"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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VISIÓN LÓGICA Y TRANSRACIONALIDAD

Este artículo es una reproducción de las notas 96 y 97 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Extracto de la página 229:

Cuando la racionalidad llegue a dicha madurez, la humanidad alcanzará una perspectiva planetaria desde el siguiente paradigma en el orden histórico-temporal: la transracionalidad, lo que Wilber denomina visión centáurica-planetaria (1). Pero muchos serán los problemas a superar para que el paradigma del altermundismo dé paso al paradigma de la transracionalidad (2): la profunda brecha entre ricos y pobres, la ausencia de xenofobia y la definitiva instauración práctica de los Derechos Humanos. Será un estadio bastante duro para la humanidad pues habrá que reconsiderar todas las formas obsoletas de producción, así como todos los modos de interrelación entre la población mundial, pues la preservación de la vida o biosfera, será el común denominador para evitar la hecatombe. Para que la racionalidad se instale con mayoría de edad en la noosfera, la conciencia colectiva deberá transitar hacia una pedagogía con la mirada puesta en la conciencia transpersonal (esta es la finalidad pedagógica del presente ensayo). Cuando se logre afianzar el concepto socio-dinámico masa crítica de modo que, en la conciencia colectiva, predomine una mayoría de conciencias transpersonales, podrá entonces darse por iniciado el periodo de la transracionalidad. Será un momento cumbre para la humanidad, pues la racionalidad habrá conectado con la espiritualidad humana : será la culminación del segundo renacimiento humanístico, a saber, la integración simbiótica de las conciencias individuales en la conciencia colectiva. La noosfera emergerá desde su propia interioridad o racionalidad, cobrando cada vez más fuerza el paradigma de la transracionalidad.


NOTAS:

(1) La obra Sexo, Ecología, Espiritualidad de Ken Wilber (2005b) es un compendio de sabiduría científica y filosófica. En el capítulo 5 titulado La emergencia de la naturaleza humana, Wilber aborda la emergencia del Homo sapiens hasta la diferenciación de la biosfera y de la noosfera producida en Occidente aproximadamente en los siglos XVI y XVII. Según Wilber (p.207), “en otras palabras, con la diferenciación de la noosfera y la biosfera, la biología ya no determina el destino. Es decir, ya no lo determinaba necesariamente: las relaciones entre hombres y mujeres (y entre hombres y hombres) ya no estaban necesariamente dominadas por el pesado yugo de las diferencias y determinantes biológicos, la fuerza física y la reproducción”.

Prosigue Wilber (p. 215): “La diferencia principal entre la eco-devastación tribal y la moderna no es la presencia o ausencia de sabiduría, sino la presencia de medios más peligrosos, que utilizados con la misma ignorancia ahora pueden llegar a ser devastadores. Como veremos, nuestros enormes medios nos han llevado, por primera vez en la historia, a una disociación igualmente enorme entre la noosfera y la biosfera, y por tanto la cura no está en reactivar la forma tribal de ignorancia ecológica (deshacernos de nuestros medios), ni en continuar con la forma moderna de ignorancia (el mercado libre nos salvará), sino más bien en evolucionar y desarrollar una estructura de conciencia integradora que por primera vez integre biosfera y noosfera en una unión más alta y más profunda”.

A esa racionalidad en búsqueda de un planteamiento realmente planetario, universal o global, de naturaleza no coercitiva, da lugar a un tipo de conocimiento al que Wilber denomina “visión-lógica”. Según Wilber (p.233): “Cuando la racionalidad da todas sus perspectivas posibles, el conocimiento visión-lógica las suma en totalidad, que es simplemente el nuevo holón interno superior….En otras palabras, la visión lógica es un holón superior que opera sobre (y, por tanto, trasciende) a sus holones menores, como la racionalidad misma. La visión lógica, como tal, puede mantener en mente contradicciones, puede unificar opuestos, es dialéctica y no lineal (véase en ese sentido, a modo de ejemplo, la dinámica espiral propuesta por este pensador), y unifica lo que de otra forma serían nociones incompatibles, siempre y cuando se relacionen en un nuevo holón superior, negadas en su parcialidad pero preservadas en sus contribuciones positivas. Esto es lo que Hegel llamó “Razón” como opuesto a la “comprensión”. Esta es la causa por la que Hegel mantuvo que entre las características definidoras de la Razón (visión-lógica) estaba su capacidad de unificar opuestos y ver la identidad-en-diferencia. Como tal, Hegel fue uno de los primeros grandes filósofos de la visión-lógica, al igual que Schelling y Whitehead…la aprehensión explícita de la identidad diferenciada, “Razón no bifurcada” o visión-lógica, detrás de lo cual está lo transracional en su conjunto”.

A la visión del mundo o al espacio en el mundo de la visión-lógica la llama Wilber “existencial” o “centáurico”. El centauro es el animal mítico, medio humano y medio caballo, que Wilber toma como símbolo de la integración de cuerpo y mente, o biosfera y noosfera. Para Wilber, según sus propias palabras (p.235), “esta visión-lógica con su perspectiva centáurica del mundo, es la que, según mi criterio, representa la esperanza de la integración de la biosfera y la noosfera, la organización supranacional de conciencia planetaria, la cognición genuina del equilibrio ecológico, las formas no restringidas ni forzadas de discurso global, las formas no dominantes y no coercitivas de Estados federales, el flujo libre de intercambio comunicativo a nivel mundial, la producción de ciudadanos del mundo genuinos y la integración cultural de la individualidad femenina (por ejemplo, la integración del hombre y la mujer en la biosfera y la noosfera). Todo lo anterior, en mi opinión, no es sino la plataforma para las formas de conciencia superiores y transpersonales, que serían auténticamente interesantes y nos esperan en nuestro futuro colectivo; si es que llegamos a él”.

A dicha visión emergente, Jean Gebser la denominó como la mente integral-aperspectival que, según Wilber, es un término especialmente adecuado. La mente aperspectival, en otras palabras, es completamente holónica: contextos dentro de contextos dentro de contextos para siempre. Y, según Wilber, este mundo está en medio de los tortuosos dolores de parto de la emergencia colectiva de una nueva estructura de conciencia centáurica o visión-lógica, la mente integral-aperspectival. Así, en propias palabras de Gebser, las perspectivas del mundo egoico-racional son “reemplazadas por la expansión abierta del mundo abierto”, el “mundo aperspectival”: la culminación de la visión centrada en el mundo comenzó con la racionalidad y es completada por la visión-lógica. Pero, insiste Wilber (p.240), “la estructura integral puede integrar fisiosfera, biosfera y noosfera, que tiene el potencial de integrarlas. Depende de ti y de mi, de las acciones que realicemos cada uno de nosotros, que el potencial se actualice”. Consecuentemente, según Wilber (p.245), “hará falta un movimiento de visión-lógica de enorme poder integrador (integral aperspectival y universal-integral) para unir a todos los ciudadanos del mundo sobre una base centáurica: todos tenemos en común materia, cuerpo y mente (por no mencionar el Espíritu y un Yo anteriores a todo ello)”… “La transformación misma, está siendo construida en el corazón y la mente de aquellos individuos que están evolucionando hacia la visión centáurica-planetaria”… “La revolución, como siempre, vendrá desde dentro y se irá encajando en la forma externa”.

Todo lo anterior, según Wilber (p.249), apunta hacia un transnacionalismo: “Así, sin negar la importancia de los factores ecológicos, económicos y financieros en la transformación mundial, no olvidemos que todos ellos descansan, en última instancia, sobre la transformación correlativa de la conciencia humana: el abrazo global y la federación mundial solo pueden ser vistos, entendidos y puestos en práctica por individuos con una visión-lógica universal. Los nuevos recursos escasos incluirán no solo la escasez económico-material, sino también los recursos del significado de la vida, que ya no podrán ser hallados en uno mismo o en la tribu, raza o nación, sino que hallarán su contexto, su terapia, su omega y su liberación en el abrazo mundicéntrico a través del que circula la sangre de nuestra humanidad común y late el corazón único de un pequeño planeta que lucha por la supervivencia y anhela su liberación en un mañana más profundo y verdadero”.

A dicho transnacionalismo le corresponde un pluriculturalismo que debería trascender a los tribalismo mágicos basados en la sangre y el linaje étnico o el imperialismo mitológico, según Wilber (p.250): “remanentes del marxismo como “religión mítico-racional mundial”; fundamentalismos cristiano y musulmán que quieren convertir (obligar) al resto del mundo; misioneros mítico-religiosos con furia de proselitismo global; imperialismo económico-nacional cercano a lo mitológico por parte de los países desarrollados; y, sobre todo, la disolución de algunos de los modernos estados mítico-imperialistas en sus subholones tribales; una disolución bañada en sangre, lucha tribal y relaciones de parentesco a gran escala: la retribalización de grandes partes del mundo. Así, la mayor de las transformaciones a nivel mundial sería simplemente la adopción de la racionalidad global y de la tolerancia pluralista: la adopción de la racionalidad egoica en el camino hacia la visión-lógica centáurica”.

Para Wilber (p.251), “un multiculturalismo genuino no puede ser establecido tampoco por los “sentimientos” o “por la actuación desde el corazón”, porque mis sentimientos son solo míos, no necesariamente tuyos o de otro. Solo en el espacio del pluralismo racional se puede dar un lugar y una voz iguales a los distintos sentimientos, pensamientos y deseos. Desde esta plataforma de lo racional, es desde donde se puede alcanzar el estado siguiente, el verdaderamente integral-aperspectival (y universal-integral)”.


(2) La filosofía transpersonal, vuelvo a recordar, es una disciplina que estudia la espiritualidad y su relación con la ciencia, así como los estudios de la conciencia, sin embargo, es una actividad investigativa muy reciente en la historia del pensamiento (Wilber, 2005a). Con el surgimiento de las ciencias psicológicas y la “cuarta fuerza” de la psicología transpersonal, se ha iniciado un camino esperanzador de trascendencia de la conciencia egoica hacia la espiritualidad o “transpersonalidad”. Sin embargo, el término “transpersonal” no es todavía de dominio popular y menos aún su asunción académica para una futura educación generacional. No obstante, si la humanidad ha evolucionado de lo mítico a lo racional, como apunta Wilber (2005b: 617), estamos ahora situados en el filo de la percepción transracional. En dicho sentido, cabe destacar el artículo de Álvaro B. Márquez-Fernández y Zulay C. Díaz-Montiel (2011) La complejidad: hacia una epísteme transracional, cuyo resumen es el siguiente:

"En las ciencias sociales la crisis del paradigma positivista, es el resultado de su insuficiencia experimental para dar cuenta de la transformación de la experiencia del pensamiento en su interpretación de la realidad natural e histórica de la existencia. En la modernidad no fue posible consolidar un paradigma universalista que solo diera cuenta de espacios objetivados de la realidad a través de modelos racionales reduccionistas. Tal como lo señalan Morin, Najmanovich, Sotolongo-Codima Boaventura de Sousa, Reynoso, en sus postulados teóricos-metodológicos, cuando afirman que la experiencia del pensar racional es mucho más compleja y transdisciplinar, pues considera la realidad como un proceso en curso de estructuras que se recrean poiéticamente sin sujeción a causalidades predeterminadas. Esto es lo que explica, desde la perspectiva de una espíteme crítica, por qué las contingencias materiales de la experiencia racional y las formas de intercambios entre sistemas de diversa índole, le atribuyen al fenómeno del pensamiento una múltiple y transversal racionalidad a partir de la cual se desustantiva el mundo de los objetos y hace presente la subjetividad cognitiva del sujeto de pensamiento. Hacia ese inédito dominio de los procesos de la espíteme transracionales es que se orienta el pensamiento complejo como un momento de superación del positivismo."

Como objetivo ilustrativo de esta nota, destacamos la conclusión final de dicho artículo:

"Es necesario que esta riquísima cosmovisión que nos revela el aura de una nueva racionalidad para pensar y rehacer el mundo, se convierta en un programa transdisciplinar de investigaciones que logren desplazar nuestra experiencia deconstructiva de los fenómenos de la realidad en todos los órdenes del conocimiento hacia éticas epistémicas. La infinitud de formas posibles a las que apuntan las redes complejas de conocimiento, no es más que la posibilidad humana y natural de entender los ciclos y procesos de la vida en sentido generativo, nunca progresivo ni lineal."


BIBLIOGRAFÍA:

Márquez Fernández, Álvaro B.; Díaz Montiel, Zulay C. “La complejidad: hacia una epísteme transracional”. Telos, vol. 13, núm. 1, enero-abril, 2011, pp. 11-29. Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín Maracaibo, Venezuela.

Wilber, Ken. El espectro de la conciencia. Barcelona: Kairós, 2005a.

Wilber, Ken. Sexo, Ecología, Espiritualidad. Madrid: Gaia Ediciones, 2005b.
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EL OJO

EL OJO QUE TODO LO VE

Este artículo es una reproducción de la nota 90 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Extracto de la página 176:

Metafóricamente, es difícil ser maestro de orquesta de nuestra propia persona, principalmente, porque nuestro ego proyecta esa responsabilidad en los “líderes democráticos”: políticos, economistas, banqueros, etcétera, perdiéndose así el empoderamiento de la propia conciencia para crear nuestra propia realidad en libertad y con conocimiento de causa. La realidad está, entonces, idealizada de un modo piramidal como quieren y han conseguido los actuales plutócratas, véase el ojo que todo lo ve en el billete de un dólar (1) . Frente a ello, ¿qué salida hay?



NOTA (1):

Un artículo de Alejandro Martínez Gallardo (27-06-2015 en pijamasurf.com) titulado La misteriosa historia de cómo llegó el símbolo del ojo en la pirámide al billete de 1 dólar:

El símbolo del ojo en la pirámide que aparece en el reverso del billete de 1 dólar y en el Gran Sello de los Estados Unidos es posiblemente el símbolo esotérico más reconocido del mundo, asociado actualmente con todo tipo de conspiraciones. En realidad, este símbolo trasciende credos y filiaciones políticas y su origen se pierde en el tiempo entre la iconografía religiosa de todas las eras. Es, por supuesto, el Ojo de la Providencia, un símbolo utilizado por el cristianismo a lo largo de la historia. Guarda relación también con el Ojo de Horus, un símbolo que aparece en los complejos ritos fúnebres egipcios. Horus es el hijo de Isis y Osiris y simboliza la conquista de la muerte por parte de Osiris, que renace a través de él. Esta deidad solar pierde su ojo luchando contra Seth, pero luego Thoth (el Hermes egipcio) restaura este ojo, simbolizando la luz interior que debe desarrollarse para cruzar las regiones oscuras del Am Duat, el ultramundo. En términos generales, es un claro símbolo solar, ya que el ojo es concebido por la mayoría de las culturas como un sol microcósmico; y, también, un símbolo de la visión mística o de los estados de percepción más elevados que son alcanzados desarrollando lo que se conoce como el “tercer ojo”, ubicado comúnmente en la glándula pineal dentro de la anatomía esotérica.

En 1782 se decidió que el símbolo de un ojo sobre una pirámide truncada con 13 escalones fuera parte del Gran Sello de Estados Unidos; a esta imagen le acompañó la rúbrica en latín “Annuit Coeptis”, que se traduce como “aprueba nuestro comienzo” o “aprueba nuestra misión”, posiblemente queriendo decir: la providencia (el ojo en la pirámide) aprueba la fundación y el proyecto de nación; abajo dice Novus Ordo seclorum, una frase adaptada de Virgilio, que significa literalmente el “nuevo orden de los siglos”. En la otra parte del sello aparece un águila con una rama de olivo y 13 flechas (los estados originales). Esta águila, según dice Manly P. Hall, en un principio estuvo inspirada en un fénix renaciendo de sus cenizas.

El Gran Sello de Estados Unidos es el resultado de tres comités que se formaron desde 1776 con la intención de definir este símbolo. La base del símbolo, incluyendo el ojo en la pirámide y la leyenda en latín, fue ideada por Benjamin Franklin, Thomas Jefferson y John Adams, quienes recurrieron para el diseño al dibujante Pierre Eugene du Simitiere. Estos tres “padres fundadores” de Estados Unidos han sido vinculados con los masones de manera bastante contundente. Manly P. Hall, a quien consideramos una autoridad en estos temas, señala en su libro America's Assignment with Destiny que, en la época en que se redactó la constitución de Estados Unidos, 50 de 55 miembros del Congreso eran masones. El historiador Robert Allen Campbell cuenta en su libro Our Flag que un misterioso hombre conocido como “The Professor” tuvo un rol decisivo en la selección de la bandera estadounidense, ejerciendo gran influencia en Washington y Franklin. Hall cree que este hombre, de quien se dice que era vegetariano y tenía un refinado carácter, debía de ser un mítico maestro rosacruz, de quien también se dice que fue clave en la redacción de la Declaración de Independencia. Este es uno de los episodios más extraños de la historia de Estados Unidos, y quizás solo sea un mito para engrandecer la leyenda esotérica del “destino secreto de Estados Unidos”. De cualquier forma, no hay duda que para los fundadores de Estados Unidos la masonería y la simbología oculta eran importantes. Por ejemplo, en el George Washington Memorial Museum se muestra la indumentaria masónica de Washington, y se puede ver en su traje el símbolo del Ojo de la Providencia.

El símbolo del ojo en la pirámide tardaría cerca de 150 años en imprimirse también en el billete de 1 dólar y la historia de cómo llegó ahí no es menos fascinante. Fue la insistencia de Henry Wallace, secretario de Agricultura y Vicepresidente de Estados Unidos bajo Roosevelt, lo que llevó a este poderoso símbolo al papel de mayor circulación en el mundo. Wallace creía que Estados Unidos debía cumplir su destino divino y llevar al mundo a un nuevo y más alto orden bajo la ley del Gran Arquitecto. Por supuesto, Wallace también era masón. Sin embargo, curiosamente fue la influencia de otro místico, el pintor ruso Nicholas Roerich, la que probó ser decisiva en este caso.

Wallace quedó encantado por la refinación espiritual y los conocimientos esotéricos de Roerich, quien había trabajado con Stravinksy y otras personalidades del más alto nivel en el mundo del arte y la política, y quien era conocido en esa época por haber viajado en busca del mítico reino del cielo en la Tierra, Shambhala (en el que se basa la película de Capra sobre Shangri-La). En este lugar perdido cerca de los Himalayas supuestamente hay una ciudad de maestros ascendidos en la que reina la Gran Hermandad Blanca. La pintura de Roerich refleja los mitos y paisajes de este nodo espiritual planetario.

La amistad esotérica de Wallace y Roerich los llevó a celebrar reuniones en el penthouse del museo del pintor ruso en la ciudad de Nueva York (a cuya inauguración habían asistido jefes de estado, Einstein, Tagore, etc.). Se dice que a estas reuniones asistieron entre otros el presidente Roosevelt, que quedó muy impresionado con Roerich, y el historiador hermético Manly P. Hall, quien fundara la Philosophical Research Society, en cuyas instalaciones podemos ver una estatua de Roerich y una de Blavatsky.

Fue la recomendación de Roerich de que pusieran el símbolo del “Ojo que todo lo ve” dentro de la pirámide incompleta en una moneda, lo que llevó al entonces secretario de Agricultura, Henry Wallace, a mostrarle la imagen del Gran Sello al presidente. Wallace escribe en una carta:

"Mientras Roosevelt veía una reproducción a color del Sello lo que primero le llamó la atención fue el “Ojo omnividente”, una representación masónica del Gran Arquitecto del Universo. Luego le impresionó la idea de que la fundación de un nuevo orden de las edades había sido sentada en 1776 pero sería completada solo bajo el Ojo del Gran Arquitecto. Roosevelt, como yo, era un masón grado 32. Sugirió que en vez de una moneda, pusiéramos el símbolo en el billete de 1 dólar."

Roosevelt no solo era masón, era miembro de la sociedad secreta de los “Shriners” (Ancient Arabic Order of Nobles of the Mystics Shrine). En la inscripción Novus Ordo Seclorum, Roosevelt vio una analogía con su “New Deal”, el Nuevo Trato lo que podía verse como sinónimo de Nuevo Orden.

La confianza y la injerencia de Roerich en Wallace y quizá en Roosevelt estaban fincadas en su promesa de obtener la “piedra del destino”. En una serie de cartas en las que llamaba a Roerich “gurú” y que más tarde serían filtradas por la prensa, afectando su carrera política, Wallace escribió:

"He pensado en la advertencia de “Espera la Piedra”. Esperamos la Piedra y te recibimos otra vez con los brazos abiertos a esta gloriosa tierra del destino."

Esta piedra del destino es la también llamada Piedra Chintamani, la cual legendariamente fue traída del cielo y entregada al Rey del Mundo en Shambhala, Sanat Kumara, según la teosofía. Otras versiones cuentan que esta piedra cayó de un meteorito y confiere a quien la tiene poderes especiales. En otra carta Wallace le escribió a Roerich:

"La búsqueda, ya sea por la palabra perdida de la masonería, el Santo Grial o el potencial del porvenir, es un objetivo supremamente valioso. Todo lo demás es deber kármico. Pero seguramente todos somos un potencial Galahad. Así que esmerémonos por el Cáliz y la llama arriba de él."

Nicholas Roerich sostuvo haber encontrado la piedra y por algún tiempo viajó con ella por el mundo, aparentemente exaltado por los poderes psíquicos de la piedra. Se sabe que las expediciones de Roerich por Asia en busca de Shambhala cubrieron más de 25 mil km de 1923 a 1928. Sus pinturas y crónicas de las montañas de Nepal y del desierto de Gobi contribuyeron a mitificar la existencia de esta tierra imaginal, tierra pura de luz, el lugar deseado por todo místico. Se dice que Roerich llevó al Tíbet la piedra Chintamani, para reunirla con su piedra madre, una enorme joya, en el corazón de Shambhala. En este punto la historia se complica y entramos ya a una niebla metafísica, en la que es difícil saber si esta historia es parte de una narración sobrenatural, de una gigantesca fantasía o de una arcana alegoría que no logramos del todo comprender por no estar iniciados.

En la piedra, según cuenta Roerich, yace la siguiente inscripción (traducida del sánscrito):

Through the Stars I come. I bring the chalice covered with the shield. (A través de las estrellas he venido. Traigo el cáliz cubierto con el escudo).

Existen serias dudas sobre si Roerich habría llegado o no a Shambhala -donde los mahatmas habían fundado su ciudad etérica según la teosofía- o si solo accedió a Shigatse, por cuyas cuevas, se dice, se asciende a Shambhala y en donde estudió Blavatsky. Existe posiblemente una contradicción en buscar un lugar que supuestamente yace en otro plano con un largo viaje material, aunque quizás la justificación es que la entrada a ese plano de conciencia elevada era facilitado por un proceso material o que en cierto lugar existe una superposición de planos y una percepción aguda puede, solo en ese sitio, alcanzar a vislumbrar esta ciudad del más grande y sutil esplendor.

Roerich regresó a Asia en representación de la Secretaría de Agricultura de Estados Unidos en 1934, oficialmente para recolectar hierbas y hacer un compendio botánico de la medicina tradicional de la misma región a la que había peregrinado años antes en busca de Shambhala. Aquí se mezclan las historias, puesto que también se dice que su viaje tenía como finalidad traer la piedra del destino a Estados Unidos (o al menos eso es lo que creía Wallace). Wallace, de manera controversial para su carrera política, financió estos viajes (lo que acabaría costándole caro, como menciona un artículo del New York Times). En 1933 se había impreso el nuevo billete de dólar con el ojo en la pirámide truncada, siguiendo la recomendación de Roerich. La inclusión de este poderoso símbolo en el billete del dólar ha generado una impronta en todo el planeta, reflejando un misterioso designio y convirtiéndose en el emblema de numerosas teorías de la conspiración, la mayoría de las cuales se reúnen bajo el nombre paraguas de los Illuminati, la sociedad secreta fundada curiosamente también el mismo año de la Declaración de Independencia, en 1776, en Bavaria, por Adam Weishaupt. El símbolo del ojo en la pirámide, la leyenda del nuevo orden mundial y el águila-fénix en el dólar son una constelación de símbolos centrales en la época reciente a lo que podemos llamar la historia secreta de este eón; una oscilación confusa entre lo que parece ser un verdadero misterio esotérico (con sus claves iniciáticas) y una enorme cantidad de desinformación que ha desvirtuado y empantanado la posibilidad de acceder a la verdad, al menos para cualquiera que se acerca a esto sin contar con información privilegiada.

En 1935 los fondos se Roerich fueron retirados, al parecer Wallace se había desencantado de su gurú. Demasiado tarde puesto que eventualmente le costaría el apoyo de su partido para la candidatura a la presidencia -la cual más tarde emprendió por el Partido Progresista con un rotundo fracaso. Roerich, sin embargo, logró establecer el Roerich Peace Pact en 1935, un pacto que obliga a las naciones a respetar museos, catedrales, librerías y universidades de la misma manera que se hacía con los hospitales; más tarde sería aceptado por las Naciones Unidas.

La piedra Chintamani, en la tradición budista, es considerada como una piedra capaz de conceder cualquier deseo, una joya (mani) filosófica. Se dice que la piedra cayó del cielo durante el reino de Lha Thothori Nyantsen. Existe todo tipo de especulaciones en torno a un supuesto origen extraterrestre (se habla de la estrella Sirio), al igual que numerosas asociaciones entre esta piedra y el Santo Grial (el lapis exilis) o la piedra filosofal de los alquimistas. Sobra decir que aquí se mezclan metáforas y alegorías filosóficas con interpretaciones literales. Un conocimiento preciso sobre la verdadera naturaleza de esto último -de la piedra, de Shambhala y el secreto de las naciones- va más allá de lo que podemos encontrar investigando someramente y quizás sea imposible de dilucidar a través de la investigación bibliográfica. Probablemente requiera del desarrollo del mismo símbolo utilizado en el billete de 1 dólar, de ese ojo omnividente que logra penetrar los misterios.
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METAFÍSICA

LA METAFÍSICA: EL MODO DE SABER TRASCENDENTAL

Este artículo es una reproducción de la nota 88 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Extracto de la página 169:

El reduccionismo psicológico, en sentido positivista, no es capaz de dar razones sobre ese verdadero sentido de la vida, pues deja de lado la visión espiritual inherente al ser humano, una cuestión que pertenece propiamente a la metafísica (1). En filosofía, la metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto (“cuando emite un juicio sintético sobre un asunto”) que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado sensiblemente por el ser humano. Algunos filósofos han sostenido que el ser humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica. Kant la calificó de “necesidad inevitable”. Arthur Schopenhauer incluso definió al ser humano como “animal metafísico”. ¿No es la metafísica el modo de saber trascendental?



NOTA (1):

Con la constatación heideggeriana de que “todo comprender es comprenderse”, cabe destacar el papel positivo de la subjetividad en la hermenéutica, lo cual implica distinguir la subjetividad metafísica de lo que sería el ser humano individual, al que no se opone la hermenéutica (González y Trías, 2003:26-27). La metafísica, aunque problemática, es inevitable: el ser “humano” (cualquier ser con determinado grado de consciencia) es un ser metafísico, y la desaparición de la metafísica solo es posible con la desaparición del humano (o vivos semejantes de otros planetas). Una de las características del siglo XX ha sido la crítica sin contemplaciones a este tipo de filosofía eterna y sistemática que asociamos al término metafísica. Y, sin embargo, nada más actual que las cuestiones metafísicas. No hay manera de evitar que una y otra vez vuelva ese tipo de preguntas primeras sobre Dios, el hombre o el mundo, que quieren saber qué es lo que podemos conocer, qué es lo que debemos hacer o qué es lo que nos cabe esperar (Negrete, 2015).

BIBLIOGRAFÍA:

González, J. y Trías, E. Cuestiones metafísicas . Madrid: Editorial Trotta, 2003.

Negrete, Juan Antonio. De la Filosofía como Dialéctica y Analogía. Madrid: Apeiron Ediciones, 2015.
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filosofia

LA COMPLEJIDAD DE LA FILOSOFÍA

Este artículo es una reproducción de la nota 85 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Extracto de la página 154:

Muchos pensamos que el capitalismo como ideología dominante está próximo a su fin, pero ello solo se llevará a cabo si hay un pensamiento alternativo suficientemente edificado epistemológica, filosófica, psicológica, social y educacionalmente (1). En suma, un pensamiento alternativo al actual y eufemístico pensamiento único neoliberal (Martos, 2017), porque la lucha por la vida es la lucha por las ideas y, en la actualidad, los ricos llevan ventaja como bien se jactó Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del planeta: “Hay una lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la clase rica, la que hace la guerra y estamos ganado”. Más claro, imposible. ¿Qué hacer? La educación cuántica., amigos lectores…


NOTA (1):

La complejidad de la filosofía es de tal magnitud que, ni en las universidades ni en los estudios secundarios, hay una metodología para abordar el estudio de la historia del pensamiento de modo que el educando pueda entresacar un esquema básico para aprehender un pasado que le permita comprender su presente y, consecuentemente, decidir sobre su futuro con conocimiento de causa. Mi obra Una filosofía alternativa al capitalismo (Martos, 2017) tiene como motivación intentar erradicar la complejidad de la filosofía, de modo que, el estudiante disponga de una guía para entresacar el esqueleto cognitivo del embrollo filosófico que ha predominado en la historia de la filosofía occidental. He aquí el resumen de dicha obra:

Esta obra aborda la historia de la filosofía occidental desde los dualismos de la filosofía griega hasta la “rígida estructura” dualista entre sujeto y objeto que colapsó con el surgimiento de la física cuántica. El dualismo por antonomasia de la filosofía occidental son los ascendentes que aspiran a un cielo que no es de este mundo (religiones) y los descendentes que orientan la razón hacia el mundo de los sentidos (materialismo científico). Esa fractura dualista entre los ascendentes y los descendentes está en el origen de la falta de integración entre la conciencia (yo), la naturaleza (ello) y la moral (nosotros) desde que estas tres esferas fueron diferenciadas por Kant mediante sus Tres críticas.

Con el surgimiento de la razón en la edad moderna y el posterior capitalismo, la realidad histórico-social ha devenido en una deconstrucción del “nosotros” en “yoes” egocéntricos y, así, la realidad socio-psicológica ha concluido en una fragmentación de la conciencia individual y su disociación de la conciencia colectiva: ahí reside el gran fracaso epistemológico de la filosofía occidental. Para revertir ese colapso del Kosmos, Ken Wilber mediante su teoría de los cuatro cuadrantes, nos ilustra para salvar dicho abismo cultural, la crisis medioambiental y entrever la futura evolución del mundo mediante una intuición moral básica.

Ken Wilber, considerado como el “Einstein de la conciencia”, nos alumbra sobre dos modos de saber -racionalidad versus espiritualidad-, y nos permite vislumbrar una integración entre la epistemología de lo conmensurable y la hermenéutica de lo inconmensurable como condición para trascender los viejos paradigmas de la humanidad hacia nuevos paradigmas sustentados en la filosofía transpersonal como disciplina que estudia la espiritualidad y su relación con la ciencia así como los estudios de la conciencia.

Así, la filosofía transpersonal se constituye en una filosofía alternativa al capitalismo y en un fundamento epistemológico para una educación transracional que implemente la razón con el corazón pues, el saber sin amor, es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo.

BIBLIOGRAFÍA:

Martos, Amador. Una filosofía alternativa al capitalismo. España: Amazon, 2017.
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PENSAMIENTO OCCIDENTAL

LA DEGENERACIÓN DE LA HUMANIDAD

Este artículo es una reproducción de la nota 84 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Extracto de la página 148:

El rígido e inamovible dualismo que ha dominado el pensamiento occidental ha sido resquebrajado con el surgimiento de la física cuántica y, desde entonces, la filosofía transpersonal y psicología transpersonal remiten al estudio del Ser ( Martos, 2017), es decir, hay que filosofar en más profundidad pues los actuales conocimientos adquiridos por la humanidad están en manos de peligrosos psicópatas (Navarro, 2012) que solo buscan expoliar el planeta y degenerar a la humanidad (1). Dicho de otro modo, el actual estadio de cognición de la humanidad, en un gran bucle temporal como diría Hegel, retrocede sobre sí mismo para descubrir que la racional-modernidad ha tocando fondo en su dialéctica materialista. No lo aguanta ya nadie: ni las personas, ni los pueblos, ni el planeta. Es una crisis de pensamiento en toda regla. La pregunta que planea en la desesperación de los pueblos que sufren la estafa de los plutócratas es: ¿qué hacer?

NOTA (1):

El periodista Rafael Palacios (Rafapal), con quien tuve el placer de compartir mesa de debate acerca de la reunión del Club de Bilderberg en Sitges (España) en el año 2010 es, a mi humilde entender, el que más enfoque ha puesto sobre la degeneración moral y cultural de la humanidad por parte de los peligrosos psicópatas que gobiernan al mundo desde el “estado profundo”, más allá y por encima de los pretendidos gobiernos democráticos. Las obras de Rafapal son un perseverante trabajo de denuncia acerca de la manipulación cultural por partes de las élites, cuyo único objetivo es degenerar a la humanidad:

-Cómo nos robaron la salud, el dinero, el amor y el tiempo (Palacios, 2011a), como una conspiración desde la historia.

-La conspiración del movimiento gay (Palacios, 2011b), como apoteosis de la guerra de sexos.

-Ingeniería social para destruir el amor (Palacios, 2012), cómo los hombres y mujeres de los siglos XX y XXI fueron coaccionados a enfrentarse mediante un sutil lavado de cerebro compuesto de medias verdades, datos censurados y flagrantes mentiras, una ciencia de la manipulación mental más conocida como “ingeniería social”.

-La historia secreta de Hollywood (Palacios, 2014), donde ficción y realidad son dos caras de la misma moneda.

-El asesinato de la música (Palacios, 2015), donde analiza las muertes de los artistas en plena juventud y su relación con la industria musical y el poder.

BIBLIOGRAFÍA:

Martos, Amador. Una filosofía alternativa al capitalismo. España: Amazon, 2017.

Navarro, Vinçens. Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero. Barcelona: Espasa libros, 2012.

Palacios, Rafael. Cómo nos robaron la salud, el dinero, el amor y el tiempo. Madrid: Mandala ediciones, 2011a.

Palacios, Rafael. La conspiración del movimiento gay. Madrid: Mandala ediciones, 2011b.

Palacios, Rafael. Ingeniería social para destruir el amor. Madrid: Mandala ediciones, 2012.

Palacios, Rafael. La historia secreta de Hollywood. Madrid: Mandala ediciones, 2014.

Palacios, Rafael. El asesinato de la música. Madrid: Mandala ediciones, 2015.
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INTERNET

EL CONTROL DE INTERNET

Este artículo es una reproducción de la nota 80 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Extracto de la página 133:

El racionalismo pragmático ha tocado fondo, principalmente, porque el egocentrismo ha predominado en la conciencia de clase (ricos), y los demás (pobres) no han sabido ejercer su fuerza racional y moral de modo colectivo hasta la aparición de las modernas telecomunicaciones, las cuales se han convertido en el objetivo para una guerra sin cuartel por el control de la noosfera por parte de los mismos que han controlado el dinero (1) . En términos de Marx, la clase rica le va ganado la partida a la clase pobre, y la única solución para estos desgraciados, pasa por la unión del “nosotros” kantiano, la solidaridad social, la empatía y el cuidado de la naturaleza, en suma, requiere El nacimiento de una nueva conciencia, como bien apunta Carbonell (2007) mediante el saber y el amor, un racionalismo espiritual como nuevo paradigma de conocimiento.

NOTA (1):

Josep Ibáñez es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Sus principales ámbitos de interés científico son la economía política internacional, la teoría de las relaciones internacionales y el análisis de la política exterior. Un resumen de su obra El control de Internet. Poder y autoridad en los mercados electrónicos (Ibañez, 2005):

Las transformaciones experimentadas por el poder y la autoridad en el ámbito de los mercados electrónicos están vinculadas a uno de los fenómenos más significativos de las últimas décadas: el cambio político, económico y social operado por las tecnologías de procesamiento de la información y la comunicación. Más allá de la dimensión técnica del ciberespacio, el control de internet ha respondido a valores, intereses y objetivos que se sitúan en una dimensión que trasciende las fronteras geográficas y políticas de los Estados. A través de un estudio que se basa en un concepto amplio de política para demostrar que los fenómenos aparentemente económicos -como es el comercio electrónico en internet- son esencialmente políticos, puesto que afectan a la distribución mundial del poder y la riqueza, esta obra identifica los riesgos y analiza los efectos de la delegación de funciones por parte de las autoridades públicas en actores privados en este terreno. Así, el autor extrae de sus conclusiones una agenda político-social y adopta un posicionamiento abierto a favor de la recuperación de internet como espacio público, abierto, libre y gratuito en contra de su actual evolución como espacio privado, cerrado, controlado y de pago.

BIBLIOGRAFÍA:

Carbonell, Eudald. El nacimiento de una nueva conciencia. Barcelona: Ara Llibres, 2007.

Ibañez, Josep. El control de Internet. Poder y autoridad en los mercados electrónicos. Madrid: La catarata, 2005.
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historia

LA MANIPULACIÓN DE LA HISTORIA

Este artículo es una reproducción de las notas 76, 77 y 78 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Extracto de la página 118:

Nuestra memoria ha sido escrita y programada por los poderes fácticos (1) quienes han establecido una jerarquía plutocrática: es el robo más grande de la historia que ha consistido en el secuestro del pensamiento crítico y la libertad de los ciudadanos, como demuestra la mal llamada Transición “modélica y pacífica” española (2), donde los herederos franquistas junto a la clase burguesa se han apoderado de la vida pública y política a costa de la ignorancia de un pueblo que ha perdido su propia conciencia de clase, hasta las personas se han perdido a sí mismas como evidencia esta profunda crisis mediante los crecientes suicidios (3). Tal es el resultado de una Transición ideológicamente manipulada desde los poderes fácticos con los grandes bancos a la cabeza.


NOTAS:

(1) Eric Frattini (2017) en su obra Manipulando la historia, nos ofrece un recorrido por la historia contemporánea a través de operaciones organizadas por los estados, servicios secretos y lobbies para manipular el curso de la Historia a favor de sus propios intereses.

El hundimiento del acorazado Maine, que desató la guerra de Cuba entre España y Estados Unidos; los intentos de derrocar a Fidel Castro; las dudas sobre si el ataque a Pearl Harbor pudo evitarse; las maniobras contra Vietnam del Norte por parte de Estados Unidos; los atentados atribuidos a los comunistas para minar su influencia en Europa son, entre otras muchas, algunas de las operaciones que, orquestadas desde el poder, han dado un giro a la historia. El libro de Eric Frattini, apoyado en documentos desclasificados e imágenes de los protagonistas y acontecimientos más significativos, nos descubre las principales operaciones de falsa bandera del mundo contemporáneo.

(2) La historia oficial ha difundido una versión idílica de la Transición, un periodo en el que supuestamente se han reconciliado vencedores y vencidos a la par que se sentaban las bases para una verdadera democracia. Memoria oficial, memoria dominante, memoria construida por y para el poder establecido: una visión aparentemente unánime, monolítica, que no obstante, ve como crecientemente se alzan voces que discrepan. A escala mundial, sin embargo, la Transición se ha tomado como ejemplo de un sereno cambio de régimen, un proceso ideal capaz de servir de modelo en cualquier parte del orbe. En Mitos y mentiras de la Transición (André-Bazzana, 2006) no se pretende formular una denuncia ni condenar las manipulaciones que pudieron hacerse de la historia. De lo que se trata es de comprender los mecanismos de selección que intervienen en la construcción de la memoria de una comunidad, estudiando las razones de la idealización del pasado y de la utilización de la historia en política. Para ello, no se procede aquí a una nueva interpretación de la Transición, sino a una reconstrucción de los acontecimientos y al estudio de los efectos políticos que pudieron tener y que siguen teniendo las representaciones que se construyen en torno a este periodo. Y en el centro de esta obra se plantea la propuesta siguiente: la imagen que conservamos de la Transición es un mito político de gran poder, a tal punto que desde hace casi treinta años se viene manteniendo y utilizando cuidadosamente de acuerdo a las necesidades del presente.

(3) Cada día 10 personas se quitan la vida en España. Es la primera causa de muerte no natural en nuestro país, por delante de los accidentes de tráfico. Un total de 3.910 personas (2.938 hombres y 972 mujeres) falleció por este motivo durante 2014. Es un 20% más que lo que se registró en 2007, antes de la crisis económica, y la cifra más alta alcanzada en los últimos 25 años, que es cuando se tienen registros (en la década de los 80 se contabilizaban poco más de 1.500 suicidios al año).

Manuel Herrera, profesor de Sociología de la Universidad de Granada, opina que “probablemente el contexto de crisis puede haber influido, en cuanto que buena parte de las ilusiones de un grupo muy importante de la población se han visto afectadas y recortadas”. Se da la circunstancia de que, si analizamos los datos por franjas de edad, uno de los mayores incrementos que se han producido entre 2007 y 2014 corresponde a los que tienen alrededor de 50 años. Los suicidas de esta generación han aumentado un 38% durante estos años.

El psiquiatra Luis de Rivera, director del Instituto de Psicoterapia de Investigación Psicosomática de Madrid, afirma que la crisis sí que ha influido en los suicidios. “El propio Durkheim ya decía que en las épocas históricas en las que habita el desconcierto y la crisis, aumenta el suicidio. En España estamos ahora mismo en una situación muy parecida a la que describe Durkheim: no es sólo el factor económico, sino también la ruptura de creencias y convicciones básicas. Se ha roto, por ejemplo, la certeza de que, si teníamos una carrera universitaria, íbamos a vivir muy bien”, reflexiona. “Hay un problema de desorganización social y cultural y las cosas han dejado de ser como creíamos que eran. El ser humano necesita estar seguro de lo que hace, tener creencias claras... En España hemos tendido a equiparar la seguridad psicológica con la seguridad económica y, en aras a eso, hemos sacrificado muchas cosas, como las relaciones familiares o el bienestar personal. Ahora nos encontramos con que esos sacrificios han sido inútiles”, añade.

Esta tesis es sustentada por un estudio realizado por la Generalitat de Cataluña en 2014 que dice que las hospitalizaciones por intento de suicidio han crecido en esta comunidad autónoma debido a la crisis, al igual que han aumentado los problemas de salud mental, sobre todo en las personas sin empleo, y se ha disparado el consumo de tabaco en los hombres, especialmente entre aquellos que hace más de un año que están en paro. (Fuente: elmundo.es, 30-03-2016: El número de suicidios crece un 20% desde el inicio de la crisis económica).

BIBLIOGRAFÍA:

André-Bazzana, Benedicte. Mitos y mentiras de la Transición. Mataró: Intervención cultural, 2006.

Frattini, Eric. Manipulando la historia. Barcelona: Temas de hoy, 2017.
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Conciencia

TESIS DOCTORAL DE IKER PUENTE: COMPLEJIDAD Y PSICOLOGÍA TRANSPERSONAL: CAOS, AUTOORGANIZACIÓN Y EXPERIENCIAS CUMBRE EN PSICOTERAPIA.

En el año 2014 tuve el privilegio de asistir a la defensa de la Tesis Doctoral de Iker Puente, titulada Complejidad y psicología transpersonal: caos, autoorganización y experiencias cumbre en psicoterapia. Y no solo fue un privilegio, sino un honor haber conocido a Iker Puente, pues su Tesis Doctoral es una referencia para toda aquella persona interesada en el marco teórico del pensamiento sistémico y las ciencias de la complejidad: permite un acercamiento y una comprensión a la revolución desde la física clásica (Copérnico, Kepler, Galileo, Newton, Einstein, entre otros) a la física cuántica (Plank, Bohr, Schödinger, Einsenberg) que llevaron a consideraciones filosóficas, del misticismo y del estudio de la conciencia (Capra, Chew, Pribam, Bohm, Grof).

Dicha evolución paradigmática en el ámbito de la física, tuvo como consecuencia el abordaje del pensamiento sistémico y la complejidad (Morín, Munné, Capra Grof, Smuts, Koestler) así como la derivación del estudio de las ciencias de la complejidad (teoría del Caos, teoría de la Geometría Fractal y teorías de la autoorganización en la psicología), lo cual llevó consecuentemente al estudio del recorrido histórico a través de la psicología y sus diversos autores y teorías: desde los filósofos griegos, pasando por Descartes, hasta James Mill, John Stuart Mill, la filosofía de Brentano, la fenomenología de Husserl, la emergencia de la psicología científica con Wundt, James, la psicología de la Gestalt, el psicoanálisis, el conductismo, la psicología humanista y, finalmente, la psicología transpersonal.

Con la psicología transpersonal, se recuperan las pincipales influencias históricas: el misticismo occidental, las tradiciones espirituales de oriente, la filosofía perenne, el chamanismo, la investigación psicolítica y psiquedelica, hasta llegar a los conceptos básicos acerca de los estados de la conciencia y la espiritualidad (Maslow, Grof, Wilber, Almendro, Fericgla, Cloninger).

Se llega, así, a las perspectivas de la psicología transpersonal y a las investigaciones sobre los estados modificados de conciencia, como son la meditación, la terapìa psiquedelica y la respiración holotrópica, holorenica y la catarsis.

Obviamos en esta breve presentación la investigación empírica de la Tesis Doctoral de Iker Puente, por su extensión y tecnicismos, pero invito al lector interesado a incursionar cognitivamente en esta amplia panorámica del conocimiento desde una perspectiva histórica y científica. Pienso que es una tesis pionera en el panorama intelectual y académico español, que alumbrará las mentes de las futuras generaciones en el estudio de la psicología transpersonal,
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cuatro cuadrantes

LOS CUATRO CUADRANTES DE KEN WILBER

Este artículo es una reproducción de la nota 70 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Extracto de la página 110:

Wilber, en un magistral sistema de pensamiento más conocido por su teoría de los “cuatro cuadrantes (1) , aúna la racionalidad pragmática occidental con la filosofía oriental. Con ese giro copernicano del entendimiento, se posibilita el camino interior obviado por la sociedad occidental; un camino interior que es susceptible de ser potenciado mediante la meditación y cuya expresión por antonomasia se manifiesta a través de la compasión (Martos, 2016). La educación cuántica propuesta aquí tiene razón de ser en dicho contexto intelectual ignorado académicamente y que requiere una rehabilitación histórica. De ahí que la historia deba ser sometida a un revisionismo social, intelectual, educacional, filosófico y espiritual, como pretende La educación cuántica. Sucintamente, veamos ese discurrir de la historia desde el surgimiento del racionalismo hasta el actual caos civilizatorio.


NOTA (1):

Ken Wilber sostiene que todo fenómeno humano consta de cuatro facetas y no puede ser íntegramente comprendido si no se abordan las cuatro. El fundamento de estas cuatro vertientes de la realidad tiene que ver con los aspectos exterior e interior y sus formas individuales y colectivas. Los cuatro aspectos que se deberían estudiar para comprender todas las cosas serían entonces: lo interior-individual, lo exterior-individual, lo interior-colectivo y lo exterior-colectivo.

Lo interior-individual: Es la experimentación del pensamiento en sí, con los símbolos, significados e imágenes mentales relativas. Este cuadrante trata de la verdad subjetiva, de la belleza, del arte. Es el cuadrante del mundo intencional. Su lenguaje es en primera persona del singular (yo), y su criterio de validez es la veracidad (este cuadrante del “yo” fue diferenciado por Kant (2006a) mediante su obra Crítica del juicio).

Lo exterior-individual: Mientras se vivencia el pensamiento, están ocurriendo una serie de cambios en el cerebro como ser, secreción de dopamina, aparición de acetilcolina permitiendo la transmisión del impulso nervioso en el espacio intersináptico, etc. Dichos hechos pueden ser empíricamente observables desde el exterior, utilizando, por supuesto, el equipamiento tecnológico apropiado. Este cuadrante trata de la verdad objetiva de la ciencia. Es el cuadrante del mundo del comportamiento. Su lenguaje es en tercera persona (ello), y su criterio de validez es la precisión de la descripción: coincide lo observado con lo expresado (este cuadrante del “ello” fue diferenciado por Kant (2005) mediante su obra Crítica de la razón pura).

Lo interior-colectivo: Ahora bien, los pensamientos que circulan por la mente tienen un sustrato cultural; en efecto, el pensamiento se realiza a partir de una serie de símbolos y significados sometido al proceso de culturización. Es el cuadrante de la verdad intersubjetiva, de la moral y la religión. Su lenguaje es en primera persona del plural (nosotros), y su criterio de validez consiste en la rectitud (este cuadrante del “nosotros” fue diferenciado por Kant (2008) mediante su obra Crítica de la razón práctica).

Lo exterior-colectivo: A su vez, la cultura, también tiene sus componentes materiales (del mismo modo en que el pensamiento tiene sus correlatos cerebrales). Citando textualmente a Wilber: “estos componentes sociales concretos son las modalidades tecnológicas, las fuerzas de producción (hortícola, agraria, industrial, etc.), las instituciones concretas, los códigos y pautas escritas, las ubicaciones geopolíticas (aldeas, poblados, estados, etc.), etc.” Es el cuadrante de la verdad inter-objetiva, efectiva y de las ciencias sistémicas. Su lenguaje es también en tercera persona (ellos), y su criterio de validez consiste en el ajuste funcional o efectividad (este cuadrante del “ellos” es una extensión del “ello” y fue diferenciado por Kant (2005) mediante su obra Crítica de la razón pura).


Bibliografía:

Kant, Inmanuel. Crítica de la razón pura. Madrid: Taurus, 2005.

Kant, Inmanuel. Crítica del juicio. Barcelona: Espasa libros, 2006a.

Kant, Inmanuel. Crítica de la razón práctica. Buenos Aires: Losada, 2008.

Martos, Amador. Ken Wilber y los nuevos paradigmas de la humanidad. España: Amazon, 2016.
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La evolución del amor

LA EVOLUCIÓN DEL AMOR

Este artículo es una reproducción de la nota 65 de la obra LA EDUCACIÓN CUÁNTICA (4ª ed.).

Extracto de la página 101:

Siguiendo la estela de Wilber, mi obra Pensar en ser libre, de la filosofía tradicional a la filosofía transpersonal es una humilde revisión de la historia del pensamiento al propugnar que el “movimiento transpersonal” debe ser rehabilitado históricamente más allá del misticismo cuántico, término acuñado peyorativamente por los caducos materialistas científicos. Evidencio en dicha obra que el pasado pertenece a la razón individualista, pero el futuro pertenece al espíritu colectivo. Así, esa razón egocéntrica, muy a su pesar, se está retorciendo de dolor (Jara, 2007a), un daño causado por el hombre al hombre, todo un contra sentido holístico de la naturaleza. Así, el giro natural, nunca mejor dicho, es que el genuino cogito cartesiano se auxilie con el espíritu kantiano mediante su imperativo categórico, lo que perennemente se ha conocido como amor. Lo que viene a decir la historia es que no se puede vivir sin amor (Hüther, 2015), porque es la más alta motivación que nos alienta a vivir, una cuestión ahora reconocida y evidenciada desde la neurobiología y la sociobiología (1) . ¿Acaso no hacemos lo que hacemos por amor a nuestros seres queridos? Pero ese amor ha sido también desahuciado del corazón de las personas por el perverso sistema capitalista que pone todo en venta, hasta nuestras emociones y nuestros sentimientos, anulando incluso nuestra voluntad sobre nuestros actos y pensamientos, convirtiéndonos entonces en autómatas productores de bienes de consumo para la exclusiva satisfacción del ego, descuidando así plenamente al espíritu. Desolador pensamiento occidental.


NOTA (1):

El darwinismo y la teoría de la evolución y la selección natural se han convertido en pilares de la biología moderna. Gracias a ellos entendemos un poco mejor cómo se ha desarrollado la vida en sus múltiples manifestaciones. Sin embargo, cuando hablamos de animales superiores, como el ser humano, no todo parece justificarse a través de un naturalismo simple. Gerald Hüther (2015), neurobiólogo y autor de La evolución del amor, afirma que hay que tener en cuenta también otro ingrediente crucial, que afecta a hacia dónde se dirige nuestra especie y por dónde ha transcurrido hasta la fecha. Ese ingrediente, para este prestigioso científico, es el amor.

Hüther considera que el amor, como manifestación biológica, resulta crucial para explicar la historia de la evolución humana reciente, como elemento de cohesión personal, de garantía de la unión en una pareja o de cooperación en un grupo social. Sin el amor, un fenómeno creado por la propia evolución, la intrincada red de enlaces familiares que se han venido sucediendo a lo largo de la historia sería muy diferente, y distintos también, con seguridad, los rumbos seguidos por nuestra especie. Gracia a él, no solo tienen valor los genes egoístas, o la supervivencia del más fuerte, sino también la capacidad de elección de pareja por motivos distintos a la simple atracción física o el instinto reproductor.

En esta obra, el también catedrático de ciencias naturales y doctor en medicina reflexiona sobre el concepto del amor y sus raíces biológicas, así como las consecuencias de su existencia. Puede decirse que nuestra comprensión del amor ha evolucionado con los tiempos, pero que a pesar del surgimiento de la razón y del pensamiento crítico, este sentimiento sigue siendo importante por su influencia en el futuro de la especie.

Hüther nos cuenta como, con el auge del naturalismo y la ilustración, Darwin y otros científicos tuvieron que convivir con los nuevos descubrimientos y con conceptos ya caducos, como las explicaciones de la religión sobre el origen del hombre. Pero a pesar de la llegada de la razón en este campo, aún costaba explicar el papel que tenía en todo ello el amor. Así, del darwinismo más descarnado, se pasó al darwinismo social, y posteriormente al determinismo del comportamiento. Finalmente, la sociobiología se apoderó de la escena.

Para Hüther, el amor también es la fuente de nuestra creatividad, no solo en el caso de músicos y artistas; también lo es para muchos grandes políticos y científicos. Es la base de nuestra existencia y nuestros logros culturales. Por el contrario, el estrés, la presión y la ansiedad no resultan del amor, sino de la competencia, que es la fuerza motora de la especialización, no de la creatividad. Según Hüther, todos somos “hijos del amor”, aunque a veces lo olvidamos porque la competencia y la guerra han impulsado grandes invenciones. Sin embargo, lo que nos une y lo que nos mantiene unidos a la naturaleza y a los demás es el amor, pese a la competencia.

Así, el amor es nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta. Estamos a punto de agotar nuestros propios recursos naturales, al explotarlos y contaminarlos, porque competimos entre nosotros, como individuos y como naciones. La única fuerza que puede vencer esta competencia autodestructiva es el amor, o si prefieres un término más cognitivo, el compromiso de equipo y la creatividad participativa. El amor es la fuente de logros evolutivos fundamentales. La selección sexual, es decir, la elección de pareja basada en un sentimiento que llamamos amor, provocó el moldeado de nuestros cuerpos en función de las preferencias y gustos de la pareja. Además, el amor paternal permitió fomentar las capacidades de nuestros hijos. Sin el cariño no seríamos capaces de dedicarnos a los demás y comprometernos. Tampoco podríamos alentarnos e inspirarnos los unos a los otros.

Para Hüther, es evidente de que para sacar provecho de nuestro potencial tenemos que encontrarnos los unos con los otros como sujetos en lugar de tratarnos como objetos. Solo la gente “amorosa” es capaz de tratar a los demás como sujetos. Pero, en la actualidad, nuestra cultura favorece a aquellos que usan y manipulan a los demás para lograr sus propósitos. A menos que este tipo de relaciones interpersonales y culturales desarrolladas a lo largo de la historia se supere, no seremos capaces de resolver ninguno de los problemas a los que nos enfrentamos ahora. La lucha por el poder y la dominación es la verdadera causa de todos nuestros problemas.

Ya es posible pues afirmar que el papel del amor es tan importante en el devenir de nuestra especie como puedan serlo otros factores biológicos. En este libro encontraremos los argumentos que lo confirman.

Bibliografía:

Hüther, Gerald. La evolución del amor. Barcelona: Plataforma, 2015.

Jara, Miguel. Conspiracines tóxicas. Cómo atentan contra nuestra salud y el medio ambiente los grupos empresariales. Barcelona: Martinez Roca, 2007a.
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