"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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Garnier

PSICOTERAPIA ESPIRITUAL

Este artículo es una reproducción del capítulo 4-1 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

El pensador cuántico sabe, como dijera Platón, que “la filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma, entorno al Ser”. ¿Cuáles son las reglas que rigen ese dialogo pensativo? Según el doctor en física Jean-Pierre Garnier Malet, somos receptores y emisores de energía constante, un intercambio de información que permite construir el futuro. Este científico descubrió en 1988 que el tiempo se desdobla. La aplicación científica de esa teoría permite explicar el mecanicismo de los pensamientos o de la vida. Pero afirma algo más: no solo se desdobla el tiempo, sino el ser humano también, siguiendo la pauta de casi todo el universo. Quien desee profundizar en la propuesta de este científico, puede consultar su obra Cambia tu futuro por las aperturas temporales.

Dicho de otro modo, y siguiendo los fundamentos de la física cuántica, cada uno de nosotros tiene “otro yo” con quien intercambiar información, un asombroso postulado científico que da alas al “misticismo cuántico”. Por fin, el materialismo científico ha corregido su miopía. Solo pido que, a partir de ahora, no se hable ya de “misticismo cuántico” sino, propiamente, de filosofía transpersonal. La filosofía transpersonal, aunque no reconocida en el ámbito académico tradicional (1), goza de cada vez más aceptación popular por los sinceros buscadores de verdad. Y el pensador precursor de la filosofía transpersonal es, por antonomasia, Ken Wilber. Así como la historia ha reconocido el mérito de grandes pensadores como Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel, Marx, por citar solo algunos de ellos sobre los que edifico mi pensamiento, en un futuro próximo será inexorable aludir a Ken Wilber como la lumbrera que ha marcado un hito en la historia del pensamiento: busca la unión de la ciencia y la espiritualidad con las experiencias de los místicos mediante un análisis de los elementos comunes a las místicas de Oriente y de Occidente. Su obra intenta integrar la psicoterapia y la espiritualidad.

Las obras de Ken Wilber tratan sobre filosofía, psicología, antropología y religión. Su pensamiento está influido por Huston Smith, Ramana Maharshi, Teilhard de Chardin, Platón, Kant, Hegel y el budismo. Digno es de mencionar que comparte con Teilhard de Chardin la intención de crear una teoría que unifique a la ciencia, el arte y la moral, tres mundos magistralmente diferenciados por Kant mediante sus Tres críticas. En 1998 fundó el Instituto Integral, un centro de estudio para investigar las distintas aplicaciones de lo que denomina un enfoque integral a la ciencia y la sociedad. El pensamiento de Ken Wilber ha sido y es una valiosa aportación en la consolidación de la psicología transpersonal, surgida esta como “cuarta fuerza” de la psicología mediante autores como William James, Carl Jung, Stanislav Grof y Abraham Maslow, por citar solo a los más representativos.

Es importante incidir en que Maslow fue un pionero en establecer un marco de jerarquía de las necesidades humanas más conocido como La pirámide de Maslow. Más allá de la satisfacción de ciertas necesidades como las fisiológicas, las de seguridad, las de aceptación social y autoestima, Maslow postula a las “experiencias cumbre” como una autorrealización en la cima piramidal de la experiencia humana: es la expresión de un profundo amor, entendimiento y felicidad con los que la persona se siente más completa, viva y autosuficiente; también se tiene consciencia de la verdad, la justicia, la armonía y la bondad. Es mediante la experiencia de tales sentimientos como una persona puede lograr la autorrealización o felicidad.


NOTA (1): Destaco la respuesta dada por la Revista Ciencia y Humanidades a la presentación de mi artículo:

"Respetado autor Amador Martos García, reciba un cordial saludo.
Según se le informó en correo pasado, su artículo fue remitido a instancias del Comité Científico de la Revista Ciencia y Humanidades. Dicho Comité está compuesto por más de 50 académicos ubicados en diferentes países de habla hispana, a los cuales se les asignan artículos dependiendo de sus áreas de estudio. Ahora bien, respecto a su artículo en cuestión, a la fecha no se ha podido ubicar un evaluador que posea el conocimiento académico/investigativo necesario para hacer un dictamen justo de dicho texto, por lo que la Revista Ciencia y Humanidades, desde su Comité Editorial en sesión del 5 de junio de 2019, teniendo en cuenta la responsabilidad editorial y científica que atañe a la Revista Ciencia y Humanidades, ha declarado que para el octavo número su artículo no podrá ser teniendo en cuenta debido a los motivos anteriormente expuestos. De antemano pedimos disculpas por cualquier problema causado. Cordialmente."

¿Cómo interpretar dicha respuesta? Ello invita a pensar que 50 académicos y una revista científica no saben prácticamente nada sobre el filósofo contemporáneo por excelencia: Ken Wilber. Tampoco saben nada de psicología transpersonal, ni de filosofía transpersonal, y menos de educación cuántica, y menos aún de educación transracional…. Son neologismos que no han entrado en el sistema académico tradicional. Y por eso no han podido interpretar mi artículo, menos comprenderlo, y ni tan siquiera un atisbo de intención en intentarlo. Lo más fácil es rechazar aquello que no se comprende, en vez de promover la tarea de investigar aquello de lo cual no sabemos. La inquisición religiosa ha sido sustituida por la inquisición racional: la del ego. Pero eso no me detendrá, aunque sea solo para aquellos que gustan de lo que escribo, escribiré para ellos. Les aseguro que no es necesario ser académico para entender el artículo presentado. Basta con un poco de voluntad investigativa.

No obstante lo anterior, es digno resaltar que existe un movimiento transpersonal a escala mundial, del cual cabe destacar estas tres menciones de honor:

- TESIS DE MAESTRÍA DE MARELY FIGUEROA (MÉXICO): UNA VISIÓN TRANSPERSONAL EN LA EDUCACIÓN

- TESIS DOCTORAL DE NOEMÍ SIVERIO (VENEZUELA): PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN

- EXPERIENCIA PIONERA EN EL MUNDO DE LA FILOSOFÍA: EL INSTITUTO ATENEO DE COLIMA (MÉXICO) IMPARTE LA ASIGNATURA DE FILOSOFIA TRANSPERSONAL EN EL GRADO UNIVERSITARIO DE EDUCACIÓN
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Filosofia transpersonal

UNA VISIÓN HERMENÉUTICA

Este artículo es una reproducción del capítulo 3-6 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Como se puede apreciar, la actual crisis mundial no solo es económica, social y política sino, eminentemente, intelectual y espiritual. Hay un problema pensativo todavía no resuelto en la historia del pensamiento y, por tanto, el problema es eminentemente filosófico y no científico. Sin embargo, nunca como ahora la filosofía está siendo denostada, arrinconada, como si careciera de capacidad para la resolución de problemas. No obstante, más que nunca, hay que reflexionar para determinar cómo sanar al ego fragmentado y disociado de la colectividad, una enfermedad que colea desde que Kant diferenció esos tres mundos –“ello” (ciencia), “yo” (conciencia) y “nosotros” (moral)-. Dicen que la filosofía insuperable es la de Marx, y por eso está siendo recuperado su pensamiento; sin embargo, el verdadero pensamiento que no ha sido superado es el kantiano, porque todavía estamos en puertas de poder cumplir colectivamente con su imperativo categórico como un remedio seguro a la actual miseria humana. Y si nos remontamos más atrás, habrá que recuperar, cómo no, a Platón. Así, habrá que estar de acuerdo con Whitehead cuando afirmara que la filosofía occidental es una esmerada nota a pie de página en la obra de Platón.

Tal es mi lectura e interpretación de la historia de la filosofía, y de ahí la intencionalidad de La educación cuántica como un nuevo paradigma de conocimiento integrador de la ciencia con la filosofía perenne. Aunque los más estrafalarios pensadores aluden al Calendario Maya como causante del cambio espiritual por venir, la postura de este filósofo es que la humanidad se halla ante un incipiente segundo renacimiento, pues se necesita urgentemente de un revisionismo no solo intelectual, científico, social, psicológico, político y educacional, sino un revisionismo en profundidad de la historia universal. Así como Descartes rescató la razón de la fe, nos toca ahora rescatar la razón del ego plutocrático, para reorientarla hacia el espíritu.

En suma, a partir del “cogito” cartesiano, la razón se despeño por el sendero del materialismo (ello), ganándole así el puesto al idealismo (yo) , una eterna lucha de contrarios en el lenguaje de Heráclito. Sin embargo, con las “astucias de la razón” y “la burla de la historia” en palabras de Hegel (1) , el materialismo científico, ahora, debe hacer un acto de constricción, muy a pesar suyo, para ceder el paso al idealismo, a los valores universales que no se pueden ver bajo un microscopio o un telescopio, sino en la profundidad de todo ser humano. De ahí la necesidad de La educación cuántica, para explicar pedagógicamente todo ello. Hay que explicar de una vez por todas que, de un modo filosófico, el materialismo científico se ha atascado con la física cuántica, quien remite al propio sujeto como objeto de conocimiento, de ahí el surgimiento del “misticismo cuántico”. ¿Están estos equivocados? Para nada, estos activistas cuánticos son la avanzadilla de tantos cambios que están por venir en las instancias sociales, económicas, políticas, intelectuales y espirituales, pero, eminentemente en la conciencia de las personas. En definitiva, todo un cambio de paradigma pensativo que dejará moribundo este viejo mundo para abrazar un nuevo mundo por llegar. El “misticismo cuántico”, más pronto que tarde, deberá ser rehabilitado históricamente como filosofía transpersonal, un objetivo pretendido por La educación cuántica.

Porque la historia solo la escriben los hombres, y mujeres, que se atreven a pensar más allá de su contemporaneidad, en la profundidad de las ideas por descubrir, en la búsqueda de la libertad secuestrada, porque al decir del psiquiatra y filósofo alemán Kart Jaspers: “Ser hombre es ser libre. El sentido de la historia es que nos convirtamos en hombres”. Y para tal fin humanístico, no solo hay que hacer pedagogía educacional, sino también pedagogía epistemológica, filosófica, psicológica e histórica, como se podrá apreciar de un modo hermenéutico en esta obra.

El término “hermenéutica” significa “interpretar”, “esclarecer” y “traducir”, es decir, cuando alguna cosa se vuelve comprensible o lleva a la comprensión, un objetivo pretendido por La educación cuántica mediante el revisionismo de la historia del pensamiento. La humanidad ha tocado fondo en su dialéctica materialista y necesita urgentemente repensarse a sí misma, como postula la filosofía transpersonal: es el actual encontronazo intelectual entre el materialismo científico y el “misticismo cuántico”. Vuelvo a insistir: quizá ha llegado el momento de explorar un mundo que la ciencia está empezando a descubrir; quizá ha llegado el momento de explorar la mente infinita; quizá ha llegado el momento de trascender en nuestra mente cuántica. Pero también ha llegado el momento de descubrir las reglas que rigen el pensamiento más allá de la razón, un pensamiento transracional que aúna la racionalidad con la espiritualidad: la filosofía transpersonal.


NOTA (1) : La filosofía de la historia de Hegel está marcada por los conceptos de las “astucias de la razón” y la “burla de la historia”: la historia conduce a los hombres que creen conducirse a sí mismos, como individuos y como sociedades, y castiga sus pretensiones de modo que la historia-mundo se burla de ellos produciendo resultados exactamente contrarios, paradójicos, a los pretendidos por sus autores, aunque finalmente la historia se reordena y, en un bucle fantástico, retrocede sobre sí misma y con su burla y paradoja sarcástica, convertida en mecanismo de cifrado, crea también ella misma, sin quererlo, realidades y símbolos ocultos al mundo y accesibles solo a los cognoscentes, es decir, a aquellos que quieren conocer.
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HACIA UN REVISIONISMO HUMANO

Este artículo es una reproducción del capítulo 3-4 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Con todo lo argumentado hasta aquí, creo tener el derecho a afirmar que hay que realizar un revisionismo científico-filosófico y dotar así de contenido al “misticismo cuántico” mediante la filosofía transpersonal. También hay que realizar un revisionismo intelectual del pensamiento único neoliberal, una tarea magníficamente emprendida por el periodista español Ignacio Ramonet como emblemático propulsor del movimiento antiglobalización. Y, cómo no, hay que realizar otro revisionismo más importante, a saber, el de la psicología humana mediante la “cuarta fuerza” del movimiento transpersonal. ¿Cómo enseñar todo ello? Como no podía ser de otra manera, mediante un revisionismo de la educación tradicional en favor de La educación cuántica.

Entonces, si hay que cambiar tales estructuras psicológicas, sociológicas y filosóficas, ¿no se halla la humanidad ante un cambio de paradigma como jamás visto en la historia desde el primer renacimiento humanístico? Es la física cuántica quien ha abierto la espoleta que afecta al genuino pensamiento filosófico, al nihilismo científico, a las relaciones sociales y, sobre todo, a la profundidad espiritual de las personas. ¿Se halla la humanidad ante un segundo renacimiento donde el “pienso, luego existo” ahora debe, inexorablemente, converger hacia el “nosotros” kantiano, magníficamente expresado en su imperativo categórico? Si es así, como presumo, podríamos afirmar que la humanidad del siglo veintiuno está atrapada en el pasado, como si de una película retrospectiva se tratara, entre Descartes y Kant, como que más que avanzar, estamos retrocediendo pensativamente hablando, aunque disfrutemos de la más excelsa tecnología. ¿Quién va revisar dicha historia y entonar el mea culpa? Evidentemente, es ontológicamente imposible. Al menos, permítaseme que la historia del pensamiento, en los términos aquí explicados, pueda ser instruida de un modo sencillo a las futuras generaciones, de ahí la necesidad de La educación cuántica.

Por tanto, Kant está más vivo que nunca. Los materialistas científicos no deberían descargar las tintas sobre los “místicos cuánticos” sino sobre la propia historia occidental, quien no ha resuelto el pensamiento tradicional surgido de la racional-modernidad. Descartes ha muerto, metafóricamente hablando. Y Kant está más vivo que nunca. El imperativo categórico kantiano, nacido en la razón y con una finalidad eminentemente moral, tiene tres formulaciones: “Obra solo de forma que puedas desear que la máxima de tu acción se convierta en una ley universal”; “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca solo como un medio”; “Obra como si por medio de tus máximas, fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de los fines”.

Es en este rescoldo de la historia del pensamiento donde se está produciendo la metamorfosis del primer renacimiento humanístico (razón) hacia un segundo renacimiento humanístico (espíritu). La razón ha quedado conmocionada al estrellarse en el estudio de la materia mediante la física cuántica, lo cual ha producido un giro copernicano en la mirada desde el “ver para creer” al “creer para ver”, desde el método científico a la fenomenología, desde el racionalismo pragmático al racionalismo espiritual, desde el materialismo científico al misticismo cuántico, desde el neoliberalismo al altermundismo, desde la psicología tradicional a la psicología transpersonal, desde la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal, y cómo no, de la educación tradicional a La educación cuántica. Tantos cambios de paradigmas implican un revisionismo humano, vislumbran la necesidad de una renovada epistemología –véase el esquema epistemológico en el prólogo - y, por ende, una reinterpretación de la historia del pensamiento.
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el tao de la fisica

HACIA LO TRANSPERSONAL

Este artículo es una reproducción del capítulo 3-2 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

En ese orden de importancia, es un deber también citar al doctor en Física teórica por la Universidad de Viena, Fritjof Capra, autor de la obra El Tao de la física, un best seller que supuso el punto de partida de numerosas publicaciones sobre la interrelación entre el universo descubierto por la física moderna y el misticismo antiguo, principalmente oriental. Capra considera que, en el intento por comprender el misterio de la vida, el ser humano ha seguido diferentes caminos, entre ellos el del científico y el del místico. Fritjof Capra plantea que los conceptos de la física moderna llevan a una visión del mundo muy similar a la de los místicos de todas las épocas y tradiciones. La finalidad de la obra El Tao de la física es explorar la relación entre tales conceptos, motivado por la creencia de que los temas básicos que utiliza para comparar la física con el misticismo serán confirmados, más que invalidados por futuras investigaciones: un objetivo pretendido por La educación cuántica.

Hay una retahíla de científicos, muchos de ellos físicos, cuyos pensamientos han sido peyorativamente catalogados en el “misticismo cuántico”: es toda una afrenta al genuino pensador místico por parte del materialismo científico. Recordemos en este sentido que la dicotomía entre ciencia y misticismo son dos modos de saber, como ha argumentado Ken Wilber en su obra El espectro de la conciencia. El gran mérito de los mal llamados “místicos cuánticos” es haber integrado la racionalidad con la espiritualidad, un racionalismo espiritual adoptado como filosofía transpersonal, en contraposición a la filosofía tradicional del pensamiento occidental, y que ha desembocado en la disciplina “transpersonal” como “cuarta fuerza” de la psicología. Dicho pensamiento tiene su máximo exponente científico-filosófico en la obra Sexo, Ecología, Espiritualidad de Ken Wilber. Sin embargo, existen iniciativas desde el ámbito de la psicología académica para integrar lo “transpersonal” como objeto de estudio serio y científico, como acredita la revista Journal of Transpersonal Research, integrada en la Asociación Transpersonal Europea (EUROTAS). En el ámbito universitario, es digna de mención la tesis doctoral de Iker Puente titulada Complejidad y psicología transpersonal: Caos y autoorganización en psicoterapia, encuadrada dentro del programa de doctorado “Percepción, Comunicación y Tiempo” del departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación, en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Los escépticos no deberían intentar desacreditar las ideas del que escribe esto sin antes probar una embestida intelectual hacia Ken Wilber, un prolífico pensador que ha sido comparado, ni más ni menos, que con Kant. Todo un reto para el movimiento escéptico por denostar un racionalismo espiritual que, ahora, tiene su máximo exponente epistemológico con la viabilidad de La educación cuántica como nuevo paradigma de conocimiento, y que de un modo pedagógico busca el empoderamiento del ser humano más allá de las creencias establecidas tal como pretende el físico y profesor Carlos González así como las conocidas como escuelas activas.
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MISTICISMO

“MISTICISMO CUÁNTICO”

Este artículo es una reproducción del capítulo 3-1 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

En el ámbito de la filosofía también tenemos nuestros propios contrarios: la filosofía transpersonal -cuyo emblemático embajador es Ken Wilber - en contraposición a la filosofía tradicional (como siempre, los contrarios de Heráclito). Por filosofía tradicional debe entenderse el cuerpo de conocimientos que se iniciaron con la filosofía moderna hasta llegar a la postmodernidad y concluyeron en la filosofía contemporánea. La filosofía tradicional es una contraposición historicista por trascender mediante la reciente filosofía transpersonal propugnada por Ken Wilber. Esta filosofía tradicional ha desembocado en el pensamiento único neoliberal que ha secuestrado a la racionalidad colectiva expresada en las democracias occidentales, sometiéndolas a una plutocracia.

La anterior reflexión conlleva una grave consecuencia cultural que pasa desapercibida para la mayoría de ignorantes en estos lares intelectuales: del mismo modo que la filosofía escolástica supeditó la razón a la fe, el economicismo neoliberal ha sometido la razón al servicio de la fe ciega en los mercados; sin embargo, la filosofía transpersonal, al reincorporar la espiritualidad en la razón humana, es una renovada visión y una superación paradigmática de la filosofía tradicional. Del mismo modo, dicha profundidad pensativa también está presente en La educación cuántica, un emergente contrario a la educación tradicional, en mi opinión, obsoleta esta última como garante de una necesaria regeneración humana. Pero no solo debemos hablar de La educación cuántica y de la filosofía transpersonal, sino que es menester recordar que, frente a la psicología tradicional, se está irguiendo, una vez más, otro contrario, a saber, la psicología transpersonal como “cuarta fuerza” tras el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista.

Así, la esencia defendida en mis postulados filosóficos es que la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal se constituyen en un asesoramiento filosófico como ejercicio científico sobre la conciencia y contemplado como un nuevo paradigma de conocimiento en La educación cuántica. La filosofía transpersonal y psicología transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento apenas han surgido hace algunas décadas, mayormente popularizado por las obras de Ken Wilber, entre otros. Sin embargo, hay una tendencia peyorativa a considerar dicho paradigma como un “misticismo cuántico”, en referencia a la combinación de los conceptos del misticismo oriental y la física cuántica, encuadrando ese pensamiento como una creencia pseudocientífica por parte del ortodoxo materialismo científico.

Los escépticos hablan de “charlatán cuántico” para descartar la creencia de que la teoría cuántica aprueba creencias místicas. Sin embargo, el misticismo -tanto oriental como occidental- está inherentemente relacionado a la física cuántica tal como queda acreditado por cada vez más científicos, como se ha visto y se verá. De un modo imperceptible para la mayoría, la humanidad se halla ante una fusión entre la espiritualidad oriental y la racionalidad occidental, magníficamente integradas por Ken Wilber en un sistema de pensamiento que ha sido traducido a más de veinte idiomas y cuyas obras han vendido millones de ejemplares.
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KANT

LAS "TRES CRÍTICAS" DE KANT

Este artículo es una reproducción del capítulo 7-5 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Ahora, mediante la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal como revulsivos de La educación cuántica, es posible vislumbrar la integración de las tres esferas que fueron diferenciados por Kant a través de sus Tres críticas: la esfera de la ciencia empírica que trata con aquellos aspectos de la realidad que pueden ser investigados de forma relativamente “objetiva” y descritos en un lenguaje, es decir, verdades proposicionales y descriptivas (“ello”); la esfera práctica o razón moral que se refiere a cómo tú y yo podemos interactuar pragmáticamente e interrelacionarnos en términos que tenemos algo en común, es decir, un entendimiento mutuo (“nosotros”); y, por último, la esfera del arte o juicio estético que se refiere a cómo me expreso y qué es lo que expreso de mí, es decir, la profundidad del “yo” individual: sinceridad y expresividad.

Con Kant se produce una diferenciación del “yo”, del “nosotros” y del “ello”: ya no tenemos que seguir automáticamente las reglas y normas sociales, es decir, podemos normalizar las normas; lo que la Iglesia y el Estado dicen no es necesariamente lo bueno ni lo verdadero. A partir de estas tres diferenciaciones de Kant, se produce un problema central en la modernidad: ahora que la ciencia, la moralidad y el arte han sido diferenciados irreversiblemente, ¿cómo los integramos? Le siguió una época emergente que hizo temblar al mundo y, también, contribuyó a su construcción. Kant era consciente de ello, en especial, en su ensayo ¿Qué es la ilustración? Los pensadores postmodernos han fracasado en el intento de integración de esos tres mundos -ciencia, ego y moralidad-. Los temores de Kant, a día de hoy, siguen más vigentes que nunca. Kant previó los peligros de la diferenciación entre ciencia, ego y moralidad, y fue Marx quién describió la fragmentación del ego entre la “clase para sí” y la “clase en sí”. Estos dos conceptos, “clase en sí” y “clase para sí”, fueron postulados por Marx, y su utilidad es conocer el diferencial de conciencia entre una clase y otra. Marx lo explica así: “Las condiciones económicas han transformado la masa del país en trabajadores. La dominación del capital ha creado en esta masa una situación común, unos intereses comunes. Así, esta masa constituye ya una clase enfrente del capital (en sí misma, es decir: una clase en sí ). Sin embargo, una clase es para sí cuando toma conciencia de lo que la distingue de las otras clases; o sea, cuando adquiere conciencia de clase”.

Desde entonces va ganando el ego plutocrático frente al “nosotros” kantiano, desde entonces, el capitalismo ha machacado al ego hasta la extenuación. Sin embargo, tal camino es ya insoportable, el ego está herido de muerte y necesita una pronta sanación, cuyo bálsamo puede ser el saber y el amor vislumbrados por Carbonell. Porque la actual crisis no es solo social, económica y política, sino inherentemente de carácter filosófico, con profundas implicaciones existenciales, intelectuales y espirituales. Tras el surgimiento de la modernidad, teóricamente, cada ciudadano podría establecer sus metas en la vida según su propia voluntad pretendidamente racional. Pero dicha racionalidad, en la práctica, ha sido secuestrada por una minoría de monarcas, burgueses y plutócratas con la bendición de la Iglesia Católica. Y en esas estamos aún, sin embargo, es preciso denunciar todo ello mediante La educación cuántica como nuevo paradigma de conocimiento.
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nuevo mundo

DEL VIEJO AL NUEVO MUNDO

Este artículo es una reproducción del capítulo 7-4 de la primera parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Un punto de inflexión en dicha historia del pensamiento fue el “pienso, luego existo” cartesiano que insufló la conciencia histórica individual, luego devenida en la racional-modernidad hasta llegar al actual pensamiento único neoliberal: el ego plutocrático es quién manipula y dirige el mundo. Las consecuencias de ese primer renacimiento humanístico, no pueden ser más desastrosas, como demuestra esta artificiosa crisis sostenida sobre la mentira del dinero-deuda. Pero, lo más grave, es que el ego de las personas ha sido fragmentado y disociado de la colectividad, perdiendo de vista el verdadero sentido de la vida. No solo hay una crisis económica, social, política, intelectual y espiritual sino, eminentemente, una profunda crisis psicológica, en la que el ego está herido de muerte. El actual estadio de la noosfera (capitalismo) está destruyendo a la biosfera, una actuación contra natura. Así, la noosfera, en un proceso de autopoiesis (1) del “yo” (individualismo) al “nosotros” (comunitarismo), cambia de rumbo en el devenir de la historia: el “pienso, luego existo” como corolario racional del primero renacimiento humanístico, ahora, tiene su paradigmática evolución holística hacia el espíritu colectivo o “nosotros” kantiano como segundo renacimiento humanístico. Saber ello forma parte de un nuevo paradigma de pensamiento, pues implica la consciencia de haber aprehendido que no hay que vivir y pensar en el viejo mundo (ego), para hacerlo en el nuevo mundo (espíritu colectivo) .

Cambiar un paradigma de pensamiento no es tarea fácil, que se lo digan a Descartes, Kant, o el mismo Wilber. Se necesita años de investigación para hacer una aportación intelectual en orden a cambiar el pensamiento dominante: Descartes camufló sus reglas del pensamiento en el Discurso del método por recelo a la Santa Inquisición; Kant se enclaustró durante diez años para concluir su Crítica de la razón pura, y seis años más para obtener el correspondiente reconocimiento intelectual; Wilber se encerró durante otros tres años para escribir su Sexo, Ecología, Espiritualidad. Yo soy más lento, llevo toda mi vida. Pero es que, este sistema, se las trae, pues han escondido las reglas del juego mediante el secuestro de las leyes, el dinero, la ciencia, la educación y el sistema productivo, todo bajo una oligarquía globalizada al servicio de un eufemístico pensamiento único neoliberal; para el resto de la humanidad, pobreza y esclavitud. Hay días que dan ganas de llorar y tirar la toalla. Pero la vida sigue, y cada cual tiene que hacer aquello para lo cual se ha preparado, en mi caso, filosofar sobre la complejidad de nuestro mundo contemporáneo. A tal efecto, estoy totalmente de acuerdo con el filósofo francés Edgar Morin en que la humanidad se halla ante un pensamiento complejo y de difícil acceso para los inducidos ignorantes. Para colmar esa laguna cognitiva, La educación cuántica propugna un necesario revisionismo de la historia, la filosofía, la psicología y la educación, en suma, un repensar humano para salir del actual atasco civilizatorio desde que Kant diferenció la ciencia, el ego y la moralidad.


NOTA (1): La autopoiesis es un término de origen griego para aludir a la creación de sí mismo. Es un neologismo donde un sistema es capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo. Fue propuesto en 1972 por los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela, para definir la química de auto-mantenimiento de las células vivas. Una descripción breve sería decir que la autopoiesis es la condición de existencia de los seres vivos en la continua producción de sí mismos. Desde entonces el concepto ha sido también aplicado en los campos de la teoría de sistemas y la sociología, y ahora aquí como principio epistemológico aplicable al mundo de las ideas. Porque son las ideas las que dominan el mundo, y en ese sentido, la historia del pensamiento está dando un salto cualitativo como jamás visto en la historia. Que la razón deje de mirar la materia para dirigirse hacia el espíritu es un cuadro histórico que ya Platón nos iluminó con su alegoría del Mito de la caverna. Consecuentemente, la humanidad está replanteándose salir de la caverna para dirigirse hacia la luz, pero en ese camino será necesario una renovada pedagogía como pretende La educación cuántica.
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conciencia

CONCIENCIA DE SÍ PARA ALCANZAR LA FELICIDAD

Este artículo es una reproducción de los capítulos 5-5 y 5-6 de la segunda parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Conciencia de sí

Consecuentemente, lo que conviene hacer es ser muy consciente de nuestro doble como propone Garnier, o del Logos que, según Heráclito, nos habla y no sabemos escucharlo. Principalmente, porque no somos conscientes (recordemos los experimentos de Benjamín Libet) de que, desde nuestro subconsciente, surgen todas las órdenes en función de las creencias de cada cual para constituirse así en actos derivados de nuestros pensamientos con una directa repercusión en nuestra propia vida. Bien es conocido por la medicina la influencia de los pensamientos positivos o efecto placebo (amor, altruismo, solidaridad, empatía, etcétera) y negativos o efecto nocebo (odio, egoísmo, individualidad, rencor, etcétera) en la respuesta corporal y emocional (1). Entonces, ¿no va siendo hora de superar la visión materialista de la ciencia, limitada exclusivamente al ente corporal? ¿No es hora de que la ciencia, como propone Garnier, atienda a los aspectos mentales y sus reglas de funcionamiento?

En función de todo lo anterior, es necesario ser consciente que el pensamiento está sometido a la ley de la causa y el efecto (karma) y que, por lo tanto, cada persona es responsable de su libertad de pensamiento y acción en el devenir vital. La vida viene a ser como un libro abierto que hay que saber leer, pero que pocos consiguen. La conciencia, en esa labor existencial y cognitiva, siguiendo la ley de la polaridad, se manifiesta mediante la conciencia personal (egocéntrica) y la conciencia transpersonal (compasiva), neologismos que pertenecen propiamente a la filosofía transpersonal y la psicología transpersonal. Pero, para saber leer el libro de la vida, son necesarios dos mapas, a saber, el mapa sociológico y el mapa psicológico, el de ese mundo de ahí fuera y el de ese mundo de ahí dentro, el del viejo mundo moribundo y ese nuevo mundo por descubrir, el del racionalismo pragmático y el racionalismo espiritual. Dos mundos a nuestro alcance para que cada cual decida dónde y cómo vivir, pensar y amar. Dos visiones hermenéuticas presentadas como dinámica espiral en el capítulo El nuevo mundo. Saber ello es el camino hacia la felicidad, pues como sentencia Sócrates: “El saber es la parte principal de la felicidad”.

La felicidad

En la medida de que cada persona se empodere conscientemente de sí mismo en orden a dirigir libremente sus pensamientos y actos en beneficio de la humanidad, estará en el camino de la experimentación conocida como “experiencia cumbre” en la Pirámide de Maslow. Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano que se halla en la cima de las jerarquías de las necesidades humanas, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. En suma, alcanzar la felicidad. Porque, como aseverara Platón, “buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”. Entonces, inexorablemente, nuestra felicidad, según Platón, pero también Buda, Jesucristo, Garnier y Maslow, está condicionada a la de nuestros semejantes, es decir, a la humanidad como especie, y denominada como felicidad transpersonal en el constructo de La educación cuántica.

Consecuentemente, siguiendo a Heráclito y el principio de la polaridad, la felicidad se presente bajo dos nuevos contrarios: la felicidad personal (egocéntrica) y la felicidad transpersonal (compasiva). Así, la particularidad del pensamiento cuántico es que se hace consciente en toda persona con conciencia transpersonal y que supedita su felicidad personal a la de la humanidad. De ahí que los grandes avatares, filósofos, científicos, santos y mártires hayan puesto la cuestión del saber y del amor por encima de sí mismos. El pensador cuántico lee el pasado para poder comprender el presente y crear un futuro mejor. La historia de la cultura humana es la historia de hombres que se han atrevido a pensar más allá de su época, que han propuesto soluciones visionarias, que han luchado por la libertad y por el saber. Porque solo el saber puede hacer a los hombres seres verdaderamente libres. Como dijera el filósofo alemán Hegel: “La historia es el progreso de la conciencia de la libertad”. Hoy, más que nunca, esta decadente civilización está necesitada de una educación cuántica que libere al hombre de su esclavitud al racionalismo pragmático. Son tiempos de un racionalismo espiritual, de filosofía transpersonal, de un pensamiento cuántico en los términos explicados aquí porque, vuelvo a recordar en boca del filósofo griego Sócrates, “el saber es la parte principal de la felicidad”.


NOTA (1): Ya sea que esté luchando contra una enfermedad potencialmente mortal, que tenga una condición de salud “crónica” que la medicina occidental no ha sido capaz de curar, o que esté luchando contra los síntomas molestos que disminuyen su calidad de vida, o simplemente esperando para optimizar su energía, vitalidad y longevidad, hay pruebas científicas de que puede curarse a sí mismo.

Las cargas de los datos demuestran que la mente puede creer en sí misma también. En los ensayos clínicos, lo llamamos “el efecto placebo”. Los pacientes tratados con placebos no solo se sienten mejor, sino que ellos realmente saben que están mejor. Verrugas que desaparecen, se dilatan los bronquios, desaparecen inflamaciones, el crecimiento del cabello en las cabezas de los hombres calvos, úlceras que sanan, y otros fenómenos fisiológicos medibles.

También sabemos que puede ocurrir todo lo contrario, y la mente puede pensar en sí mismo como un enfermo, lo que los investigadores laman “el efecto nocebo”. Cuando los pacientes reciben inyecciones con solución salina y les dijeron que era quimioterapia, vomitaban y perdían su cabello.

¿Cómo suceden tales cosas? En su libro Mind Over: La prueba científica. Usted puede curarse, Lissa Rankin explica la ciencia que hay detrás de cómo un pensamiento o una emoción positiva o negativa en la mente se traducen en la reparación espontánea en el cuerpo.

Como resultado, el cuerpo se ha construido los mecanismos de auto-reparación que fijan proteínas dañadas, la reparación del ADN, los desequilibrios hormonales correctos, y engullen las células del cáncer, agentes infecciosos, y cuerpos extraños a los que nuestros cuerpos están expuestos a diario. Estos mecanismos explican las remisiones espontáneas que se reportan en la literatura médica de, aparentemente, enfermedades “incurables” como la etapa 4 del cáncer, el VIH, el hipotiroidismo, la diabetes, e incluso una herida de arma de fuego. Sin embargo, los pacientes a menudo se sienten impotentes para aprovechar estos mecanismos de auto-reparación naturales.

En ese libro, la Doctora Rankin enseña un proceso de seis pasos fundamentales científicamente que pueden seguir para optimizar la capacidad del cuerpo para dar la vuelta sus mecanismos de auto-reparación natural cuando el cuerpo se enferma. También enseña las herramientas para poner en práctica el poder de la mente, como la medicina preventiva, para aumentar la probabilidad de que un día morirá a “edad avanzada”, en lugar de morir demasiado joven como resultado de la desactivación de la capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo.

¿Lo que desactiva los mecanismos de auto-reparación naturales del cuerpo? Todos sabemos que el estrés es malo para el cuerpo. Pero, ¿entiendes cómo funciona eso? Los datos demuestran que el estrés se presenta en diferentes formas –el estrés de sentirse solo, el estrés laboral, estrés financiero, el estrés marital, estrés familiar, el estrés de sentimiento creativamente bloqueado o espiritualmente desconectado.

Independientemente de lo que desencadena qué tipo de estrés, esto desencadena una serie de pasos fisiológicos asociados con el hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y la respuesta de “lucha o huida” del sistema nervioso simpático. En otras palabras, si usted está estresado por el dinero, su matrimonio, o su trabajo, su cuerpo no puede saber la diferencia entre una amenaza percibida, tales como la quiebra inminente, y una quiebra real como ser perseguido por un león.

Pero aquí viene lo bueno. El cuerpo solo puede repararse a sí mismo cuando está en un estado de reposo fisiológico. Cada vez que el cuerpo piensa que es hora de “huir del león” (o cualquier amenaza percibida), se cierra la auto-reparación. Después de todo, ¿quién se preocupa por el mantenimiento a largo plazo como matar a las células cancerosas no deseadas si estás a punto de ser comido por un león?

EnMind Over: La prueba científica. Usted puede curarse, la Doctora Rankin nos describe acciones, ejemplos, no solo la prueba científica de que se puede curarse a sí mismo, sino también consejos para usar el poder de la mente para optimizar los mecanismos de auto-reparación naturales del cuerpo, para que la prevención de enfermedades y remisiones espontáneas no sean solo algo que ocurre al azar, sino algo que podríamos ser capaces de experimentar por nosotros mismos.

(Fuente: consejosdelconejo.com: La prueba científica de que podemos curarnos a nosotros mismos)
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IMAGINACIÓN

LA IMAGINACIÓN

Este artículo es una reproducción del capítulo 5-4 de la segunda parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Dicha importancia de la imaginación es contemplada en la Crítica de la razón pura de Kant, pues ocupa un lugar fundamental como condición de posibilidad del conocimiento. A primera vista, llama la atención que Kant no haya presentado en forma sistemática una doctrina explícita sobre la imaginación a pesar de adjudicar a esta facultad una función tan original en el conocimiento humano. La originalidad de la concepción kantiana de la imaginación reside básicamente en su función transcendental que debe realizarse según reglas universales y necesarias para cumplir una función válida en el conocimiento objetivo. Esto no solo significa que la imaginación deja de producir imágenes de manera caprichosa, sino que además se somete a reglas que no derivan de la experiencia. Por estar sometida a este tipo de reglas, la imaginación pertenece a la espontaneidad, que Kant considera como un elemento fundamental para el conocimiento de objetos. Ahora, esta imaginación, mediante La educación cuántica, debe dirigirse hacia el sujeto, a sí mismo, a la propia conciencia y sus inherentes reglas universales y necesarias, a decir de Kant. Y una de esas reglas es la causa y el efecto o karma, presente en la filosofía perenne, y demostrada por Garnier mediante la física cuántica gracias a su teoría del desdoblamiento del tiempo.
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PENSAMIENTO

EL PENSAMIENTO METAFÍSICO

Este artículo es una reproducción del capítulo 5-3 de la segunda parte de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA

Cada pensamiento es una energía que se presenta bajo dos polos: positivo o negativo. Toda persona está atrapada existencialmente entre el bien y el mal, es decir, puede libremente ser buena o mala persona y decidir el sentido de su vida en función de dicha primogénita elección moral en orden a satisfacer las necesidades humanas descritas en La pirámide de Maslow. En la base de dicha pirámide está la satisfacción de las necesidades básicas y de seguridad en el orden material. Sin embargo, el excesivo racionalismo pragmático está en el origen del actual declive civilizatorio que ha colapsado, no solo materialmente como lo demuestra este caduco capitalismo, sino también intelectual y espiritualmente desde el surgimiento de la física cuántica. La consecuencia de ello es que la educación tradicional del viejo mundo ha quedado obsoleta, pues solo contempla un modo de saber (método científico) en vez de integrar al otro modo de saber (el no-dual contemplado por el misticismo contemplativo) como integrador del hombre consigo mismo, la naturaleza y la especie humana. Consecuencia de ello, la educación academicista tradicional también está moribunda, como he argumentado en la primera parte de esta obra.

Como pretende La educación cuántica, el nuevo mundo debe contemplar una actualizada filosofía de la mente que tenga en cuenta el racionalismo espiritual como nuevo paradigma de conocimiento. La educación cuántica postula una pedagogía orientada al empoderamiento consciente de las personas, en línea con las escuelas activas, donde el ser humano no se vea fragmentado por la intoxicación del moribundo viejo mundo, y tampoco disociado de la colectividad. Para tal fin, cabe recordar nuevamente que la vida se nos presenta bajo los eternos contrarios: somos sujeto y objeto, y el correcto camino consiste en la trascendencia de esa dualidad, como bien ha aleccionado Wilber en el anterior capítulo. El viejo mundo ha fragmentado al individuo y ha disociado a la colectividad, pero también ha desintegrado los cimientos de la ciencia tradicional. Quizá en el nuevo mundo podamos integrar a la ciencia, la profundidad intelectual de las personas y la moralidad, como bien diferenció Kant mediante sus Tres críticas. Tal es el objetivo filosófico por excelencia perseguido por La educación cuántica. Quizá es hora de rescatar a la sabiduría griega en su aplicación pedagógica bajo un esotérico entendimiento, como han realizado Garnier y Wilber con Platón. Quizá haya que abandonar el pensamiento único neoliberal y su submarino intelectual el materialismo científico y, en su lugar, hablar de un pensamiento cuántico impelido hacia una trascendencia metafísica.

Así, como dice Garnier, hay que cuidar la pureza de los pensamientos, pues condicionan nuestro futuro, lo mismo que dijo Jesucristo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. En cuanto a la búsqueda de la verdad también dijo Jesucristo: “Así que yo les digo: pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá”. En consecuencia, cada cual debe ser consciente de su propio camino ascendente hacia la sabiduría, un camino difícil y tortuoso en el devenir de la historia humana que, Platón nuevamente, explicó metafórica y magistralmente mediante el Mito de la caverna.

Para progresar por ese angosto camino, se hace imprescindible conocer cómo actúa la ley subyacente al pensamiento. Se dice popularmente que el hombre aprende de sus errores y, ciertamente, así ha evolucionado la ciencia y la cultura humana. ¿Acaso ha llegado la actual civilización al súmmum de su evolución? Los hechos dicen que no. Todo lo contrario, la humanidad está necesitada de una educación cuántica que permita a las personas el empoderamiento de su propia conciencia para poder actuar en libertad y con conocimiento de causa, nunca mejor dicho. Solo así podrá la humanidad librarse de los actuales tiranos que esclavizan al planeta y sus habitantes. Por tanto, más que nunca, se hace necesario saber cómo opera el pensamiento cuántico.

Si cada pensamiento puede ser positivo o negativo, por la ley de la causa y el efecto también recogida por los siete principios del hermetismo y más popularmente conocido como karma, entonces debe producirse una consecuencia positiva o negativa, respectivamente, en la propia conciencia que genera dicho acto. En efecto, si nos atenemos a la ley del desdoblamiento del tiempo propuesta por Garnier, la causa y el efecto, la pregunta y la respuesta, se producen en tiempos diferentes. Y es nuestra imaginación la que posibilita los futuros deseados por cada cual. Cada uno da el mejor de los sentidos a su vida en función de sus propias creencias, acertadas o no. Cada cual imagina su mejor futuro posible. “Cada cual recoge lo que siembra”.
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