"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)

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DIVULGACIÓN CÓSMICA PARA UN DESPERTAR COLECTIVO MASIVO

Este artículo es una reproducción del epílogo de la obra CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD.

1 - Ejercicio de retrospección

El epílogo de una obra es el lugar idóneo para que un pensador exponga sus profundas convicciones personales, esotéricas y metafísicas al margen del rigor metodológico, racional y académico. Dicho de otro modo, el epílogo puede hacer de contrapunto al formalismo investigativo argumentado con pulcritud y metodología científica en la búsqueda de la “verdad” mediante el uso de la razón. O sea, el epílogo, es donde este pensador puede expresar sus firmes creencias acerca de su visión e interpretación del mundo que nos ha tocado vivir. En dicho sentido, quisiera realizar un ejercicio de retrospección para situar al lector en el contexto pensativo de este escritor.

Cuando era muy joven, apenas un adolescente y, por extrañas razones metafísicas que son difícil de saber pero que se constituyen en el fundamento de mis investigaciones, mi interés siempre se decantó por la astrología, la reencarnación, los fenómenos paranormales , la ufología, la mística , etcétera, en definitiva, por todos aquellos temas que eran considerados como “pseudocientíficos” desde el rigor académico. Dicho interés esotérico y metafísico, años más tarde, me llevó a estudiar en la Orden Rosacruz, y participar activamente en una Logia en Barcelona (España). Obviamente, me siento Rosacruz de corazón, pues esa escuela metafísica hizo posible que, en mi joven mente racional, muchos de los temas antes citados de mi interés, encajaran cual un puzle se tratara. Desde ahí se me invitó a participar en la Orden Martinista y, como una sincronicidad del destino, el mándala de mi artículo El mándala epistemológico y los nuevos paradigmas de la humanidad, es idéntico al Pentáculo Martinista. Pero es justo ahora, al escribir este epílogo, que caigo en cuenta de esa causalidad metafísica manifestada como sincronicidad en mi mente. También me invitaron a ingresar en la Masonería, corrían los años ochenta de esas experiencias esotéricas y, en España, era una época de reciente “libertad democrática” tras la dictadura del General Franco donde, el secretismo esotérico, era como ser un antisistema hoy en día.

Debo dejar en claro, respecto de esas tres Órdenes esotéricas, lo siguiente: como he dicho anteriormente, soy Rosacruz de corazón, pues sus enseñanzas colmaron mis expectativas esotéricas y, además, fue ahí donde descubrí la meditación. Actualmente no mantengo contacto con nadie de la Orden Rosacruz. Mi paso por la Orden Martinista fue muy breve, fugaz sería lo correcto decir, aunque, como he citado anteriormente, intuyo que hay un orden divino subyacente que se ha manifestado a través de su Pentáculo en uno de mis artículos científicos. Y, respecto a la Masonería, mi estancia fue algo más larga, quizá un par de años o tres, no recuerdo bien. Pero lo que aprendí en ella es lo absurdo que es una jerarquía de conocimiento para intentar acercarse a los misterios del universo y de la vida. Rápidamente me di cuenta que tanto secretismo solo podía llevar a una compartimentación del conocimiento en detrimento de la libertad investigativa abierta y transparente. Posiblemente, en la época de la inquisición religiosa, fueran necesarios los secretismos para transmitir la sapiencia de las escuelas de los misterios que proceden desde la época de las pirámides en Egipto. Pero con el devenir de la historia, las Órdenes esotéricas fueron infiltradas por los “Illuminati” y esos poderes oscuros que han manejado a la humanidad desde tiempos pretéritos, ahora más conocidos como el “ Estado profundo ”.

2 - El despertar espiritual

Tras esas experiencias esotéricas, años más tarde, ingresé en la Universidad Central de Barcelona donde cursé filosofía pura durante cinco años. Como he manifestado en varias ocasiones en mis diversas publicaciones, salí decepcionado de la Universidad pues mis anteriores estudios esotéricos no tenían cabida en el esquema racionalista y académico de la educación tradicional. Y así fue como quedé abducido por el propio sistema capitalista, quedando escindida mi mente racional de la comprensión esotérica tan anhelada desde mi juventud. No fue hasta que se produjo el desahucio de mi vivienda familiar, dejándome en la calle sin recursos junto a mi familia, como se produjo mi “despertar espiritual”. Por aquella época, y aún hoy en día, se producen una media de diez suicidios al día motivados por la crisis social y económica. Pero los medios de comunicación no abordan esa crucial problemática, pues sería como atacar a la causa subyacente del propio sistema plutocrático malévolamente dirigido por el “Estado profundo”, quien solo promueve la eugenesia humana mediante técnicas de ingeniería social y mental que seguidamente aludiré. Fue así como decidí poner orden en mis ideas e investigar las causas de tanto sufrimiento en este mundo y, sin ser consciente de ello entonces, me dirigía pasito a pasito al escritor e investigador que soy hoy en día, aunque no viva de ello pues es simplemente una actitud vocacional que, quizá, pueda ser también un servicio a la humanidad.

Así fue como año tras año, y libro tras libro, fui desenmarañando la historia reciente contemporánea desde un análisis filosófico en el que, Ken Wilber, fue mi mentor intelectual al hacerme ver de una manera clara y distinta en palabras de Descartes, que el fracaso epistemológico de Occidente es la disociación de la colectividad en detrimento de un exacerbado individualismo. Dicho ello en términos kantianos, el “ello” (materialismo científico) se apoderó de la realidad por explicar como un dogma de fe, un cientificismo en toda regla que trataba de “pseudocientíficos” o “místicos cuánticos” a aquellos pensadores que estábamos firmemente convencidos de la fuerza del “nosotros”, o así se intuía desde el surgimiento del movimiento 15M y posteriormente el partido político Podemos: una pantomima social que fue abducida por los “yoes” egocéntricos promovidos desde el propio establishment político y económico para evitar la cohesión social y espiritual de la sociedad, lo que llevó a Zygmunt Bauman a teorizar como sociedad líquida.

Tras mi periplo por los movimientos sociales como el 15M en el año 2011, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), ATTAC y el Frente Cívico Somos Mayoría (FCSM) promovido por Julio Anguita, hallé mi camino como “activista cuántico” tomando prestado el término de Amit Goswami, Profesor de Ciencia Teórica en la Universidad de Oregón (EEUU), un pionero en vincular la física cuántica con la espiritualidad. En esa línea de pensamiento, le siguieron otros investigadores científicos como Joe Dispenza, Bruce Lipton, Jean-Pierre Garnier y un largo etcétera citados en la bibliografía de mis publicaciones. Sin embargo, de un modo filosófico y psicológico, fue Ken Wilber quien supo integrar y argumentar la relación entre ciencia y espiritualidad, a partir del cual mis investigaciones se encaminaron a demostrar que, las ideas esotéricas antes detalladas de mi juventud, tenían cabida ahora en el ámbito académico como metafísica frente al rancio y desfasado materialismo científico. Una metafísica que se manifiesta sutilmente mediante una cognición holística de la historia, la filosofía, la educación, la psicología, la ciencia, la sociología y la espiritualidad; una metafísica así aprehendida posibilita la sanación trascendental mediante la visión no-dual (ver gráfico).

3 - Divulgación cósmica

Con el advenimiento de dichos científicos y pensadores que aunaron ciencia y espiritualidad, era factible ahora argumentar a la metafísica, sobre todo, desde el surgimiento de la psicología transpersonal, las ciencias noéticas, las experiencias cercanas a la muerte y los beneficios de la meditación demostrados científicamente, tal como se ha argumentado extensamente en esta obra.

No obstante, quedan muchos flecos de investigación que tienen que ver con la ingeniería social y mental, las energías libres, los programas espaciales secretos, la exopolítica, las antiguas civilizaciones y el origen de la humanidad, el cambio climático y su relación con la ascensión espiritual planetaria, entre otros temas. Todo ello forma parte de lo que he titulado como “Divulgación cósmica” en mi página web, en la que documento todo ello de la mano de investigadores como el periodista Rafael Palacios (rafapal.com), Fernando de Divulgacióntotal.com y David Wilcock, entre otros muchos. Es pertinente una mención especial a esas tres personas citadas.

En primer lugar, el periodista Rafael Palacios es, a mi parecer, quien mejor divulgación y denuncia está realizando acerca de la manipulación cultural a modo de ingeniería social y mental en temas como la ideología de género, la destrucción del amor, la manipulación ideológica a través del cine y la música, el engaño al que nos inducen los medios de desinformación del sistema y el MK Ultra Social como lavado de cerebro, entre otros temas. Por otro lado, Fernando con su web Divulgaciontotal.com, está haciendo una excelente labor al traducir todas las noticias alternativas de habla inglesa al español, denunciando con ello las falsedades de los medios de comunicación al servicio del “Estado profundo” para que, con ello, alcancemos nuestro propio discernimiento. Fernando también hace una gran labor en la divulgación del movimiento conocido como “Q” respaldado por los patriotas militares de los EEUU y la Alianza de la tierra. Y, entre otros temas, aborda excelentemente la exopolítica según diversos insider y, más específicamente, en la traducción al español de mucha información facilitada por David Wilcock. Y de la mano de este último, tenemos conocimientos acerca de la expolítica, el cambio climático relacionado con la ascensión espiritual planetaria y los malévolos entramados del “Estado profundo”, todo ello desde un pensamiento divergente y muy interesante. Vuelvo a repetir, todo ello está disponible en la sección “Divulgación cósmica” de mi página web: www.pensarenserrico.es

Con dichas informaciones cada día más relevantes y, sobre todo, contrastadas día a día por la proactividad de los ciudadanos en defensa de la verdad que los seres oscuros ocultan a la humanidad, podemos aseverar que, los antes considerados como “teóricos de la conspiración”, son ahora los abanderados de la divulgación cósmica en ciernes, lo cual provocará un despertar colectivo masivo de la humanidad, coincidiendo con el incipiente cambio de ciclo galáctico de 26.000 años, el cual se inició con la cuenta Maya desde el año 2012, y que conduce a la ascensión espiritual de la humanidad y, pretendidamente, al nacimiento de una Edad Dorada en la que el Amor con mayúscula debería ser el común denominador más allá de la razón. Estamos, pues, en puertas de un gran “Evento” que puede incluir: un pulso galáctico que sucede cada 26.000 años, del cual emanará un tipo especial de luz que elevará las vibraciones del planeta y todo lo que habita en él; reinicio del sistema financiero; arrestos masivos de la camarilla oscura (hay más de 125.000 acusaciones selladas en el Departamento de Justicia de los EEUU); revelación de tecnología extraterrestre y pruebas irrefutables que muestran cómo han estado en la tierra durante la historia de la humanidad; un nuevo sistema de gobierno, de salud, educación, etcétera; sanación del trauma que sufrió la población a lo largo de estos años, la sanación del planeta mismo y un acelerado crecimiento espiritual.

Ahora bien, ¿cómo se puede estar seguro de tales afirmaciones? ¿Están ocurriendo movimientos ocultos entre bastidores que no llegan a la mayoría de la población? Efectivamente, la gran mayoría de la población, abducida aún por los medios masivos de desinformación, no está al corriente de la lucha entre los seres de luz y la camarilla oscura, la cual mueve los hilos de la humanidad, y que es más conocida como el “Cabal” o el “Estado Profundo”. Durante miles de años hemos vivido en un mundo irreal que ha incluido el abuso y el dominio de algunos pocos en contra del resto de los habitantes. ¿Cómo ha sido ello posible? Del siguiente modo:

-Han creado todos los medios de comunicación masivos: televisión, periódicos, Google, Youtube, Instagram, WhatsApp, Facebook, magazines, revistas, internet, teléfonos, computadoras, tabletas y cualquier otro medio de comunicación como método de manipulación y espionaje.

-La exposición de fotos, direcciones y todos nuestros datos, ha facilitado el trabajo de estas personas oscuras permitiendo, sin saber, que “desaparecieran” niños, jóvenes y mujeres/hombres de temprana edad para tráfico sexual y pedofilia.

-Los televisores, celulares, computadoras y tabletas tienen micrófonos ocultos y cámaras escondidas que la facción negativa de la CIA creó para espiarnos y escucharnos, aunque estos estén apagados las 24 horas del día.

-Han pagado a científicos para que desarrollaran virus y enfermedades para esparcirlas y así eliminar el 90% de la población mundial con el fin de dejar solo a algunos como esclavos, a eso se le conoce como “Nuevo Orden Mundial ”.

-Las estelas químicas rociadas en los cielos, más conocidas como “chemtrails”, son tóxicos muy nocivos que esparcen para afectar a los humanos, a los animales y plantas, incluyendo los cultivos, por eso también nos enfermamos al consumirlos.

-Han inventado la excusa de las vacunas para introducir más virus en el organismo después que descubrieron que los humanos somos seres muy poderosos y que, si nos dábamos cuenta, seríamos una amenaza para sus intenciones oscuras.

-Han contratado ingenieros en alimentación para que creen alimentos con geoingeniería que contienen venenos y tóxicos para acelerar el proceso de envejecimiento del ser y lograr una muerte segura a una edad entre los 80/85 años, algunos muchos antes.

-Han matado a todos los que han querido revelar toda esta información y a muchísimos más por diferentes razones.

-Han creado el sistema educativo publicando libros con mentiras sobre el pasado o la historia de este planeta, la ciencia, astronomía, astrología y la geografía, manteniéndonos en una “cajita” de información pobre que nos previno el saber la verdad de todas las cosas.

-Han creado la industria médica y farmacéutica en complot contra el humano, colaborando (y muchas veces en contra de la voluntad de personas dedicadas a esto) con la intención de mantenernos enfermos, confundidos, con miedos y, sobre todo, para que no desarrollemos el potencial con el que fuimos creados.

-Han creado un sistema económico mundial donde el objetivo principal era que el humano viviera esclavo del dinero.

-Crearon noticias, ya sea en artículos, vídeos o libros, con desinformación para que creamos lo que ellos querían que creyéramos y no la verdad. Con la tecnología avanzada que poseían, han hecho montajes de vídeos colocando voces a los personajes públicos “pretendiendo parecer” que tal persona dijo “tal cosa”. Han creado vídeos mostrando conflictos de guerra como el de Siria y los tiroteos en escuelas, donde actores de crisis fueron contratados para esto: algunos fueron subidos a Facebook, donde los actores contaron la verdad y mostraban como los maquillaban y Facebook los sacó de circulación.

-Nos envían mensajes subliminales con los comerciales en televisión y en los juegos de PlayStation, entre otros, para lavarnos el cerebro.

-La CIA, FBI, NSA y todas las compañías de tres letras son agencias privadas creadas por la corona británica instaladas en cada país como base para un mejor control.

-Cada vez que se elige un presidente, ellos se encargan de hacerle una visita para que obedezcan sus reglas o se atengan a sus consecuencias. A Kennedy lo asesinaron por no querer aceptar, hay más ejemplos. Hay algunos que, tal vez, no tengan problemas con unirse a la oscuridad y hay muchos que han sido víctimas por miedo a que les maten sus familiares.

-Mantener a los pueblos con hambre, ignorantes e injusticia social es su prioridad ya que uno sigue las reglas del juego sin ánimo de luchar por una mejoría cuando está ocupado en ver cómo pagar sus deudas.

( Fuente de la información: Isis Alada )

4 - Distopía histórica

¿Cómo es posible haber vivido tanto tiempo bajo ese prolongado engaño? Ello no es imposible, Platón ya lo anticipó con el Mito de la caverna; George Orwell popularizó el concepto de “Gran Hermano” en su novela distópica 1984 ; Aldous Huxley, en su también novela distópica Un mundo feliz, anticipó el desarrollo de la tecnología reproductiva, cultivos humanos y el manejo de las emociones por medio de drogas; la trilogía de películas Matrix, presentada como “ciencia ficción”, en realidad, demuestra a modo de subterfugio que todos los seres humanos serán esclavizados en el futuro por las inteligencias artificiales: ello no es una entelequia, estamos a un paso de la implementación del transhumanismo, si no somos capaces de despertar y crecer espiritualmente.

Afortunadamente, frente a esa oscura camarilla más conocida como “Cabal” o “Estado profundo”, hay un movimiento alternativo por la verdad y el despertar espiritual que trabaja silenciosa y discretamente desde hace décadas, liderado dicho movimiento por las fuerzas de la luz. ¿Pero quienes son esas fuerzas de la luz?

Por un lado, está la llamada Federación Galáctica, una unión de civilizaciones positivas alrededor de la galaxia y en órbita de la tierra. Luego, está el Movimiento de Resistencia que habita debajo de la tierra, en la parte superior de la corteza terrestre, quien ayuda a la Milicia Positiva. La Milicia Positiva es el grupo más poderoso sobre la superficie del planeta, y cuenta con las 3/4 partes del ejército, especialmente dentro de los EEUU: el movimiento Q es una operación militar de divulgación quien, pretendidamente, está detrás del presidente Trump. Luego están los Templarios, quienes poseen una fuerte base militar en los EEUU (La Marina), Reino Unido y Europa Continental, y que trabajan con la Alianza de naciones en la creación del nuevo sistema financiero para instaurar la vuelta al patrón oro frente al dinero-deuda fiduciario que ha esclavizado a la humanidad. El objetivo de los Templarios es acabar con la Reserva Federal y los Rothschild, su viejo enemigo. En ese bando está también La Sociedad del Dragón Blanco, un grupo que representa los intereses de un antiguo linaje chino, cuyo contacto es Benjamín Fulford, y su objetivo es derrotar al Cabal. Y, por último, están los Illuminatis Gnósticos, un grupo original de linajes antiguos dentro de la Nobleza Rusa. Eran parte del Cabal, pero después de que los Rothschild destruyeran la dinastía Romanov, los Illuminatis Gnósticos se separaron del Cabal para luchar contra los Rothschild.

¿Y quiénes son las facciones negativas? Por un lado, está la facción Rothschild, quienes controlan a Europa, el sector financiero mediante la Reserva Federal y la mayor parte de los medios. Luego está la facción Rockefeller, quienes controlan a los EEUU, el comercio de petróleo, la industria farmacéutica, la producción de comida y parte del ejército. Y, por último, está la facción Jesuita, quien era muy poderosa hasta principios de los años 1.800, cuando los Rothschild empezaron a consolidarse. La facción Jesuita, a la que aproximadamente un 10% de los jesuitas pertenecen a ese grupo, luchan por lograr otra inquisición y, para ello, se infiltran en distintas organizaciones cristianas. Su esfera de influencia principal se encuentra en Sudamérica y África y, su motivación principal, es el control espiritual de la humanidad.

5 - “La verdad os hará libres”

Llegado ya a este punto del epílogo, si usted estimado lector ha leído toda la obra, es posible que entre en disonancia cognitiva, pues observará que el contenido de la misma ha seguido un camino ascendente de la razón mediante replanteamientos epistemológicos de la historia, la ciencia, la filosofía, la psicología y la educación, entre otros campos de investigación como la metafísica y la meditación. Y todo ello hasta llegar a plasmar mis investigaciones en publicaciones científicas y congresos, lo cual entra en flagrante contradicción (para los ortodoxos académicos y, sobre todo, para los escépticos materialistas científicos) con las confesiones personales y perspectivas propias de las “teorías de la conspiración” aquí expuestas.

Lo que se desprende del camino ascendente de la razón hacia la sabiduría es que, el saber sin amor, es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo. En efecto, el amor es la palabra clave, o el sentimiento fundamental como camino descendente, y el revulsivo para el despertar colectivo masivo. Este despertar colectivo masivo es imparable, y la evolución espiritual ya debe ser contemplada como filosofía transpersonal (es decir, más allá del ego), y que se postula como un fundamento epistemológico y pedagógico para una educación transracional (es decir, más allá de la razón).

No es mi pretensión imponer mi “verdad”, ese camino me ha llevado muchos años de investigación, sufrimiento psicológico y una larga travesía del desierto cognitivo. Llegado a este punto de mi vida, solo quiero vivir en mi libertad interior, y ese camino de libertad es el que cada cual debe recorrer inevitablemente, como argumenta Ken Wilber, desde el fulcro 1 hasta llegar a la perspectiva mundicéntrica. Y la “verdad” como camino ascendente propio del aspirante a filósofo, solo puede complementarse con el camino descendente del Amor.

Cita bíblica de Juan 8:31-38:

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”

6 - La ascensión espiritual planetaria

La ascensión espiritual argumentada en esta obra puede ser comprendida mediante el uso de la razón, pero solamente puede ser experimentada mediante el sentimiento del amor; es decir, se trata de un racionalismo espiritual en el que la razón conecta con el amor, un proceso de despertar espiritual en el que, el sujeto cognoscente, experimenta la conciencia de unidad con todos los seres de este y otros mundos. Dicho despertar espiritual es solo el punto de inflexión para lograr la ascensión espiritual planetaria, es decir, un estado ideal en el que se pueda vivir en paz entre todos los pueblos y culturas, un estado ideal donde las necesidades básicas sean satisfechas para toda la humanidad, un estado ideal en el que la convivencia y el entendimiento sean la norma frente al individualismo y la disociación colectiva. Y dicho estado ideal, recurriendo una vez más a Ken Wilber, solamente puede ser alcanzado abrazando simultáneamente a los cuatro cuadrantes . Argumento ello, a continuación, como conclusión teorética en esta obra.

El despertar espiritual de la razón en su conexión con el amor es un proceso que ha sido experimentado por muchos pensadores y científicos en su propia búsqueda de la “verdad”:

-para Platón, el camino ascendente es el camino descendente, tal como es descrito en su alegoría del Mito de la caverna;

-la Crítica de la razón pura de Kant conecta irremediablemente con su imperativo categórico;

-Wilber, considerado como el “Einstein de la conciencia”, nos describe la evolución de la conciencia desde la dualidad a la no-dualidad ;

-Jung nos propone el inconsciente colectivo como unidad subyacente a todos nosotros;

-Bruce Lipton nos habla de La biología de la creencia y la capacidad de modificar nuestro ADN mediante los pensamientos positivos;

-Joe Dispenza nos dice Deja de ser tú, que la mente crea la realidad;

-Garnier, mediante su teoría del desdoblamiento del tiempo sustentada en la física cuántica, teoriza que todos nosotros nos desdoblamos durante nuestros sueños y que nuestra actitud amorosa es el único camino para dirigir bien nuestra vida;

-toda la obra de Zygmunt Bauman se sustenta en su teoría de la "sociedad líquida", es decir, una ausencia de amor en la sociedad y entre las personas;

-el antropólogo Carbonell justifica la necesidad de El nacimiento de una nueva conciencia ;

-Amit Goswami argumenta Ciencia y espiritualidad: una integración cuántica, y que Dios no ha muerto;

-Maslow, en su jerarquía de las necesidades humanas, nos propone la autorrealización como la necesidad psicológica más elevada del ser humano para dar un sentido a la vida;

-el economista Sampedro argumenta una Economía humanista así como La vida perenne ;

-el biólogo Sheldrake apunta hacia Una nueva ciencia de la vida mediante los campos mórficos como sustrato de comunicación entre las especies;

… y podríamos seguir con un largo etcétera de otros tantos pensadores o científicos. Todos ellos tienen en común la experimentación de un proceso de despertar espiritual en el que, mediante su razón, científica o filosófica, intentan conectar la vida con una comprensión superior de la misma, con una metafísica que está más allá de nuestros sentidos. Dichas eminencias científicas han tenido acceso a una experiencia interior que los ha llevado a justificar la conexión entre todos los seres, o a una causa subyacente como motivación para el buen vivir y, la mayoría de ellos por no decir todos, han conectado con esa realidad inefable conocida como Amor, con mayúscula.

Pero dicho despertar espiritual, vuelvo a repetir, es una experiencia interior, incluso una experiencia mística, que ha llevado a dichos pensadores y científicos a intentar transcender la “realidad” de los sentidos físicos. Y ese despertar espiritual es el broche de oro al camino ascendente hacia la sabiduría argumentado en esta obra, y que se produce en el cuadrante superior izquierdo, en la subjetividad de la interioridad individual. Una vez producido dicho despertar espiritual, las firmes creencias de esos privilegiados seres “despiertos” se encaminan hacia el cuadrante superior derecho, es decir, hacia la objetividad conductual exterior en la que proyectan sus firmes creencias, así como la sabiduría adquirida, algo similar al esclavo de la caverna platónica, quien retorna a la sombría oscuridad para llevar la buena nueva de que existe un Bien supremo. Todos ellos quieren comunicar la experiencia de su despertar espiritual a los demás seres pues, como argumenta Ken Wilber en Breve historia de todas las cosas (p.317):

"Pero lo verdaderamente importante es que, en las tradiciones no-duales, usted se compromete, mediante un voto muy sagrado -un voto que es, al mismo tiempo, el fundamento de toda su práctica-, a no desvanecerse en la cesación, a no ocultarse en el nirvana. (…) Con este voto, usted se compromete a cabalgar la ola del samsara hasta que todos los seres atrapados en ella puedan reconocerla como una manifestación de la Vacuidad, se compromete a atravesar la cesación y la no-dualidad tan rápidamente como sea posible, para poder ayudar a todos los seres a reconocer lo No Nacido en medio de la misma existencia. (…) La iluminación es, en realidad, primordial, pero esta iluminación perdura y usted nunca deja de ser uno con todos los cambios de forma que aparecen de continuo."

La gran dificultad de la civilización humana, y de sus innumerables culturas, radica en el cuadrante inferior izquierdo de la intersubjetividad colectiva, pues no hay un consenso cognitivo acerca del origen y el sentido de la vida -fracturada su interpretación entre las ciencias y las religiones-, de ahí el fracaso epistemológico de Occidente argumentado en esta obra. Y esa divergencia entre los ascendentes y los descendentes solamente puede ser reconciliada mediante el despertar espiritual de una masa crítica de la civilización hacia la consideración de la evolución del amor como una condición de trascendencia colectiva, lo cual argumento como un segundo renacimiento humanístico desde el “yo” egoísta al “nosotros” transpersonal. En la medida en que la divulgación cósmica argumentada en este epílogo sea hecha realidad, será posible, entonces, un despertar colectivo masivo que impulse a cambiar el funcionamiento estructural del cuadrante inferior derecho de la interobjetividad exterior colectiva para lograr un tejido de sistema social en el cual se haga prevalecer el espíritu colectivo allende del individualismo propio del sistema capitalista.

Pero, para tal labor, como argumenta una vez más Ken Wilber, se impone una carga sobre la educación y la evolución cultural, cuestión por la cual es imperativa una filosofía transpersonal (es decir, más allá del ego) como fundamento epistemológico y pedagógico para una educación transracional (es decir, más allá de la razón) como misión espiritual.

Nos hallamos pues ante un momento crucial en la historia de la humanidad en el que, los avances tecnológicos crecen exponencialmente hasta correr el riesgo de que la Inteligencia Artificial (IA) se adueñe malévolamente de la conciencia humana mediante la implantación del transhumanismo por parte de los seres oscuros, más conocidos como el “Estado profundo”. Como he argumentado extensamente, la ingeniería social y mental no es una entelequia, sino una realidad muy evidente que ha persistido a través de la historia y que ha mermado la capacidad de pensamiento crítico, abducido a la educación y anquilosado a la propia filosofía académica. Pero, es gracias al despertar espiritual de cada vez más personas, como será posible transitar hacia una Edad Dorada de la humanidad, dicho de otro modo, afianzar una masa crítica de seres “despiertos” que permita hacer efectiva la ascensión espiritual planetaria hacia una comunidad galáctica y, mi firme postulación para tal fin, es que es perentoria la filosofía transpersonal y la educación transracional como misión eminentemente espiritual.

Una civilización con avanzada tecnología (energías libres, antigravedad, viajes estelares, etcétera) pero que solo esté en manos de una camarilla oscura para dominio del resto de la humanidad, lo que han querido imponer como “Nuevo Orden Mundial”, no tendría ningún sentido si no viene acompañada dicha tecnología por una ascensión espiritual planetaria. Solamente así será posible, entonces, que la humanidad trascienda la individualidad, la dualidad, la caverna platónica, la matrix, en resumen, la distopía histórica que ha prevalecido en la historia de la humanidad desde tiempos pretéritos.

Cuando haya una masa crítica de seres humanos que experimenten el despertar espiritual argumentado en esta obra, entonces y solo entonces, será posible una ascensión espiritual planetaria para vivir en paz y amor como condición para que la humanidad pueda iniciar su proyección galáctica e interactuar con otras civilizaciones del Kosmos.

Sin embargo, dicho despertar espiritual implica atravesar la noche oscura del alma lo cual, en términos platónicos, equivale a la salida del mundo de las sombras para dirigirse hacia el Mundo de las Ideas donde, la idea suprema, es el Amor. Dicha evolución espiritual implica aprender a vivir con la soledad interior que, en términos filosóficos, se convierte en la “soledad del pensador”.

En el epílogo de mi obra Pensar en ser libre, dediqué una reflexión a todas aquellas personas que han experimentado esa “soledad del pensador” porque, hay que recordar convenientemente, que todos nosotros somos pensadores, algunos más activos y otros más pasivos. Pero, siguiendo la premisa de Descartes, es preciso que cada uno de nosotros conduzca bien la propia razón para buscar la verdad en las ciencias, tal ha sido el propósito de esta obra.

Pienso que el mejor modo de finalizar esta obra es, precisamente, reproduciendo a continuación dicha reflexión dedicada a la “soledad del pensador”.

Apéndice: La soledad del pensador

Dedico esta obra a todas aquellas personas afanadas hacia la comprensión del sentido de la vida. La vida adquiere sentido cuando los actos ejercidos en libertad son dirigidos hacia la verdadera comprensión del sentido de nuestra existencia. Nuestra existencia es, en sí misma, efímera, pues al nacer ya nos dirigimos inexorablemente hacia la muerte. En ese intervalo de lucidez de la conciencia, pocos son los que se ejercitan en la noble tarea de hallar algún conocimiento como rector del propio sentido de la vida. A ello se han dedicado preferentemente filósofos y científicos de todos los tiempos. Cada cual, dentro del contexto socio-cultural de su época, ha intentado dar una respuesta a la eterna pregunta: ¿Qué sentido tiene la existencia?

Así ha evolucionado la historia de la humanidad, con seres humanos a la búsqueda de “verdades”, con la esperanza de hallar una superior comprensión de nuestra existencia a través de cada descubrimiento científico o intelectual. Sin embargo, esa búsqueda de “verdades” se convierte en un camino solitario para todo genuino pensador. En primer lugar, porque hay que reinterpretar todas las “verdades” de la historia del pensamiento, a la luz del propio contexto social, intelectual y espiritual. En segundo lugar, porque aportar algún conocimiento añadido a dicha historia del pensamiento, es tarea ingente, difícil y de acceso limitado solamente a los más perseverantes en dicha tarea. Y, por último, la tarea de buscar “verdades” que puedan ser añadidas a la historia del pensamiento es un trabajo que, en muchas ocasiones, ocupan muchos años por no decir toda la vida del genuino pensador.

Consecuentemente, todo buscador de “verdad”, se enfrenta inevitablemente a su propia soledad pensativa al intentar realizar la citada dialéctica intelectual hacia la comprensión del sentido de la vida. Para ilustrar la “soledad del pensador”, qué mejor hacerlo de la mano de Immanuel Kant. Este ilustre pensador es el paradigma de dicho concepto al haber tardado diez años en escribir su Crítica de la razón pura y seis años más en que fuera reconocida su obra. Sin embargo, es imprescindible referirse también a Ken Wilber como el paradigmático filósofo contemporáneo, el cual se recluyó durante tres años en su “soledad del pensador”, según sus palabras:

" …busqué una filosofía mundial. Busqué una filosofía integral que entretejiera de manera creíble los diversos contextos pluralistas de la ciencia, la moral, la estética, las filosofías orientales y occidentales, y las grandes tradiciones de sabiduría del mundo. No al nivel de los detalles, lo cual es definitivamente imposible; sino al nivel de las grandes generalizaciones orientadoras: un modo de sugerir que el mundo es verdaderamente uno, indiviso, completo, y que se relaciona consigo mismo de todas las maneras posibles: una filosofía holística para un Kosmos holístico: una filosofía mundial, una filosofía integral." (Sexo, Ecología, Espiritualidad, p.14)

Como Kant y Wilber, muchos pensadores de la historia han escrito página a página la historia del pensamiento humano. Sin embargo, la singular particularidad del genuino pensador no es buscar el reconocimiento egoísta a sus investigaciones, sino que dicho reconocimiento revierta en una superior comprensión del sentido de la vida. Esa “soledad del pensador” se convierte, entonces, en un camino interior que, solamente aquellos que la han experimentado, pueden comprender esa experiencia mística en la que, el que busca, halla su propia felicidad en el objeto hallado, ya sea un descubrimiento científico, una conceptuación filosófica o una aportación espiritual para la humanidad. Tal es el devenir de la existencia: descubrir el sentido de la vida humana.

Toda existencia humana pasa por experimentar no solamente la propia existencia física abocada hacia la muerte, sino también una vida intelectual con apertura hacia la espiritualidad. Dicha espiritualidad humana no tiene consenso cognitivo pues, la fe de las religiones y la metafísica filosófica, no han hallado el común acuerdo para orientar la existencia de la humanidad. Por ello mismo, este mundo se halla inmerso todavía en las antinomias “riqueza-pobreza” y “libertad-esclavitud”, azotando a la actual civilización dolor y sufrimiento. El único camino para superar dichas antinomias pasa por resolver la antinomia “conocimiento-ignorancia”. El conocimiento científico actual intenta desgranar los límites de la naturaleza humana, pero, el reto más inmediato de la humanidad, es hallar un consenso sobre los designios de nuestro mundo decadente. Nos va la propia existencia en ello: si no logramos una racionalidad espiritual, la espiritualidad irracional acabará con nuestra existencia. Tal es la finalidad que, desde mi “soledad del pensador”, he intentado transmitir a través de esta obra. Que se consiga o no ya no es de mi incumbencia pues, a buen seguro, la muerte me sobrevendrá antes de ver realizada mi conceptuación filosófica. No obstante, es un imperativo de todo genuino pensador, meditar sobre dichas cuestiones e intentar transmitirlas. Así ha sido en el discurrir de la historia del pensamiento y creo que, todavía, seguirá ocurriendo.

La integración de las conciencias individuales en una sola conciencia colectiva es un objetivo loable, pero, parece a la vez tan lejano que, por ello mismo, dedico esta obra a todos los genuinos pensadores que han obrado y obrarán desde su “soledad del pensador” en el mejoramiento de la raza humana, una especie entre el animal y la divinidad. Conseguir erradicar que el “hombre sea un lobo para el hombre”, será la propia antesala para vislumbrar la plena espiritualidad o, dicho de otro modo, la implementación de la ascensión espiritual planetaria.


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1

¿POR QUÉ ENFERMAMOS? ¿ES UNA CUESTIÓN DE CONCIENCIA?

Este artículo reproduce parte del capítulo 7 de mi libro PENSAR EN SER RICO, y se constituye en una de mis primeras reflexiones (año 2008) acerca de la psicopatología humana.

1 - PENSAMIENTO CONSCIENTE HACIA LA FELICIDAD PERSONAL

Lo que cada uno de nosotros determinemos lo que constituye nuestra felicidad espiritual, va a condicionar los objetivos de nuestra felicidad sensible. Y, ¿cómo se produce esta coincidencia? ¿Por qué nuestra dialéctica sensible busca acomodarse a nuestra dialéctica espiritual? Veamos cómo se produce esta identificación.

Es nuestro propio entendimiento (el particular saber de cada cual a través de su propia dialéctica intelectual), el que determina cómo debemos de obrar para ese fin. Cada persona busca satisfacer su felicidad espiritual y, consecuentemente, persigue, adapta o se conforma intelectualmente respecto de la felicidad sensible conseguida. Todavía no conocemos el fundamento del porqué cada cual elije lo que elije y, esto, sería objeto de un estudio más profundo en otra obra, pues estaría sujeto a condicionantes genéticos, sociológicos y psicológicos, en tanto que modelo cognitivo acerca de la personalidad. Pero, de momento, sí podemos establecer unas categorías que engloben un marco de actuación para todas las personas: cada uno de nosotros estamos determinados por nuestras propias potencialidades - cuerpo, mente y espíritu - y sus respectivas riqueza sensible (capítulo 4), riqueza intelectual (capítulo 5) y riqueza espiritual (capítulo 6). Dicho de otro modo, a cada estadio de felicidad espiritual le corresponde un estadio de felicidad sensible, que el entendimiento hace posible gracias a una felicidad intelectual que justifica dicha identificación (93). Expliquemos esto con algún ejemplo:

Pongamos por caso que mi grado de felicidad espiritual (amor en pareja) es tener una casa bien bonita y acomodada para vivir nuestra relación. En la medida que consiga ese bien material, habré conseguido la felicidad sensible que le corresponde al grado de la felicidad espiritual deseado. Y esto, como lo entiendo que es así, también coincide entonces con mi felicidad intelectual (pues conozco que lo he logrado). Pero, ese proceso de identificación entre lo deseable (felicidad espiritual) y lo conseguido (felicidad material), sólo es posible porque mi entendimiento (felicidad intelectual) así lo acepta en la propia identificación, independientemente de las circunstancias sociales del ejemplo. El entendimiento logra CONCIENCIA DE FELICIDAD PERSONAL cuando hay coincidencia de felicidad espiritual, felicidad sensible y felicidad intelectual en el mismo acto (94). Dicho de otro modo: seré feliz si, aquello que deseo espiritualmente se acomoda con la realidad material de ese deseo. Y como así lo entiendo en esa coincidencia, mi felicidad personal consiste en la unión de las tres felicidades en una sola. Sería el grado máximo de felicidad en un solo acto, expresado y sentido en una conciencia de la felicidad personal, la cual identifica a tres objetos: la felicidad espiritual (deseo amoroso), la felicidad sensible (logro material) y la felicidad intelectual (conocimiento de haber logrado el deseo).

Este proceso es válido para todas las personas. Da igual que sustituyamos la casa bien bonita y acomodada por un pisito pequeño y coquetón. Si la pareja, en este segundo caso, es lo que desea, se orienta la acción hacia la misma conciencia de la felicidad personal.

2 - DIALECTICA DE LA FELICIDAD PERSONAL

Ahora bien, como vivimos en un mundo de sentidos donde nos bombardean con nuevas necesidades, esa propia conciencia de la felicidad personal, recién conseguida, será sustituida por otra conciencia de la felicidad personal: es un proceso evolutivo que desemboca en la DIALECTICA DE LA FELICIDAD PERSONAL (95). Dicho de otro modo, vamos persiguiendo estadios continuos de felicidad personal a lo largo de nuestra vida. Eso es así, independientemente que lo consigamos o no. La dialéctica de la felicidad personal es la motivación última en nuestra vida: vamos persiguiendo la felicidad. Pero en esa loca carrera hacia la felicidad, se corre el riesgo de perder el necesario equilibrio entre lo material, lo intelectual y lo espiritual produciéndose, entonces, desviaciones hacia los extremos. En efecto, lo que nuestro entendimiento otorga como valor de felicidad personal, y es muy diferente en cada uno de nosotros, es lo que provoca conceptos diferentes de la citada felicidad personal para cada uno de nosotros. Se produce un silogismo de la felicidad (consciente o inconsciente): se dirige la propia felicidad personal hacia una de esas tres felicidades que la compone, ocupando entonces el lugar principal de toda nuestra dialéctica vital. Es decir, damos un valor predominante en nuestra vida a alguna de esas tres felicidades (material, intelectual o espiritual) usurpando, entonces, el lugar de la propia felicidad personal. Se produce una distorsión de la realidad: se produce la “enfermedad” psicológica y social. La mayoría viven en el materialismo como el propio objeto de la felicidad personal. Otros viven en la intelectualidad, alejados de toda conexión con la realidad. Y por último, los hay que se instalan en la espiritualidad extrema, rayando el fundamentalismo religioso y los extremismos más peligrosos. El predominio de alguna de las tres felicidades – material, intelectual o espiritual- usurpando el necesario equilibrio entre las tres, produce una distorsión de la realidad percibida: caemos en la “enfermedad” psicológica. Pero cuídense mucho de tachar de enfermo a un hedonista materialista, a un terrorista, a un fundamentalista religioso o a un intelectual retrógrado o dictatorial: creen actuar convenientemente. Hay que tener en cuenta que cada cual realiza su elección desde un estado de “libertad”. Cada cual es dueño de sus propias equivocaciones y distorsiones respecto de la comprensión de su propia realidad (96).

Un libro que seguramente ilustrará esta tesis es “El hombre libre y sus sombras” del psiquiatra Francisco Alonso-Fernández, donde hace una revisión de todos los aspectos de la libertad humana. Ofrece respuesta a muchas de las cuestiones mentales y sociales más preocupantes de la sociedad actual y revisa la libertad del ser humano. Dice el autor: “La pretensión de este ensayo es aportar al lector una ayuda informativa y vivida que le permita desarrollarse como una persona libre; y además, estar presto a defenderse a sí mismo y preservar a los suyos contra el empuje cada vez más poderoso de los movimientos sociales exterminadores de la libertad”. Alonso-Fernández hace un análisis antropológico de la libertad, entendiendo al individuo, como “cada quién es responsable ante sí mismo de convertirse o no en un individuo libre”.

Esos casos de “enfermedad” (97) se dan en las sociedades y las personas con una dialéctica excesivamente espiritual o materialista y, entre estas dos dialécticas, está la dialéctica intelectual intentando poner paz y orden a través de la historia. Es por ello que este ensayo pretende revindicar el lugar natural que le corresponde a la dialéctica intelectual hacia el Conocimiento con mayúscula. Sólo así estaremos mejor preparados para no desequilibrarnos hacia una lado excesivamente materialista y consumista que nos conduzca a la pérdida del propio sentido de nuestra vida (98).

El desequilibrio hacia el otro extremo, el excesivamente espiritualista, como ya he aludido anteriormente, es igualmente negativo pues se instala en la atalaya de la religiosidad o el misticismo sin conexión con el entendimiento propio de la época que le corresponde. Por esto mismo cuesta tanto que los cuerpos eclesiásticos cambien sus fundamentalismos para adaptarlos a la luz de los avances científicos y sociales. El enroscamiento en una posición excesivamente espiritual de la curia eclesiástica, la aleja del entendimiento común, social y científico de la sociedad contemporánea.

El discurso intelectual de la humanidad siempre ha discurrido entre las dos posiciones conceptualmente antagónicas, aunque intelectualmente unidas: el mundo y Dios, es decir, la materia y lo divino, es decir, el cuerpo y el espíritu, es decir, lo que soy físicamente y lo que aspiro espiritualmente, es decir, lo que siento y lo que amo, es decir, lo que pienso que soy y lo que pienso que quiero ser, es decir, en definitiva, el pensamiento de mi unicidad personal en forma de tríada del microcosmos (cuerpo, mente y espíritu) respecto de la misma tríada del macrocosmos ( Universo, Conocimiento y Amor) (99).

La consecuencia de dicho esquema conceptual paralelo es que, de manera unipersonal, se puede intentar (recalco lo de “intentar”) lograr hallar el equilibrio explicativo en la citada propia tríada (a eso se han dedicado todos los grandes pensadores de la historia) respecto de la tríada del universo. El problema, dentro de un contexto histórico, es que los grandes pensadores de todos los tiempos han pretendido resolver la tríada del universo al mismo tiempo que la tríada del hombre. Pero, lo único que han conseguido la suma de todos los filósofos y científicos de la historia es descomponer la tríada universal para hacerla comprensible a la luz de la ciencia actual (cualidad material). Queda todavía el trecho de hacerla comprensible en el plano intelectual y, seguidamente, en el plano plenamente espiritual: no existe todavía un consenso universal acerca de lo que constituye el objeto de nuestra humanidad, así como la finalidad de nuestra espiritualidad. Estamos en un punto concreto de la propia evolución de la humanidad. Es decir, la historia de la intelectualidad humana (historia del pensamiento) ha descompuesto la tríada del macrocosmos (Universo, Conocimiento y Amor), respectivamente, en ciencia, pensamiento y religión.

Siguiendo el orden de dicha descomposición, la ciencia ha llegado a reconocer la relatividad espacio-temporal (donde nada se destruye, sino todo se transforma) (100). La ciencia está llegando al límite de lo naturalmente explorable. La culminación conceptual de ello tiene su máximo exponente en el principio de indeterminación de Heisenberg, expresión matemática que marcó el fin del enfoque clásico y puramente dualista de la realidad. Esta desintegración de la rígida estructura del dualismo científico en la física, encuentra su analogía en el “teorema de Gödel” que deja, así, las puertas abiertas al mundo mental (101). Y, en este sentido, en palabra del premio Príncipe de Asturias de Investigación 2006, Juan Ignacio Cirac, todos sus trabajos se centran en investigar “los límites de la naturaleza”, “la frontera de lo imposible” (entrevista en el Diari de Tarragona el 21 de octubre del 2007). Habiendo tocado fondo la historia del pensamiento en la propia ciencia, debe redirigirse, ahora, el mismo pensamiento a la propia humanidad (102): ésta debe intelectualizarse a sí misma para desprenderse de las ataduras materiales que esclavizan al hombre contemporáneo. La historia del pensamiento humano ha desembocado en la atomización de la ciencia y, ahora, debe recomponerse ese puzle para ponerlo al servicio de la propia humanidad desorientada intelectual y espiritualmente: esta es la motivación inherente del presente ensayo.

La ciencia, al llegar a los límites investigables de la naturaleza, ha redirigido su mirada a los objetos propios de la espiritualidad humana. Hemos visto esto en “El viaje al amor” de Punset. Pero ya no es suficiente, la ciencia también quiere interpretar a Dios a través de un gen. Tal es el estudio que ha realizado Dean Hamer, genetista que afirma haber descubierto el “link” genético de la creencia en Dios. Muchos discuten que pueda encontrarse algo así codificado en el interior de un único fragmento de ADN. Esta hipótesis del gen de Dios, habría que llamarlo más correctamente el gen de la auto-trascendencia, pues eso es lo que afirma haber encontrado este genetista. En esencia, lo que viene a decir, y que todavía no se ha publicado en una revista científica, es que una de las dos versiones –alelos- que existen en el genoma humano del gen VMAT2, es el responsable de que ciertas personas posean una mente más espiritual, más mística.

No pretendo negar que la actitud científica prosiga con su camino de investigación. Ahora bien, reducir el amor y Dios a una interpretación exclusivamente científica, desgajándola de su dimensión intelectual y espiritual, sería lo equivalente a echar por tierra la propia condición intelectual y espiritual del hombre. Si desnudamos a la Humanidad de su Intelectualidad y de su Espiritualidad, ¿qué nos queda entonces? ¿Será la ciencia capaz de dar un sentido práctico a la vida futura de la humanidad? Habrá localizado al amor y a Dios y, los podrá señalar con el dedo bajo un microscopio, pero, ¿podrá, acto seguido, reconstruir la moral práctica sin contenidos intelectuales acerca de los motivos de la propia existencia? ¿Podrá explicar cuál es el sentido de la vida sin horizonte espiritual? Yo creo más bien que, la ciencia, no debe extralimitarse del campo que le es propio, a saber, el de la propia naturaleza y, acto seguido, poner dichos conocimientos al servicio del discurso intelectual de la humanidad. Es en esta dialéctica intelectual donde los hombres deben hallar un consenso de conocimientos para dirigir los destinos del mundo. Es decir, reorientar la espiritualidad de la humanidad. Y, se me antoja que, al igual que la filosofía ha tardado más o menos dos mil años para alcanzar la conciencia científica, presumo que dicha conciencia científica tardará muchos años en ser subsumida en una intelectualidad humana como centro de toda moralidad en base a conocimientos muy ciertos. Y aún cuando esto se consiga, habrá que luchar frente al fundamentalismo religioso, restándole todo el “poder divino” para colocar la propia espiritualidad en la humanidad.

Por tanto, concluyendo, pienso que pasarán muchas décadas para que la generación actual, así como algunas futuras, dejen atrás el estadio primero del materialismo, para dejar paso al estadio segundo: el humanismo. Y faltará bastante tiempo más, siglos quizás, para que la humanidad alcance el estadio tercero de espiritualidad. Esto requeriría un pleno consenso científico, intelectual y espiritual de todas las religiones y sociedades, dónde el hombre ya no sería “un lobo para el hombre”.

No obstante esta utopía futura planteada, es un deber intelectual plantear la posibilidad futura de ello, pues en eso consiste la filosofía, en pensar. Si no fuera por hombres con pensamientos profundos, la sociedad no habría llegado al estado actual de desarrollo. El pensamiento profundo sigue siendo el motor de la evolución, y este resurgir de grandes pensadores se hace patente en cada crisis del pensamiento humano. Pero la gran diferencia de nuestra época respecto del pasado es que, la atomización de las ciencias, así como la de las libertades humanas, no sólo ha provocado personas y sociedades “enfermas” sino que, la enfermedad se ha extendido al planeta entero. Y ahora toca remover todas y cada una de las conciencias para reconducir el sentido moral de la humanidad, siendo la única vía válida la del conocimiento. Así como en el pasado un solo pensador podía marcar la diferencia, ahora toca unificar todos los campos del saber, en una especie de “instituto del conocimiento” entre los doctos y sabios del mundo, para replantear los cimientos de una “nueva humanidad” que debe llegar irremediablemente, si no queremos ver este mundo a la deriva (103).

Por tanto, y después de tan larga conclusión, si ha entendido todo lo que he expuesto hasta aquí, solamente hay tres tipos de riqueza que pueden producir la felicidad personal: la riqueza sensible (dinero), la riqueza intelectual (conocimiento) y la riqueza espiritual (amor) cuando, respectivamente, coinciden en un mismo acto la felicidad espiritual (lo deseado), la felicidad sensible (lo logrado) y la felicidad intelectual (identificación racional entre lo deseado y lo logrado). Así, la capacidad de comprender y de entender (que es muy diferente en cada uno de nosotros: diferente en grado, pero no en esencia), es lo que hace que los objetos de lo que sea para cada cual la felicidad personal, tenga un arco bien diferente: la mayoría buscan su felicidad personal en la dialéctica sensible (material), otros en el discurso de la felicidad intelectual y algunos en la atalaya de la felicidad espiritual. Pero muy pocos logran una DIALECTICA DE LA FELICIDAD PERSONAL que integre a las tres felicidades (material, intelectual y espiritual), de un modo equilibrado en la realización personal de su proyecto de vida.

Aquí pierden, muchos, el horizonte de unificación de las tres felicidades para dar un sentido superior a su vida. Quedan atrapados en una sola dialéctica como impulsora principal de su discurso vital. Cuando intensificamos todos nuestro esfuerzo en uno de los tres posibles caminos solamente, confundiéndose con la dialéctica de la felicidad personal, es cuando se producen todos los desórdenes mentales y sociales que serán estudiados por los psicólogos, psiquiatras y sociólogos. Estos especialistas de lo humano son los que tienen que averiguar el porqué de las depresiones, la falta de felicidad y la no aceptación de identidad del sujeto con el medio con el que vive. Las personas y sociedades “enfermas” han perdido de vista que el sentido de la vida tiene que abarcar de un modo felizmente equilibrado lo sensible, lo intelectual y lo espiritual, y no el predominio de alguno de estos caminos sobre los otros. Solamente en la unificación equilibrada de esos tres caminos de felicidad se puede lograr la pretendida felicidad personal, al haber logrado nuestra conciencia la unicidad vivencial, racional y espiritual, libre de desviaciones patológicas.

Conviene recordar que las tres riquezas (dinero, conocimiento y amor), siguiendo por las respectivas tres dialécticas (sensible, intelectual y espiritual) con sus correspondientes felicidades, se evidencian en la conciencia reflexiva en busca de la felicidad personal a lo largo de la vida (104). Este mismo proceso es aplicable al desarrollo de la conciencia colectiva de las diferentes sociedades pasadas o existentes actualmente. Es la falta de equilibrio entre las tres felicidades lo que produce la “enfermedad” psicológica y social. Y es el desequilibrio extremo el que produce tantas guerras ideológicas, religiosas, así como las diferencias entre ricos y pobres. Si una persona, mediante su entendimiento, no logra comprender este proceso, no habrá entendido cual es la potencialidad a partir de la cual se origina todo: somos cuerpo, mente y espíritu.

AQUÍ en este enlace: LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA, SEGÚN AMADOR MARTOS en un vídeo Power Point de una hora de duración.

NOTAS:

93 – Los pensamientos son la sombra de nuestros sentimientos.(Nietzsche, filósofo alemán)

94 – La felicidad reside en el ocio del espíritu. (Aristóteles, filósofo griego)

95 – Acostumbrarse a la felicidad es una gran infelicidad. (Publio Siro, poeta romano)

96 – Es verdaderamente libre aquel que desea solamente lo que es capaz de realizar y que hace lo que le agrada. (Rousseau, filósofo francés)

97 – Las enfermedades son los intereses que se pagan por los placeres. (John Ray, naturalista británico)

98 – Nadie es más esclavo que el que se tiene por libre sin serlo. (Goethe, novelista y poeta alemán)

99 – La verdad filosófica no es la concordancia del pensamiento con el objeto, sino la adecuada expresión del ser del propio filósofo. (Georg Simmel, filósofo y sociólogo alemán)

100 – Nada perece en el universo; cuanto acontece en él no pasa de meras transformaciones.(Pitágoras, matemático griego)

101 – Libro: “El espectro de la conciencia” (Ken Wilber, editorial Kairós)

102 – La naturaleza nunca hace nada sin motivo. (Aristóteles, filósofo griego)

103 – El género humano tiene, para saber conducirse, el arte y el razonamiento. (Aristóteles, filósofo griego)

104 – La vida es lo que hacemos y lo que nos pasa. (Ortega y Gasset, filósofo español)
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trascendencia

LA TRASCENDENCIA METAFÍSICA MEDIANTE LA MEDITACIÓN

La tesis defendida en mi recién libro publicado, titulado CIENCIA, FILOSOFÍA, ESPIRITUALIDAD, bien puede resumirse en este breve extracto de la página 465:

Podemos concluir este capítulo afirmando que, los beneficios de la meditación, avalados científicamente, constituyen una puerta de acceso a la espiritualidad, a esa metafísica que, hasta ahora, estaba desahuciada por los materialistas científicos. Dicho de otro modo, la epistemología de lo conmensurable (ciencia) y la hermenéutica de lo inconmensurable (espíritu) hallan un punto de intersección mediante los beneficios de la meditación demostrados científicamente. He ahí, precisamente, en la síntesis de saberes entre la epistemología y la hermenéutica, donde cada cual puede aprehenderse a uno mismo como conciencia de unidad mediante una auténtica intuición espiritual. Y, ello, se constituye entonces en un anclaje epistemológico para considerar a la filosofía transpersonal de Ken Wilber como un nuevo paradigma de conocimiento, cuyo objeto de estudio es la espiritualidad y su relación con la ciencia, así como los estudios de la conciencia.

Dicho despertar espiritual ya no es una cuestión individual solamente, sino también un inherente deber de la colectividad humana, de ahí la necesidad de una educación transracional, pues como se ha visto anteriormente, es posible la sanación trascendental desde la infancia gracias a la aplicación práctica de la meditación en los centros escolares. Y dicho despertar espiritual, tanto individual como colectivo, conduce ineludiblemente a considerar al amor como nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta, dos cuestiones que es preciso abordar en el siguiente capítulo.
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pensar

LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA, SEGÚN AMADOR MARTOS

VÍDEO DE LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA

Sinopsis:

Mi primer libro Pensar en ser rico , se constituye en el fundamento de mis ideas acerca de la "evolución de la conciencia", sustentado dicho fundamento sobre la creencia de que toda persona anhela, presuntamente, alcanzar la riqueza, la libertad y la felicidad. Es en ese libro donde desarrollo los esquemas epistemológico y hermenéutico con total eclecticismo y que servirá de fundamento cognitivo y de generalización orientadora para todas mis publicaciones posteriores.

Es en ese mismo libro donde expreso mis ideas en voz alta para conocerme a mí mismo, de modo que la razón se guíe a sí misma en el más puro estilo explicado en el Discurso del Método de Descartes: probablemente la obra racional imprescindible que tiene que leer todo estudiante, para dirigir bien su razón en los asuntos de las ciencias y el pensamiento (individual interior).

Por otro lado, en ese mismo libro Pensar en ser rico, es donde hago una interpretación del mundo, y de nuestra relación con dicho mundo circundante (individual exterior).

Consciente de la dualidad en la que todos estamos inmersos (colectivo interior versus colectivo exterior), lo más procedente es guiar nuestra razón con conocimiento de causa, es decir, de una manera empoderada: "siendo consciente de nuestra propia conciencia" se presenta como la alternativa para pensar, decir y actuar de un modo coherente desde nuestro interior hacia el exterior, y no al revés como pretende el sistema, al inculcarnos creencias obsoletas como son la economía, la política, la ciencia materialista y las religiones, todo ello bajo el mando de una jerarquía plutocrática más conocida como "Estado profundo" y que es objeto en la actualidad de una Divulgación cósmica para liberar a la humanidad de la esclavitud y el sufrimiento.

El empoderamiento se convierte, por tanto, de vital importancia pues nos va la libertad en ello. En efecto, solamente siendo consciente de nuestro empoderamiento podremos ser libres para actuar con conocimiento de causa. Solo podemos ser libres mediante el conocimiento pues, como dice la famosa frase bíblica, "La verdad os hará libres". Pero, ¿quién nos enseña a empoderarnos?, ¿los padres?, ¿la sociedad?, ¿la escuela? ¿uno mismo?, ¿quizá un poco de todo ello?, ¿existe una asignatura de empoderamiento en el sistema educativo?

Responder a las anteriores cuestiones es el objeto de mis publicaciones pero, sin lugar a dudas, Pensar en ser rico es la obra en donde está todo el esquema de mis pensamientos, una articulación de conceptos que conjugan a la riqueza, la libertad y la felicidad como tres elementos imbricados entre sí y como objetos de nuestra conciencia, aunque actúen de manera subconsciente: ¿quien no quiere ser rico?, ¿quien no quiere ser libre? , ¿quien no quiere ser feliz? y ¿tiene sentido la vida?

Y mediante dichos conceptos de riqueza, libertad y felicidad, este pensador intenta dilucidar si la vida tiene algún sentido y, es por ello, que invita al lector a realizar un recorrido cognitivo en su propia conciencia mediante una lectura argumentada con citas de ilustres autores así como viñetas de humor. Evidentemente, ello requiere una actitud pro-activa hacia el conocimiento y ser, por tanto, un "filósofo activo". Será "filósofo pasivo" aquella persona que eluda el conocimiento, en cuyo caso sus lecciones serán aprendidas por las experiencias de sus errores, que todos los tenemos, y ese es el sentido de las ilustraciones humorísticas, para asimilar el conocimiento con humor a pesar de los tropiezos que generan sufrimiento.

Así, el primer libro Pensar en ser rico se constituye en la piedra angular de mis pensamientos posteriores acerca de la "evolución de la conciencia" tanto subjetiva como intersubjetiva. Es indudable que la conciencia evoluciona, pues nacemos para aprender alguna lección y moriremos con alguna lección aprendida. Y más allá de nuestra muerte física, siempre quedará nuestro recuerdo en la memoria de los vivos tal como aseveraba el inconmensurable Platón.

Con la publicación de mi noveno libro Ciencia, Filosofía, Espiritualidad once años después de ese primer libro, se cierra el círculo teorético de mis ideas acerca de la "evolución de la conciencia", cuyo resumen puede enunciarse del siguiente modo:

La riqueza, la libertad y la felicidad perseguidas de un modo subconsciente por toda persona, se constituyen en una compleja hermenéutica a considerar, pues hay una infiltración de los sistemas de creencias adquiridos social, cultural y familiarmente, creencias malévolas y manipuladoras de nuestra conciencia y de la manera en cómo interpretamos el mundo, dicho de un modo más explícito, existe un adoctrinamiento histórico desde los poderes fácticos, quienes controlan la riqueza, la libertad y la felicidad de los ciudadanos del mundo y, por tanto, es más necesario que nunca promover el empoderamiento de la conciencia para poder actuar en libertad y con conocimiento de causa. Y dicho empoderamiento es posible mediante la meditación, cuyos beneficios son avalados científicamente y permite la trascendencia metafísica desde la conciencia personal a la conciencia transpersonal. Dicho cambio de paradigma psicológico desde la dualidad a la no-dualidad, es factible de poder ser educado mediante una educación transracional,cuyo sustrato epistemologico es la filosofía transpersonal de Ken Wilber.
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INTERNET

EPISTEMOLOGÍA Y HERMENÉUTICA EN LA ERA DE INTERNET

1 - Distopía histórica

Así como ha desaparecido el “casete” de música, la máquina de escribir mecánica o la cinta de vídeo, también las personas han dejado de escribir cartas manuscritas. Cartas, muchas de ellas, que han servido para unir a las personas más allá de largas distancias. Cartas que eran portadoras de buenas o malas noticias, y que siempre llegaban con algún desfase temporal entre el envío y la recepción de la misma, haciendo de la espera un deseo emocionante. Cartas que, antaño, escribían nuestros padres, y yo también cuando era joven; cartas en las que se expresaban nuestros sentimientos de puño y letra; cartas imprescindibles para las declaraciones de amor y, cómo no, para seguir avivando la llama del amor.

Esos objetos citados, dignos de estar en un museo del siglo XX, pertenecen a un mundo que nuestros hijos no conocerán, salvo que algún abuelo les narre sus experiencias, o que alguna escuela con el sentido de la historia, enseñe ello a sus alumnos. En realidad, ¿a quién le importa la historia?, ¿a qué alumno le gusta que le cuenten la historia de un país o del mundo con fechas cronológicas y escrita dicha historia por los vencedores de la misma? Los estudiantes viven en tal mundo holográfico que, gracias a Internet, el tiempo y el espacio, pueden ser casi trascendidos más allá de la esclavitud impuesta por el viejo sistema. Con Internet, el tiempo y el espacio adquieren una dimensión nunca vista hasta ahora: las comunicaciones y los viajes ya se constituyen en la primera aldea global de convivencia, más allá de las fronteras físicas. Los estudiantes viven en un mundo que sus mayores no comprenden, y que esos mayores también están aprendiendo a contracorriente acorde a los incipientes y nuevos paradigmas.

2 - El paradigma holográfico

Estamos inmersos en tiempos tan tecnológicamente acelerados que vivimos en una hiperrealidad. El paradigma holográfico no es una entelequia, ya que la población mundial vive permanentemente conectada entre todos, al menos esas son las conclusiones que se pueden desprender de las más recientes investigaciones científicas:

Las ciencias más vanguardistas ya están vislumbrando que hay un inconsciente colectivo (Jung), y unos campos mórficos como soporte de la información que fluye y que nos interconecta (Sheldrake), y que la mente condiciona y transforma el ADN (Lipton), y no al revés como creen los materialistas científicos, que el ADN es un soporte biológico a partir de la cual surge la conciencia. La conciencia preexiste en todos los estratos holísticos, desde la fisiosfera (materia) a la biosfera (vida), y de esta a la noosfera (razón) y luego hasta la teosfera (Dios). Y con los descubrimientos avalados científicamente, de que mediante la meditación es posible la trascendencia metafísica hacia la espiritualidad, tenemos ahí la posibilidad de trascender al fracaso epistemológico de la filosofía y la educación Occidental.

Pero dicha cuestión epistemológica es obviada por la mayoría de mis coetáneos, Dios me libre de imponer mi razonamiento, solo pretender reflexionar en voz alta, hasta donde me lo permita este Internet. En Internet todo se mide por bits informativos, ya sean información o desinformación, y cada persona puede interpretar lo que le plazca, pues para eso está el pensamiento crítico de cada cual. Internet lo permite todo y lo cambio toto, todos hacen de todo, hasta llegar al punto en el que la realidad física está siendo sustituida por memes holográficos: ya no vamos presencialmente a la tienda, sino que Amazon viene a casa, ya no damos nuestra tarjeta de presentación sino nuestro sitio web, todo se gestiona por Internet, desde las multas de tráfico hasta la declaración de impuestos pasando por el regalo de turno. La generación “Z” ha nacido con el Internet, pero sus mayores han tenido que adaptarse a esa nueva era del Internet.

3 - La naturaleza es mental

Es así como la naturaleza mental del ser humano adquiere, más que nunca, una renovada expresión a través de un medio como Internet, todo un mundo por descubrir. ¿Acaso es Internet un medio de expresión de la nueva conciencia por llegar? Ken Wilber no lo cree así. Como todo en la vida, el Internet es también dual, es decir, pude ser usado para aspectos negativos o positivos, tiene sus ventajas, pero también sus desventajas, todo depende del uso o la importancia dada por cada cual. Y si tenemos en cuenta de que, según las neurociencias (1), la realidad exterior no existe, sino que es una creación de nuestro cerebro, habrá que estar cada vez más consciente de nosotros mismos, qué es lo que expresamos de nosotros mismos y con quien expresamos o comunicamos nuestros pensamientos y sentimientos: ello pone en el ojo del huracán un replanteamiento de las relaciones humanas, ya sea a nivel familiar, social o global, pues la conciencia colectiva está como desencajada y sin atisbo de orden. Allá donde miro solo veo egos desbocados por la violencia, guerras, políticos y gobiernos corruptos, en definitiva, una ingeniería social y mental perceptible para muchos, pero que nadie sabe como cambiar ello: un grave problema epistemológico desde un punto de vista cultural.

4 - Orden y caos

Ciertamente, con el uso de Internet, el pensamiento a través de una comunicación tan instantánea, permite aprender, pues todo el conocimiento está ahí disponible, así como enseñar, tales son los infinitos tutoriales de cualquier rama del saber. Existe un crecimiento exponencial entre el aprendizaje y la enseñanza, todos aprendemos y enseñamos algo a una velocidad endiablada, hasta tal punto que requiere de mucha sagacidad investigativa para saber quién se dedica a poner orden entre tanto caos. Esa cuestión entre el orden y el caos, no es una cuestión menor a tener en cuenta, pues es necesario un camino ascendente hacia la sabiduría para intentar comprender cual es nuestro lugar en este mundo y en el Universo. Yo soy de la opinión del perenne Sócrates: Aquel que quiera cambiar el mundo, deberá primero cambiarse a sí mismo” .

5 - “La verdad os hará libre”

Ciertamente, sí, en Internet fluye mucha información, pero también mucha desinformación maligna, pues los bankster de cuello blanco, entiéndase los poderes fácticos que operan en la realidad física, ahora también quieren hacer de Internet su patio trasero para orquestar e imponer su visión del mundo. Ahí está el ejemplo de la desmonetización que Youtube ha realizado a los medios alternativos, esos youtubers que hacen un periodismo ciudadano proactivo y dando fe de las tropelías del sistema a sus ciudadanos. Sin embargo, ahora, gracias también a Internet, es probable que hagamos realidad la frase bíblica “la verdad os hará libre”, pues no se puede ser libre sino con conocimiento de causa, una cuestión epistemológica que guarda una estrecha relación con el empoderamiento consciente, lo cual llevaría inevitablemente a que la razón se espiritualice, es decir, alcanzar el despertar espiritual, ya no solo individual sino también de un modo colectivo.

6 - Crisis epistemológica

Consecuentemente, Internet no solo tiene la peculiaridad de que podemos comprar o vender, es decir realizar un intercambio de bienes materiales, sino que sea un centro globalizado en el que la información pueda ser susceptible de convertirse en conocimiento. Dicha tarea intelectual es usurpada por Internet a la tradicional educación de las aulas donde ya no se enseña a pensar y empoderar a los estudiantes en la actual era de Internet. Los chicos van a la escuela desorientados y ávidos de aprender, y salen aturdidos por la deficiente educación que no educa para el empoderamiento, que no enseña a cómo ser libre con conocimiento de causa: nadie les enseña a esos estudiantes la realidad de nuestro presente, ni tampoco cómo la historia y la educación son manifiestamente manipuladas. Nadie les previene a esos estudiantes de los peligros del sistema, nadie les da la opción de disponer de un conocimiento epistemológico de la realidad de ese mundo, de ahí la crisis epistemológica cuyo guante ha sido recogido en el II COLOQUIO INTERNACIONAL: POSIBILIDADES DE LA RESIGNIFICACIÓN DEL EPISTEME EN LAS CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN: DEBATES Y REFLEXIONES

7 - Crisis hermenéutica: crisis de conciencia

Tampoco, dicho sea de paso, hay mucho que rascar bajo el establishment académico, pues no están a la vanguardia de los genuinos pensadores contemporáneos, como Ken Wilber, considerado como el “Einstein de la conciencia”. La crisis epistemológica de la actual civilización es, por tanto, también una crisis hermenéutica, es un problema de conciencia: las ciencias, desde el surgimiento de la física cuántica, han fracasado en su soberbia de explicarnos la realidad exterior de ahí fuera. Era necesaria una hermenéutica que contemple en profundidad el sentido de la vida. Y por “vida” hay que significar que la vida no es solo subjetiva o individual sino también colectiva o inter-objetiva: la conciencia de cada persona participa no solo de su propia individualidad subjetiva sino que, ahora con la emergencia de Internet, todos estamos obligados a interconectarnos entre nosotros.

8 - De la “Sociedad líquida” al despertar espiritual

Incipiente y difícil tarea la anterior propuesta de aprender a conectarnos entres las personas, ya que la así llamada “sociedad líquida”, corre el riesgo de convertirse en una “sociedad evaporada”: el amor que está ausente en la sociedad y entre las personas, pudiera parecer que, en Internet, dicho amor quedaría más diluido. Paradójicamente, gracias a Internet, muchas personas también han hallado el amor, todos sabemos de parejas que se han conocido por Internet, casi hay una por familia. Parece ser que el amor es todavía un vínculo de la cual el ser humano no pueda prescindir y que, incluso, los propios científicos nos dicen que existe una evolución del amor.

El amor es un “despertar espiritual” hacia el “otro”, es una situación de alteridad, una conexión racional que se espiritualiza, donde dos se funden en Uno. Pero quizá, el amor, es un reto todavía por descubrir en su expresión social colectiva, es decir, no hay un consenso cognitivo acerca del sentido de la vida, pues ni las ciencias materialistas ni las religiones se ponen de acuerdo: las religiones miran hacia el cielo y la ciencia estrecha hacia la tierra, una milenaria lucha entre los ascendentes y los descendentes. Esa divergente y epistemológica cuestión del saber entre el “ver para creer” (conocimiento epistemológico) y el “creer para ver” (conocimiento metafísico o hermenéutico), son dos modos de saber que han sido resueltos magistralmente por Ken Wilber al invitarnos a conocer su filosofía transpersonal: es la ciencia de la conciencia que estudia los estadios evolutivos de la individualidad subjetiva así como de la inter-objetividad colectiva, una cuestión argumentada en su teoría de los“cuatro cuadrantes”.

9 - Ken Wilber: El Einstein de la conciencia

Los asiduos lectores de mis publicaciones, a estas alturas, ya saben que soy un fervoroso defensor de la filosofía de Ken Wilber pues sus planteamientos epistemológicos y hermenéuticos trascienden e incluyen a dos pesos pesados de la historia del pensamiento: Platón y Kant. Sin embargo, el considerado como el “Einstein de la conciencia”, aún no tiene el respeto que se merece al no haber ninguna Universidad que incorpore a dicho autor en el currículo educativo. Si existe alguna Universidad que enseñe la filosofía de Ken Wilber, por favor, tiene el derecho a rectificarme, y mucho que me alegraría.

Afortunadamente, y gracias a Internet, el corsé educativo se está deshaciendo, pues la información y el conocimiento ya no provienen de una unilateral fuente de información: la que el sistema de pensamiento dominante, de corte neoliberal, quiere imponernos. Gracias a Internet, el conocimiento libre está al alcance de todos, sin embargo, la sociedad de la ignorancia persiste en esa aldea noosférica. Y esa dualidad entre conocimiento e ignorancia, solo puede ser trascendida e incluida por cada uno de nosotros si hay un auténtico despertar espiritual, es decir, una espiritualización de la razón: ese tránsito desde la dualidad a la no-dualidad, desde la ciencia materialista a la metafísica.

10 - La metafísica transpersonal

Esos conceptos son algo difícil de entender para los neófitos en filosofía, y de verdad que lo siento, pues yo también me he visto abocado a estudiar esos términos filosóficos para poder comprender cual es mi lugar en este mundo y en el Universo, y así poder explicar dicha cosmovisión a través de mis publicaciones. Es por eso que en mi primer libro “Pensar en ser rico”, alterné las citas intelectuales con viñetas de humor, para hacer más accesible el conocimiento a los menos doctos intelectualmente: todos tienen el derecho a saber, el conocimiento no es patrimonio de nadie, es de todos, aunque nuestras conciencias sean objeto de ingeniería social y mental para impedir el pensamiento crítico.

Ciertamente, aquella persona que crea conocerme, debe saber que mi filosofía es radicalmente anti sistema, pretende romper con los esquemas epistemológicos existentes, así como los sistemas de creencias falsamente arraigados ambos en las personas e instituciones públicas mediante la manipulación de la historia y la educación como un instrumento de poder. Esa filosofía radical, que yo prefiero denominar “filosofía transpersonal”, es fruto de una terapia mediante la escritura, vuelvo a repetir, para saber cuál es mi lugar en el mundo y en este Universo, pero, ¿ y si esta vida solo fuera un mal sueño?

Afortunadamente, Ken Wilber fue mi mentor intelectual, y demostró el fracaso epistemológico de la filosofía occidental y, por tanto, de su educación, de ahí la necesidad también de una educación transracional, para romper el paradigma neoliberal sustentado en el egoísmo humano, para trascender ese egoísmo hacia la conciencia transpersonal.

11 - El movimiento transpersonal

En efecto, la visión transpersonal está incursionando en el sistema académico, como demuestra la Tesis de Maestría de Marely Figueroa y la Tesis Doctoral de Noemí Siverio. Si a ello le sumamos la psicología transpersonal, hay ciertamente un movimiento transpersonal en marcha, así como publicaciones transpersonales internacionales, una corriente de pensamiento que debería ser asimilada y estudiada en las Universidades, por la sencilla razón de que hay una demanda social para transcender la “sociedad líquida” así definida por Bauman mediante el amor más allá de la razón (educación transracional) así como más allá del ego (filosofía transpersonal).

Esos incipientes cambios de paradigmas aún no son percibidos por la mayoría de nuestros coetáneos. Sin embargo, no es óbice para seguir adelante con dicha tarea de incorporar “lo transpersonal” en los sistemas educativos, como realiza la Revista Girum por ejemplo, y postula ese pensador en sus publicaciones.

12 - Tiempos de divulgación cósmica

Vivimos tiempos difíciles, no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo de un modo colectivo para la gobernanza del planeta y sus habitantes, pues el pretendido Nuevo Orden Mundial es una dictadura fascista y económica pretendida por el “Estado profundo”, una cuestión que contraargumento en el epilogo de mi libro Ciencia, Filosofía, Espiritualidad (gratis en pdf) mediante una divulgación cósmica para un despertar colectivo masivo. Veremos si en estos tiempos apocalípticos seremos capaces de gestionar la aldea colectiva conocida como Internet. Nos hallamos, pues, ante el incipiente reto de armonizar la conciencia colectiva para que todos puedan vivir dignamente y en libertad con conocimiento de causa. Tal es el reto epistemológico aún pendiente de consensuar, de ahí mi carta abierta a los científicos, filósofos, profesores y educadores. De ahí mi intención de proponer pasar de la teoría a la práctica: trascender la filosofía tradicional impartida en el sistema educativo por una filosofía transpersonal (más allá del ego) y por una educación transracional (más allá de la razón), pues el saber sin amor es puro egoísmo y la causa de tanto sufrimiento en este mundo.


NOTA :

(1) El materialismo es una corriente filosófica que, en oposición al idealismo, resuelve el problema cardinal o fundamental de la filosofía acerca de la relación entre el pensar, el espíritu y la naturaleza, postulando que la materia es lo primario. Según la visión materialista, la conciencia y el pensamiento es una emergencia material a partir de un estado altamente organizado. Según esta concepción, el mundo es material y existe objetivamente, independientemente de la conciencia. Sin embargo, el neurocientífico Francisco J. Rubia, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, viene a decir todo lo contrario: “Los órganos de los sentidos nos han engañado desde siempre y lo sabemos, como ya lo sabían los filósofos griegos de la naturaleza de las colonias jónicas en Asia Menor. La neurociencia moderna nos dice que ni los colores ni los olores, ni los gustos ni los sonidos existen en la naturaleza, sino que son creaciones del cerebro”. Según Rubia, “la revolución neurocientífica modificará los conceptos del yo y de la realidad. Los hallazgos realizados en este campo en los últimos años han sido múltiples y podrían producir lo que él denomina “la cuarta humillación humana”, tras el final del geocentrismo, la aparición de la teoría de la evolución y el descubrimiento del inconsciente. Estos hallazgos llevarían, de hecho, a cuestionarse conceptos tan fundamentales para nuestra cosmovisión como la naturaleza de la realidad o del yo o la existencia del libre albedrío” (paradójicamente, lo mismo que hizo Kant en sus Tres críticas). (Declaración efectuada en una conferencia dentro del marco del 43º Congreso de la European Brain and Behaviour Society de Sevilla, sobre los últimos avances de la neurociencia).
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CARTA ABIERTA A CIENTÍFICOS, FILÓSOFOS, PROFESORES Y EDUCADORES

Mi deseo para este año 2Q2Q es que sea un año de divulgación cósmica, un año en el que sea posible la liberación de la humanidad mediante el acopio de conocimiento para ser libres con conocimiento de causa, un hondo problema epistemológico expuesto en la ponencia del II COLOQUIO INTERNACIONAL: POSIBILIDADES DE LA RESIGNIFICACIÓN DEL EPISTEME EN LAS CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN: DEBATES Y REFLEXIONES.


1 - "La verdad os hará libres"

Una cuestión de la libertad que no es nada fácil, pues hay que saber pensar en libertad. ¿Pero, quién nos enseña a pensar, cuando están quitando la filosofía del sistema educativo? La filosofía, o el “amor a la verdad”, sigue siendo muestra única tabla de salvación, más allá del reduccionismo psicológico al que aboca el materialismo científico al arrogarse el poder de poseer la “verdad”. La ciencia estrecha por un lado y, las religiones por otro lado, han fragmentado las conciencias individuales a la vez que las han disociado de la colectividad. Ese sería el gran fracaso epistemológico excelsamente demostrado por Ken Wilber a través de sus obras: la ausencia de espiritualidad, lo que Bauman tildó como “sociedad líquida”, es la falta de amor en la sociedad y entre las personas.

2 - Ken Wilber: "El Einstein de la conciencia"

Ambos extremos, entre la ciencia y la espiritualidad, requieren de una filosofía conciliadora que incorpore a la metafísica como sendero hacia la espiritualidad. Tal es mi propuesta mediante la filosofía transpersonal como nuevo paradigma de conocimiento, y la educación transracional como misión espiritual. La filosofía transpersonal es una ciencia de la conciencia que aúna la ciencia con la espiritualidad, y estudia los estadios evolutivos de la conciencia a nivel individual y también colectivamente como humanidad. La expresión de este aparente simple párrafo ha requerido estudiar exhaustivamente la obra de Ken Wilber, considerado como el “Einstein de la conciencia”, pero cuyos pensamientos no son conocidos en el ámbito académico tradicional. Con Ken Wilber, he aprendido la historia del pensamiento como nadie me lo ha enseñado en la universidad, por eso creo conveniente que su obra sea incorporada en el sistema educativo, de ahí mis incursiones intelectuales mediante artículos científicos y en congresos.

Fue Ken Wilber quien me señaló el antagonismo histórico entre el camino ascendente y el camino descendente, fue él quien me demostró que la intuición espiritual genuina es aquella que aúna la sabiduría con el amor, fue este inconmensurable pensador quien ha incorporado y trascendido la filosofía platónica así como kantiana mediante su teoría de los “cuatro cuadrantes”. En definitiva, es quien ha demostrado el fracaso epistemológico de la filosofía occidental, esa que aún transmiten en ese anacrónico sistema educativo malévolamente manipulado como instrumento de poder. De ahí la necesidad de una renovada filosofía así como un cambio paradigmático en la educación.

3 - Filosofía transpersonal y educación transracional

Y sobre los pilares epistemológicos y hermenéuticos de Ken Wilber, es cómo este pensador ha fundamentado una filosofía transpersonal (más allá del ego) así como una educación transracional (más allá de la razón), de modo que el “despertar espiritual” en la sabiduría y el amor sea una cuestión susceptible de ser educada como reivindica la Tesis de Maestría de Marely Figueroa y la Tesis Doctoral de Noemí Siverio, unas vanguardistas pioneras en la visión transpersonal aplicada a la educación. La visión transpersonal propugna vivir en sabiduría y amor, consigo mismo, y con los demás, cuestiones que requieren de un camino ascendente hacia la sabiduría no exento de dificultades.

4 - Dualidad y no-dualidad

En efecto, vivir en la sabiduría y en el amor, es decir en la no-dualidad, no es un camino fácil, pues vivimos inmersos en la dualidad: rodeados de ignorancia y sufrimiento provocados por el "yo egoíco", la máscara de nuestra personalidad, quien se considera como una parte diferenciada y separada del Todo.

Salir de ese estado de conciencia personal para trascender hacia la conciencia transpersonal es un “camino ascendente hacia la sabiduría”, y no puede realizarse solamente desde la razón tiránica, sino también desde el corazón: la síntesis entre la razón y el corazón se constituye, entonces, en una genuina inteligencia espiritual.

Y en dicho punto de inflexión trascendental es donde la razón se espiritualiza, es el modo como se inicia el “camino descendente” de la compasión. En ese preciso momento, se comprende que cualquier juicio sobre la dualidad es fútil, pues ese mundo exterior es pura ilusión, como si de un sueño se tratara, tal como demuestran las neurociencias(1). No enjuiciar es una de las primeras lecciones de sabiduría, aún a riesgo de ser considerado un “raro”, efectivamente, por querer salir de la caverna platónica, por querer escapar de esos que te señalan con el dedo.

El problema llega cuando se intenta iluminar a la sociedad de la ignorancia: ¿Cuántos sabios ha dado la historia de la humanidad, y cómo ha sido pisoteada dicha sabiduría por los mismos seres humanos? ¿Cómo iluminar la colectividad desde la individualidad?

5 - La trascendencia metafísica mediante la meditación

Afortunadamente, las ciencias más vanguardistas ya están vislumbrando que hay un inconsciente colectivo (Jung), y unos campos mórficos como soporte de la información que fluye y que nos interconecta (Sheldrake), y que la mente condiciona y transforma el ADN (Lipton), y no al revés como creen los materialistas científicos, que el ADN es un soporte biológico a partir de la cual surge la conciencia. La conciencia preexiste en todos los estratos holísticos, desde la fisiosfera (materia) a la biosfera (vida), y de esta a la noosfera (razón) y luego hasta la teosfera (Dios). Y con los descubrimientos avalados científicamente, de que mediante la meditación es posible la trascendencia metafísica hacia la espiritualidad, tenemos ahí la posibilidad de trascender al fracaso epistemológico de la filosofía y la educación Occidental.

Aquel que haya tenido la dicha de vivir la experiencia del “despertar espiritual”, comprende que debe fluir con el Tao, y que no hay que intervenir en “la voluntad de Dios”, pues toda intervención en los asuntos divinos procede desde el ego del sujeto pensante que, en la soberbia de su propia razón, cree saber más que el Universo, despreciando así la transcendencia espiritual, la cual implica iniciar cada cual por sí mismo el camino ascendente de la sabiduría. Ahí están instalados los materialistas científicos, en su divorcio con la Divinidad, en su soberbia cognitiva.

Afortunadamente, los otrora considerados como “místicos cuánticos” ya no son una panda de “iluminados” sueltos por el mundo, sino que son las propias ciencias, como las señaladas anteriormente, las que han posibilitado argumentar de un modo epistemológico a la metafísica como ciencia del Ser, más allá del materialismo científico, una metafísica conocida como filosofía transpersonal y susceptible de ser educada mediante una educación transracional.

6 - Sabiduría y Amor

Es así como la auténtica no-dualidad, desde un punto de vista conceptual y filosófico como el argumentado anteriormente, es una síntesis atemporal entre la Sabiduría (camino ascendente) y el Amor (camino descendente): entre el conocimiento y las emociones, entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, es un estado de paz interior desde el cual se puede promover la paz en el mundo, porque solamente una persona que vive en paz consigo misma puede ser un ejemplo para los demás. No la “paz” que nos imponen los poderes fácticos desde una razón plutocrática, pues dicha paz mundial y psicológica es socavada, respectivamente, por una ingeniería social y mental para mantenernos en la ignorancia y el sufrimiento. Cuando comprendes todo lo argumentado hasta aquí, ya estás en el proceso del “despertar espiritual”. ¿Tan difícil es explicar todo ello en una clase de filosofía? ¿Tan difícil es explicarle todo ello a los estudiantes para que sean libres con conocimiento de causa?

7 - El abismo cultural por trascender

Creo que ese es el reto más importante que tienen actualmente los profesores, los educadores, la educación en general, los científicos en particular, y las humanidades como revulsivo para orientar la cultura humana más allá del reduccionismo psicológico y de la filosofía materialista que ha imperado en Occidente. El despertar colectivo es posible, y lo es gracias a la meditación y sus beneficios aplicados prácticamente en las aulas, como demuestran muchas experiencias vanguardistas en el ámbito educativo.

El conocimiento es una riqueza intelectual que debe ser gestionada, auspiciada, educada y transmitida por los profesionales de la epistemología, pues necesitamos aún de genuinos epistemólogos para intentar dar un sentido a la vida y de saber cuál es nuestro lugar en este mundo. Y la propuesta de este pensador es que la metafísica es una rama de la filosofía que, de un modo histórico, ha sido relegada al ámbito de las religiones, es decir a la dualidad externa, obviando que es en el Dios interior (no-dualidad), donde es posible educar espiritualmente a nuestros niños, para que se sientan como parte de la totalidad donde Todos somos Uno.

8 - El movimiento transpersonal

Afortunadamente, desde el surgimiento de la psicología transpersonal, el movimiento transpersonal está en fase de expansión, hasta el punto de incursionar en el sistema académico gracias a novedosos y pioneros trabajos científicos. Las publicaciones transpersonales internacionales están cohesionando un punto de vista espiritual que reclama su presencia en el ámbito educativo, pues hay una crisis epistemológica de hondo calado que requiere un cambio de paradigma pensativo, y por tanto con repercusiones en el ámbito educativo.

Nos hallamos, pues, ante tantos cambios de paradigmas (filosófico, psicológico, sociológico, educativo, científico y espiritual) que son los propios maestros, profesores y la educación en general, quienes deberían coger las riendas del conocimiento para debatir su epistemología y consensuar lo que hay que saber, y lo que hay que enseñar en la transmisión del conocimiento.

9 - "Conócete a ti mismo y conocerás a los Dioses y al Universo"

Ahí queda el reto para científicos, filósofos, profesores y educadores, ahí queda el reto para nuestra civilización y sus mentes pensantes: integrar la espiritualidad en el sistema educativo, tal es el reto que plantea este pensador mediante sus publicaciones. Y ese reto de adentrarse en la no-dualidad entre la sabiduría y el amor es posible, como nos demuestra un texto iluminador de Nisargadatta Maharaj, un gran maestro espiritual de la corriente Advaita. Su enseñanza es admirada por ser directa, provocativa y radical, considerado por muchos como un iluminado, y que nos invita a recorrer ese camino espiritual hacia la no-dualidad, o el Dios interior.


NOTA :

(1) El materialismo es una corriente filosófica que, en oposición al idealismo, resuelve el problema cardinal o fundamental de la filosofía acerca de la relación entre el pensar, el espíritu y la naturaleza, postulando que la materia es lo primario. Según la visión materialista, la conciencia y el pensamiento es una emergencia material a partir de un estado altamente organizado. Según esta concepción, el mundo es material y existe objetivamente, independientemente de la conciencia. Sin embargo, el neurocientífico Francisco J. Rubia, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, viene a decir todo lo contrario: “Los órganos de los sentidos nos han engañado desde siempre y lo sabemos, como ya lo sabían los filósofos griegos de la naturaleza de las colonias jónicas en Asia Menor. La neurociencia moderna nos dice que ni los colores ni los olores, ni los gustos ni los sonidos existen en la naturaleza, sino que son creaciones del cerebro”. Según Rubia, “la revolución neurocientífica modificará los conceptos del yo y de la realidad. Los hallazgos realizados en este campo en los últimos años han sido múltiples y podrían producir lo que él denomina “la cuarta humillación humana”, tras el final del geocentrismo, la aparición de la teoría de la evolución y el descubrimiento del inconsciente. Estos hallazgos llevarían, de hecho, a cuestionarse conceptos tan fundamentales para nuestra cosmovisión como la naturaleza de la realidad o del yo o la existencia del libre albedrío” (paradójicamente, lo mismo que hizo Kant en sus Tres críticas). (Declaración efectuada en una conferencia dentro del marco del 43º Congreso de la European Brain and Behaviour Society de Sevilla, sobre los últimos avances de la neurociencia).
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Tesis Doctoral de Noemí Siverio en PDF

PSICOLOGÍA COMPLEJA

Este artículo es una reproducción del capítulo del mismo titulo situado en la página 272 de la Tesis Doctoral de Noemí Siverio (Venezuela), titulada:

PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN


El peregrinaje de la razón a través de la historia del pensamiento, propició caminos divergentes entre un exacerbado racionalismo pragmático y un descuidado racionalismo espiritual. Así, el reduccionismo psicológico en alianza con la filosofía materialista, serían los encargados de dar cuenta de esa realidad de ahí afuera, una realidad a la que habría que descubrir por ser única, desplazando de esta forma a una psicología compleja que tiene como norte considerar lo antagónico, lo racional e irracional del ser humano, así como la dimensión espiritual que lo constituye.

En atención a esto último afortunadamente, se está produciendo una transcendencia holística desde la razón al espíritu a modo de un segundo renacimiento humanístico. De estas palabras podemos interpretar que la visión espiritual inherente a todo ser humano precisa de un giro participativo a la espiritualidad, al misticismo, en este sentido, la psicología compleja se enmarca en una racionalidad espiritual que propugna la transcendencia de la dualidad, (entre sujeto-objeto), hacia la no dualidad, (misticismo contemplativo). (Martos, 2016).

Cabe destacar, como la historia del pensamiento Occidental es la historia de un ego (yo), fragmentado y disociado de la colectividad (nosotros), esto requiere de una urgente sanación transcendental, tal como propone una psicología compleja, transracional, transpersonal, que aúne la racionalidad del pensamiento occidental con la transcendencia espiritual.

Ante esto somos de la idea que está floreciendo un cambio de paradigma desde la psicología tradicional a la psicología compleja. Por psicología tradicional entendemos a aquella forma de acercarse a lo psíquico mediante un reduccionismo materialista que ejerce violencia sobre los fenómenos de la vida anímica: nociones como “yo”, “alma”, “vivencia”, “voluntad”, “compresión del otro”, “consciencia”, son eliminadas cuando no modificadas por la psicología científica (Martos, 2012).

Pero este camino se ve iluminado, porque frente a una psicología como la descrita, se yergue una ciencia de la conducta transpersonal, que constituye una cuarta fuerza en el campo de la psicología, contribuyendo a sellar la brecha epistemológica entre ciencia y espiritualidad, conllevando a la incubación del futuro paradigma: el racionalismo espiritual. Ante lo que venimos exponiendo cabe una reflexión, si Occidente es la historia de mucha ciencia pero poco espíritu, si Occidente no reconcilia razón y espíritu, si la comprensión del ser humano se presenta como necesaria, además si la sanción transcendental es imperativa; en suma si hay un fracaso epistemológico en Occidente, y la psicología transpersonal compleja puede ser una alternativa frente a este fracaso, ¿tiene sentido dejar de lado una ruta de reconciliación entre la ciencia, la razón y el espíritu?, ¿tiene sentido enceguecernos ante una psicología que toma en cuenta la dimensión espiritual del ser humano, con lo que estaría dándole un espacio al homo complexus?.

Pensamos que no, porque son cada vez más los científicos que se alinean con la visión que reúna la ciencia con la espiritualidad, y por ende con la complejidad de las personas. Desde esta plataforma, pensamos que estamos en los albores de dejar de considerar la mente humana como puramente biológica, ella está abierta a otras interpretaciones con connotaciones cuánticas, es decir, con conexión al universo entero (Martos, 2017), que nos lleve al despertar de la consciencia, transcender el ego, comprender al otro, orientarnos hacia un sentido de la vida; todo esto bajo el acompañamiento de una psicología compleja transpersonal, que nos proporciona una renovada racionalidad envuelta en una espiritualidad cuántica.

En tal sentido, en este viaje espiritual, los psicólogos transpersonales están despejando el horizonte del conocimiento y la espiritualidad mediante un activismo cuántico que proporciona una nueva visión de la naturaleza, del ser humano, del universo.

Pensar en la psicología compleja nos conmina a pensar en una psicología transpersonal porque esta tiene sus bases en la teoría general de sistemas, las teorías de la estructuras disipativas, del caos y la autopoiesis de Maturana y Varela, todas ellas enraizadas en el emergente paradigma de la complejidad. En este sentido, la psicología compleja estima que todo ser humano tiene una forma de ser que se puede explicar desde las rutas disipativas de la teoría del caos. Al respecto, hay por lo menos tres rutas disipativas a través de las cuales se expresa todo lo que es ese ser humano: lo que ha sido su familia, sus traumas y heridas. Hasta que la persona no es capaz de disipar esa estructura no podrá encontrar el verdadero sentido de su vida, ni acceder a los verdaderos mundos de la consciencia. Es por esto que la patología es expresión de todo ese proceso evolutivo, en tal sentido: “la crisis es la palanca” (Almendro), es así como las crisis psíquicas catalogadas de patologías, desde esta psicología, se ven como grietas que se abren hacia la consciencia, resultando ser vías de sanación. Desde tal perspectiva aborda la psicología transpersonal, estas rampantes crisis, que son consideradas oportunidades al conocimiento verdadero.

¿Qué es la psicología compleja o transpersonal? Es aquella que entiende que la psique traspasa al ser humano, que no está constreñida a la personalidad individual, al yo, al ego personal, centrándose y focalizándose en el cosmos. Así mismo, esa psicología reconoce la dimensión espiritual del hombre y por tanto su complejidad. Es importante recordar además, que esa ciencia conductual que venimos referenciado, se mueve en un terreno misterioso y fascinante, reflejado en la dimensión hologramática: Cada parte del conjunto contiene el conjunto entero. ¿Qué dice de esto la psicología clásica?: no lo contempla.

¿Qué más nos permite la psicología compleja? Nos permite concebir la complejidad biológica, cultural, emocional, social, histórica, pero además la espiritual del ser humano, no quedándose en lo conductual sino que refiere a lo conductual espiritual, ya que si vemos el comportamiento desde lo biológico social, cultural, daremos explicaciones del mismo, no obstante, eso no pasará de allí. Es por esto que pensamos que la psicología requiere orientarse hacia lo espiritual, ya que las persona nos comportamos también desde esta dimensión.

En atención a lo que venimos referenciando nos preguntamos: ¿Cómo explica la psicología clásica la conversión de un cristiano, de un místico, de un católico? ¿Cómo se explica desde la psicología el hecho que una persona que presente una adicción asista a un sitio donde se lleven a cabo prácticas espirituales y esta se regenere, experimente una conversión?. De igual forma, ¿Cómo explica el cambio conductual que exhiben las personas que practican yoga?, la cual es una práctica transpersonal. Estos aspectos no son considerados por la psicología clásica, por cuanto desde sus aristas la complejidad humana se vuelve invisible y el hombre se desvanece como una huella en la arena, al entrañar la misma un reduccionismo, en términos positivistas, que no es capaz de dar razones sobre el verdadero sentido de la vida, al dejar de lado la visión espiritual inherente al ser humano, por lo que desde su enfoque se torna difícil comprenderlo al carecer de un camino que facilite reproducir la consciencia transpersonal, e igualmente se torna insuficiente para crear un sistema que le permita desplegar un yo más profundo(Martos, 2017).

La psicología transpersonal o compleja posibilita la trascendencia del ego, sanando así los posibles problemas que nos limitan de manera consciente o inconsciente. Esta psicología es una herramienta excelente para promover la evolución de la consciencia desde al mundo de las sombras al mundo de las ideas, como propone Platón en el Mito de la Caverna. Es por ello, una ciencia conductual que plantea trascender dar un salto en un nuevo campo de la consciencia (Martos, 2018). Por lo anteriormente referenciado es que en esta tesis doctoral estamos apostando a esta psicología de manera que podamos acercarnos a la comprensión compleja del homo complexus.

Complementando lo dicho en líneas que preceden, la psicología compleja o transpersonal trabaja para reconocer esa realidad divina que subyace en la materia (Almendro, 1999), es así como esta ciencia de la conducta humana desestima la visión de la persona que se maneja en la ciencia occidental, que parte de una concepción cartesiana-newtoniana de la realidad, percibiendo al ser humano de manera mecánica, reduccionista y simplista, con lo que busca predecir, controlar y determinar el comportamiento dificultando de tal forma su comprensión. En tanto que una psicología transpersonal viene a proponer un camino que integra y no excluye las distintas dimensiones de lo humano, es por ello que en su estudio no desestima la espiritualidad que lo contiene.

Por otro lado, esta cuarta fuerza psicológica es una nueva forma de conocimiento que puede ser aprehendida mediante un mándala (diagrama místico), epistemológico, que posibilita una interpretación hermenéutica de la historia, la ciencia, y la espiritualidad, pero, eminentemente, desde un revisionismo de la psicología cognitiva (Martos, 2017).

Ante lo descrito pensamos que urge el transitar de una psicología tradicional a la transpersonal, de la consciencia personal a la consciencia transpersonal. Solo de esta manera estaremos en presencia de una psicología para el homo complexus, es decir, una psicología fundamentada en la complejidad del ser humano, que abraza la idea que en cada uno de nosotros está contenida la información sobre el conjunto del universo o la totalidad de la existencia, que a nivel experiencial disponemos potencialmente de acceso a todas sus partes y en cierto sentido somos la totalidad de la estructura cósmica (Duque, Lasso Orejuela, 2010). Desde esta óptica podemos avizorar la complejidad del ser humano, somos alfa, la estrella más brillante de una constelación y omega, la nebulosa más próxima a esa constelación, así también, la primera y última letra del alfabeto griego, somos cóncavo y convexo, somos complexus y por tanto requerimos de una psicología compleja que oriente sus pasos hacia la igualmente complejidad que nos caracteriza, que nos envuelve.

Por tanto, esta ciencia de la conducta promueve la evolución de la consciencia desde el mundo de las sombras al mundo de las ideas, permitiendo así dar un salto a un nuevo campo de la consciencia, al ofrecer una renovada visión y compresión del ser humano y de su complejidad, mediante las experiencias cumbre, místicas. En suma, al abarcar la dimensión espiritual y transcendente de la naturaleza humana y de la existencia, la psicología transpersonal compleja nos permite pasar de una consciencia personal (egocéntrica) hacia la consciencia transpersonal (compasiva) (Martos, 2017).

Finalizamos presentando un gráfico sintético de la teoría presentada en esta tesis Doctoral (ver imagen adjunta).
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ESQUEMA EPISTEMOLÓGICO

EDUCACIÓN TRANSRACIONAL

Este artículo es una reproducción del capítulo del mismo titulo situado en la página 266 de la Tesis Doctoral de Noemí Siverio (Venezuela), titulada:

PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN


La visión transracional concibe a la educación como misión espiritual. En tal sentido, pensamos que nuestra civilización requiere cambiar su derrotero que pasa por una renovada pedagogía para con ello cambiar el mundo, no desde afuera, sino desde el interior de las personas.

Es importante reseñar que a la vista de las experiencias pedagógicas, se puede considerar que el sistema educativo tradicional está atravesando un proceso de metamorfosis gracias a personas que trabajan en pos del empoderamiento humano, en aras a fortalecer la potencial profundidad inherente a todas las personas; y ello solo se puede realizar desde un giro copernicano en el modelo cognitivo de la educación (Martos, 2017).

No hay lugar a dudas que el paradigma educativo tradicional está en tránsito, sin embargo no sabemos hacia donde se dirige. Esto se traduce en un vacío cognitivo ocasionado por la incertidumbre educacional del futuro, y cuya finalidad debería ser buscar la unidad del saber, lo que inquiere una reconstrucción epistemológica en el marco de la psicología compleja transpersonal como un nuevo paradigma de conocimiento, argumentado en la educación cuántica o transracional (Ob.cit).

Bajo el tamiz de esa educación transracional cuántica, es menester que el ego trascienda hacia una regenerada espiritualidad, en una fusión de la razón con el espíritu, sustituyendo el egoísmo por la compasión y la consciencia personal por la transpersonal, toda una trascendencia espiritual que permite ir más allá del ego (Vaughan y Walsh, 2000) y ver el mundo como un todo holístico del cual somos un engranaje más en la naturaleza. Desde luego que a partir de una educación como la descrita estaremos en condiciones de comprender al ser humano, a ese ser complejo que se debate en la paradoja de la unidad múltiple, lo que nos une, nos separa, en fin lo que lo hace ser complejo en el sentido que reúne en sí rasgos contradictorios.

Un aspecto más a tener presente en la educación transracional es que la misma nos demuestra que hay dos modos de conocer: el método científico y el trascendental, diferentes, más complementarios. El primero languidece con el pensamiento occidental que enfatiza la dualidad sujeto-objeto, el materialismo, el poder de la razón; el segundo, el racionalismo espiritual, es el artífice de un nuevo mundo que vislumbra el empoderamiento consciente de las personas y cuya primera condición es trascender el ego, para ver la vida de un modo compasivo, partiendo de la idea que para cambiar el mundo, hay que comenzar por uno mismo, uniendo la sabiduría (Droit, 2011 en Martos 2017), y el amor (Huther, 2015 en Martos 2017), en una nueva percepción consciente no dual, pues conocimiento y amor son como las dos caras de la misma moneda, donde el saber sin amor es puro egoísmo (ob.cit).

Concatenado con lo anterior la educación transracional al implementar la razón con el corazón, permite sumergirnos en la profundidad de la consciencia, construir nuestros objetivos comunes en un intercambio de comunicación libre, alejada del egocentrismo, la incomprensión del otro, el etnocentrismo, abonando así el camino que glorifica la trascendencia. Asimismo, invita a creer en un giro cognitivo según el cual nos trasladamos del “ver para creer”, en atención a lo estipulado por el método científico, al “creer para ver” e incluso al “saber para creer y ver” encaminándonos de esta forma hacia un método trascendental; por lo que nos insta a salir del desconocimiento en el que está sumergido el ego, lo que permitiría su trascender.

Como ha quedado expresado en líneas que anteceden la educación académica tradicional está quedando obsoleta, requiriendo de una nueva mirada pedagógica acorde a los nuevos tiempos cuánticos, donde se da una conexión con el universo entero. Si a ese cambio cuántico se le añade la necesaria renovación moral y espiritual, tendremos así el fundamento epistemológico para poder hablar de la educación transracional (Martos, 2017) Pudiéndose afirmar que esta educación es un emergente contrario a la educación tradicional como garante de una necesaria regeneración humana, al propugnar una evolución holística del “yo” hacia el “nosotros”, mediante la fuerza del amor y del saber.

Es relevante el hecho, que de nada sirve lo argumentado acerca de la educación transracional o cuántica, si todo ello no tiene su correlación práctica con la psicología. De un modo sinérgico, la filosofía transpersonal, la psicología transpersonal junto a la educación cuántica, son tres disciplinas cognitivas que se erigen como un nuevo paradigma de conocimiento, donde el saber y el espíritu colectivo, deberían ir de la mano en ese mundo por construir. Es por ello que al hablar de educación cuántica nos referimos a una revolucionaria pedagogía, cuyas bases epistemológicas e históricas se asientan sobre el movimiento transpersonal (Martos, 2017).

En el marco de lo que venimos expresando, una educación fundamentada en la espiritualidad es un imperativo para instaurar en el futuro una vida espiritual en una sociedad digital (Torralba, 2012), Consecuentemente, espiritualidad y educación social es un binomio para trascender la sociedad de la ignorancia (Mayos, 2011), A partir de aquí pensamos que solo entrelazando los planteamientos anteriores será posible el nacimiento de una nueva consciencia, ya que no se ha producido una socialización efectiva del conocimiento y ello impide que nos dirijamos hacia la sociedad del pensamiento tal como requerimos hacerlo. Por lo que es necesario trabajar en la perspectiva de generar una nueva consciencia crítica de especie. Solamente con una evolución responsable, construida a través de una consciencia transracional, afianzada en una educación cuántica, podremos convertir el conocimiento en pensamiento y alejarnos así de la llamada sociedad de la ignorancia.

En atención a estas ideas, es necesaria la sanación del ego fragmentado y distanciado de los otros, la gran esperanza de la educación transracional. Para tal fin se requiere de las mentes cuánticas aquellas que aúnan la razón con la espiritualidad, las que saben que todo conocimiento surge de lo más profundo del ser humano cuando se pone la razón al servicio del amor (Martos, 2017).

En esta línea de pensamiento es importante significar que la educación transracional o cuántica posibilita un giro copernicano en el modo de aprehender el conocimiento al oponerse a la visión mecanicista, industrial y positivista de la educación tradicional, siendo el fundamento epistemológico de esta educación ( que implementa la razón con el corazón), la filosofía transpersonal que viene a ser una disciplina que estudia la espiritualidad y su relación con la ciencia, así como los estudios de la consciencia (Martos, 2017). Adicionalmente la educación transracional se enfoca en el pensamiento que orienta la razón hacia la espiritualidad, por tanto, se posiciona en un misticismo contemplativo que enfatiza en la no dualidad sujeto-objeto. Es por ello que dirige su mirada hacia el despertar de la consciencia, que conlleva al nacimiento de una nueva consciencia abrazada a la dimensión espiritual del ser humano.

De lo anterior se desprende que la educación a la que venimos haciendo referencia pretende sintetizar la razón con el espíritu, por lo tanto, ese camino espiritual es difícil de alcanzar, simplemente con la razón (dualidad entre un sujeto pensante y un Dios pensado), sino con la experiencia de la no dualidad donde todos somos una expresión del espíritu divino. Es por esto que se trata de un genuino misticismo vivido conscientemente mediante el amor y desde el silencio, un camino de sabiduría que nos adentra en el misterio de la vida (Martos, 2018).

Es menester mencionar que la educación transracional se alinea a la idea que no se requiere ser demasiado severo con los errores de los estudiantes, sino tratar de eliminarlos a través de la educación, este viene a ser el objetivo pretendido por esa educación cuántica o transracional, esto se logrará mediante el otro modo de saber, el místico, diferente pero complementario con el método científico. Este otro modo de saber se sustenta en la introspección de los propios pensamientos con la finalidad de trascender las connotaciones negativas del egocentrismo, orientándonos hacia la genuina espiritualidad.

Por lo que la educación transracional postula adquirir la maestría interior para la comprensión objetiva de los conceptos de amor, virtud, justicia, compasión, comprensión del otro y de sí mismo, toda una medicina cuántica (Martos, 2018).Por último, es destacable que esta revolucionaria pedagogía filosófica es posibilitada por la física cuántica, por lo que se corresponde con un racionalismo espiritual presente en la filosofía perenne, donde sujeto y objeto son la misma cosa y cuya percepción se realiza mediante una renovada consciencia.

Por todo lo antes mencionado es que en esta investigación doctoral estamos esperanzados en esta educación cuántica o transracional.

Seguidamente presentaremos el esquema epistemológico de la educación cuántica (ver imagen adjunta).
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