"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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MISTICISMO

“MISTICISMO CUÁNTICO”

Este artículo es una reproducción del capítulo 3-1 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

En el ámbito de la filosofía también tenemos nuestros propios contrarios: la filosofía transpersonal -cuyo emblemático embajador es Ken Wilber - en contraposición a la filosofía tradicional (como siempre, los contrarios de Heráclito). Por filosofía tradicional debe entenderse el cuerpo de conocimientos que se iniciaron con la filosofía moderna hasta llegar a la postmodernidad y concluyeron en la filosofía contemporánea. La filosofía tradicional es una contraposición historicista por trascender mediante la reciente filosofía transpersonal propugnada por Ken Wilber. Esta filosofía tradicional ha desembocado en el pensamiento único neoliberal que ha secuestrado a la racionalidad colectiva expresada en las democracias occidentales, sometiéndolas a una plutocracia.

La anterior reflexión conlleva una grave consecuencia cultural que pasa desapercibida para la mayoría de ignorantes en estos lares intelectuales: del mismo modo que la filosofía escolástica supeditó la razón a la fe, el economicismo neoliberal ha sometido la razón al servicio de la fe ciega en los mercados; sin embargo, la filosofía transpersonal, al reincorporar la espiritualidad en la razón humana, es una renovada visión y una superación paradigmática de la filosofía tradicional. Del mismo modo, dicha profundidad pensativa también está presente en La educación cuántica, un emergente contrario a la educación tradicional, en mi opinión, obsoleta esta última como garante de una necesaria regeneración humana. Pero no solo debemos hablar de La educación cuántica y de la filosofía transpersonal, sino que es menester recordar que, frente a la psicología tradicional, se está irguiendo, una vez más, otro contrario, a saber, la psicología transpersonal como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista.

Así, la esencia defendida en mis postulados filosóficos es que la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal se constituyen en un asesoramiento filosófico como ejercicio científico sobre la conciencia y contemplado como un nuevo paradigma de conocimiento en La educación cuántica. La filosofía transpersonal y psicología transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento apenas han surgido hace algunas décadas, mayormente popularizado por las obras de Ken Wilber, entre otros. Sin embargo, hay una tendencia peyorativa a considerar dicho paradigma como un “misticismo cuántico”, en referencia a la combinación de los conceptos del misticismo oriental y la física cuántica, encuadrando ese pensamiento como una creencia pseudocientífica por parte del ortodoxo materialismo científico.

Los escépticos hablan de “charlatán cuántico” para descartar la creencia de que la teoría cuántica aprueba creencias místicas. Sin embargo, el misticismo -tanto oriental como occidental- está inherentemente relacionado a la física cuántica tal como queda acreditado por cada vez más científicos, como se ha visto y se verá. De un modo imperceptible para la mayoría, la humanidad se halla ante una fusión entre la espiritualidad oriental y la racionalidad occidental, magníficamente integradas por Ken Wilber en un sistema de pensamiento que ha sido traducido a más de veinte idiomas y cuyas obras han vendido millones de ejemplares.
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KANT

LAS "TRES CRÍTICAS" DE KANT

Este artículo es una reproducción del capítulo 7-5 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Ahora, mediante la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal como revulsivos de La educación cuántica, es posible vislumbrar la integración de las tres esferas que fueron diferenciados por Kant a través de sus Tres críticas: la esfera de la ciencia empírica que trata con aquellos aspectos de la realidad que pueden ser investigados de forma relativamente “objetiva” y descritos en un lenguaje, es decir, verdades proposicionales y descriptivas (“ello”); la esfera práctica o razón moral que se refiere a cómo tú y yo podemos interactuar pragmáticamente e interrelacionarnos en términos que tenemos algo en común, es decir, un entendimiento mutuo (“nosotros”); y, por último, la esfera del arte o juicio estético que se refiere a cómo me expreso y qué es lo que expreso de mí, es decir, la profundidad del “yo” individual: sinceridad y expresividad.

Con Kant se produce una diferenciación del “yo”, del “nosotros” y del “ello”: ya no tenemos que seguir automáticamente las reglas y normas sociales, es decir, podemos normalizar las normas; lo que la Iglesia y el Estado dicen no es necesariamente lo bueno ni lo verdadero. A partir de estas tres diferenciaciones de Kant, se produce un problema central en la modernidad: ahora que la ciencia, la moralidad y el arte han sido diferenciados irreversiblemente, ¿cómo los integramos? Le siguió una época emergente que hizo temblar al mundo y, también, contribuyó a su construcción. Kant era consciente de ello, en especial, en su ensayo ¿Qué es la ilustración? Los pensadores postmodernos han fracasado en el intento de integración de esos tres mundos -ciencia, ego y moralidad-. Los temores de Kant, a día de hoy, siguen más vigentes que nunca. Kant previó los peligros de la diferenciación entre ciencia, ego y moralidad, y fue Marx quién describió la fragmentación del ego entre la “clase para sí” y la “clase en sí”. Estos dos conceptos, “clase en sí” y “clase para sí”, fueron postulados por Marx, y su utilidad es conocer el diferencial de conciencia entre una clase y otra. Marx lo explica así: “Las condiciones económicas han transformado la masa del país en trabajadores. La dominación del capital ha creado en esta masa una situación común, unos intereses comunes. Así, esta masa constituye ya una clase enfrente del capital (en sí misma, es decir: una clase en sí ). Sin embargo, una clase es para sí cuando toma conciencia de lo que la distingue de las otras clases; o sea, cuando adquiere conciencia de clase”.

Desde entonces va ganando el ego plutocrático frente al “nosotros” kantiano, desde entonces, el capitalismo ha machacado al ego hasta la extenuación. Sin embargo, tal camino es ya insoportable, el ego está herido de muerte y necesita una pronta sanación, cuyo bálsamo puede ser el saber y el amor vislumbrados por Carbonell. Porque la actual crisis no es solo social, económica y política, sino inherentemente de carácter filosófico, con profundas implicaciones existenciales, intelectuales y espirituales. Tras el surgimiento de la modernidad, teóricamente, cada ciudadano podría establecer sus metas en la vida según su propia voluntad pretendidamente racional. Pero dicha racionalidad, en la práctica, ha sido secuestrada por una minoría de monarcas, burgueses y plutócratas con la bendición de la Iglesia Católica. Y en esas estamos aún, sin embargo, es preciso denunciar todo ello mediante La educación cuántica como nuevo paradigma de conocimiento.
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nuevo mundo

DEL VIEJO AL NUEVO MUNDO

Este artículo es una reproducción del capítulo 7-4 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Un punto de inflexión en dicha historia del pensamiento fue el “pienso, luego existo” cartesiano que insufló la conciencia histórica individual, luego devenida en la racional-modernidad hasta llegar al actual pensamiento único neoliberal: el ego plutocrático es quién manipula y dirige el mundo. Las consecuencias de ese primer renacimiento humanístico, no pueden ser más desastrosas, como demuestra esta artificiosa crisis sostenida sobre la mentira del dinero-deuda. Pero, lo más grave, es que el ego de las personas ha sido fragmentado y disociado de la colectividad, perdiendo de vista el verdadero sentido de la vida. No solo hay una crisis económica, social, política, intelectual y espiritual sino, eminentemente, una profunda crisis psicológica, en la que el ego está herido de muerte. El actual estadio de la noosfera (capitalismo) está destruyendo a la biosfera, una actuación contra natura. Así, la noosfera, en un proceso de autopoiesis (1) del “yo” (individualismo) al “nosotros” (comunitarismo), cambia de rumbo en el devenir de la historia: el “pienso, luego existo” como corolario racional del primero renacimiento humanístico, ahora, tiene su paradigmática evolución holística hacia el espíritu colectivo o “nosotros” kantiano como segundo renacimiento humanístico. Saber ello forma parte de un nuevo paradigma de pensamiento, pues implica la consciencia de haber aprehendido que no hay que vivir y pensar en el viejo mundo (ego), para hacerlo en el nuevo mundo (espíritu colectivo) .

Cambiar un paradigma de pensamiento no es tarea fácil, que se lo digan a Descartes, Kant, o el mismo Wilber. Se necesita años de investigación para hacer una aportación intelectual en orden a cambiar el pensamiento dominante: Descartes camufló sus reglas del pensamiento en el Discurso del método por recelo a la Santa Inquisición; Kant se enclaustró durante diez años para concluir su Crítica de la razón pura, y seis años más para obtener el correspondiente reconocimiento intelectual; Wilber se encerró durante otros tres años para escribir su Sexo, Ecología, Espiritualidad. Yo soy más lento, llevo toda mi vida. Pero es que, este sistema, se las trae, pues han escondido las reglas del juego mediante el secuestro de las leyes, el dinero, la ciencia, la educación y el sistema productivo, todo bajo una oligarquía globalizada al servicio de un eufemístico pensamiento único neoliberal; para el resto de la humanidad, pobreza y esclavitud. Hay días que dan ganas de llorar y tirar la toalla. Pero la vida sigue, y cada cual tiene que hacer aquello para lo cual se ha preparado, en mi caso, filosofar sobre la complejidad de nuestro mundo contemporáneo. A tal efecto, estoy totalmente de acuerdo con el filósofo francés Edgar Morin en que la humanidad se halla ante un pensamiento complejo y de difícil acceso para los inducidos ignorantes. Para colmar esa laguna cognitiva, La educación cuántica propugna un necesario revisionismo de la historia, la filosofía, la psicología y la educación, en suma, un repensar humano para salir del actual atasco civilizatorio desde que Kant diferenció la ciencia, el ego y la moralidad.


NOTA (1): La autopoiesis es un término de origen griego para aludir a la creación de sí mismo. Es un neologismo donde un sistema es capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo. Fue propuesto en 1972 por los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela, para definir la química de auto-mantenimiento de las células vivas. Una descripción breve sería decir que la autopoiesis es la condición de existencia de los seres vivos en la continua producción de sí mismos. Desde entonces el concepto ha sido también aplicado en los campos de la teoría de sistemas y la sociología, y ahora aquí como principio epistemológico aplicable al mundo de las ideas. Porque son las ideas las que dominan el mundo, y en ese sentido, la historia del pensamiento está dando un salto cualitativo como jamás visto en la historia. Que la razón deje de mirar la materia para dirigirse hacia el espíritu es un cuadro histórico que ya Platón nos iluminó con su alegoría del Mito de la caverna. Consecuentemente, la humanidad está replanteándose salir de la caverna para dirigirse hacia la luz, pero en ese camino será necesario una renovada pedagogía como pretende La educación cuántica.
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conciencia

CONCIENCIA DE SÍ PARA ALCANZAR LA FELICIDAD

Este artículo es una reproducción de los capítulos 5-5 y 5-6 de la segunda parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Conciencia de sí

Consecuentemente, lo que conviene hacer es ser muy consciente de nuestro doble como propone Garnier, o del Logos que, según Heráclito, nos habla y no sabemos escucharlo. Principalmente, porque no somos conscientes (recordemos los experimentos de Benjamín Libet) de que, desde nuestro subconsciente, surgen todas las órdenes en función de las creencias de cada cual para constituirse así en actos derivados de nuestros pensamientos con una directa repercusión en nuestra propia vida. Bien es conocido por la medicina la influencia de los pensamientos positivos o efecto placebo (amor, altruismo, solidaridad, empatía, etcétera) y negativos o efecto nocebo (odio, egoísmo, individualidad, rencor, etcétera) en la respuesta corporal y emocional (1). Entonces, ¿no va siendo hora de superar la visión materialista de la ciencia, limitada exclusivamente al ente corporal? ¿No es hora de que la ciencia, como propone Garnier, atienda a los aspectos mentales y sus reglas de funcionamiento?

En función de todo lo anterior, es necesario ser consciente que el pensamiento está sometido a la ley de la causa y el efecto (karma) y que, por lo tanto, cada persona es responsable de su libertad de pensamiento y acción en el devenir vital. La vida viene a ser como un libro abierto que hay que saber leer, pero que pocos consiguen. La conciencia, en esa labor existencial y cognitiva, siguiendo la ley de la polaridad, se manifiesta mediante la conciencia personal (egocéntrica) y la conciencia transpersonal (compasiva), neologismos que pertenecen propiamente a la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal. Pero, para saber leer el libro de la vida, son necesarios dos mapas, a saber, el mapa sociológico y el mapa psicológico, el de ese mundo de ahí fuera y el de ese mundo de ahí dentro, el del viejo mundo moribundo y ese nuevo mundo por descubrir, el del racionalismo pragmático y el racionalismo espiritual. Dos mundos a nuestro alcance para que cada cual decida dónde y cómo vivir, pensar y amar. Dos visiones hermenéuticas presentadas como dinámica espiral en el capítulo El nuevo mundo. Saber ello es el camino hacia la felicidad, pues como sentencia Sócrates: “El saber es la parte principal de la felicidad”.

La felicidad

En la medida de que cada persona se empodere conscientemente de sí mismo en orden a dirigir libremente sus pensamientos y actos en beneficio de la humanidad, estará en el camino de la experimentación conocida como “experiencia cumbre” en la Pirámide de Maslow. Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano que se halla en la cima de las jerarquías de las necesidades humanas, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. En suma, alcanzar la felicidad. Porque, como aseverara Platón, “buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”. Entonces, inexorablemente, nuestra felicidad, según Platón, pero también Buda, Jesucristo, Garnier y Maslow, está condicionada a la de nuestros semejantes, es decir, a la humanidad como especie, y denominada como felicidad transpersonal en el constructo de La educación cuántica.

Consecuentemente, siguiendo a Heráclito y el principio de la polaridad, la felicidad se presente bajo dos nuevos contrarios: la felicidad personal (egocéntrica) y la felicidad transpersonal (compasiva). Así, la particularidad del pensamiento cuántico es que se hace consciente en toda persona con conciencia transpersonal y que supedita su felicidad personal a la de la humanidad. De ahí que los grandes avatares, filósofos, científicos, santos y mártires hayan puesto la cuestión del saber y del amor por encima de sí mismos. El pensador cuántico lee el pasado para poder comprender el presente y crear un futuro mejor. La historia de la cultura humana es la historia de hombres que se han atrevido a pensar más allá de su época, que han propuesto soluciones visionarias, que han luchado por la libertad y por el saber. Porque solo el saber puede hacer a los hombres seres verdaderamente libres. Como dijera el filósofo alemán Hegel: “La historia es el progreso de la conciencia de la libertad”. Hoy, más que nunca, esta decadente civilización está necesitada de una educación cuántica que libere al hombre de su esclavitud al racionalismo pragmático. Son tiempos de un racionalismo espiritual, de filosofía transpersonal, de un pensamiento cuántico en los términos explicados aquí porque, vuelvo a recordar en boca del filósofo griego Sócrates, “el saber es la parte principal de la felicidad”.


NOTA (1): Ya sea que esté luchando contra una enfermedad potencialmente mortal, que tenga una condición de salud “crónica” que la medicina occidental no ha sido capaz de curar, o que esté luchando contra los síntomas molestos que disminuyen su calidad de vida, o simplemente esperando para optimizar su energía, vitalidad y longevidad, hay pruebas científicas de que puede curarse a sí mismo.

Las cargas de los datos demuestran que la mente puede creer en sí misma también. En los ensayos clínicos, lo llamamos “el efecto placebo”. Los pacientes tratados con placebos no solo se sienten mejor, sino que ellos realmente saben que están mejor. Verrugas que desaparecen, se dilatan los bronquios, desaparecen inflamaciones, el crecimiento del cabello en las cabezas de los hombres calvos, úlceras que sanan, y otros fenómenos fisiológicos medibles.

También sabemos que puede ocurrir todo lo contrario, y la mente puede pensar en sí mismo como un enfermo, lo que los investigadores laman “el efecto nocebo”. Cuando los pacientes reciben inyecciones con solución salina y les dijeron que era quimioterapia, vomitaban y perdían su cabello.

¿Cómo suceden tales cosas? En su libro Mind Over: La prueba científica. Usted puede curarse, Lissa Rankin explica la ciencia que hay detrás de cómo un pensamiento o una emoción positiva o negativa en la mente se traducen en la reparación espontánea en el cuerpo.

Como resultado, el cuerpo se ha construido los mecanismos de auto-reparación que fijan proteínas dañadas, la reparación del ADN, los desequilibrios hormonales correctos, y engullen las células del cáncer, agentes infecciosos, y cuerpos extraños a los que nuestros cuerpos están expuestos a diario. Estos mecanismos explican las remisiones espontáneas que se reportan en la literatura médica de, aparentemente, enfermedades “incurables” como la etapa 4 del cáncer, el VIH, el hipotiroidismo, la diabetes, e incluso una herida de arma de fuego. Sin embargo, los pacientes a menudo se sienten impotentes para aprovechar estos mecanismos de auto-reparación naturales.

En ese libro, la Doctora Rankin enseña un proceso de seis pasos fundamentales científicamente que pueden seguir para optimizar la capacidad del cuerpo para dar la vuelta sus mecanismos de auto-reparación natural cuando el cuerpo se enferma. También enseña las herramientas para poner en práctica el poder de la mente, como la medicina preventiva, para aumentar la probabilidad de que un día morirá a “edad avanzada”, en lugar de morir demasiado joven como resultado de la desactivación de la capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo.

¿Lo que desactiva los mecanismos de auto-reparación naturales del cuerpo? Todos sabemos que el estrés es malo para el cuerpo. Pero, ¿entiendes cómo funciona eso? Los datos demuestran que el estrés se presenta en diferentes formas –el estrés de sentirse solo, el estrés laboral, estrés financiero, el estrés marital, estrés familiar, el estrés de sentimiento creativamente bloqueado o espiritualmente desconectado.

Independientemente de lo que desencadena qué tipo de estrés, esto desencadena una serie de pasos fisiológicos asociados con el hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y la respuesta de “lucha o huida” del sistema nervioso simpático. En otras palabras, si usted está estresado por el dinero, su matrimonio, o su trabajo, su cuerpo no puede saber la diferencia entre una amenaza percibida, tales como la quiebra inminente, y una quiebra real como ser perseguido por un león.

Pero aquí viene lo bueno. El cuerpo solo puede repararse a sí mismo cuando está en un estado de reposo fisiológico. Cada vez que el cuerpo piensa que es hora de “huir del león” (o cualquier amenaza percibida), se cierra la auto-reparación. Después de todo, ¿quién se preocupa por el mantenimiento a largo plazo como matar a las células cancerosas no deseadas si estás a punto de ser comido por un león?

EnMind Over: La prueba científica. Usted puede curarse, la Doctora Rankin nos describe acciones, ejemplos, no solo la prueba científica de que se puede curarse a sí mismo, sino también consejos para usar el poder de la mente para optimizar los mecanismos de auto-reparación naturales del cuerpo, para que la prevención de enfermedades y remisiones espontáneas no sean solo algo que ocurre al azar, sino algo que podríamos ser capaces de experimentar por nosotros mismos.

(Fuente: consejosdelconejo.com: La prueba científica de que podemos curarnos a nosotros mismos)
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IMAGINACIÓN

LA IMAGINACIÓN

Este artículo es una reproducción del capítulo 5-4 de la segunda parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Dicha importancia de la imaginación es contemplada en la Crítica de la razón pura de Kant, pues ocupa un lugar fundamental como condición de posibilidad del conocimiento. A primera vista, llama la atención que Kant no haya presentado en forma sistemática una doctrina explícita sobre la imaginación a pesar de adjudicar a esta facultad una función tan original en el conocimiento humano. La originalidad de la concepción kantiana de la imaginación reside básicamente en su función transcendental que debe realizarse según reglas universales y necesarias para cumplir una función válida en el conocimiento objetivo. Esto no solo significa que la imaginación deja de producir imágenes de manera caprichosa, sino que además se somete a reglas que no derivan de la experiencia. Por estar sometida a este tipo de reglas, la imaginación pertenece a la espontaneidad, que Kant considera como un elemento fundamental para el conocimiento de objetos. Ahora, esta imaginación, mediante La educación cuántica, debe dirigirse hacia el sujeto, a sí mismo, a la propia conciencia y sus inherentes reglas universales y necesarias, a decir de Kant. Y una de esas reglas es la causa y el efecto o karma, presente en la filosofía perenne, y demostrada por Garnier mediante la física cuántica gracias a su teoría del desdoblamiento del tiempo.
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PENSAMIENTO

EL PENSAMIENTO METAFÍSICO

Este artículo es una reproducción del capítulo 5-3 de la segunda parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Cada pensamiento es una energía que se presenta bajo dos polos: positivo o negativo. Toda persona está atrapada existencialmente entre el bien y el mal, es decir, puede libremente ser buena o mala persona y decidir el sentido de su vida en función de dicha primogénita elección moral en orden a satisfacer las necesidades humanas descritas en La pirámide de Maslow. En la base de dicha pirámide está la satisfacción de las necesidades básicas y de seguridad en el orden material. Sin embargo, el excesivo racionalismo pragmático está en el origen del actual declive civilizatorio que ha colapsado, no solo materialmente como lo demuestra este caduco capitalismo, sino también intelectual y espiritualmente desde el surgimiento de la física cuántica. La consecuencia de ello es que la educación tradicional del viejo mundo ha quedado obsoleta, pues solo contempla un modo de saber (método científico) en vez de integrar al otro modo de saber (el no-dual contemplado por el misticismo contemplativo) como integrador del hombre consigo mismo, la naturaleza y la especie humana. Consecuencia de ello, la educación academicista tradicional también está moribunda, como he argumentado en la primera parte de esta obra.

Como pretende La educación cuántica, el nuevo mundo debe contemplar una actualizada filosofía de la mente que tenga en cuenta el racionalismo espiritual como nuevo paradigma de conocimiento. La educación cuántica postula una pedagogía orientada al empoderamiento consciente de las personas, en línea con las escuelas activas, donde el ser humano no se vea fragmentado por la intoxicación del moribundo viejo mundo, y tampoco disociado de la colectividad. Para tal fin, cabe recordar nuevamente que la vida se nos presenta bajo los eternos contrarios: somos sujeto y objeto, y el correcto camino consiste en la trascendencia de esa dualidad, como bien ha aleccionado Wilber en el anterior capítulo. El viejo mundo ha fragmentado al individuo y ha disociado a la colectividad, pero también ha desintegrado los cimientos de la ciencia tradicional. Quizá en el nuevo mundo podamos integrar a la ciencia, la profundidad intelectual de las personas y la moralidad, como bien diferenció Kant mediante sus Tres críticas. Tal es el objetivo filosófico por excelencia perseguido por La educación cuántica. Quizá es hora de rescatar a la sabiduría griega en su aplicación pedagógica bajo un esotérico entendimiento, como han realizado Garnier y Wilber con Platón. Quizá haya que abandonar el pensamiento único neoliberal y su submarino intelectual el materialismo científico y, en su lugar, hablar de un pensamiento cuántico impelido hacia una trascendencia metafísica.

Así, como dice Garnier, hay que cuidar la pureza de los pensamientos, pues condicionan nuestro futuro, lo mismo que dijo Jesucristo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. En cuanto a la búsqueda de la verdad también dijo Jesucristo: “Así que yo les digo: pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá”. En consecuencia, cada cual debe ser consciente de su propio camino ascendente hacia la sabiduría, un camino difícil y tortuoso en el devenir de la historia humana que, Platón nuevamente, explicó metafórica y magistralmente mediante el Mito de la caverna.

Para progresar por ese angosto camino, se hace imprescindible conocer cómo actúa la ley subyacente al pensamiento. Se dice popularmente que el hombre aprende de sus errores y, ciertamente, así ha evolucionado la ciencia y la cultura humana. ¿Acaso ha llegado la actual civilización al súmmum de su evolución? Los hechos dicen que no. Todo lo contrario, la humanidad está necesitada de una educación cuántica que permita a las personas el empoderamiento de su propia conciencia para poder actuar en libertad y con conocimiento de causa, nunca mejor dicho. Solo así podrá la humanidad librarse de los actuales tiranos que esclavizan al planeta y sus habitantes. Por tanto, más que nunca, se hace necesario saber cómo opera el pensamiento cuántico.

Si cada pensamiento puede ser positivo o negativo, por la ley de la causa y el efecto también recogida por los siete principios del hermetismo y más popularmente conocido como karma, entonces debe producirse una consecuencia positiva o negativa, respectivamente, en la propia conciencia que genera dicho acto. En efecto, si nos atenemos a la ley del desdoblamiento del tiempo propuesta por Garnier, la causa y el efecto, la pregunta y la respuesta, se producen en tiempos diferentes. Y es nuestra imaginación la que posibilita los futuros deseados por cada cual. Cada uno da el mejor de los sentidos a su vida en función de sus propias creencias, acertadas o no. Cada cual imagina su mejor futuro posible. “Cada cual recoge lo que siembra”.
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conciencia

CONCIENCIA Y SER

Este artículo es una reproducción del capítulo 5-2 de la segunda parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Así, inherentemente, todo ser evoluciona en su conciencia satisfaciendo inquietudes a preguntas de carácter filosófico. A la postre, hacer filosofía es buscar respuestas al sentido de la vida y su función en el universo. Es en este contexto indagador donde tiene razón de ser La educación cuántica en su desciframiento de la evolución consciente mediante la libertad hacia un destino por descubrir. Ese recorrido a través de la libertad fue expuesto teoréticamente en mi obra Pensar en ser libre, de la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal. Ahora, es cuestión de estudiar ese pensamiento cuántico, cada cual introspectivamente, al modo como lo describe Platón en el Mito de la caverna. También en Garnier está presente el pensamiento de Platón: el descubrimiento científico relacionado con el desdoblamiento del tiempo tan solo saca del olvido una ley muy antigua y universal, a saber, el Alfa y el Omega. Garnier bebió en la filosofía griega para la elaboración de su teoría del desdoblamiento del tiempo. Este físico descubrió que las letras griegas también servían para contar, una numeración que le permitió demostrar que se hallaba ante la sencilla cuantificación del movimiento del desdoblamiento del tiempo. Dice Garnier que, los que habían creado el idioma griego, sabían a ciencia cierta que existía un desdoblamiento de los tiempos debido a aceleraciones sucesivas de su transcurrir y que, para vivir, había que utilizar un pasado, un presente y un futuro “al mismo tiempo”. Esta noción fue ilustrada por Platón, cinco siglos antes de Jesucristo, en su Timeo: “Se trata de divisiones del tiempo. Ciertamente decimos que él “era”, “es” y “será”, pero, a decir verdad, solo la expresión él “es” se aplica al Ser que es eterno”.

¿No prueba ello de que la ciencia vuelve a su terreno natural, la filosofía, tan denostada en esta civilización occidental? Decididamente, la filosofía debe recuperar la preponderancia obviada por el pensamiento único neoliberal. En efecto, como he argumentado profusamente, ya no son tiempos para la filosofía academicista tradicional sino para la filosofía transpersonal argumentada en La educación cuántica. Así, ruego al lector me permita que sigua discurriendo con mis pensamientos cuánticos.

Los pensamientos y las ideas se producen de un modo fenomenológico en la conciencia del sujeto cognoscente y, por tanto, son experiencias que deben ser analizadas introspectivamente en la correlación temporal de nuestro pasado, presente y futuro, según Garnier. Cuando esos patrones fenomenológicos son reproducibles y reconocibles en la conciencia de las personas en particular, y en la conciencia colectiva en general, se puede entonces inferir y hablar de una ley subyacente que rige los pensamientos, vuelvo a recordar, al modo como fue formulado por Buda: “Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”, y también, “ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos”. También Garnier dice que hay que actuar con un pensamiento positivo para crear el mejor de los futuros posibles. ¿Y cuál es la ley que rige el funcionamiento de los pensamientos? Debe ser una ley justa e imparcial, también atemporal y universal. Hagamos una incursión especulativa en este campo metafísico.
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La conciencia sin fronteras

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA EN KEN WILBER

1 - Seminario: “El despertar de la conciencia”

De septiembre a diciembre de 2020, se impartió un seminario sobre “El despertar de la conciencia” bajo los fundamentos filosóficos del inconmensurable Ken Wilber, considerado como el “Einstein de la conciencia”. Dicho seminario estuvo promovido y a cargo de la Doctora Cecilia RE de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral - Unidad Académica Ríos Gallegos (UNPA-UARG) de Argentina.

La metodología de dicho seminario era realizar una lectura dirigida sobre la obra de Ken Wilber titulada LA CONCIENCIA SIN FRONTERAS, aproximaciones de Oriente y Occidente al crecimiento personal. Los destinatarios del seminario eran la comunidad universitaria, pero también el público en general. Y los objetivos del seminario eran fundamentalmente:

1 - Propiciar un espacio de reflexión personal sobre su propio nivel de conciencia.

2 - Impulsar un cambio de actitud entorno a su escala axiológica con importancia vital personal y colectiva.

3 - Aumentar la comprensión entre las categorías conciencia moral, enseñanza y salud pública.

Tuve el placer de asistir al citado seminario cuya duración fue de cuatro encuentros a razón de uno por mes desde septiembre a diciembre de 2020. La dinámica programada era realizar previamente las lecturas correspondientes, para después ser analizadas y debatidas bajo la dirección de la Doctora Cecilia.

En el primer encuentro titulado “Percibiendo fronteras”, se abordaron los tres primeros capítulos: Quien soy, Dividido por la mitad y Territorio sin fronteras. En el segundo encuentro titulado “Percibiendo mi ser” se abordaron los capítulos cuarto, quinto y sexto: Conciencia sin fronteras, Momento sin fronteras y Crecimiento de las fronteras. El tercer encuentro se tituló “Máscara, Centauro y algo más” y se abordó los capítulos séptimo, octavo y noveno: El nivel de la persona: se inicia el descubrimiento, El nivel del Centauro y El yo en la trascendencia. El cuarto encuentro tuvo como primordial preferencia sacar las correspondientes conclusiones y puesta en común de los puntos de vista de los participantes en relación con los objetivos del seminario.

2 - ¿Por qué esta propuesta del seminario?

En la guía del seminarista, la Doctora Cecilia expone la justificación del citado seminario en relación al estudio de la obra La conciencia sin fronteras de Ken Wilber:

La obra de Ken Wilber, llamado el Einstein de la conciencia, brinda puntos claves de critica al Paradigma positivista-cartesiano y materialista, el que abarca todos los dominios del conocer, el hacer y el obrar.

Ken Wilber se aleja de todas las formas hegemónicas de buscar, producir y transmitir el conocimiento. Pero lo importante, es que da soluciones a los problemas actuales individuales y colectivos que generan gasto público y sufrimiento humano.

La lucidez e intelectualidad de Wilber lo lleva a integrar, sin confusiones, tres campos que se ocupan de la realidad a diferentes niveles: la ciencia, la filosofía y la mística.

Ensayista por excelencia, Wilber es el padre de la Psicología Transpersonal y de la Psicología Integral. Ha escrito alrededor de 20 títulos que se ubican en el Paradigma emergente de las Ciencias de la Complejidad, es decir, una nueva concepción del mundo. Wilber integra y completa, mediante las tradiciones espirituales, la visión carente de sentido del mundo finito, empobrecido y material predicado por la ciencia moderna.

En este sentido de lo emergente, se ubican los holismos, los integrismos, las Ciencias de la complejidad, con el Pensamiento complejo de Edgar Morin, por ejemplo. En realidad, estos movimientos son una vuelta atrás, hacia los clásicos griegos y civilizaciones fundadores del mundo, integrando el Oriente y el Occidente. También es una integración de lo cuántico y lo cualitativo. Wilber realiza esta hazaña intelectual con absoluta maestría.

Wilber aborda filosóficamente diferentes disciplinas: la Filosofía, la Psicología, la Historia, la Biología, las religiones, la Ecología y el Misticismo, entre otras. Para muchos de sus seguidores, su obra maestra es Sexo, Ecología, Espiritualidad.

Quienes lo leen, resumen la postura wilberiana como sigue:

1. Nada es 100% correcto o incorrecto, porque todo tiene incompletitud y disfunción. Nadie o nada es 100% bueno o malo: existen diferentes grados de ignorancia, de conocimientos y de desconexión. Todo conocimiento es un trabajo en progreso.

2. La evolución ocurre cuando trascendemos e incluimos, no excluyendo, borrando o destruyendo. Por ejemplo, la evolución al nivel de desarrollo de un organismo unicelular no eliminó las moléculas, sino que las incluyó en un mayor orden de complejidad. Este patrón de evolución ocurre con todos los fenómenos. Ejemplo: la racionalidad no podría excluir la emoción, la industrialización no puede apartarse de la agronomía. Los mayores niveles de conciencia incluyen no excluyen obteniendo niveles mayores de eficiencia y prosperidad. Si realmente vamos a evolucionar, lo hacemos incluyendo e integrando lo que vino antes en algo mayor, no borrándolo.

3. El objetivo de la espiritualidad es trascender el ego, no demolerlo o reprimirlo. Los líderes espirituales que llaman a su represión provocan efectos trágicos y horribles en la humanidad.

4. Wilber tiene un concepto llamado "Falacia Pre / Trans" que establece que las personas a menudo confunden lo que es convencional (fase de desarrollo anterior) con ser convencional (etapa de desarrollo posterior) porque ninguno de los dos es convencional. Un ejemplo que usa son los movimientos espirituales de la Nueva Era que glorifican el regreso a un estado infantil de actuar puramente sobre la emoción y el deseo. Confunden estos caprichos emocionales narcisistas anteriores con experiencias espirituales, ya que tanto la juerga emocional como las experiencias espirituales son experiencias no racionales. Dado que su juerga emocional no es racional, y las experiencias espirituales no son racionales, confunden a los dos. Este concepto puede aplicarse en muchas áreas del desarrollo personal y social.

5. La percepción contiene modalidades interiores y exteriores: nuestros pensamientos y controlados por la variedad física de neuronas que se activan. Nuestras mentes no son autónomas y nos falta libre albedrío. Wilber afirma que tanto la conciencia interior como la exterior son reales y la segunda es el reflejo de la primera. De hecho, la investigación sobre la neuro-plasticidad (la capacidad de cambiar la configuración física de su cerebro a través del cambio de patrones de pensamiento y comportamiento) está comenzando a respaldar esta conclusión.

6. Las jerarquías existen, pero no necesariamente equivalen a superioridad moral. Hay niveles más altos de desarrollo y complejidad, personas con mayores habilidades y talentos, pero eso no significa que sean moralmente superiores o expresiones más completas de su propia realidad. Por ejemplo, la ciencia nuclear es una forma superior de comprensión humana que la magia vudú o el dogma religioso, pero Wilber argumenta que esto no significa que uno deba imponerse al otro. Vemos que la diferencia está en la conciencia humana de una persona.

En cuanto al libro elegido para este semanario, uno de sus primeros escritos, qué mejor que parafrasear un sentimiento y pensamiento que muchos de nosotros ya hemos experimentado, en palabras de Ken Wilber:

Tengo un cuerpo, pero «no» soy mi cuerpo.
Tengo deseos, pero «no» soy mis deseos.
Tengo emociones, pero «no» soy emociones.
Tengo pensamientos, pero «no» soy mis pensamientos.
Soy lo que queda, un puro centro de consciencia.


Y entonces, ¿quiénes somos? ¿Quién soy yo? Y ¿si no soy quien creo ser?

En La conciencia sin fronteras, Wilber nos ayuda a hacer un recorrido existencial tratando de reconfigurar un “yo” más auténtico y legítimo. Nos invita a pegar partes divididas, no advertidas y negadas, ampliando la conciencia de ser y de ser, sobre todo, humano. Superar las fracturas de nuestra identidad para asumirnos tal y como somos, con la esperanza de que este conocimiento nos ayude a trascendernos.

Con este reto interpretativo y con gran libertad, es como se inició este seminario de reconstrucción de nuestro mapa identitario.

3 – La importancia de Ken Wilber en la cultura occidental... y en todo el mundo

Una vez expuestos la metodología, los objetivos y la justificación del citado seminario, quisiera hacer una aportación desde mi experiencia personal tras asistir a los cuatro encuentros programados.

En primer lugar, es importante destacar que la obra de Ken Wilber es prácticamente desconocida en el ámbito universitario, tal como queda evidenciado en la propuesta de mi artículo científico en una Revista Científica de Colombia, en el que más de 50 académicos desconocen al autor contemporáneo más importante por aunar la filosofía tradicional (racionalista) con la trascendencia espiritual, mediante la incorporación de la meditación como ciencia trascendental en la investigación de la conciencia, una cuestión avalada científicamente. Es por ello que, cuando la Doctora Cecilia RE propuso ese seminario sobre Ken Wilber, quedé gratamente sorprendido con esa incursión pensativa en el ámbito del academicismo tradicional. Mi felicitación a la Doctora Cecilia, pues no se limitó a la exposición teorética del pensamiento de Wilber, sino que también se realizaron las correspondientes meditaciones como ejercicio práctico de encuentro entre los participantes al seminario.

En segundo lugar, quisiera destacar la importancia de Ken Wilber en el pensamiento occidental, pues de él aprendí que el abismo cultural de Occidente es un abismo de conciencia, y que el estudio de la conciencia es el reto más inmediato que tienen ante sí los científicos, filósofos, profesores y educadores. También me enseñó Wilber a interpretar la filosofía occidental más que los cinco años de estudios en la Facultad de Filosofía de Barcelona. En efecto, desde Platón a Kant, Wilber ha sabido sintetizar una filosofía integral sustentada en su teoría de los cuatro cuadrantes, dejando en evidencia que el ego del materialismo científico debe ser trascendido mediante la experiencia mística, la cual incluye un despertar espiritual y, esos presupuestos, ya no son teorías estrafalarias que puedan ser tachadas de pseudociencias sino, más bien, se erigen como una Filosofía Transpersonal tal como argumento en mi obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA.

En tercer lugar, al hilo de la anterior argumentación, es de justicia resaltar que la obra de Ken Wilber está incursionando en el ámbito académico, no solo como lo ha realizado la Doctora Cecilia sino, también, de la mano de precursores intelectuales que ya consideran el estudio de la conciencia de un modo científico, a título de ejemplos:

-El psicólogo transpersonal Iker Puente marca un antes y después con su Tesis Doctoral titulada Complejidad y psicología transpersonal: Caos, autoorganización y experiencias cumbre en psicoterapia. Con la psicología transpersonal, se recuperan las principales influencias históricas: el misticismo occidental, las tradiciones espirituales de oriente, la filosofia perenne, el chamanismo, la investigación psicolítica y psiquedelica, hasta llegar a los conceptos básicos acerca de los estados de la conciencia y la espiritualidad con autores como Maslow, Grof, Wilber, Almendro, Fericgla, Cloninger.

-La maestra Marely Figueroa con su Tesis de maestría titulada Una visión transpersonal en la educación quien, además, tuvo el excelso honor de ser una pionera en la impartición de una asignatura de Filosofía Transpersonal en un Grado Universitario de Educación.

-La profesora Noemí Siverio quien, a través de su Tesis Doctoral, aborda una Psicología del Homo Complexus para una educación desde la comprensión. Digno es de resaltar algunos capítulos de dicha excelencia cognitiva como, por ejemplo, el despertar de la conciencia y la inteligencia espiritual.

A estas tres experiencias vanguardistas que acogen la visión transpersonal en la educación, más la importante aportación también de la Doctora Cecilia mediante su seminario sobre Ken Wilber, hay que sumar diversas publicaciones transpersonales, a destacar sobre todo la Revista Girum que contempla "lo transpersonal" desde una visión académica gracias al voluntarioso trabajo del Doctor en Filosofía Héctor Sevilla. Todo ello me permite afirmar que la Filosofía Transpersonal de Ken Wilber se constituye como un nuevo paradigma de conocimiento y, por tanto, la brecha epistemológica entre ciencia y espiritualidad vislumbra una nueva era de integración entre CIENCIA, FILOSOFÍA Y ESPIRITUALIDAD, tal como vengo revindicando desde algunos años mediante mis diversas publicaciones científicas en las que, Wilber, ocupa un papel central de mis pensamientos.

En cuarto lugar, y para finalizar, sirvan las anteriores reflexiones como un indicador para comprender que, la crisis de Occidente y del mundo globalizado, es una crisis de conciencia, pues la conciencia es un problema histórico aún no resuelto desde un punto de vista científico y filosófico. Por tanto, el estudio de la conciencia debería ser la asignatura por antonomasia para ser investigada por la comunidad educativa. En efecto, se trata, en suma, de rendirnos a la evidencia que es posible una ciencia de la conciencia que abarque dos modos de saber: la racionalidad y la espiritualidad. Y que, en esa transición epistemológica y hermenéutica, la obra de Ken Wilber ocupa un lugar preeminente que debe ser reivindicada por simple justicia histórica y académica.

Gracias Doctora Cecilia, gracias Doctor Iker Puente, gracias Doctora Marely Figueroa, gracias Doctora Noemí Siverio, gracias Doctor Héctor Sevilla, y gracias a tantos otros pensadores imposible de citar aquí, por acercarnos al pensamiento de Ken Wilber, tan importante e imprescindible para la comprensión de lo que sea la evolución de la conciencia. Gracias a todos.
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MATERIALISMO

DEL MATERIALISMO AL IDEALISMO

Este artículo es una reproducción del capítulo 7-3 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

De un modo historicista, ese pretendido segundo renacimiento de la conciencia (espíritu colectivo) surge como contraposición a su contrario, el primer renacimiento humanístico (“yo” racional), a partir del cual se originó el presente y caduco ego sustentado en el materialismo. El materialismo es una corriente filosófica que, en oposición al idealismo, resuelve el problema cardinal o fundamental de la filosofía acerca de la relación entre el pensar, el espíritu y la naturaleza, postulando que la materia es lo primario. Según la visión materialista, la conciencia y el pensamiento es una emergencia material a partir de un estado altamente organizado. Según esta concepción, el mundo es material y existe objetivamente, independientemente de la conciencia. Sin embargo, el neurocientífico Francisco J. Rubia, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, viene a decir todo lo contrario: “Los órganos de los sentidos nos han engañado desde siempre y lo sabemos, como ya lo sabían los filósofos griegos de la naturaleza de las colonias jónicas en Asia Menor. La neurociencia moderna nos dice que ni los colores ni los olores, ni los gustos ni los sonidos existen en la naturaleza, sino que son creaciones del cerebro”.

Así, la concepción materialista se viene abajo con los últimos descubrimientos de las neurociencias, quienes acreditan que el mundo material solo existe en nuestra percepción mental, una cuestión avalada también por la física cuántica donde la medición del objeto está correlacionada con el sujeto cognoscente que observa. Así, según la neurociencia y la física cuántica, solamente es real nuestro mundo mental, el de las ideas, como ya expusiera Platón como “Mundo de las Ideas”. Consecuentemente, la visión materialista como método de conocimiento es una verdad a medias, pues solo puede proveer una cosmovisión completa acudiendo inexorablemente a fundamentos metafísicos, filosóficos y perennes, contemplados estos en el otro modo de saber, el místico o trascendental. Habrá que creer a Whitehead cuando afirmó que la filosofía occidental es una esmerada nota a pie de página en la obra de Platón. Se vuelve así a postulados cognitivos perennes que el pensamiento occidental ha obviado incorporar en la pedagogía filosófica de la educación tradicional. El pretendido segundo renacimiento requiere, por lo tanto, una educación cuántica que explique dicho giro copernicano del materialismo al idealismo en la historia del pensamiento.
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conciencia

EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA CONCIENCIA

Este articulo es una reproducción del capítulo 7-2 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Dicha aprehensión cognitiva y espiritual es susceptible de ser enseñada mediante La educación cuántica, la cual debe ser encuadrada en un sistema de pensamiento que beba de una fuente de sabiduría como la filosofía perenne. La filosofía perenne es un modo de conocimiento también conocido como esotérico, ahora sacado a flote y reformulado epistemológicamente como filosofía transpersonal al trascender la filosofía académica tradicional (racionalista) hacia el misticismo contemplativo (espíritu). La magia de la filosofía perenne es que alude siempre a los principios superiores del amor, la solidaridad, la empatía, el bien, el saber, la libertad, la justicia y la paz, en contraposición a lo que nos ofrece este decadente sistema capitalista. Es decir, es el correcto pensamiento a decir de Garnier, quien puede construir un futuro mejor para todos, y no solo de un modo egoísta e individualista como propugna el economicismo neoliberal. Así, La educación cuántica avalada por la filosofía transpersonal, debería ser una garantía pedagógica con poder para afirmar que estamos ante un segundo renacimiento humanístico: la evolución holística de la noosfera hacia una renovada conciencia colectiva, como postula el arqueólogo, antropólogo y paleontólogo Eudald Carbonell (2007) en su obra El nacimiento de una nueva conciencia.

En dicha obra, Carbonell nos da una visión revolucionaria sobre la condición humana en la que la selección técnica se ha ido imponiendo como mecanismo de evolución del comportamiento humano. Es necesario un pensamiento social crítico que nos conducirá hacia una nueva especie más humana: “De la nueva especie lo más importante será la socialización del conocimiento que hará posible una vida mejor para todos; en segundo lugar, la solidaridad, como valor de cara a conseguir una fuerte conciencia crítica de especie”. Como se puede apreciar, saber y amor, son dos sabios consejos de Carbonell, como si fueran los providenciales bálsamos que pudieran sanar al ego fragmentado y disociado de la humanidad. La nueva conciencia propugnada por Carbonell, de llevarse a la praxis, constituiría todo un segundo renacimiento humanístico. En el primer renacimiento surgió la conciencia individual histórica a partir del cogito cartesiano. En el segundo renacimiento es el espíritu colectivo quien abre las posibilidades hacia un nuevo mundo. El viejo mundo sustentado en el ego está agonizando, y el nuevo mundo del espíritu colectivo está todavía en pañales. Para que sea efectiva la trascendencia del primero al segundo, es imperativa una renovada pedagogía filosófica.
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