexionar", en vez de hacerles tantos exámenes.

Bona (Ainzón, Zaragoza, 1972), finalista de los Global Teacher Prize (un premio considerado el Nobel de la enseñanza), ofrece en Logroño la charla "Otra educación es posible", organizada por el Aula de Cultura Diario LA RIOJA-Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

"Si no cambian las cosas", los alumnos que acaben los estudios de Magisterio en los próximos cursos tendrán las "mismas carencias" en formación que el profesorado actual, ha lamentado.

A su juicio, "el sistema educativo español sigue sin estimular la expresión oral, que es una herramienta muy importante que se utiliza a diario; la gestión de las emociones o el compromiso social de los alumnos, ya que no viven en una burbuja".

La sociedad debería "mirar más" hacia la escuela y darle la importancia que "merece," ha recalcado este docente, que está en excedencia para poder promocionar su libro "La nueva educación". Bona considera "extremadamente importante" en su ejercicio profesional "escuchar a los niños", algo que no se hace en Secundaria, precisamente la etapa en la que los alumnos tienen "más necesidad de sentirse escuchados".

En relación al sistema de acceso a un puesto de funcionario en la educación pública, ha considerado que cabe la posibilidad de que quien obtenga la mejor nota en una oposición puede trabajar de maestro, pero "sin tener ni idea de cómo dirigirse a un alumno".

La palabra "vocación", a veces, se confunde con el "cariño" hacia los niños, ha explicado, y, sin embargo, hay que tener muy en cuenta la actitud diaria del profesor, quien es el "ejemplo" para sus alumnos.

Para un joven que quiera ejercer la docencia, recomienda que sea "una persona curiosa, creativa y que le interese lo que pasa a su alrededor", ya que sus tareas son "estimular la curiosidad y la creatividad infantil, no solo enseñar, lo que es tan importante para abrir la puerta y que los niños saquen lo que tienen dentro".

En su opinión, las programaciones actuales de las asignaturas de Primaria y Secundaria son "demasiado largas" porque, "desde el primer día hasta el último del curso, los profesores tienen que meter datos en las cabezas de los niños, que después olvidan rápidamente, al tratarse de un sistema memorístico".

Sin embargo, actualmente, se olvidan "cosas tan obvias" como "prestar atención a los niños y adolescentes", que pasan una media de catorce años estudiando, ha lamentado.

Así, Bona ha considerado "triste" que en Primaria y en Secundaria se dejen de celebrar las asambleas de la etapa de Infantil, ya que "es el momento perfecto de escuchar a los alumnos y que se puedan expresar".

Por otro lado, ha criticado que, en el debate de candidatos celebrado en la última campaña electoral, apenas se dedicasen treinta segundos a la educación, a pesar de que es una cuestión de la que depende la formación de millones de españoles.

En vez de fijarse solo en el modelo educativo finlandés, Bona ha recomendado tener en cuenta proyectos locales "extraordinarios" que ya se desarrollan en España, a los que nos se les da la importancia que merecen.

El teatro, que funciona muy bien en muchos colegios de países extranjeros, es una de las herramientas que se podrían incorporar a las escuelas españolas, ha concluido.
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Saber y amor

ESTUDIAR PARA LOS EXÁMENES EN EL ÚLTIMO MOMENTO PODRÍA SER LA MEJOR MANERA DE APRENDER

La de años que nos hemos tirado escuchando la misma cantinela (¡no lo dejes para el último momento!) y la de veces que hemos comprobado por nosotros mismos que eso de estudiar deprisa, corriendo y con tensión, también puede ser efectivo.

Ahora científicos de la Universidad de Bristol (U.K) han descubierto que las hormonas que se producen cuando estamos estresados ​​causan cambios en las células de nuestro cerebro, permitiendo a los recuerdos guardarse más eficazmente.

Lo asegura el profesor Hans Reul, neurocientífico de la Universidad de Bristol, que ha estado dirigiendo una completa investigación que demuestra que las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, cambian los genes dentro de las neuronas y aumentan su capacidad de aprendizaje.

La acción se produce gracias a un mecanismo que se conoce como “modificación epigenética”, que consiste en una alteración del genoma de las células para “reprogramar” el ADN en el cerebro y así aumentar o disminuir la expresión de ciertos genes, en este caso los genes que juegan un papel importante en la memoria.

Los científicos utilizan para explicar su trabajo el ejemplo de que el hombre suele recordar con mayor fuerza los malos recuerdos que los buenos. Esto es debido al papel que juega el estrés, un actor claramente importante desde el punto de vista biológico para recordar algo que duele o nos amenaza y que uno no se puede sacar de la cabeza.

Esta mejora del aprendizaje mediante la consolidación de los recuerdos se fortalece en el hipocampo, la parte del cerebro involucrada en la memoria y el aprendizaje. Se cree que la reprogramación de los genes en el cerebro gracias al estrés hace que las células nerviosas crezcan más y desarrollen más redes de comunicación entre ellas. Los hallazgos sugieren que el aprendizaje de los estudiantes realmente se puede mejorar cuando se siente la presión de una fecha límite.

En momentos de estrés, el cortisol y la adrenalina se liberan en el torrente sanguíneo para producir una variedad de respuestas, incluida el aumento de la cantidad de azúcar en la sangre, lo que ayuda al metabolismo. El cortisol y la adrenalina son componentes esenciales de los mecanismos de lucha o huída de los seres humanos, una respuesta neuro-biológica a situaciones de estrés que ha evolucionado durante millones de años.

En la historia evolutiva esto habría ayudado al ser humano a escapar de situaciones peligrosas y la acción de estas hormonas en el cerebro habría ayudado a formar recuerdos fuertes que nos permiten evitar las situaciones similares en el futuro.

Pero el Dr. Reul también advierte que, si bien un poco de estrés puede ser bueno para la formación de la memoria, un estrés excesivo puede tener el efecto contrario. “Cuando estamos muy estresados” subraya en la edición de la revista Experimental Neurology donde ha publicado su estudio, “no es posible recoger toda la información nueva en buenas condiciones”, afirma.

El cerebro entra en un modo que lo único que hace es reemplazar información por otra información, ya que la memoria no es eficiente. Por eso el estrés a largo plazo tampoco es bueno para el ser humano”.
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Hacia un nuevo paradigma educativo

LA PLATAFORMA CONTRA LA LOMCE PROMUEVE UN NUEVO PLANTE A LOS EXÁMENES "IMPUESTOS" EN PRIMARIA

La plataforma quiere convertir a las familias en "objetoras".
El año pasado el Gobierno vasco sólo pudo hacer el pilotaje en 13 centros cuando su previsión era hacerlo en 30.


La Plataforma Hezkuntza Plataformen Topagunea ha decidido hoy mantener la misma actitud que el curso pasado y volver a promover un plante generalizado de los centros escolares a los exámenes "impuestos" de 3º y 6º de Primaria.

Esta plataforma ha celebrado esta mañana en Vitoria una asamblea en la que ha hecho un balance positivo de la estrategia seguida el curso pasado para que los centros vascos no hicieran los exámenes de tercero de Primaria a los que obliga la Lomce.

En un comunicado, ha informado de que el Gobierno vasco sólo pudo hacer el pilotaje en 13 centros de Kristau Eskola y en una escuela pública, cuando su previsión era hacerlo en 30 centros. Sin embargo, 14 escuelas públicas y dos ikastolas se opusieron.

"Fue un logro impresionante y este curso mantendremos la misma actitud de plante a los exámenes de 3º y 6º de Primaria", ha anunciado.

Ha explicado que estas evaluaciones "no cuentan con el apoyo de la comunidad escolar", ya que "dinamitan la evaluación continua del alumno limitándola a un examen de un día".

Además, "se basan en un modelo totalmente antipedagógico", cuyo único producto es el resultado, fomentando "la clasificación y encasillamiento de los alumnos", ha advertido.

Por todo ello, esta plataforma contraria a la Lomce ha dicho que, al igual que el curso pasado, convertirá a las familias en "objetoras" con el fin de que éstas no den permiso para que se realicen las pruebas a sus hijos.
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LEER MANUSCRITO: ANTROPOLOGIA DE LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

¡NO MÁS ASIGNATURAS, EXÁMENES NI HORARIOS! RED DE COLEGIOS REVOLUCIONA EDUCACIÓN TRADICIONAL

Un grupo de colegios en Cataluña eliminó el modelo de educación clásico, borrando sin miedo los esquemas en que se encerraban a los alumnos. Como resultado ahora tienen niños y jóvenes motivados por aprender. ¿Qué están haciendo?

Al diablo las asignaturas, horarios, tareas, exámenes! Esta vez no fueron los alumnos los rebeldes, cansados de clases aburridas, si no un grupo de colegios españoles que quiso nadar contra la corriente en el mar educacional. No se trata de una protesta, ni de una paralización. Esta revolución en las salas de clases la hicieron para acabar con la desmotivación de sus alumnos y mejorar la calidad de la educación.

En la Fundación Jesuitas Educación (FJE) de Cataluña, veían a diario la desmotivación de los niños al asistir a clases y su desconexión con la escuela. La culpa no era de ellos, los dedos apuntaron de inmediato al sistema educativo, que desde larga data no ha logrado evolucionar a la par con los tiempos y mientras tanto llevamos décadas enseñando como se hacía a principios del siglo XX, pese a tener alumnos radicalmente diferentes. Por eso este grupo de españoles que administran ocho colegios con más de 13.000 alumnos, tomaron las riendas del asunto e implementaron un nuevo modelo transformando por completo las aulas.

"Existe un problema de modelo que podemos resumir en fracaso escolar, ya que un porcentaje alto de los alumnos de nuestro país no está adquiriendo los conocimientos básicos, y un fracaso vital, porque los alumnos no está adquiriendo las habilidades y competencias necesarias para desenvolverse en el mundo que les ha tocado vivir", nos cuenta Xavier Aragay, director general de FJE de Cataluña.

Nuevo sistema: ¡Adiós ramos, hola proyectos!

Este nuevo modelo llamado Horizonte 2020 , que se ha comenzado a aplicar en tres colegios en los cursos de 3 y 4 años y en quinto nivel de Primaria y primero de Secundaria (10 a 12 años), ha transformado las salas de clases en grandes lugares para el trabajo en equipo.

Según informan en ABC.es , derribaron paredes para hacer espacios más amplios y llenos de sofás, luz, colores y mesas dispuestas para la reunión y nuevas tecnologías. Tampoco existe lenguaje, biología, matemáticas, como asignaturas aisladas, en estos colegios se combinan en proyectos que los alumnos deben desarrollar a lo largo del día. Un proyecto sobre pueblos indígenas, por ejemplo, permite aprender historia, geografía, filosofía, religión y arte al mismo tiempo.

"Aprenden mucho mejor si ven que lo que aprenden tiene una aplicación práctica", asegura Xavier Aragay . Y cuando necesitan aprender conocimientos previos para utilizar en el proyecto, pueden acudir a las unidades didácticas.

La rutina diaria comienza con 20 minutos de introspección para plantearse los desafíos del día y termina con otros 20 minutos donde se reflexiona si han logrado los objetivos propuestos. Cada grupo de 60 alumnos, es acompañado durante todo el día por tres profesores, que tutorizan los proyectos en los que trabajan. No existen los horarios, los alumnos salen a recreo cuando están cansados.

A fin de cuentas, la idea principal de este radical modelo es formar integralmente a los niños y jóvenes. "Educar no es sólo transmitir conocimientos", señala el director general adjunto de la FJE, Josep Menéndez.

"Hemos transformado la educación para que el alumno sea el protagonista, para que haya verdadero trabajo en equipo y los estudiantes descubran cuál es su proyecto vital, qué quieren hacer en la vida y enseñarles a reflexionar, porque van a vivir en una época que les va a desconcertar", insiste Aragay.

Y aunque ahora trabajan sin asignaturas, se cumple de igual manera con todo lo requerido. Para evaluar, por ejemplo, en vez de realizar exámenes, puntúan las competencias de cada alumno y su progreso, donde a través de un algoritmo, las transforman en notas para cada ramo.

¿Cómo armaron el modelo?

Por ser tan radical, el proceso para llegar a diseñar el modelo fue clave, pues había que demostrar que transformar la educación era algo posible. Para eso, combinaron el estudio de otros modelos con las encuestas a alumnos, profesores, familias y apoderados de las escuelas, recogiendo un total de 56.000 ideas en la que basaron el nuevo modelo educativo.

"Visitamos diferentes centros de España, Dinamarca, Holanda y Alemania, con los que tenemos una relación habitual, para inspirarnos. Todo ello nos estimuló hacia la idea y voluntad de hacer un cambio sistémico. Un cambio copernicano en la educación, con una idea esencial: la formación integral del alumno, dónde su proyecto vital es el centro del proceso de aprendizaje, como recoge la tradición de la educación jesuita".

Una vez listo, dos de cada tres profesores (de los 1.500 que participan el FSJ) estuvieron a favor. Un buen indicador, ya que Aragay reconoce que es bastante radical.

… Y funciona

A seis meses de haberse implantado, ya se observan algunos resultados del triunfo de este genial sistema de educación. Según el director, ya han visto casos de alumnos que antes inventaban que tenían fiebre para no ir clases, pero que ahora quieren ir a clases aunque hiervan en fiebre.

Le preguntamos a Aragay ansiosos por otras evidencias del éxito, a lo que nos contestó que aún es temprano para hacer una valoración detallada de los resultados académicos, pero que hasta el momento han sido muy positivos los resultados, especialmente respecto a la predisposición de los alumnos al aprendizaje: "Se sienten protagonistas. Los alumnos vienen contentos y muy motivados a clase. Todo tipo de alumnos. Muestran un gran interés por aprender porque tienen un papel activo en el proceso de aprendizaje", comentó.

Los pasos a seguir de FJE son analizar con mayor evidencia los logros del modelo y avanzar año a año ampliando los cursos hasta cubrir todos los niveles. Y como dice su nombre, Horizonte 2020, lograr extenderlo en cinco años más a todos los centros de la red en Cataluña.

"Siempre ha habido debates de expertos donde se diagnosticaba lo que había que cambiar, pero nadie planteaba cómo empezar este cambio. Nosotros, desde nuestra humilde aportación, hemos ido más allá y demostrar desde la práctica que la transformación de la educación es posible", responde seguro Xavier.

¿Te parece que este modelo podría mejorar la calidad de la educación escolar?
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