"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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TRUMP Y LA POSVERDAD EN PDF

LAS HUMANIDADES FABRICAN INÚTILES

Un artículo de Alejandro Prada Vázquez, investigador de la Universidad de Oviedo.

Lo humano ahora es distinto: hemos pasado de la especulación y el interés por el saber a la constatación de que podemos vivir sin Cervantes o Velázquez, pero no sin dinero.


Las humanidades fabrican inútiles, todo el mundo lo sabe. Por eso, avergüéncense de sus hijos, de las amistades que se hayan podido formar o estén formándose en alguna de esas disciplinas intempestivas. Avergoncémonos todos de esta persistencia que mantienen algunos en lo que ya no es civilizado: hoy, ahora, ya mismo, la única manera de no ser un salvaje es perseguir el éxito, y su medida no es otra que la cantidad de monedas y billetes que se puedan acumular con la mayor presteza posible. ¿Qué produce un filósofo o un historiador del arte, qué riqueza genera para sí o para la sociedad? Ya hemos comprobado que si algo avanza a contrapelo del negocio es que ese algo es intrascendente. Por otro lado, el pensamiento político, independientemente de su color, pone su énfasis sin dilación, su centralidad misma, en el deseo económico de las personas civilizadas y, ¿acaso puede equivocarse el pensamiento político tan rotundamente?

Todos contamos en la familia o entre nuestros amigos con este tipo de gente que se desliga inconscientemente (esperemos) de la civilización, que persisten en lo que únicamente son vestigios para despreocupados. Aceptemos de una vez por todas que las humanidades son un conjunto de disciplinas desfasadas, accesorias e intrascendentes, útiles para lo inútil (el doble de inútiles por tanto), encargadas de adherir a lo esencial de la cultura sutilezas innecesarias: hemos asumido para nuestro bien que la cultura sólo es tal en cuanto no implica esfuerzo y que nada tiene que ver con reflexiones abstrusas sobre asuntos que no resultan rentables. Ya basta de esa tendencia arcaica que consiste en ocuparse de bagatelas históricas, como hacen estos nuevos salvajes, de desentrañar las variaciones que una palabra haya podido sufrir desde que fue utilizada por primera vez, de hacerse preguntas sobre un cuadro que tiene tres colores y medio. Lo humano ahora es distinto: hemos pasado de la especulación y el interés por el saber a la feliz y necesaria constatación de que en pleno siglo XXI podemos vivir sin Cervantes o Velázquez, pero no sin dinero.

El mito del buen salvaje se materializa de alguna forma en ellos y nosotros, desde la cumbre de la evolución, los aceptamos con la condescendencia que nos merece cualquier recóndita tribu. Les hemos dejado actuar y sentirse respaldados (puede que más de lo necesario) porque sabemos que podemos extinguirlos, hundir su vida selvática, quemar sus chozas de razón y rasgar sus vestimentas de palabras en el instante que nos convenga. ¿Qué es hoy nuestra historia sino la tácita batalla contra el pensamiento que no genera riquezas inmediatas? Esta conflagración es un enterramiento tolerado y ya nadie se engaña o asusta al constatarlo. Nuestro tiempo, un tiempo en el que tintinean las fortunas y no cesa la producción, no está para cargar con las veleidades del conocimiento, con esta retahíla de enamorados de lo que ha muerto.

Estos niños y niñas de la imprenta que aún parecen avanzar a cuatro patas no sabrán ponerse en pie por sí mismos y discurrir al paso bípedo que marca la civilización. Por ello es fundamental reconducirlos, hacerlos virar hacia el futuro lo antes posible, y trabajar para que no surjan de nuevo en nuestros sistemas educativos. Se hace obvio entonces que no parece suficiente reducir las horas de estas asignaturas en los colegios. Ante todo, sería necesario comunicar al alumnado, desde el comienzo de su educación, las razones por las que semejante tipo de disciplinas resultan perniciosas para el devenir de nuestras sociedades y para su propio destino. La elaboración de un breve Manual contra las Humanidades, en el que se argumentase implacablemente contra ellas, se torna insoslayable mientras éstas pervivan. Así, en pocas generaciones podríamos arrancarle definitivamente la voz a lo extemporáneo. Si existe un deber político para nuestro tiempo, social también, es el de inspirar un modo de vida que permita la supervivencia de nuestros valores y caprichos, unos valores y caprichos que son el dorado fruto de dar cumplimiento a nuestras pragmáticas aspiraciones.

Un estudiante de humanidades, una investigadora perteneciente a cualquiera de estas periclitadas disciplinas, al igual que sus docentes en trance de ser merecidamente fosilizados, están más cerca del museo que del bien común.

En todo caso, lo más vergonzoso para nosotros es que tanto ellas como ellos, los jóvenes de hoy, herederos del salvajismo que hoy representan las humanidades, persisten con vano estoicismo en mantenerse inútiles, recorridos siempre por esa determinación que sólo tienen en los ojos los locos y los inconscientes, en mostrarse optimistas a pesar de que difícilmente podrán encontrar un trabajo de lo suyo, sabiendo que probablemente se hayan esforzado para nada. Así que si pueden abofetéenlos, sáquenlos ya de su sueño infantil e inútil y pónganlos a vivir para el éxito. Luego congratúlense, porque con ese acto civilizatorio ya podrán ustedes considerarse absolutamente civilizados.
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¿POR QUÉ SE OLVIDA EN VACACIONES LO APRENDIDO DURANTE EL CURSO?

Un artículo de Salvador Rodríguez Ojaos, pedagogo, blogger, formador y asesor en innovación educativa, creatividad, educación emocional y educación en valores.

"El colmo de la estupidez es aprender lo que luego hay que olvidar." Erasmo de Rotterdam

Ha acabado el curso escolar en España, es tiempo de disfrutar de unas merecidas vacaciones. Docentes y alumnos necesitan descansar y tener nuevas y enriquecedoras experiencias de aprendizaje lejos de las aulas.


Durante el periodo vacacional se produce un hecho curioso que demuestra las graves deficiencias de nuestro sistema educativo: es la época en la que se olvida todo aquello que no se ha aprendido de manera relevante y significativa durante el curso. Durante las vacaciones, aquello que llamamos aprendizaje fingido desaparece del mismo modo que llegó: de forma rápida y sin dejar rastro.

Esto sucede tan a menudo que hay una frase típica entre los docentes de muchos centros educativos al empezar el curso: "No se acuerdan de nada". Seguramente, este es el motivo por el que muchos profesores y profesoras encargan a sus alumnos tareas académicas para realizar durante el periodo vacacional, restándoles tiempo para vivir nuevas y enriquecedoras experiencias de vida. ¡Como si lo que no se ha aprendido de manera adecuada durante el curso se pudiera aprender durante el verano!

El problema es tan evidente que incluso la mayoría de libros de texto de educación Primaria empiezan con un tema 0 de repaso de los principales contenidos trabajados en el curso anterior. ¡Como si el aprendizaje permaneciera oculto en algún lugar del cerebro y aflorara al realizar unas pocas actividades mecánicas y repetitivas!

Lo que no se olvida nunca, ni durante las vacaciones ni durante el resto de la vida, son aquellos aprendizajes que pasan a formar parte del ser de los alumnos, aquellos que les emocionan y les son útiles para seguir aprendiendo siempre... aquellos que realmente les preparan para la vida.

Mi apreciado y admirado amigo Manu Velasco en su blog (El Blog de Manu Velasco) ofrecía una lista con los placeres (que no deberes) de verano para alumnos y profes: ver una puesta de sol, leer para soñar, caminar por la orilla de la playa con los pies descalzos... ¡ser feliz! Hacer todo esto durante el verano solo es posible cuando se entiende que la escuela sirve para mucho más que calificar a los alumnos, sirve para prepararles para la vida, para que sean capaces de desarrollar su talento, para que puedan adaptarse a los retos continuos que les planteará la vida.

Se aprende siempre, no solo en la escuela durante el curso académico, se aprende de y con los profesores, de y con los padres, de y con los amigos... lo importante es que lo que se aprende tenga sentido y relevancia para vivir mejor. ¡No dejéis de aprender durante las vacaciones, no dejéis de aprender nunca!
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5g

DEBERES EN VERANO, ¿SÍ O NO?

No cabe duda. Si los niños pudiesen votar, Podemos arrasaría en las elecciones. ¿La razón? En un programa de televisión, Pablo Iglesias prometía a los más pequeños que, de gobernar la formación morada, los deberes desaparecerían para siempre del mapa. Y no está solo. Hace una semana, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) declaró la guerra a los deberes.

Conforme se acerca la época estival, el debate se intensifica. Las ganas de disfrutar de los niños crecen a la misma velocidad que las dudas de los padres. ¿Es el verano una época solamente de diversión? ¿Qué hacer con los escolares durante estos meses? ¿Es bueno mantener el hábito del trabajo o es preferible una desconexión?



Los estudios y los expertos coinciden: nada de libertad total. "En educación las cosas no son ni blancas ni negras. La clave reside en el equilibrio", señala Juan Antonio Planas, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. Para este experto, el nivel y el tipo de deberes deben variar en función de la edad del escolar. Así, mientras en los niños que cursen Infantil hay que fomentar la creatividad, en Primaria es necesario promover la lectura y en Secundaria, la escritura.

Enrique Castillejo y Gómez, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Pedagogía y Psicopedagogía de España, coincide con Planas: "Un escolar no puede estar más de dos meses parado. Todos deben hacer actividades diarias, breves y dinámicas", explica este profesional.

Como todo el mundo, los niños, hayan aprobado o no, se merecen un respiro. Unos días de libertad total. "Si el estudiante lo ha hecho mal durante el curso, ha de tener como mínimo seis días de descanso cognitivo", asegura Castillejo y Gómez. No ocurre lo mismo con quienes lo hayan superado con éxito. Según los expertos, estos pueden permitirse hasta dos semanas inactivos.

A partir de los 15 días, hay que recuperar la rutina. "El día es largo. Se deben dedicar de 30 minutos a una hora al día [dos horas alumnos de secundaria]", reitera Covadonga Ruiz de Miguel, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Fundación Europea Sociedad y Educación. "En Primaria, por ejemplo, los conocimientos son muy memorísticos", añade en alusión a a las tablas de multiplicar.

Para esta profesional, si no se hace nada, se desaprende: "Septiembre es un cambio muy fuerte. Es necesario ejercitar la mente. De lo contrario, el escolar corre el riesgo de quedarse atrás en el curso". El presidente del Consejo general de colegios oficiales de pedagogía y psicopedagogía de España no está de acuerdo con esta afirmación: "La mortalidad del aprendizaje depende de si el niño ha aprendido bien o no", sentencia.

Además de dedicar algún tiempo al estudio, durante el verano los padres tienen una tarea más: esforzarse en imponer una rutina. "Nada de desconexión total. Hay que establecer hábitos parecidos a los de la etapa escolar", incide Ruiz de Miguel. "Estar de vacaciones y hacer lo que les venga en gana, no", resume Planas. Levantarse a una hora decente -las diez de la mañana-, acostarse relativamente pronto y leer antes de dormir son alguno de los consejos de los expertos.

¿Qué son deberes? Aquí está el quid de la cuestión. "Las tareas si son sistemáticas, poco innovadoras o repetitivas no sirven", comenta Planas. Así, si un alumno suspende, de nada vale ponerle sumas y restas. "La familia ha de esforzarse en que las actividades sean lúdicas. Los hábitos se crean", resume el presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. "Si a un niño le gustan los videojuegos, en verano tiene que leer revistas de este tema", añade Castillejo y Gómez: "Las tareas en verano no se pueden vender como un castigo porque los más pequeños no lo van a entender".

Y los cuadernos de actividades ¿qué? Aunque los profesionales no se oponen, creen que hay opciones mejores. "No es una mala idea, si los padres no tienen tiempo es algo sensato. Sin embargo, parecen un libro de texto", explica Ruiz de Miguel. "En lugar de ejercicios de caligrafía, se les puede animar a escribir la lista de la compra", recomienda Planas: "Los padres no son vigilantes, sino amigos que dan ánimos".
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5g

LAS CALIFICACIONES NO DEFINEN EL VALOR DE UN NIÑO

Un artículo de Guiovanna Fuentes Barbosa.

Aprenda a dialogar con sus hijos para que sean niños con buena autoestima.

En tiempos modernos se han ido trastocando los valores sobre la verdadera identidad de los seres humanos. La definición de un niño como un individuo está determinada por las notas, los apellidos, el carro, la casa, en fin… los bienes materiales. La obsesión de los padres por que los hijos obtengan las mejores calificaciones en su etapa escolar ha provocado de manera inconsciente una total falta de autoestima en los adolescentes y jóvenes que buscan por esa errada concepción el amor afuera (drogas, alcohol, adicción al sexo, etc…) para llenar sus vacíos emocionales.


Es importante que los padres tomen conciencia de que los niños de estos tiempos vienen con una alta dosis de conciencia y que son los padres los que se deben preparar para educar a los niños y que la niñera, no puede ser los videos juegos, la televisión, los teléfonos inteligentes en fin…

Los padres deben recordar que el valor de un ser humano no se construye en el mundo externo, sino en el interno y que la identidad humana y valor de un niño no define por sus notas, sino que por el solo hecho de ser hijo de Dios. Los seres humanos sin excepción estamos dotados de inteligencia y de talentos únicos, especiales. Es fundamental que los padres les recuerden a sus pequeños que son seres excepcionales, concebidos en el amor. Ese es el camino para construir la paz en el mundo.

Pero en la educación de los padres a los hijos, se les recalca de manera inconsciente esas cosas negativas según la interpretación de los adultos debido a sus creencias y experiencias de su niñez. En estos tiempos los adultos debemos preocuparnos por despertar hacia una conciencia elevada de comprensión y amor propio consigo mismos. Cuando se cultiva en los pequeños amor propio, se les resalta sus talentos y dones, crecen adultos sanos emocionalmente.

Hoy, en día en los hogares se mira más al celular que a los ojos de los seres humanos que tienes enfrente. En las sesiones de coaching, he conocido historias de adultos que crearon un gran resentimiento con sus padres por la dureza con las que los criaron. Es cierto, que no hay manuales para la vida y que es errado juzgar a los padres, ya que ellos hicieron y hacen lo mejor que pueden con la sabiduría que poseen en cada momento.

Podrías negociar con tus hijos. No estoy diciendo que hay que poner límites. Sin embargo, es prioritario que los padres comiencen a transformar su conciencia para educar a los hijos. A menudo escucho a adultos mencionar la palabra corregir. Entonces me preguntó de qué. Será más bien educar.

Las preguntas del coach giovannafuentes@yahoo.com

¿Cómo es la relación con tus hijos?

¿Qué haces para empoderar a tus hijos sobre su amor propio?

¿Sobre qué dialogas con tus niños?

¿De qué manera le inculcas la importancia de cultivar una buena autoestima?

¿Cuántas y de que formas les expresas su amor?

Así que el primer paso para desarrollar una educación asertiva es revisar nuestro mundo interior. Los hijos son esponjas que absorben el estado emocional de los adultos. Si los niños observan que sus padres no se aman, tampoco lo harán ellos. Todo es una cadena.

Toma conciencia de la educación de tus hijos. Lo que siembras en casa es lo que mostrará tu pequeño al mundo. Haz ejercicios de reconocimiento, destaca sus talentos, y aprende a hablarles de manera asertiva sobre las oportunidades de mejora que tienen. Deja la cantaleta, esta funciona solo para grabar en su mente hechizos o creencias que se pueden convertir en su vida adulta en realidad.
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5g

¿HAY QUE REGULAR POR LEY LOS DEBERES ESCOLARES?

El Parlamento catalán (España) debate mañana una curiosa iniciativa de Ciudadanos favorable a limitar a un hora diaria el trabajo de los alumnos en casa.

El estrés que generan los deberes extraescolares se ha convertido en un frecuente tema de conversación social y profesional. Ciudadanos se ha hecho eco de ello y ha presentado en el Parlamento catalán una proposición de ley de medidas urgentes de racionalización del tiempo dedicado por el alumno a actividades académicas fuera del horario lectivo.


La iniciativa ha causado sorpresa entre los grupos políticos, ya que las leyes catalanas reconocen la autonomía de centros y el derecho de los padres a elegir el sistema de enseñanza que consideren más apropiado. Asimismo, regular por ley este asunto invade la intimidad familiar. Así lo cree Junts pel Sí, que ha presentado enmienda a la totalidad, mientras que el PP estudia secundarla, por lo que es poco probable que la proposición salga adelante.

En su propuesta, la formación naranja establece que “el tiempo que deban dedicar los alumnos a las actividades académicas fuera del horario lectivo no superará en ningún caso un máximo de cinco horas semanales en las enseñanzas de educación secundaria obligatoria y un máximo de dos horas semanales en las enseñanzas de educación primaria”.

El caso de Finlandia y Corea del Sur

Por actividades académicas fuera del horario lectivo se entienden “aquellas tareas, trabajos, estudios y otras actividades de contenido o finalidad académico que, enmarcándose en el desarrollo del currículo académico correspondiente, conlleven el deber del alumno de realizarlas una vez finalizada la jornada escolar lectiva y las actividades extraescolares que realice”.

Ciudadanos basa su iniciativa en que “el exceso de tareas escolares en casa baja la motivación de los estudios, según muchos pediatras y psicólogos infantiles, y, además, puede crear tensión familiar y una sensación de ansiedad e irritabilidad. Además, la evidencia nos dice que poner más deberes no necesariamente produce una mejora académica”. En este sentido, pone como ejemplos Finlandia, donde hay poca carga de deberes (2,8 horas a la semana) y Corea del Sur (2,9 horas) siendo dos de los países con mejores resultados, según el informe PISA.
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RESUMEN

14 TUITS PARA FUTUROS MAESTROS (Y NO TAN FUTUROS)

A veces, sintetizar la información hace que esta sea fácil de asimilar y aplicar. Podríamos escribir un post de cada uno de los tuits, pero no es lo que pretendo con esta entrada. Comparto estos 14 tuits para que nos permitan reflexionar, pensar, tomar decisiones y actuar.

1. Cada cosa a su tiempo y tiempo para todas las cosas.

2. Escucha 2 veces, habla 1.

3. Ponte las gafas +. ¡Hay tantas cosas buenas en tus alumnos!

4. Para llegar a sus cabezas pasa antes por la puerta de su corazón.

5. Educar es comprender sus estados de ánimo: sus alegrías, sus llantos...

6. Si tú te cansas, ellos también. Si tú te aburres, ellos también.

7. Igual que tú tienes malos días, tus alumnos también los tienen.

8. Ser maestros es estar en un estado permanente de generosidad y disposición.

9. El "café para todos" no vale.

10. Corrige sus errores sin olvidarte nunca de elogiar sus aciertos.

11. Confía en ellos para que ellos confíen en sí mismos y en los demás.

12. Guíalos para que naveguen por internet sin meterse en charcos.

13. Con 10 elogios te ahorraras 100 prohibiciones.

14. Mide el tiempo por las necesidades de tus alumnos, no por el reloj.

Podéis encontrar más tuits para futuros maestros en @FuturosMaestros




































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RESUMEN

QUÉ QUIEREN LOS CIUDADANOS EN EL ÁMBITO EDUCATIVO?

Un artículo de Jordi Martí, docente.

Ayer se repitieron elecciones en nuestro país y los resultados arrojaron que, la mayoría de ciudadanos que acudieron a las urnas (no, no me vale la típica coletilla… es que son más los otros porque no se trata de política ficción y sí de realidades) apostaron por un determinado modelo educativo. Sí, no hemos de olvidar que hay unos partidos políticos que, a nivel de gestión educativa, apuestan por un cierto modelo que ha sido refrendado desde ayer por el pueblo. El pueblo ha decidido democráticamente lo anterior. Y sí, sigo defendiendo que la democracia es el menos malo de los sistemas y, es por ello que uno debe, más allá de lo lícito que en democracia es criticar ciertas actuaciones y medidas, acatar lo sucedido.


Lo de ayer, más allá de que algunos puedan manipular los datos a su antojo para que sigan comulgando con su ideología, fue la prueba fehaciente de que, a nivel educativo, los ciudadanos quieren que se tomen unas determinadas decisiones políticas. Lo de ayer no sólo avala la LOMCE, avala un modelo educativo que va mucho más allá de lo anterior. Un modelo donde se plantean entre otras cuestiones lo siguiente:

* Aumento de las ratios. Al considerarse las ratios un aspecto menor para la mejora educativa (según los datos que ofrece la OCDE, como organización educativa de cabecera del presumible gobierno entrante), la postura educativa consiste en reducir los docentes de apoyo aumentando paulatinamente las ratios. Sí, la OCDE lo dice muy claro… los afectos de las ratios, al igual que el efecto del aumento de recursos al ámbito educativo no mejora la educación.

* Necesidad de la existencia de centros concertados, subvencionados con dinero público, para permitir que los padres puedan elegir libremente centros con una determinada ideología. No, no es una crítica a los que han votado lo anterior, se trata simplemente de la postura que defiende el partido más votado, junto con otros que le permitirían obtener la mayoría absoluta mediante pactos y que ha sido repetida hasta la saciedad en campaña electoral. No es sólo lo anterior, también se postula la necesidad de ceder suelo público a ese tipo de centros educativos para así poder poner aumentar el número de centros concertados. Y no, no me vale decir que no es cierto porque en la Comunidad Valenciana donde se intentó regular ese tipo de centros, es precisamente el partido político que pretendía ceder espacios públicos para su construcción quien ha ganado en detrimento del gobierno actual.

* Necesidad de un pacto educativo gestionado por José Antonio Marina. Marina ha sido el gran beneficiado del asunto porque, es bastante más que probable que, gracias a los votos de la ciudadanía, él o alguno de sus compañeros que están diseñando un Libro Blanco sobre educación, encomendado por el partido más votado y con el beneplácito de otras fuerzas políticas, acceda a ocupar la silla del Ministerio de Educación. O, en caso de no ser así, ser considerado el gurú educativo sobre el cual giren todas las decisiones educativas. Por cierto, dentro del postulado de Marina, también existe la necesidad de un modelo de evaluación del profesorado que, en un futuro, debería ir hacia la necesidad de extinguir el modelo de funcionario público en docencia. Sí, la inmensa mayoría de los votantes del partido ganador no quieren un modelo funcionarial para el ámbito educativo.

* Potenciar el bilingüismo entendiendo como tal el uso del inglés en materias no lingüísticas. Sí, el modelo bilingüe o trilingüe que se ha implantado en algunas Comunidades Autónomas y potenciado desde el Ministerio de Educación ha sido avalado por los resultados electorales. No me vale decir que algunos lo critican, la realidad ha demostrado que gran parte de la sociedad quiere este tipo de modelos educativos para sus hijos.

* Potenciar la Universidad privada. Los grandes defensores de la Universidad privada han ganado en estas elecciones. Es precisamente en sus postulados ideológicos acerca de la coexistencia entre servicios públicos y empresas privadas, recogidos en las leyes educativas que formulan, donde se halla esa apuesta que permite la desregulación del mercado educativo en etapas superiores. Por cierto, de rebote se avala el recorte en personal y titulaciones ofertadas en las Universidades públicas.

* Religión en los centros educativos avalados por los votos que ha conseguido el partido que ha convertido la religión en evaluable en Bachillerato. En ningún momento de la campaña política este partido -y los que supuestamente pueden apoyarle- han hablado acerca de eliminar esa materia. Más bien al contrario y, es por ello que, presumiblemente, habrá un aumento de su horario lectivo. Algo que, no hemos de olvidar, han solicitado la mayoría de ciudadanos de este país con derecho a voto y que lo han ejercido libremente.

* Reválidas. Sí, los ciudadanos quieren reválidas para evaluar a los alumnos y el establecimiento de itinerarios que incorpora la LOMCE.

* Recorte de salarios a los docentes. Si un partido político que ha recortado más del 30% del salario de los profesionales que se dedica a la docencia sigue siendo votado por millones de ciudadanos es que esos ciudadanos consideran lógico que se haya recortado el sueldo a los docentes. Estoy hablando sólo de docentes y de la percepción de los mismos. Sí, recortes salariales y aumento de horas lectivas de los mismos avaladas democráticamente por los votos de las urnas.

No, no me voy a flagelar por unos resultados democráticos. No, no voy a ser yo quién cuestione la decisión soberana del pueblo. Eso sí, tengo muy claro el modelo educativo que quieren la mayoría de ciudadanos y, por desgracia, tiene muy poco que ver con mi idea acerca del mismo. Eso es algo que debería llevarme a reflexionar. Sí, por lo visto, algunos tenemos que reflexionar acerca de lo que nos han dicho nuestros vecinos en las urnas. Y lo que nos han dicho tiene muy poco que ver, al menos, con mi perspectiva acerca de lo que debería ser la Educación.

Una aclaración final… en este artículo no se trata de criticar a nadie, se trata de enumerar las decisiones educativas que fueron avaladas ayer por los votos de los ciudadanos de este país. Algo que, es tan lícito como defender lo opuesto porque, por suerte, la gente ha podido acudir en libertad a expresar sus opiniones acerca de éste y muchos otros temas.
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LA ESCUELA VASCA COMO EJEMPLO DE LO QUE SE DEBE HACER EN EL RESTO DE ESPAÑA

Un artículo de JoséAntonio Marina, filósofo y escritor.

La semana pasada participé en el Congreso Internacional sobre Formación Profesional Aprendiendo del futuro, celebrado en San Sebastián. El sistema educativo vasco está consiguiendo éxitos espectaculares. Por ejemplo, la tasa de abandono escolar es del 7,2 % cuando en la UE es del 11,1, y en el conjunto de España del 21,9. La enseñanza es universal y gratuita desde los 2 años. Casi el 38% de las personas que están en edad laboral posee una titulación universitaria, un nivel similar al de Finlandia o Noruega, y la mitad de estos –algo inusual- estudió una carrera relacionada con ciencia, matemáticas o ingeniería. El porcentaje de la población dedicada a la investigación y desarrollo es semejante al de las naciones europeas más avanzadas. Esto influye, como era de esperar, en la tasa de paro juvenil. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del 2016, el 46,5% de los españoles menores de 25 años está en paro, así como el 19,7% de los ciudadanos entre 25 y 54 años. Sin embargo, en la Comunidad Autónoma del País Vasco es el 31% de los jóvenes menores de 25 años el que no tiene empleo, y el 12,7% de los que tienen entre 25 y 54 años. Mientras estaba en San Sebastián la 'BBC' dio a conocer un reportaje elogiando el sistema educativo vasco como uno de los mejores del mundo. No soy vasco, pero me sentí muy orgulloso.


Una de las características del sistema vasco es que ha organizado su modelo de acuerdo con el famoso esquema propuesto por Delors: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir, y aprender a ser. De hecho, en el libro de la UNESCO que continúa los informes Faure y Delors (Rethinking the Education) el sistema educativo del País vasco es el único que se menciona por su aplicación de ese esquema. Un motivo más de orgullo.

Durante mi estancia conversé con la Consejera de educación, con el viceconsejero de Formación Profesional, Jorge Arévalo –organizador del Congreso- y con miembros de la consejería, a los que me unía inmediatamente el entusiasmo pedagógico. Me interesaba sobre todo aprender de lo que estaban haciendo. ¿Cuál era la razón de su éxito? ¿Cómo podemos aplicarlo en otras Comunidades?

Hay un factor fundamental, pero no suficiente. El País Vasco dedica a educación mas dinero que el resto de las comunidades. Según los datos de que dispongo (son de 2011) el gasto por alumno en el País Vasco es de 10.314 euros, mientras que en Madrid –la Comunidad que menos invierte- es de 5.049. Pero la inversión no es el factor decisivo, por lo que intenté profundizar más. El segundo factor que me indicaron es la estabilidad. Los distintos gobiernos vascos han mantenido las líneas fundamentales del sistema educativo. No han intentado comenzar de cero cada vez que cambiaba el gobierno. Casualmente me encontré con Pedro Miguel Echenique, el primer consejero de educación del Gobierno Vasco en nuestro sistema democrático. Es un físico de renombre internacional, catedrático de Cambridge, premio Príncipe de Asturias, que fundó y dirige el Donostia International Physics Center (DIPC), apasionado del conocimiento y querido amigo. Supo introducir al País Vasco en la sociedad del conocimiento. Ayudó a crear un ecosistema de aprendizaje que ahora está dando sus frutos.

¿Con esto se explica el éxito educativo? No. Y ahora aparece el tercer elemento, que me desasosiega y me hace sentir cierta culpabilidad. Todo el programa educativo se basa en su euskaldunización. Una de las cosas que hacen dificil perdonar a ETA es que impidió que estos temas puedan abordarse con objetividad. Dedicaré otro artículo a este asunto, porque plantea un problema universal y ¡ojalá! el País Vasco ayude a resolverlo. Fui educado en una escuela ferozmente nacionalista (española) y miro con recelo toda escuela que pretenda fomentar la identidad nacional. Pero debo hacer un esfuerzo por entender lo que dicen. Guillermo Dorronsoro, el decano de la escuela de negocios y economía de la Universidad de Deusto, de Bilbao, indica que un factor decisivo en el éxito del sistema educativo vasco es que “hay un fuerte sentido de identidad, lo que ayuda a crear un “propósito común y un compromiso colectivo desde las escuelas, las familias y los políticos”.

Los vascos protegen “su” escuela, la miman. He leído con gran atención las explicaciones que se dan en los documentos que presentan el modelo vasco. Lo que intentan es abrirse a la universalidad desde el enraizamiento en una cultura. No puedo permitir que el recuerdo de la bestialidad terrorista enturbie este debate intelectual. El mundo entero se debate entre la homegeneidad globalizadora y la identidad defensiva. No sé si este proyecto es viable, no sé lo que se gana y lo que se pierde, no sé a quién beneficia y a quién perjudica, pero lo que sé, con toda seguridad, es que merece ser estudiado sine ira et studio. Sin violencia y con tenacidad. En eso estoy.
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7 COSAS QUE TODO PROFESOR QUISIERA QUE SUPIERAN

El sitio web We are teachers publicó esta nota con distintos comentarios de profesores americanos, en el que manifestaban distintas cosas que les gustaría que los otros supieran acerca de su labor. Nosotros quisimos destacar 7 de las mencionadas y compartirlas con ustedes.

1 - “Que siento que me traiciono a mi mismo y a mis alumnos cuando me veo obligado a prepararlos para una prueba para sí evitar ser despedido”

2 - “Ojalá la gente supiera la verdadera alegría que siento al ver que la enseñanza que entregue a mis antiguos alumnos ha resultado y al escuchar lo bien que van sus vidas”

3 - “Que lo entiendo, la escuela no se trata solo de lo que aprendemos en los libros, sino del esfuerzo que pones en ello. Trato de ver a mis estudiantes por quién y cómo son y lo que pueden llegar a ser.

4 - “Que trabajo para crear un ambiente seguro, en donde mis estudiantes puedan debatir abiertamente cualquier tema.

5 - “Que doy lo mejor de mi.”

6 - “Cuánto quiero que a mis estudiantes les vaya bien y cuánto me esfuerzo y doy lo mejor de mi para que eso ocurra, pero que hay muchos otros factores que influyen en el desempeño de un niño además de un docente.”

7 - “Que a veces me cuesta dormir por preocuparme por mis estudiantes. ¿Cómo puedo ser una mejor docente, un mejor modelo a seguir y un líder?”
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“A LOS ALUMNOS NO SE LES PREGUNTA QUÉ NECESITAN”

Hace falta un debate de fondo sobre cómo enseñar y aprender, más allá de vaivenes legislativos. Un rector, un docente y una estudiante reflexionan sobre cómo mejorar.

España encabeza la lista de Europa en abandono educativo temprano y no brilla en los exámenes internacionales. EL PAÍS ha reunido al rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Alejandro Tiana; Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía en un instituto de Mérida y Pilar Mera, estudiante de doctorado en Ciencias Políticas de la Complutense para tratar de entender qué le pasa a la educación en España, más allá de cambios legislativos y propuestas electorales.


EL PROFESOR

Víctor Bermúdez. En secundaria se ve todos los días. El nivel de desconexión de los chicos respecto a lo que enseñas está íntimamente ligado con tu consideración con sus intereses reales. No puedes entrar en clase y decir: “Hoy toca el tema 26, abran el libro por la página 33…”, si ni siquiera los has mirado a la cara. No se trata de votar el plan de estudios, pero no puedes llegar como una centralita de información. Eso es estéril, un simulacro educativo.

Alejandro Tiana. Uno de los dramas de la escuela es la falta de interés y motivación de los estudiantes. Y parece que no lo considerásemos, solo les pedimos que se esfuercen. La escuela puede enseñar muchísimas cosas y da pena que a veces sus efectos sean tan pequeños.

V. B. Yo les veo cada día con una gran capacidad de renovarse. A las 8.00 entran con su mochila, a toque de sirena como los obreros, y con el entusiasmo de “puede que hoy pase algo estimulante”. Pero a las dos o tres horas se les caen los palos de sombrajo. “Ah, esto es un simulacro, no pasa nada”. Unos hacen que aprenden y otros que enseñan. Desde las ocho hasta las dos de la tarde sin salir casi para nada. No conozco ningún funcionario que haga eso. A veces lo único real son las pequeñas bromas, las indisciplinas.

Pilar Mera. Me estabas recordando a los profesores que más me marcaron en la vida. Sabían de lo que hablaban y estaban muy bien preparados. Era gente a la que le gustaba mucho lo que hacía. A lo mejor habría que revisar el filtro de entrada de los profesores, la importancia que les damos. Tengo compañeros que no saben a qué dedicarse y dicen: “Voy a hacer oposiciones de secundaria”.

EL SISTEMA

A. T. A la educación le sobra rigidez. Tenemos un sistema educativo muy pautado, que no estimula suficientemente la capacidad de imaginación y de creación en profesores y en alumnos.

P. M. Todo el mundo habla de educación todo el rato, pero al final parece que nadie sabe qué hace cuando cambiamos planes o maneras. Te encuentras un montón de problemas del día a día en los que nadie repara. Y piensas: ¿Quién creó este plan? ¿En qué estaban pensando? Víctor, ¿tú crees que cuando hacen un plan de estudio cuentan con lo que tú necesitas?

V. B. Lo que necesito yo, lo dudo. Pero sobre todo con lo que no cuentan es con lo que necesitan los alumnos, ni siquiera les preguntan. No he visto jamás un plan de estudios que haya contado con su opinión y se supone que son los protagonistas. No hay muchos decentes que compartan la programación o las actividades con sus estudiantes.

LOS DEBERES

V. B. Cuando digo a los compañeros que a los chicos les encanta aprender y no necesitan exámenes, se ríen de mí. Yo me callo, pero no me convencen. Los exámenes y los deberes no son la manera adecuada de guiarles, no pueden ser la espina dorsal. Los chicos quieren educarse pero en cosas que les interesen de verdad. Aristóteles decía que el hombre por naturaleza ama el conocimiento. Imaginad que os hicieran exámenes de amor, que evaluaran la calidad de vuestros besos, no daríais ninguno con autenticidad. Pues eso son los exámenes. Cada semana le dices: no me fío de ti, demuéstrame que de verdad quieres aprender.

A. T. A veces, me quedo hasta las tantas en casa con algo, no porque me pongan deberes, me los pongo yo. Hay cuestiones que te apasionan aunque te exijan un esfuerzo y a los chicos les pasa igual. Concebimos los deberes más como un castigo.

V. B. Platón decía en La República que la única forma de enseñar a un niño es jugando .

P. M. Distinguís entre una cosa o la otra, o juegas o pasas tres horas atado a la silla. Evidentemente, no puede ser que un niño pequeño salga del colegio y toda su tarde sea hacer deberes un día tras otro. Pero la escuela enseña disciplina. Y hay cuestiones que hay que repetir para aprenderlas, como un comentario de texto. Y para eso no siempre hay tiempo en clase.

LA UNIVERSIDAD

P. M. Otra pregunta típica es si tiene que formar para el mundo laboral o no. A mí sí me parece que saber y disfrutar aprendiendo es muy importante y no todo tiene que tener una traducción práctica. Parece que lo que hay que investigar es lo que tiene que ver con las ciencias aplicadas. Y sociales y humanidades no importan. Hay que reivindicarlas.

A. T. El trabajo es una componente muy importante de la persona, desarrollamos cosas de nosotros mismos. Es uno de los problemas que me preocupa del desempleo juvenil. No podemos dejarlo de lado, pero eso no quiere decir que formemos a la gente para tal posición a la que estaba casi predeterminado en el mercado laboral. También sería equívoco enseñar algo a alguien que le apasione y luego decirle que no puede dedicarse a ello. No significa que la universidad esté al servicio del mercado laboral. Es una cuestión de equilibrio.
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MISTICISMO

ENHORABUENA, HIJA, POR TU NOTA EN SELECTIVIDAD. PERDÓN POR TU INFANCIA PERDIDA

“DURANTE AÑOS SOLO LE HE VISTO LA ESPALDA, SIEMPRE ESTUDIANDO” (Un artículo de Cecilia Jan, El País)

María Luisa Carrillo nos hizo llegar esta carta, que escribió para su hija mayor, de 17 años, después de conocer su nota en la Prueba de Acceso a la Universidad. Una buena nota, pero que a ella la sumió en la tristeza. "Me dio por llorar. De golpe, me vino a la cabeza que he sacrificado la infancia de mi hija", explica en conversación telefónica. "Vivimos enfrente de un parque precioso. Pues volvíamos a casa todas las tardes sin pararnos porque teníamos que encerrarnos en casa a hacer deberes", recuerda.


"No han tenido tiempo suficiente para jugar, para hacer vida familiar, para ir a ver a los abuelos... Solo en verano", dice Carrillo, que tiene otra hija de 13 años. "Son buenas estudiantes, responsables y trabajadoras, así que nadie entiende que me queje", confiesa. Unas chicas a las que asegura que nunca ha presionado para ser competitivas, sino que ellas mismas han visto que el sistema es el que es, el de estudiar para aprobar exámenes, contenidos que a veces se olvidan a los pocos días. "Cuando eran pequeñas y me quejaba alguna vez del exceso de deberes, los profesores y los demás padres me miraban como si fuera una extraterrestre. Pero se ha avanzado mucho en pedagogía, y se podrían hacer las cosas mejor", reclama.

"Estoy muy orgullosa de mi hija, pero me da mucha pena el esfuerzo que ha tenido que hacer. Llevamos años que solo le vemos la espalda, siempre encerrada estudiando".

CARTA DE MARÍA LUISA CARRILLO, ILUSTRADORA, ESCRITORA Y, ANTE TODO, MADRE.

Empiezo esta carta desde los dictados del corazón. Perdóname hija mía, porque en un día lleno de alegrías, yo siento en lo más profundo de mí una enorme tristeza y necesito compartir contigo estas palabras.

Día de notas hoy. Día de números, día de asignaturas, día de resultados. Los tuyos hija, han sido buenos, según refleja la pantalla del ordenador. Así lo han dictaminado los calificadores de la PAU 2016. Una nota alta, más que suficiente para entrar a cursar la carrera que tanto deseas.

¡Enhorabuena, hija mía! No te felicito por la nota. Te felicito porque el resultado obtenido te llevará a algo que consideras te hará feliz: la oportunidad de seguir trabajando, luchando y esforzándote por aprender...

Pero ante todo, quiero que sepas que necesito pedirte perdón. Considero que has invertido tu infancia, tu adolescencia… tus mejores y más tiernos años dirigidos y destinados a aprender. Ha sido como llenar un tarro poco a poco de conocimientos, no siempre los mejores, pero siempre los necesarios e impuestos para perseguir una maldita nota. Así lo han dictado las circunstancias del espacio y tiempo en que naciste.

Siento que los adultos que te rodeamos hemos visto cómo has comprometido tu vida a cambio de una cifra. Bueno, pues ya está aquí, ya la tienes, ya la tenemos todos. Tú, quienes te hemos acompañado en este camino, y principalmente quienes necesitan esa cifra impresa en un papel: la Universidad.

Ahí tienen la nota. Ahí tienen un guarismo más poblando el inmenso listado que llenará los discos duros, que habitará en un tablón, en el que quedan resumidas muchas vidas reducidas a matemáticas. Las cifras ejecutarán el orden de los nombres. Jerarquía ordenada por la nota y que relegará al puesto siguiente al que tenga una décima menos. Entonces, en un lugar arriba o debajo de la lista, alcanzarás la categoría de nombre y apellidos. Más tarde, cerca del otoño ya, a tu nombre, además le pondrán cara. Ya estarás físicamente sentada en una facultad.

Maldita sociedad esta que no sabe sino correr. Que solo se mide en resultados, que no tolera el fracaso, que no acepta sino a quienes ella ha moldeado y considera merecedores de unos resultados que solo ella otorga o deniega.

Qué pena de infancia, relegado el tiempo de los niños solo a la jornada escolar y a un sinfín de estímulos a través de extraescolares y vivencias dirigidas. Todo destinado a tener niños que no paren nunca. Niños hiperestimulados, niños compitiendo, niños en constante carrera… Carrera que a veces presenta más obstáculos de los que debiera, en un intento de ser competitivos y sobresalir, para asegurar unos futuros resultados y posiciones.

En el camino, han perdido un importantísimo bagaje emocional. Se han privado de jugar en la calle, han perdido trabajar habilidades sociales con adultos, con otros niños, ir a las tiendas, interactuar, aprender a ser independientes… Comer un bocadillo de chorizo en la acera, hablando con los amigos. Montar en bici, tener un perro y correr con él… Los horarios se han tragado a nuestros niños. Los niños han sido mini-adultos. Los juegos que han conocido han sido los del ordenador, tablet, etc. Los padres no son verdugos, son víctimas de la difícil conciliación… y esto se extiende a sus vástagos… o mejor dicho vástago, porque también las familias las dicta la sociedad, tiempos estos en que se tiende a tener un único hijo. Qué pena, que además, se vean privados de tener hermanos.

Qué paradoja, qué mal me siento en un día tan feliz. Qué desastre. Porque mi hija ha obtenido un buen resultado, pero lo ha pagado con su esfuerzo y con su propia infancia. Esto es cruel. La vida ya no da marcha atrás. Qué duro es esto, es la pura verdad. Perdóname, hija mía. Solo quise lo mejor para ti, y esta sociedad me obligó a meterte en ella.

Al menos hoy, tanto esfuerzo, constancia y tesón han sido reconocidos. Por quienes ponen las cifras, porque para mí, siempre has sido y serás la mejor, como cualquier hijo para sus padres.
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UNICEN

MAESTRO EN ESTADO ADOLESCENTE

Un artículo de Joan Moya, profesor de primaria de la concertada.

Si, señores y señoras, a pesar de mis 43 años he de confesarles que debo ser un adolescente dentro del mundillo de la educación. ¿Cuál es el rasgo distintivo de un adolescente? Hay muchos, pero por destacar alguno, diría los repentinos cambios de estado emocional motivados por diferentes acontecimientos…pues bien, en este estado me encuentro.


Los días grises como hoy pienso que cada año que pasa, y supongo que debe ser cosa de la edad, me cuesta más entender, estar a gusto y estar motivado dentro del sistema educativo actual, mi principal argumento es la distancia que intuyo que hay, entre lo que ofrece la escuela a los niños y lo que la sociedad y el futuro les pide o pedirá:

-Una institución que funciona prácticamente con las mismas normas y reglas que casi a principios del siglo pasado.

-Una institución que obliga a llegar todos al mismo punto, aunque se llena la boca de conceptos tales como: Cooperativismo, colaboración, ritmo de crecimiento.

-Una institución tan “obligada” a hacer lo que la burocracia dice, que corta las alas a toda posible iniciativa. Una institución que cierra a menudo las puertas a las familias o al menos no encuentra con acierto la clave que la pueda abrir.

-Una institución indispensable en teoría para todos pero a la vez tan maltratada que a menudo cumple sólo en la función de guardería (del verbo guardar).

-Una institución que depende más de la vocación de algunos que de la profesionalidad de sus “trabajadores”…

Llegado a este punto, algunos me dirán pesimista…

Pero resulta que hay días que como todo adolescente, lo veo todo radicalmente diferente. Veo que cada vez más existen experiencias de escuelas innovadoras que están haciendo muchas apuestas para romper esta situación, escuelas que dan la espalda al currículo hecho por algunos que nunca han pisado una aula y escuelas que, con la firmeza de un equipo de maestros con empuje y unos padres comprometidos, luchan por cambiar la situación (y es cierto, ya he leído varios artículos y he conocido de primera mano algunas experiencias) Cada vez más para bien o para mal la educación se está convirtiendo en tema de interés de muchos y parece que ahora sí, un cambio educativo parece asomarse y vislumbrase en el horizonte. Me uno a esta corriente de aire nueva y disfruto con mi profesión, la mejor del mundo, me motiva aprender de todos y de todo…

Estado adolescente, un día feliz y otro deprimido, un día que percibo que la mayoría de nuestras escuelas seguimos navegando por el mismo río sin más pretensión que procurar no caer y con docentes por nada del mundo querrían ir a contracorriente. Y si, demasiadas veces ya es un mérito no caer, no hace falta quien haga ir de un lado a otro el barco. Pero otros días que me levanto con ganas de comerme el mundo, con ganas de contagiar ilusión, esperanza y fuerzas.

Estaría bien, dar un paso, más, es decir MADURAR, ser consciente que nadar entre dos aguas no es bueno para nadie y menos para uno mismo, que uno ya tiene una edad como para dejar atrás los granos de acné.
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EL PROFESOR QUE QUIERE ENSEÑAR, PERO NO LE DEJAN...

"En verdad, mi papel como profesor, al enseñar el contenido a o b, no es solamente esforzarme por descubrir la sustantividad del contenido para que el alumno lo grabe. Mi papel fundamental, al hablar con claridad sobre el objeto, es incitar al alumno para que él, con los materiales que ofrezco, produzca la comprensión del objeto en lugar de recibirla, íntegramente, de mí." Paulo Freire

Enseñar es siempre una tarea compleja que se complica aún más cuando debe hacerse dentro de un sistema perverso. Hay una conocida viñeta del gran Forges, basada en una idea de Lourdes Miquel y texto de Nieves Alarcón, en la que un señor con aspecto de funcionario le pregunta a una mujer cuál es su profesión. A lo que ella contesta: "Animadora, educadora, actriz, maestra, psicóloga, guía turística, acompañante, traductora, ponente, lingüista, psiquiatra, diseñadora, formadora, escritora, dibujante, gesticulante y paseante". O lo que es lo mismo "profe de español".

Esto que Forges expresa con humor es la prueba de la gran cantidad de funciones que se han ido incorporando a la función docente con el paso de los años. Algunos se sienten incómodos ante esta realidad y reclaman que su única función es la transmisión de los contenidos de su asignatura. Otros, al contrario, reclaman situarse en el extremo opuesto y reclaman que en su función como docentes la transmisión de los contenidos de las materias de currículo es la menos importante de sus tareas.

Entre los dos extremos que he comentando existe una gran mayoría de docentes que pretenden enseñar los contenidos de las diferentes asignaturas pero de forma que resulten relevantes a sus alumnos, que sepan que hacer con esos contenidos, habilidades, destrezas y competencias para que les ayuden a tener una vida mejor. Pero, como ya he dicho antes, estos docentes quieren enseñar, pero el perverso sistema educativo no les deja.

Un sistema educativo que se caracteriza por un currículo excesivo, por la transmisión de unos contenidos distribuidos en compartimentos estancos alejados de los intereses reales de los alumnos, por un exceso de burocracia, por una deficiente formación pedagógica de los docentes para atender la diversidad en el aula y los conflictos de disciplina, por una ineficaz incorporación de las TIC, por una evaluación meritocrática basada en unas pruebas que premian el aprendizaje fingido... Todo esto dificulta enormemente la tarea de aquellos docentes que pretenden dotar a sus alumnos de las herramientas que les permitan tener una vida plena.

La mejor manera de dejar de ser un docente que quiere enseñar, pero no le dejan es no olvidar nunca que para enseñar es necesario no dejar de aprender nunca y que el verdadero sentido de la enseñanza viene dado por el aprendizaje de sus alumnos. La función de la escuela es preparar la vida y para ello son necesarios los contenidos de las diferentes materias (a los que se llega mejor si se trabaja de forma global o por
proyectos) pero también otras habilidades no cognitivas como la perseverancia, la gratitud y la meticulosidad.
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CERTIFICADO DE PARTICIPACIÓN

EDUCACIÓN TRADICIONAL O EDUCACIÓN ALTERNATIVA, ESA ES LA CUESTIÓN

Hay muchas maneras de enseñar o traspasar conocimientos. Habrán oído decir que la vida enseña cosas que no se aprenden en la escuela. Pero para llegar a la secundaria o a la Universidad, hay que tener conceptos básicos. En Santa Fe existen dos instituciones que encontraron la forma para que el estudiante decida cómo aprender.

Más de uno hubiera querido que las clases de matemáticas sean un poco más didácticas o que física y química no hubieran sido un dolor de cabeza. Eso es lo que intentan hacer desde “La Cecilia” y “Los Trigales”. Acercar a los niños los mismos conocimientos de una educación tradicional, pero enseñados de otra forma y donde se valoren más los intereses de los estudiantes, gustos y grupos afectivos para que el saber no genere malestar.

RosarioNoticias.info dialogó con Ginés del Castillo, representante legal de La Cecilia, con Floriana Passet, secretaria de la Asociación Civil Escuela Los Trigales y con el Director del Servicio Provincial de Enseñanza Privada, Profesor Carlos Battaino, para que expliquen cómo es esto de enseñar de una manera diferentes los conceptos, por qué los padres deciden acercar a sus chicos a este tipo de instituciones y qué rol cumple el Ministerio de Educación en este camino del aprendizaje.

Ginés del Castillo es el representante legal de la Escuela de La Nueva Cultura "La Cecilia" (Escuela Primaria Incorporada N°1385 – Escuela Secundaria N°3156) ubicada en la Ruta Provincial N°5 en Monte Vera, Santa Fe, que cuenta con 120 alumnos entre nivel inicial, primario y secundario. Este establecimiento lleva 25 años ininterrumpidos de una educación distinta. “Empezó como una idea de un grupo de padres que queríamos otra educación para nuestros hijos”, reveló. “Pensamos que el sistema tradicional no sólo que no es bueno, sino que es dañino para nuestros hijos”, sentenció Del Castillo. Cree que la escuela como se la conoce habitualmente “intenta, aún con las mejores intenciones, formatearlos, clonarlos o reproducir la cultura”.

Pese a buscar el mismo objetivo, darle otra educación a sus hijos, Floriana Passet, quien es secretaria de la Asociación Civil Escuela Los Trigales y mamá de un alumno que asiste al colegio, no cree que la educación tradicional “sea mala”. Pero, ella como madre, busca que su hijo tenga una formación “más humana e ideal”.

“La Cecilia” es considerada una escuela rural por lo tanto se han acogido al sistema de plurigrado o pluriaño, según lo permite el Ministerio de Educación. “Fijamos un tope de unos 10 chicos por aula, por maestro. Y luego hacemos agrupamientos socioafectivos. Hay grupos bases, pero después si hacemos otra actividad, se pueden desarmar y se juntan por intereses comunes y no por grupo de amigos”, detalló Del Castillo.

“Armamos una grilla de materias como todas las escuelas por horarios y las ofrecemos así, pero los chicos pueden elegir dónde van o no”, detalló. Las materias las hay “convencionales” y otras que no, como la Asamblea. Las primeras, “antiguamente las tenían que cumplir, actualmente no están obligados”. Ante esta libertad, las personas se pueden preguntar: ¿Pero cómo deciden si quieren estudiar tal o cual cátedra? La respuesta fue simple por parte del titular de “La Cecilia”: “A veces se frustra una carrera, se interrumpe la trayectoria escolar de una persona o lo hacen repetir y a veces hasta abandona por algo que no va a usar en su vida”. Y agregó: “No todos tienen que aprender las mismas cosas sino que cada uno tiene que descubrir cuál es su capacidad e interese y una vez que tiene eso definido desarrolla”.

Esta manera de “amigarse” con algunas materias hace que a la hora de clase, no haya chicos que se dispersen o que haya problemas de conducta porque según Del Castillo “las clases son mucho más intensas, animadas y eficientes porque los chicos que van a una clase en la que están todos interesados”.

Passet explicó a RosarioNoticias.info que en el caso de “Los Trigales”, Escuela Particular Nº 1486 ubicada en San Justo, se toma a “la expresión artística como canalizadora e integrante de la vida cotidiana y de la búsqueda del conocimiento”. “El arte ocupa siempre el primer lugar como catalizador”, expuso. “Hay tres grandes grupos: el de los más chiquititos, el intermedio y el de los más grandes”, detalló quien es mamá de uno de los alumnos de la escuela que depende del Instituto Speroni de La Plata.

La educación de los hijos es uno de los pilares fundamentales que cualquier padre quiere asegurar. Por lo general, el método educativo al cual todos acceden es al de la educación tradicional, pero ¿qué es lo que lleva a una familia a elegir este tipo de variantes? Ginés del Castillo fue concreto, no quería que a sus hijos los “formateen” y asegura que “el interés por este tipo de educación está aumentando”. Mientras que Passet califica a “Los Trigales” como una “escuela muy sincera”. “Mi hijo vive en la escuela como vive en mi casa, no hay diferencia entre un ámbito y el otro. Los valores que imparten son los mismos que intento darle a mi hijo, que es el respeto absoluto por el otro, la responsabilidad absoluta sobre la tareas y las acciones, la necesidad de la convivencia y el respeto por la diferencia, detalló.

Educar a los chicos en este ámbito también genera algunos gastos, pero si se toma a la Educación como la base importante para el desarrollo del niño, a más de una familia los costos no le serán un problema. Según un formulario de incripción para el ingreso 2016 a “La Cecila” el valor de las cuotas es de $1250 para el nivel inicial y primario y 41445 para el secundario. Mientras que en “Los Trigales” la cuota es de $850, según explicó la secretaria de la Asociación Civil de dicha institución.

Ahora bien, si los padres pueden acceder a este tipo de enseñanzas porque creen que la mejor para sus hijos, el otro interrogante es si el Ministerio de Educación avala este tipo de instituciones y la respuesta es sí. RosarioNoticias.info dialogó con el Director del Servicio Provincial de Enseñanza Privada, Profesor Carlos Battaino quien aseguró que desde la cartera apoyan este tipo de iniciativas “innovadoras” porque “hay alumnos que necesitan otro recorrido educativo”.

Tanto “La Cecilia” como “Los Trigales” “se ajustan” a las “normativas” del Ministerio de Educación de la Provincia. “Al contenido el alumno lo tiene que tener, el conceptual y procedimental. Ahora, el recorrido que hace que el alumno se apropie de ese contenido en las escuelas, es diferente”, señaló.

“Hay alumnos que necesitan otro recorrido educativo y por eso la Provincia avala y acompaña”, manifestó Battaino. “Estamos de acuerdo con este tipo de proyectos educativos porque estamos tratando de buscar pedagogías innovadoras y que nuestros estudiantes puedan acceder al conocimiento de la manera que más práctico le resulte. Lo importante es que el conocimiento esté con el alumno”, concluyó.

El conocimiento es uno solo, el saber nunca ocupa lugar. Ahora lo que los padres tienen que definir, es cómo prefieren que esos conceptos se den. ¿Educación tradicional o educación alternativa?, esa es la cuestión.
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DEBATES EDUCATIVOS QUE DEBERÍAN ABRIRSE… Y CERRARSE

Un artículo de Jordi Martí, docente.

Llevamos décadas en nuestro país abriendo unos determinados debates acerca de cuestiones educativas y otras que, supuestamente lo son, sin cerrar ninguno de ellos. Hay temas que, nadie sabe el porqué, siguen siendo objeto de debate año tras años y nadie se plantea, en ningún momento cerrar. Sí, estoy convencido de que hay debates educativos que no se cierran por intereses muy alejados de las necesidades de nuestros alumnos. Sí, hay debates en los que interesa seguir creando confusión y usarlos como arma política arrojadiza, antes que proceder a finiquitarlos de una vez.


Yo tengo claro qué debates deberíamos abrir completamente de una vez. Tengo claro en qué berenjenales deberían meterse los políticos que gestionan esto de la educación y, con el imprescindible aporte de los profesionales que se hallan en las aulas, los investigadores que, quizás no están tan influidos por la subjetividad de los anteriores que suplen esa falta de conocimiento directo con otro punto de vista y, cómo no, con el resto de la comunidad educativa, empezar a hablar de cosas que, quizás sin ser tan mediáticas como los deberes o la necesidad de dar robótica, usar una determinada herramienta tecnológica o centrarse en cuestiones lingüísticas, sí que pueden ser importantes para cambiar los resultados educativos. Resultados que no son tan malos como algunos quieren vendernos pero tampoco están para tirar cohetes. Sí, reconozcámoslo, se puede mejorar. Y mucho en algunos aspectos.

Deberíamos empezar a hablar y a diseñar un concepto que podríamos denominar “educación global”. Un concepto que englobe a partes iguales la necesidad de aprendizajes básicos estandarizados y una mayor autonomía en los centros educativos-que no permiso para hacer lo que se está haciendo ahora en algunos centros a diferentes niveles-. No, no es malo abrir un debate que diferencie currículum básico diseñado con un poco de sentido y dotarlo de una mayor flexibilidad para que, más allá de cosas básicas, se permita atender a la diversidad en función de cada necesidad. No, no es lo mismo un centro con alumnado más heterogéneo que un centro donde, por cuestiones de contexto, hace que se haya homogeneizado (y no, no me refiero sólo a los centros educativos de alumnado de nivel socioeconómico medio-alto). No, no debe trabajarse de la misma manera en dos centros ubicados en lugares diferentes. Ni es positivo ni productivo. Ya no es sólo a nivel curricular, es a nivel de recursos asignables. Y sí, en este caso convendría abrir de una vez el melón ya pasado de las ratios. Hablemos de ellas, abramos el debate desapasionado sobre las mismas. Después ya veremos cómo lo hacemos para financiarlo porque, en los servicios públicos el coste debería ser secundario y complementado con una buena gestión de los mismos.

Ya tenemos abierto el debate acerca de currículum y ratios. ¿Nos atrevemos a abrir el debate desapasionado acerca del uso mayoritario de libros de texto? Sí, los libros de texto suponen un gran coste a las arcas públicas y a los bolsillos de muchos padres. ¿Por qué no empezar a diseñar estrategias, al margen de las presiones editoriales o de mirar por intereses económicos de terceros, para reducir los costes que supone cada vuelta al cole para las familias? ¿Por qué no un banco de libros digitales de calidad? ¿Por qué no un repositorio de materiales, estructurados por nivel y realizados por profesionales contratados para dicha labor -eximiéndoles de unas horas lectivas o incrementándoles su salario- para que realicen dichos materiales? ¿Por qué no interesa, al igual que abrimos este debate, abrir otro acerca de los materiales necesarios para dar clase en condiciones? Bueno, ya puestos, ¿por qué no nos planteamos cuál es la función del sistema educativo y, una vez puesta en blanco sobre negro, empezar a actuar sobre las cosas que deberíamos cambiar?

Currículum, ratios y recursos educativos. Ya… también toca abrir el debate sobre la evaluación del sistema. De todo, no de una parte. De cómo evaluamos, de qué evaluamos y de la manera para obtener los mejores resultados. Bueno, también tocaría entender y diseñar estrategias para hacerlo. ¿Quién evalúa? ¿Qué mecanismos tiene para hacerlo? No estoy hablando sólo de la necesidad de establecer procedimientos que, seguro puede haberlos al margen de propuestas más o menos interesadas, para evaluar a los docentes y ayudar a aquellos docentes que tengan dificultades en su trabajo. También estoy hablando de cambiar completamente el sentido de las calificaciones para realizar una evaluación más consistente. Y realizar una evaluación más consistente no es llenar más informes. Una evaluación más consistente es realizarla de forma global al margen de trimestres y apostando por, más allá del modelo inmovilista de promocionar a los alumnos curso tras curso, tener una flexibilidad para trabajar por módulos que no dependan de la edad de nuestros alumnos. ¿Por qué no abrir el debate acerca de empezar a desterrar timbres, horarios fijos de materias reconvertidas en chiringuitos y de la necesidad de poner a un chaval en un determinado curso porque tiene un determinado número de años? Eso sí, sin prisas pero sin pausa. Cambiando el modelo desde abajo. No vayamos ahora, por el hecho de las prisas -que ya llevamos décadas así y podemos ir a un ritmo pausado- hacer un auténtico estropicio.

El modelo de formación del profesorado también debe analizarse. Ya está bien de destinar recursos a cursos de formación que sirven para poco menos que cubrir el expediente. No, no tiene sentido que con el dinero de todos se subvencionen cursos de cata de vinos para formación docente y que, en cambio, un docente en activo deba pagarse los másters y postgrados que le permitan mejorar su praxis. La Universidad debería formar al profesorado de etapas obligatorias. No, no vale decir que las Universidades son un problema. Lo son porque queremos que lo sean pero pueden ser un lugar fantástico para mejorar la formación docente. Y sí, lo mismo para las Universidades que para etapas obligatorias. Toca trabajar en su mejora.

Y una vez abierto y cerrado todo lo anterior ya nos podemos poner con los deberes, la concertada, la religión, el bilingüismo o el sexado de pollos. Temas importantes de abrir y cerrar pero que no corren tanta prisa como los anteriores aunque, mediáticamente quede muy bien hablar de ellos.

Por cierto, seguro que me he dejado muchas cosas en el tintero pero creo que ya veis por dónde va este artículo.
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EL DEBATE SOBRE LA NECESIDAD DE LAS HUMANIDADES: ¿QUÉ HUMANIDADES? ¿NECESARIAS PARA QUIÉN?

Un artículo de José María Torralba, Profesor Titular del Departamento de Filosofía y Director del Instituto de Antropología y Ética, en la Universidad de Navarra.

La quejumbre sobre la situación de las humanidades es parte del paisaje educativo. En nuestro país cada vez son menos los estudiantes que eligen Grados de Artes y Humanidades y en las reformas del bachillerato se sustituyen las materias filosóficas por otras que fomenten el emprendimiento y la empleabilidad (lo cual aparte de ser un problema en sí mismo, se convierte en una “profecía autocumplida” ya que reduce las posibilidades laborales de los “humanistas”, entre quienes abunda el interés por la docencia). En el extranjero la situación no es mejor.


Recientemente se ha comentado en este mismo blog (ver aquí) el llamativo caso de Japón. Y en USA, políticos de uno y otro signo, insisten sin reparos en que lo que el país necesita no son graduados en arte o literatura, sino en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática). Por su parte, los defensores de las humanidades no dejan de clamar contra tales despropósitos, con la desazón de saber que tienen la batalla perdida de antemano.

Hasta aquí, la historia de siempre, con sus conocidas posturas aparentemente irreconciliables. A veces, en este tipo de debates sin visos de solución, lo que permite avanzar es cambiar el marco o encuadre, es decir, la perspectiva desde la que se plantea el asunto. Con este fin, trato de responder a las dos preguntas que aparecen en el título.

En primer lugar, es preciso aclarar qué entendemos por humanidades. Hay que distinguir entre los estudios especializados “de Letras” (como los actuales Grados de la rama de Artes y Humanidades) y esa educación humanística general que sería tan beneficiosa para cualquier estudiante. En este sentido, por ejemplo, resultaría que no porque hubiera más graduados de Letras necesariamente la educación universitaria sería más humanista. Además, en el concepto de humanidades debe incluirse la comprensión científica y tecnológica de la realidad: los de Letras también necesitan las Ciencias para su formación intelectual. En segundo lugar, interesa preguntar por qué y para quién son –supuestamente– tan necesarias las humanidades. La respuesta obvia es: “Para adquirir cultura, para ser una persona culta”. Aquí, de nuevo, resulta útil distinguir la llamada “cultura general” de la cultura en el sentido en que la utiliza, por ejemplo, Ortega y Gasset: sistema de ideas desde la que el tiempo vive. La “cultura general” es importante, pero –por así decir– opcional.

En cambio, la educación humanística es tan necesaria porque, sin ella, las personas y la sociedad irían a la deriva, sin comprenderse a sí mismas y, por tanto, sin poder ejercer su libertad. Por seguir con las metáforas orteguianas, un mundo así sería “infrahumano”.

Una de las principales dificultades para enmarcar adecuadamente el debate sobre las humanidades procede precisamente de nuestra tradición universitaria: la francesa o napoleónica. En la mayor parte de los países “latinos” se entiende que la universidad tiene como finalidad principal la cualificación profesional (superior). Los estudiantes eligen su Grado, en gran medida, pensando en la expectativas laborales. Y lo habitual es que los planes de estudio ofrezcan una formación lo más especializada y abarcante posible. La “liberalización” del antiguo listado de titulaciones oficiales del Ministerio –al margen de sus aspectos positivos– ha confirmado y acentuado esta deriva: por regla general, lo que se ofrece es una formación cada vez más especializada de áreas de conocimiento, a su vez más reducidas. El estudiante, desde su primer semestre, entra en un carril desde el que casi puede ver ya el puesto de trabajo en el que terminará a la salida del túnel de los años universitarios. Y si no lo ve, se pone nervioso porque sabe que nuestro mercado laboral tiene escasa flexibilidad y apenas deja margen para la creatividad. Por natural que nos parezca, lo cierto es que la situación es muy distinta en las tradiciones alemana, inglesa o estadounidense, con sus major y minor o Haupt- y Nebenfächer.

Este “encarrilamiento” de los estudios universitarios provoca que las humanidades se entiendan como preparación especializada y profesionalizante; y que, además, se sitúen, por definición, en un carril distinto al de las ciencias o las ingenierías.

Entendidas de esta manera, las humanidades no están en la mejor posición para ofrecer la cultura que precisa nuestra sociedad.

Las humanidades que la universidad necesita son las que en los Estados Unidos se incluyen en el core curriculum, es decir, la formación esencial o general, obligatoria en los diversos planes de estudio. Un buen core curriculum se caracteriza, primero, porque incluye materias de Letras y de Ciencias, ya que pretende orientar al estudiante en el mundo y la sociedad; segundo, no tiene un planteamiento meramente teórico o “científico” sino también existencial: se propone ayudar a madurar vital e intelectualmente; y, por último, es un plan de estudios estructurado, cuyos contenidos son habitualmente los “clásicos” del pensamiento, el arte y la literatura, es decir, que no se limita –como sucede con frecuencia– a ofrecer un popurrí de asignaturas “interesantes” para mejorar la cultura general.

A pesar de lo que pueda parecer, en absoluto se trata de un invento yankee. La idea es tan antigua como la propia institución universitaria. Es, por ejemplo, lo que había propuesto Ortega con su idea de una “Facultad de Cultura”, al lado del resto de facultades de Ciencias y de Letras. Y es lo que, desde hace unos años, vienen promoviendo cada vez más universidades europeas. De ello se discutió hace unos meses en el primer congreso europeo sobre el tema, precisamente en Holanda, un país que está abanderando este planteamiento educativo[1]. Aunque sea anecdótico, no deja de resultar significativo que entre los asistentes estuvieran representados buena parte de los países europeos; en cambio, no hubo nadie de Francia ni de Italia. Por suerte, sí hubo asistentes -aunque pocos- de España y Portugal.

Quizá sea una señal de que algo está cambiando en el debate de las humanidades.

[1] Véase Marijk van der Wende, “Trends towards Global Excellence in Undergraduate Education. Taking the Liberal Arts Experience into de 21st Century”, CSHE 18.12 (December 2012).
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pandemia

¿Y SI LAS HUMANIDADES SIRVIERAN PARA INNOVAR?

Nacen los primeros grados universitarios que fusionan ciencias y humanidades para dar respuesta al perfil que buscan las empresas.

El gobernador republicano de Kentucky Matt Bervin sugirió el pasado enero que los estudiantes de la carrera de literatura francesa no deberían recibir becas del estado. Bervin argumentó que los alumnos de las llamadas liberal arts (en España los grados de letras) ya no encajan en el mercado laboral, no contribuyen al crecimiento de la economía y, por ello, los ciudadanos no tienen por qué pagar esa formación con sus impuestos.



La cruzada contra las humanidades en Europa no ha llegado a ese punto, pero hace tiempo que se les asigna un papel secundario. Diferentes organismos advierten desde hace años de la necesidad de formar a más estudiantes en las especialidades STEM (graduados en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). La semana pasada la comisaria belga de empleo, Marianne Thyssen, denunciaba que en un continente con más de 20 millones de parados no es admisible que el 40% de las empresas no encuentren trabajadores con habilidades para innovar.

Sin embargo, instituciones decanas en la formación de perfiles técnicos, como el Massachusetts Institute of Technology (MIT), señalan que muchos de los proyectos de ingeniería fallan porque no tienen en cuenta lo suficiente el contexto cultural. Por eso, sus alumnos están obligados a dedicar el 25% de sus horas de clase a asignaturas como literatura, idiomas, economía, música o historia. En una entrevista al diario Boston Globe en 2014, Deborah K. Fitzgerald, decana de la escuela de humanidades del MIT, explicaba que todos los restos que debe resolver la ingeniería, desde el cambio climático a las enfermedades o la pobreza, están ligados a realidades humanas.

Por primera vez en España, dos universidades han fusionado las ciencias y las humanidades en una carrera de cuatro años. La idea es formar a profesionales que puedan responder a los retos tecnológicos sin descuidar los conocimientos humanísticos. La última universidad en hacerlo ha sido la privada IE University que a partir de septiembre ofrecerá el Grado en Gestión de Sistemas de Información , o como ellos lo definen, un programa en tecnología e innovación para crear el futuro digital. “Detectamos una brecha entre lo que necesitan las compañías y lo que proporciona el mundo académico”, explica Lee Newman, decano de la Escuela de Ciencias Humanas y Tecnología de IE University. “El entendimiento del ser humano y sus hábitos es clave para diseñar nuevos productos y servicios. El reto es aplicar la tecnología con sentido humanístico”.

Su propuesta es un grado 100% en inglés en el que se emplea una pedagogía encaminada a entrenar la creatividad y la capacidad de innovar con métodos como el Design Thinking, aprendizaje basado en experiencias reales y no en lecciones magistrales. Los alumnos aprenden programación, estadística, ciberseguridad, big data, contabilidad o marketing, siempre con el prisma del estudio y comprensión de las necesidades humanas. “No les enseñamos contabilidad de forma estándar con cálculo y el método del caso. Lo hacen aprendiendo a programar con Excel”, señala Teresa Ramos, directora del grado. En la asignatura de matemáticas, graban vídeos de tres minutos explicando las conclusiones de sus trabajos. “¿Cómo vas a presentar tus resultados? Los estudiantes tienen que aprender a comunicar desde el primer día de forma clara y directa”, dice Ramos.

Antes de la creación del grado, IE University estudió el perfil profesional de los fundadores de las 100 startups de mayor éxito en los últimos 20 años. En el 79% de los casos, había al menos uno de los miembros con conocimientos STEM, pero “sus innovaciones no eran el resultado de profundas investigaciones científicas, sino de la aplicación de las ciencias del comportamiento", señala lee Newman. "Queremos formar a los futuros líderes, a los que tendrán nuevas ideas y sabrán explicar a los técnicos como desarrollarlas”. El decano de IE University pone como ejemplo compañías como Amazon o Uber. Su intención no es competir con los ingenieros o matemáticos, sino formar a profesionales capaces de innovar entendiendo la parte técnica y de negocio.

La universidad pública Rey Juan Carlos fue la primera en poner en marcha un grado de esas características hace dos años. "Fuimos los primeros en España que fusionamos ciencias y humanidades. La tarea no fue fácil", cuenta Esperanza Marcos, directora del Grado en Ciencias, Gestión e Ingeniería de Servicios . El diseño del programa académico, que realizaron conjuntamente con IBM, les llevó dos años, y las negociaciones con la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) otros dos. Esa fue la parte más complicada. "Costó mucho que entendieran la esencia del grado, a veces la burocracia frena la innovación", relata Marcos.

En los dos primeros años están cursando la carrera 95 alumnos y la nota de corte para aceder es un 7,4. "Sabemos que el nombre no es el más atractivo, pero es un programa que prepara a los jóvenes para liderar el mundo tecnológico", explica. Durante el diseño del grado uno de los docentes viajó durante tres meses a la sede de IBM en San José (California). Allí les recomendaron incluir de forma trasversal en todo el programa las habilidades personales, la inteligencia emocional, el liderazgo o el trabajo en equipo. IBM sigue colaborando en el grado con charlas y los estudiantes visitan sus centros en España para conocer su manera de trabajar. Otras dos empresas, Eulen y Meliá, también participan.

Además de programación o matemáticas, los alumnos aprenden historia, geografía, derecho o economía. "La clave es entender las cuestiones psicológicas y aplicar en función de eso los conocimientos técnicos", añade Marcos.
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educación

LA EDUCACIÓN QUE SE APUNTA EN EL HORIZONTE

Un artículo de Javier Tourón, Vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo en la Universidad Internacional de La Rioja-UNIR.

El pasado Jueves 26 de Mayo se presentó en el Congreso Internacional de Tecnologías Emergentes y Sociedad (CITES, 2016), el Horizon Report 2016 en su versión española, realizada por UNIR y de cuya edición es responsable Daniel Burgos, único español en el panel de expertos que elaboran el informe. También se encargó de las versiones correspondientes a años anteriores. Me hice eco de la versión inglesa de este informe en una entada anterior de este blog, en la que incorporaba un acceso al mismo y al gráfico que resume el contenido del informe. Se puede ver aquí. Ahora es posible leer el informe en español y puede descargarse desde este enlace que nos ofrece UNIR. (También lo incluyo más abajo por si te resulta más cómodo).


¿Por qué es importante volver sobre ello? La respuesta es bastante sencilla: porque en él se describe cómo será, con toda probabilidad, el futuro de la enseñanza superior en los próximos años, por lo que la enseñanza no universitaria seguirá pasos similares, o le tomará a esta la delantera como viene siendo habitual. Ya se sabe que hay otras versiones de los informes National Media Consortium para la enseñanza no universitaria.

Nos puede dar pereza leer un informe relativamente complejo en inglés, pero no debe ser así en español. Un profesor universitario, pero de otros niveles educativos también, debe tener una indudable curiosidad por saber cómo se dibuja la educación que nos viene y cómo afectará a nuestro quehacer y a la formación de nuestros alumnos, responsabilidad que no podemos eludir. Cualquier institución educativa debe tomarse muy en serio la formación de los profesionales que demanda la sociedad.

Hoy en día ya no es posible ser profesor solo sabiendo mucho de lo que se enseña, es preciso saber cómo hacerlo y cómo manejar la tecnología que nos permita promover el mejor y más funcional aprendizaje de nuestros alumnos (TPACK).

Como señala Carlos Fernández-Alameda, director de la Unidad de Cultura Científica de UNIR, en su crónica del evento en el que fuimos invitados a participar Rubén González, director de la Escuela de Ingenieros de UNIR y yo mismo, " los entornos virtuales y la analítica del aprendizaje marcarán el futuro inmediato de la Educación". A largo plazo será la robótica y la computación afectiva las que produzcan nuevas innovaciones pedagógicas cuyo impacto alcanzará todos los niveles educativos.

“Tenemos que ser ágiles para aprovechar lo mejor de los nuevos desarrollos tecnológicos en beneficio de los alumnos”, señaló Rubén González.

"Entre los retos que el sistema educativo está afrontando se encuentra la integración del aprendizaje informal y formal, y la mejora de la alfabetización digital. Sin embargo, el informe considera el Aprendizaje Personalizado como un reto difícil, que presenta soluciones todavía complejas".

En este sentido, he subrayado el papel que la formación de los propios docentes está teniendo en esta etapa de transformación, pues tenemos que estar preparados para disponer a nuestros alumnos para el mundo digital. El profesor debe “explorar la tecnología para fomentar habilidades de pensamiento”. Como por ejemplo con la realidad aumentada y virtual inmersiva, la aplicación de estas tecnologías a la educación ya está aquí, el reto será hacerlo relevante.

Ya no es posible avanzar seriamente en la transformación de la educación si no es buscando sinergias con otros expertos, en particular del ámbito de la tecnología y la ingeniería de software. En UNIR tenemos la posibilidad de intersectar los saberes de los diversos campos, educativos y tecnológicos, y avanzar hacia un nuevo ecosistema de la enseñanza y el aprendizaje tanto en la enseñanza superior online como en la implantación de estos avances en otros niveles educativos, ya sea en enseñanza online, presencial o mixta.

Estamos ante un cambio más importante de lo que podemos siquiera suponer. Los propios expertos en realidad virtual y aumentada así lo reconocen, estamos al principio, pero en pocos años veremos progresos realmente espectaculares que darán un giro total a lo que hoy conocemos como entornos de aprendizaje convencionales. ¡Que no nos coja desprevenidos!
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¿PACTO EDUCATIVO? PERMITIDME QUE ME RÍA

Un artículo de Jordi Martí, docente.

Lo siento, no puedo menos que reírme cada vez que oigo a alguien -y más en campaña o pre campaña electoral- referirse a la posibilidad de, si salen elegidos, hilvanar un pacto educativo de consenso. Lo siento, algunos por desgracia ya tenemos claro que, vender humo está bien pero, lo más complicado es juntar ese humo para hacer una figura compleja que dure y se mantenga a lo largo del tiempo. No, no creo que vaya a haber pacto educativo. Y aún menos creo que, lo que algunos venden como pacto educativo, sea nada más que un refrito ideológico que satisface a sus votantes.


La LOGSE no fue producto de un pacto educativo. Fue una imposición, al igual que lo ha sido la LOMCE, por parte de unos determinados partidos políticos con mayoría parlamentaria que gestaron una ley educativa para satisfacer sus ideologías. Las leyes educativas no son nada más que la traslación de ideas políticas al aula. Bueno, por suerte y gracias a la existencia de funcionarios tan criticados por algunos, lo ideológico que subyace detrás queda atemperado por el sentido común y la heterogeneidad de los profesionales que dan clase. Profesionales que, por cierto, también son hijos de su padre y de su madre con ideologías totalmente dispares y puntos de vista divergentes acerca de lo que debería ser la Educación y cómo debería gestionarse. Por tanto, si sumamos ideología política a heterogeneidad de los profesionales, nos sale un mejunje que poco parecido tiene con algo que permita sacar adelante un pacto educativo de consenso.

Es divertido observar a unos y otros -no sólo a los políticos- llenarse la boca con la necesidad de un pacto educativo. Incluso, revisando las propuestas que aparecen al igual que las setas en buena temporada de boletus, nos encontramos con ideas desordenadas muy marcadas por la ideología de quien las suscribe. Sí, la Educación no es una cuestión de Estado. La Educación es una percepción individual y poco extrapolable acerca de lo que debería ser la misma.

A día de hoy casi todos tenemos claro que el sistema educativo necesita reformularse. Que tenemos un porcentaje inasumible de fracaso escolar. Que, por desgracia, hay demasiados alumnos que se nos pierden por el camino y muchos otros a los que, tal como están montadas las cosas, no estamos ayudando en nada para mejorar su aprendizaje. Sí, lo básico está claro pero, ¿sinceramente alguien se cree que las medidas para solucionar lo anterior son únicas? ¿Alguien cree que existe la varita mágica, envuelta en un articulado legislativo más o menos potente, que permita solucionar lo anterior? ¿Alguien cree que una nueva ley educativa va a solucionar algo cuando no lo han hecho las siete anteriores? ¿Alguien es tan iluso para pensar que, en una mesa, podemos hallar puntos de encuentro entre visiones tan alejadas de la Educación como las que plantean los diferentes partidos políticos?

El pacto educativo debería gozar de criterios técnicos. Y, para ello, se haría imprescindible contar con los docentes en su realización. Más allá de lo anterior, deberíamos delimitar cuestiones controvertidas y alejarlas del debate (sí, el tema de la religión en las aulas, los conciertos educativos, la existencia de entidades privadas que ofrezcan títulos, la evaluación de los docentes, los libros de texto, las agrupaciones por edades, el sistema de acceso, los salarios de los profesionales y un larguísimo etcétera). Es por ello que si mantenemos fuera del debate la mayoría de posiciones ideológicas nos quedamos sin debate. Así pues, en lugar de pacto, podríamos decir que hacemos un minipacto. Bueno, sinceramente, ni eso aunque lo podamos vender mediáticamente como un éxito.

No, permitidme que me ría. El pacto educativo no va a llegar nunca porque no hay un solo punto de vista sobre Educación y porque, la mayoría -y no hablo sólo de los partidos políticos- tiene una visión contaminada de cómo debería mejorarse el tema. Sí, vamos a tener una nueva ley educativa o mantener la LOMCE con sus apaños pertinentes en función de quien gane las elecciones. Incluso, algunos nos van a vender lo anterior como pacto educativo pero, en realidad, lo que nos están vendiendo es “su pacto”. Y un pacto sesgado tiene poco de pacto y mucho de brindis al sol. Así pues, brindemos al astro y digamos… sí, vamos a tener un pacto educativo. Y, ahora, permitidme que me descojone ya del todo.
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METAFISICA

CARTA A UN FUTURO MAESTRO

Un artículo de Elvira Fernández Pena, docente de Educación Primaria y Educación Musical.

Para ti.

Para ti, que estás acabando tu primer año en magisterio; para ti, que jugabas de pequeña con tu hermana a las profes; para ti, que sabías que querías ser maestro desde siempre; para ti, que piensas y anhelas un futuro lleno de tizas,... Para ti, va esta carta del mismo modo en que me hubiese gustado que me la entregaran en su día.



Querido futuro maestro...

Te escribo hoy, en el día de las Letras galegas, ese día tan especial en mi tierra; supongo que porque me recuerda a cuando era niña y como tú, quería ser profesora. Mientras otras niñas soñaban con ser cantantes o bailarinas, yo miraba a mi profesora Doña Fita, con la admiración de quien ve ante sí la perfección hecha persona. Se podría decir que siempre hay un momento. Ese momento en el cual te dices a ti mismo: quiero ser maestro, quiero ser profesora.

Si de aquella supiera lo que sé hoy, probablemente repetiría, aunque seguro que mi mirada ya no sería tan inocente. Porque verás, lo primero que tengo que decirte es que ser maestro no es como te lo cuentan en las películas, no es como te lo imaginas.

Trabajarás duro, más de lo que te puedas imaginar. Al principio ni siquiera lo notarás y te preguntarás a ti mismo: ¿me van a pagar por hacer esto? Porque no te lo vas a creer. No te vas a creer que puedas tener tanta suerte como para cobrar por cumplir con una de las funciones más bellas y más especiales de nuestra sociedad. Sin embargo, como todos, cumplirás años y la frescura de los primeros cursos de docencia se irá apagando en partes, sumada a la progresiva aceptación de responsabilidades en tu vida. Por eso, lo primero que te pido es, por favor, no juzgues con actitud relajada cuando veas a un compañero que no se entrega como tú. La docencia es una carrera de fondo y hay muchas piedras en el camino que te quitarán energías. Ser maestro es agotador y te dejarás la piel en el colegio o en el instituto, pero no eres mejor por ser joven o por tener a mano las últimas vanguardias educativas. Antes que tú, muchos hicieron historia y merecen un respeto.

Hablando de respeto, no pretendas que te lo guarden. En algunas ocasiones tu alumnado no te lo tendrá, al igual que sus padres y sus madres. En general, la sociedad no te va guardar el mayor de sus respetos a pesar de tu labor, así que vete acostumbrándose a las críticas. Serás juzgado una y otra vez por tu trabajo. Y es más, también serás juzgado por tu imagen, por tus actitudes, por tu manera de relacionarte con los demás, etc. En cuanto pongas el pie en tu primer destino hablarán de ti y no siempre será bueno lo que digan. Ten en cuenta que es imposible agradar a todo el mundo, así que no te esfuerces en ello. Recuerda que te espera un camino largo. Ahorra energías.

Vivimos momentos delicados en educación y tu fortaleza marcará la diferencia. Verás, aunque lo leas o lo veas en los medios de comunicación, o en las redes; la realidad es muy distinta a cómo la explican periodistas y expertos. Te hablan de recortes en recursos humanos como si esto supusiera únicamente que miles de interinos se queden sin trabajo (que ya es mucho), o que en los centros educativos cada día existan menos docentes que se quedan con un horario más exigente y menos productivo; pero lo cierto es que la auténtica lectura no es esta. Que no te engañen. La verdad detrás de los recortes es un propósito de analfabetización cultural de las masas. Y digo masas, de aquellos a los que llamarás alumnos. Ten siempre en cuenta que a los políticos poco o nada les importan o importarán tus alumnos, para ellos son una masa que desean dócil y sumisa, un futuro de trabajadores a su servicio. Piezas de ajedrez. De hecho en la actualidad, estamos presenciando una de las sangrías más devastadoras en educación, encaminada a la pérdida cultural de una generación. Esa generación por la que te esforzarás día a día, entregando lo mejor de ti, es una generación que se enfrenta a una tasa del 25% de paro. Porque esta situación de crisis económico financiera no es pasajera. Todavía le quedan muchos años y tú serás, como tantos, el profesor que eduque para el paro. Trabajarás, en un horario laboral, cada vez más endurecido y con el apoyo de la sociedad de tu país te quedarás sin tantas vacaciones (esas que, créeme que vas a necesitar; esas que, créeme que siempre van a ser envidiadas). A cada año que pase tendrás menos recursos. Tú no vives en Finlandia, aquí en educación se invierte poco o nada. Así que, ante esta situación poco ventajosa te pido un segundo favor, no lleves nunca encima la losa del fracaso escolar. No es tu culpa. Te lo digo con toda franqueza porque sé que te vas a dejar la piel en este trabajo. No cargues y no dejes que te coloquen una responsabilidad que no es tuya. Bastante harás con lo poco que tengas y con un corazón lleno de ilusión por la enseñanza. Esa losa es de otros, justamente de los mismos que recortan. Házselo saber a todos los que te rodean, a tus amigos, familiares, vecinos y allegados. No tienes la culpa de las cifras de un análisis de la OCDE. Tú no.

Vamos ahora con el aula. Cuando entres en ella por primera vez te encontrarás con una realidad que no es más que un reflejo más acotado de nuestra sociedad actual. 25 en el aula (o 26, o 27) si te decides por Educación Infantil o Primaria y 30 - 35 (o a saber) si lo haces por la Educación Secundaria. 25, por poner una cifra que resuma; donde convivirán durante un curso el que tiene TDAH, la asperger, el inmigrante de nueva incorporación, el que no tiene recursos económicos, con la que vas a iniciar un protocolo por absentismo, el hostigador con problemas de conducta, dos o tres que pasan inadvertidos, una que es líder nata, tres o más con problemas de autoestima,... Ten paciencia. Sé que así visto parece un imposible. ¿Cómo atender a esta diversidad desde la atención individualizada? ¿Cómo darle a cada uno lo que necesita? Con paciencia, de verdad que se puede. Con dosis iguales de paciencia y esfuerzo lograrás lo que te propongas. Por este motivo, te doy un consejo, si me lo permites. El que a mí no me dieron. Trata de equilibrar las horas de trabajo con tus horas de ocio y descanso. No trabajes más horas de las que dedicas a tu tiempo libre, porque a la larga no podrás con todo. Trabajar más de la cuenta hace que te sientas agotado y que la poca paciencia que te quede después de atender a los 25 se evapore. Merecerás un tiempo de ocio de calidad y lo necesitarás por tu salud y por que te hará mejor docente. Más animado, con más ganas, más profesional y menos estresado.

Entrarás a trabajar en el mundo de la educación en un momento realmente mágico. ¿Te imaginas qué hubiesen hecho María Montessori o Piaget si hubiesen tenido Internet? Tú podrás innovar en educación, porque tendrás toda la información a tu alcance. Sé crítico y analiza todo al detalle. Si no eres amigo de las nuevas tecnologías, vete empezando desde ya a manejarte con ellas. El futuro tiene un modelo educativo que está más fundamentado en analizar la información que en transmitirla, porque todo lo que tú sabes ya está en la red. Pero la red no sabe de didáctica. Te necesitan como mediador, como gestor de contenidos. Así que estudia todo lo que puedas y haz un hueco en tu valioso tiempo para entrenarte en las TIC.

A pesar de esto te digo que las corrientes pedagógicas son pasajeras. Aunque hay clásicos de los que no se puede prescindir, siempre surgirán nuevos retos en educación. No te cierres a ninguno, no seas escéptico y permítete cambiar. El maestro que no se actualiza se acomoda y pierde en su práctica docente. Nunca digas eso de "aquí siempre se hizo así" o "eso ya lo hacía yo hace diez años". Vive el presente y disfruta de cómo nuestra sociedad va dando pasos con tu bastón.

No me puedo despedir de ti, sin decirte que no todo es negativo. Vivirás momentos mágicos. Cuando te digan lo bien que se lo han pasado en tu clase de matemáticas, cuando veas un avance en ese alumno que tanto le cuesta, cuando los despidas al pasar de etapa con lágrimas en los ojos, cuando te traigan flores, cuando cantéis esa canción que aprendisteis en el aula de música, cuando te llamen mamá, cuando te den el dibujo. Ese dibujo hecho con el corazón, que dice más de cómo te ven, que de cómo eres en realidad.

Te lo vas a pasar en grande.

Por eso compensará el sacrificio de trabajo que tienes por delante. Porque a partir de que empieces a trabajar como profesor, te vas a enamorar de este oficio. De repente, ningún otro trabajo te parecerá tan importante porque el tuyo será la madre de todos los empleos, de todos los puestos y secciones, de toda la sociedad. Pero no te dejes abrumar por la responsabilidad. No veas al futuro con miedo y enfréntate a tu meta con alegría. La alegría de ver cómo crecen, cómo ganan en autonomía, cómo te superan, cómo se superan, cómo aprenden.

Lo vas a hacer genial.

Y quizás, algún día me digas. Yo leí tu carta y tuve más ganas de ser maestro.

¡Un abrazo, compañerx!
Nos vemos en las aulas.
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